Inflacion

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INFLACION

Definición: ¿qué es la inflación?


La inflación es la subida generalizada de los precios de los bienes y
servicios de un país que se produce en un periodo concreto, normalmente
un año.
Se puede definir también desde el punto de vista contrario, es decir, como la
pérdida del poder adquisitivo que sufren los ciudadanos como consecuencia de
una subida generalizada de los precios.
Ten en cuenta que estamos hablando de un aumento generalizado, no de que
ciertos productos se hayan encarecido. El incremento debe ser global para que se
produzca la inflación.
Ejemplo
Con este ejemplo, un poco exagerado, lo entenderás perfectamente:
Una inflación del 20% significa que los precios, en general, han subido una media
de un 20%.
Unas cosas habrán subido más y otras menos pero el resultado es que “vivir”
cuesta un 20% más que el año anterior.
Así que si con 1.000 euros se podían cubrir las necesidades básicas de una
familia, ahora se necesitarán 1.200 euros para conseguir lo mismo.

Causas de la inflación
Existen diversas causas que pueden provocar la inflación. Las más comentadas por la
doctrina suelen ser:
Inflación de demanda.
Inflación de costes.
Inflación autoconstruida.
Inflación de la base monetaria.
A continuación te explico, con ejemplos, en qué consiste cada una.
Inflación de demanda
La inflación de demanda se produce cuando la demanda de productos es superior a la
oferta.
Tal vez lo entiendas mejor dicho de esta manera: no hay producción suficiente para
satisfacer todas las intenciones de compra, por lo que los precios suben.
Por ejemplo, si todo el mundo pretende comprar unas zapatillas de deporte de la misma
marca el precio subirá porque no habrá zapatillas suficientes para todos los compradores,
por lo tanto sólo las conseguirán los que estén dispuestos a pagar un precio más alto por
ellas: hay más demanda del producto (personas que quieren comprarlo) que oferta
(zapatillas de esa marca en el mercado).
Importante: con este ejemplo pretendo que entiendas qué significa que la demanda es
superior a la oferta, pero debes tener en cuenta que la inflación implica una subida
generalizada de los precios, es decir, un incremento del coste de vida en su conjunto, no
de uno o varios productos (como en el ejemplo que he puesto).

Inflación de costes
Si suben los costes de producción las empresas subirán los precios de venta de sus
productos para poder asumirlos.
Por ejemplo: si sube la energía o el combustible de manera notoria, el proceso de
fabricación será más caro por lo que las empresas incrementarán su precio de venta para
poder asumir ese aumento de sus costes sin que se vea minorado su margen de
beneficio.

Inflación autoconstruida
Hay ocasiones en las que para evitar una próxima y importante subida de precios
generalizada se produce una subida gradual de los mismos, con el fin de evitar los
perjuicios que pueden producir un alza tan brusca.
Esa subida gradual es lo que se llama inflación autoconstruida porque se “construye” con
una finalidad.

Inflación de la base monetaria


Es la inflación que se produce por la emisión excesiva de dinero.

Tipos de inflación
Existen tres tipos de inflación en función de su cuantía:
Inflación moderada.
Inflación galopante.
Hiperinflación.
Las veremos a continuación.

Inflación moderada
Se produce cuando la subida de los precios tiene lugar de una forma lenta. El porcentaje
que la expresa es bajo.

Inflación galopante
Alcanza los dos o incluso tres dígitos (30%, 50%, 110%….).
Una pérdida tan grande del poder adquisitivo hace que la situación sea muy volátil,
porque el dinero pierde valor muy rápidamente.

Hiperinflación
Es aún superior a la inflación galopante, así que se trata ya de más de varios miles por
ciento anuales.
Es el escenario de una “enorme” crisis económica, y se suele producir en situaciones de
guerra o de grandes conflictos.

