JUSTINIANO
JUSTINIANO
JUSTINIANO
Justiniano
Justiniano (Tauresium, 11 de mayo de 483-Constantinopla, 13 de noviembre de
565) fue emperador del Imperio romano de oriente desde el 1 de
agosto de 527 hasta su muerte. Durante su reinado buscó revivir la antigua
grandeza del Imperio romano clásico, reconquistando gran parte de los territorios
perdidos del Imperio romano de Occidente.
Considerado una de las personalidades más importantes de la antigüedad tardía y
el último emperador que usaba latín como lengua materna, el gobierno de
Justiniano marca un hito en la historia del Imperio romano de Oriente. El impacto de
su administración se extendió más allá de las fronteras de su tiempo y de sus
dominios. Su reinado está marcado por el ambicioso, aunque parcial, renovatio
imperii romanorum, o "restauración del imperio".
Debido a sus políticas de restauración del imperio, Justiniano en ocasiones ha
recibido el apelativo de "último de los romanos" por la historiografía moderna. Esta
ambición se plasmó en la recuperación de parte de los territorios del antiguo Imperio
romano de Occidente. Su general Belisario consiguió una rápida conquista del reino
de los vándalos del norte de África, y más tarde el propio Belisario, junto
con Narsés y otros generales, conquistaron el reino Ostrogodo de Italia,
restaurando tras más de medio siglo de control bárbaro los territorios
de Dalmacia, Sicilia y la península itálica, incluyendo la ciudad de Roma, en el
territorio del imperio.
Por su parte, el prefecto del pretorio Liberio reclamó gran parte del sur de
la península ibérica, estableciendo la provincia de Spania. Estas campañas
restablecieron el control del imperio sobre el occidente mediterráneo,
incrementando los ingresos anuales en más de un millón de sólidos al año. Durante
su reinado, Justiniano también conquistó a los Tzani, un pueblo de la costa este
del Mar Negro que nunca antes habían estado bajo control romano.
Otro de sus más impresionantes legados fue la compilación uniforme del derecho
romano en la obra del Corpus Juris Civilis, que todavía es la base del derecho
civil de muchos estados modernos. Esta obra fue realizada en su mayor parte por
el cuestorTriboniano. Su reinado también marcó un punto álgido en la cultura
bizantina, y su programa de construcción dio como frutos obras de arte tales como
la iglesia de Santa Sofía, que sería el centro de la Iglesia ortodoxa durante muchos
siglos.
Sin embargo, una epidemia devastadora conocida como la Plaga de Justiniano a
comienzos de la década de los años 540 marcó el final de una época de esplendor.
Se cree que fue un brote de peste negra, aunque no se sabe a ciencia cierta. El
imperio entraría en un periodo de pérdida de territorio que no sería revertido hasta
el siglo IX.
El cronista Procopio de Cesarea constituye la principal fuente primaria de la historia
del reinado de Justiniano. El cronista en idioma siríaco, Juan de Éfeso, escribió
también una crónica sobre la época que no ha perdurado, pero que es utilizada
como fuente por cronistas posteriores, y que añade muchos detalles de valor
histórico. Ambos historiadores terminaron mostrando mucho rencor contra
Justiniano y contra su emperatriz, Teodora. Otras fuentes incluyen las historias
de Agatías, Menandro Protector, Juan Malalas, el Chronicon Paschale, y las
crónicas de Marcelino Comes y de Víctor de Tunnuna.
La Iglesia ortodoxa lo venera como santo el día 14 de noviembre, y también es
venerado por algunos grupos luteranos en la misma fecha.
1. Biografía
El cognomen Iustinianus (Justiniano) lo tomó tras ser adoptado por su tío Justino.
