Tragedia Griega

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Tragedia griega

Máscara de Dioniso conservada en el Louvre

La tragedia griega es un género teatral originario de la Antigua Grecia. Inspirado en los ritos y
representaciones sagradas que se hacían enGrecia y Asia Menor, alcanza su apogeo en
la Atenas del siglo V a. C. Llega sin grandes modificaciones hasta el Romanticismo, época en la que
se abre la discusión sobre los géneros literarios, mucho más de lo que lo hizo durante
el Renacimiento.

Debido a la larga evolución de la tragedia griega a través de más de dos mil años, resulta difícil dar
una definición unívoca al término tragedia, ya que el mismo varía según la época histórica o el autor
del que se trate.

En la Edad Media, cuando se sabía poco o nada del género, el término asume el significado de "obra
de estilo trágico", y estilo trágico deviene en un sinónimo bastante genérico de poesía o estilo ilustre,
como De vulgari eloquentia, de Dante Alighieri.

El argumento de la tragedia es la caída de un personaje importante. El motivo de la tragedia griega es


el mismo que el de la épica, es decir elmito, pero desde el punto de vista de la comunicación, la
tragedia desarrolla significados totalmente nuevos: el mythos (μύθος) se funde con la acción, es decir,
con la representación directa (δρᾶμα, drama). En donde el público ve con sus propios ojos personajes
que aparecen como entidades distintas que actúan en forma independiente, la escena (σκηνή),
provisto cada uno, de su propia dimensión psicológica.

Los más importantes y reconocidos autores de la tragedia fueron Esquilo, Sófocles y Eurípides que,
en diversos momentos históricos, afrontaron los temas más sensibles de su época.

Índice

 1 Origen y evolución de la tragedia

o 1.1 Canción del macho cabrío


o 1.2 Del ditirambo al drama

o 1.3 Las primeras tragedias

o 1.4 Esquilo: la codificación

o 1.5 La reforma de Sófocles

o 1.6 El realismo de Eurípides

 2 Estructura de la tragedia

 3 La tragedia de Aristóteles a los contemporáneos

o 3.1 Mímesis y catarsis

o 3.2 Las tres "unidades dramáticas"

o 3.3 Apolíneo y dionisíaco: el análisis de Nietzsche

 4 El teatro trágico como fenómeno de masas

 5 Las tragedias conservadas

o 5.1 Esquilo

o 5.2 Sófocles

o 5.3 Eurípides

 6 Otros tragediógrafos

 7 Notas

 8 Bibliografía

 9 Véase también

 10 Enlaces externos
Origen y evolución de la tragedia[editar]
Canción del macho cabrío[editar]
Sacerdotisas danzantes, que llevan un cordero o macho cabrío para sacrificios de yaya.

El origen de la tragedia griega es uno de los tradicionales problemas no resueltos por la filología
clásica. La fuente primaria de este debate se encuentra en la Poética de Aristóteles. En esta obra, el
autor recoge documentación de primera mano sobre las etapas más antiguas del teatro en Ática. Su
obra, por lo tanto, es una contribución imprescindible para el estudio de la tragedia antigua.

Respecto del origen de la tragedia los antropólogos han indicado, tal como lo confirma
la etimología de la palabra, que se trata de un ritual de sacrificio, en el que se ofrecían animales a los
dioses. Esto se hacía sobre todo para obtener buenas cosechas y buena caza. Momentos cruciales
que determinaban la vida de los antiguos eran los de cambios astrales (equinoccio y solsticio, que
marcan el cambio de una estación a otra). Los sacrificios se daban, por lo tanto, en estos momentos,
por ejemplo, poco después del solsticio de primavera para asegurarse el advenimiento de esta buena
estación para la agricultura. Como en otras religiones, incluso en la cristiana el momento de los
sacrificios coincidía con la primavera en razón de que la difusión debió adaptarse a las fiestas
paganas preexistentes, como el 25 de diciembre que cae cercano al solsticio de invierno. En una
época prehistórica reciente, tales sacrificios tuvieron que ser transformados en danzas rituales, en las
cuales la lucha primordial era de lo bueno (representada por el día, la luz, la primavera) contra lo malo
(la noche y el invierno). Triunfaba finalmente lo bueno contra lo malo.

Quedan todavía muchos puntos oscuros sobre el origen de la tragedia. El primero refiere a
la etimología tragedia (τραγῳδία). Se distinguen en ésta la raíz de "macho cabrío" (τράγος / trágos) y
cantar (ῳδία), sería por lo tanto "el canto del macho cabrío", quizás en referencia al premio que era
dado al vencedor del certamen trágico (un macho cabrio); o el sacrificio de este animal sagrado
a Dioniso, que frecuentemente acompañaba la fiesta en honor al dios. Una teoría más reciente de J.
Winkler hace derivar el término tragedia del vocablo raro traghìzein (τραγὶζειν) que significa "cambiar
de voz, asumir una voz de balido como las cabras", en referencia a los actores. A menos que, sugiere
D'Amico, tragoidía no signifique más que simplemente "canto del macho cabrío" de los personajes
satíricos que integraban el coro de las acciones sagradas a Dioniso. Otras hipótesis tentativas, han
señalado una etimología que refiere a la tragedia como una oda a la cerveza. 1

Lo que es posible afirmar con certeza es que la raíz trag- (τραγ-), incluso antes de referirse al drama
trágico, fue utilizada para significar el estado "similar al de un macho cabrío", pero también a la
aspereza, la lujuria, el placer de la comida, en una serie de palabras derivadas que gravita en torno al
ámbito lingüístico del rito dionisíaco.

Del ditirambo al drama[editar]

Dioniso en torno a los sátiros

Señala Aristóteles que la tragedia nace al inicio como improvisación, precisamente "del coro que
entonaba el ditirambo" (ἀπὸ τῶν ἐξαρχόντων τὸν διθύραμβον, apò tōn exarchòntōn tòn ditýrambon),
un canto coral en honor a Dionisio. Al inicio estas manifestaciones eran breves y de un tono burlesco
porque contenían elementos satíricos; luego el lenguaje se hace más grave y cambia incluso la
medida, que de verso trocaico deviene en yámbico.

El ditirambo, originalmente improvisado, asume luego, una forma escrita y preestablecida. El primer
ditirambo escrito fue la obra de Arión. El coro se dirigía al thymele (θυμέλη), el altar de los sacrificios y
cantaba en círculo disponiéndose en torno al mismo.