Consecuencias de la inflación
La principal consecuencia de la inflación es la pérdida de poder adquisitivo, lo que quiere
decir que con la misma cantidad de dinero se pueden adquirir menos bienes y servicios
porque su precio ha subido.
Se trata, simplemente, de que vivir es más caro, ni más ni menos. Y a mayor inflación
más caro es vivir.
O lo que es lo mismo: a mayor inflación, menos vale el dinero.
Esto afecta tanto a los particulares como a las empresas:
A los particulares porque con los mismos ingresos tienen que hacer frente a pagos
muchos altos. No se sabe si los precios van a seguir subiendo así que mucha gente
tiende a acaparar productos de primera necesidad como precaución a futuras subidas.
A las empresas porque con la inestabilidad en los precios pierden sus patrones lógicos de
toma de decisiones, con lo cual el mercado se ralentiza.
Una economía con inflación importante denota problemas y los inversores quieren
situaciones estables y seguras a la hora de gastar su dinero. Siempre preferirán otro país
cuya economía tenga estas características y en la que sea más factible obtener retornos
de sus inversiones.
Sin embargo, sí que habrá un sector dispuesto a invertir su dinero: los especuladores
financieros, cuya intención es ganar mucho dinero en muy poco tiempo y por eso están
dispuestos a asumir altos riesgos. Pero este tipo de inversión tiene un importante efecto
desestabilizador en un panorama ya de por sí bastante complicado, por lo que no solo no
ayuda sino que perjudica.
Los más perjudicados por la inflación son, sin duda, las personas que menos recursos
económicos poseen: normalmente quien pertenece a segmentos de mayor riqueza cuenta
con inversiones o rentas que le sirven para paliar los efectos de una situación económica
adversa.
Por último, también merece la pena señalar que un escenario inflacionista beneficia a
quien tiene que saldar una deuda en la misma medida en la que perjudica a aquel que
tiene que cobrarla.
Es lógico: la cantidad a devolver permanece inalterable mientras que el dinero vale cada
vez menos, así que en términos relativos la cantidad adeudada se “empequeñece”.
Los principales efectos de la inflación que te acabo de exponer los podemos resumir de la
siguiente forma:
Subida de precios que supone una pérdida de poder adquisitivo.
Se genera una gran incertidumbre que provoca una importante disminución de la
inversión a medio y largo plazo.
Aumentan las inversiones financieras especulativas, lo cual desestabiliza aún más la
situación.
La población tiende a acaparar por la preocupación de que los precios sigan subiendo.
La inflación es regresiva, porque su impacto negativo afecta más a quien posee menos
recursos económicos por no contar con elementos que le sirvan para paliarlo.
Quienes tienen deudas que pagar se benefician frente a quien las tiene que cobrar (que
se perjudican, lógicamente) porque la cantidad a devolver es la misma mientras que el
dinero vale menos.

Medidas contra la inflación


Las medidas que se pueden adoptar para paliar la inflación van encaminadas,
fundamentalmente, a frenar el consumo como forma de recuperar el valor que ha perdido
el dinero.
Según los señalan los economistas, las más importantes son las siguientes:
Aumentar los tipos de interés, de esta manera se reduce el crédito y se ven mermadas las
posibilidades de realizar gastos e inversiones.
Reducir la masa monetaria, porque al haber menos moneda en circulación (menos oferta
de dinero) aumenta su valor.
Subir los impuestos: también implica que quede menos dinero disponible tanto para las
empresas como para los particulares, lo cual hará que baje el consumo.
Disminución del gasto público: si la administración “gasta” menos contribuye a la
disminución de demanda de bienes y servicios. La disminución de la demanda hará que
los precios bajen.

Dificultad a la hora de aplicar las medidas contra la


inflación
Una tasa de inflación alta es difícil de atajar porque las medidas necesarias para
conseguirlo plantean bastantes dificultades a la hora de aplicarlas.
Te señalo varias a modo de ejemplo:
Aumentar los tipos de interés puede provocar que las empresas vean muy mermada su
capacidad para invertir, con el consiguiente riesgo de bajada de sueldos y destrucción de
empleo. También puede ser bastante perjudicial para sectores concretos en que una parte
importante de sus clientes necesitan obtener crédito para poder comprar, como por
ejemplo pasa en mercado del automóvil.
En la eurozona, por ejemplo, los países no tienen capacidad para decidir sobre la emisión
de moneda o sobre la subida o bajada de los tipos de interés.
Una alta inflación denota que una economía tiene problemas, y subir los impuestos o
reducir el gasto público a una población con problemas económicos… juzga por ti
mismo…..

Lo opuesto a la inflación es la deflación


La deflación es la bajada generalizada de los precios de los bienes y servicios de un país
que se mantiene a lo largo de un período de tiempo (mínimo dos semestres, según el
Fondo Monetario Internacional)
Como ves es justo lo contrario que la inflación.

¿La inflación siempre es perjudicial?


