Penal 2 PDF
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10.2 Hurto
El hurto simple es el apoderamiento ilegítimo de una cosa mueble total o
parcialmente ajena, cuya definición surge con meridiana claridad del artículo 162 del Código
Penal. Por su parte, el artículo 163 del ordenamiento punitivo, prevé las formas agravadas de
dicha conducta.
1
BUOMPADRE, Jorge E., Derecho Penal Parte Especial, Tomo 2, Ed. Mave, Buenos Aires 2000, pág. 19.
2
NÚÑEZ, Ricardo C., Tratado de Derecho Penal, Tomo IV, Ed. Lerner, Buenos Aires 1978, pág. 169.
3
BUOMPADRE, ob. cit., pág. 29.
Acción:
La conducta central de delito es el apoderamiento de la cosa. Esta acción implica
tomar la cosa para someterla al propio poder para llegar a disponer de ella. El apoderarse de una
cosa importa un acto compuesto, conformado por un acto material y un propósito que caracteriza
al acto jurídico4. En otro lenguaje la acción de apoderamiento requiere la presencia de dos
elementos distintos: 1) el elemento material: la aprehensión de la cosa; 2) un elemento
psicológico: el ánimo de querer la cosa para sí, de convertirla, en el objeto de ejercicio de un
derecho de propiedad, de ganar señorío o la posesión o uso de ella5.
Así, la acción configurativa del delito de hurto se lleva a cabo a través de dos
acciones: por un lado la acción material u objetivo de tomar la cosa, y un acto intelectual o
subjetivo consistente en desapoderar a la víctima de la posesión de la cosa, lo que se traduce en
la intención de someter la cosa al propio dominio6. Por tanto, no basta tomar la cosa, si no lo es
con la intención de desapoderar a la víctima. Por ejemplo, si se quita de la mano de una persona
su cámara de fotografías con la intención de observar las imágenes que se habían tomado con la
misma, y una vez examinadas devolvérsela, no se da el elemento psicológico que exige la figura
de hurto para su configuración.
Objeto Material:
En el hurto la acción de apoderamiento debe recaer sobre una cosa mueble total
o parcialmente ajena.
Conforme la definición aportada por el Código Civil en el artículo 2311 “...se llaman
cosas en este código, los objetos materiales susceptibles de tener un valor...”.
Las cosas entonces se caracterizan por dos notas esenciales, la materialidad y el
valor7. La primera, se presenta cuando el objeto ocupa un lugar en el espacio, pudiendo ser la
cosa sólida, líquida o gaseosa, a partir de la reforma efectuada al Código Civil por ley 17.711, la
energía eléctrica queda incluida, lo cual también resulta asimilable a las señales de cable y de
teléfono, quedando excluidas las cosas inmateriales como los derechos (propiedad intelectual).
4
NÚÑEZ, ob. cit. pág. 182.
5
ROMERO, Gladys Nancy, Delitos contra la propiedad, en Estudios sobre Justicia Penal, Ed. Editores del
Puerto, Buenos Aires 2005, pág. 133.
6
NÚÑEZ, ob. cit. pág. 182.
7
BUOMPADRE, ob. cit. pág. 40.
Elemento Normativo:
Hurta quien se apodera de la cosa ilegítimamente, es decir sin derecho para ello.
Al ser un elemento normativo del tipo, quien toma o se apodera de una cosa creyendo que tiene
derecho para llevar a cabo tal conducta, no comete ilícito al estar viciado el aspecto subjetivo de
su conducta.
Cabe señalar, que la exigencia de la ilegitimidad en el actuar del sujeto activo, no
debe confundirse con la inexistencia de causas de justificación (ejercido de un derecho, legítima
defensa, estado de necesidad), pues estas sólo se refieren a las específicamente establecidas por
el artículo 34 del Código Penal, cuyo análisis corresponde efectuar en otro nivel analítico, es decir
en el ámbito de la antijuricidad.
8
Se sigue en este caso el detallado desarrollo de las distintas teorías llevado a cabo por BUOMPADRE, ob.
cit. pág. 39.
Aspecto subjetivo:
La figura analizada se caracteriza por ser un delito doloso, cuyo conocimiento debe
comprender, tanto el conocimiento de la ajenidad de la cosa como la ilegitimidad del
apoderamiento, y la voluntad de desapoderar al tercero, tomar y disponer de la cosa.
Conforme lo expuesto, queda excluida la culpa y el dolo eventual. ¿Imagina cuántos
hechos de la vida cotidiana podrían objetivamente encuadrar en la figura del hurto, y no presentar
el componente subjetivo exigido por la norma?
HURTO
Artículo 162 del C. Penal
10.2.4. Agravantes.
La figura básica del hurto se encuentra agravada con pena de prisión de uno a seis
años en los siguientes casos:
Hurto Campestre:
La agravante del inciso primero del artículo 163 del Código Penal, concurre cuando
los productos se encuentran separados del suelo, quedando abarcados los frutos. No existe
acuerdo respecto si el texto legal se refiere sólo a productos vegetales o si también se encuentran
comprendidos los minerales. Parte de la doctrina se inclina por esta última interpretación, en el
entendimiento que la ley no ha hecho ninguna distinción9.
Quedan fuera todos los productos que no provengan del suelo, tales como la miel o
la leche. También se exige que el proceso de separación sea llevado a cabo por el hombre (con
sus manos o mediante el uso de maquinaría), y no por hechos de la naturaleza, tales como
tormentas u otros fenómenos climatológicos.
La agravante también incluye el hurto de máquinas, instrumentos de trabajo o de
productos agroquímicos, fertilizantes u otros insumos similares (estos últimos productos fueron
incorporados recientemente mediante ley 25.890). Al respecto todos estos deben estar afectados
a la actividad agrícola-ganadera, pues si los instrumentos que son hurtados no eran utilizados con
9
BUOMPADRE, ob. cit. pág 51.
Hurto Calamitoso:
La razón de la intensidad con la cual se castiga el robo en la figura prevista en el
segundo inciso del articulo 163 del Código Penal, encuentra su razón en la particular ocasión de la
cual se vale el sujeto activo del ilícito para llevar a cabo la sustracción. Concretamente, se funda
en la menor defensa privada frente a los infortunios que son descriptos por la norma, y también
por la mayor criminalidad del sujeto activo quien se vale de las desgracias sufridas por las
víctimas.
Son dos las hipótesis definidas por la agravante: 1) el cometido en ocasión y
aprovechando las facilidades de un desastre o conmoción pública 2) el cometido en ocasión y
aprovechando las facilidades de un infortunio particular.
Se entiende por desastre público, un suceso dañoso de grandes proporciones,
incendios, terremotos, inundación, entre otros acontecimientos. Por ejemplo el desborde de un río
produce un estado de conmoción en la población que sólo intenta huir del lugar, circunstancia que
es aprovechada por sujetos oportunistas quienes deciden saquear los negocios afectados por la
corriente de agua. En cambio cuando se alude a conmoción pública, se hace referencia también a
un hecho de gran magnitud pero que se caracteriza por la violencia, tal es el caso de un motín o
una revolución. Por ejemplo el hurto de electrodomésticos llevados a cabo justo en el momento en
el cual se produce un bombardeo sobre una ciudad.
En cuanto al infortunio particular, es una situación de desgracia experimentada por
una persona, de orden físico o espiritual, que impide o dificulta defender su propiedad en
condiciones normales. El infortunio debe ser padecido por la víctima del delito (esto de
embriaguez, desmayos, accidentes en la vía pública, y cualquier otra situación semejante)
¿Podría entenderse como situación de desgracia la ruptura de una relación amorosa que
desencadena en un estado de depresión profunda?
Respecto al momento en el cual se debe llevar a cabo la acción de apoderamiento,
la ley exige que se lleve a cabo “con ocasión”, es decir en el mismo momento en el cual se
producen los sucesos descriptos por la ley, ni antes ni después.
Por último, debe existir una vinculación subjetiva entre el autor del delito y los
acontecimientos examinados precedentemente. En este sentido, resulta necesario que el autor se
“aproveche” de las facilidades que se presentan en virtud del desastre, conmoción pública o
infortunio, de modo tal que se valga de estas para perpetrar el hurto. Vale por ejemplo el caso de
un sujeto que planifica un hurto, e inesperadamente se produce un terremoto de gran magnitud en
la ciudad, sin perjuicio de ello sigue adelante con su propósito, sin tener en cuenta las graves
Abigeato:
El artículo 167 ter. del Código Penal, requiere específicamente que el objeto de
apoderamiento se trate de ganado mayor o menor. Por “ganado” debe entenderse a los
cuadrúpedos de cierta talla, domésticos para carga o para carne. Son ganado mayor las vacas,
caballos, mulas, asnos, cebúes y llamas; y ganado menor las ovejas, cabras, y cerdos10.
Respecto a las circunstancias en las cuales debe llevarse a cabo el hecho, existen
dos hipótesis distintas: 1) que los animales se encuentren en el establecimiento rural; y 2) que se
realice en ocasión de su transporte.
Con relación a la primera de las situaciones, la norma no exige como lo hace en el
hurto campestre que el ganado sea dejado en el campo, es decir en un lugar desprovisto de
protección, sólo requiere que los animales se encuentren dentro de un establecimiento rural. A
partir de la reforma efectuada mediante ley 25.890, el artículo 77 del Código Penal define el
concepto como “todo inmueble que se destine a la cría, mejora o engorde de ganado, actividades
de tambo, granja o cultivo de la tierra, a la que avicultura y otras crianzas, fomento o
aprovechamiento semejante”.
Por su parte, con referencia al otro supuesto de hecho, corresponde efectuar las
mismas consideraciones que se desarrollaron en torno al hurto de mercaderías u otras cosas
transportadas (10.2.4.5).
La figura básica prevista por el primer párrafo del artículo 167 ter. del Código Penal,
se encuentra agravada por las siguientes circunstancias:
a) Por la cantidad de cabezas de ganado: el segundo párrafo de la citada norma,
eleva la pena de tres a ocho años, cuando la sustracción fuera de cinco (5) o más cabezas de
ganado y se utilizare un medio motorizado para su transporte. Deben darse ambas circunstancias
en forma acumulativa para que concurra la agravante. Si bien la norma no hace alusión al
momento en el cual debe ser utilizado el transporte motorizado, al no haber exigido que sea
durante el tramo de ejecución, se da la agravante si el medio es utilizado una vez ya concluido al
apoderamiento, siempre y cuando exista solución de continuidad entre ambas situaciones.
¿Concurre la agravante si el hurto del ganado se lleva a cabo arriando vacas con caballos hasta
un establecimiento colindante donde veinticuatro horas después se produce su carga a un camión
jaula que transporta los animales hasta el matadero?
b) Apoderamiento realizado en las condiciones previstas en el artículo 164 del
Código Penal. El inciso 1 del artículo 167 quáter, eleva de cuatro a diez años, cuando a los
10
BUOMPADRE, ob. cit. pág. 49.
g) Participen en el hecho tres o más personas. (inc. 6 del artículo 167 quáter del
C.P.) Corresponde remitirse a las aclaraciones debidamente efectuadas en el Manual dado como
biografía básica.
11
BUOMPADRE, ob. cit. pág. 282.
10.3 Robo.
El delito de robo, se trata en realidad de un hurto agravado por la conducta violenta
de quien lo ejecuta.
Es decir se trata del apoderamiento ilegítimo de una cosa mueble total o
parcialmente ajena con fuerza en las cosas o violencia en las personas. Es por esta razón,
que se sostiene que el robo se trata en realidad de un hurto calificado por la utilización de
“violencia” para vencer las defensas de las cosas. Esto también conduce a sostener que no existe
robo cuando no se dan todos los elementos configurativos del delito de hurto.
12
Ver al respecto, RUSCONI, Maximiliano, Código penal y normas complementarias, Tomo 2A, AAVV,
Directores David Baigún y Eugenio Raúl Zaffaroni, Ed. Hammurabi, Buenos Aires 2007, pág. 278.
APODERAMIENTO
COSA MUEBLE ILEGITIMIDAD
AJENA
HURTO
Artículo 162 del Código
Penal
ROBO
Artículo 164 del Código Penal
13
NÚÑEZ, ob. cit., pág. 215.
3) Por último, un sector que considera que la norma solo acepta el homicidio
doloso no comprendido por el artículo 80 inciso 7mo. del Código Penal.
Robo armas:
También se califica el robo cuando la violencia física para cometer el hecho se lleva
a cabo mediante el empleo de un arma de cualquier tipo o naturaleza. Ya veremos que existirán
otras clasificaciones aumentando aún más la pena en el caso de que se trate armas de fuego, y
atenuando el castigo cuando se trate de armas de utilería o que no resulten aptas para el
disparo.
La razón de la calificante por el uso de armas responde según los casos a: 1) el
mayor poder vulnerante contra las personas, haciendo correr peligro cierto a la vida y a la
integridad personal de las víctimas; 2) la mayor peligrosidad que representa la utilización de un
arma de fuego, y su aptitud para causar daño a las personas; 3) la mayor capacidad intimidatoria;
todo lo cual hace que el robo cometido mediante el uso de armas sea más eficaz para impedir que
las víctimas puedan defenderse ante la acción de apoderamiento de sus bienes muebles.
Como se advierte esta modalidad de robo, no sólo atenta contra la propiedad, sino
también contra otros bienes jurídicos de suma importancia, como la vida, la integridad física y
libertad personal, los que se ven indudablemente afectados debido al poder ofensivo e intimidante
que el empleo de armas les confiere a quienes las utilizan.
Por tal motivo, para que el hecho sea calificado, no basta la simple tenencia o
portación de las armas, sino que también es necesario su utilización en cualquier tramo del hecho,
ya sea para facilitarlo, en la ejecución o para lograr su impunidad. No es necesario que las armas
sean utilizadas en el mismo momento en el cual se lleva a cabo la acción de apoderamiento, pues
este acto no agota el momento consumativo del robo. En otras palabras, cuando las armas son
utilizadas para facilitar o cometer el hecho, con el apoderamiento se consumará el hecho, ahora
bien cuando la violencia que se ejerce con el arma se lleve a cabo para procurar la impunidad, las
cosas no son de la misma forma, pues aquí la consumación del robo recién se produce en el
momento de la violencia.
Como adelantáramos en los párrafos precedentes, el artículo 166 del Código Penal,
prevé además del robo con armas tres subespecies de esta modalidad delictiva: 1) con armas de
fuego; 2) con armas de fuego sin aptitud para el disparo; y 3) con armas de utilería.
Para comprender la diferenciación que existe entre cada una de estas calificantes,
corresponde en primer termino dar el concepto genérico de arma.
El legislador prescindió de hacer una interpretación auténtica, como lo ha hecho con
otros términos en artículo 77 del Código Penal.
Por tal motivo, encontrar una definición a este elemento normativo del tipo, no
resulta una tarea fácil, más aún teniendo en cuenta que el concepto que aportemos, tendría que
resultar válido para todos los casos, tanto para aquellos en los que la ley ha optado por la
capacidad lesionadora del medio empleado (pistolas con capacidad de disparo), como para
aquellos en los que tomó en consideración sólo su condición intimidante (pistolas sin capacidad de
disparo o de utilería). Teniendo en cuenta esta diferenciación, podemos tomar como válido el
concepto que se ha efectuado de las armas, definiéndolas como “todo objeto capaz de aumentar
el poder ofensivo del hombre, sea para atacar o defenderse”.
En consecuencia, son armas cualquier instrumento fabricado para servir a la
defensa o al ataque, o cualquier otro objeto, que de acuerdo al empleo que se realice de los
mismos sirva a idéntica finalidad. Como característica común, en uno y otro caso, mediante la
14
BUOMPADRE, ob. cit., pág. 71.
15
NÚÑEZ, ob. cit. Pág. 232 - BUOMPADRE, ob. cit. Pág. 71.
16
SAYAGO, Marcelo J., Nuevo Régimen Legal del Robo con Armas, Ed. Advocatus, Córdoba 2005, pág. 61.
2) Armas de fuego sin aptitud para el disparo. El último párrafo del artículo 166
del Código Penal (incorporado por ley 25.882) prevé una pena atenuada “Si se cometiere el robo
con un arma de fuego cuya aptitud para el disparo no pudiera tenerse de ningún modo por
acreditada...”, estableciendo que la misma será de tres a diez años de prisión.
Como lo adelantáramos al momento de tratar en forma genérica el tipo agravado de
robo con armas, la ley admite el uso de distintos tipos de armas, a los cuales ha dado un diferente
encuadramiento de acuerdo al peligro para la integridad personal y el poder intimidante que tiene
cada una de ellas.
En este caso en particular la agravante se funda en el mayor poder intimidante que
tienen las armas de fuego, sin perjuicio que luego se determine que no representaba un peligro
para la víctima al no ser operativas. Este poder intimidante propio de las armas de fuego se
traduce en la disminución o anulación de cualquier actitud defensiva por parte de la víctima del
robo, pues estás no están en condiciones de establecer si el arma que exhibe el ladrón pudo o no
ser accionada.
Esta circunstancia llevó al legislador a imponer una pena que es sensiblemente
superior al robo simple, ya que el uso de este tipo de armas le confiere a quien las usa un mayor
poder intimidante y la consecuente disminución de posibilidades defensivas de la víctima, pero a
su vez es menor que la sanción correspondiente al robo con arma de fuego, pues en este caso -
sin aptitud para el disparo- no existe peligro para la integridad física de las personas. Podría
presentarse el caso de una persona quien acuciado por problemas económicos decide perpetrar
3) Armas de utilería. También el tercer párrafo del artículo 166 del Código Penal
(incorporado por ley 25.882) atenuó la pena cuando el robo se cometiera con “un arma de
utilería”.
Aquí también, al igual que en el caso del robo con armas sin aptitud para el
disparo, la razón de la agravante reside en el mayor poder intimidante que le confieren estos
instrumentos al autor que se vale de los mismos, lo cual permite disminuir o anular cualquier
acción de defensa por parte de las víctimas que padecen el robo18. En otro lenguaje, estas armas
carecen de poder vulnerante pero tienen capacidad intimidante, que es la razón de la agravante 19.
Quedan comprendidas dentro de las armas de utilería las armas falsas, simuladas,
imitativas, símil de armas y las armas de juguete, es decir todos los artefactos que por su
características externas parecen ser armas sin serlo20.
Valen aquí las demás consideraciones que se efectuaron al momento de tratar el
robo con armas sin aptitud de disparo.
17
SAYAGO, ob. cit., pág. 141.
18
SAYAGO, ob. cit. pág. 150.
19
REINALDI, Víctor Felix, Delincuencia Armada, 2da Edición ampliada y actualizada, Editorial Mediterránea,
Córdoba 2004, pág. 83.
20
SAYAGO, ob. cit. pág. 153.
21
NÚÑEZ, ob. cit. pág. 234.
22
NÚÑEZ, ob. cit. pág. 234, BUOMPADRE, ob. cit. pág. 74.
23
NÚÑEZ, ob.cit. pág. 235.
24
BUOMPADRE, ob. cit. pág. 75.
Robo en despoblado:
Con respecto a la figura prevista en el artículo 167 inciso 1 del Código Penal,
resultan de aplicación las mismas consideraciones efectuadas en el punto que antecede, con la
salvedad que en este caso no se requiere la existencia de una banda para cometer el ilícito.
25
BUOMPADRE, ob. cit. pág. 79.
Acción Material:
La acción constitutiva del delito ha sido definida en la figura legal como “obligar”,
entendiendo este verbo como compeler, exigir, hacer cumplir una cosa o mandato26.
Para conseguir la conducta deseada de la víctima, el autor se pude valer de
cualquiera de los medios típicos que han sido descriptos por la ley, que a continuación pasamos a
repasar.
La intimidación consiste en infundir temor en la víctima a través de un anuncio o
advertencia de un mal, que recaerá sobre ella, sobre un tercero o los bienes de una persona. Esta
debe ser idónea como para causar en el sujeto pasivo una sensación de temor que lo lleva a
cumplir con la exigencia deseada por el autor. No resultan validas las amenazas consistentes en
anunciar que en caso de no cumplir con lo requerido caerá un rayo sobre su domicilio, o que
producirá la muerte de sus hijos mediante un hechizo.
No constituye intimidación los anuncios que no son ilegítimos, es decir aquellos que
se encuentran amparados en un derecho, es decir cuando la exigencia en sí misma este
justificada o constituya el ejercicio de un derecho. Por ejemplo el requerimiento de pago en
contraprestación de un servicio brindado bajo la advertencia que en caso de no hacerlo lo
demandará judicialmente.
Se da el caso de simulación de autoridad pública cuando el autor de ilícito finge
o aparenta ser un funcionario público. Aquí el temor o la intimidación que padece la víctima del
delito no provienen del anuncio del autor, sino del acto de autoridad que se invoca. Debe tratarse
de una autoridad falsa, pues de ser verdadera estaríamos en el ámbito de las exacciones ilegales
(Art. 266 del C.P.).
Por último, se puede extorsionar mediante la simulación de falsa orden de
autoridad pública, cuando el autor finge la existencia de un mandato o prohibición que proviene
de autoridad pública. En este caso puede existir la autoridad pública, pero la orden debe ser falsa,
sea porque la autoridad pública que se invoca no existe o porque no se ha dado el mandato o
prohibición que pretende imponerse.
26
BUOMPADRE, ob. cit. pág. 84.
10.4.3 De documentos
Al ser una verdadera especie de la extorsión común, valen las mismas
consideraciones efectuadas con respecto al tipo básico, con la salvedad de dos circunstancias
que han sido diferenciadas en el segundo párrafo del artículo 168 del C.P.: 1) se agrega a los
medios comisivos la violencia y 2) la exigencia que se realiza a la víctima consiste concretamente
en suscribir o destruir documentos de obligación de crédito.
Respecto al concepto de violencia como medio comisivo, corresponde su remisión
a lo señalado cuando la analizamos en el robo.
Son dos las exigencias especiales descriptas por esta figura especial. Por un lado,
suscribir, que consiste en firmar un documento, lo cual implica en el caso de un documento de
crédito, reconocer la obligación que se consigna en el mismo. Se destruye un documento cuando
se lo hace desaparecer rompiéndolo, borrando su contenido, o inutilizándolo para su lectura,
afectando su parte esencial.
El objeto sobre el cual deben recaer estas dos acciones, son documentos de
obligación o de crédito, por tanto que representen el derecho de exigir la cosa que es objeto de la
obligación o da dar la misma. La ley no ha diferenciado si el documento debe ser público o
privado.
10.4.4 Chantaje
La figura prevista artículo 169 del Código Penal, no es más que una especie de la
figura básica, diferenciándose sólo en cuanto al medio empleado por el autor para conseguir la
disposición por parte de la víctima. Específicamente los medios utilizados por el autor pueden
consistir en amenazar con imputaciones contra el honor o revelación de secretos.
La criminalidad específica de esta figura radica en los efectos que importa el acto
extorsivo: el temor a que trascienda un aspecto intimo de su vida.
Los demás elementos son los mismos que en la figura básica, por tanto remitimos
al análisis efectuado en su momento.
No resulta relevante a los fines de la concurrencia de la figura especial que la
imputación sea falsa o verdadera. Lo trascendental es la existencia de una imputación, que se
traduce en el hecho de atribuirle a alguien una conducta, un vicio, costumbre que sean
susceptibles de ser apreciadas peyorativamente para la personalidad del ofendido27. Por ejemplo
27
BUOMPADRE, ob. cit. pág. 90
El artículo 170 del Código Penal (texto conforme reforma Ley 25.742), reprime la
sustracción, retención u ocultación de una persona con el propósito específico de obtener
rescate.
Se trata de un secuestro común al cual se agrega la extorsión, pues el autor para
liberar a la persona cautiva, exige el pago previo de un precio. Es la finalidad económica la que
llevó ubicar a esta figura dentro de los delitos contra la propiedad.
En razón de lo expuesto, se dice que es un delito pluriofensivo, pues además de la
ofensa al patrimonio se atenta contra la libertad individual.
La finalidad que caracteriza esta figura es la de “sacar rescate”, es decir obtener
un precio por la libertad de la persona que se tiene cautiva. El precio puede traducirse en dinero u
otra prestación que tenga significado patrimonial.
