Parashat VaYetze # 7 Adul 6018

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“Y temió, y dijo: ¡Cuán temible es este lugar!

No es este sino casa de Elohím, y está puerta de


shamáyim.” Bereshít 28:17
Sh´liaj Yoshua Ben Efrayim

Medellín 5046747 , (+57) 300 5416694


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Teshí 9 del 6018 / 17 de Noviembre del 2018

Sh´liaj Yoshua Ben Efrayim


Parashat # 7

Va yetzé – – Y Salió

Lectura de la Toráh
Bereshít (Gn) 28:10-32:3
▪ Kohén (pastor) 28:10-29:8
▪ Leví 29:9-30
▪ Sh’lishi (tercero) 29:31-30:13
▪ Reví (cuarto) 30:14-32
▪ Jamishí (quinto) 30:33-31:7
▪ Shishí (sexto) 31:8-25
▪ Shevií (séptimo) 31:26-44
▪ Maftir (ultimo en leer) 31:45-32:3

Lectura de la Haftarah (de los Nebiím)


Hoshéa (Os) 11:7-14:9
Lectura de la Brit Ha Jadasháh
1 Qr 10:19-23

Parashat 7 Vayetzé
10 Y salió, Yaaqób de Beer Shebá, y se fue hacia Jarán.
11 Y se encontró en un lugar, y pasó la noche allí, porque se metió el sol; y tomó piedras del
lugar y las puso para su cabeza, y se acostó en ese lugar.
12 Y tuvo una visión: Y he aquí, una escalera estaba apoyada en la tierra, y su cabeza tocaba
shamáyim; y he aquí, unos mensajeros de Elohím subían y descendían por ella.
13 Y he aquí, Yahweh se mantenía en pie sobre ella, y dijo: Yo soy Yahweh, Eloheí de Abraham
tu padre, y Eloheí de Yitzjaq; la tierra en que tu estas acostado sobre ella la daré a ti y a tu
descendencia.
14 Y será tu descendencia como el polvo de la tierra, y abrirás brecha hacia el occidente, y hacia
el oriente, y hacia el norte y hacia el sur; y a ti bendecirán todas las familias de la tierra y a tú
descendencia.
15 Y he aquí, yo estoy contigo, y te guardaré en todo donde camines, y te volveré a esta tierra;
ciertamente entre tanto no te dejaré, porque sí haré, lo que te hablé.
16 Y Yaaqób se despertó de su dormir, y dijo: Ciertamente Yahweh está en este lugar, y yo no lo
sabía.
17 Y temió, y dijo: ¡Cuan temible es este lugar! No es este sino casa de Elohím, y esta es puerta
de shamáyim.
Sh´liaj Yoshua Ben Efrayim
18 Y Yaaqób madrugó en la mañana, y tomó la piedra que puso por su cabecera, y la puso por
monumento, y derramó aceite sobre su cabecera.
19 Y llamó el nombre de ese lugar Beit El (casa de Elohím) y ahora bien, Luz era primero el
nombre de la ciudad.
20 Y Yaaqób hizo voto, diciendo: Si estuviera Elohím conmigo, y me guardare en este camino
que yo voy, y me diere alimento para comer y vestido para vestirme,
21 y volviere en shalóm a la casa de mi padre, Yahweh será para mí por Elohím.
22 Y esta piedra que he puesto por monumento, será casa de Elohím y todo lo que me diere, el
diezmo te diezmaré.
29 1 Y Yaaqób levantó sus pies, y se fue hacia la tierra de los hijos del oriente.
2 Y miró, y he aquí un pozo en el campo; y he aquí, había allí tres rebaños de ovejas recostados
sobre él, porque de ese pozo abrevaban los rebaños; y había una gran piedra sobre la boca del
pozo.
3 Y se reunieron allí todos los rebaños; y rodaban la piedra de sobre la boca del pozo, y
abrevaban las ovejas, y volvían la piedra sobre la boca del pozo a su lugar.
4 Y Yaaqób les dijo: Mis hermanos, ¿De dónde sois vosotros? Y dijeron: De Jarán somos
nosotros.
5 Y les dijo: ¿Acaso conocéis a Labán hijo de Najór? Y dijeron: Le conocemos.
6 Y les dijo: ¿Acaso el tiene Shalóm? Y dijeron: Shalóm, y he aquí, Rajél su hija viene con las
ovejas.
7 Y dijo: He aquí, aún hoy está pleno; no es tiempo para reunir el ganado; abreven las ovejas, y
vayan a apacentarlas.
8 Y dijeron: No se puede, hasta que se reúnan todos los rebaños, y rueden la piedra sobre la boca
del pozo, y abrevemos las ovejas.
9 Mientras él hablaba con ellos, Rajél vino con las ovejas que eran de su padre, porque ella era
pastora.
10 Y sucedió cuando Yaaqób vio a Rajél, hija de Labán hermano de su madre, y a las ovejas de
Labán hermano de su madre, se acercó Yaaqób y rodó la piedra de sobre la boca del pozo, y
abrevó las ovejas de Labán hermano de su madre.
11 Y Yaaqób besó a Rajél, y levantó su voz y lloró.
12 Y Yaaqób relató a Rajél que él era hermano de su padre, y que él era hijo de Ribqáh; y corrió,
y relató a su padre.
13 Y sucedió cuando oyó Labán a Yaaqób, hijo de su hermana, corrió a encontrarle, y le abrazó y
le besó y le trajo a su casa; y contó a Labán todas estas cosas.
14 Y Labán le dijo: Ciertamente eres de mi hueso y de mi carne. Y residió con él un mes.
15 Y Labán dijo a Yaaqób: ¿Acaso porque eres mi hermano, me servirás de balde? Infórmame
cuánto es tu salario.
16 Y Labán tenía dos hijas: El nombre de la mayor era Leáh, y el nombre de la menor, Rajél.
17 Y los ojos de Leáh eran tiernos, y Rajél era de hermoso aspecto y hermosa apariencia.
18 Y Yaaqób amo a Rajél, y dijo: Te serviré siete años por Rajél tu hija la menor.
19 Y Labán dijo: Bueno la daré para ti, que entregarla a otro hombre; establécete conmigo.
20 Y Yaaqób sirvió por Rajél siete años; y fueron a sus ojos como algunas jornadas, por su amor
a ella.

Sh´liaj Yoshua Ben Efrayim


21 Y Yaaqób dijo a Labán: Dame a mi esposa, porque se cumplieron los años, para llegarme a
ella.
22 Y Labán reunió a todos los hombres del lugar, e hizo banquete.
23 Y sucedió en la tarde que tomó a Leáh su hija, y la llevó a él; y se llegó a ella.
24 Y Labán le dio su sierva Zilpáh a Leáh su hija por su sierva.
25 Y sucedió en la mañana, he aquí ella era Leáh; y dijo a Labán: ¿Qué es esto que me hiciste?
¿Acaso contigo no he servido por Rajél? Y ¿Por qué me engañaste?
26 Y Labán dijo: No se hace así en nuestro lugar, dar la menor antes que la mayor.
27 Cumple la semana de ésta, y te daré también está por el servicio, de modo que sirvas conmigo
otros siete años.
28 Y Yaaqób hizo así, y cumplió esta semana; y le dio a Rajél su hija para él por esposa.
29 Y Labán dio a Rajél su hija a su sierva Bilháh para ella por su sierva.
30 Y se llegó también a Rajél, y amó también a Rajél más que a Leáh; y sirvió con él otros siete
años.
31 Y Yahweh vio que la aborrecida era Leáh, y abrió su vientre; y Rajél era estéril.
32 Y Leáh quedó en cinta, y dio a luz un hijo, y llamó su nombre Reubén, porque dijo ella: Pues
Yahweh vio mi aflicción; porque ahora, me amará mi marido.
33 Y quedó encinta otra vez, y dio a luz un hijo, y dijo: Porque oyó Yahweh que yo era
aborrecida, y me dio también a éste, y llamó su nombre Shimón.
34 Y quedó en cinta otra vez, y dio a luz un hijo, y dijo: Ahora esta vez se unirá mi marido
conmigo, porque le he dado a luz tres hijos; por eso, llamó su nombre Leví.
35 Y quedó en cinta otra vez, y dio a luz un hijo, y dijo: Esta vez alabaré a Yahweh; por eso
llamó su nombre Yahudáh; y se detuvo de dar a luz.
30 1 Y viendo Rajél que no daba a luz a Yaaqób, Rajél sintió envidia por su hermana, y dijo a
Yaaqób: Dame hijos, y si no, yo me muero.
2 Y Yaaqób se encendió de ira contra Rajél, y dijo: ¿Acaso yo soy Elohím en su lugar, que
detuvo de ti el fruto del vientre?
3 Y dijo: Mira mi sierva Bilháh; llega a ella, y dará a luz sobre mis rodillas, y yo también
edificaré de ella.
4 Y le entregó a Bilháh la sierva de ella por esposa; y se llegó Yaaqób a ella.
5 Y Bilháh quedó encinta, y dio a luz un hijo a Yaaqób.
6 Y Rajél dijo: Me juzgó Elohím, y también oyó mi voz, y me dio un hijo. Por tanto llamó su
nombre Dan.
7 Y quedó en cinta otra vez y Bilháh sierva de Rajél, dio a luz el segundo hijo a Yaaqób.
8 Y Rajél dijo: He luchado con Elohím, he rivalizado con mi hermana, también lo he logrado. Y
llamó su nombre Naftalí.
9 Y Leáh, vio que se detuvo de dar a luz, y tomó a Zilpáh sierva de ella, y dio a ella a Yaaqób por
esposa.
10 Y dio a luz Zilpáh sierva de Leáh un hijo a Yaaqób.
11 Y dijo Leáh: Con ventura; y llamó su nombre Gat.
12 Y dio a luz Zilpáh la sierva de Leáh el segundo hijo a Yaaqób.
13 Y dijo Leáh: Por mi dicha; porque me dirán para bien las hijas; y llamó su nombre Asher.

Sh´liaj Yoshua Ben Efrayim


14 Y fue Reubén en las jornadas de la ciega del trigo, y halló mandrágoras en el campo, y las
trajo a Leáh su madre; y dijo Rajél a Leáh: Por favor dame las mandrágoras de tu hijo.
15 Y le dijo: ¿Acaso es poco es que tomes mi marido, tomarás también las mandrágoras de mi
hijo? Y dijo Rajél: Pues bien duerme contigo esta noche en vez de las mandrágoras de tu hijo.
16 Y Yaaqób, vino del campo en la tarde, y salió Leáh para llamarle, y dijo: Llégate a mí, porque
por sueldo te alquilé por unas mandrágoras de mi hijo. Y durmió con ella esa noche.
17 Y Elohím oyó a Leáh; y quedó en cinta, y dio a luz el quinto hijo a Yaaqób.
18 Y dijo Leáh: Elohím ha dado mi salario, porque di mi sierva a mi marido; y llamó su nombre
Yisaskár.
19 Y quedó en cinta otra vez Leáh, y dio a luz el sexto hijo a Yaaqób.
20 Y Leáh dijo: Elohím me regaló un regalo bueno; otra vez me concederá un lugar de
preferencia mi marido, porque he dado a luz de él seis hijos; y llamó su nombre Zebulún.
21 Y después dio a luz una hija, y llamó el nombre de ella Dináh.
22 Y se acordó Elohím de Rajél, y Elohím la oyó, y abrió su vientre.
23 Y quedó en cinta, y dio a luz un hijo, y dijo: Elohím retiró mi afrenta;
24 y llamó su nombre Yoséf, diciendo: Me añadió Yahweh otro hijo.
25 Y sucedió cuando dio a luz Rajél a Yoséf, dijo Yaaqób a Labán: Envíame, y me iré al lugar,
de mi tierra.
26 Dame a mis esposas y a mis niños, porque te he servido por ellas, y me iré; pues tú conoces mi
servicio como te serví.
27 Y le dijo Labán: Si ahora he hallado favor en tus ojos, he adivinado y me ha bendecido
Yahweh por tu causa.
28 Y dijo: señálame tu salario, y lo daré.
29 Y él dijo: Tú conoces cómo te he servido, y cómo estuvo tú ganado conmigo.
30 Pues poco es lo que tenía contigo antes de mí, y abrí paso en abundancia, y la bendición de
Yahweh está contigo por mis pies; y ahora, ¿Hasta cuándo yo trabajaré también por mi casa?
31 Y dijo: ¿Qué te daré? Y Yaaqób dijo: No me des nada; si hicieres para mí esta cosa, volveré a
apacentar tus ovejas y las cuidaré.
32 Pasaré hoy por todas tus ovejas, le apartaré de allí todas las ovejas salpicadas y de color
manchada, y toda las ovejas oscuras de entre las cabras, y de color manchada, y salpicada y
manchada de color, y toda oveja oscura entre las cabras, y las de color manchado y salpicado
entre las cabras; será mi salario.
33 Y responderá mi justicia en la jornada de mañana, cuando venga por mi salario delante de ti;
todo lo que no es salpicado y de color manchado entre cabras, y oscura entre las cabras; es robado
por mí.
34 Y Labán dijo: He aquí, quizá, sea conforme a tu palabra.
35 Y separó en aquel momento los machos cabríos de los listados, y de los machos de colores a
todas las cabras salpicadas y las manchadas de colores, de todo lo que tenía blanco en ellas, y
todo lo oscuro entre las cabras y lo puso en mano de sus hijos.
36 Y puso tres jornadas de camino entre él y entre Yaaqób; y Yaaqób apacentó los restos de las
ovejas de Labán.
37 Y Yaaqób tomó para él el rebaño blanco y avellano y castaño, y descortezó en ellas tiras
blancas, descubriendo el blanco que había sobre las varas.

Sh´liaj Yoshua Ben Efrayim


38 Y puso las varas que descortezó en canales en los abrevaderos del agua, cuando venían las
ovejas a los bebederos, frente a las ovejas que se ponían en celo cuando venían para beber.
39 Y se ponían en celo las ovejas en las varas; y parián las ovejas listadas, salpicadas y
manchadas de colores.
40 Y Yaaqób apartaba las cabras, y las ponía delante de las ovejas hacia los listados y todo los
oscuros con las ovejas de Labán. Y él ponía aparte el ganado, y no lo ponía con las ovejas de
Labán.
41 Y sucedía cuando todas las ovejas estaban en celo, las ataban y ponía Yaaqób las varas a ojos
de las ovejas en los canales, para concebir junto a las varas.
42 Y cuando las ovejas eran débiles, no las ponía; y sucedió que las débiles eran para Labán, y las
que estaban atadas para Yaaqób.
43 Y se abrió camino el hombre más y más, y él tenía muchas ovejas, y siervas y siervos, y
camellos y asnos.
31 1 Y oía las palabras de los hijos de Labán, diciendo: Yaaqób tomó todo lo que es de nuestro
padre, y de lo que es de nuestro padre, hizo toda esta riqueza.
2 Y Yaaqób miró el rostro de Labán, y he aquí, no era con él como era antes en el pasado.
3 Y Yahweh dijo a Yaaqób: Vuelve a la tierra de tus padres, y al lugar de tu nacimiento, y estaré
contigo.
4 Y Yaaqób, envió, y llamó a Rajél y a Leáh al campo hacia sus ovejas,
5 y les dijo: Yo veo el rostro de vuestro padre que no es hacia mí como antes en el pasado; y el
Eloheí de mi padre ha estado conmigo.
6 Y vosotras sabéis que con toda mi fuerza he servido a vuestro padre;
7 y vuestro padre me ha engañado, y cambiado mí salario diez veces; y Elohím no le permitió
hacerme mal.
8 Si decía así: Tu salario será las salpicadas, y concebían todas las ovejas salpicadas; y si decía:
Tu salario; será las listadas y concebían todas las ovejas listadas.
9 Y Elohím despojó al ganado de vuestro padre, y me lo dio.
10 Y sucedió en el tiempo que concebían las ovejas, y alcé mis ojos y vi en visión, y he aquí, los
machos cabríos subían sobre las ovejas listadas, salpicadas y manchadas.
11 Y me dijo un mensajero de Elohím en visión: Yaaqób y dije: Heme aquí.
12 Y dijo: Alza ahora tus ojos, y verás todos los machos cabríos que suben sobre las ovejas
listadas, salpicadas y manchadas; pues he visto todo lo que Labán te hace.
13 Yo soy el Elohím de Beit El, allí donde ungiste la piedra memorial, allí donde me hiciste voto.
Ahora levántate sal de esta tierra y vuelve a la tierra de tu lugar de nacimiento.
14 Y respondieron Rajél y Leáh y dijeron a él: ¿Acaso aún para nosotras hay parte y heredad en
casa de nuestro padre?
15 ¿Acaso no nos considera extrañas para él, pues nos vendió, y se comió también la comida de
nuestro dinero?
16 Porque toda la riqueza que ha quitado Elohím de nuestro padre, es de nosotras y de nuestros
hijos; y ahora, todo lo que te dijo Elohím, hazlo.
17 Y Yaaqób se levantó, y subió a sus hijos y a sus esposas sobre los camellos.
18 Y condujo a todo el ganado comprado, y a todas sus ganancias que acumuló, el ganado de sus
posesiones que adquirió en Padán Aram, para ir a Yitzjaq su padre, hacia la tierra de Kenáan.

Sh´liaj Yoshua Ben Efrayim


19 Y Labán caminó a trasquilar sus ovejas; y Rajél hurtó los terafím que eran de su padre.
20 Y Yaaqób actuó solapadamente con Labán Aramí, por no informarle porque huía.
21 Y huyó él, y todo lo que era de él; y se levantó y cruzó el río, y se puso enfrente del monte
Gilad.
22 E informaron a Labán en la jornada tercera cuando huyó Yaaqób.
23 Y tomó a sus hermanos con él, y persiguió detrás de él camino de siete jornadas, y le alcanzó
en el monte Gilad.
24 Y vino Elohím a Labán el Aramií en visión de noche, y le dijo: Guárdate para que no hables
con Yaaqób ni bien incluso mal.
25 Y Labán, alcanzó a Yaaqób, y Yaaqób; clavó su tienda en el monte; y Labán la clavó con sus
hermanos en el monte Gilad.
26 Y Labán dijo a Yaaqób: ¿Por qué hiciste esto, actuaste solapadamente, y trajiste a mis hijas
como cautivas a espada?
27 ¿Por qué te escondiste para huir, y me hurtaste, y no me informaste y te habría enviado con
regocijo, y con cantos de pandero y con arpa?
28 Y no me permitiste besar a mis hijos y a mis hijas, ahora, neciamente hiciste.
29 Hay poder en mi mano para hacer con vosotros mal; y Eloheí de vuestro padre anoche me
dijo, diciendo: guárdate de hablar con Yaaqób ni bien incluso mal.
30 Y ahora ciertamente caminaste, pues verdaderamente deseaste la casa de tu padre, ¿Por qué
hurtaste mis eloheí?
31 Y Yaaqób respondió y dijo a Labán: Porque temí; pues dije no sea que arranque tus hijas para
que no estén conmigo.
32 Con quien hallare a tus eloheí, que no viva; delante de nuestros hermanos reconócelo tu el que
este conmigo, y tómalo para ti. Y no sabía Yaaqób que Rajél los había hurtado.
33 Y entró Labán en la tienda de Yaaqób, y en la tienda de Leáh, y en la tienda de las dos siervas,
y no halló; y salió de la tienda Leáh, y entró en la tienda de Rajél.
34 Y Rajél tomó los terafím y los puso en la albarda del camello, y se sentó sobre ellos; y palpó
Labán toda la tienda y no los halló.
35 Y dijo su padre: No se enoje contra mis ojos mi señor, porque no puedo levantarme delante de
ti; pues tengo la costumbre de las esposas. Y buscó, y no halló los terafím
36 Y se enojó Yaaqób, y riñó con Labán; y respondió Yaaqób y dijo a Labán: ¿Cuál es mi
rebelión? ¿Cuál es mi errar el blanco, porque me persigues?
37 Porque palpaste todos los utensilios, ¿Qué hallaste de todos los utensilios de tu casa? Ponga
aquí delante de mis hermanos y tus hermanos, y decidan entre nosotros dos.
38 Estos veinte años yo estuve contigo; tus ovejas y tus cabras no abortaron, ni el carnero de tus
ovejas comí.
39 Yo no te traje lo devorado por las fieras: ellas faltaban de mi mano; buscaba las hurtadas en la
claridad y las hurtadas en la noche.
40 Estando en la claridad me consumía el calor, y la helada en la noche, y mi dormitar huía de
mis ojos.
41 Estos veinte años para mí en tu casa; te he trabajado catorce años por dos de tus hijas, y seis
años por tus ovejas, y mi salario lo cambiaste diez veces.

