Evolución Histórica Del Derecho Penal Trabajo Borador
Evolución Histórica Del Derecho Penal Trabajo Borador
Evolución Histórica Del Derecho Penal Trabajo Borador
Época primitiva
Época de la pena pública
Periodo humanitario
Periodo científico
La Escuela Clásica
Acción
Tipicidad
Antijuridicidad
Culpabilidad
BIBLIOGRAFIA
Mu;oz Conde
Sancinetti
Welsen hall
Jakobs, Gunter
Roxin Claus
Roxin Claus
Caratula
Indice
Introducción
Desarrollo
Tema
Conclusión
Anexos
Bibliografía
Pie de pagina
UNIVERSIDAD DE EL SALVADOR
FACULTAD MULTIDISCIPLINARIA ORIENTAL
DEPARTAMENTO DE JURISPRUDENCIA Y CIENCIAS SOCIALES
TEMAS:
EVOLUCION HISTORICA DEL DERECHO PENAL
ESCUELAS PENALES Y LA ESCUELA CLASICA PENAL
CATEDRATICO:
LIC. CARLOS SOLORSANO TREJO
CARRERA:
LICENCIATURA EN CIENCIAS JURIDICAS.
CATEDRA:
DERECHO PENAL I
ESTUDIANTES:
MARIA PATRICIA CALDERON MATA
BLANCA LOURDES CHICAS DIAZ
KEIRY NORELY PORTILO MOYA
JORGE SERPAS
CIUDAD UNIVERSITARIA ORIENTAL, ABRIL 2018.
Índice
Introducción
I. EVOLUCIÓN HISTÓRICA DEL DERECHO PENAL
Para comprender la esencia de una institución jurídica se impone conocer su evolución histórica. El
jurista apreciará con más justeza la institución que lo preocupa cuanto más haya penetrado en el
campo de la Historia.1
1
Tratado de Derecho Penal tomo1, 2ª. Edic. Carlos Fortán Balestra, Pág.39
2
Principios de Derecho Penal, 3ª. Edic. Luis Jiménez de Asua, Pág. 28
justicia por mano propia. La venganza de la sangre fue la primera forma de reacción contra
el delito que se conceptuó como un ataque a la víctima; esta apreciación vino a ser, una
concepción jurídica familiar del Derecho Penal, y desde entonces la venganza de la sangre
apareció primero como un deber de la víctima y más tarde como un Derecho de los parientes
consanguíneos de aquella, todo esto originó muertes inútiles y una encarnizada lucha entre
las diferentes tribus hasta llegar a la eliminación de algunas de ellas, perdiéndose dentro de
las comunidades la paz a tal grado de llegar hasta la propia destrucción de todo el círculo
familiar consanguíneo.
La Ley del Talión: Es la reacción ilimitada de los grupos que por medio de la venganza de la
sangre se masacraban inmisericordemente, con el correr del tiempo se vio limitada al
aparecer en el campo de las ciencias penales el Talión, que trata de atenuar las consecuencias
originadas por las guerras entre tribus originadas por la vindicación de la ofensa que un grupo
hacía a otro por la ofensa cometida a uno de sus miembros. Apareció con el Talión un freno
al instinto salvaje de venganza, pasando de la pena privada a la pena pública, paso que
significa un marcado progreso social para la época y un avance en el campo del Derecho
Penal. La venganza de la sangre y la expulsión de la comunidad de paz se opusieron el Talión
que postuló como principio rector de la vida social la retribución de un mal por otro igual:
“Ojo por ojo; diente por diente; mano por mano”.
Con la Ley del Talión se observa un marcado progreso en las ideas penales de la humanidad,
ya que se estableció un sentido de proporcionalidad de la pena, se limitó la venganza privada
e impidió que el daño que esta causare fuera arbitrario. Esta famosa Ley tiene sus
antecedentes en el Código de Hammurabi, en la Ley de las XII Tablas del Derecho Romano
y en la Legislación Mosaica.
1.1.4.- La composición:
En la época teocrática, se sustituye la voluntad individual del vengador por una voluntad
divina a la que corresponde la defensa de los intereses colectivos lesionados por el delito. La
justicia penal se ejecutó en el nombre de Dios, los jueces juzgan en su nombre (generalmente
eran sacerdotes, los que representando a la voluntad divina administraban justicia), y las
penas se imponían para que el delincuente expresara o reconociera su delito y la divinidad
depusiera su cólera y castigo. Es el espíritu del Derecho Penal del antiquísimo pueblo hebreo.
También es posible encontrar resabios de tal sistema en la Edad Media, en la que algunos
Estados asumieron la lucha contra el delito, pero en algunos tiempos se confundieron los
poderes estatales y eclesiásticos.
