Coaching El Arte de Soplar Las Brazas Resumen
Coaching El Arte de Soplar Las Brazas Resumen
Coaching El Arte de Soplar Las Brazas Resumen
Coaching, más que un entrenamiento, es entendido como una disciplina, un arte, un procedimiento,
una técnica y, también, un estilo de liderazgo, gerenciamiento y conducción. Personalmente lo
entiendo como un proceso de aprendizaje.
-Ontológico, porque hace al sentido del ser
-Transformacional, o existencial, porque postula que nada ocurrirá sin transformación personal
En el coaching se da una vinculación entre el coach y el coachee. Dicho vínculo resulta ser íntimo y
confidencial, dirigido a superar metas que parten del coachee.
Para un proceso eficaz de coaching es vital poseer una adecuada capacidad conversacional que
permita el autoconocimiento de los involucrados del proceso de coaching y que favorezca la
capacidad de aprender a aprender que posea el coachee.
Un proceso de coaching exitoso será aquel que permita al coachee asumir la responsabilidad y
poder, transformar su perspectiva como observador y diseñar e implementar nuevas acciones.
Un coach es un detective, ya que debe ayudar a buscar respuestas a partir de las pistas que pueden
aparecer en el proceso de coaching, pero no juez, ya que no debe juzgar al coachee en ningún
sentido.
Y por último un coach es un líder, quien orienta al coachee, buscar potenciar sus capacidades y
recursos y, en algún sentido, le permite afrontar sus emprendimientos.
Por lo que un coach debe ser multifacético, ya que dependiendo de lo que requiera el coachee y la
situación podrá adoptar distintas caras y funciones.
Al hacer coaching intervendremos en el ser de una persona y en su emocionalidad, por ello que
debemos poseer una sólida afirmación profesional, ética y responsabilidad si queremos ser coach.
Aprender es actuar de modo efectivo. Por eso considera que enseñar el oficio de aprender es ir más
allá de transmitir información, ya que se debe, ante todo, aprender a aprender y este se remite a
las “Zonas de Aprendizaje” la cuales son:
“Zona de confort”, donde ubicamos todo nuestro conocimiento adquirido, donde no hay nada más
para aprender, operando de modo automático
“Zona de expansión”, es en donde se produce el aprendizaje, implica declarar que uno no sabe
algo y poseer la voluntad para aprender, pero este pasaje de lo conocido a lo desconocido es un
proceso, ya que expandimos nuestra capacidad de acción y al mismo tiempo ampliamos nuestra
zona de confort
“Zona de pánico”, aquí es imposible aprender, no habrá compromiso, se teme al castigo del error y
por eso no hay interés en aprender porque se prefiere ocultar la ignorancia disparadora del
aprendizaje.
Podemos explicar las causas por motivos internos a uno y por motivos ajeno. Los motivos ajenos
los denomina como “Explicaciones tranquilizadoras (o reactivas)” y apuntan a la idea que no
resuelven un problema, pero ante este problema la persona se declara inocente e irresponsable.
Por otra parte, los motivos internos los denomina “Explicaciones Generativas” indicando que uno es
parte del problema y, por ende, parte de la solución; uno no es culpable del problema, pero sí es
responsable de poder resolver el problema. Uno, aún en las circunstancias más difíciles, puede elegir
quién va a ser.
Resulta crucial que el coachee deje de considerar que sus problemas son consecuencia de factores
externos para que el coaching resulte eficaz ya que “Si el problema está afuera”, ¿cuál será la
necesidad de cambiar?
Capítulo 3 Aprendizaje transformacional
El coaching produce una transformación que involucra al observador que cada uno de nosotros es
y esto genera un cambio en nuestro accionar y en nuestros resultados, las diferencias de criterios
sobre una persona, situación o cosa dependerán de la clase de observador que sea cada uno.
Se poseen diferentes perspectivas acerca de un mismo hecho lo cual se produce porque nuestra
experiencia está filtrada por nuestros sistemas de creencias, llamados modelos mentales que son
“supuestos profundamente arraigados, generalizaciones e imágenes que influyen sobre nuestra
manera de observar el mundo y nuestra manera de actuar sobre él.
Hay tantos modelos mentales como personas y el modo en que cada uno interprete definirá sus
acciones. O sea que toda acción, resulta del tipo de observador que cada uno es.
Por eso se planea la vinculación entre
Por lo tanto, si uno quiere obtener resultados distintos a partir de distintas acciones, entonces deberá
cambiar su tipo de observador.
Diseñar e implementar nuevas acciones que nos aproximen a los resultados deseados en un proceso
de acortar brechas son el fin de un coaching exitoso y es lo que implicará una transformación
personal. Por ello el coach buscará a que el coacheado aprenda a ser un observador diferente y este
tipo de aprendizaje requiere una transformación personal, por eso se puede hablar que hay distintos
niveles de aprendizaje. El nivel más profundo de aprendizaje apunta a cuestionar el tipo de
observador que somos.