Sh´liaj Yoshua Ben Efrayim


42 Si no fuera por el Eloheí de mi padre, Eloheí de Abraham y el temor de Yitzjaq, ciertamente
me enviaría ahora vacio con mi aflicción, y miró Elohím, y le pleiteó anoche por el trabajo de la
palma de mi mano.
43 Y Labán respondió y dijo a Yaaqób: Las hijas son mis hijas, y los hijos, son mis hijos, y las
ovejas mis ovejas, y todo lo que tú ves es mío, y a mis hijas: ¿Qué haré a estas hoy o a sus hijos
que han dado a luz?
44 Y ahora, ven, cortemos un pacto yo y tu, y será por testimonio entre mi y tú.
45 Y Yaaqób tomó una piedra, y levantaron una piedra por memorial.
46 Y Yaaqób dijo a sus hermanos: Recojan piedras. Y tomen piedras e hicieron un majano, y
comieron allí sobre el majano.
47 Y lo llamó Labán, Yegár Sahadutá; y Yaaqób lo llamó, Galed.
48 Y Labán dijo: Este majano hoy es testimonio entre yo y tú; por eso llamó su nombre Galed.
49 Y Mitzpáh, porque dijo: Atalaye Yahweh entre yo y tú, cuando se esconda cada uno de su
amigo.
50 Si afligiere a mis hijas, y si tomas esposas sobre mis hijas, nadie esté con nosotros; mire,
Elohím y sea testigo entre yo y tú.
51 Y Labán dijo a Yaaqób: He aquí este majano, y he aquí la piedra memorial, que yo señalo
entre yo y tú.
52 Testigo sea este majano, y he aquí, la piedra memorial sea testimonio, he aquí, yo no cruzaré
este majano, y tú no cruzarás contra mí este majano, y esta piedra memorial para mal.
53 El Eloheí de Abraham y el Eloheí de Najór juzgue entre nosotros, el Eloheí de sus padres. Y
juró Yaaqób por el temor de su padre Yitzjaq.
54 Y Yaaqób mato un animal en el monte a sus hermanos, para comer el alimento; y comieron el
alimento, y permanecieron en el monte.
32 1 Y madrugó Labán en la mañana, y besó a sus hijos y a sus hijas, y les bendijo; y Labán se
fue y volvió a su lugar.
2 Y Yaaqób anduvo por su camino, y se encontraron con él unos mensajeros de Elohím.
3 Y Yaaqób dijo cuando les vio: Campamento de Elohím es este; y llamó el nombre de aquel
lugar Majanayím.

1 Qr 10:19-23
1 Qr 10:19 ¿Y qué digo, yo? ¿Acaso el sacrificio a los Elilím está en la raíz de la palabra, o que
los Elil existen en la raíz de la palabra?
20 Al contrario; las naciones que ofrecen sacrificios, ellos los sacrifican a los devastadores, y no
a Elohím; y no es de mi agrado que vosotros hagáis compañeros de los devastadores.
21 No podéis beber de la copa del Soberano, y de la copa de los devastadores; no podéis
juntaros a la mesa del Soberano, y a la mesa de los devastadores.
22 ¿O acaso se despertará la ira de la indignación del Soberano; al que con gran poder domina
sobre el hombre?
23 Todo está dispuesto, simplemente que no todo es para provecho; todo está dispuesto,
simplemente que no todo es para edificación suya.

Sh´liaj Yoshua Ben Efrayim


Y temió, y dijo: ¡Cuán temible es este lugar! No es este sino casa de Elohím, y está es puerta de
shamáyim. Bereshít 28:17

De qué lugar esta hablando Yaaqób para llamarlo casa de Elohím y puerta de Shamáyim; que en
otras oportunidades fue el monte Moriyáh en donde Abraham fue a sacrificar a Yitzjaq y que en
esta oportunidad huyendo de su hermano hacia sus familiares se encuentra durmiendo en un lugar
donde el mismo dice que es la puerta de shamáyim. Años más tarde por el rey David lo escoge
como el lugar de su reposo en donde se establecería luego la casa de Elohím en Yerushaláyim.

~y.lv; Wry. Yerushaláyim. Nombre dado a la capital del reino de Yisraél en el tiempo de David. Esta
ciudad aparece con varios nombres antes de llamarse Yerushaláyim como proceso antes y
después de ser llamada por su pueblo Yisraél.
Miremos sus nombres:

1. ~lev Shalém. Bereshít (Gn) 14:18; Tehillím (Sal) 76:2. Su ubicación está en el monte
Moriyáh donde Abraham fue a sacrificar a Yitzjaq (Isaac) y más tarde Sh´lomóh levantó la
casa de Elohím en Yerushaláyim. Divrei Hayamim (Cr) 3:1.

2. Beit Elohím nombre dado por Yaaqób mientras dormía cuando venía de
beer sheba, de la casa de su padre a la tierra de Jarán Br (Gn) 28:17.

3. También fue llamada por Yaaqób el Beit el que traducido es casa de Elohím Br
(Gn) 35:7; con la misma connotación 28:17.

4. Puerta de Shamáyim nombre dado por Yaaqób mientras dormía cuando venía de
beer sheba de la casa de su padre a la tierra de Jarán Br (Gn) 28:17.

5. luz que traduce almendro y se encuentra Shf (Jue) 1:23, 26; Br (Gn) 28:19; Yh 16:2;
18:13.

6. sWby. Yebús. Shoftím (Jue) 1:21 donde habitaron los jebuseos y no fueron expulsados por los
Yisraelí Yahushúa (Jos) 15:63; Divrei Hayamim (Cr) 11:4-5

7. !wYoci Tzión que es la ciudad de David. Sh´muel (S) 5:7; la fortaleza de tzión es la misma
ciudad de David y se encuentra más de 44 veces Div 11:5 Tzión es el lugar del rey en donde
viviría Th (Sal) 2:6; Malakím (R) 8:1

8. Después de la persecución de Roma y la destrucción de Yerushaláyim por los romanos a


manos de Tito general romano en el 70 d.M y aún en el año 132 D.M Roma se dio a la tarea de
reconstruir la ciudad en una escala menor y fue llamada Aelia capitalina en la que fueron
excluidos todos los Yahudí (judíos).

Sh´liaj Yoshua Ben Efrayim


9. Además, le dieron un nombre en árabe que fue Iliya a los que hoy en Yom les dicen Al Quds
(Al Sharif), es decir el noble santuario; pero una vez volvió nuestro pueblo se le volvió a llamar
Yerushaláyim, ciudad de shalóm (paz).

10. Yashua también la llamo la ciudad del gran rey Mt 5:35.

11. Llamada la ciudad de nuestras fiestas solemnes Ysh (Is) 33:20 Mira a Tzión, ciudad de
nuestras fiestas solemnes. Tus ojos verán a Yerushaláyim, morada de quietud, tienda que no
será desarmada, ni serán arrancadas sus estacas ni ninguna de sus cuerdas será rota.
12. El Jai también es conocida como la ciudad del Elohím vivo Ib (He) 12:22.

Sh´liaj Yoshua Ben Efrayim


Historia de la ciudad de Yerushaláyim.

Una vez tomada la ciudad, David mejoró las fortificaciones y construyó un palacio para sí;
también instaló el arca en su nueva capital. Sh´lomóh siguió fortificando la ciudad, pero su mayor
logro fue la construcción de la casa de Elohím, y de la consiguiente división de su reino,
Yerushaláyim experimentó cierta declinación, como era de esperar, ya que en adelante sería la
capital de Yahudáh únicamente. Ya en el quinto año de su sucesor, Rajabám, la casa de Elohím y
el palacio real fueron saqueados por tropas egipcias Malakím (R) 14:25. También los
merodeadores flishtím y árabes saquearon el palacio en el reinado de Jorám. Siendo rey
Amatzyáh, parte de los muros de la ciudad fueron destruidos a causa de un pleito con el rey del
N, Yoásh, y nuevamente hubo pillaje en la casa de Elohím y en el palacio. Uziyáhu reparó el
daño ocasionado a las fortificaciones, de modo que en el reinado de Ajáz la ciudad pudo soportar
los ataques de los ejércitos combinados de Siria e Yisraél. Poco tiempo después el reino del N
sucumbió ante los asirios. Jizqiyáhu de Yahudáh también tenía buenas razones para temer el
poder asirio, pero Yerushaláyim escapó providencialmente. Para casos de sitio construyó un
conducto para mejorar la provisión de agua potable a la ciudad.
Nebukadnetzár de Babel capturó la ciudad en 597, y en 587 a.C. destruyó la ciudad y la casa de
Elohím. Al final de ese siglo los judíos, entonces bajo el dominio de los persas, fueron
autorizados a retornar a su tierra y su ciudad, y reconstruyeron la casa de Elohím, pero los muros
de la ciudad permanecieron en ruinas hasta que Nejemyáh los restauró a mediados del ss. V a.C.
Alejandro Magno liquidó el poder del imperio persa a fines del ss. IV, y después de su muerte su
general Tolomeo, fundador de la dinastía tolemaica en Egipto, entró en Yerushaláyim y agregó la
ciudad a su reino. En 198 a.C. la tierra de Yisraél cayó bajo el poder de Antíoco II, el rey
seléucida de Siria. Alrededor de 30 años más tarde, Antíoco IV entró en Yerushaláyim, destruyó
sus muros, y saqueó y profanó la casa de Elohím e instaló una guarnición Siria en la ciudad, en el
Acra. Yahudáh Makabím encabezó una revuelta judía, y en 165 a.C. se volvió a consagrar la casa
de Elohím. Él y sus sucesores gradualmente fueron ganando independencia para Judea, y la
dinastía asmonea gobernó sobre una Yerushaláyim liberada hasta mediados del ss. I a.C., época
en que Roma intervino. Los generales romanos forzaron la entrada de la ciudad en 63 y 54; un
ejército la saqueó en el año 40; y tres años más tarde Herodes el Grande tuvo que entrar por la
fuerza para volver a controlarla. Primero tuvo que reparar el daño causado por estas diversas
incursiones, luego se embarcó en un vasto programa de construcciones, y erigió algunas torres
notables. La más renombrada de sus obras fue la reconstrucción de la casa de Elohím en escala
mucho más grandiosa, aunque la tarea no se completó durante la vida de dicho monarca. Una de
sus torres fue la Antonia, que dominaba el área de la casa de Elohím.

La revuelta judía contra los romanos en 66 d.C. sólo podía tener una conclusión; en el 70 d.C. el
general romano Tito entró por la fuerza en Yerushaláyim y destruyó sus fortificaciones y la casa
de Elohím. Dejó tres torres en pie; una de ellas, Fasael, todavía se mantiene, y fue incorporada a
la llamada “torre de David”. Pero mayores desastres tenían que caer sobre los judíos: otra
revuelta en 132 d.C. dio como resultado la reconstrucción de Yerushaláyim (en escala mucho
menor) como ciudad pagana, dedicada a Júpiter Capitolino, de la que fueron excluidos todos los
judíos. Esto fue obra del emperador Adriano, quien llamó a la ciudad recién reconstruida Aelia

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Capitolina (nombre que fue incorporado al árabe, incluso, como Iliya). Sólo en el reinado de
Constantino (a principios del ss. IV) se permitió a los judíos entrar nuevamente en la ciudad.
Desde entonces la ciudad empezó de ser pagana y se volvió cristiana, y se construyó muchas
iglesias y monasterios, entre ellas la iglesia del Santo Sepulcro.
Yerushaláyim sufrió muchas vicisitudes después del ss. II; ha sido capturada, ocupada y
administrada, en diversas épocas, por tropas persas, árabes, turcas, británicas, e Yisraelí, como
también por los cruzados. Los adelantos edilicios más importantes en la ciudad vieja (en
oposición a los suburbios modernos de rápido crecimiento) se deben a los musulmanes
primitivos, los cruzados, y finalmente al sultán turco Suleimán el Magnífico, que en 1542
reconstruyó los muros de la ciudad en la forma en que podemos verlos actualmente. Los Yisraelí
dieron a la ciudad su antiguo nombre hebreo. Yerushaláyim; generalmente los árabes la llaman
al-Quds (al-SharéÆf), ‘el (noble) santuario’.
IV. Crecimiento y extensión
Debemos aclarar desde el comienzo que la historia física de Yerushaláyim es bastante incierta.
Esto, por supuesto, se debe en parte a los desastres y destrucciones periódicos, y a las capas de
escombros que se han apilado a través de los siglos. Estos factores han causado dificultades en
otras partes también, pero a menudo los arqueólogos han podido solucionarlas en gran medida.
La dificultad particular con Yerushaláyim es que ha sido continuamente habitada y todavía lo
está, de modo que es difícil llevar a cabo excavaciones. Los arqueólogos tienen que cavar donde
pueden, y no donde piensan que valdría la pena hacerlo. Por otra parte, hay una abundancia de
tradiciones: cristianas, judías, y musulmanas; pero en muchos casos no resulta fácil evaluarlas.
De modo que subsisten las dudas y la controversia; sin embargo, en el último siglo se han hecho
muchos trabajos arqueológicos valiosos, lo que ha permitido resolver algunos problemas.
En ninguna parte de la Escritura encontramos una descripción sistemática de la ciudad. Lo más
cercano es la narración de la reconstrucción de los muros por Nejemyáh. Pero hay un gran
número de referencias que ofrecen alguna información. Es necesario unirlas y colocarlas dentro
del cuadro que nos proporciona la arqueología. Nuestra primera descripción de la ciudad es la de
Josefo (GJ 5.136–141); Josefo ofrece allí el fondo para su narración de la captura gradual de la
ciudad por Tito y los ejércitos romanos. También es necesario ubicar esto en el cuadro general.
Las excavaciones han demostrado concluyentemente que la ciudad más primitiva se encontraba
en el cerro al SE, zona que ahora está completamente fuera de los muros de la ciudad (el muro
meridional fue llevado algo hacia el N en el ss. II d.C.). Debemos tener en cuenta que la Tzión
original se hallaba sobre la colina oriental; en la época de Josefo ya se había dado erróneamente
el nombre al cerro del SO.
Poco queda del período anterior a los jebuseos, pero podemos inferir que una pequeña ciudad
creció en la colina SO, cerca del manantial de Gihón en el valle hacia el E. Los jebuseos
agrandaron la ciudad hasta cierto límite, principalmente con la construcción de terrazas hacia el
E, de modo que su muro oriental quedaba bastante abajo de la ladera, hacia el manantial.
Parecería que esta terraza y el muro oriental necesitaron mantenimiento y reparaciones
frecuentes, hasta su destrucción final por los de babel a principios del ss. VI a.C., después de lo
cual el muro oriental fue nuevamente movido hacia la colina.

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En tiempos de paz era práctica común construir las casas fuera de los muros, lo que cada tanto
requería la construcción de nuevos muros y fortificaciones. La ciudad de David y Sh´lomóh se
extendía hacia el N, en particular, y la casa de Elohím se encontraba sobre el cerro NE; el palacio
real probablemente estaba ubicado en la zona entre la ciudad más antigua y el área de la casa de
Elohím.
La zona intermediaria es probablemente “el Ofel” de pasajes tales romo Div (2 Cr) 27:3, (el
nombre significa “hinchazón”, y fue aplicado a la ciudadela de otras ciudades también, p. ej.
Samaria, Mlk (2 R) 5:24; pero algunos eruditos aplican el término a toda la colina oriental que
se encuentra al S de la casa de Elohím. La ciudad jebusea, o quizás más estrictamente su fortaleza
central, ya tenía el nombre de “Tzión” (cuyo significado es incierto, quizás “área seca” o
“eminencia”) en la época de su captura por David, después de lo cual se llamó “ciudad de David”
(2 Shm 5:6-10; 1 Mlk (R) 8:1. El nombre “Tzión” se volvió, o siguió siendo, sinónimo de
Yerushaláyim en general.
En los prósperos yamím del ss. VIII a.C. la ciudad comenzó a extenderse hacia la colina
occidental; parecería que este nuevo suburbio se conoció como segundo barrio o Misné Mlk (2
R) 22:14. Posteriormente un muro lo circundó, construido ya sea durante el reinado de
Yejizqiyáhu Div (2 Cr) 32:5 o algo más tarde. Lo que es seguro es que esta ampliación incluía
el cerro NO, pero no se ha podido determinar si el cerro SO estaba ocupado en esa época. Los
arqueólogos Yisraelí han llegado a la conclusión de que sí lo estaba, y de que el estanque de
Shiloja se hallaba dentro de los muros de la ciudad en el reinado de Yejizqiyáhu; pero K. M.
Kenyon sostiene lo contrario.
Yerushaláyim fue saqueada por las tropas de Nebukadnetzár en 587 a.C.; la mayoría de los
edificios fueron destruidos, y se demolieron los muros de la ciudad. La casa de Elohím fue
reedificado a fines del siglo, y Yerushaláyim nuevamente tuvo una pequeña población; pero no
fue hasta mediados de las SS. V que las autoridades persas permitieron la reconstrucción de los
muros de la ciudad por parte de Nejemyáh.
Es indudable que Nejemyáh reconstruyó los muros anteriores hasta el punto que le fue posible,
pero de las excavaciones se desprende claramente que la colina occidental quedó abandonada,
como así también las laderas orientales del cerro SE. Las terrazas jebuseas fueron tan
completamente demolidas que no fue posible repararlas, y fue por ello que Nejemyáh llevó el
muro oriental hasta la colina.
Lamentablemente la descripción que hace Nejemyáh de la Yerushaláyim de sus yamím plantea
numerosos problemas. Por un lado, no resulta claro cuáles puertas se encontraban en los muros de
la ciudad, y cuáles estaban en la casa de Elohím. Por otra parte, hay numerosas dificultades
textuales en los pasajes pertinentes de Nejemyáh. Además, no ofrece ninguna indicación en
cuanto a dirección o en cuanto a cambios de dirección. A esto tenemos que añadir el hecho de
que los nombres de las puertas cambiaban con cierta frecuencia. Debido a las recientes
excavaciones es necesario revisar los intentos anteriores de interpretar los datos de Nejemyáh.
Resulta bastante claro, sin embargo, que el circuito que se describe en Nej 3 sigue una dirección
contraria a las agujas del reloj, y que comienza al N de la ciudad.
Hay pocos indicios de que la ciudad llegara hasta la colina occidental nuevamente hasta las SS. II
a.C. Después de la revuelta de los Makabím la ciudad comenzó a crecer nuevamente. A Herodes
el Grande se le debe un considerable programa de construcciones a fines del ss. I a.C., y la ciudad

