La Naranja Mecánica
La Naranja Mecánica
La Naranja Mecánica
FICHA TÉCNICA
Director: Stanley Kubrick / Productor: Stanley Kubrick para Hawk Films Ltd./Polaris Prod./Warner Bros. /
Guión: Stanley Kubrick, según la novela de Anthony Burgess / Fotografía: John Alcott / Música:
Wendy/Walter Carlos, Rachel Elkind, Sir Edward Elgar, Gioacchino Rossini, Ludwig van Beethoven, Henry
Purcell, Nikolai Andreevich Rimsky-Korsakov; canción "Cantando bajo la lluvia" de Nacio Herb Brown /
Montaje: Bill Butler / Diseño de producción: John Barry / Intérpretes: Malcolm McDowell (Alex De Large),
Patrick Magee (Mr. Alexander), Michael Bates (jefe de guardas Barnes), Warren Clarke (Dim), John Clive
(actor teatral), Adrienne Corri (Mrs. Alexander), Carl Duering, Paul Farrel, Clive Francis, Michael Gover,
Miriam Karlin, James Marcus, Aubrey Morris, Anthony Sharp, David Prowse… / Nacionalidad y año: RU,
1971 / Duración y datos técnicos: 137 min.
Drama. Violencia
FILMOGRAFÍA BÁSICA
El Beso del Asesino 1955
Atraco Perfecto 1956
Senderos de Gloria 1957
Espartaco 1960
Lolita 1962
Telefono rojo ¿Volamos hacia Moscú? 1963
2001: Una odisea del espacio 1968
La naranja mecanica 1971
Barry Lyndon 1975
El Resplandor 1980
La chaqueta metálica 1987
Eyes Wide Shut 1999
MURIÓ EL 7 DE MARZO DE 1999
CRÍTICA
SINOPSIS
Alex es el melómano líder de una delirante banda de inadaptados sociales que disfruta sembrando el terror a
través de la ultra-violencia y la violación de sus víctimas, dejando un reguero innumerable de crímenes de
todo tipo. Cuando Alex es traicionado por sus compinches de fechorías y consecuentemente encarcelado, el
gobierno trata de reinsertarlo en la sociedad por medio del innovador y contundente tratamiento "Ludovico",
método que resulta ser efectivo para impedir que el paciente cometa cualquier clase de acto violento. Sin
embargo, éste será el inicio de la pesadilla personal del protagonista al sufrir en sus propias carnes el
rechazo de sus padres y la venganza de unos verdugos favorecidos por la indefensión de nuestro
protagonista.
/ SINOPSIS: Gran Bretaña, el futuro. Alex es un joven hiperagresivo con dos pasiones: la ultraviolencia y
Beethoven. Al frente de su banda, los drugos, los jóvenes descargan sus instintos más violentos pegando,
violando y aterrorizando a la población. (FILMAFFINITY)
"Un trabajo con un estilo casi intachable." (Jay Cocks: Time)
"Tan hermosa de ver y de oír que deslumbra los sentidos y la mente." (Vincent Canby: The New York
Times)
"Una demostración de fortaleza que hace de Kubrick un verdadero genio del cine." (Paul Zimmerman:
Newsweek)
"Una de las pocas películas perfectas que he visto en mi vida." (Rex Read: New York Sunday Times)
"Polémica, extraña, agobiante, desagradable y magnética visión de la ultraviolencia a ritmo de Beethoven."
(Javier Ocaña: Cinemanía)
"Encarnizada sátira de una sociedad futura consumida por la violencia y el salvajismo (...) Kubrick en
estado puro, con sus defectos y sus virtudes." (Fernando Morales: Diario El País)
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Nominada a 4 Oscar: película, director, guión y montaje -Bill Butler-, una cinta prohibida -tanto su
exhibición como su venta y alquiler- durante 30 años en el Reino Unido. (FILMAFFINITY)
“La naranja mecánica no es más que una despiadada puesta en escena del lado oscuro de los sixties.
Desmitifica el mundo de los Beatles, Rolling Stones y toda la cultura juvenil (Pop Art). Nos devuelve a la
realidad cotidiana de los jóvenes y su formación humana, desde dos perspectivas muy distintas Kant y
Freud. Terrible y profunda reflexión cinematográfica que no hay que perderse”. José Antonio Aguilera.
