Parashat VaYetze # 7 Adul 6018
Parashat VaYetze # 7 Adul 6018
Parashat VaYetze # 7 Adul 6018
Va yetzé – – Y Salió
Lectura de la Toráh
Bereshít (Gn) 28:10-32:3
▪ Kohén (pastor) 28:10-29:8
▪ Leví 29:9-30
▪ Sh’lishi (tercero) 29:31-30:13
▪ Reví (cuarto) 30:14-32
▪ Jamishí (quinto) 30:33-31:7
▪ Shishí (sexto) 31:8-25
▪ Shevií (séptimo) 31:26-44
▪ Maftir (ultimo en leer) 31:45-32:3
Parashat 7 Vayetzé
10 Y salió, Yaaqób de Beer Shebá, y se fue hacia Jarán.
11 Y se encontró en un lugar, y pasó la noche allí, porque se metió el sol; y tomó piedras del
lugar y las puso para su cabeza, y se acostó en ese lugar.
12 Y tuvo una visión: Y he aquí, una escalera estaba apoyada en la tierra, y su cabeza tocaba
shamáyim; y he aquí, unos mensajeros de Elohím subían y descendían por ella.
13 Y he aquí, Yahweh se mantenía en pie sobre ella, y dijo: Yo soy Yahweh, Eloheí de Abraham
tu padre, y Eloheí de Yitzjaq; la tierra en que tu estas acostado sobre ella la daré a ti y a tu
descendencia.
14 Y será tu descendencia como el polvo de la tierra, y abrirás brecha hacia el occidente, y hacia
el oriente, y hacia el norte y hacia el sur; y a ti bendecirán todas las familias de la tierra y a tú
descendencia.
15 Y he aquí, yo estoy contigo, y te guardaré en todo donde camines, y te volveré a esta tierra;
ciertamente entre tanto no te dejaré, porque sí haré, lo que te hablé.
16 Y Yaaqób se despertó de su dormir, y dijo: Ciertamente Yahweh está en este lugar, y yo no lo
sabía.
17 Y temió, y dijo: ¡Cuan temible es este lugar! No es este sino casa de Elohím, y esta es puerta
de shamáyim.
Sh´liaj Yoshua Ben Efrayim
18 Y Yaaqób madrugó en la mañana, y tomó la piedra que puso por su cabecera, y la puso por
monumento, y derramó aceite sobre su cabecera.
19 Y llamó el nombre de ese lugar Beit El (casa de Elohím) y ahora bien, Luz era primero el
nombre de la ciudad.
20 Y Yaaqób hizo voto, diciendo: Si estuviera Elohím conmigo, y me guardare en este camino
que yo voy, y me diere alimento para comer y vestido para vestirme,
21 y volviere en shalóm a la casa de mi padre, Yahweh será para mí por Elohím.
22 Y esta piedra que he puesto por monumento, será casa de Elohím y todo lo que me diere, el
diezmo te diezmaré.
29 1 Y Yaaqób levantó sus pies, y se fue hacia la tierra de los hijos del oriente.
2 Y miró, y he aquí un pozo en el campo; y he aquí, había allí tres rebaños de ovejas recostados
sobre él, porque de ese pozo abrevaban los rebaños; y había una gran piedra sobre la boca del
pozo.
3 Y se reunieron allí todos los rebaños; y rodaban la piedra de sobre la boca del pozo, y
abrevaban las ovejas, y volvían la piedra sobre la boca del pozo a su lugar.
4 Y Yaaqób les dijo: Mis hermanos, ¿De dónde sois vosotros? Y dijeron: De Jarán somos
nosotros.
5 Y les dijo: ¿Acaso conocéis a Labán hijo de Najór? Y dijeron: Le conocemos.
6 Y les dijo: ¿Acaso el tiene Shalóm? Y dijeron: Shalóm, y he aquí, Rajél su hija viene con las
ovejas.
7 Y dijo: He aquí, aún hoy está pleno; no es tiempo para reunir el ganado; abreven las ovejas, y
vayan a apacentarlas.
8 Y dijeron: No se puede, hasta que se reúnan todos los rebaños, y rueden la piedra sobre la boca
del pozo, y abrevemos las ovejas.
9 Mientras él hablaba con ellos, Rajél vino con las ovejas que eran de su padre, porque ella era
pastora.
10 Y sucedió cuando Yaaqób vio a Rajél, hija de Labán hermano de su madre, y a las ovejas de
Labán hermano de su madre, se acercó Yaaqób y rodó la piedra de sobre la boca del pozo, y
abrevó las ovejas de Labán hermano de su madre.
11 Y Yaaqób besó a Rajél, y levantó su voz y lloró.
12 Y Yaaqób relató a Rajél que él era hermano de su padre, y que él era hijo de Ribqáh; y corrió,
y relató a su padre.
13 Y sucedió cuando oyó Labán a Yaaqób, hijo de su hermana, corrió a encontrarle, y le abrazó y
le besó y le trajo a su casa; y contó a Labán todas estas cosas.
14 Y Labán le dijo: Ciertamente eres de mi hueso y de mi carne. Y residió con él un mes.
15 Y Labán dijo a Yaaqób: ¿Acaso porque eres mi hermano, me servirás de balde? Infórmame
cuánto es tu salario.
16 Y Labán tenía dos hijas: El nombre de la mayor era Leáh, y el nombre de la menor, Rajél.
17 Y los ojos de Leáh eran tiernos, y Rajél era de hermoso aspecto y hermosa apariencia.
18 Y Yaaqób amo a Rajél, y dijo: Te serviré siete años por Rajél tu hija la menor.
19 Y Labán dijo: Bueno la daré para ti, que entregarla a otro hombre; establécete conmigo.
20 Y Yaaqób sirvió por Rajél siete años; y fueron a sus ojos como algunas jornadas, por su amor
a ella.
1 Qr 10:19-23
1 Qr 10:19 ¿Y qué digo, yo? ¿Acaso el sacrificio a los Elilím está en la raíz de la palabra, o que
los Elil existen en la raíz de la palabra?
20 Al contrario; las naciones que ofrecen sacrificios, ellos los sacrifican a los devastadores, y no
a Elohím; y no es de mi agrado que vosotros hagáis compañeros de los devastadores.
21 No podéis beber de la copa del Soberano, y de la copa de los devastadores; no podéis
juntaros a la mesa del Soberano, y a la mesa de los devastadores.
22 ¿O acaso se despertará la ira de la indignación del Soberano; al que con gran poder domina
sobre el hombre?
23 Todo está dispuesto, simplemente que no todo es para provecho; todo está dispuesto,
simplemente que no todo es para edificación suya.
De qué lugar esta hablando Yaaqób para llamarlo casa de Elohím y puerta de Shamáyim; que en
otras oportunidades fue el monte Moriyáh en donde Abraham fue a sacrificar a Yitzjaq y que en
esta oportunidad huyendo de su hermano hacia sus familiares se encuentra durmiendo en un lugar
donde el mismo dice que es la puerta de shamáyim. Años más tarde por el rey David lo escoge
como el lugar de su reposo en donde se establecería luego la casa de Elohím en Yerushaláyim.
~y.lv; Wry. Yerushaláyim. Nombre dado a la capital del reino de Yisraél en el tiempo de David. Esta
ciudad aparece con varios nombres antes de llamarse Yerushaláyim como proceso antes y
después de ser llamada por su pueblo Yisraél.
Miremos sus nombres:
1. ~lev Shalém. Bereshít (Gn) 14:18; Tehillím (Sal) 76:2. Su ubicación está en el monte
Moriyáh donde Abraham fue a sacrificar a Yitzjaq (Isaac) y más tarde Sh´lomóh levantó la
casa de Elohím en Yerushaláyim. Divrei Hayamim (Cr) 3:1.
2. Beit Elohím nombre dado por Yaaqób mientras dormía cuando venía de
beer sheba, de la casa de su padre a la tierra de Jarán Br (Gn) 28:17.
3. También fue llamada por Yaaqób el Beit el que traducido es casa de Elohím Br
(Gn) 35:7; con la misma connotación 28:17.
4. Puerta de Shamáyim nombre dado por Yaaqób mientras dormía cuando venía de
beer sheba de la casa de su padre a la tierra de Jarán Br (Gn) 28:17.
5. luz que traduce almendro y se encuentra Shf (Jue) 1:23, 26; Br (Gn) 28:19; Yh 16:2;
18:13.
6. sWby. Yebús. Shoftím (Jue) 1:21 donde habitaron los jebuseos y no fueron expulsados por los
Yisraelí Yahushúa (Jos) 15:63; Divrei Hayamim (Cr) 11:4-5
7. !wYoci Tzión que es la ciudad de David. Sh´muel (S) 5:7; la fortaleza de tzión es la misma
ciudad de David y se encuentra más de 44 veces Div 11:5 Tzión es el lugar del rey en donde
viviría Th (Sal) 2:6; Malakím (R) 8:1
11. Llamada la ciudad de nuestras fiestas solemnes Ysh (Is) 33:20 Mira a Tzión, ciudad de
nuestras fiestas solemnes. Tus ojos verán a Yerushaláyim, morada de quietud, tienda que no
será desarmada, ni serán arrancadas sus estacas ni ninguna de sus cuerdas será rota.
12. El Jai también es conocida como la ciudad del Elohím vivo Ib (He) 12:22.
Una vez tomada la ciudad, David mejoró las fortificaciones y construyó un palacio para sí;
también instaló el arca en su nueva capital. Sh´lomóh siguió fortificando la ciudad, pero su mayor
logro fue la construcción de la casa de Elohím, y de la consiguiente división de su reino,
Yerushaláyim experimentó cierta declinación, como era de esperar, ya que en adelante sería la
capital de Yahudáh únicamente. Ya en el quinto año de su sucesor, Rajabám, la casa de Elohím y
el palacio real fueron saqueados por tropas egipcias Malakím (R) 14:25. También los
merodeadores flishtím y árabes saquearon el palacio en el reinado de Jorám. Siendo rey
Amatzyáh, parte de los muros de la ciudad fueron destruidos a causa de un pleito con el rey del
N, Yoásh, y nuevamente hubo pillaje en la casa de Elohím y en el palacio. Uziyáhu reparó el
daño ocasionado a las fortificaciones, de modo que en el reinado de Ajáz la ciudad pudo soportar
los ataques de los ejércitos combinados de Siria e Yisraél. Poco tiempo después el reino del N
sucumbió ante los asirios. Jizqiyáhu de Yahudáh también tenía buenas razones para temer el
poder asirio, pero Yerushaláyim escapó providencialmente. Para casos de sitio construyó un
conducto para mejorar la provisión de agua potable a la ciudad.
