Revista Fadecs Num 16

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2010

E S T U D I O S S O C I A L E S
Publifadecs: Departamento de Publicaciones de la
Facultad de Derecho y Ciencias Sociales
Universidad Nacional del Comahue
Avenidas Mendoza y Perú (8332) General Roca, Río Negro,
Argentina
Tel: 54 2941 433668/433670
Correo-e: publifadecs@hotmail.com

Los artículos publicados son responsabilidad de los


autores y no reflejan necesariamente la posición de la
Facultad de Derecho y Ciencias Sociales.
E S T U D I O S S O C I A L E S

AÑO 17-Nº16
2010

PUBLICACIÓN ANUAL
FACULTAD DE DERECHO Y CIENCIAS SOCIALES
UNIVERSIDAD NACIONAL DEL COMAHUE
E S T U D I O S S O C I A L E S

ISSN 950-9859-51-6

Director Mg. Juan Carlos Bergonzi

Secretaría Mg. Nélida Sosa


de Redacción
Relaciones Lic Alicia Presti
Institucionales

Edición General Departamento de Publicaciones


y Coordinación Técnica Fadecs/UNComahue

Mg Ana María Matus


Consejo Dra. Ana María Menni
de Redacción Dr. Alejandro Rost
Lic Dinorah Fait
Mg. María Palmira Massi

Diseño de tapa Prof. Julio Bariani

Editor responsable Juan Carlos Bergonzi

Mendoza y Perú - (8332) General Roca - Río Negro - Argentina


Correo-e: publifadecs@hotmail.com
Consejo Editorial Dra. Mónica Bendini
(Grupo de Estudios Sociales Agrarios, UNComahue)
Dra. Leticia Prislei
(Facultad de Humanidades, UNComahue)
Prof. Enrique Di Carlo
(Director del Equipo de Investigación en Epistemología y
Metodología EIEM- de la Universidad Nacional de Mar del Plata)
Dr. Guillermo Neiman
(Centro de Estudios e Investigaciones Laborales-Conicet)
Dr. Humberto Quiroga Lavié
(Consejo de la Magistratura de la Nación)
Dra. Anatilde Idoyaga Molina
(Centro Argentino de Etnología Americana, Conicet)
Dr Héctor Schmucler (Universidad Nacional de Córdoba)
Dra. Mabel Norma Grillo (Universidad Nacional de Río Cuarto)
Prof. José Luis Taricco
(Escuela de Ciencias de la Información, Universidad Nacional de
Córdoba)
Dra. María Laura Pardo
(Centro de Investigaciones en Antropología Filosófica y Cultura -
CIAFIC- Conicet),
Lic. Agustín Estévez
(Centro de Investigaciones Bioéticas, Universidad Nacional del Sur)
Prof. Alicia R. W. de Camilloni
(F.F.y L., Universidad de Buenos Aires)
Dr. Gustavo Constantino
Centro de Investigaciones en Antropología Filosófica y Cultural-
Ciafic-, Conycet)
Pablo Carpintero
(Instituto Universitario Patagónico de las Artes)
Julio César Neffa
(Universidad Nacional de La Plata)
Juan Manuel Salgado
(Fadecs, UNComahue)
Susana Haydée Masseroni
(Universidad de Buenos Aires)
Lic. Mario Carlos Robirosa
(FLACSO)
Prof. Nora Mendizabal
(Centro de Estudios e Investigaciones Laborales -CEIL-, Conycet)
Lic. Ricardo Murtagh
(Instituto del Saber, UCA)
Lic. Aldo Rubén Ameigeiras
(Instituto del Desarrollo Humano, Universidad Nacional General)
Autoridades
de la Facultad

Decano Lic. y Abog. Omar Jurgeit


Vice Decana: Mg. Alicia Bosani
Secretaria Académica Abog. Paola Cerutti
Secretario Administrativo C.P.N. Daniel Canderán
Secretaria de Extensión y Asuntos Universitarios Arq. Inés Pérez
Secretaria de Investigación y RR. II. Prof. Laura Marcoccia
Directora de Postgrado. Mg. Alicia Bosani
Indice

Editorial . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 9
1. Juan Carlos Bergonzi
El Ciclo Común en el plan fundacional de la
carrera de Comunicación de la UNComahue. . . 11
2. María Sol Ozino Caligaris
Empresas neuquinas después de la crisis . . . . 27
3. Jorge O. Cañabate
¿Historia de un amor? La Investigación en la
UNC con especial referencia a la Facultad de
Derecho y Ciencias Sociales . . . . . . . . . . . . . 47
4. Ángel Cerutti y Gustavo Ferreyra
Sin documentos. Migrantes ilegales chilenos
en el Alto Valle de Río Negro y Neuquén . . . . 73
5. Sergio Claudio Devita
Experimentarnos como sujetos, hoy . . . . . . . 91
6. María Palmira Massi
La descalificación como estrategia discursiva . 111
7. Ana Matus
Formando parte unos de los otros . . . . . . . . 139
9
8. Joaquín Perren
Radiografiando las ciudades. Una arqueología
del estudio de la diferenciación socio-espacial 161
9. Norberto Rocha
Actividades físicas de aventura en medios
naturales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 193
10. Fernando M. Sánchez
La alteridad como espectáculo. Zoológicos
humanos y Exposiciones Universales en los
siglos XIX y XX . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 217
11. Dinorah Fait Villalobos
Familia, Derechos Humanos y Trabajo Social . . 237
12. Nélida Beatriz Sosa
Bicentenario, medios y conflictividad política . 253
Editorial

En el Bicentenario de la Patria
Las ventajas
de estar en la Red

Este año de 2010 se celebra el Bicentenario de


la Patria. En 1810, los revolucionarios juzgaron
imprescindible contar con un medio de comunica-
ción y fundaron Gaceta de Buenos Ayres. Había
mucho para decir, comunicar, sobre el momento que
se iniciaba con el grito de independencia de mayo.
Eran tiempos de felicidad donde se puede sentir lo
que se quiere y decir lo que se siente. La cita de
Tácito debajo de la marca de nuevo periódico ratifi-
caba la atmósfera de libertad, de cambios luego de
tres siglos de dominación imperial.
Esta edición de la Revista de la Facultad-
Estudios Sociales coincide con el Bicentenario argen-
tino. Es también un tiempo de alegría poder presen-
tarla a los lectores. Si estamos en una universidad
pública es tal vez gracias a aquella génesis expansi-
va con fecha de mayo de 1810. Doscientos años en
la vida de la Nación nos permiten observar triunfos
y adversidades. Incertidumbres y desconciertos.
Pérdidas irreparables, transformaciones equívocas y
proyectos de grandeza.
La Revista se ofrece a los lectores en la red de
redes. Adquiere por ese motivo presencia global. Los
intercambios vendrán de los lugares más distantes y
tal vez ignotos. Así son los tiempos de la comunica-
ción en siglo XXI.
La información y la comunicación adquieren
esta particular forma. Norbert Wiener, el creador de
la Cibernética lo señaló a mediados del siglo ante-
rior.

Revista de la Facultad 15, 2009 9


Editorial

Los docentes e investigadores que escriben en


este número brindan miradas sobre asuntos surgi-
dos de la propia urdimbre de sus proyectos de inves-
tigación. Un alto porcentaje de artículos trata cues-
tiones locales y regionales. Ello otorga valor
agregado a la publicación y refleja una vinculación
cercana con el entorno de la UNComahue que tiene
un protagonismo académico y cultural sobre una
extensión de 300 mil km2 y una población superior
al millón de habitantes.
Las universidades y, en particular, las que tie-
nen en su interior carreras de comunicación y cien-
cias sociales se preparan para cambios. Se proyecta
desde la Nación integrar el país con contenidos pro-
pios de las grandes regiones que lo compone. El rol
de las universidades es destacado.
En esa senda, la producción intelectual será
decisiva para articular formatos comunicativos desti-
nados a las nuevas redes digitales audiovisuales y,
además, alojarlas en sites de la Red.
Desde la generosa plataforma de la universi-
dad pública, nos debemos comprometer, en este
Bicentenario de la Patria, a responder la oportunidad
de investigar, producir y comunicar lo pertinente,
necesario, acerca de nuestra región del norte de la
Patagonia argentina.
Será esta la manera más feliz de memorar
nuestros doscientos años.
Saludos cordiales y hasta el próximo número

Juan Carlos Bergonzi


Director
publifadecs@hotmail.com

10 Revista de la Facultad 15, 2009


Revista de la Facultad 16, 2010 11-26

El Ciclo Común en el
plan fundacional
de la carrera de Comunicación
de la UNComahue Juan Carlos Bergonzi*
jcbergonzi@gmail.com

Resumen

Desde principios del siglo XX y hasta la primera momentos - currículo - comuni-


cación - escuelas - autores - his-
década del tercer milenio, se puede establecer un gran
toria
período general en el cual se afirma y consolida la ense-
ñanza del periodismo y la comunicación social. Dentro de
ese lapso también es justificado fijar momentos científi-
cos, culturales, políticos, tecnológicos que, de manera
consecuente, impulsaron sucesivas mallas curriculares
dirigidas a la oferta educativa en las casas de estudio uni-
versitarias.
La carrera de Licenciado en Comunicación Social de
la UNComahue, con su plan fundacional en los inicios de
la década de 1970, y específicamente con su Ciclo
Común, permite y requiere una mirada reflexiva.
Se pretende relacionar los momentos con la socie-
dad humana de entonces, sus contextos, autores, corrien-
tes y escuelas que influyeron en la propuesta de 1974.

* Juan Carlos Bergonzi es licen-


ciado en Comunicación Social.
Es docente e investigador en la
carrera de Comunicación Social
de la Facultad de Derecho y
Ciencias Sociales de la
UNComahue.

Revista de la Facultad 16, 2010 11


Juan Carlos Bergonzi

The Core in the foundational


curriculum of the Communication
Course at Comahue University

moments - curriculum - commu- From the beginnings of the twentieth century to


nication - schools - authors - his-
the first decade of the third millenium, the teaching of
tory
journalism and social communication has consolidated.
Within this period of time, it is justified to establish scien-
tific, cultural, political and technological moments which
have consequently put forward curriculum designs in
their educational proposals at universities.
The Licenciate in Social Communication at
Comahue University, with its foundational curriculum
during the early 1970s and, specifically, its Introductory
Course, calls for reflection and review.
The objective is to establish relationships among
these moments and the human society of the time, its
contexts, authors and ways of thinking that have had an
influence on the 1974 proposal.

12 Revista de la Facultad 16, 2010


El Ciclo Común en el plan fundacional de la carrera de Comunicación de la UNComahue

Introducción

Uno de los puntos clave en la génesis de los estu-


dios del periodismo y la comunicación social será su
legitimidad Si acordamos establecer un espacio temporal,
lo podemos fijar entre 1900 y la conclusión del siglo XX,
el gran periodo del cual habló el investigador mexicano
Esteinou Madrid que, para el presente análisis, lo exten-
demos hasta el fin de la primera década del tercer mile-
nio.
Cuando Esteinou Madrid (1984) presentó su ensa-
yo, el mundo marchaba por la bipolaridad; quedaba por
presenciar el enorme acontecimiento del derrumbe de la
Unión Soviética en 1991 y con ello el “fin del siglo XX”, el
siglo corto que Eric J. Hobsbawm (2006) da por comen-
zado con el estallido de la Primera Guerra Mundial en
1914. Su cierre lo establece con la disolución, en los
noventas, de los gobiernos socialistas, especialmente de
la ex Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas. (URSS)
Los momentos incluidos en el gran periodo serán
los siguientes: 1900 a 1945, llamado Clásico-humanista.
Sus casi cincuenta años se caracterizaron por acampar en
un terreno filosófico empirista que explicaba la comunica-
ción como “un simple fenómeno humano” En ese
comienzo la comunicación no fue objeto de análisis siste-
máticos, salvo los trabajos en la crítica literaria, los estu-
dios sobre propaganda y mensajes comerciales a los que
se llamará con el genérico de publicidad. 1 1 En este periodo se crean las pri-
meras escuelas de periodismo en
Por diferentes necesidades fueron pragmáticos y se universidades de EE.UU. de
ajustaron a indagar la potencialidad en el campo de la América. Missouri en 1908 y
Columbia en 1912. En 1935 la
persuasión. Predominarán los estudios del periodismo Universidad Nacional de La Plata,
impreso en dimensiones históricas, literarias y jurídicas. El en Argentina, brindará amparo
académico a la Escuela de
momento remite a la revolución rusa, las dos guerras Periodismo organizada por el
mundiales, las guerras de liberación colonial y la nueva Círculo de Periodistas de la
Provincia de Buenos Aires.
configuración mundial.
El segundo transitará desde la posguerra y hasta
los primeros años de la Revolución Cubana (1945-1965);

Revista de la Facultad 16, 2010 13


Juan Carlos Bergonzi

se lo designará Científico técnico. La SGM traerá modifi-


caciones impensables en los soportes tecnológicos para la
transmisión de sentidos.
La radio y la televisión tendrán su salto cuantitati-
vo al igual que las comunicaciones trasnacionales. Se
acentuará la concentración de la producción, incluidas la
de noticias y se acentuará un modelo comunicativo que
será reprochado por unidireccional; ocupará largos y fer-
vientes años de preocupación esencial en la academia
2 Un estudio fenoménico sobre iberoamericana. 2
la actividad del periodista, el dia-
Las demandas de metodologías cuantitativas, la
rio, la noticia, el lector y la liber-
tad de prensa fue Metodología difusión de innovaciones tendientes a mejorar y calificar
del Periodismo del autor italiano la actividad agrícola y el estudio de los efectos con hinca-
Domenico de Gregorio en 1960. pié en el receptor facilitaron la ampliación de la concep-
publicado en España por RIALP
ción positivista de la enseñanza; toma, entonces, vigor el
en 1966.
funcionalismo cultural.
El tercero de los (momentos) consignados por
Esteinou Madrid será por veinte años más, hasta 1984, y
lo llamará Crítico reflexivo. Este tramo concluye con el
mismo año de la publicación de su trabajo-ensayo en
México. La casualidad del año de edición con el nombre
de la novela 1984 de George Orwell (1949) ha sido una
inadvertida coincidencia con la llamada disutopía del
autor británico y la descarnada ficcionalización en el
campo de la convivencia y la comunicación.
El reflejo de las corrientes pacifistas de los sesentas
en EE.UU. de América, México y los movimientos cultura-
les en Francia, Portugal, Praga; la influencia de la
Revolución Cubana, los movimientos de liberación, la
guerra de Vietnam y las peticiones urgentes de cambios
estructurales, junto con el surgimiento de grupos guerri-
lleros en América latina, rompen con la hegemonía de los
estudios comunicativos.
Llueven las críticas, sin excesivas propuestas y
emergen modelos metodológicos propios con dificulta-
des en su instrumentación pero con esperanzas.
Los mass media, con su desarrollo incontenible,
protagonizan el mercado. Se habla de la comunicación
Norte–Sur, de políticas nacionales de comunicación. El

14 Revista de la Facultad 16, 2010


El Ciclo Común en el plan fundacional de la carrera de Comunicación de la UNComahue

avance de la teoría y práctica de la formación profesional


entra en un debate profundo desde la mirada de organis-
mos rectores de la enseñanza, más allá de las universida-
des que ya cuentan con departamentos, escuelas o facul-
tades de periodismo y comunicación.
Predomina la teoría de la dependencia económica
que se traslada a la recepción. Eliseo Verón (1987), uno
de los principales teóricos de la Argentina, decía: “Mi idea
ha sido romper la hipótesis del pasaje mecánico, determi-
nista, de la producción y el reconocimiento”. Una búsque-
da que provocará ruido más teórico que empírico en
docentes, investigadores y estudiantes de las carreras
objeto de un fuerte auge de matrícula.
Se afirmó, con fuerza, en América Latina la inten-
ción de enfrentar, desde la investigación, temas como la
industria de la comunicación, invasión de contenidos
extranjeros, políticas nacionales. Se exponen ensayos para
“investigar lo alternativo”.
Una experiencia en el Chile socialista de Salvador
Allende (1970) lo constituyó el Centro de Estudios de la
Realidad Nacional (CEREN) con sede en la Universidad
Católica de Santiago. Una de sus publicaciones más
sobresalientes serán los “Cuadernos de la Realidad
Nacional”. En sus ediciones, los investigadores redactores
exponen temas confrontativos con la prensa liberal,
estructura de poder de la información, dependencia e
imagen cultural de la sociedad chilena, la prensa pseudos
amorosa, entre otros.
Entre los redactores se destacaban Armand
Mattelart y Michèle Mattelart, Mabel Piccini y otros. El
Centro lo dirigió Jacques Chonchol. Los análisis cuestiona-
ban la óptica empirista de la escuela sociológica nortea-
mericana. Además de criticar a la “communications rese-
arch” y desarrollar miradas sobre la lectura ideológica de
los mensajes, proponía una metodología basada en la
semántica estructural.
No obstante avances como el chileno, el análisis del
Informe McBride (1980) traducirá desaliento más que
euforia a pesar de sus valiosas aportaciones de cambios

Revista de la Facultad 16, 2010 15


Juan Carlos Bergonzi

urgentes: se propone un Nuevo Orden Mundial de


Comunicación e Información (NOMIC).
Podríamos hacer un ejercicio histórico comunica-
cional y agregar otro par de momentos hasta llegar al cie-
rre de la primera década del tercer milenio. Ellos serían:
1984-1994 la década previa al lanzamiento por la
Internet de los medios masivos y, desde 1994 hasta el
presente, la digitalización de los contenidos de actuali-
dad, la expansión de la red y las TIC con agregado de
movilidad (Castells, 1996).
¿Son válidos estos momentos? La investigación,
sus contextos y aplicaciones pueden confirmarlo o no. Se
expresan a título de relación con el pasado y el presente.
Pretenden mejorar la mirada orgánica sobre los mecanis-
mos sociales que constituyeron, facilitaron, impulsaron el
devenir de la comunicación y, de manera consecuente, la
transferencia a la enseñanza y la formación profesional.
Funcionan como desafíos actuales.
En el análisis particular de planes de estudios, los
momentos ¿se pueden vincular con la historia argentina?.
Creemos que sí. Las referencias mundiales trasladaron de
alguna forma modelos y problemas en el objeto de estu-
dio. Iguales circunstancias sucedieron con los impulsos
académicos.

La carrera de Comunicación de la UNComahue en la


3 década de 19703
Una visión actual de la carrera
su puede encontrar en
http://fade.uncoma.edu.ar/fadec
Podemos decir que el nacimiento de la carrera se
cos2009/35anios.htm
enmarca en el período Crítico-reflexivo antes enunciado.
Y desde la historia institucional de la Argentina, que con-
tiene la década y año de su creación, 1974, observamos
similitudes y contrariedades equivalentes.
Si la década de 1970 fue propicia, en parte, para
alentar cambios y reflexiones destinadas a inaugurar o
perfeccionar estudios de comunicación, también debe-
mos marcar el retroceso que en el despegue crítico se
desmoronan por imperio del golpismo y la consecuente

16 Revista de la Facultad 16, 2010


El Ciclo Común en el plan fundacional de la carrera de Comunicación de la UNComahue

instalación de dictaduras. La Argentina no será un caso


aislado: compartirá la noche y la niebla con Uruguay y
Chile.
En 1973, y por primera vez desde la autodenomina-
da Revolución Libertadora (Sáenz Quesada, 2007), el
peronismo se presenta al veredicto del voto. Los diecio-
cho años de proscripciones políticas, persecuciones, fusi-
lamientos y censuras no fueron suficientes para impedir,
ante la libertad de elegir, su victoria en las urnas.
El país dejaba atrás una dictadura cívico militar ini-
ciada en 1966 con el derrocamiento del presidente Arturo
Illia. El peronismo había conseguido la tan ansiada recu-
peración del poder
El reencuentro de la sociedad con el sistema demo-
crático no fue estable. Los años siguientes se vivieron con
violencia trágica; el país desgarrado, con un epílogo de
un nuevo golpe de Estado, con fines de exterminio a sus
opositores. (Potash, 1994; Seoane/Muleiro, 2001)
Cuando el 28 noviembre de 1974 se crea, median-
te Ordenanza 008 del rector de la UNComahue Roberto
Noel Domecq la Carrera de Medios de Comunicación,
con orientaciones en Periodismo, Radio y TV se está
brindando respuesta a una presentación del decano de la
Facultad de Ciencias Sociales fundamentada en antece-
dentes presentados por el Departamento de Medios de
Comunicación.4 La norma rectoral contemplaba que una 4 Las Ordenanzas constituyen la
vez obtenido el título de Técnico, el graduado estaba red normativa de la Universidad.
La que motiva este trabajo, la nº
habilitado para acceder a una (futura) Licenciatura en 008/1974 fue emitida como tal
Comunicación Social. por el Rector de la casa de estu-
dios. En la actualidad y de acuer-
La iniciativa curricular de 1974 se conecta con las do con el Estatuto de la
UNComahue las ordenanzas sur-
inquietudes del momento Crítico reflexivo que vive el gen del cuerpo colegiado de
campo. La relación con situaciones mundiales que impul- gobierno llamado Consejo
Superior. En 1974, y a dos años
saron revisiones y cambios sociales es inevitable. En la de la creación de la UNComahue,
ese cuerpo no podía constituirse
Argentina los movimientos juveniles eran arrolladores y
sin antes regularizar la planta
encabezaban la salida definitiva de un contexto de casi profesoral por vía de los concur-
sos de profesores ordinarios.
una década de inestabilidad provocada por democracias Este hecho se producirá en 1986.
débiles, golpismo y dictaduras con pretensiones mesiáni-
cas como la que se extinguíó en 1973 (Rouquié, 1982; De
Riz, 2000).

Revista de la Facultad 16, 2010 17


Juan Carlos Bergonzi

Desde la asunción del presidente Héctor J.


Cámpora, el 25 de mayo de 1973, los aires fueron favora-
bles para emprendimientos académicos como el aquí
comentado. La salida de Cámpora en el mismo 1973
(Bonasso, 1997) provocó un giro preocupante, acentuado
con la muerte de Juan D. Perón el 1 de julio de 1974. Las
luchas internas del partido en el gobierno se tornaron
visibles y descarnadas.

Antecedentes en la formulación del Plan de Estudios


5 La propuesta al Rector Domecq 008/1974 5
se origina en el Expediente nº
3859 del Decano de la Facultad
de Ciencias Sociales con asiento
en la ciudad de General Roca, Río El primero y decisivo puede observarse en la juven-
Negro. tud de la UNComahue. Fundada en 1972, se propuso ser
una casa de estudios en directa vinculación con su entor-
no físico y social. 6
6 La ley de creación de la
UNComahue lleva el nº 19.117. Dos años después, cuando se aprueba la ordenan-
El acto formal con las dos provin-
cias se concretó el 17 de marzo
za 008/74 se destacan cuatro puntos centrales: a) “Las
de 1972, fecha que se considera características geográficas, económicas y sociales de la
de fundación de la casa de altos
estudios. región hacen necesario un sistema de medios masivos de
comunicación”; b) “profesionales aptos para dicho
campo” ; c) la necesidad de profesionales que deben
estar formados para “el análisis y la producción de comu-
nicaciones…”; d) se expresa con claridad que la creación
de la carrera debe provocar -desde las comunicaciones-
“participación efectiva” con el programa de
Reconstrucción Nacional y, en particular, “una política
cultural autónoma”
Se pueden observar en los fundamentos/antece-
dentes la íntima vinculación entre una propuesta de
carrera universitaria y un programa de gobierno dos
veces ratificado por la ciudadanía en elecciones celebra-
das en el transcurso de 1973.
Se deduce, del texto de la norma, la significación
de la Comunicación en un proceso de cambio y de refor-
mulación de la política tradicional. Los mentores del currí-
culo estaban persuadidos de la herramienta y la trascen-
dencia de formar profesionales “aptos para el análisis y la
producción de comunicaciones”

18 Revista de la Facultad 16, 2010


El Ciclo Común en el plan fundacional de la carrera de Comunicación de la UNComahue

Abordaron, desde su perspectiva, el objetivo en la


formación. Si bien el texto es exiguo y podemos entender
la razonabilidad de esa construcción en virtud del contex-
to político no se advierten consideraciones generales
sobre los males que afectan a la sociedad. El mandato es
general, visible y concreto: se debía facilitar la participa-
ción en la reconstrucción del país,
En esa línea surge una correlación con el convenio
interprovincial de fundación que definió apertura de la
Universidad (1972) cuando en su art. 42 dice “que la pro-
vincia de Río Negro podrá recabar de la Universidad la
investigación de problemas o proyectos que hagan a los
intereses de la comunidad o de determinadas regiones de
su territorio”.
Es evidente la intención de ampliar la red comuni-
cativa, promover interacciones sociales y fomentar más
voces dentro del gran espacio que la Universidad da
cobertura: las provincias de Río Negro y Neuquén que
suman una superficie de casi 300 mil km2. Un dato geo-
gráfico que, con seguridad, se tuvo en cuenta, máxime en
una década donde las comunicaciones por radio eran sólo
en emisoras AM y se disponía de una única señal de TV en
el Alto Valle; el aislamiento de parajes y poblaciones rura-
les era notorio.
Se ordenó se pusiera en funcionamiento a partir del
comienzo del ciclo lectivo de 1975, y se determinó que la
carrera de Técnico en Medios de Comunicación, con sus
orientaciones, tendría su “dependencia administrativa”
en la Facultad de Ciencias Sociales (Hoy Fadecs) de la ciu-
dad de General Roca, Río Negro.
El tercero de los artículos de la parte resolutiva
expresa que “para la puesta en funcionamiento de la
Licenciatura en COMUNICACIÓN SOCIAL (con mayúsculas
en el original) deberá contarse con un Plan de actividades
a desarrollar y ser aprobadas por este Rectorado”.

Estructura curricular
Si la década de 1970 está impregnada de cambios
y manifestaciones educativas y culturales, 1974 es un año

Revista de la Facultad 16, 2010 19


Juan Carlos Bergonzi

propicio para acentuar tendencias no sólo en el campo de


la enseñanza sino en la relación con la estructura social.
Una corriente que precede con fuerza a la creación
de la carrera en el Comahue lo constituyó el movimiento
estudiantil en los años 1967/68 en la carrera de periodis-
mo de la UNLaPlata. Por esos años, un numeroso grupo
de estudiantes, la mayoría ingresados en 1965/66, provo-
7 Véase en http://labrujulauniver- có una fuerte reformulación de la enseñanza.7
sitaria.blogspot.com/2009_03_0
1_archive.html Esa marcha dejó una impronta en las promociones
Consulta 2/10/2009
siguientes de la actual Facultad de Periodismo y
Comunicación. Se abrieron las puertas a nuevos conoci-
mientos, métodos, modelos y formas de encarar los estu-
dios en correspondencia con la época. La experiencia
transformadora concluyó, como se sabe, en 1976.
La carrera del Comahue tendría un Ciclo Común
(CC) de cuatro cuatrimestres, es decir una duración de
dos años académicos. El primer cuatrimestre estaba des-
tinado a Estudios Básicos. Si bien en la Ordenanza 008/74
no se especifican contenidos generales ni particulares del
CC se pueden vincular con la preparación del estudiante
a modo de refuerzo de los estudios secundarios y que
llegó a funcionar como obligatorio en todas las universi-
dades nacionales.
Se trató de un “Tríptico” porque acometía el dicta-
do de tres asignaturas en concordancia conceptual con la
orientación de la carrera elegida.
El alumno del CC, en el segundo cuatrimestre debía
cursar Introducción a las Ciencias Sociales y, con metodo-
logía de seminario, Teoría de la Comunicación durante el
primer año; era el contacto liminar con el mundo teórico
de las comunicaciones.
En el tercer cuatrimestre se ofrecían tres asignatu-
ras: Problemas de las clases sociales, Semiología I y
Política Cultural. En tanto, en el segundo cuatrimestre,
Teoría de la ideología, Matemáticas aplicada y Medios de
Comunicación. Se agregaban dos seminarios: Semiología
II e Investigación Social.
El Ciclo Común se integraba con ocho asignaturas
y dos seminarios. No se especificaban horas de dictado ni

20 Revista de la Facultad 16, 2010


El Ciclo Común en el plan fundacional de la carrera de Comunicación de la UNComahue

carga horaria general a cada asignatura o seminario.


El tiempo político histórico mundial y, de la
Argentina en particular, indujo articular, en el plan, el aná-
lisis de la sociedad humana. Su estructura social, el orden,
el conflicto, estatificación, sistema de clases, modos de
producción, marginalidad, ideologías, políticas culturales
y otros ejes temáticos.
Una sola asignatura menciona en sus contenidos
autores y pensadores clásicos en estos temas eje y ellos
son: Durkheim, Weber, Parsons; Marx y Keynes.
Dentro de la formación para el Técnico se ofrecía el
estudio de la Lingüística, disciplina que se enuncia como
“ciencia piloto” Una conceptualización de alto reconoci-
miento en ese tiempo que, unida a Semiología, con sus
dos seminarios, reflejaban la influencia vigente de
Ferdinand de Saussere, Roland Barthes, Edgard y Violette
Morin, Abraham Moles y otros que facilitaron los pasos
fundamentales en su consolidación como un soporte des-
tacado en el currículo en este plan y en las carreras de la
especialidad.
La aceptación de esta corriente, dentro de las carre-
ras de comunicación resolvió, de alguna forma, la mirada
dispersa sobre el objeto de estudio, acotado con debili-
dad por los actores del campo comunicacional. Esa cir-
cunstancia será, en los años por venir de la enseñanza, de
gran trascendencia porque afectará cuestiones de índole
epistemológico y de interpretación de la función social de
los medios de comunicación.
La lingüística, la lingüística estructural, y la semio-
logía continuaron su derrotero sin interferencias hasta la
actualidad. Su eje distintivo de trabajo sería el “análisis
del discurso”. Los agregados de autores externos y autóc-
tonos fueron muchos y los especialistas en el tema se vol-
vieron indispensables, dinámicos en la formación de pro-
fesionales de comunicación.
La teoría de la comunicación no se podía sustraer
de las ciencias sociales, si bien agregaba dentro de su cor-
pus los modelos informacional, estructural e interaccio-
nal. Eliseo Verón, en los finales de los sesentas, propuso a

Revista de la Facultad 16, 2010 21


Juan Carlos Bergonzi

la comunicación como una ciencia madre que incluirá a la


lingüística y a las ciencias sociales. La lectura de esa intro-
ducción en Lenguaje y Comunicación Social (1968) se
reflejó en el Ciclo Común de la tecnicatura analizada.
El impacto de la publicación de Verón repercutió en
Argentina y América Latina; se anticipo a unos y devaluó
a otros como Marshall McLuhan Le niega al autor de La
Galaxia Gutenberg (1962) condición de “teórico de la
comunicación” y lo juzga como divulgador y elaborador
de la mitología de la comunicación de masas. Otro enfo-
que lo tendrán varios teóricos con respecto a la produc-
ción del profesor de literatura de Toronto. Reconocerán su
figura pública y las controversias que provoca: Naim
Catan, Jean Baudrillard, Edgar Morin, Paul Riesman escri-
birán ensayos sobre “Undertanding Media”: cómo com-
prender a McLuhan, el hombre tipográfico, el hombre
electrónico y la relación del canadiense con la historia.
Otra influencia visible en el diseño curricular será la
de Umberto Eco que ya en (1965) deslumbrará a miles de
estudiantes con sus ensayos Apocalípticos e Integrados
ante la cultura de masas y La estructura ausente (1968)
La asignatura Matemática Aplicada expone brindar
elementos para operar con la tecnología de la comunica-
ción. Los cambios operados en las décadas de 1950, 1960
y 1970 establecieron soportes novedosos para la transmi-
sión de significados. El envío al espacio exterior, por la
Unión Soviética, del primer satélite artificial (1957) modi-
ficó la perspectiva comunicativa. Se registran influencias
de la teoría de la información como un conjunto derivado
de las ciencias matemáticas (Shannon y Weaver, 1972) en
especial de la probabilidad y también de la cibernética
cuyo creador, Norbert Wiener (1972), la definió “la cien-
cia del control en el animal y en la máquina”.
Zbigniew Brzezinski (1970), en La Era Tecnotrónica,
explicó el impacto de la ciencia y la tecnología sobre el
hombre y el cuerpo social donde está inserto. En esos
años, tanto el autor estadounidense como científicos de
la Unión Soviética y Japón, realizaban esfuerzos sistemá-
ticos, ilustrados, dirigidos a pensar el mundo del futuro.

22 Revista de la Facultad 16, 2010


El Ciclo Común en el plan fundacional de la carrera de Comunicación de la UNComahue

Brzezinski habla de que en EE. UU. la sociedad industrial


da paso a un nuevo ordenamiento social, cultural, psico-
lógico, económico. Todo, en gran parte, por el desarrollo
de la tecnología y la electrónica, con especial fuerza las
computadoras y las comunicaciones.
Los autores del plan revisaron sin duda este marco
teórico general, cuestión que se ratifica con los conteni-
dos asignados al seminario de Investigación social. La
relación entre investigación y medios no es visible.
Es razonable para la época y para la mirada del plan
fundacional. De todos modos, la percepción de que la
investigación es inherente al campo, se observa con clari-
dad. Un tema que será recurrente en los treinta y cinco
años siguientes de la carrera fundada en 1974 por las difi-
cultades operativas para sustentar el dictado con sostén
en la comunicación como disciplina del conocimiento.
Para cerrar el análisis del plan fundacional en su CC,
la asignatura de conclusión será Medios de
Comunicación. Se observa como una introducción gene-
ral si se considera como aproximación concreta a esta
problemática. Los ejes salientes no difieren de materias
similares dictadas en el siglo XXI: mecanismo de estructu-
ración, condiciones de producción, organización del tra-
bajo, circulación y consumo. Marco institucional y gestión
económica, técnica y artística.
El abordaje incluía los tres medios predominantes
sin distinción de relevancia para el contexto social donde
estaban insertos. La intención de analizar la realidad de
los medios de comunicación tenía un objetivo pedagógi-
co expresado sin rodeos: poner “en juego” los conoci-
mientos teórico-metodológicos aportados por las discipli-
nas de cursado anterior.
Los estudios predominantes sobre medios de
comunicación, disponibles en la década de 1970 eran de
preeminencia estadounidenses con la estrella Bernard
Berelson y los análisis de contenido. La escuela francesa
ya había presentado en sociedad los trabajos de Jacques
Kayser y las bases de la hemerografía. Un gran avance lo
constituyó, dentro de las tendencias estructuralistas,

Revista de la Facultad 16, 2010 23


Juan Carlos Bergonzi

Violette Morín con otros investigadores asentados en


Francia en el Centre d´etudes des Communications de
Masse y su soporte la revista Communications.
Un libro intenso y novedoso será determinante
para auxiliar a investigadores y docentes del campo par-
ticular de medios y mensajes: Ideología y análisis de los
Medios de Comunicación escrito por el profesor catalán
Joseph María Casasús en 1972. Por ese entonces, relata
Luís Núñez Ladevéze en el prólogo a la reedición (1989),
“se contaba (en España) con media docena de libros sol-
ventes que trataran el estudio de la información y la opi-
nión periodística… y los estudios de las ideologías socia-
les”
Es natural suponer que junto a la bibliografía del
campo, los autores más influyentes, los estudios de las
escuelas estadounidense y europea como asimismo los
intentos en América latina tendientes –en términos de
Antonio Pascuali– a comprender la comunicación, hayan
gravitado en la construcción del plan fundacional de la
carrera de Comunicación de la Universidad Nacional del
Comahue.
En el contexto histórico-político de la redacción del
plan, es probable que se haya intentado una malla curri-
8 Los planes de estudio de la
cular donde el cursante lograra establecer asociaciones y
carrera de Comunicación, desde
su nacimiento, son los siguien- relaciones luego de un recorrido exitoso con el fin de con-
tes:
tribuir desde el periodismo y la comunicación a la recons-
Plan Fundacional 008/1974;
032/1977 presentado en 1975; trucción del país con una “participación efectiva” y “polí-
095/1985: 726/ 1989; 791/1993
343/1995 ( Creación del
tica cultural autónoma”.
Profesorado en Comunicación
Una aspiración que no siempre se ha logrado enun-
Social ); 173/2003 Vigente
En la década de 1990, comienza ciar con claridad.8 Las tres Orientaciones en Periodismo,
la carrera de Locutor Nacional en
convenio con el Instituto
Televisión y Radio llevaban a la obtención del pregrado
Superior de Enseñanza que, como se ha dicho, habilitaba el acceso, a futuro, de
Radiofónica (ISER). Esta carrera
quedará con el Plan 173/03 la Licenciatura.
como mención en la Licenciatura
en Comunicación Social, sin
Este trabajo sobre el Ciclo Común del plan funda-
dependencia del centro de estu- cional se enlaza con la celebración del 35º aniversario de
dios citado.
En algunos de ellos figuran la carrera de Comunicación de la UNComahue. El ejercicio
modificatorias. de memoria apunta, también, a consolidar la investiga-
El 343/1995 tiene vencimiento,
de acuerdo con la Resolución ción Convergencia digital: desafíos en la formación y en
051/07 del HCD, el 31 de diciem- la práctica periodística iniciada en 2009 en la Facultad de
bre de 2010

24 Revista de la Facultad 16, 2010


El Ciclo Común en el plan fundacional de la carrera de Comunicación de la UNComahue

Derecho y Ciencias Sociales


El tema como se observa es enorme. Ahora
los desafíos son otros y las demandas en la enseñanza
inquietan a los académicos. Se envían y se reciben men-
sajes mediante soportes y redes diferentes. En la era digi-
tal migrantes y nativos están expuestos a la revolución
tecnológica de la información y la comunicación.
En ese cambio de la cultura y la comunicación
debatimos la formación profesional. Este es un aporte
que, por cierto, no pretende ser taxativo.

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26 Revista de la Facultad 16, 2010


Revista de la Facultad 16, 2010 27-46

Empresas neuquinas
después de la crisis
María Sol Ozino
Caligaris*
msozino@yahoo.com.ar

Resumen

empresas medianas - empresas


Este artículo tiene como objetivo caracterizar algu-
intermedias - empresas peque-
nos aspectos del comportamiento posterior a la crisis de ñas
2001, en un conjunto de empresas pequeñas y medianas
de la provincia de Neuquén.
Los datos presentados provienen de dos releva-
mientos sucesivos realizados en esta provincia en 2002 y
2003, por convenio entre la Universidad Nacional del
Comahue y dos instituciones públicas provinciales, sobre
una muestra integrada por 1716 empresas de todo tama-
ño y de diferentes localidades.
Finalizada la tarea descriptiva global de estas 1716
empresas, se seleccionaron 431 de ellas, que encuadra-
ban en el tramo de 4 a 50 empleados y se profundizó allí
el tratamiento estadístico de la información obtenida en
el relevamiento amplio. Algunos de los resultados des-
criptivos para este conjunto son los que se presentan
aquí.
Los datos obtenidos, relevados durante el último
trimestre de 2002 y luego, con el mismo instrumento de
medición y la misma muestra, en igual período de 2003, *María Sol Ozino Caligaris es
permiten inferencias sobre las consecuencias de la crisis licenciada en Sociología y
en esta franja particularmente vulnerable del universo Especialista en Sociología de la
Agricultura Latinoamerica na, es
empresario. docente e investigadora de la
Universidad Nacional del
Comahue.

Revista de la Facultad 16, 2010 27


María Sol Ozino Caligaris

Neuquén: enterprises
after the crisis

medium - sized enterprises - The aim of this article is to typify some aspects of
small - sized enterprises
the behavoir in a set of small- and medium-sized enterpri-
ses in the province of Neuquén following the 2001 crisis.
The data were collected through two successive
surveys carried out in the province in 2002-2003, under
the agreement between Universidad Nacional del
Comahue and two provincial state organizations, cove-
ring a sample of 1,716 enterprises of different size and
from different cities.
Upon completion of the overall descriptive task of
this set of enterprises, 431 were selected since they fitted
the 4-50 employees category, and in those a deep statis-
tical analysis was performed taken into account the infor-
mation collected in the global survey. Some of the des-
criptive results obtained are presented here.
The data collected during the last quarter of 2002
and then, using the same measuring tool and the same
sample, in the same period of 2003 enable us to infer the
consequences of the crisis suffered by this particularly vul-
nerable sector of the business world.

28 Revista de la Facultad 16, 2010


Empresas neuquinas después de la crisis

Introducción

El presente documento se propone caracterizar


algunos aspectos del comportamiento posterior a la crisis
de 2001, en un conjunto de empresas pequeñas y media-
nas de la provincia de Neuquén.
Los datos que se presentan emergen de un releva-
miento realizado en la citada provincia a fines del año
2002 y replicado a fines de 2003, por convenio entre la
Facultad de Economía y Administración de la Universidad
Nacional del Comahue y dos instituciones públicas pro-
vinciales: el Centro Pyme de Neuquén y la Dirección
Provincial de Estadísticas y Censos de la Provincia de
Neuquén. Para dichos relevamientos, se tomó una mues-
tra integrada por 1716 empresas de todo tamaño, ubica-
das en las localidades de más de 5.000 habitantes de
dicha provincia, dentro de los sectores de la construcción,
el turismo, la industria, el comercio y los servicios.
Con posterioridad a la finalización de la tarea des-
criptiva sobre las 1716 empresas, se seleccionaron 431 de
ellas, que encuadraban en el tramo de 4 a 50 empleados
y tales que pudieran considerarse estrictamente como un
panel. Para este último conjunto, se profundizó el trata-
miento estadístico de la información obtenida en el rele-
vamiento amplio. Algunos de los resultados descriptivos
para este conjunto, así como la evolución de variables
como monto de las ventas, contratación de personal, uti-
lización de la capacidad instalada, entre otros, son los que
se presentan en este trabajo.
Si bien no podía preverse la profundidad de la cri-
sis que se avecinaba cuando se planteó en primera instan-
cia la posibilidad de hacer el relevamiento, los datos obte-
nidos, relevados durante el último trimestre de 2002 y
luego, con el mismo instrumento de medición y la misma
muestra, en igual período de 2003, permiten una aproxi-
mación a las consecuencias de la crisis en una franja par-
ticularmente vulnerable del universo empresario, como lo
es la de empresas pequeñas o relativamente pequeñas.

Revista de la Facultad 16, 2010 29


María Sol Ozino Caligaris

El contexto

Para contextualizar este estudio es necesario


tener en cuenta cierta característica de la provincia de
Neuquén, compartida hasta cierto punto por el resto
de las provincias patagónicas: el origen migratorio de
una gran parte de su población adulta. En el caso par-
1 Instituto Nacional de Esta dísti- ticular de Neuquén los últimos censos dan cuenta de
ca y Censos. República que su población se ha triplicado a partir de 19701, por
Argentina: Censo Nacional de
Población y Vivienda 1991.
el aporte de personas y familias que se trasladaron
Resultados definitivos- desde otros puntos del país, y en menor medida de
Características Seleccionadas.
Neuquén. Buenos Aires, INDEC, países limítrofes, en la búsqueda de las oportunidades
1992 y www.indec.mecon.gov.ar laborales generadas por las grandes obras hidroeléctri-
24/9/04
cas, el florecimiento de la actividad hidrocarburífera y
las políticas públicas de aliento a los servicios de inte-
rés social. El requerimiento de una mejor calidad de
vida, la que se estaba perdiendo aceleradamente en las
grandes ciudades del país, tampoco fue ajeno a este
importante proceso de movilidad territorial
Durante los últimos treinta años, el crecimiento
de la población neuquina se produjo a un ritmo
mucho más veloz que el de la Argentina, obedeciendo
esto a la combinación de un conjunto de factores tales
como el ya mencionado flujo migratorio, que se sumó
a altas tasas de natalidad y a la disminución de la mor-
talidad infantil.
La tasa media anual de crecimiento de la pobla-
ción en el período intercensal 80/91 fue dos veces
superior a la media nacional en la provincia de
Neuquén. Entre 1980-1991, Neuquén consolida su rol
de polo de atracción migratoria, con un crecimiento de
la población de origen extraprovincial del orden del
78%.(Pilatti et al., 2000)
Este crecimiento poblacional explosivo constitu-
ye un marco que se debió tomar en cuenta para el dise-
ño del estudio realizado como así también para la
interpretación de los datos obtenidos, como se verá
más adelante.

30 Revista de la Facultad 16, 2010


Empresas neuquinas después de la crisis

Metodología general

El relevamiento original, del cual se obtuvo el sub- 2 Se desprende de aquí que el

conjunto que se analiza, constaba de 1716 casos y com- relevamiento incluía emprendi-
mientos unipersonales, los cuales
prendía todo tipo de unidad económica, tanto en cuanto difícilmente podrían designarse
como “empresas”. Es por esto
a actividad como a tamaño, excluyendo, eso sí, a las del que se lo tituló, Relevamiento de
sector agropecuario.2 Se tomó esta última decisión debi- unidades económicas. No obstan-
te ello, en esta ponencia se usa-
do a un problema de costos y a que para el momento de rán como términos intercambia-
la primera recolección de datos (2002) se estaba levan- bles el de “empresa” y el de “uni-
dad económica”
tando el Censo Nacional Agropecuario, con un protocolo
de preguntas muy amplio y actualizado que volvía ocioso
el esfuerzo de obtener información sobre empresas en ese
mismo universo.3 3 Para un análisis pormenorizado
de diferencias y enriquecimientos
La muestra utilizada en esta primera instancia fue, introducidos en el CNA 2002, res-
pecto del realizado en 1988, ver
como ya se dijo, de 1716 casos, que constituía aproxima-
Ozino Caligaris, María Sol:
damente el 10 % de las empresas no agropecuarias exis- Información censal sobre fruticul-
tura en la Patagonia Norte,
tentes en las trece localidades de la provincia que tenían ponencia presentada en las V
más de 5000 habitantes, de acuerdo al Censo Nacional de Jornadas Interdisciplinarias de
Estudios Agrarios y Agroindus-
Población 2001.4 Los municipios no relevados sumaban triales, Facultad de Ciencias
un total de veintidós, pero desde el punto de vista pobla- Económicas de la Universidad de
Buenos Aires, 7, 8 y 9 de noviem-
cional sólo involucraban una parte pequeña del total de bre de 2007.
la provincia: el 9 %. 4 Las localidades incluidas fue-
ron: Centenario, Cutral-Có, Chos
Se utilizó como marco muestral la base de datos Malal, Junín de los Andes,
contenida en el Registro Provincial de Unidades Neuquén, Plaza Huincul, Plottier,
Rincón de los Sauces San Martín
Económicas (REPUE)5, que incluye el listado de todos los de los Andes, San Patricio del
locales de la provincia donde se realizan actividades eco- Chañar, Senillosa, Villa La
Angostura y Zapala
nómicas y tienen habilitación municipal, de acuerdo con 5 Provincia de Neuquén, Direc-
la información que suministran los respectivos munici- ción Provincial de Estadísticas y
Censos: Registro Provincial de
pios. Dada la posible desactualización de algunos datos
Unidades Económicas, 2001
de este registro, se desarrolló una revisión de campo. Se
estableció que la selección de unidades para la muestra
fuera proporcional al número de empresas existentes en
cada localidad, con lo que, para dar dos ejemplos, la ciu-
dad de Neuquén quedó representada en la muestra por
942 empresas, y la de Chos Malal por 44.
Al interior de cada localidad se respetó a su vez la 6 Se utilizó para esto el
Clasificador de Actividades
proporcionalidad respecto de cinco estratos de actividad, Económicas del Censo Nacional
a saber: Industria, Comercio, Servicios, Construcción, y Económico a cinco dígitos (CIUU,
Rev. 3)
por último, Hoteles y restaurantes.6

Revista de la Facultad 16, 2010 31


María Sol Ozino Caligaris

El instrumento de recolección de datos era una


entrevista con alto grado de estructuración y constaba de
cuarenta y siete preguntas, todas ellas cerradas aunque
en algunas aparecía una alternativa abierta para dar lugar
a la especificación de categorías no previstas. Los temas
abarcados por este instrumento eran muy variados y
abarcaban por un lado características que podríamos lla-
mar estructurales, como número de empleados, número
de locales en los que la empresa funcionaba, antigüedad
de la empresa, índole familiar o no/familiar de la misma,
destino geográfico de las ventas, origen geográfico de los
proveedores, monto de las ventas. Por otra parte se inclu-
ían otras que apuntaban a la competitividad, como exis-
tencia o búsqueda de certificaciones de calidad, uso de
asistencia técnica externa, asociatividad, antigüedad de la
maquinaria y equipos. Por último se incluían preguntas
sobre la evolución reciente de la empresa, como evolu-
ción de las ventas, de la cantidad de personal y de la uti-
lización de la capacidad instalada
El trabajo de campo se realizó, tanto en el releva-
miento de 2002, como en su réplica de 2003, a partir del
1 de octubre y hasta la primera semana de diciembre
inclusive. Aquellas empresas presentes en la muestra de
2002 que no pudieron ser relevadas en 2003 ya fuera por
cierre, mudanza, imposibilidad de localizar al dueño o
responsable, o rechazo, fueron remplazadas por otras de
la misma localidad y actividad y fueron en total 258.

Construcción del panel

Una vez terminada e informada la tarea investigati-


va sobre las 1716 empresas relevadas en 2002 y 2003, se
decidió extraer de este gran conjunto uno menor que
abarcara las de tamaño intermedio, franja que interesaba
especialmente al equipo de investigación de la
Universidad Nacional del Comahue que participó en el
relevamiento mayor.
En un principio se pensó en tomar las empresas que
hubiesen declarado de 6 a 50 empleados, grupo al que se

32 Revista de la Facultad 16, 2010


Empresas neuquinas después de la crisis

había designado en trabajos anteriores del equipo UNC-


FAEA como “pymes regionales”, pero viendo la situación
crítica por la que atravesaba la economía y ante la presun-
ción de que muchas empresas pudieron desprenderse de
parte de su personal en épocas recientes, se decidió bajar
el umbral inferior de la franja y fijarlo en 4 empleados,
para tener mayores posibilidades de incluir en el conjun-
to a las empresas que ‘normalmente’ habrían tenido 6 o
más.
Se decidió construir esta vez un panel estricto, es
decir que figuraran para el relevamiento 2002 y 2003
exactamente las mismas empresas. Para ello debió dejar-
se de lado y no remplazar a las empresas que hubieran
desaparecido entre los dos relevamientos, y a aquellas
aún existentes en las que no se hubiera podido localizar
al responsable o bien éste hubiera rechazado la entrevis-
ta. También se debió dejar de lado a las empresas de
reemplazo incluidas en 2003 ya que no existía informa-
ción sobre las mismas para 2002.
Después de esta depuración quedó un total de 431
empresas integrando el panel. Es necesario destacar que
constituyen un subconjunto algo singular de la franja
total de las empresas de 4 a 50 empleados ya que no con-
tiene a empresas muy recientes ni tampoco a todas las
empresas inicialmente seleccionadas al azar, sino a aque-
llas en las que se pudo replicar la información. Se pudo
estimar que cerca de 80 empresas fueron descartadas en
función de los criterios recién expuestos.
La composición final del panel por franjas de tama-
ño fue la siguiente:

Cantidad de Frecuencias Nota: la cantidad de empleados


Porcentajes incluye al dueño, cuando éste se
empleados absolutas
desempeña laboralmente en la
Entre 4 y 5 140 32,5 empresa
Entre 6 y 10 142 32,9 Fuente: Dirección General de
Entre 11 y 20 96 22,3 Estadísticas y Censos y FAEA-
UNC: Relevamiento de unidades
Entre 21 y 50 53 12,3 económicas - Provincia de
Neuquén-Año 2002
TOTAL 431 100,0

Cuadro 1. Tamaño de las empresas del panel en función de la cantidad


de personal en 2002.

Revista de la Facultad 16, 2010 33


María Sol Ozino Caligaris

Puede advertirse que, como era de esperar, el


número de empresas disminuye a medida que aumenta el
tamaño. También se visualiza que existe casi la misma
cantidad de empresas en la primera franja y en la segun-
da, pero como la franja de las más pequeñas abarca sólo
dos tamaños posibles y la siguiente abarca cinco, la ten-
dencia descendente seguramente es más clara que lo que
muestra el cuadro. En cualquier caso, vemos que los dos
tercios de las empresas del panel no superan los 10
empleados y que casi el 90 % está por debajo de 20.

Características estructurales

Entendiendo como estructurales aquellas caracte-


rísticas de las empresas que tienden a permanecer en el
tiempo y que pueden condicionar de manera significativa
el comportamiento de las mismas, consignamos a conti-
nuación algunas de ellas. Comenzaremos por lo referente
a la antigüedad de estas empresas.

Frecuencias
Porcentajes
absolutas
De 1 a 2 años 25 5,8
De 3 a 5 años 70 16,2
De 6 a 10 años 83 19,3
De 11 a 20 años 110 25,5
Fuente: Dirección General de Más de 20 años 118 27,4
Estadísticas y Censos y FAEA-
UNC: Relevamiento de unidades No sabe / no responde 25 5,8
económicas-Provincia de
Neuquén-Año 2002 TOTAL 431 100,0

Cuadro 2. Antigüedad de las empresas del panel

Llama la atención la concentración de las empresas


en las categorías más altas de antigüedad. En efecto, más
de la mitad tienen más de diez años, mientras que sólo
hay aproximadamente un 6 % originadas recientemente.
Se observa también que, a medida que crece la antigüe-
dad, aumenta la cantidad de empresas existentes, lo que
se contrapone a lo que en situaciones normales de la eco-
nomía cabría esperar: que con el correr del tiempo vayan

34 Revista de la Facultad 16, 2010


Empresas neuquinas después de la crisis

desapareciendo empresas y que a mayor tiempo transcu-


rrido, sean mayores las oportunidades de desaparición. El
explosivo crecimiento poblacional de la provincia, que no
ha cesado hasta la actualidad, y las condiciones particula-
res de la década del ’90 después de la privatización de
numerosas empresas estatales incrementaría también el
número de empresas privadas más o menos recientes.
Sobre esto último la provincia de Neuquén estaría entre
las que más empresas nuevas generó en la década, ya que
la privatización de YPF liberó un gran contingente de
mano de obra, la que contaba en muchos casos con mon-
tos importantes de indemnización utilizables para nuevos
emprendimientos.
Presentamos a continuación el cuadro correspon-
diente al total de la muestra original para ver si éste es el
comportamiento del conjunto de las empresas neuquinas
o se trata de una singularidad de la franja que nos ocupa.
El total no corresponderá a 1716 empresas ya que, para
poder comparar, se extrajeron aquellas que tenían al
momento del relevamiento menos de un año de antigüe-
dad.

Frecuencias
Porcentajes
absolutas
De 1 a 2 años 295 19,0
De 3 a 5 años 268 17,9
* El total es menor a 1716, por-
De 6 a 10 años 352 22,7 que se excluyeron las empresas
de menos de un año de antigüe-
De 11 a 20 años 272 17,5 dad
Más de 20 años 253 16,3 Fuente: Dirección General de
Estadísticas y Censos y FAEA-
No sabe / no responde 114 7,3 UNC: Relevamiento de unidades
económicas-Provincia de
TOTAL 1554 * 100,0 Neuquén-Año 2002

Cuadro 3. Antigüedad de las empresas de 1 año y más en la totalidad


de la muestra relevada

Se observa que la distribución en este caso es bas-


tante diferente, aunque no llegan a ser las frecuencias cla-
ramente descendentes, sino que es bastante pareja la
cantidad de empresas en las distintas franjas. Cabe apun-
tar que al incluir la casi totalidad de la muestra original,
lo que aumenta en el conjunto son las empresas muy

Revista de la Facultad 16, 2010 35


María Sol Ozino Caligaris

pequeñas, que alcanzaban un número cercano a mil.


En cualquier caso lo que se puede inferir es que la
composición por antigüedad de lo que hemos llamado
pymes regionales es el resultado de un fuerte proceso de
mortalidad de empresas recientes.

Frecuencias
Porcentajes
absolutas
Unipersonal 179 41,5
Sociedad de hecho 45 10,4
S.A. 79 18,3
S.R.L. 98 22,7
Fuente: Dirección General de Sociedad Cooperativa 12 2,8
Estadísticas y Censos y FAEA-
Otras 18 4,2
UNC: Relevamiento de unidades
económicas - Provincia de No sabe / no responde - -
Neuquén - Año 2002 TOTAL 431 100,0

Cuadro 4. Forma jurídica de las empresas del panel

Se observa que lo que más abunda son las empre-


sas unipersonales, y que le siguen en importancia numé-
rica las S.R.L., figura jurídica que se adapta a una enver-
gadura no muy grande de empresa. Sin embargo, la fre-
cuencia de las S.A. es casi tan alta como esta última. Si se
observa el cuadro 1 hay más sociedades anónimas que
empresas de más de 20 empleados, con lo que queda
claro que esta figura también está presente en empresas
relativamente pequeñas.

Frecuencias
Nota: Las empresas que desarro- absolutas Porcentajes
llaban más de una actividad fue-
ron clasificadas de acuerdo a lo Industria 88 20,4
que se consideró -por criterios
previamente fijados- como la Comercio 193 44,8
principal. Figuran en “otros” dos
empresas que desarrollaban más Servicios 147 34,1
de una actividad y que una vez Otros 2 0,5
establecida su actividad principal
con posterioridad al relevamien- Sin clasificar 1 0,2
to de datos, resultaron ser agro-
pecuarias. TOTAL 431 100,0
Fuente: Dirección General de
Cuadro 5. Sector de actividad de las empresas del panel
Estadísticas y Censos y FAEA-
UNC: Relevamiento de unidades Se observa que este panel está compuesto por
económicas - Provincia de
Neuquén - Año 2002 empresas mayoritariamente de tipo comercial, que no lle-

36 Revista de la Facultad 16, 2010


Empresas neuquinas después de la crisis

gan sin embargo a ocupar a la mitad del conjunto. El sec-


tor servicios es también significativo, con algo más de un
tercio del total y por último encontramos a la industria,
con un quinto de ese total. Dadas las discusiones existen-
tes en torno a la cuestión industrial en la provincia de
Neuquén, compararemos una vez más el panel que nos
ocupa con la muestra mayor que le dio origen, para ver si
existe alguna especificidad.