INTRODUCCIÓN TEÓRICA
Es una película construida sobre repeticiones internas que engendran detalles enigmáticos. Los
acontecimientos que se producen durante la primera noche de Alex en la ciudad se repiten en la segunda
mitad de la película, pero invirtiéndose, el verdugo pasa a ser víctima de aquellos a los que había atacado.
Esto es parte de la dinámica y lenguaje cinematográfico, con una intención de crear una “narración
inquietante”.
Para descifrar lo “inquietante” de la historia hay que recurrir a Freud. Los hombres se “mueven” por
instintos básicos de vida y muerte: placer y violencia. La sociedad, la cultura, las instituciones los combaten
con normas y principios morales que exigen que cada individuo lleve a cabo una acción: reprimir lo
“siniestro”. Pero no todos los hombres, instituciones, sociedades, culturas saben cómo equilibrar estas
pulsiones. Los desajustes hacen que el placer no se obtenga en la satisfacción de necesidades naturales sino
en la violencia, la destrucción, el dolor,…
El personaje de la historia es Alex. ¿Quién es, qué es, Alex? Según Freud es el “YO”. Se encuentra
encerrado entre el “SUPERYO” y el “ELLO”. El Yo es en la primera parte el verdugo, el que disfruta con el
dolor, el que mezcla violencia, destrucción con la belleza musical de Beethoven; mientras que en la segunda
parte se convierte en “víctima de sus propias víctimas”. Alex es el resultante de la confrontación de dos
“fuerzas internas”: el Superyo que podemos representarlo como el “Ministro de interior”, pero también con
la familia, la sociedad, las costumbres, normas y leyes. En definitiva, es el deber y lo bien hecho y aceptado
(lo socialmente correcto). Y el Ello, que su energía impulsa a Alex al placer, a regirse por lo instintivo, la
violencia, la destrucción, indefinitiva, lo siniestro.
Pero ¿qué es lo siniestro? Acaso es ¿la violencia, el sexo, el instinto de supervivencia,…? Analicemos esta
cuestión, buscando ideas en dos fuentes:
PELÍCULA Y NOVELA
La película y/o novela no se plantean la obviedad que aparece en la superficie:"¿Es el hombre un ser
violento?", sino más bien: "¿Es la sociedad violenta con sus miembros?".
“Porque La naranja mecánica trata principalmente de la libertad del individuo contrapuesta al bien del
colectivo, o más bien se plantea hasta qué punto es legítimo que el colectivo, a través de sus representantes
(¿o son los representantes los que deciden en última instancia por el colectivo?), destruya al individuo en
función del interés general.
La crueldad, tan común en el ser humano desde sus primeros estadios, aparece como una fórmula más a
escoger para su esparcimiento; una opción válida en el entorno hiperindividualista y desestructurado en el
que viven, donde otras preocupaciones (vivienda, trabajo, dinero) priman sobre una familia y una educación
decadentes o inexistentes, originando una formación incapaz de atajar los instintos agresivos en sus
primeras manifestaciones.
Juventud y violencia: rasgos reconocibles, lugares comunes muy visitados en nuestra sociedad. Como ven,
la realidad no anda demasiado lejos”.
“Burgess, habla en su prólogo de elección moral, de esa libertad primigenia del ser humano que lo distingue
de las bestias: la capacidad de percibir, razonar y decidir sobre sí mismo, sus acciones y su futuro. Alex es
eminentemente un ser libre y como tal se expresa, transgrediendo lo que hay a su alrededor en el puro
ejercicio de su libre albedrío. Destrucción, pero también creación: los más débiles deben sucumbir para que
los más fuertes vivan; o Alex es capaz de violar a dos niñas tontas que no entienden lo sublime de la música
de Beethoven (“¡Por el gran Bogo!”, como diría Alex)”. No estoy aportando un juicio moral sino una
aproximación al personaje.