Se puede suponer que en determinado momento en el que el coro entonaba este canto en honor a
Dioniso, el corifeo, es decir el portavoz del coro, habría sido separado y habría comenzado a dialogar
con el coro, convirtiéndose así en un verdadero personaje. Posteriormente el mismo coro,
desdoblándose en dos semicírculos, daría vida a un diálogo entre los dos corifeos, y se introduce
un hypocritès (ὑποκριτής, un contestador, posteriormente significará actor), que pronunciaba las
palabras de Dioniso, mientras el coro se movía a su alrededor, dando así nacimiento al drama. Del
canto épico-lírico, el ditirambo se transforma en teatro.

Mientras nacía y se estructuraba la tragedia propiamente, el espíritu más popular de los ritos y de las
danzas dionisíacas sobrevivía en el drama satírico.

Las primeras tragedias[editar]


La tradición atribuye a Tespis la primera composición trágica. De esta tragedia se sabe poco, salvo
que el coro estaba formado todavía por sátiros y que fue la primera tragedia ganadora de un concurso
dramático. Otros dramaturgos de la época fueron Frínico, Quérilo, autor probablemente de ciento
setenta tragedias (con trece victorias) y Prátinas autor de treinta y dos dramas satíricos, que en aquel
momento afianzaron la representación de la tragedia.

De Frínico se tiene mayor información. Más allá de introducir en los diálogos el verso yámbico,
invento el género de la tragedia con argumento histórico (La Toma de Mileto), introduciendo una
segunda parte: la tragedia se encaminaba así a la trilogía, que será introducida por Esquilo. Su
primera victoria en competencia se da en el año 510 a. C.

Esquilo: la codificación[editar]
Habría sido Esquilo quien fijó las reglas fundamentales del drama trágico. Se le atribuye la
introducción de máscaras y coturnos. Por otra parte, con él la tragedia empieza a ser una trilogía. Al
introducir un segundo actor, hace posible la dramatización de un conflicto. La representación de la
tragedia asume una duración definida (del amanecer a la puesta del sol, tanto en la realidad como en
la ficción), y en el mismo día se representa la trilogía, en la cual las tres partes están relacionadas con
la misma historia.

En su trabajo, si se confrontan las primeras tragedias con los de años sucesivos, se nota una
evolución y un enriquecimiento de los elementos propios del drama trágico: diálogos, contrastes,
efectos teatrales. Esto se debe también a la rivalidad que el viejo Esquilo debe sostener en los
concursos dramáticos: con un joven rival, Sófocles, que aumenta en popularidad y que ha introducido
a un tercer actor, ha complicado las tramas, desarrollando caracteres más humanos, con los cuales el
público se ve identificado.

Esquilo acepta las innovaciones, aunque siendo siempre fiel a un rigor extremo, a una religiosidad
casi monoteísta cuya divinidad suprema, Zeus, aparece representado a veces como un tirano, a
veces como un dios omnipotente. En cuanto a los personajes, son siempre héroes; casi todos tienen
características superiores a las humanas. Esquilo no busca en ellos el realismo, la naturalidad, o una
cotidianeidad que llegará con Eurípides, sino una sublimación suprema.

La reforma de Sófocles[editar]
Plutarco, en la Vida de Cimón relata el primer triunfo del joven y talentoso Sófocles contra el célebre y
hasta ese momento invicto Esquilo, concluido de modo insólito, sin el acostumbrado sorteo de los
árbitros, que provocó el exilio de Esquilo a Sicilia. Las innovaciones que Sófocles introdujo y que le
merecieron al menos veinte triunfos, referían a muchos aspectos de la representación trágica, desde
los detalles más insignificantes (como los calzados blancos y los bastones curvados) hasta cambios
de más peso.

Introdujo un tercer actor, que permitió que la tragedia multiplicara el número de personajes posibles,
aumentó a quince el número de coreutas, interrumpió la hasta entonces obligatoria trilogía, haciendo
posible la representación de dramas independientes, introdujo el uso de la escenografía. Con
respecto a Esquilo, los coros trágicos de Sófocles tuvieron cada vez menos participación en la acción
y comenzaron a ser espectadores de la escena y comentaristas de los hechos. Pertenece a Sófocles
la introducción del monólogo (por ejemplo, Áyax o Edipo), cuya duración permitía al actor demostrar
su capacidad, y al personaje expresar completamente su pensamiento. La psicología del personaje
se profundiza y emerge un análisis desconocido de la verdad y del hombre. Sófocles intentó quitar el
énfasis en ese estilo ampuloso, recargado y espectacular (ónkos/ὄγκος) de sus personajes y de la
propia acción, para restituirlos totalmente a su función dramática. En Edipo en Colono el coro repite
"la suerte mayor no nace". Las peripecias que sufren los héroes no son consecuencia de una culpa y
en esto podemos ver el principio de una reflexión sobre el sufrimiento como elemento central de la
condición humana.

El realismo de Eurípides[editar]

Relieve que celebra probablemente el triunfo de Las Baccantes

Las particularidades que distinguen a Eurípides de los otros dos dramaturgos son, por un lado, la
búsqueda de la experimentación técnica efectuada en casi todos sus trabajos y, por otro, la mayor
atención que pone en la descripción de las emociones de los personajes, analizando su evolución
durante el desarrollo de los acontecimientos que narra.

La innovación absoluta del teatro de Eurípides, sin embargo, se halla en el realismo con el cual el
dramaturgo traza la dinámica psicológica de los personajes. Los héroes descritos en sus obras ya no
son los resueltos protagonistas de los dramas de Esquilo y Sófocles, sino que a menudo son
personas problemáticas e inseguras, muy alejadas del modelo del héroe clásico. De hecho estos
continúan procediendo del mundo del mito, pero su comportamiento es el de seres humanos,
asediados en muchos casos por la locura, la perversidad o un deseo de venganza que pueden
parecer monstruosos. No es, pues, frecuente encontrar en Eurípides los personajes luminosos de la
tragedia sofocleana, ya que el sufrimiento y las humillaciones que experimentan les afectan en lo más
hondo de su alma. Ésta es la razón por la que sean tan importantes las mujeres (a veces, incluso
extranjeras), los esclavos y las víctimas de las guerras.

