Comprensión Lectora 1
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Caral-Supe o Norte Chico fue contemporánea de otras civilizaciones como las de China, Egipto,
India y Mesopotamia; este sitio tuvo una organización teocrática, estuvo rodeada por otras
civilizaciones enmarcadas aún en lo que se denomina "sociedad aldeana".
Hace 5000 años los habitantes del valle de Supe lograron un aprovechamiento intensivo de las
especies marinas (pescados y moluscos), mediante el desarrollo de una avanzada tecnología de
pesca con redes de algodón, cordeles, anzuelos y embarcaciones.
Esta innovación tecnológica fue posible debido a la alta productividad de los agricultores de
algodón del interior del valle. Asimismo, la capacidad económica de los pescadores, como los de
Áspero, contribuyó al sostenimiento de la población agricultora del valle.
Instrumentos de Pesca de Caral.
Con el algodón se hicieron cordeles, redes de pescar, ropa, y con los mates, flotadores. Estos
materiales mejoraron la tecnología pesquera y optimizaron su producción
Organización Social y Política de la Cultura. El prestigio del sistema social de las poblaciones de
Caral y su área de influencia lo convirtió en modelo y trascendió más allá de su espacio y tiempo;
marcó al proceso cultural en el mundo andino hasta el imperio Inca, último Estado prehispánico,
formado 4400 años después.
La organización social y política de Caral se caracterizó por:
- La división del trabajo, una mayoría dedicada a la producción de alimentos y los especialistas
encargados de la conducción política y religiosa de la población, así como de la producción de
conocimientos y su aplicación.
Ayllus
Grupos de familias emparentadas, que trabajaban una misma porción de tierras en el valle y
pertenecían a un determinado asentamiento o pachaca.
Curacas y principales
Cada asentamiento o pachaca estaba representado por una autoridad o curaca, además de los
“principales” de sus ayllus.
Estas autoridades retornaban servicios a los principales e integrantes de sus ayllus prediciendo y
asegurándoles determinadas condiciones naturales y sociales. Fueron los conductores de las
actividades agrarias, económicas, religiosas y constructivas.
Pachacas
Los pobladores del valle de Supe estuvieron organizados en centros urbanos de diverso tamaño y
complejidad, mantenidos por una economía autosuficiente, y conducidos en lo político y
administrativo por sus propias autoridades, los curacas. Tenían sus dioses y prácticas religiosas, en
los que sustentaban su identidad. Estaban integrados por vínculos económicos (la tierra y el agua),
religiosos y culturales (dioses y ancestros) reforzados en ceremonias públicas colectivas, de
periódica realización.
Sayas
Los asentamientos del valle de Supe estuvieron distribuidos en cada margen del río, en número
similar, según el patrón dual de la cosmovisión de la sociedad de Supe. Cada saya (mitad) estaba
integrada por un número de pachacas (asentamientos), tanto en la margen izquierda como en la
derecha.
Cada parcialidad o saya estuvo bajo la autoridad del icho Huari y del Allauca Huari, la primera o la
segunda persona, como refieren los cronistas.
Huno
Por encima de las autoridades de ambas parcialidades estaba el curaca del valle, que era el Huno o
Uno. Este mandaba sobre las autoridades de las parcialidades, de las pachacas y ayllus, en un
sistema jerarquizado; representaba la unificación de la cuenca y la nacionalidad de sus pobladores;
conducía el gobierno del Estado y residía en la ciudad capital.
La presencia de edificios públicos con plaza circular hundida en casi todos los asentamientos
urbanos estaría relacionada con determinadas funciones públicas, de reconocimiento al Estado.
El poder político del curaca principal mantuvo, sin embargo, descentralizadas las funciones de la
pachaca, ya sea en lo político, económico o ideológico: cada una tenía sus propios señores,
especialistas, agricultores y servidores. Al curaca principal le bastaba el cumplimiento de la
tributación, en bienes y, sobre todo, en prestación de servicios. Su influencia y prestigio se habrían
extendido al área norcentral durante este período.
La Importancia de la Especialización
En la sociedad de Caral se dieron las condiciones para que las actividades estuvieran a cargo de
grupos especializados; esto potenció el desarrollo de los conocimientos y las técnicas, que junto a
la organización del trabajo generó una mayor productividad. Los excedentes fueron invertidos en
proyectos de beneficio público y en el mantenimiento de las autoridades, funcionarios y los
familiares de estos.
Los estudios sobre las construcciones arquitectónicas y los materiales culturales asociados con
ellas, recuperados en Caral, Chupacigarro, Miraya, Lurihuasi y Áspero (Supe), y Vichama (Huaura),
permiten identificar a personajes de la sociedad, que desempeñaban diversas funciones como:
1. Curacas, quienes fueron los encargados del manejo político y económico de los asentamientos y
de los servicios religiosos,
5. Especialistas en medicina.
7. Músicos.
8. Comerciantes.
13. Agricultores.
14. Pescadores.
Medicina
El conocimiento médico está evidenciado en la presencia recurrente de plantas conocidas por sus
propiedades curativas; muchas de ellas fueron enterradas en contextos de ofrendas.