Nebukadnetzár de Babel capturó la ciudad en 597, y en 587 a.C. destruyó la ciudad y la casa de
Elohím. Al final de ese siglo los judíos, entonces bajo el dominio de los persas, fueron
autorizados a retornar a su tierra y su ciudad, y reconstruyeron la casa de Elohím, pero los muros
de la ciudad permanecieron en ruinas hasta que Nejemyáh los restauró a mediados del ss. V a.C.
Alejandro Magno liquidó el poder del imperio persa a fines del ss. IV, y después de su muerte su
general Tolomeo, fundador de la dinastía tolemaica en Egipto, entró en Yerushaláyim y agregó la
ciudad a su reino. En 198 a.C. la tierra de Yisraél cayó bajo el poder de Antíoco II, el rey
seléucida de Siria. Alrededor de 30 años más tarde, Antíoco IV entró en Yerushaláyim, destruyó
sus muros, y saqueó y profanó la casa de Elohím e instaló una guarnición Siria en la ciudad, en el
Acra. Yahudáh Makabím encabezó una revuelta judía, y en 165 a.C. se volvió a consagrar la casa
de Elohím. Él y sus sucesores gradualmente fueron ganando independencia para Judea, y la
dinastía asmonea gobernó sobre una Yerushaláyim liberada hasta mediados del ss. I a.C., época
en que Roma intervino. Los generales romanos forzaron la entrada de la ciudad en 63 y 54; un
ejército la saqueó en el año 40; y tres años más tarde Herodes el Grande tuvo que entrar por la
fuerza para volver a controlarla. Primero tuvo que reparar el daño causado por estas diversas
incursiones, luego se embarcó en un vasto programa de construcciones, y erigió algunas torres
notables. La más renombrada de sus obras fue la reconstrucción de la casa de Elohím en escala
mucho más grandiosa, aunque la tarea no se completó durante la vida de dicho monarca. Una de
sus torres fue la Antonia, que dominaba el área de la casa de Elohím.
La revuelta judía contra los romanos en 66 d.C. sólo podía tener una conclusión; en el 70 d.C. el
general romano Tito entró por la fuerza en Yerushaláyim y destruyó sus fortificaciones y la casa
de Elohím. Dejó tres torres en pie; una de ellas, Fasael, todavía se mantiene, y fue incorporada a
la llamada “torre de David”. Pero mayores desastres tenían que caer sobre los judíos: otra
revuelta en 132 d.C. dio como resultado la reconstrucción de Yerushaláyim (en escala mucho
menor) como ciudad pagana, dedicada a Júpiter Capitolino, de la que fueron excluidos todos los
judíos. Esto fue obra del emperador Adriano, quien llamó a la ciudad recién reconstruida Aelia
5 Y dijo a ellas: Veo yo el rostro de vuestro padre que no es hacia mí como antes en el pasado; y
el Eloheí de mi padre ha estado conmigo.
Aquí la palabra rostro es muy conocida en hebreo como penei que viene de una raíz que nos
indica la cara o rostro de las personas en el cual se muestra cada una de las partes del rostro del
hombre; mostrando su estado de ánimo.
פָּ נֶהpané; cara (como la parte que da vuelta); usado en una gran variedad de aplicaciones (lit.
Y fig.); también (con prep. pref.) como prep. (antes, etc.):-abierto, adelante, agradar, anterior,
antiguamente, aspecto, bajo, cara, consejero, cuidado, cumbre, defender, delante, delantera,
dirigir, durar, encuentro, enfrentar, enfrente, enojo, estado, estima, extensión, fachada, favor, faz,
filo, frente, guardar, ídolo, intención, interponer, ira, juguete, lado, miedo, mirar, negar, parecer,
parte, persona, preceder, preferencia, presencia, presentar, primero, principio, razón, rostro,
semblante, servicio, servir, suceder, superficie, tiempo, triste, venerable, vista.
La primera vez que penei se encuentra en la toráh está relacionada al rostro de Yahweh muy
relacionada con una traducción que indica cercanía o presencia en Br (Gn) 3:8 Luego oyeron la
voz de Yahweh Elohím que se paseaba por el jardín, al aire del Yom; y el hombre y su esposa se
escondieron del rostro (PENEI) de Yahweh Elohím entre los árboles del jardín.
Otro ejemplo de una relación con Yahweh es con Moshéh el gran Nebií en la toráh y el guiador
de su pueblo. Esta traducción en las versiones modernas esta de la siguiente manera Bm (Nm)
12:8 Cara a cara hablaré con él, claramente y no con enigmas, y verá la apariencia de Jehová.
¿Por qué, pues, no tuvisteis temor de hablar contra mi siervo Moisés?
Pero hay un gravísimo error de traducción hagamos el paralelo y comparemos.
En Bm (Nm) 12:8 Boca a boca hablare con él, y en presencia; y no con cosas escondidas; y el
semblante de Yahweh mirara. ¿Por qué, no tuviste temor para hablar contra mi siervo Moshéh?
Aquí ven claramente la diferencia, correcto entonces veamos la diferencia que se encuentra en la
palabra hebrea פֶ הpe; boca (como medio para soplar), sea lit. O fig. (Particularmente habla);
espec. Filo, porción o lado; adv. (Con prep.) de acuerdo a:-abertura, boca, borde, cara, charla,
comer, conforme a, cuello, decir, dicho, de dos filos, entrada, extremo, filo, habla, jactarse,
mandamiento, mandar, mandato, orden, palabra, paladar, parte, pico, porción, según, rivera. Una
parte del rostro como lo es la boca.
Sh´liaj Yoshua Ben Efrayim
Son muestras de los primeros errores de traducción y segundo que no fue cara a cara sino que
Yahweh le hablo de boca a boca es decir que le hablaba como en la zarza, aunque no vio nada si
oyó la voz de Yahweh que estaba en medio de ella.
El primer ejemplo de un hombre que tuvo problemas con su rostro fue Qayín. Dice la toráh que
Yahweh le hablo sobre su semblante miremos Br (Gn) 4:5 Y no miro a Qayín y a su presente. Y
Qayín se airó mucho y decayeron sus facciones. 6 Y dijo Yahweh a Qayín ¿Por qué te aíras?
¿Por qué decayeron tus facciones?
El rostro, naturalmente, ofrece indicación visible de las emociones internas, y una variedad de
adjetivos acompañan a la palabra en las Escrituras, como triste, demudado, avergonzado, o
airado. El rostro puede cambiar de color, ensombrecerse o palidecer, por pena, por una acción
equivocada, por un yerro, por una mentira etc.
Miremos lo que dice las escrituras, cuando el rostro muestra algunos cambios según el estado del
corazón, alegría, tristeza, algún ánimo o algún sentimiento:
1) El hombre no podía ver el rostro de Elohím por temor a morir Shm (Ex) 33:20 Y
dijo: No pueden ver mi rostro; porque no me vera el hombre, y vivirá.
2) Por la comida que se consume Dn 1:13 Compara luego nuestros rostros con los rostros de
los muchachos que comen de la porción de la comida del rey, y haz después con tus siervos
según veas.
3) Para sanidad 2 Mlk (R) 4:29 Elishá dijo entonces a Geijazí: Ciñe tu cintura, toma mi bastón
en tu mano y ve. Si te encuentras con alguien, no lo saludes, y si alguien te saluda, no le
4) El rostro corresponde al corazón del hombre Msh (Pr) 27:19 Como el rostro en el agua
refleja el rostro, así el hombre se refleja en el corazón del hombre.
5) El rostro airado es contra el deslenguado y el que odia lo refleja en su rostro como en los
labios.
Msh (Pr) 25:23 El viento del norte hace girar la lluvia y del rostro airado, la lengua
murmuradora.
Msh (Pr) 26:24 El que odia, lo disimula con los labios, pero en su interior maquina engaño; 25
por más que hable amigablemente, no le creas, porque siete abominaciones hay en su corazón. 26
aunque con disimulo encubra su odio, su maldad será descubierta en la congregación .
6) El rostro refleja la tristeza Nj (Neh) 2:1-3 Sucedió en el mes de Abíb, en el año veinte del rey
Artajshasté, que estando ya el vino delante de él, tomé el vino y lo serví al rey. Y como yo no
había estado antes triste en su presencia, 2me dijo el rey: ¿Por qué está triste tu rostro?, pues no
estás enfermo. No es esto sino quebranto de corazón. Entonces tuve un gran temor. 3 Y dije al
rey: ¡Viva el rey para siempre! ¿Cómo no ha de estar triste mi rostro, cuando la ciudad, casa de
los sepulcros de mis padres, está desierta, y sus puertas consumidas por el fuego?
9) La modestia y la reverencia exigían cubrir el rostro con un velo, como hizo Ribqáh ante
Yitzjaq.
10) En la visión de Yeshayáhu, el rostro del todopoderoso estaba velado por serafín. Era signo de
humildad inclinar el rostro hasta el suelo; y caer sobre el rostro significa gran temor.
11) Por otra parte, podía mostrarse un máximo desprecio escupiendo en el rostro de alguien.
Metafóricamente podía demostrarse resolución, firmeza “poniendo” (“afirmando”, “fijando”) el
rostro obsérvese la gráfica frase de Ysh (Is) 50:7 Porque Yahweh, el Señor, me ayuda, no me
12) Se hacía una oposición firme resistiendo a una persona delante de su rostro (resistir cara a
cara).
13) La noción de intimidad y comprensión se transmitía por medio de la frase “cara a cara”. Esta
frase, naturalmente, ha pasado a algunas lenguas modernas, al igual que decayó su semblante.
14) El rostro de los muertos se cubría Yhj (Jn) 11:44, de modo que cuando se hizo esto con
Amán, se quiso significar que su suerte estaba echada Ester 7:8.
15) Cuando un hombre se postraba a fin de solicitar algo, el superior levantaba la cabeza del
suplicante como señal de que el favor sería concedido.
