La Francmasonería Descubierta y Explicada
La Francmasonería Descubierta y Explicada
La Francmasonería Descubierta y Explicada
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I
i
LA
. FRANCMASONERÍA
BMCIO» PASA LA PBÓPACrANDA
LA
FRANCMASONERÍA
DESCUBIERTA Y EXPLICADA
OBRA ESCRITA EN FRANCÉS
POR
LEON TAXIL
(Gabriel Jogand-Pagés)
Antiguo Miembro de la Logia LOS AMIGOS DEL HONOR FRANCÉS
DEL GRANDE ORIENTE DE FRANCIA
VERTIDA FIELMENTE AL CASTELLANO
POR EL
Dr. D. Joaquín de Cots y de Cots, Pbro.
Catedrático de la Facultad de Sagrada Teología
en el Seminario Conciliar
CON UN PBÓIiOOO
POR EL
Dr. D. JAIME CARABACH É IBORRA
CATEDRÁTICO DE FILOSOFÍA EN EL MISMO SEMINARIO
EDICION POPULAR
resumiendo las más completas revelaciones
BARCELONA
Imp. y Llb. de la Inmaculada Concepcion, Buensuceso, 13.
1887
Esta traduccion es propiedad del editor don
Juan Grabulosa previa autorizacion del autor,
quien perseguirá ante la ley al que la traduzca y
reimprima. Queda hecho el depósito que mar
ca la ley.
i . 575
resultado. He aquí el secreto de las evoluciones masóní-
cas desde el absolutismo cesarista al nihilismo contem
poráneo: la Masonería ha sido absolutista, constitucional,
republicana, demagógica, y será lo que se quiera, menos
clerical, con tal de lograr su objeto.
El autor de "Los Hermanos Tres-puntos „ "El Culto
del Gran-Arquitecto „ "Las Hermanas Masonas", y que
está preparando los curiosos opúsculos "Confesiones de
un ex-libre pensador" y "El Vaticano y los Francma
sones," explica y demuestra claramente la parte que en
las revoluciones, cuyo blanco es hundir la Iglesia, corres
ponde á la Masonería; enseña la farsa que se encierra en
aquello de La beneficencia masónica; hace palpable los
inicuos medios de que ella se vale para vengar los críme
nes de los afiliados, que tocados de la gracia de Dios ó no
pudiendo, por natural pudor y honestidad, prestarse por
más tiempo á ser explotados ni á servir de instrumento
para ruines fechorías, vuelven al seno de la Iglesia cató
lica ó se dejan irradiar como dicen en su jerga; esto es,
se apartan de sus infames conventículos y conciliábulos.
En este libro se verán los juramentos estrafalarios y sin
gulares por los cuales el mason se obliga á preferir los
intereses de la órden á los sagrados de la patria y de la
familia. Ya no hablamos de los de la Religion; porque
ésta es el gran enemigo á quien deben combatir semper
et pro semper los buenos, leales é intrépidos masones.
Encanta y maravilla ver el enlace íntimo de los gra
dos simbólico-filosóficos, con todas las aberraciones de
que da testimonio la Historia de la Filosofía. Apenas
hay error ni preocupacion antigua ó moderna de la Etica
sin Dios, ni elemento sobrenatural que no sea favorable
mente acogido en los misterios de los grados filosóficos
de la Masonería. Fácil en admitir los delirios del paga
nismo en lo que se refiere á nuestros futuros destinos, es
.— VII —
intransigente en todo cuanto pueda aparecer condescen
dencia para con los dogmas católicos: ¿qué significa sino
la obligacion que tienen los jefes ocultos de la secta de
convencer al neófito de que el principio malhechor, el
Dios del Error, de las Tinieblas y de la Supersticion, el
perseguidor de la humanidad, es el Adonaí (esto es, Dios)
de la Biblia y del Evangelio? ¿y qué por consecuencia el
Angel de Luz, el Principio del Trabajo y del Bien, el Genio
de la Verdad, el Padre de los hombres, el Gran Arquitecto
del Uniterso, es Satanás? Y la hipocresía de la secta con
siste en que, como dice el Catecismo de Maestro, el ini
ciado llegue á descubrir y entender estas blasfemias sin
necesidad y sin preceder ninguna explicacion oral: este
es el inviolable secreto de la Masonería.
Ritual en mano explica Leon-Taxil, los medios de que
se valen los masones para explicar al Caballero Rosa-
Cruz tales aberraciones por un procedimiento evolutivo;
la manera como ge le da á entender el perfecto y com
pleto cuerpo de diabólica doctrina que ha de profesar un
perfecto mason; claramente muestra además por donde
se va del Panteísmo del Capítulo á la Demonolatria del
Areopago.
-Con profanacion infernal se sirve de símbolos tomados
del sagrado libro del Apocalipsis para explicar á los
adeptos que la enseñanza laica apoderándose de las masas
renovará los días del Eden, nutriéndose el pueblo con los
frutos del árbol de la Ciencia. Conviene, dice el mason,
reconquistar el Paraíso, y para ello anular los efectos de
la interdiccion opuesta por Dios: Luzbel debe reinar, y
Dios ser reducido á la impotencia. ¿ Quién, pues, extrañará
que los masones y masbnizantes aboguen con tanto em
peño por la libertad absoluta ó limitada de la cátedra,
del periódico, del libro ó del grabado? ¿quién no verá
la mano masónica en la confeccion de tantas leyes que
sin proclamar abierta y absolutamente tales libertades
dejan la puerta abierta no obstante al efectivo ejercicio
de todas ellas? ¿qué importan formas hipócritas, cuan
do la realidad y dominacion é imperio de la Masonería
se imponen? Tambien el Gran Pontífice de la Jerusalen
Celeste masónica toma, como hemos dicho, las alegorías
y símbolos del Apocalipsis, y da color de catolicismo á
la leyenda que explica al iniciado. Hechos necesitamos,
que símbolos y alegorías bastantes vemos, y hasta nos
sobran. El caballero Kadosch jura en presencia de Dios,
pero ¿qué Dios? Se le repite hasta la saciedad que los
masones se deben considerar como hijos de Hiram, y que
Hiram desciende Caín por Phaleg, Chanaan, Tubalcain y
Lamech; que Caín no es hijo de Adan, sino del Angel de
Luz (Luzbel), y que por Gran Arquitecto del Universo
no debe entenderse Adonaí (Dios), sino su eterno ene
migo: el recipiendario sabe bien, pues, que el Dios, su
padre, á quien invoca en el grado 30, es Satanás. El sis
tema teológico de la Masonería es el dualismo de la di
vinidad: dos principios igualmente eternos se combaten,
Lucifer, el bien, y Adonaí (Dios), el mal; el universo es
eterno: no ha sido creado, sólo organizado: hay Oran Ar
quitecto, nó Creador; siendo Adonaí (Dios) el principio
malo, Lucifer es el Sér por excelencia, el Sér Supremo.
Adorar al Sér Supremo es adorar á Lucifer: al demonio,
pues, se adora cuando el Gran Juez segundo dice al can
didato Kadosch: adora al Sér Supremo.
La pluma se resiste á continuar describiendo tantas
escenas donde la malicia y el odio formal á Dios saben
vestirse de las más engañosas apariencias de respeto á to
dos los cultos merced á frases que envuelven un doble
sentido: cristiano para los profanos, demoníaco para los
iniciados.
La pintura del Areopago, obra maestra, de este libro,
la evocacion expresa de Lucifer, cuya fórmula escribió
Proudhon, terminada con la horrible blasfemia '.Apártate,
retírate, Dios, pues desde hoy, libres de tu crueldad y ya
sabios, juramos levantando las manos contra tu cielo, que
eres el borron de n uestra razon y eVespeetroáe nuestra con
ciencia: Muera Dios! " recuérdanse los infames miste
rios de Eleusis; y no se necesita leer todas las abomina
ciones referidas por los doctos Sante-Croix, Schelling,
Creuzer, Guigniaut, Maury, Fritzsche, Volcker, Pavie,
Visconti, Panofka, Gerhard, Jacobs en sus obras de estu
dios mitológicos, para comprender que el diablo recibe
en las logias el culto de que hablan Virgilio, Plutarco,
Ciceron, Pausanias, Strabon, Diodoro Siculo, Porfirio,
Andocides, Apollonio, Aristófanes, Hesychío, Pindaro,
Platon, Sofocles, Isócrates, Theocrites, Crimagoras, Dió-
genes Laércio, Celso y Aristides, y preanatematizan Ar-
nobio, Orígenes, S. Epifanio, Clemente de Alejandría,
Tertuliano, Teodoreto, S. Agustín y S. Cipriano, y con
ellos el buen sentir de todas las personas honradas, todos
los Santos Padres, todos los Papas y toda la filosofía y
teología católica.
El Masonismo es la continuacion del Paganismo, y éste
es el culto personal del demonio. Una palabra (¡y ojalá
que alguno la medite!): El Liberalismo moderno conde
nado en el Syllabus y en muchísimos otros documentos
por Pio IX, de feliz memoria, es el hijo mimado de la Ma
sonería tan solemnemente condenada por nuestro gran
Pontífice Leon XIII. La lógica del lector me dispensa de
sacar la última consecuencia.
¡Dios dé á este libro favor y fortuna.
Barcelona, Encarnacion del Señor, del año 1887.
ORGANIZACION DE LA SECTA
I.
El Aprendiz.
— 57 —
Como es de suponer, piérdese no poco tiempo en tan
pretencioso ceremonial. ¡Tanto peor para el novato que
se consume en la cámara de los Esqueletos!
Por último, despues que el Secertario ha leido la co
rrespondencia, el Venerable informa á la asamblea del
objeto de la convocatoria (que conoce de antemano por
las cartas-circulares), iniciacion de un Profano admitido
por dos escrutinios consecutivos celebrados en preceden
tes sesiones.—Puede iniciarse á muchos candidatos de
una vez.—-La logia da entonces su consentimiento defini
tivo para que sean admitidos á las pruebas, extendiendo
todos los asistentes la mano derecha y dejándola en se
guida caer estrepitosamente sobre el muslo.
El Venerable, al Gran Experto.—Hermano Terrible,
id á la cámara del Profano, pedidle las respuestas á las
preguntas que se le han hecho y el testamento exigido:
en seguida le conduciréis á las puertas del templo y anun
ciaréis su presencia.
El Hermano Terrible obedece. Dirígese á la Cámara
de las Reflexiones, apodérase del testamento y de las
respuestas á las tres preguntas, pica el papel con la pun
ta de una espada, y el Maestro de Ceremonias lo lleva así
triunfalmente á la logia, depositando acto continuo sobre
el altar el portamonedas, el reloj, las sortijas, y en gene
ral todos los objetos de valor que llevaba encima el Pro
fano.
El Venerable lee el testamento á la asamblea, lo mis
mo que las tres respuestas, documento que pasa en se
guida á los archivos.
Hecho esto, el Hermano Terrible vuelve al lado del
Profano y le prepara para la recepcion. Esta preparacion
consiste en lo siguiente: quítasele al candidato el som
brero, parte del vestido y el calzado izquierdo, que reem
plazan con una zapatilla; levántanle el pantalon derecho
basta unís nTriba de la rodilla; sácanle del chaleco y de
la camisa el brazo izquierdo, de modo que lo tenga des
cubierto, lo mismo que el p:cl:o por la parte del corazon;
si la estacion es rigurosa se le echa un manto sobre los
hombros, y por último le vend.r.i los ojos con una especie
de máscara parecida á lo que se ilama un cambuj, con la
diferencia de que la máscara masónica carece de agujeros
para los ojos.—En las logias que hacen alarde de confor
marse escrupulosamente á las tradiciones antiguas, el as
pirante está completamente desnudo, y se le conduce por
medio de una cuerda que se le pasa al cuello.
Dispuesto ya el Frofano, hácenle girar un buen rato
sobre sí mismo, y luego le llevan por un verdadero dé
dalo de escaleras hastí. la Cámara de los Pasos-Perdidos,
donde le impulsan violentamente contra la puerta, de
suerte que la golpee dos ó tres veces.
La comedia de la recepcion principia por un diálogo
entre el interior y el exterior del templo. .
En el interior:
El vigilante Segundo, con un golpe de mallete.—Her
mano, Vigilante Primero; ¿habeis oido? Acábase de lla
mar profanamente á la puerta del templo.
El Vigilante Primero, dando tambien un golpe de ma
llete.—¡Venerable, un Profano acaba de llamar á la
puerta!
El Venerable.—¡Ved quién es el temerario que así se
atreve á turbar nuestros trabajos !
El Hermano Cubriente entreabre la puerta sin ruido, y
apoyando la mellada punta de su espada contra el des
nudo pecho del novato, dice enalta voz:—¿Quién es el
audaz que intenta forzar la entrada del templo ?
El Hermano Terrible.—¡Tranquilizaos, Hermano mio!
Nadie intenta penetrar á pesar vuestro en este sagrado
recinto. El hombre que acaba de llamar es un Profano
— 59 —
anheloso de ver la luz, y que la solicita humildemente de
nuestra Respetable Logia. ;
Ciérrase la puerta con sigilo.
En el interior :
El Vigilante Segundo, conmovido:—Hermano Vigilan
te Primero, el Hermano Terrible pide se le deje introdu
cir un Profano en el templo.
El Vigilante Primero, con emocion mayor todavía.—.
Venerable, el Hermano Terrible presenta un Profano que
pide ser admitido entre nosotros si se le juzga digno.
El Venerable con voz retumbante.—¡Hermanos mios
armaos con vuestros aceros! hállase un Profano á la puer
ta del templo... ¿Qué pretende? ¿qué pide?
El Vigilante Primero.—Anhela ver la luz; nada pre
tende; sólo solicita.
Er Venerable.—¡No importa; indudablemente es mu
cha su audacia al concebir la esperanza de obtener tan
gran favor!
El Hermano Terrible, constantemente desde la parte
exterior de la puerta y teniendo al aspirante por el bra
zo.—Hermanos mios, este Profano es un hombre libre y
de buenas costumbres.
Los dos Vigilantes, en el interior, repiten este anun
cio, dirigiéndose el vigilante segundo al Primero, y éste
al Venerable.
El Venerable.—Puesto que el Hermano Terrible lo
afirma, haced preguntar á este Profano sus nombres y
apellidos, su edad y el lugar de su nacimiento, su profe
sion y su actual domicilio.
El Hermano Cubriente hace la pregunta al Hermano
Terrible » través de la puerta, y este contesta por el pos
tulante; el Vigilante Segundo transmite las respuestas al
Primero, quien las repite á su vez al Venerable.
El Venerable.—Preguntad á este temerario si su in
tento es verdaderamente ser recibido Francmason.
— eo -
Nueva transmision de la pregunta y de la respuesta
afirmativa por los mismos intermediarios.
El Venerable.—Hacedle entrar.
El Vigilante Primero.—Hacedle entrar.
El Vigilante Segundo, al Cubriente.—Haced entrar al
Profano.
Abre la puerta el Hermano Cubriente, mientras que
uno de los Expertos, por medio de un instrumento de
gruesos muelles rechinantes, simula el ruido de enormes
cerrojos.
El Hermano Terrible, sin soltar el brazo del aspirante.
—Alargad mucho la pierna, pues habeis de franquear
una zanja.
Al entrar todos guardan el más profundo silencio.
Los Vigilantes Primero y Segundo sucesivamente.—El
Profano se encuentra entre las dos columnas.
Ciérrase sigilosamente la puerta tras del aspirante,
y el Gran Experto apoya de nuevo contra el pecho de
aquel la punta de su espada.
El Venerable.— ¡Profano! ¿qué sentís en vuestro pe
cho? ¿qué teneis ante los ojos?
El Hermano Terrible sugiere la respuesta al Profano.
El Aspirante.—Cubre mis ojos una tupida venda y
siento en mi seno la punta de un arma.
El Venerable.—Caballero, este acero incesantemente
levantado para castigar el perjurio, es símbolo del remor
dimiento que desgarraria vuestro pecho en el caso de
que, por desgracia vuestra fueseis traidor á la Sociedad
á la que deseais pertenecer; y la venda que cubre vue -
tros ojos es símbolo de la ceguera en que cae el hombre
dominado por las pasiones y sumido en la ignorancia y
la supersticion.
Sigue una breve pausa.
El Venerable.—Caballero, las cualidades que exigimos
— 61 —
para ser admitido son, completa sinceridad, docilidad
absoluta y constancia á toda prueba. Vuestras respuestas
á las preguntas que voy á haceros nos permitirán juzgar
lo que debemos pensar de vos.
Comienza luego el primer interrogatorio. Esta vez el
Hermano Terrible no sugiere las respuestas.
Preguntas reglamentarias que el Venerable dirige al
aspirante:—¿Cuál es vuestro designio al presentaros aquí
y quién os inspiró la idea? ¿Débese principalmente á la
curiosidad? ¿Qué opinion teneis formada de la Franc
masonería? Contestad con franqueza, y sobre todo sed
sincero.—¿Estais dispuesto á sufrir las pruebas por las
cuales debeis pasar?—¿Sabeis qué obligaciones se con
traen entre nosotros ?—¿ Quién os presenta á esta Logia?
—¿Le conoceis de mucho tiempo?—¿No os ha prevenido
de lo que hacen los francmasones ?—¿Qué reflexiones han
hecho nacer en vuestro espíritu los objetos ofrecidos á
vuestros ojos en el lugar donde se os ha encerrado?—
¿Qué pensais del estado en que os encontrais?—¿Qué
idea os formais de una Sociedad en la cual se exige que
un candidato se presente en un estado que debe parece-
ros extravagante?—Vuestra confianza y el paso que dais
¿están exentos de ligereza?—¿No temeis que abusemos
del estado de debilidad al que os habeis dejado reducir?
—Sin armas, sin defensa y casi desnudo, os entregais á
discrecion de gentes á quienes no conoceis.—El exámen
moral que sufrís ¿no os inspira acaso algun temor?
El Venerable espera, á cada pregunta, la respuesta del
aspirante, y le hace varios objeciones segun su espíritu y
carácter.
Insiste de una manera especial acerca la opinion que
le merece al Profano la Francmasonería, y una vez dada
la respuesta, el Venerable dice con solemnidad.—Caba
llero; la Francmasonería es una institucion que procede
de sí misma; toma su principio en la razon, y así es uni
versal. Tiene un origen propio que no cabe confundirlo
con el de las religiones, y, dejando á cada cual su liber
tad de creencia, se desentiende de toda denominacion
religiosa. Aunque estable en su dogma fundamental, la
Francmasonería es progresiva ante todo y no impone lí
mite alguno á la investigacion de la verdad.
Si lo juzga conveniente el Venerable, hace en seguida
algunas preguntas particulares al Profano, segun los in
formes que acerca de él se han tomado, y luego prosigue
la recepcion.
El Venerable.—lío habeis reflexionado bastante, caba
llero, en el paso que dais, pues os repito que pasareis por
pruebas terribles. ¿Os sentís con valor para arrostrar to
dos los peligros á los que se os expondrá desde luego?
Respuesta afirmativa del aspirante (1).
El Venerable.—Entonces no respondo de vos.
Una pausa.
El Venerable.—Hermano Terrible, sacad á este Pro
fano fuera del templo, y conducidle á todas aquellas par
tes por donde ha de pasar el mortal que aspira á conocer
nuestros secretos.
Apodéranse del aspirante, y atropellándole un poco,
le conducen á la Cámara de los Pasos-Perdidos, donde le
obligan á hacer algunas piruetas, como á salir del Gabi
nete de las Reflexiones, áfin de desorientarle: en seguida
vuélvenle á la entrada del templo, cuya puerta se ha
abierto de par en par. Cerca de ella se ha puesto nn
marco grande, cruzado por multitud de tiras de papel
fuerte, que sostienen algunos masones por ambos lados:
este aparato puede muy bien compararse á los aros que
(1) Los espíritus fuertes de nuestro dios, que tan amenudo citan
á Voltaire, al dirigirse al pueblo sencillo, guárdanse muy bien de
dárselo á conocer completamente. Asi es que nuestro pueblo ignora
esta carta, en la cual el filósofo se retrata de cuerpo entero. Creo,
pues, de mi deber, indicar donde se hallará esta carta in exten
sa. Para edificarse, bastará adquirir el tomo 34 de las (Euvres com
putes de Voltaire (edicion Garnier fréres, 1880 ), tomo 2.° de la cor
respondencia, pág. 153. Esta carta es del 21 de Octubre de 1736.
— er —
Terminado el examen moral, se da comienzo á,la serle
de las pruebas; pues por lo visto no entra en cuenta "la
introduccion en la caverna.„
El Venerable. — Caballero, vuestras respuestas están
muy en su lugar. Ahora sólo falta que me declareis con
toda sinceridad, si os dejan plenamente satisfecho mis pa
labras.
Contestacion del aspirante.
El Venerable, tras una pausa.—Caballero, el objeto de
reunimos en nuestros templos es para poner saludable
freno á nuestras viles inclinaciones y al estímulo de la
concupiscencia; para hacernos superiores á los viles inte
reses que atormentan á la multitud profana, y para apren
der á calmar el ardor de nuestras pasiones antisociales.
Trabajamos sin descanso en nuestra perfeccion, nuestro
corazon se acostumbra á entregarse solamente á nobles
afectos, nuestro espíritu á no concebir sino ideas de glo
ria y de virtud. Sólo regulando así las propias inclinacio
nes y costumbres lógrase dar al alma• ese justo equilibrio
que constituye la prudencia, esto es, la ciencia de la vi
da. Mas este trabajo es penoso y requiere no pocos sacri
ficios, á los cuales será preciso que os resolvais si sois ad
mitido entre nosotros. Tendreis que tomar la firme resolu
cion de trabajar sin tregua en nuestro perfeccionamiento
moral, si persistís en el deseo de ser recibido francma
son. ¿Continuais en vuestro intento, caballero?
