Racionalidad en Max Weber
Racionalidad en Max Weber
Racionalidad en Max Weber
Luis F. Aguilar
¿Por qué racionalidad? El principio de racionalidad estructural en la teoría weberiana. En su vertiente sociológica centrada
en la acción social, la acción racional referida a fines y la acción racional referida a valores son las piezas fundamentales
sobre las que se estructura el edificio teórico de la organización social. Y en su vertiente metodológica la construcción de
los conceptos como acciones racionales estrictas o puras es lo que permite definiciones precisas y consistentes, lo que
permite clasificaciones y explicaciones reales a partir de su disconformidad respecto al concepto tipo ideal y lo que permite
explicar y comprender las acciones sociales y sus resultados. El racionalismo metodológico posibilita la sociología
explicativa-comprensiva y la historia comprensiva.
Racionalidad implica: a) la posibilidad de estimar los efectos y resultados que se siguen de ciertas acciones; b) la
existencia de sujetos dispuestos, socializados u obligados a conducirse en sus vías estimando las consecuencias de sus
acciones. El programa de racionalidad en el mundo supone la producción y la comunicación social (realidad social) sean
(Pág. 215) susceptibles a ser pensadas y organizadas conforme a unidades de un mismo valor unívoco y homogéneo. Las
condiciones subjetivas o el sujeto del cálculo y control son lógicamente y en su opinión el empresario capitalista, el
dirigente político y el tecnólogo. Estas consideraciones valen a plenitud en la dimensión de las acciones racionales
orientadas a la realización de los fines. A la racionalidad relativa a la afirmación en la vida personal o social de los valores
que uno profeso en méritos de su valía, independientemente de su resultado, el cálculo posible de que la acción elegida
y sus resultados sean fieles al valor es la corrección del razonamiento deductivo moral o la observancia de las reglas de
conducta establecidas y correctamente derivadas de los principios valorativos.
Valores. La racionalidad es un atributo de la acción/decisión y que su posibilidad descansa en la cualidad del mundo social
y natural. Funciona a condición que no haya incertidumbre. La incertidumbre en la vida social es introducida por las
opciones valorativas. Los valores no son homogéneos ni universales, aunque pudieran racionalmente ser univerzables. Lo
único calculable en el terreno de los valores es la corrección deductiva de las acciones que entienden refrendarlos,
defenderlos o realizarlos, pero los valores no son unidades universales a las que puedan reducirse las diversas posiciones
políticas, creencias religiosas, códigos estéticos o convicciones morales. Los valores como referencias de la acción son
racionalmente (científicamente) improcesables, aunque se puedan calcular las acciones y resultados que se derivarían de
una conducta auténtica o congruente con los valores, tal como lo hizo en la ética protestante. (Pág. 216)
Diferenciación, teoría sistémica vs estructuralismo genético La teoría de la diferenciación se estructura a partir de una dicotomía.
La diferenciación en términos de la desigualdad entre grupos sociales (diferenciación social) y la diferenciación entre los
diversos ámbitos de la actividad humana (diferenciación objetiva). La teoría sistémica de Niklas Luhmann y el
estructuralismo de Pierre Bourdieu. Mientras que la teoría sistémica de la sociedad se ha interesado, fundamentalmente,
por la descripción funcional de las lógicas específicas de cada sistema, el estructuralismo genético con su teoría general
de los campos sociales ha analizado la manera en que la generación de desigualdad funge como principios estructurantes
de los diversos ámbitos de acción. La teoría sistémica de la sociedad tiene enormes dificultades para dar cuenta de la
producción social de la desigualdad. La teoría de los campos termina reduciendo a una lógica meramente económica la
operatividad de todos los ámbitos de acción. (Pág. 222)
Sociologies de la modernité, Danilo Martuccelli presenta tres matrices de análisis: la diferenciación social, la
racionalización y la condición moderna:
Modernidad Observar la modernidad bajo la óptica de la diferenciación implica contrastar el paso de lo simple a lo
complejo, de lo homogéneo a lo heterogéneo. Modernidad y aumento de complejidad son dos cosas que van de la mano.
(Durkheim, Parsons, Pirre Bourdieu y Niklas Luhmann son los autores representivos de lo anterior).
Lo que en Max Weber inicia como una reflexión en torno a las afinidades entre protestantismo y
Racionalización
capitalismo se va convirtiendo en una investigación de carácter histórico universal sobre los procesos de racionalización.
Weber nunca se dio a la tarea de definir el concepto de racionalización (Norbert Elias, Herbert Marcuse, Michael Foucault
y Jürgen Habermas).
Condición Moderna La tercera matriz interpretativa de la modernidad es la que abarca los problemas de la condición
moderna. Dicha condición se caracteriza en lo fundamental por el cambio permanente. De tal forma, surge una tensión
imposible de resolver entre lo esencial y lo efímero (Georg Simmel, William Isaac, Thomas y Robert Ezra Park como
representantes de la escuela de chicago, Erving Goffman, Alain Touraine y Anthony Giddens).
El análisis de la diferenciación posibilita una reflexión sobre la condición del individuo (Pág. 224) moderno (teoría de roles),
de la misma manera que la observación del desarrollo de la subjetividad moderna conecta a las reflexiones sobre la
racionalización con las reflexiones sobre la condición moderna.