En efecto, las protagonistas femeninas de los dramas, como Andrómaca, Fedra, Medea, son las
nuevas figuras trágicas de Eurípides, que presenta sabiamente como mujeres atormentadas y con
impulsos irracionales que chocan con el mundo de la razón.

Estructura de la tragedia[editar]
La tragedia griega está estructurada siguiendo un esquema rígido, cuyas formas se pueden definir
con precisión. Se inicia generalmente con un prólogo, que según Aristóteles es lo que antecede a la
entrada del coro. Las características generales son que se da la ubicación temporal y se une el
pasado del héroe con el presente, pueden participar hasta tres actores, pero sólo hablan dos y el otro
interviene o puede recitar un monólogo. Se informa al espectador del porqué del castigo que va a
recibir el héroe y en esta parte no interviene el coro.
Prosigue la párodos que son cantos a cargo del coro durante su entrada en la "orchestra" ὀρχήστρα,
por el lateral izquierdo. En esta parte se realiza un canto lírico, donde se dan danzas de avance y
retroceso; se utiliza el dialecto ático, más adecuado a los cantos corales debido a su musicalidad.

Luego comienzan los episodios que pueden ser hasta cinco. En ellos hay diálogo entre el coro y los
personajes o entre personajes; es la parte más importante por ser la dramática por excelencia y
expresa el pensamiento e ideas del personaje. Entre los episodios se hallan los estásimos, que son
intervenciones del coro en las que se expresan las ideas políticas, filosóficas, religiosas o morales del
autor.

Por último, el éxodo es la parte final de la tragedia, hay cantos líricos y dramáticos; el héroe reconoce
su error. A veces es castigado con la muerte por los dioses y es allí donde aparece la enseñanza
moral.

La tragedia de Aristóteles a los contemporáneos[editar]


Mímesis y catarsis[editar]
Como ya se ha dicho, el primer estudio crítico de la tragedia se encuentra en la Poética de Aristóteles.
En ella encontramos los elementos fundamentales para la comprensión del teatro trágico, sobre todo
los conceptos de mímesis (μίμησις, del verbo μιμεῖσθαι, imitar) y de catarsis (κάθαρσις, purificación).
Escribe en la Poética:

La tragedia es por lo tanto imitación de una acción noble y terminada [...] la cual por medio de la piedad y del

miedo termine con la purificación de tales pasiones.

En pocas palabras, las acciones que la tragedia representa no son otra cosa que las acciones más
torpes que los hombres puedan realizar: su contemplación hace que el espectador se introduzca en
los impulsos que los generan, por un lado simpatizando con el héroe trágico a través de sus
emociones (pathos), por otro lado condenando la desmesura o el defecto a través delhýbris (ὕβρις -
“soberbia” o “malversación”, es decir actuación contra las leyes divinas, que lleva al personaje a
cometer el crimen). La mímesis final representa la "retribución" por el crimen. El castigo recibido hace
nacer en el individuo que asiste a la representación sentimientos de piedad y terror que permiten que
la mente se purifique de las pasiones negativas que cada hombre posee. La catarsis final para
Aristóteles representa la toma de conciencia del espectador, que, comprendiendo a los personajes,
alcanza este estado final de conciencia, distanciándose de sus propias pasiones y alcanzando un
avanzado nivel de sabiduría. El defecto o la debilidad del personaje conlleva necesariamente a su
caída en cuanto predestinada (el concatenamiento de las acciones parece en cierta manera inducido
por los dioses, que no actúan directamente, sino como deus ex machina). La caída del héroe trágico
es necesaria, porque de un lado podemos admirar la grandeza (se trata casi siempre de un personaje
ilustre, y poderoso) y por otro podemos, como espectadores, obtener un beneficio a partir de la
historia. Citando las palabras de un gran estudioso de la antigua Grecia, la tragedia “es una
simulación”, en el sentido usado en campo científico, casi un experimento del laboratorio:

La tragedia monta una experiencia humana a partir de personajes famosos, pero los instala y los hace

conducirse de tal manera que [...] la catástrofe que se presenta soportada por un hombre, aparecerá en su
totalidad como probable o necesaria. Es decir, el espectador que ve todo con piedad y terror adquiere la

sensación de que cuanto sucede a ese individuo, habría podido sucederle a él.

J.P.Vernant

Diferente fue, no obstante, la posición anticlasicista, fruto de la polémica romántica contra la poética
neoaristotélica, que consideraban privada de sentimientos y distante de los tiempos modernos:
sucede entonces que el elemento del pathos es exaltado, a veces en exceso, y que el personaje
trágico aparece como víctima de una suerte injusta. El héroe trágico, en este punto tiende a acercarse
a las clases sociales medias y bajas y por lo tanto a asumir el tono de denuncia política.

Las tres "unidades dramáticas"[editar]


La famosa cuestión respecto a las llamadas tres unidades aristotélicas, de tiempo, de lugar y de
acción tiene un interés puramente histórico. Aristóteles había afirmado que la fábula debía ser
completa y perfecta, debe, en otras palabras, tener unidad, es decir un principio, un desarrollo y un
final. El filósofo también afirmaba que la acción de la epopeya y de una tragedia se diferencian en la
longitud

... porque en la tragedia se hace todo lo posible para realizarse la acción en una vuelta del sol, mientras que la

epopeya es ilimitada en el tiempo.

Aristóteles

Así que Aristóteles exige las unidades de tiempo y de acción, pero no dice nada de la unidad de
lugar. Lo importante, dice, es que el espectador pueda entender y recordar el conjunto de la
representación.

Apolíneo y dionisíaco: el análisis de Nietzsche[editar]


Fue Friedrich Nietzsche, al final del siglo XIX, quien pone en evidencia el contraste entre dos
elementos principales: por un lado lo dionisíaco (la pasión que experimenta el personaje) y por otro
loapolíneo (la sabiduría y la justicia que es el elemento racional simbolizado exactamente por el
dios Apolo). Contraste que estaría en la base de la némesis, el castigo divino que determina la caída
o la muerte del personaje.

En la cultura de la Grecia antigua, afirma Nietzsche, «existe un contraste, enorme para el origen y el
fin, entre el arte plástico, esto es lo apolíneo, y el arte no plástico de la música, que es lo dionisíaco.»