1.1.6. Época de la Venganza Pública:
1. 3. PERIODO HUMANITARIO
El Derecho Penal hasta el siglo XVIII se caracterizaba por su crueldad. De aquí para adelante
trata de adaptarse a la realidad: social y política.
Así la Ilustración en su vertiente penal persigue la igualdad de las personas ante la ley, la
humanización de las sanciones (por ejemplo se establece la guillotina para la pena de muerte,
sanción sin dolor), la eliminación del tormento (sistema para obligar por la fuerza y el
sufrimiento físico a declarar a los testigos reacios o a confesar a los sospechosos y acusados)
y busca la promulgación de leyes claras. En la Ilustración los delitos se explican en base a la
razón y bajo las Leyes de la causalidad, separándose de los dogmas religiosos. Se diferencia
entre delito y pecado, trasgresión voluntaria de preceptos religiosos, mientras que el delito
consiste en la vulneración de un deber.
Se acepta límites del Estado y del individuo. El límite del Estado es el Derecho, el límite del
individuo, el derecho de los demás.
Es una ley física que a toda acción corresponde una reacción de igual intensidad, pero en
sentido contrario. A la excesiva crueldad siguió un movimiento humanizador de las penas y,
en general, de los sistemas penales. La tendencia humanitaria, de antecedentes muy remotos,
tomó cuerpo hasta la segunda mitad del siglo xvm con César Bonne-sana, marqués de
Beccaria, aun cuando no debe desconocerse que también propugnaron por este movimiento
Montesquieu, D'Alembert, Voltaire, Rousseau y muchos más. "En el terreno de las ideas —
escribe Villalobos—, ha sido necesario siempre encontrar un hombre de lenguaje sugestivo,
elegante y capaz de persuadir, para centuplicar el efecto de pen¬samiento que sin este recurso
pudieran permanecer en la pe¬numbra o en el patrimonio exclusivo de algunos especialistas;
buen ejemplo de ellos Voltaire, Juan Jacobo Rousseau, Carlos Marx y Enrico Ferri. Por lo
que ve a la reforma penal, fue acertadamente designado por el destino y por algunos amigos
suyos de la revista "II Caffe" el joven Bonncsana, Marqués de Beccaria. Su síntesis admirable
vio la luz tímidamente en el año de 1764, publicándose anónimamente y fuera de Milán,
ciudad natal y asiento de la vida y actividad del autor; pronto se habían agotado 32 ediciones,
con traducción a 22 idiomas diferentes.
En este libro titulado Dei delitti e delle pene, se une la crítica demoledora de los sistemas
empleados hasta entonces, a la proposición creadora de nuevos conceptos y nuevas prácticas;
se pugna por la exclusión de suplicios y crueldades innecesarios; se propone la certeza, contra
las atrocidades de las penas, suprimiendo los indultos y las gracias que siempre hacen esperar
la impunidad a los delincuentes; se orienta la represión hacia el porvenir, subrayando la
utilidad de las penas sin desconocer su necesaria justificación; se preconiza la peligrosidad
del delincuente como punto de mira para la determinación de las sanciones aplicables y se
urge por una legalidad de los delitos y de las penas, hasta el extremo de proscribir la
interpretación de la ley, por el peligro de que pudiera servir de pretexto para su verdadera
alteración. . ."3
3
De entre los puntos más importantes del libro de Beccaria destacan los siguientes: a) El
derecho a castigar se basa en el contrato social y por tanto la justicia humana y la divina son
independientes.
b) Las penas únicamente pueden ser establecidas por las leyes; éstas han de ser generales y
sólo los jueces pueden declarar que han sido violadas. c) Las penas deben ser públicas,
prontas y necesarias, proporcionadas al delito y las mínimas posibles. Nunca deben ser
atroces. d) Los jueces, por no ser legisladores, carecen de la facultad de interpretar la ley.
Para Beccaria nada hay tan peligroso como el axioma común que prodama la necesidad de
consultar el espíritu de la ley. e) El fin de la pena es evitar que el autor cometa nuevos delitos,
así como la ejemplaridad respecto a los demás hombres. f) La pena de muerte debe ser
proscrita por injusta; el contrato social no la autoriza, dado que el hombre no puede ceder el
derecho a ser privado de la vida, de la cual él mismo no puede disponer por no pertenecerle.
Al marqués de Beccaria se le considera, por algunos, como el iniciador de la Escuela Clásica.
Estima Florián que Beccaria no es su fundador por ser superior a las escuelas; pero es el
apóstol del Derecho Penal renovado del cual inauguró la era humanista y romántica, con
espíritu más filantrópico que científico.
