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Castrato (del italiano castrato, 'castrado';1?

castrati en plural) es la
denominaci�n que se utiliza para referirse al cantante sometido de ni�o a una
castraci�n para conservar su voz aguda (de soprano, mezzo-soprano o contralto). El
t�rmino tradicional espa�ol (hoy en desuso) referido a estos cantantes era cap�n.
Actualmente se emplea la voz italiana.

La castraci�n consist�a en la destrucci�n o ablaci�n del tejido testicular sin que,


por lo general, se llegara a cortar el pene. Mediante esta intervenci�n traum�tica,
se consegu�a que los ni�os que ya hab�an demostrado tener especiales dotes para el
canto mantuvieran, de adultos, una tesitura aguda capaz de interpretar voces
caracter�sticas de papeles femeninos. De este modo se lograba aunar la aguda voz
infantil, considerada tierna y emocional, con las cualidades de un int�rprete
adulto que un ni�o dif�cilmente pod�a igualar: mayor potencia pulmonar, pleno
dominio de la voz y la sabidur�a propia de la edad.

�ndice
1 Historia
1.1 Precedentes
1.2 Reaparici�n
1.3 Popularizaci�n
1.4 Declive
2 Castrati famosos
3 Referencias
4 Enlaces externos
Historia
Precedentes
La pr�ctica de la castraci�n de ni�os cantores exist�a desde la creaci�n del
Imperio romano de Oriente; en Constantinopla hacia el 400 d.C., la emperatriz
romana consorte de Oriente Elia Eudoxia ten�a un coro cuyo maestro era un eunuco,
lo que podr�a haber dado lugar al establecimiento de la creaci�n y uso de castrati
en coros bizantinos. Hacia el siglo IX, los cantores eunucos eran bien conocidos
(por lo menos en la Bas�lica de Santa Sof�a), y as� permanecieron hasta el saqueo
de Constantinopla por las fuerzas occidentales de la Cuarta Cruzada en 1204, a
partir de entonces, la pr�ctica de cantores eunucos desapareci�.2?

Su destino desde entonces hasta su reaparici�n en Italia despu�s de trescientos


a�os no est� claro. Parece probable que la tradici�n espa�ola de los sopranos
falsetistas puede haber ocultado a los castrati. Gran parte de Espa�a estaba bajo
gobierno musulm�n durante la Edad Media, y en la tradici�n cultural del Cercano
Oriente la castraci�n ten�a una larga historia. T�picamente, los eunucos eran
empleados como "guardias" del har�n, pero fueron tambi�n valorados como pol�ticos
de alto nivel, ya que no pod�an iniciar una dinast�a que pusiera en peligro.

Reaparici�n
Su reaparici�n como castrati se sit�a a principios del siglo XVI. La primera
aparici�n de la frase soprano maschio (soprano masculino), que tambi�n podr�a
significar falsetista, se produjo en el texto Due Dialoghi della Musica, de Luigi
Dentini, un sacerdote oratoriano, publicado en Roma en 1553. El 9 de noviembre de
1555 el cardenal Hip�lito II d'Este (famoso por ser el constructor de la Villa
d'Este en Tivoli), escribi� a Guglielmo Gonzaga, duque de Mantua (1538-1587), que
ha o�do que estaba interesado en su cantoretti francesi, y ofreci�ndole enviarle
dos, para que pudiera elegir uno para su propio servicio. Este es un t�rmino poco
com�n, pero probablemente es lo mismo que castrati.3?

En torno a 1550, aparecieron los primeros documentos claramente referentes a


cantantes castrados en Roma y Ferrara. El hermano del cardenal, Alfonso II d'Este,
duque de Ferrara, fue otro inicial entusiasta, interes�ndose por los castrati en
1556. De hecho, Paulo IV (papa entre 1555 y 1559) prohibi� la presencia de
cantantes casados en la Capilla Pontificia, lo que habr�a propiciado que los
falsetistas comenzaran a ser sustituidos por castrati. Parece claro que hab�a
castrati en el coro de la Capilla Sixtina en 1558, aunque no con ese nombre: el 27
de abril de ese a�o, Hernando Bustamante, espa�ol de Palencia, fue admitido (los
primeros castrati llamados as� que entraron en el coro sixtino fueron Pietro Paolo
Folignato y Girolamo Rossini, admitidos en 1599).3? De hecho, la castraci�n con
fines musicales se practicaba casi exclusivamente en Italia, aunque pudo originarse
en Espa�a y se realizaba raramente en los estados m�s meridionales de Alemania. En
1574 hab�a castrati en la capilla de la corte ducal en Munich, donde el
Kapellmeister (director musical) fue el famoso Orlando di Lasso.

En 1589, por la bula Cum pro nostri temporali munere, el papa Sixto V reorganiz� el
coro de la Bas�lica de San Pedro, espec�ficamente para incluir castrati. As�, los
castrati vinieron a suplantar a los ni�os (cuyas voces se estropeaban despu�s de
s�lo unos pocos a�os) y los falsetistas (cuyas voces eran m�s d�biles y menos
fiables). Las mujeres fueron prohibidas en el coro por el dictamen paulino mulieres
en ecclesiis taceant ('las mujeres deben a guardar silencio en la iglesia', v�ase
Corintios I, cap�tulo 14, v 34).