[...] estos dos instintos, por lo tanto, caminan uno al lado del otro, pero lo más distante posible, estimulándose

recíprocamente a siempre nuevas reacciones gallardas para perpetuar en sí mismo incesantemente la lucha de

esos contrastes, en la cual la palabra común “del arte” lanza un puente que es sólo aparente: mientras

finalmente, se reúnen conjuntamente gracias a un milagro metafísico producido por la “voluntad helénica”,

aparecen finalmente en apoyo y generan a este respecto la obra de arte de la tragedia del ática, que es tanto

dionisíaca como apolínea.

El nacimiento de la tragedia, Nietzsche

El teatro trágico como fenómeno de masas[editar]


El teatro de Dioniso en Atenas (ilustración de 1891).

La tragedia antigua no era solo un espectáculo, como lo entendemos hoy, más bien se trataba de un
rito colectivo de la polis. Se desarrollaba durante un período sagrado en un espacio consagrado (el
centro del teatro se hallaba el altar del dios). El teatro asume la función de caja de resonancia para
las ideas, los problemas y la vida política y culturales de la Atenas democrática: la tragedia trata de un
pasado mítico, pero el mito se vuelve inmediatamente metáfora de problemas profundos de la
sociedad ateniense.

Respecto de lo anterior es emblemática la tragedia Los persas de Esquilo: la historia está ambientada
en el palacio de Susa, capital delImperio persa, donde desde el principio una serie de oscuros
personajes, incluso el fantasma del difunto rey Darío que acusa a su sucesor, Jerjes I, de haber
pecado de soberbia, es el preludio de una gran catástrofe, anunciada al final por un mensajero que,
con dramatismo extraordinario, cuenta como la tropa persa es destruida en la Batalla de Salamina.

La tragedia (la única de argumento histórico llegada hasta nuestros días) fue representada en el
año 472 a. C., ocho años después de la Batalla de Salamina, mientras la guerra contra Persia
continuaba: la voz de Esquilo fue entonces un fuerte instrumento de propaganda, tanto fue así que
el corego, esto es el que costeó la escenificación de la obra, fue Pericles.

¿Una tragedia de argumento mítico de éxito, pero como vehículo de mensajes de relieve de interés
civil y social implica al público tanto desde un punto de vista partícipe como difuso? Aristóteles
responde a esta pregunta formulando el concepto de "catarsis" (κάθαρσις, purificación), según el cual
la tragedia pone ante los hombres los impulsos pasionales e irracionales
(matricidio, incesto, canibalismo,suicidio, infanticidio...), que se encuentran, más o menos
conscientes, en el ánimo humano, permitiendo a los individuos desahogarse inocuamente, en una
suerte de «exorcismo» en masa.

Las representaciones de las tragedias en Atenas se realizaban en las grandes Dionisias, fiestas en
honor al dios Dioniso, hacia fines de marzo. Las Dionisias eran organizadas por el Estado y elarconte
epónimo; quien apenas asumido el cargo, preparaba la elección de los tres ciudadanos más ricos a
quien confiar la "coregia", esto es la organización del coro trágico: en la Atenas democrática los
ciudadanos más acomodados eran responsables de financiar servicios públicos como "liturgias", a
modo de un impuesto especial.
Durante las Dionisias se desarrollaba un torneo trágico, una competición entre tres poetas, elegidos
por el arconte, posiblemente sobre la base de un guion provisional. Cada uno de ellos debía
presentar una tetralogía compuesta de tres tragedias y un drama satírico. Toda la tetralogía era
representada el mismo día, por la mañana; de esta manera la representación de las tragedias llevaba
tres días, mientras que el último día era dedicado a la puesta en escena de los tres dramas satíricos.
Al final de los tres días de competencia se le daba el premio al mejor coro, al mejor actor y al mejor
poeta. El jurado estaba integrado por diez personas, elegidas al azar. Al término de las
representaciones, disponían una urna y unas tablas en las que se escribía el nombre de los tres
poetas en orden al mérito.

La población acudía en masa a los espectáculos y, probablemente a partir del siglo V a. C.,
comenzaron a acudir mujeres, niños y esclavos. La pasión de los griegos por la tragedia era
arrolladora: Atenas, se decía, destinaba más dinero para el teatro que para la flota. Cuando el costo
por espectador aumentó y se estableció un precio de ingreso, Pericles instituyó el theoricòn, un fondo
especial para pagar la entrada de los menos pudientes.

Las tragedias conservadas[editar]

Esquilo

De las grandes producciones de la Atenas democrática se conservan sólo algunas tragedias de tres
autores: Sófocles, Eurípides y Esquilo.

Esquilo[editar]
De Esquilo se tiene noticia de setenta y nueve obras, entre tragedias y dramas satíricos, de los que
sobreviven siete, entre las cuales se encuentra la única trilogía sobreviviente de las tragedias
antiguas, la Orestíada.

 Las suplicantes (Ἱκέτιδες / Hikètides) del 490 a. C. aproximadamente.


 Los persas (Πέρσαι / Pèrsai) del 472 a. C.
 Los siete contra Tebas (Ἑπτὰ ἐπὶ Θήβας / Heptà epì Thèbas) del 467 a. C.
 La trilogía Orestíada del 458 a. C., compuesta por:
 Agamenón (Ἀγαμέμνων / Agamèmnon).
 Las coéforas (Χοηφόροι / Choefòroi).
 Las euménides (Εὐμενίδες / Eumenìdes).
 Prometeo encadenado (Προμηθεὺς δεσμώτης}} / Prometheus desmòtes), de fecha incierta.