1. 4. PERIODO CIENTÍFICO
Esta época de Humanismo3 sólo acepta como guía el conocimiento basado en la razón y el
Derecho empieza a guiarse por principios como: el Principio de la Igualdad de las Personas
Ante La Ley, axioma4 que plasma una determinada valoración de justicia de una sociedad
que en un momento histórico determinado informa que las partes de un proceso tienen
idéntica posición y las mismas facultades para ejercer sus respectivos derechos; el Principio
de Legalidad axioma en virtud del cual ningún hecho puede ser considerado como delito sin
que una ley anterior lo haya previsto como tal; etc.
En esta época (siglo XVIII) también surgen las: Garantías Procesales (por ejemplo la garantía
del Juez natural, la garantía del estado de Inocencia) y las Garantías Penales, éstas últimas
guiadas por el Principio de Legalidad.
Desde que se empieza a sistematizar en los estudios sobre materia penal, puede hablarse del
período científico. Esta etapa, en rigor, se inicia con la obra del marqués de Beccaria y
culmina con la de Francisco Carrara quien, como se verá en temas posteriores, es el principal
exponente de la Escuela Clásica del Derecho Penal. Algunos autores señalan, como principio
del período científico, las doctrinas de los positivistas de fines de la pasada centuria; no
obstante, tales estudios no forman propiamente parte del Derecho Penal, según se demostrará
en su oportunidad; los positivistas confeccionaron ciencias causales explicativas de la
criminalidad, pero no Derecho, normativo por esencia. Por otra parte, para la existencia de
un conocimiento científico basta con perseguir un fin o una verdad en forma ordenada y
sistemática; tal cosa ocurre a partir de la obra admirable del marqués de Beccaria; en
consecuencia, es desde entonces cuando surge el período científico. Sin embargo, ya antes
de Beccaria hubo inquietud por el estudio de los problemas del Derecho Penal y se hicieron
algunas sistematizaciones para tratar de resolverlos convenientemente.
Más o menos un siglo después cambio el sistema de organización política erigiéndose dentro
del Reino de Guatemala, varias Intendencias. Por ejemplo en 1875 se fundó la intendencia
de San Salvador, agregándosele Santa Ana. Desde entonces el Intendente sustituyó al Alcalde
Mayor. Esta era la organización territorial y política cuando surgió el movimiento de
independencia.
El régimen jurídico al que estaba sometido lo que hoy es El Salvador, era el mismo al que se
encontraban sometidos todos los territorios descubiertos por España, y este régimen era, pues,
el español. Pero con el Doctor Napoleón Rodríguez Ruiz, digamos que, dentro de este
régimen jurídico cabe considerar dos puntos de vista el netamente español, en el cual se
comprende el conjunto de las culturas jurídicas desarrolladas en España y de la antigüedad
hasta la promulgación del derecho español contemporáneo y el hispanoamericano, que
comprende la historia del Derecho Castellano y no los otros derechos españoles peninsulares,
por ser ese derecho el que rigió en las Indias Occidentales, ya que por las circunstancias
históricas en que tuvieron lugar los descubrimientos colombino, las Indias quedaron
incorporadas, políticamente a la Corona de Castilla.
Las instituciones jurídicas netamente españolas fueron el Fuero Juzgo que entre otras cosas
(compilaciones, Códigos generales de leyes, etc.), comprendía las declaraciones hechas por
los Magistrados sobre los dominios y Cotos de los Consejos, sobre las penas y multas en que
debían incurrir los que incumplían y sobre las cosas en que debían recaer los que lo
quebrantaban, dentro de las cosas en que debían tener lugar las penas de este fuero.
Por otra parte estaban el Fuero viejo de Castilla, el Fuero Real con las leyes de estilo,
llamadas también Declaración de las Leyes del Fuero, que son un comentario del Fuero Real
en materia de procedimiento y penalidad, Las siete Partidas, las Leyes de Toro, la Nueva
Recopilación y la Novísima Recopilación compuesta de doce libros divididos en títulos y
éstos en leyes continuaron vigentes aún después de la Independencia, en virtud de haberse
estipulado así en el acta misma que emancipó de España las provincias de centro América.
En lo que atañe a nuestro estudio y para concretarnos a ella veremos que el primer código
Penal Salvadoreño fue promulgado a poco menos dos años de la constitución de 1824, o sea
el 13 de abril de 1826, época en la cual El Salvador aun formaba parte de la Federación
centroamericana. Este código tuvo como patrón al español de 1822.