Racionalismo puede significar cosas distintas. Los procesos de racionalización sólo pueden ser observados a través de sus
manifestaciones. No sólo remiten a los más diversos ámbitos de acción humana, sino a todas las épocas y todas las
culturas. (Pág. 225) El “Espíritu del capitalismo” se caracteriza por ser una ética sumamente racional. En él se mezclan
componentes normativos con componentes plenamente racionales. Cuando las leyes y los valores de cada ámbito entran
en conflicto estamos en presencia de lo que Weber denominó: “la guerra de los Dioses”. (Pág. 231)
Uno de los motores fundamentales del pensamiento teórico sociológico ha sido la superación de dichas dicotomías ya sea
imponiendo uno de los valores de la diferencia como determinante, ya sea mostrando la relación de interdependencia
mutua entre ambos lados de la forma. (Pág. 232)
Una dicotomía que no ha sido observada es la de los debates sobre la diferenciación: Diferenciación social/diferenciación
objetiva.
Diferenciación objetiva la forma en que diversos ámbitos de la acción-comunicación se han ido distinguiendo históricamente
según el desarrollo de las lógicas que les son específicas.
Dos de las teorías de la diferenciación más importantes pueden ayudarnos a desarrollar dicha articulación:
Luhmann describe a la sociedad moderna como una sociedad funcionalmente diferenciada. Como una sociedad que se
caracteriza por la autonomía funcional de sus subsistemas. Luhmann concibe (Pág. 233) a la sociedad como un sistema
compuesto por comunicaciones. Históricamente ha habido cuatro formas de estructuración de la sociedad. (1) Las
sociedades arcaicas se caracterizan por una diferenciación estructurada según el principio de la segmentación. En ella
cada segmento se diferencia siguiendo los mismos criterios que los demás (tribu, familia, clan). (2) La dupla
centro/periferia se basa en criterios de residencia y territorialidad. Cualquier desequilibrio en la constitución de
segmentos puede llevar a esta nueva forma de diferenciación: el incremento de la población, el desarrollo de tecnología,
el triunfo de la guerra, la acumulación de la riqueza, llevan al desarrollo de una posición central en la que puede observar
el mundo mediante la distinción civilizado/no civilizado. Centro/periferia, prepara el camino para el desarrollo y la
consolidación del principio de estructuración social más exitoso en términos evolutivos, a saber: la (3) estratificación. La
estratificación no toma como base la territorialidad, sino el parentesco (endogamia). El centro se diferencia de la periferia
mediante el principio de territorialidad, pero luego se diferencia internamente en estamentos. Tanto la diferenciación
centro/periferia, como la estratificación se estructuran en términos de la desigualdad de diversos sistemas. En las
sociedades estratificadas el comportamiento se ve orientado por el rango. Las personas del mismo rango pueden
comunicarse entre sí y por lo tanto tienen acceso a recursos comunicativos restringidos para el resto de la gente. (4) La
diferenciación funcional. Los sistemas parciales ya no se distinguen en términos de rango, sino según su función, es decir,
según el problema de referencia que resuelven para la sociedad. (234)
Las relaciones entre los diversos sistemas de función no pueden verse como relaciones estratificadas porque cada sistema
se autodetermina según su estructura. Luhmann no concibe a la sociedad como un sistema que está ahí y que tiene
determinadas necesidades y funciones que deben ser cumplidas para mantener su estructura. No parte de un estructural-
funcionalismo, sino de un funcionalismo-estructural. Para Luhmann el concepto de función tiene prioridad respecto al de
estructura. Los sistemas no operan para mantener su estructura, sino que generar estructuras para cumplir con su
función. En el marco de esta teoría, la estructura no debe ser conceptuada como el elemento estático del sistema, sino
como su componente más dinámico. Las estructuras de los sistemas sociales se deben a que la sociedad, como horizonte
comunicativo, no concibe límites. En ese sentido no puede hablarse de escases de recursos comunicativos. La
comunicación no se gasta ni se acaba. Cada subsistema debe ser pensado como un horizonte infinito de posibles
selecciones comunicativas referidas a una función específica. La diferenciación funcional niega el problema de la escasez.
Los sistemas parciales no conocen límites en términos de su posible programación. Por otro lado, la especialización
funcional impide una competencia entre los diversos sistemas parciales. Los recursos comunicativos de la ciencia no le
sirven a la política. (Pág. 235) Concebir a la sociedad como un horizonte de posibilidades comunicativas implica observarlas
desde el ángulo de lo virtual. Esta virtualidad se desvanece en lo empírico. Cuando se toma en cuenta un tipo y un espacio
determinados, las posibilidades se reducen. Puede haber diversos programas, sin embargo, en un lugar y momento
determinado sólo puede valer uno. Para Luhmann esta selección efectiva es llevada a cabo por cada sistema en función
de sus estructuras (expectativas). El que la sociedad moderna se caracterice por la diferenciación funcional no quiere decir
que las otras estructuras de diferenciación hayan desaparecido. Ninguno de los principios de diferenciación nos puede dar
una imagen precisa de la estructura de la sociedad moderna. Si bien es posible observar casos de diferenciación en
segmentos, sería imposible describir toda la sociedad en términos de igualdad. El mero principio de la desigualdad
tampoco permite dar cuenta de todos los fenómenos sociales. En este sentido, los sistemas función combinan igualdad
con desigualdad. Son desiguales porque cada uno desempeña una función distinta, pero son iguales en cuanto su rango
social. Las jerarquías organizacionales son, sin embargo, de carácter formal. No son efectos secundarios de una dinámica
social, sino parte constitutiva de la estructura de la organización como sistema. La diferenciación social, no obstante,
conoce otras modalidades en la sociedad moderna. La formación de grupos ya no se da en términos estamentales, sino
en clases sociales. A diferencia de los estamentos, las clases sociales no regulan (Pág. 236) la interacción. Permite una
mayor elección de roles y poseen posibilidades de movilidad social que era impensable en sociedades estructuradas según
el principio de la mera estratificación.