16) Levantar el rostro de alguien significaba concederle un favor Br (Gn) 19:21, y luego
convertirlo en favorito Dv (Dt) 10:17.
La conclusión después de hacer un recorrido por la Tanák y la Brit es: El rostro refleja lo que
hay en el corazón del hombre, sus emociones, sus dolores, su gozo, su estado, el nivel del rúaj
que tenga una persona, también el rostro de Yahweh revela el agrado con los que le temen y con
los que no obedecen a sus mandamientos.
El rostro de Labán, no era como al principio, tenia envidia por la prosperidad y la bendición que
Yahweh le había dado, por la cantidad de hijos, por el favor que veía en Yaaqób; el llego sin nada
y ahora era un pastor próspero lleno de ganado y riquezas.
La apariencia del rostro, es muy fácil darse a conocer cuando la persona no tiene bien su corazón;
su forma de servir, de actuar, se refleja en la forma en que se comporta con el rostro; la misma
palabra dice el de ojos altivos. Debemos anotar que los ojos, además de ser ventanas del néfesh,
son también los que muestran los estados de ánimo, por ellos se derraman lágrimas y son
brillantes cuando se quiere a alguien o alguien querido llega etc.
Pero hay los ojos, los que se guiñen y que está prohibido por la toráh hacerlo, ellos muestran
coquetería y hasta gestos de rareza etc.
Tu rostro refleja lo que hay dentro de ti, unas veces el rostro duro, no es más que un escudo
para esconder el dolor, la soledad y además actitud grosera y con el
Br 29:20 Y sirvió Yaaqób por Rajél siete años; y fueron a sus ojos como algunos Yamím, por su
amor con ella.
En este tratado, presentare a señoras mencionadas en las Escrituras tal como ellas eran y
reivindicarlas a través de una exégesis imparcial y precisa en la Tanák, descartando las
características pecaminosas con las cuales las instituciones religiosas las han marcado en
base a sus propios prejuicios.
Es un hecho indiscutible que el plan original del Creador fue la igualdad entre el hombre
y la esposa y no la subordinación de la integrante femenina; sin embargo, las
circunstancias del mundo antiguo generaron una desigualdad basada principalmente en la
fuerza física; la más antigua e infeliz actividad humana que es hacer la guerra al vecino
requería que los miembros masculinos de la comunidad humana tomaran el control de la
situación, porque eran los únicos capaces de llevar a cabo tal empresa. Esta necesidad de
supervivencia y de defensa del grupo elevó a los más valientes guerreros a la altura de
comandantes, dejando a las señoras fuera de toda participación en la vida comunitaria.
Este título puede parecer blasfemo para las personas religiosas conservadoras y legalistas,
sin embargo, es bíblico. No obstante, tampoco las adeptas al movimiento feminista tienen
algún motivo para exultar. No estoy diciendo que Adám era una señora. Consideremos lo
que las Escrituras dicen acerca del primer hombre:
Br (Gn) 1:26 Y dijo Elohim haré a Adám a nuestra imagen como nuestra semejanza y
gobiernen en los peces del mar y en las aves de shamáyim y en los cuadrúpedos y en toda
la tierra y en todo reptil que se arrastran sobre la tierra.
27. Y creo Elohim a Adám a su imagen a imagen de Elohim a él creó hombre y hembra
5:1 Este es el rollo de las generaciones de Adám el Yom en que Elohim creó a Adám a
semejanza de Elohim lo hizo a él.
2 Los creo a ellos hombre y hembra, y los bendijo a ellos y llamó el nombre de ellos
Adám en el Yom que fueron creados.
Ésta es una traducción literal del texto original hebreo. Lamentablemente, en castellano
no hay una expresión apropiada para la palabra hebrea Adám, esta viene de la raíz que
traduce rojo y en las versiones de la Biblia ésta es traducida como hombre, la misma
palabra que se usa para indicar una persona de género masculino. En realidad, el término
equivalente a Adám es ser humano, persona, más bien que hombre. La palabra hebrea
para hombre persona de sexo masculino es ish Br (Gn) 2:23.
Entonces, notemos la aparente incongruencia gramatical: Primero el texto se refiere a
Adám en plural (tengan dominio), luego en singular (lo creó), y luego de nuevo en plural
(Los creó) También Elohim es plural, y es Uno, y de hecho el pronombre para Elohim es
Él, que es singular.
Ahora bien, reemplazando los pronombres con los nombres, es explícito que Elohim creó
a Adám; hombre y hembra Elohim creó a Adám. Entonces, el pronombre para Adám es
plural: Elohim los creó hombre y hembra, y los bendijo, y llamó el nombre de ellos
Adám.
Es suficientemente claro: Elohim llamó el nombre de ambos, Adam y la esposa, Adám.
Fue el hombre que después llamó a su esposa Javáh, pero el nombre de ella, que le fue
dado por el Creador en el Yom en que fue creada, era Adám. Ahora hemos reconocido
que la primera esposa se llamó Adám, y que luego le fue dado el nombre Javáh.
Algunos dicen que Adám original era andrógino, es decir tenia ambos sexos es una
conclusión acelerada de las escrituras de lo que Yahweh hizo, no por haber sacado a la
esposa el hombre tenía los dos sexos, o tendríamos que decir que porque una esposa tiene
un niño tiene los dos sexos, eso es mentira, así Yahweh saco de la costilla a la esposa no
dice que le saco de cada parte un pedazo de lo que tenia Adam de esposa. Esto claramente
da para una explicación errada y que da lugar a dudas o a interpretaciones alternativas.
Hay un segundo relato de la formación (no creación) de la esposa, del cual surgen los
conceptos sexistas, más que todo debido a una traducción inexacta por la cual la
condición de inferioridad de la esposa ha sido promovida como una verdad bíblica.
Consideremos el relato paralelo sobre la formación específica de la esposa, según las
Escrituras Hebraicas:
Br (Gn) 2:21 E hizo caer Yahweh Elohim adormecimiento sobre Adám, y se durmió y
tomo una de sus costillas, y cerro la carne en el lugar de ella.
Debemos notar que Elohim no creó a la esposa, ella fue sacada y luego formada. Elohim
simplemente separó el Adám original en dos seres, uno de cada género. Sin embargo, las
traducciones más comunes hablan de una costilla, término que no es usado en el texto
original hebreo. La palabra en cuestión es tzelá, que no lleva el significado de costilla en
el lenguaje bíblico. La traducción correcta es costado, o pared lateral, todo el costado de
Adám, no sólo un hueso, pero también es costilla. El término tzelá implica una igualdad
con el todo, una pared importante. A una tzelá corresponde otra tzelá igual, de la misma
manera que en un edificio a cada pared lateral corresponde otra pared lateral igualmente
importante, en el lado opuesto. Ciertamente un hombre puede vivir sin una o dos costillas,
pero no sin la mitad de su cuerpo… El Creador no tenía intención de hacer que el hombre
fuese independiente de su costilla, sino que fuese incompleto sin ella, y ella sin él, como
una mitad le falta a la otra.
Éste segundo relato es una explicación detallada de cómo el Creador separó al andrógino
o de ambos sexos, cosa que no está en la toráh ni Yahweh hace cosas extrañas, el hombre
fue hecho a la imagen de Yahweh y el creador es masculino.
Así que Adám no tenía en entidades masculina y femenina. Es una declaración de un
humano pero no lo dice la toráh. No obstante, el primer ser humano fue uno y único por
un breve periodo de tiempo:
Br (Gn) 2:18 Y dijo Yahweh Elohim no es bueno que Adám, él este solo; haré para el
ayuda conforme a él.
Los términos aquí traducidos como ayuda en el texto hebreo son las palabras ezer
enegdo, que llevan el significado de igualdad y no subordinación. El término ezer,
generalmente traducido como ayuda, se aplica a Elohim más de una vez, por ejemplo:
Oye, oh Yahweh, y ten bondad de mí. Yahweh, sé Tú mi ayudador. Th (Sal) 30:10 He
aquí, Elohím es mi ayudador. Yahweh es Quien sostiene mi vida. Th (Sal) 54:4 Yahweh
está por mí como mi ayudador. Th (Sal) 118:7
Hay varios otros pesukím (versos) en los cuales éste término se aplica al Creador, por lo
tanto, éste no puede indicar ninguna posición subordinada como ayudante de alguno que
es el protagonista. El segundo término, kenegdo, es también profundamente significativo:
está compuesto por el adverbio abreviado kaf, que significa como, similar, y el término
negdo, que significa correspondiente, igual, pero implica el significado de opuesto.
Por lo tanto, un ezer kenegdo es literalmente una ayuda como él, igual a él, y opuesta a él,
y podemos dar una traducción del verso en un modo más explícito y sin alterar el
significado original, como sigue:
Y dijo Yahweh Elohim: No es bueno que Adám, él esté solo; haré para él ayuda conforme
a él. Como él, igual a él, idónea para él, y opuesta a él.
El texto original hebreo comienza con la palabra ve yiven, que literalmente significa y
construyó, y el entero verso sería traducido correctamente como sigue: Y construyo
Yahweh Elohim de la costilla que tomo de Adám. Éste verbo no es usado en ninguna otra
parte del relato de la Creación. Por qué es usado justamente para la formación de la
esposa. Porque está relacionado con la raíz con el término bináh, que significa
conocimiento interior, entendimiento secreto, que específicamente se refiere a la sabiduría
femenina, lo que comúnmente se define como el sexto sentido femenino aunque es mucho
más que eso.
Br (Gn) 2:23 Y dijo Adám: Esto es ahora hueso de mis huesos y carne de mi carne, por
esto la llamo Isháh, porque del ish esta fue tomada.
Cuando el hombre Adám la vio, reconoció que ella era parte de su propio cuerpo,
compuesta con sus huesos y carne. Esto es lo que la expresión significa en hebreo.
Entonces él la llamó Isháh, porque era tomada de sí mismo, que desde aquél momento
pasó a ser Ish. Ambos eran la misma persona, ahora distinguida en hombre y esposa.