Cuadro 6. Sector de actividad de las empresas de la muestra total (1716


casos)
Nota: Las empresas que desarro-
Frecuencias llaban más de una actividad fue-
Porcentajes
absolutas ron clasificadas de acuerdo a lo
Industria 193 11,2 que se consideró -por criterios
previamente fijados- como la
Comercio 923 53,8 principal. Figuran en “otros”
nueve empresas que desarrolla-
Servicios 550 32,1 ban más de una actividad y que
una vez establecida su actividad
Otros 9 0,5 principal con posterioridad al
Sin clasificar 41 2,4 relevamiento de datos, resulta-
ron ser agropecuarias.
TOTAL 1716 100,0 Fuente: Dirección General de
Estadísticas y Censos y FAEA-
UNC: Relevamiento de unidades
Como se ve, la participación de los servicios en este económicas-Provincia de
conjunto más grande es similar a la anterior, pero no ocu- Neuquén-Año 2002
rre lo mismo con los otros dos sectores. En términos por-
centuales existe la mitad de industrias y 10 % más comer-
cios. Debe tenerse en cuenta que al considerar la muestra
total se están incluyendo un gran número de estableci-
mientos muy pequeños y muy pocos grandes, con lo cual
entra en escena el pequeño comercio, atendido por una
única persona o poco más, que se encarga de buena
parte del abastecimiento alimentario doméstico, y se
encuentra distribuido a lo largo y a lo ancho de todas las
ciudades, y ya no sólo en el “centro”
Frecuencias
Porcentajes Fuente: Dirección General de
absolutas Estadísticas y Censos y FAEA-
Es empresa familiar 267 61,9 UNC: Relevamiento de unidades
económicas-Provincia de
No es empresa familiar 162 37,6 Neuquén-Año 2002

No sabe / no responde 2 0,5


TOTAL 431 100,0

Cuadro 7. Distribución de las empresas del panel según condición fami-


liar-no/familiar de las mismas

Revista de la Facultad 16, 2010 37


María Sol Ozino Caligaris

Para conceptualizar el término de “empresa fami-


liar” en el marco de este estudio, se tuvieron en cuenta las
características demográficas de la provincia de Neuquén,
apuntadas en un apartado anterior. En función de ello se
le dio a la definición de empresa familiar un carácter más
amplio que la de uso frecuente, donde el carácter trans-
generacional se destaca en primer lugar. (Martínez
Nogueira, 1984: 34-35)
Debido al fuerte componente migratorio de prime-
ra generación, presente en esta provincia, se definió ope-
rativamente como empresa familiar a “aquélla en la que
trabajan uno o más miembros directos de la familia del
responsable, con participación de alguno/s de ellos en las
decisiones importantes de la empresa. Los familiares pue-
den ser consanguíneos o políticos y hasta el nivel de pri-
mos o primos políticos”7 Con esta definición se buscó dar
cabida a las empresas de creación bastante reciente, que
funcionan con componente familiar en su nivel decisio-
nal y excluir al mismo tiempo a las que presentan colabo-
ración subalterna -a menudo circunstancial-, de hijos, her-
manos, padres, etc.
El relevamiento de campo reveló que era atinada
esta definición de empresas familiares ya que cerca del
50% de las empresas relevadas habían sido iniciadas por
sus dueños actuales.

Aspectos coyunturales

En este apartado se analizarán variables que se cen-


tran en el singular período económico en que se realiza-
ron los dos relevamientos.
Se observa que la evolución de las ventas cambia
sensiblemente en 2003 respecto de 2002. Prácticamente
se invierte la tendencia, ya que para 2003 son muy pocas
las empresas que disminuyeron sus ventas, mientras que
en 2002 son muy pocas las que las aumentaron. De todos
modos, aún en 2002, en una año absolutamente atípico
y crítico de la economía, no son tantas las que disminuye-
ron sus ventas: un poco más de la mitad.

38 Revista de la Facultad 16, 2010


Empresas neuquinas después de la crisis

002 respecto a 2001 2003 respecto a 2002

Frec. absol. Porcentajes Frec. absol Porcentajes

Disminuyeron 237 54,0 60 13,9

Sin cambios
o con pocos 87 20,2 153 35,5
cambios * * Se agruparon aquí las empresas
que declararon no haber tenido
Aumentaron 63 14,6 187 43,4 cambios en sus ventas y las que
experimentaron una disminución
o un aumento del 10 %
No sabe/no
44 10,2 31 7,2 Fuente: Dirección General de
resp. Estadísticas y Censos y FAEA-
UNC: Relevamiento de unidades
TOTAL 431 100,0 431 100,0 económicas - Provincia de
Neuquén - Año 2002 y Año 2003

Cuadro 8. Evolución de las ventas en las empresas del panel, respecto


del año anterior. Años 2002 y 2003

2002 respecto a 2001 2003 respecto a 2002

Frec. absol. Porcentajes Frec. absol Porcentajes

Disminuyó 72 16,7 36 8,3 * Se agruparon aquí las empresas


que declararon no haber tenido
Sin cambios cambios en sus dotación de per-
o con pocos 321 74,5 312 72,4 sonal y las que manifestaron una
cambios * disminución o un aumento del
10 %
aumentó 28 6,5 77 17,9 Fuente: Dirección General de
Estadísticas y Censos y FAEA-
UNC: Relevamiento de unidades
No sabe/no económicas - Provincia de
10 2,3 6 1,4
resp. Neuquén- Año 2002 y Año 2003

Cuadro 9. Evolución de la cantidad de personal en 2002 respecto a


2001 y en 2003 respecto a 2002

Se advierten pocos cambios en cuanto a personal


entre un año y otro, aunque como cabía esperar hay una
mayor disminución de personal en 2002 que en 2003. En
ambos años casi las tres cuartas partes de estas empresas
permanecen con la misma dotación de personal.
Puede inferirse que, después de varios años de
recesión, las empresas consideradas ya debieron desha-
cerse de empleados y que al momento del relevamiento
tenían una dotación mínima a la que no quisieron o
pudieron reducir, sobre todo teniendo en cuenta las res-

Revista de la Facultad 16, 2010 39


María Sol Ozino Caligaris

tricciones al despido que se establecieron por aquellos


años. Reforzaría esta inclinación el hecho de que la mayo-
ría de estas empresas son bastante antiguas, con lo que
también tendrían empleados antiguos, y realizar despidos
les habría resultado sumamente oneroso.
Siguiendo con la cuestión del personal se presentan
a continuación los datos “a futuro” que podían obtener-
se, es decir la intención de los empresarios de reclutar
nuevo personal.

2002 2003

Frec. absol. Porcentajes Frec. absol Porcentajes


Piensa
75 17,4 136 31,6
incorporar
No piensa
335 77,7 291 67,5
incorporar
Fuente: Dirección General de No sabe /
Estadísticas y Censos y FAEA- 21 4,9 4 0,9
no resp.
UNC: Relevamiento de unidades
económicas - Provincia de TOTAL 431 100,0 431 100,0
Neuquén - Año 2002 y Año 2003

Cuadro 10. Intención de incorporar nuevo personal

Se observa que en 2003 casi se han duplicado res-


pecto de 2002 las empresas que piensan incorporar
nuevo personal y alcanzan a ser casi un tercio del total.
Cabría también destacar el muy bajo porcentaje de no
sabe/no responde en 2003, muy diferente al de 2002.
Esto podría ser indicio de que a fines de 2003, momento
en que se hizo el segundo relevamiento, estos empresa-
rios ya cuentan con una estrategia clara para el futuro
inmediato, ya sea a favor de ampliarse o de permanecer
como se está.

40 Revista de la Facultad 16, 2010


Empresas neuquinas después de la crisis

* El total no es igual al de 2002.


2002 2003 La reducción se debe a que en
algunas empresas que se dedi-
Frec. Porcen- Frec. Porcen- caban a más de una actividad, el
absol. tajes absol. tajes peso relativo de la parte indus-
trial disminuyó, con lo que la
Hasta 20 % 9 10,2 2 2,5 actividad principal dejó de ser la
industria.
Más de 20 % y Fuente: Dirección General de
10 11,4 10 12,3 Estadísticas y Censos y FAEA-
hasta 40 %
UNC: Relevamiento de unidades
Más de 40 % y económicas-Provincia de
18 20,5 12 14,8
hasta 60 % Neuquén-Año 2002 y Año 2003
Más de 60 % y
11 12,5 14 17,3
hasta 80 %
Más de 80 % y
20 22,7 38 46,9
hasta 100 %
No sabe /
20 22,7 5 6,2
no responde

TOTAL 88 100,0 81* 100,0

Cuadro 11. Capacidad instalada en uso en 2002 y 2003 (sólo para el


sector industria)

Se observa que al llegar el año 2003 se ha duplica-


do la cantidad de empresas industriales que tienen prác-
ticamente toda su capacidad instalada en uso y que las
mismas representan casi la mitad del total. Se ve para este
año que a medida que aumenta la capacidad instalada en
uso, son más numerosas las empresas que se ubican en
los sucesivos rangos y que son muy diferentes las frecuen-
cias extremas. No ocurre lo mismo para 2002, cuando la
distribución es bastante pareja. Se infiere que las empre-
sas del panel han adoptado estrategias diferentes frente
al colapso de fines de 2001 que trajo como consecuencia
una gran incertidumbre política y en poco tiempo una
fuerte devaluación de la moneda.

Revista de la Facultad 16, 2010 41


María Sol Ozino Caligaris

* El total no es igual al de 2002.


Ver explicación en cuadro ante- 2002 respecto a 2001 2003 respecto a 2002
rior
Fuente: Dirección General de
Frec. absol. Porcentajes Frec. absol Porcentajes
Estadísticas y Censos y FAEA-
UNC: Relevamiento de unidades
económicas - Provincia de
Neuquén - Año 2002 Disminuyó 25 28,4 7 8,6

No cambió
o cambió 29 33,0 31 38,3
poco

Aumentó 10 11,4 38 46,9

No sabe / 24 27,2 5 6,2


no resp.

TOTAL 88 100,0 81 * 100,0

Cuadro 12. Evolución de la utilización de la capacidad instalada en


2002 y 2003

Este cuadro, a diferencia del anterior que habla de


la evolución del panel como conjunto, contiene informa-
ción sobre el devenir de cada empresa industrial del panel
en cuanto a la utilización de su capacidad instalada.
En el pasaje de 2001 a 2002, un tercio permaneció
más o menos constante en este aspecto y hay un porcen-
taje bajo, pero no despreciable (11,4 %) que aumentó esa
utilización. En 2003, comparando con 2002, la distribu-
ción se invierte en sus extremos y hay un alto porcentaje
que aumentó su uso de capacidad instalada, una propor-
ción un poco superior a un tercio –es decir parecida a la
del año anterior- que permaneció constante, y un porcen-
taje bajo de empresas que lo disminuyeron.
No sorprende el aumento general de la utilización
de la capacidad instalada, si se tiene en cuenta el cuadro
anterior donde se muestra una importante subutilización
de la misma en 2002: más de la mitad de los que respon-
dieron a la pregunta estaban utilizando menos del 60 %
de la capacidad instalada.

42 Revista de la Facultad 16, 2010


Empresas neuquinas después de la crisis

Conclusiones

La principal conclusión que puede extraerse de los


datos obtenidos surge de la distribución por antigüedad
de las empresas estudiadas: más de la mitad superan los
diez años de existencia y hay muy pocas de creación
reciente. Se trata, pues, de empresas “sobrevivientes” que
soportaron años de violenta apertura de la economía,
recesión económica y en muchos casos también la hipe-
rinflación. “La enorme presión que ejerció sobre las
empresas el contexto macroeconómico de apertura exter-
na con tipo de cambio fijo, en ausencia de una política
pública orientada a sostener a las empresas en sus esfuer-
zos de re-estructuración, dio por resultado la desapari-
ción de firmas que en un contexto más ‘amigable’ de polí-
tica económica hubieran sobrevivido sin mayores proble-
mas (...) Las empresas que sobrevivieron en este difícil
contexto fueron obviamente las más fuertes y las mejor
dotadas para resistir los cambios”8
Es necesario ver entonces al panel estudiado como
un conjunto singular, e interpretar sus características no
como típicas del accionar empresario de la provincia de
Neuquén, sino como el resultado de un proceso de “dar-
winización”9, al que no fue ajeno, claro está, el resto de
las empresas del país. El hecho de que el panel incluyera
empresas existentes tanto en 2002 como en 2003, abona
la selectividad hacia empresas que pueden desempeñarse
en situaciones inciertas o difíciles.
¿Cómo son estas empresas? Predominan en el con-
junto las de tipo familiar, contrariamente a lo que se pien-
sa en cuanto a las posibles ineficiencias presentes en las
empresas familiares. Se distribuyen en distintos rangos de
tamaño, aunque la mayoría no supera los 10 empleados.
Seguramente esta dotación de personal no es la que
tuvieron siempre sino que se vio reducida en años recien-
tes. En función de lo declarado en cuanto a intención de
incorporar nuevo personal, de haber continuado el segui-
miento del panel seguramente habríamos visto que se
incrementaba la presencia en rangos de mayor tamaño.

Revista de la Facultad 16, 2010 43


María Sol Ozino Caligaris

La forma jurídica con que funcionan es variada, con


predominio de las unipersonales, aunque las Sociedades
de Responsabilidad Limitada y las Sociedades Anónimas
tienen también importante presencia.
El sector de actividad al que se dedican estas
empresas es predominantemente el comercio pero éste
no es tan frecuente como en el conjunto total de empre-
sas de la provincia. Le siguen los servicios y luego la indus-
tria, la que a pesar del panorama desindustrializador de
los años previos, tiene una participación importante en el
conjunto.
En cuanto a aspectos más coyunturales, la evolu-
ción de las ventas fue descendente en 2002 y pasó a ser
ascendente en 2003, en ambos casos comparando con el
año anterior. No siguió la misma tendencia la evolución
de la cantidad de personal, que se mantuvo estable en
ambos años, en la gran mayoría de los casos. En cuanto a
la intención de incorporar nuevo personal, de ser una
categoría con frecuencia baja pero no mínima en 2002 se
pasó a una frecuencia más alta, pero bastante inferior al
50 %, lo que habla de prudencia y cautela por parte de
los empresarios.
En el sector de la industria, para el que se contaba
con datos específicos, de una muy variada utilización de
la capacidad instalada durante 2002 se pasó a una mitad
de las empresas utilizando la totalidad o casi la totalidad
de la misma en 2003, lo que habla de que subsiste una
actitud prudente en muchos de estos empresarios a la
espera de una completa reactivación de la demanda inter-
na.
Hasta aquí las conclusiones de una primera aproxi-
mación a estas empresas “veteranas de mil batallas”. El
relevamiento comprendió muchas otras características
que no fue posible incluir aquí por razones de tiempo y
espacio. Queda pendiente la tarea para ponencias o artí-
culos futuros.

44 Revista de la Facultad 16, 2010


Empresas neuquinas después de la crisis

Bibliografía

Centro Pyme Neuquén, Facultad de Economía y


Administración UNC y Dirección General de Estadísticas y
Censos de la Pcia de Neuquén (2003) Relevamiento de
Unidades Económicas 2002, Informe final
Centro Pyme Neuquén, Facultad de Economia y
Administración Unco y Dirección General de Estadísticas y
Censos de la Pcia de Neuquén (2004) Relevamiento de
Unidades Económicas 2003, Informe final (inédito)
Davolos, Patricia (2001) “Después de la privatización: tra-
yectorias laborales de trabajadores con retiro voluntario”.
En “Estudios del trabajo” revista semestral publicada por
la Asociación Argentina de Especialistas en Estudios del
Trabajo, Nro. 21, Buenos Aires, enero-junio de 2001,
págs. 69-96
Instituto Nacional de Estadística y Censos. Republica
Argentina (1992) Censo Nacional de Población y Vivienda
1991. Resultados definitivos-Características
Seleccionadas. Neuquén. Buenos Aires, INDEC
Martínez Nogueira, Roberto (1984) Empresas familiares:
Su significación social y su problemática organizacional,
Buenos Aires: Macchi
Observatorio Permanente de las Pymis Argentinas. Union
Industrial Argentina (2001) Evolución y situación actual
de las pequeñas y medianas industrias argentinas. 1995-
2000. Buenos Aires, Instituto para el Desarrollo Industrial
de la Unión Industrial Argentina
Ozino Caligaris, María Sol; Landriscini, Graciela y
Domeett, Griselda (2005) Pymes familiares de la provincia
de Neuquén: ¿Una raza en extinción? Ponencia presenta-
da en el 7º Congreso Nacional de Estudios del Trabajo,
organizado por la Asociación Argentina de Especialistas
en Estudios del Trabajo y realizado en la Facultad de
Ciencias Económicas de la Universidad de Buenos Aires,
Buenos Aires, 10 al 12 de agosto de 2005
Pilatti, Mario; Castro, Rosana y Monteiro, Alejandro
(2000) El empleo en Neuquén: crisis e intervención públi-

Revista de la Facultad 16, 2010 45


María Sol Ozino Caligaris

ca, Subsecretaría de Ingresos Públicos de la Provincia de


Neuquén
Provincia de Neuquén, Dirección Provincial de Estadísticas
y Censos (2001) Registro Provincial de Unidades
Económicas

46 Revista de la Facultad 16, 2010


Revista de la Facultad 16, 2010 47-72

¿Historia de
un amor?
La Investigación en la Universidad Nacional
del Comahue con especial referencia a la Jorge O. Cañabate*
Facultad de Derecho y Ciencias Sociales jorland@jorland.com

Resumen

El presente artículo expone al lector materiales ori- UNCo - FADECS -Investigación -


Historia
ginados en el Proyecto de Investigación C 075, “La cons-
titución de los Investigadores de la UNCo”, gestión 2007-
2009. El mismo es llevado a cabo por un grupo de carác-
ter interdisciplinario que ubica como sede de sus tareas a
la Facultad de Ciencias de la Educación de la UNCo. Desde
hace más de 10 años este grupo inscribe sus trabajos en
la corriente que a nivel nacional converge en los eventos
“La universidad como objeto de investigación”.
En la elaboración se vuelve sobre una periodización
de la historia de la UNCo efectuada para trabajos anterio-
res y se le incorporan elementos referidos a la temática de
la investigación. En la segunda parte se exponen materia-
les sobre el mismo tema pero referidos a la Facultad de
Derecho y Ciencias Sociales como un aporte a la construc-
ción de su historia y como un reconocimiento a la labor
de sus actores.

* Jorge O. Cañabate es licencia-


do en Servicio Social. Profesor
Titular FADECS. Director Centro
de Estudios Institucionales en
Educación (CEICE) de la Facultad
de Ciencias de la Educación,
actual Co Director del Proyecto
de Investigación “La constitu-
ción de los Investigadores de la
UNC0”.

Revista de la Facultad 16, 2010 47


Jorge Cañabate

A love story?
Research at Universidad Nacional del
Comahue (UNCo) with special reference
to the Law and Social Sciences School

UNCo - Law and Social Sciences This article puts forward materials that were origi-
School - research – history nated by the Research Project C 075, “The constitution of
the UNCo researchers”, administration 2007-2009. This
project is being carried out by an interdisciplinary group
that functions in the Education Sciences School from the
UNCo. For about more than ten years, this group work
has been in line with the trend that, at a national level,
converges in the events “The University as a Research
Object”.
In the production process, there is a return to a
periodization of the UNCo history carried out for previous
works which have been completed with elements related
to research. In the second part, there is an exhibit of simi-
lar materials related to the Law and Social Sciences School
as a contribution to the construction of their history and
in recognition of their actors’ work.

48 Revista de la Facultad 16, 2010


¿Historia de un amor?

Acerca del proyecto fundacional

No sería caprichoso afirmar que, al momento de su


creación, la columna vertebral de la Universidad Nacional
del Comahue estuvo conformada por las estructuras de la
Universidad Provincial del Neuquén creada por el gobier-
no provincial por Ley 414 del 3 de noviembre de 1964 y
que en 1970 contaba ya con 215 docentes y 923 alum-
nos.
Cuando la Universidad Provincial se convierte en
Nacional, cambia el ámbito de actuación, pero no cambia
la concepción. Se parte de la idea de un Estado con fuer-
te protagonismo que tiene obligación de prestar servicios
educativos. En ese sentido, la Universidad se considera
casi una prolongación del mismo y es por lo tanto lógico
que mantenga una estrecha relación con el gobierno. O
con los gobiernos.
Esta Universidad, ahora nacional, es “profesionalis-
ta” en cuanto centra su labor prioritaria en la conforma-
ción de profesionales de diverso tipo predominantemen-
te hijos de una burguesía que es la clase en el poder y es
pragmática en cuanto pretende abarcar disciplinas de
base fuertemente técnica ligadas a necesidades de la
zona.
Es desde estas líneas de continuidad que podemos
decir que, más que un acto de creación de una universi-
dad, lo que en 1972 se dispuso fue, sobre todo, un acto
de nacionalización y de ampliación de una provincial ya
existente1 que, en su momento, respondió a una sosteni- 1 El agregado de la mayor parte
de los Institutos de Enseñanza
da línea de trabajo que -a nivel político-técnico- buscó el Superior existentes en la
fortalecimiento de la Educación Superior para, por un Provincia de Río Negro, si bien le
otorga cierta legitimidad regio-
lado, cubrir las necesidades de profesionalización de las nal y mayor amplitud geográfica
elites locales en ascenso tornando innecesaria la emigra- no altera esta concepción fun-
dante ni modifica sustancialmen-
ción de los jóvenes y, por otro, dar curso a las necesida- te la base de poder interna.
des de desarrollo de una provincia emergente que apos-
taba fuertemente a la planificación2.
Son estas elites locales en ascenso, articulando sus 2 En 1964 el Gobierno de la
intereses en el partido provincial gobernante, las que Provincia del Neuquén, funda el
COPADE (Consejo Provincial de
impulsan la creación de la UNCo “para dar a la enseñan- Desarrollo).

Revista de la Facultad 16, 2010 49


Jorge Cañabate

za en la Provincia una mayor envergadura”, tal como lo


anuncia el Proyecto de Ley de creación aprobado en la
Legislatura Neuquina.
No obstante podríamos decir que, a principios de la
década del 70, estas estrategias de nivel provincial en
algunos puntos articulan y en otros difieren de las del
gobierno militar, ya en proceso de retirada, pero que
aprueba esta nacionalización. Articulan en cuanto a la
concepción planificadora ya que éste ha creado el CONA-
DE (Consejo Nacional del Desarrollo) y, a partir de sus ela-
boraciones, ha regionalizado el país construyendo un Plan
dentro del cual la creación de Universidades al interior del
territorio nacional, o la nacionalización de las provinciales
existentes, a la par de ser instrumento de desarrollo, tam-
bién sirve a los fines de la desconcentración y la despoli-
tización de las conflictivas universidades de los centros
urbanos más importantes.
3 Ver al respecto SCHERZ, Luis.
El punto de diferencia estaría dado por el énfasis
La Universidad del año 2000.
Entre Napoleón y Humboldt. En: con que, desde el orden nacional, con una óptica moder-
Nueva Sociedad, Nº 84, p.91-99. nizante bastante impuesta por las circunstancias políticas
4 KROTSCH, Pedro. (1995) La internacionales3 se busca un mayor espacio para la activi-
emergencia de un Estado dad investigativa y una nueva y vigorizada relación entre
Evaluador, el sistema universita-
rio argentino y el surgimiento de
la universidad y estas tareas en temáticas afín al desarro-
la Institución. En: Larrondo Juan llo. Según Pedro Krotsch “El periodo de gestación y for-
Ezequiel. La Universidad hoy y
mañana. México, Asociación mación de esta política universitaria se inicia formalmen-
Nacional de Universidades e te en 1968, durante una reunión que el Seminario del
Instituciones de Educación
Superior. Plata organizó en Samay Huasi, Chilecito y cuyo eje con-
vocante fue la modernización de las instituciones políti-
5 “un modelo occidental que
ejerció influencias en todo el cas. Entre 1971 y 1973 se crean 15 universidades que
mundo fue el de la universidad tuvieron su origen en aquél ahora denominado plan
alemana del siglo XIX. Wilhelm
von Humboldt, fundador de la Taquíni4.
Universidad de Berlín enfatizó la
importancia de la investigación
como elemento clave de la edu-
Un lugar para la investigación
cación superior también el con-
cepto de libertad académica o,
más precisamente, del de liber-
tad de la investigación y de ense- Es por lo mismo que, a pesar de su impronta inicial
ñanza...”; Philip G. Altbach;
(2001); Educación Superior com- profesionalista, contradictoriamente con ella, hubo desde
parada. El conocimiento, la uni- lo fundacional de la UNCo un siempre reservado espacio
versidad y el desarrollo; Madrid;
Kliczkowski / Universidad de para la investigación, una posibilidad para el espacio
Palermo; p.95-127.
humboltiano5

50 Revista de la Facultad 16, 2010


¿Historia de un amor?

Así lo expresa el Estatuto Orgánico Provisorio san-


cionado en 1972 cuando establece que las funciones de
la UNCo son docencia e investigación. Pero además cuan-
do propone al Departamento como la unidad académica
básica del sistema, lo concibe como responsable de la for-
mación de docentes y de investigadores y como un espa-
cio de trabajo conjunto de ambos con estudiantes.
En este punto es necesario aclarar que, según algu-
nos autores, la estructura departamental es entendida
como constituyendo un formato académico alternativo al
de la cátedra, donde la función heredada de formación
profesional se articula a una visión más orgánica de la ins-
titución como centro de investigación científica También
este mismo Estatuto establece la figura del Instituto de
Investigación que “tiene por objeto dirigir la investigación
interdisciplinaria” y que puede depender del Rectorado o
de una Facultad.
Quizás porque los patrones de la universidad tradi-
cional, imperantes sobre todo en las representaciones
locales terminaron reabsorbiendo en buena medida al
paradigma propuesto, desde el orden nacional, quizás
porque las turbulencias, los tiempos cortados de la
Institución, obstaculizaron el despliegue de estas posibili-
dades de trabajo, creemos que la investigación en la
UNCo estuvo largamente postergada.

Una mirada hacia los tiempos cortados

Como consideración general cabe decir que, obser-


vando el trazado de la línea temporal, una de las cuestio-
nes que salta a la vista es la fragmentación, las sucesivas
rupturas en tramos muy cortos que caracterizan a estos
37 años de existencia institucional. Es como que la dra-
mática de un país, de un tiempo histórico, ha puesto su
marca, confirmando de alguna manera la íntima conexión
de esta institución con la estructura mayor de la sociedad
que la contiene. Observando estos fragmentos de tiempo,
los encontramos, circulados y regulados por construccio-
nes discursivas intensas y contradictorias entre sí. Es

Revista de la Facultad 16, 2010 51


Jorge Cañabate

como que cada uno de ellos parece querer tener poco que
ver con el anterior, y pretende empezar una historia desde
un punto cercano al cero. Algunos más que otros, preten-
diendo forjar, adecuar a sus designios a la institución uni-
versitaria, acortando o reduciendo casi al nivel de la
inexistencia el horizonte y la posibilidad de mirada, implí-
cita en el tema de la autonomía.
Quizás este trabajo, forjado desde una visión más
bien endógena y en relación a prácticas también internas
logre dar cuenta de algunas continuidades, algunas acu-
mulaciones efectuadas por la Institución y por esos acto-
res situados que son los académicos hoy devenidos en
docentes-investigadores.
Para ello nos ayuda tener presente la condición casi
milenaria de estas casas tan relacionadas con la historia
de Occidente que, para su supervivencia, han necesitado
6 En los primeros meses de 1975 demostrar una formidable capacidad de resistencia por
el autor de este trabajo y otros un lado y de adaptación activa por otro con respecto a las
integrantes de la Asociación del
Personal de la Universidad turbulencias del contexto6
Nacional del Comahue (APUNC)
tuvieron una entrevista en el
Hotel Bristol de General Roca, 1) Período fundacional (1972-1974)
con el Dr. Ricardo Balbín y miem-
bros del Comité Nacional de la
Unión Cívica Radical con el obje-
tivo de ponerlos al tanto de las Es de tener en cuenta que, a pocos meses de su cre-
políticas de cesantías y persecu-
ciones que se estaban llevando a ación, más precisamente a fines de mayo de 1973, nues-
cabo con la Intervención Tetu. tra casa de estudios se vio conmovida por la llegada al
Entre otras cuestiones, el líder
político expresó su confianza en poder de un gobierno popular que venía inserto en una
la fortaleza institucional de la ola de avance arrollador de los sectores juveniles sobre el
universidad la que la hace sobre-
ponerse a sus avatares. espacio de la política.

7 Sobre este aspecto Ver: Con la irrupción de estos sectores, “los nuevos” en
Trincheri Alcira, Los años setenta los ámbitos universitarios, docentes, estudiantiles, no
en la Universidad Nacional del
Comahue. (Inédito). docentes, comienza a pretender instalarse un modelo de
universidad militante al servicio del cambio social
8 El estudioso de temas de
Educación Superior José Joaquín amplio7. Dentro de esta dinámica, marcada con una fuer-
Bruner considera que en estos
años en Latinoamérica está ter-
te conflictividad a todo nivel, no parecía haber demasia-
minando el ciclo iniciado en do tiempo para el trabajo sereno de mediano y largo
1918 de la “Universidad
Heroica”. Ver al respecto BRU- plazo. Cuando la dimensión académica lograba sobrepo-
NER, José Joaquín (1990) nerse a la política, las tareas de extensión y la realización
Educación Superior en América
Latina y desafíos. Chile: Fondo de experiencias pedagógicas innovadoras parecían aquí el
de Cultura Económica. mandato fundamental, el tipo de tarea requerida8.

52 Revista de la Facultad 16, 2010


¿Historia de un amor?

Como aportes hacia la investigación hubo, sin


embargo, durante el rectorado del Dr. Roberto Noel
Domecq iniciativas interesantes, como la creación de
diversos institutos de investigación. Para una parte del
discurso progresista o revolucionario de la época, la inves-
tigación tenía un aporte que realizar a las tareas corres-
pondientes a la liberación nacional y social que se busca-
ba.

2) Período de la Intervención (1975-83)

Para nuestra Universidad, todo este período tuvo


una interrupción brusca con el arribo del Rector
Interventor Remus Tetu hacia finales del año 1974. En ese
momento “la fiesta” comienza a convertirse en “terror”
según las expresiones del trabajo de Trincheri antes men-
cionado.
Con la devolución de parte del poder a “los anti-
guos” dueños, en el marco de la Dictadura en ciernes, se
instala una experiencia autoritario burocrática que conti-
núa hasta 1983.
Tiempos de “universidades vigiladas”, de “control
sin innovación” al decir de Pedro Krotsch desde el gobier-
no nacional se impulsa la separación entre la política cien-
tífica y tecnológica representada por ejemplo por organis-
mos como el CONICET y lo universitario sospechado.
Entre los escasos aportes a la tarea investigativa de
nuestra universidad puede rescatarse la creación en 1978
del Consejo de Ciencia y Técnica, de conformación inter-
disciplinaria, la reglamentación de sus funciones y el esta-
blecimiento de las áreas de conocimiento que lo confor-
maban. Luego, en 1981, la aprobación del Reglamento de
una Comisión Asesora de Ciencia y Tecnología que debía
funcionar bajo la órbita del Rectorado. Y en 1983, cerran-
do ya el período, bajo el rectorado del Ingeniero Honorio
Añón Suárez la sanción de la Ordenanza 0252 que esta-
blece la necesidad de coordinar las tareas de investigación
que se realizan en las distintas Unidades Académicas y
amplía las funciones de la Comisión Asesora creada en
Revista de la Facultad 16, 2010 53
Jorge Cañabate

1981, otorgándole facultades para evaluar los proyectos


de investigación que se realizan en la UNC0, como asimis-
mo sus informes de avance.
En consonancia con esta labor, a nivel de estructu-
ras puede mencionarse la creación de la Delegación de
Ciencia y Técnica. Este fue el primer espacio, claramente
establecido en materia de investigación que tuvo la
9 Su gran limitación estuvo dada UNCO9 .Su función era servir de nexo entre la Universidad
en que carecía de presupuesto
propio. Se manejaba con una y las estructuras del CONICET y de la SECYT que eran las
especie de caja chica, para gas- que financiaban y daban el aval académico a los escasos
tos menores de funcionamiento.
proyectos que se llevaban a cabo especialmente en las
Facultades de Ingeniería o de Ciencias Agrarias. Esta dele-
gación estuvo a cargo del Ingeniero Julio Yanquelevich.

3) Período de la normalización (18983-86)

En algunos aspectos, el comienzo de la recupera-


ción democrática parece querer configurarse como un
antes y un después en la vida de la UNCo. Por ejemplo en
lo que tiene que ver con la relación con el Gobierno
Nacional con el que parece querer establecerse la confian-
za mutua, la “relación benevolente”, según la tipificación
de algunos autores.
10 En el sentido que lo plantea
Quizás como “espacio de ilusión”10 desde el
Lidia Fernández como capaz de
poner en marcha un imaginario gobierno nacional se plantea volver a la época de 1965,
motor y de estar “investido por que la UNCo no vivió, pero que es considerada como “de
el deseo”.FERNANDEZ, Lidia.
Curso de Post Grado. FACE, oro” en las universidades.
UNCO.2007.
Con un fuerte énfasis en el ideario de la reforma se
propicia el reestablecimiento de las libertades políticas y
académicas y se da un fuerte impulso hacia la renovación
y relegitimación de todos los cuadros docentes bajo la
figura de los concursos convocados en forma masiva.
En relación a este tema cabe mencionar que, entre
las condiciones requeridas a los aspirantes, el punto C del
11Ordenanza UNCO 664 /84. Reglamento de Concursos11 especifica “Antecedentes
científicos, consignando publicaciones, cursos de especia-
lización seguidos, trabajos de investigación realizados”. Y
en el Capítulo 11 referido a la evaluación el punto 3 enun-

54 Revista de la Facultad 16, 2010


¿Historia de un amor?

cia: “publicaciones, trabajos de investigación que hayan


surgido de la creatividad del aspirante y cuando el mismo
demostrare su experiencia y/o participación en los traba-
jos presentados”.
También relacionada con la actividad investigativa,
en 1984, la Ordenanza 029 crea la Comisión de
Investigación y Desarrollo coordinada por un Secretario
Ejecutivo que revistará en el Rectorado como Secretario
de Investigación y Desarrollo. Esta primera designación
recae en el Ingeniero De Monte quién, según lo expresa-
do en algunas entrevistas realizadas, centró buena parte
de sus preocupaciones en transformar la situación impe-
rante, en cuanto a recursos económicos, y obtener una
partida presupuestaria que permita planificar y fomentar
lo atinente a la actividad investigativa. Durante su gestión
se logra el presupuesto propio para el área.
Una lectura de las consideraciones diagnósticas de
la normativa mencionada arriba permite apreciar el juicio
que, sobre el estado de situación en esta materia se for-
mula. Al respecto se dice que “el nivel de docencia de la
UNCO, salvo excepciones, no es suficiente ni adecuado,
para garantizar una adecuada formación científica y pro-
fesional de los estudiantes”, “la escasa Investigación exis-
tente en la Institución no responde a un Plan Orgánico
que contemple las necesidades de la región”, “es necesa-
rio lograr que la docencia sea ejercida por personal que
realice actividades de Investigación y Desarrollo vincula-
das con las disciplinas de cuyas enseñanzas se hacen
cargo”. Como corolario de estas afirmaciones se estable-
ce que la Comisión creada tendrá como tarea la formula-
ción de un plan orgánico de Investigación y Desarrollo.

4) Período re-fundacional (1985-89)

Algunas publicaciones e informes de gestión de la


época coinciden en expresar que fue durante la gestión
del Dr. Oscar Bressan, docente investigador proveniente
del Centro Regional Universitario Bariloche (UNCO) que
comenzó a realizarse un esfuerzo sostenido y sistemático

Revista de la Facultad 16, 2010 55


Jorge Cañabate

por construir un dispositivo, un ordenamiento de factores


para que la tarea investigativa cobre otra relevancia al
interior de nuestra casa de estudios.
El respecto es importante tener en cuenta que en
esos años ha comenzado a llegar el dinero de Nación
dedicado a todo lo que tiene que ver con la investigación
a través de la partida de Ciencia y Técnica incluida en el
presupuesto de cada universidad.

Unas palabras acerca de lo presupuestario

Las partidas presupuestarias se designan con


números, Anteriormente a la partida de Ciencia y Técnica
se la denominaba 380, en estos momentos es la partida
30. Es una codificación que rige para todas las universida-
des.
Internamente, en esta partida entran varios rubros,
becarios, funcionamiento, formación de recursos huma-
nos, etc. y las decisiones acerca de la distribución interna
se elaboran al interior de la SIUNCO y se someten a la con-
sideración del Consejo Superior que puede modificar esta
distribución y de hecho en algunas ocasiones lo ha hecho.
El presupuesto global para cada universidad se dis-
cute en el Congreso. En nuestro presupuesto, la partida
correspondiente a Ciencia y Técnica, según algunas esti-
maciones representa alrededor del 2 por ciento del presu-
puesto total. Pero los montos de esta partida para cada
universidad no se relacionan directamente con sus presu-
puestos. Estas asignaciones se efectúan en base a otros
criterios. En ocasiones se han presentado conflictos inter-
universitarios al respecto. Actualmente se calculan en fun-
ción de la segunda cuota del incentivo del año anterior,
cantidad de doctorados, dedicaciones exclusivas y otros
parámetros. Corresponde aclarar que partida presupues-
taria, no significa financiera porque en ocasiones hay
atraso en la recepción de fondos. Pero se planifica en base
a lo presupuestario.
Para el año 2008 se propone casi el cincuenta por
ciento del total de Ciencia y Técnica para los subsidios a los

56 Revista de la Facultad 16, 2010


¿Historia de un amor?

Proyectos de Investigación. Una parte del dinero es para


proyectos en funcionamiento. La otra se conserva para los
nuevos proyectos, aunque no se sabe exactamente cuán-
tos se van a presentar. En relación a esto se observa una
cierta estabilidad en el número de proyectos presentados
en los últimos años. Ha habido poco crecimiento.
En esta época comienzan a tenerse reglamentacio-
nes propias sobre proyectos. Así la Resolución 138 aprue-
ba el Reglamento para el Registro, Administración y
Rendición de Subsidios, la 187 aprueba una nueva
Estructura Orgánica de las Secretarías de la UNCO estable-
ciendo siete dependencias entre las que se encuentra la
de Investigación. Y la 263 aprueba la Estructura Orgánico
Funcional de la Universidad. En lo que tiene que ver con
la Secretaría de Investigación como función establece lo
siguiente “Organizar la ejecución de las tareas relativas al
planeamiento científico y tecnológico y a la formación de
Recursos Humanos, de acuerdo a la política que el
Consejo Superior fije en la materia”. También en este año
se realiza el primer concurso de proyectos. La evaluación 12 La evaluación externa fue
de los mismos es externa12. luego, con el programa de
incentivos, una condición de
Hay que tener en cuenta que por estos años, a nivel ingreso, sin excepciones. No
administrativo se trabajaba muy distinto. No había com- todas las universidades conta-
ban con este dispositivo y tuvie-
putadoras y los proyectos se enviaban por correo. ron que adaptar sus modos de
funcionamiento.
Durante el transcurso de la gestión Bressan, se
designa a la Dra. Ana Pechén de D’Angelo como
Secretaria de Investigación. La misma proviene de la
Facultad de Ingeniera y había llegado a nuestra casa de
estudios como becaria del CONICET. A ella se le debe la
gestación del programa de formación de becarios.
Durante el año 1989 se sanciona la Ordenanza 691
que aprueba las normas que regirán las futuras designa-
ciones de Personal Docente que se efectúen bajo el régi-
men de interinato.
En lo referido a investigación, el artículo 6 la esta-
blece como obligatoria “para docentes que revistan con
dedicación exclusiva” y el artículo 7 establece que los
“trabajos de investigación” deberán estar aprobados pre-
viamente por los mecanismos que arbitre el Consejo

Revista de la Facultad 16, 2010 57


Jorge Cañabate

Superior de la Universidad. Agrega que “la Secretaría de


Investigación reglamentará la modalidad para la eleva-
ción de los informes de avance”
Como colofón de este período puede decirse que el
reestablecimiento paulatino de modos de funcionar
democráticos y más consustanciados con tradiciones uni-
versitarias, a través de una fuerte labor estructurante per-
mitió revitalizar identitariamente al sistema y fortalecer
sus capacidades endógenas de gestión.

5) Desde 1989 hasta la fecha

En 1989, bajo la forma de hiperinflación, hacen


eclosión los problemas económicos graves que acosan a
la sociedad argentina. La deuda externa como problema
estructurado y al mismo tiempo estructurante abre la
puerta a las políticas de ajuste preconizadas por el idea-
rio neoliberal. Aumenta la influencia de los discursos y
políticas de los organismos financieros internacionales
que ha venido penetrando ininterrumpidamente desde la
dictadura militar. Se entroniza el paradigma de “mercado
13 Ver al respecto Coraggio José
total”13
Luis. (2004) ¿La gente o el capi-
tal? Espacio Editorial. En las universidades, a partir de la asunción del
nuevo gobierno, se pone en evidencia la creciente influen-
cia del Estado Nacional que con la idea de sistema tiende
a homogeneizar bajo los parámetros de eficiencia, control
de calidad y competitividad, propios de la empresa.
Ya no es un estado benevolente sino un estado
evaluador que se instala en una grieta de desconfianza
hacia todos los organismos estatales, en una época en
que la exclusión en sus diversas facetas circula por la
sociedad e ingresa a la vida universitaria con su correlato
de temor y deterioro de la calidad de vida de los acadé-
micos.
La tendencia es operar una fuerte “recentraliza-
ción” de lo descentralizado anteriormente tanto en lo
que tiene que ver con la gestión financiera y administra-
tiva como en lo que tiene que ver con las políticas acadé-

58 Revista de la Facultad 16, 2010


¿Historia de un amor?

micas, de investigación y de extensión. En esta última


esfera se produce una verdadera mutación con el ingreso
de las figuras de servicios a terceros que procuran encon-
trar fuentes alternativas de recursos bajo la figura de
“venta de servicios”. Se opera en el mercado y las figuras
del mismo comienzan a tener fuerte presencia a nivel sim-
bólico.
En este período ingresan desde la Secretaría de
Políticas Universitarias del Gobierno Nacional y también
se producen a nivel interno, diferentes normativas acerca
de criterios en cuanto a la calidad de la enseñanza, requi-
sitos para las designaciones docentes y la obligación de
formar parte de un proyecto de extensión o investigación.
En 1993 aparece el Programa de Inventivos a la
Investigación. Este es un sistema de asignación de dinero
a los investigadores por fuera de sus salarios, en forma de
tres cuotas anuales. Este programa supone una categori-
zación previa de los investigadores. La asignación dinera-
ria estará de acuerdo con la dedicación en horas a la inves-
tigación y con la categoría obtenida por cada postulante.
Con los primeros llamados a categorización, ocurri-
dos en 1994, se da comienzo a una nueva estructura de
logro y un nuevo sistema de acreditación para los ahora
docentes-investigadores. Se consolida de esta manera
una progresiva modificación en la cultura académica,
entendida ésta como el universo de pensamiento que,
aunque múltiple y diverso, caracteriza en algún sentido
las maneras de ver y hacer de los científicos en las univer-
sidades.
A partir de aquí todo el sistema aparece presidido
por una dinámica de expansión, de alguna manera preca-
rizada por las fuertes dificultades financieras, de diferen-
ciación institucional, de profesionalización de sus actores
en competencia abierta y creciente con un sistema de
educación superior privada en expansión.
Como dato ilustrativo del estado de la investigación
al ingreso de este período cabe mencionar que la Res.
0076 del año 90 que aprueba la distribución de fondos
bajo la forma de subsidios a los proyectos, correspondien-

Revista de la Facultad 16, 2010 59


Jorge Cañabate

te a la partida presupuestaria 380, reconoce la cantidad


de ciento dos (102) proyectos distribuidos en las distintas
unidades académicas. También que el Estatuto Orgánico
sancionado ese año por Ordenanza 0082 expresa en su
Artículo 13 que “se considera a la investigación como una
actividad inherente a la condición de docente universita-
rio. Se procura incrementar la investigación en la medida
en que se logre disponer de adecuados recursos presu-
puestarios”.
Durante el año 1991 con la firma del Rector Lic.
Pablo Bohoslavsky se aprueba la Ordenanza 492 también
conocida como “Régimen de Obligaciones Docentes”.
Esta Ordenanza en su Art. 5 dice: “Se otorgarán
dedicaciones exclusivas y parciales únicamente para reali-
zar tareas de investigación y/o extensión que completen
la carga docente”. Es decir que, la investigación y o la
extensión se convierten en requisito necesario para acce-
der a las mayores dedicaciones horarias no pudiendo
haber casos de docentes que, teniendo estas dedicaciones
no realicen estas tareas.

¿Y por casa como andamos? La investigación en


FADECS

PERÍODO 1972 1973-1974 1975 1976-1983 1983-1986 1986-1989

RECTOR Zapiola Ferreri Tetu Dosko Romero Bressan


UNCO Salvat (feb-abr.’76) Rector (Primer
Guemes Normaliza- Rector elegi-
Spángaro dor do cuerpo
Feijoo
colegiado)
(abr-
Julio‘76)
Bottaro
(‘78-’79)

Laurent
(‘79-82)

Añon Suárez

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60 Revista de la Facultad 16, 2010


¿Historia de un amor?

DECANOS Carlos Tobar Carlos Tobar Nélida Enrique Julio La Sala


FACS y Decano Decano Rajneri Hugo F. Lotero Decano
FADECS Organizador Organizador Decana Revol Molina A/c despa-
Decano cho decana-
Normalizador to
Víctor Rolando
Rodolfo
Chévez Bonacchi
Ponce de
Decano Decano
León.
Interventor.
Decano
Normalizador

Néstor Marcela Natalio


Spangaro. Darrieux Kissnerman
Decano Decana A/cargo
Interventor Interina Decanato

Jorge
Douglas
Price
A/c Dir.
Decanato
Gloria Ducas
Decana
Dora
Edelman
Decana

Liliana
Sabattini
(A/c Dec.)

Enrique
Lotero
A/c despa-
cho decana-
to
Carlos
Constanzo
Primer
SECRETA- Secretario de
RIOS Investigación
DE INVESTI-
GACIÓN Cesar Peón

Guillermo
Wod

CONTINÚA pagina siguiente

Revista de la Facultad 16, 2010 61


Jorge Cañabate

PERÍODO 1990 -1994 1994 -1998 1999-2002 2002-2005 2006-2010

RECTOR Pablo Pablo Jorge Rabassa Ana María Teresa Vega


UNCO Bohoslavsky Bohoslavsky Pechén Rectora
Interina a/c
Rectorado

DECANOS Hugo E. Frare Juan Carlos Sergio Barotto Juan Manuel Juan Manuel
FACS y Decano Bergonzi Decano Salgado Salgado
FADECS Decano Decano Decano

Delia Sergio Barotto Ricardo


Vera Barros Decano Chirico
Decana Int. Decano Int.

Jorge Douglas Néstor Natalio


Price Spangaro. Kissnerman
Decano Decano A/cargo
Interventor Decanato

Delia Omar Jurgeit


Vera Barros Decano
Decana Int.

Julio La Sala
Decano

Eduardo Ana María Alicia Bosani Ana Alejandro Rost


Mutchinick Menni Ciarallo

María Inés Marcelo Loaiza Alejandro Rost Dinorah


García Fait

SECRETARIOS Alicia Bosani Alicia Bosani


DE INVESTI-
GACIÓN Marcelo
Loaiza

Paola Ceruti
c/desp.

Laura
Marcoccia

Los centros de investigación

En materia de investigación, en la FADECS el primer


antecedente que encontramos se remonta a la Ordenanza
005 del 12 de marzo de 1974/ mediante la cual el Rector
Interventor, Roberto Noel Domecq crea en el ámbito de
14 Sobre el funcionamiento de ésta el CENTRO DE INVESTIGACIONES URBANAS (CIU) que
este Instituto no hemos podido
recoger información. Las fuentes dependerá funcionalmente del Instituto de Ciencias
entrevistadas no lo tenían pre- Sociales Aplicadas (ICSA)14.
sente.

62 Revista de la Facultad 16, 2010


¿Historia de un amor?

Según el artículo segundo de esta norma, el objeti-


vo de este centro será “desarrollar un proceso sostenido
de investigación teórica y aplicada de la problemática
urbana en orden a estimular el eficiente funcionamiento
de los Municipios de la región...”
Este centro tuvo un funcionamiento efectivo y
entre sus realizaciones encontramos la elaboración del
“Plan de Ordenación Urbana (POU)”, de la Ciudad de
General Roca, presentado en enero de 1977, uno similar
para la Ciudad de Allen y un trabajo para el Municipio de
Cinco Saltos en relación a la cuenca del lago Pellegrini,
incluida en el ejido del mismo.
De acuerdo a la información recogida, se desempe-
ñaban en él, como integrantes o colaboradores diversos
profesionales, sociólogos, contadores, arquitectos histo-
riadores, etc. También algún personal de apoyo en lo
administrativo y un personal de maestranza. Además con-
taba con espacios físicos al interior del entonces Centro
Regional Universitario General Roca y con un Centro de
Documentación con una importante colección de mate-
rial relacionado con temas de su incumbencia.
Se estima que este Centro deja de funcionar alre-
dedor de 1985 con el alejamiento de la región del
Licenciado Carlos Tobar quién lo dirigió desde su crea-
ción.
Diez años más tarde, en 1984, por ordenanza
0940, con la firma del Rector Normalizador Dr. Arístides
Romero, el Consejo Superior Provisorio resuelve ratificar el
convenio entre el Sr. Rector y el Sr. Gobernador de Río
Negro, Dr. Osvaldo Álvarez Guerrero, mediante el cual se
crea el INSTITUTO DE DERECHO DEL AGUA.
En las consideraciones de la norma se menciona
que el citado instituto tiene como misión “el dictado de
cursos, la investigación y formación de expertos en dere-
cho de los recursos hídricos”. La primera directora de
dicho centro es la Abogada Ana Inda que asume a pro-
puesta del Gobierno de la Provincia. De Río Negro.
En el año 1993, este Instituto parece ampliar el
espectro de sus preocupaciones para lo cual modifica su

Revista de la Facultad 16, 2010 63


Jorge Cañabate

nombre y se convierte en el “INSTITUTO DEL DERECHO DE


AGUA Y DEL MEDIO AMBIENTE (I.D.A.M.A.)
En la Facultad, el IDAMA ocupa un espacio físico. El
gobierno de Río Negro aporta los recursos financieros
para el armado del mismo y para su equipamiento. A par-
tir de ese año asume su dirección la Doctora Mónica
Patricia Esteban, docente de la cátedra “Recursos
Naturales” de la carrera de Abogacía.
Entre las realizaciones de este Centro, en el que
participan tres personas, puede mencionarse la serie de
Cátedra “Derecho de Agua” publicada por
15
Publifadecs .También el asesoramiento prestado a la
Legislatura de Río Negro en relación a la legislación a san-
cionarse en relación a la Meseta de Somoncura y el con-
venio suscripto con el Ilustre Colegio de Abogados de
Madrid por el cual se dan tres seminarios, dos en General
Roca y uno en Madrid. De estos seminarios emerge el
libro “Temas de legislación, gestión y derecho ambiental”
Madrid, Dykinson, 1997.
Dentro de su período de actividad es importante
mencionar la suscripción de convenios con numerosas
entidades de nuestra región como la Legislatura de Río
Negro y diversas Cámaras y Colegios de abogados.
También el desarrollo del proyecto de extensión FADECS
“Educación y ambiente, una clave para el Desarrollo
Sustentable”, cuyo informe final fue elaborado en el
2000. Este centro concluye sus actividades alrededor del
2001.
También en la década del 80, en los primeros años
del retorno al régimen democrático tiene su aparición el
libro “Campesinado y Ganadería transhumante” y este es,
según expresiones de la Dra.Mónica Bendini, su Directora,
la culminación de todo un proceso previo en que un
grupo de investigadores de diferentes disciplinas y perte-
nencias institucionales, que venía realizando trabajos de
campo en el interior de la Provincia de Neuquén, se con-
solida y comienza a conocerse con la denominación de
GRUPO DE ESTUDIOS SOCIALES AGRARIOS (GESA).
Este centro de estudios fue “una formación espon-

64 Revista de la Facultad 16, 2010


¿Historia de un amor?

tánea que fue creciendo”, “no es que primero se creó una


estructura”.Surge a partir de esa publicación que da a
conocer producciones, alrededor de trabajos de extensión
y de vinculaciones interinstitucionales que se fueron pro-
gresivamente sumando. En la actualidad tiene convenios
con numerosos organismos provinciales, nacionales e
internacionales como el CONICET y el INTA y relaciones de
trabajo con universidades de nuestro país como el Centro
de Estudios Avanzados de la Universidad de Córdoba, y
del extranjero como la UNAM, de México, la Universidad
Austral de Chile y otras.
En materia de Post grado desde hace varios sostie-
ne la Maestría en Estudios Sociales Agrarios y hoy, a par-
tir de convenios, se plantea la posibilidad del Doctorado
en la misma temática. En lo que tiene que ver con la
investigación, el grupo mantiene una amplia actividad no
solo en proyectos que son financiados por la Universidad,
sino también en algunos financiados por CONICET y por
otros organismos.
Los temas de investigación van surgiendo un poco
por intereses de los investigadores a partir de las cuestio-
nes que van surgiendo en la propia investigación como
nuevas aristas a medida que se profundiza. El grupo que
cuenta con personal administrativo y con dependencias
dentro de los espacios de la FADECS, en el edificio central
de la Universidad en la ciudad de Neuquén.
En 1987, en consonancia con el trabajo que se está
realizando a nivel UNCO mediante Resolución 298 firma-
da por el Decano Licenciado Julio La Sala, el Consejo
Directivo de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales
crea la SECRETARIA DE INVESTIGACION. La norma enun-
cia que su misión será “promover el desarrollo de la inves-
tigación social y el pensamiento científico en el ámbito de
la misma”, que “La investigación es una actividad inhe-
rente a la condición de docentes universitarios. La canti-
dad de proyectos de investigación está en aumento, es
necesario determinar pautas de investigación y asesorar y
formar investigadores”.
Su artículo segundo establece que sea el Licenciado

Revista de la Facultad 16, 2010 65


Jorge Cañabate

en Sociología Carlos Alberto Costanzo el Secretario de


Investigación. La acompaña un anexo con un amplio
detalle de funciones y un programa de trabajo en relación
a actividades posibles tendientes al desarrollo y fortaleci-
miento de la actividad investigativa.
En 1989 se realiza en el ámbito de nuestra casa el
Seminario “Descentralización Estatal y Reformas de las
Administraciones Públicas Provinciales”. Este evento es
organizado por un grupo dirigido por el Doctor en
Investigaciones Jurídicas Jorge Eduardo Douglas Price en
conjunto con el IIPAS (Instituto de Investigación de
Políticas Alternativas y Sociedad). Esta actividad puede
considerarse como constituyente del CENTRO DE ESTU-
DIOS INSTITUCIONALES PATAGONICOS (CEIP).
A partir de esta fecha, este Centro desarrolla una
variada gama de actividades entre las que pueden men-
cionarse la participación en una investigación financiada
por el Consejo Federal de Inversiones sobre el Federalismo
en conjunto con el Centro de Estudios Institucionales de
la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la
Universidad Nacional de Buenos Aires.
En 1994, este grupo presenta el proyecto aproba-
do como D 010 en la UNCO: “El Régimen municipal rione-
grino. Instituciones para transformarlo en agente del des-
arrollo local autónomo”. Su informe final es declarado de
interés por la legislatura de la Provincia de Río Negro. A
continuación elabora el Proyecto UNCO D 030, “Región y
Descentralización Alternativas Institucionales para la
Región Patagónica” en cofinanciación UNCO - Parlamento
Patagónico, el D O45 “Municipios y Microregiones en la
Patagonia. Los casos del Alto Valle del Río Negro y la
Comarca Andina del Paralelo 42” y el D 057 “Federalismo,
Poder Local y Globalización”. Corresponde mencionar
también la firma de numerosos convenios de Asistencia
Técnica con diversos municipios de la zona y actividades
de capacitación en dos niveles. Una mediante los forma-
tos de cursos, seminarios, talleres, etc. y otra con la
modalidad de capacitación “en tarea”.
El Centro es de carácter interdisciplinario en cuanto

66 Revista de la Facultad 16, 2010


¿Historia de un amor?

a su conformación y cuenta con dependencias al interior


de la facultad, con una biblioteca especializada y funcio-
na como lugar de pasantías para estudiantes.
El Centro de Estudios Patagónicos de
Comunicación y Cultura se crea por Resolución 120 del
Consejo Directivo FADECS del año 2001 y mediante orde-
nanza 1039 el Consejo Superior de la Universidad
Nacional del Comahue. Surge a partir de la tarea desarro-
llada en el Proyecto de Investigación “El imaginario
Popular y la comunicación humana” como una institución
“dedicada al rescate y preservación dinámica de la cultu-
ra popular en América Latina y Argentina en general y de
la Patagonia en particular”.
Además de sus tareas en investigación merecen
destacarse la realización por parte de este centro de las
Jornadas Patagónicas de Comunicación y cultura, serie de
la cual se llevan realizados cuatro eventos y que se inicia
en el año 2000. Las mismas, según sus organizadores,
constituyen “un espacio de pensamiento y reflexión sobre
la realidad en derredor de diferentes situaciones comuni-
cacionales y culturales que se manifiestan en nuestra
región en los campos de la comunicación, la cultura, la
educación y la salud”.
Como subproducto de estos eventos cabe desta-
car la publicación del libro “Los jóvenes. Múltiples
Miradas” (2004), Neuquén, Universidad Nacional del
Comahue donde se dan a conocer las conferencias,
ponencia, comunicaciones y relatorías de experiencias
de las III Jornadas Patagónicas de Comunicación y
Cultura, realizadas entre el 7 y el 9 de octubre del 2004.
Este centro cuenta con un espacio físico al interior de la
FADECS. Su dirección está a cargo del Profesor Juan Raúl
Rithner.

Las Categorías de Investigación

Como corolario del lanzamiento del programa de


incentivos y de los primeros llamados a categorización de
los años 1994 y 1995 la FADECS resulta con cincuenta

Revista de la Facultad 16, 2010 67


Jorge Cañabate

categorizados (Ord. 545/16/9/96) en relación a un univer-


so UNCO de setecientos cuarenta.
La distribución por categorías es la siguiente:

Categorías Cantidad

Categoría A 1

Categoría B 2

Categoría C 16

Categoría D 31

Total 50

35 CANTIDAD DE DOCENTES
31
30

25

20
16
15

10

5
1 2
CATEGORIA CATEGORIA CATEGORIA CATEGORIA
A B C D

Con respecto al total UNCO la proporcionalidad


FADECS sería la siguiente:

Total UNCO Total FADECS Porcentaje

740 50 7%

Proporcionalidad UNCO - FADECS

Categorizados UNCO Categorizados FADECS

68 Revista de la Facultad 16, 2010


¿Historia de un amor?

En relación al llamado 2004, que es obligatorio


para los que todavía conservan la categoría en letras y
opcional para aquellos que ya tienen la categoría numéri-
ca, los resultados para la FADECS son los siguientes en
relación a un universo de 827 investigadores UNCO16 . 16 Según el documento
“Informe de Gestión”, de la
Rectora Ana Pechén de D·Angelo
Categorías Cantidad la cifra puede llegar a ser de 852
en la medida que se vayan resol-
Categoría 1 1 viendo las situaciones sobre las
que se plantearon recursos de
Categoría 2 3 reconsideración.

Categoría 3 23

Categoría 4 18

Categoría 5 32

TOTAL 77

La comparación de los resultados de los llamados


nos permite advertir un notable mejoramiento en cuanto
a las posibilidades de dirección de proyectos. Como resul-
tas del primer llamado la Unidad Académica sólo tenía
tres personas en capacidad de hacerlo (Categorías A y B),
en la actual situación cuenta con 27. Esto tiene que ver
con los cambios que se han producido en el sistema cate-
gorial con el objetivo de incorporar mayor cantidad de
académicos a la posibilidad de dirección. No obstante lo
dicho es de advertir que la pirámide en cuanto a catego-
rías sigue teniendo una estructura similar con mucha
gente en la base y muy poca en los escalones superiores.
El llamado a categorización 2009 dará cuenta de los cam-
bios producidos en esta situación.

