Evalaucion Formativa
Evalaucion Formativa
Evalaucion Formativa
Favorecer un aprendizaje autónomo. El rol del docente debe ser de acompañamiento en el proceso de
aprendizaje de los alumnos. De este modo, los jóvenes deberán construir su propio conocimiento y, en caso
que no entiendan algún contenido, pedir ayuda a sus compañeros o a su docente. Éste último, deberás
intentar explicar sin dar respuesta, sino haciendo más preguntas que ayuden a los alumnos a reflexionar y
encontrar su propia respuesta.
http://dinamicasgrupales.com.ar/tag/pensamiento-critico/
Hay varias definiciones de pensamiento crítico, pero la que más me gusta es la de Michael Bolton, que dice que es:
El cerebro está programado para trabajar poco, entonces uno tiende a automatizar ciertas respuestas, ciertos
mecanismos de razonamiento. Muchas veces razonamos sobre ciertas asunciones, basándonos en cosas. Ejercitar el
pensamiento crítico implica ir en contra de estas cosas: intentar evitar el reflejo y parar a reflexionar, intentar
analizar lo que asumimos, y ver si podemos cambiar la forma de razonamiento en base a cambiar esas asunciones.
Cuestionarnos las asunciones, cuestionar el razonamiento, cuestionar el problema, cuestionar la forma en que
razonamos. Así, evitaremos que otros nos engañen, que el problema nos engañe, o que nuestro propio cerebro nos
engañe.
“Yo no puedo enseñaros nada, sólo puedo ayudaros a buscar el conocimiento dentro de vosotros mismos, lo cual
es mucho mejor que traspasaros mi poca sabiduría.”
Sócrates
¿Qué hace falta para que un alumno aprenda algo? ¿Que sea capaz de repetir la información que le llega? ¿Que
pueda memorizarla para transcribirla en un examen? ¿Que entienda el valor y la utilidad de lo que está
introduciendo en su memoria?
Para APRENDER, no para memorizar, hace falta comprender, e incluso para poder almacenar en la memoria ayuda
mucho el entender y dar significado a lo que se está almacenando.
Comprender es utilizar el PENSAMIENTO CRÍTICO, y dar respuestas no es la forma de promover este modo de
pensar, sino HACER PREGUNTAS.
El profesor, maestro o formador sólo debe cambiar su situación en el plano: ya no es un transmisor, ya no se trata de
un monólogo en el que él habla y los demás escuchan, sino que se convierte en un guía, en un mentor de un proceso
de búsqueda de aprendizajes significativos por parte de los alumnos. Se convierte en un “coach“, anglicismo muy
manido ya a estas alturas, pero que describe una forma de trabajo realmente útil.
Como dice Ignacio Andrío, director del proyecto Educoach: “Nuestra misión, en contra de lo que quizá nos
enseñaron, no consiste en dar respuestas correctas, sino en saber formular preguntas que estimulen la creatividad
de los alumnos de modo que generen respuestas diferentes a las ya dadas.”
En la misma línea se encuentra el concepto de Escuela Inteligente, de David Perkins, doctor en Matemáticas e
Inteligencia Artificial por el Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT) y profesor en la Escuela de Educación de
la Universidad de Harvard, dirige el Proyecto Zero junto a Howard Gardner:“Escuelas inteligentes son las que
introducen todo posible progreso en el campo de la enseñanza y el aprendizaje para que los estudiantes no sólo
conozcan, sino que piensen a partir de lo que conocen….”
Existen estrategias de enseñanza que favorecen que gran parte de la responsabilidad del proceso de aprendizaje
recaiga sobre el alumno, y que su trabajo sea el de APRENDER, no sólo el de estudiar. Son estrategias que se pueden
aplicar con éxito a cualquier asignatura y a cualquier actividad en el aula, adaptarse a todas las edades y contextos, y
que tienen como finalidad PENSAR PARA ENTENDER las cosas, entender COMPARTIENDO conocimientos
y REFLEXIONAR y ANALIZAR lo que se aprende.
1. Hacer preguntas durante las clases, para estimular la curiosidad: “¿Qué pasaría si…”?, “¿Cómo es posible
que…?”, “¿Qué harías tú en ese caso…?”, “¿Qué sabéis acerca de…?, y diseñar preguntas guía, que ayuden a
reflexionar y clarificar los conceptos más importantes.
3. Exponer distintos puntos de vista acerca de un mismo tema. Por ejemplo un conflicto bélico contado desde
la visión de cada uno de los bandos implicados.
4. Activar la participación de todos los alumnos utilizando alguna técnica de “participación al azar”. Por
ejemplo, escribir tarjetas con los nombres e ir eligiendo de una en una para contestar, preguntar o comentar
durante la clase.
5. Fomentar que los alumnos se conozcan entre ellos, que trabajen juntos y que utilicen la escucha activa,
pidiendo que resuman con sus palabras lo dicho por otro compañero.
6. Hablar menos para hacer que los alumnos piensen más, mediante paros en la clase para que trabajen y
reflexionen sobre los temas que se han tratado.
7. Utilizar el método socrático para hacer preguntas y organizar debates entre los alumnos sobre temas que
generan controversia.
8. Fomentar el trabajo colaborativo, a través de trabajos en pequeños grupos, donde a parte de completar la
tarea solicitada tengan que previamente describir los objetivos, exponer qué estrategias utilizaron y cómo
resolvieron sus problemas.
9. Promover la “revisión por pares” de trabajos escritos, de manera que puedan recibir retroalimentación no
sólo del profesor, sino de los compañeros,y así aprovechar los beneficios de la escritura y lectura activas.
