Tema 14.grecia - Arquitectura Religiosa
Tema 14.grecia - Arquitectura Religiosa
Tema 14.grecia - Arquitectura Religiosa
La religión griega es politeísta y vincula varios elementos: Homero crea una sociedad divina a
imagen de la humana y Hesiodo plantea el problema de las fuerzas misteriosas utilizadas por el
conjunto de divinidades que regían los destinos del hombre. Los griegos consagraban sus
templos a sus múltiples dioses y eran la morada del dios. La religión griega tiene un sentido
colectivo y cada uno de los dioses era protector del destino común de los hombres que
habitaban la polis, de modo que los cultos eran una relación de los dioses con la colectividad.
En función de ello el templo va a ser considerado como un espacio restringido a cuyo interior
solo tiene acceso el sacerdote. No es un espacio de culto sino un marco sagrado en el que se
hace realidad la relación de los hombre con los dioses, que engloba el espacio circundante, el
temenos, en el que se realizaban propiamente las ceremonias religiosas en torno a un altar
ubicado en el exterior del edificio, circundado por un muro perimetral (períbolo), que separaba
el mundo sagrado del profano. Así, el templo griego está caracterizado por la organización
funcional de su interior a través de las estancias que albergaban la estatua del dios y las
ofrendas, y la valoración monumental y plástica de su espacio externo. Los templos griegos
están erigidos en esplendidos espacios naturales.
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La monumentalización de este tipo de edificios será el siguiente paso de la evolución del
templo, que se produce a finales del periodo geométrico el: hekatompedon donde de definen
los elementos propios de los templos griegos arcaicos. Ej.: Samos, Argos, Olimpia, Delos,
Lefkandi y Eretria, todos de estructura rectangular de unos 34 m. de largo, precedida por un
pórtico con columnas a los lados que en los primitivos ejemplos (ej. Eretria) tenía cabecera
absidada, recordando la estructura de los edificios domésticos y situándose la base de la
estatua del dios ante la fachada.
La gran innovación en el VII a.C. fue la incorporación de un peristilo o columnata exterior que
circundaba el edificio. Durante mucho tiempo se creyó que el templo de Hera en Samos era el
más temprano de estas construcciones, pero nuevos estudios adjudican esta innovación al
Megarón B del Templo de Apolo en Thermon (Etolia), es una estructura rectangular dividida en
su interior en tres espacios por dos muros transversales. En el exterior, el Megarón B estaba
circundado por una columnata, 18 columnas dispuestas a modo de peristilo, que además de
proteger el muro de la cella, dotaba al templo griego de una estética propia y original en el
contexto de la arquitectura antigua. La columnata destacaba el volumen exterior del edificio,
que adquiría protagonismo frente al espacio interior, marcando una diferencia fundamental en
el concepto arquitectónico respecto a la arquitectura egipcia y oriental, así como en relación a
los templos itálicos.
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La estructura y la planta del templo griego se define en los s.VIII y VII a.C., con un desarrollo
importante en época arcaica. El fomento de la arquitectura religiosa frente a la arquitectura
civil, se justifica por la situación socio-política que se vivía en la Grecia arcaica. El culto religioso
tenía un papel fundamental en la vida social de los griegos y cuando las polis tuvieron los
medios económicos se promovió la construcción de templos, que cohesionaban a la sociedad
en torno a un elemento común. Es entonces cuando los materiales perecederos se sustituyen
por la piedra, aunque la disposición espacial y la planta fueron las mismas. Esta sustitución de
materiales se relaciona con la situación social y política de Grecia en época arcaica, la tiranía
como forma de gobierno apoyó la formación de edificios que dieron fama al tirano y
preeminencia a la ciudad. Fueron frecuentes la promoción de nuevas formas de culto,
ceremonias y fiestas en honor a Dionisos y Atenea, creación de mitos vinculados a héroes que
darían lugar a santuarios y a través de éstos se estimularía la competencia entre las diferentes
ciudades.
Además del proceso de petrificación de la arquitectura griega, se apunta que el proceso que
atravesó el templo griego pudo tener en la arquitectura egipcia y micénica una fuente de
inspiración. De Egipto habría adoptado la propia tendencia a la construcción de templos de
piedra, con gran número de columnas. De Micenas habría heredado la estructura interna.
