Poractica Ondas Teorica
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Esta actitud, que se traduce en frases como: "la mayoría piensa", "se dice", "todo es bueno",
"los tiempos han cambiado", "todos lo hacen", etc., es bastante grave. Es de Santo Tomás la
frase: "Donde no hay distinción hay confusión", Por esto, en la familia, hijos e hijas deben de
encontrar pautas y orientaciones sobre la verdad, la formación de la conciencia y la rectitud
en las intenciones. La falta de confianza: Muchos conflictos de convivencia surgen por la
falta de diálogo, base de la comunicación. Sin diálogo, no tendríamos capacidad para
comprender, ni elementos de juicio, ni saber que piensan nuestros hijos e hijas acerca de
temas importantes como la vida, la sexualidad o el ambiente que se pueden encontrar en la
escuela y en la calle. Si no se explican, por miedo a nuestra rigidez, no podremos dar nuestra
opinión sobre lo que es mas conveniente, ya que no sabremos que solución sugerir. Actitud
negativa: Tenemos que ser positivos para actuar con serenidad y ocuparnos con
tranquilidad de temas que preocupan a los hijos, especialmente en la adolescencia. Después
de una conversación se pueden entender muchos conceptos equivocados y siempre se
pueden encontrar puntos en los que se está de acuerdo para conseguir el acercamiento con
el hijo o hija.
La verdad lucirá mejor siempre que sea defendida con amabilidad, constancia y sin
violencia. Queremos que nuestro hijo e hija sea comprensivo sociable. El termómetro de su
tolerancia y respeto será la comprensión que tengan con el punto de vista de los familiares,
amigos y conocidos. Que nunca haga agravios a nadie. Todo el mundo tiene la posibilidad de
cambiar si es bien tratado. Por esto, se dice lo que no esta bien, pero con gran amor hacia la
persona que ha actuado mal. Si los padres y madres tienen respeto por la intimidad de sus
hijos y tolerancia, sin dramatizar, sin enfrentarse, conseguirán de ellos y de ellas que
reconozcan sus dificultades personales y y tengan la posibilidad de resolverlas.
¿Qué es el respeto?
Para entender cuál es la relación entre el respeto y la tolerancia se debe comprender en una
primera instancia qué significado tiene cada una de sus partes; se podría definir al respeto
como la valoración y la aceptación que se crea con respecto a otro individuo.
¿Qué es la tolerancia?
A la tolerancia se la podría definir como el hecho de comprender que existen otras formas
de pensamiento, otras costumbres y otras creencias aparte de las que el individuo tiene y
entender que estas por ser diferentes con las que cuenta el individuo no tienen la necesidad
de estar en la categoría de incorrectas.
La relación entre el respeto y la tolerancia puede ser bastante clara de visualizar dado a que
la existencia de una conlleva a la existencia de la otra.
A partir de la relación que se presenta entre la tolerancia y el respeto se puede observar que
en la sociedad se presenta.
Como ya se le ha hecho mención anteriormente, una coexistencia mejor entre todos sus
individuos, en una sociedad en donde se presentan estos dos elementos resulta casi un
hecho el que esta se convertirá en una comunidad de provecho.
Y qué podemos decir de las redes sociales, esos patios de porteras, con perdón de las
porteras, donde se despelleja a la gente que no piensa como la mayoría del grupo?
Ciertamente, pasamos por tiempos difíciles, a nivel económico la supuesta gran mejoría
anunciada por el Gobierno apenas se entrevé, mientras el trabajo precario alcance cotas
enormes, los contratos por horas o por días no solo no estimulan al trabajador, al contrario
lo deprimen, aunque lleve algo de dinero a casa.
Por otra parte, la falta de valores sociales positivos: la solidaridad, el esfuerzo, el trabajo
bien hecho, el respeto al otro, etc, provoca que la gente se encierre en su individualismo y
no piense en el común de la sociedad, sino exclusivamente en sus problemas.
Como muestra véanse los movimientos sociales actuales, todos ellos sectoriales: educación,
sanidad, mujeres, movimientos culturales, “economistas por el cambio”, etc, ya no vemos
esas concentraciones o manifestaciones interclasistas donde estudiantes universitarios,
obreros o profesionales de la medicina asistían y participaban en manifestaciones por los
derechos de la mujer, o por la defensa de los derechos laborales, por ejemplo, ahora solo se
va si se trata de lo mío.
En tercer lugar, la escuela y los maestros son atacados sistemáticamente por los padres que
no comprenden la labor del profesor, por la sociedad que los ningunea y por las
administraciones públicas con sus constantes cambios legislativos y las reducciones
salariales ya crónicas. La crisis de la escuela, la desmotivación de los maestros está causando
ya un daño irreparable.
A pesar de todo, sería conveniente que nos relajemos un poco, la enorme tensión que se
palpa en la calle y en los medios de comunicación y las redes sociales solo sirve para
ponernos peor, no se soluciona nada con el gesto adusto, el insulto fácil o el desprecio.