Respecto a los demás elementos del tipo, al resultar idénticos a los previstos por el
artículo 142 bis del Código Penal, corresponde la remisión al estudio de la unidad Nº 8,
concretamente al desarrollo efectuado en el Manual de Derecho Penal Parte Especial, páginas
177 a 180.. Ello así pues mediante la reforma realizada por ley 25.742 el legislador hizo
desaparecer las diferencias que existían entre ambas figuras en lo relativo a las circunstancias
calificantes y a la penalidades previstas28.
La figura básica prevé una pena de reclusión o prisión de cinco a quince años, la
cual se verá elevada en su mínimo a ocho años en caso de lograr el propósito. Es decir en caso
que el secuestrador logre hacerse del dinero requerido por el rescate.
Por su parte, en los tipos calificados previstos en los incisos 1, 2, 3, 4, 5 y 6 la pena
se aumenta de diez a veinticinco años, correspondiendo la remisión a la unidad Nº 8. Aquí
también, en caso de resultar la muerte de la víctima, como consecuencia no querida por el autor,
la pena será de quince a veinticinco años, y en caso de haberla causado intencionalmente se
prevé reclusión o prisión perpetua.
De la misma forma, el último párrafo del artículo 170 del Código Penal (ley 25.742)
ha previsto una reducción de un tercio a la mitad la pena del participe, cuando este se esforzare
para que la víctima recupere la libertad, siempre y cuando esto no se deba al pago del precio
requerido.
Asimismo, el artículo 41 ter (ley 25.742) ha incorporado la figura del arrepentido,
como ya se había hecho para otro tipo de delincuencia como es el narcotráfico (ley 23.737). Con
la consagración legislativa del arrepentido se ha buscado premiar a quien ciertamente se ha
28
REINALDI, ob. cit. pág. 142.
La figura captada por el artículo 171 del Código Penal, como bien lo señala el
maestro Núñez en su Manual de Derecho Penal Parte Especial, se trata de una extorsión
especializada por el medio, siendo la finalidad buscada “hacerse pagar por su devolución”.
Cualquier otra finalidad presenta atípica la conducta. Si bien resulta difícil imaginar otra situación,
por ejemplo una broma, pueden darse casos de venganza, entre otras razones.
La acción típica es “sustraer”. El verbo alude a la conducta que consiste en
apoderarse, apropiarse o tomar el cadáver.
El objeto del delito, es el “cadáver”, es decir el cuerpo sin vida de una persona
humana. Quedan excluidos los huesos sueltos y las cenizas, como así también los cadáveres de
los animales.
29
CHAIA, RUBEN A, Código penal y normas complementarias, Tomo 2A, AAVV, Directores David Baigún y
Eugenio Raúl Zaffaroni, Ed. Hammurabi, Buenos Aires 2007, pág. 147
Figura básica:
El artículo 175 bis del Código Penal, prevé dos clases de usura: 1) el
aprovechamiento de la necesidad, ligereza o inexperiencia de otra persona para obtener intereses
u otras ventajas pecuniarias evidentemente desproporcionadas con la prestación y 2) el
otorgamiento de recaudos o garantías de carácter extorsivo.
En el primer supuesto, la acción consiste en hacerse dar o prometerse los intereses
o ventajas pecuniarias, es decir el autor debe lograr que la víctima entregue o prometa la entrega
de algo. Pero también, para el perfeccionamiento se necesita una acción por parte de la víctima,
pues esta debe realizar a favor del autor la acción descripta, constituyendo el tipo una suerte de
instigación. Es decir, se necesita una cooperación de la víctima, aunque viciada por la situación en
que se encuentra, pero que permite la entrega o la promesa de ello.
En otras palabras la figura delictiva requiere un hacer por parte del sujeto activo y la
consecuente actividad de la víctima.
Ahora bien, esta acción debe ser consecuencia del aprovechamiento por parte del
autor de la situación de necesidad, ligereza o inexperiencia en la que se encuentra el sujeto
pasivo. Si se consiguen las ventajas económicas sin el aprovechamiento de la situación, no hay
delito.
El sujeto activo debe conocer que la víctima se encuentra en esta situación y
valerse de ella para lograr la ganancia desmedida. Ello trae como consecuencia, que el dolo debe
abarcar ambas situaciones.
La necesidad de la cual debe aprovecharse el autor, es el estado de emergencia,
apremio, que limita la posibilidad de elegir entre otras opciones. Esta situación debe ser realmente
grave, excepcional, con entidad suficiente como para impedir que el sujeto tenga la posibilidad de
optar. No interesa las razones o las causas por las cuales el sujeto ha quedado en esa situación.
Tampoco el tipo de necesidad, si es económica o de otra naturaleza. Puede ser el caso de aquella
persona que apremiada por la necesidad de dinero para llevar a cabo una operación urgente de
su hija, y la imposibilidad de acceder a créditos, decide concurrir a un prestamista particular, quien
fija el interés al 80% anual, circunstancia que conciente la víctima.
En cuanto a la ligereza, como situación de la cual se vale el autor, se trata del
actuar precipitado, es decir sin examinar con debida reflexión la actividad que esta por realizar,
valen a propósito de esta situación, las consideraciones que se efectúan respecto al obrar culposo
o imprudente.
Se entiende por inexperiencia, a la ignorancia, ausencia de conocimiento o falta de
competencia respecto a la materia a la cual se circunscriben las operaciones comprometidas.
En cuanto al objeto de la acción, consiste en obtener un “interés usurario u otras
ventajas pecuniarias”. La primera, se trata de una cuestión de hecho cuya determinación se debe
11.1.3 Agravantes.
El tercer párrafo del artículo 175 bis del Código Penal, agrava la pena de tres a seis
años, si el autor fuere prestamista o comisionista usurario profesional o habitual.
Se trata de sujetos que intervienen en la gestión o negociación de operaciones
usurarias. El primero, es el que presta el dinero, el segundo quien actúa de intermediario entre
aquel y la persona que solicita el préstamo.
En ambos casos el sujeto debe actuar profesionalmente, haciendo de la actividad
una forma de vida, fuente de permanente ingreso, o habitualmente acostumbrado a este tipo de
actividad.
1
BUOMPADRE, ob. cit. pág. 222.
Usurpación de aguas:
Respecto a las figuras específicas de usurpación de aguas contenidas en los
incisos 1, 2 y 3 del artículo 182 del Código Penal y agravante previsto en el último párrafo del
Código Penal, corresponde remitirnos al exhaustivo análisis efectuado en el texto base.
Sin perjuicio de ello, podemos agregar que el agua como objeto sobre el cual deben
recaer las acciones típicas, siempre debe mantener su calidad de inmueble (art. 2314 del Código
Civil), pues si el agua se encuentra separada del suelo adquiere el carácter de cosa mueble, y por
tanto sólo puede ser objeto de los delitos de hurto o robo (art. 162 y 164 del Código Penal).
11.3 Daño
Sujeto activo:
Puede ser cualquier persona, siempre y cuando no sea el propietario de la totalidad
de la cosa mueble, inmueble o animal.
Acción Material:
La acción material ha sido descripta en la norma mediante los verbos “destruir”,
“inutilizar” y “hacer desaparecer”. El primero de ellos quiere decir, deshacer la cosa, arruinarla o
romperla en su materialidad. Aquí el daño se traduce en una afectación sobre la sustancia de la
cosa. Por ejemplo daña quien pinta con una aerosol una automóvil de modo tal que sea dificultoso
o imposible quitar o remover las manchas que se producen. Sin embargo, no constituye daño
quien arroja barro sobre el parabrisas o el baúl de un vehículo, pues su eliminación no implica un
considerable esfuerzo.
Inutilizar, es sacar a la cosa la aptitud que tenía antes del suceso, aquello que la
caracterizaba como tal.
2
NUÑEZ, ob. cit. pág. 530.
Objeto:
Los objetos sobre los cuales recaen las acciones típicas son muebles, inmuebles y
animales. Habiendo desarrollado en profundidad los conceptos aludidos nos remitimos al
tratamiento jurídico oportunamente efectuado.
Aspecto subjetivo:
Es un delito doloso, de dolo directo, no admitiendo dolo eventual. El tipo subjetivo
se satisface con el conocimiento de la ilicitud de la acción que recae sobre la cosa y la voluntad de
querer dañarla, no existiendo esta finalidad la conducta queda impune, más allá de la negligencia
o imprudencia en el accionar del sujeto.
Consumación:
Es un delito instantáneo que se consuma con la realización de las acciones típicas,
vale decir, con la destrucción, inutilización o desaparición de las cosas muebles, inmueble o
animales. Se admite tentativa.
Delito subsidiario:
El tipo penal previsto por el artículo 183 del Código Penal, sólo resulta aplicable
siempre que la conducta no constituya otro delito más severamente penado. Es decir, si el hecho
esta contenido también en otra figura más grave desde el punto de vista de la sanción penal, se
aplica esta última, por ejemplo el robo. Si para entrar a una casa se daña el picaporte de la puerta,
este hecho queda subsumido en el delito de robo. Por el contrario, si el hecho configura un delito
cuya pena es menor, ambos concurren idealmente (art. 54 del C.P.)
11.3.3. Agravantes.
Conforme lo prescripto por el inciso 1 del artículo 184 del Código Penal, el daño se
agravaba de acuerdo a la finalidad tenida por el autor. Estas pueden ser: 1) ejecutar el hecho con
el fin de impedir el libre ejercicio de la autoridad, b) ejecutar el hecho en venganza de una
determinación de la autoridad.
El primer caso no es otra casa que la perturbación del poder público mediante el
daño. No tiene relevancia para la consumación que se alcance la finalidad perseguida, basta con
la producción del daño. El segundo caso, constituye una revancha a raíz de algún acto que se
atribuye a la autoridad, por ejemplo haber clausurado su negocio ambulante.
El inciso 2 del citado artículo, agrava el delito por una doble circunstancia. Por un
lado, en virtud de producir el daño mediante infección o contagio. A lo cual debe agregarse que
este daño debe producirse en aves o animales domésticos. En consecuencia quedan fuera el tipo
los hechos en los cuales no concurran acumulativamente ambas circunstancias.
Art. 183
del
C.Penal Agravamiento por el lugar y la cantidad de
personas intervinientes
Art. 184 inciso 4 del Código Penal
1
BUOMPADRE, ob. cit., Tomo 1, pág. 475.
Las figuras tipificadas en los artículos 134 y 135 del Código Penal tienen en común
distintos elementos a saber:
La acción típica consiste en contraer matrimonio, de acuerdo a las previsiones
establecidas por la ley 23.515.
En ambos casos, se exige la existencia por parte de uno o de ambos
contrayentes, de un impedimento que cause la nulidad absoluta del matrimonio.
Estos impedimentos están debidamente enumerados en el artículo 166 de la
ley 23.515: 1) la consanguinidad entre hermanos ascendientes y descendientes sin
limitación; 2) la consanguinidad entre hermanos; 3) el vínculo derivado de la
adopción plena y simple; 4) la afinidad en línea recta en todos los grados; 5) el
matrimonio anterior, mientras subsista; y 6) haber sido autor, cómplice, o instigador del
homicidio doloso de uno de los cónyuges.
Respecto a las causales previstas en los números 1, 2, 3, y 4 más allá de
la explicación que surge del Manual aportado como bibliografía básica, corresponde su
remisión a lo señalado al momento de desarrollar en la Unidad 2 las calificantes del delito
de homicidio.
En el punto número 5) se hizo mención al matrimonio preexistente o lo que
también es conocido como bigamia. Este supone la existencia de un matrimonio
anterior que invalida el segundo. Para que el delito se cometa, es menester que el primer
matrimonio sea válido conforme la normativa que regula la materia (ley 23.515).
Respecto al impedimento referido en el punto 6), puede tratarse de un
homicidio simple o calificado, atenuado o en riña, pero siempre doloso, por tanto no
quedan comprendidos dentro del impedimentos los preterincionales e imprudentes.
También para que concurra la nulidad debe haberse consumado el delito.
El impedimento abarca al autor (art. 45 del C.P.) al cómplice en sentido amplio
(Art. 45 y 46 del C.P.) y al instigador (art. 45 del C.P.)
La muerte debe ser del cónyuge del otro contrayente del matrimonio viciado, no del
2
propio cónyuge, careciendo de importancia la motivación .
3
BUOMPADRE, ob. cit., Tomo 1, pág. 490
Materia: Derecho Penal II -6-
Profesor: Dr. Maximiliano Davies
El sujeto activo, tiene pleno conocimiento del impedimento, pero se lo oculta al otro
contrayente. Esta conducta puede llevarla a cabo mediante actos positivos o negativos. Es
decir puede engañar con artificios al futuro cónyuge o simplemente callar la situación.
Al igual que el caso de matrimonio ilegal bilateral, el delito se consuma con la
celebración del matrimonio.
El artículo 136 del Código Penal contempla el actuar funcional del oficial público del
Registro Civil de las Personas, previendo tres modalidades de responsabilidad criminal.
1) Autorización dolosa de un matrimonio ilegal.
2) Autorización culposa de una matrimonio, por ausencia de los requisitos
formales.
3) Celebración dolosa por inobservancia de las formalidades legales.
Tipo culposo:
Autorización culposa (art. 136, 2do. párr. del Código Penal): se trata de un tipo
imprudente, que comprende la conducta negligente del oficial público que no ha cumplido
con los requisitos que la ley le exige para la celebración del matrimonio, concretamente lo
establecidos por los artículos 186 y 187 de la ley 23.515.
Tipos dolosos:
Autorización dolosa de un matrimonio ilegal (art. 134, 1er. Párr.): es el caso
en el cual el oficial público, en el marco de su competencia funcional, autoriza un
matrimonio, conociendo que existen impedimentos legales que causan su nulidad
conforme a la ley 23.515.
El delito es doloso, admitiendo solo el directo, quedando excluidos la culpa
o eventual, pues el autor debe conocer acabadamente la existencia de los
Materia: Derecho Penal II -7-
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impedimentos que nulifican el matrimonio. Por otra parte, debe existir por parte del oficial
público la voluntad de llevar adelante la celebración del matrimonio.
Celebración dolosa: este supuesto debe ser diferenciado de la figura analizada
en los dos párrafos que anteceden, pues aquí no se trata de la celebración de un
matrimonio ilegal.
La conducta reprochada al oficial público consiste en celebrar un matrimonio
al margen de las formalidades exigidas por la ley, concretamente en el artículo 188 y
ss de la ley 23.515 y su modificatoria del año 2010.
Solo admite dolo directo, no siendo posible la culpa o dolo eventual, pues el
autor debe saber certeramente que no se ha cumplido con las formalidades que
exige la ley de matrimonio.
Corresponde la remisión al texto de base, sin perjuicio de agregar que si bien la ley
ha equiparado los delitos del capítulo II, sus contenidos son diferentes. Ello así puesto
que la norma descripta en el segundo inciso del artículo 139 del Código Penal, no
tipifica la mera modificación del estado civil, sino que ha ido más lejos.
En efecto, la norma alude a una situación de alteración del ser mismo de la
persona, presentándose la identidad como un derecho inherente a la persona, pero que al
mismo tiempo trasunta su propia individualidad para constituir una patrimonio cultural con
características propias3.
El derecho a la identidad se presenta como el interés que cada sujeto tiene de ser
presentado en la vida en relación con su verdadera identidad.
3
BUOMPADRE, ob. cit., Tomo 1, pág. 490.
Materia: Derecho Penal II -8-
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12.3.1 Supresión de estado civil de mayores y menores.
Condiciones delictivas.
El sujeto pasivo de la figura delictiva prevista por el artículo 138 del Código Penal,
supresión de estado civil de mayores, pueden ser las personas que tengan diez años
cumplidos. Sólo podrán ser sujetos pasivos los menores que no hayan cumplido diez
años en aquellos casos en los que se ataque su estado civil, pues en caso de ser su
identidad la conducta se desplaza a la figura prevista en el artículo 139 inciso 2 del
Código Penal. También se exige que la persona esté viva, pues al producirse el
fallecimiento se pierde el estado civil.
De la misma forma, para poder configurase el delito se debe suprimir el estado
civil de otra persona, y no el propio.
Respecto de las acciones materiales previstas en la norma, son tres: hacer incierto,
alterar o suprimir.
Se entiendo por hacer incierto la conducta que crea una situación de inseguridad,
duda, falta de certeza respecto al estado civil de una persona, de modo tal que se torne
difícil el establecimiento del mismo.
Por su parte alterar implica modificar o cambiar el estado civil, en forma total
o parcial, remplazando por otro distinto al real.
Suprimir el estado civil de una persona, es hacerla desaparecer borrarla,
o cualquier acción que implique quitar al sujeto pasivo su verdadero estado sin
asignarle otro, de modo tal que no se sepa cuál es su nombre, a que familia pertenece, u
otros datos que hacen al estado civil.
Generalmente el medio que frecuentemente se utiliza para llevar a cabo
las acciones descriptas, es la falsedad documental, lo que ha desencadenado distintos
debates en torno a si existe concurso real, ideal o aparente, con los delitos contra la fe
pública. No obstante, en la actualidad parecería que la doctrina se inclina por afirmar
que existe un concurso material entre ambos delitos (art. 55 del C. Penal).
Desde punto de vista del aspecto subjetivo, la conducta no requiere ninguna
exigencia especial o ultrafinalidad, bastando para su configuración el dolo común, pues
cualquiera que sea la finalidad o el motivo que impulso al autor a producir el hecho solo
tendrá incidencia en la penalidad.
Por su parte el artículo 139 inciso segundo del Código Penal reprime la
supresión de la identidad de un menor de diez años. La acciones punibles resultan
idénticas a las desarrollada precedentemente.
Sujeto activo puede ser cualquier persona, salvo el caso de que concurran
las condiciones personas descriptas en el segundo párrafo del artículo 139 bis del Código
Penal, que agrava la conducta.
El sujeto pasivo, sólo puede ser un menor de diez años, la alteración de la
identidad de un mayor de diez años no se encuentra tipificada por el ordenamiento
punitivo.
El aspecto subjetivo se satisface con el dolo común, no siendo necesario
ningún propósito especial en el accionar del sujeto activo.
4
BUOMPADRE, ob. cit. Tomo 1, pág. 498.
El bien jurídico protegido no es el derecho de visita genérico cuyos titulares son los
parientes relacionado recíprocamente con la obligación alimentaria; sino el específico
derecho- deber de los padres no convivientes de visitar a sus hijos menores de edad no
emancipados, para tener una adecuada comunicación con estos y posibilitar la
5
supervisión de su ecuación, que surge del ejercicio de la patria potestad compartida .
Sujetos activos:
Sujetos pasivos:
Los sujetos pasivos del ilícito son el padre o los padres no convivientes hijos
menores no convivientes.
5
SUAREZ, María de las Mercedez – LASCANO, Carlos Julio, El impedimento de contacto de hijos menores
con padres no convivientes, ley 24.270, Ed. Lerner, Córdoba 1994, pág. 51.
Como se adelantó, los delitos tipificados en el Título IX del Código Penal, tienen
como bien jurídico la protección de la seguridad exterior del Estado. En otras palabras, puede
decirse que la objetividad del delito esta dada por el resguardo de Estado en el marco de sus
relaciones internacionales. La protección se proyecta sobre aquellas conductas que pongan en
peligro al Estado y sus relaciones con otras organizaciones estatales y supraestatales.
13.2.1. Traición. Noción. Estructura del delito sentido del art. 119 de la
Constitución Nacional.
El delito de traición que esta tipificado en el artículo 214 del Código Penal, posee la
particularidad que también ha sido definido por el artículo 119 de la Constitución Nacional de la
siguiente manera “La traición contra la Nación consistirá únicamente en tomar las armas contra
ella, o en unirse a sus enemigos prestándoseles ayuda o socorro. El congreso fijará por una ley
especial la pena de este delito; pero ella no pasara de la persona del delincuente, ni la infamia del
reo se trasmitirá a sus parientes de cualquier grado”.
Ahora bien la doctrina advierte que entre ambas normas existen diferencias, pues el
texto constitucional define dos conductas y la norma penal tres. Efectivamente, la Constitución
Nacional ha descrito: 1) tomar las armas contra la Nación; y 2) unirse a los enemigos prestándole
ayuda y socorro. Mientras tanto, el Código Penal prescribe como acciones punibles: 1) tomar las
armas contra la Nación; 2) unirse a los enemigos; y 3) prestar cualquier ayuda.
Como presupuesto, el delito de traición exige la existencia de una situación de
guerra exterior, que consiste en un conflicto armado entre dos o más países.
Agravante:
El artículo 215 del Código Penal prevé dos circunstancias que agravan el delito
traición, con penas de prisión o reclusión perpetua.
El primer supuesto, se refiere a la conducta del autor que comete el hecho con el
propósito de someter a la Nación al dominio extranjero o menoscabar su independencia. Esta
situación se da cuando la Nación desaparece como tal, al encontrarse sometida al poder de otro
Estado, perdiendo de esta forma su soberanía.
No obstante lo expresado, la agravante se configura aún cuando la finalidad
perseguida no se consiga, es decir basta con cometer la figura básica y que el propósito del autor
sea someter la Nación al dominio de otro Estado extranjero, sin perjuicio que luego esta finalidad
no pueda concretarse, por cualquier causa.
En el segundo caso, el autor de traición endereza su conducta para que el enemigo
haga la guerra contra nuestro país. Se trata de un delito de intención, y se consuma cuando se
comete la traición con la finalidad de lograr los objetivos establecidos por la ley. Al igual que en el
supuesto anterior, no resulta necesario para que proceda la calificante que se alcance el resultado
perseguido.
1
BUOMPADRE, ob. cit., tomo II, pág. 398.
Excusa absolutoria:
El artículo 217 del Código Penal prevé la exención de pena a favor de quien ha
revelado la existencia de una conspiración destinada a cometer el delito de traición. La ley sólo
beneficia al autor de la delación, y exige que la revelación se produzca antes de haberse
comenzado el procedimiento.
Los delitos tipificados en el Título X del Código Penal atacan al Estado como
Nación jurídicamente organizada, y por medio de los cuales se intenta proteger la vigencia de la
Constitución Nacional y el funcionamiento de los poderes públicos.
Estos delitos tienden a la defensa de las instituciones democráticas.
Estas conductas son infracciones de naturaleza política, pues atacan a la Nación
como personalidad política, lesionado las bases fundamentales de su organización
gubernamental, en su existencia, integridad, formación u orden2.
2
NUÑEZ, Ricardo C., Tratado de Derecho Penal, Tomo VI, Ed. Lerner, Buenos Aires 1978, pág. 288.
Agravantes:
El segundo y tercer párrafo del artículo 226 del Código Penal prevén agravantes en
razón del propósito perseguido por el alzamiento armado y también por las calidades especiales
de los autores.
El primero de los supuestos eleva la pena de ocho a veinticinco años cuando el
alzamiento en armas se realice “...con el fin de cambiar de modo permanente el sistema
democrático de gobierno, suprimir la organización federal, eliminar la división de poderes, abrogar
los derechos fundamentales de la persona humana o suprimir o menoscabar, aunque sea
temporariamente, la independencia económica de la Nación...”. El texto ha sido criticado pues no
se encuentra explicación para que el ataque a la independencia económica de la Nación pueda
3
BUOMPADRE, ob. cit., tomo III, pág. 44.
El tipo de sedición:
La figura descripta por el artículo 229 del Código penal tiene una descripción
semejante a la establecida para el delito de atentado contra el orden constitucional y vida
democrática (art. 226 del C.P.). La diferencia fundamental estriba en que la criminalidad en este
caso esta limitada y dirigida al ámbito provincial.
Las acciones delictivas se circunscriben a los actos beligerantes entre provincias o
a la invasión de una sobre otra. Aquí al igual que en el artículo 226 del C.P. junto a las acciones
constitutivas del delito se deben perseguir las finalidades expresamente enumeradas por la ley.
De la misma forma, para la consumación basta con la realización de las acciones
descriptas por la ley, siendo innecesario a tal efecto alcanzar los fines propuestos.
No obstante lo expuesto, corresponde la remisión al texto dado como bibliografía de
base.