La planta queda ya definida en el periodo Geométrico y sufrió escasas variaciones. Esta planta
tipo.- sala rectangular de longitud variable y en su interior tres espacios: la cella o naos,
estancia rectangular en la que se sitúa la estatua del dios; el pronaos, o antesala de la cella, que
solía estar precedida por dos columnas in antis a modo de pórtico; y el opistodomos, espacio
equivalente al pronaos que se ubica en la parte trasera de la cella y que aparecía separada de
ella a través de un muro. En el exterior, el templo podía estar delimitado por una hilera de
columnas o presentar una columnata en cada uno de los lados menores. El templo se va a
erigir, además, sobre una base de piedra –estereobato- sobre la que se realizaba una
plataforma compuesta por tres escalones (crepidomos). (pag.314).
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Sobre este modelo de planta hay numerosas variantes. Una de ellas se refiere a la disposición y
numero de columnas en los pórticos:
El número de columnas que tengan los templos en su fachada dará lugar a otra clasificación:
dístilo, si son dos columnas; tetrástilo si son cuatro; hexástilo si son seis, octóstilo……
Pero una vez el templo se empieza a construir en piedra su sistema arquitectónico quedara
codificado a través de los llamados “órdenes arquitectónicos”, y que aparecen en la
arquitectura griega íntimamente asociadas a las construcciones religiosas. Estos órdenes
resultan de la utilización y ordenamiento de ciertos elementos arquitectónicos según unas
normas, llegando a configurar un sistema constructivo basado en criterios de proporción,
organización y medida. Los órdenes serán dos: dórico y jónico, considerando al corintio como
una variante del jónico. Cada uno tenía sus propias normas de composición y proporción, para
analizar la arquitectura griega es necesario conocer los elementos formales de cada uno de
ellos y dominar la terminología especifica referida a estos elementos.
El orden dórico
Columna.- se compone de fuste y capitel, este orden carecía de basa. El fuste estaba formado
por varios tambores unidos sin argamasa y presentaba una disminución de su grosor de abajo
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hacia arriba llamado éntasis, estando recorrido longitudinalmente por una serie de estrías
(entre 16 y 24) talladas en “arista viva” (con el encuentro de los ángulos en arista). El capitel,
habitualmente tallado en su solo bloque y compuestos de dos elementos: una pieza curva
denominada equino primero, y sobre ella un bloque rectangular; el ábaco.
El arquitrabe.- consiste en una especie de viga que descansa directamente sobre el ábaco y se
remata con una moldura decorada a intervalos regulares por un pequeño panel-regula-, del
que pendían una protuberancias-gotas-.
La cornisa.- compuesta de un alero llamado geison, que protegía al edificio de la lluvia, y otra
moldura más saliente llamada sima o cimacio. La parte interior del geison se decoraba con
unas plaquitas rectangulares con gotas dispuestas en hileras llamadas mútulos.
La cubierta de los templos dóricos era un tejado a doble vertiente apoyado sobre un eje
central y vigas transversales, dando lugar a un espacio triangular, el tímpano, provechado para
integrar decoración escultórica.
La planta del templo dórico está compuesta de cella, núcleo central del edificio y albergaba la
estatua del dios, precedida del pronaos con funciones de vestíbulo y era un espacio intermedio
entre el exterior del templo y el lugar sagrado y finalmente los opistodomos en la parte
posterior, lugar para ofrendas u objetos de culto. Las variaciones introducidas a lo largo de los
siglos, tanto en la planta como en la distribución irán referidas a la proporción.
A finales del arcaísmo hay una nueva valoración del edificio religioso como consecuencia de la
nueva situación política y cultural y se introducen por parte de los arquitectos las llamadas
correcciones ópticas, para dar solución a contradicciones en el sistema de de composición. Este
tipo de recursos pasarían a formar parte imprescindible de la arquitectura dórica del periodo
clásico y su mejor exponente es el Partenón.
El orden Jónico.
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A finales del VII a.C., las costas jonias de Asia Menor viven un momento de prosperidad
económica y cultural. Surge entonces, el nuevo orden o “canon” de la arquitectura griega, el
jónico, característico de la arquitectura griega de Asia. Sus diferencias con respecto al dórico,
residen en los elementos que componen su columna y entablamento, así como en sus
proporciones (pag.321).
Por todo ello el orden jónico aportará mayor carga decorativa y proporciones más esbeltas. Va
a carecer del rigor del dórico en cuanto a las normas de composición arquitectónica. El jónico
no tenía que articular, como ocurría en el dórico, la serie de triglifos y metopas del friso. La
construcción jónica tendrá sus propios rasgos definitorios, determinados por el influjo oriental.