El coaching apuntará expandir la capacidad de acción de una persona producto de una modificación
del tipo de observador que esa persona es. Transformando el tipo de observador, se abrirán nuevas
respuestas y esto se lo denomina como aprendizaje transformacional.
Lenguaje es acción, hablar es actuar “hace que las cosas sucedan”. El coaching, precisamente, suele
ser un proceso conversacional que opera en el dominio del lenguaje, de la conversación, que emplea
elementos de la lingüística y la ontología del lenguaje con conceptos, técnicas y herramientas del
campo de la psicología, la filosofía, lo corporal, la biología y el pensamiento
sistémico.
Se trata de cambiar el observador que somos, para resaltar ahora que si los resultados no se
producen, tal vez tengamos que cambiar nuestras conversaciones
Una manera que me resulta practica para internalizar estos elementos es pensar en presente,
pasado y futuro
MI opinión es… (presente) ¿Cuál es mi juicio?
Mi juicio lo fundamento en… (pasado) ¿Por qué lo digo?
El objetivo que me mueve a emitirlo es… (futuro) ¿Para qué lo digo?
Coaching, observaciones y juicios, pautas clave para la intervención del coach: propone que realice
una escucha atenta a esta clase de conceptos, que lo que pudiera decir un coachee no es erróneo
en sí, sino que pudiera ser un juicio distorsionado que estuviese realizando y sus acciones siempre
son producto de estas interpretaciones.
Los juicios siempre hablan de quienes los emiten. Un aspecto fundamental de la disciplina del
coaching consiste en aprender a tratar los juicios que las personas hacen como ventanas al alma
humana.
Método de investigación de las dos columnas la columna izquierda: En todos nuestros dichos hay
un subtexto (columna izquierda). Ésta es una técnica para ver cómo operan nuestros modelos
mentales en situaciones particulares. Revela cómo manipulamos las situaciones para no afrontar
nuestros verdaderos sentimientos y pensamientos obstaculizando la corrección de una situación
contraproducente. Hay mucho que no decimos, pero si registramos y es relevante y termina cayendo
en la columna izquierda.
¿Por qué no expresamos esos pensamientos y sentimientos que quedan en la columna izquierda?
Porque si lo hiciéramos tememos a las consecuencias no deseadas, a quedar expuestos, a ser mal
conceptuados, descalificados, etc.
Como procesar nuestros juicios: cuando hacemos un juicio hablamos de nosotros mismos "mi jefe
es injusto". La idea es reconocer que esto es una visión propia "yo opino que..." ya no hablo de mi
jefe sino de mí. Digo MI verdad. Esto es un aprendizaje y una responsabilidad. El coach por medio
de preguntas debe ir al "Que piensas y sientes y determinar que no estás diciendo en determinada
situación."
“La gente no se resiste al cambio; se resiste a ser cambiada” La variable de ajuste no es la cosa o
la situación sino el observador que somos.
Escalera de inferencias: Este modelo describe como actuamos basándonos en subjetividades que
muchas veces se conectan de modo sutil con lo observado (P. ej., si hablamos con alguien que
bosteza, posiblemente creeremos que lo hace porque lo que decimos le aburre y no porque pudiera
estar cansado) La escalera de inferencia es un camino mental de creciente abstracción que conduce
a creencias erróneas. Nuestro proceso de razonamiento en la construcción de un juicio seria el
siguiente:
1. Acontecimientos observables
2. Selección de datos
3. Articulación de datos
4. Conclusiones
5. Propuestas
6. Acción
Teniendo en cuenta estas variables, se debe estar atento a los distintos discursos por una serie de
recursos y herramientas:
Adoptar un rol de detective para indagar sobre la brecha entre lo que puedo y quiero. El coach
indaga e invita al coacheado a indagar-se. El coaching es una permanente invitación. En este
proceso es frecuente que suban y bajen por la escalera, explorando en las inferencias acerca de
una situación.
Compromisos y recompromisos:
Las conversaciones de compromiso y recompromiso son actos lingüísticos, asi llamados porque lo
que hacen es generar un compromiso para lr a la acción. Los dividimos en:
-COMPROMISOS
Promesas: La promesa es un acto lingüístico por el cual quien promete se compromete a realizar
algo en el futuro, lo cual nos permite planificar de un modo más eficiente. “Sin aceptacion no hay
compromiso”
Ofertas y pedidos: Un pedido es una acción lingüística para obtener una p mesa por parte de quien
escucha. Las ofertas son promesas condicionales que dependen de la declaración de aceptación del
oyente
Efectuado un pedido, se desprenden cinco posibilidades de acción efectiva por parte del receptor a
saber:
- RECOMPROMISOS
Los recompromisos conversacionales, son aquellas conversaciones que ocurrirán cuando un
compromiso previo no ha sido o no podrá ser honrado. Permiten focalizar el quiebre y rediseñar
acciones conducentes a reparar la relación afectada y a generar un nuevo proceso de acción a fin
de conseguir el resultado deseado.