“Cuando Alex comete un crimen (es decir, cuando el Estado tutelar establece que ha rebasado el límite
impuesto por el colectivo al que representa) su libertad se ve brutalmente amputada. No sólo eso, sino
también su identidad (ahora será el recluso 6655321, un golpe de efecto algo burdo pero efectivo por parte
del autor) y, posteriormente, su capacidad de decidir: es condicionado para rechazar cualquier forma de
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violencia, una suerte de “naranja mecánica” incapaz de manifestar su condición humana. Ya no puede
escoger entre el bien y el mal, algo que Bogo (o Dios) reprobaría ("Quizás el hombre que elige el mal es en
cierto modo mejor que aquél a quien se le impone el bien", según el capellán de la prisión en que es
internado Alex).
Así volvemos a la pregunta planteada al principio: ¿es la sociedad violenta con sus miembros? ¿Justifica el
bien de la sociedad la violencia de Estado? En palabras del responsable de la técnica empleada sobre el
nadsat (adolescente, en el argot de Burgess): "No nos interesan los motivos, la ética superior. Sólo queremos
eliminar el delito...". La observación del Ministro del Interior es harto indicativa: "Y aliviar la espantosa
congestión de las prisiones". Lo que conduce, inevitablemente, a la legitimidad del Estado como
representante del colectivo. Aunque este punto pasa de puntillas, tanto en la película como en la novela.
La necesidad de recuperar su humanidad, y a partir de ahí ser libre para escoger libremente, serán las bases
del desenlace, en el que un Alex abocado a la madurez contempla su pasado con una mirada crítica y sabia.
Llega la hora de decidir, y de decidir correctamente. El camino es lo de menos, lo importante es que uno
mismo conduzca sus pasos por el camino que quiere la voluntad”.
Pero estamos en las mismas ¿Es la voluntad libre o está determinada por alguien o por algo? ¿Eres libre?
¿Se refleja nuestra juventud en la película? ¿Es nuestra sociedad violenta o son violentos los individuos?
PELÍCULA
“En esta simbólica y polémica obra clásica del cine de culto, Kubrick, con su habitual carga crítica de
virulenta contundencia y hundiendo su afilado bisturí hasta las entrañas del cuerpo de una sociedad enferma
de muerte como si de un cirujano se tratase, reflexiona sobre la naturaleza de la violencia inherente al ser
humano, las reglas sociales, las rígidas fuerzas del orden, la hipocresía de los gobernantes, el
sensacionalismo de los medios de comunicación, la disgregada institución familiar y los métodos de
represión y rehabilitación mediante el instrumento de la sátira pura y dura. No es una celebración o apología
de la violencia, como algunas voces interesadas han mantenido desde tiempos inmemoriales, sino todo lo
contrario, puesto que se reducen los personajes y sus acciones al absurdo, al sin sentido más absoluto.
La historia se concentra en las aventuras y desventuras de un pícaro (impresionante Malcolm McDowell), el
personaje principal que es víctima de la sociedad que lo envuelve. Sus acciones son atroces, de una
violencia extrema, pero el tratamiento "Ludovico" al que lo someten como presunta medida correctora de la
conducta criminal inventado por el gobierno resulta ser negativo a todas luces, puesto que no hace otra cosa
que coartar su libertad de acción. El tratamiento restringe su capacidad de decisión: es otra forma de censura
más o menos encubierta, de privación de libertad, manteniendo al sujeto en una cárcel virtual. La
revolucionaria cura no le produce ningún resultado terapéutico favorable, siendo peor el remedio que la
propia enfermedad”.
REFLEXIONES INTERESANTES
COMENTARIO FINAL
En el cine se ha tratado de manera desigual el tema y se han realizado algunas películas que han pretendido
ser la segunda parte de La naranja mecánica como Trainspotting (estrenada en 1996, y promocionada como
"la Naranja Mecánica de los 90"). Otra película que también pretende ser la segunda parte de La naranja
mecánica es El Club de la Lucha (1999).
Para criticarlas y compararlas con la obra de Kubrick, os recomiendo verlas pero os adelanto el veredicto:
Nunca las segundas partes fueron buenas. Pero, son películas que prometen y puede que os gusten porque
están realizadas con el lenguaje y personajes propios de vuestro tiempo.