Barbara Shelley - Entrevistas
Barbara Shelley - Entrevistas
Barbara Shelley - Entrevistas
Al haber estudiado actuación por un tiempo, resultó evidente que estaba mucho
mejor preparada que la mayoría de las mujeres que participaban en audiciones
similares a las que ella asistió. Esa ventaja le permitió en un lapso de dos años
participar en una serie de comedias, dramas y 'thrillers', los cuales en su mayoría
jamás traspasaron las fronteras del mercado italiano. Entre algunas de esas
películas se encuentran "Ballata Tragica" (1954), "Destinazione Piovarolo" (1955)
y "Luna Nuova" (1955), entre otras. Según la misma Shelley, "Yo realizaba estas
películas para el consumo doméstico. Eran buenas películas, de las cuales una o
dos fueron escritas por mí. En cierta ocasión, un productor llegó al set con un chal
y me dijo: 'Nosotros no podemos filmarte usando un vestido sin tirantes'. Como yo
estaba interpretando a la villana le pregunté a qué se debía eso, y él respondió:
'Debido a que el sacerdote va a poner sus manos en frente del proyector'". Tal
como es retratado en la cinta "Cinema Paradiso" (1980), en aquella época muchas
películas solo podían ser exhibidas en las parroquias locales, por lo que
lamentablemente los sacerdotes condicionaban bastante lo que podían ver los
feligreses.
El último film dentro de la Hammer sería "Quatermass and the Pit" (1967), la
última parte de la trilogía protagonizada por el personaje creado por Nigel Kneale.
Con respecto a su participación en dicha cinta, la actriz declararía en una ocasión.
"Mi padre me inició en la ciencia ficción cuando yo era muy joven, por lo que leí
una gran cantidad de historias geniales de ciencia ficción. Sin embargo, cuando
"Quatermass" se estrenó, decidí no participar más en films de ese tipo. Cuando me
retiré del campo del horror y la ciencia ficción, la primera cosa que me ofrecen es
una adaptación radial de una obra de John Wyndham titulada 'The Day of the
Triffids'. Si bien mantuve mi decisión de no participar más en films de ese tipo, si
dejé abierta la posibilidad de retornar al género de la radio'. La decisión de Shelley
se debía principalmente a que, desde que se interesara en la actuación, quiso
ingresar a la Royal Shakespeare Company. Lamentablemente para ella, el haber
trabajado por tanto tiempo en films de terror y el hecho de ser tan conocida, no le
permitieron participar en la compañía teatral durante un buen tiempo. Sólo cuando
les aseguró a los encargados de la compañía que no los iba a avergonzar si le daban
una oportunidad, pudo cumplir su sueño y trabajar durante dos años con ellos.
Desde ese momento, la actriz dejó por completo el cine para dedicarse a la
televisión y el teatro. A fines de los sesenta, Shelley se reuniría con Roy Ward
Baker y Jimmy Sangster, dos habituales de la Hammer, para rodar el telefilme "The
Spy Killer" (1969). En las décadas del setenta y ochenta, participaría en numerosas
series de televisión, entre las que se incluyen "Mogul" (1965-72), "Oil Strike
North" (1975), "People Like Us" (1978), "The Borgias" (1981), "Dr. Who" (1963-
1989) y "Uncle Silas" (1987), entre otras. El último largometraje en que
participaría Shelley sería "Ghost Story" (1974), protagonizada por la cantante
Marianne Faithful. Su último trabajo como actriz lo obtendría en el telefilme "The
Stranger More Than a Messiah" (1992), el cual era un 'spin-off' no oficial de la
serie "Doctor Who". Pese a retirarse de la actuación, Shelley continuó durante
varios años trabajando tras las cámaras. No solo se dedicaba al diseño de algunos
sets, sino que también fabricaba accesorios de utilería. Según la misma actriz, todo
eso comenzaría en 1982: "Cuando supe que mi carrera estaba llegando a su fin,
comencé con el negocio de diseño de interiores y la fabricación de objetos de
utilería, utilizando algunos de los contactos que había forjado a lo largo de mi
carrera". Pese a que no participó en una gran cantidad de largometrajes, Barbara
Shelley logró dejar su marca en la historia del cine de terror gracias a que exudaba
sexualidad y a que era poseedora de un encanto especial que rápidamente
embelesaba al espectador. Principalmente gracias a las películas que filmó para la
Hammer, Shelley es hoy recordada con justa razón como la "Primera dama del cine
de terror británico".
Entrevista a Barbara Shelley
La bella muchacha del gato
Para los serios amantes de los horrores de la Hammer hay una fabulosa edición
encuadernada en cuero de The Hammer Story que contiene seis páginas en
pergamino ilustrando a seis de las reinas de los horrores de la Hammer: Martine
Beswick, Valerie Leon, Caroline Munro, Ingrid Pitt, Barbara Shelley y Madeline
Smith. Sin dudas, Barbara Shelley ha quedado como la reina original de ese género
de la Hammer que comenzara con The Camp on Blood island y Blood of the
Vampire. Estos primeros filmes darían comienzo a una generación de películas de
terror inglesas que serían observadas por millones de espectadores a lo largo y
ancho del globo ganando un estatus de culto que pocos filmes ingleses han logrado
igualar fuera de las franquicias de James Bond y Carry On hasta que JD Rowling
creara al incontenible Harry Potter.