El hecho que haya dos relatos paralelos de la formación de la esposa también ha generado
una interpretación especulativa, que es el Mito de Lilith, considerada como la primera
esposa que fue creada en Br (Gn) 1:27 y la primera esposa de Adám, de la cual él
divorció, y entonces Elohim formó una segunda, la de Br (Gn) 2:22, que es Javáh. Tal
teoría carece de fundamento y es indigna de ser tomada en consideración. Si lee en Br
(Gn) 2:4 encontrara la respuesta a esta afirmación errada pues dice: Esta es la crónica de
shamáyim y de la tierra cuando ellos fueron creados en el Yom que hizo Yahweh Elohim
la tierra y shamáyim. Si es la crónica es la forma narrada y explicada de los hechos de
Bereshít uno. Y además en Br (Gn) 5:1-3 identifica a la primera esposa que fue llamada
Adám en el Yom en que fueron creados como la madre de Shet, por lo tanto, ella no era
otra que Javáh, y no una supuesta primera consorte. De hecho, el Mito de Lilith fue
inventado para justificar la sumisión de la esposa, alegando que la primera, habiendo sido
creada con Adám, era igual a él y por eso la rechazó, entonces, el Creador hizo otra que
fuese sujeta al hombre. Es una estúpida leyenda que no merece ningún crédito.
Es evidente que la sociedad de los primeros padres no había sido considerada en el plan
original de Elohim: El hombre, que ya tenía una noción de padre y madre aún cuando no
los tenía, reconoció cuál era la regla natural: Que la nueva pareja viviera por su cuenta.
Ninguno de ellos pertenecería a la familia del otro, sino que serían una nueva unidad.
El primer mandamiento que Adám recibió de Elohim fue el siguiente: Br (Gn) 1:28 Y
bendijo a ellos Elohim y dijo a ellos Elohim fecunden y multiplicaos y llenen la tierra y
sométanla y gobiernen en los peces del mar y en las aves de shamáyim y en todo animal
que se arrastra sobre la tierra.
Mientras Adám era uno, él/ella se habrá sentido completamente incapaz de cumplir con
este precepto, hasta que la esposa fue formada. Tan pronto como la vio, él entendió que
serían una sola carne.
Este concepto es auto-explicativo, extremadamente claro: Una carne significa relaciones
sexuales, cópula. Ellos eran ya uno en el Rúaj, pues ambos habían recibido el mismo
soplo de vida, nishmat Jayím, y fueron un néfesh viviente, néfesh Jayáh Br (Gn) 2:7, el
Yom en que fueron creados. Ahora tenían cuerpos separados, y ésta era la carne que debía
volver a ser una.
Ésta declaración conlleva una enseñanza profunda: La pareja debe ser primero una en rúaj
y néfesh, luego puede ser una en la carne; es decir primero reciben la bendición de
Yahweh en completa voluntad y luego de casarse se unen por el sexo en amor.
Por supuesto, resulta evidente que no existe ninguna cosa como el pecado original en
relación con el sexo. Al contrario, el sexo fue creado por Elohim como una sublime
expresión de amor. Mientras el cristianismo ha estigmatizado este aspecto de la vida, la
toráh en cambio considera que el sexo es una mitzváh, un mandamiento, según las
Escrituras. En el ser una sola carne él y ella se completan, y no es un pecado sino una
bendición; es la expresión física de su unidad en el rúaj, la real manifestación de su amor.
Br (Gn) 3:2 Y dijo la esposa a la serpiente del fruto del árbol del jardín comerás.
3. y del fruto del árbol que está en medio del Jardín dijo Elohim: No comeréis de él y no
tocaras a él para que no muráis.
Br (Gn) 2:16 Y ordenó Yahweh Elohim junto a Adám diciendo: de todo árbol del jardín
comiendo, comerá.
17 Y del árbol del conocimiento del bien y del mal no comerás de él, porque el Yom que
tu comas de el muriendo, morirás.
18. Y dijo Yahweh Elohim no es bueno que Adám, él este solo; haré para él ayuda
conforme a él.
La Torah dice que Elohim dio este mandamiento a Adám, antes que la esposa fuese
formada. Pero la esposa lo oyó de la voz de Elohim, porque ella era Adám.
Br (Gn) 3:6 Y vio la esposa que era bueno el árbol para comer y ciertamente deseable el
a los ojos y codiciable el árbol para ser sabio y tomo de su fruto y comió y dio también
para el hombre de ella, junto a ella y comió.
Éste es el gran error del cual la esposa es acusada. Ella causó la Caída. Ella es quien trajo
la desgracia en el reino del hombre. Por esto la esposa debe ser condenada a la sumisión.
Lamentablemente, esto es lo que la mayoría de los predicadores afirman, y piensan tener
fundamento bíblico. La Caída es vista desde una óptica negativa, pero también trajo
consecuencias positivas que son generalmente ignoradas: Estaba en los planes de Elohim
que aconteciera la Caída. Notemos que el árbol no se llama el árbol del conocimiento del
mal, sino el árbol del conocimiento del bien y del mal (el bien primero). Antes de la
Caída, el mal no era conocido, y aparentemente todo era bueno. Pero no había un real,
completo conocimiento del bien, no en todas sus manifestaciones. ¿Cómo podía el ser
humano conocer lo que es el perdón, la bondad, la redención, y otras expresiones del rúaj
y atributos del Creador?
Éstos se pueden conocer sólo después de haber hecho el mal
Sin la Caída, el ser humano habría quedado como los rujót de Malakím, que no pueden
experimentar tales manifestaciones, o como los animales. Fue la Caída que permitió al ser
humano conocer que el Creador es Bondadoso, Perdonador, Redentor, libertador, Justo.
Fue la Caída que permitió al ser humano conocer la completa dimensión del amor, que
incluye todas estas cualidades, que no pueden manifestarse sin que antes se haya hecho
mal. La Caída fue el único modo por el cual al ser humano fue dada la posibilidad de
conocer plenamente al Creador. Por lo tanto, así como la primera esposa es acusada de
haber introducido el mal en el mundo, se le debería agradecer por habernos permitido el
acceso al verdadero conocimiento del bien y de la completa dimensión del amor.
Entonces se abrieron los ojos de ambos, y conocieron que estaban desnudos. Br (Gn) 3:7
Br (Gn) 3:12Y el hombre respondió: «La esposa que Tú me diste por compañera, ella me
dio del árbol, y yo comí.
Éste es otro verso de la toráh que es malinterpretado y usado para justificar la sumisión de
la esposa. Generalmente es considerado como una maldición sobre la esposa, pero en
realidad, Elohim está anunciándole las consecuencias de la Caída, no maldiciéndola. El
dolor en el parto es inevitable. Es la segunda sentencia que debe ser entendida: y hacia tu
hombre serán tus deseos, y el gobernara en ti. Ésta es una declaración de difícil
Br (Gn) 3:20 Y llamo Adám el nombre de su esposa Javáh, porque ella seria madre de
todo ser vivo. Es sólo en este momento que el hombre da un nombre a la esposa (la misma
cosa que hizo antes con los animales), y mantuvo el nombre original Adám para sí mismo
o quizás permaneció sin nombre, o tuvo otro nombre propio que no es mencionado.
Notemos que Adám está siempre precedido por el artículo en el texto hebreo, ha-Adám.
El tiempo en que esto ocurrió es indefinido, pero aparentemente fue después que Elohim
anunció las consecuencias de la Caída y antes que Él haya hecho los vestidos para ellos.
Como su nombre le fue dado porque era la madre de todos los vivientes, es muy probable
que la esposa estuviera ya encinta cuando aconteció la Caída (pero no podemos decirlo
con certeza).
Br (Gn) 4:1 Y Adám conoció a Javáh su esposa, y quedo preñada y dio a luz a Qayín, y
dijo: Adquirí hombre de Yahweh.
La relación entre hombre y esposa es restaurada. El verbo conocer aquí es yada’, que
significa no sólo un conocimiento físico, sino una unión por el rúaj. Adám-Javáh, la
primera esposa, todavía lleva la carga del juicio del mundo entero por causa de su torcida
manera de actuar del que es acusada. Ella ha sido desposeída de su posición de mitad
igual y toda su descendencia femenina ha sido sometida por las nuevas reglas, que Elohim
no estableció, y que la toráh no aprueba. Sin embargo, ella debe ser reconocida por haber
dado acceso a un nivel de conocimiento y entendimiento, y a un significado más profundo
del amor y de los caracteres que emanan del amor, como el perdón, la bondad, la
liberación, la redención.
Br (Gn) 24:2-4Y dijo Abraham a un siervo suyo, el más viejo de su casa, que era el que
gobernaba sobre todo lo que tenía: Pon ahora tu mano debajo de mis genitales. Y te
juramentaré por Yahweh, Elohim del shamáyim y Elohim de la tierra, que no tomarás
esposa para mi hijo de las hijas de los Kenaaní, entre los cuales yo resido. Sino que irás
a mi tierra y a mi parentela, y tomarás esposa para mi hijo Yitzjaq.
Ahora nos encontramos inmersos en plena era de los primeros Padres. Había reglas que
debían ser observadas por diferentes pueblos, y éstos Ha Ibrít eran celosos de su sistema
Endogámico. El patrón manda a su siervo a buscar una esposa para su hijo aparentemente,
el hijo no fue ni siquiera consultado, y deberíamos esperarnos que a la joven no se le
preguntara tampoco si ella desea casarse con un primo desconocido o no. No obstante,
ésta familia patriarcal tenía conocimiento del plan de Elohim:
Br (Gn) 24:10, 15, 16, 22, 29-31, 57, 58 Y el siervo tomó diez camellos de los camellos de
su señor, y se fue, tomando toda clase de regalos escogidos de su señor; y se puso en
camino… Y aconteció que antes que él acabase de hablar, he aquí Ribqáh, que había
nacido a Betuél, hijo de Milkáh, esposa de Najór hermano de Abraham, la cual salía con
su cántaro sobre su hombro. Y la moza era de muy hermoso aspecto, no Almáh, a la que
hombre no había conocido… le presentó el hombre un pendiente de oro que pesaba
medio shekel, y dos brazaletes que pesaban diez… Ribqáh tenía un hermano que se
llamaba Labán, el cual corrió afuera al hombre, a la fuente. Y fue que como vio el
pendiente y los brazaletes en las manos de su hermana, que decía: Así me habló aquel
hombre, vino a él, y le dijo: Ven, bendito de Yahweh; ¿por qué estás fuera? yo he
limpiado la casa, y el lugar para los camellos… Ellos respondieron entonces: Llamemos
la moza y preguntémosle. Y llamaron a Ribqáh, y le dijeron: ¿Irás tú con este hombre? Y
ella respondió: Sí, iré.