Durante su reinado fundó Justiniana Prima una ciudad cercana a su lugar de
nacimiento y que actualmente se encuentra en el sudeste de Serbia.141516
Su madre, Vigilantia, era la hermana de Justino. Justino formó parte de la guardia
imperial (los Excubitores) antes de ser nombrado emperador en el año 518, adoptó
a Justiniano y lo llevó con él a Constantinopla, asegurando que recibiese una buena
educación. Justiniano siguió así el currículo educativo habitual, centrándose en
la jurisprudencia, teología e historia. Justiniano sirvió durante algún tiempo con
los Excubitores, pero los detalles de esta época temprana se desconocen. El
cronista Juan Malalas, contemporáneo de Justiniano, describe su apariencia
indicando que era de baja estatura, de pelo rizado, cara redondeada y atractivo.
Otro cronista contemporáneo, Procopio, compara su apariencia con la del
emperador tiránico Domiciano, aunque en este caso es probable que se trate de
una calumnia.
Avanzó en su carrera militar con gran rapidez, y se abría ante él un gran futuro
cuando en 518 el emperador Anastasio I falleció. Justino fue proclamado nuevo
emperador, con una significativa ayuda de Justiniano. Durante el reinado de Justino
(518-527), Justiniano fue el confidente más cercano al emperador. Justiniano
mostró mucha ambición, y se cree que funcionó como virtual regente mucho antes
de que Justino lo nombrara coemperador el 1 de abril de 527, aunque no existen
evidencias que constaten a ciencia cierta esta opinión. Cuando Justino comenzó a
mostrar síntomas de senilidad a finales de su reinado, Justiniano se convirtió en el
gobernante de facto. Justiniano fue nombrado cónsul en 521, y más tarde
comandante en jefe del ejército de oriente. A la muerte de Justino I, el 1 de
agosto de 527, Justiniano se convertiría en el único soberano del imperio.
Como gobernante, Justiniano demostró gran energía. Era conocido como «el
emperador que nunca duerme», debido a sus hábitos de trabajo. En cualquier caso,
parece que era una persona amigable y cercana. La familia de Justiniano procedía
de un entorno provincial y no muy elevado, y por ese motivo no basaba su poder en
la aristocracia tradicional de Constantinopla. En su lugar, Justiniano se rodeó de
personas de extraordinario talento, a los que elegía no tanto por su origen
aristocrático sino por méritos propios.
Alrededor del año 525 contrajo matrimonio con su amante, la emperatriz Teodora,
una ex actriz y cortesana veinte años más joven que él. Justiniano no habría podido
casarse con ella debido a la diferencia de clases, pero su tío Justino I promulgó una
ley permitiendo el matrimonio entre distintas clases sociales. Teodora se volvería
una figura muy influyente en la política imperial, y emperadores posteriores
seguirían el precedente creado por Justiniano para casarse con mujeres no
pertenecientes a la aristocracia. El matrimonio causó gran escándalo, pero Teodora
demostró ser una persona muy inteligente, prudente y buena juzgando a las
personas, convirtiéndose en el principal apoyo de su marido. Otros individuos de
gran talento al servicio de Justiniano fueron Triboniano, su asesor legal, Pedro el
Patricio, diplomático y cabeza de la burocracia de palacio, sus ministros de
finanzas Juan de Capadocia y Pedro Barsime, que lograron recaudar impuestos
con gran eficiencia, financiando los proyectos y guerras de Justiniano, y finalmente
grandes generales como Belisario o Narsés.
El gobierno de Justiniano no estuvo exento de oposición. A comienzos de su reinado
estuvo a punto de perder el trono por culpa de los disturbios de Niká, y se descubrió
una conspiración contra su vida instigada por hombres de negocio insatisfechos con
su gobierno avanzado y su reinado, en el año 562.
La segunda mitad de su reinado se vio ensombrecida por la epidemia de peste que
se hizo virulenta a partir del año 542. El propio Justiniano cayó enfermo a comienzos
de esa década, pero se recuperó. Teodora murió en 548, puede que de cáncer,25
a una edad relativamente joven y Justiniano la sobrevivió casi veinte años.