Respuesta (afirmativa) del candidato.
El Venerable.—Entonces voy á haceros conocer bajo
qué condiciones se os iniciará en nuestros misterios, caso
de que salgais victorioso de las pruebas por las que te-
neis que pasar todavia... Caballero, toda asociacion tiene
bus leyes, y á todos sus miembros incumbe cumplir recí
procos deberes: como seria imprudente imponerse uno
obligaciones cuyo alcance y extension no se conociera,
— Cr
esta respetable Sociedad en su prudencia considera opor
tuno deciros, cuales serán vuestras obligaciones si os ad
mite en su seno. El primero de estos deberes es uu silen
cio absoluto sobre todo lo que podais oir' y entender
entre nosotros. El segundo, practicar las virtudes más
gratas y benéficas, socorrer á vuestros hermanos, preve
nir sus necesidades, aliviar sus infortunios, asistirles con
vuestros consejos, vuestras luces y vuestro crédito: estas
virtudes, que en el mundo profano se consideran cuali
dades raras, entre los francmasones no son sino el cum
plimiento de una obligacion. El tercero de vuestros de
beres será conformaros á los Estatutos generales de la
Francmasonería, obedecer las leyes particulares de esta
logia y las del rito que en ella se practica, y ejecutar to
do lo que se os prescriba en nombre de la mayoría de
esta respetable asamblea. Ahora, caballero, que ya os he
indicado los principales deberes de un francmason per
sistís en vuestro propósito? ¿teneis la firme resolucion
de continuar estas pruebas?
Respuesta (afirmativa) del candidato.
El Venerable.—Antes de pasar adelante, debo exigiros
vuestro juramento de honor, el cual habeis de prestarlo
sobre una copa sagrada. Si sois sincero podeis beber con
confianza; pero si la falsedad se anida en el fondo de
vuestro corazon, no jureis, apartad en seguida esta copa,
temed el efecto pronto y terrible del brevaje que contie
ne!... ¿Consentís en jurar?
Respuesta (afirmativa) del aspirante.
El Venerable, al Hermano Terrible.—Acompañad este
Profano al pié del altar.
El Hermano Terrible conduce el candidato á las gra
das del altar.
El Venerable.—¡Hermano Sacrificador, presentad al
Frofana la copa de los juramentos, tan fatal á los per?,
juros t
— 69 —
El Hermano Terrible pone en manos del aspirante una
copa con dos compartimientos, girando sobre un quicio:
en un lado hay agua, y en el otro un líquido lo más
amargo posible.
El Venerable.—Profano, vais á repetir lo que yo diré,
y pronunciar de este modo el juramento que exige...
"Me comprometo por mi honor al silencio más absoluto
acerca cualesquiera pruebas por las cuales se me obligue
á pasar...„
El aspirante repite esta primera frase. En este mo
mento el Hermano Terrible, haciéndole aplicar la mano
derecha al corazon, le da á beber parte del agua pura
contenida en la copa.
El Venerable prosigue.— "... Y si violase mi juramen
to...„ Repetid, caballero...
Aquí mientras el aspirante pronuncia este miembro de
la frase, sosteniendo la copa con su mano izquierda, el
Hermano Terrible, sin que el paciente pueda percibir
otra cosa que una ligera presion, hace girar lo alto de la
copa, de suerte que el compartimento que contiene la
mixtura amarga quede ante los labios del Profano: esta
maniobra se verifica en un abrir y cerrar de ojos.
El Venerable, prosiguiendo.— "...Consiento en que la
dulzura de este brevaje se trueque en amargura (el can
didato repite), y en que su saludable efecto se convierta
para mí en el de un sutil veneno.„
Apenas el novato, despues de repetir estas palabras, ha
humedecido sus labios en el líquido sustituido al primero
por medio de aquel juego de prestidigitacion, el Venera
ble da un violento golpe de mallete.
El Venerable, con vo¿ fuerte.—¿Qué veo, caballero?
¿ Qué significa la súbita alteracion que acaba de manifes
tarse en vuestro semblante? ¿Desmiento acaso vuestra
cpnjaicn.cia, las. seguridades expresadas por vuestros la
— 70 —
bios, y la dulzura de esta bebida se ha trocado ya
amargura?... ¡Alejad al Profano!
Entonces conducen brutalmente al aspirante entre las
dos columnas.
El Venerable.—Si es vuestro intento engañarnos, caba
llero, no espereis lograrlo, pues la continuacion de las
pruebas lo manifestaria claramente á nuestros ojos. Más
cuenta os tendría, creedme, retiraros en el acto, mientras
teneis facultad para ello, pues dentro breves momentos
será ya tarde. La certeza que adquiriésemos de vuestra
perfidia os seria fatal, y tendríais que renunciar para
siempre á ver la luz del dia. Meditad, pues, seriamente,
lo que vais á hacer.
Sigue un violentísimo golpe de mallete.
El Venerable.—¡ Hermano Terrible, tomad á este Pro
fano, y echadle al saloncito de las Reflexiones!
El Hermano Terrible, con harta rudeza, impulsa al can
didato sobre una silla, cuyos piés están construidos como
los de un sillon-balancin lo que produce un balanceo muy
desagradable al neófito que ha sido echado allí tan brus
camente.
Mientras se va balanceando el asiento (y los Expertos
no escrupulizan en provocar sacudidas de las que el Pro
fano, con los ojos vendados, no puede comprender la
causa), el Venerable continúa:—Retirémonos, Hermanos j
mios. Dejemos á este hombre entregado á su conciencia,
y que á la oscuridad que cubre sus ojos se una el horror
de una soledad absoluta.
Cuatro ó cinco Hermanos hacen con los piés ruido
simulando pasos de gente que se retira. Reina profundo
silencio por espacio de dos minutos.
El Venerable súbitamente.—Ea, pues, caballero, ¿ha
beis reflexionado con madurez la determinacion que os
conviene tomar? ¿Os retiraréis? ¿ó persistiréis, por el
«Soatrario, en afrontar las pxuebas.?.
— 71 —
Respuesta del aspirante, que declara persistir.
El Venerable.—Hermano Terrible, apoderaos del Pro
fano, y hacedle emprender su primer viaje; lo confio á
vuestra prudencia; volvédnoslo sano y salvo.
El Hermano Terrible toma el candidato por ambas
manos, diciéndole: "Levantaos," y este deja el asiento
de balancin.
Hácenle dar una vuelta á la logia, partiendo del
Occidente en direccion al Oriente por el lado Sud, vol
viendo luego al Occidente por el del Norte.
Este primer viaje es sobre manera enojoso para el as
pirante, pues consiste en una interminable serie de farsas
de mal género. Hácenle andar primero lentamente, á pa
sos cortos, y luego sin transicion le empujan con violen
cia. Detiénenle bruscamente, y le dicen: "Bajaos hay
una bóveda. Hablanle de un obstáculo que franquear, y
es preciso que salte, corriendo el riesgo de una caida.
"Levantad el pié derecho," dicenle en un momento dado,
como si se tratase de subir una escalera; no la hay abso
lutamente, y el Profano da un paso en falso: Anda sobre
tablas movibles puestas encima de unas rodajas y erizadas
de asperezas, que se remueven á su paso. Sube otras ta
blas inclinadas, á manera de columpio, que de repente
ceden bajo sus piés y parece le precipitan en un abismo.
La prueba más estúpida es la de la Escalera continua.
Figuraos una escala de molinero instalada entre dos co
rrederas verticales en medio de las cuales se desliza: el
aparato divídese en dos partes, lo que permite sobrepo
ner constantemente la parte libre á la que está á punto
de descender. El Profano, conducido á la escalera, sube,
sin sospechar que su movimiento de ascension es anula
do de una manera absoluta por el movimiento de descen
so del aparato; de suerte que por más escalones que su-
1»8^ encuéntrase siempre en el mismo lugar, como un^,
ardilla dando vueltas en su rueda. El Hermano Terrible,
tranquilamente sentado junto al aparato y teniendo al
Profano por la mano, sale del paso moviendo de conti
nuo el brazo, aparentando seguir la falsa ascencion de su
.víctima y completar así su ilusion. Al aspirante se lo re
tiene todo el tiempo posible en la escalera continua; lle
gándose á veces á prolongar media hora tan torpe chan
za. El infeliz resuella, no puede más, está literalmente
extenuado. Cuando parece que ya le es imposible dar un
paso más, párase la máquina, y adáptase una plataforma
al extremo de ella. "¡Valor! dice el Hermano Terrible;
seis escalones más, y nos encontraremos en lo alto de la
torre. „ El aspirante hace un último esfuerzo, y llega á la
plataforma. A su alrededor se colocan una veintena de
asistentes que soplan con fuerza sobre él ó agitan gran
des abanico?.
. El Hermano Terrible.— Estamos auna altura de mil
quinientos metro? sobre el nivel del mar. Lanzaos en el
espacio.
Y por poco que vacile el infeliz iluso, le dan un empu
jon que le hace caer de la altura de dos metros sobre el
mismo colchon que sirvió al principio para la introduc
cion en la caverna.
Todo el tiempo que dura esto primer viaje, los asisten
tes se han ocupado en proveer el templo de instrumentos
aptos para producir un ruido infernal: consisten en ci-
l'ndros de palastro llenos de arena y girando sobre un
eje por medio de un manubrio, á fin de imitar el ruido
del granizo; otros cilindros frotan, en su rotacion, sobre
un pedazo de seda fuertemente tendido, y simulan los
silbidos de un violento aquilon: inmensas hojas de palas
tro, suspendidas en la bóveda por un extremo, y sacudi
das á fuerza de brazos, reproducen el estampido del true-
j¡to y el' estallido del rayo. Para mayor abuudaTnierkto, Iq§
— 73 —
asistentes multiplican tan espantoso estrépito lanzando
gritos de dolor, vagidos de niños, y aullidos de fieras.
¡Verdaderamente, en efecto, es una grande institucion la
Francmasonería !
Finalmente, el Profano, molido y quebrantado, es con
ducido hácia el Occidente, y allí, para darle fuerzas, se
le administra una buena descarga eléctrica por medio de
una botella de Leyde.
A esta sacudida formidable, el neófito lanza forzosa
mente un grito. El Vigilante Segundo lánzase en seguida
hacia él, y le aplica fuertemente su mallete sobre el pe
cho.
El Vigilante Segundo.— ¿Quién va?
El Hermano Terrible.— Un Profano que pida ser reci
bido francmason.
El Vigilante Segundo.— ¿Cómo se atreve á hacer se
mejante peticion?
El Hermano Terrible.— Porque es libre y de buonas
costumbres.
(Conducen á la vez al aspirante entre las columnas).
El Vigilante Segundo.—Siendo así, que pase adelante.
El Vigilante Primero, despues de un golpe de mallete
en su pupitre.— Venerable, terminó el primer viaje.
El Venerable, al Profano.— Pues bien, caballero, ¿po
deis explicar este viaje y decirme las impresiones que os
ha causado?
Respuesta del aspirante.
Réplica del Venerable.— Caballero, el viaje que aca
bais de cumplir es el emblema de la vida humana: el tu
multo de las pasiones, el choque de los diversos intere
ses, la dificultad de las empresas, los apuros y embara
zo en los negocios, los obstáculos que multiplican en
vuestro camino varios competidores deseosos de perju
dicaros y siempre dispuestos, á ofenderos ; los odios, las,
— 74 —
traiciones, las desdichas de que es víctima el hombre
virtuoso, todo esto os simbolizado por el ruido y el es
trépito que han ensordecido vuestros oidos, y por la
desigualdad y las dificultades que acabais de recorrer.
¿Habeis experimentado quizá parte de estos males que
tanto turban la vida profana? Animaos, caballero, pues
la Masonería enseña á soportarlos y proporciona saluda
bles consuelos é indemnizaciones.
Despues de esta explicacion, el Venerable dirige al
neófito algunas preguntas acerca su testamento, y las
respuestas que ha dado por escrito en el papel de la Cá
mara de los Esqueletos.
Si el Profano en sus respuestas ha hecho declaracion
de ateísmo ó de impiedad, no se le habla de Dios, á fin
de no darle ocasion á escandalizar á aquellos de los Her
manos cuya educacion masónica no está aún terminada.
Óbrase de muy distinta manera si ha manifestado
creencias religiosas, pues en tal caso se le hace el elogio
del deísmo volteriano.
El Venerable.—Ahora, Hermano Terrible, haced que
se proceda al segundo viaje.
En este viage, que se hace del Occidente al Oriente,
como el primero, pero pasando por el Norte y volviendo
por el Sud, el aspirante no está sometido á las desagrada
bles pruebas precedentes. Ningun obstáculo interrumpe
su marcha, y sólo llega hasta sus oidos el choque de espa
das, producido por los asistentes que cruzan sus armas.
De regreso al Occidente, el Hermano Terrible conduce
el Profano al Vigilante Primero, y da en los hombros de
éste tres golpecitos.
El Vigilante Primero.—¿Quién llama?
El Hermano Terrible.—Un Profano que pide ser ad
mitido francmason.
El Vigilante Primero..—¿Cómo se atreve tamaña,
jjreteasiou?
El Hermano Terrible.—Porque es libre y de buenas
costumbres.
El Vigilante.—¡ Si es así, que pase y sea purificado por
el agua !
A esta orden sumergen la mano izquierda del aspiran
te en un vaso lleno de agua, cuya operacion se repite
tres veces y despues de enjugársela, se le acompaña hasta
las dos columnas.
El Vigilante Primero, despues de un golpe de malicie.
—Venerable, concluyó ya el segundo viaje.
El Venerable, al Profano.—¿Qué reflexiones, caballero,
ha hecho nacer en vos este segundo viaje?
Respuesta del aspirante.
Réplica del Venerable.—En este viaje habreis encon
trado, caballero, menos dificultades y obstáculos que en
el primero. Hemos querido hacer sensible á vuestro es
píritu el efecto de la constancia en seguir el camino de
la virtud, más y más agradable á medida que se adelanta
en él; esta constancia en el bien acaba por reducir al si
lencio esos clamores de la envidia, cuyo debil rumor
apenas ha llegado á vuestros oidos. El Choque de las ar
mas figuran los combates que el hombre virtuoso tiene
que sostener de continuo para dirigir sus pasiones y
triunfar de los asaltos del vicio. Habeis recibido una tri
ple ablucion para purificar vuestro cuerpo, como la vir
tud debe purificar vuestra alma. Esta purificacion por el
agua data del principio de los tiempos, y tal costumbre
estaba fundada en la opinion, en otro tiempo enseñada
en los misterios mismos por los sacerdotes egipcios, de
que nacemos culpables, que la presente vida está des
tinada á expiar faltas cometidas en otra anterior, y qne
no puede aspirar á una suerte feliz, mientras no esté pu
rificada de la marcha original de la que esta inficionada.
l<a ra?pn y la, filosofé han. desvanecido es.ta. opinionti que-.
— 76 —
fué uno- de los errores de la metempsícosis entrelos pue
blos del Asia.
Terminada esta explicacion, el Venerable insiste de
nuevo acerca las respuestas escritas que el aspirante ha
dado en el Gabinete de las Reflexiones; y acerca las tres
preguntas impresas le pide aun más pormenores. Luego,
aborda otro género de investigaciones.
El Venerable.— Caballero, nuestra insistencia en inte
rrogaros no obedece á un sentimiento de vana curiosi
dad ó de orgullo: no somos inquisidores de vuestros pen
samientos, con el fin de sorprender en vuestra concien
cia desfallecimientos ó defectos; sino que deseamos, ante
todo, conoceros, y, como habréis ya observado, escucha
mos vuestras respuestas sin condenarlas ni discutirlas.
Buscamos principalmente en vos lo que hay de grande
y de elevado, á fin de alentaros á ser más grande toda
vía. Hablad, pues, sin recelo; no vacileis en mostraros á
nosotros por vuestra parte más noble; nosotros, si es
preciso, os ayudaremos en vuestras investigaciones acer
ca el particular. Veamos, por ejemplo, ¿habeis acaso, en
el curso de vuestra existencia profana, dado algunas
muestras de dignidad humana, de grandeza de alma ó de
desinterés? ¿Habeis practicado la justicia, la beneficen
cia ó la prudencia? Dejad á un lado toda falsa modestia:
os escuchamos atentos, deseosos de conocer vuestro ver
dadero valor moral.
Respuesta del aspirante.
El Venerable.— Hermano Terrible, que se procada al
tercer viaje.
Este tercer viaje se efectúa en medio de un profundo
silencio: el terreno está enteramente expedito, y al reco
rrerlo se hace á grandes pasos. Condúcese al aspirante
desde el Occidente al Oriente por el Sud. Llegado al
Qrieute, lo ha&en. sijhir los escalones de, éste^'cl IfetÍBapQ
— 77 —
Terrible le-toma la mano, y esta vez es al Venerable á
quien el aspirante -golpea ligeramente tres veces en el
hombro.
El Venerable.—¿Quién llama?
El Hermano Terrible.—Un Profano que pide ser ad
mitido francmason.
El Venerable.—¿Cómo pudo concebir la esperanza de
obtener tamaño favor?
El Hermano Terrible.—Porque es libre y de buenas
costumbres.
El Venerable.—¡Si es así, concedido; pero que pase
antes por las llamas purificadoras, á fin de quedar lim
pio de todo lo que sea profano !
En-el momento mismo (en que el aspirante baja los es
calones del estrado en direccion á las dos columnas, el
Hermano Terrible le rodea de llamas y esto tres veces
seguidas. El instrumento que sirve para el caso se llama
la "lámpara de marrubio," y consiste en un largo tubo
de metal que termine en una lámpara alimentada con al
cohol, redeada de una criba en forma de corona: los agu
jeros de aquella dan paso á un polvo sumamente infla
mable, llamado "marrubio," que hay (en el interior, y
que el soplo de quien emboca el instrumento impulsa há
cia la llama de la lámpara. Este polvo proviene de las
cápsulas del marrubio, planta criptógama, de la familia
de los musgos.
El Vigilante Primero.—Venerable, terminó ya el ter
cer viaje.
El Venerable.—Caballero, vuestros viajes han tocado á
8U fin. Habeis podido advertir que el tercero ha sido me
nos penoso aún que el precedente: esta es la recompen
sa de vuestra perseverancia para lograr el objeto de vues
tros anhelos.
Aquí una pausa. . ,
— 78 —
-EI1 Venerable.—-Vuestro valor supera toda alabanza.
Qu« no os abandone, sin embargo, pues tendréis que su
frir aún otras pruebas. La Sociedad en la cual pedís ser
admitido podrá algun dia exigiros que coopereis al cas
tigo de un traidor, y quizá llegue» á exigiros, para la de
fensa de nuestra Orden, que derrameis hasta la última
gota de Tuestra sangre. ¿Consentiréis en ello?
Respuesta (afirmativa), del aspirante.
El Venerable.—Necesitamos, caballero, convencernos
de que no es esto una vulgar afirmacion. ¿Estais dispues
to á que se os abra una vena en este momento mismo?
El aspirante, que ha podido convencerse de que las
pruebas precedentes no le han hecho gran daño, respon
dí en general afirmativamente.
Con todo, si vacila, el Venerable finge creer que sus
vacilaciones débense á que no ha transcurrido mucho
tiempo desde la última comida, y que por consiguiente
una sangría podria producirle resultados funestos, "Her
mano Cirujano, dice entonces el Venerable, acercaos al
Profano y examinadle el pulso.„ Un experto procede á
esta formalidad, y afirma que no hay inconveniente en
proceder á la sangría.
Así, pues, que el aspirante vacile ó no, verifícase una
nueva comedia.
El Venerable.— Hermano Cirujano, cumplid vuestro
deber.
Un Hermano Experto toma el brazo del candidato ma
son, y le pinza muy fuerte con la punta de un mondadien
tes. Otro Hermano inclinando un vaso cuyo cuello es su
mamente angosto, lleno de agua tibia, hace caer un ligero
hilo de agua sobre el brazo del aspirante, y vierte con
ruido el resto del agua en una vasija, para hacer creer al
paciente que es su sangre la que se vierte. Terminada la
operacion en la forma acostumbrada, se le hace tener el
brazo en cabestrillo.
lío vaya éllector á imaginarse que con esto concluye
el saínete, pues falta aun la prueba del hierro rojo.
El Venerable.—Caballero, todo Profano que logra ser
admitido francmason, ya no es dueño de sí mismo, sino que
pertenece á una<Orden secreta esparcida por toda la su
perficie del globo y con el objeto de que la diferencia
de idiomas no impida que un francmason pueda ser re
conocido como tal, en todas las logias del universo ¡"exis
te un sello lleno de caracteres jeroglíficos conocidos úni
camente de los verdederos francmasones. Este sello una
vez enrojecido al fuego, se aplica al cuerpo de todo Her
mano nuevamente recibido, estampando en él una marca
indeleble. ¿Consentís, caballero, en recibir sobre la par
te de vuestro cuerpo que vos indiqueis, esta marca glo
riosa, á fin de poder decir, al mostrarla á vuestros Her
manos: Tambien yo soy francmason ?„
Respuesta (afirmativa) del aspirante.
La operacion del "Sello masónico„ se practica de va
rios modos. El Ritual del gran Oriente de Francia pros
cribe, que uno de los Expertos debe frotar con un lienzo
Seco la parte del cuerpo indicada, aplicando en ella en
seguida un témpano de hielo. En las logias, empero,
acostúmbrase más comunmente aplicar en el sitio desig
nado por el Profano, ya la parte caliente de una bugía
inmediatamente despues de apagada, ya el pié de una
copita ligeramente calentado con la llama de un papel
ardiendo.