De entonces a esta parte, El Salvador ha tenido los siguientes códigos penales promulgados
sucesivamente así: a) El 2 de septiembre de 1859, que tuvo como modelo el código español
de 1848, el cual entró en vigencia el 20 de septiembre del mismo año, elaborado bajo la
acción directa del ilustre penalista Joaquín Francisco Pacheco; b) El promulgado el 19 de
mayo de 1881, que pasó a ser el tercer código salvadoreño, y fue inspirado en el código penal
español de 1870, siendo tan similar a éste, que sus diferencias poco se advierten entre las que
merecen destacarse la eximente segunda, en la cual nuestros legisladores no se limitan a
declarar exento de responsabilidad criminal al imbécil y al loco, como decía el código
español, sino que acertadamente agregaron hallarse privado de razón por causa independiente
de su voluntad, el cual entró en vigencia el 19 de Diciembre de 1881, en esa década se dio
un hecho que influyó decisivamente en la historia de la legislación penal Salvadoreña, fue el
Tratado Sobre Derecho Penal y Extradición, que celebraron la República mayor de
Centroamérica y Costa Rica y Guatemala, el día cinco de junio de 1997 en la Ciudad de
Guatemala, tal tratado fue producto de la convivencia de unificar nuestra legislación penal
en el que se observa un cambio en el sistema de computar la sanción que señalaba para cada
delito una pena inferior y una pena superior, por el sistema hoy en uso de las penas rígidas
que se agravan o atenúan según las características que concurran en el delito, dicho tratado
fue ratificado y suscrito en San Salvador el día 12 de febrero de 1901, por delegados
plenipotenciarios de El Salvador, Costa Rica, Honduras y Nicaragua. Esta ratificación fue
suscrita en virtud de recomendación aprobado por el Segundo Congreso Jurídico
Centroamericano, celebrado en San Salvador el 15 de enero de 1901 y cuya instalación
definitiva se realizó el veinticuatro de enero de ese mismo año, según el profesor Julio Fausto
Fernández (29) el día 12 de febrero de 1901 fue aprobado por nuestro país el segundo tratado
sobre Derecho Penal y Extradición.
Luego de su edición el código de 1904 fue objeto de múltiples reformas a través de diversos
decretos legislativos, hasta llegar al año 1947, fecha en que se integran una comisión revisora
del código penal. Allí se tomó por primera vez la decisión de elaborar el proyecto de un
nuevo código penal que conservaría las instituciones que aún pudieran desempeñar una
función eficaz, y modificaría aquellas que en la práctica estuvieran caducas, teniendo
presente nuestra propia realidad social.
Antes del proyecto antes mencionado, ya se habían elaborado otros. De 1943 data el proyecto
de los Doctores Reyes Arrieta Rossi, Juan Benjamín Escobar y Carlos Azúcar Chávez.
Posteriormente, el Doctor Mariano Ruiz Funes, elaboró también un proyecto del Código
Penal salvadoreño.
Con este nuevo código penal, se pretendió alcanzar una legislación independiente de toda
influencia extranjera no aplicable a nuestro medio y que tuviera en cuenta las corrientes
doctrinarios modernas únicamente en lo que pudieran adaptarse y ser de utilidad en nuestra
realidad social política y humana, con el fin de lograr una aplicación de justicia más eficaz.
II. LAS ESCUELAS PENALES
ESCUELAS PENALES
ESCUELA CLASICA
ESCUELA POSITIVISTA
ESCUELA SOCIOLOGICA
ESCUELA DOGMATICA
ESCUELA FINALISTA
ESCUELA CONTEMPORANEA
4
1. ESCUELA CLÁSICA
Su representante fue Cesare Bonesana conocido como el Marqués de Beccaria. La escuela
clásica nace con el tratado de los delitos y de las penas, de Becaria y finaliza con Carrara.
Otros de sus representantes son:
* Bentham * Carmignani * Pessina * Rossi
La escuela clásica surge en la Revolución Francesa.
La distinguen los siguientes principios:
El delito para ellos es una declaración jurídica. Quien infringe una norma jurídica da
lugar a la configuración de un delito. El delito no existe sino se da previamente una
norma de derecho (principio de legalidad, o de existencia previa del tipo penal).
Con la pena, que es la consecuencia del delito, se pretende restablecer el orden
violado. Por eso con el castigo, que debe ser proporcional al daño causado, lo que se
pretende es darle al infractor una retribución moral.
La responsabilidad penal del individuo es fruto de su libre albedrío. El hombre, para
los clásicos, es libre de escoger entre el bien y el mal. Es decir se vincula la justicia
penal al libre albedrio.
2. ESCUELA POSITIVISTA
Escuela positiva surge como reacción contraria a la escuela clásica, la cual se
fundamenta en bases científicas que corresponden a las ciencias naturales. Sus
representantes son:
* Enricco Ferri * Rafael Garófalo * Cesar Lombroso.