Justiniano, que siempre había mostrado gran interés por las discusiones teológicas
y que había participado activamente en debates sobre la doctrina cristiana, se hizo
todavía más devoto durante los últimos años de su vida. Murió el 14 de
noviembre de 565 sin descendencia. Lo sucedió en el trono Justino II, hijo de su
hermana Vigilantia y casado con Sofía, la sobrina de la emperatriz Teodora. El
cuerpo de Justiniano fue enterrado en un mausoleo en la Iglesia de los Santos
Apóstoles.
Su reinado tendría un gran impacto en la historia mundial, dando lugar a una nueva
era en la historia del Imperio bizantino y de la Iglesia ortodoxa. Fue el último
emperador que intentó recuperar los territorios que poseyó el Imperio romano en
tiempos de Teodosio I, y con este fin puso en marcha grandes campañas militares.
También desarrolló una colosal actividad constructiva, emulando la de los grandes
emperadores romanos del pasado.
Disturbios de Niká[editar]
Artículo principal: Disturbios de Niká
Mapa del Imperio romano de Oriente en 550 d. C. En verde las conquistas durante el reinado de
Justiniano I.
[ocultar]
Guerras de Justiniano I
Guerra de Iberia
Dara
Satala
Calinico
Guerra Vándala
Ad Decimum
Tricamerón
Guerra Gótica
1° de Nápoles
1° de Roma
Treviso
Verona
Faventia
Mucellium
2° de Nápoles
2° de Roma
3° de Roma
Sena Gálica
Tagina
Mons Lactarius
Casilino
Conquista de Spania
Guerras Moras
Campañas de Salomón
Guerra Lázica
Fasis
Uno de los logros más espectaculares del reinado de Justiniano fue la recuperación de
grandes territorios del Mediterráneo occidental, que habían ido desapareciendo del control
imperial a lo largo del siglo V.30 Como emperador cristiano romano, Justiniano consideraba
que era su deber divino restaurar el Imperio romano a sus antiguas fronteras. Aunque nunca
participaría personalmente en las campañas militares, presumió de sus victorias en los
prefacios de sus leyes e hizo que fueran conmemoradas en las obras artísticas de su
reinado.31 Las reconquistas fueron llevadas a cabo principalmente por su general Belisario.32
La ideología de la Recuperatio Imperii es una formulación que responde a los sentimientos
extendidos entre amplias capas de la población de la Pars Occidentalis (sobre todo entre el
elemento senatorial urbano y sectores vinculados con la administración) y en parte del
gobierno del Imperio de Oriente, que intelectualmente juega con la continuidad imperial en
Occidente; de hecho, el sentimiento de romanitas se encuentra —en el siglo VI— ampliamente
extendido por todo el Imperio y es correspondido por la ideología oficial del gobierno imperial
—según la cual éste no se hundió en Occidente sino que los bárbaros gobiernan allí en
nombre del emperador de Oriente— y por parte de la intelligentsia de Constantinopla (por
ejemplo, es el caso del escritor Juan Lido, contemporáneo de Justiniano). Estos sentimientos
son aprovechados por la administración justiniana para realizar, precisamente, una política en
consonancia con ellos (fuese sincera o interesada). Justiniano era el rey de todo, por así
llamarlo; era el mayor responsable tanto militar como religioso.
Al igual que ocurrió en África, los problemas dinásticos en el reino ostrogodo de Italia
supusieron una oportunidad para la intervención militar del imperio bizantino. A la muerte
de Teodorico el Grande el control de la política ostrogoda cayó en manos de su
hija Amalasunta, la cual ejerció el poder en nombre del rey niño Atalarico, hasta que éste
falleció el 2 de octubre de 534. La regencia se caracterizó por un viraje político hacia Oriente,
generando una fuerte oposición interna. La pronta desaparición de su hijo forzó a la regente a
la búsqueda de un monarca formal, tras el que seguir moviendo los hilos del gobierno. El
elegido fue Teodato, con el que contrajo matrimonio a fines de 534. Sin embargo, Teodato
hizo prisionera a la reina, encerrándola en una residencia en la isla Martana, en el lago
Bolsena, en donde la hizo asesinar en 535, posiblemente a instigación de Teodora que
buscaba un casus belli para la intervención de Justiniano.