Frente a la solidez, claridad y precisión del dórico, el jónico está vinculado a criterios estéticos
de magnificencia, decorativismo y lujo, determinados por el material empleado –el mármol, en
sustitución de la piedra local del dórico- así como el colosalismo de sus proporciones, la
complicación arquitectónica y la acentuada decoración. Todos estos rasgos aparecen ya en la
arquitectura religiosa griega arcaica, templos de Hera, en Samos, en el Artemio de Éfeso y en
templo de Apolo en Didyma.
Otra característica del jónico será sus variantes regionales: Grecia continental, las islas y las
costas jónicas de Asia Menor. El elemento común será un gusto generalizado por las formas
esbeltas y la ornamentación.
El orden corintio
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Como hizo
Vitrubio en el I
d.C.
consideramos al
orden corintio
como una
variante del
jónico, ya que la
única aportación
es las variantes
que introduce en
su capitel. Según Vitrubio aparece en la ciudad de
Corinto en el V a.C., y fue el orfebre Kalimachos,
discípulo de Fidias, el que impresionado por la belleza de
las hojas de acanto, decidió reproducir en piedra dicha
forma, dando lugar al capitel corintio. Este orden fue
muy empleado en la arquitectura helenista y en Roma, el
primer ejemplo documentado es la Linterna de
Lisicrates, edificio conmemorativo del 334 a.C.
EL TEMPLO DORICO
Muchos autores consideran que el templo dórico adquiere carta de naturaleza en el Heraion
de Olimpia, 600 a.C..., cella alargada, con pronaos y opistodomos, dando lugar a una planta
simétrica, donde la columna central de los templos primitivos ha sido sustituida por una doble
hilera de columnas laterales.
Pero el mejor ejemplo es el templo de Artemisa en Corfú, del 580 a.C., el primero construido
íntegramente en piedra: planta equilibrada y unificada, relaciones bien definidas entre la cella y
la columnata externa, así como la presencia de decoración en el frontón, que a partir de estos
momentos pasara a formar parte de la composición del templo griego. La planta, el templo es
octastilo solución canoníca del templo dórico compuesto por cella, pronaos y opistodomos,
estos últimos en columnas in antis. La cella, muy larga, dividida en tres naves por dos hileras de
columnas, con un peristilo que daba lugar a un pasillo más ancho de lo habitual en torno a la
cella.
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El templo de Apolo en Corinto, también es representativo, también tiene una cella dividida en
tres naves por dos hileras de columnas, que pudieron sostener un segundo piso, aquí la cella
estaba dividida en dos espacios desiguales e independientes, a la que se accedía
respectivamente por un pronaos y un opistodomos. Edificado sobre un alto basamento y
rodeado por un peristilo de 6 columnas en los frentes y 15 a los lados. Presentaba algunas
modificaciones en la estructura canoníca del orden dórico, para facilitar una contemplación
más bella y armónica del edificio por parte del espectador, esta cuestión caracterizara la
arquitectura griega de época clásica, lo que conocemos como “refinamientos estéticos”.
En el transcurso de la época Arcaica se produce el proceso de colonización de las costas del Sur
de Italia y Sicilia. La Basílica de Paestum, al sur de Nápoles, es uno de los ejemplos más
destacados, un santuario consagrado a la diosa Hera, del 540-530 a.C. Aquí el orden dórico está
interpretado de forma libre. El peristilo tenía 9 x 18 columnas; la cella dos naves con accesos
diferenciados y las columnas en el arranque del equino una decoración de influencia jónica.
Este edificio tiene un juego de proporciones entre las diferentes partes del edificio que ponen
de manifiesto la aplicación a su construcción de los principios de la symmetria. La Basílica de
Paestum fue construida en época de Pitágoras, quien enseñaba por esas fechas cerca del lugar
del templo.Pag.328.
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El siglo V a.C.: configuración y definición del templo dórico. Época clásica.
En el 480 a.C. se produce la 1ª gran confrontación de los griegos con Oriente, los persas
destruyen la Acrópolis de Atenas durante las Guerras Médicas. Este hecho marco la historia de
Grecia que desembocara en el ascenso cultural y político de la ciudad de Atenas bajo el
gobierno de Pericles, inaugurando la etapa clásica de la cultura y el arte griego. A partir de aquí
la evolución de la tipología del templo dórico conducirá a su definición en época clásica, tanto
en la Grecia continental como en la Magna Grecia, del que son representativos el templo de
Afaya en Egina, el de Zeus en Olimpia y el Tesoro de los Atenienses en Atenas.
En líneas generales se mantendrá la planta canónica de siglos anteriores, pero los arquitectos
querrán solucionar las contradicciones entre la aplicación rigurosa del orden dórico y la estética
del edificio, dando lugar a las “correcciones ópticas”. Esto implicaba primar la correcta
contemplación visual del edificio ante lo puramente arquitectónico, que se puede interpretar
como un deseo de humanización de las frías reglas matemáticas que regían el sistema
arquitectónico griego de órdenes.