El tipo de motín:
El artículo 230 del Código Penal contempla dos figuras delictivas, que se
caracterizan por constituir levantamiento colectivo, es decir movimientos efectuados por grupos
numerosos de personas, que importan una perturbación grave contra la tranquilidad de los
poderes constituidos y las resoluciones que emanen de estos.
1) La acción típica descripta en el inciso primero consiste en atribuirse los derechos
del pueblo y peticionar en nombre de este. Se trata por tanto de un tipo legal que requiere para su
configuración llevar a cabo dos conductas distintas.
Se trata de un delito especial propio, pues la ley exige ciertas cualidades
particulares en el sujeto activo. En particular sólo pueden ser autores quienes formen parte de una
fuerza armada o integren una reunión de personas, con o sin armas. Cualquiera que sea el
supuesto de hecho, para ser autor debe integrarse el grupo, en consecuencia la actuación
individual no configura el delito de motín.
Se consuma el delito en el momento en el cual el grupo se efectúa la petición en
nombre del pueblo, pues es un tipo de pura actividad y de peligro concreto, siendo indiferente que
se concreten o no los fines perseguidos.
2) En el segundo inciso, la acción típica es alzarse públicamente. Ahora bien este
alzamiento tiene que tener una finalidad específica que no es otra que ir en contra de una ley o
resolución de autoridad pública.
La consumación se produce en el momento del alzamiento público, siendo
indiferente que se consigan o se logren los fines que se perseguían.
4
BUOMPADRE, ob. cit., tomo III, pág. 53.
El sujeto activo de los delitos que vamos a estudiar → puede ser un funcionario público o
un particular.
ARTICULO 77. …. Por los términos "funcionario público" y "empleado público", usados en este
código, se designa a todo el que participa accidental o permanentemente del ejercicio de
funciones públicas, sea por elección popular o por nombramiento de autoridad competente.
Una persona participa del ejercicio de funciones públicas si el Estado ha delegado en ella,
de modo exclusivo o en participación con otras, la facultad de expresar o ejecutar la voluntad
estatal.
ARTICULO 237. - Será reprimido con prisión de un mes a un año, el que empleare intimidación o
fuerza contra un funcionario público o contra la persona que le prestare asistencia a requerimiento
de aquél o en virtud de un deber legal, para exigirle la ejecución u omisión de un acto propio de
sus funciones.
Sujeto pasivo → puede ser tanto un funcionario público como la persona que le prestare
asistencia.
Este delito, consiste en el empleo de intimidación o fuerza contra el sujeto pasivo, para que se
decida a realizar (ejecutar) o no realizar (omitir) un acto de autoridad para cuyo ejercicio tiene
competencia funcional y territorial.
El atentado contra la autoridad es posible mientras por propia voluntad o por una razón extraña, el
funcionario no haya resuelto ejecutar u omitir el acto funcional.
Este delito:
- No Admite tentativa.
- Es instantáneo.
- Imputable a título de dolo. Requiere un dolo específico, pues el autor debe usar la intimidación
o fuerza para imponer al funcionario la ejecución o la omisión de un acto.
- Se consuma con el uso de los medios citados, aunque no logren el resultado buscado por el
autor.
Agravantes
En el caso de ser funcionario público, el reo sufrirá además inhabilitación especial por doble
tiempo del de la condena.
ARTICULO 239. Será reprimido con prisión de quince días a un año, el que resistiere o
desobedeciere a un funcionario público en el ejercicio legítimo de sus funciones o a la persona
que le prestare asistencia a requerimiento de aquél o en virtud de una obligación legal.
Este delito:
- Es imputable a título de dolo.
- No Admite tentativa.
- Se consuma con la oposición al acto, por cualquier medio, ya sea con o sin intimidación o
fuerza.
ARTICULO 239. Será reprimido con prisión de quince días a un año, el que resistiere o
desobedeciere a un funcionario público en el ejercicio legítimo de sus funciones o a la persona
que le prestare asistencia a requerimiento de aquél o en virtud de una obligación legal.
Este delito tiene, con relación al sujeto pasivo, las mismas exigencias que la resistencia a la
autoridad, pero difiere en lo relativo al sujeto activo y a la conducta de éste.
Este delito:
- Es imputable a título de dolo. Requiere el conocimiento efectivo de la orden, sin que baste, por
lo tanto, el conocimiento ficto admitido por las leyes procesales.
- No admite tentativa.
- Se consuma en el momento en que debiendo cumplir la orden, su destinatario no lo hace.
ARTICULO 245. - Se impondrá prisión de dos meses a un año o multa de pesos setecientos
cincuenta a pesos doce mil quinientos al que denunciare falsamente un delito ante la autoridad.
La vía legal para cometer este delito es la denuncia, y esta consiste en llevar a conocimiento de
la autoridad pública competente para perseguir o juzgar los delitos, en la forma y con el contenido
establecido por las disposiciones legales correspondientes, la comisión de un delito, ya sea, de
acción pública o de instancia privada, doloso o culposo y de cualquier gravedad.
Este delito:
- Es imputable a título de dolo.
- Es formal.
- Admite tentativa.
- Se consuma con la presentación de la denuncia, sin necesidad que la autoridad resulte
efectivamente engañada.
Este delito:
- Es imputable a título de dolo.
- Admite tentativa.
- Se consuma con el acto mismo de la liberación del encierro o de la sustracción a la custodia
Favorecimiento de la evasión:
ARTICULO 281. Será reprimido con prisión de un mes a cuatro años, el que favoreciere la
evasión de algún detenido o condenado, y si fuere funcionario público, sufrirá, además,
inhabilitación absoluta por triple tiempo.
Si la evasión se produjere por negligencia de un funcionario público, éste será reprimido con multa
de pesos argentinos mil a pesos argentinos quince mil.
ARTICULO 281. Si la evasión se produjere por negligencia de un funcionario público, éste será
reprimido con multa de pesos argentinos mil a pesos argentinos quince mil.
I. El tipo penal
ARTICULO 275. - Será reprimido con prisión de un mes a cuatro años, el testigo, perito o
intérprete que afirmare una falsedad o negare o callare la verdad, en todo o en parte, en su
deposición, informe, traducción o interpretación, hecha ante la autoridad competente.
…. En todos los casos se impondrá al reo, además, inhabilitación absoluta por doble tiempo del de
la condena.
Este delito:
- Es imputable a título de dolo. El dolo propio de este delito consiste en la conciencia y voluntad
del autor de apartarse de la verdad al deponer, informar, traducir o interpretar. No se requiere
un fin ulterior, ni es necesaria la intención de dañar, ya que también es punible la falsedad que
tiende a favorecer.
- Se consuma al rendirse la deposición, el informe, la traducción o la interpretación. La oportuna
rectificación de la falsedad en el mismo acto procesal, excluye el falso testimonio.
- Es formal.
ARTICULO 275. … Si el falso testimonio se cometiere en una causa criminal, en perjuicio del
inculpado, la pena será de uno a diez años de reclusión o prisión.
Este delito:
- Es imputable a título de dolo. El dolo propio de este delito consiste en la conciencia y voluntad
del autor de apartarse de la verdad al deponer, informar, traducir o interpretar en una causa
criminal, en perjuicio del imputado.
- El error o la duda excluyen el delito.
ARTICULO 276. - La pena del testigo, perito o intérprete falso, cuya declaración fuere prestada
mediante cohecho, se agravará con una multa igual al duplo de la cantidad ofrecida o recibida.
ARTICULO 254. - Será reprimido con prisión de seis meses a dos años, el que violare los sellos
puestos por la autoridad para asegurar la conservación o la identidad de una cosa. Si el culpable
fuere funcionario público y hubiere cometido el hecho con abuso de su cargo, sufrirá además
inhabilitación especial por doble tiempo. Si el hecho se hubiere cometido por imprudencia o
negligencia del funcionario público, la pena será de multa de pesos setecientos cincuenta a pesos
doce mil quinientos.
Responsabilidad dolosa
ARTICULO 254. - Será reprimido con prisión de seis meses a dos años, el que violare los sellos
puestos por la autoridad para asegurar la conservación o la identidad de una cosa. Si el culpable
fuere funcionario público y hubiere cometido el hecho con abuso de su cargo, sufrirá además
inhabilitación especial por doble tiempo. …
Autor del delito → todo el que realiza la conducta típica, pero el culpable fuere además un
funcionario público en abuso de su cargo, además de la pena de prisión sufrirá la inhabilitación
especial.
Este delito:
- Es imputable a título de dolo, requiere la conciencia de la significación del sello.
- Admite tentativa.
- Se consuma con la violación del sello, aunque no se altere la conservación o identidad de las
cosas.
Responsabilidad culposa
ARTICULO 254. Será reprimido con prisión de seis meses a dos años, el que violare los sellos
puestos por la autoridad para asegurar la conservación o la identidad de una cosa. Si el culpable
fuere funcionario público y hubiere cometido el hecho con abuso de su cargo, sufrirá además
ARTICULO 255. - Será reprimido con prisión de un (1) mes a cuatro (4) años, el que sustrajere,
alterare, ocultare, destruyere o inutilizare en todo o en parte objetos destinados a servir de prueba
ante la autoridad competente, registros o documentos confiados a la custodia de un funcionario
público o de otra persona en el interés del servicio público. Si el autor fuere el mismo depositario,
sufrirá además inhabilitación especial por doble tiempo.
Si el hecho se cometiere por imprudencia o negligencia del depositario, éste será reprimido con
multa de pesos setecientos cincuenta ($ 750) a pesos doce mil quinientos ($ 12.500).
Responsabilidad dolosa
ARTICULO 255. - Será reprimido con prisión de un (1) mes a cuatro (4) años, el que sustrajere,
alterare, ocultare, destruyere o inutilizare en todo o en parte objetos destinados a servir de prueba
ante la autoridad competente, registros o documentos confiados a la custodia de un funcionario
público o de otra persona en el interés del servicio público. Si el autor fuere el mismo depositario,
sufrirá además inhabilitación especial por doble tiempo.
Este delito:
- Es imputable a título de dolo.
- Admite tentativa.
- Se consuma con llevándose la cosa, o escondiéndola, o arruinándola, o volviéndola inútil en
relación a su destino probatorio, registral o documental.
Responsabilidad culposa.
ARTICULO 255. … Si el hecho se cometiere por imprudencia o negligencia del depositario, éste
será reprimido con multa de pesos setecientos cincuenta ($ 750) a pesos doce mil quinientos ($
12.500).
1- El que asumiere o ejerciere funciones públicas, sin título o nombramiento expedido por
autoridad competente;
2- El que después de haber cesado por ministerio de la ley en el desempeño de un cargo público
o después de haber recibido de la autoridad competente comunicación oficial de la resolución que
ordenó la cesantía o suspensión de sus funciones, continuare ejerciéndolas;
El militar que ejerciere o retuviere un mando sin autorización será penado con prisión de uno (1) a
cuatro (4) años y, en tiempo de conflicto armado de dos (2) a seis (6) años, siempre que no
resultare un delito más severamente penado.
(Párrafo incorporado por art. 14 del Anexo I de la Ley Nº 26.394 B.O. 29/8/2008)
Los distintos tipos la ley prevé tres hechos distintos en el art. 246.
Ese distinto carácter de los hechos indica que la atribución de uno de ellos no involucra a los
otros, son tipos diversos que operan independientemente.
Constituye una usurpación de funciones por parte de quien no ha tenido ni tiene la facultad de
realizarlas.
Más, si se dan conjuntamente estaremos ante un delito único, ya que se trata de un tipo con
pluralidad de hipótesis consumativas.
Análisis:
La asunción → no requiere actos de ejercicio de la función pública por parte del autor, sino,
simplemente, la toma de posesión del cargo público pertinente. No es indispensable que en la
toma de posesión se llenen las formalidades legales del caso, sino que basta la ocupación o
toma de ese cargo, no siendo suficiente la mera invocación del mismo.
La asunción o el ejercicio son delictivos cuando el autor no está facultado por un acto
lectivo o por la designación de una autoridad competente para hacerlo.
Conducta típica:
Asume funciones públicas el que asume el cargo o la comisión que confiere las funciones.
- Cargo oficio o empleo que importa la facultad de ejercer una función publica según
competencia establecida por las leyes y reglamentos.
- Comisión encargo que autoriza el ejercicio de la función en uno o mas casos
determinados.
La asunción requiere la toma de posesión del cargo o comisión, de modo efectivo, por cualquier
medio, ya sea público (acto de juramento) o privado (actividad personal del autor que accede al
lugar donde se desarrolla la función, cuando ese acceso importa ya la ocupación). Si esta no se
pudo efectivizar completamente, no se podrá hablar de asunción, y el tipo podrá darse si existió
algún ejercicio funcional a través de la segunda hipótesis delictiva.
No basta que se invoque el cargo o comisión ante terceros, si no se lo ha ocupado efectivamente.
No resulta una exigencia del tipo que en la toma de posesión del cargo se llenen las formalidades
legales, pero si no se llenan estas, será muy difícil determinar cuando ha ocurrido verdaderamente
la ocupación. Debe tratarse de una verdadera ocupación, no de una simple simulación que puede
dar lugar a otros delitos, tampoco basta para el tipo, porque no se da la asunción, el hecho de que
un tercero designe al agente con el tratamiento reservado para el cargo que no se ocupa. (ej.:
dejarse llamar juez).
Comete el delito el sujeto que efectivamente desempeña el cargo o comisión, realizando actos
que son propios de ellos.
No basta la sola invocación, es necesario que el agente, además de investirse de la calidad
funcional, atribuyéndosela, lo haga realizando actos pertenecientes a la función. Es fundamental
que el autor se auto atribuya la calidad de funcionario (ej.: sujeto que envía personal a destruir un
edificio que amenaza la seguridad por su estado ruinoso, cometerá solo el delito de daños, pero si
cometerá usurpación de autoridad, quien invocando ser intendente observa esa misma conducta).
Se trata de dos condiciones:
- Auto atribución de la calidad de funcionario.
- Realización del acto funcional.
Mientras se den estas dos condiciones, no importa si el acto se cumple legal o ilegalmente, o si es
o no formal, ni si ese acto corresponde a la competencia funcional del cargo.
Función publica lo que se debe asumir o ejercer es una función pública, o sea, aquella que
implica el ejercicio de la voluntad estatal para realizar un fin público.
No debe confundirse con servicio publico, ni aquellos actos que pueda realizar el funcionario, pero
que no implique una actividad en la que se exprese la voluntad del estado.
Cualquier función pública puede ser usurpada, nacional, provincial, municipal, ejecutiva, legislativa
o judicial.
Esa función pública debe existir en el momento del hecho. (Ej.: usurpar el cargo de director
nacional de lucha contra la langosta años después de que aquella división ministerial fue dejada
sin efecto).
Arbitrariedad de la asunción o ejercicio:
Ese título o nombramiento debe ser obtenido o expedido de conformidad a los reglamentos y
proceder de autoridad competente, debiendo existir con anterioridad a la ocupación o ejercicio
funcional.
Posibilidad de tentativa es posible la tentativa, ya que es posible que el autor realice actos
de ejecución del propósito de asumir o ejercer la función, sin que la logre, sin embargo, al ser
un delito de peligro abstracto, es difícil encontrar ejemplos de actos que sean realmente
ejecutivos y que no lleguen a la consumación.
Sujetos
o Autor puede ser autor del delito cualquier persona, aunque posea los caracteres y
calidades de idoneidad legalmente requeridos para el cargo.
Ejemplo: un abogado que reúna los requisitos para ser Juez, ocupara o ejercerá arbitrariamente
esa función si no ha sido designado por la autoridad competente.
o Complicidad no rechaza el delito las posibilidades de participación. Ej.: el que colabora
necesariamente con el ejercicio arbitrario, como puede ser el Ministro de la Corte que recibe el
juramento del usurpador.
Conducta
o Función pública y competencia del cargo en que se cesa la acción es la de ejercer
funciones publicas de un cargo que legalmente el autor ha dejado de desempeñar. Se trata de una
prosecución ilícita de la función pública.
o Cesación en el cargo. Casos para que sea delito, el autor debe haber cesado en el
cargo publico por ministerio de la ley o por cesantía o suspensión
Tanto la suspensión como la cesantía deben ser legitimas tanto formal como sustancialmente.
Sujetos Autor: puede serlo solo el agente que legalmente desempeñaba el cargo en el que
ha cesado o en el que se encuentra suspendido y cuyas funciones sigue ejerciendo.
No puede serlo quien detentaba la función ilegalmente, pues estaríamos en la hipótesis del inc. 1.
Conducta
o Ejercicio de función ajena la acción típica, que solo la puede ejercer el
funcionario publico, consiste en ejercer funciones correspondientes a un cargo distinto del que el
ocupa.
No basta la simple invocación, es necesario que el autor realice actos funcionales
propios del cargo que no ocupa. Lo que se pune, es la asunción arbitraria de la competencia
ajena.
Sujetos Autor: lo es el funcionario público que ocupa un cargo distinto de aquel cuyas
funciones ejerce. Se ha exigido que el funcionario este en el legitimo ejercicio de sus funciones,
aunque podría estar suspendido (sino estaría fuera de toda punibilidad típica del art. 246).
Culpabilidad es un delito doloso que exige el conocimiento de que la función que se ejerce
corresponde a otro cargo y la voluntad de ejercerla. Solo es compatible con el dolo directo,
quedando excluido el dolo eventual. Admite error o ignorancia, incluso la duda.
Acción punible → ejercer de modo ilegal actos propios de una profesión para cuyo ejercicio debe
contarse con habilitación especial en el que se ha delegado el poder de policía.
Sujeto activo → cualquier persona que ejerce una de estas profesiones careciendo de título
habilitante o que teniéndolo, no posee la autorización correspondiente.
Este delito:
- Imputable a título de dolo, incluso eventual.
- Es formal, instantáneo y eventualmente permanente.
- No requiere para su consumación resultado alguno.
Bien Jurídico protegido lo que protege este art. es el monopolio estatal de la facultad de conferir
autoridad, títulos u honores, por eso los objetos del delito (el grado, titulo u honor) debe tener
carácter oficial, es decir, que deben corresponder legal o reglamentariamente a un cargo
administrativo.
Conductas Este artículo reprime dos hechos distintos susceptibles de concurrir materialmente
en un mismo contexto de acción:
Este delito:
- Imputable a título de dolo. El autor debe obrar con la conciencia del significado de la insignia o
del distintivo y que carece del derecho para llevarlo.
- Es permanente.
- No admite tentativa.
- Se consuma al llevar la insignia o el distintivo.
Este delito:
- Imputable a título de dolo.
- No admite tentativa.
- Se consuma con la atribución del título, grado u honor. Es necesario que la persona se
conduzca como titular en actos o circunstancias determinadas.
Consumación para la consumación bastan las acciones de llevar o arrogarse, sin que sea
necesario ningún resultado ulterior, ni la concreción de un peligro para la función administrativa.
Es un delito de carácter instantáneo, aunque en algunos casos puede adquirir características de
permanencia.
Solo puede reconocerse la acción en la actividad, no puede reconocerse la comisión por omisión.
Sujetos Autor: puede ser cualquier persona. Son delitos de propia mano que no admiten la
forma de la autoría mediata, lo que no importa la exigencia de que en la primera de las figuras la
acción material de llevar tenga que ser necesariamente realizada por el autor, aunque entre
nosotros no hay insignias o distintivos portables por terceros.
Culpabilidad algunos autores (Soler) llegaron a considerar que ese delito era una especie
de delito culposo, bastando la negligencia.
Creus: lo considera doloso, que requiere el conocimiento del carácter del acto omitido como propio
del oficio y que se trata de una omisión ilegal, lo que debe ir acompañado de la libre voluntad de
omitir, retardar o rehusar, por medio del dolo directo.
Este delito:
- No admite tentativa.
- Se consuma en el momento en que debiendo realizar el acto el funcionario no lo hace, se
rehúsa o lo retarda.
Este capítulo, resguarda a la administración pública frente a los actos de corrupción venal de sus
funcionarios.
En principio, para estos delitos no interesa el carácter o la naturaleza del acto, sino el motivo venal
por el que lo realiza.
15.2.1. Cohecho.
1. Cohecho pasivo.
ARTICULO 256. - Será reprimido con reclusión o prisión de uno a seis años e inhabilitación
especial perpetua, el funcionario público que por sí o por persona interpuesta, recibiere dinero o
cualquier otra dádiva o aceptare una promesa directa o indirecta, para hacer, retardar o dejar de
hacer algo relativo a sus funciones
Son dos las modalidades de la acción: recibir dinero o cualquier otra dádiva; aceptar una promesa.
En ambos casos, para que el funcionario haga algo relativo a sus funciones o para que haga o
deje de hacer algo relativo a sus funciones.
Acción típica es un delito de acción bilateral, que presenta una codelincuencia necesaria, ya
que no puede existir un cohecho pasivo si no ha existido cohecho activo. Aunque esa figura esta
configurada en otra norma (art. 258).
Las acciones objetivamente descriptas por el tipo son dos órdenes, que configuran una actitud
pasiva:
Análisis:
Recibe → el que entre en tenencia material del objeto.
Acepta → el que admite obtener lo prometido para el futuro.
No hay que confundir con las exacciones, ya que en ellas el funcionario no se limita a recibir o
aceptar, sino que exige, impone.
El bien jurídico protegido por esta figura es la moralidad y la corrección que debe imperar en la
administración pública.
Este delito implica un pacto, propuesto por un tercero y aceptado por el funcionario que recibe el
dinero o cualquier otra dadiva o aceptar una promesa directa o indirecta, para hacer, retardar o
dejar de hacer algo relativo a sus funciones.
Objetos que se reciben puede estar constituido por dinero o por cualquier dadiva.
Dadiva: es cualquier otro objeto que pueda trasferirse del dador al receptor. Se discute en la
doctrina si el objeto que la constituye tiene que estar dotado de valor económico. Algunos exigen
Creus: la expresión dádiva indica la existencia de algo que se puede dar y recibir en sentido
material, lo que constituye la dadiva típica. Pero si solo se suministra la satisfacción o goce de
ciertos deseos al margen de toda materialidad, no se podrá llegar a esta conclusión.
Aceptación de la promesa el contenido de la promesa tiene que ser dinero u otra dadiva.
La dádiva puede ser de cualquier naturaleza, siempre que signifique un beneficio para el
funcionario.
La persona interpuesta las acciones las puede realizar el funcionario por si o por persona
interpuesta, es decir, personalmente o por intermedio de un tercero que aparezca como personero
del funcionario, o como falso destinatario de lo ofrecido o prometido.
No es persona interpuesta el simple participe en grado de complicidad. Ej.: el que se limita a
recibir el dinero para entregárselo al funcionario, sino el que se haga aparecer, a los ojos de
terceros como el destinatario del beneficio.
Elemento subjetivo el delito reclama un verdadero acuerdo. Tienen que tener las mismas
finalidades: que el funcionario haga o deje de hacer algo concerniente a sus funciones, o haga
valer su influencia funcional ante otro funcionario.
La convergencia de ambas voluntades tiene que hacerse sobre un acto u omisión futuros. La
dadiva entregada para retribuir una conducta funcional ya adoptada por el funcionario no cae
dentro de los limites del cohecho.
El acto o la omisión tienen que ser de competencia del funcionario.
La segunda posibilidad subjetiva del tipo, se da cuando el acuerdo persigue la finalidad de que el
funcionario haga valer la influencia derivada de su cargo ante otro funcionario público, a fin de que
él haga o deje de hacer algo referente a sus funciones.
Se trata de que el autor haga valer, utilice la influencia derivada de su cargo, sobre otro
funcionario.
Si lo que hace valer es su autoridad, el caso puede quedar comprendido en la otra forma
subjetiva, ya que entonces actuaría dentro de su propia competencia, y si lo que hace es valer la
influencia de otras circunstancias, Ej.: la amistad, no se dará el tipo por falta de este elemento
subjetivo.
Consumación lo que pune el art. 256 es el pacto venal. Por lo tanto la consumación se
determina por el perfeccionamiento de ese pacto: en el momento que se recibe el dinero o dadiva,
o cuando se acepta la promesa, con independencia de que el funcionario cumpla el acto o la
omisión pretendida.
