Los Tres Frailes
Los Tres Frailes
Los Tres Frailes
A mucho que había andado, llegó a un pueblecito en que vivían unas beatas a donde llegaba
siempre gente, y entre ellos, tres frailes; y una noche se encontraron éstos con unos
caballeros y tuvieron un disgusto y mataron a los tres frailes y los dejaron ahí muy
escondidos.
Llegó pedro y una de las beatas le dijo; -Mira, Pedro, guárdame un secreto, te pago bien
pagado: que vayas a enterrar a un padre que está muerto, que nadie lo ha podido enterrar,
porque se sale de la sepultura y se viene otra vez para acá. (La querían pasar como que era
un solo padre el muerto).
Entonces Pedro le dice: -Señorita, déjelo a mi cuidado, y no me pague sino en caso de que
no vuelva más.
Ya cuando vino la oración, subió a un caballo al padre, lo amarro de las piernas y le puso
un palo en el pescuezo para que quedara la cabeza derecha, y él tiraba el caballo de las
riendas; y pasaba a las casas cuyas puertas estaban abiertas y pedía limosna, y en todas
partes le daban, y salían a ver al padre, que iba muy enfermo, como Pedro decía.
La gente cuchuchaba que nunca había visto un enfermo tan raro, porque le hallaban hasta
mal olor. Pedro les contestaba que el mal olor provenía de unas heridas que estaban
corrompidas por no habérselas curado a tiempo.
De este modo llegó al cementerio, lo enterró bien enterrado, y dijo Pedro: -No puedo creer
que dejándolo así tan bien enterrado se pueda salir. -Y se fue contento para donde las
beatas, porque ya iba a ganar su cortecito.
Cuando llegó Pedro, ya las beatas tenían a otro padre en la misma pieza, tal como estaba el
que había sacado y enterrado.
Pedro les dijo:
-Señoritas, ya está hecho lo que me mandaron.
-Pedro, -le contestan ellas- vamos a la pieza a ver si no se ha vuelto.
Fueron a la pieza, y lo primero que hallan es al padre.
- ¿No ves- le dicen- como se volvió?
Pedro entonces exclamó:
- ¡Maldito este padre de los diablos! ¡Qué aquerenciado estaba aquí, que no se quiere ir ni
muerto!
Llegada la noche siguiente, lo sacó de la misma manera que al primero, lo llevó al
cementerio y lo enterró bien enterrado; le echó piedras encima y hasta tierra. En fin, que lo
enterró más que al otro.
Mientras tanto, las beatas habían colocado al tercer fraile en la misma pieza.
Llego Pedro y les dijo:
-Señoritas, ya está hecho lo que me mandaron.
-Vamos, Pedro, a ver a la pieza, - no vaya a haber vuelto, como tiene de costumbre.
Fueron, e igualmente hallaron al padre.
- ¿No ves, Pedro, como volvió otra vez? – le dijo una de las beatas.
-Señoritas, ya no lo voy a enterrar más que esta vez. Lo voy a dejar aquí un ratito y después
lo vengo a buscar.
Y se fue a juntar leña a un llano. Dejó harta leña junta, le prendió fuego y volvió a buscar al
padre.
Cuando llegó con el padre, encontró que toda la leña estaba bien prendida y echó al padre al
medio del fuego, y él se sentó cerca y con el calorcito se quedó dormido. Tocó la
casualidad que habían ido a buscar a un padre para confesar a un enfermo y que pasaron
por ahí mismo en donde se había quedado dormido Pedro. El padre muerto ya no estaba
más humeando. El padre que iba a confesar al enfermo creyó que lo había en el fuego era
un asado que estaba haciendo Pedro y que se estaba quemando. Entonces, de a caballo, se
allega a donde Pedro, le pega un huascazo y le dice: -Pedro, que se te quema el churrasco.
Pedro se levanta, mira y ve que él tiene delante es un padre, y le dice: - Mira, padre de los
diablos, ya no te puedo dejar ni quemado. – Entonces Pedro empezó a dar de peñascazos al
padre, y le gritaba: - Te enterré dos veces y te salistes; te quemé y te volviste a salir.
En seguida Pedro se fue donde las beatas, que le dijeron: -Ahora sí que quedó bien
enterrado, porque no ha vuelto. -Y le pagaron muy bien su trabajo.