No, no siempre es perjudicial. Mejor dicho: no es perjudicial cualquier tasa de inflación.
De hecho, un nivel bajo de inflación es más beneficioso que si su valor es “cero”.
En la eurozona, el objetivo del Banco Central Europeo es mantenerla en torno al 2% que
es el valor adecuado para conseguir la necesaria estabilidad en los precios.
Lo ideal es que la inflación no supere ese 2% pero que tampoco baje del 1%
La idea es la siguiente:
Una pequeña tasa de inflación hace que la economía se mantenga en movimiento. La
subida de precios, aunque baja, hace que las empresas obtengan beneficios y sean
proclives a invertir.
Por su parte, los particulares verán ajustados sus sueldos a este incremento (las subidas
salariales se calculan con base a este dato) y el poder adquisitivo se mantendrá más o
menos estable.
Sin embargo, una inflación por debajo del 1% está tan cerca de la deflación que resulta
peligrosa.
En el apartado anterior te dejé un enlace a un artículo donde te explico los efectos de la
deflación con todo lujo de detalles, pero es importante señalar aquí que la bajada de
precios que supone implica un descenso del consumo (la población espera que aún los
precios sean menores para gastar su dinero) que hace que las empresas, al ver disminuir
sus beneficios, reduzcan los costes salariales.
Esta reducción de costes salariales se traduce en sueldos más bajos y desempleo, lo que
a su vez conlleva menos consumo… Y la economía entra, así, en un círculo vicioso del
que es muy, muy complicado salir.

Cómo se mide la inflación


La inflación se suele medir con el IPC (Índice de Precios de Consumo).
Ahora bien, hay que tener en cuenta que si bien está generalmente aceptado como el
indicador que determina la variación de la inflación, técnicamente no la representa con
exactitud.
Lo veremos a continuación.

El IPC
Según establece el Instituto Nacional de Estadística (INE) “el Índice de Precios de
Consumo (IPC) es una medida estadística de la evolución de los precios de los bienes y
servicios que consume la población residente en viviendas familiares en España.
El conjunto de bienes y servicios, que conforman la cesta de la compra, se obtiene
básicamente del consumo de las familias y la importancia de cada uno de ellos en el
cálculo del IPC está determinada por dicho consumo”.
La definición es clara: se forma una “cesta de la compra” en la que se incluyen los bienes
y servicios que las familias españolas adquieren en un período de tiempo determinado,
ponderándose la cantidad de cada uno en función de los hábitos de consumo
generalizados.
El resultado de comparar el precio total de esa cesta en dos momentos diferentes es la
variación del IPC.
Por ejemplo, si el IPC de este año el del 2% quiere decir que el precio total de esa cesta
ha subido un 2%.
Y si se produce una subida del IPC del 2% se entiende que la vida se ha encarecido un
2%, es decir, que “vivir” cuesta un 2% más que el año anterior.

Diferencia entre IPC e Inflación


Ya hemos dicho que, normalmente, el IPC es lo que se utiliza para medir la inflación. Pero
también hemos dicho que, en realidad, lo que miden ambos parámetros con cosas
distintas:
El IPC determina la variación en el precio total de una cesta de la compra que está
integrada por los bienes y servicios que consumen una familia media española en un
período de tiempo concreto.
Sin embargo, la inflación es la subida generalizada de los precios en una economía
determinada.
Esto quiere decir que para determinar la inflación hay que tomar como referencia la
variación de los precios de todos los bienes y servicios de un mercado, y no sólo de los
que integran la “cesta de la compra”.
La diferencia es sutil, pero tiene su importancia porque, por un lado, en el IPC la cantidad
de bienes y servicios está ponderada según los hábitos de consumo, y por otro, hay una
serie de gastos que no se tienen en cuenta.
Aun así, la complejidad que entraña calcular la variación de los precios de todos y cada
uno de los bienes y servicios hace que, en general, se acepte el dato del IPC como
medida de la inflación.

La Tasa de inflación: concepto, fórmula y


cálculo
Ya hemos comentado por activa y por pasiva qué es la inflación: la subida generalizada
de los precios, si….
Pues bien, la “cuantía” de esa subida de precios se expresa mediante la tasa de inflación.
Es decir:
La tasa de inflación es el aumento de los precios que se ha producido en un territorio y
periodo de tiempo concreto y se expresa en tanto por ciento.
O dicho de otro modo: la tasa de inflación es el porcentaje que expresa la variación que
los precios, vigentes en un territorio, han experimentado en un período de tiempo en
comparación con otro.
Por ejemplo:
En el año 1 el coste de la cesta de la compra con la que se calcula el IPC es de 1.000
euros.
En el año 2, esa misma cesta de la compra tiene un precio de 1.500 euros.
En el año 3, adquirir la cesta de la compra cuesta 3.000 euros.
Con estos datos sabemos que la variación del precio de la cesta del año 2 con respecto a
la del año 1 es de 500 euros, que la del año 3 con respecto a la del año 2 es de 1.500
euros, y que la del año 3 con respecto a la del año 1 es de 2.000 euros.
Y aplicando la fórmula correspondiente (que veremos en el siguiente punto)
sabremos que la tasa de inflación del año 2 con respecto al año 1 es del 50%, que la del
año 3 respecto del año 2 es del 100% y que la del año 3 respecto del año 1 es del 200%.