Cabe mencionar que Enricco Ferri, invento las categorías antropológicas como:
Delincuente Nato
Delincuente loco
Delincuente habitual
El delito es un ente de hecho. No es la elaboración jurídica. Es el efecto del
comportamiento humano condicionado por factores sociales, físicos y
antropológicos. El delincuente para ellos es un anormal (anómalo) psíquico.
La razón de ser, de la pena, es la defensa de la sociedad. Con ella se busca rehabilitar
al individuo para evitar su recaída en el delito. Por eso propone el aislamiento del
infractor para someterlo a tratamiento penitenciario.
El fundamento de la responsabilidad es la peligrosidad del sujeto. El individuo merece
mayor o menor pena en la medida en que representa un peligro mayor o menor para
la armonía social.
3. ESCUELA ECLECTICA O TERCER ESCUELA
La Tercer Escuela ó también conocida como Ecléctica, Terza Scuola, es una escuela
critica o escuela del positivismo crítico, tiene su aplicación precisamente por la pugna
existente entre las escuelas clásica y positiva. La Tercera Escuela surge en Italia (terza
scuola), alrededor de 1889 y cuyos principales representantes son:
* Carnevali * Alimena * Impalomeni
En Alemania también existió una tercera escuela, que coincide con los postulados de
la italiana.
El delito no es una elaboración de hecho, ni de derecho. Es un fenómeno determinado
por causas sociales. Mientras la sociedad no se reforme, la causa última de las
acciones delictuosas son las condiciones sociales de los individuos.
Con la pena se quiere intimidar al sujeto. Este acto intimidatorio se utiliza como una
forma de defensa social. Pero para saber si la sanción es efectivamente intimidatoria,
esta teoría propone la distinción entre imputables e inimputables, según sean
conscientes o no del significado de la pena.
La responsabilidad penal tiene su soporte en la peligrosidad del agente. Esa
peligrosidad se mide por el efecto disuasorio que tenga sobre su conciencia la pena.
La tercera escuela considera al delito como un fenómeno natural y social.
4. OTRAS ESCUELAS PENALES
ESCUEKLA DE LA
DOGMATICA ESCUELA
ESCUELA ESCUELA ESCUELA ESCUELA DEL
JURIDICA ABOLICIONISTA
DERECHO PENAL
SOCIOLOGICA DOGMATICA FINALISTA CONTEMPORANEA DEL DERECHO
MINIMO
O NUEVA POLITICA PENAL
CRIMINAL
LA ESCUELA SOCIOLOGICA
Para estos pensadores no es el delito ni elaboración de derecho, ni de hecho, ni un fenómeno
determinado por causas sociales. El delito es efecto de factores endógenos y exógenos que
influyen en la personalidad del individuo. La pena persigue como fin la defensa de la
sociedad de las acciones que se orientan a destruirla. Y, agrega, que la pena debe ser adosada
con medidas preventivas que recaigan sobre los factores antropológicos y sociológicos que
dan lugar a las acciones antisociales.
Representantes de esta escuela fueron:
•Montero •Vilvela •Roeder
Principios:
El delito es efecto de factores endógenos y exógenos que confluyen en la personalidad del
individuo. Por eso aboga porque se tengan como herramientas los métodos de la sociología
y la antropología.
Con la pena se pretende defender a la sociedad de acciones que se orientan a destruirla. Pero
enfatiza en que la pena debe ser adosada con medidas preventivas que recaigan sobre los
factores antropológicos y sociológicos que dan lugar a las acciones antisociales.
LA ESCUELA DOGMATICA
Para nada importan los factores sociológicos, antropológicos o criminológicos del delito. La
norma penal es el fundamento de su objeto de estudio. Para los dogmáticos es una acción u
omisión, antijurídica y Para esta escuela, la pena, que es consecuencia de haber obrado con
culpabilidad (responsabilidad), tiene tres fines; preventivo, que se da con la amenaza de la
carga aflictiva o sanción y que se traduce en un temor. Retributivo, dado con la aplicación de
la sanción.
Principales Representantes:
*Von Jhering * Binding * Beling * Manzini * Mezger * Roccio * Carnelutti
Principios:
La pena es consecuencia de haber realizado una conducta constituida por estos tres
elementos, y se impone con fines retributivos o preventivos
No acepta la responsabilidad objetiva. Es decir, aquella que se deduce por el mero
hecho de cometer una acción típica, antijurídica y culpable. Exige en el autor del
delito una finalidad o una intención especial (ánimos especiales), sin estos elementos
no es posible decir que alguien cometió delito.
Se sostienen tres elementos que debe contener una conducta para que sea delictiva
*La tipicidad *La antijuricidad *La culpabilidad
LA ESCUELA FINALISTA
Define el delito como una acción injusta culpable. Niega el finalismo, que exista
culpabilidad (juicio de reproche) si la conducta obedece a error, y distingue dos clases de
error: error de tipo y error de prohibición. Si el autor se equivoca en la descripción de alguno
de los elementos que hacen típica una conducta, incurre en error de tipo y, si erra o se
equivoca en la existencia del tipo, o sea, que no sabía que esa conducta era prohibida, no se
le reprochara su conducta por error de prohibición.