Pásase por último á otro ejercicio ; pero esta vez, aun
que el motivo invocado para la prueba es una descarada
mentira, como se trata de hacer que suelte dinero el as
pirante, se lo sacan en realidad.
El Venerable.—Caballero, ahora ha llegado el momen
to de poner en práctica el segundo de los deberes de un
francmason. La viuda de uno de nuestros Hermanos, te
níendo noticia de vuestra recepción, desde esta mañana'
misma reclama vuestra asistencia para ella y sus huérfa
nos sumidos en la más espantosa miseria. Voy á enviaros
á uno de los miembros de esta logia que está encargado
de la distribucion de los socorros, y le diréis en voz baja
lo que destinais al alivio de aquella familia infortunada.
Digo "en voz baja," caballero, porque los actos de bene
ficencia de un francmason nunca han de serlo de ostenta
cion ni de vanidad, sino el cumplimiento de un deber y
quedar en secreto. Consultad vuestros medios al mismo
tiempo que vuestro corazon, á fin de no ir más allá de lo
que vuestros recursos os pormitan ofrecer á dicha des
venturada viuda y sus hijos, que se recomiendan á vos.
Aquí no pedimos otra cosa que el justo tributo de vues
tra caridad fraternal hácia vuestros semejantes.
Si el aspirante, dice el Ritual del gran Oriente do Fran
cia, vacila en tomar una determinacion clara y precisa, el
Venerable debe insistir, pero con los siguientes rodeos.
El Venerable.—Esta caridad que se os pide, caballero,
dejaria de ser una virtud si la ejercieseis con perjuicio
de otros deberes más sagrado y perentorios, como obli
gaciones civiles á que atender, familia é hijos que man
tener y educar, y parientes poco favorecidos de la fortu
na á quienes socorrer. Estos deberes son los primeros
que la naturaleza y la conciencia nos imponen; aquellos
seres son los acreedores de todo hombre que regula su
conciencia conforme los principios de la equidad. ¿Qué
juzgaríais de quien quisiera parecer caritativo antes de
satisfacer sus obligaciones?... He querido ilustraros acerca
las obligaciones comunes á todos los hombres, y ahora
vuelvo á mi primera proposicion: ¿pudiérais vos, sin des
atender ninguno de dichos deberes, sacrificar en benefi
cio de los pobres de los cuales se trata, todo ó parte del
dinero y del producto de las joyas que os pertenecen y
que se me han entregado?
— 81 —
Logrado el objeto de estos rodeos, el Venerable dicta
sus órdenes.
El Venerable.—Hermano Hospitalero, acercaos al pre
tendiente, y escuchad de su boca lo que destina á la obra
que le he designado.
El Hermano Hospitalero aproxímase al aspirante,
quien le confia en voz baja sus intenciones, y las trans
mite al Venerable, en el mismo tono de voz.
El venerable.—Caballero, la respetable logia agradece
vuestra ofrenda; se recibe y acepta con vivo reconoci
miento. Contad con la gratitud de la infeliz viuda y con
las bendiciones ingenuas y conmovedoras de sus hijos
(textual).
Con permiso de la Francmasonería, no puedo monos
de manifestar que esta limosna forzosa que sonsaca al
pretendiente, es una verdadera estafa. En efecto, en pri
mer lugar el Profano, con su carta de convocacion ha
verificado ya de oficio la imposicion de la suma de diez
francos destinada al pretendido Cepillo Hospitalero; y
luego, téngase entendido que el dia de la recepcion no
existen tal viuda ni tales huérfanos; prueba de ello la
más categórica es, el que dicho discurso que sirve de ce
bo y de pretexto para tamaña fullería, está impreso con
todas sus letras en los Rituales, y que el Venerable lo
pronuncia invariablemente á cada iniciacion.
Termínanse las pruebas del aspirante (1) dando la pa-
— 83 —
¿qué hubiérais hecho, si os hubieseis encontrado en la
almadia de Medusa?—Caballero, ¿creeis que la luna esté
habitada? y en tal caso, ¿qué religion os parece se prac
tica en ella?—Caballero, los golpes de cortaplumas dados
en un contrato, os parecen higiénicos, despues de comer,
para un hombre de temperamento propenso á la apople
jía?—Caballero, una tocinera de esta ciudad parió ayer
dos gemelos de sexo masculino, uno rubio, moreno el
otro, yambos estrechamente unidos por una fuerte tripa,
como los hermanos siameses de quienes habeis oido ha
blar indudablemente: el moreno tiene dos corazones y
carece de hígado, y el rubio tiene dos hígados y fáltale
el corazon; ¿en cuál de estos dos gemelos reside el alma
de su hermano ?„
Cuando, agotadas las preguntas más ó menos dispara
tadas, vuelve á reinar el silencio, el Venerable concluye:
El Venerable.— Estamos dispuestos, caballero, á re
compensar vuestra confianza en nosotros y vuestra fir
meza en las pruebas por las que habeis pasado. Sin em
bargo, debemos consultar todavía á aquellos en cuya
sociedad vamos á iniciaros, y saber si tienen algo que
oponer contra vuestra admision.
Hácese salir al Profano á la cámara de los Pasos -Per
didos.
Entonces, dice el Eitual, los Hermanos que tengan
que hacer reproches al neófito, levantan la mano para
(1) Ruego al lector que tome acta de esta afirmación del Vene
— 90 —
poro, tributando homenaje á su gracia y á su virtud, no*
complacemos en recordarlas: estos guantes los darois á
la mujer á quien más ameis.
El Iniciado se pone los guantes.
El Vcnerabl .v -Hermano mio, los francmasones, para
reconocerse entre si, se valen de señas secretas, pala
bras convenidas y tactos misteriosos. Hay dos señas, la
de orden y la de reconocimiento. Estar á la orden, en una
logia, quiere decir permanecer en pié y llevar con rapi
dez la mano derecha al cuello, ligeramente inclinada ha
cia la arteria carótida de la izquierda, cerrados los cuatro
dedos y desviado el pulgar en forma de escuadra, y col
gando el brazo izquierdo: el objeto de esta señal es re
cordaros sin cesar quo se os cortaria la cabeza si viola
seis vuestros juramentos masónicos. La señal de recono
cimiento se hace así: una vez puesto á la orden, retirais
horizontalmente vuestra mano derecha hacia el hombro
del mismo lado, por un movimiento que simula, invisi
blemente para los Profanos, el acto de cortar el cuello,
é inmediatamente dejais caer de nuevo la mano derecha
á lo largo del cuerpo, recto el brazo ; de este modo, con
semejante seña, habréis descrito una escuadra sobre vos
mismo... El tacto se hace tomando la mano derecha de
aquel á quien quereis daros á conocer: poneis vuestro
pulgar sobre la primera falange de su índice, y, con ün
movimiento invisible, dais tres golpecitos en el hueco de
su mano. Este tacto, cuando os lo da un Hermano, es al
mismo tiempo la peticion de la palabra sagrada... La pa
labra que llamamos sagrada, ó "la palabra," es la más
inefable de nuestras voces misteriosas, y nunca se la de
be pronunciar y mucho menos escribir; ni siquiera la
J
— 100 —
tra opúsculo, díciéndole: "Este es vuestro catecismo.,
Llámase así, en efecto, una especie de memorandum, con
pretensiones de instructivo, por preguntas y respuestas,
del que todo Aprendiz debe penetrarse perfectamente,
á fin de satisfacer al interrogatorio que sufrirá el dia que
quiera subir de grado (1).
Y nuestro héroe vuelve á su casa, generalmente muy
satisfecho por pertenecer á semejante Sociedad. Cierta
mente hay razon para ello. Algo difícil de contentar seria
el mentecato que no rebosase satisfaccion por todos sus
poros al salir de tan magna iniciacion.
Si bien es cierto que se le han prodigado intolerables
chanzas durante más de una hora, cábele por otra parte
la gran satisfaccion de oir á un Venerable, muchas
veces notoriamente conocido en la ciudad como ateo y
materialista rematado, hablarle compungido de un Sér
Supremo é invocar al Gran Arquitecto del Universo. Por
último, si esa suave cofradía de gente que mezclan de
una manera extraña por lo menos el elogio de una bene
ficencia problemática con el arte de cortar, el cuello á los
recalcitrantes, ha conseguido extraer del bolsillo del ini
ciado ciento cincuenta ó doscientas pesetas, en cambio le
ha enseñado á aplaudir gritando tres veces Huzé, y á
deletrear la palabra JAKIN.
II.
El Compañero.
El grado de compañero no es más que una simple tran
sicion entro el Aprendizaje y la Maestría.
(1) En mi obra intitulada ios Hermanos Tres Puntos he repro
ducido en extenso todos los catecismos masónicos.
— 101 —
Una vez admitido como Aprendiz no ha terminado aún
para, el iniciado el período de las pruebas; pues entonces
mas que nunca está sujeto á pruebas, aunque sin saber
lo. En otros términos se convierte, por parte de los Her
manos designados para este innoble oficio, en objeto de
incesante espionaje. Danse continuos informes de sus ac
tos á los jefes de su logia; y si éstos reconocen que no es
de la madera de que se hacen los verdaderos masones,
el mejor dia se le promueve cualquier querella y se le
expulsa; si, por el contrario, parece digno de la secta, se
le autoriza á subir de grado cuando lo pide, con tal que
su primera iniciacion date de cinco meses por lo menos,
durante los cuales haya asistido habitualmente á las se
siones del Taller.
El dia en que nuestro hombre, harto de asistir única
mente á sesiones de escaso interes, y aun de ser despedi
do de vez en cuando (con pretexto de que la Logia tiene
que tratar cuestiones que no interesan á los Aprendi
ces), el dia en que, nuevamente estimulada su curiosi
dad, desea subir á Compañero, dirige al Venerable una
"peticion de aumento de salario.„ Esta expresion no pa
rece sino imaginada por la secta para burlarse de sus
adeptos, toda vez que "tener aumento de salario," es
echar en la caja de la logia una nueva contribucion de
cincuenta pesetas por lo menos.
Paga, pues, el candidato Compañero, sufre un nuevo
examen, y es recibido en el segundo grado.
El lector me permitirá que omita, en la presente obra
compendiada, el acta de esta segunda recepcion. Las
fórmulas varian en cada grado, pero están calcadas to
das en un mismo molde : diálogos entre los oficiales del
Taller, ceremonias tan torpes como llenas de pretensio
nes, discursos de doble y triple sentido.
.tla.st,a decir: que com,un.i»sníe son, recibidos media, do->
— 102 —
cona de postulantes á la vez. Además ya no se les vendan
los ojos. S j les pasea y se los hace atravesar la sala, llevan
do diversos instrumentos, tales como regla, mallete, es
coplo, etc. Se les da la explicacion de multitud de escu
dos en los que hay escritos los nombres de los cinco
sentidos y los de los órdenes de arquitectura, de ciencias
y de filósofos de la antigüedad: el escudo de los filósofos
tiene tambien la inscripcion de la cruz: -INRI.
Todo esto es capaz de hacer dormir en pié á cualquiera;
y durante el curso de esa interminable y fastidiosa ini
ciacion, los electos tienen puesto su mandilito, con la pe
chera levantada. Este último punto es esencial; si por
desgracia alguno de ellos bajase dicha pechera todo esta
ria perdido, pues únicamente los Compañeros tienen el
derecho de hacerlo.
Cinco son los viajes en esta recepcion. En el tercero
se hace genuflexion ante un transparente en forma de
estrella de cinco puntas, llamada "la Estrella Flamí
gera," en medio de la cual se encuentra la letra G, que
tiene diversos significados, uno de ellos enteramente
obsceno.
A propósito de la inscripcion INRI, el Venerable ha
bla de Jesús á los que son iniciados; pero lo que les dice,
da lugar aún á creer que la Masonería respeta al funda
dor de la religion cristiana.
Se conduce por fin á los postulantes junto á una pie
dra informe, denominada "la piedra bruta," en la cual
cada uno tiene que dar tres golpes. A esta simpleza se le
da el nombre de "el último trabajo de Aprendiz.„
Entonces es cuando los candidatos prestan el juramen
to ú obligacion. Hay uno para cada grado. Véase el de
Compañero :
"Yo, Fulano de Tal, juro y prometo solemne y sincera
mente, en presencia, de, esta, respetable Asamblea, qttó
— 103 —
nunca revelaré á un Profano, ni siquiera á un Aprendiz,
los secretos del grado de Compañero. Renuevo la pro
mesa de amar á mis Hermanos y de socorrerles en sus
necesidades. Si alguna vez fuese yo perjuro, que mo
arranquen el corazon, á fin de que no quede ya memo
ria de mí entrelos masones. „
El Secretario toma acta del juramento y el Venerable
consagra á los nuevos Compañeros.
Revélales los secretos del grado, y les dice que en ade
lante tendrán "el derecho de trabajar en la piedra cú
bica.„ Comunícales la palabra de paso, que es Schibboleth,
para todos nuestros ritos, y la palabra Sagrada, que es
BOOZ, para el rito Francés, y JAKIN para los ritos res
tantes.
La última revelacion que se le hace al Compañero es
la que sigue :
—Como Compañero teneis cinco años, dice el Venera
ble. La progresion que sigue el grado indica las luces y
la experiencia que se juzga habeis adquirido; pero sabed,
Hermano mio, que la edad no las da realmente sino á
aquel que se ha asociado á los hombres y á las cosas.
Esta edad os hace apto para visitar las Logias de Adop
cion en las que todo se hace por cinco.
Esta última frase, que necesita una explicacion dada al
oido, es simplemente el artificioso mentís de una de las
afirmaciones hechas al verificarse la recepcion al grado
de Aprendiz.
Entonces el Venerable decia al neófito.:
—No admitimos mujeres en nuestras logias.
Y el Catecismo de Aprendiz que se le entregó en aque
lla época, contenia asimismo esta declaracion :
—La Masonería no admite mujeres en sus misterios.
Véase cómo se expresa ahora el Venerable dirigién.-
d,ose al nuevo Compañera:,
— 104 —
—En vuestra cualidad de Mason adornado dil segundo
grado, Hermano mio, teneis ahora el derecho de asistir i
las Tenidas de las Logias de Adopcion. Es decir, nuestras
Logias no admiten mujeres en sus misterios, como se os
dijo al recibiros Aprendiz; pero existen Logias de Seño
ras, llamadas Logias de Adopcion, en los misterios de las
cuales son admitidos los masones desde que han recibido
el grado de Compañero.
Si el iniciado que recibo á qucmaropa esta confiden
cia es casado, juzgad cuan embarazosa se hace de golpe
su situacion.
Durante el tiempo*por cierto no corto en que ha perte
necido al grado de Aprendiz, es decir, durante cinco, ocho
meses ó un año, y aun á veces dos, este hombre con la más
completa buena fe ha jurado á su mujer, á fin de' calmar
sus justas susceptibilidades, que las veladas que pasa en
el local masónico son absolutamente anodinas, - que en
ellas se tienen conferencias y se habla de política, pero
que nunca, jamás, encontró en él mujer alguna, por no
admitirse mujeres en la Masonería.
Más aun, á veces la Logia ha organizado un banquete
pudiendo asistir los Profanos, lo que en la jerga de la
secta se llama una "Fiesta de adopcion," ó una "Te
nida Blanca:„ cada Hermano ha asistido á ella con su
mujer ó sus amigos, y nuestro hombre ha heqho corno
los otros, se ha presentado á la fiesta con su mujer. Esta
ha podido observar que únicamente los hombres .ostenta
ban insignias masónicas, adquiriendo la conviccion, por
lo tanto, de que si existen Hermanos masones, no hay
Hermanas masonas ni cosa que se lo parezca. Como en
tales banquetes y fiestas no se traspasa los limites de una
estricta decencia, la señora ha formado una opinion fa
vorable de la Masonería, á lo menos ñor lo que respecta,
á las qos<,um,hres,
— 105 —
. Y hete ahí que de la noche á la mañana á este hombre
casado se le manifiesta que interpretó mal lo que se le
dijo, que no compendió bien lo que ha visto, que las Fies
tas de Adopcion son una cosa muy distinta de los Logias
de Adopcion que realmente existen.
¿Comprendeis ahora su inquietud si es incapaz de
transigir con el deber conyugal?
Como es de presumir, al volver á su casa este dia se
guarda muy bien de comunicar á su mujer la inesperada
revelacion que se le ha hecho. Puede que al fin y al cabo
no haya mal alguno en esas Logias de Adopcion, y de
todos modos, antes de decidirse querrá ver y examinar
por sí mismo, visitará una de esas Logias de Señoras,
"en donde todo se hace por cinco," segun dice el Vene
rable.
¿Cuál será la determinacion que tome después de ha
ber examinado?...
No ha llegado aún el momento de tratar esta delicada
euestion. Ya veremos más adelante lo que son las Her
manas masonas.
Tor el pronto, contentémonos con sorprender á la secta
en flagrante delito de falsedad. La explicacion del Vene
rable al nuevo Compañero no deja de ser sutil, y no im
pide sea una impudente mentira la afirmacion dada, en
la iniciacion primera, de que no hay mujeres en la Maso
nería.
¡Y pensar que este innoble embuste, cuyo cinismo sal
ta á los ojos, no cure de su ceguera á todos nuestros infe-
licas compañeros!
La mayor parte de ellos, en la noche de su recepcion
al segundo grado, salen de la Logia con la pecaminosa
curiosidad de conocer esas misteriosas Logias de Adop
cion, cuya existencia poco antes ni siquiera sospechaban.
El primer paso en, el Qamjgoo, delmal sq d,a de. este wdo^
— 106 —
la secta corrompo al hombre, desapegándole primero se
cretamente de su familia.
¡Anda con tu catecismo de Compañero, desdichado!
desde ahora eres ya presa de aquellos que traman la pér
dida de lo que debiera ser más caro y apreciablepara tí.
III.
£1 Maestro.
I.
EL MAESTRO PERFECTO.
Refiéresele al postulante, en el acto de su iniciacion,
que este grado lo instituyó Salomon con objeto de excitar
á los Maestros á investigar el paradero de los asesinos
de Hiram. Revélanle en seguida y con gran misterio, que
el corazon de la víctima descansa en una urna que rema
ta un mausoleo colocado á la derecha, entrando en la cá
mara. Danle, por último, una amfibológica explicacion del
famoso problema de la cuadratura del círculo, y maligno
ha de ser el iniciado que comprenda de ello una palabra.
Enseñanza del grado.— "El objeto de los trabajos, dice
el Ritual, es demostrar que el hombre, sér finito, no po
dria arrebatar á la naturaleza sus mas ocultos secretos, ni
crear las ciencias y las artes, si su conciencia no fuese
una emanacion directa de la Causa Primera, sacando de
esto la consecuencia inmediata de que todos somos libres,
hermanos, iguales y co-propietarios de los frutos y pro
ductos del mundo entero."
No vaya á creerse que, con el nombre de "Causa Pri
mera," los sectarios pretendan designar la divinidad tal
como la adoran los cristianos. Cuando lleguemos al gra
do Kadosch no nos quedará la menor duda acerca la per
sonalidad del Gran Arquitecto á quien tributan su secre
to culto los francmasones.
EL SECRETARIO ÍNTIMO.
Aquí supone que el Rey de Tiro dirige reclamaciones á
Salomon respecto al valor de las veinte ciudades de Ga
lilea que le cediera el Monarca judío en cambio de los
materiales para la construcion del Templo de Jerusalen.
El Eey de Tiro entra precipitadamente, y sin hacerse
anunciar, en las habitaciones de Salomon. Johaben, uno
de los favoritos de este Príncipe, recela de este intruso,
que ignora sea el Rey de Tiro, y suponiéndole perversos
designios, pónese en guardia á la puerta de la pieza don
de están reunidos los reyes, á fin de volar instantánea-
menté en auxilio de su señor, caso de que el desconocido
atentase contra su vida. Sabedor " de un acto de afecto
tan honroso," dice el Ritual, Salomon nombra á este ser
vidor su Secretario Intimo. Esta leyenda estúpida se
representa en la recepcion de este grado, y el candidato
representa á Johaben.
Enseñanza del grado.— "Este grado, puramente episó
dico, dice el Ritual, no tiene otro objeto que hacer atrac
tiva la curiosidad, ese excitante de la inteligencia, y de
mover á los iniciados á hacerse dueños del mayor núme
ro posible de secretos, para sacar de ellos la recompensa
de los beneficios y de la influencia que la Francmasone
ría adquirirá por el conocimiento y adquisicion de estos
secretos. „
Como se comprende, esto es excitar al espionaje. Las
Tras-Logias son verdaderamente escuelas de espías.
— 142 —
EL PREBOSTE Y JUEZ.
Salomon propone el Preboste y Juez para hacer justi
cia álos obreros del Templo. Al entrar en la sala, el neó
fito debe decir: "Chivi," á lo que el presidente de la se
sion contesta: "Ki.„ Estas voces extrañas significan: "Me
inclino„ y " Levantaos. „ En esto se le confia al novato
una llave, cuya devolucion se le exige no obstante al
salir de la reunion ; es la llave del lugar donde están en
cerrados el cuerpo y el corazon del Respetable Maestro
Hiram.
Enseñanza del grado.— "Los trabajos tienen por obje
to, dice el Ritual, poner en claro que el derecho de dic
tar leyes y hacerlas efectivas corresponde sólo al pueblo,
y que á éste está reservado el discutirlas, ponerlas en vi
gor y abrogarlas," (bajo la direccion, se entiende, de la
Francmasonería ) .
10
— 146 —
imponen el celibato, la inmovilizacion del capital hu
mano (1).„
III.—Por último, confiéresele al candidato el grado de
Sublime Caballero Elegido, que es el coronamiento de
los dos anteriores : no hay entonces otro ceremonial que
la simple comunicacion de los secretos del grado, mien
tras que dos de los asistentes encienden viente y cuatro
bugías.