Una vez que alguien hace un pedido y recibe una promesa, existen cuatro posibilidades de acción:
Pautas para la intervención del coach: el coach debe quitarle la connotación negativa al que se
asimila al feedback y asemejarlo a la noción de una oportunidad para compartir percepciones,
ampliar la concientización y enriquecer el desempeño y la interacción, permitiendo cambiar
conductas inefectivas y para reforzar logros y desarrollos alcanzados.
Además de un poderoso compromiso ético, estos prerrequisitos son claves para la practica del
coaching:
*Escucha activa y reflexiva: Aprender y saber escuchar. Tomando en cuenta aspectos ligados a la
posición corporal y el contacto visual, no interrumpir ni completar el discurso del interlocutor,
chequear que se comprende lo que el otro emite, reflexionar sobre nuestras propias acciones y las
del coachee
*Intuición: Puede resultar valiosa sin abusar de la misma ya que puede desvirtuar el proceso.
Siempre que se la plantee debe partir desde la propia percepción “Yo tuve la idea de que…”
*Empatía: Es una competencia clave del rol de coach, a la que la define “ponerse en los zapatos del
otro”, pero lo amplía a poder comprender el sistema de creencias del interlocutor, la lógica de sus
respuestas.
*Maestría en el preguntar: El coach indaga para recibir información, poner a prueba hipótesis y
“prestarle” preguntas al coachee que él no se hace. Brinda sugerencias como no pasar de un tema
a otro bruscamente, mantener un equilibrio entre alegar e indagar, disfrazar afirmaciones bajo la
forma de preguntas o realizar preguntas capciosas.
Por otra parte, se deben revisar las expectativas del coacheado. La idea del coaching es cambiar
acciones personales, no a otras personas. El coaching no es una promesa a un cambio de situaciones
sino a un cambio de inicio en el proceso de expandir la capacidad de acción del coachee que lo
llevará a ser un observador diferente. Se buscará en este paso poder explorar la situación actual del
coacheado; qué ocurre concretamente en el coachee que lo moviliza
a necesitar la asistencia de un coach, ver cuáles sentidos e interpretaciones le brinda el coachee a
su situación y a sus recursos.
A partir de esto, se debe empezar a diferenciar lo que son hechos de la situación actual de lo que
son las opiniones y juicios que elabora el coacheado, indagando sobre su columna izquierda y sus
interpretaciones; se deberá incluir el contenido emocional que el coacheado asocia con lo que le
sucede.
3. Expansión
Aprender es expandir la capacidad de acción efectiva. Esta etapa se centra en la acción. Siendo que
ahora el coacheado es un observador diferente, es el momento en el que empiece a expandir su
capacidad de acción, desplazándose hacia una forma de ser diferente, por lo que sus acciones y
resultados serán diferentes. El coachee diseña futuro busca estrategias que le permitan cambiar la
situación que lo aqueja y/o lograr el resultado deseado.
El ejercicio de roleplaying es un recurso válido para esta planificación a futuro de estrategias para
cambiar hacia la situación deseada donde se implementan diferentes técnicas dramáticas.
4. Cierre
El proceso en esta etapa apuntará a integrar los aprendizajes realizados, poder aplicarlos a la vida
cotidiana; que el proceso no quede sólo en un efecto “catártico”. Se desarrolló un aprendizaje el
cual debe ser procesado e integrado y además, se debe comprometer el coacheado para la acción.
Se amplía la visión del lenguaje del ser humano a los aspectos corporales, emocionales, energéticos
y espirituales; hay un lenguaje verbal, otro corporal y un lenguaje emocional. Así como también el
cuerpo tiene memoria al que se accede a través de los aspectos posturales o gestuales, de
expresiones, energía de determinadas zonas corporales, etc. Por eso en coaching es imprescindible
trabajar también con la corporalidad ya que para cada emoción hay una
corporalidad específica.
En las personas existen 7 centros de energía ubicados en distintas zonas del cuerpo:
El dominio de lo corporal resulta clave para un coach ya que podrá ver enriquecida su mirada y su
tarea, se puede percibir cómo las emociones y experiencias que forman la personalidad, afectan
también a la formación y estructuración de músculos y tejidos, ayudar a destrabar corazas y que la
energía fluya libremente, surgir asociaciones, emociones, recuerdos y represiones almacenadas en
el cuerpo y que condicionan también el observador que es y su manera particular de enfrentarse al
mundo y sus circunstancias. No es simplemente destrabar, es tomar consciencia, darle un espacio
a la continencia y a la elaboración.