Autoría solo puede serlo un funcionario público con competencia para llevar a cabo el acto
cuya realización u omisión se pretende.
ARTICULO 256 bis — Será reprimido con reclusión o prisión de uno a seis años e inhabilitación
especial perpetua para ejercer la función pública, el que por sí o por persona interpuesta solicitare
o recibiere dinero o cualquier otra dádiva o aceptare una promesa directa o indirecta, para hacer
valer indebidamente su influencia ante un funcionario público, a fin de que éste haga, retarde o
deje de hacer algo relativo a sus funciones. …
Lo que se busca proteger con este delito es la imparcialidad o la objetividad como medio para que
la función pública defienda los intereses generales y no los particulares.
Sujeto activo → puede serlo tanto un funcionario público como cualquier persona.
La acción es la de solicitar o recibir dinero o cualquier otra dadiva, por sí o por persona
interpuesta, o aceptar una promesa directa o indirecta para hacer valer indebidamente su
influencia ante un funcionario público para lograr aquellos mismos objetivos.
Este delito:
- No admite tentativa.
- Requiere dolo directo.
- Se adelanta el momento de la consumación, ya que basta, para que ésta se produzca que se
tome el dinero o la dádiva o la promesa con el fin de influir en un funcionario público.
Agravantes:
ARTICULO 256 bis. Será reprimido con reclusión o prisión de uno a seis años e inhabilitación
especial perpetua para ejercer la función pública, el que por sí o por persona interpuesta solicitare
o recibiere dinero o cualquier otra dádiva o aceptare una promesa directa o indirecta, para hacer
valer indebidamente su influencia ante un funcionario público, a fin de que éste haga, retarde o
deje de hacer algo relativo a sus funciones.
Si aquella conducta estuviera destinada a hacer valer indebidamente una influencia ante un
magistrado del Poder Judicial o del Ministerio Público, a fin de obtener la emisión, dictado, demora
u omisión de un dictamen, resolución o fallo en asuntos sometidos a su competencia, el máximo
de la pena de prisión o reclusión se elevará a doce años.
ARTICULO 257. - Será reprimido con prisión o reclusión de cuatro a doce años e inhabilitación
especial perpetua, el magistrado del Poder Judicial o del Ministerio Público que por sí o por
persona interpuesta, recibiere dinero o cualquier otra dádiva o aceptare una promesa directa o
indirecta para emitir, dictar, retardar u omitir dictar una resolución, fallo o dictamen, en asuntos
sometidos a su competencia.
Lo particular de esta figura esta dado por la condición de autor y por la naturaleza del hecho que
es objeto del trato corrupto.
Autor del cohecho agravado puede ser únicamente un magistrado judicial, cualquiera sea su
competencia.
La acción consiste en que el juez acepta promesa o dádiva para dictar o demorar u omitir dictar
una resolución o fallo, en asunto sometido a su competencia.
La decisión puede ser justo o injusta, eso no esta aquí en cuestión. Cuando el hecho importa al
mismo tiempo un prevaricado, ambos delitos concurren formalmente.
Es un delito de codelincuencia necesaria porque el autor no puede recibir dinero u otra dádiva ni
aceptar una promesa sin otra persona que se lo dé, ofrezca o prometa.
Es un tipo autónomo, tanto desde el punto de vista del sujeto activo, como del elemento subjetivo.
Este delito:
- Admite tentativa.
- Requiere dolo específico.
- Se consuma aunque el magistrado no emita, dicte, retarde u omita el acto judicial.
4. Cohecho activo.
ARTICULO 258. - Será reprimido con prisión de uno a seis años, el que directa o indirectamente
diere u ofreciere dádivas en procura de alguna de las conductas reprimidas por los artículos 256 y
256 bis, primer párrafo. Si la dádiva se hiciere u ofreciere con el fin de obtener alguna de las
conductas tipificadas en los artículos 256 bis, segundo párrafo y 257, la pena será de reclusión o
prisión de dos a seis años. Si el culpable fuere funcionario público, sufrirá además inhabilitación
especial de dos a seis años en el primer caso y de tres a diez años en el segundo.
El cohecho pasivo atiende a la corrupción venal del funcionario público por obra de un tercero.
El cohecho activo reprime al corruptor.
Lo que se persigue con el ofrecimiento o entrega de la dádiva es que el funcionario haga o deje de
hacer algo relativo a sus funciones o que haga valer la influencia derivada de su cargo para que
otro funcionario haga o deje de hacer algo relativo a sus funciones.
Cuando se trata de un juez, para que dicte, demore u omita una resolución o fallo en asunto
sometido a su competencia.
Acción típica es la de dar un ofrecer dadivas, da el que entrega, ofrece el que promete.
Paralelismo de conductas con el art. 256.
Tentativa no es admisible.
Culpabilidad Aspecto volitivo: el dolo se integra por la intención de querer llegar al acuerdo
venal. Aspecto cognitivo: requiere que el sujeto tenga conciencia del sentido de la dadiva que
entrega u ofrece teniendo presente las finalidades perseguidas
Este delito:
- No admite tentativa.
- Requiere dolo específico.
- Se consuma con el acto de dar u ofrecer, sin que interese que el sujeto pasivo reciba o
rechace la entrega u oferta.
Sujeto activo → al delito analizado sólo puede cometerlo el funcionario abusando de su cargo.
Éste puede actuar personalmente, por sí, o por un prestanombre, persona interpuesta, siendo este
último, cómplice necesario.
Se trata de una exigencia indebida y arbitraria que se configura por una petición para la
administración, aunque lo pedido se transforme en provecho personal del agente.
Significa un actuar abusivo que puede ser:
- Explicito: el agente no oculta a la víctima que le esta exigiendo algo. Lo extorsiona
con un acto de autoridad.
- Implícito: oculta la arbitrariedad bajo una falaz procedencia jurídica de lo que exige,
engañando a la víctima sobre la dimensión de su deber.
Acción típica el funcionario requiere el pago de una cantidad o entregar algo que
jurídicamente es indebido, al no estar previsto por la ley, o si lo esta, el funcionario requiere un
pago cuya cuantía excede la prevista por misma.
El abuso funcional el agente tiene que realizar las acciones abusando del cargo que
desempeña. El abuso requiere la actuación funcional, no basta la mera invocación de la calidad de
funcionario público para menoscabar patrimonialmente a la víctima, si no se pone en juego el
ejercicio del cargo mismo.
Este delito:
- Requiere dolo. Es decir, exige la conciencia del autor que la solicitud, exigencia, pago, la
entrega o la cobranza es indebida.
- No admite tentativa.
- Se consuma cuando el funcionario solicita, exige o recibe el pago o la entrega o cobra.
Figuras agravadas.
La acción consiste en exigir o hacer pagar o entregar una contribución, un derecho o una dádiva o
en cobrar mayores derechos de los que correspondían empleando para ello intimidación o
invocando orden superior, comisión, mandamiento judicial u otra autorización legitima.
ARTICULO 268. - Será reprimido con prisión de dos a seis años e inhabilitación absoluta
perpetua, el funcionario público que convirtiere en provecho propio o de tercero las exacciones
expresadas en los artículos anteriores.
ARTICULO 265. - Será reprimido con reclusión o prisión de uno a seis años e inhabilitación
especial perpetua, el funcionario público que, directamente, por persona interpuesta o por acto
simulado, se interesare en miras de un beneficio propio o de un tercero, en cualquier contrato u
operación en que intervenga en razón de su cargo.
Esta disposición será aplicable a los árbitros, amigables componedores, peritos, contadores,
tutores, curadores, albaceas, síndicos y liquidadores, con respecto a las funciones cumplidas en el
carácter de tales.
Este delito:
- Es imputable a título de dolo.
- No Admite tentativa.
- Se consuma con la oposición al acto, por cualquier medio, ya sea con o sin intimidación o
fuerza.
15.2.6. Prevaricato.
Bien jurídico protegido la actuación fiel de los funcionarios que integran los órganos
jurisdiccionales o los ministerios públicos, o quienes intervienen en ellos como auxiliares.
ARTICULO 269. - Sufrirá multa de pesos tres mil a pesos setenta y cinco mil e inhabilitación
absoluta perpetua el juez que dictare resoluciones contrarias a la ley expresa invocada por las
partes o por el mismo o citare, para fundarlas, hechos o resoluciones falsas.
Si la sentencia fuere condenatoria en causa criminal, la pena será de tres a quince años de
reclusión o prisión e inhabilitación absoluta perpetua.
ARTICULO 270. - Será reprimido con multa de pesos dos mil quinientos a pesos treinta mil e
inhabilitación absoluta de uno a seis años, el juez que decretare prisión preventiva por delito en
virtud del cual no proceda o que prolongare la prisión preventiva que, computada en la forma
establecida en el artículo 24, hubiere agotado la pena máxima que podría corresponder al
procesado por el delito imputado.
Se reprime juez que dictare resoluciones contrarias a la ley expresa invocada por las partes o por
el mismo, o citare para fundarlas, hechos o resoluciones falsas.
Agravante Si la sentencia fuera condenatoria en causa criminal.
Objeto la resolución debe ser contraria a la ley. La contradicción entre la ley y la resolución
debe ser subjetiva y objetiva, tener la intención y que realmente la resolución contradiga la ley.
En cuanto a la fundamentación, se refiere a la invocación de hechos o resoluciones falsas como
argumentos decisivos de la solución que el juez de a la cuestión.
Aspecto subjetivo Importancia del elemento cognoscitivo. El juez debe saber que resuelve
contra lo que dispone la ley que invoca como fundamento de su fallo o que los hechos o las
resoluciones fundamentadoras no existieron o no existieron con el significado que el les otorga.
Hay una contradicción objetiva entre lo declarado y lo que se debió declarar, a la que debe
sumarse la contradicción entre lo declarado y lo conocido.
Tentativa no se admite.
Autor solamente puedo serlo un juez o conjuez (integra circunstancialmente los cuadros del
poder judicial). No los que si bien son llamados jueces, ej.: juez de faltas municipales, son
funcionarios administrativos encargados de aplicar reglamentos. La ley no hace referencia a que
el juez deba poseer un determinado grado o competencia, por lo cual pueden ser autores los
llamados jueces legos, jueces de paz.
ARTICULO 269. Sufrirá multa de pesos tres mil a pesos setenta y cinco mil e inhabilitación
absoluta perpetua el juez que dictare resoluciones contrarias a la ley expresa invocada por las
partes o por el mismo o citare, para fundarlas, hechos o resoluciones falsas.
Si la sentencia fuere condenatoria en causa criminal, la pena será de tres a quince años de
reclusión o prisión e inhabilitación absoluta perpetua.
Lo dispuesto en el párrafo primero de este artículo, será aplicable, en su caso, a los árbitros y
arbitradores amigables componedores.
Se equipara a los arbitradores y componedores a los jueces integrantes del poder judicial, ya que
estos cumplen una función jurisdiccional.
ARTICULO 270. - Será reprimido con multa de pesos dos mil quinientos a pesos treinta mil e
inhabilitación absoluta de uno a seis años, el juez que decretare prisión preventiva por delito en
virtud del cual no proceda o que prolongare la prisión preventiva que, computada en la forma
establecida en el artículo 24, hubiere agotado la pena máxima que podría corresponder al
procesado por el delito imputado.
ARTICULO 271. - Será reprimido con multa de pesos dos mil quinientos a pesos treinta mil, e
inhabilitación especial de uno a seis años, el abogado o mandatario judicial que defendiere o
representare partes contrarias en el mismo juicio, simultánea o sucesivamente o que de cualquier
otro modo, perjudicare deliberadamente la causa que le estuviere confiada.
Acción típica algunos autores consideran que se trata de dos acciones distintas:
- Defender o representar partes contrarias en el mismo juicio.
- Perjudicar deliberadamente de cualquier modo la causa confiada.
Otros, consideran que la acción es la de perjudicar deliberadamente la causa, sea asumiendo una
doble representación, sea asumiendo cualquier otra conducta que produzca perjuicio.
Elemento subjetivo el tipo reclama que el autor perjudique deliberadamente la causa. Debe
orientar su conducta a la causación del perjuicio, preordenándola para su producción. Es
fundamental que quiera lograrlo, no basta la simple aceptación de la posibilidad de su producción.
Autores pueden serlo: abogados (actúa en defensa de los intereses de una parte) o
mandatarios judiciales (representan en juicio a las partes).
ARTICULO 272. - La disposición del artículo anterior será aplicable a los fiscales, asesores y
demás funcionarios encargados de emitir su dictamen ante las autoridades.
Se aplica el art. 271 a los fiscales, asesores y demás funcionarios encargados de emitir su
dictamen ante las autoridades.
Acción típica perjudicar deliberadamente la causa confiada.
A. Malversación
ART. 260 Es la figura básica.
ARTICULO 260. - Será reprimido con inhabilitación especial de un mes a tres años, el funcionario
público que diere a los caudales o efectos que administrare una aplicación diferente de aquella a
que estuvieren destinados. Si de ello resultare daño o entorpecimiento del servicio a que
estuvieren destinados, se impondrá además al culpable, multa del veinte al cincuenta por ciento
de la cantidad distraída.
Se reprime al funcionario público que diere a los caudales o efectos que administrare una
aplicación diferente de aquella a que estuvieren destinados.
Bien jurídico es la regular inversión y aplicación de los bienes públicos dentro de la misma
orbita de la administración. Se protege el ordenamiento patrimonial de la administración.
Acción típica es la de dar a los caudales o efectos administrados por el autor una aplicación
distinta de aquella a la que estaban destinados.
- Caudal: comprende toda clase de bienes dotados de valor de naturaleza
económica.
- Efectos: documentos de crédito (valores en papel, títulos, sellos, estampillas)
emanados del Estado, que representan valores económicos y son negociables.
Sujetos Autor: es el funcionario público que administra los caudales o efectos que se
aplican indebidamente. Tiene que tener facultades administrativas para disponer de los bienes.
ARTICULO 262. - Será reprimido con multa del veinte al sesenta por ciento del valor substraído,
el funcionario público que, por imprudencia o negligencia o por inobservancia de los reglamentos o
deberes de su cargo, diere ocasión a que se efectuare por otra persona la substracción de
caudales o efectos de que se trata en el artículo anterior.
Reprime al funcionario que por imprudencia o negligencia o por inobservancia de los reglamentos
o deberes de su cargo, diere ocasión a que se efectuare por otra persona la sustracción de
caudales o efectos.
Aquí se facilita la conducta dolosa de un tercero.
Agravantes art. 260, 2ª parte: si de esa conducta resultare un daño o entorpecimiento del
servicio a que estuvieran destinados, se impondrá además multa al culpable.
ARTICULO 261. - Será reprimido con reclusión o prisión de dos a diez años e inhabilitación
absoluta perpetua, el funcionario público que sustrajere caudales o efectos cuya administración,
percepción o custodia le haya sido confiada por razón de su cargo. ….
Será reprimido el funcionario publico que sustrajere caudales o efectos cuya administración,
percepción o custodia le haya sido confiada por razón de su cargo.
Bien jurídico protegido lo que se tutela es la seguridad de los bienes públicos como garantía
del normal cumplimiento de la función patrimonial del Estado.
No comete el delito el funcionario que saca el bien que custodia o administra otro funcionario.
Objetos son los caudales o efectos cuya administración, percepción o custodia le ha sido
confiada al funcionario por razón de su cargo. Deben ser públicos.
- Percepción: función de recibir bienes para la administración, para ingresaros o
regresarlos a ella.
- Custodia: actividad de cuidado y vigilancia sobre los bienes, que importa su
tenencia y realizada como función administrativa.
Estas deben haber sido confiadas al agente en función de su cargo.
Tentativa la admite.
Sujeto autor: puede serlo el funcionario que tiene competencia para administrar, percibir o
custodiar los caudales u objetos.
Culpabilidad el dolo requiere el conocimiento por parte del agente del carácter de los bienes
y de la relación funcional que lo une a ellos y la voluntad de separarlos de la administración.
Admite dolo eventual.
Peculado de servicios.
ARTICULO 261. Será reprimido con reclusión o prisión de dos a diez años e inhabilitación
absoluta perpetua, el funcionario público que sustrajere caudales o efectos cuya administración,
percepción o custodia le haya sido confiada por razón de su cargo. Será reprimido con la misma
pena el funcionario que empleare en provecho propio o de un tercero, trabajos o servicios
pagados por una administración pública.
Aspecto subjetivo plantea una exigencia de índole subjetiva. El autor tiene que actuar
persiguiendo el provecho propio o el de otro. Tiene que querer destinar el trabajo o servicio a la
satisfacción de necesidades o utilidades extrañas a la administración. La voluntad de desviar el
servicio o trabajo del destino que le corresponde, pero sin sustraerlo de la esfera administrativa,
no constituye peculado.
Autor solo puede serlo el funcionario público que dispone administrativamente de los
trabajos o servicios.
Culpabilidad el dolo requiere el conocimiento del carácter del trabajo o servicio y la voluntad
de desviarlo de su destino administrativo empleándolo en provecho del mismo agente o de un
tercero.
Acción típica es la de valerse, la de utilizar con fines de lucro, para si o para un tercero, las
informaciones o datos.
No se requiere que el provecho efectivamente se haya obtenido.
Estos pueden o no ser de naturaleza económica, pero si deben ser aptos para ser utilizados con
finalidad lucrativa.
Tiene que ser de carácter reservado, o sea, al alcance de determinadas personas, y que no deban
ser comunicados a extraños.
Lo que se pune no es el enriquecimiento del autor, sino la utilización venal del dato o información.
Culpabilidad es doloso. Se exige que el sujeto conozca el carácter del dato o información, y
voluntariamente que se los quiera utilizar con la finalidad típica, lo que descarta el dolo eventual.
ART. 268 2
Será reprimido el que al ser debidamente requerido, no justificare la procedencia de un
enriquecimiento patrimonial apreciable suyo o de persona interpuesta para disimularlo, ocurrido
con posterioridad a la asunción de un cargo o empleo publico y hasta dos años después de haber
cesado en su desempeño.
Se entiende que hubo enriquecimiento no solo cuando el patrimonio se hubiese incrementado con
dinero, cosas o bienes, sino también cuando se hubiesen cancelado deudas o extinguidas
obligaciones.
Consumación es un delito de omisión que se consuma cuando, vencidos los plazos fijados
para contestar el requerimiento o, transcurridos los plazos procesales pertinentes para ejercer el
derecho de defensa el agente no justifico o no lo hizo suficientemente la procedencia
extrafuncional de su enriquecimiento.
Autor cualquier persona que ocupe o haya ocupado un cargo funcionario o empleado.
En estos delitos, la lesión del bien jurídico se configura en la medida que se ataque la
confianza general que emana de los signos e instrumentos convencionales impuestos por el
Estado con carácter obligatorio y de los actos jurídicos que respetan ciertas formas materiales,
destinadas a los objetivos legales previstos en determinadas leyes.
Los delitos comprendidos en el Título XII del Libro Segundo del Código Penal atacan la fe
pública porque hacen aparecer como auténticos y reveladores de verdad signos representativos o
documentos que dan cuenta de lo pasado cuando no son auténticos o mienten sobre lo
representado.
Lo que la figura intenta proteger es la moneda (papel o metálica) con curso legal en la
República, de circulación obligatoria y con fuerza cancelatoria, como instrumento de cambio y
medio de pago.
I. Falsificación de moneda
ARTÍCULO 282. - Serán reprimidos con reclusión o prisión de tres a quince años, el que falsificare
moneda que tenga curso legal en la República y el que la introdujere, expendiere o pusiere en
circulación.-
Es autor del delito → el que falsificare moneda que tenga curso legal en la República y el que la
introdujere, expendiere o pusiere en circulación.
Falsifica moneda → el que imita la moneda auténtica en un grado que la hace susceptible de
circular como autentica entre el público, aunque no pueda engañar a los técnicos y todavía no
haya sido recibida por ninguna persona.
La imitación es tal que hace a la moneda expendible.
Este delito:
- Se consuma con el acto en sí, sin necesidad de cualquier efecto.
- Admite tentativa.
- Imputable a título de dolo.
- La pluralidad de actos, no multiplica el delito.
- Es de competencia federal (Ley 48, art. 3 inc. 3).
ARTÍCULO 283. - Será reprimido con reclusión o prisión de uno a cinco años, el que cercenare o
alterare moneda de curso legal y el que introdujere, expendiere o pusiere en circulación moneda
cercenada o alterada.
Altera la moneda → el que le da una apariencia de otra moneda de curso legal de mayor valor, en
una forma que la haga expendible.
Este delito:
- Es imputable a título de dolo.
- Admite tentativa.
- Se consuma con la acción del agente sin necesidad de otro efecto.
- Es de competencia federal.
Es autor del delito → el que habiendo recibido de un tercero, en pago o a otro título, incluso
gratuito, moneda falsa, cercenada o alterada creyéndola legítima, a sabiendas de ello o
maliciando que así sea, la expende o la pone en circulación.
Se advierte que la pena es sensiblemente menor atento a que, quien procede de la manera
descripta, lo hace, por lo general para evitar su propio perjuicio.
ARTÍCULO 285. - Para los efectos de los artículos anteriores quedan equiparados a la moneda
nacional, la moneda extranjera, los títulos de la deuda nacional, provincial o municipal y sus
cupones, los bonos o libranzas de los tesoros nacional, provinciales y municipales, los billetes de
banco, títulos, cédulas, acciones, valores negociables y tarjetas de compra, crédito o débito,
legalmente emitidos por entidades nacionales o extranjeras autorizadas para ello, y los cheques
de todo tipo, incluidos los de viajero, cualquiera que fuere la sede del banco girado.
ARTÍCULO 287. - Serán reprimidos con reclusión o prisión de uno a seis años e inhabilitación
absoluta por doble tiempo, el funcionario público y el director o administrador de un banco o de
una compañía que fabricare o emitiere o autorizare la fabricación o emisión de moneda, con título
o peso inferiores al de la ley, billetes de banco o cualesquiera títulos, cédulas o acciones al
portador, en cantidad superior a la autorizada.
ARTÍCULO 301. - Será reprimido con prisión de seis meses a dos años, el director, gerente,
administrador o liquidador de una sociedad anónima, o cooperativa o de otra persona colectiva
que a sabiendas prestare su concurso o consentimiento a actos contrarios a la ley o a los
estatutos, de los cuales pueda derivar algún perjuicio. Si el acto importare emisión de acciones o
de cuotas de capital, el máximo de la pena se elevará a tres años de prisión, siempre que el hecho
no importare un delito más gravemente penado.-
Este delito:
- Sólo puede ser cometido por el funcionario o director de banco o administrador autorizado
para fabricar o emitir valores, o para autorizar esos actos.
- Es imputable a título de dolo.
- No Admite tentativa.
- Se consuma con la fabricación o emisión o la autorización de éstas.
Bajo este título trataremos una serie de figuras que se comprenden en los tipos penales de
los artículos 288 a 291 del Código Penal.
ARTÍCULO 291. - Cuando el culpable de alguno de los delitos comprendidos en los artículos
anteriores, fuere funcionario público y cometiere el hecho abusando de su cargo, sufrirá, además,
inhabilitación absoluta por doble tiempo del de la condena.-
I. Falsificación de sellos.
ARTÍCULO 288. - Será reprimido con reclusión o prisión de uno a seis años:
2º. El que falsificare papel sellado, sellos de correos o telégrafos o cualquiera otra clase de
efectos timbrados cuya emisión esté reservada a la autoridad o tenga por objeto el cobro de
impuestos.- En estos casos, así como en los de los artículos siguientes, se considerará
falsificación la impresión fraudulenta del sello verdadero.
No incurre en este delito → el que sin estar autorizado para usar el sello verdadero, lo imprime en
un acto que corresponde sellar.
Ejemplo: el particular que le pone el sello a la copia que indebidamente se le entregó sin
sellar.
La ley 20.974, incorporó a la Ley 17.671 en sustitución del Capítulo 10 de ésta, un nuevo Capítulo,
en cuyo art. 33 reprime al que fabricare, mandar a fabricar o tuviera en su poder, bajo su guarda,
ilegítimamente, sellos del Registro Nacional de las Personas o de las oficinas seccionales.
Impresión Falsificación
fraudulenta de de sellos
sello
verdadero
Este delito:
- Es imputable a título de dolo.