Los proyectos de investigación

La actividad de Investigación reconocida y fomen-


tada por nuestra casa de estudios debe llevarse a cabo a 17 Según algunas de nuestras
través del formato de “proyecto de investigación”. Existe fuentes la UNCO se caracteriza
por haber implementado un dis-
toda una normativa al respecto que ha ido estableciéndo- positivo de notable autonomía
se y consolidándose con los años.17 con respecto a las políticas de
nivel central. Por el mismo se
Algunos de los proyectos, se elaboran y llevan a puede investigar y realizar una
carrera de investigador sin ingre-
cabo al interior de estos espacios institucionales comple- sar al sistema de incentivos.

Revista de la Facultad 16, 2010 69


Jorge Cañabate

jos que, gracias predominantemente a la labor innovado-


ra fuertemente instituyente de sus creadores, pretenden
articular un manojo diverso de actividades y actores, con
una temporalidad extendida, como son los Centros o
Grupos de Estudios. Otros, la expresión corriente y mayo-
ritaria, es llevada a cabo por un conjunto de personas que
en determinado momento, decide trabajar junta un tema
de investigación. Se reúne con este objetivo.
El agrupamiento es voluntario y puede ser discipli-
nario o interdisciplinario. En algunos casos sigue más o
menos las líneas de fractura representadas por las cáte-
dras o las áreas académicas; en otros su conformación
parece responder a afinidades previas de índole pública o
privada. Nada indica mayor permanencia en el tiempo
que la que indica la duración del proyecto pero en
muchos casos se están dando interesantes casos de con-
tinuidad, y esto ha permitido a los grupos construir meca-
nismos de autorregulación que, a la par que ha aumenta-
do la operatividad, ha venido a darles una dimensión ins-
titucional que aporta a la constitución de esa base ancha
de múltiples locales de poder que según algunos tratadis-
tas caracteriza a nuestra universidad pública.18
En lo que tiene que ver con la expresión numérica
18 Krotsch, Pedro. Educación
Superior y reformas compara- de estos proyectos, el cambio importante se dio con el
das.(2003)Bernal, Universidad lanzamiento del programa de incentivos, en la década del
Nacional de Quilmes.
noventa. En esta época, la cantidad proyectos en ejecu-
ción registra un aumento que la lleva a más del doble de
la cifra anterior. Así, en año 1990, la FADECS declara seis
proyectos en ejecución. Para el año 2000 la FADECS tiene
en ejecución 14 proyectos y aquí parece llegarse a una
especie de meseta en cuanto a la expansión de la activi-
dad porque esta cifra, con algunas leves variaciones se
mantiene hasta el 2008.
Si tomamos como material de análisis la planilla de
composición del personal de estos catorce proyectos
encontramos la siguiente información:

Cantidad total de participantes en Proyectos de


investigación FADECS: 112

70 Revista de la Facultad 16, 2010


¿Historia de un amor?

Cantidad total de docentes de planta FADECS: 58

Categorías Cantidad % del total

Categoría 1 1 1,72%

Categoría 2 2 3,45%

Categoría 3 12 20,69%

Categoría 4 9 15,52%

Categoría 5 12 20,69%

Sin categorizar 22 37,93%

Total 58 100,00%

Full Time 28

Simple 12

Totales 58

Si comparamos planta total FADECS según pro-


puesta de designación 2008 y planta incluida en
19 Según las propuestas de
Proyectos de Investigación FADECS19 , obtenemos la designaciones para 2008, hay
siguiente información: diecisiete (17) académicos que
forman parte de proyectos de
investigación con sede en otras
Investigación unidades académicas de la UNCo
Planta total FADECS
proyectos %
propuesta 2008
FADECS
Full Time 49 28 57,14%

Parcial 96 18 18,75%

Simple 113 12 10,62%

Totales 258 58 22,48%

Planta Total FADECS

Investigadores
58

No Investigadores
200

Revista de la Facultad 16, 2010 71


¿Historia de un amor?

De esta manera concluimos este texto que preten-


de dar cuenta de algunos aspectos que hacen a la histo-
ria de la UNCo y de su Facultad de Derecho y Ciencias
Sociales, sobre todo centrando la mirada en la tarea inves-
tigativa, sus estructuras, actores y tareas y tratando de
otorgar mayor visibilidad a este componente al interior
de nuestra casa de estudios y de las prácticas cotidianas
de sus académicos.

Revista de la Facultad 16, 2010 72


Revista de la Facultad 16, 2010 73-89

Sin
documentos
Migrantes ilegales chilenos en el Ángel Cerutti*
Gustavo Ferreyra**
Alto Valle de Río Negro y Neuquén grapach@neunet.com.ar

Resumen

Migrantes - Trabajo rural-


En el marco del Proyecto de investigación “La mira-
Ilegalidad - Chilenos
da xenófoba. Migrantes chilenos en Neuquén.
Discriminación y prejuicio. Una mirada actual”, los auto-
res indagan acerca de las causas que lleva a un importan-
te grupo de migrantes chilenos a permanecer sin docu-
mentos en la Norpatagonia argentina.

* Angel Cerutti es Doctor en


Comunicación y Cultura,
Profesor Titular de la Facultad
de Derecho y Ciencias
Sociales, Universidad Nacional
del Comahue. Director del
Proyecto de Investigación “La
mirada xenófoba. Migrantes
chilenos en Neuquén.
Discriminación y prejuicio.
Una perspectiva actual”.

**Gustavo Ferreyra es
Magister en Antropología
Social. Actualmente se desem-
peña como Consultor
Internacional.

Revista de la Facultad 16, 2010 73


Ángel Cerutti / Gustavo Ferreyra

Undocumented
Chilean illegal aliens in Rio Negro
and Neuquén High Valley

Migrants - Rural work - Illegality In line with the research project “The xenophobic
- Chileans look. Chilean aliens in Neuquén. Discrimination and pre-
judice. A present view”, the authors search on the rea-
sons a significant group of Chilean migrants have to
remain undocumented in the Argentine North Patagonia.

74 Revista de la Facultad 16, 2010


Sin documentos.

Introducción

Con posterioridad a lo que la historiografía liberal


denomina “conquista del desierto”, por diversos motivos,
numerosos contingentes de población chilena de origen
rural se trasladaron a la Patagonia argentina, siendo la
región del Alto Valle de Río Negro y Neuquén uno de los
lugares que presenta mayor dinámica en los movimientos
migratorios que tienen como destino un constante circui-
to de interrelación argentino-chilena.
Los campesinos trasandinos en esta región devie-
nen en trabajadores rurales lo cual significa el profundo
cambio que conlleva el pasar de la unidad doméstica a la
condición de asalariados o en el decir de los sujetos apa-
tronados (expresión que usan los migrantes para referirse
al trabajo asalariado).
La radicación de migrantes chilenos en el ámbito
rural de esta región patagónica, a la vez que origina rela-
ciones sociales diferenciales y asimétricas, da lugar a otras
identificadas en este trabajo como relaciones interétnicas.
Ambas tienen como protagonistas a grupos de migran-
tes, asalariados en contraste con sectores patronales y
trabajadores rurales nativos.
La gran diversidad y dinamismo que caracterizan a
estas relaciones tiene una frontera estricta que separa a
los migrantes legales de los indocumentados. La predomi-
nancia de estos rasgos hace al permanente contacto entre
migrantes y sociedad receptora e implica el reconocimien-
to del extranjero en base a su incorporación al imaginario
social, pero también y en términos más estrictos a su con-
dición de residente legal. Tal condición excede los térmi-
nos jurídicos, sitúa a los sujetos sociales en contextos dis-
tintos frente a una misma aparente relación laboral o
social.
La real importancia que adquiere el vivir sin docu-
mentos sólo es mensurable en el contraste con las cir-
cunstancias generales que atañen cotidianamente al con-
junto de los migrantes y a los trabajadores rurales del Alto
Valle de Río Negro y Neuquén.

Revista de la Facultad 16, 2010 75


Ángel Cerutti / Gustavo Ferreyra

Brindar una explicación adecuada de los ejes por


los que transitan estas complejas tramas de intercultura-
lidad nos ha de situar en los territorios de las relaciones
interétnicas; estos espacios son compartidos desde la
diferenciación y al fuerte sentido de pertenencia a los gru-
pos de origen de uno y otro lado de la cordillera.
En este marco, describir el proceso migratorio de
un grupo de trabajadores chilenos en la Norpatagonia
argentina implica indagar en las causas que lleva a un
número importante a vivir sin documentos, a la vez que
motiva otra explicación acerca de las condiciones que tal
situación les depara en estos territorios.

Imágenes de extranjeros

En el centro de las relaciones interétnicas existen


claras diferencias respecto de los modos que adoptan los
migrantes al relacionarse con representantes de los pode-
res públicos. El poder de coacción que ejerce el Estado
respecto de “sus” ciudadanos se aplica en forma diferen-
cial cuando se refiere a los extranjeros, por cuanto, en pri-
mer término y ante cualquier circunstancia, estos deben
dar cuenta de que su situación de permanencia en el país
está de acuerdo a los requisitos de estancia legal.
“En un mundo dividido en Estados-nación, el
Estado no puede dejar de ser un actor determinante, con
intereses diferenciados, aunque no autónomos, que inter-
vienen en los flujos migratorios internacionales. La forma-
ción de los Estados-nación va acompañada por la crea-
ción del concepto legal de nacionalidad y por la creación
y vigilancia de las fronteras nacionales, que constituyen
una barrera política frente a la circulación de seres huma-
nos, cada uno de los cuales es objeto de la atribución de
un estatuto legal que lo liga a tal o cual Estado-nación. En
el interior de dichas fronteras una de las primeras tareas
del Estado consiste en reproducir el orden social lo que
puede dar lugar a prácticas hegemónicas y el empleo de
la fuerza. Las prácticas hegemónicas incluyen la reproduc-
ción de la identidad nacional, que a su vez incluye un pro-

76 Revista de la Facultad 16, 2010


Sin documentos.

ceso de autoidentificación de diversos Otros en un exte-


rior más o menos lejano, y se sentiría amenazado si esos
otros no siguieran siendo exteriores.” (Miles y
Satzewwich: 1992:16)
Sucede en forma habitual que los prejuicios étnicos
tienen en los funcionarios, agentes y/o empleados del
Estado sus más eficaces propagadores. El papel de esta
burocracia pública es especialmente notable cuando, en
el contacto con los extranjeros, verifican su reticencia al
contacto con los poderes públicos en la carencia de docu-
mentación y la ausencia de escolarización entre los miem-
bros de los grupos migrantes. Desde allí, el extranjero
comienza a ser percibido como una amenaza potencial de
intereses e identidades. En virtud de la defensa de éstos,
se les atribuyen a los otros características naturales y
socio-culturales negativas. Para un mejor entendimiento
de lo anterior, recordemos que Allport centra su estudio
del prejuicio en el preconcepto desfavorable para el
grupo que se juzga. En este sentido, para este autor, “el
prejuicio es una antipatía que se apoya en una generali-
zación imperfecta e inflexible, que puede sentirse o expre-
sarse”. (Theodorsen: 1978: 106)
La existencia de tensiones entre chilenos y argenti-
nos, constatadas en nuestra experiencia en el campo, nos
hace pensar en un nivel de conflicto que se desenvuelve
en el marco de las diferencias de intereses que aluden a la
pertenencia territorial, a través de nociones que apunta-
lan el peligro que representa la nación de la que los otros
provienen, mas la privatización de ese supuesto peligro se
corrobora en los decires sobre los grupos y sujetos
migrantes con los que a diario los agentes deben tratar.
En ese sentido, cada extranjero puede presentarse como
un peligro particular, un delincuente potencial, un usur-
pador de un banco en una escuela, o de una casa en un
plan de viviendas o de un puesto de trabajo que el corres-
pondería a un argentino. Estos imaginarios vinculados a
la diversidad dan cuenta de “…una representación totali-
zante de la sociedad como un orden según el cual cada
elemento tienen su lugar, su identidad (…) es marcar el
territorio y las fronteras de éste, definir relaciones con los
Revista de la Facultad 16, 2010 77
Ángel Cerutti / Gustavo Ferreyra

‘otros’, formar imágenes de amigos y enemigos, de riva-


les y aliados”. (Baczko: 1984: 16)

Retrato de inmigrantes

No es posible, a priori, establecer una noción uní-


voca respecto de los inmigrantes. En otros contextos, tal
categoría engloba a los refugiados –aquellos que debido
a persecución política, religiosa o racial- como a los que
emigran por razones económicas y/o de subsistencia; los
migrantes en sentido estricto.
El hecho puntual de que todos se ven en la necesi-
dad de emigrar de su país de origen, no hace a las poste-
riores relaciones de inter y/o multiculturalidad en el terri-
torio de búsqueda de nuevos horizontes.
“Las diversas formas de identidad colectiva supo-
nen siempre la distinción entre quienes forman parte de
una comunidad (nacional) y quienes son considerados
ajenos a ella. Pero ninguna distinción tiene en la actuali-
dad tanta trascendencia social y política… como la que
deriva de la posesión de los derechos ciudadanos.
Nosotros somos los ciudadanos, los otros, especialmente
los inmigrantes a los que no se les permite el acceso al
país o a los que no se les concede la ciudadanía del país
de residencia, son los extranjeros.” (Alvarez y Domonsoro:
1995: 65)
En el plano de la diversidad de experiencias docu-
mentadas, abunda información respecto de quienes han
debido renunciar al terruño y, a un tiempo, han vivido la
diáspora de sus grupos primarios, en la esperanza de
obtener un mayor bienestar que el que les ofrece su
región de origen, persistiendo en el deseo de regreso des-
pués de triunfar.
Igualmente profusa es la información respecto de
grupos que se caracterizan por la solidez de su organiza-
ción cuando deciden migrar, por cuanto, a pesar de cons-
tituir una instancia en la que la inseguridad es estructural,
hay estrategias que están basadas en prácticas migrato-

78 Revista de la Facultad 16, 2010


Sin documentos.

rias, que ofrecen un cierto reaseguro.


Tal es el caso de las regiones en las que en virtud de
una constante de relaciones interétnicas se configura una
cultura de fronteras, en ella la dinámica del proceso
migratorio está en relación directa con los perjuicios o
beneficios circunstanciales en el país de origen o en el
país vecino. Ello permite el establecimiento de un verda-
dero circuito en donde la información y una red de rela-
ciones compuesta en sentido acotado por los miembros
del grupo de parentesco y en el plano más amplio por
connacionales, hacen posible tanto el rápido traslado al
territorio extranjero ante la posibilidad cierta de un mejor
empleo, como el pronto regreso en la certeza de una
mejora respecto de la situación en el momento de su par-
tida.
Dentro de esta última dinámica de los procesos
migratorios enmarcamos a los contingentes de población
chilena en el Alto Valle de Río Negro y Neuquén. La exis-
tencia de lazos solidarios que se explican en el parentes-
co por alianza, consanguinidad o filiación tiene en la uni-
dad doméstica de los campesinos chilenos el marco de
una práctica que se traslada a las relaciones laborales de
ámbito rural valletano.
Cada migrante que obtiene empleo en el territorio
extranjero, se convierte en el potencial garante de un
pariente o un connacional que se ve en la necesidad de
seguir su destino. Como contraparte de esta realidad
debe afirmarse que los chacareros de la región prefieren
emplear fuerza de trabajo chilena por cuanto en ellos
reconocen gran capacidad de trabajo, a la vez que bajos
índices de conflictividad. Este último punto es fundamen-
tal cuando se trata a las relaciones laborales entre los
indocumentados.
Los inmigrantes de una u otra manera entran al
país en donde “se desarrolla un mercado de trabajo seg-
mentado de carácter dual, con dos grupos, inmigrantes y
nacionales, que generalmente no compiten entre sí; al
mismo tiempo existen subdivisiones entre los diversos
grupos de inmigrantes en relación con los derechos civi-

Revista de la Facultad 16, 2010 79


Ángel Cerutti / Gustavo Ferreyra

les, los estigmas raciales, el sexo y el grado de adiestra-


miento de educación forma (temporales, ilegales, etcéte-
ra). Pero a pesar de los controles migratorios, los inmi-
grantes “siguen existiendo en los lugares de distintos sec-
tores de actividad con características y condiciones de tra-
bajo que la población autóctona rechaza o va abando-
nando.” (Solé: 1995: 19)
El circuito de la migración tiende a asegurar en pri-
mer término el trabajo al jefe del grupo familiar el que se
establece en una chacra a través de un contacto que
generalmente hace un miembro del grupo con el patrón
en la Argentina. Una vez consolidado este vínculo a través
del salario, el recién llegado puede afrontar los gastos
que ocasiona traer al grupo familiar. En nuestros registros
abundan los datos acerca de jóvenes matrimonios que se
afincaron en la región a principios de la década de los
ochenta. La estabilidad laboral en el mercado del trabajo
rural local –y, como contrapartida, la imposibilidad de
conseguir trabajo en Chile-, hizo extender en el tiempo la
permanencia de los contingentes trasandinos. Esto en
modo alguno significa el cambio en cuanto a la pertenen-
cia étnica y a la perspectiva del retorno. Ambos aspectos
están indudablemente articulados por la cohesión del
grupo de connacionales en el ámbito rural valletano y por
la fluida comunicación con el otro lado de la cordillera.
En el interior de la colectividad persisten con nota-
ble fuerza prácticas que coadyuvan a mantener a los indi-
viduos dentro de la chilenidad evitando que se dispersen
en el contexto de la sociedad receptora. Estas verdaderas
estrategias identitarias van desde la reafirmación de lo
propio en un sentido amplio, es decir, de la exaltación de
la nacionalidad, efectivizado en los festejos de la indepen-
dencia, hasta gestos que son de la estricta órbita de lo pri-
vado, como la celebración de alianzas matrimoniales en el
interior del endogrupo.
La persistencia del pertenecer se verifica también
entre los que aún nacidos en el territorio extranjero se
sienten chilenos. Esto es posible a través de cierto imagi-
nario común a todos los inmigrantes, que tienden a idea-

80 Revista de la Facultad 16, 2010


Sin documentos.

lizar el país de origen; este dispositivo que encubre las


aristas conflictivas del terruño, sitúa al regreso en el orden
del deseo, a la vez que permite a los hijos de los sujetos
identificarse con esa empresa. Son elementos permanen-
tes en esta situación, el relativo aislamiento respecto de la
sociedad receptora y un sólido puente de contacto que
atraviesa con frecuencia la cordillera renovando la espe-
ranza del retorno.
En el último lustro, han aparecido como competi-
dores en este mercado laboral los migrantes internos que,
en su mayoría, viajan como temporarios, en quienes tam-
bién se reconoce las mismas cualidades, a diferencia de
los migrantes trasandinos, el tiempo de estadía de estos
trabajadores tiene un comienzo y un fin perfectamente
delimitado por la cosecha de peras y manzanas, funda-
mentalmente. En el plano de la composición de los gru-
pos, los contingentes de estos denominados “golondri-
nas” están integrados por hombres unidos por el paren-
tesco. Una característica que comparten ambos grupos es
la escasa o nula participación en el consumo en los
comercios locales, limitándose a los alimentos que no
pueden procurarse en las chacras. Este aspecto es esencial
si se tiene en cuenta que junto con la capacidad de auto-
explotación, el ahorro es la única alternativa de regresar
con dinero a sus lugares de origen.
“Como resultado de las migraciones se consolida
un nuevo estrato social con un bajo nivel socioeconómi-
co, malas condiciones de vida y falta de derechos civiles y
políticos. Un estrato que se distingue en muchas cosas de
la población autóctona, no sólo por su origen nacional-
cultural sino por marcas fenotípicas que se consideran
significativas.” (Solé: op. cit.: 62)
La noción de inmigrante en un espacio marginal de
un país cuya población se considera “llegada de los bar-
cos” y parte de un “crisol de razas” puede llamar a enga-
ño a la hora de definir quiénes son los que arriban desde
el otro lado de la cordillera. Para los actuales habitantes
nacidos y criados en esta geografía, la imagen del inmi-
grante es la de los colonos europeos, una suerte de héroe

Revista de la Facultad 16, 2010 81


Ángel Cerutti / Gustavo Ferreyra

civilizador al que se considera fundador y principal artífi-


ce del crecimiento del Alto Valle.
Los orígenes de esta idea dominante de la
Argentina como un país de inmigrantes, como país de
raza blanca, se asienta en la trilogía que combina el exter-
minio de las etnias originarias, la exclusión de la pobla-
ción mestiza y la construcción de la imagen de un desier-
to, asimilado a lo salvaje, al cual brazos y mentes prove-
nientes de Europa harían crecer en producción y civiliza-
ción.
La declinación del imaginario del inmigrante como
portador del progreso tuvo como sujetos a los mismos
actores que lo habían situado en un lugar preferencial. La
burguesía dueña del poder político y económico los con-
vierte en los nuevos bárbaros, cuando sus intereses
comienzan a ser cuestionados por las masas extranjeras.
La reivindicación tardía de la población autóctona y de la
figura paradigmática del gaucho no hacen sino a la afir-
mación de la legitimidad de los sectores tradicionales en
su posesión del poder.
Este mecanismo tan descarnadamente explicitado
en los grandes centros urbanos y en las vastas extensio-
nes de la pampa húmeda, tiene en la idea de tradición su
piedra angular.
Los sectores terratenientes retomaron su lugar
como fundadores de la nación reivindicando su origen
patricio para oponerlo al cosmopolitismo de la nueva bar-
barie. El contraste se verá reflejado en discursos y prácti-
cas sociales que en un mismo gesto reivindicaron lo tradi-
cional, lo propio y descalificaron lo nuevo, lo ajeno.
La ausencia de viejas genealogías dominantes en la
región del Alto Valle reprodujo esta dualidad entre propio
– ajeno, tradicional – moderno en un contexto en el que
el lugar de lo tradicional – dominante fue tomado por los
descendientes de los inmigrantes ultramarinos que here-
daron las tierras ya consolidadas como chacras a fines de
los años ’30. Moldean a estas relaciones los imaginarios,
los que, coincidiendo con Chartier, hacen a ciertas lógicas
de clasificación a partir de los cuales emergen determina-

82 Revista de la Facultad 16, 2010


Sin documentos.

das realidades construidas históricamente, sin que en ello


exista total consenso sino y por el contrario expresada en
la contradicción de los múltiples usos y significaciones
que “…engendran estrategias y prácticas que tienden a
imponer una autoridad a los otros, a quienes descalifican,
a legitimar una dominación y a justificarla”. (Chartier:
1990: 9)
En el Alto Valle, el mito fundante reúne, en el inmi-
grante, el progreso, la civilización, la tradición y el fenoti-
po contraponiéndolo a los genéricamente denominados
indios y a los que se identifica como extranjeros.
La temporalidad en estos términos también forma
parte del mito por cuanto la presencia de migrantes chi-
lenos en esta región es previa a la llegada de los primeros
contingentes europeos.
La distribución espacial en la región valletana obe-
dece a esta dinámica en tanto el paisaje general es una
sucesión de chacras de producción frutícola de la que los
inmigrantes, en rigor sus descendientes, han sido y son
propietarios, los trabajadores son mayoritariamente chile-
nos y en un número sustantivamente menor aquellos que
provienen de los sectores populares de las periferias de
las ciudades y pueblos de la región, tales como los asen-
tamientos situados a la vera del río Negro, comúnmente
conocidos como “las costas”.
En el ámbito urbano de las ciudades valletanas, la
distribución espacial y social obedece a los mismos cáno-
nes. En tanto los nacidos y criados descendientes de los
inmigrantes europeos aparecen ubicados en los centros
geográficos y, a la vez, como pertenecientes a una elite
política y social; los sectores marginados o excluidos habi-
tan las villas miseria o barriadas pobres. Estas configura-
ciones socioculturales heterogéneas en las que coexisten
chilenos, migrantes internos y descendientes de mapu-
ches, son designadas, desde el lugar de un manifiesto
prejuicio etnocéntrico, con el mote de indios, paisanos o
chilotes. Por lo tanto, la diferenciación en el sentido del
término ‘inmigrante’ obedece al significado del mismo
como categoría empleada por las burguesías locales en la

Revista de la Facultad 16, 2010 83


Ángel Cerutti / Gustavo Ferreyra

región del Alto Valle, como agente fundador, generador


de las tradiciones civilizadas locales de las que su proge-
nie los nacidos y criados blancos son herederos en tanto
depositarios de los destinos políticos, sociales y de gran-
deza de la región.
En el discurso de estos sectores, hay una clara dife-
renciación entre el inmigrante chacarero, cercano a la
noción del farmer, refiriéndose a aquel productor de
bienes primarios que combina fuerza de trabajo familiar
y asalariada, con un bajo nivel de acumulación de capital,
que controla personalmente todos los aspectos de la pro-
ducción y que, en muchos casos, se “autoexplota”, dife-
renciándolo del trabajador rural o peón urbano, no
habiendo posibilidad de asimilación de ambos términos
ya que inmigrante es el que cruzó el océano y el extran-
jero es el poblador trasandino, nada más que un chilote
en el imaginario de los dueños de la tierra.
El auge de la producción frutícola, basada en el
cultivo intensivo y el control ecológico, generó el marco
de las relaciones laborales en el ámbito rural, dando lugar
a un modelo en el que los chacareros combinaron fuerza
de trabajo familiar con fuerza de trabajo asalariada, espe-
cialmente en los trabajos temporarios que deben realizar-
se manualmente.
La diferenciación entre ambos llega a la paradoja
en la que los propios hijos de los inmigrantes esgrimen
argumentos nacionalistas contra los extranjeros; de
modo que en tanto el primero ayuda a la construcción de
la nación, el segundo sólo pretende beneficiarse con lo
que no le pertenece, invadiéndolo en forma solapada.

Sin documentos

Los migrantes indocumentados se sitúan en el


ámbito rural de las ciudades valletanas, allí los trabajado-
res temporarios se confunden con antiguos residentes en
la región, las diferencias de las historias de cada grupos
familiar, la heterogeneidad de las expresiones culturales,
se ocultan detrás de la homogeneidad que implica la

84 Revista de la Facultad 16, 2010


Sin documentos.

situación legal que los distancia de los que tienen sus


papeles en regla y a un tiempo los contrasta de un modo
especial con la sociedad receptora en general y con los
sectores patronales en especial.
El lugar menor que ocupa el documento escrito en
un sentido amplio, es decir, no sólo aquel que permite la
identificación y que da lugar a la situación de legalidad,
sino también todo papel que no se refiera a su situación,
hecho de especial significación para quienes sólo tienen
contacto con la escritura cuando establecen relaciones
con los extraños al grupo o al ámbito de pertenencia, los
patrones, los comerciantes de los pueblos, los maestros
de sus hijos, los sindicatos de los rurales, los funcionarios
de la inspectoría de trabajo, los empleados de migracio-
nes. Esta desconfianza por los papeles es compartida por
los pequeños y hasta algunos medianos productores,
quienes depositan la esperanza de éxito económico en el
azar del clima y de los buenos precios de la fruta, pero
esencialmente en el trabajo de sol a sol planificado,
supervisado y ejecutado personalmente. Cuestiones que
van desde la contabilidad a las leyes del trabajo, son aje-
nas a este grupo que suele ver en los técnicos y en el
Estado agentes intrusivos que en realidad distorsionan las
relaciones naturales.
En modo alguno se puede generalizar respecto a
las formas que adoptan cada una de las relaciones parti-
culares antes enunciadas, pero podemos afirmar que hay
un principio estructural a todas, el que sitúa a los Otros
en un lugar y una situación diferencial respecto del
Nosotros. En esta instancia se imbrican las cuestiones
estrictamente sociales, que en término de los sujetos divi-
den al universo de relaciones asimétricas en ricos y
pobres; con las específicamente étnicas en donde el corte
se efectúa por la nacionalidad. Un indicio de síntesis de
ambas relaciones es el hecho de que los migrantes chile-
nos en general reivindican el trabajo rural como propio en
la región del Alto Valle. Tal afirmación la efectúan sobre la
base de saberse numéricamente mayoritarios en el sector,
pero también reivindicando su condición de campesinos,
muchos de ellos devenidos en peones rurales en los fun-
Revista de la Facultad 16, 2010 85
Ángel Cerutti / Gustavo Ferreyra

dos del territorio de origen, y en su totalidad convertidos


en apatronados en el Alto Valle de Río Negro. El trabajo
rural desde este punto de vista configura un proceso de
articulación identitaria en el que convergen lo social y lo
étnico – nacional.
Hace a la consolidación de esta situación la distan-
cia entre lo rural y lo urbano, no la geográfica sino de
modo más tangible la que se evidencia en las representa-
ciones colectivas de los habitantes de la región valletana,
en las que aparece la discontinuidad entre los pueblos y
las chacras. Desde esta perspectiva, lo rural es una activi-
dad propia de un sector, el de los chacareros y el de los
paisanos, que trabajan con ellos, los trabajadores de la
región acuden masivamente en tiempos de cosecha,
hacen la temporada trabajando a destajo al igual que los
cada vez más numerosos contingentes de trabajadores
golondrinas provenientes de las provincias del norte de
Argentina. El sector de la industria frutícola es el más bus-
cado por los trabajadores urbanos, en razón de que en él
perciben mejores haberes y es un trabajo mejor calificado
socialmente que el trabajo rural.
Desde este punto de vista, la actividad que se reali-
za en la industria frutícola, tanto en los galpones de
empaque como en los frigoríficos, es fácilmente asimila-
ble a lo urbano, y de modo más específico a las relaciones
laborales propias del capitalismo, aunque desde el punto
de vista de la estabilidad laboral es también relativa por
cuanto depende del éxito de la cosecha y es para la mayo-
ría de los trabajadores una ocupación temporaria. Aún
mediando estas condiciones objetivas que impone la eco-
nomía de la región, la imaginaria diferencia entre el tra-
bajo rural, en especial el trabajo rural permanente y el tra-
bajo en la industria de la fruta, es parte estructural de la
clara distinción en la que los migrantes chilenos se apro-
pian del trabajo rural fijo, lo que significa como condición
imprescindible vivir en una chacra, en esa identificación
muchos de ellos reivindican su condición campesina,
caracterizada por un entramado de relaciones que se dan
al interior del grupo, de las que el principio de solidaridad
y reciprocidad familiar y social en un sentido restringido,

86 Revista de la Facultad 16, 2010


Sin documentos.

tiene en el Alto Valle el componente adicional del contac-


to con los connacionales, en contraste fundamentalmen-
te con los sectores urbanos de las ciudades de la región.
Como se ha mencionado, la condición objetiva que
impone el trabajo rural es la de una permanente disposi-
ción frente al trabajo, lo que se traduce en el hecho de una
permanencia que no reconoce horarios, sino actividades.
La realización de ellas puede significar quedarse en
vela una noche entera como consecuencia de una helada
tardía en primavera, como también llevar a cabo tareas
informales por pedido del patrón, estas van desde cortar
leña en el invierno hasta cuidar los animales de la granja.
Esta realidad en la que sin duda aparece el elemento de
la sujeción implica estar a disposición.
Los campesinos del sur de Chile se muestran remi-
sos al contacto con los organismos públicos, estas prácti-
cas representan la continuación de la relación con los
poderes del Estado en su país de origen, de este modo, se
plantea una distancia entre la legalidad y la necesidad de
obtenerla en relación a su situación laboral, cuyo rasgo
fundamental es el aislamiento. El distanciamiento de las
esferas de lo legal tiene como sus componentes el fuerte
condicionamiento geográfico característico de las zonas
rurales, esto que ha hecho que el contacto entre los cam-
pesinos chilenos y los organismos oficiales tenga caracte-
rísticas especiales. Es parte del folklore el hecho de que
los recién nacidos se registran invariablemente en forma
tardía, al igual que la nula asistencia médica en un gran
número de esos nacimientos. Lo mismo sucede con la
escolarización de los niños. De modo que los campesinos
del sur de Chile, hoy apatronados en el Alto Valle de Río
Negro y Neuquén, rara vez han encontrado en los orga-
nismos públicos de su país respuestas a sus demandas,
por el contrario, ellos han sido, en buena medida, corres-
ponsables de su situación estructural. Frente a un Estado
nacional hostil al que usualmente se lo asocia al poder de
los ricos propietarios de los fundos, la respuesta que per-
mite la persistencia como grupo social la brinda la solida-
ridad y reciprocidad del grupo primario. La asimetría

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Ángel Cerutti / Gustavo Ferreyra

entre ricos y pobres en el país de origen deviene, en el


país receptor, en asimetría de carácter étnico – nacional.
Las relaciones que se establecen con los poderes
públicos de la sociedad receptora llevan el supuesto sub-
yacente del prejuicio popularizado por los sectores
medios urbanos. De tal manera que el indocumentado,
así como su familia, están sujetos a una vida en la que la
cohesión grupal contrasta con las dificultades del medio.
Para ellos es, sin duda, mayor el riesgo de expulsión o de
sufrir abusos por parte de las fuerzas de seguridad, o
sobrexplotación por trabajo en negro, desde ya que esta
situación de ilegalidad pública hace imposible el acceso a
los servicios públicos de salud y vivienda propia, en un
contexto en donde ha crecido grandemente el desempleo
y, consecuentemente, el empleo informal y la marginali-
dad. Es decir, están fuera de toda protección, y hasta –en
cierto sentido- carecen de la posibilidad de quejarse. Las
condiciones para el trabajo en cuanto a la remuneración
están directamente proporcionadas a la autoexplotación
y, a diferencia de Chile, vivir en una chacra les ha dado la
seguridad de tener una casa, aunque sea prestada. Las
relaciones interpersonales con los patrones son vivencia-
das como marcadamente horizontales, contrastando con
lo jerarquizada de estas en su país.
Dos elementos que suman inseguridad y posibili-
dad de conflicto son las relaciones con los representantes
de los trabajadores del sector y con el gobierno a través
de la Inspectoría de Trabajo. Quienes se agremian para
defender las condiciones de trabajo dejan expresamente
fuera de este derecho a los indocumentados, aún recono-
ciendo informalmente en ellos una minusvalía que los
hace posibles víctimas de explotación. Para sus pares
legales, los indocumentados son un estorbo en la obten-
ción de beneficios, en razón de que quitan fuerza a la
posibilidad de protesta y, a un tiempo, disminuyen el
costo laboral. “Es mano de obra ‘no visible’ y está exclui-
da del mercado laboral oficial, lo cual indica que está
expuesta a una segregación sociogeográfica y, por ende,
se ubica dentro de esquemas de pobreza.” (Sassone:
1995: 2)

88 Revista de la Facultad 16, 2010


Sin documentos.

Los sin documentos escapan también de los emple-


ados de las inspectorías de trabajo, convencidos de que
serán ellos quienes los expulsen del país.
En realidad, este conjunto complejo de intercultu-
ralidad y conflicto en el que los migrantes permanecen, a
veces, por un corto lapso y en otras, toda la vida, parece
provenir de la pertenencia a un grupo que persiste, el de
la unidad doméstica campesina.

Bibliografía

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conflicto nacional, Madrid, TIASA.
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Solé, Carlota (1995), Discriminación racial en el mercado
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Theodorsen, Gya (1978), Diccionario de Sociología,
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Revista de la Facultad 16, 2010 89


Ángel Cerutti / Gustavo Ferreyra

90 Revista de la Facultad 16, 2010


Revista de la Facultad 16, 2010 91-110

“Experimentarnos
como sujetos, hoy”
Sergio Claudio Devita*
sergiodevita@gmail.com

Resumen

Grecia clásica - inquietud- expe-


El pensamiento de la Grecia clásica fue, sin duda
riencia contemporánea de la cul-
alguna, una cuestión asombrosa. Las ideas que dan vida tura
a ese espíritu creador del arte, de la filosofía dieron lugar
a la creación y experiencia primera y prístina de la cultu-
ra. Foucault las identifica, estudia y resalta como elemen-
tos que permiten una investigación de lo-que-vamos-sien-
do nosotros en nuestro propio tiempo.
La experiencia griega en cuanto sujetos inaugura, si
así puede decirse, un nuevo modo de relacionarse consi-
go mismos y, por tanto, una nueva forma de entender su
tiempo. Se abren, de esta manera, nuevos horizontes de
pensamiento y surgen nuevas categorías con las que inda-
gar la cuestión del devenir humano. Así las cosas, las con-
diciones de posibilidad históricas que nos constituyen en
esto que somos se vuelven el elemento que debemos ras-
trear en nuestro tiempo para responder(nos) en nuestra
propia experiencia de la cultura.
El modo griego de experiencia resulta un antece- * Sergio Claudio Devita es estu-
diante avanzado de la
dente de un análisis actual de nuestro presente inmedia-
Licenciatura en filosofía en la
to. La diferencia que nos constituye como sujetos y nues- Facultad de Humanidades,
Universidad Nacional del
tra experiencia en tanto tales deben ser los móviles de Comahue. Integra el proyecto de
nuestro entendimiento de la realidad. investigación “Tiempo de la his-
toria y tiempo de la memoria:
los usos políticos del pasado”
dirigido por la Dra. María Inés
Mudrovcic.

Revista de la Facultad 16, 2010 91


Sergio Claudio Devita

The experience of ourselves


as subjects, today

Classical Greece – query – con- Thinking, in Classical Greece, was, without ques-
temporary experience of culture tion, a wonderful matter. The ideas that give birth to art’s
creative spirit, in philosophy, and, perhaps, gave rise to
the creation and the primeval and pristine experience of
culture, are the ones that Foucault identifies, studies and
highlights as the elements which allow for an investiga-
tion of what we-come-to-be in our own time.
The Greek experience as subjects opens the door to
a new mode of reaching into themselves and, for that
matter, a new way of understanding their own time. As a
result, new perspectives and new categories are proposed
to deal with human life. It’s the historical possibilities that
construct us and that become the elements we must trace
in order to provide answers to the questions arisen due to
our own cultural experience.
The Greek experience becomes the antecedent to
the analysis of our time. The differences that constitute us
as subjects and our experience as such should become the
motivation for our understanding of reality.

92 Revista de la Facultad 16, 2010


Experimentarnos como sujetos, hoy

Introducción

Como sabemos, los modos de subjetivación surgen


en el análisis de Foucault a raíz de específicas reflexiones
acerca de las relaciones que pueden suscitarse, particular-
mente, entre la subjetividad y la verdad en las diferentes
experiencias de la cultura. No obstante, Foucault vuelve a
la Grecia clásica como lugar, ambiente, época en la que
aquella relación fundamental comienza a ser desarrolla-
da. La aparición de la noción de inquietud de sí (epime-
leia heautou) es la prueba de ello. Es ella misma la que se
constituye, quizá por antonomasia –pues sienta el prece-
dente de toda otra-, en la relación consigo mismo como
un ocuparse de sí mismo, preocuparse de sí mismo,
hacerse cargo de sí. Pero sobre todo, cuidarse a sí mismo
como relación prístina, original y, podríamos decir, subli-
me entre los griegos. Es el nacimiento del pliegue y de
todo otro pliegue posterior en la historia del pensamien-
to occidental.
Lo que más nos despierta cierta curiosidad y espíri-
tu de investigación es la cuestión, entre los griegos, de la
inquietud de sí como relación consigo mismos generado-
ra de prácticas de los propios sujetos para, ya en un “nivel
avanzado” –si se quiere-, convertirse a sí mismos. Esto
último estaba íntimamente conectado con el hecho de un
Otro (el maestro), quien era propiamente hablando maes-
tro de virtud. Este “ayudaba” a la conversión a sí mismos
a los individuos. Este es, propiamente, el rol que juega
Sócrates en la Grecia clásica. Sin embargo, estaba tam-
bién emparentado en otras escuelas filosóficas con térmi-
nos médicos o que nacen de prácticas médicas. Por ello,
no es impensado que se haya entendido a la inquietud de
sí como therapeuein, como cuidado de sí.
De modo sucinto y aludiendo a algunas cuestiones
que estimamos fundamentales con respecto a lo arriba
dicho, nos interesa simplemente intentar resaltar aquello
hacia lo que -nosotros entendemos- tiende la cuestión de
los modos de subjetivación sobre los cuales Foucault
investiga, y que arrojan elementos que nos permiten ana-

Revista de la Facultad 16, 2010 93


Sergio Claudio Devita

lizarnos a nosotros mismos en el presente inmediato en el


que nos encontramos.

Hacia un pensamiento en términos de lo-que-vamos-


siendo

La categoría ontológico-temporal de estar-siendo


ha tenido, sobre todo, en el ámbito de la indagación y del
pensamiento filosófico una gran relevancia. Desde los
griegos, pasando por el medioevo y el desarrollo de la
misma en el pensamiento moderno, y aún hasta nuestros
días, aquella ha definido, ha –si se quiere- “con-torneado”
los límites del propio pensamiento posible. Vale decir, el
pensamiento [ha sido y] es pensamiento del ser. De
hecho, el término mismo `pensamiento´ denota una
acción; una acción intrínsecamente vinculada con aquella
primera de la que venimos hablando: la acción del pensa-
miento es una acción que va-siendo. Desde este punto de
vista, ella encuentra su ser, siendo; se des-pliega en el
transcurrir del tiempo.
Ahora bien, y como dijimos, el ser ha delimitado el
pensamiento; dibuja el horizonte al que mirar. En esa deli-
mitación, la posibilidad de preguntar y, sobre todo, de
indagar por lo-que-vamos-siendo nosotros mismos esta-
ría vedada, pues al tiempo que formulamos ese cuestio-
namiento, hemos ya dejado de ser para ser otro. Por con-
siguiente, y teniendo en cuenta el planteo fundamental al
respecto que hace Foucault, aquella pregunta por lo- que-
vamos-siendo en el transcurrir del tiempo, implica de un
modo profundo una “mirada” hacia nosotros mismos, en
relación con nosotros mismos. Esto es, conlleva necesaria-
mente una afección de sí mismo por sí mismo; relacionar-
nos con nosotros mismos. Es esta relación la que da lugar
a la posibilidad de preguntar(nos) por eso que vamos-
siendo. Así, esa relación de sí mismo consigo mismo se
constituye, dirá Foucault, como el pliegue del afuera, que
conforma un adentro del pensamiento, y que termina por
configurar un modo de ser de nosotros; un modo deter-
minado de estar-siendo.

94 Revista de la Facultad 16, 2010


Experimentarnos como sujetos, hoy

Sin duda alguna, de aquí pueden desprenderse


varias cuestiones. En primer lugar, no podemos dejar de
prestar atención a la vinculación estrecha, estrechísima,
que se establece entre dos categorías de pensamiento
que pone en juego la filosofía de Foucault: nos referimos
a la relación que hay entre el afuera y la experiencia de la
cultura. Esta vinculación entre estas categorías hace refe-
rencia asimismo a los modos de subjetivación de manera
cabal y explícita, pues en última instancia, aquella condi-
cionará a estos últimos.
El afuera, como dice Deleuze refiriéndose a
Foucault, es una masa in-forme (sin forma alguna), cam-
biante, en la que reinan singularidades y relaciones de
fuerzas entre ellas; se rige por movimientos peristálticos
pero, sobre todo, está compuesta de pliegues y plega-
mientos que constituyen un adentro del afuera. No que-
remos irnos tan lejos. Volveremos en algunos aspectos.
El afuera sería esa zona con la que entablan contac-
to todas las relaciones de saber y de poder que rigen en
un tiempo determinado. Aquí es donde se pueden inten-
tar algunas conexiones. Cada experiencia de la cultura se
condiciona a sí misma; esto es, se define a sí misma al
definir las relaciones posibles entre verdad (¿qué sé?),
poder (¿qué puedo?) y (a lo que queremos llegar final-
mente en nuestro análisis) modos de ser sujetos o de sub-
jetivarse (¿qué soy?). Esas condiciones de posibilidad de
determinadas relaciones de fuerzas, son ellas mismas
posibles a partir de otras determinadas relaciones de fuer-
zas que entablen con las fuerzas del afuera. El afuera,
entonces, queda de algún modo “pegado” a la experien-
cia de la cultura en la que él tiene lugar y con la que se
relaciona; más que pegado podríamos decir plegado. El
afuera se pliega según cada experiencia de la cultura.
Esto implica de suyo que diferentes relaciones de fuerzas
del afuera entren en relación con relaciones de poder-
saber-subjetividad de diferentes experiencias de la cultu-
ra, dando lugar a específicas formas (o compuestos de
relaciones de fuerzas) en cada experiencia de la cultura.
De ningún modo debe entenderse este “esquema” como
rígido, estricto, y mucho menos tan propiamente esque-
Revista de la Facultad 16, 2010 95
Sergio Claudio Devita

matizado. Por el contrario, no puede pensarse experien-


cia de la cultura sin un afuera, sin la vinculación de rela-
ciones de fuerzas entre ellos.
No obstante, la indeterminación “natural” de las
relaciones de fuerzas propias del afuera es tal que las que
allí existen, son aquellas que permiten engendrar siempre
nuevos modos de vinculación con otros aspectos, con
otras singularidades; las relaciones de fuerzas del afuera
son aquellas que mantienen vivo el movimiento de la his-
toria y son las que hacen posible el paso de diferentes
experiencias de la cultura. En este sentido, pueden
“encarnar” relaciones de fuerzas que se transforman en
núcleos de resistencia a las formas determinadas de una
experiencia de la cultura y, entonces, dar lugar a una rup-
tura, dar lugar a una línea de fuga que guíe esas relacio-
nes de fuerzas hacia otras formas distintas.
Podríamos decir, entonces, que el afuera-plegado
es el límite entre el puro-afuera y cada experiencia de la
cultura; límite que queda incluido en la relación que él
mismo facilita y pone en juego.
Veamos ahora qué implica inmanentemente ese tal
afuera-plegado del que hablamos. Como bien dice
Deleuze acerca de Foucault, el pliegue se ha transforma-
do en un tópico que ha obsesionado a Foucault a lo largo
de toda su obra. Entendemos que esto es así por la rela-
ción que el pliegue mantiene o entabla con el pensamien-
to. Preguntar por uno inmediatamente supone preguntar
por el otro y viceversa. En otras palabras, no pueden pen-
sarse “por separado”.
El pensamiento viene a ser ese tercer eje, esa “ter-
cera dimensión” que deriva tanto del saber como del
poder, y que radica en toda experiencia de la cultura.
Hablar separadamente de él, es sólo a efectos de analizar-
lo en su especificidad. Como bien sabemos, esas tres
dimensiones no pueden pensarse como momentos o
estados separados unos de otros; aunque tampoco ellos
son recíprocamente reductibles.
El pliegue se constituye básicamente como una
relación de lo mismo con lo otro; cuando el mismo se rela-

96 Revista de la Facultad 16, 2010


Experimentarnos como sujetos, hoy

ciona consigo mismo en términos de verse a sí como otro


distinto. Esto último hace que el pliegue sea, fundamen-
talmente, un doblez, un doblamiento que se profundiza a
sí mismo constituyendo un adentro más interior que cual-
quier interioridad. Por consiguiente, el pliegue es un
doblamiento del propio pensamiento que constituye un
adentro coextensivo a él.
Que el pensamiento, el pliegue del afuera, sea ese
tercer punto de apoyo del análisis de Foucault, tiene una
justificación. Para Foucault fueron los griegos los que
doblaron la fuerza sobre sí misma y la relacionaron consi-
go misma. Esto engendró prácticas de sí mismos para
consigo mismos; comenzaron a entablar relaciones consi-
go mismos; se gobernaban a sí mismos para gobernar a
los otros. La relación de sí mismos con ellos mismos que
produjeron los griegos, creó la “necesidad” –si se quiere-
de una sexualidad. Pues, el afecto de sí por sí mismo
suponía una nueva relación con los cuerpos y con los pla-
ceres del mismo. La sexualidad griega estaba dada, pri-
meramente, por una inquietud de sí mismos por sí mis-
mos para gobernarse cada uno a sí y, luego, por una rela-
ción entre hombres libres para gobernarse unos a otros.
Así, a grandes rasgos, Foucault encuentra ya en los
griegos una particularidad: un modo de relacionarse con-
sigo mismos que los constituye en lo que son (o fueron),
en esa experiencia de la cultura determinada. Foucault
descubre, entonces, que las relaciones de poder y de
saber dan lugar a modos específicos de constitución de
los sujetos. Esos modos de subjetivación propios de cada
experiencia de la cultura, son posibles por definidas rela-
ciones de fuerzas que se mantienen con fuerzas del afue-
ra. Esas relaciones de fuerzas con fuerzas del afuera son
las que doblan el pensamiento, elaborando diversos
modos de constituir subjetividad. El adentro del pensa-
miento “doblado” son los modos en que se dan las rela-
ciones consigo mismos de las formas de una experiencia
de la cultura dada.
Ahora bien, y como dijimos, el doblez o pliegue es
la relación de cada uno consigo mismo, viendo-se como

Revista de la Facultad 16, 2010 97


Sergio Claudio Devita

otro distinto. Es interesante ver cómo Foucault toma de


Heidegger una noción relacionada con la suya del plie-
gue. En efecto, Foucault habla de una visibilidad ontoló-
gica que se da en el pliegue que cada uno hace de sí
mismo en ese “viendo-se”. Ese verse-a-sí-mismo no es
otra cosa distinta que la relación ontológica que uno
mantiene consigo mismo; es un modo de subjetivarse.
Por tanto, aquello que Foucault toma de Heidegger es lo
relativo a que el pliegue constituye sujeto. Es decir, enton-
ces, el pliegue mismo tiene/crea dimensión ontológica.
Nos plegamos de diversas maneras; nos subjetiva-
mos de diversas formas; nos constituimos en diversos
sujetos; creamos subjetividad…sujetos sujetados al deve-
nir temporal de la historia y de las condiciones históricas
de posibilidad…¡pero también, sujetos “sueltos” y “abier-
tos” a la libertad de creación de sí mismos mediante rela-
ciones de fuerzas que cada uno relaciona de diversa
forma; “abiertos” a la posibilidad de la relación sin prece-
dentes, a la creación de relación, a la creación de sí mis-
mos!
El afuera plegado o, mejor aun, que al plegarse, al
doblarse sobre sí mismo constituye ese adentro del pen-
samiento, es un modo de subjetivación. Los sujetos se
subjetivan a sí mismos a partir de las relaciones que man-
tienen con la verdad, con las relaciones de poder que son
posibles en su tiempo y con el modo en que se relacionan
consigo mismos.
Estas son las condiciones históricas de posibilidad
de las diferentes experiencias de la cultura que analiza
Foucault: ¿qué es lo que ha hecho posible en determina-
do tiempo la constitución de tales específicas figuras o
formas? ¿Qué modos de subjetivación se han hecho posi-
bles en tal experiencia de la cultura? ¿Cómo es que nos
constituimos en esto que somos…que estamos-siendo?
Las preguntas de Foucault refieren explícitamente a pen-
sar el devenir presente de las diversas formas en que se
constituyen sujetos.
¿De qué modo nos subjetivamos nosotros mismos
hoy en día? ¿En qué experiencia de la cultura cabe nues-

98 Revista de la Facultad 16, 2010


Experimentarnos como sujetos, hoy

tra experiencia de subjetivación? ¿Cómo nos estamos-


constituyendo en esto que vamos-siendo?
Ya Foucault en su tiempo había previsto que el siglo
XIX estaba finalizando; veía en el horizonte “señales” de
cambio; percibía líneas de fuga por doquier…sin duda
estábamos dejando de ser lo que éramos para ser algo
distinto. ¡Ni qué hablar del Hombre! Ya había muerto
hacía tiempo… Una sombra entre las sombras. Una figu-
ra-forma vacía.
Es interesante ver que el análisis que pone en juego
Foucault consiste en hacer genealogía o arqueología.
Estos métodos son los que le permiten mirar hacia atrás y
rastrear, identificar y relacionar condiciones de posibilidad
históricas de modos de subjetivación, de diferentes rela-
ciones de sí-mismos para con sí-mismos. Sin embargo,
esos métodos no le permiten, quizá, analizar lo que
vamos-dejando-de-ser o, lo que es lo mismo, lo que esta-
mos-siendo. Quizá sólo es posible “observar tendencias”,
vaticinar líneas de fuga. Pero no se tiene en la mano la
relación o relaciones de fuerzas cristalinas.
En este sentido, entendemos que Foucault se acer-
ca en un aspecto a Arthur Danto. Este último plantea la
cuestión de la historiografía desde el punto de vista del
historiador presente en su tiempo. Debemos aclarar que
Foucault no hace historia. Sin embargo, habría una rela-
ción en cuanto a la posición desde donde mira y analiza
el historiador de Danto y desde dónde y cómo plantea
Foucault su investigación.
Para Danto, es el historiador quien desde su propio
tiempo establece relaciones (hacia atrás y en el pasado
mismo) entre acontecimientos históricos. Es el historiador
quien puede terminar de completar una descripción de un
acontecimiento histórico, pues él sabe con que otros
acontecimientos aquél entra en relación directa.
Podríamos decir que, entonces, el historiador conoce el
futuro pasado de los acontecimientos históricos que han
sucedido antes que él inicie su investigación. En este sen-
tido, la particularidad radica en que el historiador mismo
no se ve envuelto en ninguno de ellos, pues para estable-

Revista de la Facultad 16, 2010 99


Sergio Claudio Devita

cer esas relaciones entre acontecimientos, supone una


brecha de tiempo. Hay una distancia temporal entre el
historiador y los acontecimientos históricos que relaciona.
El historiador siempre relaciona acontecimientos en y del
pasado.
Para Foucault, entendemos, sucede lo mismo. Es
decir, él puede establecer esas condiciones de posibilidad
históricas, esas relaciones de fuerza, sobre todo, en las
experiencias de la cultura de los siglos XVII y XIX, porque
ha identificado un nacimiento y un fin de cada una de
ellas. Tanto para la sociedad de soberanía como para la
sociedad disciplinaria, Foucault encuentra un inicio y un
fin. Y él mismo se sabe ya en su tiempo en un momento
de transición de experiencia de la cultura hacia otra dife-
rente, pero la cual no puede analizar al igual que la época
clásica y el siglo XIX, pues no puede experimentar esas
condiciones de posibilidad históricas que propiciarán
otros nuevos modos de subjetivación y, por tanto, nuevas
relaciones de fuerza con un nuevo afuera, nuevas relacio-
nes de poder y de saber.
Ahora bien, Foucault tenía un objetivo muy claro al
momento de poner en marcha tanto la genealogía como
la arqueología: rastrear las condiciones de posibilidad his-
tóricas que hicieron posible la experiencia del encierro,
del exterminio y de los campos de concentración en el
siglo XIX, para destruirlas por completo: para que no sea
posible su repetición. Es decir, se interesó por aquello que
hizo posible la experiencia de la cultura en la que tuvie-
ron su lugar el fascismo y el nazismo como modos de sub-
jetivación por excelencia y sus derivados y micros.
Esto le hizo posible saber cuáles eran las relaciones
de poder, de saber y los modos de subjetivación en los
que él mismo se encontraba inmerso. De alguna forma,
entonces, pensaba su presente.
Nosotros entendemos que pensar nuestro presente
supondría una tarea similar a la llevada a cabo y desple-
gada por Foucault. No obstante, nos interesa remarcar un
aspecto de nuestra experiencia de la cultura que sigue
vigente y nos condiciona en nuestros modos de relacio-

100 Revista de la Facultad 16, 2010


Experimentarnos como sujetos, hoy

narnos con nosotros mismos. Deleuze habla acerca de


que en la lucha por la subjetividad moderna, se da una
“resistencia a las dos formas actuales de sujeción, una
que consiste en individuarnos según las exigencias del
poder, otra que consiste en vincular cada individuo a una
identidad sabida y conocida, determinada de una vez por
1 DELEUZE, G (2003). Foucault.
todas”1.
Buenos Aires: Paidós. Pág., 139.
De aquí, por lo tanto, se desprenden dos cuestiones
relativas, fundamentalmente, a los modos de subjetivar-
nos con los que nos manejamos en nuestra cotidianeidad,
con la forma en que nos constituimos a nosotros mismos:
1) el modo en que nos individuamos a nosotros mismos a
partir del poder; y 2) el modo en que nos constituimos en
determinados e identificados sujetos.
En lo que respecta a cómo nos individuamos a nos-
otros mismos desde las exigencias del poder, tiene que ver
con cómo estamos atados al ejercicio del poder. Debe
notarse que decimos praxis del poder y ya no hablamos
de relaciones de fuerza, relaciones de poder, pues no exis-
ten. Lo característico de las relaciones de poder es preci-
samente el juego de ida y vuelta, la relación en sí misma
o, mejor, la interrelación de las relaciones de poder.
Cuando una relación de poder se solidifica, se sedimenta
y se estratifica, deja de ser una relación para convertirse
en una dirección, en un vector rígido, sin vida, sin movi-
miento, una línea vacía. Intrínsecamente a esto va unida
la sedimentación de las relaciones con la verdad que se
dan en una experiencia de la cultura que proporciona el
marco de posibilidades que garantiza esa petrificación. La
sedimentación de las relaciones de saber, de las relaciones
con la verdad, la sustancializa, la cosifica y, por ende, la
unifica. Ya no hay relaciones de saber, ya no hay modos
de relacionarse con la verdad, sino una única verdad que
debe saberse y que es igual para todos. Hay una unifica-
ción, cosificación, masificación de los sujetos.
El ejercicio del poder en nuestra experiencia de la
cultura está vehiculizado por los medios de comunicación.
Son ellos los que fabrican la verdad que hay que saber,
que hay que conocer, y son ellos los que la dispensan;

Revista de la Facultad 16, 2010 101


Sergio Claudio Devita

ellos son los detentadores del control de la sociedad, los


que ejercen el poder sobre los sujetos que no hacen más
que plegar su pensamiento y subjetivarse conforme a
aquellos. Se constituyen como sujetos limitados en sus
relaciones, relaciones finitas, cerradas, tanto con ellos
mismos como con los demás; sujetos que esperan que la
verdad les sea revelada, les sea mostrada. Las relaciones
que mantienen consigo mismos estos sujetos derivados,
ya no propenden a la búsqueda de una sexualidad, a una
relación de armonía, de cuidado y de constitución para
con ellos mismos. Más bien, lo que sucede es que la
sexualidad se ha transformado en el propio medio sobre
el que ejercer el control social. Es sobre ella donde recaen
una y otra vez las prohibiciones y las maniobras para ejer-
cer un anatomo y bio-poder sociales.
A su vez, la sexualidad se ha convertido en una
mercancía; se ha cosificado, “vulgarizado” –si se quiere-,
y es un producto más que se vende y, por tanto, puede
comprarse. Es un objeto de consumo de la sociedad. Y los
medios de comunicación se encargan de este tipo de
transacciones.
Cuando la relación consigo mismo ya no se basa en
el interés de sí por sí y la sexualidad se “vulgariza”, los
modos de subjetivación comienzan a tender hacia una
especie de individualismo que no hace más que indivi-
duar, precisamente, a los propios sujetos, pero sin esa
relación consigo mismos. Lo que es lo mismo que decir
que se subjetivan sin pensarse a sí mismos. Esto es lo que
facilita el ejercicio sobre ellos del control y del poder. Son
susceptibles de ser controlados, pues es parte de su
modo de ser.
Al propio tiempo, los medios de comunicación son
los productores de relaciones de saber. Desde hace ya
algunas décadas, han creado un nuevo concepto de ver-
dad: la información. Es la posesión de la información lo
que hace a la verdad en nuestra experiencia de la cultu-
ra. Verdad que, al producirse en el centro de relaciones
financieras y generar relaciones de consumo y de produc-
ción exacerbadas, es entendida como una cantidad. Esto

102 Revista de la Facultad 16, 2010


Experimentarnos como sujetos, hoy

es, la verdad se alcanza a medida que mayor cantidad de


información se maneja. El surgimiento de los grandes
procesadores de información no es en vano (por lo
demás, grandes procesadores que cada vez reducen más
su tamaño físico, para transformarse en pequeños dispo-
sitivos fáciles de transportar, y aumentan más su propia
capacidad de procesamiento de la información); se han
convertido en herramientas indispensables para los
modos de subjetivarse. La verdad devenida información
ha destruido esas relaciones que caracterizan a cada
experiencia de la cultura. La verdad se ha transformado
en un objeto codificado y que, por tanto, se hace necesa-
rio de-codificar, procesar. Por consiguiente, ya no hay
relaciones constitutivas de la misma, sino, por un lado,
fabricación de ella por parte de los que ejercen el poder y,
por el otro, esperanza de develamiento de la verdad como
información por parte de los que se subjetivan a sí mis-
mos en este tiempo.
Nos interesa remarcar que los medios de comunica-
ción son particularmente dúctiles a la hora de mediatizar
el ejercicio del poder y de, por lo tanto, ejercer el control
sobre los modos por medio de los cuales se constituyen a
sí mismos los sujetos en tanto tales. Aquellos proporcio-
nan una base “sólida”, fuerte para nuevos modos de suje-
ción mediática de los modos de subjetivación. En nuestra
experiencia de la cultura este fenómeno ha sido cada vez
más poderoso y efectivo. A tal punto esto es así, que los
medios de comunicación ya no sólo se limitan a condicio-
nar los modos de subjetivación, sino que también los
crean. En relación con esto último, estamos viviendo en
nuestro presente inmediato un “nuevo” modo de subjeti-
varnos y de estar atados al ejercicio del poder: la vehicu-
lización, a través de los medios de comunicación, de la
famosa influenza A, en su versión “perfeccionada”:
(H1N1). Se distingue de su origen: la influenza A (común),
sobre todo, por el rápido y fácil contagio del virus y asi-
mismo por las complicaciones que pueden producirse en
personas con algunas otras patologías diferentes, con las
que el virus reacciona agresivamente. No nos interesa
hacer un análisis detallado y meticuloso del nuevo virus

Revista de la Facultad 16, 2010 103


Sergio Claudio Devita

–que, por otro lado, no nos encontramos capacitados


para llevar a cabo-, sino una referencia a cómo, mediati-
zado, devenido información (o, mejor, mala información),
este produce modo/s de subjetivación particular/es.
Si bien la Organización Mundial de la Salud (OMS)
decretó el ascenso a un nivel 6 de la situación mundial, lo
que equivale a haber alcanzado el nivel de pandemia,
entendemos que los medios de comunicación, una vez
más, tergiversan los acontecimientos generando una
especie de caos y de psicosis en las sociedades y, sobre
todo, en los sujetos. Tergiversar los acontecimientos quie-
re decir, en última instancia, resignificar y re-enfatizar
ciertos aspectos que son convertidos en información, a
los fines de generar un tipo de reacción esquematizada.
Hablar constantemente de que las cifras de defunciones
no son nunca las verdaderas, de los números de casos de
contagio en aumento, de las insuficiencias de los sistemas
de salud para contener la enfermedad, de los niveles de
inconsciencia de la sociedad para cooperar en la lucha
contra el virus, etc., etc., no hace más que operar de
forma premeditada sobre los modos en que nos relacio-
namos con nosotros mismos: la psicosis y el caos produ-
cen una tendencia a una relación con nosotros mismos de
índole reclusiva (en el sentido de relacionarnos con nos-
otros mismos de un modo que ya no implica un cuidado
de nosotros mismos, un afecto de sí por sí, sino un cuida-
do del contagio de nosotros mismos; aunque también
recluirnos de los demás por lo mismo); producen prácti-
cas de nosotros mismos que tienen que ver con un con-
trol estricto de nosotros mismos. Insistimos en esto: el
cuidado de la enfermedad implica un cuidado de sí espe-
cial, un nuevo cuidado de sí. Sin embargo, estamos
haciendo referencia explícita y directa a nuevas formas de
constituirnos en sujetos a partir de acontecimientos histó-
ricos como estos, mediatizados y transformados por los
medios de comunicación.
Desde ya que producir nuevas formas de sujeción
de los sujetos y, por ende, de control social, en casos
específicos como el de la mencionada enfermedad, está
estrictamente vinculado, a su vez, con los intereses de los

104 Revista de la Facultad 16, 2010


Experimentarnos como sujetos, hoy

grandes detentadores del poder: en este caso, los grandes


laboratorios químicos y farmacológicos del planeta, que
ven en estas situaciones, grandes oportunidades de gene-
rar aun más dinero y aumentar, así, sus riquezas.
Una vez más, constituirnos a nosotros mismos a
partir de relaciones con nosotros mismos condicionadas o
ya creadas a partir de lo inmediatamente arriba dicho,
tiene como consecuencia no el pliegue del afuera y, por
tanto, pensarnos y constituirnos a nosotros mismos sino,
por el contrario, un no-pliegue (y nótese que no habla-
mos de des-pliegue, pues su significado no es el que viene
al caso) del pensamiento, una no-relación con nosotros
mismos. Debemos prestar mucha atención, no obstante,
a que un no-pliegue no cesa de constituir sujetos; esto es,
la no-relación es una forma de relación con nosotros mis-
mos. Pero es precisamente por ello que hablamos de ella
en tono despectivo y con cierta alarma, pues supone una
relación para con nosotros mismos que implica no pen-
sarnos a nosotros mismos como siendo-estos-que-somos.
En lo que concierne al segundo aspecto al que hici-
mos referencia al pasar más arriba, los modos de subjeti-
vación están también determinados por otro factor: el
modo en que nos subjetivamos como identificados y
determinados. Aquí tiene una especial relevancia y juega
un papel protagónico la cuestión de la memoria y del plie-
gue entendido como una absoluta memoria de la que
habla Deleuze.
En nuestra experiencia de la cultura, e inmanente-
mente vinculado con la cuestión de la memoria, parecería
ser que la particularidad del subjetivarse radica, en efec-
to, en la posibilidad de comprensión de nosotros mismos
en la medida en que vamos relatando(nos) nuestro propio
devenir temporal. Esto es, daríamos cuenta de nuestra
especificidad sujetados a la condición de recordarnos,
constantemente, a nosotros mismos como siendo estos
2 La noción de relatarnos a nos-
que somos. La identidad se constituye, de este modo,
otros mismos para, de ese
como aquello que lo humano más propiamente debería modo, reconocernos en nuestra
propia identidad y conservarla,
salvaguardar, proteger, y asimismo mantener en el tiem- es acuñada por P. Ricoeur, en su
po. Y sería en ese relato de nosotros mismos2 donde y obra Historia y narratividad.
Barcelona: Paidós, 1999.