A diferencia de su padre y de sus hijos, Yitzjaq tuvo una sola esposa y ninguna
concubina, lo que era muy inusual para esos tiempos. Ribqáh fue sabia en su elección.
Y aconteció que cuando hubo Yitzjaq envejecido, y sus ojos se ofuscaron quedando sin
vista, llamó a Esáv, su hijo el mayor, y le dijo: Mi hijo… toma, pues, ahora tus armas, tu
aljaba y tu arco, y sal al campo, y tráeme caza. Y hazme un guisado, como yo gusto, y
tráeme lo, y comeré; para que te bendiga mi néfesh antes que muera». Y Ribqáh estaba
oyendo, cuando hablaba Yitzjaq a Esáv su hijo. Y Esáv fue al campo para buscar la caza
que había de traer. Entonces Ribqáh habló a Yaaqób su hijo, diciendo: «He aquí yo he
oído a tu padre que hablaba con Esáv tu hermano… ahora pues, hijo mío, obedece a mi
voz en lo que te mando. Ve ahora al ganado, y tráeme de allí dos buenos cabritos de las
cabras, y haré de ellos viandas para tu padre, como él gusta. Y tú las llevarás a tu padre,
y comerá, para que te bendiga antes de su muerte» … Y tomó Ribqáh los vestidos de Esáv
su hijo mayor, los preciosos, que ella tenía en casa, y vistió a Yaaqób, su hijo menor. Y le
hizo vestir sobre sus manos y sobre la cerviz donde no tenía vello, las pieles de los
cabritos. Y entregó los guisados y el pan que había aderezado, en mano de Yaaqób su
hijo. Y él fue a su padre… Él [Yitzjaq] no le reconoció… y le bendijo… Elohim te dé del
rocío del cielo, y de las grosuras de la tierra, y abundancia de trigo y de mosto. Sírvanle
pueblos, y naciones se inclinen a ti; sé señor de tus hermanos, e inclínense a ti los hijos
de tu madre. Malditos los que te maldijeren, y benditos los que te bendijeren».
Br (Gn) 27:1, 3-6, 8-10, 15-18, 23, 28-29)
Ribqáh puede aparecer como una esposa astuta que se aprovechó de la ceguera de su
marido para hacer que su hijo favorito fuese bendecido en lugar del primogénito, como
estaba establecido por las normas de los padres. Sin embargo, ella sabía que el marido
estaba afligido por la manera en que Esáv conducía su vida, no respetando la enseñanza
de sus padres. Ribqáh se comportó según el plan del Yahweh, porque Yitzjaq no habría
infringido la toráh y habría bendecido a Esáv, él habría hecho lo que era justo según lo
establecido. Entonces, el Único que está por encima tuvo que actuar a través de Ribqáh
Tamar
Tamar es un ejemplo de cómo muchas veces las esposas han sido denegadas de sus
derechos y han tenido que proyectar un plan para poder obtener justicia, aún arriesgando
la propia vida. Tamar tuvo que soportar el desprecio y la humillación en el ambiente
dominado por la supremacía masculina en el cual ella vivía, y es incluso acusada de
inmoralidad sexual y de comportamiento engañoso por el legalismo religioso del presente,
sin tener en cuenta que la palabra de Yahweh en cambio reivindica su justicia y sabiduría.
Br (Gn) 38:2Y vio allí Yahudáh la hija de un hombre Kenaaní, el cual se llamaba Shúa; y
la tomó, y entró á ella.
Sabemos que la familia de Yaaqób estaba bajo el requisito de Brit milah (circuncisión),
por lo cual no les estaba permitido tomar esposas de pueblos que no seguían esta
observancia. Excepto Yoséf, que se casó con Asenat la Mitzrít, y Yahudáh, no se nos dice
dónde los hijos de Yaaqób encontraron a sus esposas, pero podemos entender por las
Escrituras que ellos buscaron esposas de la descendencia de Abraham, quizás incluso
Ismaelitas y Madianitas.
Yahudáh era uno de los doce hijos de Yaaqób, y llegó a ser el principal. No obstante, a
diferencia de su padre y sus hermanos, él no observó las reglas de su familia y se casó con
una esposa Kenaaní, de la cual tuvo tres hijos. Los otros hijos de Yaaqób no tomaron
esposas de las Kenaaní, como nos resulta claro del incidente con Shékem Br (Gn) 34:13-
17), y también porque uno de los hijos de Shimón es específicamente llamado el hijo de la
Kenaaní Br (Gn) 46:10, lo que indica que éste era el único Kenaaní de los nietos de
Yaaqób (aparte de los tres hijos de Yahudáh).
Br (Gn) 38:6 Yahudáh tomó esposa para su primogénito Er, la cual se llamaba Tamar.
Aunque las Escrituras no dicen nada sobre el origen de la familia de Tamar, no hay
ninguna objeción acerca de su elegibilidad si no, como en el caso de la esposa de
Yahudáh o de las de Esáv, habría sido especificado que ella también era Kenaaní, o Jitií, o
de algún pueblo con el cual los Yisraelí no debían casarse. También es razonable pensar
que Yahudáh no tenía intención de ir más lejos fuera de la instrucción de su propia casa, y
habría elegido para sus propios hijos esposas de la descendencia de Abraham. Sin
embargo, sus hijos, siendo por mitad Kenaaní no fueron designados para perpetuar el
nombre de Yahudáh en las Tribus de Yisraél.
Br (Gn) 38:7-10 Er, el primogénito de Yahudáh, fue malo á los ojos de Yahweh y Yahweh
En la toráh está establecido que cuando moría un hombre sin haber dejado descendencia,
su hermano debía casarse con la viuda, y a ella no se le permitía casarse fuera de la
familia del marido fallecido. Su hijo primogénito habría pertenecido al hermano muerto,
para que su nombre fuese perpetuado. Ésta instrucción implicaba que el hijo heredaría
todos los derechos de su tío fallecido, prevaleciendo sobre los derechos de su padre
biológico.
No tiempo para las discusiones sin fin acerca de la naturaleza del pecado de Onán; había
razones más allá de aquellas legales por las cuales debía ser excluido de Yisraél y de
Yahudáh. Por lo tanto, señalaremos sólo algunos aspectos importantes del caso. Después
de la muerte de Er, Onán habría recibido la doble porción de herencia asignada al
primogénito, pero si él hubiera hecho su deber, este derecho habría pasado directamente a
su hijo, que no habría sido reconocido como suyo sino de su hermano. Por consiguiente,
su disgusto en deber cumplir la toráh del levirato puede ser atribuido a su egoísmo y su
codicia. Sin embargo, hay otro aspecto de su conducta que era aún peor: su desdén hacia
Tamar, que él trató como un objeto sexual y le negó la posibilidad de la maternidad. Él no
tenía necesidad de ella para tener una descendencia propia, porque podía tomar otras
esposas. Onán fue verdaderamente indigno de ser contado entre los hijos de Yisraél.
Br (Gn) 38:11-18, 24-26 Y Yahudáh dijo a Tamar, su nuera: Quédate viuda en casa de tu
padre, hasta que crezca Shélaj mi hijo; porque dijo: Que quizá no muera él también como
sus hermanos. Y Tamar se fue y estuvo en la casa de su padre. Y pasaron muchos yamím,
y murió la hija de Shúa, esposa de Yahudáh. Y fue dado aviso a Tamar, diciendo: He aquí
tu suegro sube a Timnáh a trasquilar sus ovejas. Entonces se quitó ella los vestidos de su
viudez, y se cubrió con un velo, y se arrebozó, y se puso a la entrada de Enayim junto al
camino de Timnáh; porque veía que había crecido Shélaj, y ella no era dada a él por
esposa. Y la vio Yahudáh y la tuvo por ramera, porque había ella cubierto su rostro. Y
apartóse del camino hacia ella, y le dijo: Déjame ahora entrar en ti, porque no sabía que
era su nuera; y ella dijo: ¿Qué me has de dar, si entrares a mí? Él respondió: Yo te
enviaré del ganado un cabrito de las cabras. Y ella dijo: Me has de dar prenda hasta que
lo envíes. Entonces él dijo: ¿Qué prenda te daré? Ella respondió: Tu anillo, y tu manto, y
tu bordón que tienes en tu mano. Y él se los dio, y entró a ella, la cual concibió de él. Y
sucedió que al cabo de unos tres meses fue dado aviso a Yahudáh, diciendo: Tamar, tu
nuera ha fornicado, y ciertamente está encinta a causa de las fornicaciones. Yahudáh
dijo: Sacadla, y sea quemada. Y ella cuando la sacaban, envió a decir a su suegro: Del
hombre cuyas son estas cosas, estoy encinta. Y dijo más: Mira ahora de quién son esta
cosas, el anillo, y el manto, y el bordón. Entonces Yahudáh los reconoció, y dijo: Más
Yahudáh cometió un error en casarse con una Kenaaní, y ninguno de los hijos de ésta
habría sido elegible para perpetuar el nombre de la Tribu en Yisraél. La muerte de la
esposa de Yahudáh no es un detalle marginal, sino que allanó el camino a Tamar para
cumplir con el propósito para el cual fue llamada: perpetuar la heredad de Yahudáh según
un linaje aprobado. Ésta es la principal razón detrás de todo lo ocurrido. Desde el punto
de vista legal, Yahudáh falló al no cumplir con su deber, porque Tamar fue impedida de
poder casarse fuera de su familia. En aquellos tiempos, una viuda sin hijos tenía una vida
muy difícil en su vejez sin el apoyo de hijos e hijas, y ella tuvo que actuar sabiamente
para obtener sus derechos. Ella es muchas veces acusada de haber cometido un acto
impuro, el cual era necesario no sólo para su propia supervivencia, sino también para la
entera Tribu de Yahudáh. Me pregunto, ¿Por qué no se recalca tanto el hecho que
Yahudáh no dudó en pagar a una prostituta para satisfacerse a sí mismo? Más allá de este
hecho, Tamar fue intachable. En efecto, Yahudáh reconoció: Más justa es ella que yo.