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siguió creciendo hasta su destrucción al final de la rebelión judía (66–70 d.C.). Nuestra principal
fuente literaria para todo este período es Josefo; pero su información deja sin resolver una
cantidad de problemas.
El primero de ellos es la posición del “Acra”, la fortaleza Siria levantada en Yerushaláyim en 169
a.C. Evidentemente su propósito fue mantener los atrios de la casa de Elohím bajo estrecha
vigilancia, pero ni Josefo ni Mak. Aclaran si la guarnición estaba ubicada al N, al O, o al S de la
casa de Elohím. Las opiniones están divididas, pero las más recientes excavaciones tienden a
apoyar la tercera posibilidad.
Un segundo problema es la dirección de la “segunda muralla” y la “tercera muralla” mencionada
por Josefo, que nos dice que los romanos penetraron en Yerushaláyim en 70 d.C. atravesando
progresivamente tres muros septentrionales. Josefo describe los puntos terminales de los tres
muros, pero no ofrece información con respecto a la línea que seguían. Las excavaciones han
complementado su información aquí y allí, pero aun así queda mucha incertidumbre.
K. M. Kenyon identificó los restos de una antigua muralla en la actual puerta de Damasco como
parte del tercer muro, pero según los arqueólogos Yisraelí es parte del segundo muro; los
descubrimientos mas al N han sido relacionados con el tercer muro por estos últimos, pero
Kenyon afirma que se trata de una muralla de circunvalación (erigida por Tito durante el sitio de
Yerushaláyim). La tercera muralla se comenzó bajo Agripa I (41–44 d.C.), y estaba recién
terminada cuando empezó la guerra judía del 66 d.C., de modo que poco servirían los métodos
estratigráficos para distinguir el muro de Agripa del de Tito.
La ciudad quedó en ruinas entre 70 d.C. y la revuelta de Barcoquebá, 60 años después. El
emperador Adriano reconstruyó posteriormente la ciudad y la denominó Aelia Capitolina; esta
ciudad fue mucho más pequeña que la anterior, con la permanente retracción del muro
meridional. Durante la era cristiana el tamaño de Yerushaláyim se ha mantenido constante. El
área amurallada actual (“la ciudad vieja”) adquirió su forma definitiva bajo Sulcimán el
Magnífico en el ss. XVI.

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Yerushaláyim de noche

Sh´liaj Yoshua Ben Efrayim


Sh´liaj Yoshua Ben Efrayim
El cambio de rostro o semblante
Br (Gn) 31:2 Y Yaaqób vio el rostro de Labán, y he aquí no era con él como antes en el pasado.

5 Y dijo a ellas: Veo yo el rostro de vuestro padre que no es hacia mí como antes en el pasado; y
el Eloheí de mi padre ha estado conmigo.

Aquí la palabra rostro es muy conocida en hebreo como penei que viene de una raíz que nos
indica la cara o rostro de las personas en el cual se muestra cada una de las partes del rostro del
hombre; mostrando su estado de ánimo.

‫ פָּ נֶה‬pané; cara (como la parte que da vuelta); usado en una gran variedad de aplicaciones (lit.
Y fig.); también (con prep. pref.) como prep. (antes, etc.):-abierto, adelante, agradar, anterior,
antiguamente, aspecto, bajo, cara, consejero, cuidado, cumbre, defender, delante, delantera,
dirigir, durar, encuentro, enfrentar, enfrente, enojo, estado, estima, extensión, fachada, favor, faz,
filo, frente, guardar, ídolo, intención, interponer, ira, juguete, lado, miedo, mirar, negar, parecer,
parte, persona, preceder, preferencia, presencia, presentar, primero, principio, razón, rostro,
semblante, servicio, servir, suceder, superficie, tiempo, triste, venerable, vista.

La primera vez que penei se encuentra en la toráh está relacionada al rostro de Yahweh muy
relacionada con una traducción que indica cercanía o presencia en Br (Gn) 3:8 Luego oyeron la
voz de Yahweh Elohím que se paseaba por el jardín, al aire del Yom; y el hombre y su esposa se
escondieron del rostro (PENEI) de Yahweh Elohím entre los árboles del jardín.

Otro ejemplo de una relación con Yahweh es con Moshéh el gran Nebií en la toráh y el guiador
de su pueblo. Esta traducción en las versiones modernas esta de la siguiente manera Bm (Nm)
12:8 Cara a cara hablaré con él, claramente y no con enigmas, y verá la apariencia de Jehová.
¿Por qué, pues, no tuvisteis temor de hablar contra mi siervo Moisés?
Pero hay un gravísimo error de traducción hagamos el paralelo y comparemos.
En Bm (Nm) 12:8 Boca a boca hablare con él, y en presencia; y no con cosas escondidas; y el
semblante de Yahweh mirara. ¿Por qué, no tuviste temor para hablar contra mi siervo Moshéh?

Aquí ven claramente la diferencia, correcto entonces veamos la diferencia que se encuentra en la
palabra hebrea ‫ פֶ ה‬pe; boca (como medio para soplar), sea lit. O fig. (Particularmente habla);
espec. Filo, porción o lado; adv. (Con prep.) de acuerdo a:-abertura, boca, borde, cara, charla,
comer, conforme a, cuello, decir, dicho, de dos filos, entrada, extremo, filo, habla, jactarse,
mandamiento, mandar, mandato, orden, palabra, paladar, parte, pico, porción, según, rivera. Una
parte del rostro como lo es la boca.
Sh´liaj Yoshua Ben Efrayim
Son muestras de los primeros errores de traducción y segundo que no fue cara a cara sino que
Yahweh le hablo de boca a boca es decir que le hablaba como en la zarza, aunque no vio nada si
oyó la voz de Yahweh que estaba en medio de ella.

El primer ejemplo de un hombre que tuvo problemas con su rostro fue Qayín. Dice la toráh que
Yahweh le hablo sobre su semblante miremos Br (Gn) 4:5 Y no miro a Qayín y a su presente. Y
Qayín se airó mucho y decayeron sus facciones. 6 Y dijo Yahweh a Qayín ¿Por qué te aíras?
¿Por qué decayeron tus facciones?

El rostro, naturalmente, ofrece indicación visible de las emociones internas, y una variedad de
adjetivos acompañan a la palabra en las Escrituras, como triste, demudado, avergonzado, o
airado. El rostro puede cambiar de color, ensombrecerse o palidecer, por pena, por una acción
equivocada, por un yerro, por una mentira etc.
Miremos lo que dice las escrituras, cuando el rostro muestra algunos cambios según el estado del
corazón, alegría, tristeza, algún ánimo o algún sentimiento:

1) El hombre no podía ver el rostro de Elohím por temor a morir Shm (Ex) 33:20 Y
dijo: No pueden ver mi rostro; porque no me vera el hombre, y vivirá.

2) Por la comida que se consume Dn 1:13 Compara luego nuestros rostros con los rostros de
los muchachos que comen de la porción de la comida del rey, y haz después con tus siervos
según veas.

3) Para sanidad 2 Mlk (R) 4:29 Elishá dijo entonces a Geijazí: Ciñe tu cintura, toma mi bastón
en tu mano y ve. Si te encuentras con alguien, no lo saludes, y si alguien te saluda, no le

respondas. Luego pondrás mi bastón sobre el rostro del niño.

4) El rostro corresponde al corazón del hombre Msh (Pr) 27:19 Como el rostro en el agua
refleja el rostro, así el hombre se refleja en el corazón del hombre.

5) El rostro airado es contra el deslenguado y el que odia lo refleja en su rostro como en los
labios.

Msh (Pr) 25:23 El viento del norte hace girar la lluvia y del rostro airado, la lengua
murmuradora.
Msh (Pr) 26:24 El que odia, lo disimula con los labios, pero en su interior maquina engaño; 25
por más que hable amigablemente, no le creas, porque siete abominaciones hay en su corazón. 26
aunque con disimulo encubra su odio, su maldad será descubierta en la congregación .

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Dn 3:19 Entonces Nebukadnetzár se llenó de ira, cambió el aspecto de su rostro contra
Shadrák, Meishák y Abéd-negó y ordenó que el horno se calentara siete veces más de lo
acostumbrado.

6) El rostro refleja la tristeza Nj (Neh) 2:1-3 Sucedió en el mes de Abíb, en el año veinte del rey
Artajshasté, que estando ya el vino delante de él, tomé el vino y lo serví al rey. Y como yo no
había estado antes triste en su presencia, 2me dijo el rey: ¿Por qué está triste tu rostro?, pues no
estás enfermo. No es esto sino quebranto de corazón. Entonces tuve un gran temor. 3 Y dije al
rey: ¡Viva el rey para siempre! ¿Cómo no ha de estar triste mi rostro, cuando la ciudad, casa de
los sepulcros de mis padres, está desierta, y sus puertas consumidas por el fuego?

7) El rostro de Yahweh nos resplandece Th 80:3 ¡Elohím, restáuranos! ¡Haz resplandecer tu


rostro y seremos salvos!
31:16 Haz resplandecer tu rostro sobre tu siervo; ¡sálvame por tu bondad!

Bm (Nm) 6:25 Yahweh haga resplandecer su rostro sobre ti y tenga de ti bondad;


Comparación levantar el rostro es que Yahweh responda a la petición
Br 19:19 He aquí por favor halle tu siervo favor en tus ojos, y engrandece tu bondad que hiciste
conmigo haciendo vivir a mi aliento; y yo no pueda escapar al monte, no sea que me adhiera el
mal, y muera.
20 He aquí por favor allí esta una ciudad cerca para huir, y ella es pequeña; por favor escapare
allí ¿Acaso no es pequeña? Y viva mi aliento.
21 Y le dijo: He aquí levantare tu rostro también por esta palabra, de modo que no arrasare la
ciudad de que hablaste.

8) Pero el esconder su rostro de nosotros es olvidarse y dejarnos en el Yom de la destrucción


Dv (Dt) 31:17 Pero aquel Yom se encenderá mi furor contra él, los abandonaré y esconderé de
ellos mi rostro; serán consumidos y vendrán sobre ellos muchos males y angustias. Dirán en
aquel Yom: “¿No me han venido estos males porque no está mi Eloheí en medio de mí?”
1 Ke (P) 3:12 porque los ojos de Yahweh están sobre los justos, y sus oídos atentos a sus
oraciones; pero el rostro de Yahweh está contra aquellos que hacen el mal.

9) La modestia y la reverencia exigían cubrir el rostro con un velo, como hizo Ribqáh ante
Yitzjaq.

10) En la visión de Yeshayáhu, el rostro del todopoderoso estaba velado por serafín. Era signo de
humildad inclinar el rostro hasta el suelo; y caer sobre el rostro significa gran temor.

11) Por otra parte, podía mostrarse un máximo desprecio escupiendo en el rostro de alguien.
Metafóricamente podía demostrarse resolución, firmeza “poniendo” (“afirmando”, “fijando”) el
rostro obsérvese la gráfica frase de Ysh (Is) 50:7 Porque Yahweh, el Señor, me ayuda, no me

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avergoncé; por eso he puesto mi rostro como un pedernal, y sé que no seré avergonzado. Que
denotaba un propósito inmutable.

12) Se hacía una oposición firme resistiendo a una persona delante de su rostro (resistir cara a
cara).

13) La noción de intimidad y comprensión se transmitía por medio de la frase “cara a cara”. Esta
frase, naturalmente, ha pasado a algunas lenguas modernas, al igual que decayó su semblante.

14) El rostro de los muertos se cubría Yhj (Jn) 11:44, de modo que cuando se hizo esto con
Amán, se quiso significar que su suerte estaba echada Ester 7:8.

15) Cuando un hombre se postraba a fin de solicitar algo, el superior levantaba la cabeza del
suplicante como señal de que el favor sería concedido.

16) Levantar el rostro de alguien significaba concederle un favor Br (Gn) 19:21, y luego
convertirlo en favorito Dv (Dt) 10:17.

La conclusión después de hacer un recorrido por la Tanák y la Brit es: El rostro refleja lo que
hay en el corazón del hombre, sus emociones, sus dolores, su gozo, su estado, el nivel del rúaj
que tenga una persona, también el rostro de Yahweh revela el agrado con los que le temen y con
los que no obedecen a sus mandamientos.

El rostro de Labán, no era como al principio, tenia envidia por la prosperidad y la bendición que
Yahweh le había dado, por la cantidad de hijos, por el favor que veía en Yaaqób; el llego sin nada
y ahora era un pastor próspero lleno de ganado y riquezas.
La apariencia del rostro, es muy fácil darse a conocer cuando la persona no tiene bien su corazón;
su forma de servir, de actuar, se refleja en la forma en que se comporta con el rostro; la misma
palabra dice el de ojos altivos. Debemos anotar que los ojos, además de ser ventanas del néfesh,
son también los que muestran los estados de ánimo, por ellos se derraman lágrimas y son
brillantes cuando se quiere a alguien o alguien querido llega etc.

Pero hay los ojos, los que se guiñen y que está prohibido por la toráh hacerlo, ellos muestran
coquetería y hasta gestos de rareza etc.
Tu rostro refleja lo que hay dentro de ti, unas veces el rostro duro, no es más que un escudo
para esconder el dolor, la soledad y además actitud grosera y con el

Br 29:20 Y sirvió Yaaqób por Rajél siete años; y fueron a sus ojos como algunos Yamím, por su
amor con ella.

Sh´liaj Yoshua Ben Efrayim


En la sociedad moderna, el Tanák (la Biblia) ha sido estigmatizado por la crítica como un
libro centrado en el sexismo masculino, lo cual no es cierto. Tal concepto es la
consecuencia de la errada interpretación y también en muchos casos de la falta de
exactitud en la traducción.

En este tratado, presentare a señoras mencionadas en las Escrituras tal como ellas eran y
reivindicarlas a través de una exégesis imparcial y precisa en la Tanák, descartando las
características pecaminosas con las cuales las instituciones religiosas las han marcado en
base a sus propios prejuicios.

Es un hecho indiscutible que el plan original del Creador fue la igualdad entre el hombre
y la esposa y no la subordinación de la integrante femenina; sin embargo, las
circunstancias del mundo antiguo generaron una desigualdad basada principalmente en la
fuerza física; la más antigua e infeliz actividad humana que es hacer la guerra al vecino
requería que los miembros masculinos de la comunidad humana tomaran el control de la
situación, porque eran los únicos capaces de llevar a cabo tal empresa. Esta necesidad de
supervivencia y de defensa del grupo elevó a los más valientes guerreros a la altura de
comandantes, dejando a las señoras fuera de toda participación en la vida comunitaria.

La guerra causaba también la escasez de hombres, y la necesidad de reproducción resultó


por consiguiente en una institución basada en los recursos naturales masculinos; dado el
hecho que una esposa puede difícilmente dar a luz a más de un hijo en un año (a no ser
que tenga mellizos) mientras que un hombre puede engendrar a muchos, la poligamia fue
la solución para el grupo y para la esposa; el grupo sería más fuerte siendo más numeroso;
las esposas, que superaban en número a los hombres, no quedarían solas y sin protección.
Sh´liaj Yoshua Ben Efrayim
Fue en éste contexto social que historia ha sido escrita. Por eso debemos distinguir entre
la narración de los hechos, que no pueden ignorar esta realidad dominada por los
hombres, y el plan original, que establecía armonía e igualdad con el fin de construir una
sociedad que gozara de justicia y felicidad, lo cual es el objetivo final de la restauración
de todas las cosas dichas por los Nebiím.

Ésta situación de desigualdad resultó en el abuso sexual y la humillación porque se perdió


el propósito original de la relación sexual, así como la fertilidad pasó a ser un asunto
religioso que reemplazó al conocimiento del Creador. Por consiguiente, la mayoría de los
pueblos antiguos adoraban a muchas deidades, y muchos rituales involucraban la
prostitución sacra, práctica contra la cual las Escrituras son absolutamente claras, que era
común también en Kenáan, Mitzrayim (Mitzrayim) y Babel, tierras donde los rollos del
Tanák Hebrea fueron escritos.

Siglos más tarde, en la posición opuesta al antiguo paganismo, el cristianismo reaccionó


contra el sexo considerándolo una cosa mala y lo relacionó con la doctrina del pecado
original, que no está en la toráh, y creó un sentimiento de culpa por algo que el Creador
designó como la relación más natural entre hombre y esposa. Sin embargo, la condición
de desventaja de la esposa se mantuvo, y el juicio contra ella se reforzó aún más.

El plan original es expresado en el relato de la Creación presentado en Bereshít (Gn) no es


de fundamental importancia si éste relato es considerado como la verdad de los hechos o
como el “Mito de la Creación”, ni si Adám y Javáh (Eva) son reputados como los reales
progenitores de la humanidad o sólo como personajes mitológicos que representan a los
primeros seres humanos; sino que es importante la esencia del mensaje, que no debe ser
mal interpretado y que aún el no creyente puede reconocer que el autor de la narración
comunica una idea acerca de la igualdad original entre hombre y esposa.

Las esposas consideradas en este estudio son mencionadas en orden de narración en el


Tanák:

La Primera Esposa: Adám, es decir, Javáh

Este título puede parecer blasfemo para las personas religiosas conservadoras y legalistas,
sin embargo, es bíblico. No obstante, tampoco las adeptas al movimiento feminista tienen
algún motivo para exultar. No estoy diciendo que Adám era una señora. Consideremos lo
que las Escrituras dicen acerca del primer hombre:

Br (Gn) 1:26 Y dijo Elohim haré a Adám a nuestra imagen como nuestra semejanza y
gobiernen en los peces del mar y en las aves de shamáyim y en los cuadrúpedos y en toda
la tierra y en todo reptil que se arrastran sobre la tierra.
27. Y creo Elohim a Adám a su imagen a imagen de Elohim a él creó hombre y hembra

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los creo a ellos.

5:1 Este es el rollo de las generaciones de Adám el Yom en que Elohim creó a Adám a
semejanza de Elohim lo hizo a él.
2 Los creo a ellos hombre y hembra, y los bendijo a ellos y llamó el nombre de ellos
Adám en el Yom que fueron creados.