El Templo de Afaya en Egina (pag.332).- 500-490 a.C., aquí se aprecian con claridad todas estas
tendencias. La planta es de un dórico tradicional: hexástilo y períptero, con pronaos y
opistodomos, ambos con columnas in antis. El interior de su cella estaba dividido en tres naves
por dos filas de columnas y toda la construcción es de piedra caliza local estucada, con la
particularidad de tener un segundo nivel de columnas en su interior, con función mas
decorativa que estructural, ya que el templo era de dimensiones pequeñas y no necesitaba de
soportes intermedios para sostener la cubierta.
La aportación fundamental de este templo es la armonía, ya que rompe con la sensación visual
de pesadez. Así, se dará solución al problema del friso con la “corrección angular”, y se
perfeccionara el sistema de proporciones, dando esbeltez a las columnas y haciendo más
ligeros los equinos. El estudio de este templo permitió constatar que la arquitectura religiosa
griega era policroma. En este
caso los elementos
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arquitectónicos alternaban el negro y el azul para resaltar las verticales, y el rojo para iluminar
las horizontales.
El templo de Afaya posee una interesante decoración escultórica en sus frontones, recreando
escenas míticas de la Guerra de Troya, en la que habían intervenido héroes locales.
El Templo de Zeus en Olimpia (pag.336).- 470-456 a.C., el orden dórico alcanza su madurez,
construido por el arquitecto Libón de Elis, arquetipo que resume toda la experiencia anterior.
Es un templo períptero de 6 x 13 columnas, de grandes dimensiones (64 x 27,6 m.), levantado
sobre un elevado zócalo de más de 3m., por lo que hubo que dotarle de una rampa en uno de
sus lados para permitir el acceso. La cella se levanto con un doble piso de columnas dóricas,
incluida una galería en la parte alta destinada, al parecer, a la contemplación de la grandiosa
estatua de Zeus que albergaba su cella. Lo interesante de este edificio es el modo en que se
proyecto, con un sistema de proporciones en las que el arquitecto manifiesta el deseo de que
las partes se subordinen al todo, incorporando refinamientos y correcciones para mejorar la
percepción visual del edificio, cuya contemplación transmitía, a pesar de sus dimensiones, una
sensación de esbeltez y ligereza que nada tiene que ver con el dórico arcaico. Su influencia
llegara a la Magna Grecia: Templo de Poseidón en Paestum y en el Templo E de Selinonte.
Complemento de este templo fue la decoración escultórica; las metopas decoradas con los
doce trabajos de Hércules, el frontón occidental con la imagen de Apolo protegiendo a los
lapitas en la lucha contra los centauros, en el frontón oriental la imagen de Zeus presidiendo la
carrera entre Pélope y Enómao, tema vinculado a la fundación del templo.
Este edificio forma parte de un santuario (hieron) consagrado a Zeus, en el Oeste del
Peloponeso, donde se realizaban unas competiciones deportivas en las que participaban
atletas de todo el mundo griego, eran los juegos Panhelénicos, a través de ellos se ponía de
manifiesto la competición cultural y política entre las diferentes ciudades-estado de Grecia. La
concepción arquitectónica del templo de Zeus cobra sentido en relación con el espacio en que
se ubica, realzado por las características del lugar desde el que era contemplado. El Templo de
Zeus, al pertenecer a un santuario, hace que su arquitectura sea contemplada en relación a los
edificios que lo rodean, en cada uno se percibe un reflejo del culto a Zeus, a los orígenes de la
religión griega.
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Tras la destrucción de la Acrópolis por los persas en el 480 a.C, durante las G.Medicas, Atenas
comienza un periodo de expansión. Es la cabeza de la Liga Délica, confederación de ciudades
creada para luchar contra los persas y asegurar la integridad de las ciudades griegas en Oriente.
Esta situación aumenta el poder griego frente a los persas, dando paso a una nueva situación
que terminaría con la Paz de Calias en el 449 a.C. en la que se firma la paz con los persas.
Atenas inicia un periodo de primacía económica, cultural, política y artística, con el mayor
momento de esplendor bajo el gobierno de Pericles, que gobernó Atenas durante 15 años,
haciéndola una “potencia centralizadora” imperialista, con la ayuda de intelectuales y artista:
Anaxagoras, Herodoto, Protágoras, Fidias, etc., que protagonizaron el momento del Clasicismo,
que se prolonga hasta el 338 a.C., momento en que Filipo II de Macedonia se hace con el
dominio de una Grecia dividida y empobrecida por los enfrentamientos entre las ciudades-
estado que se habían venido sucediendo desde el mismo momento del ascenso de Atenas,
dando lugar a las guerras del Peloponeso.