Sófocles

Sófocles[editar]
De aproximadamente ciento treinta obras entre tragedias y dramas satíricos han llegado hasta
nuestros días siete tragedias:

 Áyax (Αἴας / Aias) del 445 a. C.;


 Antígona ( Ἀντιγόνη / Antigone) del 442 a. C.;
 Las Traquinias (Tραχίνιαι / Trachìniai);
 Edipo Rey (Οἰδίπoυς τύραννoς / Oidìpous Tùrannos) 430 a. C.;
 Electra ( Ἠλέκτρα / Helèktra);
 Filoctetes (Φιλοκτήτης / Philoktètes) del 409 a. C.;
 Edipo en Colono (Oἰδίπoυς ἐπὶ Κολωνῷ / Oidìpous epì Kolonò) del 406 a. C.
Eurípides[editar]
Eurípides

De Eurípides se conocen noventa y dos dramas, sobreviven de éstas dieciocho tragedias (sin
embargo una de ellas, la titulada Reso es de atribución discutida y predomina la opinión de que se
trata de una obra anónima) y un drama satírico: el Cíclope. Las obras son las siguientes:

 Alcestis (Ἄλκηστις / Alkestis) del 438 a. C.;


 Medea (Μήδεια / Mèdeia) del 431 a. C.;
 Hipólito (Ἱππόλυτος στεφανοφόρος / Ippòlytos stephanephòros) del 428 a. C.;
 Los Heráclidas (Ἡρακλεῖδα / Herakleìdai);
 Las Troyanas (Τρώαδες / Troàdes) del 415 a. C.;
 Andrómaca (Ἀνδρομάχη / Andromàche);
 Hécuba (Ἑκάϐη / Hekàbe) del 423 a. C.;
 Las Suplicantes (Ἱκέτιδες / Hikétides), del 414 a. C.;
 Ion (Ἴων / Ion);
 Ifigenia entre los Tauros (Ἰφιγένεια ἡ ἐν Ταύροις / Iphighèneia he en Taùrois);
 Electra (Ἠλέκτρα / Helèktra);
 Helena (Ἑλένη / Helène) del 412 a. C.;
 Heracles (Ἡρακλῆς μαινόμενος / Heraklès mainòmenos);
 Orestes (Ὀρέστης / Orèstes) del 408 a. C.;
 Ifigenia en Áulide (Ἰφιγένεια ἡ ἐν Αὐλίδι / Iphighèneia he en Aulìdi) del 410 a. C.;
 Las Bacantes (Βάκχαι / Bàkchai) del 406 a. C.;
 El Cíclope (Κύκλωψ / Kùklops) (drama satírico);
 Reso (Ῥῆσος / Rèsos) (probablemente apócrifo).
Otros tragediógrafos[editar]
No han subsistido obras completas de autores trágicos menores, algunos muy valorados y
galardonados en su tiempo; según Snell, en el siglo VI y V hubo 46 tragediógrafos seguros,
descontando los tres clásicos y los dudosos; en el IV, 45; en el III, 35, y el número sigue
disminuyendo en siglos posteriores. Aparte de algunos de los ya mencionados, hay que citar
a Evetes,Polifrasmón, Eveón, Notipo, Aristias, Mesato, Euforión (hijo de Esquilo), Évetes, Aristarco de
Tegea, Neofrón, Agatón, Ion de
Quíos, Critias, Jenocles, Aqueo, Filocles, Meleto, Licofrón,Nicómaco, Carcino el
Viejo, Teodectas, Timocles, Diógenes de Sínope, Astidamante el Joven, Carcino. Lo que queda de
todos estos autores puede consultarse en la edición de B. Snell- R. Kannicht (Tragicorum Graecorum
Fragmenta I: Didascaliae tragicae, catalogi tragicorum et tragoediarum, testimonia et fragmenta
tragicorum minorum, Gotinga 1986), así como en la edición bilingüe griego-alemán con bibliografía y
notas editada por R. Kannicht (Musa Tragica. Die griechische Tragödie von Thespis bis Ezechiel,
Tubinga 1991).
OTRO

El origen de la
tragedia griega y
sus autores.
El tiempo a pasado, pero las
antiguas tragedias
griegas conservan plenamente su
vigencia. En el artículo realizado por
Karina Donángelo se describe su
aparición y las características de esos
creadores que, como Eurípides, han
dejado una fuerte impronta en la
cultura.

Por Karina Donángelo

Mucho antes que Sócrates se


preguntara sobre el Bien y el Mal,
sobre el destino de la vida y sobre
la realidad de la muerte, muchos
otros filósofos y escritores habían
indagado acerca de los secretos
de la existencia humana.

A lo largo de la historia, el hombre


ha dirigido su atención hacia su
propio mundo interior. Gracias a
esta búsqueda de lo
intrínsecamente humano hemos Sócrates
podido disfrutar de grandes
producciones artísticas, como las
tragedias griegas. Pues en ellas,
se narran las aventuras del
hombre, que explora los abismos y
vericuetos del alma.

En el año 334 a.C. Aristóteles


postuló que la tragedia (mediante
una serie de circunstancias que
suscitan piedad o terror) es capaz
de lograr que el alma se eleve y se
purifique de sus pasiones.

Este proceso, que se denomina


"catarsis", es la purificación interior
que logra el espectador a la vista
de las miserias humanas.

El fondo común de lo trágico será


la lucha contra un destino
inexorable, que determina la vida
de los mortales; y el conflicto que
se abre entre el hombre, el poder,
las pasiones y los dioses.

Sus temas, sin duda


grandilocuentes, no solo no han
perdido vigencia, sino que además
se resignifican y materializan
continuamente, en los distintos
sucesos que padece la
humanidad.

El nacimiento de la
tragedia.

Los griegos fueron los creadores


de la tragedia. En un principio, le
confirieron un profundo sentido
religioso, ya que la obra trágica
nació como representación del
sacrificio de Dionisios (Baco) y
formaba parte del culto público.

Los teatros debían edificarse en


las inmediaciones del templo del
dios. Los actores y cantores eran
considerados por los sacerdotes,
personajes inviolables y sagrados.

Para los antiguos griegos, Sófocles


Dionisios era la divinidad
protectora de la vida y símbolo del
placer, el dolor y la resurrección.
Durante la época de la vendimia
en su honor se cantaban a coro
distintos himnos llamados
ditirambos. En los poblados y en
las plazas, donde el público
danzaba, 50 coreutas hacían una
ronda alrededor del altar.

Representaban a los "hombres


cabrones" o "sátiros" (seres
mitológicos que tenían cuerpo de
hombre y piernas de cabra) que
lamentaban el sepelio del dios.

Primitivamente, sólo se trataba de


una ceremonia mimética, pero con
el correr de los años, las técnicas
fueron evolucionando y la magia
del disfraz enriqueció la puesta en
escena.

Cuando los actores interrumpían


sus lamentos para tomar aliento,
se introducía entre las estrofas el
"solo" de un recitante.

A partir de esta primera


innovación, ya no sólo se
conmemoraba la pasión de un dios
sino también, todos los rasgos de
la leyenda, que eran interpretados
por gemidos que emitía la
concurrencia a modo de
acompañamiento. Esta ceremonia
recibía el nombre de "coro cíclico".