Popularizaci�n
Los castrati tuvieron una gran popularidad y llegaron a cobrar enormes cantidades
de dinero por sus actuaciones. Seg�n la leyenda, acrecentada por la pel�cula
Farinelli (1994) y considerada sin ninguna base cient�fica por la mayor�a de las
opiniones m�dicas actuales, gozaban de gran popularidad entre algunas damas de la
�poca, ya que, si manten�an relaciones sexuales con ellos, no corr�an el riesgo de
quedar embarazadas.

Algunas objeciones modernas a la existencia de castrati en Europa podr�an centrarse


en los medios por los cuales la preparaci�n de los futuros cantantes podr�an
conducir a una muerte prematura. Para evitar que el ni�o experimentara el dolor
intenso de la castraci�n, a muchos se les administraban dosis letales de opio o de
alg�n otro narc�tico, o mor�an por estrangulamiento, al presionarles la arteria
car�tida en el cuello con la intenci�n de hacerlos caer inconscientes durante el
procedimiento de castraci�n.

La formaci�n de los castrati era rigurosa. El r�gimen de una escuela de canto en


Roma (hacia 1700) consist�a en una hora de cantar piezas dif�ciles e inc�modas, una
hora practicando trinos, una hora en ejercicio adornado passaggi, una hora de
ejercicios de canto en presencia de su maestro y delante de un espejo a fin de
evitar movimientos innecesarios del cuerpo o muecas faciales, y una hora de estudio
literario, todo ello, adem�s, antes del almuerzo.

Despu�s de media hora, se dedicaba a la teor�a musical, otra a la escritura de


contrapunto, una hora copiando lo mismo al dictado, y otra hora de estudio
literario. Durante el resto del d�a, los j�venes castrati ten�an que encontrar
tiempo para practicar su juego clave, y para componer m�sica vocal, ya sea sacra o
secular dependiendo de su inclinaci�n.4?

En las d�cadas de 1720 y 1730, en el apogeo de la moda de estas voces, se ha


estimado que m�s de 4.000 ni�os fueron castrados cada a�o al servicio del arte.5?
Muchos proven�an de hogares pobres y fueron castrados por sus padres con la
esperanza de que su hijo pudiera tener �xito y sacarles de la pobreza (como en el
caso de Senesino). Hay, sin embargo, registros de algunos j�venes que solicitaron
ser operados para preservar su voz (por ejemplo, Caffarelli).6?

Los castrati aunaban en su voz la ternura de un ni�o y la potencia y fuerza de un


adulto. Fueron voces muy codiciadas y aplaudidas. Uno de los m�s famosos fue Carlo
Broschi, Farinelli.
Declive
En el siglo XIX, los cambios en los gustos oper�sticos y las actitudes sociales
significaron el final de los castrati. El �ltimo grande fue Giovanni Battista
Velluti (1781-1861), quien realiz� la �ltima funci�n de �pera escrita para un
castrato, El cuzado en Egipto de Giacomo Meyerbeer (Venecia, 1824). Poco despu�s
fueron reemplazados como los primeros hombres de la escena oper�stica por un nuevo
grupo de tenores, el primero de ellos el franc�s Gilbert-Louis Duprez. Sus
sucesores han incluido cantantes como Enrico Tamberlik, Jean de Reszke, Francesco
Tamagno, Enrico Caruso, Giovanni Martinelli, Beniamino Gigli, Jussi Bj�rling,
Franco Corelli y Luciano Pavarotti, entre otros.

Despu�s de la unificaci�n de Italia en 1861, la castraci�n con fines musicales se


hizo ilegal (el nuevo Estado italiano hab�a adoptado un c�digo jur�dico franc�s que
prohib�a la pr�ctica). En 1878, el Papa Le�n XIII prohibi� la contrataci�n de
nuevos castrati por parte de la iglesia: s�lo en la Capilla Sixtina y en algunas
otras bas�licas papales de Roma se permiti� a los castrati quedarse. Una foto del
coro de la Capilla Sixtina tomada en 1898 muestra que para entonces solo quedaban
seis (adem�s del Perpetuo Direttore, Domenico Mustaf�), y en 1902 una sentencia del
Papa Le�n estableci� que ning�n castrato m�s ser�a admitido. El fin oficial de los
castrati lleg� el d�a de Santa Cecilia, 22 de noviembre de 1903, cuando el nuevo
Papa, P�o X, emiti� un motu proprio, titulado Tra le Sollecitudini, en el que
establec�a el uso de ni�os en los papeles empleados para los castrati.

El �ltimo castrato sixtino fue Alessandro Moreschi, �nico en realizar grabaciones


en solitario.7? Se retir� en marzo de 1913 y muri� en 1922.

Castrati famosos
Algunos de los m�s conocidos fueron:

Pedro Montoya (fl. 1595)


Baldassare Ferri (1610�1680)
Giovanni Francesco Grossi Siface (1653�1697)
Matteo Sassano Matteuccio (1667�1737)
Nicolo Grimaldi Nicolini (1673�1732)
Antonio Maria Bernacchi (1685�1756)
Francesco Bernardi Senesino (c. 1685�c. 1759)
Carlo Broschi Farinelli (1705�1782)
Giovanni Carestini (1705�1760)
Gaetano Majorano Caffarelli (1710�1783)
Gioacchino Conti Gizziello (1714�1761)
Giovanni Manzuoli (1720�1782)
Gaetano Guadagni (1725�1792)
Gasparo Pacchiarotti (1740�1821)
Luigi Marchesi (1754�1829)
Girolamo Crescentini (1762�1848)
Giambattista Stracciavelutti Velluti (1781�1861)
Domenico Mustaf� (1829�1912)
Domenico Salvatori (1855�1909)
Alessandro Moreschi (1858�1922)

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