Revista de la Facultad 16, 2010 105


Sergio Claudio Devita

como desplegamos nuestro propio ser.


Ahora bien, en ese despliegue de nuestro ser, no
estaríamos solos. Esto es, cada uno de nosotros llevaría a
cabo una acción del mismo estilo. De modo que nos
encontraríamos inmersos en un “mundo de narraciones”,
de relatos posibles. Es este “compartir” lo propio con los
demás lo que implicaría un sentimiento de “pertenencia”
o, mejor, de afinidad para con ellos; sobre todo, nos
encontraríamos como “formando parte” de diversos
“grupos humanos”. Estos grupos se encuentran determi-
nados espacio-temporal-culturalmente; se constituyen en
algo así como “conglomerados humanos” que comparten
modos de ser, en un espacio y tiempo definidos.
Entendemos que la noción de identidad refiere a
dos aspectos: 1) se relaciona directa y específicamente
con las nociones de tiempo y espacio. En este sentido, la
identidad resulta de una imposibilidad lógica. Pues, no es
posible que dos entidades se encuentren “al mismo tiem-
po y en el mismo lugar” como siendo una y la misma, por
lo que deberíamos hablar en tal caso de dos entidades
divergentes entre sí. Este primer aspecto, a su vez, nos
lleva al 2): la identidad refiere al mantenimiento de lo
mismo a través del tiempo, aunque no así necesariamen-
te con respecto al espacio. Este segundo aspecto adquie-
re una relevancia suma en lo que a los modos de subjeti-
vación respecta, pues sería cada uno –por sí mismo y, a su
vez, en el contexto del grupo- quien se mantiene como
siendo el mismo.
Es decir, nuestra experiencia de la cultura parece
condicionar y propiciar modos de subjetivación que impli-
quen una relación con nosotros mismos en términos de
narrarnos a nosotros mismos para reconocer-nos como
siendo los mismos.
En estrecha vinculación con esto se encuentra, de
este modo, la memoria. Esta se define, fundamentalmen-
te, por una capacidad, de cada modo de subjetivación de
una experiencia de la cultura, para traer a cada presente
recuerdos de un tiempo pasado. Es decir que, la memoria
es la que opera por medio de los diversos recuerdos una

106 Revista de la Facultad 16, 2010


Experimentarnos como sujetos, hoy

conexión con el pasado de cada modo de subjetivación


que se va dando en la historia. Es interesante prestar
atención a la cuestión de una memoria que se pone en
práctica en cada una de las experiencias de la cultura.
Pues, si bien los modos en que se hace posible subjetivar-
se en una época determinada están definidos o condicio-
nados por las relaciones que se mantienen con el saber y
el poder de/en la propia época, como asimismo con las
nuevas relaciones que se entablen con las fuerzas del
afuera, pareciera ser que la experiencia de la cultura guar-
daría vestigios –si así puede decirse- de otros tiempos
pasados, de otras épocas. Esto último, en el sentido de
que siempre preguntarse por condiciones de posibilidad
históricas de un presente y de un modo presente de sub-
jetivación, refiere a, precisamente, condicionamientos
anteriores en el tiempo que se constituyen como aquellos
que dieron lugar a ese presente acerca del que se cuestio-
na.
Debemos destacar, no obstante, que la memoria
puede operar de diversos modos, esto es, los recuerdos
pueden ser mediados de diferentes formas. Nos interesa
hacer hincapié en cómo lo hace en nuestra experiencia de
la cultura.
La memoria en nuestro presente está esencialmen-
te vinculada con la identidad; se transforma en la fuente
de ella. Es aquella la que da lugar a esta. Pues es la memo-
ria la que se encarga de que cada modo de subjetivación
guarde algún tipo de conexión con tiempos anteriores; se
ocupa de que el subjetivarse presente se vincule con el
pasado, manteniendo, cuanto menos, algunos aspectos
anteriores en el tiempo. Es precisamente este manteni-
miento en el tiempo lo que se traduce como un tipo de
sujeción en los modos en que nos relacionamos con nos-
otros mismos. La memoria se encarga de que nos consti-
tuyamos como individuos con una identidad y con una
consciencia específicas, determinadas, y que no varían.
Esto es lo que hace aun más fácil que el poder se estrati-
fique y las relaciones devengan ejercicio de aquel.
Nos subjetivamos como individuos con una identi-

Revista de la Facultad 16, 2010 107


Sergio Claudio Devita

dad dada y, entonces, coartamos la libertad de creación


de nosotros mismos; cerramos las posibilidades de nuevas
relaciones de fuerzas; circunscribimos el afuera y los
modos de relacionarnos con él. Esto implica que nuestro
propio pliegue del pensamiento quizá ya no sea tal, ya no
se doble sobre sí mismo; sino que dejamos de relacionar-
nos con nosotros mismos, dejamos de lado la inquietud
por nosotros mismos en tanto que nos afectamos a nos-
otros mismos. Pues ese afuera es visto como una especie
de niebla, “se ve” borroso. Y, entonces, se hace más difí-
cil pensarnos a nosotros mismos en la medida en que nos
constituimos a nosotros mismos. En nuestra experiencia
de la cultura, se tiene la certeza de ser quien se es; de ser
este y no aquel; y de ser conscientes de ello; pero sin
saber cómo hemos llegado a ello. Nos encontramos a
nosotros mismos como siendo los que somos y pregun-
tarse cómo ha sido eso posible, es prácticamente una pre-
gunta sin sentido o que no tiene respuesta.
Por el contrario, de lo que Foucault habla es del
pliegue como absoluta memoria. La relación consigo
mismo o del afecto de sí por sí mismo, al surgir como
doblamiento del sí para consigo mismo como otro inclui-
do, no hace más que verse a sí mismo y, precisamente,
entablar relaciones de fuerzas consigo. Este doblamiento,
este pliegue, siendo esa relación consigo mismo del pro-
pio afuera, es una memoria del sí mismo por sí mismo, y
es absoluta por ser específicamente una relación de fuer-
zas que se mantiene entre él mismo y algo así como un
otro incluido en ese sí mismo ahora relacionado. La abso-
luta memoria surge de la absoluta relación consigo
mismo que se da en el adentro del pensamiento, que se
pliega sobre sí mismo.
La memoria no vendría a operar del modo que lo
hace en nuestra experiencia de la cultura, sino que ella
misma es derivada del pliegue del pensamiento, del plie-
gue del afuera, permitiendo que las relaciones de fuerzas
que se dan a partir del afecto de sí por sí, puedan quizá
tener una especie de correlato literario. Es decir, podría
surgir algo así como una literatura memorística que no
hace más que “registrar” –si se puede decir así- aquellas

108 Revista de la Facultad 16, 2010


Experimentarnos como sujetos, hoy

relaciones de fuerzas. Pero, como dijimos, la memoria


absoluta surge por el pliegue mismo del pensamiento.
Esto último la sitúa en un punto de vista radical-
mente diferente, pues ya no es entendida como aquello
que permite operar el poder sobre los modos de subjeti-
vación, sino que surge de las relaciones que el sí mismo
crea y mantiene consigo mismo. Es decir que, en este sen-
tido, la memoria a partir del pliegue del pensamiento,
entra en relación, a su vez, con las relaciones de saber y
de poder propias de cada experiencia de la cultura. No
facilita el control de los modos en que se constituyen a sí
mismos los sujetos, sino que ella misma es constituida en
ese proceso de subjetivación de los sujetos. Es, de este
modo, una relación más de una experiencia de la cultura.

Concluyendo…

Entendemos que la inquietud de sí de los griegos a


la que hicimos referencia, así como al pasar, al comienzo
del trabajo, ya no es una relación posible en nuestra expe-
riencia de la cultura, pues nos encontramos en otra dife-
rente de aquella que proporcionó los lineamientos gene-
rales para que ese afecto de sí por sí mismo fuese posible.
Vale decir, las condiciones de posibilidad históricas se han
modificado, son otras muy distintas. Por consiguiente,
dan lugar a otro tipo de relaciones de fuerzas y otro tipo
y modos de subjetivarnos. La cuestión radica en encontrar
precisamente cuáles son esas condiciones o, cuanto
menos, preguntarse por ellas.
Luchar contra las formas de sujeción del poder, que
crean relaciones infértiles y petrificadas con la verdad;
atender a las líneas trasversales de fuerzas que atraviesan
la zona de los estratos y la rompen; crearnos a nosotros
mismos como pensándonos a nosotros mismos, en estre-
cha vinculación con nosotros mismos, como aquello que
permitirá nuevas relaciones de poder y de saber, que
implicarán asimismo nuevas relaciones con el afuera; nue-
vos modos de plegarnos, de doblarnos a nosotros mismos
y constituirnos en líneas de fuga que permitan pensarnos

Revista de la Facultad 16, 2010 109


Sergio Claudio Devita

como siendo-estos-que-somos.
No debemos llorar la muerte de los
griegos…Debemos seguir pensando en nosotros mismos
y en el modo en que nos constituimos como sujetos en
nuestro tiempo.

BIBLIOGRAFÍA

DELEUZE, G (2003). Foucault. Buenos Aires: Paidós.


RICOEUR, P (1999). Historia y narratividad. Barcelona:
Paidós.

110 Revista de la Facultad 16, 2010


Revista de la Facultad 16, 2010 111-138

La descalificación como
estrategia discursiva:
El caso del plan
María Palmira Massi*
conectarigualdad.com.ar1 mpmassi@fibertel.com.ar

Resumen

Los medios de comunicación masiva que abordan discurso de oposición – Nueva


Retórica – desinformación –
la realidad política de un país –tanto impresos como manipulación mediática
audiovisuales- constituyen lugares de posicionamiento
ideológico respecto de la gestión del gobierno de turno.
En efecto, los periódicos Clarín, La Nación y Crítica de la
Argentina –que pertenecen a los grandes monopolios
mediáticos– construyen hoy un discurso de oposición
mediante el cual se auto-representan como adversarios
de la actual presidente de Argentina CFK.
Desde el marco teórico y metodológico provisto
por la Nueva Retórica, con algunos aportes de la Teoría de
la Enunciación y la Lingüística Crítica, este trabajo exami- 1 Este trabajo forma parte del
na la cobertura del anuncio del plan proyecto Hacia una retórica de
la palabra adversativa. Medios y
conectarigualdad.com.ar por parte de la actual mandata- conflictividad política (2010-
2012), actualmente en ejecución
ria en los tres medios de prensa de mencionados.
en Facultad de Lenguas y
Nuestro análisis se focaliza en la agenda de los Facultad de Derecho y Ciencias
Sociales, Universidad Nacional
medios relevados, esto es, la selección y el orden de del Comahue, Argentina.
importancia que se le otorga a los temas, y el tratamien-
* María Palmira Massi, magís-
to del recorte de la actualidad. El análisis comprende las
ter en Lingüística, es profesora
estrategias discursivas más recurrentes que llevan a la titular en la Facultad de
Lenguas de la Universidad
desinformación y la manipulación mediática (e.g. relegar Nacional del Comahue y co-
o minimizar información, otorgar protagonismo a datos directora del Proyecto de
Investigación “Hacia una retó-
irrelevantes, ignorar información relevante, instalar un rica de la palabra adversativa.
tópico en forma reiterada, forzar interpretaciones de los El discurso de oposición en los
medios gráficos” (D 082)

Revista de la Facultad 16, 2010 111


María Palmira Massi

hechos, argumentar en base a premisas falsas y distorsio-


nar datos, entre otras).
El artículo pretende mostrar de qué modo se utiliza
el discurso con el objetivo de restringir el acceso a la infor-
mación. Las conclusiones permiten aseverar que los
medios relevados publican aquello que les conviene.

112 Revista de la Facultad 16, 2010


La descalificación como estrategia discursiva

Discredit as discourse strategy:


the case of
conectarigualdad.com.ar project

Print and audiovisual mass media addressing the discourse of direct opposition-
New Rethoric studies- disinfor-
political reality of a country create a niche for ideological
mation-media manipulation
positioning regarding the government in office.
Newspapers like Clarín, La Nación and Crítica de la
Argentina, owned by mass media monopolies, develop a
discourse of direct opposition by which they self-repre-
sent as the adversaries of President Cristina Kirchner.
From the theoretical and methodological frame-
work provided by New Rethoric studies with contribu-
tions from Enunciation Theory and Critical Linguistics, this
paper examines the coverage of conectarigualdad.com.ar,
a project launched by President Cristina Kirchner in the
print media mentioned above.
We focus our analysis on the agenda of the mass
media surveyed, that is, selection and order of impor-
tance given to the topics and the treatment of current
affairs.
The analysis comprises the more recurring dis-
course strategies which lead to disinformation and media
manipulation (i.e. relegating or minimizing information,
giving a prominent role to irrelevant topics, ignoring rel-
evant information, reiterating the same information, mis-
leading readers into inaccurate interpretation of facts and
false premises, distorting data, etc.).
This paper aims at showing the way discourse is
used to restrict the access to information. The result of
the survey showed that the media surveyed only publish
what favors them.

Revista de la Facultad 16, 2010 113


María Palmira Massi

114 Revista de la Facultad 16, 2010


La descalificación como estrategia discursiva

Introducción

Los medios de prensa cumplen un rol de singular


importancia en la sociedad. Justamente por ser medios de
comunicación masiva, de carácter supuestamente inde-
pendiente, proveen información general con una periodi-
cidad diaria. Borrat (1989) da por supuesto que “todo
medio es un actor puesto en interacción con otros acto-
res del sistema social”. El diario o periódico, en particular
–afirma el autor– ha de ser considerado como un verda-
dero actor político, a quien define como “un actor colec-
tivo capaz de afectar el proceso de toma de decisiones en
el sistema político” de un país. Para que un periódico
independiente de información general cumpla adecuada-
mente sus funciones en el sistema democrático –sostiene
Borrat– deberá ser objeto permanente de un análisis críti-
co riguroso similar al que se hace a aquellos otros actores
que ocupan el poder, o que pugnan por él, o que influyen
sobre él.
En efecto, en la actualidad, varios diarios naciona-
les ponen en acción su influencia e intentan afectar el
comportamiento de ciertos actores de un modo favorable
a sus propios intereses: tratan de influir sobre el gobier-
no, sobre los partidos políticos, la justicia, los movimien-
tos sociales y la audiencia. Desde esta perspectiva, sus dis-
cursos resultan de sumo interés para realizar un análisis
pormenorizado de los recursos y las estrategias lingüísti-
cas que despliegan con el objetivo de imponer sus agen-
das y sus opiniones.
Como comunicador de un discurso polifónico sobre
la actualidad política, social, económica y cultural dirigido
a una audiencia de masas, el periódico relata y también
comenta aquellos eventos o acontecimientos noticiables
que el cuerpo editorial ha decidido incluir y jerarquizar en
sus temarios.
La columna de opinión aparece con regularidad en
los medios de prensa contemporáneos. Esta periodicidad
confiere a los textos elaborados por columnistas un
emplazamiento destacado y diferenciado en el espacio

Revista de la Facultad 16, 2010 115


María Palmira Massi

redaccional. La temática no delimita un temario específi-


co: Borrat (1989) distingue entre la columna de temario
general –que puede versar sobre cualquier tema– y la
columna política. En este trabajo nos interesa esta última,
ya que se focaliza en el comentario de información rela-
cionada con anuncios políticos de alcance nacional. La
columna política, por comprender el análisis de eventos
de la actualidad, la opinión y la valoración de un determi-
nado evento, presenta fuertes manifestaciones de subje-
tividad en los textos. La selección de argumentos, la dis-
posición de los mismos y la elaboración lingüística dan
cuenta del intento de crear un efecto en la audiencia al
marcar prescripciones –lo que se debe o no se debe
hacer–, o al anunciar consecuencias posibles con un tono
profético o apocalíptico. De este modo, también resulta
posible determinar la intencionalidad y el posicionamien-
to del columnista y del medio de prensa en relación con
el evento de referencia.

El discurso de oposición: corpus

El presente artículo explora el discurso de oposi-


ción, entendido como contradiscurso, esto es, la utiliza-
ción de la palabra como palabra adversativa para expre-
sar concretamente rechazo a la gestión del gobierno
nacional. En la materialización lingüística de tal oposi-
ción, algunos medios de prensa representan un contrapo-
der en relación con el gobierno de turno. Si bien el carác-
ter polémico del discurso político es parte de las reglas del
juego, en la oposición de algunos medios se advierte un
discurso agresivo que intenta desautorizar la legitimidad
del gobierno como enunciador y destruir –más que criti-
car– sus argumentos.
El evento seleccionado para ejemplificar la afirma-
ción precedente es la presentación del plan conectarigual-
dad.com.ar, el cual tuvo lugar a través de un anuncio pre-
sidencial el 6 de abril de 2010. El corpus de análisis cons-
ta de una selección de columnas de opinión provenientes
de los siguientes medios de prensa: Clarín, La Nación y

116 Revista de la Facultad 16, 2010


La descalificación como estrategia discursiva

Crítica de la Argentina, todos periódicos de alcance nacio-


nal.
La columna de opinión es un formato periodístico
que se utiliza para expresar un amplio espectro de comen-
tarios a favor o en contra de cuestiones sociales y políti-
cas que contribuyen a la formación de opinión pública. Su
intención es proveer una evaluación de la realidad en el
momento en que suceden los acontecimientos noticia-
bles, por lo tanto sus características son su alto potencial
persuasivo expresado a través de los juicios que formula
el autor (Gómez Calderón, 2004).

Marco teórico y metodología

El marco teórico-metodológico que proporciona el


andamiaje al trabajo está provisto por la Nueva Retórica,
también conocida como la Teoría de la Argumentación
elaborada por Chaïm Perelman y Loucie Olbrechts-Tyteca.
El análisis se realiza en tres de sus instancias de elabora-
ción discursiva: inventio, dispositio y elocutio.
La inventio comprende la selección de argumentos
en la elaboración de un texto con el objetivo de persuadir
a la audiencia acerca del razonamiento del emisor.
Constituye una suerte de superestructura lógica, un entra-
mado de razones que se presentan con el objetivo de favo-
recer la aceptación de la tesis central por parte del lector.
La dispositio hace referencia al modo en que los argu-
mentos anteriormente descriptos se ordenan o disponen a
lo largo del texto de opinión. A veces, se adopta una
macroestructura argumentativa de carácter deductivo,
aunque también puede ser inductiva o circular. En esta ins-
tancia, resulta de singular interés explorar el uso de conec-
tores contra-argumentativos del tipo de pero, sin embar-
go y otros, como así también el uso estratégico de citas,
elementos mitigadores o reforzadores, y las estrategias
argumentativas que contribuyen a reforzar la intencionali-
dad y el posicionamiento del productor del texto.
Finalmente, la elocutio refiere a la elaboración textual, el
uso del léxico, las figuras retóricas, la intertextualidad –la

Revista de la Facultad 16, 2010 117


María Palmira Massi

alusión a otros textos, la utilización de citas, entre otros


recursos–. De este modo, se cubre el análisis de los aspec-
tos temáticos, estructurales y argumentativos más relevan-
tes en los artículos de opinión periodística seleccionados.
Esta perspectiva teórico-metodológica se comple-
menta con aportes de la teoría de la enunciación (Kerbrat-
Orecchioni, 1997; Ducrot, 2001) y la lingüística crítica
(Fairclough, 1995; van Dijk, 1999). De la teoría de la enun-
ciación tomamos la noción de que el discurso es el lugar
de construcción del sujeto, por lo tanto, existen marcas
lingüísticas que revelan su posicionamiento. Por su parte,
la lingüística crítica nos provee un andamiaje conceptual
de suma utilidad para el abordaje del discurso de opinión.
Nos interesa resaltar la concepción del discurso como un
entramado de elementos interrelacionados e interdepen-
dientes entre sí: el texto y sus elementos constitutivos, la
práctica discursiva que el usuario realiza mediante sus
textos y la práctica social que revela el posicionamiento
ideológico del productor textual (Fairclough, 1995).
Adherimos al concepto de ideología formulado por esta
corriente que la concibe como “una forma de cognición
social que está conformada por normas, valores, objetivos
y principios socialmente relevantes que el productor tex-
tual selecciona a fin de favorecer determinadas interpre-
taciones y acciones en las prácticas sociales” (van Dijk,
1999).
Las categorías de análisis que constituyen los
aspectos centrales de exploración lingüística compren-
den: 1. los titulares del día del anuncio a fin de examinar
el rol asignado a los principales actores sociales en los
resúmenes temáticos de la información, la jerarquización
de la información, el espacio destinado a transmitir la
noticia y la agenda del medio de prensa; 2. los tópicos
seleccionados y su recurrencia en las columnas de opinión
que conforman el corpus; 3. las estrategias argumentati-
vas más frecuentes; 4. el léxico y las redes semánticas que
se utilizan para deslegitimar la acción del gobierno; 5. el
análisis enunciativo (índices pronominales y deícticos) que
revela el posicionamiento ideológico del columnista y del
periódico.

118 Revista de la Facultad 16, 2010


La descalificación como estrategia discursiva

La síntesis del análisis de los aspectos señalados


permitirá dilucidar cómo cada medio de prensa se posi-
ciona en relación a la gestión presidencial actual –a quien
configura claramente como el contradestinatario o adver-
sario ideológico (Verón, 1987)–, con quién dialoga o com-
parte ideas similares –prodestinatario–, a quién se dirige
para lograr su adhesión con la mayor fuerza persuasiva
–el paradestinatario– y, finalmente, cómo predispone al
prodestinatario y al paradestinatario en forma negativa
hacia la imagen de CFK.

El evento, acontecimiento o hecho noticiable

El martes 6 de abril de 2010, la presidenta Cristina


Fernández de Kirchner anunció el plan
conectarigualdad.com.ar, a través del cual el gobierno se
comprometió a entregar tres millones de computadoras
portátiles (netbooks) a alumnos y docentes de colegios
secundarios de todo el país.
El anuncio se formalizó en un acto realizado en el
Teatro Nacional Cervantes, en Buenos Aires. Ante la pre-
sencia de sus colaboradores, la presidenta explicó que en
la primera parte del programa se entregarán 250.000
computadoras a alumnos de nivel secundario entre abril y
octubre de este año. El objetivo es que en tres años todos
los alumnos y docentes del nivel medio tengan su propia
netbook.

Las reacciones en la prensa durante los días posterio-


res al anuncio presidencial

A lo largo del proceso de producción, el periódico


debe tomar decisiones de exclusión, inclusión y jerarqui-
zación acerca de los hechos y conflictos noticiables, las
fuentes y los datos suministrados por ellas, los actores, los
hechos, las ideas, las tendencias de la actualidad, los
temas ya construidos y los textos ya escritos sobre el tema
central del evento del que se dará cuenta. En primer lugar,

Revista de la Facultad 16, 2010 119


María Palmira Massi

entonces, presentamos el análisis de las tapas y la cober-


tura del evento en los medios seleccionados.

En su tapa del día miércoles 7 de abril de 2010,


Clarín no otorga visibilidad al evento. Resalta el embargo
a un ex-funcionario de la gestión de Kirchner y los logros
futbolísticos de Messi en Barcelona. También destaca
otros hechos noticiables como, por ejemplo, una inunda-
ción en Brasil y crímenes motivados por el consumo de
paco. Alude al anuncio presidencial en una línea a pie de
página con el siguiente texto: FRASE DEL DÍA: Presidenta
Cristina Kirchner, al anunciar la entrega de 3 millones de
computadoras a alumnos de escuelas públicas: “Me sien-
to la Sarmiento del Bicentenario”. De este modo, introdu-
ce la noticia que luego desarrolla en la página 30.
El jueves 8 de abril, publica un artículo acerca de las
limitaciones técnicas de las “netbook oficiales” (sic), esto
es, las computadoras que se entregarán en el marco del
plan conectarigualdad.com.ar. Asimismo, incluye una
columna de opinión firmada por Ricardo Roa que se titu-
la Populismo.com.ar (Ver Apéndice 1).

120 Revista de la Facultad 16, 2010


La descalificación como estrategia discursiva

Por su parte, Crítica de la Argentina otorga un


espacio en la columna superior de la portada, con una
pequeña foto de CFK durante el anuncio del nuevo pro-
grama, que está acompañada por el siguiente texto:
Gloria y loor, honra sin par. “Me siento Sarmiento”. Dijo
la Presidenta al anunciar un plan para la entrega de 3
millones de computadoras a docentes y alumnos de cole-
gios públicos secundarios. La inversión es de 750 millones
de dólares.
En las páginas 16 y 17, en la sección Sociedad, el
medio de prensa incluye la crónica de la noticia, que
acompaña con dos columnas de opinión: Un sentido
pedagógico, cuyo autor es Fabio Tarasow, y Lo que sobró
de un anuncio histórico, firmada por Diego Schurman
(Ver Apéndice 2).
Finalmente, La Nación no incluye la noticia de refe-
rencia entre sus titulares de primera plana. En la sección
Cultura, publica la nota de opinión Una legión de
Sarmientos de Carlos Pagni, que se basa en el análisis de
la frase “Me siento la Sarmiento del Bicentenario”, profe-
rida por la presidenta en la presentación del programa. En

Revista de la Facultad 16, 2010 121


María Palmira Massi

la sección Ciencia/Salud incluye una columna que Nora


Bär titula De máquinas y personas (Ver Apéndice 3).

Las columnas de opinión en los medios analizados

Columna 1: Populismo.com.ar

Insumos Evaluación
Las pruebas PISA revelan pobre rendimiento Ninguno de los países relevados cayó tanto
en matemáticas, lengua y ciencia en adoles- entre 2000 y 2006 como Argentina
centes argentinos … una buena herramienta para achicar la bre-
Las netbooks son herramientas cha digital
Una computadora cada 55 estudiantes
la proporción que tenía Chile hace diez años
Por tercera vez, el Gobierno promete que
cada alumno de un secundario público ten- Es un avance que no resuelve la cuestión de
drá una netbook fondo de la educación
Puede acercar el acceso a la información y
Pero el problema es que muchos chicos no facilitar el trabajo
saben “leer” la información que reciben ni Más que demasiado para un plan de compu-
interpretarla. Ni mucho menos analizarla tadoras, por muy necesarias que sean
con espíritu crítico
Pese a semejantes falencias, la Presidente se
autoproclamó “la Sarmiento del
Bicentenario”
Otras comparaciones realizadas por la
Presidente (Keops). Ahora con “el prócer”
que:
-impulsó como nadie la educación, toda la
educación igualitaria y pública
-democratizó la alfabetización
-desarrolló la capacitación docente y
fundó institutos de todo tipo

El título Populismo.com.ar alude al nombre del


plan anunciado por la presidenta. La selección de la pieza
léxica populismo conlleva un ideologema de carácter
negativo dada la significación y la connotación del térmi-
no. Resulta evidente que la intención -al menos en el títu-
lo- no es ponderativa.
Al comienzo de la columna se hace referencia a
pruebas internacionales que determinan el nivel de cono-
cimiento en áreas como matemáticas, lengua y ciencias.

122 Revista de la Facultad 16, 2010


La descalificación como estrategia discursiva

La selección de este argumento tiene el objetivo de seña-


lar el deterioro de los niveles de rendimiento en la pobla-
ción estudiantil en Argentina. El autor señala la utilidad
de las netbooks y expresa valoración positiva –una buena
herramienta, es un avance, puede acercar el acceso a la
información y facilitar el trabajo– al tiempo que puntuali-
za que el nuevo plan anunciado por el gobierno no resuel-
ve la cuestión de fondo de la educación argentina. El
“problema” es que muchos chicos –destaca la columna–
no saben ni leer, ni interpretar la información, y mucho
menos, analizarla con espíritu crítico. En el segmento final
del texto, el autor destaca que la Presidenta ignora las
falencias mencionadas y, a pesar de ellas, se autoprocla-
mó “la Sarmiento del Bicentenario”. Enumera una lista de
hechos ejecutados por el prócer en cuestión a fin de esta-
blecer la diferencia con los logros alcanzados por la actual
mandataria y concluye con una valoración altamente
negativa de la frase proferida por CF.
Los insumos básicos del texto, en síntesis, son la
utilidad de las netbooks y su contraposición al “proble-
ma” que genera la imposibilidad de lectura, interpreta-
ción y análisis de la información. Luego el autor cuestio-
na la cita textual de la frase utilizada por la presidenta y
la descalifica al considerarla más que demasiado para un
plan de computadoras. Al disponer los argumentos de
este modo –reconocimiento de los aspectos positivos de
una medida, presentación de problemas que, aparente-
mente, no fueron atendidos ni resueltos, desmesura en el
uso de una frase comparativa– el autor de la columna
desplaza la atención de la propuesta en sí misma al hacer
hincapié en el problema y la inadecuada mención de la
frase “la Sarmiento del Bicentenario”.
La estrategia argumentativa recurre a la utilización
del conector contra-argumentativo pero, a través del cual
se eliminan o atenúan algunas o todas las conclusiones
que pudieran inferirse de la argumentación anterior, y del
conector contra-argumentativo pese a, que introduce el
argumento de mayor fuerza discursiva. Montolío 2001
observa que los argumentos pueden “ganar” o “perder”

Revista de la Facultad 16, 2010 123


María Palmira Massi

la “batalla dialéctica” según el conector que se utilice al


establecer una relación entre dos temas o ideas.
La autora distingue entre conectores que introdu-
cen argumentos débiles –aunque, si bien, pese a, a pesar
de (que)– y los que presentan argumentos fuertes –pero,
sin embargo, no obstante, ahora bien, entre otros–. Estos
últimos introducen una información inesperada que “se
desvía de la línea argumentativa previa y conduce a una
conclusión diferente de la que se esperaría del primer
argumento” (Montolío 2001:62). En otras palabras, el
segmento informativo introducido por un conector como
pero, por ejemplo, resulta en un argumento antiorienta-
do que invalida la conclusión o inferencia que podría
deducirse del primer segmento (Portolés 1998:204).
Las descalificaciones relevadas proveen un claro
ejemplo de la utilización de la argumentación ad-homi-
nem como estrategia discursiva. De carácter contra-argu-
mentativo, esta estrategia se pone en evidencia cuando
en lugar de refutar la posición del oponente o adversario
se ataca a la persona que la emite y se intenta descalifi-
carla. No existe una refutación de posiciones sobre el
tema en cuestión en base a razonamientos objetivos y
lógicos. La deslegitimación se canaliza a través del ataque
personal y la acusación, que pone en tela de juicio la
intencionalidad del adversario. Se invalidan así su pensa-
miento, su argumentación y sus acciones.
(ver cuadro pag. siguiente)
Este artículo presenta una breve descripción de las
características de las netbooks Exomate 3G que se repar-
tirán entre alumnos de escuelas técnicas y señala una
serie de “problemas” o “limitaciones”. Aclara que el
anuncio de la Presidenta es el tercer intento por lograr el
ansiado 1:1 (una computadora por chico) y de este modo
resalta el carácter de “intento”, indicando que los dos
anuncios anteriores no llegaron a concretarse. Aunque el
autor minimiza las cualidades de la netbook –la maquini-
ta ofrece una pantalla… siempre y cuando el alumno
coloque una SIM Card en la ranura–, es importante seña-
lar que, técnicamente, esta configuración es superior al

124 Revista de la Facultad 16, 2010


La descalificación como estrategia discursiva

Columna 2: Las netbook oficiales, con limitaciones técnicas

Insumos Evaluación
Se adquirieron, con fondos del ANSES, 250 El programa lanzado por la presidenta consti-
mil portátiles… tuye el tercer intento en pocos meses por
Las netbooks fueron desarrolladas por lograr el ansiado 1:1
Intel… Localmente, las ensambló la firma La maquinita ofrece una pantalla…
EXO…
Siempre y cuando el alumno coloque una SIM
Para el acceso a Internet dispone conexión
card…
Wi-Fi y 3G

Una de las características de estos equipos Es complicado realizar más de una tarea al
es su limitación técnica mismo tiempo
Su vida útil está estimada en tres años Es imposible mejorar su configuración
El anuncio oficial fue que estos aparatos son La duración de la batería está muy restringida
entregados en comodato, a modo de incen- Luego, se vuelven obsoletas, lentas, y esto sin
tivo, pero los alumnos se podrán quedar con considerar el desgaste que sufren sus compo-
la máquina nentes internos

Que a esta altura será tan sólo un inútil


recuerdo como el guardapolvo firmado por
todos

estándar de las netbooks del mercado. Cuenta, por ejem-


plo, con un diferencial no hallado en el 99% de las ultra-
portátiles del mercado, ni siquiera en los equipos de
gama alta: un módem 3G incorporado, para usar la
banda ancha celular. Además, incluye la última norma Wi-
Fi (802.11n) y conectividad Bluetooth, dos cuestiones que
no están disponibles en equipos que ronden los 2.000
pesos (Fuente: RedUsers).
Luego se enumeran otras limitaciones y se resaltan
los aspectos negativos de la netbook en cuestión –señala-
dos a través de términos desvalorizantes como complica-
do, imposible, restringido, obsoleto, lento–. Un aspecto a
resaltar es la observación que se hace sobre la duración
de la batería –…muy restringida, algo que se va acortan-
do con cada carga. Su vida útil está estimada en tres
años…–. No es preciso ser experto en computación para
saber que las baterías de todo material se degradan con
el tiempo. Respecto de que se vuelven obsoletas, lentas,
es conocido que cualquier dispositivo electrónico, espe-

Revista de la Facultad 16, 2010 125


María Palmira Massi

cialmente las computadoras, tienen un período de obso-


lescencia que está determinado por el mayor o menor
grado de avance en la materia. Según la evaluación de
RedUsers, “las aplicaciones educativas y la navegación por
Internet –las más requeridas por los alumnos– no son las
más exigentes en cuanto a hardware.
Las computadoras se vuelven lentas sólo por dos cuestio-
nes. Una objetiva: si el disco se llena de datos (instalación
de muchas aplicaciones, mal mantenimiento, etc.); y otra
subjetiva: una computadora de hoy será, irremediable-
mente, más lenta que aquellas que se lancen dentro de
cinco años”.
La evaluación final –… los alumnos se podrán que-
dar con la máquina. Que a esa altura será tan sólo un
inútil recuerdo como el guardapolvo firmado por todos–
descuella por su marcado carácter subjetivo y descalifi-
cante; además, no está evaluando la utilidad actual sino
en una progresión que comprende tres años: todo equi-
po electrónico resultará obsoleto y limitado entonces.
Resulta evidente que la profusión de calificativos pone de
manifiesto el objetivo de desvalorizar la medida tomada
por el gobierno a través de la crítica de las netbooks.
La estrategia argumentativa de este texto es la enu-
meración de los aspectos negativos del producto a través
de profecías catastróficas y su desvalorización en función
de los argumentos vertidos. Resulta una argumentación
deductiva, en la que cada idea que se introduce contribu-
ye a respaldar la premisa central: las limitaciones o defi-
ciencias de “las netbook oficiales” (sic), otro ideologema
con alta connotación negativa.

Diario LA NACIÓN

Columna 1: Una nación de Sarmientos


(ver cuadro pag. siguiente)
El título de este texto refiere en forma directa a la
frase utilizada por la presidenta al finalizar el discurso en
el que anunció el plan. La estrategia empleada es la ironía
al desacreditar a la primera mandataria e insinuar que ella

126 Revista de la Facultad 16, 2010


La descalificación como estrategia discursiva

Insumos Evaluación
CK volvió a experimentar ayer la sensación de Una sensación casi cotidiana en ella…
estar protagonizando un nuevo récord
Dijo que la distribución de tres millones de
notebooks entre alumnos de la secundaria la
hacía sentir “la Sarmiento del Bicentenario”
Pero ayer incurrió en algunos errores de con- La Presidente cae a menudo en esa exaltación
cepto estadística… Esta inclinación a ver los propios
El más obvio atañe al papel de Sarmiento en días como una sucesión incesante de efemé-
la historia de la educación rides suele ser una manifestación más o
Lista de los logros de Sarmiento: menos simpática de autoestima
-escribió Método de lectura gradual y
Educación popular
-fundó el colegio Santa Rosa de San Juan
-dirigió la primera escuela normal de
América latina en Chile
-creó los colegios nacionales de Santiago
del Estero, Tucumán, Jujuy, Catamarca y
Corrientes
-durante su gobierno abrió 800 escuelas,
triplicó la cantidad de alumnos y duplicó la
de maestros
-fundó la Escuela Normal, la Facultad de
Ciencias Físicas y Matemáticas, la
Academia de Ciencias, el Colegio Militar, la
Escuela Naval y cientos de bibliotecas
La distribución de notebooks debe ser aplau-
populares
dida como un avance instrumental, pero no
-inspiró la ley de educación 1420 garantiza, como sugirió, la superación de la
-creó el Observatorio Astronómico de brecha digital. Mucha gente usa la computa-
Córdoba dora sólo para jugar al solitario. Confundir
La presidente se confundió también sobre el una política educativa con la difusión de tec-
significado de su propia medida. nología es no discernir lo principal de lo acce-
sorio
Incumplimiento del gobierno y problemas de
la calidad educativa en Argentina:
-en 2005 el Estado se comprometió a que
este año el 30% de las escuelas serían de
doble jornada, pero sólo el 7% lo son
-en 1997, la Argentina era, según la
Unesco, el 1º o 2º país de América latina A la educación argentina le haría falta hoy
en calidad educativa; en 2007 era el 8º o el una legión de Sarmientos
9º Otros aspectos del cotejo son más banales
-según pruebas internacionales, la com-
prensión lectora de los alumnos va en des-
censo

Revista de la Facultad 16, 2010 127


María Palmira Massi

-el año pasado, 22 provincias incumplieron


la obligación de impartir 180 días de clase

La Presidenta desatará una polémica sobre el


precio de las computadoras, ya que el año
pasado el Gobierno protegió a los industria-
les amigos cargando sobre los consumidores
locales de ese producto un costo adicional Hasta donde se sabe, Sarmiento no hacía
del 30% negocios con amigos

misma y la educación en Argentina en general necesitarí-


an hoy una legión de Sarmientos.
En primer lugar, el columnista destaca la insistencia
de la presidencia en considerarse protagonista de nuevos
récords y cita la frase “la Sarmiento del Bicentenario”.
Cada referencia a un hecho puntual está acompañada por
un comentario de carácter valorativo que resalta la pre-
sunta megalomanía de la presidenta, a la que justifica
como una manifestación más o menos simpática de auto-
estima. Luego utiliza el conector contra-argumentativo
pero a fin de puntualizar los errores de concepto de CF y
luego detallar la lista de logros de Sarmiento que, al pare-
cer, resulta de difícil comparación con la de cualquier otro
prócer de la historia, y, mucho menos, con los logros en
educación de cualquiera de los presidentes argentinos
desde el retorno de la democracia hasta la fecha.
Destaca luego otra confusión de la presidenta al
generar dudas sobre la medida anunciada, con una proli-
feración de datos estadísticos confusos (en 2005 el
Estado se comprometió a que este año el 30% de las
escuelas serían de doble jornada, pero sólo el 7% lo son;
en 1997, la Argentina era, según la Unesco, el 1º o 2º país
de América latina en calidad educativa; en 2007 era el 8º
o el 9º; según pruebas internacionales, la comprensión
lectora de los alumnos va en descenso; el año pasado, 22
provincias incumplieron la obligación de impartir 180 días
de clase).
El columnista se ocupa fundamentalmente de
generar dudas acerca de la distribución de las computa-
doras y utiliza la estrategia de la concesión aparente (van

128 Revista de la Facultad 16, 2010


La descalificación como estrategia discursiva

Dijk, 1999) al recurrir al conector contra-argumentativo


pero con el objetivo de desacreditar la medida: La distri-
bución de notebooks debe ser aplaudida como un avan-
ce instrumental, pero no garantiza, como sugirió, la supe-
ración de la brecha digital. Mucha gente usa la computa-
dora sólo para jugar al solitario. La concesión aparente es
un movimiento semántico que consiste en mostrar solida-
ridad con la medida tomada por el oponente, pero al
mismo tiempo argumentar –sobre la base de hipótesis y
presupuestos del hablante– la inviabilidad de la propues-
ta. Esta estructura argumentativa corresponde al patrón
clásico sí... pero..., en el que el hablante manifiesta acep-
tación de una premisa, a la que luego refuta con sus obje-
ciones. Según van Dijk (1999), este movimiento contribu-
ye a implementar las estrategias de auto-presentación
positiva (La medida debe ser aplaudida como un avance)
a fin de mantener la imagen –aunque mitigada por la
impersonalidad–, y de representación negativa del otro
(expresada a través del contenido semántico que sigue al
pero).
Esta sección del texto cierra de un modo aparente-
mente deductivo, con una conclusión que resulta confusa
por el modo de disposición de los argumentos y el uso de
la negación: Confundir una política educativa con la difu-
sión de tecnología es no discernir lo principal de lo acce-
sorio. La estrategia argumentativa del columnista consis-
te en señalar los errores y las confusiones puestas en evi-
dencia por la presidenta e imponer su propio criterio acer-
ca de las medidas que considera prioritarias. Finalmente,
introduce un argumento a modo de predicción que rela-
ciona –nuevamente de modo confuso– con supuestas
negociaciones a favor de industriales amigos, para luego
cerrar el texto con una nueva alusión a Sarmiento y una
diferencia adicional entre el ilustre prócer y la actual pre-
sidente: Hasta donde se sabe, Sarmiento no hacía nego-
cios con amigos.
Como en la columna Populismo.com.ar del diario
Clarín, a través de la argumentación ad-hominem, el
columnista de La Nación describe al oponente –la presi-
dente– como poco fiable, con contradicciones o ideas que

Revista de la Facultad 16, 2010 129


María Palmira Massi

carecen de claridad. De este modo, incita a la audiencia a


la pérdida de credibilidad en su accionar. Nuevamente
estamos en presencia de un ataque dirigido hacia el hom-
bre –o más bien, hacia la mujer–, no hacia sus razona-
mientos. La columna resulta, entonces, un manejo agresi-
vo y tendencioso de la opinión de la audiencia.

Columna 2: De máquinas y personas

Insumos Evaluación
La periodista confiesa su decepción al ente- Me enteré con innegable envidia de cómo
rarse –hace seis meses- de que Uruguay con- mucho antes (que Argentina) Uruguay con-
vertía el programa “una computadora por vertía la utopía en realidad…
chico” en realidad en las 2360 primarias
estatales de ese país
Pero ahora se impone precisar un poco más
Nobleza obliga: que ahora se haya tomado la
las “condiciones” en que este plan tomará
decisión de ampliar el programa a todos los
forma. Por ejemplo, ¿se tuvo en cuenta y
alumnos de las secundarias públicas del país,
definió la formación que recibirán los maes-
lo que implica la entrega de tres millones de
tros, cómo se incorporarán las máquinas a
máquinas, exige el reconocimiento de que, al
los diseños curriculares y, sobre todo, se
parecer, finalmente la promesa se cumplirá.
pensó en asegurar el acceso a Internet de
Bravo
todas las escuelas?
Referencia a especialista en enseñanza de las
ciencias Inés Dussel, directora de Sangari
Argentina e investigadora de Flacso, aunque
ni aquí ni en el resto del mundo existen
todavía evaluaciones sobre la incorporación
de computadoras personales en la enseñan-
za, la opinión generalizada es que la inclu-
sión digital es una cuestión clave “casi para
la definición de ciudadano” de este siglo.
Sin embargo, afirma, “hay un punto que no Pero hay otras posibilidades y sería muy
tenemos resuelto: cómo desarrollar conteni- bueno que hubiera más juegos educativos que
dos, software educativo, para enseñar a leer estimulen la exploración. Específicamente en
y escribir, historia y ciencia...” ciencia, el modelado y la simulación, así como
En países como Gran Bretaña, que invierten armar sensores, pueden aportar alternativas
sumas millonarias en el financiamiento de fascinantes. No tengo dudas de que eso pro-
compañías privadas que toman a su cargo duciría un gran impacto.”
esa tarea, existen equipos con mucha expe-
riencia y continuidad. “Internet es una
Lógicamente, como siempre, más que las
gigantesca biblioteca, y eso es algo que
máquinas importan las personas.
tiene que utilizarse en los espacios educati-
vos -dice-.

130 Revista de la Facultad 16, 2010


La descalificación como estrategia discursiva

El texto se origina en una confesión de la columnis-


ta al declarar su envidia y su decepción cuando se enteró
–hace seis meses– de que Uruguay se adelantaba a
Argentina con el programa “una computadora por
chico”. Luego recurre a la concesión aparente al expresar
el reconocimiento hacia la medida anunciada por la pre-
sidente. Pero la columnista impone su agenda al conside-
rar la necesidad de precisar un poco más las “condicio-
nes” en que este plan tomará forma. La estrategia argu-
mentativa utilizada consiste en plantear una serie de pre-
guntas relacionadas con la formación que recibirán los
maestros, el modo en que las máquinas se incorporarán a
los diseños curriculares y el acceso a Internet en todas las
escuelas. Así, el foco de atención se desplaza de la medi-
da anunciada para proyectarse hacia las posibles conse-
cuencias, a las que alude indirectamente a través de las
preguntas retóricas formuladas. Confirma estos presu-
puestos cuando incluye la voz de una especialista en ense-
ñanza de las ciencias, quien admite que la opinión gene-
ralizada es que la inclusión digital es una cuestión clave
“casi para la definición de ciudadano” de este siglo. Sin
embargo, afirma, “hay un punto que no tenemos resuel-
to: cómo desarrollar contenidos, software educativo,
para enseñar a leer y escribir, historia y ciencia...”.
Se observa la frecuente alusión a otros modelos
desarrollados por países como Uruguay –al comienzo del
texto– y Gran Bretaña –casi al final del mismo–. Como en
los análisis previos, esta maniobra da cuenta de la inten-
ción de la autora de desplazar la atención de la medida en
sí misma para focalizar su atención en otros modelos
ejemplares, a los que toma como puntos de referencia.
Luego retoma la cita de autoridad al introducir un cambio
de tópico: se compara a Internet con una gran biblioteca
y –con el conector contra-argumentativo canónico– se
proponen alternativas –Pero hay otras posibilidades y
sería muy bueno que hubiera más juegos educativos que
estimulen la exploración–. El texto culmina con una frase
acusatoria de la columnista que deja entrever un presu-
puesto o juicio previo: la medida anunciada no toma en
cuenta a las personas, sino a las máquinas.

Revista de la Facultad 16, 2010 131


María Palmira Massi

Diario CRÍTICA DE LA ARGENTINA

Columna 1: Un sentido pedagógico

Insumos Evaluación
El enunciado de la distribución de las com- en una primera lectura, puede ser positivo
putadoras
Nadie puede decir que esté mal que se
repartan máquinas entre los alumnos de las
escuelas secundarias
Sin embargo, lo más importante es que este
tipo de acciones cobre un sentido verdade-
ramente pedagógico, de inclusión social, de
mejoramiento de la calidad educativa.
No es que las computadoras llegan al aula y,
por arte de magia, entonces todo es que
mejora de repente. Esto necesita un apoyo
muy fuerte en la capacitación de los maes- Hay una cantidad de acciones tan importan-
tros, los directores y la escuela en general. tes como repartir las máquinas que tiene que
Las computadoras, por sí solas, no tienen ver con darle un significado a esa propuesta o
sentido. Hay que asegurarse también de dis- acompañar a los docentes para reconfigurar
poner de las herramientas y los contenidos el espacio de trabajo en la escuela.
para que los chicos construyan toda la infor-
mación que hay en internet, no que les
demos computadoras para que puedan cha-
tear o subir fotos en Facebook sobre lo últi-
mo que vieron en el programa de Tinelli.
Lo importante es que exista un verdadero
debate, que reúna la participación de distin-
tos sectores, donde pensar en los conteni-
dos que habrá dentro de estas computado-
ras. Son decisiones que deberán ser abiertas
y transparentes a toda la comunidad.
Hay un punto, en este anuncio del Gobierno,
que ya nos perdimos, que es sobre cuáles
eran los mejores modelos de las máquinas y
los softwares que serán instalados en ellas.
Lo que nos queda entonces, como discuti-
ble, en todo caso, es si es correcto distribuir
máquinas con un sistema operativo propie-
tario o bien darles a conocer a esos alumnos
el espectro completo de otras posibilidades
que existen además de Windows.

132 Revista de la Facultad 16, 2010


La descalificación como estrategia discursiva

El texto comienza con una concesión, el reconoci-


miento de un hecho con algunas reservas –en una prime-
ra lectura, puede ser positivo–. Nótese el uso del verbo
modal. Nuevamente se utiliza un conector contra-argu-
mentativo a los efectos de señalar contraste y oposición
–sin embargo, lo más importante es que este tipo de
acciones cobre un sentido verdaderamente pedagógico,
de inclusión social…–. Resulta evidente que el columnista
considera que la medida anunciada carece de un verdade-
ro sentido pedagógico. Las críticas se suceden a través de
la enumeración de “aquello que es preciso hacer” –el
componente prescriptivo característico del discurso políti-
co (Verón, 1987)–: además de repartir máquinas, hay que
darle un significado a esa propuesta o acompañar a los
docentes. De este modo, el columnista se erige en la voz
que marca el camino mediante la constante desvaloriza-
ción del anuncio realizado.
En forma recurrente resalta la inoperatividad de la
medida a través del uso de la negación –no es que las
computadoras llegan al aula…– y la presentación de lo
que hay que hacer –hay que asegurarse de que…–. En el
discurso de opinión, la negación en el discurso lingüístico
que responde a otras voces, que se pueden haber mate-
rializado en discurso o que pueden estar latentes. Así, el
columnista pone de manifiesto su oposición a través de la
consideración de “todo lo que resta por hacer” en vez de
evaluar las gestiones realizadas hasta el momento. Este
modo de descalificar al oponente revela que la crítica no
está dirigida a la medida en sí, sino al modo en que se
anunció, lo cual se convierte en un intento de manipula-
ción de la opinión de la audiencia.
Finalmente, el columnista concluye que lo impor-
tante es que exista un verdadero debate (es evidente que
hasta ahora no lo hubo!) y que la medida se gestó de un
modo inconsulto –Hay un punto, en este anuncio del
Gobierno, que ya nos perdimos, que es sobre cuáles eran
los mejores modelos…–. Cierra el texto con un planteo
ético que está formulado a modo de disyunción o pre-
gunta encubierta: ¿es correcto distribuir máquinas con un
sistema operativo propietario o bien darles a conocer a

Revista de la Facultad 16, 2010 133


María Palmira Massi

esos alumnos el espectro completo de otras posibilidades


que existen además de Windows?
La lexicalización es –según van Dijk– probablemen-
te la dimensión principal del significado discursivo contro-
lado por las ideologías. En el texto analizado, se observa
la recurrencia de la pieza léxica verdadero y su variante
alomórfica verdaderamente. Claramente, la inclusión de
este término conlleva una intención desvalorizante, que
introduce duda, incertidumbre, omisión y otros aspectos
que tienen un tono francamente negativo tendiente a
materializar la oposición de un modo casi transparente.

Columna 2: Lo que sobró de un anuncio histórico


Insumos
Referencia a la “última vez”, que ocurrió … mucho menos cuando aquél tuvo políticas
durante el gobierno de la Alianza. Domingo de ajuste en materia educativa y éste mejoró
Cavallo estaba tan entusiasmado con ostensiblemente el presupuesto destinado al
Fernando de la Rúa que se fue de boca: “Será área
recordado como el Sarmiento del siglo XXI”,
lo endulzó al entonces presidente radical por
El plan oficial para terminar con la brecha digi-
haberlo integrado al directorio del portal
tal es una medida progresista, del mismo modo
estatal Educ.ar
que lo es la Asignación Universal por Hijo.
Ayer, Cristina Kirchner tampoco pudo con su Ambos son sinónimo de inclusión
genio. Al anunciar la entrega gratuita de 3
millones de netbooks para alumnos de cole-
gios secundarios dijo sentirse “la Sarmiento
del Bicentenario” Para peor, el parangón de Cristina, si bien fue
No se busca aquí emparentar los gobier- una apostilla en el marco de un programa aus-
nos… picioso, resultó contraproducente en el plano
comunicacional
El propósito es lisa y llanamente advertir
sobre este constante afán de aquellos que
ostentan el poder de querer escribir la
Historia
Pero será la gente, con el paso del tiempo –y, Cualquiera sea la respuesta, desde la más ino-
seguramente, la influencia de los medios– la cente hasta la más conspirativa, la Presidente
que decidirá cómo rotular a Cristina. No ella. no debería haber opacado un anuncio históri-
¿O alguien vio a Raúl Alfonsín presentarse co comparándose, presumida, con uno de los
como el “padre de la democracia”? próceres de la patria
La mayoría de los portales de internet tituló
con la polémica. Lo mismo sucedió en radios
En su momento, Cavallo terminó reconociendo
y canales de televisión. ¿Un recurso efectista
su error. “Mi frase fue temeraria”, se disculpó.
de los medios o una manera de mostrar los
¿Asumirá Cristina que la suya también estuvo
dientes frente a la Ley de Servicios de
de más?
Comunicación Audiovisual?