Las ofrendas del público


consistían generalmente en un
macho cabrío, que era consagrado
a Dionisios. Etimológicamente, la
palabra "tragedia" tiene mucho
que ver con este ritual. El nombre
deriva de "trago día" (del griego
tragos, que significa macho cabrío
y de oda, que significa canto).

El primer trágico fue Tespis, que


triunfó en el ano 536 a.C. en el
Primer Concurso Trágico instituido
por Pisístrato para las grandes
dionisíacas (fiestas que se
celebraban durante los primeros
días de abril y que duraban 6
días).

Tespis reemplazó el pintarrajeo


grosero de los coreutas por una
máscara de género estucado. Las
máscaras representaban las
facciones de los distintos
personajes. Las más primitivas
estaban hechas de corteza de
árbol luego de cuero forrado con
tela y finalmente, de madera.

Los creadores eran verdaderos


artesanos, la abertura de la boca
era grande y prolongada como un
embudo hecho de cobre. Este
formato contribuía a aumentar el
volumen de la voz en escena.

Hubo varias clases de máscaras:


cómicas, trágicas y satíricas. Las
primeras eran ridículamente
toscas, con los ojos bizcos, la
boca torcida y las mejillas
desvencijadas. Las trágicas eran
notablemente grandes, tenían la
mirada furiosa, los cabellos
erizados y las sienes o la frente
deformes. Las satíricas eran las
más repugnantes y representaban
solamente figuras extravagantes y
fantásticas, tales como cíclopes,
centauros, faunos y sátiros.

Con las innovaciones que introdujo


Tespis, la máscara griega dejó de
lado el bestiario fabuloso y la
tragedia adquirió un tenor más
humano. A comienzos del siglo V
a.C, la tragedia ya se había
instalado como género dentro de
la literatura.

Podría decirse que el eje central


de toda obra trágica es el
restablecimiento doloroso del
orden, y el alumbramiento
traumático del deber en su doble
aspecto. Desde el plano religioso,
desarrolla el antagonismo que
existe entre el hombre y el
cosmos. Y en el plano político
explica la conflagración
subyacente entre el hombre y el
poder.

Tanto en un aspecto como en otro,


la representación será el vértice
del debate. No es casual, por
ejemplo, que la figura más
relevante de las obras clásicas sea
la de los reyes. Esto se debe a
que ellos representaban los
blancos más visibles de la
sociedad, y en consecuencia, eran
los más susceptibles, ya que la
vida privada de los monarcas, en
un espectáculo público pertenecía
a todo el mundo.

Este aspecto formaba parte de la


mentalidad de los griegos. De
hecho, la Polis era considerada
como un todo, y la justicia, para
este pueblo era un valor
excelentísimo. Si no había justicia
en sus gobernantes la Polis
tampoco podía ser justa. Por eso,
para los griegos, la política y los
políticos eran los encargados de
ejecutar justicia, pero en una
dimensión propiamente humana.
No había posibilidades de
realización individual dentro de un
régimen injusto.

La justicia era para ellos una


perfección valiosa; algo que no se
buscaba por sus ventajas, y cuyos
designios, sin embargo eran
implacables.

La finalidad de los festivales


dramáticos era la de exaltar la
tradición mítica, el patriotismo;
aleccionar, conmover, marcar
nuevos rumbos, como así también
dar lugar a cuestiones honoríficas
y cuando no, farandulescas.
Muchos actores obtenían premios
tales, como la corona de hiedra o
placas recordatorias llamadas ex-
voto.

Desde luego que tampoco faltaron


los "intereses creados". En los
teatros, en primera fila y en los
palcos de honor, había un gran
sitial destinado al sacerdote del
dios.

El coro (coreutas) estaba a cargo


de los ciudadanos ricos y
hacendados, quienes corrían con
todos los gastos del espectáculo,
creyendo que cumplían así un
deber de piedad patriótica" (piedad
que, por cierto, contribuía también
a la conquista de los sufragios
populares).

Los asistentes eran clasificados


por categorías: los sacerdotes,
magistrados y generales; luego los
ciudadanos y por último el pueblo.

Al entrar al teatro los espectadores


entregaban a los revisores una
ficha de hueso o de marfil, que con
anterioridad habían comprado en
la taquilla a un empresario, y que
indicaba el sitio que debían
ocupar. El publico podía, si quería,
aplaudir la obra o silbar en señal
de desagrado.

El precio de los asientos, que


median unas 13 pulgadas de
largo, era de dos óvolos para los
de preferencia; todas las demás
localidades eran gratuitas, y los
indigentes recibían fondos del
"Theoricon".

En los anfiteatros se utilizaron


distintos mecanismos. Al principio
fueron pocos y rústicos; luego se
fueron perfeccionando e
incluyeron plataformas móviles y
todo tipo de parafernalias, gracias
a las cuales los personajes
adquirían mayor movilidad y
desplazamiento sobre el
escenario.
Principales trágicos
griegos.

Sin duda, tres de los trágicos más


grandes de la historia de la
literatura son Esquilo, Sófocles y
Eurípides. Cada uno, imbuido por
los sucesos de su tiempo supo
plasmar en sus obras las
emociones, las angustias, las
dudas y las pasiones de los
hombres de su época, con
exquisito talento.
Eurípides.
Entre el siglo VI y V a. C vivió
Esquilo. Este hombre, nacido en la
ciudad de Eleusis, fue muy
temeroso de Zeus. Los personajes
de sus obras se mueven según los
designios de este dios del Olimpo,
y por una aguda fatalidad.

Esquilo luchó contra los persas en


las batallas de Maratón y
Salamina.

Introdujo las primeras reformas


dentro de la estructura de la
tragedia. Escribió 7 obras, de las
cuales solo se conservan 5: La
Orestíada; Las Suplicantes; Los
Persas; Prometeo encadenado y
Los siete contra Tebas.

Sus personajes dramáticos


parecen tallados en bloques de
granito. Su personalidad adusta no
conoce términos medios, pues las
figuras del teatro de Esquilo, de
principio a fin permanecen
idénticas a sí mismas: mueren o
triunfan.