De todos los edificios construidos el Partenón 447 a.C., es la culminación del templo griego de
orden dórico. Fue construido sobre las ruinas de una edificación preexistente e inacabada, sus
cimientos y el arranque de sus columnas sirvieron de base para la nueva construcción. Íctinos y
Calicrátes diseñaron un templo dórico períptero de grandes dimensiones (69,5 x 30,8 m.). Era
un octástilo de 8 columnas en el frente y 17 a los lados, construido totalmente con mármol
pentélico, policromado y estucado en sus partes altas –capiteles, triglifos, metopas y tímpanos
de los frontones- La planta fue configurada de forma canoníca: cella-pronaos y opisdomos y se
introducen elementos interesantes. La cella, destinada a albergar la estatua de Atenea,
realizada por Fidias, se hizo más larga de lo habitual y se dividió en tres naves por dos filas de
columnas dóricas que soportaban un arquitrabe, sobre el que se levantaban otras columnas
más pequeñas, también dóricas, con la función de sostener un techo realizado a base de
casetones de madera. Estas columnas, a lo largo de la cella, creaban en torno a la estatua de
Atenea una especie de exedra que la
enmarcaba. Existía un interés por la percepción
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del espacio interior del templo que no había formado parte de la arquitectura religiosa hasta
este momento.
La sucesión de columnas del Partenón, puede ser interpretada como una concesión a la
arquitectura jónica, que alcanza en este edificio un perfecto equilibrio con el dórico, se recoge
una influencia que quedará reforzada por la inclusión de un friso escultórico recorriendo los
muros de la cella, de reminiscencias también jónicas. Asímismmo, el opistodomos, tenía la
función de acoger a las muchachas que bordaban el peplo de la diosa, era independiente de la
cella, y en su interior se dispusieron columnas jónicas, creando una organización del espacio
que sentará un precedente respecto a las construcciones que se realicen en el IV a.C.
1ª proporciones.- del estudio de las diversas medidas del Partenón –longitud, anchura, altura
de los capiteles, etc.- se deduce que el edificio fue concebido según un sistema unitario regido
por la aplicación de un modulo que se repetía en todas las medidas fundamentales y que
dotaba a la construcción de un principio básico, la eurytmia,, en la que residía, según los
principios de la filosofía pitagórica, el equilibrio estéticamente perfecto; se ha querido ver en la
utilización de este modulo un intento de dotar al edificio de un sentido que vinculase al
templo, el microcosmos, con una unidad superior, la del macrocosmos o universo, de modo
que no se trata solo de un juego de métrica que reflejase los ideales racionales de la época a
través de los números.
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Lo que es cierto es que el resultado final quedó íntimamente vinculado a la importancia que se
concedió a la decoración escultórica. Los frontones, las metopas y el friso que de la cella
fueron decorados con escenas mitológicas referentes a Atenea según un programa realizado
por Fidias, en el que se ponen de manifiesto los valores estéticos y filosóficos de la plástica
griega de época clásica, marcando un hito en la plasmación de los ideales políticos, religiosos y
filosóficos que encarnaban los ideales de la Atenas de Pericles y de la Grecia Clásica. La
decoración del Partenón ponía de manifiesto como el relieve escultórico pasaba a formar parte
intrínseca del templo griego, convertido ahora en instrumento de propaganda y expresión de
los ideales de la Atenas de Pericles.
A partir del s.IV a.C. se inicia en Grecia una nueva situación cultural, artística y política que
incide en las construcciones religiosas. Las Guerras del Peloponeso acaban con la preeminencia
de Atenas sobre el conjunto de la Hélade y suponen para Grecia la ruptura con el idealismo y la
confianza que caracterizó la “época de Pericles”. Entran en crisis todos los elementos que
habían dado cohesión al apogeo del s.V a.C., como el culto a la democracia, el respeto por las
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leyes, el ensalzamiento del patriotismo cultural y político de la ciudad y la confianza en los
dioses. Este nuevo momento en la historia de Grecia tuvo su reflejo en la política, el
pensamiento, la cultura y las artes y también sus repercusiones religiosas. Se pierde parte del
valor que la religión griega había tenido como elemento de cohesión social, dando paso a un
nuevo tipo de religiosidad en la que prima la relación individual, emocional y mística del
hombre con la deidad. Esta tendencia se irá acentuando, haciendo resurgir nuevos cultos de
carácter mistérico que tendrán pleno auge en el Helenismo.