Tasa de inflación: fórmula


En otro punto anterior hemos visto que inflación e IPC no son exactamente lo mismo. Sin
embargo, para calcular la tasa de inflación se toman como valores de referencia los del
IPC, porque la dificultad que entrañaría hacerlo con todos los precios de una economía es
obvia.
La fórmula para calcular la tasa de inflación es la siguiente:
[(IPC final – IPC inicial) / IPC incial] x 100

Cómo calcular la tasa de inflación


Está claro: la tasa de inflación se calcula aplicando la fórmula expuesta en el punto
anterior, lo que conlleva realizar las siguientes operaciones:
Primero se calcula la diferencia entre el IPC final del período que se esté analizando (un
mes, un año, ….) y el IPC inicial del mismo período.
En segundo lugar, dividiendo el resultado entre el IPC inicial, se determina la proporción
que supone el incremento producido respecto del IPC del período de tiempo anterior.
Por último, el resultado se multiplica por 100 para expresarlo en tanto por ciento.
Ejemplo
Tabla de IPC del país “X” de los tres últimos años:

Año 1 120,50

Año 2 128,30

Año 3 131,25

Teniendo en cuenta estos datos calcularemos la tasa de inflación anual del año 2 y del
año 3:
1.- Tasa de inflación del año 2:
[(IPC final – IPC inicial) / IPC incial] x 100
[(128,30 – 120,50) / 120,50] x 100
Tasa de inflación año 2 = 6,47%
Significa que en el año 2 los precios han subido un 6,47% respecto de los del año 1: lo
que costaba 100 euros en el año 1 en el año 2 cuesta 106,47 euros.
2.- Tasa de inflación del año 3:
[(IPC final – IPC inicial) / IPC incial] x 100
[(131,25 – 128,30) / 128,30] x 100
Tasa de inflación año 3 = 2,24%
Significa que en el año los precios han subido un 2,24% respecto de los del año 2: lo que
costaba 100 euros en el año 1 en el año 3 cuesta 102,24 euros.

Inflación subyacente
Ya hemos visto en el punto anterior que, aunque técnicamente no son lo mismo, la
inflación se suele medir con el IPC (Índice de Precios de Consumo).
Y también que el IPC refleja la variación de los precios que sufre una “cesta” formada por
los productos y servicios que consumen las familias en España, de forma que si el coste
total de la cesta sube el IPC sube y si el coste total baja el IPC baja. Y con él la inflación
general.
Y digo inflación general para distinguirla de la inflación subyacente que vamos a tratar
en este punto.

Diferencia entre inflación general e inflación


subyacente
Podemos definir la inflación subyacente como el resultado de restar del IPC los índices
correspondientes a los productos energéticos y a las materias primas alimenticias.
Por lo tanto, la diferencia entre la inflación general y la inflación subyacente estriba en que
para el cálculo de la segunda no se tienen en cuenta una serie de elementos cuyo precio
es más volátil (y que si integran la cesta del IPC) como son los productos energéticos o
las materias primas alimenticias. Y estos elementos se excluyen por lo siguiente:
El precio de los productos energéticos (petróleo y sus derivados) fluctúa en función de
cuestiones políticas o de cotización bursátil, por lo que su variación puede ser importante.
La producción de materias primas alimenticias (alimentos sin elaborar) se ve
continuamente afectada por las condiciones climáticas que pueden provocar
sobreproducción o escasez, lo que afecta directamente a su precio tanto a la baja como al
alza.
De esta forma, al extraer de la cesta estos productos cuyo precio es menos previsible, la
tasa de inflación subyacente que se obtiene es bastante más suave y estable por lo que
es más adecuada para prever su tendencia a medio plazo.

Inflación subyacente: cómo se calcula


La inflación subyacente se calcula sobre la cesta del consumo de las familias pero sin
incluir en ella:
Ni los productos energéticos (petróleo y derivados).
Ni los alimentos no elaborados (materias primas alimenticias).