Tamar mostró a su suegro que era justa, aún a través de un acto injusto. Esto fue hecho
con sabiduría, más allá de todo juicio que los hombres puedan pronunciar sobre ella, y
Elohim la recompensó con una descendencia noble como el linaje del Rey David. Ella
fue humillada dos veces, por Onán que la despreció y por su suegro que le negó sus
derechos, pero Elohim le dio una doble bendición:
Br (Gn) 38:27 Y aconteció que al tiempo del dar a luz, he aquí había gemelos en su
vientre.
De éstos mellizos descendieron casi todos los miembros de la más importante de las
Tribus de Yisraél. La esposa Kenaaní de Yahudáh no era la elegida para perpetuar el
nombre de la Tribu, sino Tamar, y Elohim la designó para mantener la estirpe de Yahudáh
según el Pacto.
Rajáb
La historia de Rajáb es otro ejemplo de una esposa que fue bendecida por el Omnipotente
por haber contribuido al cumplimiento de Su designio, y en las Escrituras ningún juicio
negativo es pronunciado sobre ella.
Yh (Josué) 2:1-6, 8-14 Yahushúa hijo de Nun envió desde Shitím dos espías secretamente,
diciéndoles: Andad, reconoced la tierra, y Yerijó. Los cuales fueron, y entraron en casa
de una esposa ramera que se llamaba Rajáb, y posaron allí. Y fue dado aviso al rey de
Yerijó, diciendo: He aquí que hombres de los hijos de Yisraél han venido aquí esta noche
a espiar la tierra. Entonces el rey de Yerijó envió a decir a Rajáb: Saca
fuera los hombres que han venido a ti, y han entrado en tu casa; porque han venido a
espiar toda la tierra. Mas la esposa había tomado los dos hombres, y los había
escondido; y dijo: Verdad que hombres vinieron a mí, mas no supe de dónde eran: y al
De lo narrado en este pasaje, según los cánones del oficialismo religioso Rajáb sería
calificada no sólo como una prostituta, sino también como mentirosa y traidora, desleal
hacia su propio pueblo, y una colaboracionista con el enemigo y también es evidente que
los espías Yisraelí no fueron buenos ejemplos para el Mossad, ¡ya que fueron
descubiertos muy pronto! Tampoco sabemos por qué fueron justamente a la casa de una
prostituta. Por el contrario, Rajáb era una esposa inteligente que tenía el conocimiento del
verdadero Elohím, y se comportó de acuerdo a Sus propósitos. Ella era vista como una
meretriz por los Yisraelí; ¿pero qué clase de meretriz era? Leemos que tenía un padre, una
madre, hermanos y hermanas, una casa propia, y probablemente era rica; ella no tenía
necesidad de ejercer tal profesión para vivir. Ella no era la señora de un burdel, sino que
vivía en su casa con su familia. En base a éstos elementos, podemos afirmar que ella era
una prostituta ritual, una sacerdotisa de la religión Kenaaní, y por lo tanto, una esposa
respetable que gozaba de privilegios y era incluso conocida del rey de la ciudad, pues ella
probablemente servía en la casa de Elohím en las celebraciones principales. Su posición
social podría compararse con la de las estrellas del cine de nuestros yamím, cuya
reputación va más allá de sus actos y de su vida sexual. Esta clase de esposas era muy
común en Kenáan, a tal punto que el término hebreo qedeshah, que significa “aparatada”,
se usaba como un eufemismo de meretriz. No obstante, ella no estaba contenta con su
posición de prestigio, ni con la religión de su pueblo, en la cual ella ya no creía… ella
sabía Quien es el verdadero Elohím, y eligió estar de la parte de Su pueblo. Ella no debía
sentir ninguna atracción o amor por los hombres con quienes ella había estado, sino
tristeza y soledad en su rúaj. Su carne debía estar constantemente luchando contra la
espiritualidad que residía en su interior. Ella deseaba algo de cortesía, de amabilidad y en
lo más profundo, de pureza.
Yh (Josué) 6:22-25 Yahushúa dijo á los dos hombres que habían reconocido la tierra:
Entrad en casa de la esposa ramera, y haced salir de allá a la esposa, y a todo lo que
fuere suyo, como lo jurasteis. Y los jóvenes espías entraron, y sacaron a Rajáb, y a su
padre, y a su madre, y a sus hermanos, y todo lo que era suyo; y también sacaron a toda
su parentela, y los llevaron fuera del campo de Yisraél. Y consumieron con fuego la
ciudad, y todo lo que en ella había: solamente pusieron en el tesoro de la casa de Yahweh
la plata, y el oro, y los vasos de metal y de hierro. Mas Yahushúa salvó la vida a Rajáb la
ramera, y a la casa de su padre, y a todo lo que ella tenía; y habitó ella entre los Yisraelí
hasta hoy; por cuanto escondió los mensajeros que Yahushúa envió a reconocer a Yerijó.
Aksáh
Aksáh es una joven esposa que generalmente no es notada, aún siendo mencionada en dos
pasajes paralelos de dos libros del Tanák:
Yh (Josué) 15:16-19 y Shf (Jueces) 1:12-15 Y dijo Kaléb: Al que atacare a Qiryáh sefér, y
la tomare, yo le daré a mi hija Aksáh por esposa. Y la tomó Atniél hijo de Kenaz, el
hermano de Kaléb; y él le dio por esposa a su hija Aksáh. Y cuando ella vino [a él], lo
persuadió de que pidiera a su padre un campo fértil. Y ella descendió del asno; y Kaléb le
dijo: ¿Qué tienes? Ella entonces le respondió: Dame una bendición: que pues me has
dado tierra de secadal, me des también fuentes de aguas». Entonces Kaléb le dio las
fuentes de arriba y las fuentes de abajo.
En la sociedad del tiempo de nuestros padres no era inusual que una hija fuese ofrecida
como trofeo para el guerrero más valiente, y esto es lo que sucedió con Aksáh. Su padre
Kaléb fue el único hombre aparte de Yahushúa que había nacido en Mitzrayim y
sobrevivido a toda la travesía del desierto Bm (Números) 14:30-31, y era él mismo un
guerrero de valor. Aksáh puede aparecer como la propiedad de un hombre que es cedida
por un precio a otro hombre, no obstante, ella demostró de saber sacar ventaja de la
situación con sabiduría y decisión; ella no estaba tratando con hombres delicados, sino
con guerreros y conquistadores, y reclamó para sí una dote mayor que la que le había sido
dada. Notar que fue ella que persuadió a su nuevo propietario, su marido, a pedir a su
padre tierras, y luego, ella misma agregó a la demanda también fuentes de agua, y las
obtuvo. Aksáh es un ejemplo de una joven esposa que, a pesar de su condición de
inferioridad social, logra alzar su voz y ser escuchada. No sabemos más nada de su vida,
pero podemos imaginar que ella tenía un don especial, por el cual los combatientes la
escuchaban y le concedían sus pedidos.
Deboráh (Débora)
El periodo de los Jueces fue quizás el más duro para la esposa en el antiguo Yisraél,
tiempo en que su condición social fue la más baja. Era una etapa de transición en la que
las Tribus estaban más que todo por cuenta propia, con una débil unidad entre ellas, cada
una combatiendo separadamente al grupo Kenaaní que residía en los territorios asignados
a cada Tribu. Estaban en anarquía y guerra, y en tales condiciones, las esposas
prácticamente no tienen ninguna posibilidad de surgir. Todo estaba en manos de los
hombres. Las esposas eran mucho menos respetadas que bajo el sistema, como es
evidente en varios hechos narrados en el sefér de Shoftím (los Jueces). Su situación
mejoró sólo cuando la monarquía fue establecida, ya que al menos las esposas
relacionadas con la casa real y con los personajes notables ganaron alguna influencia en la
Hacía veinte años que los Kenaaní, con un potente ejército, estaban oprimiendo a las
Tribus de Yisraél excepto la Tribu de Yahudáh, la cual aparentemente logró conquistar
todas sus tierras y era de hecho una entidad separada del resto de Yisraél durante todo el
periodo de los Shoftím (jueces). Es increíble que no hubiese un hombre capaz de
emprender una revuelta; no era por falta de buenos guerreros, sino porque ninguno de
ellos era según el plan del Señor, porque “en aquellos yamím no había rey en Yisraél, y
cada uno hacía como mejor le parecía” (Shoftím (jueces) 17:6). Entonces, una Neviyah
surgió como Juez: Deboráh. Excluyendo al Nebií Sh´muel, quien es considerado como el
último de los Shoftím (jueces) y que gobernó sobre todas las Tribus, Deboráh tuvo al
menos tres características exclusivas que hacen de ella la única entre todos los Shoftím
(jueces):
Ella fue la única de los Shoftím (jueces) que fue también Nebií;
Ella fue la única que juzgó sobre todo Yisraél, mientras que todos los demás Shoftím
(jueces) gobernaron sólo sobre la propia Tribu.
Deboráh es llamada “esposa de Lapidót”, que muchos interpretan como “esposa”, porque
en hebreo no hay una palabra específica para esposa sino que es la misma que indica
esposa. En realidad, es muy probable que “señora” no quiera decir esposa en este caso.
Lapidot es un plural femenino que significa “llamas”, y puede no ser un nombre propio,
sino un título o una cualidad. De hecho, eshet lapidot, que literalmente significa “esposa
de llamas”, puede ser una descripción de su carácter. Por lo tanto, toda la frase “Deboráh,
Neviyáh, esposa de Lapidót” puede entenderse como una unidad que define qué tipo de
Neviyah ella era, una con celo ardiente como llamas. De otra manera, si esposa
significase en efecto esposa, una interpretación rabínica identifica a Lapidot con Barak,
cuyo nombre significa “rayos”, y puede ser considerado un sinónimo de Lapidot y de este
modo, la frase contendría un juego de palabras que define sea su carácter que de quien era
esposa. Sin embargo, Barak pertenecía a otra Tribu (y la toráh de Moshéh que establece el
matrimonio dentro de la propia Tribu), y aparentemente él vivía en otro lugar, en el norte
de Yisraél, pues ella lo mandó a llamar (v. 6) desde su ciudad. Éste hecho hace que la
definición “esposa de llamas” sea aún más significativa, porque ella es colocada en una
posición equivalente a la del comandante en jefe del ejército en realidad, él tomaba
órdenes de ella, como veremos.