Concibe el delito simplemente como una acción injusta y culpable. No hay delito si la acción
y descripción legal no coinciden. También se desnaturaliza el delito si la conducta es
producida por ERROR.
Para el finalismo, la pena, que es consecuencia de haber obrado con culpabilidad, tiene tres
fines: Preventivo, dado por la amenaza de la carga aflictiva; Retributivo, dado por la
aplicación de la sanción, resocializador del autor del ilícito que se deriva de la ejecución de
esa pena.
La responsabilidad penal no existe si en la acción faltan los elementos subjetivos: dolo, culpa
o preterintencion, o si quien incurre en el hecho actúa en concurrencia de una causal
exculpante de responsabilidad, como el caso fortuito, la fuerza mayor, el error de tipo o
prohibición, etc.
LA ESCUELA DE LA DOGMATICA JURIDICA CONTEMPORANEA O
NUEVA POLITICA CRIMINAL
El delito es un asunto político. El derecho penal crea el delito como un problema situado en
la perspectiva política. Por eso el delito se define según la forma de estado en que se dé.
El delito no es un ente abstracto, sino orientado por una perspectiva política a la cual obedece
su definición. La pena debe cumplir una función preventiva, nunca retributiva. Con el
tratamiento penitenciario se debe buscar la resocialización de las personas. La
responsabilidad no es consecuencia del libre albedrío. Es preciso fundarla en las razones
individuales que lleva el delito.
Representantes: •Bricola •Baratta
El delito es concebido como un ente jurídico: una relación contradictoria entre el hacer del
hombre y la norma.
El Derecho Penal tiene un fin de tutela. La pena es un medio de tutela jurídica que tiende al
reestablecimiento del orden público alterado por el delito y tiene el carácter de un mal,
equivalente al que el delincuente ha causado. Su límite lo da la equidad, ya que no debe ir
más allá de las necesidades tutelares para no ser abusiva; en consecuencia la pena debe ser
proporcionada al delito, cierta, conocida, segura y justa.
La responsabilidad penal del sujeto se sustenta en el libre albedrío y en la imputabilidad
moral. El hombre tiene libertad moral para decidirse en la elección del bien o del mal; si se
decide por lo último, debe ser castigado.
Los puntos de contacto entre los llamados penalistas clásicos o iluministas, o penalistas del
contractualismo social, radican en la adhesión a la doctrina del derecho natural y en el empleo
del método deductivo y especulativo.
Esta corriente de pensamiento procura
establecer el adecuado límite a la
potestad estatal de castigar; por ello es
contraria a la crueldad innecesaria de las
penas. Es firme defensora de los derechos
individuales, tanto en lo que hace al
derecho de fondo, a las reglas del proceso
penal y al modo de la aplicación las
penas.
El Derecho Penal tiene un fin de tutela. La pena es un medio de tutela jurídica que tiende al
reestablecimiento del orden público alterado por el delito y tiene el carácter de un mal,
equivalente al que el delincuente ha causado. Su límite lo da la equidad, ya que no debe ir
más allá de las necesidades tutelares para no ser abusiva; en consecuencia la pena debe ser
proporcionada al delito, cierta, conocida, segura y justa.
La responsabilidad penal del sujeto se sustenta en el libre albedrío y en la imputabilidad
moral. El hombre tiene libertad moral para decidirse en la elección del bien o del mal; si se
decide por lo último, debe ser castigado.
Nacimiento:
Esta corriente doctrinal se forma a principios del siglo XIX, es hija de la Revolución
Francesa y tiene como cometido fundamental la reivindicación de los derechos del hombre,
bajo la tutela del Estado liberal no intervencionista que repudia los excesos del absolutismo.
Comienza con ella, pues el desenvolvimiento de ideas liberales relacionadas con el delito y
la pena, y crea verdaderas escuelas jurídico- penales, que propician el ulterior desarrollo del
Derecho Penal. La escuela clásica tuvo influencia en las legislaciones penales del siglo XIX,
tales como el Código Penal español de 1870, el alemán de 1871 y el italiano de 1889.
Igualmente hizo sentir su influencia en el espíritu y la letra del Primer Código Penal de la
República Argentina (1886).
4. La acción es el acto externo del hombre (sólo él puede ser sujeto activo).
5. Señala elementos subjetivos de las figuras delictivas, por lo que puede ser
considerado un adelantado en el esbozo de la teoría de la tipicidad.