134 Revista de la Facultad 16, 2010


La descalificación como estrategia discursiva

La columna “Lo que sobró de un anuncio histórico”


comienza con una referencia a un episodio protagoniza-
do por Domingo Cavallo durante el gobierno de De la Rúa
y su comparación con el modo en el que la actual manda-
taria presentó el plan conectarigualdad.com.ar. Ambos,
según el columnista, utilizaron expresiones relacionadas
con Sarmiento, aunque se aclara que el propósito de la
comparación no es emparentar los gobiernos –entre los
que señala claras diferencias– sino advertir sobre este
constante afán de aquellos que ostentan el poder de que-
rer escribir la Historia. Luego introduce argumentos posi-
tivos que resaltan la importancia de algunas de las pro-
puestas implementadas por el gobierno de CF –El plan
oficial para terminar con la brecha digital es una medida
progresista, del mismo modo que lo es la Asignación
Universal por Hijo. Ambos son sinónimo de inclusión–.
Nuevamente, la utilización del conector contra-argumen-
tativo pero mitiga lo expresado con anterioridad al tiem-
po que desvía la atención a un tema diferente: Pero será
la gente, con el paso del tiempo –y, seguramente, la
influencia de los medios– la que decidirá cómo rotular a
Cristina. No ella. ¿O alguien vio a Raúl Alfonsín presentar-
se como el “padre de la democracia”?
Se destaca otra nueva comparación, esta vez entre
la presidenta y Raúl Alfonsín. Resulta llamativo el modo
directo que utiliza el columnista para resaltar el rol de los
medios en forma explícita. El juicio evaluativo es también
explícito: la Presidente no debería haber opacado un
anuncio histórico comparándose, presumida, con uno de
los próceres de la patria. Nótese el uso del modal que
indica deber, y la adjetivación hacia la presidente que
resalta rasgos de vanidad, una alta valoración de sí
misma, una sobreactuación, un excesivo apego por el
arreglo personal, entre otras posibles connotaciones.
Finalmente, el columnista retoma la comparación
con Cavallo, y nuevamente descalifica a la presidente por
su comentario. Resulta evidente, una vez más, que en este
texto no se critica la medida en sí; más bien, se aprovecha
la circunstancia de un anuncio histórico, de innegables
consecuencias positivas para la educación argentina, para

Revista de la Facultad 16, 2010 135


María Palmira Massi

desacreditar a CF por el modo en el que se expresó duran-


te el anuncio. No se cuestiona la medida en sí misma, se
ataca el modo en que se presentan los contenidos de la
medida. En términos de la teoría de Ducrot, se cuestiona
la enunciación –la puesta en discurso–, no los enunciados
–los argumentos del plan conectarigualdad.com.ar–.

Conclusiones

Como hemos observado en el análisis de las colum-


nas de opinión, resulta evidente que algunos periódicos
se erigen en narradores y comentaristas de hechos que
ocurren en el sistema social, el sistema cultural y el siste-
ma económico de un país. Se constituyen así en verdade-
ros actores políticos por la variedad y la potencia de los
recursos de que disponen para influir en una amplia gama
de escenarios posibles.
La que debería ser una estrategia de la información
se convierte a menudo en una estrategia de confusión y
desinformación que culmina en la manipulación mediáti-
ca. De acuerdo con los resultados del análisis realizado,
podemos concluir que –en la actualidad–, los grandes
medios de comunicación son la principal fuente de desin-
formación sobre los sucesos de relevancia política. En
estos monopolios mediáticos, una gran parte de la infor-
mación es “desinformación”, esto es, información sesga-
da, parcial, superflua y dirigida. Se ocultan y se tergiver-
san datos mediante la parcialidad de la mirada con el
objetivo de influir en la opinión del lector. Se desplaza el
foco de atención al otorgar protagonismo a datos irrele-
vantes, al tiempo que se ignoran hechos relevantes, que
se relegan o minimizan, y a veces se omiten. Se banalizan
ciertos hechos para desviar la atención –a veces se recurre
al insulto y la burla– y se fuerzan interpretaciones sesga-
das de los hechos al través del manejo de titulares, edito-
riales y columnas de opinión. Se otorga tratamiento des-
equilibrado a los hechos y a las opiniones sobre los
hechos, casi siempre con sesgos, omisiones o premisas

136 Revista de la Facultad 16, 2010


La descalificación como estrategia discursiva

falsas, lo cual culmina en una maliciosa distorsión y tergi-


versación de los datos. En suma, se publica aquello que
conviene al poder económico detrás de los medios y se
configura así un discurso de oposición con más poder y
alcance que el de las verdaderas fuerzas de oposición del
gobierno. Tal como se pregunta Rodríguez (2006) al
denunciar el uso de la información como contra-informa-
ción, ¿es posible que el ciudadano tenga un posiciona-
miento crítico de los hechos cuando gran parte de la
información es sesgada, parcial, incompleta y manipula-
da?
En el escenario provisto por el corpus de este traba-
jo, los medios relevados se han convertido en actores que
intervienen en la esfera política e influyen sustancialmen-
te en la opinión pública. Estos medios, en particular, exa-
minan al presidente de turno, cuestionan sus actitudes y
sus conductas, muchas veces dejando de lado las pro-
puestas en sí mismas. Esta distorsión de la función propia
de los medios, que debiera acercarse a la objetividad a
través del análisis racional y lógico de argumentos, mues-
tra la tremenda responsabilidad que hoy día tienen los
profesionales de la comunicación ante la realidad y la
posterior construcción de esa realidad. La misma respon-
sabilidad que los medios exigen al poder político y al con-
junto de instituciones que lo conforman debe ser exigida
a los medios y sus periodistas en el ejercicio de sus funcio-
nes. Tal vez los medios analizados debieran confesar que
han olvidado que son un servicio público y se han erigido
en actores políticos en una abierta confrontación y oposi-
ción al gobierno actual.

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María Palmira Massi

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138 Revista de la Facultad 16, 2010


Revista de la Facultad 16, 2010 139-160

Formando parte
unos de los otros:
Acerca de la Sociología Figuracional Mg. Ana Matus*
de Norbert Elías anamatus@retina.ar

Resumen

Este artículo se propone abordar algunas de las Norbert Elías - configuración de


individuos - cadenas de interde-
preocupaciones centrales presentes en la obra del soció- pendencia - entramados sociales
logo Norbert Elías y las reorientaciones conceptuales que - equilibrio de tensiones
propone para pensar lo específicamente humano.
Las visiones estáticas del curso de la realidad supo-
nen un obstáculo para el rescate de la perspectiva relacio-
nal que Elías considera fundamental para restituir el
carácter procesual y dinámico propio del plano social.
Examinaremos el tratamiento conceptual eliasiano de la
relación entre individuo y sociedad, esto es, una visión de
los individuos como procesos y de la sociedad como
entramados, configuraciones de individuos, que suponen
otro plano de integración de los contextos humanos y no
una separación ontológica entre individuo y sociedad.
Desde los usos conceptuales corrientes –de los que se
excluye la reflexión sobre los procesos históricos que dan
forma a los conceptos y las formas de conocimiento
humanos- aparecen como objetos con existencia separa-
da. De allí su propuesta de reorientación conceptual,
como parte de la tarea que le asigna a la sociología, con * Ana Matus es Magíster en
el objetivo de resistir -y lograr emanciparse- del lenguaje Sociología, Profesora de Teoría
Sociológica II e Historia del
corriente y sus efectos cosificadores que bloquean la posi- Conocimiento Sociológico II en
bilidad de percibir la peculiaridad que plantean los entra- la Carrera de Sociología y de
Introducción a la Sociología de
mados humanos. en la Carrera de Trabajo Social
de la FADECS-UNCo.

Revista de la Facultad 16, 2010 139


Ana Matus

Being a part of each other:


About Norbert Elias Figurational
Sociology

Norbert Elias – configuration of The article’s proposal is to approach some of the


individuals - interdependence central concerns of sociologist Norbert Elias’ work and
chains - social networks - ten-
sions balance the conceptual reorientations he proposes to analyze the
human being.
Static views of reality pose an obstacle to the res-
cue of the relational perspective that Elias considers an
essential element to restore the procedural and dynamic
features of the social sphere. We will explore the Eliasian
conceptual treatment of the relationships between indivi-
duals and society, in other words, a view of individuals as
processes and of society as networks, configurations of
individuals that entail other levels of integration of
human contexts, but do not imply an onthological divi-
sion between society and individuals. From their usage as
concepts in ordinary contexts -except the reflection on
historical processes that shape concepts and human kno-
wledge- individuals and society have been considered iso-
lated objects. This idea gives origin to his proposal of con-
ceptual reorientation, as part of the task he assigns to
Sociology, with the purpose of resisting -and to achieve
emancipation- common language and its reifying effects
that prevent the perception of human networks’ peculia-
rities.

140 Revista de la Facultad 16, 2010


Formando parte uno de los otros

“¿Es la piel la pared del recipiente que 1 Norbert Elías nació en


Alemania en 1897, en el seno
contiene el propio yo?”
de una familia judía, y murió en
1990 en los Países Bajos. En
relación a los elementos que
Norbert Elías repercutieron en el destino de
su obra, pueden mencionarse
–además de los avatares históri-
cos señalados- los problemas
Introducción. Norbert Elías y su obra del idioma y las traducciones
(gran parte de sus textos fueron
escritos en alemán y otros direc-
tamente en inglés); así como la
La obra de Norbert Elías ha sido descubierta -y naturaleza misma de su obra
que, al decir de Nathalie Heinich
apreciada- tardíamente por la comunidad académica. La (1999:8), resiste las categoriza-
difusión de su perspectiva se ha visto restringida, en ciones inmediatas por la multi-
plicidad de sus temas y por la
parte, por el carácter accidentado de la producción y pluralidad de las disciplinas
recepción de su obra, indisolublemente vinculada a los desde las que los aborda.

avatares de la propia vida de Elías en un tiempo histórico 2 Se refiere a las reacciones que
extenso1. Se trata de una existencia que se ha desarrolla- -cada cierto tiempo- se produ-
cen en el desarrollo de la socio-
do a través de las grandes pruebas colectivas del Siglo XX logía, contra determinadas teo-
(Elías fue convocado para combatir durante la Primera rías, reorientando el interés teó-
rico hacia otro extremo concep-
Guerra Mundial, se exilió durante la Segunda Gran Guerra tual. Son reacciones agudas -
y sufrió la muerte trágica de sus padres en la Alemania producto de la lógica más com-
prometida, dominante en los
Nazi –su madre desapareció en Auschwitz-) y a pesar de campos de los cientistas socia-
les- que no suponen revisar y
haber visto, a lo largo de su carrera, varias oscilaciones de
corregir los modelos sociológi-
lo que él denomina “el péndulo intelectual”2 en relación cos a la luz de saberes cada vez
más amplios, con el fin de
al pensamiento y la problematización sociológica, Elías seguir construyendo conoci-
defendió sus teorías a contracorriente, convencido de la miento sobre lo social; sino que
se expresa en una negación
necesidad de dejar un legado intelectual sólido que per- radical de lo anterior que no dis-
mitiera abrir nuevos caminos a la ciencia3. tingue matices. A esta oscila-
ción conceptual, dentro del
Se trata de un sociólogo que planteó perspectivas marco de la sociología, es lo
que Elías denomina “… una
de análisis innovadoras para la primera década del siglo oscilación del péndulo que,
XX, y solo posteriormente sus reflexiones teóricas apare- excesivamente acentuada en
una sola dirección intelectual,
cieron como preocupación de otros sociólogos, urgidos conduce a la contraria, con una
por la comprensión de las problemáticas contemporáne- dirección intelectual no menos
unilateral” (1993:20)
as. Concretamente, en la oscilación
que critica, está objetando el
Si bien en su obra encontramos elementos para olvido del problema del proceso
analizar una multiplicidad de fenómenos sociales (desde de las formaciones sociales, el
desinterés por las cuestiones de
el análisis de las elites, la sociología de la intimidad y la procesos a largo plazo y por
todas las posibilidades explicati-
vida cotidiana, las prácticas deportivas, los modales en la
vas que abre la investigación de
mesa, desde las emociones a la muerte) en este artículo estas cuestiones. Este tema rea-
parece en su Sociología funda-
nos ocuparemos de examinar el tratamiento conceptual mental (1999:138) en relación a
que realiza de la visión del hombre como un proceso y de la tendencia a reducir a un esta-
do de inmovilidad lo que es

Revista de la Facultad 16, 2010 141


Ana Matus

movimiento constante (es decir, la sociedad como entramados, como figuraciones de indi-
reducir a ‘situaciones’ el carácter
procesual de las sociedades) viduos que suponen otro plano de integración de los con-
como expresión extrema del textos humanos, y no una separación ontológica entre
movimiento pendular.
individuo y sociedad.
3 Frente a la consideración de
Para Elías, se trata sólo de diferentes niveles de
nuestro autor como “el último
de los clásicos” realizada por observación. En esta línea argumental, una tarea que apa-
algunos intérpretes debido a su
intención de llevar a cabo “gran-
rece como necesaria para lograr la reorientación del pen-
des síntesis”, Elías reflexiona en samiento es la desnaturalización del lenguaje corriente y
Mi trayectoria intelectual que
“… hubiera preferido que se lo su carácter cosificador. Si bien reconoce las dificultades
considerara como un contempo- que presenta el cometido de superar los límites de mode-
ráneo capaz de abrir nuevos
caminos a la ciencia” (1995: 89) los lingüísticos cosificadores que separan individuo-socie-
dad como dos objetos de existencia separada, considera
que la clarificación de la tarea y el inicio de la reorienta-
ción es misión de la sociología.
Toda su obra, aunque en diferentes formas, ha sido
un intento de disolver la frontera ontológica entre estos
dos estados de lo social; limitación en la cual, a su enten-
der, han quedado atrapados muchos analistas sociales. En
este intento Elías recurre a sociólogos como Durkheim y
Weber (con quien presenta más afinidades que las que
4Sobre este aspecto puede con- declara4) y Simmel. También se puede rastrear un acerca-
sultarse el artículo de Pablo miento crítico a la obra de Freud.
Nocera (2006): “Un yo que es un
nosotros. Individuo y Sociedad Creemos que este carácter ambicioso –por la inten-
en la obra de Norbert Elías y Max
ción abarcativa de su obra- sumado a las dificultades en
Weber”, Nómadas Nº 13.
su difusión, ha dado lugar a un escaso abordaje de sus
escritos; lo que nos ha motivado a intentar este recorrido
por algunos núcleos centrales de la trama conceptual por
él concebida.
Tomando como base la recepción de la obra de
Elías, se ha propuesto abordar su trayectoria en dos eta-
pas: la primera, hasta aproximadamente la primera mitad
de los años sesenta, en que escribe La sociedad Cortesana
5 Cabe, en este punto, ofrecer
algunas aclaraciones necesarias
(1933) y El Proceso de la Civilización5 (1939); y el período
y anticipatorias a ciertas críticas posterior a su “redescubrimiento” a partir de los años
que se podrían suscitar frente a
la utilización por parte de Elías setenta y ochenta, cuando ya está viviendo en Inglaterra
de conceptos excesivamente (dicta clases como Profesor de Sociología en la
connotados como lo es la idea
de “proceso civilizatorio”. Si bien Universidad de Leicester entre 1954-1984) y posterior-
excede los límites de este artícu- mente en Ghana y Holanda.
lo -no así de nuestro interés teó-
rico- queremos señalar que Elías Invirtiendo la cronología de su producción intelec-
no pretende que el proceso por

142 Revista de la Facultad 16, 2010


Formando parte uno de los otros

tual, nuestra aproximación teórica recuperará inicialmen- él analizado sea valorizado como
el único y forzoso modelo de
te la trama conceptual del período denominado como de evolución, sino que rechaza toda
su “redescubrimiento”6, aunque iremos recorriendo idea de universalidad a priori: no
es un estudio eurocéntrico sino
simultáneamente –e incorporando cuando resulte perti- un estudio sobre Europa occi-
dental. Lo contrario llevaría a
nente- los textos de su primer período, ya que la proble- extender un punto de vista espe-
mática delineada aparece ya contenida en las investiga- cífico al conjunto de la humani-
dad. También cabe aclarar que,
ciones empíricas de La sociedad Cortesana y en El proce- para Elías, es necesario liberar la
so de la Civilización, donde vincula la dimensión socioge- idea de evolución de la teleolo-
gía y normatividad contenidas
nética y psicogenética del proceso de la civilización como en la noción de progreso; ya que
aspectos de lo humano que se implican mutuamente. nos permitirá comprender y
explicar cómo las formas con-
Nos centraremos, entonces, en su visión sobre el temporáneas de las sociedades
derivan de formas anteriores y
ser humano: la relación de este con el mundo extrahuma- por qué estas presentan precisa-
no, consigo mismo y con la sociedad (de acuerdo a su mente esta forma específica. Al
respecto, puede consultarse
tesis que sostiene que la sociedad no es algo ajeno y Heinich (1999: 27- 31, 76-79 y
118-131)
externo a los individuos sino otro plano de integración de
los seres humanos). 6Esta periodización es propues-
ta por Gina Zabludovsky (2008:
En el primer punto presentaremos los diferentes 27)
planos de integración que concibe Elías y su reflexión
sobre la tarea específica de la sociología en atención a
una de sus preocupaciones centrales: la necesidad de
resistir y procurar emanciparse del lenguaje corriente y
sus efectos cosificadores (I).
A continuación, expondremos el recorrido que reo-
rienta el pensamiento del homo clausus al homines aper-
ti; lo que nos hará desembocar lógicamente en la
Sociología Figuracional, esto es, el concepto de entrama-
dos o configuraciones que se corresponde con ello (II).
En las Reflexiones finales buscaremos poner en
relación las reorientaciones conceptuales propuestas por
Elías con su visión de las tareas propias de la sociología y
las dificultades particulares que conlleva para el investiga-
dor el formar parte de los conjuntos que busca compren-
der y hacer comprender: el dilema participante/observa-
dor.
El itinerario que hemos anticipado en esta intro-
ducción, esto es, examinar el tratamiento conceptual de
Elías acerca de los entramados formados por los indivi-
duos; tiene aun un objetivo último que nos parece conve-
niente formular: esta presentación busca ejercitar una

Revista de la Facultad 16, 2010 143


Ana Matus

mirada analítica que recupere y permita desplegar las


posibilidades interpretativas contenidas en la obra eliasia-
na. Tomando las palabras de un colega7, podemos afir-
7 Nocera (2006: 19)
mar que la obra de todo pensador, antes que adhesión
reclama permanente continuidad. De eso se trata este
artículo.

I. La mirada eliasiana sobre los mundos sociales: la


peculiaridad de los entramados humanos

El pensamiento de Norbert Elías no se construye en


la confrontación, no es abiertamente polémico, no busca
establecer discusiones con otros autores –a diferencia,
por mencionar un pensamiento que reconoce herencias
intelectuales comunes y preocupaciones afines, de los
textos de la Escuela de Francfort, con sus múltiples refe-
8 Otra diferencia con la Escuela rencias y debates constantes8- Por el contrario, Elías con-
de Francfort es que mientras sus sideraba que era mejor focalizarse en el trabajo sociológi-
miembros abordaron el tema del
nazismo, el totalitarismo y la co. Dicho esto, podemos agregar que en sus textos siem-
“personalidad autoritaria”; Elías,
pre hay una oculta polémica con los demás, que puede
en general, se resiste a tratar
estos temas. Su tragedia particu- develarse a partir de una lectura minuciosa.
lar, el dolor personal y colectivo
que dejó el Holocausto judío, En una rara excepción a este posicionamiento de
posiblemente explique esta resis-
no entrar en controversias con otros pensadores, se
tencia. Sin embargo, la cuestión
es abordada por él en algunos encuadra la nueva introducción al Proceso de la
textos de 1962, que fueron
publicados como parte del libro
Civilización (publicado en dos volúmenes durante 1938-
Los Alemanes (en 1989 en ale- 1939 en alemán) que data de julio de 1969. Allí, a partir
mán; en inglés en 1996)
Resulta interesante el señala- de una fuerte crítica al punto de vista estático que sostie-
miento de Zabludovsky cuando ne Talcott Parsons, Elías desenvuelve una serie de distin-
menciona que en la interpreta-
ción de Elías, el Holocausto ha ciones conceptuales que serán profundizadas en textos
sido la más profunda regresión a tales como Compromiso y Distanciamiento (2002) (publi-
la barbarie que se haya produci-
do en las sociedades civilizadas cado en 1983 en francés, reconoce una versión anterior
del Siglo XX. Como establece
esta autora, esta explicación
como artículo publicado en inglés, 1956) y Sociología
difiere de la de Zigmunt Fundamental (1983) (publicado en 1970 en alemán, en
Bauman, a pesar de la influencia
intelectual eliasiana que puede 1981 en francés).
identificarse en las ideas centra-
Tomaremos este hilo conductor que nos permitirá
les y recurrentes de Bauman.
Para ampliar la contrastación articular su particular visión de la relación entre individuo
sobre el pensamiento de ambos
autores puede consultarse y sociedad, visión que hace estallar una oposición que ha
“Zigmunt Bauman y Norbert sido central en las ciencias sociales.
Elías” (Zabludovsky:2008)
La primera distinción se establece a nivel general,

144 Revista de la Facultad 16, 2010


Formando parte uno de los otros

entre lo que Elías denomina distintos planos de integra-


9 El concepto de integración
ción9, esto es, entre procesos interdependientes que con-
incluye el de formas de desinte-
figuran un modelo multidimensional, y que, sin embargo, gración (por ejemplo, la muerte);
resultan autónomos en su forma de conexión peculiares. así como la noción de orden
supone la de desorden. En Elías,
Se trata del plano físico-químico, el plano biológico y el los conceptos involucran los dos
polos, entre los que se extiende
plano humano. Si bien se postula una continuidad onto-
un continuo. Se trata de concep-
genética entre ellos, sus especificidades son irreductibles tos limítrofes, diferenciables
pero inseparables.
a las formas de conexión de los planos anteriores.
A propósito de la problematización de la relación
entre la biología y la sociología, Elías comienza a perfilar
lo que considera específico de la naturaleza humana; y a
partir de allí, fundamenta la autonomía relativa entre
ambos planos así como la diversidad de objetos y tareas
que les competen.
Mientras que en el plano de integración biológica,
el cambio es efecto de una evolución biológica que supo-
ne una modificación estructural; en el ser humano, lo que
resulta invariable es la variabilidad específica del hombre,
surgida de su cambio histórico en el largo plazo. En otras
palabras, para Elías es la mutabilidad natural del hombre
la constante social, lo que aparece como los universales
de la sociedad humana.
Habiendo delineado la distinción entre los contex-
tos o mundos humanos y los extrahumanos, Elías conti-
núa desenvolviendo su lógica argumental y así, perfila la
tríada de dominios básicos mediante los cuales vuelve a
poner los fenómenos de interdependencia en toda la
cadena de desarrollo humano.
En su análisis distingue tres estadios principales:
aptitud para controlar los fenómenos naturales (dominio
de entornos extrahumanos, de hechos naturales); aptitud
para controlar las conexiones interhumanas (dominio de
las relaciones entre los hombres, conexiones sociales); y la
aptitud de cada individuo para auto controlarse, su capa-
cidad para ejercer su “dominio sobre sí” (dominio de los
hombres sobre sí mismos, autocontrol).
El aumento del control humano sobre estos domi-
nios nos permite comprender el sentido general de la his-
toria de Occidente. Permitámonos una pequeña digresión

Revista de la Facultad 16, 2010 145


Ana Matus

para explicar esta afirmación antes de continuar, ya que


tanto en la La Sociedad Cortesana como en El Proceso de
la Civilización está presente esta tesis. Se afirma que la
particular trama de interdependencias que se va generan-
do en el largo plazo supone un aumento progresivo del
control y el autocontrol, dando lugar a un tipo de figura-
ciones de individuos de mayor complejidad. La Sociedad
de Corte y el modelo cortesano-aristocrático de compor-
tamiento representan el origen de los procesos de racio-
nalización que se harán extensivos a la sociedad moder-
na. Como quedará expuesto en lo que sigue, la compleji-
zación social -y el mayor control que ello conlleva- si bien
morigerará la dependencia de los seres humanos con res-
pecto a la naturaleza, los hará más dependientes unos de
otros y por lo tanto aumentará la presión de unos indivi-
duos sobre otros, presión erróneamente percibida como
una fuerza de la naturaleza.
Retomemos. Dominar en forma realista los contex-
tos extrahumanos y humanos supone comprender el
doble enlace que subyace en el proceso social, esto es, la
forma en que se vincula mentalidad-situación y donde
queda expuesto el carácter circular de los procesos, la
interdependencia ontológica, existencial, de sujetos y
objetos: “…se trata de una situación forzosa vivida por
personas, personas cuya forma de vivir esa situación (su
situación emocional y racional, su mentalidad, la estruc-
tura de su personalidad, sus creencias y valores) es provo-
cada por la misma situación forzosa y contribuye de
manera decisiva a que la situación y los peligros que con-
lleva continúen siendo inevitables para esas personas”
(Elías: 2002: 71)
Concretamente, Elías se refiere a los modelos de
pensamiento mediante los cuales los seres humanos expli-
can los fenómenos naturales y sociales, modelos de pen-
10 “…aquello que llamamos
naturaleza” con esta frase, Elías
samiento que son a su vez producto de esos entramados,
alude a que “naturaleza” así que les otorgan a los individuos su “mapa del mundo”. Lo
como “paisaje” son conceptuali-
zaciones que responden a una importante de lo dicho es comprender que, tanto en una
naturalización conceptual de un relación entre personas y aquello que llamamos naturale-
modelo explicativo que concibe
al mundo a partir de la causali- za10 o bien en una relación interpersonal, un enlace doble
dad mecánica. es un proceso social, que puede desanudarse. Veamos.

146 Revista de la Facultad 16, 2010


Formando parte uno de los otros

Durante los procesos de desarrollo social del pensa-


miento -esto es, acumulación de un saber común, de for-
mas estándar de saber, que se expresan en modos de
hablar y pensar de sus miembros- se suceden procesos de
sociogénesis y psicogénesis de modelos de pensamiento y
representación científicos. Estos modelos explicativos
científicos van generando representaciones estándar
sobre los contextos de las sociedades humanas y los pla-
nos de integración extrahumanos. En el caso de los con-
textos naturales, son representaciones que aparecen
como más adecuadas a la realidad de esos contextos.
Las representaciones estándar de las sociedades
11 Se trata de “Los pescadores
humanas -siempre siguiendo el pensamiento de Elías-
en el Maëlstrom”, donde un
están conformadas por imágenes de fantasía e imágenes joven pescador salva su vida
de realidad, que se relacionan en diversa proporción y mediante la reflexión que favore-
ce el distanciamiento y le permi-
peso relativo de cada una de ellas. De aquí se desprende te un discernimiento intelectual
y reacción rápida; mientras que
que un alto grado de fantasía en los conocimientos con-
su hermano, comprometido e
lleva una baja capacidad para controlar los peligros, como implicado en esa situación, no
puede sortear el “doble lazo
ilustra Elías reseñando un cuento de Edgar Alan Poe11. psico-fisiológico y psico-socioló-
gico” y perece en la tempestad.
Lo que tratamos de mostrar es que, en relación al
Véase (Elías: 2002) en especial
plano de la naturaleza no humana, a partir del dominio pp.104-110.
(relativo) del mundo exterior y la acumulación de un
fondo de saber científico más adecuado a la realidad de 12 Un ejemplo de la posibilidad

los contextos naturales, el nudo del enlace doble pudo ser de desatar el enlace doble, pre-
sentado por Elías, refiere a las
desatado mediante el tránsito hacia un pensamiento muertes masivas por epidemias.
Durante la Edad Media se hacia
menos fantasioso y más cercano a la realidad, que permi- responsable a extranjeros y judí-
te la comprensión sólidamente fundada de su estructura, os del surgimiento de la peste y
se procedía a matarlos en masa.
sus modos de funcionamiento, su desarrollo, su dinámi- En el siglo XX, la aproximación a
ca12. la realidad del saber científico-
natural y el bienestarsocial que
Se trata de un largo proceso de complejización posibilita la puesta en práctica
de esos conocimientos, han per-
social, que ha supuesto una menor dependencia de los mitido que el peligro que repre-
seres humanos en relación con los incontables peligros de sentaba para la gente el conta-
gio por enfermedades epidémi-
la naturaleza. Sin embargo, para Elías, las transformacio- cas masivas casi haya desapare-
nes que otorgan al hombre mayor poder y seguridad fren- cido. (Elías:1999:30)

te a fuerzas no humanas, a la vez han generado la cre-


ciente interdependencia de un número de personas cada
vez mayor, abriendo nuevas fuentes de inseguridad en la
vida en sociedad. Ahora, como antes frente a las fuerzas
no humanas de la naturaleza, los hombres se ven frente a

Revista de la Facultad 16, 2010 147


Ana Matus

fenómenos y problemas de las relaciones humanas que –


en el estado actual de de los medios de los que dispone
el ser humano para aproximarse a ellos- escapan a su con-
trol. Los grupos humanos hostiles e interdependientes
por esa misma hostilidad, de las que los afectados no
conocen salida alguna, nos dan la pauta de que, en el
plano de las relaciones de los seres humanos entre sí, el
doble enlace no se ha desatado.
Como se ve, el enlace doble o doble lazo, no opera
13 De manera sintética, señala-
solamente en el nivel ontogenético de la experiencia indi-
remos aquí que las nociones de
compromiso y distanciamiento vidual sino también a nivel de las sociedades, en el dificul-
son los polos de un continuo toso proceso de adquisición de saberes y racionalización
fundamental del pensamiento
de Elías en sus reflexiones sobre de las acciones, que se ha visto obstaculizado por los altos
el problema del desarrollo social
del conocimiento y las transfor-
niveles de compromiso13 producto de este doble lazo.
maciones psíquicas y sociales Esto se expresa en los dos modelos de lenguaje y
(como fenómenos susceptibles
de ser diferenciados pero genéti- pensamiento disponibles en la actualidad: el modelo de la
camente inseparables). La
Ciencia Natural, que explica las regularidades naturales,
noción de Compromiso refiere a
proposiciones que dicen más de físico-químicas y el modelo Mágico mítico, mediante el
su sujeto que de su objeto; mide
el grado en que una persona cual la explicación se da en términos de las experiencias
está afectada por el mundo exte- humano sociales inmediatas, buscando causas a partir de
rior en cualquiera de sus planos
de integración. Está vinculado a la personalización o de los objetivos o intenciones perso-
las formas emocionales y a valo- nales de otros individuos o grupos de individuos, un
raciones heterónomas.
Distanciamiento refiere a un alto antropomorfismo o egocentrismo ingenuo.
grado de dominio de sí, a la
posibilidad de reconocer que los Tanto en un caso como en el otro, su utilización
acontecimientos pueden ser para explicar la coacción social y las interdependencias
resultado de causas inanimadas,
de mecanismos sin intencionali- humanas no resulta adecuada a la realidad de estos con-
dad, del azar. Está vinculado a la textos. En relación a la proyección de modos de pensa-
objetividad y las valoraciones
autónomas. Mientras que las miento acreditados en la exploración científica de la natu-
preguntas del pensamiento com-
prometido serían: “¿Qué repre-
raleza, a la investigación de los contextos sociales de los
senta eso para mí o para nos- individuos, lo que se hace es un traslado mecánico de este
otros? ¿Quién tiene la culpa de
esto?”; las del pensamiento dis- pensamiento científico sistémico a la explicación de las
tanciado serían “¿Qué es eso? regularidades humanas, que responden a una dinámica
¿Cómo están relacionados esos
fenómenos entre sí?” particular, diferente al plano de integración natural.
(Elías:2002: 26-27)
Es interesante señalar la continuidad que Elías pos-
tula entre el modo de pensamiento mágico-mítico (ten-
diente al animismo) y el modo de pensamiento científico
(tendiente al racionalismo) en tanto uno y otro suponen
polos de orientación, con variaciones autorizadas según
los contextos. Lo que nos interesa resaltar aquí, es la des-

148 Revista de la Facultad 16, 2010


Formando parte uno de los otros

ustancialización de las categorías de saber, que no son


irreductibles: aun en esas sociedades dominadas por la
ciencia, las tendencias animistas, “las formas de alto con-
tenido afectivo del pensamiento dominado por la imagi-
nación” en palabras de Elías, salen a la superficie en oca-
sión de pruebas emocionales, cuando se busca una perso- 14 Dice Elías: “…los modos de
na para hacerla responsable de la desgracia ocurrida. pensamiento actualmente domi-
nantes en las relaciones interes-
También sucede a nivel de las sociedades, lo que pone en tatales presentan, como una
cuestión la ilusión científica de una racionalidad sin fisu- encuesta más profunda lo mos-
traría fácilmente, una afinidad
ras en las ciencias modernas14, a la vez que nos muestra estructural con los modos de
pensamiento mágico-mítico en
el modelo de pensamiento de Elías: razonar en términos un alto grado de compromi-
de procesos, no por oposición de categorías sino por so…” (2002 :153)
polaridades.
Decíamos que ambos modelos bloquean la posibi-
lidad de percibir la peculiaridad que plantean los entra-
mados humanos.
Gran parte de lo que critica Elías como pensamien-
to estático, como visiones que cosifican y deshumanizan
el curso de la realidad desde el uso lingüístico corriente,
son tributarias de estos modos de pensamientos, que 15 Algunos ejemplos del carác-
ter cosificador del lenguaje tradi-
estructuran los modelos mentales que tiene la gente
cional son trabajados por Elías
sobre la relación entre sí misma y la sociedad. en “Los universales de la socie-
dad humana”. Allí, refiriéndose a
En la visión tradicional, que reduce todo lo mutable como nombramos a un río,
señala que no decimos ‘mira el
a algo inmutable15, cada individuo se ve a sí mismo como
flujo constante de agua’ sino
una unidad absolutamente autónoma, mientras que la ‘mira lo rápido que va el río; es
decir, que lo pensamos como un
sociedad es percibida como un objeto exterior: todo lo objeto en reposo al que poste-
que queda “afuera” de la persona aparecen como figuras riormente, mediante un verbo,
añadimos movimiento. De la
sociales que rodean a ese “yo” y que tienen una existen- misma manera, continua Elías,
cia separada del individuo: Familia, Escuela, Industria, “… Decimos ‘el viento sopla’
como si el viento fuera en princi-
Estado. pio algo inmóvil que se pusiese
en un determinado momento en
Frente a esto, para Elías es necesaria una innova- movimiento y empezase a
ción lingüística y conceptual, esto es, una reorientación soplar, como si fuese algo distin-
to a lo que sopla, como si pudie-
hacia modelos mentales más adecuados a los entramados se existir un viento que no sopla-
humanos y no proyecciones de modelos de la Ciencia se.” (1999 : 133)

Natural o Mágico míticos. Concretamente, operaciones


mentales que permitan la comprensión de la Sociedad
como entramados, como redes de individuos que compo-
nen conjuntos, grupos de personas interdependientes
con vinculaciones y dependencias recíprocas. En este

Revista de la Facultad 16, 2010 149


Ana Matus

esquema, sociológicamente reorientado por Elías, las


personas son unidades semi-autónomas.
Lograr esto, supone un proceso social a largo
plazo, como lo fue la cientifización del pensamiento
sobre el mundo natural. Los conceptos y las formas de
conocimiento humanas son moldeados por condiciona-
mientos históricos, por procesos de largo plazo que no
pueden captarse a través de modelos de pensamiento
“sistemáticos” en tanto se trataría de un sistema supues-
tamente inmutable y ajeno a una mirada histórica (Elías:
1999: 21).
Avanzando en la tarea de desentrañar las particu-
laridades de los entramados humanos y de reorientar
nuestro pensamiento hacia lo específicamente humano,
expondremos en el siguiente apartado la tesis eliasiana
que sostiene que la separación interno/externo es solo
producto de nuestras abstracciones.

II. Del Homo Clausus al Homines aperti: hacia una


Sociología Figuracional

A partir de la reorientación propuesta por Elías,


nuestro pensamiento aparece dispuesto hacia una com-
prensión del ser humano como un referente plural de un
entramado de interdependencias con otros. Podemos
entender, de esta manera, la afirmación de Elías acerca de
que “el hombre-situación es un mito” (1999:145)
Este mito al que hace referencia sería la imagen
ideal que construyen las personas, mezclando lo que se
es y lo que se debe ser, a partir del lenguaje y los concep-
tos disponibles; esto es, un hombre que aparece como si
fuese un objeto sin movimiento -lo que supone la sepa-
ración actor/actividad- y sin relaciones sociales: la rela-
ción aparece como algo posterior y adicional, que se
suma ulteriormente a un objeto que carece en sí mismo
de relaciones y está aislado. Se trata, además, de un indi-
viduo entendido como un adulto, centrado en sí mismo,
solitario, que nunca fue niño, que nunca se hizo mayor.
Elías denomina a esta representación “Homo Clausus”.

150 Revista de la Facultad 16, 2010


Formando parte uno de los otros

Esta experiencia de sí mismos como una cáscara


cerrada, como Homo Clausus, se le aparece como eviden-
te a los seres humanos que la experimentan y no se cues-
tionan qué es lo que constituye en ellos la cáscara delimi-
tadora y lo que se encierra en ella.
A la dicotomía individuo-sociedad subyace un auto
experiencia específica -propia del proceso civilizatorio 16 Elías establece la vinculación
característico de Occidente16- como si su esencia existiera entre la idea del “yo” singular en
el recinto cerrado, con el aumen-
en su interioridad y como si esa interioridad estuviera
to especialmente fuerte del auto-
separada por una muralla invisible de todo lo que queda control individual que se da a
partir de la Baja Edad Media y el
“afuera”, del denominado “mundo exterior”. Como seña- Renacimiento temprano. Son
la en El Proceso de la Civilización (1993) esta autoexpe- estos autocontroles civilizatorios,
interiorizados, que se originan en
riencia de las personas como individuos autónomos y la vida en común, lo que se expe-
absolutamente independientes, no permite reflexionar rimenta como un muro que sepa-
ra al propio “yo” y la sociedad.
acerca de que se trata de un tipo de experiencia limitada Para un desarrollo extenso de las
a determinadas sociedades; es decir, comprender que la transformaciones del sistema
emotivo de los individuos y la
diferenciación e individuación específicas de las asociacio- conexión con las transformacio-
nes estructurales en el largo
nes humanas pertenecen a peculiaridades estructurales plazo, véase El Proceso de la
de una cierta etapa. Civilización (1993)

Si bien la sensibilidad extraordinariamente fuerte


del hombre occidental genera un sentimiento auténtico
que lo ubica detrás de este muro, en esta posición espa-
cial en el interior de una cáscara; ese sentimiento no se
corresponde con nada que haya entre los hombres y que
tenga el carácter de un muro verdadero.
Sin embargo, sin dudar de la autenticidad de esta
sensibilidad, Elías propone tomar un nuevo impulso de
autodistanciamiento y preguntarnos “… ¿se ajusta (esta
percepción) a los hechos?”. Así, podremos comprender
que ese muro no existe, que no hay tal distancia separa-
dora entre uno mismo y los otros, que se trata de una cre-
ación artificial característica de una cierta etapa en el des-
arrollo de la autoexperiencia de los seres humanos. Dicho
en otras palabras, ese muro es producto de un aprendiza-
je social, construido al ritmo de la reflexión y la concien-
cia que se introducen para controlar y contener.
Podemos corregir nuestra autoexperiencia.
Justamente, es esta una de las tareas necesarias para
quienes quieren entender de qué se trata la sociología:

Revista de la Facultad 16, 2010 151


Ana Matus

“… hay que ponerse previamente en situación de interpe-


larse mentalmente a sí mismo y de hacerse cargo de uno
como una persona entre otras y en juego con otras”
(1999:13)
Recapitulando: el ser humano es un proceso, es y
ha devenido tal. Operar esta reorientación del concepto
de individuo en términos de concepto-sustancia hacia un
concepto relacional (donde lo relacionado se piensa a
partir de las relaciones) supone la comprensión del ser
humano como una persona interdependiente en plural:
esto es lo que Elías denomina “Homines Aperti”.
En esta concepción, los seres humanos devienen
personalidades abiertas, que poseen diferentes grados de
autonomía relativa con respecto a los otros seres huma-
nos pero nunca autonomía total y absoluta; ya que desde
el principio hasta el final de sus vidas se orientan a otros
seres humanos y dependen de ellos, como entramados de
remisión mutua (Elías: 1993: 44).
El rescate de esta perspectiva relacional acentúa el
carácter procesual y dinámico de los fenómenos sociales,
que fluyen continuamente entre las estructuras sociales y
las estructuras individuales; y cuyo devenir se realiza en
una relación inseparable entre ambas: se expresa en una
trama de interacciones, que conforman las figuraciones.
Si entendemos la propuesta sociológica de Elías,
veremos que el correlato de la reorientación que propone
en relación a los individuos resulta en una modificación
simultánea de la forma de entender la sociedad que con-
forman esos individuos interdependientes, abiertos,
incompletos. Llegamos así al Modelo de Figuración, es
decir, un entramado de relaciones que no posee una exis-
tencia independiente de los individuos, aunque posee
relativa autonomía frente a cada uno de ellos. La figura-
ción o composición es el modelo cambiante que constitu-
yen los individuos en su totalidad, con toda su persona
(no solo su intelecto).
Dentro de lo medios de expresión que nos ofrecen
nuestros lenguajes cotidianos, Elías encuentra en la serie
de pronombres personales una formación de conceptos

152 Revista de la Facultad 16, 2010


Formando parte uno de los otros

que se desvía del tipo reificado tradicional y nos acerca a 17 Dice Elías en La sociedad de
los individuos: “Una red está
la comprensión desde el modelo de figuraciones.
hecha de múltlipes hilos ligados
La serie de pronombres personales (yo-tu-él-nos- entre sí. Sin embargo, ni el con-
junto de la red ni la forma que
vos-ellos) constituye un modelo de figuración en tanto adquiere en ella cada uno de los
hilos se explican a partir de uno
expresión del vínculo de socialidad del individuo, ya que
solo de ellos, ni de todos los
representa las coordenadas elementales de los grupos diferentes hilos de por sí… La
forma de cada hilo se modifica
humanos y las posiciones básicas del entramado de rela- cuando se modifica la tensión y
ciones. No se puede encapsular al “yo” separándolo de las la estructura del conjunto de la
red. Y sin embargo ese hilo no es
otras posiciones (al estilo del ego de Parsons o Freud) sino más que otro en el conjunto de
que este solo se entiende en conexión con las demás posi- diferentes hilos; y al mismo tiem-
po, cada hilo forma en el interior
ciones representadas por los otros miembros de la serie, del todo una unidad en sí; ocupa
solo expresa una posición en relación con el que habla. un lugar particular y toma una
forma específica” (cit. en
Nos muestra que todas las relaciones entre personas tiene Heinich: 1999:100)
un carácter de perspectiva. De hecho, el carácter multila- 18 “Del mismo modo que en
teral de las interacciones sociales supone poner en juego una conversación interrumpida
varias perspectivas de la serie de los pronombres. Del las preguntas de uno entrañan
las respuestas de otro y vicever-
entramado de perspectivas de cada uno de los individuos sa, y del mismo modo que cada
elemento de la conversación no
surge un juego con una dinámica que el jugador indivi-
procede ni de uno ni de otro de
dual no puede controlar. los interlocutores tomados aisla-
damente, sino que nace precisa-
Manteniéndonos en estos términos, los sociólogos mente de la relación entre los
dos y quiere ser comprendida
encaminan su esfuerzo en la búsqueda de clarificar tra-
así, del mismo modo entonces…
yectorias de juego desde una perspectiva de “ellos”; pero el comercio con los otros provo-
ca en los individuos pensamien-
al mismo tiempo, tienen la tarea de determinar cómo tos, convicciones, reacciones
viven los jugadores que toman parte del juego, en térmi- afectivas, necesidades que son
de hecho personales, que consti-
nos de “yo” y “nosotros”. tuyen el verdadero “yo” de cada
uno, y a través de las cuales se
Una peculiaridad estructural de todo entramado expresa entonces el tejido de
social es la oscilación permanente de un balance de relaciones en el cual ha nacido y
en el cual se inscribe” (cit. en
poder, el equilibrio fluctuante en la tensión. Dicho de otro Heinich: 1999:101)
modo, las figuraciones o composiciones constituyen un
19 En El Proceso de la
tejido de tensiones cuya premisa es no solo su interde- Civilización dice Elías: “La ima-
pendencia como aliados sino también como adversarios. gen de seres humanos en inter-
dependencia en la danza puede
La noción de interdependencia está íntimamente ligada a facilitarnos la representación
la de equilibrio de tensiones. como composiciones de los
Estados, ciudades, las familias e,
Para tratar de conceptualizar de manera compren- incluso, de los sistemas capitalis-
ta, comunista o feudal…
sible el fenómeno de entrecruzamiento e interdependen- Ciertamente, se puede hablar de
cia Elías recurre –pedagógicamente- a un pensamiento un baile en general, pero nadie
se imaginará un baile como una
por imágenes: la red17, la conversación18 y el baile19; construcción al margen de los
pero sobre todo es el modelo del juego, recurrente en su individuos o como mera abstrac-
ción. Por supuesto, distintos
obra, al que acude para mostrar con mayor claridad el individuos pueden realizar la

Revista de la Facultad 16, 2010 153


Ana Matus

misma composición de baile, sentido en que utiliza el concepto de figuración y el carác-


pero sin una pluralidad de indivi-
duos compenetrados e interde- ter multilateral de las interrelaciones sociales.
pendientes no cabe hablar de
baile.” (1993: 45)
Tanto un juego de cartas20 como un partido de fút-
bol21 dejan al descubierto la fluida figuración que consti-
20 Véase (Elías:1999:156)
tuyen las partes en su interrelación, es decir, el patrón flui-
21 Véase (Elías:1999:157-158) y do formado por ambos equipos.
(1992: 231-246)
Este modelo de movimiento continuo de la figura-
ción de jugadores puede servir para analizar problemas
donde las tensiones son intrínsecas a la figuración misma.
Puede tratarse de tensiones maritales o entre trabajado-
res sindicalizados y dirección de una empresa, como pro-
pone Elías en “Dinámica de los grupos deportivos con
especial referencia al fútbol” (1992) Lo importante de
esta idea es destacar que la figuración presupone tensión
y cooperación en distintos niveles y al mismo tiempo. Son
grupos en tensión controlada, esto es, que en la dinámi-
ca superior de la figuración, tensión y cooperación no tie-
nen una existencia separada e independiente.
En el deporte, Elías encuentra una forma organiza-
da de tensión en grupo y de las polaridades interdepen-
dientes características del modelo de los juegos, que
supone la capacidad de representarse mentalmente gru-
pos de personas formando figuraciones –con sus dinámi-
cas, con sus problemas de tensión y de control de la ten-
sión, entre otros- y facilita la comprensión acerca de que
las figuraciones de individuos no son ni más ni menos rea-
les que las personas que las forman.
Frente a las limitaciones que se le pueden señalar a
este abordaje de los juegos deportivos (que los juegos son
fines en sí mismos cuyo propósito es dar placer a la gente,
pero que no están implicados en los asuntos serios de la
vida) Elías responde que incluso las organizaciones esta-
tales, las iglesias, las fábricas y otras de naturaleza más
seria, son al mismo tiempo fines en sí mismas y tienen
una dinámica propia (1992: 246) No se puede descuidar
el aspecto de la propia y cambiante figuración de perso-
nas pretendiendo explicar las tensiones y conflictos solo
tomando en cuenta intenciones y metas de un lado y
otro.

154 Revista de la Facultad 16, 2010


Formando parte uno de los otros

Retomando el razonamiento en términos de proce-


so -característico del modo de pensamiento de Elías-
resulta interesante seguir el desarrollo que conlleva a la
constitución del deporte moderno, a partir del paralelis-
mo que va estableciendo con una conjunción de factores
sociopolíticos y de interiorización de las constricciones
sociales como auto-constricciones. La autoconstrucción 22 Se trata de la pacificación y
de las pulsiones y la eufemización de la violencia que se domesticidad de las clases terra-
tenientes, una pacificación inter-
viene produciendo en diversos campos de la práctica,
na, sin el monopolio permanen-
heterogéneos unos con otros, se visualiza en la “deporti- te de uno de los estamentos o
grupos rivales. En el caso de la
vización”: un empuje civilizador similar al “acortesana- parlamentarización de la activi-
miento” de los guerreros estudiado en El Proceso de la dad política se acepta la exclu-
sión de la violencia destructiva
Civilización, en el cual la violencia se encuentra contenida del adversario, un acuerdo tácito
por reglas dentro de un espacio limitado, pero permite entre los grupos de poder reales
de acatar las reglas convenidas y
liberar los afectos, las pulsiones negativas. dirimir el acceso a recursos y
fuentes de poder por vías institu-
Esta pacificación, propia del proceso civilizatorio de cionales no violentas. En el caso
Occidente, reaparece en la evidencia de afinidades entre de la caza del zorro, deporte
altamente especializado con
el desarrollo y estructura del régimen político inglés del organización y convenciones
siglo XVIII y la deportivización de los pasatiempos de las propias de la aristocracia inglesa,
se produce un desplazamiento
clases altas de Inglaterra en el mismo período22. del placer sobre la captura (ya no
sobre el gozo de matar, que se
El proceso de pacificación y de interiorización de las delega en los perros; ni en el de
prohibiciones sociales también aparece al analizar la diná- consumo de la presa) lo que
muestra el aumento de las res-
mica a largo plazo en el fútbol, desde una variedad más tricciones sobre el empleo de la
fuerza física y el avance del
violenta a otra menos violenta23. umbral del rechazo a la violen-
Estos y otros modelos sociológicos que propone cia. Al respecto véase el artículo
de Elías “Un ensayo sobre el
Elías, responden al empeño por analizar las relaciones deporte y la violencia” en Elías y
Dunning (1992).
existentes y nos proveen de un instrumento conceptual
que permite flexibilizar la polarización conceptual. Sin 23 En relación con las transfor-
embargo, no tienen pretensiones de modelos definitivos maciones en el fútbol véase Elías
y Dunning: “El fútbol en Gran
(los piensa como comienzo más que final) y pueden asu- Bretaña durante la Edad Media y
comienzos de la Edad Moderna”
mir distintos niveles de generalidad, así como analizar
en Deporte y ocio en el Proceso
procesos de largo alcance o configuraciones específicas de la Civilización (1992) o el ya
citado “Dinámica de los grupos
dentro de tales procesos24. deportivos con especial referen-
cia al fútbol” en el mismo volu-
Cuando Elías piensa los modelos de figuración,
men.
menciona que a menudo hay que considerar más de los
24 Es el caso de la Sociedad
dos planos que constituirían la totalidad de la estructura
Cortesana dentro del Proceso
integrada y las composiciones constituyentes, esto es, nos Civilizatorio. Al respecto, puede
propone pensar en términos de figuraciones componen- consultarse la Introducción a La
Sociedad Cortesana (Elías: 1996)
tes de figuraciones. En este sentido, distingue los estudios en especial pp. 50-52.

Revista de la Facultad 16, 2010 155


Ana Matus

analíticos (fragmentos teóricos, observacionales, prime-


ros objetos de investigación) y los estudios sinópticos
(figuración global, perspectiva de unidad altamente inte-
grada, marco general) enfatizando la necesidad de una
correspondencia y coordinación que permita a los cientis-
tas sociales mover el foco de sus observaciones de un
plano a otro; para lo cual deben estrecharse los canales
de comunicación con quienes trabajan en los otros nive-
25 En relación con el continuo les25.
de un modelo de modelos y sus Siguiendo con el concepto de figuración, vemos
relaciones véase (Elías: 2002) en
especial pp. 58-65. como sitúa en el centro del planteo teórico de su sociolo-
gía figuracional, el problema de las interdependencias
humanas. La pregunta que se formula Elías es acerca de
qué es lo que relaciona a unos hombres con otros, qué es
lo que los hace mutuamente dependientes.
Encuentra que aquello que entrelaza a unos con
otros son las vinculaciones sociales, las que constituyen
las cadenas de interdependencia de la figuración. Estas
varían según la diferenciación social y la multiplicidad de
planos de las sociedades, extendiéndose al ritmo de la
complejización social.
Es posible construir diversos modelos de vinculacio-
nes: profesionales, estatales, entre otras. Sin embargo, un
aporte interesante del pensamiento de Norbert Elías apa-
rece dado por la inclusión en el ámbito de la sociología de
las vinculaciones emocionales como eslabones de unión
de la sociedad. Es decir que no solo las vinculaciones
impersonales como las mencionadas (estatales o profesio-
nales) tienen un lugar como objeto legítimo de reflexión
sociológica.
Justamente, el modelo de valencias afectivas ofrece
un punto de partida para reorientar la imagen del hom-
bre, desde el homo clausus a la de “hombres abiertos” o
homines aperti. Lo que nos está diciendo Elías, es que las
vinculaciones afectivas son parte de las disposiciones bio-
lógicas específicas del hombre, en tanto inclinación hacia
otros hombres y permanencia afectiva.
Las vinculaciones afectivas, argumenta, muestran
que la satisfacción de esta valencia insatisfecha depende

156 Revista de la Facultad 16, 2010


Formando parte uno de los otros

de las demás personas; lo que se opone a la noción de


hombre como ser único y solitario. Las vinculaciones emo-
cionales permiten visibilizar la trascendencia de los aspec-
tos personales de las vinculaciones humanas, la amplia
gama de interdependencias que se basan en conexiones
emocionales de carácter personal26.
26 Se pueden distinguir las vin-
En síntesis, la noción de interdependencia está ínti- culaciones afectivas “cara a
mamente ligada a la de equilibrio de tensiones, y ambas cara” –que aluden al vínculo
directo en las relaciones perso-
dan forma al concepto de figuración en tanto sistema de nales-; y aquellas que se dan a
través de formas simbólicas, por
interacciones que puede verse desde la perspectiva del
referencia a vínculos comunes
individuo. como el escudo, la bandera
(desde el Estado Nación hasta un
Se trata, en definitiva, de aquella fórmula acuñada club de fútbol) y que supone una
vinculación intensa similar a la
por Elías que retomamos para titular este artículo:
proyección a una persona queri-
“Formamos parte los unos de los otros”. da.

Reflexiones finales

La conceptualización que propone Elías es sin duda


original, en tanto nos invita a un ejercicio de pensamien-
to que nos llevaría a romper con una perspectiva de un
mundo separado en el “interior” humano y el “mundo
exterior” de los hombres, que se sostiene fuertemente
arraigada y naturalizada sobre nuestra auto-experiencia,
construida en el largo plazo.
Asumir la propuesta que hemos reseñado, significa
dudar de esa visión de nosotros mismos como seres cerra-
dos, terminados, autónomos, con una cáscara externa y
un núcleo escondido en su interior; comporta reflexionar
sobre el mundo de lo específicamente humano y sobre la
importancia de los otros, en tanto personas abiertas con
distintos grados de autonomía relativa que se definen por
las valencias insatisfechas que buscan anclar en otros
seres humanos, y cuya completud absoluta es una ficción
–con los efectos que ello conlleva, como esperamos haber
dejado en evidencia en lo anterior-
Cuando Elías establece como condición para la

Revista de la Facultad 16, 2010 157


Ana Matus

tarea sociológica abandonar una posición contemplativa


sobre los entramados humanos para “hacerse cargo de
uno como una persona entre otras” significa, para los
cientistas sociales, reconocerse como parte de esos con-
juntos de interrelaciones formados por seres humanos,
que busca comprender y hacer comprender. En términos
de Elías, se trata del dilema de participante – observador
que atraviesa la lógica de los campos de las ciencias socia-
les y que puede explicar las situaciones de enlace doble
que persisten en relación con el conocimiento de los
entramados humanos.
Concretamente, se refiere a las dificultades prove-
nientes de que los cientistas sociales son participantes de
la vida turbulenta de la sociedad (lo cual, además, es con-
dición para comprender y conocer cómo experimentan
los seres humanos los grupos propios y ajenos) por lo que
resulta necesaria una operación mental que les permita,
como profesionales, distanciarse de su posición como
miembros de grupos específicos, para poder distinguir las
realidades de las fantasías en la acumulación de un cono-
cimiento adecuado de las realidades de los planos de inte-
gración humanos.
Esta, en definitiva, es una de las tareas pendientes
de la sociología: romper el círculo vicioso del doble lazo
que se establece entre ideas con un alto contenido de
fantasía y un escaso dominio sobre las amenazas de los
hombres contra otros hombres. Dicho de otra forma, se
trata de propiciar un modo de pensar sobre los fenóme-
nos sociales más distanciado, adecuado y autónomo, apli-
cando los instrumentos teóricos y metodológicos de la
sociología en provecho de una inteligibilidad incrementa-
da de la experiencia humana; tarea necesaria en situacio-
nes históricas como las actuales, en las que personas y
grupos representan graves peligros las unas para las
otras. Junto con ello, debemos procurar, paso a paso, la
emancipación de modelos que llevan la impronta de las
ciencias físicas y cuyo trasvase mecánico al análisis de los
contextos humanos hay que poner en debate, para recu-
perar aquello que nos hace devenir seres humanos.

158 Revista de la Facultad 16, 2010


Formando parte uno de los otros

Finalmente, y convencidos de la actualidad y vigen-


cia de este pensamiento, esperamos haber logrado - a
partir del recorrido compartido en estas páginas- generar
el espacio para ejercitar un pensamiento sociológico en
movimiento.

Bibliografía

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Gedisa editorial.
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Revista de la Facultad 16, 2010 159


Formando parte uno de los otros

Revista de la Facultad 16, 2010 160


Revista de la Facultad 16, 2010 161-192

Radiografiando
las ciudades
Una arqueología del estudio Joaquín Perren*
de la diferenciación socio-espacial joaquinperren@gmail.com

Resumen

diferenciación socio-espacial-
La diferenciación espacial ha sido unos de los ras-
estudios urbanos - ensayo biblio-
gos más duraderos de la vida urbana Este texto no pre- gráfico
tende analizar este fenómeno a lo largo de la historia,
sino, por el contrario, propone visitar la producción cien-
tífica dedicada al estudio de la estructura interna de las
ciudades.
A lo largo del texto se presenta una serie de hipó- * Joaquín Perren es Profesor
tesis, elaboradas en distintos momentos y desde diferen- en Historia y Especialista en
Historia Regional por la
tes ópticas teóricas, partir de las cuales intentaremos mar- Universidad Nacional del
car temas, problemas y metodologías para el análisis de Comahue, Doctor en Historia
por la Universidad Nacional
ciudades, como las patagónicas, cuyo estudio en clave del Centro de la Provincia de
histórica no ha sido abordado suficientemente. Buenos Aires, investigador del
nodo “Centro de Estudios de
Historia Regional” de la
Unidad Ejecutora en red
“Investigaciones Socio
Históricas” (ISHIR-CONICET),
becario postdoctoral del
Consejo de Investigaciones
Científicas y Técnicas (CONI-
CET). Es docente de las facul-
tades de Economía y
Humanidades de la
Universidad Nacional del
Comahue. Publicó en co-auto-
ría los libros “Neuquén: 100
años de historia” (2004), “Un
conflicto social en el Neuquén
de la Confianza” (2007) y
“Silencio Hospital. Una histo-
ria de la salud pública de
Neuquén” (2009).

