Comparaciones de Marshall Berman y de Herbert Marcuse

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Facultad de Arquitectura

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Comparaciones de los libros Todo lo solido se desvanece en el aire de
Marshall Berman y de El hombre unidimensional de Herbert Marcuse

Abril Sandoval Espinoza


Prof. Tania Fúnez
Prof. Ayudante Christopher Ortega
16 de Junio, 2017
El siguiente trabajo consiste en una revisión de contenido y estructura de dos textos: el
primer capítulo, “La Modernidad: ayer hoy y mañana”, del libro de Marshall Berman
Todo lo solido se desvanece en el aire. La experiencia de la modernidad, y el tercer
capítulo, “La conquista de la conciencia desgraciada: Una desublimación represiva”, del
libro El hombre unidimensional de Herbert Marcuse.

Marshall Berman fue un filósofo y escritor norteamericano que pertenecía a la Escuela


critica, la cual entiende la modernidad como una irracionalidad. En el libro Todo lo solido
se desvanece en el aire Marshall Bermas hace un análisis del concepto de Modernidad, y
cómo ha ido siendo modificado a lo largo de la Historia, generando una dialéctica entre
Modernización y Modernismo. Para comenzar Berman define la Modernidad como una
“experiencia vital”*, en la cual todo se percibe en cambio y que por lo tanto genera muchas
contradicciones en el sujeto. Para desarrollar su idea Berman divide la Modernidad en 3
fases:

La Primera Fase está considerada desde el siglo XVI al siglo XVIII, la considera una etapa
previa a la revolución francesa. Rousseau y sus ideales aportan a una visión enfocada en los
cambios sociales permanentes que están ocurriendo, y por lo tanto también cambios de
ideales.

La Segunda Fase comienza con el inicio de la Revolución Francesa hasta el final del siglo
XIX. Se genera una conciencia revolucionaria en la cual convergen muchas corrientes e
ideales, por lo cual es una etapa muy contradictoria lo que se va traduciendo en
inestabilidad social. Así empiezan a surgir críticas a estos ideales y valores de la
Modernidad. Berman se centra para esta etapa en el pensamiento de dos autores. Por una
parte el de Marx, el cual según Marcuse plantea que la vida moderna se ha transformado en
una contradicción en sí misma. La tecnología y la industria han permitido a la clase
burguesa tener más riquezas y crear un sistema de dominación y sometimiento de esta
nueva clase, que surge a partir de la misma Modernidad, la clase obrera proletaria. Son
estos lo que a través de la revolución pueden generar el cambio, provocando que la
sociedad burguesa se desvanezca. Por otro lado el autor toma los pensamientos de
Nietzsche, el cual según el autor plantea que la Modernidad se ha vuelto una ironía. Las
leyes morales modernas controlan al individuo, generándole más bien una auto-regulación,

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y destaca el peligro que puede haber en aceptar esta moralidad. De aquí es que Nietzsche
señala que es este “súper-hombre” el que podrá romper con esas barreras morales.

La Tercera Fase contempla el siglo XX. EL autor menciona que los avances, la misma
modernización ha provocado un distanciamiento de la Modernidad de sus raíces. Comienza
a perder su carácter crítico y revolucionario, y por un contexto histórico, se polarizan los
ideales y el ideal de progreso consume a la sociedad. Berman toma como ejemplo el ideal
Futurista, la oda a la máquina y a la guerra y en el cual el ideal de modernización sería la
fusión del hombre y la tecnología. Por otra parte estaría la Ética protestante de Weber, el
cual para el autor genera una crítica a la vida moderna pero estableciendo que no se puede
cambiar, que los sujetos están en una “Jaula de hierro” (Berman, 1982) de la cual con el
tiempo ya no quieren salir.

Herbert Marcuse fue un filósofo y sociólogo judío alemán, perteneciente a la Escuela de