Coaching no es sólo teoría y técnica, también es relación. Se basa en el amor como el sustrato en
el que se asientan las otras múltiples emociones. Las emociones son un lenguaje que hay que
aprender a escuchar o como señales que hay que saber interpretar. Favorecer la expresión
emocional es tarea del coach y sobre ella se asentará la confianza. Las emociones constituyen un
dominio siempre presente en toda acción humana, las situaciones relatadas por el coachee son
emocionales y su resolución implicará incluir la emocionalidad. La emoción, entonces, en muchos
casos es la vía de acceso a una exploración que nos guiará a una posterior comprensión e
interpretación.
Consideraciones conceptuales y pautas para la intervención del coach
Hablar de emociones es también hablar de acción. La conversación implica emoción, por eso el
coach deberá estar atento al lenguaje verbal, corporal y también emocional. Lo que acontezca en
cualquiera de estos dominios, impactará en la otra. Para saber escuchar y operar desde el rol de
coach en el universo de las emociones se debe:
Un coach se vale de los procedimientos dramáticos los cuales principalmente son el psicodrama y el
sociodrama (finalidad psicoterapéutica), el role playing (finalidad didáctica) y los juegos
dramáticos (finalidad pedagógica).
Las técnicas dramáticas son herramientas y/o recursos de acción que se utilizan en la
implementación de los procedimientos o de las dramatizaciones. Es un lenguaje utilizado como
medio de comunicación, investigación, exploración, elaboración, etc., o sea que permiten abordar
situaciones y problemáticas de un modo más abarcativo y de rápida comprensión, intervención y
resolución.
Entre las técnicas se encuentran:
Dentro del coaching estas herramientas son útiles para transformar al observador y expandir su
capacidad de acción; no debe realizar una investigación analítica profunda ni analizar al coacheado.
Se puede valer de este recurso para favorecer la comunicación mutua, explayando las palabras, el
lenguaje corporal y las emociones que de modos dialogados quizás fuese más dificultoso.
El vínculo coach-coachee está fundando en la ética de los valores de amor, respeto, integridad,
honestidad, compromiso, impecabilidad, cooperación, entre otros. El coaching es una relación de
compromiso, confianza y cooperación, pero con compasión y no con complacencia.
Hay que asumir el rol del coach de un modo responsable, pasando previamente por el rol de
coachee, sabiendo entender que cada proceso de coaching es un traje hecho a medida que requiere
una conexión emocional y dejar fluir, además de los aspectos técnicos, teóricos y el modelo
sistematizado, los recursos propios de la espontaneidad, reconociendo sus implicaciones
emocionales y cognitivas y que disfruten de ser tanto coachees como coach a que en cualquiera de
los dos roles uno puede aprender a ver e interpretar el mundo de un modo diferente y realizar una
transformación personal.
Eviten diagnósticos apresurados: Como coaches debemos aprender a respirar, observar, escuchar.
El diagnostico llegara con mayores detalles e indagación y, aun así, seguirá siendo una explicación,
no la explicación.
Trascender la técnica y confiar en la propia espontaneidad: Como principiantes les sugiero aprender
rigurosamente la técnica; luego, siendo más expertos, los invito a trascenderla confiando en vuestra
propia creatividad.
Asuman responsabilidad y pasen por la experiencia de ser coachees: Ser coachee es un paso
elemental en el proceso de aprendizaje y entrenamiento para ser coach. El coach deberá ser un
permanente observador de sí mismo frente al coacheado.
Cada coachee es una pieza artesanal: El proceso del coaching se da en la relación coach-coacheado
y esta tiene una singularidad y un lenguaje propio, que requiere de la espontaneidad más que del
protocolo a seguir, s, cada persona tiene un mundo interno diferente.
Presten atención a sus propios sentimientos: El afuera se reproduce en el adentro. Lo que le pasa
al coachee en sus relaciones interpersonales, probablemente tendera a repetirse en el vínculo con
el coach. Si durante la sesión sienten tensión, enojo, aburrimiento, confusión o cualquier otro
sentimiento o sensación, no se molesten consigo mismos o con el coachee por sentir lo que están
sintiendo. Acéptenlo como una oportunidad y seguidamente indaguen en la misma. Las revelaciones
serán sorprendentes.
Ser coach tiene saludables consecuencias en cuento nuestra propia transformación personal:
Pacientes y coachee también ellos son sopladores de brasas, maestros, guías, que no solo nos
influyen: nos ayudan a aprender y a cambiar. De ellos aprenderán acerca de la vida, de los sueños,
de la muerte, de las frustraciones, los logros, y de muchas cosas más. Aprovechen y déjenlos
también ser maestros, son la matriz de nuestras propias transformaciones.