Deboráh no dudó en aceptar el pedido de Barak, pero le dejó en claro que porque él no
confió en su voz desde el principio, sino que agregó una condición para cumplir con lo
que Yahweh había mandado, la gloria de la victoria sería acreditada a una esposa. La
profecía que Sísara habría caído ante una esposa tuvo doble cumplimiento: su ejército fue
derrotado por los Yisraelí bajo la guía espiritual de Deboráh, y él mismo fue ejecutado por
otra esposa, Yaél.
Deboráh muestra a Barak que el resultado de la batalla estaba determinado como ella
había dicho, que el Señor habría entregado al enemigo en manos de Barak, pero como él
puso la condición que Deboráh fuese con él, él no logró completar la victoria capturando
al jefe del ejército derrotado, que escapó y, como veremos, fue entregado en manos de
una esposa (ver la próxima: Yaél).
Aquella batalla fue crucial, pues desde entonces los Yisraelí ganaron su independencia y
los Kenaaní no se levantaron más.
Literalmente: “Cantó Deboráh y Barak hijo de Avinoam en aquél Yom”, con el verbo en
singular femenino. Aunque el cántico es atribuido a ambos, Deboráh y Barak, ella es
mencionada primero, y por el texto se entiende que fue su cántico, no de ambos. Este es
quizás el único Perék de la Biblia escrito por una esposa, y una de las piezas más antiguas
de la literatura hebrea. Entonces Deboráh explica cuál era la situación en Yisraél cuando
ella fue llamada:
Esta frase ilustra cuál era el concepto de la esposa entre los Kenaaní: despojos de guerra,
una o dos para cada hombre. Esto es lo que la madre de Sísara esperaba de la batalla, pero
su hijo no retornó a casa.
En todo su cántico, Deboráh acredita sus victorias a Yahweh. Ella gobernó el país en
Shalóm por cuarenta años, por lo cual deducimos que era muy joven cuando fue
designada Juez y condujo su primera batalla. Era ciertamente una elegida, la persona más
sabia en Yisraél en aquellos tiempos.
Yaél (Jael)
Los Kenaaní eran del linaje de Yitro, el suegro de Moshéh, y residían de tiendas y
herreros, los “Gitanos” del antiguo Yisraél. Ellos de hecho no tenían patria y vivían en
paz con todos los pueblos entre los cuales habitaban. La mayoría de ellos vivían en
Yahudáh y Edóm, pero Hever eligió irse hacia el norte y habitaba en las tierras
gobernadas por Yavin.
Yaél rompió todas las reglas: Primero, ella no tenía el consentimiento del marido para
Muchos pueden objetar que ella no podía negar a Sísara de entrar en su tienda, siendo
indefensa, pero del texto aprendemos que fue ella quien lo invitó a entrar, no él que lo
solicitó. Ella no tenía armas para enfrentar a un experto guerrero como Sísara, aunque él
estaba exhausto, ni la fuerza física para oponerse a él. Ella sólo tenía su encanto, y
sabiduría femenina. Su acción no fue traición, sino que en el mismo modo que Rajáb, ella
se puso de la parte de uno de los ejércitos en guerra, y pensó una estrategia para permitir a
Barak la completa victoria en la batalla. Deboráh la alabó en su cántico, con palabras que
no se han dicho de ninguna otra esposa en las Escrituras Hebraicas:
“Bendita sobre las señoras” por su acción y su carácter. La descripción que Deboráh hace
de Yaél es prodigiosa: Primero ella es presentada como una esposa con modales
refinados, sirviendo a su huésped como a un noble, y dándole más de lo que él le pidió.
Ella le ofreció toda la comodidad que tenía en su humilde tienda, y lo hizo sentir al
seguro. Ella le dio un alimento que le habría relajado tanto como para dejarlo dormido.
Entonces, con la decisión de un guerrero, ella le concedió una indolora muerte. Y así los
Kenaaní cayeron por las manos de dos señoras.
Rut
Rut 1:1,3-5
Elimélek y su familia han sido los primeros Yahudím emigrantes mencionados en las
Escrituras. Él no debía haber dejado su pueblo en búsqueda de una vida mejor en un país
pagano, haciendo así que sus hijos se casaran con señoras de un pueblo al cual el Señor
había explícitamente declarado anatema para Yisraél Dv (Dt) 23:3,6. Por este motivo, él y
sus hijos murieron en pocos años en el país donde se establecieron. Éste es uno de los
signos que muestran cómo la Torah era ignorada durante ese periodo, en el cual “cada uno
hacía como mejor le parecía” Shoftím (jueces) 17:6. Muy probablemente, Naomi no
estaba de acuerdo con su marido en dejar la tierra que el Señor había dado a Su pueblo,
pero ya hemos hablado de la escasa consideración de la esposa en aquel tiempo, la edad
oscura del antiguo Yisraél.
Rut 1:6-10
Naomi fue seguramente una esposa excepcional, tanto que sus dos nueras habían decidido
dejar las propias familias y el propio país para seguirla hacia una tierra desconocida, y
habitar con un pueblo desconocido. Su carácter era realmente como su nombre, pues
Naomi significa “placentera”. Sabemos que ella insistió a ambas nueras para que
retornasen de nuevo a sus hogares, y así convenció a Orpa, pero no a Rut, que dijo:
Rut 1:16-17
Estas son las palabras más célebres dichas por Rut, como un emblema de devoción y
lealtad. De la misma manera que Rajáb, ella decidió dejar a su pueblo y todo lo que tenía
en su tierra para seguir al Elohim de Yisraél. Ésta fue una acción de gran coraje, pues ella
Boaz, siendo pariente del marido de Naomi, tenía el derecho (y el deber) de redimir la
propiedad de Elimélek, si hubiera sido el más cercano. Era un príncipe de Yahudáh,
siendo del linaje de Najshón, y podemos suponer que fuera también el Juez de su Tribu,
porque Yahudáh estaba separada del resto de Yisraél mucho antes de la institución de la
monarquía (notar que los reyes Shaúl y David contaban a Yahudáh como una entidad
distinta de Yisraél 1Samuel 11:8, 17:52; 18:6; 2Samuel 2.10-11; 3:10; 5:3-5. Y eran los
ancianos y gobernantes de la ciudad que acostumbraban a sentarse en las puertas de la
misma para tratar asuntos legales. Una curiosidad, también el ancestro de Rut, que era
Lot, era un anciano de Sedóm y se sentaba en las puertas de la ciudad Br (Gn) 19:1.
Rut 2:2
¿Sabía Rut en el campo de quién habría ido a trabajar? Quizás ella imaginó que el Señor
la habría guiado al lugar apropiado, porque actuó con la misma firmeza con la cual dejó la
seguridad de su hogar para vivir como extranjera en medio de otro pueblo. En todo caso,
ella no quiso ser una carga para su suegra, sino un apoyo.
Rut 2:11, 12
Boaz tenía conocimiento del rúaj de Rut. Si él era el hijo de Rajáb o sólo un descendiente
suyo, seguramente Rut le habrá hecho recordar de Rajáb, que se atrevió a desafiar al
anatema que había sido pronunciado sobre su pueblo e hizo la elección personal de unirse
a Yisraél, porque ella reconocía al Elohim de Yisraél como el Único y Verdadero. Si Él
redimió a una Kenaaní, ¿por qué no habría de redimir también a una Moabita?
Rut 3:1-9
Hay mucha controversia acerca del significado de las expresiones usadas en este pasaje, y
lo que realmente sucedió depende de la correcta interpretación de los términos. El consejo
de Naomí era claro; ella sabía que Rut era una esposa determinada, y le pidió que diese un
paso adelante para reclamar sus derechos. Ella sabía cuál era el momento propicio y lo
que se debía hacer, y Rut siguió la recomendación de su suegra. Lo importante aquí es
que el propósito fue conseguido y fue hecho según las reglas culturales y espirituales de
aquel tiempo. De hecho, el texto contiene palabras con sentido figurado y probables
eufemismos que no son evidentes en la traducción, y algunas expresiones no fácilmente
Tal comportamiento habría sido correcto y coherente con su carácter. Ella estaba en la
misma situación de Tamar y tuvo que reclamar sus derechos, aunque no tuvo que recurrir
a alguna estratagema y actuó con completa franqueza.
Rut 3:10-14
Boaz la reconoció como una esposa digna, y aunque su acercamiento a él fue una
declarada propuesta de matrimonio (que podría haber sido consumado esa misma noche,
si él no se hubiese recordado del pariente que tenía prioridad sobre él), él la alabó por su
virtud y lealtad hacia la Toráh de Yisraél, según la cual ella no debía casarse fuera de la
familia de su marido muerto. Parece que Boaz era ya un hombre mayor, y es muy
improbable que fuese soltero, más aún siendo una personalidad importante en su Tribu, y
rico; por lo tanto, es factible que él también fuese viudo. Sin embargo, ella podría haber
elegido otros hombres antes que él, más jóvenes y ricos, pero ella prefirió sujetarse a la
Toráh de Yisraél. Boaz la recibió a pesar de su origen, como Rajáb de la cual él descendía
fue admitida en Yisraél por causa de su firmeza.
Esta esposa Moabí, cuyo carácter era a la vez amable y determinado, que era como Rajáb
nacida pagana, pero reconocía al Elohim de Yisraél como su Elohim, y que era como
Tamar, viuda sin hijos que reclamó sus derechos de tener descendencia, fue
recompensada por el Señor, que añadió su nombre al linaje del Rey David.
La Hija de Yiftáj
Yiftáj era un marginal entre los Yisraelí que vivían al este del Yardén, en la frontera con
Amón. En aquel tiempo, el pueblo había olvidado la Torah de su Elohim y seguía los
rituales paganos de sus vecinos, entre los cuales las deidades de Amón y Moáb (Shoftím
(Jueces) 10:6, adoptando sus prácticas de culto. Los Amoní y Moabí acostumbraban
sacrificara sus hijos a su ídolo, llamado Kemosh en Moáb y Mólek en Amón Vy
(Levítico) 18:21; Bm (Números) 21:29; 1 Mlk (Reyes) 11:7,33; 2 Mlk (Reyes) 23:10; Yr
(Jeremías) 32:35. En éste Perék, ambos ídolos se identifican como el mismo, siendo
llamado Kemosh (que era el nombre moabita) la deidad de Amón Shoftím (jueces) 11:24.