Ese mismo año Justiniano daría dos golpes de mano que le permitieron tomar Sicilia, al
mando de Belisario y Dalmacia, por Ilírico Mundo. Teodato recurrió a una embajada papal,
pero se envió una embajada Imperial paralela al propio monarca ostrogodo para establecer un
acuerdo secreto de cesión de Italia al imperio. Los diversos contratiempos que atravesaba el
Imperio en ese momento, como la revuelta de África y la recuperación de territorios por
germanos en Dalmacia indujeron a Teodato a romper el compromiso y a hacer frente a los
ejércitos de Justiniano. Justiniano reorganizó la jerarquía militar para poder poner al frente de
las campañas italianas a Belisario ya que Mundo había fallecido en la ofensiva de Dalmacia.
En su lugar se puso a Constantiniano, que recuperó la ofensiva en Dalmacia, reocupando
Salona y expulsando a los ostrogodos de la región.
Belisario invadió Sicilia ese mismo año al mando de 7500 hombres39 y avanzó dentro de
Italia, saqueando Nápoles y capturando la ciudad de Roma el 9 de diciembre de 536. Para
entonces, Teodato había sido depuesto por su ejército, que eligió al rey Vitiges, comandante
de su guardia personal, en su lugar. Éste reunió un gran ejército y asedió Roma entre febrero
de 537 y marzo de 538, pero fue incapaz de volver a tomar la ciudad.
Justiniano envió a otro general a Italia, Narsés, pero las tensiones entre Narsés y Belisario
dañaron el progreso de la campaña. Milán fue tomada, pero pronto fue recapturada y arrasada
por los ostrogodos. Justiniano hizo volver a Narsés en 539, y para entonces la situación militar
se había vuelto de nuevo en favor de los bizantinos, y en 540 Belisario alcanzó la capital
ostrogoda de Rávena. Ahí recibió el ofrecimiento de los ostrogodos de ser
proclamado emperador romano de occidente al mismo tiempo que llegaban al lugar enviados
de Justiniano para negociar una paz que situaría la región al norte del río Po en control de los
godos. Belisario fingió aceptar la oferta y entró en la ciudad en mayo de 540, para reclamarla
en ese momento para el imperio.40 Entonces fue llamado de vuelta a Constantinopla, en
donde acudió con Vitiges y su mujer Matasunta como cautivos.
Belisario había sido llamado de vuelta a Constantinopla a la vista de una vuelta a las
hostilidades con el Imperio sasánida. Tras una revuelta contra el imperio en Armenia a finales
de la década de los años 530, y posiblemente motivada por las súplicas de los embajadores
ostrogodos, el rey Cosroes I rompió la "Paz Eterna" e invadió el territorio romano en la
primavera de 540.41 Primero saqueó Aleppo y luego Antioquía (en dónde permitió a la
guarnición de 6000 hombres abandonar la ciudad),42 asedió Daras, y después se dirigió a
atacar al pequeño, pero estratégicamente significativo reino de Lázica, cerca del mar Negro,
obteniendo tributos de las ciudades que iba dejando atrás. Obligó a Justiniano a pagar 5000
libras de oro, más 500 libras anuales adicionales.42
Belisario llegó a Oriente en 541, pero, tras algunos éxitos, fue llamado de nuevo a
Constantinopla en 542. Los motivos de su llamada se desconocen, aunque pudo haberse
debido a que a la Corte imperial llegaron rumores de deslealtad por su parte.43 El brote de una
grave plaga causó una decaída de las hostilidades en 543. Al año siguiente Costroes derrotó a
un ejército bizantino de 30 000 hombres,44 pero no tuvo éxito en el asedio de la ciudad
de Edessa. Ninguna de las partes logró avances, y en 545 se acordó una tregua para la parte
sur de la frontera romano-persa. La guerra en Lázica continuó en el norte durante varios años,
hasta que se acordó una segunda tregua en 557, que continuaría con el acuerdo de paz de
cincuenta años de 562. En el tratado, los persas accedieron a abandonar Lázica a cambio de
que el Imperio bizantino abonara un tributo anual de 400 o 500 libras de oro (30 000 solidi).45
Tremís visigótico acuñado en nombre del emperador Justiniano I en el siglo VII. Museo Británico.