Sin embargo, estas cosas significan poco para esta belleza nacida en Londres,
quien había pasado sus incipientes años haciéndose un nombre en el cine italiano
realizando papeles secundarios junto a diversos actores tales como el rudo,
legendario Mark Lawrence (This Gun for Hire y Key Largo), y la despampanante
italiana Virna Lisi, una veinteañera Brigitte Bardot y la avejentada leyenda de la
pantalla, Gloria Swanson. Una dama inglesa trabajando en los románticos climas
de Roma estaba aprendiendo su arte de manera muy diferente con respecto a
aquéllos que asistían al NIDA o trabajaban en los sets de rodaje de los estudios
Pinewoods o Ealing. Tampoco en sus épocas de adolescente cuando estaba
sumamente ocupada trabajando como modelo en la Londres de posguerra.
Barbara: En 1956 yo estaba en una fiesta-jardín del Variety Club y una niña
pequeña me dijo: "Miss Kerr, ¿me daría su autógrafo, por favor? De modo que
firmé mi primer autógrafo como Deborah Kerr. La pequeña niña estaba muy feliz y
yo me sentí honrada por ser confundida con una actriz ilustre. ¡Al año siguiente,
firmé Barbara Shelley, tras haber hecho algunas películas yo misma!!!
David: En realidad hiciste varias películas en Italia antes que tu carrera despegara
en Gran Bretaña y trabajaste en algunos filmes con algunos actores y caracteres,
incluyendo a Virna Lisi y Vittorio de Sica. Sin embargo, fueron otros dos actores
los que siempre me asombraron, Marc Lawrence y Gloria Swanson, y me
preguntaba si tendrías algunas historias interesantes relacionadas con esos
asombrosos intérpretes que pudieras compartir con mis lectores.
Barbara: Nunca trabajé directamente con ninguno de esos actores excepto Mark
Lawrence, y nunca conocí a Brigitte Bardot o Gloria Swanson, pero si a Vittorio
De Sica. Hice mis primeras dos películas con Marc, quien me dio un montón de
ayuda y consejos, y su encantadora esposa Tanya solía escuchar mis líneas para mí.
También me ayudaron a aprender un poco acerca de filmación y siempre les estaré
agradecida por procurarme tan gentil lanzamiento de mi carrera.
David: ¿Podrías compartir con nosotros alguno de los momentos más graciosos, o
más inusuales que hayas tenido mientras trabajabas en un set de filmación?
Barbara: Hoy en día habría deseado haber coleccionado cosas de mis filmes, pero
desgraciadamente no lo hice. Tan solo tengo muchos felices recuerdos y algunas
fotografías. No se me ocurre ahora por qué no coleccioné cosas. Probablemente,
porque una no se da cuenta como tales cosas son un confort hasta que se haces más
vieja. ¡Recuerda eso, eh! ¡Comienza a coleccionar ahora!!!
David: Tú eres una firmante muy popular con docenas de imágenes fascinantes de
tus muchos filmes, y has reunido miles de dólares para el bienestar de los animales;
entonces me pregunto si tienes algunas historias divertidas relacionadas con algún
fan o cazador de autógrafos.
David: ¿Alguna vez te echaste atrás en cuanto a hacer una film que más tarde
hubieses deseado hacer, o seguiste adelante con uno que más tarde no hubiese
deseado hacer?
Barbara: Los arrepentimientos y lo contrario acerca de algo que tiene que ver con
una profesión tan impredecible como la mía es algo inútil y estresante. Hay
demasiados factores "allá afuera" que deciden que trabajo haces y que trabajo te
pierdes. Realmente son fuerzas exteriores ----- las elecciones finales nunca se dan
realmente.
David: ¿Podrías compartir con nosotros algunos de tus libros, películas, directores,
canciones y actores favoritos, por favor?
David: Una de mis películas favoritas de todos los tiempos es The Gorgon. Creo
que es porque la vi muy joven que produjo un efecto muy fuerte sobre mí, y
especialmente agregado a lo vívido de mi imaginación cuando era niño. De la
manera en que los primeros filmes de Val Lewton, tal como Cat People, nunca
muestran violencia u horror, pero eran los más espeluznantes justamente por eso. Y
para mí, The Gorgon tiene esa suerte de cualidad mística con respecto al horror que
se muestra, que la eleva por sobre muchos otros filmes de horror de los 60'. De
modo que, pensando con respecto a los films de horror desde el pasado al presente,
¿qué películas de horror te asustaron realmente, y cuál de tus propias películas de
horror crees que se ha acercado al más puro horror? ¿Y cuál sigue siendo tu
favorita?
David: Y por último, pero no por ello menos importante, ¿hay una historia o
momento de tu vida que nos cuente algo muy diferente acerca de Barbara Shelley,
la persona, más que de la actriz que ha agraciado nuestra pantalla con tantas
encantadoras interpretaciones?