10. Utilizar la técnica de la clase invertida, donde los trabajos de lectura, documentación y búsqueda de
información se realizan en casa, utilizando el espacio del aula para investigar, profundizar, practicar, resolver
dudas y debatir sobre el tema tratado.
Conocer cuáles son las competencias que favorecen el desarrollo del pensamiento crítico, ayuda a profesores de
todas las etapas a determinar en qué medida están interiorizando los alumnos estas formas de pensar y permite
intervenir adecuadamente en este proceso.
Una guía que recoge de forma muy completa estos estándares y su forma de evaluarlos es la guía para
educadores “Estándares de Competencias para el Pensamiento Crítico” de R. Paul y L.Elder, que podéis encontrar
en www.criticalthinking.org, donde existen numerosos recursos en español para educadores de todas las etapas.
El enfoque de evaluación formativa requiere transformar el paradigma, pues involucra cambios en la forma en que
se gestiona la sala de clases y las oportunidades de aprendizaje que tienen lugar ahí. Implica dejar de pensar que el
profesor es quien entrega un conocimiento y el estudiante es quien lo recibe. Se trata de un proceso de aprendizaje
que considera un involucramiento continuo y reflexión sobre la propia práctica.
la evaluación formativa como un proceso continuo de evaluación que ocurre durante la enseñanza y el aprendizaje,
basado en la búsqueda e interpretación de evidencia acerca del logro de los estudiantes respecto a una meta. Esto
permite que el docente pueda identificar dónde se encuentran los estudiantes, conocer qué dificultades enfrentan
en su proceso de aprendizaje y determinar las acciones para cerrar la brecha entre el conocimiento actual y las
metas esperadas.
Reajustar la enseñanza pues por un lado permite monitorear, identificando a aquellos estudiantes que dominan
suficientemente cierta habilidad y que pueden seguir adelante, y los que necesitan más ayuda. Facilita al docente
obtener información para localizar la dificultad en el aprendizaje e indicar qué debe hacerse para superarla,
sugiriendo medidas o acciones remediales que puedan ser tomadas para mejorar el aprendizaje.
La evaluación formativa implica pensar y planificar la evaluación al mismo tiempo que la enseñanza. La evaluación se
vuelve consecuentemente formativa cuando la evidencia es efectivamente usada para adaptar la enseñanza a las
necesidades de los estudiantes, considerando su zona de desarrollo próximo.
Zona de aprendizaje lo que hacemos para ampliar nuestra visión del mundo. Es la zona de experimentar, aprender
nuevos idiomas, viajar para conocer nuevas culturas.
Te atreves a soñar
https://www.youtube.com/watch?time_continue=2&v=i07qz_6Mk7g
saber qué es lo que serán capaces de hacer una vez que lo hayan logrado.
¿Dónde estamos’
Mientras los estudiantes están aprendiendo, el profesor necesita saber qué tanto progresan, utilizando para ello
evidencia de la sala de clases (por ejemplo, a través de la observación, de preguntas abiertas, discusiones, escuchar a
los estudiantes leer o revisando su trabajo). Esta evidencia se recoge intencionalmente y es usada por el docente
para adaptar y guiar los siguientes pasos de la enseñanza. Por otro lado, los estudiantes son capaces de identificar
dónde están en su progreso a través de la autoevaluación y evaluación entre pares.
En esta instancia se definen las acciones necesarias para que los estudiantes logren la meta. El docente realiza dos
acciones: primero, retroalimenta a los estudiantes para que puedan avanzar en su aprendizaje en base a la evidencia
recolectada. Es importante que actúe en función de esta evidencia inmediatamente o tan pronto como sea posible
(por ejemplo, en la clase siguiente). Segundo: realiza un análisis y reflexión de las evidencias para adaptar la
enseñanza y reflexionar acerca de su propia práctica. Los estudiantes pueden monitorear y evaluar su propio
aprendizaje para tomar decisiones sobre qué se necesita para mejorar y seguir avanzando.
El pensamiento crítico implica reflexionar sobre la validez de lo que se ha leído a la luz del conocimiento y la
comprensión del mundo que se tiene. Tiene como función principal decidir si el significado es el cierto y se acepta
esa práctica.
El pensamiento crítico hace parte de un conjunto de capacidades intelectuales de orden superior que se debe
promover en la escuela y ellas son: análisis, síntesis, conceptualización, manejo e información, pensamiento
sistémico, pensamiento crítico, investigación y metacognición.
El pensador crítico es inquisitivo, bien informado, de raciocinio confiable, de mente abierta, flexible, evalúa con
justicia, honesto en reconocer sus prejuicios, prudente al emitir juicios, dispuesto a reconsiderar, claro respecto a los
problemas, ordenado en materias complejas, razonable a la selección de criterios enfocado en investigar y
persistente.
El razonamiento consiste en la actividad de la mente humana y consiste en dar razones para sacar conclusiones
basándose en razones o en deducir consecuencias a partir de premisas. La reflexión metodológica. Pensamiento
encaminado a comprender y evaluar los propósitos y procedimientos utilizados en la búsqueda de la verdad.
¿DÓNDE ESTAMOS?
Saber de los progresos (observación, de preguntas abiertas, discusiones, escuchar a
los estudiantes leer o revisando su trabajo)
evidencia se recoge intencionalmente y es usada por el docente para adaptar y guiar
los siguientes pasos de la enseñanza.
los estudiantes son capaces de identificar dónde están en su progreso a través de la
autoevaluación y evaluación entre pares.