Compilación justiniana[editar]
Artículo principal: Corpus iuris civilis
La majestad imperial conviene que no sólo esté honrada con las armas sino también fortalecida por las
leyes, para que en uno y otro tiempo, así el de guerras como el de paz, puedan ser bien gobernados, y
el principio romano subsista vencedor no solamente en los combates con los enemigos (...) Y así
después de cincuenta libros del Digesto o de las Pandectas en que se recopiló todo ese derecho antiguo
y los cuales hicimos valiéndonos del mismo Triboniano (...), mandamos que las mismas Instituciones se
dividiesen en estos cuatro libros, para que constituyan los primeros elementos de toda la ciencia del
derecho...
Instituta de Justiniano; Proemio; «Imperatoriam Majestatem»53
Díptico Barberini, que se cree que representa a Justiniano o a Anastasio I.
Justiniano obtuvo gran fama a raíz de sus reformas legislativas, y en especial a raíz de la
revisión y compilación de todo el Derecho romano.54 Partiendo de la premisa de que la
existencia de una comunidad política se fundaba en las armas y las leyes, Justiniano prestó
especial atención a la legislación y pasó a la posteridad por ser el inspirador del Corpus iuris
civilis. La intención de este código era recopilar una serie de leyes de la jurisdicción romana y
armonizarla todo lo posible con la cristiana a fin de crear un Imperio homogéneo. Su
pensamiento circundó, durante toda su actividad como emperador, en la idea del poder
imperial sustentado por la gracia divina, es decir que el emperador era el representante de
Dios sobre la Tierra.
La monumental compilación del derecho romano realizada al inicio del reinado del Emperador
(años 528 a 534) en lengua predominantemente latina concluye la evolución jurídica del
derecho de Roma. Sobre ella se efectuarán los renacidos estudios romanísticos, a partir del
siglo XI, y se fundará la recepción del derecho romano en los países greco-latinos y en
Alemania.
La totalidad de la obra legislativa de Justiniano se conoce hoy en día como el Corpus iuris
civilis. Está compuesto por el Codex Iustinianus, el Digesto o Pandectas, las Institutas, y
las Novellae.
Las Institutas de Justiniano serán la conclusión de reiterados intentos previos en reunir el
derecho vigente en un cuerpo legal, recogiendo tanto las leges como los iura. Colaborarán en
tal emprendimiento las escuelas de Berito y Constantinopla, a través de juristas integrantes de
ellas.55
Código[editar]
Por la constitución Haec Quae Necessario, del 13 de febrero del 528, el emperador Justiniano
nombra una comisión a la que le encarga realizar un código, utilizando los anteriores
(Gregoriano, Hermogeniano y Teodosiano) así como también las constituciones posteriores.
Tenían la facultad de modificar las constituciones reuniendo varias en una, o dividiéndolas
conforme las materias, según hubieran sido derogadas, o no respondieran a las necesidades.
La tarea fue breve y se publicó el Código el 9 de abril del año 529 (constitución Summa
Reipublicae) y entrando en vigencia siete días después. No obstante, cinco años más tarde
fue modificado, por haber quedado anticuada la primera recopilación de las leyes.
El código del 529 es conocido como Codex Verus. El nuevo código (Codex Novis o Codex
Iustinianus Repetitae Praelectionis) está dividido en 12 libros, los que a su vez, se subdividen
en títulos. Algunas constituciones están redactadas en griego, siendo la más antigua la
del emperador Adriano.