Ésta es una traducción literal del texto original hebreo. Lamentablemente, en castellano
no hay una expresión apropiada para la palabra hebrea Adám, esta viene de la raíz que
traduce rojo y en las versiones de la Biblia ésta es traducida como hombre, la misma
palabra que se usa para indicar una persona de género masculino. En realidad, el término
equivalente a Adám es ser humano, persona, más bien que hombre. La palabra hebrea
para hombre persona de sexo masculino es ish Br (Gn) 2:23.
Entonces, notemos la aparente incongruencia gramatical: Primero el texto se refiere a

Adám en plural (tengan dominio), luego en singular (lo creó), y luego de nuevo en plural
(Los creó) También Elohim es plural, y es Uno, y de hecho el pronombre para Elohim es
Él, que es singular.

Ahora bien, reemplazando los pronombres con los nombres, es explícito que Elohim creó
a Adám; hombre y hembra Elohim creó a Adám. Entonces, el pronombre para Adám es
plural: Elohim los creó hombre y hembra, y los bendijo, y llamó el nombre de ellos
Adám.
Es suficientemente claro: Elohim llamó el nombre de ambos, Adam y la esposa, Adám.
Fue el hombre que después llamó a su esposa Javáh, pero el nombre de ella, que le fue
dado por el Creador en el Yom en que fue creada, era Adám. Ahora hemos reconocido
que la primera esposa se llamó Adám, y que luego le fue dado el nombre Javáh.

Algunos dicen que Adám original era andrógino, es decir tenia ambos sexos es una
conclusión acelerada de las escrituras de lo que Yahweh hizo, no por haber sacado a la
esposa el hombre tenía los dos sexos, o tendríamos que decir que porque una esposa tiene
un niño tiene los dos sexos, eso es mentira, así Yahweh saco de la costilla a la esposa no
dice que le saco de cada parte un pedazo de lo que tenia Adam de esposa. Esto claramente
da para una explicación errada y que da lugar a dudas o a interpretaciones alternativas.

Hay un segundo relato de la formación (no creación) de la esposa, del cual surgen los
conceptos sexistas, más que todo debido a una traducción inexacta por la cual la
condición de inferioridad de la esposa ha sido promovida como una verdad bíblica.
Consideremos el relato paralelo sobre la formación específica de la esposa, según las
Escrituras Hebraicas:

Br (Gn) 2:21 E hizo caer Yahweh Elohim adormecimiento sobre Adám, y se durmió y
tomo una de sus costillas, y cerro la carne en el lugar de ella.

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22 Y construyó Yahweh Elohim de la costilla que tomó de Adám, a la esposa, y llevó a
ella, a Adám.

Debemos notar que Elohim no creó a la esposa, ella fue sacada y luego formada. Elohim
simplemente separó el Adám original en dos seres, uno de cada género. Sin embargo, las
traducciones más comunes hablan de una costilla, término que no es usado en el texto
original hebreo. La palabra en cuestión es tzelá, que no lleva el significado de costilla en
el lenguaje bíblico. La traducción correcta es costado, o pared lateral, todo el costado de
Adám, no sólo un hueso, pero también es costilla. El término tzelá implica una igualdad
con el todo, una pared importante. A una tzelá corresponde otra tzelá igual, de la misma
manera que en un edificio a cada pared lateral corresponde otra pared lateral igualmente
importante, en el lado opuesto. Ciertamente un hombre puede vivir sin una o dos costillas,
pero no sin la mitad de su cuerpo… El Creador no tenía intención de hacer que el hombre
fuese independiente de su costilla, sino que fuese incompleto sin ella, y ella sin él, como
una mitad le falta a la otra.

Éste segundo relato es una explicación detallada de cómo el Creador separó al andrógino
o de ambos sexos, cosa que no está en la toráh ni Yahweh hace cosas extrañas, el hombre
fue hecho a la imagen de Yahweh y el creador es masculino.
Así que Adám no tenía en entidades masculina y femenina. Es una declaración de un
humano pero no lo dice la toráh. No obstante, el primer ser humano fue uno y único por
un breve periodo de tiempo:

Br (Gn) 2:18 Y dijo Yahweh Elohim no es bueno que Adám, él este solo; haré para el
ayuda conforme a él.
Los términos aquí traducidos como ayuda en el texto hebreo son las palabras ezer
enegdo, que llevan el significado de igualdad y no subordinación. El término ezer,
generalmente traducido como ayuda, se aplica a Elohim más de una vez, por ejemplo:
Oye, oh Yahweh, y ten bondad de mí. Yahweh, sé Tú mi ayudador. Th (Sal) 30:10 He
aquí, Elohím es mi ayudador. Yahweh es Quien sostiene mi vida. Th (Sal) 54:4 Yahweh
está por mí como mi ayudador. Th (Sal) 118:7

Hay varios otros pesukím (versos) en los cuales éste término se aplica al Creador, por lo
tanto, éste no puede indicar ninguna posición subordinada como ayudante de alguno que
es el protagonista. El segundo término, kenegdo, es también profundamente significativo:
está compuesto por el adverbio abreviado kaf, que significa como, similar, y el término
negdo, que significa correspondiente, igual, pero implica el significado de opuesto.
Por lo tanto, un ezer kenegdo es literalmente una ayuda como él, igual a él, y opuesta a él,
y podemos dar una traducción del verso en un modo más explícito y sin alterar el
significado original, como sigue:

Y dijo Yahweh Elohim: No es bueno que Adám, él esté solo; haré para él ayuda conforme
a él. Como él, igual a él, idónea para él, y opuesta a él.

Sh´liaj Yoshua Ben Efrayim


¿Qué significa esto? Que el hombre Adám tenía de frente a él un perfecto complemento,
alguien que era lo que él no era, que era diferente en todo, no sólo en sexo sino también
en pensamientos, sentimientos y conducta. De ésta manera, ellos podían amarse, darse,
desearse recíprocamente. El Creador hizo esto al propósito, para que ambos fuesen
interdependientes entre sí, uno tiene lo que el otro necesita, y los dos son incompletos por
sí mismos y pueden ser completos sólo cuando son de nuevo uno.

Volviendo a Br (Gn) 2:22 acerca de la formación de la esposa, dice: Y construyó Yahweh


Elohim de la costilla que tomó de Adám, a la esposa, y llevó a ella, a Adám.

El texto original hebreo comienza con la palabra ve yiven, que literalmente significa y
construyó, y el entero verso sería traducido correctamente como sigue: Y construyo
Yahweh Elohim de la costilla que tomo de Adám. Éste verbo no es usado en ninguna otra
parte del relato de la Creación. Por qué es usado justamente para la formación de la
esposa. Porque está relacionado con la raíz con el término bináh, que significa
conocimiento interior, entendimiento secreto, que específicamente se refiere a la sabiduría
femenina, lo que comúnmente se define como el sexto sentido femenino aunque es mucho
más que eso.

Br (Gn) 2:23 Y dijo Adám: Esto es ahora hueso de mis huesos y carne de mi carne, por
esto la llamo Isháh, porque del ish esta fue tomada.

Cuando el hombre Adám la vio, reconoció que ella era parte de su propio cuerpo,
compuesta con sus huesos y carne. Esto es lo que la expresión significa en hebreo.
Entonces él la llamó Isháh, porque era tomada de sí mismo, que desde aquél momento
pasó a ser Ish. Ambos eran la misma persona, ahora distinguida en hombre y esposa.

El hecho que haya dos relatos paralelos de la formación de la esposa también ha generado
una interpretación especulativa, que es el Mito de Lilith, considerada como la primera
esposa que fue creada en Br (Gn) 1:27 y la primera esposa de Adám, de la cual él
divorció, y entonces Elohim formó una segunda, la de Br (Gn) 2:22, que es Javáh. Tal
teoría carece de fundamento y es indigna de ser tomada en consideración. Si lee en Br
(Gn) 2:4 encontrara la respuesta a esta afirmación errada pues dice: Esta es la crónica de
shamáyim y de la tierra cuando ellos fueron creados en el Yom que hizo Yahweh Elohim
la tierra y shamáyim. Si es la crónica es la forma narrada y explicada de los hechos de
Bereshít uno. Y además en Br (Gn) 5:1-3 identifica a la primera esposa que fue llamada
Adám en el Yom en que fueron creados como la madre de Shet, por lo tanto, ella no era
otra que Javáh, y no una supuesta primera consorte. De hecho, el Mito de Lilith fue
inventado para justificar la sumisión de la esposa, alegando que la primera, habiendo sido
creada con Adám, era igual a él y por eso la rechazó, entonces, el Creador hizo otra que
fuese sujeta al hombre. Es una estúpida leyenda que no merece ningún crédito.

Sh´liaj Yoshua Ben Efrayim


Br (Gn) 2:24 Por tanto, dejara el hombre su padre y a su madre, y se unirá a su esposa, y
serán una carne.

Es evidente que la sociedad de los primeros padres no había sido considerada en el plan
original de Elohim: El hombre, que ya tenía una noción de padre y madre aún cuando no
los tenía, reconoció cuál era la regla natural: Que la nueva pareja viviera por su cuenta.
Ninguno de ellos pertenecería a la familia del otro, sino que serían una nueva unidad.

De hecho, lo que realmente sucedió a lo largo de la historia es lo contrario de lo que el


hombre dijo, como usualmente es la esposa quien deja a su familia y se une no sólo a su
marido, sino también a la familia de él. Cuando leemos en el Tanák acerca de los padres,
que no siguieron esta regla sino que incluyeron a sus nueras en la propia familia, debemos
tener en mente que se trata de un informe de los hechos, pero no está escrito que ese
sistema fuese correcto según el plan original.

El primer mandamiento que Adám recibió de Elohim fue el siguiente: Br (Gn) 1:28 Y
bendijo a ellos Elohim y dijo a ellos Elohim fecunden y multiplicaos y llenen la tierra y
sométanla y gobiernen en los peces del mar y en las aves de shamáyim y en todo animal
que se arrastra sobre la tierra.

Mientras Adám era uno, él/ella se habrá sentido completamente incapaz de cumplir con
este precepto, hasta que la esposa fue formada. Tan pronto como la vio, él entendió que
serían una sola carne.
Este concepto es auto-explicativo, extremadamente claro: Una carne significa relaciones
sexuales, cópula. Ellos eran ya uno en el Rúaj, pues ambos habían recibido el mismo
soplo de vida, nishmat Jayím, y fueron un néfesh viviente, néfesh Jayáh Br (Gn) 2:7, el
Yom en que fueron creados. Ahora tenían cuerpos separados, y ésta era la carne que debía
volver a ser una.
Ésta declaración conlleva una enseñanza profunda: La pareja debe ser primero una en rúaj
y néfesh, luego puede ser una en la carne; es decir primero reciben la bendición de
Yahweh en completa voluntad y luego de casarse se unen por el sexo en amor.

Por supuesto, resulta evidente que no existe ninguna cosa como el pecado original en
relación con el sexo. Al contrario, el sexo fue creado por Elohim como una sublime
expresión de amor. Mientras el cristianismo ha estigmatizado este aspecto de la vida, la
toráh en cambio considera que el sexo es una mitzváh, un mandamiento, según las
Escrituras. En el ser una sola carne él y ella se completan, y no es un pecado sino una
bendición; es la expresión física de su unidad en el rúaj, la real manifestación de su amor.

Br (Gn) 3:2 Y dijo la esposa a la serpiente del fruto del árbol del jardín comerás.
3. y del fruto del árbol que está en medio del Jardín dijo Elohim: No comeréis de él y no
tocaras a él para que no muráis.

Sh´liaj Yoshua Ben Efrayim


Este pasaje es bien conocido, y no es nuestro propósito en este estudio analizar su
contenido. Lo que queremos subrayar aquí es que la esposa conocía el mandamiento de
Elohim acerca del árbol del conocimiento. ¿Quién le habló sobre este reglamento? No
podemos aseverar con certeza si el relato del Perék 2 de Br (Gn) está ordenado
cronológicamente, pero si es así, leemos como sigue:

Br (Gn) 2:16 Y ordenó Yahweh Elohim junto a Adám diciendo: de todo árbol del jardín
comiendo, comerá.
17 Y del árbol del conocimiento del bien y del mal no comerás de él, porque el Yom que
tu comas de el muriendo, morirás.
18. Y dijo Yahweh Elohim no es bueno que Adám, él este solo; haré para él ayuda
conforme a él.

La Torah dice que Elohim dio este mandamiento a Adám, antes que la esposa fuese
formada. Pero la esposa lo oyó de la voz de Elohim, porque ella era Adám.

Br (Gn) 3:6 Y vio la esposa que era bueno el árbol para comer y ciertamente deseable el
a los ojos y codiciable el árbol para ser sabio y tomo de su fruto y comió y dio también
para el hombre de ella, junto a ella y comió.

Éste es el gran error del cual la esposa es acusada. Ella causó la Caída. Ella es quien trajo
la desgracia en el reino del hombre. Por esto la esposa debe ser condenada a la sumisión.
Lamentablemente, esto es lo que la mayoría de los predicadores afirman, y piensan tener
fundamento bíblico. La Caída es vista desde una óptica negativa, pero también trajo
consecuencias positivas que son generalmente ignoradas: Estaba en los planes de Elohim
que aconteciera la Caída. Notemos que el árbol no se llama el árbol del conocimiento del
mal, sino el árbol del conocimiento del bien y del mal (el bien primero). Antes de la
Caída, el mal no era conocido, y aparentemente todo era bueno. Pero no había un real,
completo conocimiento del bien, no en todas sus manifestaciones. ¿Cómo podía el ser
humano conocer lo que es el perdón, la bondad, la redención, y otras expresiones del rúaj
y atributos del Creador?
Éstos se pueden conocer sólo después de haber hecho el mal
Sin la Caída, el ser humano habría quedado como los rujót de Malakím, que no pueden
experimentar tales manifestaciones, o como los animales. Fue la Caída que permitió al ser
humano conocer que el Creador es Bondadoso, Perdonador, Redentor, libertador, Justo.
Fue la Caída que permitió al ser humano conocer la completa dimensión del amor, que
incluye todas estas cualidades, que no pueden manifestarse sin que antes se haya hecho
mal. La Caída fue el único modo por el cual al ser humano fue dada la posibilidad de
conocer plenamente al Creador. Por lo tanto, así como la primera esposa es acusada de
haber introducido el mal en el mundo, se le debería agradecer por habernos permitido el
acceso al verdadero conocimiento del bien y de la completa dimensión del amor.

Entonces se abrieron los ojos de ambos, y conocieron que estaban desnudos. Br (Gn) 3:7

Sh´liaj Yoshua Ben Efrayim


¿Qué significa esto? ¿Que la desnudez es mala? No; era la desobediencia a su voz al
mandamiento a la orden dada por Yahweh a ellos, es que cuando se desobedece al creador
es decir se infringen los mandamientos estamos sucios y conocemos lo bueno que es estar
en la unidad con Yahweh y lo retirados que entonces estamos de su presencia por nuestro
mismo errar que nos hace indignos de él. Hasta ese momento, ellos estaban en la
presencia de Elohim en un estado de pureza, y estaban desnudos. Cuando su relación con
el Creador se rompió por su desobediencia, también la relación entre hombre y esposa se
rompió, ya no había transparencia era vergüenza como Adám se lo dijo a Elohim es que
me vi desnudo y esto es el resultado de errar hay vergüenza aunque uno este vestido, es
decir el vestido es símbolo usado para conocer que somos los que erramos el blando y
trasgredimos la toráh. Ya no eran más uno con su Creador ni entre ellos. Ellos
reconocieron este hecho, y se sintieron indignos de seguir gozando de la bendición del
Creador. Es claro que no era el sexo, sino quebrantar los mandamientos del Padre, el
verdadero resultado de errar.

Como consideraremos más adelante en este estudio, la esposa realiza su acto de


consagración a su Creador y su renovación del rúaj a través del ritual de mikvéh, que
consiste en una total inmersión en agua, estando ella completamente desnuda en la
presencia de Elohim. Por lo tanto, no era la desnudez en sí misma que fue considerada
indigna por la primera pareja a la vista de su Creador, sino errar en su actuar contra la
orden dada por Yahweh y la unidad entre ellos dos; esto es importante.

Br (Gn) 3:12Y el hombre respondió: «La esposa que Tú me diste por compañera, ella me
dio del árbol, y yo comí.

Notemos la diferencia: Primero, el hombre reconoció a la esposa como hueso de mis


huesos, y carne de mi carne, ella era la otra parte de sí mismo; y ahora, el hombre acusa al
Creador por haberle dado la esposa por compañera, como si ella le hubiese sido traída de
alguna otra parte, y luego acusó también a la esposa, ella me dio del árbol. Es evidente
que su unidad fue rota, como la primera consecuencia de su desobediencia: Elohim pasó a
ser un extraño, Uno que impuso al hombre convivir con otro ser extraño que no tiene nada
que ver con él. El hombre olvidó que antes de que la esposa fuese formada, él no había
hallado ninguna ayuda que fuese conforme para él.

Br (Gn) 3:16 A la esposa dijo: Multiplicando aumentare tus dolores y en tu embarazo,


con dolor parirás los hijos; y hacia tu hombre serán tus deseos, y el gobernara en ti.

Éste es otro verso de la toráh que es malinterpretado y usado para justificar la sumisión de
la esposa. Generalmente es considerado como una maldición sobre la esposa, pero en
realidad, Elohim está anunciándole las consecuencias de la Caída, no maldiciéndola. El
dolor en el parto es inevitable. Es la segunda sentencia que debe ser entendida: y hacia tu
hombre serán tus deseos, y el gobernara en ti. Ésta es una declaración de difícil

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interpretación si no se tiene en mente el cuadro completo. No es independiente de la
primera acerca del parto, sino que está relacionada con ésta: Tiene que ver con la
sexualidad de la esposa. Hemos visto que ambas partes realizan un recíproco acto de dar y
recibir, y así se completan entre sí: Primero, ella es quien recibe la simiente del hombre,
luego ella es quien da una nueva vida. Ambas actividades tienen que ver con su deseo:
disfrutar del placer y ser madre. Sucedió que después de la rotura de la relación, el
hombre no tuvo más en cuenta el placer de su esposa, sino sólo el suyo propio. Como la
realización sexual depende de la habilidad del hombre, entonces, su deseo será para su
marido (que pueda complacerla), y él se enseñoreará de ella (porque él lo hace si quiere).
Ésta ha sido la situación durante milenios: la esposa pasó a ser un objeto sexual del
hombre, para darle placer dejándola insatisfecha. Sin embargo, esto no es lo que el
Creador quería. Al contrario de la inmensa mayoría de las culturas mundiales, la toráh ha
propuesto una solución a este problema, estableciendo que el sexo no es un derecho del
hombre sino un deber, y es un derecho básico de la esposa, llamado mitzvat onáh, por lo
cual al hombre se requiere que realice el placer de su esposa antes que el suyo propio, y
debe también entender cuando ella lo está deseando y complacerla sin esperar que ella lo
pida. El sexo es qadósh (apartado) más allá del propósito de la procreación, como
expresión de completa unidad, en el rúaj del hombre y física, de la pareja.