Revista de la Facultad 16, 2010 161


Joaquín Perren

X- raying the cities


An archaeology of the studies on
socio-spatial differentiation

Socio-spatial differentiation – Special differentiation has always been one of the


urban studies – bibliographic most long-lasting features of urban life. The aim of this
essay
text is not to analyse this phenomenon in a diachronic
way, throughout history, rather, it intends to revise the
scientific production which investigates the internal struc-
tures of a city.
A series of hypothesis is presented throughout the
text. They will be elaborated in different moments, and
from the perspective of different theories, and they will
serve as the starting point from where we will try to
address various topics, problems and methodologies to
study cities such as those located in the Patagonian
region, that have not been sufficiently analyzed from a
historical perspective.

162 Revista de la Facultad 16, 2010


Radiografiando las ciudades

Introducción

La diferenciación espacial ha sido unos de los ras-


gos más duraderos de la vida urbana. Ya desde el naci-
miento de las ciudades como fenómeno social, observa-
mos distintos tipos de segmentaciones territoriales. Las
primeras aglomeraciones asiáticas, aquellas nacidas hace
cinco milenios en el cercano oriente, no sólo contaban
con calles que albergaban de forma selectiva a comer-
ciantes, artesanos y funcionarios, sino además presenta-
ban un clivaje entre barrios altos y bajos que reflejaba en
buena medida la estratificación social (Borsdorf, 2003:
129). Los grandes imperios de la antigüedad, desde Roma
hasta China, no fueron ajenos a esta situación: sus princi-
pales ciudades estaban surcadas por contrastes en mate-
ria de densidad demográfica y en la calidad de vida de sus
habitantes. Las crónicas de la época no dejan dudas al
respecto. Marco Polo, por ejemplo, señalaba que la capi-
tal china presentaba distritos escasamente habitados,
donde residían altos funcionarios y comerciantes acauda-
lados, pero también otros que estaban caracterizados por
el hacinamiento y la ausencia de planificación (Matas,
1975).
El despegue de las economías industriales, en los
siglos XIX y XX, no hizo más que acentuar las asimetrías
al interior del paisaje urbano. En los albores de la revolu-
ción industrial, Federico Engels, con su característico tono
de denuncia, señalaba un hecho que luego la sociología
urbana norteamericana convertiría en la piedra basal de
su modelización de la estructura urbana moderna.
Cuando el filósofo alemán describía Manchester no duda-
ba en señalar la huida de la burguesía hacia los márgenes
y la ocupación de las viejas casonas céntricas por una
“raza de obreros con una fuerte mezcla de sangre irlan-
desa” (Engels, 1980). No podríamos dejar afuera de este
recuento a las urbes engendradas por el “socialismo real-
mente existente”. Aunque imaginadas a partir del princi-
pio de la igualdad, las mismas contuvieron una diferen-
ciación que, lejos de estar asentada en contraposición
entre burgueses y trabajadores, tuvo al prestigio social y

Revista de la Facultad 16, 2010 163


Joaquín Perren

al lugar ocupado en la estructura estatal como variables


explicativas. Así, emergía una ciudad dividida en, por lo
menos, tres partes: un barrio elitista de funcionarios, uno
para la población “normal” y otro que correspondía a los
inmigrantes rurales (Borsdorf, 2003: 130).
Este ensayo pretende ser un recorrido por la pro-
ducción científica que puso al estudio de la estructura
urbana en el centro de sus preocupaciones. Se trata de
mostrar las escalas de un itinerario que, por momentos,
pareciera confundirse con el siglo XX. No deseamos que
estas páginas se conviertan en una receta -única y defini-
tiva- para el abordaje de las ciudades. Preferimos, en todo
caso, presentar una serie de hipótesis elaboradas en dis-
tintos momentos y desde diferentes ópticas teóricas que
nos permitan marcar temas, problemas y metodologías
para el análisis de ciudades, como las patagónicas, cuyo
estudio en clave histórica no ha sido abordado suficiente-
mente.

La primera escala de este itinerario nos conduce a


los aportes de la escuela de Chicago, especialmente los
realizados luego de la Primera Guerra Mundial. Si bien las
particulares formas que siguió el poblamiento en ciuda-
des afectadas por la inmigración fue objeto de diferentes
reflexiones -tanto de testigos casuales como de políticos
horrorizados-, una mirada sistemática sobre ellas tuvo
que esperar a los años veinte. De la mano de sociólogos
como Thomas, Park o Burgess, los efectos “no deseados”
de la apresurada urbanización norteamericana dejaron de
ser un problema policial, para convertirse en la piedra de
toque de una profunda ruptura epistemológica. Al mismo
tiempo que se abandonaba el estudio del funcionamien-
to “normal” de la sociedad, se abría una variada agenda
que incluía a grupos étnicos minoritarios, la salud mental,
la drogadicción, la delincuencia juvenil y, desde luego, el
análisis de la estructura urbana como ese laboratorio que
permitía el desarrollo de estas “excentricidades”. El trata-

164 Revista de la Facultad 16, 2010


Radiografiando las ciudades

miento de estos temas produjo un salto adelante respec-


to a la idea de “conductas desviadas”, de uso habitual en
la época y con una innegable carga valorativa detrás.
Quedaba claro que estos asuntos no podían ser aborda-
dos como un agregado heterogéneo, sino como manifes-
taciones de un proceso que había sacudido los cimientos
de las sociedades modernas.
En lo referido al análisis de la ciudad es necesario
destacar dos conceptos que dialogaron en el armado de
su propuesta teórica. El primero de ellos es el guetto,
nombre con el que habitualmente se conocía los enclaves
de diferentes grupos migratorios. En su dimensión espa-
cial, tal como nos dice Moya, el guetto representaba “un
área segregada, compacta y relativamente cerrada de pri-
mer asentamiento en los distritos centrales, con alquileres
bajos y una apariencia decadente” (2003: 140). Desde un
punto de vista social, estos espacios eran la residencia de
una población “tradicional”, en gran medida recién llega-
da, que intentaba reproducir su cultura en un escenario
completamente diferente al original. De esta colisión
entre expectativas y realidad nacería una marginalidad
que no sólo se relacionaba con el lugar ocupado en el
mercado laboral, sino también con el desajuste psicológi-
co que provocaba una creciente desmoralización. Este
punto sería reforzado por la utilización de “descripciones
densas” que se esmeraban por reflejar cada faceta de la
vida en los márgenes. Biografías de jóvenes delincuentes
(Shaw, 1930), inmigrantes polacos (Thomas y Znaniecki,
1927) o de organizaciones del crimen organizado
(Thrasher, 1928) fueron los medios utilizados para brindar
un efecto dramático a una mirada novedosa que hizo
tabula rasa con los estudios de la época.
El segundo concepto que andamiaba la propuesta
de la escuela de Chicago era la descentralización o movi-
miento hacia fuera. La idea detrás de este principio era
bastante sencilla: a medida que se adaptaban a los ritmos
de la vida urbana, los migrantes comenzarían a ubicarse
en áreas periféricas nuevas, a salvo de la decadencia de
los distritos centrales. Pero ese movimiento, que Burgess
llamó de invasión-sucesión, no ocurría de una vez y para
Revista de la Facultad 16, 2010 165
Joaquín Perren

siempre. Como el caudal de llegados no mostraba señales


de agotamiento, los nuevos migrantes se asentaban en
las áreas desocupadas por los de mayor experiencia en la
ciudad, en un proceso de recambio permanente que con-
ducía a nuevas situaciones de equilibrio. Así pues, queda-
ba establecida una sucesión de zonas que ganaban en
“habitabilidad” conforme nos alejamos de los distritos
centrales de la ciudad.

Figura 1. Modelo de anillos concéntricos según


Burgess (1925) Fuente: BUZAI (2003)

Si en estos se concentraban las funciones políticas,


comerciales y administrativas, a su lado se desarrollaba
una zona de transición que albergaba opciones habitacio-
nales económicas, negocios poco competitivos y empren-
dimientos relacionados con la “mala vida”. A continua-
ción seguían barrios de trabajadores y, sobre todo, de
inmigrantes que escapaban al deterioro de los guettos de
primer asentamiento. Un tercer anillo era el sitio elegido
por familias acomodadas, tanto nativas como de segunda
generación de migrantes, para desarrollar una vida que
conservaba pocos lazos con los restantes espacios. Con
servicios comerciales, financieros y entretenimientos a su
disposición se comportaba como un “guetto a la inversa”,
albergando casi con exclusividad a los estratos superiores
de la sociedad.
El montaje de un modelo de franjas ecológicas, ins-

166 Revista de la Facultad 16, 2010


Radiografiando las ciudades

pirado tanto en las ciencias biológicas como en la econo-


mía clásica, llevaba consigo un supuesto teórico de peso.
Si bien la estructura de la ciudad no parecía mostrar cam-
bios sustanciales, las personas que habitaban esos espa-
cios presentaban una naturaleza inestable. El movimiento
desde los distritos deteriorados a los barrios más alejados
del centro, era el reflejo de una transformación cultural
de largo alcance temporal: el universo tradicional de los
migrantes era reemplazado, en primer lugar, por una cul-
tura obrera general y, finalmente, por las pautas que defi-
nían a una clase media urbana. En cierto sentido, ese
tránsito, que involucraba dos generaciones, contenía las
coordenadas de la asimilación de los migrantes a la socie-
dad anfitriona o, lo que es igual, la apropiación de una
cultura que exaltaba al individuo por sobre la comunidad
tradicional (Grafmeyer y Joseph, 1984: 12). Es interesante
observar cómo, desde esta perspectiva, el abanico de
posibilidades de quienes llegaban a la ciudad se reducían
a dos opciones: apropiarse de valores culturales homogé-
neos e invariables, o bien resignarse a sobrevivir en los
márgenes de la sociedad sufriendo los desestabilizadores
efectos del desarraigo.

II

Quedaba de esta forma establecida una duradera


ortodoxia en el estudio de la estructura urbana que solo
sería cuestionada en las últimas décadas. Esto es así al
punto que los estudios que siguieron el rastro inaugura-
do por Burgess no hicieron más que complejizar el mode-
lo propuesto por el sociólogo norteamericano. En esas
coordenadas debemos ubicar a los aportes de Hoyt
(1939). Este autor, sin refutar la idea de la sucesión de
franjas ecológicas, incorporó una nueva variable al análi-
sis del paisaje urbano: los usos dados al suelo. Sobre la
base de un estudio comparativo entre veinticinco ciuda-
des estadounidenses, realizado hacia fines de la década
de 1930, este reconocido economista advirtió que el valor
de la renta no se distribuía de forma aleatoria sino, por el

Revista de la Facultad 16, 2010 167


Joaquín Perren

contrario, asumía la forma de sectores. Estas zonas, fun-


cionalmente diferenciadas, tenían una inextricable rela-
ción con las vías de comunicación. El modelo de Hoyt,
basado en la competencia de las personas y las empresas
por un bien tan escaso como la tierra, podría resumirse en
un razonamiento: como el valor de la renta era proporcio-
nal a la accesibilidad de la parcela, las áreas de mayor
valor era aquellas ubicadas en el centro geográfica de la
ciudad o bien aquellas que se recostaban sobre alguno de
sus ejes de transporte, ya sea en las cercanías de las vías
del ferrocarril o bien próximas a alguna de las rutas de
alto tráfico.
Sobre la base de esta constatación, Hoyt concluyó
que las urbes modernas tendían a crecer siguiendo el
patrón de cuñas que nacían del distrito central comercial
y se desarrollaban en dirección a la periferia.

Figura 2. Modelo sectorial de Hoyt (1939)


Fuente: Elaboración propia.

De acuerdo con este modelo, las funciones comer-


ciales, llevadas adelante por empresas de importante
poder económico, se concentrarían en las áreas de mayor
accesibilidad, justo donde convergen la mayoría de las
vías de comunicación. El sector secundario, por su parte,
se desplegaría en una franja de tierra adyacente a las prin-
cipales vías de comunicación, alrededor de la cual se asen-
tarían los sectores sociales de menores recursos. Este low-
income housing, además de sufrir una falta de conectivi-
dad respecto al resto de la ciudad, debían soportar las

168 Revista de la Facultad 16, 2010


Radiografiando las ciudades

consecuencias no deseadas de la industria, entre las que


podemos contar el tráfico, el ruido y la polución. En el
corredor opuesto de la ciudad, donde los efectos de las
actividades manufactureras se desdibujaban, se ubicarían
las residencias de los sectores más encumbrados de la
sociedad: la elite sobre algún eje de transporte, mientras
que la clase media alrededor de aquella. Así pues, el prin-
cipal elemento de estructuración social de las ciudades,
más allá de algunos componentes concéntricos, era direc-
cional y tenía a las vías de comunicación rápidas como
articulador por excelencia. Esto último se debía a que
aquellas, en palabras de Buzai, bajaban la fricción espacial
y permitían el corrimiento de socio-residencial hacia el
exterior (2003: 67).
Para apreciar un nuevo aggiornamiento de la pro-
puesta de Burgess debemos internarnos en la década de
1940. Harris y Ullman, tomando en consideración los
aportes de sus predecesores, presentaron el modelo de
los “núcleos múltiples” (1945: 7-17). En un intento de
brindar un mayor realismo a su pesquisa, estos autores
escaparon de los análisis unidimensionales que habían
caracterizado al estudio de la estructura urbana en el
pasado. Las ciudades, desde esta novedosa mirada, con-
tenían tres soportes que las diferenciaban de las áreas
rurales. El primero de ellos, que contemplaba las ideas
vertidas por Burgess dos décadas antes, remitía a la teo-
ría del lugar central y consideraba a la ciudad a partir de
un área de influencia regular que iba perdiendo fuerza a
medida que se avanzaba hacia la periferia. El segundo, en
cambio, parecía inspirarse en el modelo de Hoyt: las vías
de transportes, decían Harris y Ullman, eran fundamenta-
les en la instalación de servicios que se distribuían de
forma lineal. El tercero, por su parte, se refería a la con-
centración, en determinadas áreas de la ciudad, de servi-
cios altamente especializados. Aeropuertos, shoppings
centers o universidades eran buenos ejemplos de espacios
que, lejos de ser cápsulas en la estructura urbana, atraían
hacia allí distinta clase de actividades afines o comple-
mentarias que aprovechaban las ventajas de la escala.
Quedaba de esta forma conformado una serie de clusters

Revista de la Facultad 16, 2010 169


Joaquín Perren

de localizaciones que, aunque reflejaba en buena medida


el funcionamiento de las ciudades modernas, rompía con
la armonía planteada por las modelizaciones anteriores.
La combinación de estos tres soportes modelaba
una estructura a todas luces compleja (Figura 3). El distri-
to central de negocios, tal como afirmaba Hoyt, seguía
siendo el área mas valorada de la ciudad por su enorme
accesibilidad. Alrededor del mismo se establecía la indus-
tria liviana y, en la misma dirección pero hacia la periferia,
las viviendas de la población de bajos recursos. La otra
mitad de la ciudad se distribuía entre una clase media que
residía en las proximidades del distrito central y una elite
que optaba por instalarse en un área segregada de la
periferia, alejada del ruido de la industria y, por lo gene-
ral, con un alto valor paisajístico. Asimismo, la importan-
te extensión de la ciudad, facilitada por la difusión de los
medios de transporte individuales, volvía factible y hasta
necesaria la aparición de nuevos centros comerciales que
establecían con distrito central una relación que podía ser
de complementariedad o bien de competencia. La estruc-
tura multi-nuclear propuesta por Harris y Ullman se com-
pletaba con ciudades satélites que servían de residencia a
los commuters y con un área suburbana destinada a la
industria pesada, alrededor de la cual podían generarse
asentamientos de clase obrera.

Figura 3. Modelo de los núcleos múltiples de Harris y


Ullman (1945) Fuente: Elaboración propia

170 Revista de la Facultad 16, 2010


Radiografiando las ciudades

La importante urbanización que experimentó el


planeta en la postguerra fue la piedra de toque de una
interesante revisión de los modelos formulados en las
décadas precedentes. Sin poner en cuestión los supuestos
sobre los que había sostenido su interpretación de la ciu-
dad, Hoyt intentó ver la impacto en el paisaje urbano de
fenómenos como la popularización de los vehículos parti-
culares, la construcción de autopistas, la mayor accesibili-
dad de la periferia y el aumento en la capacidad de con-
sumo de amplias capas de la sociedad. Estos procesos, de
algún modo tributarios de la edificación de los Estados de
bienestar occidentales, habían provocado modificaciones
en el modelo de la estructura urbana. Al calor del primer
jalón de la globalización, como caracteriza Hobsbawm a
la mundialización de la economía propia de los años
dorados del capitalismo occidental (1999: 122), algunos
centros comerciales, sobre todo los ubicados en las gran-
des metrópolis estadounidenses, se convirtieron en distri-
tos financieros de alcance internacional. Al mismo tiem-
po, los subcentros comerciales, esos señalados por Harris
y Ullman, cobraron un dinamismo tal que terminaron por
transformarse en focos de intercambios a escala regional.
Así pues, los estudios urbanos parecieron ampliar su esca-
la para dar cuenta de las complejas relaciones que las ciu-
dades comenzaban a tejer con su entorno.
En cuanto a la variable social, la revisión de los años
sesenta apuntó en diferentes direcciones. Ese centro, que
Burgess había caracterizado como un inner city, fue per-
diendo algunas de sus características más distintivas. Los
sectores populares, especialmente los que estaban expe-
rimentando movilidad social ascendente, fueron trasla-
dándose hacia la periferia y su lugar fue ocupado por
familias antiguas y por solteros, dando origen a un proce-
so que algunos autores han denominado gentrificación
(Buzai, 2003: 72). Los estratos más encumbrados también
modificaron sus pautas de residencia: aunque todavía se
asentaban mayoritariamente a una cierta distancia del
distrito central de negocios, no conformaban un anillo
exterior, tal como proponía el modelo clásico de la escue-
la de Chicago. En lugar de ello, las urbes norteamericanas

Revista de la Facultad 16, 2010 171


Joaquín Perren

mostraban a la elite con localizaciones sectoriales,


siguiendo por lo general las vías de comunicación y por
fuera de los ejidos urbanos, entre medio de las cuales se
ubicaban las áreas residenciales de clase media. Del
mismo modo, y de forma creciente, los centros que
daban vida a las urbes del tercer cuarto del siglo XX habí-
an comenzado a ser objeto de un proceso de renovación
que sirvió de base su creciente utilización como residen-
cia de sectores de nivel socioeconómico alto, especial-
mente en edificios de altura que funcionaban como con-
dominios.

III

Ahora bien, llegados a este punto algunas pregun-


tas parecieran inevitables: ¿pueden los modelos aplica-
dos a la experiencia norteamericana explicar el panorama
urbano latinoamericano?, ¿es posible hablar de una
estructura urbana propiamente latinoamericana, comple-
tamente alejada de los rasgos prescritos por plantillas
conceptuales supuestamente universales?.
Schnore, hacia mediados de la década de 1960, fue
el primer cientista social que procuró dar respuesta a
estos interrogantes (1965). En un estudio clásico, el
sociólogo norteamericano señaló que las ciudades latino-
americanas presentaban algunas particularidades que
difícilmente podían ser explicadas a partir de las herra-
mientas teóricas desarrolladas por Burgess. Tomando
como ejemplos ciudades mexicanas, centroamericanas y
andinas, Schnore llamaba la atención sobre un aspecto: a
diferencia de las ciudades anglosajonas, las situadas en la
America Hispana presentaban a los grupos poblacionales
de mayor poder económico en el centro de la ciudad,
más precisamente en las proximidades de la plaza cen-
tral. Del mismo modo, los sectores populares, lejos de
ocupar las áreas centrales degradadas e invadidas por la
“mala vida”, se extendían en abanico hacia la periferia. A
la hora de buscar explicaciones a esta disparidad,
Schnore no centró su atención en las diferencias cultura-

172 Revista de la Facultad 16, 2010


Radiografiando las ciudades

les, idiosincrásicas usando sus palabras, sino más bien se


aferró a un esquema gradualista. Desde su perspectiva,
que podríamos ubicar en el casillero del evolucionismo
ecológico, la pauta tradicional latinoamericana era, en
realidad, un caso particular de la pauta pre-industrial, tan
bien retratada por Kohl (Cit. Correa 1993) primero y
Sjoberg (1960) después, que de estar dadas las condicio-
nes iba a tomar la apariencia del modelo de Burgess. Las
palabras del propio Schnore son elocuentes al respecto:

Suponiendo como dados el crecimiento


urbano y la expansión del centro, y dadas tam-
bién mejoras apropiadas en el transporte y las
comunicaciones, puede esperarse que los estratos
altos se trasladen de la localización central a la
periférica y que los estratos bajos tomen posesión
del área central abandonada por la elite
(1965:359)

El intento de analizar la experiencia latinoamerica-


na como una escala intermedia de un recorrido que cul-
minaba en las ciudades anglosajonas fue objeto de nume-
rosas críticas. Es cierto que ese esquema ayudaba a enten-
der lo que, hacia mediados del siglo XX, estaba sucedien-
do en algunas urbes de la región cuyas estructuras eran
sacudidas por el arribo de una multitud de migrantes y
por una decidida huida de las elites hacia la periferia (por
caso, La Habana pre-revolucionaria y Bogotá) (Garnier
1973 y Amato, 1968). Sin embargo, eran tantos los acier-
tos como las refutaciones a las que podía ser sometido el
evolucionismo ecológico de Schnore. El temprano estudio
de Torres sobre la ecología urbana de Buenos Aires es una
buena muestra de ello. Haciendo uso de un análisis facto-
rial, en buena medida inspirado en los sugestivos ensayos
de Romero (2007), este renombrado urbanista sostuvo
que el caso de Buenos Aires no sólo presentaba algunas
contradicciones insalvables respecto al modelo de
Burgess, sino que además su experiencia podía utilizarse
como contraprueba (1978: 29-31). Advirtiendo el hecho
que el nivel socio-ocupacional de la población disminuía

Revista de la Facultad 16, 2010 173


Joaquín Perren

a medida que nos internamos en el conurbano, Torres


afirmaba que Buenos Aires había adquirido las notas dis-
tintivas de las ciudades preindustriales en el momento en
que la industria estaba desplegando sus alas. En otras
palabras, la capital argentina, “a pesar de ser, dentro de
las metrópolis latinoamericanas, la que mas temprana-
mente accedió a un proceso de industrialización, es tam-
bién la que más se aparta del llamado tipo ecológico
industrial” (1978: 30).
Una crítica sistemática a los modelos tradicionales
debió esperar a la década de 1970. Fue Yujnovsky quien,
sin desmerecer los modelos de raíz anglosajona, propuso
la necesidad de atender los múltiples fuerzas que se con-
jugaban en el funcionamiento de una ciudad (1975). Esta
ultima, desde una mirada alineada con el clima planifica-
dor de la época, debía ser considerada como un sistema
en el que la intervención sobre algunos de los componen-
1 Retomando alguno de los prin- tes que la estructuran podía afectar a los restantes1. De
cipios sugeridos por Marx en su
esta forma, las aglomeraciones urbanas dejaban de ser
Grundisse, Castells (1972) define
al sistema urbano como la articu- concebidas como simples artefactos, pasibles de ser
lación especifica de las instancias
de una estructura social al inte-
modificados en términos sólo arquitectónicos, para con-
rior de una unidad espacial de vertirse en objeto de un abordaje multidimensional e
reproducción de la fuerza de tra-
bajo. Los elementos que lo con- interdisciplinario (Buzai, 2003: 79). Con ese norte progra-
forman serían: producción, con- mático, Yujnovsky abrió una agenda, en buena medida
sumo, intercambio, dimensión
simbólica y la gestión (enten- inspirada en las sugestivas tesis de Castells (1972), que
diendo a esta última como la dio aire fresco a los estudios urbanos latinoamericanos.
regulación en las relaciones entre
los tres primeros componentes Entre otros elementos, este geógrafo reconocía la necesi-
en función de la dominación de
una clase).
dad de prestar atención a las actividades económicas
–muchas de las cuales excedían los límites de la ciudad-,
a las múltiples esferas en que podían manifestarse la
interacción humana (social, económica, cultural y políti-
ca), a la infraestructura montada en el espacio urbano
como generadora de flujos al interior del espacio urbano,
a las tensiones que generaba el desajuste entre aspectos
físicos y dinámica social, así como a las variaciones que
estos elementos tenían a lo largo del tiempo. Esta combi-
nación de aspectos daba por resultado una estructura
urbana que necesariamente debía ser analizada de forma
dinámica. No existía un modelo de ciudad latinoamerica-
no y, menos aun, un gradiente de formas que conducían

174 Revista de la Facultad 16, 2010


Radiografiando las ciudades

inevitablemente al modelo de ciudad norteamericano,


sino, en todo caso, estructuras particulares que eran
resultado de la conjunción de los elementos señalados.

IV

En parte por el desfase que algunos cientistas des-


cubrieron en relación a los modelos tradicionales y en
parte por la búsqueda de una mayor complejidad, vemos
como fue madurando la necesidad de generar modelos
que, desde la diversidad, pudieran explicar las principales
características de las ciudades latinoamericanas. En esas
coordenadas encontramos los aportes de la geografía ale-
mana, sobre todo los realizados entre las décadas de
1970 y 1980, a partir de los cuales se dispararon numero-
sas reflexiones que intentaron incorporar al análisis aspec-
tos tan propios de la región como la segregación socio-
ocupacional, el fuerte peso de las migraciones (primero
transoceánicas y luego internas), la herencia arquitectóni-
ca hispánica y la industrialización por sustitución de
importaciones.
Los abanderados en esta nueva manera de pensar
la ciudad latinoamericana fueron Bähr y Mertins, quienes
estudiaron las urbes de la región durante la década de
1960; es decir, en el periodo en el que las mismas estaban
acelerando los tiempos de su industrialización (Bähr y
Mertins, 1981: 22-45) . Al fragor de estos cambios, que
sacudieron la estructura demográfica de aquellas ciuda-
des, los geógrafos teutones alertaron sobre la existencia
de tres patrones espaciales que modelaban la expansión
urbana del subcontinente. El primero de ellos pareciera
seguir una lógica concéntrica, tal como observaba
Burgess para el caso de Chicago (Figura 4). Debido a su
distinta valoración económica, producto de su mayor o
menor accesibilidad, los anillos resultantes eran dueños
de funciones específicas: el distrito central de negocios
concentraba la actividad del sector terciario, un primer
anillo era destinado para usos múltiples -allí convivían
residencias, industrias livianas y comercios minoristas- y,

Revista de la Facultad 16, 2010 175


Joaquín Perren

por ultimo, el segundo anillo alojaba las zonas residencia-


les para la población de bajos recursos. Junto a esta con-
figuración concéntrica se apreciaba una segunda que
parecía inspirarse en el modelo sectorial de Hoyt: la explo-
sión de los límites originales de la ciudad tomaba la forma
de cuñas que avanzaban hacia la periferia (Figura 4). Esos
sectores que albergaban, en direcciones opuestas, a la
elite socioeconómica y al grueso de los recién llegados de
bajos recursos, seguían la dirección de los centros comer-
ciales y de las áreas industriales respectivamente. Por ulti-
mo, Bärh y Mertins descubrieron una estructura celular
que caracterizaba a la periferia (Figura 4). Estos enclaves,
que señalaban la explosión de los límites de la ciudad tra-
dicional y el desarrollo urbano en dirección a los subur-
bios, estaban conformados por barrios informales, pro-
yectos habitacionales oficiales y por opciones residencia-
les de clase alta. Sobre estos últimos, Mertins hizo, algu-
nos años después y a la luz del avance del neoliberalismo,
una caracterización mucho mas detallada. Inmersos en
sistema de vigilancia permanentes y con fuertes dispositi-
vos de encerramiento, estos espacios de segregación fue-
ron pensados por el geógrafo alemán en términos de
gated communities (2003: 195)

Figura 4. Modelo de ciudad latinoamericana de Bähr


y Mertins (1981) Fuente: WINTER (2002)

176 Revista de la Facultad 16, 2010


Radiografiando las ciudades

Además de imaginar un nuevo modelo para las ciu-


dades latinoamericanas, Bähr y Mertins prestaron aten-
ción a los flujos poblacionales que daban vida a las metró-
polis en su camino hacia la industrialización. Siguiendo el
consejo que Yujnovsky hiciera algunos años antes, estos
autores incorporaron una variable que hacía a la esencia
del proceso de urbanización del subcontinente: las migra-
ciones. El recurso de las flechas, que dotaba de dinamis-
mo a la representación de la estructura urbana, parecía
indicar un proceso de integración que contaba con dife-
rentes etapas (Figura 4). Para quienes arribaban desde
áreas rurales, cuya inserción se daba en los peldaños infe-
riores de la estructura ocupacional, la primera opción resi-
dencial era en las cercanía del distrito central de negocios,
lugar desde donde se trasladaban hacia la periferia con el
propósito de acceder a alquileres económicos, a una par-
cela propia o bien para instalarse en un asentamiento ile-
gal (Buzai, 2003:84). En el caso de ciudades de crecimien-
to explosivo, en las cuales las alternativas residenciales en
el centro eran escasas en relación a la cantidad de
migrantes arribados, el proceso pareciera reducirse a una
sola etapa: la instalación directa en la periferia. Claro que
la periferia no era imaginada como un espacio homogé-
neo y monolítico. Lejos de ello, Bähr y Mertins suponían a
aquella atravesada por una enorme cantidad de intercam-
bios que ponían en cuestión la caracterización de guetto,
siempre y cuando definamos a este ultimo como una área
compacta, segregada y cerrada sobre si misma. De la grá-
fica emerge un intenso tráfico entre barrios ilegales por
invasión, barrios semiclandestinos por fraccionamientos
clandestinos, low cost housing y proyectos gubernamen-
tales. Con todo, es interesante observar en la propuesta
de los geógrafos alemanes la ausencia de flujos que, ori-
ginados en la periferia, tengan como destino el centro de
la ciudad o bien alguna área residencia de clase media o
de elite. Miradas de más largo aliento, como las que
siguieron el rastro dejado por el pionero trabajo de
Gribaudi (1987), muestran la existencia de flujos con la
dirección inversa: la instalación en la periferia podía con-
formar parte de una estrategia familiar cuyo punto de lle-

Revista de la Facultad 16, 2010 177


Joaquín Perren

gada podía ser un espacio socialmente hibrido, sea este el


centro de la ciudad o un barrio de clase media.

Escapar de la rigidez propia del evolucionismo eco-


lógico, expresado en la propuesta de Schore, fue también
una bandera enarbolada por algunos cientistas estadou-
nidenses. Este fue el caso de Griffin y Ford, quienes hacia
comienzos de los ochenta propusieron un modelo de aná-
lisis alternativo para el desarrollo de las ciudades latinoa-
mericanas (Griffin y Ford, 1981: 127-130). No siempre
reconociendo la influencia de la geografía alemana, tal
como Crowley señalara en un polémico texto (1998: 127-
130), estos geógrafos hallaron algunas particularidades
dignas de ser analizadas. En principio, la ciudad latinoa-
mericana combinaba, en dosis variables, elementos tradi-
cionales ligados a la herencia hispánica con otros que
podríamos ubicar en el casillero de la “modernidad”. Esa
naturaleza ambigua se plasmaba en dos principios de
estructuración que Griffin y Ford identificaron en las ciu-
dades que habían servido de laboratorio a sus hipótesis
(Tijuana en México y Bogotá en Colombia): por un lado,
existía un distrito central de negocios, del cual se despren-
día un eje de negocios; mientras que, por el otro, era visi-
ble una morfología basada en la sucesión de anillos con-
céntricos.

Figura 5. Modelo de ciudad latinoamericana de


Griffin y Ford (1981)
Fuente: KNOX, MASTON y NASH (2002)

178 Revista de la Facultad 16, 2010


Radiografiando las ciudades

Desde la óptica de la geografía norteamericana, el


centro comercial constituía un foco en el que se concen-
traban las funciones culturales, laborales y comerciales de
las ciudades de la región. Este sector reunía todas las
características que los sociólogos de Chicago había descu-
bierto para el caso norteamericano, pero albergaba un
vestigio cuyo origen debemos rastrear en la etapa colo-
nial: una plaza central que se encontraba rodeada de los
edificios públicos de mayor relevancia. El carácter limita-
do de esta área de la ciudad, algo que ya había sido mar-
cado por Hoyt, volvía indispensable una expansión del
mismo en forma de columna (Figura 5). Quedaba así deli-
neada una franja de la ciudad en la que sobresalían los
negocios de alto standard, la oferta de entretenimientos
y espacios recreativos de enorme valor paisajístico (por
ejemplo, parques, jardines botánicos y zoológicos) (Reñe,
1994: 226). Esta columna dorsal, spine en palabras de
Griffin y Ford, albergaba a su alrededor un sector residen-
cial de elite que se desplegaba en dirección a la periferia,
donde se edificaban los suntuosos suburbios de los que
hablaban Bähr y Mertins (Figura 5).

Figura 6. Modelo de ciudad latinoamericana de Ford


(1996) Fuente: FORD (1996)

Revista de la Facultad 16, 2010 179


Joaquín Perren

Por fuera de esta configuración sectorial, el resto de


la ciudad parecía seguir una lógica concéntrica cuya tra-
ducción en el plano eran tres añillos sucesivos (Figura 5).
El primero de ellos constituía un “área de madurez” en la
que se localizaban las residencias de mayor prestigio,
excepción hecha de las ubicadas alrededor del eje comer-
cial. El elevado grado de consolidación de esta zona apa-
recía como una respuesta espacial a la limitada movilidad
al interior del espacio urbano. No es casual, entonces, que
allí se asentara una población estable que tenía a su dis-
posición servicios como desagües, pavimento, ilumina-
ción y escuelas. El segundo anillo, al que los autores
denominaron “zona de acrecentamiento in situ”, se pare-
cía mucho a un área de transición entre los espacios resi-
denciales de clase media y el anillo externo de la ecología
urbana. A diferencia de la homogeneidad que pareciera
caracterizar al primer anillo, en esta zona convivían dife-
rentes configuraciones habitacionales que iban desde
viviendas edificadas por sus propios moradores hasta pro-
yectos oficiales de construcción (Buzai, 2003: 91).
Cualquier posibilidad de acceder a una mejor condición
de vida reposaba en la extensión de la red de servicios
desde la zona de madurez hacia esas zonas. Nada de ello
sucedía en el tercer anillo que se caracterizaba por una
virtual ausencia de servicios y una menor calidad en la
edificación. En ese cuadrante de la ciudad, dice Buzai,
“existían calles de tierra, el agua se obtenía generalmen-
te de forma manual a través de pozos o grifos públicos”,
así como se distinguía “un déficit muy importante en el
sistema de recolección de basura y una falta de alumbra-
do público” (2003: 91). En términos sociales, estos asen-
tamientos periféricos albergaban a una población que se
desempeñaba en los escalones inferiores de la estructura
ocupacional, sobre todo de aquellos que llegaban de
áreas rurales y que no estaban habituados a la lógica de
funcionamiento urbano.
Ya en el corazón de la década de los noventa, Ford
realizó una revisión de su modelo a la luz de las aplicacio-
nes del mismo a diferentes experiencias concretas.
Tomando distancia de la propuesta alemana, juzgada de

180 Revista de la Facultad 16, 2010


Radiografiando las ciudades

compleja y de ser más un mapa que un modelo, el geó-


grafo norteamericano incorporó algunos cambios a su
plantilla conceptual los cuales tenían la ventaja de poder
“ser incluidos sin crear un caos visual” (Ford 1996: 439).
Entre ellos, no podemos dejar de mencionar una nueva
configuración del centro tradicional que comenzaría a
mostrar una mayor especialización a su interior: por un
lado, era evidente la continuidad de un espacio destinado
a las actividades comerciales tradicionales; por el otro, no
menos claro era el hecho que una parte del mismo se
había modernizado incorporando a su fisonomía grandes
estructuras, edificios de oficinas y hoteles de lujo (Figura
6). Asimismo, la aparición de los grandes centros comer-
ciales, comúnmente llamados malls, completaba la
columna comercial que se dirigía en dirección a la perife-
ria, sumando gráficamente un aspecto que había sido
señalado anteriormente por Mertin y Bärh. Los préstamos
que Ford tomó de otros cientistas siguieron con un sector
destinado a la industria inspirado en las señeras reflexio-
nes de Harris y Ullman. Por su necesidad de espacio, esta
área, denominada “parque industrial”, se localizaba en la
periferia y estaba conectada con el centro a partir de una
vía de comunicación de envergadura, ya sea algún ramal
ferroviario o una autopista, alrededor de la cual se insta-
laba la pequeña industria. Las novedades más significati-
vas del paisaje urbano latinoamericano, el mall y el par-
que industrial, estaban conectadas entre sí por medio de
una ruta de circunvalación que, además de facilitar el
tránsito dentro de la ciudad, marcaba un límite tanto
entre los antiguos y nuevos sectores de elite como entre
los barrios tradicionales y los nuevos asentamientos peri-
féricos (oficiales y espontáneos)
En esta versión remozada del modelo de Ford, las
clases medias presentaban una localización específica que
desafiaba el ordenamiento concéntrico de la ciudad. A
cierta distancia de la “zona de madurez”, área que las
contenía en la matriz original, las clases medias fueron
objeto de un proceso de periferización. La razón de este
traslado es fácilmente explicable: la cercanía con respecto
a la elite suponía para los sectores medios una garantía

Revista de la Facultad 16, 2010 181


Joaquín Perren

en términos de seguridad, estatus y protección (Ford


1996: 439-440). Al mismo tiempo, desde la óptica de los
sectores mas encumbrados de la sociedad, esa franja ocu-
pada por la clase media funcionaba como una zona de
amortiguación, buffers en términos del propio Ford, que
resguardaba a los primeros de las pautas residenciales de
los sectores populares (Buzai 2003: 90). La arquitectura
propuesta por Ford se completaba con un área, ubicada
en cercanías del distrito central de negocios y en plena
zona de madurez, que sería renovada para atraer al turis-
mo pero también para albergar a una población joven de
buen nivel adquisitivo. Esta última, expresada en la idea
de gentrificación, fue quizás el único elemento novedoso
señalado por Ford en su revisión, algo que no dejó pasar
Crowley, quien en una ácida crítica sostuvo que la simpli-
cidad del primer modelo del norteamericano había sido
resultado de omisiones deliberadas (1998: 128-129). Así
pues, lo que en la mirada de Ford eran rasgos que habían
hecho su aparición en los noventa, no construían para
Crowley algo novedoso: “malls, parques industriales, sec-
tores residenciales de clase media podían ser mas abarca-
tivos y de mayor envergadura en el presente, pero ellos
eran parte del tejido urbano desde los años sesenta y
setenta” (1998: 129).

VI

La geografía alemana colaboró en la construcción


de un modelo de ciudad latinoamericana en un segundo
sentido. Así como el descubrimiento que la realidad de la
región difícilmente encajaba en las plantillas elaboradas
para la experiencia anglosajona había preparado el terre-
no para los aportes de Bähr y Mertins primero y de Griffin
y Ford después, la necesidad de dotar a este esquema
interpretativo de una perspectiva diacrónica preparó en
terreno para un cruce entre geografía urbana e historia.
Fue Axel Borsdorf quien enfrentó este desafío con mayor
solvencia. Tomando a la vasta producción alemana y nor-
teamericana como insumo, este autor planteó una

182 Revista de la Facultad 16, 2010


Radiografiando las ciudades

secuencia de modelos urbanos que comenzaba con las


ciudades coloniales de principios del siglo XIX y concluía
con las ciudades fragmentadas de fines del siglo XX2. 2 En la propuesta de Borsdorf
Cada uno de estos modelos, que eran de algún modo resuenan los ecos de los pione-
ros trabajos de Henri Lefebvre
reflejos de las actividades económicas que daban vida a (1970), quien en una obra clási-
las urbes del continente, estaba caracterizado por princi- ca una secuencia que comenza-
ba en la “ciudad política”, tan
pio básico en la estructuración espacial. Pensado de esta propia de la antigüedad, y culmi-
manera, el estudio de las ciudades latinoamericanas tenía naba en la “zona crítica”, en la
que la era evidente una concen-
mucho de arqueológico, por cuanto el análisis de la tración demográfica de enverga-
dura, un éxodo desde el campo y
estructura urbana debía considerar el elemento que la una completa subordinación de
modelaba en el presente pero también aquellos que lo lo agrario respecto de lo urbano..
habían hecho en el pasado (y que todavía estaban conte-
nidos en su morfología).
Este recorrido por la diferenciación espacial de las
ciudades latinoamericanas comenzaba en la época colo-
nial, en la que el principio de estructuración urbano esta-
ba dado por el contraste centro-periferia (Borsdorf 2003:
138-139). Quedaba así definida una morfología concén-
trica, sólo que en el sentido inverso al señalado por
Burgess: alrededor de la plaza central se ubicaba la elite,
mientras que a medida que nos alejamos de ese punto
ganaban terreno los sectores populares. La segunda esca-
la del recorrido propuesto por Borsdorf eran las ciudades
post-independentistas. La singularidad de este periodo,
además de la llegada de una ingente masa de inmigran-
tes transoceánicos, estaría dado por la aparición de un
nuevo principio vertebrador del espacio urbano: la dife-
renciación sectorial basada en estructuras lineales
(Borsdorf, 2003a: 40). El buque insignia de este nuevo
modelo fue el desarrollo de sectores de clase alta cuya
orientación corrió paralela al boulevard principal.
Asimismo, siguiendo el mismo principio, se desarrollaron
las primeras zonas industriales, especializadas en la pro-
ducción de bienes de consumo, cuya localización siguió la
dirección de las líneas ferroviarias que conectaban la ciu-
dad con su hinterland.

Revista de la Facultad 16, 2010 183


Joaquín Perren

Figura 7. Modelo de desarrollo estructural de las ciu-


dades latinoamericanas de Borsdorf.

Fuente: BORSDORF (2002)


La segunda etapa de la industrialización por susti-
tución de importaciones, aquella inspirada en las recetas
cepalinas, no hizo más que amplificar las tendencias del
periodo anterior. De acuerdo al esquema de Borsdorf, en
esta tercera fase de la estructuración urbana se aprecia
una creciente polarización de las ciudades del subconti-
nente. Por un lado, hicieron su aparición pública los
barrios marginales periféricos que, dependiendo del país,
fueron bautizados con nombres tan diversos como
callampas, barriadas, villas miserias o favelas. Estos nue-
vos espacios de segregación socioeconómica, donde se
asentó la mayoría de quienes habían llegado para abaste-
cer de mano de obra al sector secundario, estaban locali-
zados en alguna franja estrecha del ejido original o, como
sucedió mayormente, en lotes aislados fuera de la ciudad.
Por el lado de la elite, es evidente un fenómeno de
las mismas características: una fuerte periferización de
sus pautas residenciales. Las décadas centrales del siglo

184 Revista de la Facultad 16, 2010


Radiografiando las ciudades

XX fueron testigo de la aparición barrios exclusivos que se


ubicaban a cierta distancia del casco histórico, con calles
amplias y no necesariamente siguiendo una lógica de
damero, pero también de los primeros centros comercia-
les, émulos de los shopping centers estadounidenses,
alrededor de los cuales comenzaron a asentarse los secto-
res de mayor poder adquisitivo. Pero fue el surgimiento
de los country club, barrios cerrados alejados del ruido de
ciudad, aquella novedad que tendría duraderas conse-
cuencias en la estructuración de las urbes latinoamerica-
nas. Esto, debido a que representaba, como quizás ningu-
na otro componente del paisaje urbano, el decidido
encapsulamiento de un sector de la población.
De esta manera, el contraste entre una ciudad rica
y una ciudad pobre pareció tomar un camino que, en lo
inmediato, no tenía retorno. No casual, entonces, que el
principio de estructuración espacial más importante haya
sido el crecimiento celular por fuera del perímetro urba-
no, ya sea protagonizado por la elite o por los sectores
populares (Borsdorf 2003a: 42).
Por último, Borsdorf habla de una cuarta etapa en
la que la ciudad polarizada se vuelve un verdadero mosai-
co. Aunque con antecedentes en los setenta y los ochen-
ta, este nuevo modelo de desarrollo urbano alcanzó su
versión más acabada en los noventa. Si el deseo de impul-
sar la industria sobre la base del proteccionismo había
generado una ciudad que mostraba componentes celula-
res, el desembarco del recetario neoliberal fue la piedra
de toque de una nueva transformación: “la estructura
urbana otra vez cambió a un organismo totalmente frag-
mentado” (Borsdorf, 2003: 139).
Aunque parezca contradictorio, en aquellos años
mantuvieron vigencia sólo dos principios estructurales del
pasado, ambos destacados en el modelo de ciudad de
Bähr y Mertins: la tendencia sectorial-lineal y el crecimien-
to celular. Claro que cada uno de ellos fue objeto de pro-
fundas transformaciones. El ferrocarril, motor del creci-
miento lineal en el siglo XIX, y las autopistas centrífugas
de mediados del siglo pasado perdieron relevancia. Su

Revista de la Facultad 16, 2010 185


Joaquín Perren

lugar fue ocupado por autopistas intraurbanas, construi-


das con la financiación de capitales privados, que fueron
fundamentales en la aceleración del tránsito y en la pues-
ta en valor de zonas periféricas para la residencia de las
clases medias y altas (Meyer y Bärh, 2001: 293-321). Estos
dispositivos tuvieron, en palabras de Borsdorf, una doble
función: “por una parte, la extensión de las autopistas
acentuó las estructuras lineales, y por otra, constituyó un
antecedente para la formación de estructuras de nodos
fragmentados que hoy son las más notables en el períme-
tro urbano” (Borsdorf 2003a: 43). Esta fragmentación,
descrita por una enorme cantidad de autores, desde
Janoschka (2002) hasta Portes y Roberts (2005), presenta
una naturaleza multiforme y se expresa en elementos tan
variados como complejos de vivienda amurallados, cen-
tros comerciales dotados de barreras, áreas industriales
de acceso restringido y Business Parks cerrados. Para resu-
mir los procesos sucedidos en las dos últimas décadas
podríamos hablar, junto a Cabrales Baraja (2002), de paí-
ses que abrieron sus economías y de ciudades que cerra-
ron su estructura.
Claro que la fragmentación no sólo tuvo como
protagonistas a los sectores más encumbrados de la
sociedad. Lejos de ello, el desembarco de las fórmulas
neoliberales convirtió a la segregación urbana “por deba-
jo” en un mecanismo que ha reproducido y acentuado las
desigualdades socio-económicas. Después de todo, el
“aislamiento de los pobres” no ha hecho más que recor-
tar el horizonte de quienes sobreviven en estos espacios
de relegación, lo cual, como no podía ser de otra forma,
ha llevado a que la mayoría de quienes allí residen imagi-
nen a la pobreza como única posibilidad. La idea de rela-
tive privation, desarrollada por Merton a mediados del
siglo XX, es muy útil para dar cuenta de este tipo de situa-
ciones. Podríamos sintetizar la aplicación de esta idea, tan
cara a la sociología tradicional, de la siguiente manera:
como toda evaluación sobre la situación personal se
encuentra condicionada por el entorno relacional más
cercano, la ausencia de figuras sociales dinámicas (porque
no las hay o porque se desplazan a otras áreas de la ciu-

186 Revista de la Facultad 16, 2010


Radiografiando las ciudades

dad) complica enormemente las chances de andamiar


procesos de movilidad social (Gribaudi 1987).
Cuando este fenómeno comienza a cubrir con su
manto una importante superficie de la ciudad -como
algunos estudios parecieran indicar para el caso de
metrópolis latinoamericanas, norteamericanas y europe-
as- resulta incontenible un simultáneo proceso de desin-
tegración social y de estigmatización de aquellas áreas
cuyos paisajes se vuelven socialmente homogéneos
(Sabatini 2003: 14). La ciudad polarizada que tenía a la
movilidad social como un rasgo ineludible se volvía un
lejano recuerdo del pasado y era reemplazada por un sór-
dido cuadro de inmutabilidad. Las palabras de Auyero
(2001), aunque aplicadas al caso de Buenos Aires, son
ideales para retratar una de las transformaciones más sig-
nificativas que han experimentado las urbes alrededor del
mundo:

De ser una zona de residencia transitoria y


luego un lugar en el cual las mejoras colectivas y
progreso personal era posible -una villa de la
esperanza-, la villa es hoy un espacio desolado, de
inmovilidad social y de una extendida inseguridad
física y social. En este contexto, las imágenes del
Bronx y las del Lejano oeste [usadas para caracte-
rizar aquellos espacios] son las maneras que los
habitantes tienen que decir que este paraíso se
convirtió en un infierno (2001: 91)

Conclusiones

De este recorrido creemos importante señalar dos


aspectos que juzgamos fundamentales, siempre y cuando
nuestro propósito sea dotar al estudio diferenciación
socio-espacial de un contenido analítico que permita dar
un salto adelante respecto del uso metafórico que de
aquella habitualmente se hace (Machado Barbosa, 2001:
4).
En primer lugar, creemos necesario abrazar una
aproximación multi-escalar que, siguiendo los consejos de

Revista de la Facultad 16, 2010 187


Joaquín Perren

Yujnovsky, permita incorporar las diferentes variables que


se conjugan a la hora de explicar la diferenciación al inte-
rior del espacio urbano. De ahí la importancia de tomar
nota simultáneamente de aspectos tan disímiles como
aquellos fenómenos sucedidos en las alturas de la econo-
mía, el funcionamiento del mercado laboral a nivel local,
las políticas públicas en materia habitacional y la lógica
de funcionamiento de las familias involucradas.
En segundo término, nos parece imprescindible
sumar una mirada histórica a la exploración de la estruc-
tura interna de las ciudades. Visualizar las tendencias de
largo plazo constituye el único camino para evitar tanto
estudios sincrónicos basados en observaciones puntuales
como también aquellos que, aunque incorporaron la
dimensión temporal, no dejan de ser suma de instantáne-
as. Después de todo, si bien la diferenciación espacial ha
sido una postal permanente del contexto urbano, ésta ha
tomado diferentes formas a lo largo del tiempo. Conocer
los cambios y continuidades que presenta este fenómeno,
siempre combinando distintos niveles de observación, es
aquello que las ciencias sociales “pueden y deben hacer”,
siguiendo el sabio consejo de Bourdieu (1996: 13), y es
también el principal aporte que la historia puede hacer a
su comprensión.

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Revista de la Facultad 16, 2010 193-216

Actividades físicas
de aventura
en medios naturales1
Norberto Rocha*
jnrocha@crub.uncoma.edu.ar

Resumen

En las últimas cinco décadas han tenido auge pro- deporte - riesgo - ventura - turis-
mo - naturaleza
gresivo las prácticas recreativas asociadas al turismo de
aventura, adscriptas a valores postmodernos e inscriptas
en el imaginario social como deportes en libertad, alter-
nativos respecto de los tradicionales, basados en criterios
de incertidumbre y riesgo controlados, argumentos claves
de su estrategia comercial. Se trata de un universo en per-
manente cambio y de mayor complejidad por las conti-
nuas innovaciones tecnológicas en materiales y diseños
de equipos; constituye un área de gestión particularmen-
1 Este artículo se inscribe en el
te sensible a las tensiones entre las aspiraciones de liber- marco del Proyecto de
tad individual de los practicantes, las responsabilidades y Investigación “Recreación,
Naturaleza y Aventura en el
controles de empresas oferentes y las autoridades de apli- Parque Nacional Nahuel Huapi“.
cación. Consideramos Actividades Físicas
de Aventura en Medios
Naturales (AFAMN) a las nuevas
actividades y/o nuevas versiones
de las tradicionales, especial-
mente las deportivas, resultado
de la evolución de la tecnología
de materiales y diseños de equi-
pos e instalaciones, universo en
constante expansión en cantidad
y complejidad.
* Dardo Rocha Panizza es soció-
logo, especialista en
Metodología de la Investigación
Científica. Es docente e investi-
gador de la FADECS,
Universidad Nacional del
Comahue.

Revista de la Facultad 16, 2010 193


Norberto Rocha

Implementing adventure on
outdoors physical activity

sports – risk – adventure – tou- During the last five decades, the recreation practi-
rism – nature
ces related to adventure travel have progressively gathe-
red momentum. Such practices are ascribed to postmo-
dern values, and have entered the social imaginary as
sports played in freedom. They constitute an alternative
to traditional sports, and their being based on parameters
of controlled risk and uncertainty has become a major
selling point. This universe is in perpetual motion, since
the technological innovations introduced in the design
and the material of the equipment bring about an incre-
asing complexity. Said practices conform a particularly
sensitive area of management, due to the tense interac-
tion of the aspirations of freedom of the individuals
taking part in these activities, the control and the respon-
sibility exerted by the companies offering such services,
and the regulation provided by the corresponding autho-
rities.

194 Revista de la Facultad 16, 2010


Actividades físicas de aventura en medios naturales

Introducción

Desde la década de los años 80, el sector turístico


comercial interpretó las actividades de aventura como
opción respecto al turismo tradicional masivo (búsqueda
de sol y playa), nuevas modalidades que incluyeran la rea-
lización plena del ser humano, educar, la igualdad de des-
tino de los pueblos, la liberación del hombre, el respeto
por su identidad y dignidad, la afirmación de la originali-
dad de las culturas y el respeto del patrimonio moral de
los pueblos; sus variantes más populares son el turismo
de aventura, el ecoturismo y el agroturismo.
Las Primeras Jornadas Nacionales sobre Turismo de
Aventura (1989) lo definieron como turismo alternativo
que requiere participación en grupo, acciones propias y
personalizadas que realzan el yo, esfuerzos corporales
distintos a los cotidianos, protagonismo del turista en
decisiones y realizaciones concretas, con énfasis especial
en la conservación del medio ambiente. La Secretaría de
Turismo de la Nación (1999) estableció que el turismo
alternativo es no masivo, distinguiéndose especialmente
por la forma de contactos entre visitantes, la naturaleza y
las comunidades locales.
Las motivaciones de estos turistas se relacionan con
la posibilidad de vivir experiencias directas y participati-
vas, conocer los ambientes naturales visitados; el turista
es actor en sus experiencias, toma contacto directo con
los medios naturales y sociales que contacta, se interesa
por conocer y aprender los fenómenos que lo componen.
Los destinos son ambientes naturales relativamente poco
alterados, no contaminados, preferentemente en áreas
protegidas; no requiere gran desarrollo de infraestructu-
ra, intenta favorecer las interrelaciones visitante-comuni-
dad local y es un instrumento eficaz para el uso sosteni-
ble de los recursos naturales y culturales. Los costos fre-
cuentemente son más elevados que en el turismo tradi-
cional por trabajar con grupos reducidos, brindar aten-
ción personalizada y emplear guías muy especializados
(Schlüter, 2003: 153-157).

Revista de la Facultad 16, 2010 195


Norberto Rocha

En enero del 2008, el Instituto Argentino de


Normalización y Certificación y la Secretaría de Turismo de
la Nación presentaron los requisitos para la gestión de la
calidad en el sector Turístico con el objetivo de profesio-
nalizar las actividades del sector y generar confianza en
los destinatarios de servicios, incluyendo los antecedentes
de normas ISO previamente adoptadas en
Argentina,abarcando once áreas indicadoras de su cre-
ciente importancia turística y social: Hotelería, Cabañas,
Casa de huéspedes (Bed & Breakfast), Áreas Naturales
Protegidas, Senderismo y Travesías, Montañismo,
Cabalgata, Cicloturismo, Rafting, Canotaje, y
Restaurantes2. El documento normatiza criterios de acci-
dentes, aclimatación, capacidad de carga, conservación,
2 Resaltamos en cursiva los con- desarrollo sostenible, exploración, impacto ambiental,
cernientes a las AFAMN. peligro, responsabilidad social (con seis categorías de
manejo de la Unión Mundial Para la Naturaleza, de pro-
tección total y parcial), riesgos, turismo activo, y zonifica-
ción de Parques Nacionales: uso público intensivo, exten-
sivo e intangibles (IRAM-SECTUR 2008, 42300:8-9, 22-23;
42500:10).

Los deportes, productos modeladores de sus socieda-


des

Deporte significa sustraerse al trabajo, diversión,


tarea no pesada, actitud de juego; la satisfacción reside
más en la experiencia que en los resultados; si éstos son
placenteros aumenta el deleite de participar; practicado
acorde a formas tradicionales y reglamentaciones, puede
ser competitivo añadiéndole motivaciones y valor.
Las competencias generalmente traducen resulta-
dos en cifras; el éxito se expresa en una marca superior en
la mayoría de los deportes y más baja en actividades
como el cross country o el golf. La competencia individual
puede ser con las propias marcas o las establecidas pre-
viamente por otros. Los que se practican como pasatiem-
po o diversión no requieren mayores preocupaciones por
su calidad de ejecución. Parece tener mayor éxito quien se

196 Revista de la Facultad 16, 2010


Actividades físicas de aventura en medios naturales

esfuerza para obtener lo que considere un alto nivel de


resultado; interés y dedicación se desarrollan junto con la
destreza.
La preparación para alto nivel de rendimiento
requiere un trabajo fuerte y agotador; la prueba final
puede incluir el autocontrol. A pesar de esa enorme exi-
gencia, el placer no parece totalmente eliminable. Los
seres humanos necesitan probar su capacidad máxima, a
veces llegar hasta el límite de su esfuerzo. El placer inten-
so reside tanto en lograr el récord y la marca como en
tomar parte en una competencia lo mejor posible, probar-
se, sobresalir, mostrar coraje y capacidad física, sentirse
aptos, encarar retos con ecuanimidad, enfrentar el
mundo con la cabeza alta y la confianza de desempeñar
con éxito una misión.
Michel Bouet3 afirmó que el deporte brinda placer,
de lo contrario habría dejado de ser objeto de interés
general, placer que producen el movimiento muscular, la 3 En Signification du Sport, 1968.

respiración y la circulación activados; la euforia experi-


mentada después de un esfuerzo es un profundo relaja-
miento, una resolución de la tensión energética del cuer-
po.
Las pruebas atléticas producen estados de intensa
emoción, la mayoría placenteros. El conflicto entre osadía
y timidez, la alegría de superar las dificultades que pre-
senten algún riesgo o peligro, las aprehensiones, el placer
de soportar las penalidades y suprimir el dolor de la fati-
ga con objetivos de éxito incrementan la emoción y con-
tribuyen a la intensidad y el dramatismo de la experiencia.
El total traslado de la tensión fuera de sí mismo que rea-
liza una persona en competición para concentrarse en el
juego es saludable psíquicamente y emocionalmente
satisfactorio.
Los deportes son un producto cultural, una clase
de juego con tres características esenciales: libertad, aisla-
miento y reglamentación. Aislamiento significa que el
tiempo y el espacio del juego están circunsciptos dentro
de límites fijos acorde con reglas libremente aceptadas,
obligatorias, animadas por un espíritu propio, acompaña-

Revista de la Facultad 16, 2010 197


Norberto Rocha

das por sentimientos de tensión, alegría y conciencia de


su diferenciación de la vida común. Tiene normas, regla-
mentos, tradiciones y técnicas y es una evasión de las nor-
mas comunes de vida.
El hombre desarrolla patrones de movimientos
para satisfacer sus necesidades de vida y de diversión; la
vida es actividad y gran parte de ella no es necesaria para
usos utilitarios, de ahí nace el juego, vía de escape para
impulsos, deseo de plenitud e imitación de la conducta
formal de los adultos (Lawther, 1987: 12-14, 26-27, 59-
60)
Norbert Elias y Dunning 4 afirman que el deporte es
una manifestación representativa de las sociedades con-
4 En Norbert Elias, El proceso de temporáneas, componente fundamental de sus procesos
civilización, 1988, y en Dunning,
Sport et civilisation, 1994. civilizatorios; el conocimiento del deporte es la clave del
conocimiento de la sociedad. Nuestra civilización implan-
tó un control de manifestaciones violentas de los ciuda-
danos; el nivel de ese proceso debe determinarse por el
grado de autocontrol que cada uno de sus miembros
haya llegado a aprender. El deporte y las actividades figu-
rativas tienen una función social tan importante como la
del trabajo. Para los ciudadanos del mundo desarrollado,
las actividades en la naturaleza, particularmente las de
aventura, proporcionan oportunidades de vivir emociones
complementarias de las tensiones sin emoción producidas
por las rutinas de la vida social. (Lahire, 2006: 289; Sicilia
Camacho, 1999: 1).
Paul Yonnet5 estableció una analogía entre cultura
de la resistencia física y crisis energética mundial para
5 En Paul Yonnet, Jeux, modes et interpretar el auge del jogging en la década de los 70. Se
masses, 1985.
imponía una nueva economía de energías, proponer
menores tasas de crecimiento y apelar a fuentes alterna-
tivas; el jogger buscaba corporalmente una nueva econo-
mía energética, señalando el pasaje de una sociedad de
impulso y crecimiento a una de duración y estado estacio-
nario que preparara a los individuos para las peores even-
tualidades ecológicas. Aprendizaje típico de conductas de
supervivencia: preparación para el sufrimiento, conserva-
ción del equilibrio de oxígeno, maximización del aprove-

198 Revista de la Facultad 16, 2010


Actividades físicas de aventura en medios naturales

chamiento de fuentes energéticas restringidas.