Enseñanza del grado.— "Los ejecutores de las vengan
zas masónicas serán siempre recompensados.„
De los juramentos que presta el iniciado en el curso
de esta triple recepcion, conviene señalar los pasajes si
guientes:
"Prometo yjuro por mi honor, ante esta augusta asam
blea, en presencia de los altos poderes de la Masonería,
que jamás revelaré á hombre alguno los secretos que van
á serme confiados y que dan el título sublime de Elegi
do. Prometo cumplir escrupulosamente sus obligaciones,
con peligro de mi vida, en cualquier lance que sea; juro,
para vengar la verdad vendida y la virtud perseguida,
inmolar á los falsos hermanos que revelasen alguno de
nuestros secretos á los Profanos. Si no 'cumpliese mis
compromisos, ¡que la muerte más horrorosa sea la ex
piacion de mi perjurio! ¡que un hierro rojo prive á mis
ojos de la luz! ¡que mi memoria sea execrada por los Hi
jos de la Viuda (los Francmasones) en toda la tierra!...
Juro y prometo guardar y observar los misterios de este
grado, no sólo respecto á los Profanos, sino tambien to
cante á los Hermanos que están en los grados inferiores
á éste; todo bajo las penas que he aceptado anteriormen-
EL ESCOCES.
Este grado, como el de Elegido, resume otros tres, que
son: el Gran Maestro Arquitecto, el Real-Arco y el Gran
Escocés de la Bóveda sagrada. Sin embargo, el Escocés
no ofrece sino un interés muy secundario.
El ceremonial de la recepcion es de los más grotescos,
y apenas se sirven de él para otra cosa más que para bur
larse de los mentecatos; pues los jefes ocultos, á fin de
que los masones de los grados inferiores no sospechen la
importancia de las Tras-Logias, permiten que alguna que
otra vez penetren en ella algunos bobos. A éstos nunca
se les convoca á sesiones que pudieran abrirles los ojos,
ó bien se les hace custodiar la puerta en el exterior de
la sala, á pretexto de darles un puesto de confianza al
encargarles que velen por la seguridad de los trabajos.
— 148 —
Para estos imbéciles se han creado ciertos grados, ri
dículos hasta tal extremo que, al leerlos en el Ritual,
uno se pregunta si está soñando. Es preciso haber pre
senciado esas recepciones estúpidas ó poseer los cuader
nos de estos grados ineptos para dar crédito á tales cosas.
Por supuesto que los iniciados á quienes los jefes to
man en serio y reservan para la direccion de la secta, es
tán dispensados de las pruebas de estos grados para uso
de los tontos, y reciben los títulos por simple comuni
cacion.
I.— En el grado de Gran Maestro Arquitecto, el can
didato debe enumerar todos los instrumentos que con
tiene un estuche completo de matemáticas, y distinguir
los cinco órdenes de arquitectura. Al introducirle se le
hace contemplar algun tiempo la Estrella Flamígera,
que ya vió en el grado de Compañero: explícanle ahora
que la G misteriosa que hay en medio de la estrella, no
sólo quiere decir Geometría y Generacion, sino tambion
Gnose. No insisto más, pues conocidas son las costumbres
de los gnósticos.
Una urna puesta encima del altar contiene una pasta
hecha con leche, aceite, vino y harina, á la que se da el
nombre de "pasta mística," y junto á la urna hay una
llana de oro. Cuando el candidato ha prestado el jura
mento, el presidente de la Asamblea toma la llana, la cu
bre de pasta mística, la hace tragar por fuerza al novato,
imitando al albañil cuando maneja el yeso con la llana, y
dícele al miserable imbécil que pasa por tan ridicula ini
ciacion: "¡ Que esta pasta mística, que compartimos con
vos, cimente para siempre un lazo tan indisoluble que
ninguna cosa sea capaz de romper! Decid con todos nos
otros: ] Maldicion para guien nos desuna!"
Hecho esto, el candidato tiene que hacer la declaracion
de sus faltas (parodia de la confesion pública de las pri
— 149 —
meras edades cristianas); y el presidente dice: "Hermano
mio, lo que acabais de hacer os enseña que nunca debeis
rehusar hacer la declaracion de vuestras faltas á vuestros
hermanos, y que la terquedad y el orgullo jamás han de
albergarse en el pecho de un buen mason."
Entonces los Vigilantes cogen al candidato y le derri
ban de cara contra el suelo, de suerte que se apoye en
sus manos y rodillas, teniendo el rostro sobre la Estrella
Flamígera, que se ha colocado en el suelo, y la boca pe
gada á la letra G, emblema de la Generacion. En este
momento se le explica el sentido de la famosa letra que
acaba de besar, y esta explicacion se hace en términos
tales que no me siento con valor para reproducirla, ni
siquiera en latin.
II.—En el grado del Real-Arco el aspirante desciende
á la Cámara asido á una cuerda, por un agujero practicado
en la bóveda. Muéstranle una columna de cobre en la
cual fué grabado antes del diluvio, se le dice, el estado
de las ciencias humanas, y tal columna escapó á los estra
gos del inmenso cataclismo. No es esto todo; muéstranle
un triángulo resplandeciente en el que está inscrito "el
verdadero nombre de la divinidad." Este pretendido ver
dadero nombre de la divinidad no es otra cosa que cierta
letra del alfabeto de los Fenicios, letra que tiene una for
ma obscena. Segun la explicacion del presidente de la
logia, aquélla tiene el mismo sentido infame que la G
misteriosa de la Estrella Flamígera.
Despues de la exposicion detallada de esas abomina
ciones, el Tres veces Poderoso Gran-Maestro (tal es el
modesto título del presidente), abre las manos como el
sacerdote al Dominus vóbiscum de la Misa, y pronuncia la
invocacion siguiente: ¡Soberano Arquitecto de este vasto
Universo, tú que penetras los senos más íntimos de nues
tros corazones, purifícalos con el fuego sagrado de tu
— 150 —
amor! ¡Guárdanos y dirígenos por el sendero de la vir
tud!.... ¡Aleja de tu adorable santuario la perversidad y
la impiedad!.... Te prometemos ocuparnos enteramente en
la grande obra de la perfeccion, lo que será suficiente re
compensa de nuestros trabajos.... ¡ Que la paz y la caridad
estrechen los lazos de nuestra union, y que esta logia sea
imagen de la dicha que en el reino celestial gozan los
elegidos!.... Dadnos este espíritu santo y este discerni
miento que distingue al bueno del malo, á fin de que po
damos conocer á aquellos que tienen el verdadero celo de
la perfeccion.... ¡Haz, por último, que no tengamos otro
objeto que la gloria y progreso del bien en el reino de la
Masonería!"
Todos los asistentes contestan: "¡Amen! ¡amen! ¡amen!"
III.—En el grado de Gran Escocés de la Bóveda Sa
grada, apellidado de Jaime IV, dásele al aspirante la ex
plicacion de la piedra cúbica con punta. Esta piedra gro
tesca, sobrecargada de letras y de cifras que parecen
verdaderos jeroglíficos, es un cubo coronado por una pirá
mide. La fachada principal está dividida en casillas re
gulares, como una tabla de Pitágoras, en cada una de las
cuales hay una letra : estas letras reunidas dan las pala
bras sagradas y las de paso de los principales grados has
ta el 14: léese empezando por la primera casilla de la iz
quierda de la última hilera, siguiendo despues oblicua
mente de izquierda á derecha hasta que se llega á la úl
tima casilla de arriba, á la derecha. Nada más sencillo que
este procedimiento: una vez se tiene la clave, léense con
mucha soltura las palabras sagradas. Los mentecatos, que
tanto pululan en la Francmasonería, extasíanse ante esta
combinacion de la piedra cúbica, y se asombran al con
vencerse de que todas las palabras sagradas entran exac
tamente en ella: á estos tres veces idiotas no se les ocu
rre, que la maravilla nada tiene de particular, puesto que
— 151 —
la ortografía de las palabras se ha dispuesto de modo que
cada casilla tenga su letra. Otra cara de la piedra contiene
el alfabeto sagrado de los Grados Simbólicos, con su cla
ve. Otra es una mezcla de circuios en cuadrados y de cua
drados en círculos. La cuarta cara representa un gran
círculo, conteniendo una estrella de nueve puntas: en ella
léense los nombres de colores, artes y ciencias y de mu
chas otras cosas. Todo esto ofrece un conjunto de insigne
necedad. Y á esta estupidez, de la que es imposible for
marse idea, los Venerables proclaman "la obra maestra
de la Francmasonería." ¡ Ah! se me olvidaba indicar uno
de los lados de la pirámide que se sienta sobre dicha pie
dra cúbica. Este lado, dividido en casillas, contiene
las siguientes palabras. Scliem-Hamm-Phorasch. Son las
tres palabras que terminan las grandes evocaciones dia
bólicas en los Rituales de la Magia negra. ¿ Cómo expli
car esta fórmula de evocacion que allí se encuentra?
Bueno es saber que Jaime VI, rey de Inglaterra y Esco
cia, cuyo nombre anda mezclado al de este grado masó
nico, créese que se dedicó á las ciencias ocultas, y aun se
citan tratados escritos por este Monarca (que desterró de
su reino á la Compañía de Jesús), los cuales enseñan las
más abominables prácticas de sortilegio.
El juramento que el candidato presta al grado del
Gran Escocés de la Bóveda Sagrada, vale la pena de ser
citado.
—Hermano mio, dice el Presidente del Taller, aunque
habeis pasado por todos los grados, no llegasteis á la per
feccion. No ha brillado aún á vuestros ojos la espléndida
luz que la Masonería os promete á cada paso que dais en
la via del progreso, y que ella únicamente concede al ca
bo de muchas pruebas. Sabed que no habeis soportado
las más fuertes, y que á vos toca el decidiros, pues esta
mos aún dispuestos á desligaros de vuestras promesas,
— 152 —
aún de las que contrajisteis con nosotros, y no nos deten
dria el temor de verlas profanar. Necesitamos un com- 1
promiso muy distinto de cuantos habeis contraido hasta I
ahora, que han sido suscritos en la oscuridad y quizá bajo
la influencia de una imposicion moral: el de que ahora se ]
trata ha de notificarse en plena luz y con entera libertad.
Podeis examinarlo previamente si quereis: está trazado
en este papel. Leedlo en voz baja, y si consentís repetidlo
luego en alta voz.
Dicho esto entrégase al candidato un papel que con
tiene el juramento que sigue:
"Con toda la libertad que poseo en mis cinco sentidos
naturales, por la existencia de mi razon y de mi espíritu
declaro, que de ninguna manera padezco violencia; por
la inteligencia que me sostiene, guía é ilumina, prometo,
juro y hago voto de guardar inviolablemente todos los
secretos, signos y misterios que hasta el presente se rae
han revelado y que se me revelaren en lo sucesivo, en
todos los grados en que fuere iniciado. Con alta é inteli
gible voz, hablando sin temor, ahora que mi vista está
libre y mi espíritu no preocupado, declaro aprobar con
toda mi voluntad esos inviolables secretos, y no tener
pena alguna de haberme comprometido en nuestras lo
gias. Prometo y juro no recibir ni asistir nunca á recep
cion alguna sino con las siguientes condiciones: l.°con
el permiso y consentimiento unánime de todos los Gran
des Elegidos Perfectos Masones de esta Respetable Lo
gia, ó con un permiso escrito de todos sus miembros;
2.° con un poder regular que me entregue un Gran Ins
pector General ó uno de sus diputados (grado 32), en el
caso que me hallase distante de esta Respetable Logia ó
de toda obra de Perfeccion regularmente constituida, y
eso á la distancia de veinte y cinco leguas. Si llegase yo
á ser tan criminal que faltase á estos compromisos y en
.
— 153 —
tregar los secretos de la Masonería, desde hoy declaro,
en prevision de semejante maldad, someterme á las pe
nas siguientes: que mi cuerpo sufra todos los suplicios;
que me sean abiertas las venas de las sienes y del cuello;
que expuesto desnudo á una grande altura, sea torturado
por el rigor de los vientos, el ardor del sol y la humedad
de la noche; que mi sangre corra lentamente de mis ve
nas, hasta la extincion del espíritu que anima la sustan
cia, la materia corporal; y, á fin de aumentar más y más
los sufrimientos de mi cuerpo y de mi espíritu, que se
me obligue á tomar cada dia un alimento proporcionado
y suficiente para prolongar y conservar un hambre devo-
radora y cruel, pues ningun rigor es excesivo para un
perjuro. ¡Que las leyes de la Masonería sean mis guias, y
que sea mi ayuda el Gran Arquitecto del Universo! Así
6ea.„
El presidente de la Logia.—Ahora bien, Hermano mio,
¿nadaos detiene? ¿Estais resuelto á pronunciar de co
razon como de palabra este juramento, en alta voz, en
presencia de esta augusta asamblea, con toda la libertad
de la vista, del corazon y del espíritu que se os concede?
"Si acaso el candidato rehusa, dice el Ritual del gra
do, los dos Vigilantes le pondrán la punta de la espada
en la espalda, y en seguida le obligarán á dar 27 vueltas
sobre sí mismo con rapidez y 18 veces dar la vuelta por
la Logia; y despues de hacerle experimentar las ceremo
nias de la bomba (esto es, despues de inundarle con agua
helada poniéndole á la fuerza bajo un grifo), le expulsa
rán como un sér de corazon débil. „
Si por el contrario acepta, el presidente se deshace en
felicitaciones, hácenle adelantar junto á una cubeta lla
mada el "mar de cobre," y allí por medio de una gerin-
ga le arrojan algunas gotas de agua sobre el costado iz
quierdo desnudo, diciéndole: " ¡Sed purificado !„
— 154 —
El lector comprenderá muy bien que cuando en mies-'
tra época de ilustracion tan decantada, un individuo es
capaz de pasar por ceremonias tan ridiculas y viles, me
rece muy bien tener, en recompensa de su valor en las
pruebas, para corona de su martirio la explicacion de la
piedra cúbica.
Cierto es que, á fin de hacer tragar á los necios esas ex
travagantes pildoras, se empieza por proponerles, so color
de instruccion masónica, cuestiones de un carácter parti
cular con sus pretensiones de seriedad, y que vienen á
ser el resumen de la enseñanza de los grados. Helas ahí,
tomadas textualmente de los Rituales:
Enseñanza de los grados.— Gran Maestro Arquitecto:
"Los trabajos tienen por mira el estudio del impuesto, y
buscan los medios eficaces y prácticos de hacer de él un
elemento real de la riqueza pública, y consiguientemen
te, un poderoso auxiliar de la Propiedad, del Capital y del
Trabajo, una vez asentadas en sus verdaderas bases esas
tres fuentes de la fortuna del Pueblo. „ —Real Arco: "Los
trabajos tienen por objeto el perfeccionamiento de la
instruccion del Pueblo por medio del profundo examen
de las nociones que poseemos acerca de la Causa Prime
ra, y la modificacion de la enseñanza idealista, hecha
compatible con las necesidades de la justicia y del pro
greso.„ — Gran Escocés de la Bóveda Sagrada: "Los tra
bajos tienden á hacer proclamar en todas partes el dere
cho inalienable de la Libertad absoluta de Conciencia y
de Pensamiento, que poseen todos los hombres sin ex
cepcion, y se refieren al estudio de la revindicacion más
lata y formal de este derecho.„
EL CABALLERO DE ORIENTE.
Otra vez una triple recepcion. A un mismo tiempo se
confiere al iniciado, con el nombre de un solo grado, los
— 155- —
tres siguientes : el Caballero de Oriente ó de la Espada,
el Príncipe de Jerusalen, y el Caballero de Oriente y de
Occidente.
I.—La leyenda del grado de Caballero de Oriente y
del que sigue fúndase en los esfuerzos de los israelitas
para reconstruir su templo, destruido por Nabucodono-
sor, que se llevó cautivo al pueblo judío. El rey de Is
rael, Jeconías, cautivo tambien, tuvo un hijo, Zorobabel,
que en el año setenta de la esclavitud obtuvo de Ciro,
sucesor de Nabucodonosor, la autorizacion de volver á
Jerusalen para reconstruir allí el templo. Zorobabel mar
chó con 7,000 obreros, que tuvieron que trabajar, "con
la espada en una mano y la llana en la otra," porque des
de su llegada á Jerusalen eran de continuo hostigados
por los samaritanos, nacion celosa del pueblo judío.
El candidato desempeña el papel de Zorobabel. En-
ciérranle en una torrecilla de madera; eárganle de cade
nas de hoja delata; se las rompen; agítanse espadas; eje-
cútanse multitud de reverencias que prescribe el Ritual;
aplaudese; sáltase al cuello del candidato abrazándole,
y prorrúmpese en exclamaciones desordenadas. Cualquie
ra que entrase en aquel momento en el salon de sesiones,
creeríase transportado á un manicomio. Y con todo, esas
bufonadas significan algo.
Enseñanza del grado.— "Los trabajos tienen por obje
to precisar perfectamente, que siendo el hombre libre
por su derecho natural, la libertad personal no puede re
cibir niugun ataque de la ley, sino cuando ésta es real
mente la armonía entre los derechos del hombre aislado
y los deberes del hombre en sociedad. Concluyese que el
mason, por más que le hostiguen los enemigos de la
Francmasonería, tiene que luchar siempre y sin cesar
por el triunfo del Orden„ el Orden es la secta.
II.—La leyenda del grado precedente se continúa en
el grado de Príncipe de Jerusalen. El aspirante, cada ra
imitador más perfecto de Zorobabel, recibe la recosí
pensa de su abnegacion: hácenle pasar un puentecito que
cruza un simulacro de rio en carton azul, que se suponí
arrastra en sus aguas cadáveres y viejas armaduras; dirk
gen al candidato una incomprensible arenga sobre ■
Apocalipsis y las Cruzadas ; dos Hermanos, envueltos en.,¡
anchos lienzos blancos con ceñidores rojos, le besan en ■
boca, le ponen una corona de papel dorado y le llaman:
"Respetable anciano;" por fin, le hacen saber que Zoro
babel y todos sus compañeros de lucha han recibido de
Asuero el título de Príncipes de Jerusalen.
Enseñanza del grado.— "Los trabajos ponen en claro
que la igualdad humana trae como consecuencia inme
diata la libertad y la independencia de las naciones,,
consideradas como agrupaciones históricas ó territoria
les, y como consecuencia mediata, que los derechos y los
intereses generales de la humanidad no pueden ser redu
cidos ni limitados por las fronteras.„
III.—Al aspirante al grado de Caballero de Oriente y
de Occidente, introducido en el gran Consejo, le inspec
cionan primero con la mayor escrupulosidad todos los
Hermanos.
—Respetable Anciano, le dice en seguida el Ilustrísi-
mo Maestro, vamos á mostraros algo sorprendente.
Y despues que se ha hecho dar al Sr. Imbécil, digo,
& Zorobabel, siete vueltas al rededor de un tapiz heptá
gono, apártase una cortina que oculta un transparente
luminoso.
Todos los presentes caen de rodillas, exclamando:
¡Abaddon!
Con un tono doctoral el Ilustrísimo Maestro dice: "¡Be
lleza! ¡Divinidad! ¡Sabiduría! ¡Poder! ¡Honor! ¡Gloria!
¡Fuerza!,
El transparente que se acaba de poner al descubierto
representa una cruz de caballería, en la cual hay siete se
llos que tienen la pretension de figurar los de san Juan
(Apocalipsis). El sello del centro de la cruz ofrece un di
bujo raro: una mujer con la cabellera suelta y abultados
pechos, sobre una media luna, está semicubierta por un
ancho sol que la misma se aplica al vientre: al rededor
de este sello hay una serpiente que hace un gesto inve
rosímil. En otro sello se ve un anciano de barba blanca,
teniendo en la boca un luengo sable, ni más ni menos
como un perro que lleva un palo. Se me dispensará que
no haga la descripcion de lo demás.
Contemplado ya buen rato el transparente, el Ilustrí-
simo Maestro pregunta al aspirante "si sabe por qué los
antiguos tenian la barba tan blanca y larga (sic).„
El candidato, á quien se sugiere la respuesta, dice :
—Si no lo sé, por lo menos ya lo sabeis vos.
Para una pregunta tonta, respuesta necia.
Dícenle ahora que meta las manos en una palangana ;
se hace la accion de sangrarle en el brazo, y el Orador le
felicita por su presencia de ánimo. Desenvuélvese un arco
iris sobre la presidencia. Tráese un libro con siete sellos
exactamente iguales á los del transparente, sólo que cada
uno de éstos es una cajita de sorpresa, conteniendo diver
sos objetos. De la una el presidente saca un arco del ta
maño del dedo, y lo da á uno de los asistentes diciéndole:
"¡Partid y continuad la conquista !„ De otro sello sale una
minúscula corona; de otro, incienso; de otro, un crá
neo, etc. Distribuye todos estos dijes simbólicos, diciendo:
"Id á Pathmos, ya no es hora," ó bien: "Impedid que los
Profanos y los malos Hermanos encuentren jamás justicia
en nuestras logias, etc.„
Terminada la distribucion, entrégase á cada asistente
una trompeta de barro cocido, de las que se sirve la asam
blea para promover una zambra de mil diablos, y el aspi
rante presta juramento mientras se disparan siete pe
tardos.
Esta vez está ya todo hecho. El ex-Zorobabel es defini
tivamente promovido Caballero de Oriente y de Occiden
te, y desde luego está ya dispuesto ó es apto para ascender
á Rosa-Cruz.
Termínase la sesion refiriéndole en compendio la histo
ria de los Templarios.