Br (Gn) 3:20 Y llamo Adám el nombre de su esposa Javáh, porque ella seria madre de
todo ser vivo. Es sólo en este momento que el hombre da un nombre a la esposa (la misma
cosa que hizo antes con los animales), y mantuvo el nombre original Adám para sí mismo
o quizás permaneció sin nombre, o tuvo otro nombre propio que no es mencionado.

Notemos que Adám está siempre precedido por el artículo en el texto hebreo, ha-Adám.
El tiempo en que esto ocurrió es indefinido, pero aparentemente fue después que Elohim
anunció las consecuencias de la Caída y antes que Él haya hecho los vestidos para ellos.
Como su nombre le fue dado porque era la madre de todos los vivientes, es muy probable
que la esposa estuviera ya encinta cuando aconteció la Caída (pero no podemos decirlo
con certeza).

Br (Gn) 4:1 Y Adám conoció a Javáh su esposa, y quedo preñada y dio a luz a Qayín, y
dijo: Adquirí hombre de Yahweh.

La relación entre hombre y esposa es restaurada. El verbo conocer aquí es yada’, que
significa no sólo un conocimiento físico, sino una unión por el rúaj. Adám-Javáh, la
primera esposa, todavía lleva la carga del juicio del mundo entero por causa de su torcida
manera de actuar del que es acusada. Ella ha sido desposeída de su posición de mitad
igual y toda su descendencia femenina ha sido sometida por las nuevas reglas, que Elohim
no estableció, y que la toráh no aprueba. Sin embargo, ella debe ser reconocida por haber
dado acceso a un nivel de conocimiento y entendimiento, y a un significado más profundo
del amor y de los caracteres que emanan del amor, como el perdón, la bondad, la
liberación, la redención.

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Ribqáh (Rebeca)

Br (Gn) 24:2-4Y dijo Abraham a un siervo suyo, el más viejo de su casa, que era el que
gobernaba sobre todo lo que tenía: Pon ahora tu mano debajo de mis genitales. Y te
juramentaré por Yahweh, Elohim del shamáyim y Elohim de la tierra, que no tomarás
esposa para mi hijo de las hijas de los Kenaaní, entre los cuales yo resido. Sino que irás
a mi tierra y a mi parentela, y tomarás esposa para mi hijo Yitzjaq.

Ahora nos encontramos inmersos en plena era de los primeros Padres. Había reglas que
debían ser observadas por diferentes pueblos, y éstos Ha Ibrít eran celosos de su sistema
Endogámico. El patrón manda a su siervo a buscar una esposa para su hijo aparentemente,
el hijo no fue ni siquiera consultado, y deberíamos esperarnos que a la joven no se le
preguntara tampoco si ella desea casarse con un primo desconocido o no. No obstante,
ésta familia patriarcal tenía conocimiento del plan de Elohim:

Br (Gn) 24:5,8Y el siervo le respondió: Quizá la esposa no querrá venir en pos de mí a


esta tierra; Abraham le dijo: Si la esposa no quiere venir en pos de ti, serás libre de este
juramento.
Ahora bien, si hay alguno que insiste en que la Torah es un libro centrado en la
supremacía masculina, tal persona debe ponderar el comportamiento de este nuestro
Padre, que aparentemente no tuvo cuidado de la voluntad de su propio hijo, pero respetó
la de la joven esposa a la cual pidió que fuese su nuera. Considerando el periodo en que
estos eventos ocurrieron, debíamos esperarnos del siervo que respondiese Quizá el padre
de la esposa no querrá dártela para tu hijo; pero el siervo, conociendo a su patrón,
preguntó directamente por la opinión de la moza. El sistema de nuestros Padres es un
prototipo de sociedad sexista, sin embargo, los padres en la toráh trataron de seguir lo que
habían recibido como el plan original de Elohim, e hicieron que el sistema social en el
cual nacieron fuese más comprensivo y amable.

Br (Gn) 24:10, 15, 16, 22, 29-31, 57, 58 Y el siervo tomó diez camellos de los camellos de
su señor, y se fue, tomando toda clase de regalos escogidos de su señor; y se puso en
camino… Y aconteció que antes que él acabase de hablar, he aquí Ribqáh, que había
nacido a Betuél, hijo de Milkáh, esposa de Najór hermano de Abraham, la cual salía con
su cántaro sobre su hombro. Y la moza era de muy hermoso aspecto, no Almáh, a la que
hombre no había conocido… le presentó el hombre un pendiente de oro que pesaba
medio shekel, y dos brazaletes que pesaban diez… Ribqáh tenía un hermano que se
llamaba Labán, el cual corrió afuera al hombre, a la fuente. Y fue que como vio el
pendiente y los brazaletes en las manos de su hermana, que decía: Así me habló aquel
hombre, vino a él, y le dijo: Ven, bendito de Yahweh; ¿por qué estás fuera? yo he
limpiado la casa, y el lugar para los camellos… Ellos respondieron entonces: Llamemos
la moza y preguntémosle. Y llamaron a Ribqáh, y le dijeron: ¿Irás tú con este hombre? Y
ella respondió: Sí, iré.

Sh´liaj Yoshua Ben Efrayim


Aquí he citado sólo algunos versos importantes, ya que la historia es bien conocida y es
narrada a lo largo de todo el Perék 24 de Br (Gn). Evidentemente, la sociedad de nuestros
Padres en la toráh no era tan centrada en la supremacía masculina como a menudo es
considerada, al menos, no aquella de los antiguos hebreos como la familia de Abraham.
Algunos críticos arguyen que el factor convincente fue la cantidad de regalos que llevó el
siervo de Abraham, conociendo el carácter del hermano de Ribqáh. Pero en última
instancia, no sólo Abraham liberó a su siervo del juramento en el caso que la esposa no
hubiese aceptado de venir con él, sino también la familia de ella la pregunto si estaba
dispuesta a casarse con el primo desconocido. Ellos no la vendieron.

Br (Gn) 24:67 Yitzjaq la introdujo en la tienda de su madre Saráh, y Ribqáh fue su


esposa, y él la amó.

A diferencia de su padre y de sus hijos, Yitzjaq tuvo una sola esposa y ninguna
concubina, lo que era muy inusual para esos tiempos. Ribqáh fue sabia en su elección.

Y aconteció que cuando hubo Yitzjaq envejecido, y sus ojos se ofuscaron quedando sin
vista, llamó a Esáv, su hijo el mayor, y le dijo: Mi hijo… toma, pues, ahora tus armas, tu
aljaba y tu arco, y sal al campo, y tráeme caza. Y hazme un guisado, como yo gusto, y
tráeme lo, y comeré; para que te bendiga mi néfesh antes que muera». Y Ribqáh estaba
oyendo, cuando hablaba Yitzjaq a Esáv su hijo. Y Esáv fue al campo para buscar la caza
que había de traer. Entonces Ribqáh habló a Yaaqób su hijo, diciendo: «He aquí yo he
oído a tu padre que hablaba con Esáv tu hermano… ahora pues, hijo mío, obedece a mi
voz en lo que te mando. Ve ahora al ganado, y tráeme de allí dos buenos cabritos de las
cabras, y haré de ellos viandas para tu padre, como él gusta. Y tú las llevarás a tu padre,
y comerá, para que te bendiga antes de su muerte» … Y tomó Ribqáh los vestidos de Esáv
su hijo mayor, los preciosos, que ella tenía en casa, y vistió a Yaaqób, su hijo menor. Y le
hizo vestir sobre sus manos y sobre la cerviz donde no tenía vello, las pieles de los
cabritos. Y entregó los guisados y el pan que había aderezado, en mano de Yaaqób su
hijo. Y él fue a su padre… Él [Yitzjaq] no le reconoció… y le bendijo… Elohim te dé del
rocío del cielo, y de las grosuras de la tierra, y abundancia de trigo y de mosto. Sírvanle
pueblos, y naciones se inclinen a ti; sé señor de tus hermanos, e inclínense a ti los hijos
de tu madre. Malditos los que te maldijeren, y benditos los que te bendijeren».
Br (Gn) 27:1, 3-6, 8-10, 15-18, 23, 28-29)

Ribqáh puede aparecer como una esposa astuta que se aprovechó de la ceguera de su
marido para hacer que su hijo favorito fuese bendecido en lugar del primogénito, como
estaba establecido por las normas de los padres. Sin embargo, ella sabía que el marido
estaba afligido por la manera en que Esáv conducía su vida, no respetando la enseñanza
de sus padres. Ribqáh se comportó según el plan del Yahweh, porque Yitzjaq no habría
infringido la toráh y habría bendecido a Esáv, él habría hecho lo que era justo según lo
establecido. Entonces, el Único que está por encima tuvo que actuar a través de Ribqáh

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(de nuevo, una esposa que cambió el curso entero de la historia), y de esta manera,
Yitzjaq fue inocente de haber quebrantado la palabra de Yahweh, y bendijo a Yaaqób, el
progenitor del pueblo de Yisraél. Ribqáh actuó con sabiduría, liberando a su marido de no
obedecer la palabra de Yahweh y haciendo que la bendición fuese dada al hijo elegido.

Tamar

Tamar es un ejemplo de cómo muchas veces las esposas han sido denegadas de sus
derechos y han tenido que proyectar un plan para poder obtener justicia, aún arriesgando
la propia vida. Tamar tuvo que soportar el desprecio y la humillación en el ambiente
dominado por la supremacía masculina en el cual ella vivía, y es incluso acusada de
inmoralidad sexual y de comportamiento engañoso por el legalismo religioso del presente,
sin tener en cuenta que la palabra de Yahweh en cambio reivindica su justicia y sabiduría.

Br (Gn) 38:2Y vio allí Yahudáh la hija de un hombre Kenaaní, el cual se llamaba Shúa; y
la tomó, y entró á ella.

Sabemos que la familia de Yaaqób estaba bajo el requisito de Brit milah (circuncisión),
por lo cual no les estaba permitido tomar esposas de pueblos que no seguían esta
observancia. Excepto Yoséf, que se casó con Asenat la Mitzrít, y Yahudáh, no se nos dice
dónde los hijos de Yaaqób encontraron a sus esposas, pero podemos entender por las
Escrituras que ellos buscaron esposas de la descendencia de Abraham, quizás incluso
Ismaelitas y Madianitas.

Yahudáh era uno de los doce hijos de Yaaqób, y llegó a ser el principal. No obstante, a
diferencia de su padre y sus hermanos, él no observó las reglas de su familia y se casó con
una esposa Kenaaní, de la cual tuvo tres hijos. Los otros hijos de Yaaqób no tomaron
esposas de las Kenaaní, como nos resulta claro del incidente con Shékem Br (Gn) 34:13-
17), y también porque uno de los hijos de Shimón es específicamente llamado el hijo de la
Kenaaní Br (Gn) 46:10, lo que indica que éste era el único Kenaaní de los nietos de
Yaaqób (aparte de los tres hijos de Yahudáh).

Br (Gn) 38:6 Yahudáh tomó esposa para su primogénito Er, la cual se llamaba Tamar.
Aunque las Escrituras no dicen nada sobre el origen de la familia de Tamar, no hay
ninguna objeción acerca de su elegibilidad si no, como en el caso de la esposa de
Yahudáh o de las de Esáv, habría sido especificado que ella también era Kenaaní, o Jitií, o
de algún pueblo con el cual los Yisraelí no debían casarse. También es razonable pensar
que Yahudáh no tenía intención de ir más lejos fuera de la instrucción de su propia casa, y
habría elegido para sus propios hijos esposas de la descendencia de Abraham. Sin
embargo, sus hijos, siendo por mitad Kenaaní no fueron designados para perpetuar el
nombre de Yahudáh en las Tribus de Yisraél.

Br (Gn) 38:7-10 Er, el primogénito de Yahudáh, fue malo á los ojos de Yahweh y Yahweh

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le quitó la vida. Entonces Yahudáh dijo a Onán, Entra a la esposa de tu hermano, y
cásate con ella, y levanta simiente a tu hermano. Y sabiendo Onán que la simiente no
había de ser suya, sucedía que cuando entraba a la esposa de su hermano vertía en
tierra, por no dar simiente a su hermano. Y desagradó en ojos de Yahweh lo que hacía, y
también le quitó la vida.

En la toráh está establecido que cuando moría un hombre sin haber dejado descendencia,
su hermano debía casarse con la viuda, y a ella no se le permitía casarse fuera de la
familia del marido fallecido. Su hijo primogénito habría pertenecido al hermano muerto,
para que su nombre fuese perpetuado. Ésta instrucción implicaba que el hijo heredaría
todos los derechos de su tío fallecido, prevaleciendo sobre los derechos de su padre
biológico.

No tiempo para las discusiones sin fin acerca de la naturaleza del pecado de Onán; había
razones más allá de aquellas legales por las cuales debía ser excluido de Yisraél y de
Yahudáh. Por lo tanto, señalaremos sólo algunos aspectos importantes del caso. Después
de la muerte de Er, Onán habría recibido la doble porción de herencia asignada al
primogénito, pero si él hubiera hecho su deber, este derecho habría pasado directamente a
su hijo, que no habría sido reconocido como suyo sino de su hermano. Por consiguiente,
su disgusto en deber cumplir la toráh del levirato puede ser atribuido a su egoísmo y su
codicia. Sin embargo, hay otro aspecto de su conducta que era aún peor: su desdén hacia
Tamar, que él trató como un objeto sexual y le negó la posibilidad de la maternidad. Él no
tenía necesidad de ella para tener una descendencia propia, porque podía tomar otras
esposas. Onán fue verdaderamente indigno de ser contado entre los hijos de Yisraél.

Br (Gn) 38:11-18, 24-26 Y Yahudáh dijo a Tamar, su nuera: Quédate viuda en casa de tu
padre, hasta que crezca Shélaj mi hijo; porque dijo: Que quizá no muera él también como
sus hermanos. Y Tamar se fue y estuvo en la casa de su padre. Y pasaron muchos yamím,
y murió la hija de Shúa, esposa de Yahudáh. Y fue dado aviso a Tamar, diciendo: He aquí
tu suegro sube a Timnáh a trasquilar sus ovejas. Entonces se quitó ella los vestidos de su
viudez, y se cubrió con un velo, y se arrebozó, y se puso a la entrada de Enayim junto al
camino de Timnáh; porque veía que había crecido Shélaj, y ella no era dada a él por
esposa. Y la vio Yahudáh y la tuvo por ramera, porque había ella cubierto su rostro. Y
apartóse del camino hacia ella, y le dijo: Déjame ahora entrar en ti, porque no sabía que
era su nuera; y ella dijo: ¿Qué me has de dar, si entrares a mí? Él respondió: Yo te
enviaré del ganado un cabrito de las cabras. Y ella dijo: Me has de dar prenda hasta que
lo envíes. Entonces él dijo: ¿Qué prenda te daré? Ella respondió: Tu anillo, y tu manto, y
tu bordón que tienes en tu mano. Y él se los dio, y entró a ella, la cual concibió de él. Y
sucedió que al cabo de unos tres meses fue dado aviso a Yahudáh, diciendo: Tamar, tu
nuera ha fornicado, y ciertamente está encinta a causa de las fornicaciones. Yahudáh
dijo: Sacadla, y sea quemada. Y ella cuando la sacaban, envió a decir a su suegro: Del
hombre cuyas son estas cosas, estoy encinta. Y dijo más: Mira ahora de quién son esta
cosas, el anillo, y el manto, y el bordón. Entonces Yahudáh los reconoció, y dijo: Más

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justa es ella que yo, por cuanto no la he dado a Shélaj mi hijo.

Yahudáh cometió un error en casarse con una Kenaaní, y ninguno de los hijos de ésta
habría sido elegible para perpetuar el nombre de la Tribu en Yisraél. La muerte de la
esposa de Yahudáh no es un detalle marginal, sino que allanó el camino a Tamar para
cumplir con el propósito para el cual fue llamada: perpetuar la heredad de Yahudáh según
un linaje aprobado. Ésta es la principal razón detrás de todo lo ocurrido. Desde el punto
de vista legal, Yahudáh falló al no cumplir con su deber, porque Tamar fue impedida de
poder casarse fuera de su familia. En aquellos tiempos, una viuda sin hijos tenía una vida
muy difícil en su vejez sin el apoyo de hijos e hijas, y ella tuvo que actuar sabiamente
para obtener sus derechos. Ella es muchas veces acusada de haber cometido un acto
impuro, el cual era necesario no sólo para su propia supervivencia, sino también para la
entera Tribu de Yahudáh. Me pregunto, ¿Por qué no se recalca tanto el hecho que
Yahudáh no dudó en pagar a una prostituta para satisfacerse a sí mismo? Más allá de este
hecho, Tamar fue intachable. En efecto, Yahudáh reconoció: Más justa es ella que yo.
Tamar mostró a su suegro que era justa, aún a través de un acto injusto. Esto fue hecho
con sabiduría, más allá de todo juicio que los hombres puedan pronunciar sobre ella, y
Elohim la recompensó con una descendencia noble como el linaje del Rey David. Ella
fue humillada dos veces, por Onán que la despreció y por su suegro que le negó sus
derechos, pero Elohim le dio una doble bendición:

Br (Gn) 38:27 Y aconteció que al tiempo del dar a luz, he aquí había gemelos en su
vientre.

De éstos mellizos descendieron casi todos los miembros de la más importante de las
Tribus de Yisraél. La esposa Kenaaní de Yahudáh no era la elegida para perpetuar el
nombre de la Tribu, sino Tamar, y Elohim la designó para mantener la estirpe de Yahudáh
según el Pacto.

Rajáb

La historia de Rajáb es otro ejemplo de una esposa que fue bendecida por el Omnipotente
por haber contribuido al cumplimiento de Su designio, y en las Escrituras ningún juicio
negativo es pronunciado sobre ella.

Yh (Josué) 2:1-6, 8-14 Yahushúa hijo de Nun envió desde Shitím dos espías secretamente,
diciéndoles: Andad, reconoced la tierra, y Yerijó. Los cuales fueron, y entraron en casa
de una esposa ramera que se llamaba Rajáb, y posaron allí. Y fue dado aviso al rey de
Yerijó, diciendo: He aquí que hombres de los hijos de Yisraél han venido aquí esta noche
a espiar la tierra. Entonces el rey de Yerijó envió a decir a Rajáb: Saca
fuera los hombres que han venido a ti, y han entrado en tu casa; porque han venido a
espiar toda la tierra. Mas la esposa había tomado los dos hombres, y los había
escondido; y dijo: Verdad que hombres vinieron a mí, mas no supe de dónde eran: y al

Sh´liaj Yoshua Ben Efrayim


cerrarse la puerta, siendo ya oscuro, esos hombres se salieron, y no sé a dónde se han
ido: seguidlos de prisa, que los alcanzaréis. Más ella los había hecho subir al terrado, y
los había escondido entre tascos de lino que en aquel terrado tenía puestos. Más antes
que ellos durmiesen, ella subió a ellos al terrado, y les dijo: Sé que Yahweh os ha dado
esta tierra; porque el temor de vosotros ha caído sobre nosotros, y todos los moradores
del país están desmayados por causa de vosotros. Porque hemos oído que Yahweh hizo
secar las aguas del Mar Rojo delante de vosotros, cuando salisteis de Mitzrayim, y lo que
habéis hecho a los dos reyes de los Amorrí que estaban de la parte allá del Yardén, a
Sehón y a Og, a los cuales habéis destruido. Oyendo esto, ha desmayado nuestro
corazón; ni ha quedado más rúaj en alguno por causa de vosotros: porque Yahweh
vuestro Elohim, Él es Elohim arriba en los cielos y abajo en la tierra. Ahora os ruego
que me juréis por Yahweh, que como he hecho bondad con vosotros, así la haréis
vosotros con la casa de mi padre, de lo cual me daréis una señal cierta; y que salvaréis la
vida a mi padre y a mi madre, y a mis hermanos y hermanas, y a todo lo que es suyo; y
que libraréis nuestras vidas de la muerte». Y ellos le respondieron: «Nuestro néfesh por
vosotros hasta la muerte, si no denunciareis este nuestro negocio: y cuando Yahweh nos
hubiere dado la tierra, nosotros haremos contigo bondad y verdad.