Frankfurt. En el libro El hombre unidimensional, Marcuse nos habla de una sociedad
postmoderna donde la idea de colectivo de ha perdido, en la cual se piensa todo desde un
individuo y que este está dominado por la sociedad industrial. Una sociedad que nos ha
creado falsas necesidades, en la cual se confunden las idealizaciones con la realidad y que
la banalidad y la materialidad predominan. En el capítulo tres Marcuse se centra en el
campo cultural de esta sociedad industrial, y plantea que en este ámbito el individuo ha
comenzado un proceso de desublimación. Para entender cómo se llegó hasta este punto
Marcuse hace una revisión histórica, entendiendo que la crítica se puede generar cuando
uno compara lo que hay con otras posibilidades. El autor parte por analizar la evolución
comercial del Arte señalando que antes el Arte siempre había sido una respuesta a algo
social que ocurría, proponía una contradicción a la realidad social perteneciendo así a otra
dimensión diferente a la de la realidad cotidiana y lo colocaba en lo que Marcuse denomina
como “alta cultura”, ya que no era accesible y entendido por un gran mayoría. Con el
tiempo los ideales de que el conocimiento universal, y el crecimiento tecnológico provocan
la masificación del Arte, en donde autores que pretendía criticar los paradigmas sociales
son tomados bajo el término de “clásicos” siendo usados por la sociedad a la cual alguna
vez criticaron. Es así que, como señala Marcuse (1964), esta separación de dimensiones que
existía entre el Arte y la realidad es cada vez más reducida hasta llegar a ser una sola

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dimensión, sin profundidad. Para Marcuse esto genera grandes contradicciones, porque el
problema para él no es que el Arte sea accesible a todos, si no que al serlo se le cambia su
función de transgresión y acusación. Así como el Arte Marcuse señala que el mismo
fenómeno pasa con la Filosofía y con la Sexualidad. En el caso de la sexualidad, al igual
que como en el Arte, el autor presenta la contradicción de la sobre exposición de esta, en
donde el Sexo ya no es algo intimo como tampoco lo es el cuerpo humano, si no que el
cuerpo es visto como un bien de consumo más. Pero al mismo tiempo los medios que sobre
exponen esta Sexualidad presentan un ideal falso y como se presenta en la introducción no
somos capaces de diferenciar entre un ideal y la realidad.

Los dos autores, Marshall Berman y Herbert Marcuse plantean ideas que pueden cruzarse,
o complementarse, o por otro lado tener visiones opuestas. Tanto Marcuse como Berman
hacen una crítica a su contexto social, y como este está siendo entendido en sus respectivas
épocas. Para analizar cómo se llegó a donde están cada uno ambos hace una retrospectiva o
análisis histórico, de ciertos hitos que puedan haber afectado a llegar a estar en el punto en
que están, entendiendo que todo es producto de un proceso; en el caso de los dos textos se
plantea que las características de la sociedad y de los individuos es producto de una
modernización.

El texto de Berman está situado en un contexto de la Modernidad, de hecho hace todo un


análisis sobre esta, en cambio Marcuse en su texto hace referencia a la Postmodernidad.
Podríamos señalar que el texto de Marcuse podría, en ciertos aspectos, ser una continuación
(en términos cronológicos) del texto de Berman. Marshall Berman en el capítulo Todo lo
solido se desvanece en el aire habla de fases de la Modernidad, en su última fase esta
comienza a tener características que luego se reafirmaran mucho en la sociedad
posmoderna, como es el individualismo y la falta de ideales. Los dos autores al hacer una
crítica también plantean una posible solución o salida a estos procesos. De diferentes
maneras, y se podría decir que Berman con un poco más de esperanza que Marcuse, debido
a los contextos a los que se referían y a sus escuelas.

Para concluir podemos entender que ambos autores hace un análisis de la sociedad, una
moderna y otra postmoderna, que es dominada por la industria. Y haciendo una unión entre
los dos textos podemos ver como una sociedad que estaba en constante cambio, que

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buscaba sujetarse a ideas y revoluciones para alcanzar un ideal, con esperanza de cambiar
de manera colectiva, va siendo consumida por una sociedad industrial que separa al
colectivo convirtiéndonos, valga la redundancia, en individuos individualistas dominados
por ideales vacíos y planos que ya no se diferencian de la realidad dejándonos en una sola
dimensión, pasando a entender nuestros propios cuerpos como un bien de consumo y donde
las ideas de los sujetos son usadas e incorporadas por la sociedad que los domina. “ La
dominación tiene su propia estética y la dominación democrática tiene su estética
democrática” (Marcuse, 1964: 95), como se expone en la siguiente cita, la sociedad
industrial toma el control ejerciendo una dominación sutil, desde lo que está ya naturalizado
por los individuos, y apelando a los intereses individuales, para complacer sin generar
cambios.

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Bibliografía:

 Berman, Marshall (1982). La Modernidad ayer, hoy y mañana. En: Todo lo solido
se desvanece en el aire. Madrid: Siglo XXI de España Editores S.A. (1988)

 Marcuse, Herbert (1964) La parálisis de la crítica: Una sociedad sin oposición. La


conquista de la conciencia desgraciada: Una desublimación represiva. En: El
hombre unidimensional. Ciudad de México: Planeta-Agostini.

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