El primer libro trata de derecho eclesiástico y público en general; del segundo al octavo de
derecho privado; el noveno de derecho penal y el procedimiento correspondiente; los últimos
de derecho administrativo.
Al sancionarse el código del año 529, se dispuso la prohibición de recurrir a códigos y novelas
anteriores. Así en la constitución Códice confirmando, Justiniano dispone:
Prohibimos a los que pleitean y a los abogados bajo pena de hacerse culpables de falsedad, el que citen
otras constituciones que las insertas en nuestro código, y que las citen de otra manera que en la que en
él se encuentran; la invocación de esas constituciones, añadiendo a ellas las obras de los antiguos
intérpretes del derecho, debe bastar para resolver todos los pleitos, aunque carezcan de fecha, o no
hayan sido en otro tiempo más que rescriptos particulares.55
Digesto o Pandectas[editar]
De las diferentes partes que componen el Corpus iuris civilis, el Digesto resultaría ser la única
sin precedentes, como lo señalaría el propio Justiniano.
Una vez publicado el primer código, a través de una serie de constituciones, el Emperador
ordenó el Digesto. El 15 de diciembre del 530, por la constitución Deo Auctore se autoriza al
cuestor Triboniano para que organice una comisión para encarar dicha tarea. La obra
monumental fue concluida el 30 de diciembre del 533.
Para ello debían redactar un cuerpo legal que contuviera la obra de los jurisprudentes (iura).
Surgiría así el Digesto, palabra latina que significa que de lo que se haya ubicado
metódicamente, o Pandectas, de etimología griega, significa lo que comprende todo.
Más al proceder al examen de todo el material nos comunicó la mencionada excelencia (Triboniano) que
los antiguos habían escrito casi 2.000 libros, que abarcaban más de 3 millones de líneas que era
necesario leer y atentamente indagar por entero, para elegir lo mejor de todos ellos (...).
Justiniano
La obra se integra con 50 libros; cada libro está dividido en títulos (salvo los número 30, 31 y
32), subdivididos en fragmentos y a su vez en parágrafos.
Dos tercios de los fragmentos contenidos en el Digesto pertenecen a los juristas de la ley de
citas (Gayo, Ulpiano, Paulo, Papiniano y Modestino). De éstos, la mayor parte pertenece a
Paulo. De otros siete juristas emanan una cuarta parte de los Iura (Cervidio Seavola, Juliano,
Marciano, Pomponio, Jaboleno, Africano y Marcelo). El resto de la obra se reparte en
opiniones de otros 27 juristas (como Celso, Florentino, Labeón, Neracio, Próculo, Sabino,
entre otros).55
Institutas[editar]
Es un tratado elemental de derecho destinado a la enseñanza dirigida a la juventud ávida de
estudiar leyes. Esta obra debía allanar las dificultades que por el volumen y la complejidad del
Digesto impedían el estudio de las instituciones jurídicas, directamente de las Pandectas.
Reemplazando obras utilizadas por entonces, especialmente las Institutas de Gayo.
Antes de concluirse el Digesto, la comisión dio término a la tarea que fue publicada el 21 de
noviembre de 533, mediante la constitución Imperatoriam Maiestatem. Por la constitución
Tanta, junto al Digesto, se estableció la vigencia de las Institutas a partir del 30 de diciembre
de 533.
Para las Institutas se basaron en obras elementales de la jurídica clásica y postclásica como
las Institutas de Gayo, las de Marciano, Ulpiano y Florentino.
Su contenido era obligatorio para los ciudadanos romanos y resulta ser fuente real de
derecho.
Están divididas en cuatro libros, abordando los temas esenciales del arte jurídico: las
personas, las cosas y las acciones.55
Novellae Constitutiones[editar]
En la Edad Media se comenzó a incluir, como integrando el Corpus iuris civilis un cuerpo
legislativo comprensivo de una serie de constituciones dictadas con posterioridad a los
códigos (Vetus y Novis) las Quinquaginta decisiones, el Digesto y las Institutas.