De lo narrado en este pasaje, según los cánones del oficialismo religioso Rajáb sería
calificada no sólo como una prostituta, sino también como mentirosa y traidora, desleal
hacia su propio pueblo, y una colaboracionista con el enemigo y también es evidente que
los espías Yisraelí no fueron buenos ejemplos para el Mossad, ¡ya que fueron
descubiertos muy pronto! Tampoco sabemos por qué fueron justamente a la casa de una
prostituta. Por el contrario, Rajáb era una esposa inteligente que tenía el conocimiento del
verdadero Elohím, y se comportó de acuerdo a Sus propósitos. Ella era vista como una
meretriz por los Yisraelí; ¿pero qué clase de meretriz era? Leemos que tenía un padre, una
madre, hermanos y hermanas, una casa propia, y probablemente era rica; ella no tenía
necesidad de ejercer tal profesión para vivir. Ella no era la señora de un burdel, sino que
vivía en su casa con su familia. En base a éstos elementos, podemos afirmar que ella era
una prostituta ritual, una sacerdotisa de la religión Kenaaní, y por lo tanto, una esposa
respetable que gozaba de privilegios y era incluso conocida del rey de la ciudad, pues ella
probablemente servía en la casa de Elohím en las celebraciones principales. Su posición
social podría compararse con la de las estrellas del cine de nuestros yamím, cuya
reputación va más allá de sus actos y de su vida sexual. Esta clase de esposas era muy
común en Kenáan, a tal punto que el término hebreo qedeshah, que significa “aparatada”,
se usaba como un eufemismo de meretriz. No obstante, ella no estaba contenta con su
posición de prestigio, ni con la religión de su pueblo, en la cual ella ya no creía… ella
sabía Quien es el verdadero Elohím, y eligió estar de la parte de Su pueblo. Ella no debía
sentir ninguna atracción o amor por los hombres con quienes ella había estado, sino
tristeza y soledad en su rúaj. Su carne debía estar constantemente luchando contra la
espiritualidad que residía en su interior. Ella deseaba algo de cortesía, de amabilidad y en
lo más profundo, de pureza.

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Su traición no fue tal, y la falsa información que ella dio a las guardias del rey no se
puede considerar una mentira; debemos tener en mente que ella estaba en medio de una
guerra entre dos naciones, y mientras los habitantes de Yerijó veían a los Yisraelí como
invasores, ella los vio como libertadores. Es legal en una guerra apoyar a uno u otro
ejército, y recurrir a la estrategia. ¿Acaso no hizo lo mismo el Rey David cuando luchaba
contra Abshalóm, y mandó a Hushai a dar un consejo falso? ¿Y la esposa de Bahurim,
que escondió a los espías de David en el pozo, y dio una falsa información a los siervos
de Abshalóm, desviándolos en la misma manera que lo hizo Rajáb? 2 Shm (2Samuel)
17:17-21 ¿Pueden David y aquella esposa ser acusados de embuste? Rajáb era una
estratega. Ella sabía Quién era el Elohim de aquellos dos espías, y entendió que su acción
de arriesgar su vida para protegerlos era su única posibilidad de obtener el favor del
Elohim de ellos y así también su libertad. Ella estaba segura como de su propia existencia
que los Yisraelí habrían conquistado la fortaleza de Yerijó, porque sabía que Elohim
estaba con ellos.

Yh (Josué) 6:22-25 Yahushúa dijo á los dos hombres que habían reconocido la tierra:
Entrad en casa de la esposa ramera, y haced salir de allá a la esposa, y a todo lo que
fuere suyo, como lo jurasteis. Y los jóvenes espías entraron, y sacaron a Rajáb, y a su
padre, y a su madre, y a sus hermanos, y todo lo que era suyo; y también sacaron a toda
su parentela, y los llevaron fuera del campo de Yisraél. Y consumieron con fuego la
ciudad, y todo lo que en ella había: solamente pusieron en el tesoro de la casa de Yahweh
la plata, y el oro, y los vasos de metal y de hierro. Mas Yahushúa salvó la vida a Rajáb la
ramera, y a la casa de su padre, y a todo lo que ella tenía; y habitó ella entre los Yisraelí
hasta hoy; por cuanto escondió los mensajeros que Yahushúa envió a reconocer a Yerijó.

Su acción le permitió de superar el anatema que Elohim había determinado para su


pueblo, el cual no era admitido para contraer matrimonio con el pueblo de Yisraél Shm
(Éxodo) 34:15-16, y ella fue aceptada para habitar en Yisraél todos los yamím de su vida.
¡Qué contraste con la esposa de Yahudáh, cuya descendencia no fue aprobada y debió ser
Tamar quien perpetuó el linaje de la entera Tribu! Las Escrituras Hebreas no dicen nada
más sobre su vida, sólo que ella y su familia se unió a Yisraél, y debemos pensar que
también sus hermanos y hermanas se casaron dentro de su nueva nación. Es también
obvio que ella dejó de ser una prostituta sacra, sino que fue una esposa devota al Elohim
de Abraham, Yitzjaq y Yaaqób, y que se construyó una familia según la Ley Mosaica. Su
antigua vida fue quemada con la ciudad donde ella vivió, y fue llamada a una nueva vida
sirviendo al Elohim que no requiere profanar el propio cuerpo para adorarle.
Hay algunos problemas cronológicos acerca de las genealogías durante el periodo de los
Jueces, pero según la tradición, ella se habría casado con Salmon, cuyo padre Najshón era
un jefe de la Tribu de Yahudáh Bm (Números) 1:7; 7:12; 10:14, y por lo tanto es
considerada como la madre de Boaz – ésta tradición es dada por cierta en el Evangelio Mt
1:5, aunque es difícil contar sólo cinco generaciones entre Salmon y el Rey David, y Boaz
en el medio, siendo muy probablemente contemporáneo de Gideón (ver explicación en
Rut). Es muy probable que falten algunos nombres, pero en todo caso, la suya fue una

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matriz que no fue juzgada ni condenada en los ojos del Señor, sino suficientemente digna
de dar a luz un hijo que fue ancestro del Rey David.

Aksáh

Aksáh es una joven esposa que generalmente no es notada, aún siendo mencionada en dos
pasajes paralelos de dos libros del Tanák:

Yh (Josué) 15:16-19 y Shf (Jueces) 1:12-15 Y dijo Kaléb: Al que atacare a Qiryáh sefér, y
la tomare, yo le daré a mi hija Aksáh por esposa. Y la tomó Atniél hijo de Kenaz, el
hermano de Kaléb; y él le dio por esposa a su hija Aksáh. Y cuando ella vino [a él], lo
persuadió de que pidiera a su padre un campo fértil. Y ella descendió del asno; y Kaléb le
dijo: ¿Qué tienes? Ella entonces le respondió: Dame una bendición: que pues me has
dado tierra de secadal, me des también fuentes de aguas». Entonces Kaléb le dio las
fuentes de arriba y las fuentes de abajo.

En la sociedad del tiempo de nuestros padres no era inusual que una hija fuese ofrecida
como trofeo para el guerrero más valiente, y esto es lo que sucedió con Aksáh. Su padre
Kaléb fue el único hombre aparte de Yahushúa que había nacido en Mitzrayim y
sobrevivido a toda la travesía del desierto Bm (Números) 14:30-31, y era él mismo un
guerrero de valor. Aksáh puede aparecer como la propiedad de un hombre que es cedida
por un precio a otro hombre, no obstante, ella demostró de saber sacar ventaja de la
situación con sabiduría y decisión; ella no estaba tratando con hombres delicados, sino
con guerreros y conquistadores, y reclamó para sí una dote mayor que la que le había sido
dada. Notar que fue ella que persuadió a su nuevo propietario, su marido, a pedir a su
padre tierras, y luego, ella misma agregó a la demanda también fuentes de agua, y las
obtuvo. Aksáh es un ejemplo de una joven esposa que, a pesar de su condición de
inferioridad social, logra alzar su voz y ser escuchada. No sabemos más nada de su vida,
pero podemos imaginar que ella tenía un don especial, por el cual los combatientes la
escuchaban y le concedían sus pedidos.

Deboráh (Débora)

El periodo de los Jueces fue quizás el más duro para la esposa en el antiguo Yisraél,
tiempo en que su condición social fue la más baja. Era una etapa de transición en la que
las Tribus estaban más que todo por cuenta propia, con una débil unidad entre ellas, cada
una combatiendo separadamente al grupo Kenaaní que residía en los territorios asignados
a cada Tribu. Estaban en anarquía y guerra, y en tales condiciones, las esposas
prácticamente no tienen ninguna posibilidad de surgir. Todo estaba en manos de los
hombres. Las esposas eran mucho menos respetadas que bajo el sistema, como es
evidente en varios hechos narrados en el sefér de Shoftím (los Jueces). Su situación
mejoró sólo cuando la monarquía fue establecida, ya que al menos las esposas
relacionadas con la casa real y con los personajes notables ganaron alguna influencia en la

Sh´liaj Yoshua Ben Efrayim


sociedad. Era impensable para una esposa asumir el liderazgo en el periodo de los
Shoftím (jueces), sin embargo, fue justamente en esta edad obscura de Yisraél que
Deboráh surgió para gobernar.

Shf (Jueces) 4:2-5

Hacía veinte años que los Kenaaní, con un potente ejército, estaban oprimiendo a las
Tribus de Yisraél excepto la Tribu de Yahudáh, la cual aparentemente logró conquistar
todas sus tierras y era de hecho una entidad separada del resto de Yisraél durante todo el
periodo de los Shoftím (jueces). Es increíble que no hubiese un hombre capaz de
emprender una revuelta; no era por falta de buenos guerreros, sino porque ninguno de
ellos era según el plan del Señor, porque “en aquellos yamím no había rey en Yisraél, y
cada uno hacía como mejor le parecía” (Shoftím (jueces) 17:6). Entonces, una Neviyah
surgió como Juez: Deboráh. Excluyendo al Nebií Sh´muel, quien es considerado como el
último de los Shoftím (jueces) y que gobernó sobre todas las Tribus, Deboráh tuvo al
menos tres características exclusivas que hacen de ella la única entre todos los Shoftím
(jueces):

Ella fue la única Juez esposa;

Ella fue la única de los Shoftím (jueces) que fue también Nebií;

Ella fue la única que juzgó sobre todo Yisraél, mientras que todos los demás Shoftím
(jueces) gobernaron sólo sobre la propia Tribu.

Deboráh es llamada “esposa de Lapidót”, que muchos interpretan como “esposa”, porque
en hebreo no hay una palabra específica para esposa sino que es la misma que indica
esposa. En realidad, es muy probable que “señora” no quiera decir esposa en este caso.
Lapidot es un plural femenino que significa “llamas”, y puede no ser un nombre propio,
sino un título o una cualidad. De hecho, eshet lapidot, que literalmente significa “esposa
de llamas”, puede ser una descripción de su carácter. Por lo tanto, toda la frase “Deboráh,
Neviyáh, esposa de Lapidót” puede entenderse como una unidad que define qué tipo de
Neviyah ella era, una con celo ardiente como llamas. De otra manera, si esposa
significase en efecto esposa, una interpretación rabínica identifica a Lapidot con Barak,
cuyo nombre significa “rayos”, y puede ser considerado un sinónimo de Lapidot y de este
modo, la frase contendría un juego de palabras que define sea su carácter que de quien era
esposa. Sin embargo, Barak pertenecía a otra Tribu (y la toráh de Moshéh que establece el
matrimonio dentro de la propia Tribu), y aparentemente él vivía en otro lugar, en el norte
de Yisraél, pues ella lo mandó a llamar (v. 6) desde su ciudad. Éste hecho hace que la
definición “esposa de llamas” sea aún más significativa, porque ella es colocada en una
posición equivalente a la del comandante en jefe del ejército en realidad, él tomaba
órdenes de ella, como veremos.

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Deboráh estableció su corte bajo una palmera en su tierra, en el sur de Efrayim, y los
Yisraelí iban a ella a juicio, una afirmación que denota la alta estima de que ella gozaba
en medio de su pueblo.

Shoftím (jueces) 4:6-8

Suena extraño en la boca de un guerrero valeroso, comandante de un ejército, pedirle a


una esposa de acompañarlo a la guerra, porque si no, él no iría. Este hecho nos muestra
qué tipo de carácter era el de Deboráh, que era capaz de inspirar aliento y cuya autoridad
del rúaj que era esencial para el desarrollo de la batalla.

Shoftím (jueces) 4:9

Deboráh no dudó en aceptar el pedido de Barak, pero le dejó en claro que porque él no
confió en su voz desde el principio, sino que agregó una condición para cumplir con lo
que Yahweh había mandado, la gloria de la victoria sería acreditada a una esposa. La
profecía que Sísara habría caído ante una esposa tuvo doble cumplimiento: su ejército fue
derrotado por los Yisraelí bajo la guía espiritual de Deboráh, y él mismo fue ejecutado por
otra esposa, Yaél.

Shoftím (jueces) 4:14-15, 17

Deboráh muestra a Barak que el resultado de la batalla estaba determinado como ella
había dicho, que el Señor habría entregado al enemigo en manos de Barak, pero como él
puso la condición que Deboráh fuese con él, él no logró completar la victoria capturando
al jefe del ejército derrotado, que escapó y, como veremos, fue entregado en manos de
una esposa (ver la próxima: Yaél).

Shoftím (jueces) 4:23-24

Aquella batalla fue crucial, pues desde entonces los Yisraelí ganaron su independencia y
los Kenaaní no se levantaron más.

Shoftím (jueces) 5:1

Literalmente: “Cantó Deboráh y Barak hijo de Avinoam en aquél Yom”, con el verbo en
singular femenino. Aunque el cántico es atribuido a ambos, Deboráh y Barak, ella es
mencionada primero, y por el texto se entiende que fue su cántico, no de ambos. Este es
quizás el único Perék de la Biblia escrito por una esposa, y una de las piezas más antiguas
de la literatura hebrea. Entonces Deboráh explica cuál era la situación en Yisraél cuando
ella fue llamada:

Shoftím (jueces) 5:7-8

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La situación en aquellos yamím es la que hemos descrito antes, que la opresión del pueblo
no era consecuencia de que no hubiera hombres de valor en Yisraél, sino porque ninguno
de ellos era según la voluntad del Señor. Los Yisraelí habían seguido otras deidades, y
habían perdido el favor del Omnipotente. Entonces, Deboráh fue designada Juez y Nebií
en lugar de los hombres, porque habían dejado de ser gobernantes idóneos. Ella fue como
una madre para su pueblo. El cántico continúa elogiando a los jefes de las Tribus que la
siguieron en la batalla, y reprochando a aquellos que prefirieron quedarse en sus tiendas.
Una alabanza especial es pronunciada sobre Yaél (la cual consideramos a continuación), y
como esposa y “madre de Yisraél”, Deboráh piensa en los sentimientos de otra esposa y
madre:

Shoftím (jueces) 5:28, 30

Esta frase ilustra cuál era el concepto de la esposa entre los Kenaaní: despojos de guerra,
una o dos para cada hombre. Esto es lo que la madre de Sísara esperaba de la batalla, pero
su hijo no retornó a casa.

Shoftím (jueces) 5:31

En todo su cántico, Deboráh acredita sus victorias a Yahweh. Ella gobernó el país en
Shalóm por cuarenta años, por lo cual deducimos que era muy joven cuando fue
designada Juez y condujo su primera batalla. Era ciertamente una elegida, la persona más
sabia en Yisraél en aquellos tiempos.

Yaél (Jael)

La batalla de liberación conducida por Deboráh fue completada con la intervención de


otra esposa, Yaél. Mientras Deboráh es intachable y vista como una heroína porque en
ella no se halla ningún comportamiento cuestionable, Yaél en cambio puede ser
considerada una traidora como Rajáb, una engañadora como Tamar y Ribqáh (según los
parámetros conformistas). Pero ella sabía de qué parte debía estar, y con quién estaba el
Señor.

Shoftím (jueces) 4:11,18-22

Los Kenaaní eran del linaje de Yitro, el suegro de Moshéh, y residían de tiendas y
herreros, los “Gitanos” del antiguo Yisraél. Ellos de hecho no tenían patria y vivían en
paz con todos los pueblos entre los cuales habitaban. La mayoría de ellos vivían en
Yahudáh y Edóm, pero Hever eligió irse hacia el norte y habitaba en las tierras
gobernadas por Yavin.

Yaél rompió todas las reglas: Primero, ella no tenía el consentimiento del marido para

Sh´liaj Yoshua Ben Efrayim


matar al comandante del rey con el cual él y su casa estaban en Shalóm; luego, ella no
debía invitar a un hombre a entrar en su tienda cuando su marido no estaba presente; y por
último, ella violó la regla más sagrada de la hospitalidad, matando a su huésped. La
acción de Yaél fue de gran coraje y firmeza. Ella arriesgó su vida y la de su familia,
porque Sísara estaba huyendo de una batalla perdida, pero la guerra continuaba… Sin
embargo, ella sabía que esta vez el Señor habría vuelto Su favor hacia Yisraél, porque
Deboráh estaba gobernando y conduciendo su pueblo a retornar a Yahweh, e Yisraél
habría alcanzado una completa victoria sobre Yavin.

Muchos pueden objetar que ella no podía negar a Sísara de entrar en su tienda, siendo
indefensa, pero del texto aprendemos que fue ella quien lo invitó a entrar, no él que lo
solicitó. Ella no tenía armas para enfrentar a un experto guerrero como Sísara, aunque él
estaba exhausto, ni la fuerza física para oponerse a él. Ella sólo tenía su encanto, y
sabiduría femenina. Su acción no fue traición, sino que en el mismo modo que Rajáb, ella
se puso de la parte de uno de los ejércitos en guerra, y pensó una estrategia para permitir a
Barak la completa victoria en la batalla. Deboráh la alabó en su cántico, con palabras que
no se han dicho de ninguna otra esposa en las Escrituras Hebraicas:

Shoftím (jueces) 5:24-27

“Bendita sobre las señoras” por su acción y su carácter. La descripción que Deboráh hace
de Yaél es prodigiosa: Primero ella es presentada como una esposa con modales
refinados, sirviendo a su huésped como a un noble, y dándole más de lo que él le pidió.
Ella le ofreció toda la comodidad que tenía en su humilde tienda, y lo hizo sentir al
seguro. Ella le dio un alimento que le habría relajado tanto como para dejarlo dormido.
Entonces, con la decisión de un guerrero, ella le concedió una indolora muerte. Y así los
Kenaaní cayeron por las manos de dos señoras.