Sófocles nació en el 496 a. C en


Colono, localidad cercana a
Atenas. Si bien las informaciones
acerca de su vida son
relativamente escasas, es
evidente que gozó de un gran
prestigio entre sus compatriotas,
conforme a numerosos registros
históricos que narran como era su
vida como ciudadano. Sófocles fue
quizás, el que mayor supo reflejar
en sus obras, los principios y
dilemas espirituales de la Grecia
clásica del siglo V a.C., cuando
Atenas se hallaba en su máximo
esplendor político, económico y
cultural.

Hijo del acaudalado Sifilos, cuando


solo contaba con 16 años llegó a
ser encargado de dirigir un canto
de gracia a los dioses por la
victoria de la batalla de Salamina,
contra los persas. Posteriormente
se desempeñó en distintos cargos
oficiales. En el 440 a.C. fue
elegido como uno de los 10
estrategas o jefes militares del
Ejército ateniense, y en calidad de
tal participó de varias
expediciones. Fue un estrecho
colaborador del gobernante
Pericles y del historiador Heródoto.
Además asumió dignidades
religiosas.

De todos modos, su reputación se


sustentó fundamentalmente en la
actividad teatral, a la que se
dedicó toda su vida. En el 448 a.C.
derrotó por primera vez al ya
anciano Esquilo en el festival
dramático anual. Obtuvo la
victoria, cuanto menos en otras
veinte oportunidades.

Sófocles estableció varias


modificaciones en la forma
tradicional de la tragedia fijada par
Esquilo. Sustituyó las trilogías
encadenadas por las libres
(compuestas de tres piezas
conexas, pero completas en sí
mismas).

De Los 123 dramas se conservan


solo siete: Ayax; Antígona; Edipo
Rey; Las Triquinias; Filoctetes;
Edipo en Colono y Electra.

Cabe destacar que el teatro de


Sófocles siempre fue fiel a una
determinada concepción del
mundo, según la cual éste se halla
regido por leyes eternas,
encarnadas en sus obras por los
dioses, a las que los hombres se
encuentran sujetos. A diferencia
de Esquilo, no centró su teatro en
la inexorabilidad del destino, sino
que destacó la capacidad humana
para asumirlo y llevar una vida
ligada a principios éticos. Para él
no existía conflicto entre la
necesidad cósmica y la libertad
individual. La mayoría de sus
personajes (Electra, Antígona, etc)
ilustran la tesis de que es preciso
soportar con nobleza las
adversidades y los sufrimientos; y
realzan la grandeza de la voluntad
que se enfrenta a las
consecuencias. Los protagonistas
son de carne y hueso. No luchan
contra los obstáculos exteriores o
la fatalidad, sino contra las
debilidades del corazón. Sin
embargo, pese a todo, el idealismo
de Sófocles, muchas veces
influenciado por los héroes
homéricos, fue capaz de crear
adalides más que convincentes.

Sófocles murió en Atenas en el


406 a. C. Fue elogiado por
Aristóteles que hizo de su obra el
modelo de la tragedia clásica,
como el mayor de los dramaturgos
griegos. Su obra puede
considerarse la fuente de todo el
teatro occidental.

Eurípides vivió en una época de la


cultura griega dominada por una
profunda crisis. Esta crisis puso en
peligro, y en algunos casos llegó a
destruir, los valores que hasta ese
entonces habían sido
considerados como inmutables: el
Estado, la cultura y la religión.
Vivió en el momento más crítico de
la evolución histórica de Grecia,
durante la Guerra del Peloponeso.

Las tragedias de Eurípides


reflejan, no sólo los cambios
coyunturales de la nación, sino
también el terrible cambio Esquilo.
espiritual que se estaba gestando
en Atenas, durante la segunda
mitad del siglo V a.C.

Así como Ibsen, Nietzsche o


Bertolt Brecht supieron retratar la
profunda crisis del mundo
contemporáneo, Eurípides fue el
espíritu de su época, llamado a
expresar en su obra la situación
del hombre griego y la decadencia
de un imperio.

Hasta bien entrado el siglo V a.C.,


la ideología dominante en toda
Grecia era la concepción
aristotélica de la vida, el "Ideal
Dórico-délfico", encarnado
principalmente en Esparta, en lo
que se refiere a la política; y en
Delfos, en lo que respecta a la
religión (de hecho, la forma más
antigua de tragedia fue la
prolongación de la lírica coral
doria).

Dos rasgos caracterizaron esa


mentalidad: la sumisión del
individuo a la colectividad y la
limitación humana frente a Dios.
Sin embargo, poco a poco, al lado
de esta concepción un tanto
arcaica si se quiere, comienza a
desarrollarse una doctrine
existencial mucho más libre y
optimista. Será el legado del
"espíritu jónico", que permitirá la
elaboración de atrevidas síntesis,
con un alto grado de valoración
individual.

El ideal jónico se ocupó también


de estudiar las costumbres de
otros pueblos, llegando en algunos
cases, a conclusiones relativistas
sobre el valor de lo bueno y lo
malo, lo decente y lo indecente, lo
justo y lo injusto.

Otra característica propia de este


espíritu fue el inicio de la reflexión
sobre el hombre como tal, el
investigarse a sí mismo. Sin duda
fue un movimiento revolucionario
para la época, con el que
Eurípides logró identificarse y
mediante el cual pudo ir tejiendo la
trama de sus obras. Podría decirse
que la generación a la cual
perteneció este gran dramaturgo
fue una generación "quemada",
llena de desengaños. Esto se
traduce en las tragedias de
Eurípides. Sus personajes no
creen ya en la grandeza humana.
Se han acostumbrado a penetrar
en el corazón humano, y no han
sabido encontrar allí más que
pasiones desbocadas, crueldad,
ambición, etc. Y esa desconfianza
en el hombre actual, no sólo se
materializaba en tiempo presente,
sine que también se retrotraía al
pasado y se proyectaba hacia el
futuro.

Para referirnos a la vida de


basarnos en fuentes de diversa procedencia. En Sátiro, que vivió en el siglo II
anos como Aulo Gelio y Varrón. Durante la edad bizantina, la Suda dedicó su
noticias de Eurípides proceden de Filócoro, léxico que vivió en el siglo III d.C).

Existen también fuentes


epigráficas. La más importante es
el llamado "Mármol de Paros",
descubierto en el siglo XVII.
Incluso hay testimonios literarios
que proceden de la comedia; más
concretamente, de las obras de
Aristófanes, el gran detractor de
nuestro trágico. Sin embargo tales
testimonios deberían tomarse con
precaución, ya que los métodos
empleados por la comedia ática
son conocidos: los hechos son
vistos como a través de un lente
que desorbita la realidad objetiva,
convirtiendo muchas veces en
algo especial aquello que en
verdad es insignificante. De hecho,
lo que construyen las comedies
son caricaturas.