Comprende la obra legislativa de Justiniano a partir de 534 hasta su muerte en el año 565, la
mayoría en griego y algunas en latín. Abarcaban diferentes materias, siendo escasas las
referidas a derecho privado. Y fueron publicadas con carácter privado por algunos autores con
el nombre de Novelles o Novellae leges (Nuevas leyes).
Cabe destacar que en vida del Emperador, no hubo recopilación oficial limitándose
al Cuestor de palacio a registrarlas para ser publicadas periódicamente.
Alrededor del año 535 aparece una colección conocida como Epitome Juliani, por ser
atribuida a Juliano, profesor de derecho de Constantinopla. En esta colección se hallan
124 constituciones en latín, reduciéndose a 122 por repetición de dos de ellas. Incluye las
constituciones dictadas entre los años 535 y 555.
En el año 556 se conoce una segunda colección, con autor desconocido, de 134
constituciones en latín, conocida como las Auténticas.
La Colección griega, concentra en su idioma original Novelas tanto griegas como latinas.
Habría sido realizada en el 578 y la integran 158 novelas de Justiniano y otros
emperadores posteriores como Justino II y Tiberio II. Cuando en ésta colección aparecen
un grupo de 13 Novelas de Justiniano incorporadas como apéndice son conocidas
como Edicta Justiniani.
Otra obra fue conocida por la llegada de juristas bizantinos y manuscritos griegos, una vez
caído el Imperio Oriental. Con 168 constituciones tenía su origen en Constantinopla.
Política religiosa[editar]
La política religiosa de Justiniano reflejó la convicción imperial en que la unidad del Imperio
presuponía necesariamente la unidad de fe; y ello significaba indudablemente que esta fe sólo
podía ser la ortodoxa. Justiniano veía la ortodoxia de la religión imperial amenazada por
diversas corrientes religiosas, y especialmente por el monofisismo, que tenía muchos adeptos
en las provincias orientales de Siria y Egipto. La doctrina monofisista había sido condenada
como una herejía por el Concilio de Calcedonia de 451, y las políticas tolerantes contra esta
corriente del emperador Zenón y Anastasio I habían sido una fuente de tensión en la relación
del imperio con los obispos de Roma. Justino revirtió la tendencia, confirmando la doctrina de
Calcedonia, y condenando abiertamente a los monofisistas. Justiniano continuó esta política, e
intentó imponer la unidad religiosa a sus súbditos mediante compromisos doctrinales que
pudieran ser válidos para todos, política que se demostró inútil al no satisfacer a ninguna de
las partes implicadas.
Hacia finales de su vida, Justiniano se inclinó todavía más hacia la doctrina monofisista,
especialmente en su corriente del aftartodocetismo, pero murió antes de promulgar ningún tipo
de legislación que pudiera elevar sus enseñanzas al estatus de dogma. La emperatriz Teodora
simpatizó desde el principio con los monofisistas y se dice que pudo haber sido una fuente
constante de intrigas promonofisistas en la corte imperial durante los primeros años. En el
curso de su reinado, Justiniano, que tenía un genuino interés en temas teológicos, llegó a
escribir diversos tratados en la materia.56
Política eclesiástica[editar]
Justiniano fue uno de los primeros emperadores romanos en ilustrar sus monedas con la cruz en el
anverso.
La política religiosa de Justiniano reflejaba la convicción imperial de que la unidad del Imperio
presuponía incondicionalmente una unidad de fe, y que esta fe tan sólo podía ser la fe descrita
en el credo niceno. Aquellos que profesasen una fe distinta, sufrirían directamente el proceso
iniciado en la legislación imperial que comenzó durante el reinado de Constancio II.
El Codexrecogía dos leyes67 que decretaban la destrucción total del paganismo, incluso en la
vida privada, y sus disposiciones serían celosamente puestas en práctica. Las fuentes
contemporáneas como Juan Malalas, Teófanes de Bizancio o Juan de Éfesorefieren graves
persecuciones contra los no cristianos, incluso de personas en las alto estatus social.