Pedro se fue pensando: -Está tan vivo como antes, pero habría agarrado miedo a las piedras
que le disparé y se habrá ido para su convento, y por eso no ha vuelto. El caso es que las
beatas lo hicieron leso, pues que lo hicieron creer que era un solo padre el muerto. Y esta
fue la primera vez que engañaron a Pedro Urdemales. Y se acabó el cuento y se lo llevo el
viento; y todo el mal es ido, y el poco bien que queda sea para mí y los que me han oído
(1).
1. Este episodio y los cinco que siguen me fueron referidos por el joven D. Ursicinio Gonzales, de San Javier.
Loncomilla, en 1911.
Análisis “LOS TRES FRAILES”
Título: El título es más bien literal ya que representa explícitamente de que trata el cuento.
Tipo de cuento: Posee una clasificación realista, los hechos transcurren de manera
verosímil, se presentan de manera clara y objetiva. Muestra la realidad tal cual es y no
presenta elementos de ficción.
Acción: Se lleva a cabo una acción externa puesto que los hechos ocurren en el mundo
exterior. Pedro Urdemales no ahonda en su personalidad, sino que se relaciona con los
demás personajes.
Atmósfera: El cuento transcurre dentro de una atmosfera de viveza proveniente de las dos
partes. Una que es Pedro Urdemales, quién cree que engaña finalmente a las beatas ya que
recibió su paga a pesar de no haber realizado el trabajo (según él); y la otra son las beatas
quienes sabían del desconocimiento por parte de Pedro de la existencia de tres frailes,
engañándolo a partir de la muerte de uno solo que volvía a la vida.
Ambiente: El texto solo nos dice que el cuento transcurre en un pueblecito en que vivían
unas beatas a donde llegaba siempre gente, pero se infiere que es basado en el poblado de
San Javier de 1911 ya que, según el texto, este mismo fue inferido de un habitante de ese
lugar.
Personajes: El cuento presenta personajes estáticos como dinámicos:
Protagonista: Pedro Urdemales: Es conocido en sus historias por ser un hombre vivaz, en
la cultura chilena este personaje representa la viveza y la picardía del hombre campestre.
En cuanto a este cuento es la primera vez que Pedro es engañado.
Antagonista: Las beatas: Mujeres con un aspecto también vivaz, mentirosas y engañadoras,
capaces de inventar miles de historias con tal de llevar a cabo su propósito y no ser
perjudicadas. En este cuento son precisamente las que engañan a Pedro.
Secundarios: Los frailes: Cuatro frailes, tres de estos son cuerpos ya muertos que son
usados para el transcurso de la historia. El cuarto ya vivo es el personaje que iba a confesar
a un enfermo, poblador de un lugar aledaño.
Para pedro Urdemales El fraile (que conlleva a todos ya que él creía que era solo uno) era
su antagonista, pero como lectores nos damos cuenta de que las antagonistas eran las
beatas.
Asunto: El cuento transcurre en un pueblo donde vivían beatas y un día llegaron tres
frailes. Una noche unos caballeros asesinaron a los frailes y es ahí donde las beatas
necesitan ocultar esta información de la gente, para esto contratan a Pedro Urdemales a
sabiendas de la ignorancia que este podría presentar le comunican que necesitan enterrar a
un solo fraile ya que según ellas se sale de la sepultura y vuelve. Todo esto para que el
entierre los tres pensando que es uno. En la tercera vez de deshacerse del fraile llega un
cuarto fraile a la ciudad; Pedro piensa que nuevamente se había escapado el que quemó y
comienza a apedrearlo de tal manera que no vuelva. Pedro pensó que lo había espantado y
decide ir en busca de su paga por el trabajo ya hecho. Al final recibe su paga y las beatas
quedan conforme tal como Pedro con su dinero.
Idea Central: Enterrar a tres frailes de tal manera que se piense que es uno.
Centro de interés: La acción de tratar de deshacerse de un fraile.
Narrador: Presenta un narrador testigo ya que solo cuenta lo que ve.
Tiempo: El cuento transcurre en orden cronológico: Desde que matan a los frailes, hasta
que Urdemales recibe su paga.
Punto de vista del Lector: