Psicologia de La Personalidad2

Descargar como docx, pdf o txt
Descargar como docx, pdf o txt
Está en la página 1de 5

Teorías de personalidad

Concepto

En ocasiones, a las teorías se les califica con términos despectivos. “Después de todo”,
dice la gente, “¡No es más que una teoría!” Se acostumbra suponer que son vagas,
abstractas y especulativas; en realidad, meras conjeturas o presentimientos. Todo lo
contrario de los hechos. Es verdad que una teoría no fundamentada en resultados de
investigaciones no pasa de ser una mera suposición. Sin embargo, un enorme volumen
de datos carecerá de significado a menos que estén organizados dentro de algún marco o
contexto explicativo. Una teoría ofrece el marco que simplifica y describe los datos en una
forma lógica. Podemos representarla como una especie de mapa que expresa la
interrelación de los datos: trata de estructurarlos e integrarlos en un patrón.
Las teorías son conjuntos de principios con que explicamos una clase particular de
fenómenos (en nuestro caso, las conductas y experiencias relacionadas con la
personalidad).

Una teoría no será útil si no puede verificarse, si no estimula la investigación de sus


afirmaciones. Es preciso que los investigadores estén en posibilidades de efectuar
experimentos con los cuales decidir qué aspectos de la teoría han de aceptarse o
rechazarse. Las teorías de la personalidad necesitan aclarar y explicar los datos
referentes a la personalidad e integrarlos después en un esquema coherente. Deben
ayudarnos a entender y predecir la conducta. Si dichas teorías pueden ser sometidas a
prueba y explicar, comprender y predecir la conducta, podremos aplicarlas luego para
ayudar a las personas a modificar su comportamiento, sus emociones y sentimientos
nocivos para convertirlos en manifestaciones positivas.

Una teoría proporciona un modelo para simplificar y describir los datos en forma
significativa. Las teorías de la personalidad deben ser verificables, aclarar y explicar los
datos, ayudar a entender la conducta y predecirla. Las teorías formales se basan en datos
recabados de la observación de una gran cantidad y varias clases de individuos. Son
objetivas y se prueban varias veces contra la realidad. La primera etapa en la
construcción de una teoría puede ser intuitiva; las ideas basadas en la intuición son
modificadas más tarde por el conocimiento racional y empírico (los resultados de la
investigación y del estudio científico). Hay muchos ejemplos en la historia de la ciencia y
de la psicología de estudiosos a quienes su teoría cegaba al extremo de que perdían la
objetividad. Con todo, el ideal de la objetividad sigue siendo la meta que persiguen los
científicos.

Métodos

De manera alternativa, algunos psicólogos estudian la personalidad sin enfocarse en las


diferencias individuales. El enfoque idiográfico estudia a los individuos uno a la vez. sin
realizar comparaciones con la demás gente. En la práctica, los enfoques totalmente
idiográficos pueden ser imposibles, ya que cualquier descripción de una persona (por
ejemplo. “María es sociable”) implica la comparación con otras personas, aun si la
comparación existe únicamente en la memoria del que hace el análisis. Aunque las
comparaciones implícitas con la demás gente son inevitables, se dice que una
investigación es idiográfica si se enfoca en las particularidades de un caso individual.
Describe con palabras, en lugar de poner énfasis en mediciones numéricas. Los estudios
de caso y los análisis psicobiográficos son métodos idiográficos.
Un estudio nomotético trata de establecer de forma objetiva alguna ley universal en las
ciencias. Tiene como contraparte al estudio ideografico que sólo trata de describir
acontecimientos o hechos particulares. Los estudios nomotéticos suelen explicar
cuestiones relacionadas con las ciencias formales o naturales; mientras que los estudios
ideograficos suelen explicar mejor a las ciencias sociales, aunque ésto no siempre se
cumple, hay temas en ciencias naturales que sólo describen parcialidades como
conceptos que se vuelven leyes generales y explican a las ciencias sociales.

A la psicologia, tradicionalmente, se le ha considerado ideografica puesto que su discurso


describe modelos, hipotesis o estudios del comportamiento enfocados solamente en las
características particulares del individuo. Sin embargo, también posee características
nomotéticas, puesto que ha buscado generalizar leyes universales en el comportamiento;
ejemplos de ésto se han dado en; el conductismo, las neurociencias, el desarrollo
psicológico, la psicometría y la psicoestadística por mencionar algunos.

En la investigación idiográfica se estudia exhaustivamente a un sujeto o a unos cuantos,


mientras que la investigación nomotética consiste en someter a análisis estadístico los
datos recabados de una muestra amplia.

Desde que Gordon Allport (1937b) propuso por primera vez los términos idiográfico y
nomotético, los psicólogos de la personalidad han debatido sobre el valor de los dos
enfoques. Los críticos del método idiográfico sostienen que la investigación idiográfica
carece de las reproducciones necesarias y de los controles de la ciencia (Corsini. 1986;
Dregcr, 1986: Eysenck, 1954. 1986; D. N. Robinson, 1984: Skaggs, 1945; Stroud. 1984).
Los críticos del método nomotético, preguntan cómo puede ser la personalidad el estudio
de los individuos si su investigación se basa siempre en grupos. Mientras que algunos
casos de estudio idiográficos parecen más narrativa que ciencia, los defensores de los
métodos idiográficos han sugerido estrategias de investigación para estudiar a los
individuos (I. E. Alexander, 1990; D.J. Bern, 1983: Bern y Funder, 1978). Sin embargo, la
mayor parte de la investigación sobre la personalidad es nomotética.

Tanto el enfoque nomotético como el idiográfico contribuyen en algo a la psicología de la


personalidad (Hermans. 1988). Los estudios de individuos hacen posible una descripción
más completa sobre la personalidad (Lamiell, 1981) y sobre las causas del
comportamiento (cf. Ma- nicas y Secord, 1983, 1984). Las estudios de grupos son
necesarios para determinar si las explicaciones individuales se ajustan también a las
demás personas. Solamente al hacer ambas clases de investigación, podemos entender
al individuo y saber si el entendimiento puede ser generalizado, ésto es, que pueda ser
aplicado para entender también a otra gente.

Subjetividad en las teorías de la personalidad


Podríamos suponer que las teorías de la personalidad, por pertenecer a una disciplina
que se dice científica, pertenecen a una categoría formal y objetiva, pero no siempre es
así. Los psicólogos admiten que algunas contienen un elemento subjetivo y que pueden
reflejar hechos de su propia vida en una especie de autobiografía disfrazada. Pueden
recurrir a esos hechos como fuente de datos para describir y corroborar su teoría. Por
mucho que traten de ser imparciales y objetivos, en cierta medida su punto de vista
seguramente influirá en su percepción. Eso no debería sorprendernos; los teóricos de la
personalidad son humanos, e igual que a nosotros, a veces les cuesta mucho aceptar
ideas contrarias a su experiencia.

En pocas palabras, la objetividad de ésta dependerá siempre del tema –la naturaleza
humana tan compleja–, pero las suposiciones reflejarán en gran medida la personalidad y
las experiencias de quien las proponga.

La primera etapa en la construcción de una teoría se basa generalmente en la


intuición; en las etapas subsecuentes el científico modificará y perfeccionará esas ideas
intuitivas por medio de su conocimiento empírico y racional. Así pues, mediante la
aplicación de la razón y el análisis de datos, lo que inició como una teoría personal adopta
las cualidades de una propuesta formal. Sin importar el nivel de objetividad de las teorías
de la personalidad (y veremos que algunas son más objetivas), todas conservan un poco
de subjetividad, pues se inspiran en las experiencias y necesidades de quien la formula.
Si queremos conocer a fondo una teoría, habrá que conocer lo más posible a su creador.
Es importante considerar cómo influyeron acontecimientos específicos de la vida del
científico en el desarrollo de su planteamiento. En los casos en que disponemos de
suficiente material biográfico, indicaremos la manera en que la teoría refleja esos
acontecimientos. Casi siempre el teórico empieza describiéndose a sí mismo. Más tarde
busca la información apropiada de otras fuentes para generalizar a otros esas ideas
personales.

Una segunda cuestión se refiere a la controversia entre herencia y crianza. ¿Cuál es


el factor más importante de la conducta: los rasgos y atributos heredados (nuestra
naturaleza o el bagaje genético) o las características del ambiente (la influencia de la
crianza, educación y formación)? ¿Las capacidades, el temperamento y las
predisposiciones que heredamos determinan la personalidad o influyen más las
condiciones en que vivimos? La cuestión de herencia o ambiente no afecta únicamente a
la personalidad; también afecta a la inteligencia: ¿La inteligencia recibe una influencia
mayor de la estructura genética (herencia) o de la estimulación en el hogar y en la escuela
(ambiente)? Igual que con el caso del libre albedrío frente al determinismo, existen tanto
posturas radicales como intermedias. Muchos teóricos suponen que ambos factores
determinan la personalidad: para algunos la herencia es el factor predominante y el
ambiente es menos importante; otros sostienen lo contrario.

Una tercera cuestión se refiere a la importancia relativa de los sucesos del pasado –
las experiencias de la niñez temprana por ejemplo– en comparación con lo que
ocurre más tarde. ¿Cuáles moldean más la personalidad? Si suponemos, como algunos
teóricos señalan, lo ocurrido en la infancia y la niñez afecta de manera decisiva la
formación de la personalidad, habrá que suponer que en el desarrollo posterior
simplemente maduran los temas básicos sembrados en los primeros años de vida. A esta
perspectiva se le conoce con el nombre de determinismo histórico. La personalidad (se
piensa) queda casi totalmente fija aproximadamente a los cinco años de edad y cambia
poco durante el resto de nuestra existencia. La naturaleza de las experiencias tempranas
determina la personalidad del adulto.

La postura contraria sostiene que la personalidad es más independiente del pasado y


susceptible de ser influida por los hechos y experiencias del presente, lo mismo que por
nuestras aspiraciones y metas para el futuro. También se ha propuesto una postura
intermedia: las experiencias tempranas moldean la personalidad pero no de un modo
rígido ni permanente; los sucesos posteriores vienen a reforzar o a modificar los primeros
patrones de la personalidad.

¿Individualidad o universalidad?
¿Tiene la naturaleza humana aspectos individuales o es universal? Es otra cuestión
que divide a los teóricos de la personalidad. Podemos considerar que es tan única que
ninguna acción, ninguna expresión tiene su equivalente en otra persona. De ser así,
carece de sentido comparar a la gente. Otra postura acepta la individualidad, pero la
interpreta partiendo de patrones generales de conducta considerados universales, por lo
menos dentro de una cultura particular.

¿Equilibrio o crecimiento?
Una quinta cuestión se refiere a lo que podríamos llamar las metas supremas y
necesarias de la vida. Los teóricos no concuerdan en qué constituye la principal
motivación en la vida. ¿Funcionamos como máquinas, como una especie de mecanismo
autorregulador, satisfecho siempre que se mantenga cierto equilibrio o balance interno?
¿Actuamos exclusivamente para atender las necesidades físicas, para obtener placer y
evitar el dolor? ¿Consiste la felicidad en reducir el estrés a un nivel mínimo?
Algunos teóricos suponen que el ser humano es algo más que un animal que busca el
placer y atenuar la tensión. Otros piensan que estamos motivados principalmente por la
necesidad de crecer, de realizar plenamente nuestro potencial, de alcanzar niveles cada
vez más altos de autorrealización y desarrollo.

¿Optimismo o pesimismo?
Esta cuestión refleja la idea que los teóricos tienen de la vida. Podemos llamarla
optimismo frente a pesimismo. ¿Es el ser humano esencialmente bueno o malo,
bondadoso o cruel, compasivo o despiadado? Nos hallamos aquí frente a un problema de
ética, un juicio de valor que supuestamente no debería tener cabida en el mundo objetivo
e imparcial de la ciencia. Sin embargo, varios teóricos han intentado con determinismo
histórico contestar esta pregunta y, como veremos más adelante, ésto ha estimulado
abundantes investigaciones. Algunos ofrecen una visión positiva y optimista de la
personalidad, describiendo al hombre como humanitario, altruista y con conciencia social.
Otros encuentran pocas de esas cualidades, ya sea en el individuo, ya sea en la
sociedad.

Herencia y medio ambiente en la personalidad

Algunos teóricos afirmaban que la personalidad se hereda, otros en cambio afirmaban


que las experiencias de algunas personas determinaban su personalidad. En este sentido
el pensamiento contemporáneo es más equitativo, y postula que tanto la herencia
(biología) como el ambiente (experiencias) son importantes, aunque claro algunas
características de la personalidad pueden recibir más influencia de un factor que de otro.

La herencia, según los estudios biológicos, es la dotación cromosómica de cada uno de


nosotros; es el proceso por el cual el ser humano origina nuevos seres parecidos a ellos,
mediante la transmisión de caracteres de ascendientes a descendientes. Y el ambiente es
todo lo que sucede alrededor de cada individuo, y son dos factores que influyen
directamente en nuestras vidas desde que nacemos hasta que nos morimos.

En el desarrollo emocional y social influye decisivamente el ambiente pues las


experiencias van labrando la personalidad del individuo.

La personalidad está formada por características innatas más la acumulación de


experiencias y acciones recíprocas entre el ser humano y su medio, dirigiendo el
comportamiento en gran cantidad de situaciones, por lo tanto, podemos concluir que la
personalidad es un concepto de naturaleza multidimensional, con muchos elementos que
interaccionan.
Los estudiosos de la psicología continúan tratando de comprender las diferentes
personalidades; algunos teóricos ponen énfasis en las experiencias de la primera infancia,
otros en la herencia, y otros atribuyen el papel fundamental al medio ambiente pero se
debe tener claro que la personalidad es algo único de cada individuo, y es lo que los
caracteriza como entes independientes y diferentes.

Los expertos coinciden en que la personalidad no es una entidad estática sino que está
sometida o transformaciones, pero discrepan acerca de la cuantía y de los elementos en
que se opera el cambio. A veces se describen transformaciones dramáticas de la
conducta, atribuidas a sucesos importantes, pero por lo general, los cambios son
graduales y requieren un período más o menos largo de incubación. Las transformaciones
de la personalidad se realizan dentro de ciertos límites, como los determinados por los
factores biológicos, el aprendizaje y otras circunstancias socioculturales. Por ello a pesar,
de los cambios, la persona se experimenta a sí misma como idéntica a lo largo del tiempo.

También podría gustarte