Las estrellas 'sexis' de las películas de la Hammer que hicieran que muchas
veces el corazón de un hombre joven latiera un poco más de prisa ahora son
celebradas en un nuevo libro. Stephen Griffin lanza una mirada a la historia de las
curvilíneas reinas del grito de la Hammer, y Barbara Shelley, una de las
protagonistas más importantes del género, habló con él acerca de sus terroríficos
roles.
Incluso hasta los Cincuentas, el cine de horror no tenía nada nuevo. Fue
Hammer quien devolvió la vida al crispado cadáver agregando dos nuevos
ingredientes al monstruoso brebaje: color y atractivas beldades femeninas.
Como resultado de eso, durante los Sesentas y la primera mitad de los Setentas,
ningún film de horror digno de su sal de ajo estaba completo sin Christopher Lee
siseando con un par de lentes de contacto rojos, el ilustrado Peter Cushing con
menudos de pollo en Eastmancolor y alguna muchachita de nombre exótico
corriendo a través de Slough's Black Park llevando puesto nada más que un sostén
armado y una bata de nylon transparente.
Así nació el más curioso de los subgéneros, el Hammer Glamour, tema de una
nueva y lujosa historia ilustrada con el mismo título.
Se podría decir que cada generación tiene las personas sexualmente atractivas
que merece, y al reflejar, tal como lo hiciera con aquello que los censores de la
época permitieran o no, (por ejemplo, en los Setentas el sostén armado fue
desterrado), el desfile de pulcritud de la Hammer es un útil barómetro social.
Fue así que a finales de los Cincuentas y principios de los Sesentas, las así
denominadas doncellas de hielo británicas (Hazel Court, Eunice Grayson, Heather
Sears, Jennifer Daniel, Andree, la hermana de George Melly) dieron paso a los
encantos Continentales de Ivonne Furneaux, Romain y Monlaur. De manera similar,
los Setenta dieron a conocer a un grupo de bellezas escandinavas con las
agraciadas formas de Yutte Stengaard, Carita Jarvinen y Julie Ege.
Para los hombres de cierta edad con sangre roja en las venas, estos nombres son
tan legendarios como el del mismo Frankenstein. Por esta época, docenas de cines
Odeon en Inglaterra debieron suponer que Hammer Films sería tan inmortal como
el mismísimo Conde.
Algunas como Joanna Lumley, Stephanie Beachman, Kate O'Mara, han tenido
exitosas carreras artísticas. Otras abrieron nuevos surcos: Marla Landi se convirtió
en Lady Francis Dashwood, Anouska Hempel es ahora Lady Weinberg y
presidenta de un prestigioso hotel y casa de diseños, Angharad Rees es una
respetada diseñadora de joyas, Barbara Ewing es una autora exitosa y a Edina
Ronay le está yendo muy bien como diseñadora de modas.
La modelo devenida actriz hizo sus primeros filmes en Italia, antes de regresar a
Inglaterra y la pujante escena de lo fantástico, algo que estaba en su sangre.
- Yo adoraba la ciencia ficción,- declara ella.- Cuando era una niña muy pequeña,
mi padre solía tener todas esas revistas de ciencia ficción y solíamos leerlas juntos
de principio a fin.
"Mi mente quedó abierta a la ciencia ficción gracias a mi padre, de modo que
cuando me llegaban esos guiones no decía, "¿qué es esta basura?" sino "esto es
interesante".
Por esa misma razón, ella no escatima elogios para Harry Potter.
Ahora con 76, sus impresionantes rasgos y tonos refinados, con clase, siguen
siendo inconfundibles. Recuerda sus tiempos en los Estudios Bray con afecto.
- Hammer era como una familia, una muy talentosa, ¡y había una maravillosa
cantina por ahí!
"Trabajar con Peter Cushing y Christopher Lee ----- he sido más que afortunada,
he sido honrada. Era tan maravilloso trabajar con ellos, tan generosos ambos
actores, con una maravillosa atmósfera en el set y un maravilloso sentido del
humor.
Aunque lo años han dado a los viejos horrores de la Hammer una pátina de
ingenuidad, queda claro que aquéllos que los hicieron se lo tomaron muy en serio.
- Cuando estábamos trabajando, en especial con Chris (Lee), quien tenía un gran
sentido del humor, solíamos hacer bromas antes y después de cada toma. Como en
Drácula, Príncipe de las Tinieblas, cuando él baja por las escaleras siseando.
Suzan Farner y yo solíamos cantar The Boy I Love Is Up In The Gallery (El chico
que amo está allá arriba en la galería).
Tras los filmes, Barbara se vio muy solicitada por la pantalla chica y otra vez se
vio arrastrada hacia el culto y lo fantástico.
- Lo cual pensé que era algo brillante que dijesen acerca de una,- dijo Barbara.-
Nunca lo había pensado de esa manera. El hecho que aún siga recibiendo correo de
mis fans de horror realmente me conmueve."
- Nadie me dijo que era hermosa. Decían que era fotogénica, pero nadie dijo que
yo era hermosa.
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