Enseñanza del grado.— "Los trabajos tienen por obje
to, dice el Ritual, poner de relieve la importancia capital
del derecho de reunion. Sólo, en efecto, por el choque mu
tuo de las ideas se desarrolla la inteligencia, se hacen co
nocer los verdaderos intereses del pueblo, y se arraiga la
verdadera fraternidad en los corazones y en los espíritus.„
Quién diria que para hacer comprender al iniciado las
bellezas del derecho de reunion ha sido ~preciso molerle
los oidos con una batahola de trompetas de barro cocido,
y para que saboree las dulzuras de la fraternidad ha sido
necesario regalarle un cráneo, despues de sangrarle en el
brazo!
¡Cuán hermoso y profundo es el simbolismo masónico!
II.
El Sosa-Cruz.
l
— 177 —
inspira la Esperanza absolutamente cierta de la Inmorta
lidad de la humanidad por la Caridad, es decir, por el
Amor que asegura su regeneracion, constante é ilimitada
por medio de la generacion universal."
El Muy Sabio, cuando todos los Caballeros ocupan su
lugar.—Caballero Gran Guardian Segundo, aseguraos de
que estamos al abrigo de toda sorpresa.
El Gran Guardian Segundo invita al Guardia del Ca
pítulo á cerciorarse de que se han tomado todas las pre
cauciones de seguridad. Este sale del recinto, recorre el
atrio, vuelve y anuncia al Gran Guardian Segundo que
pueden proseguirse los trabajos con toda seguridad.
El Segundo Gran Guardian.— Muy Sabio, se han toma
do todas las precauciones, y nadie puede venir á turbar
nuestros trabajos.
El Muy Sabio.— Caballeros Grandes Guardianes Pri
mero y Segundo, ¿respondeis de los Caballeros de vues
tros valles?
Los dos Grandes Guardianes recorren su respectivo
valle, y cuando vuelven á su puesto, el Segundo anuncia
al Primero que ningun extraño se ha introducido en el
valle del Norte.
El Primer Gran Guardian.— Muy Sabio, respondo de
uno y otro valle.
Toque de siete golpes de mallete por el Muy Sabio,
repetidos sucesivamente por los dos Grandes Guardianes.
El Muy Sabio.— Tomad asiento, Caballeros Hermanos
mios. (Todos se sientan).
El Muy Sabio.— En breve van á sernos presentados
los Caballeros de Oriente y de Occidente: terminan sus
viajes, y meditan acerca la Fe, la Caridad y la Esperan
za, de las que les hemos hecho ver la luz: por medio de
esta luz nueva triunfarán de los obstáculos y escollos de
que está sembrado su camino.
r. 12
Apenas el Muy Sabio ha pronunciado estas últimas
palabras, el Gran Experto llama á la puerta del templo
por el toque del grado 17.
El Gran Guardian Segundo.— Caballero Primer Gran
Guardian, llaman á la puerta del templo con el toque de
Caballero de Oriente y de Occidente.
El Primer Gran Guardian repite el anuncie al Muy
Sabio, y éste ordena que se vea quién llama así. El Gran
Guardian Segundo -va á abrir la puerta y pregunta al
Gran Experto qué desea. Este le responde en voz baja.
El Gran Guardian Segundo, despues de cerrar la puer
ta.— Son Caballeros de Oriente y de Occidente, conduci.
dos por el Gran Experto, que han buscado la palabra y
creen haberla encontrado.
El Muy Sabio.— ¿ Qué medios han empleado para ob
tener tal éxito?
El Primer Gran Guardian.— Se han despojado de to
do lo impuro que les quedaba, y han roto las cadenas de
las pasiones, de las preocupaciones y de la falsa ciencia.
El Muy Sabio.—¿Qué prueba dan de ello?
El Primer Gran Guardian.— El Caballero Gran Ex
perto responderá por ellos.
El Muy Sabio, tras un golpe de mallete.— ¡Que se les
abran las puertas !
Los aspirantes, á quienes al salir de la Cámara Infernal
se ha cubierto de nuevo la cabeza con un velo negro, en
tran en la Cámara Poja con paso lento y mesurado. El
Gran Experto les retiene al Occidente, haciéndoles po
ner en el orden del grado 17.
Al momento de abrirse las puertas, todos los Caballe
ros de los valles se levantan espontáneamente, teniendo
la espada en la mano izquierda, la punta hácia bajo, y la
mano derecha sobre el corazon.
Al detenerse á los candidatos, el Muy Sabio invita a
— 179 —
ios Caballeros del Capítulo á sentarse. Los pretendientes
y el Gran Experto continúan en pié, este último con
una cajita en la mano.
El May Sabio, á los candidatos.—Caballeros, ¿de dón
de venís?
El Gran Experto.— Hemos recorrido el Oriente y el
Occidente, el Septentrion y el Mediodía, para buscar la
palabra perdida. A pesar de las tinieblas que nos envol
vían, y de los obstáculos que el error y la ignorancia po
nía á nuestros pasos, creemos haberla encontrado.
El Muy Sabio.— ¿Cómo? ¿Con qué medios?
El Gran Experto.— Un dia nuestra marcha nos tenia
postrados ; doblábanse nuestras rodillas al peso de nues
tro cuerpo; nuestra vista no vislumbraba término á la
ruta en que nos habíamos engolfado; nuestro oido no
percibía sonido alguno, y la palabra espiraba en nues
tros labios. Semejantes al viajero extraviado en el de
sierto, caímos postrados, sin aliento y jadeantes. Era
aquello el aniquilamiento, la agonía, la muerte... Sí, la
muerte que se levantaba ante nosotros, amenazadora y
terrible... ¿Cuál fué la duracion de este desfallecimien
to? Lo ignoramos. Todo lo que podemos decir es que
nuestro retorno á la vida fué señalado por un suceso ex
traordinario... Apenas nuestros sentidos empezaban á
abrirse nuevamente á las sensaciones, cuando una voz
misteriosa se levantó del fondo de nuestro corazon, y
nos dejó oir estas palabras: "Desde que se eclipsó el
sol las tinieblas se han esparcido sobre la tierra, las
herramientas han sido rotas y ha desaparecido la Es
trella Flamígera, los obreros se han dispersado y se ha
perdido la palabra. Desde entonces la miseria agobia á
la Masonería. En lugar de los días de gloria que marcaron
y siguieron su advenimiento, sólo se han sucedido dias
nefandos; sus operarios esperan entre lágrimas y luto
— 180 —
que uno de sus hermanos encuentre la palabra, la única
que hará renacer su antiguo esplendor. Vosotros os habois
consagrado á esta Mision difícil, pero os falta la Fe. ¡Va
lor, apóstoles de la Verdad! La antorcha de la Esperan
za os ilumina, y la Caridad os muestra el camino. Algu
nos esfuerzos más, y lograreis vuestro objeto. ¿Ignorais
acaso que una Fe ardiente es capaz y poderosa de levan
tar las mismas montañas ? ¡ Ea, pues, valor, hombres de
buena voluntad, vuestros Hermanos os aguardan!... „ Tal
fué la voz misteriosa, y sentimos como un soplo que
penetraba en nuestro interior, el momento mismo en
que, alejándose, dejó levemente percibir una palabra que
fué para nosotros la revelacion de nueva luz... Entonces
nos levantámos, prometiendo no pronunciar esta pala
bra hasta que nos hayais consagrado. Luego, habiéndola
grabado en caracteres indelebles, la encerramos en un
cofre del metal más puro... recobrando desde entonces
nuestra alma su serenidad. La dulce Esperanza nos acom
pañaba, y venimos presurosos á depositar en vuestras
manos este cofrecito que debe encerrar el objeto de to
dos nuestros votos... ¡ Vedlo aquí!
El Maestro de Ceremonias toma la cajita que le entre
ga el Gran Experto, y la lleva al Muy Sabio. Aquella está
cerrada por una cinta roja que forma la cruz latina, y
sellada con cera del mismo color.
El Muy Sabio, tras un golpe de mallete.j —En pié y en
el orden, Caballeros Hermanos mios!
Todo el mundo se levanta. Cada uno cruza los brazos
sobre el pecho, juntos los dedos, y las manos extendidas.
El Muy Sabio rompe el sello, abre la cajita, y saca de
ella un papel que pone sobre el altar.
El Muy Sabio leyendo el papel de letra en letra.—
I... N... R... I... lEsta es la palabra!
En este punto se aparta la cortina que cubre el trans
— 181 —
parente que hay en el fondo de la sala, y vuelven á encen
derse las luces de las columnas que llevan inscrito Fe-
Libertad y Caridad-Fraternidad.
El Muy Sabio.—Caballero Gran Experto, apartad los
velos que cubren á los candidatos.
Ejecútase la orden.
El Muy Sabio.—¡Hermanos mios, habiéndose encon
trado la palabra, ¡aplaudamos!... ¡A mí, Caballeros por la
seña y la contraseña (hácense),por la batería (danse sie
te golpes en las manos), y por la aclamacion misteriosa
Todos á la vez.—¡Huché! ¡huché! ¡huché!
El Muy Sabio.—Ahora que se ha encontrado y aplau
dido la palabra, Caballero Primer Gran Guardian, decid
nos si todo está dispuesto para que podamos celebrar
nuestros misterios de una manera digna de los Caballeros
Rosa-Cruz, admitiendo á estos Caballeros de Oriente y
de Occidente, que merecen tomar parte en ellos.
El Primer Gran Guardian.—Sí, Muy Sabio.
Golpe de mallete del Muy Sabio, repetido por los
Grandes Guardianes.
El Muy Sabio.—Hermano Gran Guardian Segundo,
poneos al frente de los Caballeros que componen el valle
del Norte é invitadlos á seguiros, á fin de que cada uno
pueda expresar su gratitud al Grande Arquitecto del
Universo.
El Gran Guardian Segundo, seguido de los Caballeros
de su valle, da la vuelta por el templo siguiendo el Norte
el Oriente, el Sud y el Occidente; y al pasar delante de
cada trébedes que está al pié de una de las tres colum
nas con transparentes, vierte en las cazoletas incienso
mezclado con benjuí.
El Gran Guardian Segundo, de regreso á su lugar.—
Muy Sabio, hemos cumplido nuestro deber.
El Muy Sabio.—Hermano Primer Guardian, trasladaos
— 182 —
al frente de los Caballeros que componen el valle del Sud,
é invitadles á seguiros.
Nuevo paseo al rededor del templo. El Primer Guar
dian, á la cabeza de su valle, imita al Segundo.
El Primer Gran Guardian, de regreso á su lugar.—
Muy Sabio, hemos cumplido nuestro deber.
El Muy Sabio.—Caballero Maestro de Ceremonias, y
vosotros Caballeros Expertos, servios uniros á mí y á los
Hermanos que se encuentran al Oriente.
Seguido de sus Caballeros, el Muy Sabio efectúa á su
vez el paseo vertiendo asimismo incienso y benjuí en las
cazoletas de las tres trébedes, y todos los Hermanos se
ponen en el orden, cuando vuelve á subir al Oriente.
El Muy Sabio.—Gran Arquitecto del Universo, tú que
eres el solo grande y solo igual á tí mismo, que tienes la
inmensidad por palacio, la omnipotencia por cetro y la
eternidad por reino, bendice nuestros trabajos, cuyo
único objeto es estudiar tus leyes que se resumen en estas
palabras: "Armonía, Justicia, Amor. „ Cuando un dia la
doctrina masónica sea la de todos los pueblos, los cuales
formen una sola y única familia de Hermanos unidos por
el Amor, la Ciencia y el Trabajo, entonces, más dignos de
tí, gozarán de la universal armonía que inprimes á toda
la naturaleza. Dígnate, oh Gran Arquitecto, hacernos dig
nos de ver tan hermosos dias. Amen.
Golpe de mallete del Muy Sabio, repetido por los dos
Grandes Guardianes. Orden de sentarse; todos los asisten
tes, inclusos los candidatos, toman lugar en sus sillas.
El Muy Sabio pronuncia entonces un discurso que re
produzco textualmente:
(A los candidatos): "Hermanos mios, acabais de traer
nos la palabra; pero ¿la habeis perfectamente comprendi
do? la meditacion que habeis hecho en la Cámara deque
salís (alude á la Infernal) ¿os ha revelado su verdadero
sentido?
— 183 —
"Hasta el dia de hoy muchos ignorantes han interpre
tado el monograma INRI de la manera siguiente: Iesus
Nazarenus Rex ludceorum, esto es: "Jesús de Nazareth,
"Rey de los Judíos."
"De ningun modo puede aceptarse como verdadera es
ta interpretacion, pues Jesús nunca fué rey de los judíos,
y este título, que no era otra cosa que una burla y un in
sulto de parte de sus verdugos, sin razon alguna, á nues
tro modo de ver, ha sido consagrada por la leyenda cris
tiana.
"Queda, pues, el personaje histórico y alegórico. Bajo
este punto de vista, os presentamos este título sólo como
símbolo de ideas morales; este nombre es el del fundador
de una sociedad nueva, basada en la igualdad y en la fra
ternidad universales.
"Consideradlo como histórico ó como ficticio, acepta
réis en él la personificacion humana de la Caridad, de la
Dulzura y de la Resignacion. Aceptaréis en él el nombre
del hombre que ha emancipado á la mujer, que moral-
mente libertó al esclavo y que ha levantado á los humil
des. Lo aceptaréis por último, Hermanos mios, como aquel
que fué el primero en pronunciar estas bellas y consola
doras palabras: "¡Amaos los unos á los otros!"
"Pero toda palabra misteriosa encierra varios sentidos:
el literal y el espiritual. Al verdadero iniciado le toca es
coger el más sublime; pues como sabeis, Hermanos mios,
la letra mata y el espíritu vivifica.
"Nosotros, Caballeros Rosa-Cruz, interpretamos el mo
nograma INRI por estas palabras : Igne Natura Renovatur
Integra, es decir: El "Fuego regenera enteramente la Na
turaleza." Con esto estamos en lo cierto, tanto en el sen
tido literal como en el místico.
"El primero nos recuerda, como desprfés de haber que
dado aletargada la naturaleza á causa del frio, el sol, al
volver el solsticio, la calienta otra vez y hace brotar de
su seno las cosechas, las flores y los frutos; este sentido
basta para los profanos.
"Mas á aquellos que son dignos de recibir la comuni
cacion de las altas ciencias y los misterios sublimes, lis
quibus datum est noscere mysterium, les damos la verdadera
interpretacion de tales palabras : toda la naturaleza es
renovada, regenerada por el Fuego.... En efecto, ¿qué nos
dice el Verbo?.... "Así como el oro se purifica en el cri
sol, el justo será purificado por el fuego;" el Fuego, ese
principio de vida que anima á todos los seres.
"En el grado de Maestro vimos que la palabra perdida
fué el efecto ó resultado del otoño, en que el sol, des
pojado de su poder, hace enmudecer á la naturaleza. La
palabra encontrada, pues, debe figurar en otro grado que
anuncia una primavera próxima simbolizada por la Rosa,
y tambien por el Fuego, base del grado 18.
"Las alegorias de este grado no se refieren á ese Fuego
material que sirve para subvenir en parte á nuestras
necesidades; sino á ese elemento principio, á ese Fuego
conservador y vivificante, que penetra y abraza toda la
naturaleza; á ese Fuego sagrado, pues, se refieren todos
nuestros misteriosos símbolos; á ese elemento puro cuyo
calor y luz no son sino modificaciones, cuya fecundidad,
movimiento y vida son los efectos, y del cual los innu
merables astros esparcidas en la inmensidad del universo
parecen ser los inagotables focos ; ese fuego es el que
presta á los cuerpos el encanto de los más vivos y brillan
tes colores, ó bien ocultándose á nuestras miradas, resi
diendo en el seno mismo de la tierra, separa las molé
culas de los cuerpos, á pesar de la fuerza que las une,
produciendo una accion, que ora es el principio de su
existencia, conservacion y reproduccion, y ora es la causa
de su division, destruccion y transformacion; que, otras
— 185 —
veces tambien, surca la nube que lo lleva, y con el nom
bre de centella eléctrica, hiere á la vez nuestro ojo des
lumhrado, nuestro oido atónito, todos nuestros sentidos
conmovidos, y transforma el vapor de las nubes en una
masa de agua que se precipita sobre la tierra, causan
do estragos; ese Fuego, en fin, rey de los elementos, sin
el cual los otros quedarian frios é inertes, que comunica
al aire su pureza, al agua su fluidez y á la tierra su inago
table fecundidad.
"A la irradiacion de ese Fuego sagrado que forma la
palabra, el hombre ha reconquistado todos los derechos
da su primitivo origen, el esclavo se ha levantado sobre
el rayo de la igualdad, la mujer ha recibido como en prin
cipio la facultad de gozar de los derechos al lado de su
esposo, y á los resplandores de la Fe, de la Esperanza y
de la Caridad los hombres han sido llamados á formar
una sola familia de Hermanos.
"Considerad, pues, caballeros, en el monograma INRI,
un símbolo cuyo sentido debe guiaros en lo sucesivo por
el camino de la Ciencia y de la Verdad."
El Maestro de Ceremonias, una vez terminado el dis
curso del Muy Sabio, conduce al altar á los electos y Ies
hace poner de rodillas. Cada uno de ellos, después de
quitarse los guantes, pone las manos sobre la espada que
cubre la Biblia abierta en el libro de la Sabiduría de Sa
lomon, y baja la cabeza. Detrás de ellos siete Caballeros,
en pié y con la espada en la mano derecha, forman sobre
ellos la bóveda de acero. Los otros asistentes se mantie
nen en pié, cruzados los brazos sobre el pecho. Uno de
los candidatos pronuncia en nombre de todos el jura
mento del grado, que es como sigue :
Juramento del Rosa- Cruz.— Prometo y juro por el ho
nor, renovando solemnemente en este dia las obligacio
nes que he jurado en los grados precedentes, que nunca
— 186 —
revelaré los secretos de los Caballeros Rosa- Cruz, á nin
gun Hermano de grado inferior ni á ningun Profano, so
pena de ser para siempre privado de la palabra, y de
quedar perpetuamente en las tinieblas. Que un rio de
sangre mane constantemente de mi cuerpo, que experi
mente yo las más rudas angustias del alma, que las más
punzantes espinas me sirvan de cabezal, que la hiel y el
vinagra sean mi bebida, que el suplicio de la cruz termi
ne por fin mi suerte, si contraviniere á las leyes que se
me prescriban. Prometo asimismo que nunca revelaré el
lugar de mi recepcion al grado de Caballero Rosa- Cruz,
ni por quien he sido recibido.
Todos los candidatos á una voz.— ¡Lo juro!
El primer candidato.— ¡Que el Gran Arquitecto del
Unl/erso sea en mi auxilio!
Tu Tos los candidatos.— Así sea.
El Muy Sabio.— "¡Todo está consumado!"
El i'orta -Estandarte acércase al altar, y durante la
consagr '.eion que sigue, hace ondear el estandarte del
Capítulo sobre la cabeza de los candidatos.
El Muy Sabio, extendiendo pontificalmente las manos.
—Para gloria del Gran Arquitecto del Universo, en
nombre y bajolos auspicios del Gran Oriente {ó: del
Consejo Supremo) de Francia, en virtud de los poderes
de que me hallo investido, os creo y consagro Caballeros
Rosa- Cruz, grado 18, y miembros activos del Capítulo
Soberano constituido con el título distintivo de (aquí el
nombre del Capítulo), en el Valle de (aquí el nombre de la
ciudad), para gozar de los derechos, privilegios y prero-
gativas inherentes á este grado... (Tocando ligeramente
con la espada la cabeza de cada postulante): ¡Que la luz
dela ciencia os ilumine!... (Tocando en seguida de la
misma manera el hombro izquierdo de cada uno): ¡Que
el fuego del valor inflame vu stro corazon! (Tocando
— 187 —
por último el hombro derecho): ¡Que la Fe, la Esperan
za y la Caridad os merezcan la bendicion de los hom
bres, vuestros hermanos!... (Tomando el estandarte del
Capítulo y haciéndolo flotar sobre la cabe a de los aspi
rantes): ¡Ojalá vosotros, Caballeros, á la sombra de nues
tros colores sagrados llegueis á ser el oi'namento y la
gloria de nuestra Orden!
Hecho esto, el Muy Sabio abraza á cada uno de los
nuevos Kosa-Cruz, y haciéndoles subir al Oriente les co
munica los secretos del grado.
Termina esta serie de formalidades con la entrega del
cordon con que les condecora.
El Muy Sabio.— Hermanos mios, el color de este cor
don es rojo: es el color del sol ó de la luz en su foco, y
es asimismo el color del amor. La Cruz que forma la jo
ya contiene además una sublime enseñanza: la linea ver
tical es el signo de la generacion, esto es, de la vida, y
la horizontal que la atraviesa es el símbolo de la des
truccion, ó sea de la muerte. Esto significa que no se
llega á la vida inmortal hasta haber franqueado las ba
rreras de la muerte. La Rosa es el símbolo secreto de la
fecundidad: en los misterios egipcios era el emblema de
Isis, la mujer fecunda por excelencia. Por lo tanto, te
niendo la Cruz una Rosa en la interseccion de sus bra
zos, figura la Humanidad renovándose incesantemente:
este símbolo místico contiene el secreto que hace á la
Humanidad inmortal. Tocante al Pelícano, es el emble
ma de la Caridad.
Los nuevos Rosa- Cruz van entonces á hacerse recono
cer por los Caballeros sus Hermanos, con las mismas
formalidades que en los grados precedentes. En seguida
el Capítulo ios saluda con un aplauso general. Uno de
los neófitos da gracias en nombre de todos los demás, y
luego el Maestro de Ceremonias les hace sentar á la ca
beza del Valle del Medio.
