MAIGNE Medicina Ortopédioca y Manual 1 El DIMD
MAIGNE Medicina Ortopédioca y Manual 1 El DIMD
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Figura 2. El examen segmental es por lo general no doloroso en los segmentos normales. Si provocan
dolor, sugiere la existencia de una patología subyacente del segmento. Esta patología puede ser benigna o
maligna. Esta determinación sólo puede ser hecha en el contexto de una evaluación clínica y radiológica
más detallada. A. Presión axial contra la apófisis espinosa. B. Presión transversa sobre la apófisis espinosa.
C. Fricción-presión sobre la faceta articular. D. Presión axial sobre el ligamento interespinoso
Los DIMDs pueden encontrarse en todos los niveles de la columna, pero son más frecuentes en
las zonas de transición (de charnela). Generalmente hay un segmento comprometido con DIMD en
una región vertebral, a veces encontramos dos segmentos adyacentes involucrados. No es raro
encontrar varios segmentos no adyacentes comprometidos, algunos asintomáticos otros activos,
localizados en regiones vertebrales diferentes, como región cervical y torácica.
El hallazgo de DIMD a diferentes niveles vertebrales es frecuente en los casos crónicos. En un
paciente con dolor lumbar crónico originado en L4 - L5, el examen puede mostrar DIMD en T12-
L1, C6 - C7 o C2 – C3. Estos DIMD presentan una carilla articular dolorosa del mismo lado en
todos los niveles, generalmente a nivel de las zonas de transición de la columna vertebral.
Ciertos DIMDs pueden permanecer asintomáticos o desaparecer sin haber producido molestias,
otros manifiestan un dolor episódico. El umbral de dolor sobre el cual el DIMD, provoca dolor
varía de un paciente a otro y puede variar con el tiempo en el mismo individuo. Hay individuos con
un “umbral bajo” y otros con “umbral alto.” Factores psicológicos pueden jugar un rol,
especialmente en casos donde existe depresión o ansiedad.
Pero el umbral del dolor puede también ser alterado por:
Factores mecánicos que agravan el DIMD; como el esfuerzo extenuante, posturas pobres
o posición durante el trabajo o durante el sueño, o movimientos forzados.
Causas internas digestivas, ginecológicas u otras causas orgánicas, o un estado de fatiga
debido al trabajo excesivo o falta de sueño, lo cual disminuye la tolerancia del sujeto.
Causas externas como la exposición al frío o corrientes de aire, lo cual puede incrementar
la sensibilidad de los tejidos. También el DIMD puede ser reactivado o hacerse
sintomático por irritación de una de las manifestaciones celulálgicas, teneoperiostica, o
miálgica que provoca.
En los casos crónicos, la manipulación es el tratamiento de elección. La inyección articular es útil
si hay una fuerte reacción paraarticular. La inyección del ligamento interespinoso es en ocasiones
necesaria. Cuando la manipulación e infiltración están contraindicadas, la electroterapia de alto
voltaje en asociación con el ultrasonido es el mejor tratamiento. El tratamiento local de las
manifestaciones céluloperiosteomiálgicas asociadas es indispensable en ocasiones.
El paciente debe ser tratado como un todo. Muchas DIMD inician solo si la tolerancia del paciente
disminuye, como se ve en la fatiga, estados depresivos, y enfermedades concurrentes. Evaluar los
defectos posturales y corregir los hábitos posturales incorrectos del paciente.
Si los síntomas son recurrentes y si el examen revela el mismo DIMD que es aliviado por la misma
maniobra; o si el examen segmentario demuestra una sensibilidad del segmento que se mantiene
latente por periodos largos de tiempo, debemos buscar las causas de esta recurrencia.
Las causas de esta recurrencia son múltiples. Los hábitos posturales pobres son la causa más
frecuente. La columna cervical puede ser afectada por posiciones durante el sueño, especialmente
al dormir sobre el abdomen, lo cual resulta en una rotación excesiva del cuello. Puede deberse a
maniobras ocupacionales repetitivas como el voltear la cabeza para mirar algo hacia atrás, como al
estacionar un carro. Las estaciones de trabajo o asientos pueden también ser la causa. Se deben
buscar todos los factores recurrentes durante la entrevista. Una “pierna corta” o un desorden
postural del pie puede encontrarse en el examen pero su corrección raramente produce la solución.
El Síndrome de la Zona Transicional puede causar estos dolores recurrentes crónicos, incluso
cuando es “latente” puede facilitar la recurrencia del DIMD. Finalmente, la persistencia de
manifestaciones neurotrópicas, dependientes del DIMD, como la celulalgia y puntos gatillo, desde
los cuales se originan impulsos nociceptivos que contribuyen al mantenimiento de un círculo
vicioso deberán ser tratados. La terapia física es esencial.