Está claro en los versos mencionados que Yahweh ha prohibido terminantemente imitar
sus rituales y contaminarse con tales prácticas. Aunque Yiftáj demuestra tener
conocimiento de la historia de su pueblo, parece no estar al corriente de la Torah de su
Elohim él incluso reconoce a Kemosh como el Elohim que dio a los Amoní su tierra;
aunque ésta puede ser sólo una declaración diplomática basada en lo que los Amoní
creían. Como muchas personas sinceras que sirven a Elohim aún cuando lo hacen en una
manera errada, él puede haber adorado al Elohim de Yisraél en buena firmeza, pero no
según Sus reglamentos. ¿Qué quiso decir, cuando dijo “cualquiera que me saliere a
recibir de las puertas de mi casa, le ofreceré en holocausto”? ¿Pensaba quizás que algún
animal habría salido de su casa, como generalmente hacen los perros cuando su patrón
llega de un viaje? ¿O quizás un siervo? ¡Pero si los sacrificios humanos estaban
prohibidos por el Señor! ¡Yiftáj tenía sólo una hija, y habría sido la persona más probable
que lo saliera a recibir!
La virtud y ternura de esta joven son únicas. Ella no discutió con su padre, sino que
consideró que él debía ser fiel a su voto como algo más importante que su propia vida.
Como Yitzjaq que no resistió a Abraham cuando fue puesto sobre el altar para ser
sacrificado, pero Abraham no había hecho un voto de propia iniciativa; sino que había
sido mandado por el Señor, que no le permitió cumplir el sacrificio. La hija de Yiftáj se
comportó como el siervo del Señor en Ysh (Isaías) 53:7, “como cordero fue llevado al
matadero; y como oveja delante de sus trasquiladores, enmudeció, y no abrió su boca”.
Ella sólo pidió de poder llorar su virginidad, porque no habría tenido el honor de la
esposa, de dejar descendencia. Y fue sacrificada. Hay muchos que tratan de dar una
interpretación revisionista, alegando que Yiftáj no la mató, sino que la sacrificó a
virginidad perpetua; pero si fuera así, ¿por qué motivo irían las hijas de Yisraél a lamentar
cada año a una joven que permaneció virgen?...
Abigayil
Abigayil es apreciada por su belleza y sabiduría, cualidades que ella mostró al salmista
ungido rey de Yisraél.
Por qué una esposa bella e inteligente habría de casarse con un hombre indigno y necio,
es un misterio que quizás sólo una esposa pueda explicar, y yo no lo soy El contraste entre
ella y su marido es destacado por el escritor en la introducción de la historia que la llevó a
encontrar a David.
Este evento tuvo lugar en el periodo en el cual David era un fugitivo con su propio
ejército, aún siendo el rey ungido por el Nebií Sh´muél, porque Shaúl todavía reinaba. En
sus andanzas a través del desierto de Yahudáh, David pide hospitalidad a Nabal, porque
sus soldados habían protegido a los hombres de Nabal en una ocasión anterior. Nabal
hace muestra de su estupidez, no sólo negando lo que había pedido David, sino
recalcando que David era un forajido que se apartó de su rey. ¡Un campesino con algunos
siervos osa desafiar a un comandante de seiscientos guerreros! Nabal firmó su propia
sentencia de muerte.
La sabiduría de Abigayil era reconocida por los siervos de Nabal. Este joven, según los
conceptos de la época, no debería haber ignorado la autoridad de su amo y contarle a su
esposa lo que había sucedido, pero él sabía que ella era la única persona capaz de
encontrar una solución al grave incidente causado por la idiotez de su amo. Aún cuando
David había determinado la destrucción de toda la casa de Nabal y de sus propiedades, el
siervo confiaba en que Abigayil habría calmado la ira de David.
Aquí encontramos una esposa que rompe todas las reglas conformistas que enseña la
oficialidad religiosa: ella actúa de propia iniciativa, sin el permiso de su marido, y lleva a
cabo una acción que es exactamente lo contrario de la voluntad de su marido. Ella usurpó
su autoridad. Entonces, se presentó ante David con humildad, y tomó sobre sí la
responsabilidad por “no haber visto a los mensajeros de David” … ¿Qué podría haber
hecho contra la voluntad de su marido? ¿Habría dado una contraorden? Esto no es todo,
La ira del valeroso guerrero fue calmada por el entendimiento de una esposa. El príncipe
de Yahudáh y de Yisraél hizo caso del consejo de esta esposa, y la alabó por su
inteligencia. Le hizo saber que ella había apenas salvado la vida de todos los varones de la
casa de Nabal y a ella misma de ser tomada como parte del botín (aunque sabemos quién
se la habría quedado para él…)
Abigaíl, la esposa desobediente, fue liberada de su marido, que fue castigado por su mal
comportamiento hacia David. Habiendo oído la noticia, David se recuerda del consejo que
ella le dio, bendiciendo a Elohim por haberle impedido de tomar venganza. La esposa le
dejó tal impresión, que la quiso como esposa él de hecho “se recordó” de ella como ella le
había pedido, ¡aún antes de que el Señor le hubiese dado el reino!
Abigaíl era una esposa determinada que sabía lo que tenía que hacer, a pesar de las reglas
sociales que requerían sumisión al marido, y fue valiente como para presentarse ella
misma ante el jefe de seiscientos guerreros para persuadirlo a renunciar a su
contraofensiva, hablándole con sabiduría y dulzura. Ella no fue culpada por haber
transgredido las reglas, sino recompensada, pasando a ser la esposa (una de ellas) del Rey.
Batshéva
Por otra parte, David tenía derecho a mirarla mientras él creyese que ella era libre no es
un pecado admirar la belleza de una esposa, es algo natural, lo que es pecaminoso es
maquinar pensamientos lujuriosos.
David era el hombre según el corazón de Elohim, pero era un hombre, de todos modos. Él
tenía poder, y también debilidad en sus deseos. En este momento, él no era capaz de ser
fiel a la Torah de Elohim como acostumbraba, y fue superado por sus pasiones. Su falta
no fue sólo que cometió adulterio, sino que tampoco tuvo en cuenta que ella se estaba
purificando porque estaba en su periodo, y no era permitido a un hombre tener relaciones
sexuales con una esposa durante su ciclo Vy (Levítico) 20:18.
A pesar de la injusticia por la cual Batshéva llegó a ser la esposa del rey, ella fue
recompensada en su vida: tuvo un marido fiel que perdió, pero después fue la reina de
Yisraél, y madre del Rey Sh´lomóh, el heredero del trono de David
Tamar, la Hija de David
El Rey David tenía una hermosa hija, cuyo nombre era Tamar. Ella también fue víctima
de abuso como lo había sido su antecesora Tamár, y también en su caso se trató de
incesto aunque en una manera muy diferente. La humillación de Tamar no fue un
incidente aislado, sino una consecuencia directa del mal comportamiento de David con
Batshéva y el marido de ella.
Después que ella hizo las tortas para su hermano, sus intenciones se manifestaron ¿No
Cuando Tamar se dio cuenta cuál era la “enfermedad” de Amnón, ella cortésmente se
negó. Le habló con ternura, pero haciendo notar que era algo infame delante del Señor,
con consecuencias negativas para ambos, ella y Amnón mismo. Tamar apeló a la Torah,
“no se ha de hacer así en Yisraél” y definió un hecho tal una “locura” (nevalah); apeló al
orgullo de Amnón que habría sido considerado “como uno de los necios” (naval),
términos que en hebreo implican maldad, villanía, además de necedad; y también a su
bondad, porque ella habría sido deshonrada, avergonzada. Ella también le ofreció una
posibilidad, diciéndole que se habría casado con él si él hacía las cosas bien, pidiéndola a
David como esposa. Podemos deducir que ella dijo esto en su desesperación, sabiendo
que no era permitido por la Torah una vez que las intenciones de Amnón hubieran sido
conocidas, él habría perdido toda posibilidad.
Ella fue ofendida en su honor y herida en sus más profundos sentimientos – porque no
pudo resistirlo por no tener la fuerza física. Por lo menos, él podría haber cumplido con su
deber como hombre (aunque es indigno de ser llamado hombre) y debía tomarla como
esposa; pero en cambio la echó. Ella era una princesa, y era destinada a ser dada como
esposa a un príncipe, o a un hombre honorable; pero en la antigua sociedad Yisraelí era
muy difícil para una esposa poder casarse si no era virgen – a menos que fuese viuda. Por
este motivo ella le dijo que esta segunda maldad era peor que la primera. Quisiéramos
pensar que, siendo inocente, ella haya encontrado un buen marido que la haya aceptado,
pero no sabemos más nada de su vida. Según las Escrituras, ella quedó desconsolada, lo
que nos da a entender que éste fue su estado definitivo. La palabra hebrea usada aquí es
shamem, la misma que encontramos en Isaías 54:1, y conlleva el sentido de devastada,
desolada, desierta.
Ambos fueron traicionados por sus hermanos Tamar por uno, Yoséf por todos. Después
de esto, sus trajes de colores ya no se podían usar: Br (Gn) 37:23,31
Ambos fueron invitados con las mismas palabras, “acuéstate conmigo”, y su rechazo les
trajo malas consecuencias: Br (Gn) 39:12.
Parece que la única persona que realmente había entendido todo desde el principio era
Abshalóm, porque cuando vio a su hermana, él le preguntó “¿Ha estado contigo tu
hermano Amnón?”. Ya sabemos cómo terminó esta historia, que Abshalóm se comportó
como un verdadero hombre y vengó a su hermana, matando al vil Amnón. Cuando David
supo lo que había pasado “fue muy enojado”, pero no se nos dice si hizo algo para
castigar a Amnón. Probablemente dejó este asunto en manos del Señor, pues nadie mejor
que él sabía que Elohim no dejaría a nadie sin su castigo. Pero Abshalóm consideró la
inacción de David como injusticia, de hecho, es de esto que acusó a su padre cuando se
rebeló contra él: 2 Shm (2 Samuel) 14:27.
Esta es otra esposa cuyo nombre no es mencionado, aunque era una persona importante
en
su ciudad. Ella vivió en un periodo muy duro para Yisraél, gobernado por monarcas
inicuos que se habían apartado de la Torah – el Reino de Yisraél se había separado de
Yerushaláyim y de la casa de Elohím, y la autoridad de Elohim era representada por Su
Nebií.
Sh´liaj