-
— 188 —
El Caballero de Elocuencia, en una nueva alocucion,
recuerda á los neófitos las diversas fases de su iniciacion.
Vuelve á hablar del Sol, del cual los discursos preceden
tes no se han ocupado mucho, y explica que, lo mismo
que Hiram, Cristo es el emblema del Sol. Segun él, Dio!
y el universo son idénticos, á lo sumo puede considerar
se á la Divinidad como el alma del mundo, y el mundo
como el cuerpo de la Divinidad. En materia de culto, el
del Sol es el único razonable y científico. Los milagros y
los hechos de la vida de Jesús deben ser explicados por
"apariencias solares. , La materia es eterna; la genera
cion lo es todo, la creacion no es otra cosa que la indnc-
cion de la generacion. Nada muere, en realidad; nada
tampoco se crea: los seres materiales no hacen otra cosa
que transformarse. Así la putrefaccion y la fermentacion
que parecen señales de muerte, no lo son, al revés, sino
de regeneracion y transformacion. En resúmen, inmorta
lidad del hombre como especie, inmortalidad de la fami
lia humana, merced á la sucesion de las generaciones
sin que sea capaz cosa alguna de interrumpirla, inmor
talidad del gran conjunto que existe. Esta es la razon
por que la Francmasonería diviniza ala Naturaleza, y con
sus ceremonias simbólicas tributa homenaje al Gran Todo.
Como se comprende, esto es puro panteísmo.
Pero, no hay que perder de vista que en la Francma
sonería la doctrina panteística no es más que un velo. Aun
no hemos llegado al fin.
Así después de haher hablado para aquellos de entrelos
candidatos cuya mente, alejada de Dios, no descubre más
que la adoracion del sol, de la luna y de las estrellas, el
Caballero de Elocuencia, á ejemplo del Venerable Orador
de la Logia de Maestro, añade algunas palabras de doble
Sentido para los neófitos que están destinados á obtener
más rápidos progresos en la Masonería, haciendo girar
— 189 —
su tesis sobre el principio del Fuego. Pronuncia el nom
bre de Salomon, como el de un sabio versado en todas
las altas ciencias, alusion que á la verdad no puede ser
más transparente, tocante á las ciencias ocultas que prac
ticó este Monarca en la época maldita de su vida en que,
abandonando el culto de Dios, sacrificó á Astarté, á Mo-.
loch y á los más vergonzosos ídolos. Ocioso es decir que
se refiere á esta época de su vida el elogio que de él hace
el Caballero de Elocuencia.
El Muy Sabio hace aplaudir este trozo de arquitectura
por la seña, la contraseña, la batería ó toque y el triple
Huzé modificado.
Examínanse rapidamente, si las hay, las proposiciones
hechas en interés del Capítulo. Se saluda y aplaude á los
Caballeros Visitantes que se han servido asistir á la se
sion, y se hace circular y vaciar luego el Cepillo de la
Viuda. El Canciller Maestro de los Despachos comunica
á la Asamblea su borrador de acta (bosquejo de la colum
na de los trabajos ), y se la aprueba salvo observaciones
sumarias.
Durante el desfile de esas bagatelas, los Maestros de
Ceremonias, Arquitecto, Maestros de las Agapes y Ex
pertos quitan la Tabla del Capítulo, que he omitido des
cribir (esas telas pintadas, que se instalan en el suelo,
siempre representan, como es sabido, los emblemas par
ticulares del grado), y disponen que los Hermanos Sir
vientes acerquen una mesa con un mantel blanco borda
do de rojo. En esta mesa hay pan, vino, dos copas grandes
de plata ó de cristal, y dos servilletas. El pan está en un
plato de dicho metal, lo mismo que el vaso que contiene
el vino.
Sólo falta suspenderlos trabajos (levantar la sesion)
y pasar á la ceremonia final de la Cena.
El Muy Sabio.—Caballero Primer Gran Guardian, ¿qué
objeto se proponen los Caballeros Rosa -Cruz?
— 190 —
.- f
El Primer Gran Guardian.— Combatir el orgullo, el
egoísmo y la ambicion, para que reine en su lugar la ab
negacion, la caridad y la virtud.
El Muy Sabio.— ¿Quién os ha recibido?
El Primer Gran Guardian.—El más humilde de todos.
El Muy Sabio.— ¿Por qué el más humilde?
El Primer Gran Guardian.— Porque era el más ilus
trado, y sabia que toda ciencia viene de arriba.
El Muy Sabio.— Caballero Segundo Gran Guardian,
¿á qué hora los Caballeros Rosa-Cruz costumbran sus
pender sus trabajos?
El Segundo Gran Guardian.—No los suspenden hasta
que tienen necesidad de nuevas fuerzas para continuar su
obra.
El Muy Sabio.— ¿Qué hora es?
El Gran Guardian Segundo.—La hora del descanso.
El Muy Sabio.— Puesto que es la hora del descanso,
Grandes Vigilantes Primero y Segundo anunciad que
vamos á suspender los trabajos de este dia.
Los Grandes Guardianes repiten la fórmula á sus res
pectivos valles, é informan en seguida al Muy Sabio que
está hecho el anuncio.
El Muy Sabio.— ¡En pié y en el orden, Caballeros
Hermanos mios! (Obedécese)... Para gloria del Gran
de Arquitecto del Universo, en nombre y bajo los auspi
cios, etc., declaro los trabajos del grado 18 suspendidos en
el Capítulo Soberano constituido con el título de..., en el
Valle de... A mí, Caballeros Hermanos mios, por la seña,
la contraseña, la batería (se las ejecuta), y la aclama
cion misteriosa!
Todos, á la vez.— ¡Huché! ¡huché! ¡huché!
El Muy Sabio.— Tomad asiento, Caballeros; vamos á
proceder á la celebracion de la Cena.
En este momento los Maestros de Ceremonias distri-
— 191 —
buyen á cada Caballero una larga varilla de madera
blanca. Trasládanse á la parte occidental de la mesa las
trébedes ó cazoletas, y consérvase el fuego con perfumes
olorosos. En el centro de la mesa hay el candelero de on
ce luces del Muy Sabio.
El Muy Sabio.— Muy Respetables Hermanos Caballe
ros, antes de separarnos vamos á partir juntos el mismo
pan y beber en la misma copa. De este modo cimentare
mos más y más los lazos que nos unen y nos amaremos
mejor. La varita que teneis representa el palo que os
sostendrá en vuestros viajes. Emblema modesto de la
vigilancia, es asimismo la insignia del mando y del de
recho de ejercerlo... Acerquémonos, Hermanos mios, á la
mesa paternal.
El Muy Sabio Athirsata baja de su trono y pónese al
Oriente de la mesa, de cara al Occidente. Los dos Gran
des Guardianes se colocan al Occidente, frente del Muy
Sabio, y están separados por el Maestro de Ceremonias.
Los Rosa- Cruz, teniendo su varita como los primeros
Oficiales del Capitulo, se colocan indistintamente al re
dedor de la mesa. Todos los Caballeros guardan profun
do recogimiento.
El Segundo Maestro de Ceremonias presenta al Muy
Sabio el plato en el cual hay el pan y el vino.
EL Muy Sabio.— ¡Gran Arquitecto del Universo, tú
que provees á las necesidades de todos tus hijos, bendice
el alimento que vamos á tomar, y que sea para tu mayor
gloria y para nuestra satisfaccion!... (Tomando el pan y
levantándolo): ¡Que este pan nos conserve en fuerza y
salud!... (Tomando las copas, que llena, y levantándo
las): ¡Que este vino, símbolo de la inteligencia, eleve
nuestro espíritu!...
Parte el pan en dos partes iguales, y hace sobre él la
seña del índice (seña del grado), lo que aquí equivale á
— 192 —
una bendicion que se hace levantando un solo dedo. El
Caballero de Elocuencia, que está á su izquierda, hace
la contraseña. Entonces el Muy Sabio da los dos pedazos
de pan, después de haberlos probado, uno al Canciller
de Elocuencia y otro al Canciller Maestro de los Despa
chos, que está á su derecha.
El Muy Sabio.— ¡Tomad y comed! ¡Dad á comer á
quien tenga hambre ! . -
Después de lo cual toma las dos copas y hace la seña I
del índice sobre el vino. El Canciller Maestro de los Des- I
pachos hace por su parte la contraseña, y el Muy Sabio,
después de haber bebido en cada copa algunas gotas de
vino, entrega una al Caballero de Elocuencia, y la otra
al Caballero Maestro de los Despachos.
El Muy Sabio.—¡Tomad y bebed! ¡Dad de beber al
sediento!
El pan y el vino van circulando. Cada cual muerde en
el pedazo de pan, bebe en la copa del vino y los pasa á
su vecino. El Gran Maestro de Ceremonias recibe Ios dos j
pedazos de pan mordidos por todos y de los que no queda
gran cosa, lo mismo que las dos copas, en las que ha be
bido todo el mundo, y que ya sólo contienen algunas
gotas.
El Muy Sabio hace circular á derecha é izquierda la
palabra sagrada, lo mismo que el tacto misterioso. Todos
se hablan al oido y se tocan mutuamente. Por último,
enlázanse unos con otros, cuerpo contra cuerpo, ciñen-
do cada uno con su brazo á su vecino (es la cadena de
union), y el beso fraternal circula entre la asamblea de
los Rosa-Cruz: ninguno de ellos se libra de ese incalifica- '
ble besuqueo.
Lo poco que resta de pan y de vino, se presenta al
Muy Sabio, quien lo echa al fuego.
El Muy Sabio.— "¡Todo está consumado!...„ Caballe-
— 193 —
**¡$toa Hermanos míos, retirémonos en paz y no olvidemos
- que nuestra mision es propagar en la tierra todas las vir
tudes que nacen de la Fe y de la Caridad!
Los asistentes devuelven las varitas á los Hermanos
Sirvientes, y todos se retiran en silencio y recogimiento.
El Catecismo del Rosa-Cruz, que se entrega á cada re
cien iniciado, es particularmente abominable. La pru
dencia aconseja no reproducirlo en un librito como el
presente, destinado á la propaganda popular.
Consiste, como siempre, en una especie de instruccion,
por preguntas y respuestas, recordando las diversas fases
de la iniciacion.
Al lado de las definiciones masónicas de la Fe, de la
Esperanz.a y de la Caridad, que son antireligiosas en
grado superlativo, hay en este Catecismo interpretacio
nes vergonzosas! relativas á la Cruz y á la Rosa, que la
secta convierte en símbolos Ae todo lo que cabe imaginar
de más innoble y envilecedor: es el delirio de la obsce
nidad.
r. 13
IV.
I.
n.
El Eadosch.
LA DIRECCION SUPREMA.
II.
Los Grados Administrativos.
El ejercicio del poder supremo se reparte como sigue
entre los tres grados superiores:
(1) Toda esta enseñanza, comprendidos el alfabeto jeroglifico,
las preguntas de orden y el reglamento particular de los Jueces Fi
lósofos, encuéntrase reproducido textualmente en el volumen titu
lado El Culto del Grande Arquitecto, que podrán consultar cuantos
quieran tener á la vista estos documentos edificantes.
— 253 —
Grado 31, Supremacía Judicial;
Grado 32, Supremacía Ejecutiva;
Grado 33, Supremacía Gubernamental.
El Gran Inquisidor Inspector Comendador, grado 31,
ejerce las funciones directivas reconocidas en las sesio-
I nes de los Areopagos de Kadosch que están consagradas
| á la discusion de las medidas judiciales masónicas que
- hayan de tomarse contra tal miembro de la secta ó tal
Profano. Por su parte, los masones del grado 31 se reu
nen separadamente cuando lo creen útil, y su Taller toma
en este caso el nombre de Soberano Tribunal, del que
parten las órdenes de exclusion y las de venganza.
El Taller de este alto grado se verifica en una sala
colgada de blanco, en la que hay ocho columnas doradas.
AI presidente se le llama Muy Perfecto Presidente ; á los
Vigilantes, Inspectores; al Secretario, Canciller; y á to
dos los miembros del Soberano Tribunal, Muy Ilustrados
Hermanos. Sobre el altar hay la escuadra, el compás, la
plomada, el nivel, una espada y dos puñales.
El juramento de este grado está concebido en los si
guientes términos:
"Juro obedecer constantemente y hacer que se obedez
can todas las leyes y todos los reglamentos masónicos.
Juro no perdonar sacrificio alguno para propagar y ha
cer propagar el Rito. Juro no admitir nunca al grado 31
sino á hombres virtuosos, inteligentes, instruidos y hon
rados. Juro examinar con la mayor escrupulosidad toda
causa sobre la cual tenga que emitir un dictámen; escu
char atentamente todos los argumentos, y buscar la ver
dad sin tregua ni descanso. Juro que siempre pronuncia
ré decretos verdaderos, justos, equitativos y clementes, y
que nunca juzgaré negocio alguno en el que estén enjue
go amistades, enemistades ú odios personales, ningun
negocio en que no estuviese seguro de mí mismo, en que
— 254 —
no respondiese de poder considerar coñ calma, escuchar
con paciencia y decidir con imparcialidad. Juro que nunca
permitiré que la riqueza, el poder, el rango ó la influen
cia ejerzan una accion cualquiera sobre mis decisiones, y
juro que siempre consideraré á todos los hombres bajo
el mismo nivel, los inocentes para protegerlos y los ma
los para castigarlos. Juro que de ninguna manera ejerce
ré poder alguno cuya jurisdiccion fuere dudosa, y que no
trataré de ensanchar la ley para aplicarla á casos que no
regulase de una manera clara y precisa. Juro que con
sideraré como inocente á cualquiera cuya culpabilidad
no estuviese demostrada, y que daré á los acusados el
beneficio integral de toda duda razonable. Juro, por úl
timo, considerar las penas masónicas como un medio, no
como un objeto. „
El grado de Príncipe de Real decreto, grado 32, es de
capital importancia. Al mason escogido que está inves
tido con él le confiere el poder ejecutivo, y le da mision
de asegurar por todos los medios, cualesquiera que sean,
el funcionamiento de la Orden. La asamblea de los gra
dos 32 está además siempre al corriente de la situacion
masónica de los oficiales y subalternos del ejército y de
la marina pertenecientes á Logias ó Capítulos: los mili
tares y marinos, sin que lo sospechen, dependen especial
mente de los grados 32, y del Consistorio (nombre del
Taller de este grado) parten todas las órdenes que les
conciernen.
El Ritual completo del Príncipe de Real-Secreto no se
halla impreso. Está depositado manuscrito en los archi
vos del Gran Oriente de Francia, y trae el n.° 867 de la
coleccion. No lo reproduciré en extenso, porque esto nos
llevaria muy lejos.
Véanse, no obstante, algunos detalles de la recepcion
en este grado de supremacía activa:
— 255 —
La asamblea se celebra en una vasta cámara, colgada
de negro, salpicada de lágrimas, de esqueletos, de crá
neos y de canillas cruzadas: estos bordados son de plata.
El trono presidencial está en un estrado de siete gradas,
cobijado por un dosel en armonía con las colgaduras,
bordado de plata, con franjas de farfaláes del mismo me
tal: el fondo del trono es de raso salpicado de lágrimas
color de fuego: al frente hay una mesa cubierta de raso
negro, estando bordadas de plata, en la parte que cuelga
de cara á los asistentes las letras N.\ M.\ entre un cráneo
por una parte y dos canillas entrecruzadas. Un dosel car
mesí bordado de plata cobija el asiento de los Vigilantes,
cada uno de los cuales tiene al frente una mesa cubierta
con un tapiz de raso carmesí bordado de negro, salpicado
de lágrimas de plata, apareciendo en el frontal las letras
N.\ K.\ M.\ K.\ bordadas en oro.
Al presidente se le da el título de Soberano de los So
beranos; á los Vigilantes, el de Tenientes Comendadores;
al Orador, el de Ministro de Estado. Hay además otros
cuatro oficiales, que son el Gran Canciller, el Gran Teso
rero, el Gran Guardian de los Sellos y el Gran Capitan
de los Guardias.
El Soberano de los Soberanos representa á Federico II
de Prusia: viste una túnica real púrpura, y tiene un es
cudo y una espada: delante de él, sobre el altar, hay un
cetro y una balanza. Los Tenientes Comendadores van
tambien armados con espada y escudo.
Alumbran la Cámara ochenta y una luces. En el centro
hay el Cuadro de Campo de los Príncipes, vastísima re
presentacion de la que seria ocioso dar todos los detalles:
el centro lo constituye una cruz de cinco brazos, envuelta
por un círculo contenido en un triángulo equilátero: este
triángulo es á su vez un pentágono, que encierra un hep
tágono, encerrado al mismo tiempo en un nonágono; to
— 256 —
do eso con figuras emblemáticas, estandartes, oriflamas
y tiendas, lo cual significa el campamento de la Franc
masonería entera, repartida y agrupada por grados.
La leyenda de este grado refiérese á la formacion de
un ejército masónico compuesto de los iniciados de todos
los grados; este ejército ha emprendido una campaña
para ir á apoderarse de Jerusalen y reconstruir el Tem
plo de Salomon, pero no para gloria de Adonaí, y está
acampado mientras aguarda el asalto definitivo. Com
prende quince cuerpos de ejército que se reunirán en los
puertos de Ñapoles, Malta, Rodas, Chipre y Jaffa, para
operar su concentracion y marchar sobre Jerusalen. Ha
habido ya tres concentraciones, debiéndose llegar hasta
cinco. Cada concentracion se ha verificado ó se verificará
á la señal de un cañonazo dada por el jefe que tiene el
mando supremo.
Llegado el momento de explicar esta leyenda al can
didato, se disparan tres petardos, y el Soberano de los.
Soberanos los explica así : "El primer cañonazo y la pri
mera concentracion se hicieron cuando Lutero se puso á
la cabeza de la rebelion de la inteligencia; el segundo ca
ñonazo y la segunda concentracion cuando se produjo en
América la afirmacion de que todo gobierno humano tie
ne su autoridad del pueblo y sólo del pueblo ; el tercer
cañonazo y la tercera concentracion cuando se verificó
en Francia la proclamacion de la doctrina de Libertad,
Igualdad y Fraternidad. El cuarto y el quinto cañonazos
no se han disparado aún, y no han sido todavía ordena
das la cuarta y quinta concentracion. A la última con
centracion sucederá el reino del Santo Imperio, esto es,
el reinado de la Razon, de la Verdad y de la Justicia.,,
En la apertura de los trabajos así se habla:
El Soberano de los Soberanos.—Sublime Primer Te
niente, ¿á qué hora hemos de trabajar?
— 257 —
El Primer Teniente.—A la hora quinta, después de la
puesta del sol.
El Soberano de los Soberanos.—¿Por qué, Sublime
Príncipe, no podríamos trabajar antes?
El Primer Teniente.—Porque nuestros proyectos de
restauracion no los podremos realizar durante las ti
nieblas.
Véanse algunas de las preguntas que se dirigen al can
didato, con las respuestas que da en su nombre el Gran
Experto :
D. ¿Quién sois?—C. Mi nombre es Kadoscb, vastago
de una Orden injustamente proscrita hace más de cinco
siglos.
D. ¿De dónde venís?—C. Del Occidente donde, oculto
en una gruta profunda, trabajaba, en el silencio de la
noche, en la reedificacion del nuevo Templo.
D. ¿A dónde vais?—C. Al Oriente donde, por medio
de la Escala Misteriosa, espero llegar hasta el punto de
gloria y esplendor del que han caido tan Valientes Prín
cipes.
D. ¿En qué fundais vuestra esperanza?—C. En la jus
ticia y la equidad.
D. ¿Es esta vuestra esperanza única?—C. No, Poderoso
Comendador, una y otra serian frustradas sin la asistencia
de Aquel que todo lo puede.
D. ¿Quién es aquel que todo lo puede?—C. Su nombre
es inefable, y no debo ni puedo pronunciarlo.
D. Entonces, ¿cómo le invocais sin pronunciar su nom
bre?—C. Le llamo Gran Arquitecto del Universo, por ser
él quien organizó los mundos.
Sométese luego al candidato á un examen sobre todos
los grados que ha recibido, insistiéndose de un modo es
pecial en I03 herméticos y cabalísticos.
—Excelente Caballero, le dice el Soberano de los So
r. 17
— 258 —
beranos, los conocimientos que hasta hoy habeis demos
trado, prueban que sois digno de tomar parte en la em
presa que meditamos. Vuestra conducta revela que estais
en el caso de mandar al vulgo de los masones. Pero los
hay de una clase tan elevada, que no podeis, no digo
excederlos, pero ni siquiera igualarlos, si antes, como
fruto de vuestros estudios y de vuestras raras disposicio
nes, no habeis adquirido esa perfeccion que caracteriza
á los Valientes Príncipes del Real-Secreto. Entre ellos y
los Caballeros Rosa-Cruz hay una cierta serie de grados
por los cuales habeis debido pasar para penetraros de
esa ciencia especial y secreta, sin la cual np podeis diri
gir con éxito á la flor de nuestros Caballeros en la más
importante empresa.
Después del interrogatorio (lo más minucioso posible)
acerca los grados esencialmente cabalísticos, trátase de
una aparicion que ha tenido el recipiendario antes de su
entrada en el Consistorio.
El Soberano de los Soberanos.—¿Qué objetos os ha
presentado esta aparicion?
El candidato.-—Tres aves: una de cuervo, una paloma
y un fénix.
El Soberano de los Soberanos.—¿Qué anuncia el
cuervo?
El candidato.—La negrura de su plumaje simboliza la
pena, el desorden y la muerte.
El Soberano de los Soberanos.—¿Qué os figura lapa-
loma?
El candidato.—Su blancura indica la regeneracion de
los seres.