Utilidad de la inflación subyacente


La utilidad de la inflación subyacente varía según el punto de vista:
1.- Estados, bancos centrales y analistas económicos en general prefieren, en
muchas ocasiones, el dato que ofrece la inflación subyacente frente al de la inflación
general.
Y el motivo es el siguiente: las medidas que se pueden implementar para influir en la
inflación sólo hacen efecto sobre aquellos productos cuyo precio no depende de
cuestiones que quedan totalmente fuera del control de las autoridades económicas (clima,
cotización bursátil, política internacional…), por lo que es sobre la inflación subyacente
sobre la que en realidad se puede incidir.
Sin embargo, la inflación general se va a ver influenciada, en gran medida, por la
variación en los precios que se produzcan en esos productos y no se puede hacer nada (o
casi nada) por evitarlo.
En resumen: sobre la inflación subyacente se puede incidir con la adopción de medidas
de política económica y fiscal, mientras que sobre la inflación general esas medidas
pueden hacer menos efecto.
2.- Por otra parte, si bien el lógico que a los estados o economistas les sea más útil el
dato de la inflación subyacente, para el ciudadano de a pie no es así: a los particulares
lo que nos interesa en realidad es la carestía de la vida, y en ella influye tanto el precio del
petróleo y sus derivados como el de los productos alimenticios sin elaborar, así que es la
inflación general la que de verdad nos afecta.

Inflación acumulada
En este apartado vamos explicar de una forma clara y sencilla qué es la inflación
acumulada y cómo se calcula.
Con los ejemplos que te propongo no te va a quedar ninguna duda.

Inflación acumulada: definición


La inflación siempre se calcula por un período determinado y tomando como referencia el
dato del período inmediato anterior.
Así que si, por ejemplo, la inflación de abril es del 5% quiere decir que en abril los precios
han subido un 5% con respecto a los de marzo. Si la de mayo es del 2% significa que los
precios han subido un 2% con respecto a abril. Y si la de junio es del 4% supone que los
precios de junio han subido un 4% con respecto a los de mayo.
Como ves, al estar hablando de inflación mensual el precio de la cesta de productos y
servicios que se toma como referencia se compara en el que tenía en el mes inmediato
anterior.
Pues bien, la inflación acumulada es la subida de los precios en un conjunto de períodos
agrupados.
Se puede calcular, por ejemplo, la inflación acumulada anual, o la inflación acumulada de
un semestre, o la inflación acumulada de los 5 últimos años, etc.
Siguiendo con el ejemplo anterior, la inflación acumulada del segundo trimestre del año
(meses abril, mayo y junio) sería el incremento que los precios han experimentado al
comparar los vigentes al 30 de junio con los del 1 de abril.
En este caso, la inflación acumulada del segundo trimestre es del 11,38%.
Como ves la inflación acumulada no es el resultado de sumar la inflación de cada uno de
los períodos (que en este caso sería 11%).
En el siguiente punto te explico por qué.

¿Cómo se calcula la inflación acumulada?


El cálculo se puede realizar de dos formas distintas en función de los datos de los que
dispongamos o de cómo queramos manejarlos. Lo veremos a continuación.

Inflación acumulada partiendo de la de períodos “inferiores”


Partiendo del porcentaje de inflación de períodos más pequeños, la inflación acumulada
se calcula así:
Cada tanto por ciento se pasa a tanto por uno. Por ejemplo: 5% pasa a 0,05
A cada tanto por uno se le suma la unidad: 0,05 + 1 = 1,05
Se multiplican todos estos datos
Al resultado de la multiplicación se le resta la unidad.
Finalmente, se multiplica por 100 para que el dato definitivo esté expresado en tanto por
ciento
Lo veremos con el ejemplo planteado anteriormente:

Período Precio de la cesta Subida del precio de la cesta % inflación

Marzo 100

Abril 105 5 euros 5%

Mayo 107,10 2,10 euros 2%


Junio 111,38 4,28 euros 4%

Acumulado al final del segundo trimestre 111,38 11,38 euros 11,38%

Como ves, la inflación acumulada de todo el segundo trimestre es del 11,38% y esto es
así porque en cada período el incremento del precio se calcula partiendo del dato
inmediato anterior, por lo que sumar cada porcentaje no es correcto.

Inflación acumulada: fórmula


Disponiendo de los precios finales e iniciales de la cesta de la compra, la inflación
acumulada también se puede calcular con una fórmula matemática:

Inflación acumulada = [(Precio final : Precio inicial) – 1 ] x 100


Según los datos del ejemplo anterior:
Inflación acumulada = [( 111,38 : 100 )] – 1 ] x 100 = 11,38%

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