Favoritismo de Los Padres Con Sus Hijos

Favoritismo de los padres con sus hijos
Gén 37:2-3: Esta es la historia de la familia de Jacob: José, siendo de edad de diecisiete años, apacentaba
las ovejas con sus hermanos; y el joven estaba con los hijos de Bilha y con los hijos de Zilpa,
mujeres de su padre; e informaba José a su padre la mala fama de ellos.
Y amaba Israel a José más que a todos sus hijos, porque lo había tenido en su vejez; y le
hizo una túnica de diversos colores.
Introducción: Los problemas que existen entre hermanos son diversos y las causas que los originan son de
distinta naturaleza. Sin embargo, el problema más común se da por el hecho de la
preferencia mostrada por los padres por alguno de ellos. Recordemos el caso de los
hermanos Jacob y Esaú. De manera individual, cada uno de ellos era considerado como el
predilecto por sus Padres. Veamos cómo nos lo muestra las Sagradas Escrituras, Gn 25:20-
22,27-28 dice: “y era Isaac de cuarenta años cuando tomó por mujer a Rebeca…Y…concibió
Rebeca su mujer. Y los hijos luchaban dentro de ella…Y crecieron los niños, y Esaú fue
diestro en la caza, hombre del campo; pero Jacob era varón quieto, que habitaba en tiendas. Y
amó Isaac a Esaú, porque comía de su caza; mas Rebeca amaba a Jacob.” Las razones por
las que alguno de los hermanos es considerado especial son diversas: Porque es el más
inteligente, el más obediente y bien portado y, por lo general, como en el caso de José, porque
es el más pequeño(a). En muchas ocasiones hemos escuchado decir a padres de familia: Para
nosotros todos nuestros hijos son iguales, no hacemos diferencias, pero bíblicamente esto es
falso, porque siempre hay un preferido. El favoritismo de los padres es un fenómeno que
genera consecuencias muy graves. ¿Cuáles de estas consecuencias son mostradas por la
Biblia? Veremos dos que son: - Odio y envidia de los hermanos hacia el hijo favorito.
Favoritismo de los padres hacia sus hijos.

Gén 42:1-4: “Viendo Jacob que en Egipto había alimentos, dijo a sus hijos: …He aquí, yo he oído que hay
víveres en Egipto; descended allá, y comprad de allí para nosotros, para que podamos vivir, y
no muramos. Y descendieron los diez hermanos de José a comprar trigo en Egipto.
Mas Jacob no envió a Benjamín, hermano de José, con sus hermanos; porque dijo: No
sea que le acontezca algún desastre.” (Leer Gn. 33:1-2)
Consecuencias del favoritismo de los padres hacia sus hijos.

- Odio de los hermanos hacia el hijo favorito.
Gn. 37:4: “Y viendo sus hermanos que su padre lo amaba más que a todos sus hermanos, le aborrecían,
y no podían hablarle pacíficamente.”
No le decían “paz sea a ti”, la expresión acostumbrada de bienvenida entre amigos y

conocidos. Se considera un deber sagrado dar a todos esta forma de saludo; y el rehusarlo es
una señal inequívoca de disgusto u hostilidad secreta. Es muy natural que los padres amen a
los más jóvenes y se muestren parciales con los que sobresalen en talentos.
Gn. 37:5-8:“Y soñó José un sueño, y lo contó a sus hermanos; y ellos llegaron a aborrecerle más todavía.
Y él les dijo: Oíd ahora este sueño que he soñado:
He aquí que atábamos manojos en medio del campo, y he aquí que mi manojo se levantaba y
estaba derecho, y que vuestros manojos estaban alrededor y se inclinaban al mío.
Le respondieron sus hermanos: ¿Reinarás tú sobre nosotros, o señorearás sobre nosotros? Y le
aborrecieron aún más a causa de sus sueños y sus palabras.
- Envidia de los hermanos hacia el hijo favorito.
Gn. 37:9-11:“Soñó aun otro sueño, y lo contó a sus hermanos, diciendo: He aquí que he soñado otro
sueño, y he aquí que el sol y la luna y once estrellas se inclinaban a mí.
Y lo contó a su padre y a sus hermanos; y su padre le reprendió, y le dijo: ¿Qué sueño es este
que soñaste? ¿Acaso vendremos yo y tu madre y tus hermanos a postrarnos en tierra ante ti? Y
sus hermanos le tenían envidia, mas su padre meditaba en esto.
CONCLUSIÓN
Como hemos visto, el favoritismo de los padres con sus hijos genera muchos problemas, pues provoca
odio y envidia de los hermanos hacia el favorito. Una conducta responsable de todo padre consciente es dejar
de practicar este mal hábito, pues de no hacerlo, estará fomentando el pecado entre sus hijos, pues 1 Jn
3:15dice: “Todo aquel que aborrece a su hermano es homicida; y sabéis que ningún homicida tiene vida
eterna…” Por otra parte, es necesario que cada uno de los hijos que integran una familia, en la medida de lo
posible, busque honrar y obedecer a sus padres, para evitar que, de esta forma, los padres muestren
preferencias por alguno de ellos.

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