- Es de competencia federal: cuando se procure mediante ellos la defraudación de rentas
nacionales.
- Autor de este delito → el que imprime, a sabiendas, más sellos de los que legalmente
corresponde.
ARTÍCULO 289. - Será reprimido con prisión de seis meses a tres años:
Análisis:
Empresa pública de transporte → las que siendo propiedad del estado o de un ente
público, prestan servicio de transporte público de personas.
Este delito:
- Es imputable a título de dolo.
- Es de competencia federal: cuando se procure mediante ellos la defraudación de rentas
nacionales.
- Se consuma con la falsificación del billete, sin necesidad de que se lo use.
↓
Hacer todo o en parte un billete falso o adulterar uno verdadero.
La protección abarca cualquier objeto registrado oficialmente por disposición y con arreglo a lo
dispuesto por ley.
Las numeraciones que se registran de acuerdo a un requerimiento legal son:
- automotores,
- aeronaves,
- embarcaciones,
- armas,
- otros.
ARTÍCULO 290. - Será reprimido con prisión de quince días a un año, el que hiciere desaparecer
de cualquiera de los sellos, timbres, marcas o contraseñas, a que se refieren los artículos
anteriores, el signo que indique haber ya servido o sido inutilizado para el objeto de su
expedición.-
El que a sabiendas usare, hiciere usar o pusiere en venta estos sellos, timbres, etc., inutilizados,
será reprimido con multa de pesos setecientos cincuenta a pesos doce mil quinientos.
Se hacer referencia a → la restauración, uso, expendio de signos que ya han servido de objeto o
que por otra razón han sido puestos fuera de servicio, como si no lo hubieran sido.
Se considera la falsificación por la restauración del sello, timbre, marca o contraseña usado o
inutilizado.
En cuanto a los sellos, se hace referencia a los del art. 288, inc. 2.
Este delito:
- Es de competencia federal: cuando se procure mediante ellos la defraudación de rentas
nacionales.
ARTÍCULO 292.- El que hiciere en todo o en parte un documento falso o adultere uno verdadero,
de modo que pueda resultar perjuicio, será reprimido con reclusión o prisión de uno a seis años, si
se tratare de un instrumento público y con prisión de seis meses a dos años, si se tratare de
un instrumento privado.
Para los efectos del párrafo anterior están equiparados a los documentos destinados a acreditar la
identidad de las personas, aquellos que a tal fin se dieren a los integrantes de las fuerzas
armadas, de seguridad, policiales o penitenciarias, las cédulas de identidad expedidas por
autoridad pública competente, las libretas cívicas o de enrolamiento, y los pasaportes, así como
también los certificados de parto y de nacimiento.
Documentos y Penas
Instrumento Público Reclusión o prisión de 1 a 6 años.
Actos, actas, resoluciones, relaciones,
certificados, constancias etc., o sus testimonios
debidamente autenticados, extendidos por los
funcionarios o escribanos públicos, legalmente
facultados, en la forma, solemne o no, que las
leyes o sus reglamentaciones exigen o admiten,
siempre que presenten los signos que les
confieren autenticidad.
Instrumento Privado Reclusión o prisión de 6 meses a 2
Son aquellos que, cunado sin necesidad de años.
observar una forma especial y de estar
redactados en idioma nacional, está firmado por
las partes otorgantes, salvo que la ley disponga
lo contrario.
Documento destinado a: Reclusión o prisión de 3 a 8 años.
- Probar identidad de las personas.
- Titularidad del dominio o habilitación
para la circulación de automotores.
Documento → expresión de voluntad por escrito, emanada bajo forma pública o privada, de una
persona física o jurídica y que puede producir efectos jurídicos en el caso que se trata; y que por
su contenido resulte apto en el caso concreto para producir un determinado efecto jurídico
material.
No se refiere a la lesión de la fe
pública sino, a la de otro bien
jurídico distinto, perteneciente a un
tercero
Este delito:
- Es imputable a título de dolo: requiere la conciencia y voluntad no sólo de cometer una
falsedad, sino también de cometerla de un modo que pueda resultar un perjuicio para un
tercero, porque esta posibilidad constituye uno de sus elementos.
- Es de competencia federal si la falsificación recayere en documentos nacionales.
- La falsedad material del documento se consuma:
Documento público: con la creación del documento falso o con la adulteración del verdadero.
Documento privado: con el uso del documento.
ARTÍCULO 293: Será reprimido con reclusión o prisión de uno a seis años, el que insertare o
hiciere insertar en un instrumento público declaraciones falsas, concernientes a un hecho que el
documento deba probar, de modo que pueda resultar perjuicio.
Con relación al segundo párrafo, los documentos a los que hace referencia son aquellos
destinados a acreditar la identidad de las personas que, por ser expedidos por funcionario
públicos, son documentos públicos.
En cuanto a los certificados de parto y de nacimiento, comprende aquellos emitidos tanto por
médicos que pertenezcan a un establecimiento público como aquellos expedidos por médicos
particulares.
ARTÍCULO 294. - El que suprimiere o destruyere, en todo o en parte, un documento de modo que
pueda resultar perjuicio, incurrirá en las penas señaladas en los artículos anteriores, en los casos
respectivos.
Documentos y Penas
Instrumento Público Reclusión o prisión de 1 a 6
años.
Instrumento Privado Reclusión o prisión de 6 meses a
dos años.
Este delito supone la existencia de un instrumento público o privado verdaderos, cuya supresión o
destrucción afecta la verdad, a cuya prueba de existencia está destinado.
Este delito:
- Es imputable a título de dolo: requiere la conciencia y la voluntad de perjudicar los intereses un
tercero.
- Es de competencia federal.
- Se consuma:
La supresión: en el momento en que el autor omite exhibir o entregar el documento.
La destrucción: en el momento que se produce la misma.
ARTÍCULO 295. - Sufrirá prisión de un mes a un año, el médico que diere por escrito un
certificado falso, concerniente a la existencia o inexistencia, presente o pasada, de alguna
enfermedad o lesión cuando de ello resulte perjuicio.
La pena será de uno a cuatro años, si el falso certificado debiera tener por consecuencia que una
persona sana fuera detenida en un manicomio, lazareto u otro hospital.
Es autor del delito → quien tenga título para ejercer en el arte de curar a las personas.
Se trata de una excepción al principio que la falsedad ideológica sólo puede cometerse en un
instrumento público, atento a que el certificado emitido por un médico es un instrumento privado.
Este delito requiere que de la falsa certificación resulte perjuicio efectivo, económico o de otra
índole, para alguna persona, que puede o no ser a la que se refiere en el certificado médico.
Agravantes → el delito se agrava si el falso certificado debiera tener por consecuencia que una
persona sana fuera detenida en un manicomio, lazareto u otro hospital.
Este delito:
- Es imputable a título de dolo: requiere la conciencia de la inexactitud de lo certificado y de la
posibilidad del perjuicio emergente.
- Se consuma con la producción del perjuicio.
ARTÍCULO 296. - El que hiciere uso de un documento o certificado falso o adulterado, será
reprimido como si fuere autor de la falsedad.
Este delito requiere que su autor, no sea responsable del delito de falsificación o adulteración del
documento.
Caso contrario, es decir, si quien usara el documento fuera quien lo falsificó o adulteró, la
calificación de su conducta será la que corresponda a estos últimos hechos, esto es, la prevista en
los arts. 292, 293 o 295 del Código Penal.
Este delito:
- Es imputable a título de dolo: el autor debe actuar a sabiendas de la falsedad del documento o
certificado.
- Es instantáneo.
ARTÍCULO 297.- Para los efectos de este Capítulo, quedan equiparados a los instrumentos
públicos los testamentos ológrafos o cerrados, los certificados de parto o de nacimiento, las letras
de cambio y los títulos de crédito transmisibles por endoso o al portador, no comprendidos en el
artículo 285.
La enumeración es taxativa.
ARTÍCULO 298. - Cuando alguno de los delitos previstos en este Capítulo, fuere ejecutado por un
funcionario público con abuso de sus funciones, el culpable sufrirá, además, inhabilitación
absoluta por doble tiempo del de la condena.
ARTÍCULO 298 bis. - Quienes emitan o acepten facturas de crédito que no correspondan a
compraventa, locación de cosas muebles, locación de servicios o locación de obra realmente
contratadas, serán sancionados con la pena prevista en el artículo 293 de este Código. Igual pena
les corresponderá a quienes injustificadamente rechacen o eludan la aceptación de factura de
crédito, cuando el servicio ya hubiese sido prestado en forma debida, o reteniendo la mercadería
que se le hubiere entregado.
El tipo contiene un elemento normativo que exige obrar a sabiendas de que no está justificado.
ARTICULO 299. - Sufrirá prisión de un mes a un año, el que fabricare, introdujere en el país o
conservare en su poder, materias o instrumentos conocidamente destinados a cometer alguna de
las falsificaciones legisladas en este Título.-
Este es uno de los casos en que la ley eleva a la categoría de delito actos que son meramente
preparatorios de otros delitos.
Es necesario que los elementos señalados estén destinados para cometer alguno de los delitos
previstos en el Capitulo III del Título XII del Libro Segundo del Código Penal.
Se aconseja al alumno tener en cuenta las diferencias entre las distintas figuras que se
desarrollaron anteriormente, y su profundización, teniendo en cuenta el texto obligatorio (página
497/507).
El bien jurídico protegido es el orden público, una de las expresiones mas usadas en
Derecho.
El objeto de protección del presente título es una situación de naturaleza subjetiva, que es
la tranquilidad pública
ARTÍCULO 40.- En las penas divisibles por razón de tiempo o de cantidad, los tribunales fijarán la
condenación de acuerdo con las circunstancias atenuantes o agravantes particulares a cada caso
y de conformidad a las reglas del artículo siguiente.
1º. La naturaleza de la acción y de los medios empleados para ejecutarla y la extensión del daño y
del peligro causado;
2º. La edad, la educación, las costumbres y la conducta precedente del sujeto, la calidad de los
motivos que lo determinaron a delinquir, especialmente la miseria o la dificultad de ganarse el
sustento propio necesario y el de los suyos, la participación que haya tomado en el hecho, las
reincidencias en que hubiera incurrido y los demás antecedentes y condiciones personales, así
como los vínculos personales, la calidad de las personas y las circunstancias de tiempo, lugar,
modo y ocasión que demuestren su mayor o menor peligrosidad. El juez deberá tomar
conocimiento directo y de visu del sujeto, de la víctima y de las circunstancias del hecho en la
medida requerida para cada caso.
El que instiga públicamente, atenta contra la tranquilidad general, excitando las pasiones o
tendencias criminales de un número indeterminado de personas, entre los cuales puede haber
muchas a quienes la instigación los mueva a delinquir.
Bien jurídico protegido → el delito lesiona el orden público por la inquietud social que
produce la existencia de asociaciones de individuos cuyo objetivo es la comisión de delitos.
Este delito pone en peligro el orden social sin el cual no es posible la convivencia y vulnera los
sentimientos de seguridad y tranquilidad indispensables para le libre y completo desarrollo de las
actividades humanas y tiende a dar protección a la seguridad, la vida, la libertad y el patrimonio de
los particulares, de tal manera que aquélla es el presupuesto necesario de los delitos que se van
perpetrando en cumplimiento del criminal acuerdo, y éstos son consecuencia lógica.
El objeto de tutela es el orden público, entendiéndose por tal la seguridad y confianza social, y es
una protección mediata de bienes jurídicos primarios, no afecta de modo real, especial, singular y
directo a persona laguna en particular, presupuesto para la deducción válida de la pretensión
punitiva.
Análisis:
- Asociación: es el acuerdo entre varias personas para dedicarse a cierta actividad; requiere
cierto grado de organización. No implica que estén reunidos materialmente y ni siquiera
que se conozcan sus miembros entre sí.
- Pluralidad de autores: Se trata de un delito con una forzosa pluralidad de autores, por el
requisito de las tres personas para la existencia de la asociación; y ese mínimo de tres
debe estar constituido por sujetos imputables.
- Destinada a cometer ilícitos: es un acuerdo que comprende una pluralidad de planes
delictivos, que conllevan una cierta permanencia. Lo característico es que la asociación no
se agota con la realización del plan delictivo.
El propósito de delinquir debe ser perseguido por la asociación;
Existirá una asociación ilícita o banda, si tres o más personas acuerdan, expresa o
implícitamente, obrar concertadamente para cometer delitos.
La opinión dominante requiere que el acuerdo se refiera a delitos indeterminados, pues de
otra manera, estaríamos ante un caso de participación criminal.
Si todos o algunos de los asociados a la banda ilícita, comenten uno de los delitos
comprendidos en el acuerdo, sin perjuicio de su castigo por el solo hecho de ser miembro de la
asociación, merecerán el correspondiente a su participación en el delito cometido.
La pena que corresponde a esta figura se aplica con independencia de la que pueda
corresponder al autor por los delitos cometidos como miembro de la banda: por los cometidos por
él, sea como autor o como participe; pero no todos los cometidos por la agrupación.
La responsabilidad por el delito de asociación ilícita no se extiende a los delitos cometidos
por la misma, para los que habrá de determinarse la responsabilidad individual en cada caso.
Este delito:
- Es permanente.
- No admite tentativa.
- Comienza a consumarse para cada integrante desde el momento en que toma parte de la
asociación.
- Imputable a título de dolo: cada integrante debe conocer que la integra y cuales son los
objetivos.
17.3.2. Agravantes.
ARTÍCULO 210 bis. - Se impondrá reclusión o prisión de cinco a veinte años al que tomare parte,
cooperare o ayudare a la formación o al mantenimiento de una asociación ilícita destinada a
cometer delitos cuando la acción contribuya a poner en peligro la vigencia de la Constitución
Nacional, siempre que ella reúna por lo menos dos de las siguientes características:
f) Estar compuesta por uno o más oficiales o suboficiales de las fuerzas armadas o de seguridad;
El nuevo art. 210 bis castiga al que toma parte, coopera o ayuda a la formación o al
mantenimiento de una asociación ilícita destinada a cometer delitos cuando la acción contribuya a
poner en peligro la vigencia de la Constitución Nacional, siempre que reúna determinadas
características.
Si bien la acción se amplia con relación a la figura básica, pues reprime no solo el tomar parte en
la asociación sino también la cooperación o ayuda para su formación o mantenimiento, para la
configuración del delito es necesario que concurran los elementos subjetivos y objetivos de la
figura básica, con las modalidades de este tipo penal.
El dolo requerido por el tipo agravado → exige el conocimiento o la representación, tanto de las
circunstancias agravantes concurrentes como del peligro que significa para la vigencia de la
Constitución Nacional el accionar de la asociación ilícita o banda y la voluntad de cometerlo.
Este delito:
- Es instantáneo.
- Se consuma en el instante en el que se cumple la cooperación o ayuda.
- Exige dolo, incluso el eventual: conocimiento o representación del peligro que crea para la
vigencia del ordenamiento institucional del país la asociación ilícita a la que asiste.
Vistos los autos: "Recurso de hecho deducido por la defensa de Emir Fuad Yoma en la causa
Stancanelli, Néstor Edgardo y otro s/ abuso de autoridad y violación de los deberes de funcionario
público s/ incidente de apelación de Yoma, Emir Fuad causa n° 798/95-" para decidir sobre su
procedencia.
Considerando:
2°) Que el recurrente tachó de arbitrario el fallo sobre la base del exceso e irrazonabilidad con que
se interpretó a su entender- el alcance de la figura de asociación ilícita y la agravante de
organizador con la que se señaló a Yoma; de la existencia de fundamento aparente respecto del
examen y valoración de los dichos del coprocesado Sarlenga; de la contradicción entre los
pronunciamiento del a quo del 4 de abril y del 24 de mayo de 2001; de no haberse hecho cargo de
la prueba referente a la enemistad de la testigo Lourdes Di Natale con el recurrente, y de la falta
de tratamiento de defensas concretas introducidas por la defensa.
En definitiva según el recurrente- lo resuelto por el tribunal a quo habría violado los principios de
inocencia, defensa en juicio, debido proceso e igualdad ante la ley.
3°) Que según la jurisprudencia tradicional de esta Corte, el auto de prisión preventiva no
constituía sentencia definitiva en los términos del artículo 14 de la ley 48 ni era equiparable a ella
(Fallos: 301:1181; 302:345; 304:152 y 848; 306:2090; 307:1186, 1615, 2348; 313:511, entre
otros).
4°) Que ese criterio resulta aplicable a la prisión preventiva decretada con arreglo al artículo 312
del Código Procesal Penal de la Nación, pues ella resulta de cumplimiento inexorable en tanto
excluye la posibilidad de excarcelación si no es por circunstancias que sólo pueden sobrevenir
después del transcurso de un lapso considerable (artículos 312 y 317 del mismo código; causa
P.1042.XXXVI, "anceira, Gonzalo y otros s/ asociación ilícita s/ incidente de apelación de Alderete,
Víctor Adrián" resuelta el 16 de mayo de 2001).
Por tanto, en el caso es aplicable el criterio reiteradamente sustentado por esta Corte en el sentido
de que si bien, en principio, las cuestiones de hecho y prueba y de aplicación del derecho común
están excluidas de la vía del artículo 14 de la ley 48, ese principio reconoce excepciones en los
casos en que es aplicable la doctrina de la arbitrariedad, toda vez que con ésta se tiene a
resguardar la garantía de la defensa en juicio y del debido proceso con base en el artículo 18 de la
Constitución- al exigir que las sentencias sean fundadas y constituyan derivación razonada del
derecho vigente con aplicación a las circunstancias comprobadas de la causa; a lo que se suma,
en el procedimiento penal, la necesidad de asegurar el derecho reconocido en el artículo 7, inciso
3, de la Convención Americana sobre Derechos Humanos, en cuanto impide que persona alguna
pueda ser sometida a detención o encarcelamiento arbitrarios.
5°) Que el recurrente se agravia del alcance otorgado por el a quo a la figura de la asociación
ilícita, prevista en el primer párrafo del artículo 210 del Código Penal, y, subsidiariamente, de la
paliación de la agravante del segundo párrafo del mismo artículo.
Con relación al primer punto, bien que la asociación ilícita no requiera la existencia de otros delitos
consumados y ni siquiera de principio de su ejecución, cuando se trata, como en el caso, de
imputación de maniobras delictivas que habrían sido concretamente realizadas y a las cuales el
quo hace referencia tanto en la resolución recurrida como en su precedente del 4 de abril de 2001,
es necesario distinguir cuidadosamente la mencionada figura del acuerdo criminal, ya que aquélla
requiere un elemento de permanencia ausente en este último, que puede tener por finalidad la
comisión de varios delitos pero que es esencialmente transitorio. En otros términos, la asociación
ilícita requiere pluralidad de planes delictivos y no meramente pluralidad de delitos.
Desde otro punto de vista, es elemental que la expresión "asociación" por más que su sentido no
pueda ser equiparado al que tiene en derecho civil, requiere un acuerdo de voluntades, no
necesariamente expreso pero al menos tácito.
Por lo demás, es obvio que la finalidad de dicho acuerdo tiene que ser la de ejecutar actos
calificados por la ley como delitos de derecho penal pues si éstos no se tipificaran como tales no
habría ilicitud de la asociación.
Finalmente, no cabe perder de vista que para elementos del delito que el a quo encuentra prima
facie configurado, más allá de las sucesivas denominaciones del título de Código Penal que lo
6° ) Que la línea argumental del a quo para hallar reunidos los requisitos exigidos por el art. 306
del Código Procesal Penal elementos de convicción suficientes para estimar que existe un hecho
delictuoso y que el imputado es culpable como partícipe de éste- parte del antecedente de su
sentencia fs. 17.676/17.703, la cual afirma la existencia de una entrega ilegítima a la Dirección
General de Fabricaciones Militares de armamento perteneciente al Ejército Argentino, la que se
habría realizado en virtud del convenio del 11 de octubre de 1994, entrega que habría posibilitado
la exportación de efectos de propiedad del segundo al amparo de los decretos 1697/91, 2283/91 y
103/95, convenio y decretos a todos los cuales achaca la falsedad ideológica, sea el primero por
incluir datos ilegítimos y pactar contraprestaciones de imposible cumplimientos, o bien los
segundos por la remisión al auto de procesamiento de uno de los coimputados (fs. 1831 y
4232/4243). De todo ello extrae, con relación al coprocesado Sarlenga, la existencia de un
"cuerdo de voluntades con otros funcionarios públicos... valorando para ello no sólo la pluralidad
de maniobras delictivas que se le achacan falsedades documentales, malversación de caudales,
contrabando-" las que se habrían extendido durante varios años, "sino también su activa y
probada participación" en ellas.
Falta, pues, aun con la provisionalidad de una resolución del tipo de la dictada, la consideración
fundada acerca de la existencia del acuerdo de voluntades explícito o implícito que caracteriza a la
figura, acuerdo que el a quo extra simplemente de la pluralidad de presuntos hechos delictivos,
algunos de los cuales inclusive no existen o no están siquiera indiciariamente demostrados; del
mismo modo, se ha perdido de visita el fundamento del tipo penal en cuestión, ya que no se ve
claramente en qué medida la supuesta organización para efectuar ventas de armas al exterior
pueda producir alarma colectiva o temor de la población de ser víctima de delito alguno, pues en
todo caso aquellos habrían estado dirigidos contra el erario nacional y no contra personas en
particular.
8°) Que, por otra parte, tampoco resulta claro cuáles habrían sido los delitos que la supuesta
organización habría encarado, y que el a quo enuncia en la resolución que sirve de antecedente
de la decisión impugnada y que amplía en ésta.
Cabría quizás aceptar siempre con la provisionalidad característica de la etapa en que el proceso
se desenvuelve y sin perjuicio de la duda que la propia resolución platea al referir el informe de
peritos oficiales según el cual no se habría causado perjuicio al Ejército- que se hubiese
configurado el tipo del art. 260 del Código Penal por haberse dado a las armas un destino
diferente al que les correspondía. Más se trataría, entonces, de un delito que sólo puede ser
cometido por los funcionarios públicos, calidad que no revestía este recurrente.
Por el contrario, no resiste el análisis la imputación de falsedad ideológica a decretos del Poder
Ejecutivo ni al convenio realizado entre el Ejército Argentino y la Dirección General de
Fabricaciones Militares. En efecto, no se comprende cómo pueden constituir la mencionada figura
delictiva decretos del presidente de la República, que son órdenes dictadas en el ejercicio de las
atribuciones que le confiere la Constitución, pues el art. 293 del Código Penal reprime, como delito
contra la fe pública, la inserción en un instrumento público de declaraciones falsas concernientes a
un hecho que el documento deba probar, y el decreto no está destinado a demostrar nada más
que la existencia de la orden misma. La falsedad ideológica, a la que algunos autores han
propuesto denominar falsedad histórica, se refiere al pasado y no al futuro, consiste en hacer
aparecer como reales hechos que no han ocurrido, o en hacerlos aparecer como ocurridos de un
modo determinado cuando sucedieron de una manera diferente, siempre dentro del contexto de
lesión a la fe pública en documentos que deben hacer fe. Luego, fuera de que el decreto no es un
instrumento destinado a la prueba de hechos, la circunstancia de que las exportaciones fuesen
dirigidas a destino diverso del contemplado en los decretos-hecho, por hipótesis, de futuro- no es
susceptible de caer dentro de la punición de la figura.
Lo mismo puede predicarse del convenio que, como tal, es un acuerdo entre partes que, por
aplicación de principios generales del derecho, no está destinado a hacer prueba frente a terceros
sino solamente con relación a aquéllas. En el caso, en el convenio en cuestión (fs. 1882/1889) se
En lo que se refiere al contrabando, es un hecho que al menos por el momento resulta ajeno a la
causa.