Carrara deriva la ley penal de la voluntad misma de Dios, pero le asigna el fin humano de
proveer a la tutela jurídica dentro de los límites de la moral: “El derecho de castigar, en manos
de Dios, no tiene más norma que la justicia. El derecho de castigar, en manos del hombre, no
tiene más legitimidad que la necesidad de la defensa, puesto que ha sido concedido al hombre,
en tanto en cuanto es necesario para la conservación de los derechos de la Humanidad. Pero
aunque la defensa sea la única razón de la delegación, el derecho delegado queda siempre
sometido a las normas de la justicia, puesto que no puede perder la índole primitiva de su
esencia al pasar a las manos del hombres”. A esta síntesis Fontán Balestra la llama «defensa
justa».
Repercusión.
Su influencia puede verse en los Códigos Penales italiano de 1889, español de 1870, alemán
de 1871 (redactado por Feuerbach), holandés de 1881 y argentino de 1886.
. Método:
Parte esta Escuela por considerar al Derecho Penal como una “Ciencia Jurídica” que debía
estar incluida dentro de los límites que marca la ley, sin dejar nada al arbitrio del juez. Las
concepciones jurídicas se obtienen del puro razonamiento, por ello el estudio del Derecho
Penal se considera que el método más apropiado es el “lógico- abstracto”. “deductivo o
especulativo” del cual se sirven las ciencias jurídico-sociales.
El Delito:
Para los Clásicos el delito es concebido como un “ente jurídico” abstracto que supone una
relación de contradicción entre el hecho del hombre y el derecho positivo. Según
CARRARA, “el delito no es un ente o fenómeno de hecho sino un ente jurídico porque su
esencia debe consistir necesariamente en la violación de un derecho”.
El delito, es pues, bajo el concepto carrariano “la infracción a la ley del Estado, promulgada
para proteger la seguridad de los ciudadanos, y que resulta de un acto externo del hombre,
positivo o negativo, moralmente imputable y políticamente dañoso”.
En otros términos. El delito es la violación a la norma jurídica. Por consiguiente, la Escuela
Clásica no mira el delito como un fenómeno natural y social sino como un hecho jurídico.
Lo que interesa al jurista es su contradicción con el DERECHO y bajo ese aspecto se formula
su concepto. Como, por otra parte, antepone la consideración del delito y lo aísla, tanto del
delincuente como del medio en que se produjo, además de jurídica, es esencialmente objetiva.
En conclusión, Según los clásicos el delito como ente jurídico es en esencia, una violación
del Derecho. Según esto, el delito no constituye meramente un hecho que da lugar a
consecuencias jurídicas, sino también un hacer, un obrar humano con el cual se viola la ley
penal. Ante la realización de una conducta prohibida, es necesario imponer una sanción.
Influencia:
Entre los méritos de la Escuela Clásica podemos mencionar: el hecho de haber realizado un
estudio sistemático sobre el delito como ente jurídico, el haber logrado la abolición de las
penas infamantes o deshonrosas, el haber rodeado al imputado de garantías tales como: el
principio de legalidad frente al poder sancionador del Estado.
No obstante, puede criticársele el hecho de haber restado importancia al estudio del
delincuente, pues se limitó a considerar el delito como ente jurídico, pero ignoró que el
delito, por el hecho de ser consecuencia de una acción humana tiene como protagonista a una
persona.
POSTULADO ESCUELA CLÁSICA
MÉTODO *Deductivo o lógico
DELITO *Es un ente jurídico
a) *El libre albedrío.
RESPONSABILIDAD
b) *Su origen es producto de la inteligencia, voluntad y libertad.
a) *Es eminentemente un mal, un medio de tutela jurídica y
PENA retributiva.
b) *Proporcionada a la gravedad objetiva del delito, y prefijada en
la sentencia
a) *Parte del supuesto de la normalidad del delincuente no exige
DELINCUENTE que la pena se adapte a él.
b) *No estudia al delincuente.
LA ESCUELA CLASICA Y LA TEORÍA CLÁSICA DEL
DELITO
El nombre, Escuela Clásica, no le fue dada por sus fundadores, sino por sus adversarios, los
positivistas, que al término “clásico” atribuyeron una significación despectiva, la de
tradicionalismo caduco o retrógrado. Quienes repudiaban y rechazaban las bases
metodológicas en que esta escuela se sustentaba.