Fuera del Ática los templo dóricos más representativos: Templo de Asklepios, en Epidauro
(pag.346).- de orden dórico hexástilo de 6 x 11 columnas, incorpora novedades a su estructura
que se harán comunes en los templos del s.IV: supresión del opistodomos, dando lugar a una
planta rectangular de proporciones armónicas, cuya cella estaba rodeada de una columnata
que creaba un espacio envolvente en torno a la imagen crisoelefantina del dios, costumbre que
se hizo frecuente. Otra característica, también representativa del IV a.C. será la acentuación de
la decoración del templo, en este caso fue decorado con pintura y escultura.
Atenea Alea en Tegea.- Construido y decorado por Scopas en el 340 a.C., en un dórico de 6 x
14 columnas con una planta canónica de cella-pronaos y opistodomos con accesos a través de
columnas in antis, se busco esencialmente la esbeltez proporcionada por las columnas.
A partir de este momento el orden dórico entra en desuso ante la construcción de templos
jónicos y corintios, se mantuvo en Pérgamo por razones políticas, intentando crear un vínculo
simbólico con la tradición.
La definición de la tipología
En el s.VI a.C. se fijan los esquemas del orden jónico a través de la construcción de algunos
templos donde se definen los rasgos esenciales de su tipología: templos construidos en
mármol, y no en piedra local como los dóricos de la Grecia continental y la Magna Grecia; de
composición díptera, es decir, con doble fila de columnas en el peristilo; con una cella mas
alargada de lo habitual, a la que se dota de pronaos pero no de opistodomos, y con una
acentuación de la decoración a través de la pintura y la escultura. El Heraion de Samos, el
Artimision de Éfeso y el Templo de Apolo en Dídyma serán los edificios más representativos
en la Grecia arcaica. Todos ellos fueron fruto de la prospera situación que atravesaban las
ciudades comerciales de la Grecia oriental, que permitió el colosalismo de sus proporciones, la
riqueza de materiales y la sofisticación de la decoración escultórica.
Época arcaica.
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El Heraion de Samos (pag.348).- Su construcción conto con 4 fases, nos interesa la 3ª, que se
realizaba 570-560 a.C., intervinieron los arquitectos Rhoikos y Teodoros, es el primer templo
díptico, es decir, con doble hilera de columnas en su peristilo, compuesto por 21 columnas a los
lados, 8 en el frente y 10 en la parte trasera. Presenta rasgos característicos del templo jónico:
cella alargada con dos filas de columnas en el interior y un pronaos, carecía de opistodomos.
Al parecer la insuficiencia de cimientos hizo que el edificio se derrumbase, dando paso a una
nueva construcción hacia el 537 a.C. bajo el patrocino de Polícrates de Samos, que quería
evidenciar en el nuevo edificio la prosperidad de la ciudad. Fue una obra emblemática del
periodo arcaico, a la que se incorpora uno de los elementos definitorios del orden jónico, la
creación de tres filas de columnas en los lados menores del templo. El resultado fue un edifico
colosal, 5.700 m2, donde la columna adquiría un absoluto protagonismo, y que ha llevado a
comparar este edificio con algunas salas hipóstilas de los templos egipcios. El último templo de
Hera, de mármol, incorporaba una rica decoración escultórica, imagen inseparable del templo
jónico. Esta construcción fue emulada por los soberanos próximos a la isla de Samos, que veían
en este tipo de arquitectura un medio para reforzar su prestigio.
El Artemision de Éfeso (pag.349).- erigió en el 550 a.C. bajo el mecenazgo de Creso de Lydia.
Sus arquitectos Chresiphron y Metagenes ayudados por Teodoros, uno de los arquitectos del
Heraion. Incorporó a la definición del templo jónico la concepción de monumental, grandiosa,
del modelo del templo díptero, aumentando a tres el número de filas de columnas existentes
en el peristilo por la parte delantera, que se prolonga por el pronaos, dando lugar a una
especie de patio hipetreo, a cielo cubierto, donde se ubicaba un tabernáculo para la estatua de
la diosa. Su acceso reproducía la apariencia de un patio de columnas. Rasgo destacado es su
decoración, tal como se hacía en Egipto y Oriente, los tambores inferiores de las columnas
presentaban decoración en relieve.
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una pequeña capilla para el dios. También poseía una cuidada decoración escultórica. Fue
destruido en el V a.C. y reconstruido como centro de peregrinación durante el Helenismo.