Son numerosos los paquetes doblados de tallos y hojas de sauce (Salix humboldtiana), dejados en
diversos contextos, y dentro de hoyos. Los habitantes de la zona los usan para atenuar los dolores
de cabeza. Es interesante recordar que el principio activo de la Aspirina es el ácido acetilsalicílico,
cuya versión natural se extrae del sauce.
Alimentación Balanceada
Consumieron vegetales combinados con productos marinos, peces, moluscos y crustáceos. Entre
los peces seleccionaron a las anchovetas y sardinas, especies conocidas por su alto contenido
proteico, así como por su fácil deshidratación para fines comerciales. El intercambio interregional
favoreció la diversidad de productos complementarios.
La Anchoveta
En épocas prehispánicas, la anchoveta (Engraulis ringens) tuvo una presencia muy importante en
la alimentación. Se han recuperado evidencias de su consumo en varios asentamientos desde el
período Precerámico Medio (7000 a 3000 a.C.).
Entre todas las especies marinas consumidas, la anchoveta tuvo un lugar preferencial debido a su
abundancia, a sus condiciones físicas que facilitan su deshidratación y conservación, y a su alto
valor nutritivo.
Mediante técnicas de secado y salado se logró conservar y almacenar el pescado por largo tiempo.
Esta abundante especie marina sustentó el intenso intercambio entre pescadores y agricultores y
fomentó una compleja esfera de interacción, que integró a poblaciones de costa, sierra y selva.
AGRICULTURA CARAL.
En cada uno de los siete asentamientos que vienen siendo excavados se han recuperado
instrumentos que fueron usados en las actividades cotidianas preparación y consumo de
alimentos. Al igual que en las sociedades tardías, la organización de grandes festines y banquetes
por parte de la clase gobernante habría permitido afianzar los lazos de cohesión de la población.
El registro arqueológico demuestra que los caralinos usaron mates como contenedores, botellas,
tazas y platos; también, cucharas de madera tallada, platos, tazones y morteros de piedra. Para
contener algunas sustancias también usaron valvas de moluscos.
Una de las actividades más importantes que caracterizó a la sociedad de Caral fue la producción y
el almacenamiento de algodón en gran escala. Esto se evidencia en el hallazgo de abundantes
semillas y motas de algodón (Gossypium barbadense) en sus diversos asentamientos. Destacan los
grandes atados compactos de algodón de colores, pardo, marrón, crema y beige, procedentes de
Miraya y la Ciudad Sagrada de Caral.
Sin embargo, no se dejó de lado el uso de otras fibras vegetales (totora, junco, cabuya,
enredadera, corteza de madera, etc.) que antecedieron al uso de algodón en la producción textil.
Más bien, con la mezcla de los materiales se añadieron nuevas posibilidades al tejido, como en el
caso del quipu, recuperado en el Edificio Piramidal La Galería de la Ciudad Sagrada de Caral.
La élite se diferenció por los adornos personales (collares de cuentas de concha de moluscos) y los
bienes de prestigio (tejidos de algodón, utensilios, entre otros), de uso exclusivo
Ofrendas.
Gran parte del material arqueológico recuperado ha sido encontrado en contextos de ofrendas. Es
recurrente el hallazgo de conglomerados de vegetales, fragmentos de cuarzo, choros y alimentos,
acomodados, enterrados y muchas veces quemados.
Ofrendas Enrejadas
Se trata de complejas ofrendas, consistentes en ejes florales de cabuya amarrados entre sí a modo
de una litera. Están asociadas con numerosos y diversos componentes: minerales, como cuarzos,
vegetales, plumas, fibras, algodón, así como diversos objetos manufacturados. Ellas revelan un
profundo contenido simbólico.
Importancia del Arte y La Música de la Cultura Caral. Se han recuperado tres conjuntos musicales,
conformados por instrumentos de viento, que ratifican la práctica musical colectiva y la
organización compleja en la sociedad de Caral. Ellos estuvieron asociados con caracoles, como
instrumentos de percusión.
El arte musical tuvo un rol importante en las actividades de la población; esta tradición ha
continuado como parte de la herencia cultural de las sociedades andinas de todos los tiempos.
La música ha sido, desde los albores de la civilización andina, parte fundamental del ceremonial y
la religiosidad. Prueba de ello es el hallazgo de 32 flautas depositadas como ofrendas bajo el piso
de la plaza circular en la Pirámide del Anfiteatro. Fueron colocadas sobre una piedra cortada
acompañadas por un canto rodado a un lado y al otro por una figurina de barro crudo sin rostro
que se deshacía al tacto, todo cubierto por más piedras cortadas. Se les ha clasificado como
"flautas traversas", pues son tubos delgados con un orificio central de forma ovalada que sirve de
embocadura.
Sólo en dos casos dicha abertura es rectangular. En el fondo de la embocadura un triángulo hecho
de arcilla cruda sirve de tabique regulador que distribuye el aire entrante hacia ambos extremos.
Fueron elaboradas usando huesos de ala de pelícano. Las flautas están decoradas con
representaciones de monos, aves, serpientes y figuras humanas. Algunas no presentan ningún tipo
de decoración.
En otro sector de la misma Pirámide del Anfiteatro fue hallado otro conjunto de 38 instrumentos
de vientos, posiblemente cornetas hechas con hueso de camélido o venado. Estas no tienen
embocadura sobre el tubo y su superficie está decorada con canales horizontales.