El paradigma de la escuela clásica, está representado por el gran desarrollo alcanzado por el
estudio de la ciencia de la naturaleza, que provocó el surgimiento de una corriente de
pensamiento, que amparada en los criterios científicos, entendió que mediante la
comprensión de los procesos naturales, podía encontrar el camino para la solución de los
múltiples problemas sociales y humanos que aquejaban al mundo. El estudio de la ciencia,
condujo a determinar que su comprensión estaba asociada al dominio de la naturaleza, y con
tal conocimiento pretendió limitar las miserias humanas. Las premisas científicas,
desarrolladas en este periodo, establecían la posibilidad que mediante el empleo del
conocimiento de la ciencia, se podía en teoría, conducir a la sociedad por el camino de la
felicidad suprema, suprimiendo de forma científica o categórica los males que la aquejaban.
Con el transcurrir del tiempo, pudo comprobarse, que estas tentativas están condenadas al
fracaso, porque la noción del delito está íntimamente ligada a la vida social y jurídica de cada
pueblo y de cada siglo, y por eso, hay mutaciones entre lo que hoy se considera delito y lo
que antes era considerado como tal, en otra parte o en otro lugar.
Por eso resulta inútil establecer un concepto filosófico del delito, que determine cuando un
acto tiene carácter delictivo y cuando no. Ha habido actos que en otras épocas eran lícitos y
ahora no lo son. Por ejemplo, en la antigüedad no sólo era lícito, sino obligatorio, dar muerte
al padre viejo y enfermo. Hoy se castiga ese acto, llamado parricidio, en todos los países del
mundo se considera homicidio practicado en la persona de un ascendiente.
En la antigüedad existieron los delitos religiosos, los cuales se castigaban severamente, como
por ejemplo, el sortilegio, la hechicería, entre otros, que hoy han desaparecido y por lo tanto
no acarrean sanción penal.
Ahora bien, hay actos que violan un deber jurídico y nieguen un derecho subjetivo y si no
está tipificado en la ley penal como delito, no acarrea sanción penal. Por ejemplo, la omisión
del oportuno pago de una deuda, viola un deber jurídico, que es el de pagar oportunamente;
y además, viola un derecho subjetivo: el del acreedor de ver satisfecha su acreencia, y no
obstante, no está tipificado como delito y por lo tanto no acarrea sanción penal.
La teoría clásica del delito, nace como reacción a la barbarie y los métodos medievales donde
privaba la tortura como medios de obtención de pruebas, igualmente como reacción al
principio de juez natural, es decir, tribunales diferentes para nobleza y plebeyos. Las teorías
clásicas del delito encontraron inspiración en la Doctrina de los Enciclopedistas del siglo
XVIII, como Cesare de Beccaria que en 1764 publica su obra "De los delitos y de las Penas",
de contenido individualista liberal, basado en los principios de la Revolución Francesa de
1789.
La teoría clásica del delito, encuentra sus bases filosóficas en el derecho natural, negando la
tesis del contrato social, afirma que el derecho es innato al hombre porque es dado por dios,
por lo tanto el hombre debe vivir conforme a la ley natural pero ésta no es suficiente, el
hombre acepta leyes hechas por él, y para que estas leyes sean cumplidas necesita un conjunto
de normas sancionadoras, que establezcan el orden humano en cuanto a la siguiente
prelación:
Leyes de Dios.
Leyes del Hombre
Leyes Sancionatorias.
Los filósofos que influyeron en la Escuela Clásica fueron Immanuel Kant y Georg Wilhelm
Friedrich Hegel, el primero sostenía que nunca se debe tratar a nadie como simple medio,
sino como fin en sí mismo. El segundo decía que el delito es la negación del derecho; la pena
es la negación del delito o sea la afirmación del derecho.
Para la teoría clásica, la técnica penal, pretende encontrar los elementos que
matemáticamente identifiquen al delito, para establecer como consecuencia la imposición de
la pena, de allí surgen las diferencias entre autor, coautor, cómplice en el concurso de delitos
y personas.
El concepto de delito para la escuela clásica señala que es un ente jurídico previsto en la
norma jurídica y no un fenómeno social, es denominado infracción, se valora por el resultado
de un acto externo del hombre.
El acto externo humano, se refiere a que no pueden ser sancionables aquellos actos internos
o pensamientos que pueda tener un hombre, como entidad consiente y abstracta.
La teoría positivista establece como acto positivo o negativo, a aquellos que se refiere a las
acciones y omisiones, las acciones son positivas y las omisiones negativas.
La Pena en consecuencia representa el medio con que cuenta el Estado para reaccionar frente
al delito, expresándose como la "restricción de derechos del responsable". La pena repara la
ofensa a la sociedad y el fin que persigue no es otro que el de restablecer el orden jurídico
perpetuado de la sociedad y con este fin debe ser aflictiva, moral o físicamente, cierta, pronta
y publica en cuanto a su aplicación para así lograr su carácter ejemplarizante.
El método que emplea es el deductivo que va de lo particular a lo general, utiliza la razón, la
lógica y la ciencia para determinar la esencia del delito y así castigarlo.