Disposiciones familiarmente constituidas inducen a
practicar cierto deporte, contribuyendo a actividades dife-
renciadas por afinidades de grupos y categorías sociales.
Son disposiciones morales, políticas, relación con la auto-
ridad y el poder, modo de vida. Por contraparte, el depor-
te contribuye activamente a la construcción de disposicio-
nes sociales, especialmente vinculadas a grupos de perte-
nencia y género, y a la producción y reproducción de dife-
renciaciones sociales, formas de ver, sentir y actuar.
Aunque existen individuos atípicos que practican depor-
tes no congruentes con su clase o género (mujeres prac-
ticantes de pesas, box o fútbol).
Un hábitus de práctica deportiva incluye un sistema
coherente y duradero de disposiciones cuando la sociali-
zación es prolongada, sistemática e intensa, con actores
muy comprometidos que dedican la mayor parte de su
tiempo a entrenar, ejercer su deporte y orientar su accio-
nar en relación a esta actividad. Los deportes no contie-
nen en sí significaciones o propiedades culturales, pueden
ser objeto de apropiaciones múltiples socialmente dife-
renciadas por sexo, clase social y edad. Con sus progra-
mas de entrenamientos más o menos sistemáticos y dura-
deros, sus tiempos de prueba, sus resultados y sus sancio-
nes positivas o negativas, son experiencias de socializa-
ción modeladora de sus practicantes, sus cuerpos y sus
relaciones con el esfuerzo y el sufrimiento, su moral, su
relación con el poder, con lo colectivo, su espíritu de soli-
daridad en la competencia o de competencia en la solida-
ridad. Las prácticas deportivas son un laboratorio donde
captar los vínculos entre las formas de relación de apren-
dizaje, tipos de disposiciones, de saber hacer, formas de
ejercicio del poder y de autoridad (Lahire, 2006: 293-301)
El deporte moderno estuvo asociado al juego, la
alegría y la formación moral; mediante la competición, los
practicantes aprendían valores, lealtad, superación de sí
mismos; hasta mediados del siglo XIX, las referencias a
virtudes fueron su tema central, alabado y alentado por-
que desarrollaba las más altas cualidades morales; princi-

Revista de la Facultad 16, 2010 199


Norberto Rocha

pios de los que participaba el espectáculo deportivo, que


debía sugerir una dimensión ideal además de diversión.
En las últimas décadas del siglo XX el deporte no partici-
pó de lo antedicho acorde con una primacía de valores
posmoralistas, narcisistas y espectaculares.
El deporte masivo actual es una actividad domina-
da por la búsqueda del placer, del dinamismo energético,
la experiencia de uno mismo; después del deporte disci-
plinario y moralista, estamos en el deporte relacionado
con el ocio, la salud y el desafío, que genera expectativas,
sensaciones y equilibrio íntimo, valorización de uno
mismo, evasión y relajación. La virtud ya no legitima nece-
sariamente al deporte, que sigue siendo un medio de
valorización individual e inserción social mitigador o eli-
minador de violencias colectivas; lo legitima la emoción
corporal, el placer, la forma física y psicológica. El depor-
te es uno de los emblemas más significativos de una cul-
tura individualista narcisista centrada en el éxtasis del
cuerpo.
Se multiplican las actividades físicas basadas en la
resistencia física y el esfuerzo (maratón, body building,
aerobic), las emociones fuertes, el riesgo, la aventura
(esquí y kayak extremos, raids motorizados, superviven-
cia, barranquismo, parapente, rafting); la disciplina del
esfuerzo y las prácticas puritanas están de moda luego de
la oleada de hedonismo polisensualista. Los individuos se
entrenan para sí mismos, para mantenerse, superarse,
incluyendo riesgo y mortificación física. El principio del
logro se democratiza, personaliza y psicologiza perfeccio-
nado por la gestión utilitarista del capital corporal, la
optimización de forma y salud, la emoción de lo extremo.
El espíritu de hazaña vincula la competición con uno
mismo; un individuo se mide con otros para afirmar el
ego autoconstructor vencedor de uno mismo. Pasaron a
primer plano la victoria sobre sí, el mejoramiento indivi-
dual, el equilibrio íntimo, el descubrimiento del potencial
propio que orientan la demanda a actividades adaptadas
a la edad y la fuerza (cardio funk, personal training, fit-
ness). Mediante el esfuerzo deportivo, un individuo se
contruye con el único objetivo de ser más él mismo y valo-

200 Revista de la Facultad 16, 2010


Actividades físicas de aventura en medios naturales

rar su cuerpo: un producto narcisista.


Las sociedades modernas han minimizado la pres-
cripción de los deberes de un individuo hacia sí mismo y
maximizado el trabajo en el perfeccionamiento funcional
de su propio cuerpo sin desplazar a las actividades lúdicas
y hedonistas. Las actividades son tributarias del deporte
de ocio, de la curiosidad y del esparcimiento, ideales de
límites, de logros ascéticos (tennis, bicicleta todo terreno,
deportes de aguas blancas), afirman progresivamente los
deseos de formación y progreso individual. Se multiplican
las capacitaciones deportivas en una era de enseñanza de
masas personalizada. Los practicantes son mayoritaria-
mente irregulares, veraneantes que buscan más juego y
sensaciones físicas que trofeos, más experiencia en natu-
raleza y convivencia, variedad y descubrimiento que exce-
lencia.
Junto a la exigencia de progreso hazañístico coexis-
ten deseos distractivos y polimorfos de progreso-juego.
La demanda de iniciación deportiva de masas no implica
frenesí profesional generalizado ni relegación de finalida-
des lúdicas, sino constructivismo hedonista que aspira a
un nivel medio de éxito, a progresos valorizadores sin la
disciplina austera de los entrenamientos intensivos. Se
desarrolla el deporte como moda cincelado por la mer-
cantilización, la diferenciación marginal y la renovación
acelerada, ampliando continuamente su variedad de acti-
vidades, junto a los objetos utilitarios, productos de cui-
dados e industrias culturales. Predomina lo efímero, la
hibridación marginal, lo novedoso, la promoción, el mar-
keting de versiones opcionales del culto narcisista del
cuerpo y la animación, del entusiasmo de masas respecto
de prácticas y sensaciones inéditas del cuerpo.
El espectáculo deportivo es el ideal emblemático
de la modernidad democrática y competitiva porque per-
mite clasificar a los practicantes sobre una base justa,
igualitaria y meritocrática: vencedores por esfuerzos pro-
pios, no por adscripción, concuerda la igualdad de princi-
pio y la desigualdad social factual.
El deporte ofrece lo extraordinario en capacidades

Revista de la Facultad 16, 2010 201


Norberto Rocha

y perfección, la excepcionalidad corporal y su estética. El


logro atlético combina estilo y fuerza, táctica y potencia,
enfrentamiento y superación de los límites. En toda haza-
ña deportiva hay voluntad de poder en sentido nietzsche-
ano; cuanto más impresionantes son los logros, más uni-
dos están el esfuerzo muscular y la calidad formal de jue-
gos y gestos. La alta competición tiende a asemejarse a
un arte total, un espectáculo donde la superación de lími-
tes se realiza con perfección estética en una época donde
se glorifican productos cero defecto; de esta manera, los
héroes participan de la cultura de calidad total, técnica y
formal (Lipovetsky, 2008: 112-118)
La disminución de actividad física ha sido progresi-
vamente notoria a medida que el sistema de producción
evolucionó hacia una condición postindustrial. Un des-
canso pasivo tiende a recuperar del cansancio físico más
propio del periodo industrial; el descanso activo se dirige,
sobre todo, a eliminar la fatiga mental del trabajo postin-
dustrial. La disminución del trabajo físico mantiene la
necesidad de compensarlo con actividad física para evitar
trastornos físicos y psicológicos generados por el primero.
Nuestra cultura restringió las manifestaciones públicas de
emoción fuerte. Al aumentar el control social y el auto-
control, aumentaron formas periódicas de descontrol o
de locura simulada.
La concepción de deporte está cambiando inducida
por los cambios generados por los nuevos modos de pro-
ducción de las sociedades occidentales. Entre sus tenden-
cias de prácticas de final de siglo XX destacan: aumento
de los deportes individuales respecto de los colectivos,
modificación de deportes tradicionales a formas más
recreativas y participativas, mercantilización en todos los
ámbitos deportivos, elección de deportes muy influencia-
da por modas y más hedonismo que ascetismo.
Aumentan las competiciones light, con participantes de
niveles muy heterogéneos. Se valoran más las relaciones
sociales que el rendimiento, tiende minimizarse el entre-
namiento, la jerarquía y la planificación del deporte,
aumenta la cantidad de modalidades deportivas practica-
das, existe una proliferación multidireccional, no unifor-

202 Revista de la Facultad 16, 2010


Actividades físicas de aventura en medios naturales

mada, de preferencias de los practicantes, buscando fór-


mulas más imprevisibles respecto de las ascéticas (Sicilia
Camacho, 1999:1-2).

Las nuevas formas de actividades en naturaleza

Impulsadas por la democratización del ocio y el


mejoramiento de materiales, concordantes con valores
postmodernos -búsqueda de sensaciones, necesidad de
vivir el presente, diversión, ecología, individualismo, liber-
tad, mezcla de estilos-, las AFAMN se muestran hoy acce-
sibles al gran público, a diferencia de las experticidades
asociadas anteriormente a sus riesgos inherentes. Según
Guzmán y Parra Boyero, el tránsito de la filosofía deporti-
va pasó de intentar vencer a un contrario, innovar viejas
prácticas mediante reglamentaciones nuevas o acercarse
al peligro enfrentándose a la naturaleza a aprovechar su
oferta colaborando y sintiendo gran placer al conseguir
integrarse con ella.
Las AFAMN mutaron de responder a necesidades
de supervivencia a necesidades de ocio, recreación y libe-
ración de las cargas impuestas por la sociedad moderna.
Se practican y desarrollan también en ciudades ante la
necesidad de acercar a los citadinos a deportes específi-
cos de medios naturales, adaptando reglas y escenarios
de juego. Las calles, edificios, puentes y barandas son uti-
lizados, respectivamente, como obstáculos y circuitos de
carrera para las prácticas de street luge, escalada urbana
y skate board. (Sicilia Camacho: 2-3).
Surgen tribus de practicantes identificados mutua-
mente. Los símbolos compartidos, muy relacionados con
imaginarios de rebeldía, alternatividad, ausencia de
reglas, ecologismo y oposición a la idea de competitividad
pertenecen a áreas como música, moda, expresión plásti-
ca, conocimiento y manejo de nuevas tecnologías (graffit-
tis, hip hop, hardcore, videojuegos, internet).
El atractivo de las AFAMN aumenta marcadamente
por la filosofía de las sensaciones y la ausencia de regla-
mentación, cualidades aprovechada por la oferta comer-
Revista de la Facultad 16, 2010 203
Norberto Rocha

cial, su impulsora principal. El deporte tradicional regla-


mentado, donde el sentido es dado por la preparación
para objetivos, deja paso a una práctica deportiva aparen-
temente sin reglas, donde el entrenamiento y preparación
son divertidos y en la que los adversarios se convierten en
compañeros de fatiga. (Guzmán y Boyero, 2001: 2).
Las prácticas de supervivencia han sido progresiva-
mente instrumentadas y comercializadas con carácter
deportivo y pedagógico; son herramientas ante desastres
(terremotos, huracanes, tornados, inundaciones, atenta-
dos), medicina preventiva, filosofía en convivencia con la
naturaleza para elevar la ética, estimular el esfuerzo gru-
pal y generar estilos solidarios de vida.
El Comité Francés de la Academia de los Deportes
las define como un juego que consiste en el cumplimien-
to coordinado de esfuerzos físicos y morales, según reglas
de juego que deben tender al perfeccionamiento físico,
intelectual y moral del individuo. Como deporte no con-
vencional y no federado, esas reglas serán impuestas por
los organizadores de ejercicios y competencias.
Practicarlas a nivel competitivo requiere buena prepara-
ción atlética, técnica, intelectual y psíquica para poder lle-
gar al final de las pruebas con buena performace: agili-
dad, fuerza, resistencia, conocimientos y habilidades
(Tibaldi, 1999).
Las organizaciones y entrenamientos surgidos en
este área se orientaron con la propuesta de Kurt Hahn de
1938 en Gales, sobre la base de la experiencia acumulada
en la Primera Guerra Mundial con la supervivencia de náu-
fragos: sobrevivían los más capacitados en experiencias
similares previas.
En los Estados Unidos de Norteamérica, Outward
Bound, una organización sin fines de lucro, promueve
actividades de aventura como medio de educar en la
toma de decisiones y resolución de problemas, conviven-
cia y desafíos. Usan la percepción del riesgo de los parti-
cipantes en diferentes experiencias, comparándolas a las
sensaciones de seguridad. Por ejemplo, la escalada es
menos riesgosa que el rafting aunque se perciba como de

204 Revista de la Facultad 16, 2010


Actividades físicas de aventura en medios naturales

alto riesgo; el segundo es considerado de alto riesgo aun-


que se perciba como bajo; pararse en aguas correntosas
es peligroso por la posibilidad de experimentar torcedu-
ras de extremidades y otros daños al toparse con rocas
(Robinson, 2006).
Sostienen cinco programas medulares, con seis
valores centrales en cada programa: aventura (experiencia
excitante y remarcable que involucra resultados inciertos
y riesgos aceptables) y desafío (acción que requiere
esfuerzo especial); inclusión y diversidad; responsabilidad
social y ambiental; aprendizaje mediante la experiencia;
desarrollo del carácter en autoconocimiento, habilidad,
tenacidad, aptitud física, trabajo en equipo, liderazgo,
disposición de ir más allá de limitaciones autoimpuestas,
aceptación de responsabilidades, confianza en sí mismo;
compasión y servicio (Outwardbound, 2006).
Las características principales de las AFAMN son
las siguientes:
· prácticas recreativas surgidas en los países de
mayor poder económico en la década del 60, desarrolla-
das, expandidas geográficamente y consolidadas en la
década del 90;
· prácticas más libres, menos reglamentadas, pre-
dominantemente lúdicas respecto de las competitivas
(Guzmán y Parra Boyero 2001: 1);
· búsqueda de incertidumbre, aventura, riesgo y
peligro controlado (aparente o real), como alicientes, a
diferencia de los deportes tradicionales que procuran sis-
temáticamente reducir la incertidumbre domesticando el
espacio de juego; en las actividades extremas el riesgo no
se controla y son mayores las posibilidades de accidentes;
· mínima reglamentación e institucionalización;
inexistencia de federaciones, de espacio fijo y horarios,
aunque existen ejemplos de prácticas con normativas y
organigrama asociativo sistemático, incluso federativo,
por ejemplo, orientación en la naturaleza o actividades
subacuáticas (Sicilia Camacho, 1999:1);
· búsqueda y experiencia de sensaciones diferentes,
relacionadas directamente con la velocidad (p.ej. el surf),
Revista de la Facultad 16, 2010 205
Norberto Rocha

de retos emocionales y físicos, sin necesidad de competir,


sino de sentirse bien consigo mismo;
· búsqueda de satisfacción y autoafirmación en el
progreso, mejoramiento y aprendizaje continuo;
· búsqueda de evasión de la vida cotidiana, de
encontrarse a uno mismo, de superarse cada día más
(Guzmán y Parra Boyero, 2001: 1-3).
· búsqueda de aventura, favoreciendo emociones;
· combinación de tres cosmovisiones: física externa
(naturaleza, agua, velocidad), emotiva interna (riesgo,
libertad) y química resultante (adrenalina);
· su identidad simbólica incluye la conquista de
alguna acción previamente impensable o difícil; su logro
permite pertenecer a los elegidos. (Sicilia Camacho, 1999:
3; Guzmán y Parra Boyerom 2001: 1-2);
· posibilidades de aplicación al turismo, a la recrea-
ción y a la educación con currículums pertinentes (Sicilia
Camacho, 1999: 3);
· posibilidad de autonomía para el practicante; su
práctica, intensidad y ritmo pueden variar a gusto del
usuario (Guzman y Parra Boyero, 2001: 1-2; Quiroz Hoyos,
2002);
· aprovechamiento de la naturaleza colaborando
con la misma; la diversión, la adaptación y el juego con la
naturaleza como metas y no su conquista;
· no requieren dominar a un contrario ni imponer-
se en un partido ni ajustarse a marcas;
· el cuerpo del deportista es un fin en sí mismo;
cuerpo y mente disfrutan de la actividad; son esencial-
mente lúdicas, no instrumentales. (Guzmán y Parra
Boyero, 2001: 1-2).

Criterios de riesgo

El riesgo generalmente se relaciona con la incerti-


dumbre, por ejemplo, concebir el primero como una
estrategia racional para transformar una contingencia

206 Revista de la Facultad 16, 2010


Actividades físicas de aventura en medios naturales

inmanejable en una complejidad manejable; riesgo y peli-


gro permiten considerar la incertidumbre como un pro-
blema de responsabilidad.
En la toma de decisiones, el mundo es entendido
como inherentemente contingente. Cuando una decisión
es tomada hay incertidumbres, aunque la decisión sea
correcta y los resultados sean los esperados. El cálculo
racional del riesgo es incierto, por tanto es un uso situa-
cional de estrategias estadísticas, no un rechazo de la
racionalidad. Otras estrategias son usadas para enfrentar
la incertidumbre y el riesgo, dado que la incertidumbre no
puede ser resuelta definitivamente, incluso valoradas
positivamente junto con el riesgo, una experiencia básica
de la modernidad.
La teoría de gobernabilidad propuso focalizar en la
construcción de riesgos, la transformación de la incerti-
dumbre en riesgo y en la gestión de incertidumbres como
estrategias de gobierno porque la mayoría de los proble-
mas no son constituídos como claros problemas de ries-
go sino como problemas de incertidumbre irresoluble.
Dado que la incertidumbre no puede ser resuelta
mediante estrategias objetivas, solamente se tornan más
importantes los aspectos morales y políticos. La investiga-
ción del riesgo distingue los riesgos estadísticos reales de
los riesgos subjetivos, éstos como percepciones sociales
sesgadas de riesgos objetivos. El riesgo es entendido y
socialmente construido concomitantemente a un mundo
externo real al que los seres humanos no tenemos acceso
directo.
No parecen existir soluciones generales sino relacio-
nadas con situaciones y casos; no pueden darse recomen-
daciones para una preparación pública para la toma de
decisiones de riesgo o precaución. La demanda para una
mayor toma de riesgo es tan errónea como una maximi-
zación de la precaución, ambas comprendidas como posi-
ciones que deben ser apoyadas y refutadas en general.
No existe una racionalidad general disponible, en
cambio, los riesgos deben ser administrados y evaluados
caso por caso. Los problemas de riesgo están profunda-

Revista de la Facultad 16, 2010 207


Norberto Rocha

mente insertos en la sociedad en que vivimos y no pueden


ser abordados mediante evaluaciones de riesgo objetivas
y técnicas. Formas múltiples de conocimiento social sobre
riesgo están disponibles, deben reconocerse por la ges-
tión de riesgo para ser exitosa. El conocimiento científico
no es necesariamente prioritario respecto del conocimien-
to local consuetudinario. La idea normativa de que las
incertidumbres tienen que ser transformadas en certezas
mediante estrategias racionales es una ideología moder-
na con consecuencias imprevistas y peligrosas. No es posi-
ble recomendar ni el incremento unilateral de las precau-
ciones ni un desarrollo científico no amortiguado (Zinn,
2006: 7-10)
Del documento del Instituto Argentino de
Normalización y Certificación y la Secretaría de Turismo de
la Nación destacamos las definiciones de Peligro: fuente
o situación con potencial para producir daños: lesión
a personas, enfermedad ocupacional, daños a la pro-
piedad, al medio ambiente o una combinación de
éstos. También la de Riesgo: combinación entre la pro-
babilidad de que ocurra un determinado evento peli-
groso y la magnitud de sus consecuencias (IRAM-SEC-
TUR 2008, 42510: 8-9).
En las decisiones mencionamos riesgo cuando el
posible daño es consecuencia de aquéllas, pues designa
un estado de cosas complejo en nuestras sociedades; peli-
gro es utilizado cuando juzgamos que ese daño es causa-
do externamente, atribuido al medio ambiente, un con-
cepto cuya función es aclarar la contingencia de hechos o
estados de cosas del campo de riesgo.
La distinción riesgo-peligro permite resaltar uno de
ambos, no los dos a la vez; marcar riesgos permite olvidar
peligros; marcar peligros permite olvidar las ganancias
que se podrían obtener con una decisión riesgosa
(Luhmann, 1992: 65-68).
Las actividades turísticas se relacionan con acciden-
tes, inseguridad en los viajes y transportes, azares climá-
ticos, sanitarios y políticos difícilmente previsibles. El con-
sumo de viajes, alojamiento, diversiones sólo es concebi-

208 Revista de la Facultad 16, 2010


Actividades físicas de aventura en medios naturales

ble sin toma de riesgos inútiles, parte de una demanda


creciente de experiencias extraordinarias pretendidamen-
te cubiertas de todo riesgo.
Para los consumidores, vacaciones y diversión se
asocian a seguridad, probablemente excepto en el turis-
mo de aventura donde el riesgo es un argumento de
venta. Mayoritariamente, el consumo de viajes, aloja-
miento, diversiones, son concebidas sin toma de riesgos
inútiles. Un turista pretende simultáneamente aprovechar
todas las satisfacciones e innovaciones materiales ofreci-
das por las nuevas recreaciones que tienden a democrati-
zarse, protegido y asegurado contra todo riesgo. Los
clientes pretenden acceder a actividades que salgan de lo
ordinario sin tener que vivir peligrosamente; buscan pro-
ductos turísticos que condimenten una vida banal sin ries-
go alguno ni ir muy lejos en la originalidad.
Frente a la multiplicación de riesgos, los poderes
públicos dictan normas de seguridad e higiene progresi-
vamente más difíciles de implementar o respetar, aunque
raramente se preocupan en saber si es posible aplicar sus
recomendaciones u obligaciones. Desarrollan un impor-
tante arsenal legal jurídico frecuentemente desconocido
por la mayoría de los usuarios, lo que reduce su alcance,
incluídas normativas sobre seguridad de equipamiento,
adecuación de las instalaciones recreativas, calidad técni-
ca de materiales y condiciones de organización de depor-
tes de riesgo.
Para tornarse operacionales, esas normas necesita-
rían una pedagogía de la seguridad para sensibilizar al
público sobre los riesgos vividos y la necesidad de preven-
ción. Hoy, la mayoría de las actitudes frente a los riesgos
son reactivas en lugar de ser preactivas o proactivas
(Chazaud, 2002: 136).
Las actividades deportivas son tomas de riesgo
deliberadas, socialmente aceptadas y valoradas, dis-
tintas de las prestaciones comerciales o estatales de
recreación y turismo deportivo donde los accidentes
no deberían ocurrir, y si ocurren, como impacto secun-
dario, generan seguimiento mediático, recursos judi-

Revista de la Facultad 16, 2010 209


Norberto Rocha

ciales y afectan reputaciones de empresas y organiza-


ciones.
El riesgo puede considerarse como medida del peli-
gro y éste como fenómeno latente. La Metodología de
Análisis de Disfuncionamientos de Sistemas considera que
ese equilibrio puede ser alterado por un factor desenca-
denante (suceso iniciador) que genera un flujo no desea-
do de materia o energía entre esos elementos físicos,
haciendo de uno de ellos una fuente de peligro y del otro
un blanco; un suceso no deseado se produce y puede
generar daño en el blanco.
El peligro es frecuentemente producto de carencias
emergentes en la forma de luchar contra la ocurrencia de
accidentes. Todo actor interviniente en la gestión de un
riesgo persigue objetivos propios, dispone de conoci-
mientos y modelizaciones del peligro, produce informa-
ción, elabora y hace respetar reglas y es sensible a ciertos
valores, Tales son las dimensiones constitutivas de un
hiperespacio del peligro; cada una de ellas puede ser
objeto de carencias, ser incompatible con otra y ser el
soporte de desacuerdos entre actores.
El contexto de un sistema incide en éste mediante
fluctuaciones tecnológicas socioculturales, jurídicas,
comerciales, mediáticas, productoras de rupturas de la
estabilidad del sistema portador de riesgos, susceptibles
de influir en la fuente y en el blanco, es decir, en el proce-
so físico del peligro (Lebihain y Soules, 2003: 3, 7-9).
El riesgo es un factor común de las AFAMN y uno
de los productos principales de la oferta de las empresas
del sector. Las diferencias entre riesgo objetivo y subjeti-
vo son las claves del éxito de las mismas, mediante la ins-
trumentalización del grado de riesgo subjetivo en los
clientes.
El practicante iniciado adopta un riesgo contempla-
do y parcialmente controlado por la empresa que debe
calcularlo en cada actividad ofertada y lograr un equili-
brio adecuado entre fiabilidad y riesgo. La calidad de los
materiales empleados y la habilidad de los expertos que
los manipulan limitan el riesgo real de la actividad pero

210 Revista de la Facultad 16, 2010


Actividades físicas de aventura en medios naturales

estas condiciones son desconocidas por el practicante.


El riesgo es una sensación siempre presente, aun-
que inicialmente pueden desconocerse las condiciones de
fiabilidad de la empresa. La fiabilidad de la empresa esta-
rá relacionada con la contingencia, con la posibilidad de
que un fallo en el sistema ocurra; si se dominan las cir-
cunstancias de ocurrencia de un incidente, se tiene una
mayor fiabilidad.
La confianza del practicante en el sistema estará
asociada con su noción de riesgo, sensación y suposición
de peligro, aunque desconozca sus consecuencias y el
momento en que podrían desencadenarse.
La identidad diferenciada de las AFAMN parece
radicar en su dimensión imaginaria o simbólica, no en sus
aspectos prácticos o materiales, Cada cultura define los
parámetros de su práctica, significado y sus riesgos; cada
individuo experimenta la misma aventura de modos dife-
rentes, atribuyéndole significados diferentes en función
de su experiencia y expectativas previas.
Conviene adaptar la dificultad al nivel de cada indi-
viduo; una misma persona en diferentes momentos
puede construir significados divergentes para una misma
actividad. La confianza depositada en una empresa va a
estar muy determinada por lo que Giddens6 denominó 6 Anthony Giddens, Consecuen-
cias de la modernidad, 1993.
puntos de acceso: contactos entre personas profanas o
colectivos y los representantes de sistemas abstractos,
mediante los cuales puede fortalecerse o debilitarse la
confianza en el sistema, a partir de una continua tensión
entre el escepticismo del profano y el conocimiento del
profesional. Las relaciones mantenidas con estos siste-
mas, por su carácter recreativo, suelen ser esporádicas,
frecuentemente un primer contacto con la actividad.
En las AFAMN, los expertos asumen los riesgos en
lugar del cliente, para lo cual falsean la existencia y natu-
raleza de esos riesgos. Si el experto aparenta un peligro
inexistente, y el profano lo sabe, puede provocar en éste
desilusión e insatisfacción por la actividad; la realidad se
convierte en ficción o juego. La existencia de peligros no
detectados o valorados previamente puede traer conse-

Revista de la Facultad 16, 2010 211


Norberto Rocha

cuencias más graves: permite cuestionar las lagunas cog-


nitivas del experto y la insuficiencia del sistema (Sicilia
Camacho, 1999: 2).
La oferta de seguridad requiere coordinar los polos
normativo (definiciones de roles de prevención y respon-
sabilidades), económico (adecuaciones entre costos de
seguridad y desempeño buscados en inversiones turísti-
cas) y estratégico (definiciones de roles de agentes turís-
ticos partícipes de la organización de seguridad. La mayor
parte del tiempo, estos tres polos no son coordinados
entre ellos, incluso pueden competir, por ejemplo, las nor-
mas, las reglamentaciones y las innovaciones tecnológicas
pueden provocar efectos perversos que tienen resonan-
cias sobre la organización de la seguridad.
El polo normativo incluye los roles preventivo y de
definición de responsabilidades luego de un accidente o
la manifestación de un perjuicio, por ejemplo, la obliga-
ción de suscribir un seguro para una agencia de viajes; el
polo económico intenta encontrar una adecuación entre
costos ligados a la seguridad y los desempeños buscados
en la organización de un programa, un dispositivo, una
inversión turística, el monto de inversiones inherentes a la
implementación de un sistema de seguridad puede ser un
freno serio. El polo estratégico intenta definir los roles de
diferentes actores turísticos intervinientes en la organiza-
ción de la seguridad participando de una oferta turística,
convoca a menudo sistemas de acción, conflictos de inte-
reses, racionalidades a veces antagonistas sobre todo
cuando la lógica de los profesionales de la seguridad coli-
sionan con otras lógicas. (Chazaud, 2002: 136-137)

Conclusiones

El deporte es una manifestación representativa de


las sociedades contemporáneas, un elemento fundamen-
tal de sus procesos civilizatorios. Las Actividades Fìsicas en
Medios Naturales (AFAMN) son prácticas recreativas sur-
gidas en los países de mayor poder económico en la déca-
da del 70, desarrolladas y consolidadas en la década del

212 Revista de la Facultad 16, 2010


Actividades físicas de aventura en medios naturales

90; en Argentina han crecido significativamente en este


último período.
Proponen experiencias corporales hedonísticas, en
contraste con el deporte tradicional asociado a un mode-
lo corporal ascético. Se caracterizan por su pretensión
innovadora, diferencial, alternativa respecto al deporte
ortodoxo, con búsqueda de incertidumbre y riesgo con-
trolados en contraposición con la tendencia del deporte
convencional de reducir sistemáticamente la incertidum-
bre y domesticar el espacio de juego.
Concomitantemente con el desarrollo de las
AFAMN evolucionó el turismo alternativo: no masivo, dis-
tintivo especialmente por las interrelaciones entre visitan-
tes, naturaleza y comunidades anfitrionas. Las motivacio-
nes de estos turistas se relacionan con la posibilidad de
vivir experiencias directas y participativas y conocer los
ambientes naturales visitados. El turista toma contactos
directos con los medios naturales y sociales anfitriones, se
interesa por conocer y aprender los fenómenos que lo
componen. Los destinos son ambientes naturales relativa-
mente poco alterados, no contaminados, preferentemen-
te áreas protegidas. No requiere gran desarrollo de
infraestructura, pretende ser un instrumento eficaz para
el uso sostenible de los recursos naturales y culturales:
conservar el medio ambiente (sensible a sus límites) y
beneficiar económicamente a la población local, sus nece-
sidades y deseos.
Un desarrollo tecnológico continuo diversifica las
posibilidades de practicar los nuevos desafíos en ambien-
tes naturales propuestos por las AFAMN; sus productos
son definidos como tecnoecológicos. En atención a la
mínima sujeción de normas reglamentarias, la ínfima ins-
titucionalización y la inexistencia de entes oficiales al esti-
lo de las federaciones deportivas que regulen la actividad
y las amplias posibilidades de práctica en el medio natu-
ral, se instalaron en el imaginario social como deportes en
libertad.
Este universo en expansión expresa una demanda
de opciones respecto a la vida rutinaria de los demandan-

Revista de la Facultad 16, 2010 213


Norberto Rocha

tes y practicantes de las AFAMN, tratando de acotar el


riesgo que atrae a esa demanda, originando nuevas com-
plejidades y necesidades de gestión y control por parte de
organismos oficiales, de las instituciones aseguradoras y
de las responsabilidades las empresas oferentes, en ten-
sión con el imaginario de prácticas en libertad como
opción individual o grupal.
En los análisis actuales de los sistemas sociales
destacan los conceptos de desarrollo sustentable, gob-
ernabilidad, incertidumbre, modernidad reflexiva, peligro,
precaución, prevención y riesgo. La gestión de riesgos es
una empresa incierta en un universo social cambiante
gobernado por incertidumbres; implica situaciones donde
deben tomarse decisiones cuya omisión puede permitir
que ocurran daños supuestamente evitables; conduce a
definir riesgos aceptables e intentar disminuir su probabi-
lidad de ocurrencia y gravedad, un margen aceptable de
riesgo inevitable, frente a las ventajas o beneficios consi-
derados. No existe conducta humana libre de riesgo, con
seguridad absoluta; decidir inevitablemente conlleva ries-
gos, no decidir es un estado (valor) de un proceso de deci-
sión.

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Norberto Rocha

216 Revista de la Facultad 16, 2010


Revista de la Facultad 16, 2010 217-236

La alteridad
como espectáculo
Zoológicos humanos y Exposiciones
Fernando M. Sánchez*
Universales en los siglos XIX y XX efesanchez@yahoo.com.ar

Resumen

El interés teórico que atraviesa este trabajo refiere alteridad - exhibición - zoológi-
cos humanos - modernidad -
a la construcción de la alteridad, entendida como proce- colonialismo
so teórico y práctico que se desarrolla simultáneamente al
establecimiento de un ideal humano de pretensiones uni-
versales.
Se aborda concretamente la organización de zooló-
gicos humanos y exposiciones universales como casos
emblemáticos de una política de clasificación jerárquica y
exhibición de la alteridad.
De este modo, resulta fundamental observar la
correlación entre la organización colonial del mundo, un
saber clasificatorio y jerarquizante de las diferencias
humanas y una serie de políticas de exhibición tendientes
a mostrar la vida de ‘los otros’ como contraluz del mode-
lo de desarrollo humano moderno-occidental.

*Fernando M. Sánchez es
Licenciado en Ciencias
Antropológicas (UBA) y
Especialista en Filosofía y
Crítica de la Cultura (UNCo). Es
docente e investigador de la
Facultad de Humanidades de
la Universidad Nacional del
Comahue..

Revista de la Facultad 16, 2010 217


Fernando M. Sánchez

Alterity as Show
Human Zoos and Universal
Exhibitions in the 19th and 20th
Centuries

alterity - exhibition - human zoos The theoretical backbone of this work lies in the
- modernity - colonialism
construction of alterity as a process both theoretical and
practical and which develops at the same time as the
establishing of a human ideal of universal pretensions.
We specifically look into the organization of human
zoos and universal exhibitions as emblematic cases which
are framed by policies of hierarchical classification and
exhibition of alterity.
Thus, it becomes fundamental to notice the corre-
lation between a colonial organization of the world, a
classificatory knowledge and hierarchical ordering of
human differences and a series of exhibition policies
which tend to represent the life of the “other” in opposi-
tion to the modern Western model of human develop-
ment.

218 Revista de la Facultad 16, 2010


La alteridad como espectáculocomo espectáculo

Introducción

Las Exposiciones Universales que tuvieron lugar a lo


largo de la segunda mitad del siglo XIX y las primeras
décadas del XX pusieron en escena la concepción de la
historia y de la cultura características del proyecto civiliza-
torio de la modernidad. Algunas de sus constantes fueron
la exhibición de los avances tecnológicos como muestras
de un sostenido progreso, una arquitectura fastuosa y la
instalación de emblemas monumentales que, en muchos
casos, rememoraban acontecimientos pasados no menos
grandiosos.
En la exposición de Filadelfia de 1876, año de fes-
tejo por el centenario de la declaración de la
Independencia, se muestra la estatua de la libertad que
luego sería erigida en Nueva York. En 1889, la Exposición
Universal de París se desarrolla al pie de la torre Eiffel,
inaugurada en ese año en conmemoración del centenario
de la Revolución Francesa.
Junto con el relato de sus avances técnicos, los paí-
ses occidentales exponían su modelo cultural como un
modelo humano de pretensión universal, hecho que sería
paulatinamente reforzado con la exhibición de represen-
tantes de pueblos “exóticos” como símbolos del atraso.
Las Exposiciones eran, por esta razón, escenarios
para la afirmación simbólica de un orden jerárquico de
razas y culturas, acorde con la organización colonial del
mundo. Sin embargo, este modo de construcción y exhi-
bición de la alteridad, que nutrió buena parte de las
Exposiciones Universales, también se venía desarrollado
en otros ámbitos. Las prácticas de traslado, encierro y
exhibición de sujetos pertenecientes a diferentes pueblos
extraeuropeos ya estaban extendidas, hacia 1870, en
muestras itinerantes, ferias y zoológicos humanos.

Políticas de exhibición de la alteridad

Con el concepto de “políticas de exhibición” se

Revista de la Facultad 16, 2010 219


Fernando M. Sánchez

hace referencia a un tipo de prácticas que incluye opera-


ciones de recolección, clasificación y exposición pública
de seres y objetos, en las que no sólo se satisface el afán
de curiosidad sino que se vehiculizan muy específicos
modelos de significación y organización del mundo.
La exhibición de objetos valorados por su originali-
dad tiene una larga historia. Desde el siglo XVI, la compo-
sición de colecciones despertó el interés en círculos aris-
tocráticos e intelectuales europeos, dando lugar al auge
de las “cámaras de las maravillas” o “gabinetes de curio-
sidades”.
A fines del siglo XVIII se van perfilando los aspectos
fundamentales de lo que Bennett (1994) llama el “com-
plejo exhibicionario” moderno. La exposición de objetos
históricos y objetos de arte comienza a institucionalizarse
con la instalación de museos, produciéndose un desplaza-
miento de las colecciones privadas a la organización de
muestras en espacios públicos, mayoritariamente admi-
nistrados por los estados.
Durante el siglo XIX tienen un gran éxito las expo-
siciones abarcando los más variados rubros y con ello se
hace patente la instalación de un particular régimen de
visibilidad. Esto se traduce en el acondicionamiento de
lugares específicos destinados a la experiencia recíproca
de mostrar y mirar, con una distribución espacial de seres
y objetos en la que los órdenes de la naturaleza y la cul-
tura se encontraban a menudo yuxtapuestos o mezcla-
dos.
La organización de jardines zoológicos y botánicos
es un primer paso en la popularización de las taxonomías
de lo vivo que el saber científico de la época desarrollaba.
La misma lógica de clasificación y exhibición se aplicó sin
demasiados reparos a esa especie zoológica singular que
es la especie humana. Las prácticas de exhibición de ejem-
plares humanos, bajo el cariz de lo curioso y lo anómalo,
abarcan un amplio abanico, en el que pueden destacarse:
ferias de variedades, zoológicos humanos y exposiciones
universales y coloniales.
Una faceta importante de esta tendencia, orienta-

220 Revista de la Facultad 16, 2010


La alteridad como espectáculocomo espectáculo

da fundamentalmente al entretenimiento aunque a veces


concitaba el interés científico, fue la presentación de rare-
zas humanas en circos y compañías itinerantes. Enanos,
gigantes, siameses, microcefálicos y una gama de indivi-
duos con variadas anomalías físicas formaban parte de
ese tipo de espectáculo conocido como freak show.
Esta faceta del mundo espectáculo tuvo un gran
auge entre 1840 y 1940 en EEUU y también en Europa.
Una de sus figuras más sobresalientes fue P. T. Barnum,
quien a partir de 1841 montó en el American Museum de
Nueva York exhibiciones de animales -considerados exóti-
cos en el contexto americano- y de personas con caracte-
rísticas físicas extraordinarias. Posteriormente, en 1871,
organizó una feria itinerante que incluía espectáculos de
circo, zoológico y freak show. Se trataba de un tren con
innumerables vagones que recorría los Estados Unidos,
llevando una carpa que podía albergar a miles de espec-
tadores. El propio Barnum y sus seguidores lo denomina-
ban “el más grande espectáculo del mundo”. Una mezcla
de atracción y repulsión, de curiosidad por lo misterioso y
de temor ante lo monstruoso confluían en un fenómeno
que congregaba multitudes.

“La gran familia indefinida y confusa de los ‘anor-


males’ que atemoriza de forma obsesiva a las gentes de
finales del siglo XIX no señala simplemente una fase de
incertidumbre o un episodio un tanto desafortunado de
la historia de la psicopatología, sino que constituye un
fenómeno que está íntimamente relacionado con todo
un conjunto de instituciones de control, con toda una
serie de mecanismos de vigilancia y distribución del
orden.” (Foucault 1993: 83)

Como señala Foucault, para esta época se estaban


desarrollando -alrededor de un cada vez más rígido crite-
rio médico-moral de normalidad- toda una serie de insti-
tuciones y profesiones dedicadas a la normalización de
los individuos.
A partir de 1870 comenzó a popularizarse en

Revista de la Facultad 16, 2010 221


Fernando M. Sánchez

Europa la práctica de importar y exhibir grupos humanos


extraeuropeos junto con plantas y animales exóticos,
reclutados en los vastos territorios colonizados.
El alemán Karl Hagenbeck fue en su juventud
domador y director de circo, luego un reconocido trafi-
cante de animales salvajes que surtía a los zoológicos
europeos y, finalmente, el iniciador de las exhibiciones
zoológicas en las que combinaba poblaciones humanas
exóticas junto con animales salvajes propios de su hábitat
natural.
En 1874 organizó una exhibición itinerante en la
que mostraba un grupo de samoanos y otro de lapones,
con sus vestidos característicos, realizando actividades
1 Los samoanos provenían de la supuestamente tradicionales1. Dos años más tarde envió
Polinesia, en el Pacífico sur. Hacia una expedición al Sudán Egipcio para capturar especies
fines del siglo XIX este archipié-
lago fue repartido entre Reino animales y representantes del pueblo Nubio, quienes fue-
Unido, Alemania y los Estados
ron exhibidos en París, Londres y Berlín. En 1881 y 1882,
Unidos. Los lapones eran traídos
de zonas nórdicas como Suecia, se dedicó a capturar hombres, mujeres y niños nativos de
Noruega y Finlandia.
Tierra del Fuego, que fueron transportados a la capital
alemana para ser expuestos en distintas ciudades.
El éxito de estas muestras llevó a su multiplicación
en varios países europeos (Báez y Mason 2006).
El Jardín Zoológico de Aclimatación de París, inau-
gurado en 1860, era un parque de 19 hectáreas destina-
do a la adaptación de animales y plantas exóticas prove-
nientes de las colonias francesas. A partir de 1877, el
2 Isidore Geoffroy Saint-Hilaire, director del Jardín2 decidió organizar “exhibiciones etno-
de profesión zoólogo, se espe- lógicas” con el objetivo de aumentar las atracciones y la
cializó en Teratología, rama de la
zoología dedicada al estudio de
afluencia de asistentes. Inicialmente fueron expuestos
las criaturas anormales, es decir, nubios de Sudán e inuit traídos del Ártico.
aquellas que no responden a los
rasgos comunes de su especie. Entre 1877 y 1912, se presentaron en el Jardin zoo-
La voz griega Theratos significa
literalmente “monstruo”, de
logique d’acclimatation aproximadamente otras treinta
modo que la Teratología puede exhibiciones etnológicas, que incluyeron a representantes
definirse como la ciencia de las
monstruosidades. de pueblos de los cinco continentes.

“Todas estas vidas que estaban destinadas a trans-


currir al margen de cualquier discurso y a desaparecer sin
que jamás fuesen mencionadas han dejado trazos –bre-
ves, incisivos y con frecuencia enigmáticos- gracias a su

222 Revista de la Facultad 16, 2010


La alteridad como espectáculocomo espectáculo

instantáneo trato con el poder, de forma que resulta ya


imposible reconstruirlas tal y como pudieron ser en esta-
do libre” (Foucault 1993: 124-125)

Los testimonios escritos y fotográficos de la época


dejan ver, simultáneamente con la representación de los
cuerpos y las culturas exóticas, las huellas de las relacio-
nes de dominación que las posibilitaron.

Retrato de Kali’na3 en el Jardín de Aclimatación de París 3 Kali’nas –también llamados


en 1892 galibis o caribes- habitan en
Venezuela, las Guayanas y en
En un estudio de estas prácticas de encierro y exhi- menor medida en Brasil.
bición en Francia, Bancel, Blanchard y Lemaire afirman
que “los zoológicos humanos se hallan en la confluencia
de un racismo popular y de la objetivación científica de la
jerarquía racial, impulsados ambos por la expansión colo-
nial”. (Bancel et al 2000: 4)
Además de un público ávido de curiosidades, fue-
ron asiduos visitantes de estas exposiciones los miembros

Revista de la Facultad 16, 2010 223


Fernando M. Sánchez

de la Sociedad de Antropología de París. Las investigacio-


nes de esta Sociedad, orientadas hacia la antropología
física, encontraban en los nativos exhibidos en el Jardín
un reservorio abundante, variado y accesible de ejempla-
res humanos con los que poner a prueba sus teorías sobre
las diferencias raciales.
En este contexto cobró un gran impulso la fotogra-
fía y, en particular, la fotografía etnográfica como parte
de la metodología de investigación y para la ilustración de
las publicaciones científicas y periodísticas.
Con el cambio de siglo, se generalizó también la
aplicación de la fotografía etnográfica a la edición de tar-
jetas postales con imágenes de los sujetos exhibidos en
las Exposiciones Universales, conformando verdaderos
souvenires de la alteridad.

En todos los casos mencionados, el régimen de visi-


bilidad dispuesto remarcaba la distinción entre lo familiar
y lo extraño, como dos polos opuestos y jerarquizados. La
exhibición de los cuerpos y las prácticas de otros pueblos
tenía como contraparte la afirmación de las propias pau-
tas como criterio de normalidad.
La presentación de la alteridad desde la lógica del
espectáculo y el exotismo llevó en muchas ocasiones a
tratar en un mismo plano la variedad de rasgos fisonómi-

224 Revista de la Facultad 16, 2010


La alteridad como espectáculocomo espectáculo

cos y culturales de los pueblos y las anomalías físicas de


individuos particulares. En base a un ideal humano esta-
blecido como norma, todos las diferencias eran significa-
das como desviaciones y rarezas, cuando no signos de
sub-humanidad.
No es de extrañar que coexistieran en un mismo
nivel de exposición, ya fuera en el Jardín Zoológico de
Aclimatación de París o en ferias itinerantes, grupos de
nativos traídos de África, Sudamérica u Oceanía e indivi-
duos calificados como monstruos, tales como los enanos
–llamados liliputienses-, jorobados, gigantes, macrocefá-
licos y otros.
Analizando la Exhibiciones de seres humanos y no
sólo de objetos como parte de la práctica antropológica
del siglo XIX, Kirshenblatt-Gimblett sostiene:

“La naturaleza eminentemente performativa de


los seres vivos desvía fuertemente su exhibición en la
dirección del espectáculo, desdibujando más aún la línea
existente entre la curiosidad morbosa y el interés cientí-
fico, entre la cámara de los horrores y la exhibición
médica, entre el circo y el jardín zoológico, entre el tea-
tro y la muestra etnográfica.“ (Kirshenblatt-Gimblett
1991: 397)

Vista retrospectivamente, la profusión de zoológi-


cos humanos en las principales ciudades europeas y esta-
dounidenses no revelan tanto sobre los “pueblos exóti-
cos”, pero sí muestran claramente la mentalidad occiden-
tal de finales del siglo XIX y principio del XX.
Una concepción objetivante y jerárquica de las dife-
rencias humanas, sostenida discursivamente en un racis-
mo teórico popularizado es puesta en acto en el desplie-
gue del dispositivo exhibicionario.

La obsesión clasificatoria

La afición por la confección de taxonomías desarro-

Revista de la Facultad 16, 2010 225


Fernando M. Sánchez

llada por la racionalidad científica moderna alcanzó de


igual modo al vasto reino de la naturaleza y a ese territo-
rio particular suyo que es el mundo humano. Los discur-
sos dominantes acerca de la unidad del género humano,
lejos de ignorar la diversidad existente, se vieron impeli-
dos a tratar de explicarla.
La variedad de aspectos que componen la expe-
riencia humana quedó cristalizada analíticamente en dos
dimensiones fundamentales: el plano de las característi-
cas físicas, abordadas desde la categoría de raza, y el
plano de la conducta, las prácticas y las creencias inclui-
das en la categoría de cultura. De este modo, a veces
separadamente y otras de manera confusa, la variedad
humana fue analizada mayoritariamente en términos
raciales y culturales.
A su vez, los saberes moderno-occidentales, tanto
en su versión filosófica como científica, se inclinaron
hacia una interpretación valorativa y jerarquizante de las
diferencias, partiendo de establecer un ideal humano de
pretensión universal.
Uno de los trabajos pioneros y de gran impacto en
la historia posterior fue el llevado a cabo por Linneo en el
siglo XVIII. Sus investigaciones en el campo de la historia
natural le permitieron catalogar más de cuatro mil espe-
cies vivientes. Dentro de su sistema taxonómico, desarro-
llado en base a los caracteres observables de los seres
vivos, se encontraba el homo sapiens –en definitiva, una
especie zoológica más- dentro del orden de los primates,
junto a otros monos superiores.
Linneo estableció también algunas categorías
especiales para hombres que se encontraban en una
situación limítrofe, como ser los “hombres salvajes”, y
estableció un tipo especial que llamó Homo monstruosus.
En este grupo eran incluidos ciertos seres humanos cuyos
caracteres normales habrían sido alterados por la acción
del ambiente o de la herencia.
Su afán clasificatorio penetró también al interior
de la especie humana, y en base a criterios biológicos y
conductuales, distinguió varios tipos: Homo europaeus,

226 Revista de la Facultad 16, 2010


La alteridad como espectáculocomo espectáculo

homo americanus, homo asiaticus, y homo afer, éste últi-


mo correspondiente a los africanos subsaharianos, o sea,
negros.
Esta clasificación tendrá una larga y prolífica vida,
dando sustento a múltiples elaboraciones sobre las carac-
terísticas y relaciones de las cuatro razas humanas.
Los planteos clasificatorios del siglo XVIII tomaron
en el siglo siguiente un fuerte impulso, derivando por dos
vías diferentes aunque frecuentemente interconectadas.
La Antropología física con sus técnicas antropométricas
continuó el estudio de las diferencias raciales, mientras
que la Antropología cultural se abocó a las diferencias en
el plano de las conductas. Ambas líneas de desarrollo,
igualmente influidas por el espíritu del positivismo, pro-
dujeron las teorías pretendidamente científicas del racis-
mo biológico y del evolucionismo cultural.
El desarrollo de las ciencias sociales, en el último
cuarto del siglo XIX, coincide con la expansión mundial
del capitalismo y la organización colonial del mundo.
Todo un imaginario acerca de la alteridad que afirmaba la
supremacía racial y cultural occidental, a la vez que
denostaba las formas de vida diferentes, se desarrolló en
el campo abonado por las ciencias antropológicas y los
discursos legitimadores de la empresa colonial. En este
contexto toma impulso la política de exhibición de los
progresos nacionales y del atraso de los pueblos extraeu-
ropeos.

“La mecánica colonial de inferiorización del indí-


gena por la imagen comienza entonces a funcionar, y en
semejante conquista de los imaginarios europeos los
zoológicos humanos constituyen sin ninguna duda el
engranaje más viciado en la construcción de prejuicios
respecto de los pueblos colonizados.” (Bancel et al 2000:
2)

El mundo en la vitrina

Revista de la Facultad 16, 2010 227


Fernando M. Sánchez

“…la diversidad, el exotismo y la mezcolanza de


estilos eran asombrosos e impactantes, ya que la distri-
bución de los países se había realizado de forma total-
mente aleatoria. Ése era precisamente el objetivo: que el
visitante se sintiera algo así como una especie de “turis-
ta global”, que se creyera capacitado para recorrer el
mundo, un mundo selecto y virtual, en unas pocas horas
y en un marco físico limitado y perfectamente controla-
do (Cit. en Sánchez Gómez 2006: 197)

Las Exposiciones Universales realizadas casi sin inte-


rrupción durante la segunda mitad del siglo XIX y las pri-
meras décadas del siglo XX en las principales ciudades de
Europa y EEUU revestían fundamentalmente un carácter
de muestra de la civilización, en las que las potencias del
momento se empeñaban en hacer el inventario visual de
sus logros. Cada una de estas Exposiciones funcionaba
como una gran colección que organizaba y jerarquizaba
los elementos de la cultura mundial. Estaban destinadas
al entretenimiento y la educación de la ciudadanía del
propio país, pero también a mostrar ante los demás paí-
ses los avances en el desarrollo interno y las ventajas de la
política de expansión ultramarina.
Si bien hay previamente una gran cantidad de
exposiciones locales o nacionales, la Exposición pionera
de carácter internacional se llevó a cabo en Londres, en
1851, con el título de “Gran Exhibición del Trabajo y la
Industria de todas las Naciones”. La construcción edilicia
especialmente diseñada para la ocasión fue, como debía
ser, monumental y lujosa. Su edificio emblemático fue el
“Palacio de Cristal”, un enorme invernadero construido
con hierro, madera y vidrio que cubría una superficie de
más de quinientos metros de largo por más de cien de
ancho y treinta y tres de alto.
La segunda Exposición Universal tuvo lugar en
Nueva York en 1853; la edición correspondiente a 1855 se
celebró en París, en la que ocupó un lugar central el
Palacio de la Industria, un edificio de estilo similar al
Crystal Palace de Londres.

228 Revista de la Facultad 16, 2010


La alteridad como espectáculocomo espectáculo

Durante la segunda mitad del siglo XIX se llevaron


a cabo innumerables exposiciones de similares caracterís-
ticas; Francia e Inglaterra fueron las sedes más reiteradas,
pero también se realizaron en Alemania, Holanda, EEUU,
Australia y Bélgica, entre otros. Pabellones de la industria,
salas de máquinas y multitud de vitrinas mostraban los
progresos del país anfitrión. Paralelamente, en una canti-
dad variable de salas o edificios anexos, las demás nacio-
nes del mundo exhibían sus propios adelantos o tradicio-
nes.
En la Exposición Universal de París de 1878, además
de la presentación de las innovaciones técnicas de la
época4, ocupó un espacio importante la Calle de las 4 Fueron presentados en este
evento, con gran interés del
Naciones, un largo corredor jalonado, a uno y otro lado, público, maquinarias con tecno-
por pabellones de las más diversas naciones, grandes y logía hidráulica así como varias
aplicaciones de la energía eléctri-
pequeñas, dispuestas a mostrar al público sus patrimo- ca, desde extensos sistemas de
nios culturales5. iluminación hasta dos ascenso-
res funcionando para los visitan-
Si bien la organización espacial de este evento tes. También causó una gran
sensación un globo aerostático
apuntaba a resaltar los valores culturales y técnico-econó- que permitía una vista aérea de
micos del país anfitrión, no se evidenciaba aún el trata- la exposición.

miento fuertemente jerárquico e incluso racista deparado 5 Participaron en total 53 países


a muchos de los pueblos participantes en exposiciones o regiones (en muchos casos,
con edificios compartidos). Los
posteriores. principales, ordenados según el
tamaño de sus instalaciones,
Incluso la instalación del pabellón argelino en los
fueron: Reino Unido, Bélgica,
Jardines del Trocadero –fuera de la Calle de las Naciones- Austria-Hungría, Rusia, Italia,
Estados Unidos, Suiza, España,
que contaba con hombres y mujeres venidos desde Suecia-Noruega, Países Bajos,
Argelia que vendían al público sus artesanías y productos América central y meridional,
China, Japón, Portugal,
regionales, no apuntaba a exhibir un ‘grupo humanos Dinamarca, Persia-Siam-
atrasado’ como ocurrió en ediciones siguientes, sino a Marruecos-Túnez, Luxemburgo-
Mónaco-Andorra y Grecia.
mostrar los méritos de la política colonial francesa. Sánchez Gómez 2006, op. cit., p.
197
Según el testimonio contemporáneo –un tanto
naif– del delegado español en la Exposición de Paris de
1878,6 el clima reinante en ese caleidoscopio mundial de 6 Santos, José Emilio de: España
en la Exposición Universal cele-
naciones no trasuntaba relaciones conflictivas sino la con- brada en París en 1878. Citado
vivencia de la variedad. en Sánchez Gómez 2006, op. cit.