Quizá el evento más llamativo tuvo lugar en 529 cuando la Academia de Atenas, fundada
por Platón, y que funcionaba desde 362 a. C. pasó a estar bajo control estatal por orden de
Justiniano, consiguiendo así la extinción real de esta escuela de pensamiento helenista.
El paganismo sería activamente reprimido: solo en Asia Menor, Juan de Éfeso afirma haber
convertido a 70 000 paganos.68 También otros pueblos bárbaros aceptaron el cristianismo:
los hérulos,69 los hunos que habitaban junto al río Don,70 los abasgios71 y los tzani en
el Cáucaso.72
El culto de Amón en Áugila en el desierto libio, fue prohibido,73 de igual modo que los restos
del culto a Isis en la isla de File, junto a la primera catarata del Nilo.74 El presbítero Julián75 y el
obispo Longino dirigieron una misión a la tierra de los nabateos,76 y Justiniano trató de reforzar
el cristianismo en Yemen, enviando allí a un obispo de Egipto.77
También los judíos sufrieron estas medidas, viendo restringidos sus derechos civiles,78 y
amenazados sus privilegios religiosos.79 Justiniano interfirió en los asuntos internos de
la sinagoga80 e intentó que los judíos utilizaran la biblia Septuaginta, en griego en lugar de
hebreo, en las sinagogas de Constantinopla.81 A aquellos que se opusiesen a estas medidas
se les amenazaba con castigos corporales, el exilio y la pérdida de sus propiedades. Los
judíos de Borium, cerca de la Gran Sirte, que habían opuesto resistencia a Belisario durante
su campaña contra los vándalos, tuvieron que convertirse al cristianismo y su sinagoga fue
transformada en una iglesia.82
El emperador se encontró con una mayor resistencia entre los samaritanos, que resultaron
más refractarios a la imposición del cristianismo y se rebelaron repetidas veces. Justiniano les
hizo frente con rigurosos edictos, pero no pudo evitar que a finales de su reinado se
produjesen hostilidades contra los cristianos en Samaría. La política de Justiniano también
suponía la persecución de los maniqueos, que sufrieron el exilio y la amenaza de pena de
muerte.78 En Constantinopla, en una ocasión, cierto número de maniqueos fueron juzgados y
ejecutados en presencia del propio emperador: algunos quemados y otros ahogados.83
Economía y administración[editar]
Al igual que había ocurrido históricamente, la salud económica del imperio estaba basada
esencialmente en la agricultura. El comercio a larga distancia floreció, llegando tan al norte
como Cornwall en dónde el estaño era intercambiado por trigo romano. Justiniano hizo este
tráfico más eficiente construyendo un gran granero en la isla de Ténedos para
almacenamiento y posterior transporte a Constantinopla.90 Justiniano también intentó
encontrar nuevas rutas para el comercio con oriente, que se estaba viendo muy perjudicado
por las guerras contra los persas.
Un importante producto de lujo era la seda, que era importada y luego procesada en el
imperio. A fin de proteger la fabricación de productos de seda, Justiniano creó un monopolio
estatal en 541.91 Para conseguir evitar la ruta a través de Persia, Justiniano estableció
relaciones de amistad con el reino de Aksum, que pretendía que actuaran como mediadores
de comercio para la seda que se transportaba desde la India hacia el imperio. Estos fueron sin
embargo incapaces de competir con los mercaderes persas en India.92 Más tarde, a
comienzos de la década de 550, dos monjes tuvieron éxito en sacar de contrabando huevos
de gusano de la seda desde Asia Central hasta Constantinopla,93 lo que permitió que la seda
se convirtiese en un producto de fabricación nacional.
El oro y la plata se extraían en los Balcanes, Anatolia, Armenia, Chipre, Egipto y Nubia.94
Escena de la vida diaria en un mosaico del Gran Palacio de Constantinopla, comienzos del siglo VI.