La primera floración jónica, de carácter orientalizante, se vio interrumpida a finales del VI a.C.
debido a las Guerras Médicas, que afectaron a las ciudades de Asia Menor sublevadas contra
Persia. Se produce entonces un vacío en la edificación jónica, salvado por las construcciones
realizadas en Sicilia, tendremos que esperar a la 2ª mitad del V a.C. para encontrar de nuevo el
esplendor de la construcción religiosa de orden jónico en la Grecia continental, concretamente
en la Atenas posterior a Pericles, donde se adopto la variante del orden jónico de las islas
Cícladas, grácil y de pequeñas dimensiones, en lugar del colosal y robusto de las costas
asiáticas.
En la Acrópolis se produce un 1er. Ensayo de orden jónico mezclado con dórico, en el edificio
del Partenón y en los Propileos o puerta monumental que daba acceso a la Vía Sacra,
construidos a partir de dos pórticos de orden jónico. Pero el orden jónico del clasicismo tendrá
su representación en dos construcciones de la Acrópolis: el Templo de Atenea Nické y el
Erecteíon. Son dos construcciones emblemáticas de la montaña sagrada, de acuerdo con el
jónico cicládico, desarrollando rasgos determinados por las condiciones del terreno.
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La topografía del terreno, su significación y la multiplicidad de funciones sagradas que debía
reunir determinaron su complejidad, cuya planta una estructura sin precedentes, compuesta
por diferentes unidades estructurales, cada una con su propia cubierta; y varios niveles, con
tres pórticos en cada uno de los cuales el orden jónico adquiere características propias. El
núcleo principal estaba dedicado a Atenea Polias; se orientaba al este, de estructura
rectangular a modo de pronaos precedido por seis columnas jónicas, detrás dos estancias
destinadas al culto. Al norte, otro pórtico, el santuario de Poseidón, con cuatro columnas
jónicas en el frente y dos a los lados, desde donde se accedía a un espacio construido a cielo
abierto, también con columnas jónicas, que se elevaba sobre un muro de 3 m. de altura, para
salvar el desnivel del terreno y pode respetar dos espacios de culto que allí se ubicaban: la
tumba de Cécrops y el lugar de culto a Pandros. Al sur el pórtico de las Cariátides las columnas
han sido sustituidas por figuras femeninas vestidas con peplo que reproducen los modelos
escultóricos del clasicismo. Este pórtico convertía en figuras humanas el modelo de pórtico
jónico tetrástilo, constituyendo una “humanización” de dicha escultura.
En este edificio se rompe totalmente la axialidad y la simetría que había presidido hasta el
momento las construcciones religiosas griegas. Loa espacios adquieren diversas direcciones,
modelo arquitectónico retomado en el Helenismo y en la construcción romana, rompiendo con
la racionalidad que había regido hasta entonces.
El empleo del estilo jónico en este edificio aporto sobre la compleja estructura, una gran
ligereza que se aprecia en la fachada oriental, donde aparecen unas esbeltas columnas alzadas
sobre basas con molduras y con capiteles con volutas muy ligeras. El templo contrastaba con la
mole monumental, maciza y sobria del Partenón.
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El jónico del siglo IV a.C. y el Helenismo: los Templos de Asia Menor.
En la 2ª mitad del IV a.C. el orden jónico vuelve a ser oriental. Resurgen las ciudades griegas de
Asia Menor y se vuelve a la práctica de construcción jónica originaria, interrumpida por los
acontecimientos históricos. Vuelven a realizarse templos colosales, aunque con ejemplos de
templos de dimensiones reducidas caracterizados por el profuso empleo de las columnas,
generalizándose el templo octastilo con triple fila de columnas en sus pórticos menores y doble
en los mayores, pone el acento en la visión exterior del edificio, en el juego de perspectivas y
en el intento de destacar la fachada, que se consigue dotándola de una imagen monumental
mediante la prolongación del pronaos a través de espacios columnados y la elevación del
templo sobre altos basamentos: el templo de Atenea Polias en Priene, el nuevo Artemision de
Éfeso y el también nuevo de Apolo en Dídyma.
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LOS TEMPLOS Y EL ORDEN CORINTIO.
El orden corintio puede ser considerado como una variante del jónico, del que toma prestadas
las normas de composición, incorporando variantes decorativas que afectan a su capitel. No
podemos hablar de un templo corintio como lo hemos hecho del dórico y del jónico.