10) Que resulta necesario llamar a la reflexión a los señores jueces y fiscales de las instancia s
inferiores intervinientes en causas de significativa repercusión como la presente sobre la
necesidad, frente a una opinión pública sea formada espontáneamente u orientada por los medios
masivos de comunicación- particularmente sensible ante hechos, reales o supuestos, de
corrupción administrativa, de extremar la atención en el encuadramiento legal de los hechos
imputados a funcionarios o ex funcionarios. Pues resulta irreparable el daño producido por la
ligereza en la apreciación de tales hechos al crear expectativas públicas de punición que, en caso
de quedar luego desvirtuadas, alimentan sospechas o interpretaciones torcidas o aun malévolas
sobre la intención de los órganos judiciales que en definitiva hacer respetar el ordenamiento
jurídico. Nada se resuelve creando delitos de la nada ni buscando el tipo penal que permita el
procesamiento con efectiva privación de la libertad para luego acomodar los hechos a la figura,
invirtiendo así el orden lógico del razonamiento. Demasiados problemas han ocasionado a la
república las represiones ilegales del pasado para que ahora se intente la represión de los delitos
contra la administración o que perjudiquen el erario público por caminos aparentemente revestidos
de legalidad pero en definitiva ilegales, como que motivan la intervención de esta Corte por la vía
que debería ser excepcional de la arbitrariedad, con el agravante de provenir de los encargados
de asegurar el imperio del derecho y la consiguiente paz social. No es cuestión de satisfacer a la
opinión pública presentándose como adalides de la lucha contra la corrupción administrativa sino
de aplicar rigurosamente el ordenamiento jurídico sancionando mediante la utilización de los
medios legítimos suministrados por el derecho de aquellos que lo violan.
Considerando:
2°) Que la sentencia apelada tiene carácter definitivo de acuerdo con la doctrina de la causa
P.1042 "anceira, Gonzalo y otros s/asociación ilícita s/ incidente de apelación de Alderete, Víctor
Adrián " pronunciamiento del 16 de mayo de 2001, a cuyos términos corresponde remitir en razón
de brevedad.
3°) Que los agravios del recurrente suscitan cuestión federal suficiente para su consideración por
la vía intentada pues si bien remiten al examen de cuestiones de hecho, prueba y derecho común,
ajenos como regla- a la instancia del art. 14 de la ley 48, cabe hacer excepción a ese principio
cuando, como en el caso, lo decidido no constituye derivación razonada del derecho vigente con
aplicación a las circunstancias comprobadas de la causa (Fallos: 308:914, entre muchos otros).
4°) Que tal es el caso, pues la cámara realizó una elaboración teórica sobre la figura de la
asociación ilícita prevista por el art. 210, primera parte, del Código Penal pero no justificó cómo
sus elementos concurrían concretamente en la especia. En efecto, sobre el particular,
remitiéndose a una resolución anterior, en la que decidió la situación de otros procesados, hizo
referencia con pautas de excesiva latitud a que los hechos pesquisados exigieron un "prolijo
engranaje""con múltiples actores" para llevar adelante las maniobras propuestas, más sólo
enumeró diversos delitos. De esa mención no se infiere el acuerdo de voluntades, permanencia,
organización y pluralidad de planes propios del tipo en examen. Máxima cuando de los señalados
hechos no surge explícitamente la participación del recurrente.
5°) Que ello es así, pues la cámara tras señalar que la asociación banda de tres o más personas
debe estar destinada a cometer delitos y precisar que lo relevantes es la predisposición de sus
miembros a concretar una "pluralidad de planes delictivos" omitió valorar si las maniobras
investigadas en la presente causa calificadas principalmente como malversación de caudales
públicos, falsedad ideológica y contrabando- fueron meros eslabones para alcanzar un único
objetivo criminal con el aparente propósito de lucrar ilícitamente con bienes del patrimonio estatal,
que se agotó con la consecución de todo o parte del fin buscado, lo cual bien puede ser entendido
como la convergencia intencional propia de la participación criminal; o, por el contrario, si aquellas
maniobras revelan la existencia de conductas enmarcadas en plurales planes delictivos,
independientes entre sí aunque similares en su finalidad, de modo tal que pueda presumirse la
confabulación exigida por el art. 210 del Código Penal.
6°) Que la cámara parece entender que la pluralidad de planes delictivos está dada por las ventas
internacionales de armas, lo cual resulta insuficiente para fundar la existencia de una asociación
ilícita, ya que aquellas ventas no constituyen un delito tipificado por el Código Penal de la Nación,
sin perjuicio de que con ocasión de ellas pudiera haberse cometido otros hechos susceptibles de
reproche criminal.
7°) Que, asimismo, respecto del convenio de fs. 1882/1889 del que hizo mérito la alzada, es un
acuerdo entre partes que, por aplicación de principios generales del derecho, no está destinado a
hacer prueba frente a terceros sino solamente con relación a aquéllas. En el caso, en el convenio
en cuestión se acuerda que el ejército Argentino entregaría a la Dirección General de
Fabricaciones Militares determinado armamento y munición "con el propósito de mejorar el estado
de mantenimiento y las necesidades de munición del EA y en definitiva su capacidad operacional"
El cumplimiento o incumplimiento del mencionado convenio, la posibilidad o imposibilidad de
cumplir las prestaciones pactadas, así como su posible invocación para efectuar operaciones
diferentes, no fueron objeto de un adecuado tratamiento tendiente a establecer con la
provisionalidad propia de esta etapa del proceso- que se hubiera configurado falsedad ideológica.
8°) Que del contexto de la sentencia impugnada se desprendería que existió la intención de lucrar
mediante la ilícita disposición de bienes del patrimonio estatal. Sin embargo las razones dadas
sobre el punto no constituyen fundamento suficiente, porque la referencia a los aportes efectuados
por la empresa uruguaya Elthan Trading S.A. a Yoma S.A. remite a una resolución anterior en
donde sólo se pone de manifiesto la necesidad de ahondar la pesquisa sobre la cuestión. En este
sentido la línea argumental seguida por la cámara se reduce a considerar la constitución y
funcionamiento de dicha sociedad, lo cual "por sí sólo carece de aptitud Para justificar el vínculo
entre los aportes y la disposición de bienes antes mencionada.
9°) Que, por lo demás, en cuanto al valor probatorio que se le atribuyó a la declaración de
Sarlenga para tener a Yoma como organizador de una asociación ilícita, cabe recordar que esta
Corte ha establecido que "especto a la imputación de los co-procesados debe observarse que las
acusaciones de esta especie son siempre, en principio, sospechosas, aunque quienes las
formulen no hayan de conseguir con ellas excusar o aminorar su responsabilidad penal, por lo
cual para que constituyan prueba, es decir, para que suscite convicción en quien juzga han de
tener particular firmeza y estricta coherencia..."(Fallos: 215:324). En el caso, más allá de que
Sarlenga sostuvo que su declaración tenía como propósito mejorar su situación procesal lo que
efectivamente ocurrió- la cámara no ponderó que sus afirmaciones sólo se sustentaban en sus
propios dichos. Tales las referentes a la forma en que se habría iniciado la relación entre Palleros
y Yoma y las afirmaciones de éste relativas a que la venta respondía a una orden de los Estados
Por ello, oído el señor Procurador General, se declaran procedentes la queja y el recurso
extraordinario interpuestos y se deja sin efecto la sentencia. Vuelvan los autos al tribunal de origen
para que por medio de quien corresponda, se dicte un nuevo pronunciamiento con arreglo a lo
expuesto. Agréguese la queja al principal, hágase saber y, oportunamente, remítase.
Considerando:
Que el tribunal que dictó la sentencia contra la que se dirige el recurso extraordinario no es el
tribunal superior, según el art. 14 de la ley 48 (conf. doctrina de Fallos: 318:514 y 320:2118
disidencia de los jueces Petracchi y Bossert-).
Por ello, habiendo dictaminado el señor Procurador General, se desestima la queja. Intímese al
recurrente a que dentro del quinto día efectúe el depósito que dispone el art.286 del Código
Procesal Civil y Comercial de la Nación, en el Banco de la Ciudad de Buenos Aires, a la orden de
esta Corte y bajo apercibimiento de ejecución. Hágase saber y archívese previa devolución de los
autos principales.
Se incluye en este acápite las figuras que a continuación se describirán y que están
contenidas en el art. 212 del Código Penal.
Este delito:
- Es imputable a título de dolo: requiere la intención directa.
- Se consuma sin necesidad que se logre el efecto buscado.
- No admite tentativa.
Bien jurídico protegido → esta conducta, lesiona el orden público por el temor que despierta, como
fuente de criminalidad, el enaltecimiento de los hechos delictuosos o e sus participes.
Apología quiere decir tanto como discurso de palabra o por escrito, en defensa o alabanza de
personas o cosas. Lo más frecuente ha de ser la propaganda o el elogio de sus delitos políticos o
sociales.
La apología debe tener lugar públicamente, único modo como se lesiona el orden publico
JURISPRUDENCIA
Apología del crimen: imputación al obispo castrense por sus expresiones; sobreseimiento.
2 - No debe resultar extraño, amenazador o alterador del orden público que una autoridad
eclesiástica cite y se exprese en orden a la religión que profesa, de ser así la simple mención que
un sacerdote formule sobre la vulneración de determinados mandamientos o la desventura que le
espera a aquel que cometa un pecado podría también entenderse como una conducta delictiva
amenazante.
Buenos Aires, 8 de julio de 2005. - Autos y Vistos: Para resolver en la presente causa que lleva
por número 2281/05 (B-8689/05), caratulada: "Baseotto, Antonio s/apología del crimen", que
tramita por ante este Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional Federal Nº 1, Secretaría Nº 2
de la Capital Federal, respecto a la situación procesal del obispo castrense de la Argentina,
Monseñor Antonio Juan Baseotto.
Que se presume que la misiva en cuestión fue enviada por el prelado al titular de la cartera
ministerial de Salud y Ambiente, con fecha 17 de febrero próximo pasado, y entre sus párrafos
habría consignado que: "La multiplicación de los abortos que usted propicia con fármacos
conocidos como abortivos es apología del delito de homicidio... Cuando usted repartió
II. Que, a partir del estado público que tomara el contenido de la carta, como consecuencia de
su publicación en distintos medios periodísticos, se incoaron en la Secretaría General de la
Excma. Cámara del Fuero, sendas presentaciones dirigidas contra la persona del obispo
castrense de la Argentina, en las que se le imputara, a partir de la reproducción de referida cita
bíblica, la comisión de distintos delitos.
Que, la primera denuncia fue formulada por el Dr. Ricardo Monner Sans -ver fs. I-, en la cual
sostuviera que el pasaje de la Santa Biblia reseñado resultaba, a primera vista, un elogio al
homicidio, y una segunda interpretación del mismo invocaría no a cualquier modo de homicidio,
sino a "una de las formas más perversas utilizadas en la República Argentina en los tiempos del
horror militar".
Que según su interposición, la conducta llevada a cabo por el obispo castrense, Monseñor
Antonio Juan Baseotto, encuadraría en la figura de apología del delito, prevista y reprimida por el
art. 213 del cód. penal de la Nación.
Por su parte, en esta sede quedó radicada la denuncia presentada por el Dr. Luis María Llaneza
-ver fs. 14/18-, quien interpretara en su delación, que los hechos señalados configuran los tipos
normados en los arts. 211 y 213 del cód. de fondo, sosteniendo el letrado que las expresiones del
obispo "alcanzan a la sociedad toda, razón por la cual se hace merecedor de un castigo ejemplar
por haber utilizado una institución tan querida por la gente, como lo es la Iglesia Católica, para
hacer proclamas en defensa de una política de muerte y ajena a las libertades y derechos
humanos defendidos por la religión católica" (fs. 15), para terminar exponiendo que "se encuentra
suficientemente probada la comisión de los delitos por los que se querella", razón por la cual
solicitó que se cite al imputado a prestar declaración indagatoria y se decrete su procesamiento
con prisión preventiva, condenándolo al máximo de la pena prevista para los delitos por los que se
lo denunciara. (fs. 17/18).
Por último, expuso el denunciante de mentas que también podría interpretarse que las
afirmaciones del denunciado implicarían una instigación para que terceras personas agredan al
III. Que enterado de la formación del proceso de marras, V. E. Monseñor Antonio Juan Baseotto
se presentó por ante el tribunal, por intermedio de la representación letrada de los Dres. E. O. y N.
G., a través de un escrito glosado a fs. 65/72, en el que efectuó las aclaraciones que a su
entender resultaban pertinentes.
En dicha presentación, el obispo no sólo reconoce haberle enviado una carta al ministro de
Salud y Ambiente de la Nación, sino que además transcribe su contenido, tal como surge de fs. 65
vta./66vta.
Que, en relación a los delitos que se le imputan en las denuncias dirigidas sobre su persona,
sostuvo que, en cuanto a la figura de apología del crimen (art. 213, CP), "la realidad resulta
opuesta a lo manifestado por los denunciantes de esta causa; vale decir, opuesta a la hipótesis de
que yo haya presentado ponderación o apología por el delito de homicidio. Bien por el contrario,
lejos de ponderar 'un delito de homicidio', reproché se propiciara abortos en cuanto ello sí era
apología del homicidio".
Asimismo, expuso que sus actos tampoco configuraban los tipos previstos en los arts. 149 bis y
149 ter, puesto que de la simple lectura de la misiva enviada al Dr. Ginés González García, no
surge en ella el "uso de amenazas para alarmar o amedrentar a una o más personas", ni mucho
menos empleo de armas, anonimato, ni se reprocha haber requerido medida alguna al Poder
Público" (fs. 66 vta./67).
Que, en pos de justificar su conducta, el prelado invocó su derecho a "presentar una objeción
de conciencia como ciudadano y como obispo", al dejar expresa constancia de su disconformidad
con las afirmaciones contrarias al ordenamiento natural y cristiano, como son las cuestiones
relacionadas al derecho a la vida.
En tal sentido, sostuvo que los hechos que se le imputan en la presente, no surgen de dichos
propios, sino de una cita textual de los Santos Evangelios "referida al pecado de escándalo, es
decir, a la circunstancia agravante de las faltas que se cometen con palabras o con hechos contra
o ante niños menores de edad". Abundando sobre el tópico, citó el Evangelio según San Mateo
(18, 1-6), "en el que Jesús, llamando a un niño enseña diciéndoles a los discípulos que si no se
hacen como niños, no entraréis en el reino de los cielos; que el que recibiere a un niño, a Jesús
recibe. 'Y al que escandalizare a uno de esos pequeños que creen en mí, más les valiera que le
cuelguen una piedra de moler y le hundieran en el fondo del mar'".
Que, expresó también que sus dichos se hallaban respaldados por el documento más
importante de la institución de la que forma parte, cual es el "Catecismo de la Iglesia Católica" en
cuyo número 2285 se afirma que: "El escándalo adquiere una gravedad particular según la
autoridad de quienes lo causan o de la debilidad de quienes lo padecen. Inspiró a nuestro Señor
esta maldición: 'al que escandalice a uno de estos pequeños que creen en mí, más le vale que le
cuelguen al cuello una de esas piedras de molino que mueven los asnos y le hundan en lo
profundo del mar' (Mt. 18,6; cf. 1 Co 8, 10-13). El escándalo es grave cuando es causado por
quienes, por naturaleza o por función, están obligados a enseñar y educar a los otros. Jesús, en
efecto, lo reprocha a los escribas y fariseos: los compara a lobos disfrazados de corderos (conf.
Mt. 7,15)".
Que, los delitos previstos en los arts. 149 bis y ter del CP, castigan al que hiciere uso de
amenazas para alarmar o amedrentar a una o más personas, agravando la pena en el caso de
que las mismas fueren realizadas con el propósito de obligar a otro a hacer, no hacer o tolerar
algo contra su voluntad. Asimismo, en este último caso, conforme lo establecido en el art. 149 ter,
se aumentará la pena si para su realización se utilizaren armas o fueren anónimas, si tuvieren
como propósito la obtención de alguna medida o concesión por parte de cualquier miembro de los
poderes públicos, o el de compeler a una persona a hacer abandono del país, de una provincia o
de los lugares de su residencia habitual o de trabajo. De esta forma, se entiende que para que una
conducta encuadre en estas figuras, deberá necesariamente haber causado alarma, amedrentar o
bien obligar a alguien a hacer o dejar de hacer algo contra su voluntad.
Establecido ello, cuadra resaltar que ninguno de esos requisitos se observa como emergentes
de la misiva que Monseñor Baseotto le habría enviado a título personal al Dr. Ginés González
García. En efecto, difícil resulta presumir y no se tiene constancia de ello, que el titular de la
cartera de salud o algún otro sujeto, se haya visto alarmado o compelido a actuar de una forma
contraria a su voluntad luego de tomar contacto con la misiva en cuestión. Tanto es así que el
propio ministro González García ninguna manifestación realizó en este sentido, limitándose
simplemente, mediante su presentación de fs. 89/90, a expresar que las afirmaciones de Baseotto
contradecían políticas sanitarias y legislación vigente que tienen por fin, entre otros, evitar el
contagio del SIDA.
Sobre estas conductas, tiene dicho el Superior que: "Son atípicas las expresiones cuando
carecen de idoneidad para considerar que el receptor fuera víctima de una amenaza con la aptitud
de alterar su tranquilidad e inducirlo y obligarlo a conducirse contra su real voluntad" (CCCFed.
sala I, c. 33.088, "Villosio, María Fernanda s/sobreseimiento", rta. 21-2-02). Como se dijera ut
supra, nada permite suponer que la cita bíblica introducida por el obispo en la carta que le enviara
al ministro de Salud, alterara la tranquilidad de éste o lo obligara a desenvolverse violentando su
libertad.
Que, "El Diccionario de la Lengua de la Real Academia Española describe amenazar como dar
a entender con actos o palabras que se quiere hacer algún mal a otro. Así, se ha sostenido que,
conforme a la definición, tal acción consiste en dar a entender que se quiere hacer algún mal y
esa acción, subjetivamente, debe tener como finalidad alarmar o amedrentar. Además, es
necesario que la producción del mal, dependa, en alguna medida, del sujeto amenazador" (sala I,
c. 35.074, "Miñón Bolívar, Alicia s/procesamiento", rta. 28-5-03). Véase que, tanto la cita bíblica
En consecuencia, entiendo que el delito de amenazas (art. 149 bis) y el de coacciones (149 ter)
no se adecuan a la conducta llevada a cabo por Monseñor Baseotto, toda vez que para que se dé
la primera de estas figuras, debe atacarse la libertad mediante la creación de un estado
psicológico que influya en la determinación que finalmente adoptará el sujeto, mientras que en el
tipo agravado, el actuar debe dirigirse directamente a anular el estado de determinación (conf.
CNCn. c. 16.009, rta. 24-4-01), circunstancias que no se observan en el caso sub examine.
Por su parte, el art. 211 del cód. de fondo reprime al que, "para infundir un temor público o
suscitar tumultos o desórdenes, hiciere señales, diere voces de alarma, amenazare con la
comisión de un delito de peligro común, o empleare otros medios materiales normalmente idóneos
para producir tales efectos", agravándose la pena si "para ello se emplearen explosivos, agresivos
químicos o materias afines, siempre que el hecho no constituya delito contra la seguridad pública".
Que, de acuerdo a interpretaciones formuladas por la doctrina, a las que esta magistrada
adhiere, se entiende que la figura no es propiamente la conducta de provocar tumultos o
desórdenes, sino intimidar para que éstas resulten, puesto que el hombre alarmado se comporta
de maneras insensatas y peligrosas, y la insensatez y el peligro se multiplican ante una multitud.
Es por ello, que el bien jurídico tutelado por ley es la tranquilidad pública, como una condición de
seguridad por los peligros que derivan del desorden maliciosamente provocado (conf. Sebastián
Soler, "Derecho Penal Argentino", Tea, t. IV, pág. 613).
Que en esta inteligencia, opino que el texto bíblico incorporado por el obispo en la misiva de
mentas, en el contexto en que fuera citado, no va más allá de una expresión mediante la cual el
prelado intentara dejar aclarado el malestar que le ocasionaban las manifestaciones vertidas en su
momento por el Dr. Ginés González García, referentes a un tema que históricamente ha
interesado a los integrantes y representantes del culto católico y de la que objetivamente no puede
entenderse como constitutiva de una acción dolosa dirigida a infundir un temor público o suscitar
tumultos o desórdenes; razón por la cual, los sucesos bajo estudio no hallan adecuación típica en
la norma de mención.
Que, como se diera en los casos anteriores, advierto que la acción desplegada por el obispo no
constituye ninguna de estas hipótesis contempladas en la norma en cuestión.
Ello así, por cuanto ya sea dentro del contexto en que se enviara, como también de su
interpretación literal, la misiva suscripta por Monseñor Baseotto no sólo no hace mención alguna a
los sucesos señalados por los denunciantes, sino que tampoco ofende el bien común, ni hace
exaltación, ponderación o elogio de ningún hecho criminal específico, sino que el pasaje que se
critica resulta una simple remisión literaria formulada por una autoridad eclesiástica, sobre una
obra que para su credo es la base misma del culto que profesa y cuya redacción quien la señalara
considera inspirada por Dios; por lo cual, aseverar que los dichos formulados por el obispo
significaban una exacerbación de hechos que se habrían producido en el pasado, corre por cuenta
de quien así lo entienda mas no merece, a criterio de la suscripta, el reproche de los entes
jurisdiccionales encargados de reprimir delitos.
En efecto, esta magistrada entiende que no debe resultar extraño, amenazador o alterador del
orden público que una autoridad eclesiástica cite y se exprese en orden a la religión que profesa.
De resultar así, la simple mención que un sacerdote formule sobre la vulneración de determinados
mandamientos o la desventura que le espera a aquel que cometa un pecado, podría también
entenderse como una conducta delictiva amenazante.
Desde antaño posturas cientificistas y religiosas han confrontado sobre cuestiones de diversa
índole, llegando alguna de ellas a conciliarse con el correr del tiempo mientras que otras, como la
implementación de específicas políticas de salud reproductiva y legalización del aborto, aún
permanecen en las antípodas; y así como el ministro de Salud sostuviera su criterio respecto al
asunto debatido en base a los principios que lo rigen, en términos aceptables, lo mismo ha
sucedido con Monseñor Baseotto cuando por su lado citara el pasaje bíblico criticado, pues resulta
normal, conforme a los usos y costumbres y, consecuentemente, ajustado a derecho, que los
exponentes de ambos sectores (cientificista y religioso) se expresen en orden a las premisas que
cada uno de ellos construyera a lo largo de su historia.
Así las cosas, en virtud de los argumentos sostenidos en los párrafos que preceden, es que
corresponde y así, resuelvo: I. Sobreseer a Antonio Juan Baseotto, en la presente causa nº
2281/05 (B-8689/05), por entenderse que el hecho investigado no encuadra en una figura legal,
conforme lo previsto por los arts. 334 y 336, inc. 3º y párr. último del cód. procesal penal de la
dación, dejando expresa mención que la formación del proceso no afectó el buen nombre y honor
Los delitos de peligro común son aquellos en que el peligro que la ley considera relevante para
constituir el delito, es un peligro general indeterminado para las personas o las cosa.
Delitos de peligro concreto son aquellos en los que el resultado consiste en la causación
efectiva y cierta de un peligro. El momento en que el peligro se produce es el de la
consumación.
Delitos de peligro abstracto son los que caracterizan por la realización de una conducta
idónea para causar peligro. En este tipo de delitos, el momento consumativo coincide con el
de la acción propiamente dicha; no es preciso esperar para que el resultado peligro se
produzca.
1º Con reclusión o prisión de tres a diez años, si hubiere peligro común para los bienes;
2º Con reclusión o prisión de tres a diez años el que causare incendio o destrucción por cualquier
otro medio:
3º Con reclusión o prisión de tres a quince años, si hubiere peligro para un archivo público,
biblioteca, museo, arsenal, astillero, fábrica de pólvora o de pirotecnia militar o parque de artillería;
4º Con reclusión o prisión de tres a quince años, si hubiere peligro de muerte para alguna
persona;
5º Con reclusión o prisión de ocho a veinte años, si el hecho fuere causa inmediata de la muerte
de alguna persona.
Inc. 1: Incendio, explosión o inundación con peligro común para los bienes.
Tal cual lo señala el inciso transcripto, lo que caracteriza este estrago es la existencia de un
peligro común para los bienes, creado mediante un incendio, una explosión o una inundación.
Cuando
causan Cuando existe un peligro efectivo de que sus efectos
peligro alcancen a bienes indeterminados, de cualquier
común estos naturaleza y valor.
estragos
Estragos:
- Incendio → es un fuego de potencialidad expansiva incontrolada.
