Fenomenos Moleculares
Fenomenos Moleculares
Fenomenos Moleculares
DIFUCION MOLECULAR
La idea básica de la difusión molecular ya fue mencionada arriba: la "causa" del mezclado en este caso
es el movimiento térmico de las moléculas. Hay que entender que aquí "moléculas" no necesariamente
tiene el significado habitual de conglomerados de átomos, sino que puede representar "pequeños
volúmenes" de fluido, si se trata de difusión de temperatura en el agua, por ejemplo.
La difusión en gases ocurre mediante choques entre las moléculas. Si se observa una partícula en
especial, se encontrará que, en promedio, después de un cierto tiempo thabrá avanzado una distancia
neta que es proporcional a la raíz cuadrada de ese tiempo, en la forma
(1)
donde el subíndice "cm" quiere decir "cuadrático medio", es decir la raíz cuadrada del promedio de los
cuadrados de las distancias. La ecuación (1) es entonces una relación estadística. Al factor D se le llama
constante de difusión (molecular, en este caso). Sus unidades son m2/s, ¡las mismas de la viscosidad
cinemática! (no es coincidencia, por lo que se comenta más arriba). Para las direcciones y y z se puede
escribir ecuaciones iguales a la (1). Esto se debe a que la difusión molecular es esencialmente
isotrópica, es decir, es la misma en distintas direcciones.
Como una aplicación de lo anterior, veamos cómo sería la oxigenación del océano en el caso de difusión
molecular. Sabemos que el oxígeno disuelto en el interior del océano proviene de la atmósfera. Por lo
mismo su concentración es máxima cerca de la superficie y disminuye hacia abajo en el océano.
Calculemos cuánto demora en alcanzar un metro de profundidad una molécula de oxígeno que acaba de
"ingresar" al agua, si el proceso de difusión fuera molecular o laminar. Ocupando la relación (1) para
despejar el tiempo, y usando el valor de D de la tabla (para oxígeno molecular en agua), se tendría que,
para que xcm sea 1 m, deberían pasar quinientos millones de segundos, o sea ¡aproximadamente 16 años!
Si los peces dependieran de la difusión molecular para su respiración, ¡hace tiempo que estarían
ahogados! Más aun, dado que el tiempo depende del cuadrado de xcm, para que una molécula de oxígeno
disuelto llegue por difusión molecular a una profundidad de 10 m (diez veces el valor anterior), se debería
multiplicar el tiempo por 100 (el cuadrado del factor de la distancia), lo que implica que ¡se requeriría 1600
años para que el oxígeno disuelto llegue a 10 m por difusión molecular! Claramente el proceso de
profundización de oxígeno disuelto en el océano no puede depender de la difusión molecular. En realidad
el proceso es turbulento, en cuyo caso la difusión es muy efectiva. (Conviene señalar que no todo el
oxígeno disuelto en el agua de mar llega ahí por difusión. En algunos lugares del mundo, particularmente
en las zonas polares, aguas que están cerca de la superficie, y que por lo tanto son ricas en oxígeno
disuelto, se hunden, acarreando consigo su oxígeno. Estas aguas ocupan la parte profunda de los
océanos, digamos por debajo de algunos centenares de metros. El resultado de esto es que usualmente
en los océanos hay aguas muy oxigenadas en la superficie y aguas relativamente oxigenedas desde
algunos centenares de metros para abajo, pero entre esas capas se encuentra aguas pobres en oxígeno
disuelto.) Queda un asunto pendiente, planteado por Marcela Alarcón en clases: ¿qué hay del oxígeno
disuelto aportado por la fotosíntesis de los vegetales existentes en el mar? Mal que mal, ¡alrededor de un
tercio de la vegetación del planeta se encuentra en los océanos! No disponemos de alguna respuesta a
esta interesante pregunta, por ahora. Se la traspasaremos a los colegas que trabajan en temas parecidos.
(Tal vez a Renato Quiñones, de la UdeC. Ya veremos).
LA CAPILARIDAD
El fenómeno denominado capilaridad se puede observar cuando se dispone de tubos del tamaño de un
cabello, de donde su nombre. Por ejemplo, cuando se coloca un tubo gordo en agua, verticalmente, el
líquido entra en el interior, formando un menisco (del latín meniscus, " luna pequeña "): la superficie del
líquido se curva y el agua sube en las paredes del tubo. Para los tubos de muy pequeño diámetro, es
decir los tubos " capilares ", el nivel del agua en el tubo es más alto que en el barreño en donde se ha
sumergido en tubo. Cuanto menor es el diámetro del tubo, más alto es el nivel. Por supuesto, los
cocineros no disponen de tales tubos, pero les propongo observar la capilaridad de otra manera: basta
con utilizar dos placas de vidrio, que se juntan con un borde vertical: cerca de la línea de contacto, la
distancia entre ambas placas es muy pequeña, y el agua está atraída como en un tubo capilar. Si no
tienen placa de vidrio, basta con juntar dos vasos, en un barreño llena de agua. Por ambos lados de la
línea de contacto de los dos vasos, el agua sube. Éste es el fenómeno de capilaridad: en orificios de muy
pequeña superficie, en hendiduras muy pequeñas, el agua, como numerosos otro líquidos, sube
espontáneamente, atraída por las fuerzas que vinculan el líquido con las superficies sólidas. Ésta es la
razón por la que, cuando se colocan unos filetes de pescado en vino u otro líquido colorado de tipo
marinada, el líquido también se introduce por todo el tejido. Esta descripción permite comprender que la
capilaridad no tiene lugar en todas las ocasiones. Puede producirse con el pescado, cuya carne es poco
prieta; puede tener lugar con el filete de vaca, por ejemplo, cuyos haces de fibras musculares están poco
solidarizados por el tejido colagénico, pero no se produce en la nalga de adentro, ni en el gemelo. Ésta es
la razón por la que la marinada instantánea sólo trata la superficie (que es importante, como ya hemos
visto) de ciertos ingredientes culinarios. Ésta es también la razón por la que hace falta marinar ciertas
carnes durante mucho tiempo, con la esperanza de que, si la capilaridad no produce los efectos
deseados, sí lo haga la difusión.
ÓSMOSIS
Para comprender el fenómeno de ósmosis, consideremos un
recipiente rectangular dividido a la mitad por una membrana
semipermeable. En cada sección hay una cantidad igual de agua a
temperatura constante. Si determinamos la cantidad de energía que
existe en cada una de las secciones, ésta será igual.
Si después 'aislamos' de alguna manera una de las secciones y le
agregamos al agua de ésta, una cierta cantidad de azúcar formando una
solución, ahora la cantidad de energía en ese sitio será menor, ya que
parte de ella se usó para disolver el azúcar.
Si ahora 'quitamos' lo que aisló a las dos secciones y dejamos que
interactúen, el agua empezará a fluir de la sección que tiene mayor
cantidad de energía a la que tiene menor cantidad (agua con azúcar).
De esta manera, para que ocurra la ósmosis se requiere que haya
dos sistemas, con diferente concentración entre sí y separados por una
membrana semipermeable.
La presión osmótica es la que ejerce el solvente para que pase de
una zona de menor concentración de soluto a una de mayor. En otras
palabras, es la presión necesaria para evitar la ósmosis.
La presión osmótica se representa mediante la ecuación:
V = nRT