La aparición del templo corintio fue bastante tardía. El 1er.ejemplo documentado es el Templo
de Apolo en Bassae (pag.358).- era un períptero hexástilo de 15r columnas dóricas en los lados
con disposición norte-sur. Constaba de cella bastante alargada, pronaos y opistodomos con
columnas in antis. Es relevante la cella, cuyos muros laterales presentaban columnas adosadas,
con unas basas muy anchas de un tipo poco común, las cuales reposaban en un basamento
elevado alrededor del enlosado central; y unos capiteles jónicos. Junto a esta columnata
aparecía en el centro de la sala una columna corintia, la primera en la arquitectura griega. Sus
columnas presentaban un capitel formado por una ménsula de hojas con pequeñas volutas
angulares en las que se apoyaba un ábaco cuadrado. Sobre esta columnata un friso jónico
decorado con temas mitológicos. En este templo se experimenta con los efectos del espacio
interior, continuado por otra tipología de edificios de culto, los templos circulares, donde se
experimenta con el espacio, vinculado al empleo de diversos tipos de orden en un mismo
edificio.
La columna de capitel corintio, que en principio se utilizó en espacios interiores, poco a poco
empezó a competir con el jónico, adquiriendo gran protagonismo hasta su apogeo en el S.I. a.C.
El espacio natural en los santuarios era de gran importancia, formando parte conceptual de los
mismos: montañas, grutas, bosques con árboles considerados sagrados, etc., siempre
vinculados a una concepción mágica y sagrada de la naturaleza que daba sentido a los
diferentes tipos de santuarios existentes: entre ellos los santuarios oraculares.
Santuario de Apolo en Delfos.- Al pie del monte Parnaso, en principio consagrado a la diosa
Gea, después al culto del dios Apolo. Su estructura venía determinada por la existencia de un
muro que encerraba las diversas construcciones en una especie de recinto, en cuyo interior
había un templo, un teatro y un estadio. Al santuario se accedía a través de una vía sagrada
que conducía al templo de Apolo, a cuyos lados se distribuían los tesoros u ofrendas votivas
realizadas al dios. Existían, además, dos templos dedicados a Atenea y un tholos.
LOS THOLOI.
Entre finales del S.V a.C. y durante la 1ª mitad del IV a.C. surgió una tipología de edificio
relacionado con la importancia que en esos momentos adquirió la percepción del espacio
interior. Los tholoi, son construcciones religiosas de planta circular que responden a una
tipología original por su estructura formal y donde es frecuente la mezcla de diversos órdenes y
cuyas funciones no eran la de los templos vistos hasta ahora. Los más representativos: Tholos
de Delfos (390 a.C.), Epidauro (370 a.C.) y Filipeo de Olimpia (339 a.C.).
Desconocemos con precisión sus funciones, pero pudiera tratarse de edificios dedicados al
culto a los héroes, en ellos se emplea la columna corintia, vinculada al arte funerario. La
similitud formal con las tumbas circulares micénicas y el hecho de que en algunos de estos
tholoi de época Prehelénica se rindiese culto a los héroes ha reforzado la hipótesis a su posible
uso como lugar de culto al héroe difunto.
LOS TESOROS.
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Eran construcciones de reducidas dimensiones que tanto las ciudades-estado como los
ciudadanos particulares erigían en honor a algún dios, con el fin de albergar las ofrendas que
se enviaban a los santuarios con motivo de alguna victoria militar o algún hecho destacado en
la historia de la ciudad. La costumbre de depositar ofrendas se remonta a época arcaica,
adquiere relevancia en el clasicismo para agradecer las victorias frente a los persas,
resurgiendo los tesoros en honor a Atenea.
La tipología básica del tesoro es un pequeño edificio de planta cuadrada o rectangular, con un
espacio central presidido por un pórtico in antis en orden dórico o jónico, que solía estar
decorado con esculturas.
Sifnos en Delfos (530-525 a.C.) uno de los primeros, construido para albergar las ofrendas de
Apolo, construcción próxima al muro sur de Delfos, dando inicio al llamado “corredor de los
tesoros”, considerado como el primer edificio cuyo diseño y decoración responden a los
cánones del orden jónico, si bien su pórtico aparece presidido por cariátides. Planta rectangular
que albergaba una pequeña cella cuadrada, con un acceso en el lado oriental precedido por el
pórtico de las cariátides. Las características de la decoración escultórica manifiestan la
influencia jónica de Asia Menor
El Tesoro de los Atenienses (490 a.C.) en Delfos, construido para celebrar la victoria de los
atenienses sobre los persas en la batalla de Marathon. Construido íntegramente en mármol,
planta rectangular, pórtico in antis de orden dórico y un friso que recorría íntegramente el
edificio.
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