El Soberano de los Soberanos.—¿ Qué imágen os repre
senta el fénix?
El candidato.—Esta ave, para la cual las llamas son un
elemento de vida, es el emblema de la naturaleza per
— 259 —
feccionada por el fuego sagrado y gozando de un poder
sin limites.
El Soberano de los Soberanos.—Explicadrae el sentido
de estas palabras.
El Candidato.—No puedo. Sé, vi; pero debo callarme.
Ocioso es que digamos que no han faltado en esta re
cepcion los viajes, so pretexto de explicar la campaña
contra Jerusalen : tambien se han disparado multitud de
petardos, se ha quemado profusion de incienso, é invo
cado repetidas veces al Gran Arquitecto del Universo.
El nuevo Príncipe del Real- Secreto se liga á sus Her
manos de los grados 32 y 33 con cinco juramentos.
Helos aquí:
Juramento Primero.—Juro que nada, absolutamente na
da podrá nunca ser un obstáculo á que me consagre á
hacer á los hombres mejores y más ilustrados, y á que
me esfuerze á ser yo cada dia más instruido y más ávido
de verdad y de virtud. Juro mostrarme constantemente
asiduo en llenar mis deberes masónicos y en estudiar con
celo las enseñanzas de la Orden, para que en todo y por
todo llegar á ser un verdadero soldado de la Luz.
Juramento segundo.—Juro oponerme siempre y por to
dos los medios, cualesquiera que sean, á la tiranía y á la
arbitrariedad ejercida por el hombre sobre el hombre.
Juro esforzarme con todas las potencias de mi sér, por
dominar y abatir á cualquiera que intente sojuzgar á los
hombres libres sirviéndose de sus apetitos, necesidades,
pasiones y locuras. Juro conquistar para el pueblo el ejer
cicio de todos sus derechos, conservando personalmente
el libre ejercicio de los mios, debiendo cada individuo po
seer su autonomía y su independencia, y no tolerando que
nadie me imponga su voluntad para actos de los que yo
solo soy responsable, y para los cuales bástame seguir
los consejos de mi conciencia y las opiniones de mi ra
ciocinio.
— 260 —
Juramento tercero.—Juro ser y mostrarme constante
mente el más encarnizado é implacable enemigo de la ti
ranía espiritual que trata de imponerse á la conciencia
de los hombres. Juro impedir por todos los medios, cua
lesquiera que sean, toda tentativa que haga la Iglesia
para imponerse á la libertad de eonciencia, esclavizar el
pensamiento y la opinion, y pretender obligar á los hom
bres á creer lo que quiera prescribir. Juro combatir en
todos terrenos la Supersticion por la Razon, y la Hipo
cresía y el Fanatismo por la Verdad, cumpliendo así el
más sagrado de mis deberes masónicos.
Juramento cuarto.—Juro, de mi plena y libre voluntad,
combatir por todos los medios, y contrastar en todos te
rrenos, los proyectos de cualquiera que pretenda alcan
zar el poder de una manera ilícita ó indigna, ó que sea él
mismo indigno, incapaz é incompetente para ejercerlo.
Juro trabajar sin tregua ni descanso para que los hom
bres sean viriles, independientes y conocedores de sí mis
mos, sin desalentarme si mis esfuerzos parecen infruc
tuosos ó si su debilidad pareciere incurable. Juro ser
siempre soldado fiel y abnegado del pueblo, procurando
con todas mi» fuerzas su exaltacion al poder y su com
pleta libertad.
Juramento quinto.—Juro mostrarme siempre fiel y exac
to en el cumplimiento de todos mis deberes masónicos,
á fin de adelantar á los tibios, á los apáticos y á aquellos
que vacilan en renunciar á sí mismos para servir á la
Francmasonería. Juro mantener, sostener y defender, por
todos los medios cualesquiera que sean, siempre y en to
dos terrenos, los derechos sagrados é inalienables de la
Francmasonería á la libertad de accion más ilimitada.
Juro dar siempre pruebas irrefutables de mi afecto á la
Orden y de mi lealtad de soldado entusiasta adicto cor-
dialmente á la Francmasonería.
— 261 —
Llegamos, por fin, al último grado, al Soberano Gran
Inspector General, á este supremo jefe que en las Logias,
los Capítulos y los Areopagos se apellida simplemente el
grado 83.
La recepcion es una mera formalidad, con un solo ex
perimento.
El Taller, que es el Consejo Supremo, está colgado de
terciopelo rojo, con esqueletos, cráneos y buenos borda
dos. En el Oriente hay un dosel carmesí, bajo el cual se
ve el trono presidencial en un estrado de cinco escalones:
sobre el presidente hay el satánico triángulo, transpa
rente luminoso, que tiene en el centro cuatro letras del
alfabeto hebráico correspondientes á las nuestras HVHJ
(este es el nombre hebreo, imposible de pronunciar, del
Sér Supremo de la Masonería). En el centro de la sala
hay un pedestal triangular, cubierto con un tapiz carmasí,
sobre el cual se encuentra una Biblia abierta en el Libro
de la Sabiduría de Salomon, y encima una espada, puesta
de través. Al Norte de este pedestal, un esqueleto huma
no en pié tiene con la mano izquierda el estandarte de
la Orden, y en la derecha un puñal, que levanta como pa
ra herir. Encima de la puerta de entrada, por la parte
interior, léese en una banda la divisa: Deus meumquejus.
Inmediato á la puerta, entrando á derecha, hay un se
gundo trono, en un estrado de tres peldaños con un altar
triangular y tapete carmesí. La sala está alumbrada por
once luces: en el Oriente, un candelabro con cinco brazos;
en el Occidente, otro de tres, en el Norte un candelero
con un solo brazo, y al Mediodía otro de dos.
El presidente de la asamblea representa á Federico II
de Prusia y lleva el título de Poderosísimo Soberano Gran
Comendador; siéntase en el trono principal, viste túnica
de raso carmesí bordada de blanco, ciñe corona real y
tiene en la diestra la espada desnuda. El vicepresidente,
— 262 —
con el título de Soberano Teniente Comendador, se sienta
en el trono del Occidente, ciñendo corona ducal y tenien
do una espada desnuda en la mano. Hay además un teso
rero del Santo Imperio, sentado al Norte junto á una me
sa triangular ; un Gran Canciller del Santo Imperio ; un
Gran Secretario del Santo Imperio; un Ilustre Maestro
de Ceremonias, y un Ilustre Gran Capitan de los Guarr
dias, este último revestido de un traje militar antiguo.
Los otros miembros se llaman Ilustres Soberanos Gran
des Inspectores Generales ; llevan á manera de banda un
gran cordon blanco moaré y diversas insignias: su traje
es el de sociedad.
El estandarte de la Orden es de seda blanca, de tres
piés y medio de largo por dos y medio de ancho, con
franjas de oro y plata. En el centro hay el águila de dos
cabezas, desplegadas las alas, pico y garras de oro, te
niendo en estas últimas una espada desnuda. En una cin
ta azul está escrita: Deus meumquejus. El asta de la ban
dera tiene ocho piés de largo, y remata en un hierro
de lanza.
Iios trabajes se abren de esta suerte:
El M.\ P.\ Sob.\ Gr.\ Comendador.—Soberano Te
niente Comendador, ¿qué edad teneis?
El Sob.-. Ten.\ Comendador.—Treinta años cumpli
dos, Muy Poderoso Soberano Gran Comendador.
El M.\ P.\ Sob.\ Gr.\ Comendador.— ¿Cuál es vues
tro empleo?
El Sob.\ Ten.\ Comendador.— Combatir por Dios y
mis derechos, y tomar venganza de los traidores.
El M.\ P.\ Sob.\ Gr.\ Comendador.— ¿Qué hora es?
El Sob.\ Ten.\ Comendador.— Se ha dado la palabra
de orden, los guardias ocupan su puesto y estamos en
perfecta seguridad.
El M.\ P.\ Sob.\ Gr.\ Comendador.— Puesto que no
— 263 —
hemos de temer que se nos interrumpa, por los nombres
misteriosos vamos á abrir, ad gloriam Dei, el Supremo
Consejo del grado 33: ya que podemos con seguridad
ocuparnos en nuestra empresa, imploremos la asistencia
del Dios de los ejércitos para que nos ayude y asista en
nuestros combates y obtener finalmente la justicia en
nuestros derechos.
Toca con el pomo de su espada la batería del grado, ó
sea once golpes: 5 -f- 3 1 -j— 2.
Todos los asistentes, arrodillándose.—-¡Oremos!
El M.\ P.\ Sob.\ Gr.\ Comendador.— ¡Oh tú, grande
y eterno Dios, Supremo Arquitecto, que desde tu trono
de pureza ves á todos los pueblos de la tierra, atiende y
acepta las oraciones y súplicas de tus indignos siervos,
ahora postrados ante tí!... ¡Graba en nuestros corazones
el conocimiento de tu eterna palabra, y permite que el
objeto de nuestra institucion pueda ser regido por los
principios de la virtud y de la justicia!... ¡Defiéndenos,
oh Dios de las asechanzas, de los hipócritas malvados!
Protégenos contra los malos designios de nuestros ene
migos y danos fuerza para vencer á los que se han ar
mado contra nosotros, pues el honor y la gloria son atri
buidos á tu nombre santo y poderoso ahora y para siem
pre. ¡Amen! ¡ Amen! ¡ Amen!
Todos los asistentes.— ¡ Amen! ¡ Amen! ¡ Amen!
Golpe dado por el presidente con el pomo de su espa
da. Todos se levantan.
El Ilustre Maestro de Ceremonias presenta entonces
la peticion del recipiendario, concebida en estos térmi
nos: "Ardientemente adherido á la gloriosa empresa es
tablecida en el Cab.\ Kadosch y el Príncipe de Real- Se
creto, anheloso ardientemente de llegar al colmo de los
conocimientos masónicos en que únicamente vos podeis
dar, pido muy humildemente el permiso de ofrecerme
— 261 —
como candidato para ser admitido en vuestro II.-. y
Pod.\ Consejo, y vuestro voto en mi favor será perpetua
mente un título á mi gratitud. Firmado: N..., grado 32.„
Va á buscarse al pretendiente, á quien se examina an
te todo sobre los grados anteriores. Luego declara reco
nocer como palabra sagrada y eterna de Dios el Libro
de la Sabiduría de Salomon. Hecho esto, se le introduce.
Viste de negro, sin sombrero ni calzado, sin espada ni
mandil, baja la cabeza, cruzados los brazos sobre el pecho
y abiertas las manos : lleva al cuello una cinta negra, de
la que el II.-. Maestro de Ceremonias tiene la extremidad
en la mano izquierda, mientras que en la derecha lleva
una antorcha encendida.
El II.-. Maestro de Ceremonias.— Hé aquí un Caballe
ro Kadosch, Príncipe de Real-Secreto, que está sincera
mente adherido á la Orden, á su país y á nuestro Dios;
ve los sufrimientos de la humanidad con ojo vengativo, y
humildísimamente solicita el favor de ser admitido en el
Consejo Supremo, para que estando ilustrado por la di
vina Sabiduría pueda reflejar la luz masónica sobre el es
píritu de aquellos que están sumidos en las tinieblas de
la supersticion.
El aspirante da tres vueltas por la sala, y en cada una
se postra un instante frente al triángulo que está puesto
en el Oriente. Al terminar las dos primeras dícese una
oracion por el estilo de la invocacion reproducida más
arriba, y dada la tercera se le ordena lavar sus manos en
una palangana llena de plomo fundido.
El M.-. P.\ Sob.\ Gr.-. Comendador.— Acercaos á esta
palangana, Eespetable Hermano, y lavad vuestras ma
nos en el plomo fundido que hay en ella. Por este medio
las manchas del vicio que pudieran ensuciarlas, serán
purificadas y borradas. Todos hemos pasado por la mis
ma prueba y nos hemos librado de los peligros con que
— 265 —
estais amenazado. Poned vuestra confianza de nuestro
Dios, y decidios á cumplir resueltamente lo que os pedi
mos: el plomo, aunque fundido, quedará privado de su
calor; sumergiendo en él las manos, cederá al momento
mismo que le toqueis... Hermanos mios, acercaos tam
bien á presenciar el resultado de este místico experi
mento.
Aproxímanse todos los asistentes, con aire de viva cu
riosidad por ver si se abrasa ó nó el recipiendario, quien
inmerge las manos en la palangana.
Esta es de hierro y medio llena por la mitad de mer
curio, que tiene la apariencia de plomo fundido; debajo
hay un brasero conteniendo algunos trozos de carbon,
que se ha encendido en el momento de entrar el candi
dato en el salon, á fin de que al empezar la prueba el
mercurio está apenas tibio. Sobre las brasas échase in
cienso compuesto de ámbar, olíbano, resina, abdamon,
bezoina y estoraque; esta mezcla produce un humo de
perfume grato.
Hecha la prueba, todos los asistentes felicitan al can
didato por su valor, que le dicen denota la confianza que
tenia en la pureza de su corazon y en la proteccion del
Espíritu del Fuego. Condúcenle en seguida al altar ante
el cual se postra, y presta el juramento mientras quema
el incienso. Todos los asistentes se arrodillan asimismo,
inclinando la cabeza en humilde adoracion, dice el Ri
tual Sagrado, aplicando al mismo tiempo la mano dere
cha sobre el corazon. El candidato pone las suyas sobre
el Libro de la Sabiduría.
Juramento.— Yo, N... Caballero Kadosch, Príncipe de
Real- Secreto, doy solemnemente mi palabra de honor y
sagrada, juro y prometo sinceramente, por este libro que
creo es la palabra sagrada del Sér Supremo eterno, po
derosísimo Soherano y Arquitecto del Universo, jura
— 266 —
aquí, en su misteriosa presencia y en la del Consejo Su
premo del grado 33, que nunca revelaré, directa ó indi
rectamente, los secretos ó misterios del sublime grado
que estoy pronto á recibir, ni de alguno de aquellos que
ya he recibido, excepto á un igual Soberano Gran Ins
pector General que lo haya tambien recibido legalmen
te. Juro además seguir estricta y religiosamente los Es
tatutos particulares, Constituciones y Reglamentos se
cretos del grado 33, y llenar todos los deberes de Gran
Inspector General, diligente y fielmente, sin parcialidad,
favor ni afecto. Juro que adoraré al único verdadero y
vivo Dios, que nos protege, de la manera y en la forma
que creo, segun mi conciencia, serle más agradable, y
que ajustaré mi conducta á sus mandamientos. Juro y
prometo todas estas cosas sin equivoco ni reserva men
tal, ni siquiera con la esperanza de ser de ellas dispensa
do ó relevado por un poder cualquiera, bajo las penas
siguientes, que me impongo á mí mismo : quedar des
honrado entre los hombres; tener mi nombre expuesto
con letras rojas en los Areopagos, Capítulos y Logias es
parcidos por el globo; é invoco aquí solemnemente al
grande y eterno Dios que derrame sus maldiciones sobre
esta cabeza execrable (aquí el recipiendario lleva la ma
no á la cabeza); que me deje languidecer en la miseria
y en la desgracia, y que atormente en fin mi alma hasta
la perfecta extincion si llegase á violar esta promesa li
bremente jurada. Que nuestro Dios todopoderoso me
conceda la fuerza suficiente para cumplirla en todas sus
partes, para la mayor gloria de su santo nombre! ¡Amen!
¡Amen! ¡Amen! ,
El candidato antes de levantarse besa tres veces el
Libro de la Sabiduría y la hoja de la espada.
El Soberano Gran Comendador, poniéndole entonces
la espada en la mano derecha.—Respetable Caballero y
Hermano, os entregamos un arma de muerte. Nunca la
empleeis contra la vida de un Hermano, excepto si hu
biese hecho traicion á nuestra causa; usadla, por el con
trario, contra los sanguinarios malvados asesinos de
nuestro Respetable Maestro Jaime de Molay, esto es,
contra los enemigos de nuestra Orden... (Pasándole al
dedo anular de la mano derecha una sortija (1) de oro):
Con esta sortija os enlazo con la Orden, con vuestro país,
con nuestro Dios, y os recibo y reconozco Soberano Gran
Inspector General, grado 33 y último. Que esta sortija os
recuerda de continuo las obligaciones solemnes que ha
beis contraido con la Francmasonería.
Termina la sesion con un breve discurso instructivo
sobre los Templarios, sobre la fundacion del grado 33
masónico por Federico II de Prusia y sobre los diversos
emblemas del Grado. Afirmase que el triángulo colocado
sobre el dosel del Oriente no es un vano símbolo, y que
los Soberanos Grandes Inspectores Generales se glorian
de obrar en la presencia inmediata (aic) del Dios que fué
revelado en el grado de Kadosch ; este triángulo nos en
seña tambien á levantar nuestras miradas hácia nuestro
padre, para obtener su proteccion y su sosten, y á adorar
en él al verdadero Dios.„ Respecto á los esqueletos, crá
neos y huesos humanos, "sirven para recordarnos la ma
tanza de nuestros antepasados por Felipe el Hermoso
quien les entregó á los más crueles suplicios.„ Recor
dándosele al recipiendario su paso por el grado de Ka
dosch, se le dice: "En este grado os comprometisteis
solemnemente á destruir una Orden de hombres por los
crímenes que ha cometido de muchos siglos á esta parte.„
Tocante á los cuatro candeleros, uno de 5 brazos, otro de
III.
I.
La Masonería Florestera.
(CARBONARISMO).
;
H.
La Masonería de Adopción.
(Masonería de Mujeres).
R: . : L: . : (nombre de la Logia).
M: : Q: : H: . : ,
Por disposicion de los HH: . : que componen la R: . : L: . :
(nombre de la Logia), se os suplica les hagais el obsequio
de venir á adornar y embellecer sus climas, el dia
del mes (era vulgar: el ), a
las de la noche, en el Jardin de la Amistad, calle
Aunarán sus esfuerzos, M: . : Q: . : H: . :, para daros
pruebas de su afecto fraternal, tierno y masónico.
Su deseo es complaceros; su esperanza divertiros, y su
recompensa lograrlo.
Habrá Fiesta de Adopcion, baile y espectáculo.
Que acepteis ó no, M: . : Q: . : H: . : , se os suplica la
contestacion al H: . : Secretario antes del
Soy, por los juramentos que nos unen,
M: :Q: .
AQUI Vuestro afectísimo Hermano:
el timbre (Firma del SecrHario de la Loffia, se
de guida de su direccion personal).
la Logia.
RITO DE LA FELICIDAD.
El Ri(p de la Felicidad ó de I03 Felicitarios compóne-
se de cuatro grados: Grado 1.°, el Grumete; grado 2.a, el
Patron; grado 3.°, el Jefe de Escuadra; grado 4.°, el Vi
cealmirante.
Los emblemas y el vocabulario son náuticos. La Logia
se apellida Escuadra: la ciudad donde existe una Escua
dra es una Rada. A la cabeza de cada Escuadra hay cua
tro oficiales : el Jefe de Escuadra, el Gran Sondeador, el
Inspector y el Querubin.
Las Hermanas figuran efectuar un viaje á la Isla de la
Felicidad, bajo la vela de los Hermanoí y gobernadas'
por ellos. Esta ficcion encubre multitud de picardías.
Todo candidato ss compromete con juramento á guar
dar absoluto secreto acerca el ceremonial que acompaña
'la iniciacion. Además, el candidato Mason jura "que
.— 302 —
nunca se propondrá fondear en un puerto donde se en
cuentre ya al áncora uno de los buques de la Órden:„ y
por su parte la candidata.Masona jura "que no recibirá
nunca un buque extranjero en su puerto mientras esté
anclado en él otro de la Orden. „ Estos juramentos de
semi-fidelidad, aunque se trata de una fidelidad muy pro
visional, han perjudicado no poco el éxito de este rito;
puei en las Logias de Adopción los Hermanos Masones
practican sin vergüenza la comunidad de Hermanas Ma-
sonas, en virtud del gran principio de la amistad masó
nica, esto es, "del amor regulado por la prudencia," se
gun la fórmula Je estos hipócritas libertinos. Mariposear
de una á otra Hermana sin fijarse en ninguna, y, recípro
camente, convenirse con cualquier Hermano hollando
toda preferencia, esto es lo que la Masonería llama gra
vemente "el arte de saber vencer sus pasiones.„
El Rito de los Felicitarios es, por consiguiente, menos
degradado que el Rito Moderno de Adopcion; considero
un deber tributarle esta justicia. Pero á esto se- reduce
todo, pues tocante á los experimentos y ceremoniosas fan
tasías que marcan cada iniciacion, la moralidad de uno
de estos dos ritos vale exactamente tanto como la del
otro. Cuando se trata do iniciar una Hermana Felicitaría
y de recibir su juramento, el Jefe de la Escuadra hace
sentar la postulante en su lugar y se pone de rodillas
ante la misma durante la formalidad del juramento. No
se puede ser más galante.
Entre las señales de reconocimiento, permítaseme citar
el del grado 3.°: el Hermano Mason Felicitario se planta
frente la Hermana, con las manos en los bolsillos y los
brazos muy abiertos; entonces la Hermana Masona Feli
citaria entreabre la boca, acerca la lengua al borde delos
labios y la remueve con viveza, mirando dulcemente al
Hermano.
— 303 —
RITO DE LA PERSEVERANCIA.
Este rito sólo puede notarse aquí para memoria, pues
no se practica hoy dia, por lo menos en Francia.
. Su origen es polaco, y su divisa: "¡Perseveramos en la
rectitud!—¡Amistad! ¡Virtud! ¡Beneficencia! ¡Lealtad!
¡Valor! ¡Discrecion!„ Todas estas palabras, inclusa la de
rectitud, tiene un sentido oculto, indecente en sumo
grado.