- Explosión → es la liberación súbita y violenta de energía, provenga o no de una materia
explosiva.
- Inundación → es la invasión de una considerable extensión de terreno por el agua. Puede
ser lenta o impetuosa, instantánea o continua.
Este delito:
- Es imputable a título de dolo, incluso eventual. Basta que el autor obre con la conciencia y
voluntad de crear un peligro común para los bienes.
- Admite tentativa.
- Es instantáneo, aunque de efectos permanentes.
- Se consuma con la producción del peligro común para los bienes.
Art. 186: …. Inc. 2º) Con reclusión o prisión de tres a diez años el que causare incendio o
destrucción por cualquier otro medio:
a) De cereales en parva, gavillas o bolsas, o de los mismos todavía no cosechados;
b) De bosques, viñas, olivares, cañaverales, algodonales, yerbatales o cualquiera otra
plantación de árboles o arbustos en explotación, ya sea con sus frutos en pie o
cosechados;
c) De ganado en los campos o de sus productos amontonados en el campo o
depositados;
d) De la leña o carbón de leña, apilados o amontonados en los campos de su explotación
y destinados al comercio;
e) De alfalfares o cualquier otro cultivo de forrajes, ya sea en pie o emparvados,
engavillados, ensilados o enfardados;
f) De los mismos productos mencionados en los párrafos anteriores, cargados, parados o
en movimiento;
La delictuosidad de los hechos previstos en el inc. 2 del art. 186 reside en la naturaleza de lo
quemado o destruido. Lo que se resguarda aquí es la riqueza rural.
Art. 186: …. Inc. 3º) Con reclusión o prisión de tres a quince años, si hubiere peligro para un
archivo público, biblioteca, museo, arsenal, astillero, fábrica de pólvora o de pirotecnia militar o
parque de artillería;
Las mayores penas que se advierten para este delito, atiende al resguardo de algunos de los
bienes señalados, en cuya conservación existe un interés cultural o de seguridad.
Se trata de la causación de un peligro efectivo de que, ya sea un incendio, una explosión o una
inundación, alcance uno de los bienes señalados por este inciso, que pueden ser públicos o
privados.
Art. 186: … inc. 4º) Con reclusión o prisión de tres a quince años, si hubiere peligro de muerte
para alguna persona;
El peligro de muerte a que hace referencia este inciso, debe ser producto de un resultado
preterintencional o debido a dolo eventual, porque si el autor causa el estrago para cometer un
homicidio el hecho implicaría una tentativa de homicidio calificado, castigado más severamente
por el art. 80, inc. 2° del Código Penal.
Las circunstancias del hecho deben demostrar, ya sea por la intensidad del estrago o la situación
en la que se encontraba la persona que, pudo haber muerto víctima del siniestro provocado.
Art. 186: … inc. 5º) Con reclusión o prisión de ocho a veinte años, si el hecho fuere causa
inmediata de la muerte de alguna persona.
Otros estragos.
ARTÍCULO 187. - Incurrirá, según los casos, en las penas señaladas en el artículo precedente, el
que causare estrago por medio de sumersión o varamiento de nave, derrumbe de un edificio,
inundación, de una mina o cualquier otro medio poderoso de destrucción.
Este delito se caracteriza por su efecto y el medio empleado por el autor para causarlo. El medio
al que se hace referencia, debe ser de gran poder destructivo.
Este delito:
- Es imputable a título de dolo.
- Admite tentativa.
- Se consuma con la producción del estrago.
ARTÍCULO 188. - Será reprimido con prisión de uno a seis años el que, destruyendo o inutilizando
diques u otras obras destinadas a la defensa común contra las inundaciones u otros desastres,
hiciere surgir el peligro de que éstos se produzcan. ……..
Este delito:
- Es imputable a título de dolo, incluso dolo eventual.
- Admite tentativa.
- Se consuma con la producción del peligro.
ARTÍCULO 188. …… La misma pena se aplicará al que, para impedir la extinción de un incendio
o las obras de defensa contra una inundación, sumersión, naufragio u otro desastre, substrajere,
ocultare o hiciere inservibles, materiales, instrumentos u otros medios destinados a la extinción o a
la defensa referida.
Este delito:
- Es imputable a título de dolo, requiere que el autor sea movido por el propósito de impedir,
mediante la sustracción, ocultamiento o inutilización, la extinción del incendio o la realización
de la obra de defensa.
- Delito de peligro abstracto.
- Admite tentativa.
Estrago culposo.
ARTÍCULO 189. - Será reprimido con prisión de un mes a un año, el que, por imprudencia o
negligencia, por impericia en su arte o profesión o por inobservancia de los reglamentos u
ordenanzas, causare un incendio u otros estragos.
Si el hecho u omisión culpable pusiere en peligro de muerte a alguna persona o causare la muerte
de alguna persona, el máximo de la pena podrá elevarse hasta cinco años.
El nuevo art. 189 bis del Código Penal introducido por la Ley N° 25.886 en sustitución del texto
anterior, ha sido conformado en cinco apartados.
ARTÍCULO 189 bis. - (1) El que, con el fin de contribuir a la comisión de delitos contra la
seguridad común o causar daños en las máquinas o en la elaboración de productos, adquiriere,
La misma pena se impondrá al que, sabiendo o debiendo saber que contribuye a la comisión de
delitos contra la seguridad común o destinados a causar daños en las máquinas o en la
elaboración de productos, diere instrucciones para la preparación de sustancias o materiales
mencionados en el párrafo anterior.
La simple tenencia de los materiales a los que se refiere el párrafo que antecede, sin la debida
autorización legal, o que no pudiere justificarse por razones de su uso doméstico o industrial, será
reprimida con prisión de TRES (3) a SEIS (6) años.
(2) La simple tenencia de armas de fuego de uso civil, sin la debida autorización legal, será
reprimida con prisión de 6 (SEIS) meses a 2 (DOS) años y multa de MIL PESOS ($ 1.000.-) a
DIEZ MIL PESOS ($ 10.000.-).
Si las armas fueren de guerra, la pena será de DOS (2) a SEIS (6) años de prisión.
La portación de armas de fuego de uso civil, sin la debida autorización legal, será reprimida con
prisión de UN (1) año a CUATRO (4) años.
Si las armas fueren de guerra, la pena será de TRES (3) años y SEIS (6) meses a OCHO (8) años
y SEIS (6) meses de reclusión o prisión.
Si el portador de las armas a las cuales se refieren los dos párrafos que anteceden, fuere tenedor
autorizado del arma de que se trate, la escala penal correspondiente se reducirá en un tercio del
mínimo y del máximo.
La misma reducción prevista en el párrafo anterior podrá practicarse cuando, por las
circunstancias del hecho y las condiciones personales del autor, resultare evidente la falta de
intención de utilizar las armas portadas con fines ilícitos.
En los dos casos precedentes, se impondrá, además, inhabilitación especial por el doble del
tiempo de la condena.
El que registrare antecedentes penales por delito doloso contra las personas o con el uso de
armas, o se encontrare gozando de una excarcelación o exención de prisión anterior y portare un
arma de fuego de cualquier calibre, será reprimido con prisión de CUATRO (4) a DIEZ (10) años.
(Nota: Por art. 4° de la Ley N° 25.886 B.O. 5/5/2004, se establece que el primer párrafo del punto
2 del artículo 189 bis entrará en vigencia a partir del término del plazo establecido de seis meses,
en el cual el Poder Ejecutivo Nacional dispondrá, las medidas pertinentes para facilitar el registro
gratuito y sencillo de las armas de fuego de uso civil o uso civil condicionado. Asimismo, en el
mismo término, se arbitrarán en todo el territorio de la Nación, con contralor de la máxima
autoridad judicial que en cada jurisdicción se designe, los medios para recepcionar de parte de la
población, la entrega voluntaria de toda arma de fuego que su propietario o tenedor decida
realizar.)
El que hiciere de la fabricación ilegal de armas de fuego una actividad habitual será reprimido con
reclusión o prisión de CINCO (5) a DIEZ (10) años.
(4) Será reprimido con prisión de UN (1) año a SEIS (6) años el que entregare un arma de fuego,
por cualquier título, a quien no acreditare su condición de legítimo usuario.
La pena será de TRES (3) años y SEIS (6) meses a DIEZ (10) años de prisión si el arma fuera
entregada a un menor de DIECIOCHO (18) años.
Si el autor hiciere de la provisión ilegal de armas de fuego una actividad habitual, la pena será de
CUATRO (4) a QUINCE (15) años de reclusión o prisión.
Si el culpable de cualquiera de las conductas contempladas en los tres párrafos anteriores contare
con autorización para la venta de armas de fuego, se le impondrá, además, inhabilitación especial
absoluta y perpetua, y multa de DIEZ MIL PESOS ($ 10.000.-).
(5) Será reprimido con prisión de TRES (3) a OCHO (8) años e inhabilitación especial por el doble
del tiempo de la condena el que, contando con la debida autorización legal para fabricar armas,
omitiere su número o grabado conforme a la normativa vigente, o asignare a DOS (2) o más
armas idénticos números o grabados.
ARTÍCULO 190. - Será reprimido con prisión de dos a ocho años, el que a sabiendas ejecutare
cualquier acto que ponga en peligro la seguridad de una nave, construcción flotante o aeronave.
Si el hecho produjere naufragio, varamiento o desastre aéreo, la pena será de seis a quince años
de reclusión o prisión.
Si el hecho causare lesión a alguna persona, la pena será de seis a quince años de reclusión o
prisión, y si ocasionare la muerte, de diez a veinticinco años de reclusión o prisión.
Las disposiciones precedentes se aplicarán aunque la acción recaiga sobre una cosa propia, si del
hecho deriva peligro para la seguridad común.
I.b. Agravantes:
ARTÍCULO 190: …
§ 2) Si el hecho produjere naufragio, varamiento o desastre aéreo, la pena será de seis a
quince años de reclusión o prisión.
§ 3) Si el hecho causare lesión a alguna persona, la pena será de seis a quince años de
reclusión o prisión, y si ocasionare la muerte, de diez a veinticinco años de reclusión o prisión.
ARTÍCULO 191. El que empleare cualquier medio para detener o entorpecer la marcha de un
tren o para hacerle descarrilar, será reprimido:
1º Con prisión de seis meses a tres años, si no se produjere descarrilamiento u otro accidente;
3º Con reclusión o prisión de tres a diez años, si a consecuencia del accidente, resultare lesionada
alguna persona;
4º Con reclusión o prisión de diez a veinticinco años, si resultare la muerte de alguna persona.
Este delito:
- Es de peligro abstracto e instantáneo.
- No admite tentativa.
- Se consuma con el hecho o la omisión del autor.
II.b. Agravantes.
ARTÍCULO 191: ….
3º Con reclusión o prisión de tres a diez años, si a consecuencia del accidente, resultare lesionada
alguna persona;
4º Con reclusión o prisión de diez a veinticinco años, si resultare la muerte de alguna persona.
Como se advierte, la escala penal se eleva por la mayor gravedad del efecto causado por el hecho
o la omisión del autor.
ARTÍCULO 192. - Será reprimido con las penas establecidas en el artículo anterior en sus casos
respectivos, el que ejecutare cualquier acto tendiente a interrumpir el funcionamiento de un
telégrafo o teléfono destinado al servicio de un ferrocarril.
Este delito:
- Exige dolo específico.
- Es de peligro abstracto.
- No admite tentativa.
- Se consuma con la ejecución del acto peligroso.
ARTÍCULO 193. - Será reprimido con prisión de un mes a un año, si el hecho no importare un
delito más severamente penado, el que arrojare cuerpos contundentes o proyectiles contra un tren
o tranvía en marcha.
Este delito:
- Imputable a título de dolo. El hecho requiere intención, no interesando el móvil.
- Es de peligro abstracto e instantáneo.
- Admite tentativa.
- Se consuma con el acto del agente.
ARTÍCULO 194. - El que, sin crear una situación de peligro común, impidiere, estorbare o
entorpeciere el normal funcionamiento de los transportes por tierra, agua o aire o los servicios
públicos de comunicación, de provisión de agua, de electricidad o de sustancias energéticas, será
reprimido con prisión de tres meses a dos años.
La ubicación del delito dentro del título VII del libro II del Código Penal, denominado “Delitos
contra la seguridad de los medios de transporte y comunicación” indica inequívocamente que el
objeto de tutela de la norma en análisis es la eficiencia del transporte o servicio público, su normal
cumplimiento y prestación.
Para el caso del trasporte, esa tutela no apunta a la seguridad de los medios sino, antes bien, a la
circulación normal de éstos por las vías que corresponda, y en el caso del servicio telefónico, el
delito se comete cuando por cualquier medio se interrumpe o se entorpece la comunicación,
afectando la normal prestación del mismo.
Este delito:
- Imputable a título de dolo.
- Admite tentativa.
- Se consuma con el efectivo impedimento, estorbo o entorpecimiento.
El art. 9 de la Ley 20.655, castiga con prisión de seis meses a tres años el que, sin crear una
situación de peligro común impidiere, estorbare o entorpeciere el normal funcionamiento de los
transportes e instalaciones afectadas a los mismos, hacia o desde los estadios, con motivo u
ocasión de un espectáculo deportivo, antes, durante y después de él.
ARTÍCULO 195. - Serán reprimidos con prisión de un mes a un año, si el hecho no importare un
delito más severamente penado, los conductores, capitanes, pilotos, mecánicos y demás
empleados de un tren o de un buque, que abandonaren sus puestos durante sus servicios
respectivos antes de llegar a puerto o al término del viaje ferroviario.
Este delito:
- Es doloso.
- Es de peligro abstracto.
- Se consuma por el hecho del abandono del puesto.
- Si por su transformación, el hecho importa un delito más severamente penado, este delito, el
de abandono de servicios de trasportes, queda adsorbido por el más grave.
ARTÍCULO 196. - Será reprimido con prisión de seis meses a tres años el que por imprudencia o
negligencia o por impericia en su arte o profesión o por inobservancia de los reglamentos u
ordenanzas, causare un descarrilamiento, naufragio u otro accidente previsto en este capítulo.
Si del hecho resultare lesionada o muerta alguna persona, se impondrá prisión de uno a cinco
años.
Como podemos ver, este artículo admite las cuatro formas de culpa previstas en el Código Penal.
Para imputar los hechos descriptos a título de culpa, deberá mediar una relación causal entre el
hecho del autor y el descarrilamiento, naufragio u otro accidente, el cual no es una conducta, sino
un suceso materialmente dañoso, por lo que no lo es cualquiera de los hechos punibles en el
Capitulo II del Título estudiado en esta unidad.
Corresponde aclarar que, además del descarrilamiento y naufragio mencionados, lo son el
varamiento, el desastre aéreo y el choque u otro accidente ferroviario, aunque sus circunstancias
no hagan de ellos un desastre o no se ocasione un peligro de carácter común.
ARTÍCULO 197. - Será reprimido con prisión de seis (6) meses a dos (2) años, el que
interrumpiere o entorpeciere la comunicación telegráfica, telefónica o de otra naturaleza o
resistiere violentamente el restablecimiento de la comunicación interrumpida.
Este delito:
- Es imputable a título de dolo, incluso eventual.
- Es material e instantáneo.
- Requiere para su consumación, que la interrupción o el entorpecimiento se produzca.
ARTÍCULO 197. - Será reprimido con prisión de seis (6) meses a dos (2) años, el que
interrumpiere o entorpeciere la comunicación telegráfica, telefónica o de otra naturaleza o
resistiere violentamente el restablecimiento de la comunicación interrumpida.
Este delito:
- Exige dolo específico.
- Es instantáneo.
- No admite tentativa.
- Se consuma en el momento de ejercer resistencia con el propósito de impedir el
restablecimiento de las comunicaciones interrumpidas, aunque no logre su objetivo.
18.2.2. Piratería.
ARTÍCULO 198. - Será reprimido con reclusión o prisión de tres a quince años:
1º El que practicare en el mar o en ríos navegables, algún acto de depredación o violencia contra
un buque o contra personas o cosas que en él se encuentren, sin estar autorizado por alguna
potencia beligerante o excediendo los límites de una autorización legítimamente concedida;
2º El que practicare algún acto de depredación o violencia contra una aeronave en vuelo o
mientras realiza las operaciones inmediatamente anteriores al vuelo, o contra personas o cosas
que en ellas se encuentren, sin estar autorizado por alguna potencia beligerante o excediendo los
límites de una autorización legítimamente concedida;
4º El que, en connivencia con piratas, les entregare un buque o aeronave, su carga o lo que
perteneciere a su pasaje o tripulación;
7º El que, desde el territorio de la República, a sabiendas traficare con piratas o les suministrare
auxilio.
La ubicación de la figura de piratería bajo el Título de los delitos contra la seguridad pública tiene
en cuenta el bandolerismo en el mar y ríos y las actividades accesorias, que significan un peligro
general para las naves y las personas.
Inc. 1º El que practicare en el mar o en ríos navegables, algún acto de depredación o violencia
contra un buque o contra personas o cosas que en él se encuentren, sin estar autorizado por
alguna potencia beligerante o excediendo los límites de una autorización legítimamente
concedida;
El acto es pirático si se practica sin estar autorizado por alguna potencia beligerante o
excediéndose de los límites de una autorización legítimamente concedida.
Inc. 2º El que practicare algún acto de depredación o violencia contra una aeronave en vuelo o
mientras realiza las operaciones inmediatamente anteriores al vuelo, o contra personas o cosas
que en ellas se encuentren, sin estar autorizado por alguna potencia beligerante o excediendo los
límites de una autorización legítimamente concedida;
La denominación de esta figura obedece a que si bien el delito requiere de un acto violento,
intimidatorio o engañoso, usurpatorio de la autoridad del buque o la aeronave, su tipo delictivo no
exige los otros elementos de la piratería propiamente dicha.
Inc. 4º El que, en connivencia con piratas, les entregare un buque o aeronave, su carga o lo que
perteneciere a su pasaje o tripulación;
Autor del delito → la persona bajo cuyo gobierno y dirección se encuentra el buque o la aeronave.
Autor del delito → cualquiera persona que, formando parte o no del personal del buque o
aeronave, estorba o trata de impedir su defensa por intimidación o violencia.
Este delito:
- Es doloso.
- Puede cometerse desde la manifestación del ataque hasta su terminación.
- Se consuma con la posición amenazante o violenta, aunque haya resultado ineficaz.
Inc. 6º El que, por cuenta propia o ajena, equipare un buque o aeronave destinados a la piratería;
7º El que, desde el territorio de la República, a sabiendas traficare con piratas o les suministrare
auxilio.
El tráfico comprende → no sólo la acción del reducidor de los efectos de la piratería, sino que
abarca la venta de armas o de otros efectos a los piratas, en forma regular o medida importante.
Este delito:
- Exige dolo.
- Para ser punibles deben realizarse desde lugares sometidos a la jurisdicción de la Nación.
- Admite tentativa
- Se consuma con el tráfico o suministro.
- Es de competencia federal.
ARTÍCULO 199. - Si los actos de violencia u hostilidad mencionados en el artículo anterior, fueren
seguidos de la muerte de alguna persona que se encontrare en el buque o aeronave atacados, la
pena será de diez a veinticinco años de reclusión o prisión.
ARTÍCULO 200. - Será reprimido con reclusión o prisión de tres a diez años, el que envenenare o
adulterare, de un modo peligroso para la salud, aguas potables o substancias alimenticias o
medicinales, destinadas al uso público o al consumo de una colectividad de personas.
Si el hecho fuere seguido de la muerte de alguna persona, la pena será de diez a veinticinco años
de reclusión o prisión.
Este delito protege la salud pública frente al peligro que para el bienestar físico de las personas en
general, representa la alteración de las aguas que ellas utilizan paral los fines alimenticios, y la
alteración de sustancias alimenticias o medicinales que usa o consume el público y/o las
colectividades.
El concepto “Salud” (BJP) al que hacer referencia este artículo, no tiene el alcance restringido que
se le debe atribuir, por ejemplo, en el art. 89 del Código Penal, al grado de equilibrio orgánico, en
ese caso, del que goza la víctima, sino que comprende el bienestar corporal y fisiológico de las
personas en general.
Este delito:
- Exige dolo.
- Es de peligro abstracto.
- Admite tentativa.
- Se consuma con el logro de uno de los efectos señalados.
- Es instantáneo aunque de efectos permanentes.
Tipo culposo
ARTÍCULO 203. - Cuando alguno de los hechos previstos en los tres artículos anteriores fuere
cometido por imprudencia o negligencia o por impericia en el propio arte o profesión o por
inobservancia de los reglamentos u ordenanzas, se impondrá multa de dos mil quinientos a treinta
mil pesos, si no resultare enfermedad o muerte de alguna persona y prisión de seis meses a cinco
años si resultare enfermedad o muerte.
II. Delitos contra el medio ambiente que indirectamente lesionan la salud pública.
Se entiende por medio ambiente → el mantenimiento de las propiedades del suelo, el aire y el
agua, así como de la fauna y la flora, y las condiciones ambientales de desarrollo de estas
especies, de tal forma que el sistema ecológico se mantenga con sus sistemas subordinados y no
sufra alteraciones perjudiciales1.
Nuestro Código Penal no cuenta con un Capítulo dentro del Título de los delitos contra la salud
pública que agrupe los delitos contra el medio ambiente.
Las leyes complementarias del Código Penal que le brindan protección son:
- Ley 22.421 de conservación de la fauna.
- Ley 24.051 de residuos peligrosos.
- Ley 25.612 de residuos de origen industrial y de actividades de servicios.
ARTÍCULO 201. - Las penas del artículo precedente, serán aplicadas al que vendiere, pusiere en
venta, entregare o distribuyere medicamentos o mercaderías peligrosas para la salud, disimulando
su carácter nocivo.
Esta figura requiere que el autor disimule el carácter nocivo para la salud de los medicamentos o
mercaderías que lanza a circulación.
No basta que no se haga conocer el carácter nocivo del medicamento o mercadería, es decir
callar la verdad, sino que se reprime el hecho de disimular una realidad.
1
BACIGALUPO, Enrique: “La instrumentalización técnico – legislativa de la protección penal del medio ambiente”,
EPC, 1982, p. 200.
El resultado preterintencional de la muere de alguna persona lo agrava (art. 201 del Código Penal
con relación al art. 200 del mismo ordenamiento).
ARTÍCULO 200. Será reprimido con reclusión o prisión de tres a diez años, el que envenenare o
adulterare, de un modo peligroso para la salud, aguas potables o substancias alimenticias o
medicinales, destinadas al uso público o al consumo de una colectividad de personas.
Si el hecho fuere seguido de la muerte de alguna persona, la pena será de diez a veinticinco años
de reclusión o prisión.
Tipo culposo.
ARTÍCULO 203. - Cuando alguno de los hechos previstos en los tres artículos anteriores fuere
cometido por imprudencia o negligencia o por impericia en el propio arte o profesión o por
inobservancia de los reglamentos u ordenanzas, se impondrá multa de dos mil quinientos a treinta
mil pesos, si no resultare enfermedad o muerte de alguna persona y prisión de seis meses a cinco
años si resultare enfermedad o muerte.
ARTÍCULO 202. - Será reprimido con reclusión o prisión de tres a quince años, el que propagare
una enfermedad peligrosa y contagiosa para las personas.
Este artículo, castiga al que por actos idóneos para trasmitir la enfermedad o mediante la difusión
de los gérmenes patógenos crea el peligro que la enfermedad se disemine, no siendo necesario
que una o varias personas se enfermen.
Enfermedad
Este delito:
- Exige dolo.
- Es de peligro abstracto.
- No tiene agravantes.
- Se consuma con el acto de propagación.
Tipo culposo
ARTÍCULO 203. - Cuando alguno de los hechos previstos en los tres artículos anteriores fuere
cometido por imprudencia o negligencia o por impericia en el propio arte o profesión o por
inobservancia de los reglamentos u ordenanzas, se impondrá multa de dos mil quinientos a treinta
mil pesos, si no resultare enfermedad o muerte de alguna persona y prisión de seis meses a cinco
años si resultare enfermedad o muerte.