Rut

Esta esposa es presentada como el máximo ejemplo de lealtad, y no hay nada en su


comportamiento que pueda ser hallado fuera de la Torah. Su historia ha sido considerada
digna de ser escrita y pasó a ser uno de los libros de las Escrituras Hebraicas. Rut vivió en
el periodo de los Shoftím (jueces) (Rut 1:1), y aunque el tiempo exacto no es relevante
para nosotros porque nos interesa su persona y carácter, es importante discernir algunos
detalles porque el linaje en el cual ella entró es el del Rey David. Según la Biblia, hay seis
generaciones entre Najshón, príncipe de Yahudáh y contemporáneo de Yahushúa, y el
Rey David (1Div 2:10-15). Boaz era el nieto de Najshón, y se lo supone hijo de Rajáb, lo
que colocaría la historia cerca de los primeros Shoftím (jueces), pero habiendo sido Boaz
el abuelo de Yishái, debe haber vivido cerca del final del periodo de los Shoftím (jueces)
y no puede ser el hijo de Rajáb, y al menos dos generaciones deben faltar en el medio.
Otro problema es que Rajáb vivió durante la conquista de Kenáan bajo Yahushúa,
mientras Naomi y su marido emigraron de Yahudáh cuando la conquista había terminado

Sh´liaj Yoshua Ben Efrayim


y ya estaban establecidos en la tierra; luego vivieron al menos diez años en Moáb antes de
que Naomi retornara y se encontrara con Boaz. Además, la carestía en el país sugiere que
eran contemporáneos de Gedeón Shoftím (jueces) 6:4-5. No obstante, considerando que
excepto Deboráh, que gobernó sobre todo Yisraél, podía haber diferentes Shoftím (jueces)
contemporáneamente sobre sus respectivas Tribus, y entonces la sucesión puede reducirse
a los cuatro de Efrayim, más los periodos de anarquía: en este caso, podríamos considerar
que Atniél en Efrayim, Ehud en Benjamín y Shamgar (probablemente en Yahudáh,
habiendo combatido contra los Filisteos) podrían ser parcialmente contemporáneos; luego
Gedeón y Abdón en Efrayim pueden coincidir por la mayor parte de años con Tola y Elón
en Galilea, Ibtzan en Yahudáh, Yair y Yiphtah en Galaad y Shimshón en Dan. Ésta
hipótesis hace posible contar las cuatro generaciones entre Rut y el Rey David, aun
dejando irresuelto el vacío entre Najshón y Boaz, y es muy factible que un par de
nombres en el medio hayan sido idénticos en generaciones alternas y no han sido
transcriptos por ser considerados repeticiones. Sin embargo, aún cuando Rajáb
probablemente no fue la madre de Boaz sino su abuela o una generación anterior, su
carácter fue transmitido a su descendiente, como se verá.

Rut 1:1,3-5

Elimélek y su familia han sido los primeros Yahudím emigrantes mencionados en las
Escrituras. Él no debía haber dejado su pueblo en búsqueda de una vida mejor en un país
pagano, haciendo así que sus hijos se casaran con señoras de un pueblo al cual el Señor
había explícitamente declarado anatema para Yisraél Dv (Dt) 23:3,6. Por este motivo, él y
sus hijos murieron en pocos años en el país donde se establecieron. Éste es uno de los
signos que muestran cómo la Torah era ignorada durante ese periodo, en el cual “cada uno
hacía como mejor le parecía” Shoftím (jueces) 17:6. Muy probablemente, Naomi no
estaba de acuerdo con su marido en dejar la tierra que el Señor había dado a Su pueblo,
pero ya hemos hablado de la escasa consideración de la esposa en aquel tiempo, la edad
oscura del antiguo Yisraél.

Rut 1:6-10

Naomi fue seguramente una esposa excepcional, tanto que sus dos nueras habían decidido
dejar las propias familias y el propio país para seguirla hacia una tierra desconocida, y
habitar con un pueblo desconocido. Su carácter era realmente como su nombre, pues
Naomi significa “placentera”. Sabemos que ella insistió a ambas nueras para que
retornasen de nuevo a sus hogares, y así convenció a Orpa, pero no a Rut, que dijo:

Rut 1:16-17

Estas son las palabras más célebres dichas por Rut, como un emblema de devoción y
lealtad. De la misma manera que Rajáb, ella decidió dejar a su pueblo y todo lo que tenía
en su tierra para seguir al Elohim de Yisraél. Ésta fue una acción de gran coraje, pues ella

Sh´liaj Yoshua Ben Efrayim


probablemente sabía que según la Torah ella no habría sido aceptada en Yisraél, pero su
decisión fue tomada sin dudar. Seguramente, ella no dijo que el Elohim de Naomi habría
sido su Elohim quienquiera que fuese, sino porque ya sabía quién Él es. Ella sabía por
firmeza que el Elohim de Yisraél la habría recibido en Su pueblo, porque es el Altísimo y
el dador de la Torah.

Rut 2:1; 4:1

Boaz, siendo pariente del marido de Naomi, tenía el derecho (y el deber) de redimir la
propiedad de Elimélek, si hubiera sido el más cercano. Era un príncipe de Yahudáh,
siendo del linaje de Najshón, y podemos suponer que fuera también el Juez de su Tribu,
porque Yahudáh estaba separada del resto de Yisraél mucho antes de la institución de la
monarquía (notar que los reyes Shaúl y David contaban a Yahudáh como una entidad
distinta de Yisraél 1Samuel 11:8, 17:52; 18:6; 2Samuel 2.10-11; 3:10; 5:3-5. Y eran los
ancianos y gobernantes de la ciudad que acostumbraban a sentarse en las puertas de la
misma para tratar asuntos legales. Una curiosidad, también el ancestro de Rut, que era
Lot, era un anciano de Sedóm y se sentaba en las puertas de la ciudad Br (Gn) 19:1.

Rut 2:2

¿Sabía Rut en el campo de quién habría ido a trabajar? Quizás ella imaginó que el Señor
la habría guiado al lugar apropiado, porque actuó con la misma firmeza con la cual dejó la
seguridad de su hogar para vivir como extranjera en medio de otro pueblo. En todo caso,
ella no quiso ser una carga para su suegra, sino un apoyo.

Rut 2:11, 12

Boaz tenía conocimiento del rúaj de Rut. Si él era el hijo de Rajáb o sólo un descendiente
suyo, seguramente Rut le habrá hecho recordar de Rajáb, que se atrevió a desafiar al
anatema que había sido pronunciado sobre su pueblo e hizo la elección personal de unirse
a Yisraél, porque ella reconocía al Elohim de Yisraél como el Único y Verdadero. Si Él
redimió a una Kenaaní, ¿por qué no habría de redimir también a una Moabita?

Rut 3:1-9

Hay mucha controversia acerca del significado de las expresiones usadas en este pasaje, y
lo que realmente sucedió depende de la correcta interpretación de los términos. El consejo
de Naomí era claro; ella sabía que Rut era una esposa determinada, y le pidió que diese un
paso adelante para reclamar sus derechos. Ella sabía cuál era el momento propicio y lo
que se debía hacer, y Rut siguió la recomendación de su suegra. Lo importante aquí es
que el propósito fue conseguido y fue hecho según las reglas culturales y espirituales de
aquel tiempo. De hecho, el texto contiene palabras con sentido figurado y probables
eufemismos que no son evidentes en la traducción, y algunas expresiones no fácilmente

Sh´liaj Yoshua Ben Efrayim


comprensibles, por lo tanto, podemos sugerir cómo se desarrollaron los eventos sin
establecer ningún parámetro dogmático. Rut tenía que hacerse agradable y deseable y
esperar a que Boaz hubiese terminado su trabajo y su cena, y luego cautamente llegar al
lugar en la era donde él iría a dormir, y poner en marcha su plan. Ella debía descubrirle
los pies y acostarse, lo que generalmente se interpreta que ella gentilmente quitó la
cubierta de sus pies y se acostó junto ellos como señal de sumisión, hasta que el hombre
despertó y la notó. Aunque esto podría haber sido posible si hubiera habido alguna
especie de código cultural por el cual un tal comportamiento pudiera haber sido
comprensible, el hecho de descubrir los pies de alguien más bien carece de sentido. Sin
embargo, esta expresión puede tener un significado muy diferente: la palabra “pies” a
menudo era usada para definir las piernas e incluso la parte inferior del cuerpo, y en
manera eufemística también las partes íntimas. Otra interpretación que ha sido propuesta
es que ella se descubrió a sí misma y se acostó al lado de él, pero esto no está sólidamente
fundado en el texto. El paso sucesivo era esperar hasta que él le dijera lo que hacer, pero
en cambio fue ella que le dijo a él de extender su manto sobre ella, haciendo entender que
debía ser redimida por él y que era su deber tomarla por esposa.

Tal comportamiento habría sido correcto y coherente con su carácter. Ella estaba en la
misma situación de Tamar y tuvo que reclamar sus derechos, aunque no tuvo que recurrir
a alguna estratagema y actuó con completa franqueza.

Rut 3:10-14

Boaz la reconoció como una esposa digna, y aunque su acercamiento a él fue una
declarada propuesta de matrimonio (que podría haber sido consumado esa misma noche,
si él no se hubiese recordado del pariente que tenía prioridad sobre él), él la alabó por su
virtud y lealtad hacia la Toráh de Yisraél, según la cual ella no debía casarse fuera de la
familia de su marido muerto. Parece que Boaz era ya un hombre mayor, y es muy
improbable que fuese soltero, más aún siendo una personalidad importante en su Tribu, y
rico; por lo tanto, es factible que él también fuese viudo. Sin embargo, ella podría haber
elegido otros hombres antes que él, más jóvenes y ricos, pero ella prefirió sujetarse a la
Toráh de Yisraél. Boaz la recibió a pesar de su origen, como Rajáb de la cual él descendía
fue admitida en Yisraél por causa de su firmeza.

Rut 4:9-10, 13, 17

Esta esposa Moabí, cuyo carácter era a la vez amable y determinado, que era como Rajáb
nacida pagana, pero reconocía al Elohim de Yisraél como su Elohim, y que era como
Tamar, viuda sin hijos que reclamó sus derechos de tener descendencia, fue
recompensada por el Señor, que añadió su nombre al linaje del Rey David.

La Hija de Yiftáj

Sh´liaj Yoshua Ben Efrayim


No sabemos ni siquiera su nombre, pero ella es un emblema de total obediencia y
sumisión, según sus pocas palabras que nos han sido transmitidas en el texto. Ella fue
realmente una víctima de su tiempo, en el cual el conocimiento del Señor se había perdido
en Yisraél en un periodo de decadencia espiritual.

Shoftím (jueces) 11:1,3-4,30-32

Yiftáj era un marginal entre los Yisraelí que vivían al este del Yardén, en la frontera con
Amón. En aquel tiempo, el pueblo había olvidado la Torah de su Elohim y seguía los
rituales paganos de sus vecinos, entre los cuales las deidades de Amón y Moáb (Shoftím
(Jueces) 10:6, adoptando sus prácticas de culto. Los Amoní y Moabí acostumbraban
sacrificara sus hijos a su ídolo, llamado Kemosh en Moáb y Mólek en Amón Vy
(Levítico) 18:21; Bm (Números) 21:29; 1 Mlk (Reyes) 11:7,33; 2 Mlk (Reyes) 23:10; Yr
(Jeremías) 32:35. En éste Perék, ambos ídolos se identifican como el mismo, siendo
llamado Kemosh (que era el nombre moabita) la deidad de Amón Shoftím (jueces) 11:24.
Está claro en los versos mencionados que Yahweh ha prohibido terminantemente imitar
sus rituales y contaminarse con tales prácticas. Aunque Yiftáj demuestra tener
conocimiento de la historia de su pueblo, parece no estar al corriente de la Torah de su
Elohim él incluso reconoce a Kemosh como el Elohim que dio a los Amoní su tierra;
aunque ésta puede ser sólo una declaración diplomática basada en lo que los Amoní
creían. Como muchas personas sinceras que sirven a Elohim aún cuando lo hacen en una
manera errada, él puede haber adorado al Elohim de Yisraél en buena firmeza, pero no
según Sus reglamentos. ¿Qué quiso decir, cuando dijo “cualquiera que me saliere a
recibir de las puertas de mi casa, le ofreceré en holocausto”? ¿Pensaba quizás que algún
animal habría salido de su casa, como generalmente hacen los perros cuando su patrón
llega de un viaje? ¿O quizás un siervo? ¡Pero si los sacrificios humanos estaban
prohibidos por el Señor! ¡Yiftáj tenía sólo una hija, y habría sido la persona más probable
que lo saliera a recibir!

Shoftím (jueces) 11: 34-40

La virtud y ternura de esta joven son únicas. Ella no discutió con su padre, sino que
consideró que él debía ser fiel a su voto como algo más importante que su propia vida.
Como Yitzjaq que no resistió a Abraham cuando fue puesto sobre el altar para ser
sacrificado, pero Abraham no había hecho un voto de propia iniciativa; sino que había
sido mandado por el Señor, que no le permitió cumplir el sacrificio. La hija de Yiftáj se
comportó como el siervo del Señor en Ysh (Isaías) 53:7, “como cordero fue llevado al
matadero; y como oveja delante de sus trasquiladores, enmudeció, y no abrió su boca”.
Ella sólo pidió de poder llorar su virginidad, porque no habría tenido el honor de la
esposa, de dejar descendencia. Y fue sacrificada. Hay muchos que tratan de dar una
interpretación revisionista, alegando que Yiftáj no la mató, sino que la sacrificó a
virginidad perpetua; pero si fuera así, ¿por qué motivo irían las hijas de Yisraél a lamentar
cada año a una joven que permaneció virgen?...

Sh´liaj Yoshua Ben Efrayim


Estimada es en los ojos de Yahweh la muerte de sus elegidos. Th (Salmo) 116:15.

Abigayil

Abigayil es apreciada por su belleza y sabiduría, cualidades que ella mostró al salmista
ungido rey de Yisraél.

Shm (1Samuel) 25:2-3

Por qué una esposa bella e inteligente habría de casarse con un hombre indigno y necio,
es un misterio que quizás sólo una esposa pueda explicar, y yo no lo soy El contraste entre
ella y su marido es destacado por el escritor en la introducción de la historia que la llevó a
encontrar a David.

1 Shm (1Samuel) 25:4-13

Este evento tuvo lugar en el periodo en el cual David era un fugitivo con su propio
ejército, aún siendo el rey ungido por el Nebií Sh´muél, porque Shaúl todavía reinaba. En
sus andanzas a través del desierto de Yahudáh, David pide hospitalidad a Nabal, porque
sus soldados habían protegido a los hombres de Nabal en una ocasión anterior. Nabal
hace muestra de su estupidez, no sólo negando lo que había pedido David, sino
recalcando que David era un forajido que se apartó de su rey. ¡Un campesino con algunos
siervos osa desafiar a un comandante de seiscientos guerreros! Nabal firmó su propia
sentencia de muerte.

1 Shm (1Samuel) 25:14-17

La sabiduría de Abigayil era reconocida por los siervos de Nabal. Este joven, según los
conceptos de la época, no debería haber ignorado la autoridad de su amo y contarle a su
esposa lo que había sucedido, pero él sabía que ella era la única persona capaz de
encontrar una solución al grave incidente causado por la idiotez de su amo. Aún cuando
David había determinado la destrucción de toda la casa de Nabal y de sus propiedades, el
siervo confiaba en que Abigayil habría calmado la ira de David.

1 Shm (1Samuel) 25:18-31

Aquí encontramos una esposa que rompe todas las reglas conformistas que enseña la
oficialidad religiosa: ella actúa de propia iniciativa, sin el permiso de su marido, y lleva a
cabo una acción que es exactamente lo contrario de la voluntad de su marido. Ella usurpó
su autoridad. Entonces, se presentó ante David con humildad, y tomó sobre sí la
responsabilidad por “no haber visto a los mensajeros de David” … ¿Qué podría haber
hecho contra la voluntad de su marido? ¿Habría dado una contraorden? Esto no es todo,

Sh´liaj Yoshua Ben Efrayim


sino que se atrevió a calificar a su marido de necio.

Su sabiduría espiritual se manifiesta en sus palabras, cortésmente diciendo a David que no


era digno de él derramar sangre por venganza por su propia mano, porque era el
combatiente por la causa de Elohim, y es Elohim que lo debe vengar. Ella incluso desea
que sus enemigos sean necios como Nabal. Abigayil recordó a David que había sido
profetizado para él ser el Rey de Yisraél, y que debía reinar con limpia conciencia, no
habiendo matado sin causa. Al final, ella le pide de recordarse de ella cuando él habrá
recibido la bendición del Señor.

1 Shm (1Samuel) 25:32-35

La ira del valeroso guerrero fue calmada por el entendimiento de una esposa. El príncipe
de Yahudáh y de Yisraél hizo caso del consejo de esta esposa, y la alabó por su
inteligencia. Le hizo saber que ella había apenas salvado la vida de todos los varones de la
casa de Nabal y a ella misma de ser tomada como parte del botín (aunque sabemos quién
se la habría quedado para él…)

1 Shm (1Samuel) 25:36-42

Abigaíl, la esposa desobediente, fue liberada de su marido, que fue castigado por su mal
comportamiento hacia David. Habiendo oído la noticia, David se recuerda del consejo que
ella le dio, bendiciendo a Elohim por haberle impedido de tomar venganza. La esposa le
dejó tal impresión, que la quiso como esposa él de hecho “se recordó” de ella como ella le
había pedido, ¡aún antes de que el Señor le hubiese dado el reino!
Abigaíl era una esposa determinada que sabía lo que tenía que hacer, a pesar de las reglas
sociales que requerían sumisión al marido, y fue valiente como para presentarse ella
misma ante el jefe de seiscientos guerreros para persuadirlo a renunciar a su
contraofensiva, hablándole con sabiduría y dulzura. Ella no fue culpada por haber
transgredido las reglas, sino recompensada, pasando a ser la esposa (una de ellas) del Rey.

Batshéva

Batshéva es generalmente considerada juntamente con David culpable por su falta. No


obstante, las Escrituras no le atribuyen ningún pecado, sino sólo a David. Batshéva no era
sólo una hermosa esposa, sino también fiel y entendida.