Este rito desempeñó cierto papel en los acontecimien
tos que prepararon la Revolucion. Aseméjase en algunos
puntos al Rito Moderno.
RITO DE LA ROSA.
El Rito de los Caballeros y de las Ninfas de la Rosa,
como el de las Mopsas, no admite más que un grado.
— 304 —
La sala de sesiones, donde las recepciones se verifican,
se llama el- Templo del Amor. Sus muros, adornados con
guirnaldas de flores, están sobrecargados de escudos en
los que hay pintados emblemas y divisas eróticas.
El Presidente tiene el título de Gerofante, y la pre
sidenta, el de Gran Sacerdotisa. Los introductores de los
candidatos son un Caballero, apellidado Sentimiento, y
una Ninfa, con el nombre de Hermana Discrecion. Du
rante todo el tiempo de las iniciaciones la sala sólo está
alumbrada por una linterna sorda, que tiene en la mano
la Hermana Discrecion. "El amor y el misterio, dícese
en el Ritual de la Orden, son el objeto principal de los
Caballeros y Ninfas de la Rosa.B
Los Masones de las Logias masculinas que quieren ser
admitidos en un Taller mixto que practique el Rito de la
Rosa, tienen que pasar por una iniciacion especial. Recí-
bense á un tiempo postulantes de ambos sexos.
Se les pide su nombre, nacionalidad, profesion, y lo
qué pretenden.
A esta última pregunta tienen que responder:
—Busco la dicha.
Se les pregunta por la edad. ' .
Deben contestar:
—(Si es un Caballero): La de amar.
—(Si es una Ninfa): La de agradar y amar.
En seguida se hacen preguntas á los candidatos acerca
sus sentimientos particulares, sus preocupaciones, su con
ducta en materia de galantería (sic), etc.
Efectuánse muchos paseos á través de la sala, y se en
cierra á los postulantes de ambos sexos, por parejas, en
aposentitos llamados "Bosquecillos del misterio.„
Finalmente, después de una orgía íntima, de la que no
debo dar los detalles, los Caballeros y las Ninfas, cam
bian entro sí, abrazándose, sus coronas de rosas y de
mirtos.
— 305 —
I.
" Ciudadanos :
"El Gran Oriente de Francia, en nombre de todos los
Talleres Masónicos de su correspondencia, presenta su
adhesion al Gobierno provisional.
"Aunque por sus estatutos está fuera de las discusio
nes y de las luchas políticas, la Masonería Francesa no
puede contener la explosion universal de sus simpatías
por el gran movimiento nacional y social que acaba de
verificarse.
"Los Francmasones han inscrito constantemente en su
bandera las palabras ¡Libertad! ¡Igualdad! ¡Fraternidad!
y al encontrarlas en el pabellon de Francia, saludan el
triunfo de sus principios, y se congratulan al poder de
cir que la patria toda entera ha recibido por vuestro me
dio la consagracion masónica.
"Admiran el valor con que habeis aceptado la grande
y difícil mision de fundar sobre bases sólidas la libertad
— 316 —
y la dicha del pueblo; y aprecian la abnegacion con que
sabeis cumplirla, mantuviendo el orden, que es su condi
cion y garantía.
"Cuarenta mil Francmasones, repartidos en unos qui
nientos Talleres, y no formando entre sí más que un
mismo cuerpo y un mismo espíritu, os prometen su con
curso para llevar á cabo felizmente la obra de regenera
cion tan gloriosamente comenzada.
"/ Viva la República !„
Tres años más tarde el príncipe-presidente Luis Na
poleon Bonaparte dió el golpe de Estado del 2 de di
ciembre de 1851 y quedó dueño absoluto del país. El
mismo Gran Oriente de Francia se apresuró entonces, el
9 del mismo mes y año, aplaudir la caida de la Repúbli
ca nombrando por unanimidad Gran Maestre de la Or
den al príncipe Luciano Murat, primo del autor del gol
pe de Estado. Más aún, el 15 de octubre siguiente el
Gran Oriente, al felicitar á Luis Napoleon Bonaparte por
su energía contra los republicanos, le invitó, por un
mensaje solemne votado por unanimidad, á proclamarse
emperador.
Véase este mensaje:
"¡Para gloria del G.\ Arq.\ del Universo!
"El Gran Oriente de Francia al príncipe Luis Napoleon
Bonaparte.
"Príncipe presidente:
"La Masonería es una obra enteramente filantrópica;
tiene por mision crear y propagar toda institucion que
tienda á hacer el bien; enseña las virtudes pacíficas de
la familia, el amor y la fe en Dios, y prohibe á sus adep
tos las discusiones políticas. Pero esta prescripcion, que
— 317 —
observamos rigurosamente, ¿puede cerrar por ventura
nuestros corazones á la gratitud, á este sentimiento tan
natural y generoso?
"Nunca, Príncipe, hemos olvidado cuanto debemos al
Emperador vue.tro tio, que nos otorgó constantemente
su poderosa proteccion y se dignó admitirnos á presen
tarle nuestros homenajes.
"En los dias nefastos de 181 4 y 1815, no se nos vió mani
festar adhesion al nuevo poder (1). Mientras vivió el rey
José, nuestro Gran Maestre, de feliz memoria, le perma
necimos fieles. Después de su muerte, hemos esperado...
"Apenas con vuestra energía y vuestro valor heroico,
oh Príncipe, acabais de salvar á la Francia, cuando nos
apresuramos á aclamar Gran Maestre de la Orden al ilus
tre príncipe Luciano Murat, tan digno de seguir vuestros
destinos.
"La verdadera luz masónica os anima, Gran Príncipe.
¿Quién podrá nunca olvidar las sublimes palabras que
habeis pronunciado en Burdeos? Tocante á nosotros,
ellas nos inspirarán siempre, y nos envaneceremos de
ser, bajo semejante jefe, los soldados de la humanidad!
"La Francia os debe su salvacion. No os detengais en
tan hermoso camino: asegurad el bienestar de todos ci-
ñendo la corona imperial en vuestra noble frente: acep
tad nuestros homenajes, y permitid que llegue hasta vos
el grito de nuestros corazones:
"¿Viva el Emperador! „
( 1 ) Esto, sea dicho de paso, es una solemne mentira : verdad es
que las mentiras poco le cuestan á la malvada secta, que en políti
ca se ha prosternado siempre ante el nuevo sol que se levanta. En
1814 el Gran Oriente de Francia, arrastrándose á los pies de Luis
XVTH, votó, con fecha de 11 de mayo, mil francos para reedifica
cion de la estatua de Enrique IV, y el 24 de junio del mismo año
todos los Oradores de las Logias celebraron en los banquetes lla
mados solsticiales, «la feliz restauracion de la monarquía legitima. »
— 318 —
Después de esto es preciso quemar las naves.
Si el pueblo quiere continuar fiándose de las buenas
palabras de la Francmasonería, esto es negocio suyo; pe-
ro que no se queje entonces de no haber sido advertido
cuando se vea cobardemente abandonado por aquellos
mismos que le habrán arrastrado á tomar el fusil.
n.
(1) Entre las firmas que suscriben este decreto masónico figura
S, de un general francósl
— 32G —
no hay medio de eludir la fuerza de este raciocinio. Aho
ra bien, como todos los capitanes de buque Masones se
indignarán á la idea de que pueda suponérseles capaces
de no volar, fuera de los casos de guerra, en socorro de
un buque cualquiera que pidiese socorro con las señas
acostumbradas, se convendrá, y la misma Masonería no
podrá negarlo, que su pabellon especial de angustia ha
sido creado puramente para el caso de un combate na
val, atendido que para todos los otros lances existen se
ñales convenidas.
Por consiguiente, la Francmasonería una vez más es
infame, una vez más el Mason conviértese en traidor á
su país ; pues ¿ cuál es la accion que se impone á los sec
tarios en el caso particular que indica el artículo 4.° del
decreto del Supremo Consejo? Un Mason cualquiera, ca
pitan, piloto, almirante ó lo que fuere, desde el punto en
que advierte el pabellon de apuro en una embarcacion
enemiga, ha de acudir en auxilio del Mason que lo recla
ma; debe cesar de combatir en sus propias filas, y para
socorrer á su Hermano en Masonería tiene que hacer
causa comun con el enemigo. Este Mason encuéntrase en
frente de dos pabellones enarbolados en el mismo mástil:
tiene delante el pabellon enemigo, que el juramento de
fidelidad que prestó á su patria le obliga á combatir; y
al mismo tiempo tiene tambien frente ú sí el pabellon
de angustia de un Hermano á quien su juramento de fi
delidad á la secta le obliga á socorrer. En presencia de
estos dos pabellones, entre estos dos juramentos, no se
le permite vacilacion alguna; ¡debe, sin la menor per
plejidad, hacer traicion á la bandera de su patria! pues,
como expresamente lo indica el Gran Oriente de Fran
cia, "las leyes inexorables de la guerra tienen que doble
garse ante el poder masónico
(X ) I.a Fravc-ifa(oncrie, por Amando Neut, pág. 249.
Durante la última guerra, aquellos de nuestros solda
dos y oficiales que eran hechos prisioneros y conducidos
á Alemania encontraban, si eran Masones, no ya un duro
cautiverio entre los fuertes muros de las ciudadelas, sino
una hospitalidad escandalosa en las cómodas ciudades en
las que se los internaba con toda suerte de privilegios;
la Masonería prusiana los protegía y trataba como Her
manos,' con detrimento, empero, de los otros prisioneros,
los cuales quienes eran objeto de durísimos tratamien
tos, sin duda á título de compensacion.
Las Logias francesas, por su parte, ¿acogieron frater
nalmente á los Masones que se encontraban, ya como ofi
ciales, ya bien como soldados, en el ejército de los bár
baros invasores? Esto es más que probable; no admite
duda alguna. Es evidente que á la sombra de los Talleres
y en los campos de batalla de la Patria violada y asesinada
por las feroces hordas de los Teutones, la fraternizacion
fué recíproca.
En una obra impresa en Leipzig, un aleman, Mason
distinguido, escribe lo siguiente que da lugar á serias
reflexiones:
"Las últimas guerras contra Francia son ricas en ejem
plos en que á veces el que daba el asalto deponia las ar
mas y el oficial contenia á sus soldados para salvar á un
Hermano que divisaba bajo su uniforme. „
Esta obra tiene por título: Die Gegenwart und Zuk-
unft der Freimaurerei in Deutschland. Véase el pasaje tra
ducido arriba: Die letzten Kriege gegen Frankreich sind
reich an solchen Beispielen, \vo der feindliche Angreif
seine Waffen streckte, der Oftcier seineeigene Manns-
chaftzurückhielt, um den erkannten Bruder in dem Uni-
form des Feindes zu schonen. (Página 33). „
¿Es esto asaz edificante?
¿Quien creerá que tratando los Masones prusianos con
— 328 —
tanto miramiento á los Masones franceses, éstos en co
rrespondencia no reciban á aquellos con los brazos abier
tos?
¡Qué vergüenza!
¿No saldrá un grito de indignacion de todos los pechos
de los verdaderos patriotas?
Para terminar, os diré ¿quereis estar al corriente de
uno de los asuntos de las conferencias secretas que se
tienen en las Logias?
Tengo á la mano un ejemplar de la carta convocatoria
que la Logia el Globo, de Vincennes, departamento del
Sena, envió el 24 de agosto de 1886, á todos sus miem
bros y á todas las Logias de Paris. Esta circular invita
á los Hermanos parisienses y del departamento, á que
acudan el viernes 3 de setiembre, para asistir en el local
de dicha Logia el Globo, avenida des Charmes, núm. 12,
á una gran conferencia masónica.
La orden del dia textualmente dice así:
"A las nueve y media en punto, conferencia de nuestro
queridísimo Hermano Trollet, Gran Experto del Taller,
acerca Los motivos que deben hacer desear á la Francia,
especialmente á la Francmasonería francesa, que la Alsa-
cia-Lorena permanezca alemana.„
A esta última infamia, como se comprende, nada que
da que añadir.
Si la organizacion extraordinariamente maravillosa que.
posee la Francmasonería le da un poder que seria pueri
lidad poner en duda, la maldita secta se sirve de él, no .
para impedir las guerras, sino para crear á sus miembros
abominables privilegios durante la lucha, y para cometer
las traiciones más vergonzosas y abominables.
— 329 —
III.
— 345 —
te del papa Gregorio XVI el anticlerical Rossi, volvien
do sobre sí mismo, se desentendió del vergonzoso yugo
de la secta y vino a ser el principal consejero del nuevo
pontífice Pio IX.
El 15 de noviembre de 1848, en el momento en que se
dirigía Rossi á la Asamblea de los diputados romanos,
fué herido por un oscuro Francmason llamado Jergo, en
las mismas gradas del palacio : era el golpe de la arteria
carótida, y la muerte fué instantánea.
En 1875 otro personaje político fué asesinado en las
mismas condiciones. Esta nueva víctima de la Francma
sonería es García Moreno, presidente de la República del
Ecuador.
García Moreno habia sido elegido en 1869, por segun
da vez, presidente de la República, y comprendiendo que
un Gobierno serio no puede tolerar la existencia de las
Sociedades secretas, suprimió todas las Logias masóni
cas, causa do continuas turbulencias en el país.
Los Francmasones clamaron traicion, y pretendieron,
no se sabe con qué fundamento, que Moreno habia sido
iniciado en 1860 en la Logia la Filantropía, de Guaya
quil. Si el hecho es exacto, la conducta de García Moreno
en el poder demuestra que conocia á los sectarios y no
queria ser dominado por ellos.
Sea lo que fuere, algunos dias después de habérsele
reelegido tercera vez por el voto unánime de la nacion,
el Presidente de la República del Ecuador caía á los gol
pes de cobardes asesinos frente del Ministerio de Hacien
da, en Quito.
El principal asesino, llamado Rajo, le cortó la arteria
carótida de un golpe de daga en el momento en que se
volvia; un cómplice acababa de descargarle un golpe en
la nuca. Otros dos miserables descargaron en seguida
contra él sus revólvers.
— 346 —
La multitud descuartizó á Rajo, logrando evadirse los
demás, que tenian prevenidos caballos ensillados. A Rajo
encontrósele encima un diploma masónico con su nom
bre, y talones del Banco del Perú, que era un antro no
torio de Francmasones.
Un funcionario preso por complicidad en el asesinato,
fué sometido á un Consejo de guerra. Antes del proceso,
el presidente del Consejo aseguró al reo que se le perdo
naría la vida si denunciaba á los fautores de la conspira
cion: "Es inútil que me perdoneis la vida, contestó; pues
en el caso de que me la salvaseis me la quitarían mis
compañeros; prefiero ser fusilado que morir á puñaladas.„
No era esta la primera conspiracion urdida contra
García Moreno. El Presidente del Ecuador, en ocasion,
de una anterior trama contra su vida, habia generosa
mente perdonado á los sectarios sorprendidos en fragan
te delito de maquinaciones homicidas; al H.\ Rajo, su
asesino, le habia colmado de beneficios.
Esto por lo que respecta á los crímenes cometidos au
dazmente y á la luz del dia; pero ¿cuántos y cuántos que
dan ignorados? Hé aquí lo que se practica cuando la Ma
sonería atenta contra la vida de un hombre eminente
cuya muerte podrá considerar el pueblo como un asesi
nato fuera del derecho comun. Aun para estos casos se
necesitan sectarios ciegamente adictos, arriesgando su
vida al cometer el asesinato. Mas en las crisis políticas,
cuando no se cuentan los hombres que sucumben en la
lucha, y que no puede distinguirse el bayonetazo del
combatiente de las barricadas, de la puñalada del sicario
de los Areopagos, ¿quién podrá nunca constatar la
parte de las responsabilidades diversas? ¿quién podrá
averiguar cuántos mueren en los azares de la lucha y
cuántos han sido heridos traidoramente por los asesinos
de las Sociedades secretas?
— 347 —
¿A qué hombre formal se hará creer que sólo para
pasar el tiempo los Kadosch se entretienen en herir de
tal ó cual manera sus maniquíes, y que es esta una dis
traccion tan inofensiva como la de los concurrentes á un
círculo perfeccionándose en el arte de las carambolas?
Existen en Londres cursos especiales para uso de los
pickpokets, como en París se enseñan el baile y la gesti.
culacion. De una cuerda sujeta al techo cuelga un mani
quí cargado de cascabeles; y el aprendiz pickpoket debe
á fuerza de destreza, quitar de las faltriqueras del mani
quí, sin hacer sonar un solo cascabel, el reloj, la cartera,
el monedero y el pañuelo. ¿Habrá álguien tan inocente
que se figure que los malos bichos que pasan las noches
adiestrándose en limpiar con toda ligereza los bolsillos
de aquel muñeco suspendido, no tienen otro objeto que
un juego agradable é inocente?
Compárense los maniquíes de los pickpokets y los de
los Kadosch, y dedúzcase la consecuencia. Confieso que,
por mi parte, no vacilo en declarar más inofensivos los
entretenimientos de los primeros.
Pero, se dirá, ¡los hombres no desaparecen de esta
suerte en un país civilizado!
Sin embargo, atiéndese bien: desde que la Francma
sonería ocupa todas las avenidas del poder, inclusas las
del ramo de policía, el número de crímenes que quedan
impunes, de los asesinatos cuyos autores nunca son habi
dos, de las muertes cuyos móviles permanecen ignora
dos, ha aumentado de una manera prodigiosa.
Cierto que la secta no hará desaparecer una individua
lidad que ocupe un lugar eminente en la opinion públi
ca; estas individualidades se reservan para los momentos
de crisis y de revolucion; pero la Masonería no cuenta
únicamente adversarios entre las personas notables.
Preguntaré, además,. á cuantos pretenden defender la
— 348 —
secta desde el punto de vista criminal, que se sirvan dar
me la explicacion del sombrío enigma que se llama la
muerte de.Gambetta.
Hay un hecho cierto: Gambetta murió asesinado. Pero
¿por quién? Hé aquí lo que se tiene oculto.
Otro hecho hay igualmente cierto, y es que los más
. encarnizados enemigos de Gambetta, en el partido repu
blicano, pertenecian todos ó casi todos á la Francmaso
nería, y que aquel hombre público, muy autoritario si se
quiere, pero sobremanera independiente, no era dócil
instrumento de la tenebrosa Sociedad.
Demos una rápida mirada retrospectiva.
Gambetta conquistó su reputacion y popularidad, de
un salto, por el proceso Delescluze (asunto de la suscrip
cion Baudin) ; su elocuencia de tribuno revelóse como un
rayo. No era entonces Francmason, y cuidábase tan poco
de la secta como la secta de él.
Por el hecho de aquella revelacion súbita, Gambetta
fué elegido diputado. Aquí la Cofradía áun no hizo nada
por un hombre que no era de los suyos: prodújose una
corriente republicana, y tambien ella siguió la corriente.
Proclámase la República, y Gambetta llega á ministro.
Transcurrió no obstante mucho tiempo antes que Gam
betta, cediendo á numerosas solicitaciones, se hiciese
afiliar: experimentó la presion política, y vino á ser
Mason, pues es cosa admitida que un demócrata militan
te debe serlo. Pero, nótese bien, nunca Gambetta fre
cuentó las Logias, y apenas se le vió dos ó tres veces en
los banquetes masónicos, que, aunque organizados por
Hermanos, están abiertos para el público.
Por último, al cabo de inveho tiempo de ejercer el po
der permaneciendo entre bastidores, Gambetta tomó las
riendas del gobierno. Entonces sitióle la Francmasone
ría: invocóse la confraternidad de las Logias para obte
— 349 —
ñor esto ó aquello; pero Gambetta no se dejaba imponer,
y enviaba secamente- á paseo á los sectarios importunos
que pretendían gobernarle. Era gambetista, y_ de ningu
na manera Francmason.
Jamás hombre de partido hizo tan corta existencia en
el Ministerio. En poco tiempo tuvo contra sí á casi to-
! dos los diputados de su propio campo. Recordadlo. Aque-
¡. llos que capitaneaban la intriga contra Gambetta eran
I las eminencias de la Francmasonería. Juzgando los acon-
| tecimientos á distancia, ¿no parece que toda aquella
gente obedecia á una consigna?
Derrumbado del poder, no por eso dejaba de ser el
hombre designado para una próxima ocasion. Era evi
dente que no se haria en el porvenir, como no lo habia
sido antes, el humildísimo servidor de los Grandes Orien
tes y de los Supremos Consejos. Puede criticarse á Gam
betta como hombre político, pero es preciso reconocer
que era un verdadero carácter, y que no corria por sus
venas sangre de un servilon.
Encogíase de hombros cuando las eminencias de la
Francmasonería acudían á hablarle de su influencia. Con
fiaba sólo en sí mismo, creia que todas las intrigas par
lamentarias no habian logrado gastar su prestigio ante
la masa del pueblo, y burlábase de los intrigantes de los
Capítulos y Areopagos tan abiertamente lleno de cólera
como habia mostrado el puño á los vocingleros de Belle-
ville: los revolucionarios habian tenido el don de con
moverle, mejor que todos los portadores de mandiles con
pechera.
En las Logias decíase desde mucho tiempo:
—¡Ah, Gambetta no es de los nuestros (1)!
PIN.
TABLA DE LOS CAPÍTULOS.
^v ',,.,. Páginas.
Preliminares 17
I.— Organizacion de la Secta 23
II.— Las Logias y los Grados Simbólicos. . 38
III.— Los Capítulos y los Grados Capitulares. 139
IV.—Los Areopagos y los Grados Filosóficos. 194
V.-— La Direccion Suprema 236
VI.— Las Masonerías Anejas 274
VII.— Intrigas y Crímenes de la Secta. . . 307
9 '-
VC/ 87084
f \