ARTÍCULO 204.- Será reprimido con prisión de seis meses a tres años el que estando autorizado
para la venta de sustancias medicinales, las suministrare en especie, calidad o cantidad no
correspondiente a la receta médica o diversa de la declarada o convenida, o sin la presentación y
archivo de la receta de aquellos productos que según las reglamentaciones vigentes no pueden
ser comercializados sin ese requisito.
Si el producto suministrado es de menor valor que el debía ser entregado, el expendio puede
concurrir idealmente con el delito previsto y penado por el art. 173 inc, 1°, esto es la defraudación.
ARTÍCULO 204.- Será reprimido con prisión de seis meses a tres años el que estando autorizado
para la venta de sustancias medicinales, las suministrare en especie, calidad o cantidad no
correspondiente a la receta médica o diversa de la declarada o convenida, o sin la presentación y
archivo de la receta de aquellos productos que según las reglamentaciones vigentes no pueden
ser comercializados sin ese requisito.
La acción punible consiste en entregar la sustancia medicinal sin la previa presentación, por parte
del adquirente de la receta de los productos que solicitó, exigida por las reglamentaciones
vigentes como condición ineludible para su comercialización u omitiendo el posterior archivo de
esa receta.
La receta debe existir en el momento del acto de expendio. La otorgada a posteriori no excluye el
tipo delictivo, ni lo justifica.
La omisión del archivo de la receta importa no hacer lo que legalmente estaba obligado. Su
consumación no demanda un daño efectivo para la salud de alguna persona, sino únicamente el
peligro abstracto de producción de ese daño.
Este delito:
- Exige dolo.
- Es formal y de peligro abstracto.
- Se consuma con el suministro.
- Es de competencia federal, excepto en las provincias y Ciudad Autónoma de Buenos Aires
que por adhesión asumieran esa competencia.
ARTÍCULO 204 bis.- Cuando el delito previsto en el artículo anterior se cometiere por negligencia,
la pena será de multa de mil a quince mil pesos.
VIII. Incumplimiento del expendedor de los deberes a su cargo que posibilite por
negligencia la comisión de los delitos previstos en el art. 204 del Código Penal.
ARTÍCULO 204 ter.- Será reprimido con multa de dos mil quinientos a treinta mil pesos el que
teniendo a su cargo la dirección, administración, control o vigilancia de un establecimiento
Este delito:
- Es de omisión simple.
- El obrar del autor es culposo, por negligencia.
- Es de competencia federal, excepto en las provincias y Ciudad Autónoma de Buenos Aires
que por adhesión asumieran esa competencia.
ARTÍCULO 204 quater.- Será reprimido con prisión de seis meses a tres años el que sin
autorización vendiere sustancias medicinales que requieran receta médica para su
comercialización.
A diferencia del art. 204 del Código Penal, la acción típica de este delito consiste en vender
sustancias medicinales que sólo pueden ser vendidas bajo receta médica y no en suministrarlas a
cualquier título. Además, debe hacerlo sin la autorización prevista por las leyes que regulan el
ejercicio de la farmacia.
Este delito:
- Es imputable a título de dolo, el que comprende el conocimiento de la calidad de la sustancia
y de que para la venta de ésta debe contar con una autorización de la que carece, y la
voluntad del venderla.
- El error excluye al dolo.
- Se consuma con la venta.
- Admite tentativa.
- Es de competencia federal, salvo en los casos dispuestos por las Leyes N° 23.737 y 20.052,
referidas en los delitos del art. 204 del Código Penal.
La figura exige que el autor, ya sea varón o mujer, contagie a otra persona, directa o
indirectamente, la enfermedad de transmisión sexual que padece.
El bien jurídicamente protegido es la salud pública a la que los delitos relacionados con los
estupefacientes ponen en peligro abstracto, el cual ya es una lesión considerada con relación a la
seguridad de las personas en general, la que resulta efectivamente disminuida por la sola
posibilidad de daños 2.
No obstante lo anteriormente expuesto, hay que destacar que a partir de la Convención de Viena
de 1988, la que tiene rango constitucional (art. 75 inc.22 de la CN), el delito de tráfico ilícito de
estupefacientes puede ser considerado pluriofensivo, por afectar, además de la salud pública, las
bases económicas, culturales y políticas de la sociedad y la misma seguridad y soberanía estatal.
ARTÍCULO 77 del Código Penal. Para la inteligencia del texto de este código, se tendrá presente
las siguientes reglas: …
Nos encontramos ante una norma penal en blanco, porque la tipificación de la conducta
relacionada a estas sustancias ilícitas dependerá de la inclusión de las mismas en la lista
respectiva.
2
LAJE ANAYA, Justo: “Narcotráfico y Derecho Penal Argentino – Ley 23.737”, Marcos Lerner, Editora Córdoba,
1992, pag. 31.
Art. 5º — Será reprimido con reclusión o prisión de cuatro a quince años y multa de seis mil a
quinientos mil australes el que sin autorización o con destino ilegítimo:
a) Siembre o cultive plantas o guarde semillas utilizables para producir estupefacientes, o materias
primas, o elementos destinados a su producción o fabricación;
c) Comercie con estupefacientes o materias primas para su producción o fabricación o los tenga
con fines de comercialización, o los distribuya, o dé en pago, a almacene o transporte;
d) Comercie con plantas o sus semillas, utilizables para producir estupefacientes, o las tenga con
fines de comercialización, o las distribuya, o las dé en pago, o las almacene o transporte;
Si los hechos previstos en los incisos precedentes fueren ejecutados por quien desarrolla una
actividad cuyo ejercicio dependa de una autorización, licencia o habilitación del poder público, se
aplicará, además, inhabilitación especial de cinco a quince años.
Art. 5º — Será reprimido con reclusión o prisión de cuatro a quince años y multa de seis mil a
quinientos mil australes el que sin autorización o con destino ilegítimo:
a) Siembre o cultive plantas o guarde semillas utilizables para producir estupefacientes, o materias
primas, o elementos destinados a su producción o fabricación; …
Acciones típicas:
- Sembrar plantas para producir estupefacientes.
- Cultivar esas plantas.
- Guardar semillas utilizables para producir estupefacientes o materias primas aptas para
ello, o elementos destinados a su producción o fabricación.
Conforme el agregado que la Ley 24.424 hizo a este inciso, cuando por la escasa cantidad
sembrada o cultivada y demás circunstancias surja inequívocamente que ella está destinada a
Art. 5º — Será reprimido con reclusión o prisión de cuatro a quince años y multa de seis mil a
quinientos mil australes el que sin autorización o con destino ilegítimo: …
Este delito:
- Exige dolo, incluso eventual.
- Admite tentativa.
- Es permanente.
- El tipo sólo se refiere a los estupefacientes, por tanto, si la producción y fabricación es de
materia prima, es atípico.
Art. 5º — Será reprimido con reclusión o prisión de cuatro a quince años y multa de seis mil a
quinientos mil australes el que sin autorización o con destino ilegítimo: …
c) Comercie con estupefacientes o materias primas para su producción o fabricación o los tenga
con fines de comercialización, o los distribuya, o dé en pago, a almacene o transporte;
d) Comercie con plantas o sus semillas, utilizables para producir estupefacientes, o las tenga con
fines de comercialización, o las distribuya, o las dé en pago, o las almacene o transporte;
En esta figura, la acción descripta es la de comerciar, esto es, ejercer una actividad lucrativa de
intermediación, de venta o de compra.
El sujeto activo debe poseer la calidad de comerciante, y ejercer la actividad por cuenta propia,
con habitualidad y con fin de lucro.
Este delito:
- Exige dolo, directo o eventual.
- Es permanente
Art. 5º — Será reprimido con reclusión o prisión de cuatro a quince años y multa de seis mil a
quinientos mil australes el que sin autorización o con destino ilegítimo: …
c) Comercie con estupefacientes o materias primas para su producción o fabricación o los tenga
con fines de comercialización, o los distribuya, o dé en pago, a almacene o transporte;
d) Comercie con plantas o sus semillas, utilizables para producir estupefacientes, o las tenga con
fines de comercialización, o las distribuya, o las dé en pago, o las almacene o transporte;
Esta figura requiere no sólo tener la mercadería sino que debe hacerlo con el fin específico de la
comercialización.
Sujeto activo → puede ser una persona que revista la calidad de comerciante, o que, si bien no la
tenga, pretenda realizar de modo accidental un acto de comercio.
Este delito:
- Es doloso. Exige tener conocimiento de la tenencia de la mercadería y de su calidad, con la
voluntad de tenerla para su comercialización.
- Es permanente.
Art. 5º — Será reprimido con reclusión o prisión de cuatro a quince años y multa de seis mil a
quinientos mil australes el que sin autorización o con destino ilegítimo: …
c) Comercie con estupefacientes o materias primas para su producción o fabricación o los tenga
con fines de comercialización, o los distribuya, o dé en pago, a almacene o transporte;
d) Comercie con plantas o sus semillas, utilizables para producir estupefacientes, o las tenga con
fines de comercialización, o las distribuya, o las dé en pago, o las almacene o transporte;
Este delito:
- Exige dolo, incluso eventual.
- Requiere cierta permanencia.
Este delito:
- Es permanente.
- Es doloso.
Este delito:
- Exige dolo, bastando el dolo eventual.
- Es permanente.
- Se consuma cuando la mercadería llega al lugar fijado para su entrega.
Art. 5º — Será reprimido con reclusión o prisión de cuatro a quince años y multa de seis mil a
quinientos mil australes el que sin autorización o con destino ilegítimo: …
Este delito:
- Exige dolo.
- Admite tentativa.
- Se consuma en el acto de entrega.
Este delito:
- Exige dolo, incluso eventual.
- Admite tentativa.
- La entrega y simultánea recepción determina su consumación.
Este delito:
- Exige dolo, incluso eventual.
- Se consuma con la incorporación de la sustancia en el cuerpo de quien la recibe.
Este delito:
- Exige dolo.
- Es instantáneo.
- Admite tentativa.
- Se consuma con la acción de facilitar y no cuando el tercero adquiere la tenencia.
Art. 6º — Será reprimido con reclusión o prisión de cuatro a quince años y multa de seis mil a
quinientos mil australes el que introdujera al país estupefacientes fabricados o en cualquier etapa
de su fabricación o materias primas destinadas a su fabricación o producción, habiendo efectuado
una presentación correcta ante la Aduana y posteriormente alterara ilegítimamente su destino de
uso.
En estos supuestos la pena será de tres a doce años de reclusión o prisión, cuando surgiere
inequívocamente, por su cantidad, que los mismos no serán destinados a comercialización dentro
o fuera del territorio nacional.
Si los hechos fueren realizados por quien desarrolle una actividad cuyo ejercicio depende de
autorización, licencia o habilitación del poder público, se aplicará además inhabilitación especial
de tres a doce años.
Se trata de un delito especial en razón de la calidad del sujeto activo, el cual debe ser un
importador.
Si la persona que introduce los estupefacientes no tiene esa calidad, no incurrirá en este delito
sino en el delito de contrabando calificado.
Art. 7º — Será reprimido con reclusión o prisión de ocho a veinte años y multa de treinta mil a
novecientos mil australes, el que organice o financie cualquiera de las actividades ilícitas a que se
refieren los artículos 5º y 6º precedentes.
Art. 8º — Será reprimido con reclusión o prisión de tres a quince años y multa de seis mil a
trescientos mil australes e inhabilitación especial de cinco a doce años, el que estando autorizado
para la producción, fabricación, extracción, preparación, importación, exportación, distribución o
venta de estupefacientes los tuviere en cantidades distintas de las autorizadas; o prepare o
emplee compuestos naturales, sintéticos u oficinales que oculten o disimulen sustancias
estupefacientes; y al que aplicare, entregare, o vendiere estupefacientes sin receta médica o en
cantidades mayores a las recetadas.
Art. 8º — Será reprimido con reclusión o prisión de tres a quince años y multa de seis mil a
trescientos mil australes e inhabilitación especial de cinco a doce años, el que estando autorizado
para la producción, fabricación, extracción, preparación, importación, exportación, distribución o
venta de estupefacientes los tuviere en cantidades distintas de las autorizadas; o prepare o
emplee compuestos naturales, sintéticos u oficinales que oculten o disimulen sustancias
estupefacientes; y al que aplicare, entregare, o vendiere estupefacientes sin receta médica o en
cantidades mayores a las recetadas.
Art. 8º — Será reprimido con reclusión o prisión de tres a quince años y multa de seis mil a
trescientos mil australes e inhabilitación especial de cinco a doce años, el que estando autorizado
para la producción, fabricación, extracción, preparación, importación, exportación, distribución o
venta de estupefacientes los tuviere en cantidades distintas de las autorizadas; o prepare o
emplee compuestos naturales, sintéticos u oficinales que oculten o disimulen sustancias
estupefacientes; y al que aplicare, entregare, o vendiere estupefacientes sin receta médica o en
cantidades mayores a las recetadas.
Este delito:
- Es imputable a título de dolo.
- Es formal, por cuanto no requiere que laguna persona sufra un daño en su salud, sino,
únicamente el peligro que ese daño se produzca.
- Se consuma en el momento en que se aplica, entrega o vende el estupefaciente sin cumplir
con el deber legal de exigir la receta médica.
Art. 9º — Será reprimido con prisión de dos a seis años y multa de tres mil a cincuenta mil
australes e inhabilitación especial de uno a cinco años, el médico u otro profesional autorizado
para recetar, que prescribiera, suministrare o entregare estupefacientes fuera de los casos que
indica la terapéutica o en dosis mayores de las necesarias. Si lo hiciera con destino ilegítimo la
pena de reclusión o prisión será de cuatro a quince años.
Estamos ante un delito especializado por el sujeto activo ya que sólo puede ser cometido por
profesionales autorizados para recetar.
Acciones típicas:
Prescribir (recetar)
Suministrar (aplicar) Estupefacientes susceptibles de ser recetados
Entregar
Art. 10. — Será reprimido con reclusión o prisión de tres a doce años y multa de tres mil a
cincuenta mil australes el que facilitare, aunque sea a título gratuito, un lugar o elementos, para
que se lleve a cabo alguno de los hechos previstos por los artículos anteriores. La misma pena se
aplicará al que facilitare un lugar para que concurran personas con el objeto de usar
estupefacientes.
En caso que el lugar fuera un local de comercio se aplicará la accesoria de inhabilitación para
ejercer el comercio por el tiempo de la condena, la que se elevará al doble del tiempo de la misma
si se tratare de un negocio de diversión.
Durante la sustanciación del sumario criminal el juez competente podrá decretar preventivamente
la clausura del local.
Este delito:
- Exige dolo. Este supone la intención directa de que el lugar sea utilizado por concurrentes con
los fines expresados por la ley.
Agravantes.
Art. 11. — Las penas previstas en los artículos precedentes serán aumentadas en un tercio del
máximo a la mitad del mínimo, sin que las mismas puedan exceder el máximo legal de la especie
de pena de que se trate:
Art. 12. — Será reprimido con prisión de dos a seis años y multa de seiscientos a doce mil
australes:
Art. 13. — Si se usaren estupefacientes para facilitar o ejecutar otro delito, la pena prevista para el
mismo se incrementará en un tercio del mínimo y del máximo, no pudiendo exceder del máximo
legal de la especie de pena de que se trate.
Art. 14. — Será reprimido con prisión de uno a seis años y multa de trescientos a seis mil
australes el que tuviere en su poder estupefacientes.
La pena será de un mes a dos años de prisión cuando, por su escasa cantidad y demás
circunstancias, surgiere inequívocamente que la tenencia es para uso personal.
Este artículo reprime la tenencia ilegítima de estupefacientes, aún cuando fuera para consumo
personal. Sin embargo, cuando por la escasa cantidad y demás circunstancias, surgiere
unívocamente que la razón exclusiva de esa tenencia es para un uso personal, en vez de la pena
prevista en el primer párrafo, se le aplicara al autor, la pena de un mes a dos años de prisión.
Lo que castiga la presente figura es la tenencia de la sustancia, no así el uso efectivo.
Art. 24. — El que sin autorización o violando el control de la autoridad sanitaria, ingrese en la zona
de frontera delimitada por ley, precursores o productos químicos aptos para la elaboración o
fabricación de estupefacientes, será reprimido con multa de tres mil a seiscientos mil australes,
inhabilitación especial de uno a cinco años y comiso de la mercadería en infracción, sin perjuicio
de las demás sanciones que pudieran corresponder.
Los precursores → son materias sin las cuales los estupefacientes no se pueden elaborar. Al igual
que los productos químicos, son determinados en listas que el Poder Ejecutivo Nacional, por
decreto, debe elaborar y actualizar periódicamente.
Acciones punibles:
Ingresar sin autorización en la zona de frontera, los productos, insumos o agentes
químicos aptos para la elaboración de estupefacientes.
Ingresar la misma materia y en el mismo lugar con autorización pero violando el control
de la autoridad sanitaria, no sometiéndose a ella o no observando las debidas
condiciones legales.
Estos delitos:
- Son formales y dolosos.
- Sólo el error sobre a calidad del producto excluye la culpabilidad.
Art. 25. — Será reprimido con prisión de dos a diez años y multa de seis mil a quinientos mil
australes, el que sin haber tomado parte ni cooperado en la ejecución de los hechos previstos en
esta ley, interviniere en la inversión, venta, pignoración, transferencia o cesión de las ganancias,
cosas o bienes provenientes de aquéllos, o del beneficio económico obtenido del delito siempre
que hubiese conocido ese origen o lo hubiera sospechado.
Con la misma pena será reprimido el que comprare, guardare, ocultare o receptare dichas
ganancias, cosas, bienes o beneficios conociendo su origen o habiéndolo sospechado.
A los fines de la aplicación de este artículo no importará que el hecho originante de las ganancias,
cosas, bienes o beneficios se haya producido en el territorio extranjero.
El tribunal dispondrá las medidas procesales para asegurar las ganancias o bienes
presumiblemente derivados de los hechos descritos en la presente ley. Durante el proceso el
interesado podrá probar su legítimo origen en cuyo caso el tribunal ordenará la devolución de los
bienes en el estado en que se encontraban al momento del aseguramiento o en su defecto
ordenará su indemnización. En caso contrario el tribunal dispondrá de las ganancias o bienes en
la forma prescripta en el artículo 39.
Este delito:
- Exige dolo.
- Se consuma en el momento en el que se opera esa reaceptación.
Conductas punibles:
Es la de enseñar públicamente el procedimiento, método o técnica para producir, fabricar o
emplear estupefacientes.
Es la de explicar en detalle como emplear cualquier sustancia de uso o venta libre como si
fuera estupefaciente, logrando efectos análogos a los de éste.
Ambos delitos:
- Exigen dolo.
- Son formales
Art. 29. — Será reprimido con prisión de seis meses a tres años el que falsificare recetas médicas,
o a sabiendas las imprimiera con datos supuestos o con datos ciertos sin autorización del
profesional responsable de la matrícula; quien las suscribiere sin facultad para hacerlo o quien las
aceptare teniendo conocimiento de su ilegítima procedencia o irregularidad. En el caso que
correspondiere se aplicará la accesoria de inhabilitación para ejercer el comercio por el doble de
tiempo de la condena.
Art. 37. — Reemplázanse los artículos 25 y 26 de la Ley 20.655 por los siguientes:
La misma pena tendrá el participante en una competencia deportiva que usare algunas de estas
sustancias o consintiere su aplicación por un tercero con el propósito indicado en el párrafo
anterior.
Artículo 26: Será reprimido con prisión de un mes a tres años, si no resultare un delito más
severamente penado, el que suministre sustancias estimulantes o depresivas a animales que
intervengan en competencias con la finalidad de aumentar o disminuir anormalmente su
rendimiento.
La misma pena se aplicará a quienes dieren su consentimiento para ello o utilizaren los animales
para una competencia con conocimientos de esa circunstancia.
Art. 30. — El juez dispondrá la destrucción, por la autoridad sanitaria nacional, de los
estupefacientes en infracción o elementos destinados a su elaboración a no ser que pertenecieren
a un tercero no responsable o salvo que puedan ser aprovechados por la misma autoridad.
Las especies vegetales de Papaver somniferum L., Erithroxylon coca Lam y Cannabis sativa L., se
destruirán por incineración.
En todos los casos, previamente, deberá practicarse una pericia para determinar su naturaleza,
calidad y cantidad, conservando las muestras necesarias para la sustanciación de la causa o
eventuales nuevas pericias, muestras que serán destruidas cuando el proceso haya concluido
definitivamente.
Además se procederá al comiso de los bienes e instrumentos empleados para la comisión del
delito, salvo que pertenecieren a una persona ajena al hecho y que las circunstancias del caso o
elementos objetivos acreditaren que no podría conocer tal empleo ilícito. Igualmente se procederá
a la incautación del beneficio económico obtenido por el delito.
1º El que, sin título ni autorización para el ejercicio de un arte de curar o excediendo los límites de
su autorización, anunciare, prescribiere, administrare o aplicare habitualmente medicamentos,
aguas, electricidad, hipnotismo o cualquier medio destinado al tratamiento de las enfermedades
de las personas, aun a título gratuito;
3º El que, con título o autorización para el ejercicio de un arte de curar, prestare su nombre a otro
que no tuviere título o autorización, para que ejerza los actos a que se refiere el inciso 1º de este
artículo.
Este artículo castiga tres formas distintas de ejercer ilegalmente la medicina, las cuales ponen en
peligro la salud pública por el daño que pueden acarrear al bienestar físico de las personas en
general, en razón de los perjuicios que pueden sufrir los pacientes al ser atendidos médicamente
por sujetos idóneos y desviados así de la asistencia competente.
El bien jurídico protegido por esta figura es la salud pública, sin que sea necesario, para la
configuración de sus distintos tipos, que efectivamente se haya producido un resultado concreto
de perjuicio personal a alguien, más allá del peligro cierto corrido al desviarse el diagnostico o
tratamiento de una presunta enfermedad a manos de quien carece de las calidades legales
necesarias.
I. Curanderismo.
Incurre en curanderismo el que sin título ni autorización para el ejercicio de un arte de curar o
excediendo los límites de su autorización, anunciare, prescribiere, administrare o aplicare
habitualmente medicamentos, aguas, electricidad, hipnotismo o cualquier medio destinado al
tratamiento de las enfermedades de las personas, aun a título gratuito (inc. 1°).
Realiza la conducta típica el que sin título o autorización, de manera onerosa o gratuita, pública o
privada, ordena, suministra, emplea o utiliza habitualmente un tratamiento médico.
Autorización → es la facultad otorgada por una autoridad competente para que una persona sin
título que la habilite, ejerza el arte de curar.
Este delito:
- Exige dolo específico, ya que requiere la finalidad de realizar actos de cura.
- No admite tentativa.
- Se consuma con el acto del autor, sin necesidad de resultado alguno.
II. Charlatanismo.
Inc. 2º El que, con título o autorización para el ejercicio de un arte de curar, anunciare o
prometiere la curación de enfermedades a término fijo o por medios secretos o infalibles;
Estamos ante un delito especial, ya que el sujeto activo debe ser alguien autorizado para el
ejercicio del arte de curar.
Este delito:
- Exige dolo.
- No admite tentativa.
- Se consuma con el acto del autor, sin necesidad de resultado alguno.
Inc. 3º El que, con título o autorización para el ejercicio de un arte de curar, prestare su nombre a
otro que no tuviere título o autorización, para que ejerza los actos a que se refiere el inciso 1º de
este artículo.
La comisión de este delito, requiere que la persona habilitada para curar consiente que un tercero
no habilitado, se instale a su nombre y realice actos de cura como si fuera él, al amparo de su
título o autorización.
Este delito:
- Exige dolo. El autor debe conocer que el beneficiario carece de título o autorización.
- No admite tentativa.
- Se consuma con el ejercicio por el tercero del arte de curar a nombre del prestanombre. El
tercero es un participe necesario del delito.
ARTÍCULO 207. - En el caso de condenación por un delito previsto en este Capítulo, el culpable,
si fuere funcionario público o ejerciere alguna profesión o arte, sufrirá, además, inhabilitación
especial por doble tiempo del de la condena. Si la pena impuesta fuere la de multa, la
inhabilitación especial durará de un mes a un año.