“El paseo más concurrido era en esa calle; las


citas allí se daban; las gentes allí afluían; la humanidad,
en fin, hacía su visita al mundo, porque allí se oían todas

Revista de la Facultad 16, 2010 229


Fernando M. Sánchez

las lenguas, se veían todos los trajes y todos los colores,


se aspiraban todos los aromas y se mezclaba todo lo
raro, todo lo bello, todo lo más separado y equidistante
entre sí. Allí la zona tórrida vivía bien en la atmósfera de
las regiones polares, y las antípodas se juntaban, y los
que nunca creyeron que jamás se verían se volvían a ver
y se acercaban, respirando el mismo ambiente; y el
mundo, en fin, germinaba, brotaba, florecía y fructifica-
ba, porque los céfiros se besaban, se entrelazaban y se
confundían, y de esta confusión salían la armonía y la
unión.“ (Cit. en Sánchez Gómez 2006: 201)

Unas décadas después, en coincidencia con el cen-


tenario de la Revolución Francesa, se llevó a cabo también
en París la Exposición Universal de 1889, con un desplie-
gue arquitectónico extraordinario. La construcción central
albergaba la Galería de Máquinas; poseía una bóveda que
alcanzaba los 43 metros de altura y cubría, sin ningún
apoyo intermedio, una superficie de media hectárea. El
predio de esta exposición se extendía a los pies de la torre
Eiffel, recientemente inaugurada para los festejos del
Centenario.
Conforme avanzaba el siglo y se afirmaba la políti-
ca exterior colonial, la presentación de pueblos extraeuro-
peos iba adquiriendo un sesgo marcadamente eurocéntri-
co y exotizante.
Paulatinamente comienza a generalizarse la instala-
ción de aldeas nativas en espacios abiertos, que mostra-
ban -como a contraluz de las innovaciones occidentales-
objetos y sujetos ‘exóticos’ aportados por la empresa
colonial y la práctica antropológica.
Kirshenblatt-Gimblett argumenta que se produce
un “error de género” cuando la vida de un hombre se
convierte en un espectáculo para otro hombre. Las exhi-
biciones institucionalizan ese error al “producir lo cotidia-
no como espectáculo” (Kirshenblatt-Gimblett 1991: 407).
Desde la construcción de viviendas hasta rituales de
matrimonio, y desde la preparación de comidas a la prác-
tica de danzas tradicionales, escenas detenidamente ubi-

230 Revista de la Facultad 16, 2010


La alteridad como espectáculocomo espectáculo

cadas en entornos físicos que pretendían reproducir los


lugares de origen, esas vidas se convertían en “espectácu-
los visuales para el consumo metropolitano” (Rosaldo
1991: 48)
Una de las atracciones de la Exposición de 1889 fue
la instalación de una sección colonial, que se reiteraría en
las ediciones posteriores.
En ese marco tuvo un gran éxito de público un
espacio denominado “Bazar de las Naciones” que replica-
ba el “exótico mundo oriental”. Aquí se incluía la “Calle
de El Cairo”, en cuya construcción se usaron puertas, bal-
cones y otros materiales pertenecientes a antiguas casas
egipcias, de doscientos o más años de antigüedad. En
este caso se observa la extracción colonial de las riquezas
de los territorios periféricos junto a “la piratería de los
más genuinos valores culturales” (Quiza Moreno 2007:
17).
Por estos años comienza a ganar terreno en las
Exposiciones Universales el tipo de exhibición de zoológi-
cos humanos, que ya venía desarrollándose en otros espa-
cios. A partir de la edición de 1889 se generaliza la pre-
sentación de “pueblos de negros” (posteriormente deno-
minados “senegaleses”), “indochinos”, “árabes” y otros
de los más variados rincones del mundo. Estos grupos
pasan a nutrir muestras itinerantes que circulan por dife-
rentes localidades del interior de Francia y demás países
Europeos.
Hombres, mujeres y niños fueron llevados a través
de océanos, continentes y países según los itinerarios
requeridos por el interés de los expositores y la curiosidad
de los espectadores. Recientes trabajos de investigación
sobre material de archivo y álbumes fotográficos han per-
mitido reconstruir el recorrido de algunos de esos grupos
humanos7. 7 Por ejemplo, el citado libro de
Báez y Mason (2006) Zoológicos
Durante las primeras décadas del siglo XX –salvo humanos. Fotografías de fuegui-
unos pocos casos previos- se desarrolló toda una serie de nos y mapuche en el Jardin
d’Acclimatation de París, siglo
exposiciones presentadas explícitamente como XIX.
Exposiciones Coloniales. Su organización apuntaba a
mostrar la prosperidad que simultáneamente alcanzaban

Revista de la Facultad 16, 2010 231


Fernando M. Sánchez

las Metrópolis y los territorios bajo dominio colonial.


Las principales
E x p o s i c i o n e s
Coloniales se desarro-
llaron en Francia
(Marsella 1906 y 1922;
París 1907 y 1931) y
Gran Bretaña
(Exhibición del Imperio
Británico en Londres
1911 y 1924, y en
Glasgow, Escocia
1938). También las
hubo en Ámsterdam
(Holanda) en 1883, en
Alemania en 1928 y en
Portugal en 1934. Con
el mismo espíritu,
España mostraba sus posesiones en el Pacífico en la
Exposición de Filipinas, llevada a cabo en Madrid en 1887.
En territorio norteamericano, tuvo lugar la Feria
Internacional en Saint Louis, en 1904. Este evento coinci-
día con la celebración del centenario de la compra del
estado de Louisiana a Napoleón Bonaparte, debido a que
Francia tenía por entonces el dominio de ese y otros terri-
torios en este Continente. Simultáneamente al desarrollo
de la Feria tuvo lugar la tercera edición de los Juegos
Olímpicos, en la que participaron doce países más un
gran número de atletas a título individual o en represen-
tación de clubes deportivos.
En el amplio predio de la Feria se montó un gran
despliegue de pabellones para las exposiciones de las dis-
tintas naciones, y otros espacios en los que grupos huma-
nos traídos de diversas latitudes construyeron sus aldeas
de acuerdo a técnicas tradicionales. Nativos americanos
tales como sioux y navajo; grupos de hanu del Japón, pig-
meos de Africa, Igorot de Filipinas, araucanos de la
Patagonia e inuit de las zonas árticas compartían la vecin-
dad en aquella gran vitrina de Louisiana.

232 Revista de la Facultad 16, 2010


La alteridad como espectáculocomo espectáculo

“Comparación entre pigmeo de 25 años y patagónico de 16”


Exposición Universal de Saint Louis 1904

La Feria estuvo orientada fundamentalmente a


mostrar la diversidad cultural local y mundial, con una
importante participación del Instituto Smithsoniano y del
antropólogo Franz Boas. Además de las actividades coti-
dianas que realizaba cada grupo en su aldea ante la vista
de los paseantes, funcionaron “exhibiciones antropológi-
cas” organizadas en las que -paralelamente al desarrollo
del certamen olímpico- los miembros de las distintas tri-
bus participaban en competencias de carrera, salto,
arquería y lanzamiento de jabalina.
Una atracción especial de la Feria fueron los filipi-
nos. Las autoridades estadounidenses presentaron distin-
tos grupos procedentes de las islas, tal como había hecho

Revista de la Facultad 16, 2010 233


Fernando M. Sánchez

España en la Exposición de Madrid de 18878. Para la


8 Sobre finales del siglo XIX,
EEUU le arrebató a España el
Exposición de 1904 fueron traídos militares y miembros
dominio de las islas Filipinas, de la elite occidentalizada de Filipinas como muestra de
Cuba y Puerto Rico. De este
modo, en la Feria de 1904 los los esfuerzos “educadores” del nuevo imperio; y también
estadounidenses expusieron a un grupo de la tribu igorot, considerada por entonces en
los filipinos como integrantes de
sus dominios de ultramar. estado de salvajismo.

Palabras finales

Esta reseña de las prácticas de secuestro y exhibi-


ción de seres humanos en zoológicos y Exposiciones pre-
tende mostrar, sin suponer una total homogeneidad, un
modo de construcción de la alteridad recurrente en los
últimos siglos.
Cabe destacar que si bien el tratamiento de ‘los
otros’ a lo largo de las Exposiciones del siglo XIX y XX es
en general exotizante y desvalorizador, hay variaciones en
el modo de representación de acuerdo al contexto histó-
rico y la situación geopolítica mundial.
Entre 1890 y la Primera Guerra Mundial se enfatiza-
ba el salvajismo de los grupos expuestos, caracterizados
como guerreros sanguinarios, desenfrenados, practican-
tes de canibalismo y otras costumbres consideradas inhu-
9 Bancel et al (2000) se pregun- manas por la mentalidad europea9.
tan si esas representaciones ani- Posteriormente, en cercanías de la Primera Guerra,
malizantes de los sujetos recien-
temente colonizados no serían cuando la ocupación territorial de las colonias estaba
acaso “la imagen invertida de la mayormente establecida, cambió la visión sobre sus nati-
ferocidad de la propia conquista
colonial”, como si se buscara vos. Comenzó a enfatizarse su cualidad de seres educa-
“legitimar la brutalidad de los
bles, cuyos atavismos podían ser modificados. A medida
conquistadores animalizando a
los conquistados”. que perdía peso la interpretación racial de las diferencias,
avanzaba la idea de una posible evolución cultural, que
justificaba la misión civilizadora de los imperios.
El recorrido histórico por las prácticas de encierro y
objetivación que caracterizaron al complejo exhibiciona-
rio del siglo XIX y primeras décadas del XX permite ver los
cimientos sobre los que se construyó el mundo que hoy
habitamos, aunque esos cimientos aparezcan a nuestra
vista como vestigios lejanos o curiosidades. La organiza-

234 Revista de la Facultad 16, 2010


La alteridad como espectáculocomo espectáculo

ción colonial del mundo, o sea, la organización de este


mundo, le debe bastante a la construcción de un ideal
humano y de un modo de presentar y representar la alte-
ridad de los que aún no nos hemos desprendido lo sufi-
ciente.

Bibliografía

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Revista de la Facultad 16, 2010 235


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de Filipinas de 1887. Madrid: Consejo Superior de
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236 Revista de la Facultad 16, 2010


Revista de la Facultad 16, 2010 237-252

Familia,
Derechos Humanos
y Trabajo Social
Dinorah Fait
Villalobos*
faitsalgado@yahoo.com.ar

Resumen

El presente trabajo pretende realizar en primer Familia(s) – Unidad de Análisis-


Práctica pedagógica - Práctica
lugar un análisis de la familia actual, estableciendo las Profesional
nuevas configuraciones familiares que le dan su carácter
plural y diverso. En segundo lugar, se considera la familia
como objeto del trabajo social y se señalan como necesa-
rios los enfoques interdisciplinarios e institucionales (se la
diferencia como unidad de análisis de cuando se trabaja
con la familia como unidad de atención e intervención).
Finalmente, se seleccionan propuestas, donde se estable-
cen referencias muy precisas a los ámbitos académicos
para el grado, el posgrado y la investigación a partir del
bagaje teórico-práctico que aporta el área Familia de la
carrera Licenciatura en Servicio Social de la Facultad de
Derecho y Ciencias Sociales de la Universidad Nacional del
Comahue, de los proyectos de investigación dirigidos y de
los ámbito técnico-políticos en la provincia de Río Negro.

* Lic. Dinorah Fait Villalobos es


Profesora e Investigadora en el
área Familia de la carrera
Licenciatura en Servicio Social de
la Facultad de Derecho y
Ciencias Sociales de la
Universidad Nacional del
Comahue.

Revista de la Facultad 16, 2010 237


Dinorah Fait Villalobos

Family, Human Rights and


Social Work

Family/ies – Unit of analysis – This article is trying to do in the first place a tho-
Teaching practice – Professional
rough analysis of the present familiy organization, sho-
practice
wing the new family structures that give them their uni-
que pluralistic and diverse nature. Secondly, the family is
considered the object of study of social work and interdis-
ciplinary and interinstitutional approaches are pointed
out as necessary (family here is considered a unit of analy-
sis different from the unit of attention and intervention).
Finally, we select propolsals of precise practical references
for the academic undergraduate, graduate and research
environments from the point of view of the theoretical
and practical background provided by the academic area
of Family in the Licentiature in Social Work in the School
of Law and Social Sciences at Universidad Nacional del
Comahue, in the research programs and in the technical
and political environments of the Rio Negro province.

238 Revista de la Facultad 16, 2010


Familia, Derechos Humanos y Trabajo Social

Aproximación al concepto de Familia

La familia continúa siendo hoy el grupo primario


que permite el desarrollo psicosocial de la especie huma-
na aunque los cambios que se van generando en la socie-
dad afecten su dinámica organizacional interna.

En este nuevo milenio se puede hablar de diferen-


tes configuraciones en las que no solo están incluidas la
que otrora fuera la familia extensa, transformada en
nuclear a partir de la Revolución Industrial, sino también
aquellas familias como la monoparental, la trigeneracio-
nal, la ensamblada o del rematrimonio, además de las
familias de gays, de lesbianas, de travestis o de transexua-
les.

Estas configuraciones no tienen distingo de clase


social, pero en este trabajo se hará una distinción, un
recorte, familias en situación de pobreza, por considerar
junto con Eroles que “el desafío para las ciencias sociales
y la práctica política es la de convertir a los derechos
humanos, en el motor de una acción de promoción de la
calidad de vida y la participación protagónica de los sec-
tores sociales postergados, de las familias en situación de
pobreza y de los grupos sociales vulnerados en su digni-
dad” (2005). Para que ello se dé es necesario aproximar-
se al conocimiento de las mismas, por lo que cabe un rol
protagónico a la universidad y, específicamente, al
Trabajo Social en cuanto praxis.

Algunas características de familia se acuerdan con


Lo Vuolo, al considerarla como “unidad doméstica” a
partir de la siguiente definición:

“Grupo de personas que interactúan de forma coti-

Revista de la Facultad 16, 2010 239


Dinorah Fait Villalobos

diana regular y permanente a fin asegurar mancomuna-


damente el logro de los siguientes objetivos: reproduc-
ción biológica, preservación de la vida, cumplimiento de
todas aquellas prácticas económicas y no económicas,
indispensables para la optimización de sus condiciones
materiales y no materiales de vida.

En consecuencia, dado que familia se entiende en


un sentido “estrecho” involucrando a los “económica-
mente dependientes” (Lo Vuolo, 1999), se plantean como
dimensiones analíticas:

Unidad de Residencia. Condición necesaria, aunque


no suficiente, puede haber cercanía residencial. Es el cri-
terio más típico y toma como unidad de análisis el
“hogar”, constituido por las personas que comparten una
vivienda y cierto grado de tareas comunes en el manteni-
miento de la residencia.

Unidad Familiar o Familia de Parentesco. Algunos


de los miembros de la unidad deben estar vinculados por
relación de parentesco (debe existir al menos un núcleo
familiar conyugal que cumpla funciones de reproducción
biológica).

Unidad de Consumo (manejo común de ingresos y


gastos). Se considera al grupo que toma decisiones de
gasto en común y cuyos miembros pueden no tener rela-
ciones de parentesco.

Unidad de funcionamiento doméstico. Ayuda


mutua en numerosos aspectos de la vida cotidiana sin
que ello implique presupuesto ni gasto común.

Unidad de Producción. Puede implicar, pero no es


necesario, que el grupo funcione como unidad de pro-
ducción

240 Revista de la Facultad 16, 2010


Familia, Derechos Humanos y Trabajo Social

La Familia como unidad de análisis

El incremento de la pobreza trae aparejadas prácti-


cas sociales necesarias de investigar para su comprensión-
explicación, no solo desde lo existencial, sino también
desde lo axiológico que implica subsistencia, protección,
afecto, comprensión, participación, creación, ocio, identi-
dad, libertad.

Dado que estas prácticas están basadas en la cultu-


ra dominante, desde el Trabajo Social se debe lograr que
sean ellos mismos, los sujetos sociales en situación de
pobreza, quienes definan y den sentido a su existencia y
a su esencia. Cabe así, un papel preponderante en la escu-
cha, en dar un lugar al otro, sin distorsionar. Para ello, es
necesaria una revisión crítica de la relación sujeto conoci-
do–sujeto cognoscente.

Detenerse en las familias en situación de pobreza es


a la vez mirar las políticas sociales, la construcción que se
hace de ellas y cómo se determina lo que se les brindará.
Por todo esto, cobra relevancia la familia como unidad de
análisis.

Conceptualmente, la discusión de la unidad de aná-


lisis utilizada para medir la pobreza se vincula con argu-
mentaciones previas en torno a la definición de bienestar.
Algunos componentes del consumo parecen ser esencial-
mente individuales (comida) de forma tal que tienen cier-
tos atributos típicos de lo que se denomina “bienes públi-
cos”.

Las escalas de equivalencia son otro elemento rele-


vante de los problemas metodológicos para medir la
pobreza. Esto es válido no sólo para los miembros de una
misma unidad de análisis sino también para realizar pon-

Revista de la Facultad 16, 2010 241


Dinorah Fait Villalobos

deraciones de diferentes necesidades para personas con


características disímiles y que están ubicadas en unidades
de análisis individuales.

Se puede observar claramente que las formas de


aprehender la unidad de análisis también condicionan los
resultados de las mediciones y de allí las políticas públicas
en la materia. La interdependencia es evidente al reflexio-
nar sobre los diferentes estímulos que genera una políti-
ca que tenga como interlocutor al “jefe” o “jefa” de
hogar, frente a otra que apunte directamente a las perso-
nas. No hay dudas que, desde el punto de vista de los
derechos al ejercicio de un rango básico de libertades
para elegir personalmente la forma de vida, las medidas
de recursos (y pobreza) deberían tomar a la persona
como unidad de análisis. (Lo Vuolo-Barbeito, 1999: 67-
69).

En Gattino y Aquín, citando a Giddens se afirma


que “asistimos a la producción-reproducción de una
nueva institucionalidad, creada por la emergencia de nue-
vas prácticas sociales, y una nueva forma de regular las
relaciones y la convivencia social. Proceso por demás con-
flictivo que, al incidir -en el plano de la subjetividad- en
las matrices de aprendizaje, deja marcas profundas y abre
espacios a crisis de identidad social, sobre la base de que
han cambiado también -en el plano de la objetividad- sus
condiciones de existencia.” ( Gattino y Aquín, 1999: 156).

Susana Torrado, en relación al método directo de


medición las NBI, involucra los siguientes pasos:
1.Definición de las necesidades básicas y sus correspon-
dientes satisfactores; 2. Selección de las variables e indi-
cadores que expresan el grado de satisfacción para cada
necesidad y satisfactor; 3. Definición de un nivel mínimo
para cada indicador, debajo del cual se considera que la

242 Revista de la Facultad 16, 2010


Familia, Derechos Humanos y Trabajo Social

necesidad está insatisfecha; 4. Clasificación de las unida-


des bajo estudio como pobres cuando al menos una de
las necesidades básicas está insatisfecha.

Este método directo intenta observar, sin ningún


tipo de intermediación, la presencia o ausencia de los
satisfactores de las necesidades. Así, con indicadores ad
hoc, evalúa las características de la vivienda, la formación
educativa de los miembros del hogar, la disponibilidad de
agua potable y el nivel de consumo calórico de los miem-
bros del hogar.

En la problemática de la familia y sus diversas


dimensiones de análisis, una de las manifestaciones de
este fenómeno es la emergencia de una perspectiva ana-
lítica que trata de rescatar el estudio de las relaciones
entre fenómenos del nivel macrosocial y de nivel microso-
cial (comportamientos). (Torrado, 1998: 56). Se observa
aquí el énfasis en las condiciones de existencia por sobre
las esenciales en la búsqueda de medición para definir las
características y cantidades de las familias con NBI.

Esta perspectiva nos lleva a compartir cuando


Mercedes Gagneten afirma al respecto:

“Necesidades Básicas Insatisfechas. Se sustenta en


la concepción del hombre como ser de necesidades en
tanto bienes materiales. Y desde esta concepción se trata
de una cultura que mide la relación necesidad-capacidad
en relación al paradigma productivo hegemónico. Desde
esta unidad es que hombre con necesidades básicas insa-
tisfechas es mitad hombre y es mitad cultura también”.
(2004: 80).

En relación a la cultura se advierte la incidencia de

Revista de la Facultad 16, 2010 243


Dinorah Fait Villalobos

la cultura patriarcal en la familia. Se entiende como


patriarcado “la manifestación e institucionalización del
dominio masculino sobre las mujeres y los/las niños/as de
la familia, dominio que se extiende a la sociedad en gene-
ral. Implica que los varones tienen poder en todas las ins-
tituciones importantes de la sociedad y que se priva a las
mujeres del acceso a las mismas, pero no implica que las
mujeres no tengan ningún tipo de poder, ni de derechos,
influencias o de recursos”. (Facio, 1999: 45).

En la construcción social del sujeto, la familia con-


tinúa siendo el primer grupo fundante, de ahí que sea
uno de los grupos en los que el Trabajo Social debe estar
presente porque las familias no sólo se presentan como el
lugar donde se efectúa el desarrollo psicosocial de sus
integrantes sino que en algunas de ellas se da una trama
relacional violenta o de abuso sexual.

Se advierte entonces, una diferencia en el accionar


del Trabajador Social según aborde la familia como uni-
dad de análisis o como unidad de atención e intervención.
Si lo hace como unidad de análisis, podrá explicar y com-
prender los cambios y las situaciones problemáticas que
atraviesan estos grupos, para luego proceder a la elabo-
ración de proyectos o bien para diseñar, ejecutar y eva-
luar las políticas sociales, o realizar estadísticas o censos
que permitan efectuar estudios posteriores. Si lo hace
como unidad de atención e intervención, el accionar del
Trabajador Social se direccionará a la orientación familiar
de una familia específica, que ha pedido ayuda o ha sido
derivada por una organización. Su posicionamiento epis-
temológico y metodológico será sustancialmente diferen-
te del anterior y para ello deberá adquirir, tanto en el
grado como en el posgrado, las herramientas necesarias.
Su praxis será de gran complejidad y deberá recurrir tanto

244 Revista de la Facultad 16, 2010


Familia, Derechos Humanos y Trabajo Social

al trabajo interdisciplinario como interinstitucional.

De alguna manera, los datos que obtenga trabajan-


do la familia como unidad de atención e intervención
podrán enriquecer sin lugar a dudas la otra opción. Lo
importante de la profundidad de un estudio cualitativo es
que ayuda en el rigor científico a enriquecer aquellos
datos que se encuentran en el orden de lo cuantitativo.

Cuestiones desde la práctica pedagógica y la investi-


gación

A través del trabajo en las cátedras de Servicio


Social Familiar y Práctica de Servicio Social Familiar de la
Licenciatura en Servicio Social de la Facultad de Derecho y
Ciencias Sociales de la Universidad Nacional del Comahue,
así como de los resultados del Proyecto de Investigación
“Niñez en Riesgo y Políticas Sociales en General Roca”, se
encuentra que:

1. Las familias y/o personas que integran estas


familias internalizan los conceptos que definen quienes
diseñan y ejecutan las políticas sociales. Ello les permite
incluirse en calidad de “beneficiarios” de los Planes y/o
Programas “Plan Jefas y Jefes”, “Comer en Familia”,
“NutriRoca”, entre otros. La pregunta es “beneficiario de
qué” cuando los mismos no responden a las necesidades
existenciales y esenciales de los sujetos en situación de
pobreza. Creemos que uno de los términos a utilizarse
pueden ser destinatario o usuario.

2. Estos planes y/o Programas mencionados res-


ponden a partidos políticos diferentes. El “Plan Jefas y
Jefes” pertenece a Nación; “Comer en Familia” a la
Provincia “ y “NutriRoca” a la Intendencia de General

Revista de la Facultad 16, 2010 245


Dinorah Fait Villalobos

Roca, por ende, se los identifica con el gobierno


Justicialista o Radical, según el signo político del gobier-
no de turno. Ello nos habla de prácticas clientelares
donde el sujeto está ausente y pasa a ser un objeto al ser-
vicio de los partidos políticos. (Fait, 2005 )

3. La mayoría de las familias con las que se trabaja


desde la cátedra y en el Proyecto de Investigación son
familias monoparentales, a cargo de la mujer, madre y
Jefa de hogar. Esto habla de una configuración que está
adquiriendo fuerza y que, por ende, se hace necesaria
investigar para su explicación-comprensión y lograr un
saber situado, desde el sujeto conocido y no desde la
interpretación del sujeto cognoscente. Es necesario otor-
gar prioridad a la singularidad no solo del actor, sino tam-
bién del papel social y del escenario en el se desenvuelve
cotidianamente.

Propuesta

Desde la formación de Grado

Es necesario crear espacios deliberativos, democrá-


ticos -que no son precisamente los Consejos Directivos-,
para poder evaluar no solo las currículas sino el ejercicio
de la práctica pedagógica al interior de la unidad acadé-
mica.

También es necesario incluir estos espacios en los


planes de estudio de todas las carreras los Derechos
Humanos. En lo que se refiere a la Licenciatura en Servicio
Social de la Universidad Nacional del Comahue, cuyo plan
no ha sido modificado desde su creación en 1982, es
recomendable que se los incorpore a lo largo de la carre-
ra mediante talleres de integración.

246 Revista de la Facultad 16, 2010


Familia, Derechos Humanos y Trabajo Social

Dentro de la cátedra de Familia, se deberá incluir el


tratamiento de los Derechos del Niño -que marca un
cambio paradigmático entre el menor objeto de derecho
al menor sujeto de derechos- porque es en la familia
donde el niño-niña se desarrolla psico-socialmente.

Todas estas cuestiones exigen no sólo una modifi-


catoria del Plan de Estudios, sino una revisión crítica de
las prácticas, pasibles de ser contrastadas con nuevos
paradigmas y cambios legislativos.

Desde la formación de Posgrado

Se aconseja articular las Secretarías de


Investigación y de Posgrado desde lo epistemológico y
metodológico para favorecer a tesistas e investigadores
con un mejor aprovechamiento de recursos humanos y
materiales.

Por ejemplo, los Derechos Humanos abren una


perspectiva interdisciplinaria no solo en lo normativo-
legislativo sino a la práctica social necesaria la cual hace
necesario un cambio de mirada y exige un compromiso
ético-filosófico y político.

Para lograr tales fines se deberían elaborar pro-


puestas de Especialización sobre temas relacionados con
la modificación de normativas y aplicabilidad de las mis-
mas, la gestión territorial que permita articular la intersec-
torialidad para la no judicialización, cómo evitar la crimi-
nalización de la niñez y adolescencia en situación de
pobreza, intervenciones en situaciones de violencia y
abuso sexual, convivencia escolar y familiar, etc.

Los cursos otorgarían certificados a quienes partici-


pen en los mismos y créditos a quienes se encuentren rea-
lizando posgrados existentes, pero su principal objetivo

Revista de la Facultad 16, 2010 247


Dinorah Fait Villalobos

debería ser el perfeccionamiento de la práctica profesio-


nal en relación con los Derechos Humanos.

Desde la Práctica Profesional

Además de acercar la Universidad a la práctica pro-


fesional a través de cursos como los que se recomiendan
en el punto anterior, que permitan revisar la práctica pro-
fesional a la luz de teorías que hoy se encuentra en ten-
sión, es necesario propiciar espacios para pensar el pro-
pio el trabajo profesional.

Cuando estuvo en funcionamiento el Consejo del


Niño y el Adolescente de General Roca (CONyA), creado
por Ordenanza Municipal Nº 2514/97 y luego modificado
por Ordenanza Nº 3308/00, se reflexionó y aportó en
relación a La Ley Nº 3097 de Protección Integral de Niños,
niñas y adolescentes de Río Negro según Expediente
564/03 y de su modificatoria según Expediente 441/05,
que luego se transformó en Ley N° 4109, actualmente en
vigencia.

En esa oportunidad se objetó que debería haberse


evaluado la aplicabilidad de la misma antes de su correc-
ción. Más aún: hay correcciones, pero no se explicitan los
fundamentos. Por otra parte, ni una ni otra, prevé la arti-
culación con la formulación de políticas sociales así como
tampoco lo que corresponde realizar como obligación
judicial.

Pese a que en los fundamentos dice que ”luego de


innumerables reuniones entre los representantes de dis-
tintos poderes, de miembros de distintas Organizaciones
gubernamentales, de un debate sobre el trasfondo ideo-
lógico y también sobre las cuestiones operativas arriba-
mos a una ley que es fruto del consenso y de las convic-

248 Revista de la Facultad 16, 2010


Familia, Derechos Humanos y Trabajo Social

ciones”, no se observa a través de la lectura de la misma


las llamadas cuestiones operativas ni cuál es la articula-
ción entre la ley y las políticas sociales.

Nuestra postura ético, política y filosófica tiene pre-


cedentes explícitos:

“Sólo puede realizarse el ideal del ser humano


libre, exento del temor y de la miseria, si se crean las con-
diciones que permitan a cada persona gozar de sus dere-
chos económicos, sociales y culturales, tanto como de sus
derechos civiles y políticos.”

Preámbulo de la Convención Americana de


Derechos Humanos

Pacto de San José de Costa Rica, 1969

Constitución Nacional Argentina, 1994. Artículo


75 inciso 22

Estas condiciones no están dadas para que niños,


niñas y adolescentes puedan gozar de los derechos men-
cionados cuando cohabitan en situación de pobreza o en
hogares con NBI o bajo la línea de indigencia. Acordamos
con Mirta Bóxer cuando dice:

“Los denominados “factores de riesgo” son varia-


bles y variaciones contenidas y alcanzadas por derechos
sociales, económicos, civiles y culturales. La indivisibilidad
e integralidad de los derechos humanos obtura e invalida
ciertas divisiones, distinciones y tipologías. Por otra parte,
esas “tipologías” insisten en replicar y reproducir “los lis-
tados de la situación irregular.” ( 2002:139)

Revista de la Facultad 16, 2010 249


Dinorah Fait Villalobos

En la ley, tampoco se explicitan las competencias


judiciales para discernir los circuitos extrajudiciales a efec-
tos de lograr la no criminalización de la pobreza (corres-
ponde a lo denominado como preventivo por las directri-
ces de RIAD). Finalmente, no se clarifica la interrelación
con la Ley Nacional Nº26.061.

Con respecto a la creación de Consejos Municipales


para impulsar y ejecutar políticas de promoción y protec-
ción integral de Derechos de la niña, niño y adolescente,
a partir de nuestra experiencia de creación y ejecución del
mismo nos permitimos evaluar críticamente nuestro
accionar para su correspondiente modificación:

a. La condición ad honorem de los miembros del


Consejo lleva a que se traduzca en voluntarismos perso-
nales, sin legitimidad institucional. Se debe determinar un
modo de contratación, con carga horaria asignada por la
Institución a la cual se pertenece, sea ésta gubernamental
o no gubernamental éste sería un circuito extrajudicial).

b. Los integrantes de este Consejo deben ser elegi-


dos mediante concurso de oposición y antecedentes y por
un período no mayor de cuatro años con posibilidad de
reelección, siempre y cuando la evaluación de lo realizado
así lo amerite.

c. Las funciones que se le imponen al Consejo -


acompañar, asesorar- son imposibles de cumplir. Desde
nuestra experiencia como Consejo Consultivo, según el
criterio del Partido de turno, se consulta o no.

d. La representación institucional legítima debe


estar avalada mediante un proyecto de ejecución desde la
misma. Es por ello que consideramos pertinente para este

250 Revista de la Facultad 16, 2010


Familia, Derechos Humanos y Trabajo Social

ítem la ejecución del ítem a.

e. Debe efectuarse un convenio o contrato de par-


tes ya que las Organizaciones Gubernamentales, en la
práctica, responden al Partido de turno.

Aunque se realizaron las recomendaciones antes


señaladas, se promulgó la Ley N° 4109 de Protección
Integral de Niños, niñas y adolescentes de Río Negro, aún
en vigencia.

Desde la Investigación

El Trabajo Social se ha destacado como disciplina,


prioritariamente en su accionar, ligado tanto a las perso-
nas en situación de pobreza, de vulnerabilidad, de exclu-
sión, como a las Organizaciones Gubernamentales y/o No
gubernamentales que pueden responder a sus necesida-
des.

La investigación que la autora de este trabajo diri-


gió denominado “Familias y situación de Pobreza” dio
cuenta de la necesidad de direccionar la investigación
desde la mirada del Trabajo Social para lograr saberes que
se aproximen a la realidad con la cual se debe trabajar. El
objetivo fue trabajar junto a familias en situación de
pobreza para que ellos mismos logren expresar sus per-
cepciones y puedan definir sus demandas y necesidades.

La investigación “Niñez en Riesgo y Políticas


Sociales en General Roca”, se centró en los obstáculos a
la implementación de las Políticas Sociales: la fragmenta-
ción, la política partidaria, la incertidumbre, la compleji-
dad, la complementariedad y la representación social de
la pobreza que tienen los actores sociales involucrados.

Revista de la Facultad 16, 2010 251


Dinorah Fait Villalobos

BIBLIOGRAFÍA

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252 Revista de la Facultad 16, 2010


Revista de la Facultad 16, 2010 253-269

Bicentenario,
medios y conflictividad
política Nélida Beatriz Sosa*
nelidabeatrizsosa@hotmail.com

Resumen

ctores políticos – contradiscurso


La prensa es un actor político y como tal tiene – medios gráficos – nueva retó-
poder o pugna por él. Habitualmente definida como el ric
“cuarto poder” por actuar como un medio de control en
los sistemas republicanos y democráticos, hoy, en
Argentina puede ser calificada como “contrapoder”.
Efectivamente, la mayoría de los medios gráficos se com-
portan como actores políticos “opositores al gobierno”.
Este trabajo focaliza su atención en el “contradis-
curso” de los medios gráficos, en cuanto actores socia-
les, circunscribiéndonos a aquel que, presuponemos,
tiene “especificidad retórica como discurso político”: uti-
liza la palabra en forma adversativa, la vehicula a través
de sus géneros comentativos, se vale de estrategias dis-
cursivas para construir prodestinarios y contradestinata-
rios y privilegia la modalidad argumentativa mediante la
cual teatraliza de un modo determinado el ser y deber ser
propuestos al lector en sus contratos de lectura.
El corpus está constituido por artículos de opinión
publicados tras los festejos por el Bicentenario en los
medios que el oficialismo considera sus principales adver-
sarios: Perfil y La Nación. * Nélida Beatriz Sosa, profeso-

Para la caracterización de tales discursos, la meto- ra en Letras y magíster en


Lingüística, es docente e
dología que nos permite observar, comparar y sistemati- investigadora de la carrera de
Comunicación Social, FADECS-
zar parcelas específicas de textos apriorísticamente iden- UNCo.

Revista de la Facultad 16, 2010 253


Nélida Beatriz Sosa

tificados en la prensa como discursos de oposición es la


Nueva Retórica. En consecuencia, los textos se abordan
en sus tres instancias definitorias: la inventio, donde se
selecciona lo que se quiere decir; la dispositio, donde se
adopta una determinada organización, y la elocutio,
donde se procede a su elaboración lingüística mediante la
concurrencia de los recursos y estrategias más apropiados
a la intención persuasiva.
El análisis, desde esta perspectiva, se convierte en
una tarea hermenéutica: por un lado, se trata de interpre-
tar cuál es la intención, qué necesidad o deseo de comu-
nicar algo motiva el texto; por el otro, se caracterizan
la estructura, el estilo del texto en cuestión y las estrate-
gias de puesta en discurso.

254 Revista de la Facultad 16, 2010


Bicentenario, medios y conflictividad política

The Argentina Bicentennial,


the media and political unrest

The press is a political actor and, as such, it has political actors – counterdis-
course – graphic media – new
power or tries to get it. Generally described as “political
rhetoric.
media” for its control over republican and democratic sys-
tems, it can nowadays be labelled as “counterpower” in
Argentina. In fact, most of the news media act as politi-
cal actors who oppose the present government.
This article focuses on the “counterdiscourse” of
news media, in particular on that which, we contend, has
the rhetorical qualities of political discourse. This counter-
discourse opposes the government in opinion texts and
displays discursive strategies to create pro and counterad-
dressees. Likewise, it makes use of argumentation in
order to stage modality to show the reader how the
world is or how it should be.
The corpus of the study is a set of opinion texts
published by Perfil and La Nación after the commemora-
tion of the Bicentennial of Argentina. In order to charac-
terise such discourses, the most adequate methodology
to observe, compare and systematise opposition dis-
course is provided by the New Rhetoric. From this per-
spective, texts are analysed at three different moments:
during the inventio, when the writer selects what he
wants to say; the dispositio, when a particular organisa-
tion is favoured; and the elocutio, when the linguistic
elaboration takes place with the deployment of the most
appropriate strategies to convey the writer´s persuasive
intention.
Viewed this way, the analysis becomes a hermeneu-
tic task: on the one hand, the analyst tries to interpret the
writer´s intention and his need to communicate his ideas;
on the other, his job is to characterise the structure of the
text as well as the style and the discursive strategies that
have been displayed.

Revista de la Facultad 16, 2010 255


Nélida Beatriz Sosa

256 Revista de la Facultad 16, 2010


Bicentenario, medios y conflictividad política

Introducción

Según Borrat1, “si por actor político se entiende 1 Borrat, Héctor (1989) El perio-
dismo, actor político. Editorial
todo actor colectivo o individual capaz de afectar el pro-
Gustavo Gili. Barcelona.
ceso de toma de decisiones en el sistema político”, la
prensa debe ser considerada como un verdadero actor
político “cuyo ámbito de actuación es el de la influencia”:
influencia sobre el Gobierno, sobre los partidos políticos,
sobre las instituciones y sobre la sociedad en general.
Desde esta perspectiva, la prensa puede ser objeto
de estudio como cualquier otro actor social que ocupa el
poder o pugna por él; efectivamente, la prensa comparte
con otros actores del escenario político una posición polí-
tica, se vale de determinadas estrategias para exponerla,
construye su dispositivo de enunciación sobre la base de
un esquema de polarización, como cualquier discurso
agónico, se vale de los insumos que mejor sirven a sus
propósitos y narra y comenta sólo los acontecimientos
que decide incluir en su agenda.
Habitualmente definida como el “cuarto poder” de
la sociedad por actuar como un medio de control de los
tres poderes dentro de un sistema republicano y demo-
crático, hoy la mayoría de los medios gráficos –y audiovi-
suales- se comportan como actores políticos “opositores
al gobierno”, es decir, como un contrapoder.
Desde su discurso de asunción, la presidente
Cristina Fernández marcó la distancia: los medios fueron
leídos como corporaciones políticas y de poder y no como
simples medios de comunicación.
Luego, en marzo de 2008, estalló el conflicto entre
el gobierno y los productores rurales a partir del anuncio
sorpresivo de un aumento a las retenciones de grano. El
kirchnerismo, en medio del disconformismo de los secto-
res rurales, a los que se le sumaron grandes porciones de
los centros urbanos, desplegó una contraofensiva, convo-
cando a un acto a la Plaza de Mayo. El 1 de abril, la pre-
sidente, desde un balcón de la Plaza de Mayo, criticó con
inusitada virulencia el papel de los medios en el conflicto
con el campo:

Revista de la Facultad 16, 2010 257


Nélida Beatriz Sosa

“Esta vez no han venido acompañados de


tanques; esta vez han sido acompañados por
algunos generales multimediáticos... son los
mismos que hoy pude ver en un diario donde
colocan mi caricatura… una caricatura donde
tenía una venda cruzada en la boca, en un men-
2 Cristina Fernández aludía así a
saje cuasimafioso…”2
un dibujo de Hermengildo
Sabat, publicado por Clarín.

Frente a esta dura oposición de la mayoría de los


medios, el Gobierno ensayó varias estrategias que, en
algunos casos, funcionaron casi como amenazas. La más
consistente fue la de presentar una nueva ley de radiodi-
fusión con la promesa de “ampliar el espectro de los emi-
sores (públicos, privados y comunitarios)” y “democrati-
zar el terreno de la comunicación”. Obviamente, las
empresas mediáticas se opusieron al proyecto de la nueva
ley y el enfrentamiento se intensificó.
Durante la campaña electoral por las legislativas, en
los actos ligados al oficialismo, empezaron a aparecer car-
teles contrarios a Clarín y al canal de cable Todo Noticias.
Posteriormente, tras ser derrotado en Catamarca, Néstor
Kirchner arremetió explícitamente contra Clarín, en un
acto en Tres de Febrero:

“El peronismo en Catamarca logró man-


tener su porcentaje histórico y Clarín no lo dice,
no dice que el gobierno de Catamarca hace 17
años que está en el poder, no habla con la ver-
dad. ¿Qué te pasa Clarín? ¿Por qué estás tan
nervioso Clarín? Utilizá el medio para informar
y no para desinformar a la gente…”

Al hacerse público el patrimonio del matrimonio


Kirchner y su formidable aumento en los últimos años, vol-
vieron las embestidas de la prensa y las consiguientes répli-
cas. El incidente más explícito ocurrió en septiembre de
2009, en una conferencia de prensa de Néstor Kirchner. Un
periodista de Clarín le preguntó acerca de su enriquecimien-
to personal, declarado públicamente, a lo que respondió:

258 Revista de la Facultad 16, 2010


Bicentenario, medios y conflictividad política

“Mirá, escucháme un cachito. Yo no sé si


te mandó Clarín, Magnetto o Rendo... yo sé que
te mandaron, pero te lo digo con cariño… yo,
sobre mi declaración de bienes, me someto a la
justicia, no me someto al poder monopólico de
Clarín…”

Efectivamente, tanto Néstor Kirchner como Cristina


Fernández han fustigado duramente a los medios,
demostrando crispamiento ante cada una de las críticas
que se esgrimen contra el oficialismo, señalando muchas
veces a periodistas con nombre y apellido.
Pero la irritación no sólo se debe a las críticas sino
a la construcción de la agenda y al “tratamiento tenden-
cioso” que los medios realizan de la información. El prin-
cipal reproche de la presidente es que “hay una suerte de
operativo desánimo del sector mediático tendiente a
3 Desde Casa Rosada el 2 de
debilitar a la Argentina y al Gobierno”.3 febrero de 2010.
Como dice Follari4, son medios opositores aunque
4 Follari, Roberto (2009) Los
“se trata de una oposición encubierta porque niegan que grandes medios como oposición
encubierta. Agencia Latinoame-
actúen como tal, pero no es encubierta en sus modalida- ricana de Información. En:
des operativas: es una oposición abierta, agresiva, unila- http://alainet.org/active/34456&l
teral y permanente”. ang=es.

Nuestro interés por esta confrontación entre el


poder mediático y el gobierno en el poder, de todas for-
mas, es un interés discursivo. Nuestro objetivo es el “con-
tradiscurso” de los medios gráficos, como actores socia-
les, y se circunscribe a aquello que, presuponemos, le da
“especificidad retórica como discurso político”.
En este sentido, lo que pretendemos demostrar es
que el discurso de los medios tiene una base esencialmen-
te polémica; que su palabra adversativa, vehiculada tanto
a través de sus géneros informativos como comentativos,
no pretende convencer al contradestinatario (el oficialis-
mo), como supone la retórica tradicional, sino a recono-
cer, distinguir y confirmar a los partidarios (prodestinasta-
rios) y atraer a los indecisos (paradestinatarios); que es un
discurso estratégico, en la medida en que define propósi-
tos, medios y antagonistas; que es un discurso destinado

Revista de la Facultad 16, 2010 259


Nélida Beatriz Sosa

a prescribir el ser y el deber ser políticos ante un lector


determinado y en vista a una intervención sobre este lec-
tor.

La Nueva Retórica como metodología de análisis

Siempre que se escribe, se escribe con una inten-


ción: difundir una información, producir un goce estético
o bien imponer una opinión. Como consecuencia, todo
discurso es práctico, utilitario y manipulador. Así se trate
de un cuento, de un poema, de una artículo periodístico
o de un alegato jurídico, se ponen en juego estrategias
cuya finalidad está en el destinatario, en sus creencias, en
sus emociones, en su conducta.
Un discurso es un acto de habla, y por lo tanto,
consta de los elementos de todo acto de habla: un acto
locutivo, el acto de decir algo –un texto- con sentido y
referencia; un acto ilocutivo, el acto de hacer algo –infor-
mar, emocionar, persuadir - y, finalmente, un acto perlo-
cutivo, o sea, efectos en el pensamiento, las creencias o
acciones del interlocutor. Desde esta perspectiva, los tex-
tos son materialidades encapsuladas en contextos de
situación que los convierten en discursos.
Los textos se ciñen a esquemas de organización
diferentes y manifiestan ciertas regularidades en su ela-
boración lingüística que permite agruparlos en tipos tex-
tuales. Uno de ellos es el texto argumentativo, un tipo de
texto que se caracteriza por relacionar varios argumentos
y una conclusión con el propósito, según Perelman5, “de
5 Perelman, Ch. Y Olbrechts- aumentar la intensidad de adhesión de manera que des-
Tyteca, L. (1989) Tratado de la encadene en los oyentes la acción prevista –acción positi-
argumentación. La nueva retóri-
va o abstención- o cree una predisposición que se mani-
ca, Gredos, Madrid. Pág. 34.
fieste en el momento oportuno”.
A este tipo de texto adscriben los géneros editoria-
lizantes de la prensa. Se trata de textos deliberativos,
judiciativos o epidípticos que tienen la particularidad de
manipular hechos, situaciones e informaciones, poseen
una lógica interna que les es específica y ponen en fun-
cionamiento complejos conjuntos de estrategias de per-

260 Revista de la Facultad 16, 2010


Bicentenario, medios y conflictividad política

suasión o convencimiento. Fuertemente impregnados de


ideología, manifiestan los valores, normas y creencias de
quienes los emiten, en el contexto de una determinada
formación social.
Para la caracterización de tales discursos, la meto-
dología es la Nueva Retórica. En consecuencia, los textos
se analizan en sus tres instancias definitorias: la inventio,
donde se selecciona lo que se quiere decir; la dispositio,
donde se adopta una determinada organización, y la elo-
cutio, donde se procede a su elaboración lingüística
mediante la concurrencia de los recursos y estrategias
más apropiados a la intención persuasiva.
La Nueva Retórica es una metodología que tiene la
ventaja de sistematizar el “análisis discursivo de los arte-
factos textuales” mediante perspectivas provenientes de
diferentes disciplinas -pragmática, teoría de la enuncia-
ción, análisis ideológico del discurso, etc.- complemen-
tándolas con una tarea hermenéutica.

A título de ejemplo: “Los festejos del Bicentenario”

A partir de los festejos por el Bicentenario – lo acon-


tecido en el mundo real-, cada medio interpone su mundo
de referencia y construye un mundo posible que tiene en
cuenta algunas instancias del acontecimiento y descarta
otras. Mediante esta práctica discursiva, transforma la fac-
ticidad en una estructura subjetiva de sentido.
Al analizar las noticias, hemos constatado que PER-
FIL utiliza insumos que no tienen visibilidad en los otros
medios: la concurrencia no es la que estiman los medios,
la policía le negó el acceso a una columna de piqueteros
de la agrupación Aníbal Verón y de la JP Evita, hubo insul-
tos y chiflidos para Moreno, el secretario de Comercio.
LA NACIÓN, por su parte, privilegia la alocución de
la presidente por cadena nacional desde la Casa Rosada
pero refiere de ésta aquéllas expresiones que pueden
resultar más virulentas. Por ejemplo, cuando critica al país
del primer Centenario, cuando convoca a “construir un

Revista de la Facultad 16, 2010 261


Nélida Beatriz Sosa

país y una Nación para todos” supuestamente conducido


por el kirchnerismo o cuando se compara con los próce-
res de las luchas por la independencia (“… el camino para
nosotros es el mismo que tomaron San Martín, Bolívar,
O´Higgins, Artigas…”; “…tenemos el mismo objetivo…
más libertad, más igualdad…”). Este medio insiste en que
el Gobierno busca un rédito político del éxito de los fes-
tejos y que hubo un aprovechamiento para consolidar la
candidatura presidencial de NK para las elecciones de
2011(“CK se puso un gorro con la leyenda Kirchner, pre-
sidente 2011”; “NK puso los dedos en V”). Se consignan
declaraciones de un amplio espectro de dirigentes de la
oposición que coinciden en afirmar que el éxito de los
festejos no es mérito del Gobierno, sino de la gente y que
sería un error capitalizarlo electoralmente.
En cambio, PAGINA 12, si bien se centra en la pala-
bra de la presidente, selecciona aquellas expresiones que
realizan una lectura ponderativa del presente: “…nues-
tros pueblos están mejor que hace cien años…”, “… dos-
cientos años con la más absoluta democracia de la que se
tenga memoria…”, “…más libertad, más igualdad, dis-
tribución más equitativa de la riqueza, más educación y
más salud…”. Luego le sigue una exhaustiva descripción
de la fiesta en Plaza de Mayo, del espectáculo de luces y
sonido en el Cabildo y de los “millones de personas en las
calles” disfrutando del desfile de Fuerza Bruta. En cuando
al posible rédito político para el gobierno, este medio
consigna declaraciones de funcionarios que niegan esta
lectura: “no se saca ventaja ni antes, ni durante ni des-
pués” (Aníbal Fernández), “Pensar que nosotros quere-
mos sacar rédito político es un reduccionismo” (Florencio
Randazzo); “… la crispación es parte de la Argentina vir-
tual…” (Agustín Rossi)
Un acontecimiento, aparentemente no conflictivo
como los festejos del Bicentenario, pone en evidencia
cómo los medios, en tanto actores políticos, se valen de
la supuesta transparencia informacional para posicionar-
se como adversarios o aliados en el escenario de la con-
tienda política.

262 Revista de la Facultad 16, 2010


Bicentenario, medios y conflictividad política

Este posicionamiento se hace explícito en los artícu-


los de opinión que complementan la información que
cada medio proporciona.

Medio Información Opinión

Para el Gobierno, 6 millones de per- ¿Quién se beneficia con los festejos?


sonas participaron del Bicentenario Rosendo Fraga

Casi 3 millones de personas en


PERFIL
las calles coronaron el Bicentenario ‘Caraculismo’
Insultos y chiflidos para Moreno, Pepe Eliaschev

cerca del palco oficial


Esa obsesión por dividir y

“Construyamos un país para todos” fracturar


Joaquín Morales Solá

LA NACION El Gobierno busca un rédito político


del éxito de los festejos 1910 vs. 2010, un duelo ideológico
Carlos Pagni
Para toda la oposición, el mérito
fue de la gente

Bicentenario con una propuesta


y un protagonista
Luis Bruschtein
Una fiesta con el pueblo en la calle

PAGINA 12 Fiesta y relato


María Pía López
La fiesta popular levanta olas
Reconquista de lo público
Washington Uranga

Rosendo Fraga, en ¿Quién se beneficia con los


festejos? (PERFIL), interpreta los festejos del Bicentenario
como un mensaje social claro y preciso: “la gente está
más interesada en la conciliación y el acuerdo que en el
conflicto y la confrontación” aunque los actos, desde la
perspectiva política, mostraron exactamente lo contrario:
la presidente no estuvo en la inauguración del Teatro

Revista de la Facultad 16, 2010 263


Nélida Beatriz Sosa

Colón ni en el desfile militar conmemorativo, el vicepresi-


dente y los ex presidentes no fueron invitados a la cena,
la comparación Centenario-Bicentenario es polémica y la
galería de próceres latinoamericanos tiene un sesgo ide-
ológico definido.
Asegura que estos hechos no se capitalizan y lo
ejemplifica con el triunfo en el Mundial de Fútbol en
1986 y el fracaso de Alfonsín en las elecciones legislativas
del año siguiente.
Discrepa con la presidente en su ponderación de lo
que acontecía en 1910. Afirma que el país podía mostrar
éxitos indiscutibles en lo económico -décimo PBI del
mundo y el séptimo país por su volumen de exportacio-
nes-, en lo educativo era el más alfabetizado de América
Latina y que, si bien “no había una democracia realmen-
te competitiva ni participativa”, en 1911 “se sancionó la
ley de voto universal, secreto y obligatorio, que fue la
reforma política más importante realizada en los dos
siglos de historia argentina”.
Reconoce que nuestro país está viviendo el período
democrático más prolongado desde la sanción de dicha
ley pero entiende que “las asignaturas pendientes están
en el ámbito económico y social, donde un siglo atrás se
podían mostrar más éxitos”.
Pepe Eliaschev, en ‘Caraculismo’ (PERFIL) cuestio-
na “el costo desorbitado que originó la celebración en un
país con niveles inaceptables de pobreza e indigencia” al
mismo tiempo que advierte a las actuales autoridades,
que “ven como un elixir revitalizante y un presagio de vic-
toria la participación de la gente”, que no se puede saber
qué ocurrirá en octubre de 2011. Tras afirmar que es
habitual que los argentinos pasen de la “efusividad necia
a ominosos espasmos de negrura existencial”, le asigna a
los “caracúlicos” la obligación ciudadana de preguntarse
quién paga lo que se disfruta y de saber cuál es la estra-
tegia del que paga, aunque corran el riesgo de “ser vitu-
perados tras los fastos del Bicentenario”.
Joaquín Morales Solá, en Esa obsesión por divi-
dir y fracturar (LA NACIÓN) evalúa los festejos como “la

264 Revista de la Facultad 16, 2010


Bicentenario, medios y conflictividad política

conmemoración de dos Argentinas”: en una, “la gente se


volcó masivamente a las calles sin banderas partidarias” y
en la otra, la presidente, “convocó a la unidad nacional
pero dividió la historia y fracturó el presente”. Lo demues-
tra señalando que “no hubo un solo acto que compren-
diera a las diversidades políticas, sectoriales, religiosas y
sociales”, que los actos de CK sólo admitieron a los pro-
pios, que descalificó el Centenario sin reconocer “el
esfuerzo de la generación de 1910 para hacer de
Argentina una potencia económica” y que entronizó a
Ernesto Guevara –“un mito y no un héroe”- en el pante-
ón de los próceres latinoamericanos. De esta forma, con-
cluye que, mientras para la sociedad fue “una celebración
de la gente en unidad”, para el gobierno “fue una recor-
dación sesgada e ideologizada”.
Carlos Pagni, en “1910 vs. 2010, un duelo ideo-
lógico” (LA NACIÓN) se centra en refutar a la presidente
cuando afirma que, “pese a quien le pese, estamos
mucho mejor que hace 100 años”. Esta contundente
defensa de la actualidad e impugnación de la experiencia
de 1910 es objetada severamente por el articulista por
entender que implica “un juzgamiento del pasado con
categorías del presente” y “una ignorancia de lo efectiva-
mente acontecido a principios del siglo XX”. Lo demues-
tra con información profusa: “la ley de residencia -que
Emilio Gouchón y Belisario Roldán impugnaron- expulsó
anarquistas por sus atentados terroristas y no por sindica-
listas; Joaquín V. González elaboró una ley nacional de
trabajo con socialistas (1904); Roque Sáenz Peña pactó
con Yrigoyen la ley de voto secreto, obligatorio y univer-
sal (1912); la tasa de escolarización llegó al 52%; aumen-
taron los propietarios y la peor vivienda urbana era el
conventillo; Argentina era el más industrial de los países
iberoamericanos; la economía era la primera de América
latina y una de las 9 más importantes del mundo”, entre
los datos más relevantes.
Luis Bruschtein, en Bicentenario con una pro-
puesta y un protagonista (PAGINA 12), destaca el clima
social en el que se desarrollaron los festejos –“que no fue
el descripto todos los días por los grandes medios”-, un
Revista de la Facultad 16, 2010 265
Nélida Beatriz Sosa

clima social en el que no hubo “caracúlicos, mala onda,


fastidio, protestas, discusiones callejeras o alguna volan-
teada”. Para ponderar los festejos, consigna que contri-
buyeron a su éxito los desfiles de inmigrantes, de pueblos
originarios y de pueblos latinoamericanos, la presenta-
ción de artistas populares de todo el continente, la exis-
tencia de locales de las Madres y de las Abuelas en pleno
paseo, la difusión de frases de Jauretche, Moreno,
Belgrano, Evita, San Martín o el Che, los cuadros de
Sandino, Farabundo Martí, Evita, Zapata y Allende en la
Rosada, la presencia de presidentes progresivos -con
excepción del chileno Sebastián Piñera- a los actos y la
concurrencia de mucha gente del interior y del Gran
Buenos Aires. Por lo tanto, “tanto protagonismo popu-
lar” –concluye- “minimizaron los dos Tedéum, la ausencia
de la Presidenta en el Colón y de Cobos a la cena” como
así también “el acto de la izquierda en la zona de
Congreso”.
María Pía López, en Fiesta y relato (PAGINA 12)
considera que la fiesta “interrumpió las lógicas cotidianas
de uso del espacio público” porque permitió la coexisten-
cia de la heterogeneidad (“gente de los barrios más dis-
pares”), sin temores (“seguridad, cuidado, respeto mutuo
y consideración”). Destaca como lo más importante que
produjo una narración diferente a la del Centenario, vin-
culada a Europa, que se manifestó en el reconocimiento a
los héroes latinoamericanos de las luchas emancipatorias,
a la actual migración de los países de la región y a las
Madres y de Abuelas de Plaza de Mayo. En definitiva, “el
reconocimiento a la hechura popular de los acontecimien-
tos históricos”.
Washington Uranga, en Reconquista de lo públi-
co (PAGINA 12) contrasta un fenómeno social actual –los
procesos de “desterritorialización” de la ciudad, converti-
da en espacio del anonimato o, a lo sumo, de conflictivi-
dad social (cortes, manifestaciones, piquetes)- con la
posibilidad de utilización colectiva del espacio público
como expresión genuina y valedera de la ciudadanía.
Entiende que el hecho de que la gente ganara la calle y
reconquistara el espacio público, sin otro objetivo que

266 Revista de la Facultad 16, 2010


Bicentenario, medios y conflictividad política

“celebrar, encontrarse, hacerse visible, manifestarse” es


una expresión de ciudadanía porque “refleja pertenencia,
identidad, pero también porque echa por tierra muchos
argumentos sobre divisiones, malestar social, enfrenta-
mientos y desánimos colectivos”.

Conclusiones

Todo discurso se materializa en textos cuyo análisis


nos permite aproximarnos a la particular configuración de
sentido producida por alguien cuando dice sobre algo
sobre alguien desde la posición sociocultural e institucio-
nal que le es específica.
Nuestro objetivo ha sido reconstruir, a partir de las
marcas presentes en formatos informativos y comentati-
vos de la prensa, cómo una práctica discursiva confiere
sentido a acontecimientos específicos. La metodología
empleada es la Nueva Retórica; desde esta perspectiva,
intentamos demostrar que los medios son actores políti-
cos cuya pretensión no es la conquista del poder sino
actuar en el escenario político como aliados o adversarios
creando corrientes de opinión.
Efectivamente, la tematización de cualquier acon-
tecimiento nos demuestra que los medios se valen tanto
de la supuesta transparencia informacional como de los
géneros de opinión para actuar en el escenario de la con-
tienda política. Como hemos visto, información, editoria-
les y columnas son todos textos ideológicos porque la
estrategia es siempre de conjunto y no discriminada.
Ante este fenómeno de contienda discursiva -pues
tanto los medios como los gobernantes se construyen
unos a otros como adversarios-, como receptores no nos
queda otra alternativa que una interpretación hermenéu-
tica. Para ello, como nos indica Follari6, primeramente
6 Follari, Roberto (2009) Los
debemos “intentar establecer qué es lo que el emisor ha
grandes medios como oposición
dicho”, es decir, tratar de determinar qué se dice en el encubierta. Agencia Latinoame-
mensaje; en segundo lugar, agrega Follari, ineludiblemen- ricana de Información. En:
te tenemos que “tomar partido sobre el mensaje, adherir http://alainet.org/active/34456&l

o no al mismo”. Aquí es donde nuestro propio mundo de ang=es

Revista de la Facultad 16, 2010 267


Nélida Beatriz Sosa

referencia vuelve a mediar en una semiosis ilimitada.


Los lectores eligen por lo general los medios afines
a su ideología por lo que difícilmente los comentarios que
en ellos encuentren les produzcan “disonancia cognitiva
alguna” o entren en contradicción abierta con sus convic-
ciones previas.
Si Pepe Eliaschev o Luis Bruschtein logran su propó-
sito persuasivo es porque han logrado establecer con sus
lectores lo que la Retórica llama ethos, ese talante, ese
punto de confluencia y de contacto, ese mundo común
de valores e ideas ante la vida.

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Revista de la Facultad 16, 2010 269


Esta edición se terminó de editar en
noviebre de 2010 en PubliFadecs.
Facultad de Derecho
y Ciencias Sociales.
Universidad Nacional del Comahue.
General Roca. Río Negro.
Argentina

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