2 Shm (2Samuel) 11:1


¿Qué estaba haciendo David en su palacio, cuando todo su pueblo estaba en la guerra, y
era su deber estar en el campo de batalla? Este no era el comportamiento típico del
valeroso guerrero que él era. El gran combatiente que era alabado por su valor, siempre a
la cabeza de ejércitos invencibles… Éste fue su primer error, que lo llevó a los siguientes.
Él se quedó en casa, no porque se estuviera poniendo viejo y no fuera más hábil para la

Sh´liaj Yoshua Ben Efrayim


batalla, porque él aún combatió después de este evento y tuvo aún muchos hijos – por lo
menos cinco con Batshéva (incluyendo el primogénito que murió, pues 1 Div (1Crónicas)
3:5 menciona cuatro) más aquellos de sus concubinas y de otras esposas. Su fuerza no
había disminuido. Él simplemente se concedió un poco de relax; ya había conquistado
todo lo que había por conquistar, y Rabáh era una ciudad fácil de tomar y su presencia
no era indispensable. Este evento debe haber ocurrido no más tarde de la mitad de su
reinado, porque Sh´lomóh era ya suficientemente adulto para ser rey cuando David murió.
Así podemos suponer que David no debía tener más de cincuenta años.

2 Shm (2Samuel) 11:2


Entonces, no teniendo nada que hacer, él subió a la terraza de su casa para contemplar la
belleza del área circunstante... No sabemos cuánto estaba lejos Batshéva de la casa del
rey, pero los hombres, y más uno como David, podemos reconocer que una esposa es
hermosa desde un punto distante aún cuando ya está oscureciendo. Generalmente se cree
que ella se estuviese bañando en el patio de su casa: esto es muy improbable ¿No habría
David notado una tan encantadora vecina ya antes? ¿No habría sabido que era la esposa
de su leal soldado? Él ciertamente lo habría sabido si ella hubiese vivido cerca de su
palacio. Por lo tanto, ella debía estar bañándose en una fuente natural lo suficientemente
profunda como para una inmersión, y debía ir hasta allí desde su casa con tal propósito.
Ella probablemente debía ir hasta esa fuente no justamente para “lavarse”, lo que podía
hacer en su casa sin el riesgo de ser vista, sino para limpiarse de impureza ritual (v. 4).
Éste es un precepto de la Torah llamado mikvéh, que requiere que la esposa se sumerja
completamente desnuda en mayím hayim, o sea, agua corriente, para ser purificada. Si ella
no tenía una piscina adecuada en su casa (que debía ser llenada con agua corriente), debía
encontrar otro lugar. Ella no estaba haciéndose ver, ni lo estaba tentando, ¡sino que estaba
cumpliendo con un acto debido y obedeciendo a la Torah de Elohim! También lo estaba
haciendo al anochecer, quizás después de la puesta del sol, para reducir la posibilidad de
ser vista. No se nos dice que estuviera sola, probablemente llevaba a una amiga que
vigilase.

Por otra parte, David tenía derecho a mirarla mientras él creyese que ella era libre no es
un pecado admirar la belleza de una esposa, es algo natural, lo que es pecaminoso es
maquinar pensamientos lujuriosos.

2 Shm (2Samuel) 11:3-4


Una vez que él fue informado sobre su identidad, que ella era la esposa de su leal soldado,
no impidió a su mente de ir más allá... ¡Ella no lo había provocado! Era él que no debía
codiciar a una esposa casada, sino olvidarla. En cambio, él ordenó que se la trajeran.
Tampoco en éste caso podemos culpar a Batshéva: él no le mandó una invitación a venir,
si ella habría tenido el placer de pasar la noche con él, sino que mandó a sus mensajeros a
traerla a su presencia. ¿Habría ella desobedecido a la orden del rey? Una vez que ella
entendió sus intenciones, ¿podía ella hablar sin el permiso del rey, y objetar sobre lo que
él pensaba hacer? Quizás ella no tenía el carácter audaz de Abigaíl, pero también se

Sh´liaj Yoshua Ben Efrayim


encontró en una situación difícil de controlar, y su comportamiento fue correcto ella no
podía oponer resistencia.

David era el hombre según el corazón de Elohim, pero era un hombre, de todos modos. Él
tenía poder, y también debilidad en sus deseos. En este momento, él no era capaz de ser
fiel a la Torah de Elohim como acostumbraba, y fue superado por sus pasiones. Su falta
no fue sólo que cometió adulterio, sino que tampoco tuvo en cuenta que ella se estaba
purificando porque estaba en su periodo, y no era permitido a un hombre tener relaciones
sexuales con una esposa durante su ciclo Vy (Levítico) 20:18.

2 Shm (2 Samuel) 11:5-11


Cuando David vino a saber que su aventura con Batshéva habría sido descubierta, él
tramó un plan para mantenerla secreta. Era por su honor, más bien que por el de ella, pues
él era el rey y Uriyáh uno de sus mejores guerreros. Él no podía perder la dignidad;
cuando era su deber estar en el campo de batalla, en cambio se estaba divirtiendo con la
esposa de su soldado. Entonces llamó a Uriyáh y expresamente le mandó a “ir a su casa a
lavar sus pies” no le estaba diciendo de ir a refrescarse y descansar, sino que ya hemos
visto que el término pies es usado como un eufemismo: David manda a Uriyáh a tener
relaciones sexuales con su esposa. Sin embargo, Uriyáh, el Hiti, uno como Rajáb y Rut
que se unió a Yisraél siendo nacido entre los paganos, probó su lealtad hacia su rey y
hacia Elohim, y permaneció con los siervos en el palacio del rey. El plan de David falló.
Ya sabemos cómo terminó ésta historia.

2 Shm (2 Samuel) 11:26-27


No era la intención de Batshéva llegar a ser reina. Fue la falta de David, que llegó a
desearla tanto como para olvidar la Torah de Yahweh, su unción, sus victorias y todas las
cosas con las que había sido bendecido por haber sido un hombre según el corazón de
Elohim. David se arrepintió amargamente por el mal que había hecho, y se reconoció
culpable delante del Señor, y encontramos la expresión poética de su arrepentimiento en
las palabras del Salmo 51, del cual leemos algunos pasajes:

A pesar de la injusticia por la cual Batshéva llegó a ser la esposa del rey, ella fue
recompensada en su vida: tuvo un marido fiel que perdió, pero después fue la reina de
Yisraél, y madre del Rey Sh´lomóh, el heredero del trono de David
Tamar, la Hija de David

El Rey David tenía una hermosa hija, cuyo nombre era Tamar. Ella también fue víctima
de abuso como lo había sido su antecesora Tamár, y también en su caso se trató de
incesto aunque en una manera muy diferente. La humillación de Tamar no fue un
incidente aislado, sino una consecuencia directa del mal comportamiento de David con
Batshéva y el marido de ella.

2 Shm (2 Samuel) 13:1-2

Sh´liaj Yoshua Ben Efrayim


Como ya sabemos, el Rey David tenía muchas esposas. Amnón era su primogénito, de
Ajinoam Israelita 2 Shm (2Samuel) 3:2; 1Crónicas 3:1, y legalmente era el heredero al
trono. Abshalóm y Tamar eran sus hijos y de una princesa Aramea, muy probablemente
dada a David como “garantía” de lealtad por parte de su padre, a cambio de poder
mantener su reino como usaban hacer los reyes para sellar una alianza, el rey más fuerte
tomaba una hija de su vasallo para asegurarse su perpetua lealtad. Deducimos que ellos
eran aún muy jóvenes, pues no parece que Amnón fuese casado ésta es otra prueba de que
la aventura de David con Batshéva sucedió durante la primera mitad de su reinado.

El casamiento entre Amnón y su media-hermana estaba prohibido por la Toráh Mosaica,


por lo tanto él sabía que habría sido difícil para él obtenerla como esposa incluso a través
de un pedido formal. Que él “la amaba” es un eufemismo; en realidad, Amnón sólo la
deseaba sexualmente, como es claramente visible en su comportamiento hacia ella. Él se
enfermó de amor, es decir, tenía un metejón con ella.

2 Shm (2 Samuel) 13:3-4


Amnón parece un niño mimado, que actúa como un adolescente, y que piensa como un
adolescente. Su definición de amor es la de una persona inmadura. Hay una gran
diferencia entre amar con un amor genuino, que viene del rúaj, y enamorarse, que
proviene de la pasión y el deseo. Él no puede admitir que Tamar es su hermana, sino sólo
la “hermana de Abshalóm” – aunque Abshalóm es su hermano. En la mente de Amnón,
Abshalóm es el hijo de su padre, pero Tamar es la hija de la madre de Abshalóm.

2 Shm (2 Samuel) 13:6-13


Amnón llevó a cabo su plan, como le había sugerido su astuto primo (la misma persona
que después anunciaría la muerte de Amnón al Rey v. 32-33. No obstante, Amnón logró
involucrar a David, al menos en obtener su permiso para que Tamar viniese a su casa. Se
podría suponer que David debía haber entendido las intenciones de Amnón, o por lo
menos sus sentimientos hacia su hermana, en base a las palabras usadas en el texto para la
expresión “haga delante de mí dos hojuelas”: los términos hebreos usados aquí para
“hacer” y “hojuelas” están ambos relacionados con la palabra “corazón” (lev),
significando lo siguiente: el verbo lavav propiamente quiere decir “estar dentro”, por
implicación “abrir el corazón”, o sea, “transportado por el amor”, y también significa
“hacer hojuelas”; luego el término lavyivot, plural de lavyivah, en su sentido original es
grosura, luego “torta frita”. Por lo tanto, aparece implícito que Amnón pidió
específicamente un tipo de “tortas de amor” como medicina para su enfermedad. David
no parece muy interesado en los sentimientos de sus hijos, de otra manera habría notado
que el deseo de Amnón por Tamar era algo más que amor fraternal. Estaba muy ocupado
con los asuntos del Reino y con sus muchas esposas para ocuparse también de sus
numerosos hijos. Y David mandó a su hija a la casa de Amnón, para que le cocinase como
él había pedido.

Después que ella hizo las tortas para su hermano, sus intenciones se manifestaron ¿No

Sh´liaj Yoshua Ben Efrayim


había ella entendido, siendo esposa, ¿qué es lo que él quería de ella cuando mandó a salir
a todos para quedarse solo con ella, y pretendió comer de su mano en la alcoba? Quizás
consideró esto como natural entre un hermano y una hermana, sin implicaciones
lascivas… Quizás ella era muy ingenua. Probablemente Amnón era tan malcriado que ni
su padre, dando por hecho que un hombre puede entender los sentimientos de otro
hombre, ni su hermana, que siendo esposa puede intuir las intenciones de un hombre,
sospecharon nada. Seguramente Amnón ya era tratado como el sucesor a la corona, y todo
deseo suyo era cumplido sin preguntarle nada.

Cuando Tamar se dio cuenta cuál era la “enfermedad” de Amnón, ella cortésmente se
negó. Le habló con ternura, pero haciendo notar que era algo infame delante del Señor,
con consecuencias negativas para ambos, ella y Amnón mismo. Tamar apeló a la Torah,
“no se ha de hacer así en Yisraél” y definió un hecho tal una “locura” (nevalah); apeló al
orgullo de Amnón que habría sido considerado “como uno de los necios” (naval),
términos que en hebreo implican maldad, villanía, además de necedad; y también a su
bondad, porque ella habría sido deshonrada, avergonzada. Ella también le ofreció una
posibilidad, diciéndole que se habría casado con él si él hacía las cosas bien, pidiéndola a
David como esposa. Podemos deducir que ella dijo esto en su desesperación, sabiendo
que no era permitido por la Torah una vez que las intenciones de Amnón hubieran sido
conocidas, él habría perdido toda posibilidad.

2 Shm (2 Samuel) 13:14-17


Amnón estaba obsesionado, y la violó. Es evidente qué tipo de “amor” él sentía por ella,
que la odio después de haberla humillado sexualmente. Eso no era amor, sino pura
lascivia. Aquí no estamos interesados en los aspectos psicológicos del comportamiento de
Amnón, por qué la odio más de cuanto la había deseado, porque nos interesa Tamar; por
lo tanto no trataremos las posibles razones de esta reacción.

Ella fue ofendida en su honor y herida en sus más profundos sentimientos – porque no
pudo resistirlo por no tener la fuerza física. Por lo menos, él podría haber cumplido con su
deber como hombre (aunque es indigno de ser llamado hombre) y debía tomarla como
esposa; pero en cambio la echó. Ella era una princesa, y era destinada a ser dada como
esposa a un príncipe, o a un hombre honorable; pero en la antigua sociedad Yisraelí era
muy difícil para una esposa poder casarse si no era virgen – a menos que fuese viuda. Por
este motivo ella le dijo que esta segunda maldad era peor que la primera. Quisiéramos
pensar que, siendo inocente, ella haya encontrado un buen marido que la haya aceptado,
pero no sabemos más nada de su vida. Según las Escrituras, ella quedó desconsolada, lo
que nos da a entender que éste fue su estado definitivo. La palabra hebrea usada aquí es
shamem, la misma que encontramos en Isaías 54:1, y conlleva el sentido de devastada,
desolada, desierta.

Ella fue ofendida en su honor y herida en sus más profundos sentimientos

Sh´liaj Yoshua Ben Efrayim


2 Shm (2 Samuel) 13:18-21
Tamár tuvo un correspondiente masculino en la historia, que fue también una víctima
inocente como ella: Yoséf Br (Gn) 37:3

Ambos fueron traicionados por sus hermanos Tamar por uno, Yoséf por todos. Después
de esto, sus trajes de colores ya no se podían usar: Br (Gn) 37:23,31

Ambos fueron invitados con las mismas palabras, “acuéstate conmigo”, y su rechazo les
trajo malas consecuencias: Br (Gn) 39:12.

Parece que la única persona que realmente había entendido todo desde el principio era
Abshalóm, porque cuando vio a su hermana, él le preguntó “¿Ha estado contigo tu
hermano Amnón?”. Ya sabemos cómo terminó esta historia, que Abshalóm se comportó
como un verdadero hombre y vengó a su hermana, matando al vil Amnón. Cuando David
supo lo que había pasado “fue muy enojado”, pero no se nos dice si hizo algo para
castigar a Amnón. Probablemente dejó este asunto en manos del Señor, pues nadie mejor
que él sabía que Elohim no dejaría a nadie sin su castigo. Pero Abshalóm consideró la
inacción de David como injusticia, de hecho, es de esto que acusó a su padre cuando se
rebeló contra él: 2 Shm (2 Samuel) 14:27.

La Esposa Noble de Shuném

Esta es otra esposa cuyo nombre no es mencionado, aunque era una persona importante
en
su ciudad. Ella vivió en un periodo muy duro para Yisraél, gobernado por monarcas
inicuos que se habían apartado de la Torah – el Reino de Yisraél se había separado de
Yerushaláyim y de la casa de Elohím, y la autoridad de Elohim era representada por Su
Nebií.

Shuném era una pequeña ciudad en el territorio de la Tribu de Yisaskár, en Galilea, de


donde también Avishag era nativa 1 Mlk (Reyes) 1:3.

2 Mlk (2Reyes) 4:8-13


Esta esposa es llamada “importante”, significando que ella pertenecía a la nobleza de su
país. Parece ser que el Nebií Elishá no se identificaba a sí mismo mientras viajaba, y no
era tan notorio como el Nebií Eliyáhu, que era rápidamente reconocido por su aspecto
extravagante. Ésta esposa tenía conocimiento del rúaj ese tipo de conocimiento que es
exclusivo de las señoras por el cual ella entendió que Elishá era un santo hombre. Ella
creía en el verdadero Elohim en un Reino que ya no Lo adoraba más desde su separación
de Yahudáh, y ella consideraba que era una bendición para su casa dar hospitalidad a éste
hombre de Elohim itinerante y a su siervo. El Nebií quiso expresarle su agradecimiento, y
la preguntó si ella habría querido algún puesto de honor entre las autoridades. Su
respuesta fue la de una verdadera esposa de la nobleza: ella no quería gloria, sino vivir en

Sh´liaj Yoshua Ben Efrayim


medio de su pueblo al cual ella probablemente sostenía también económicamente, siendo
una persona tan generosa.

2 Mlk (2Reyes) 4:14-17


No la podemos culpar por su incredulidad; también su antecesora Saráh se rió cuando
Elohim le anunció el nacimiento de Yitzjaq. No tener hijos en el antiguo Yisraél era un
problema muy serio, y para una esposa estéril era increíble poder llegar a ser madre, aún
cuando le fuese dicho por un Nebií. Ella probablemente era aún joven, pero
aparentemente se casó con un hombre mucho mayor que ella, pues el siervo recalcó la
edad del marido.

2 Mlk (2Reyes) 4:18-30


Su hijo aparentemente murió por una insolación. El hijo que ella tanto había deseado pero
que no pidió en cambio de su hospitalidad: ¿Pedí yo hijo a mi señor? ¿No dije yo, que no
me burlases? Puede parecer un reproche, pero de hecho ésta vez sí era un pedido, como si
hubiese dicho: “Tú me has concedido de tener un hijo, ahora deberás proveer para que
este milagro no haya sido en vano”; era una declaración de firmeza más bien que un
reproche. De hecho, cuando su hijo murió, ella no lo preparó para un funeral, sino para
una resurrección. Ella sabía perfectamente lo que estaba haciendo: ésta esposa
seguramente había oído acerca del Nebií Eliyáhu, a quien sucedió Elishá, y de su milagro
cuando era huésped de la viuda de Tzarefat:

2 Mlk (2Reyes) 17:17-23


La esposa Sunamita quería que Elishá hiciera la misma cosa, porque ella tenía firmeza.
Ella había puesto al hijo en la cama del Nebií, como había hecho Eliyáhu cuando era
huésped en casa de otra esposa. Así como Eliyáhu había hecho que no faltase aceite de la
vasija de la viuda 1 Mlk (1Reyes) 17:16, y Elishá había repetido ese milagro en casa de
otra viuda justo antes de encontrar a la Sunamita 2 Mlk (2Reyes) 4:2-6, ella sabía que él
podía devolverle a su hijo como había hecho Eliyáhu. Y ella siempre decía: “Shalóm”.
Era determinada, nadie debía saber nada excepto el Nebií, y sólo cuando estuvo en su
presencia, ella habló. De la misma manera que había entendido desde el principio que
Elishá era el Nebií de Elohim, ella supo que era sólo él que debía ser informado.
Elishá le dio instrucciones sobre lo que debía hacer, pero ella no aceptó. Ella requería la
presencia del Nebií. No era falta de firmeza ella viajó hasta el monte Carmelo dejando a
su hijo muerto en casa, y nadie haría eso si no tuviera firmeza. Ella quería que Elishá
hiciese exactamente como había hecho Eliyáhu. E insistió como su ancestro Yaaqób: “No
te dejaré, si no me bendices” Br (Gn) 32:26.

2 Mlk (2Reyes) 8:1-6


Esta esposa noble de Shuném adquirió una consideración privilegiada por el Nebií, que le
advirtió de refugiarse en otro país por causa de la inminente carestía. Y ella creyó al
Nebií e hizo con él le dijo, y no perdió nada: al contrario, incluso un mal rey como
Yahuram le devolvió no sólo sus posesiones, sino también lo que éstas habían producido

Sh´liaj Yoshua Ben Efrayim


durante los siete años que ella estuvo en el extranjero.
¿Qué las esposas de la toráh no son importantes? ¿Quién lo dijo? Los hombres porque en
la toráh no es así.

Sh´liaj

Yoshua Ben Efrayim

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