Aristófanes fue el gran opositor de


Eurípides, pues veía en el poeta
trágico, al representante típico y el
portavoz de las "nuevas ideas"
que invadían y contaminaban al
mundo ateniense.

Cuentan todos estos testimonios


que el padre de Eurípides se
llamaba Mnesarco o Mnesarquides
y su madre, Clito. Según las
fuentes más antiguas, su padre
era un tendero al por mayor, y de
acuerdo con algunos pasajes
aristofánicos, su madre verdulera.
La exquisita educación que recibió
nos permite suponer que su familia
era acomodada (Eurípides fue el
primer intelectual griego que
dispuso de una biblioteca
particular). Era un espíritu
melancólico, poco amigo de las
multitudes, y del bullicio de la vida
mundana. Pasaba largas
temporadas en una cueva de
Salamina, isla donde sus padres
tenían algunas propiedades.

Sin embargo, este ostracismo


"auto-impuesto" no le impidió
seguir con suma atención los
hechos de su tiempo. Fue un
lector apasionado de los grandes
filósofos de la época: Arquelao,
Anaxágoras, Pródico, Georgias,
etc. Y al parecer fue muy amigo de
Sócrates, del que ciertos
testimonios dicen que colaboró en
la elaboración de algunas de sus
tragedias. Hacia el final de su vida,
el poeta recibió la invitación del rey
Arquelao de Macedonia, aunque
poco y nada se conoce de su paso
por la corte.

Un rasgo típico de la literatura


clásica griega es el hecho de que
muchos escritores se limitaban a
cultivar un solo género, y
Eurípides, trágico por vocación y
convicción llegó a ser autor de
innumerables tragedias. Compuso
también algún epigrama y un
canto triunfal, además de los
dramas satíricos que contribuían al
cierre obligado de las trilogías, que
los trágicos presentaban en
concurso.

Los antiguos le atribuyen 92


tragedias, de las cuales solo 17 se
conservan: Alcestis; Andrómaca;
Bacantes; Electra; Hécuba,
Helena; Heracles loco; Heráclidas;
Hipólito; Jon; Ifigenia en Aulide;
Ifigenia en Táuride; Cíclope;
Medea; Orestes; Fenicias; Reso;
Suplicantes y Troyanas.

Dentro de las innovaciones


introducidas por Eurípides se
destacan los prólogos netamente
narrativos y los coros (ejecutados
por mujeres). En todos ellos
desarrolla una verdadera lucha
dialéctica entre los personajes de
la obra. Modificó la técnica del
deus ex machina (procedimiento
del héroe salvador: personaje que
pasa casualmente por el lugar de
la escena, ya sea para resolver
una situación cuando ya todos
creían que no había solución o
bien, para justificar la conducta de
un personaje dentro de la obra).

Podemos observar en las obras de


Eurípides, un marcado
racionalismo. La tragedia
eurípidea deja traslucir cierto perfil
del autor como magnífico
psicólogo de su época. Pues supo
penetrar en lo más recóndito del
corazón humano, hurgando en sus
miserias y sus pasiones. Pareciera
que sus héroes han perdido por
completo la confianza en sí
mismos; dan un paso adelante,
para retroceder luego dos pasos
atrás. El pesimismo es otro rasgo
característico de nuestro poeta.
Fue precisamente esto lo que lo
condujo a realizar un análisis tan
hondo y exhaustivo de la
naturaleza humana. Y lo que vio
de los hombres fue el reflejo de
seres atormentados por la pasión;
seres embarcados en la búsqueda
acuciante y sin tregua de paz
consigo mismos (...o de la paz
interior).

Hay en sus obras un alto grado de


realismo psicológico; los grandes
héroes de la mitología se
convierten en las tragedias de
Eurípides en hombres tal cual son,
con virtudes y falencias.
La Tragedia

La virtud del arte es,


fundamentalmente provocar una
multiplicidad de reacciones en el
receptor; conmover, enojar,
aleccionar o irritar. Las tragedias
clásicas, pese a estar
contextualizadas en un marco
histórico determinado, retratan la
personalidad del hombre y la
fluctuación de sus emociones; las
contradicciones universales, las
dudas, los anhelos y un cúmulo de
sentimientos que escapan de todo
límite temporal-espacial.

La crisis de las ideologías, la falta


de fe, la muerte de las utopías y la
desconfianza son factores que
siempre han rodeado la vida del
ser humano, y que adquieren
mayor o menor intensidad bajo
nuevas formas y en distintas
circunstancias. Anfiteatro griego.

Por eso, por plasmar los rasgos


más puros y definitorios de la raza
humana, podría decirse que los
trágicos antiguos han sido
verdaderos visionarios, profetas y
patriarcas de la memoria, que se
niega a perecer.

Esquilo, Sófocles y Eurípides son,


sin duda los más grandes
referentes, no ya de la literatura,
sino del modo existencial del
pensar y del ser.

Karina Donángelo

CARACTERÍSTICAS DE LA TRAGEDIA GRIEGA


1. Las representaciones teatrales formaban parte de ciertas celebraciones religiosas,
principalmente los festivales en honor del dios Dioniso. Las obras solo se representaban en
unas fechas concretas del año.
2. Los festivales eran un certamen de competición: se seleccionaban tres poetas trágicos de
entre los concursantes. Cada autor presentaba tres tragedias y un drama satírico.
3. Solo se nos han conservado tragedias de autores atenienses. La tragedia más antigua
conservada es del 472 a.C. (Los Persas de Esquilo); la más moderna es Edipo en Colono de
Sófocles. El argumento de las tragedias griegas está relacionado con algún mito.
4. El coro: su papel fue disminuyendo a partir del siglo V (danzaban a son de la flauta). Es el
elemento más relevante de la tragedia. La tragedia se constituye sobre la dualidad entre
coro-personaje. El coro permanece en forma semicircular en la orchestra, su función es
principalmente lírica; los personajes están en la escena. Si hay alguno del coro que habla en
nombre de todos, es el corifeo.
5. Los héroes trágicos están por encima de lo humano; la tragedia los expone no como
ejemplos que deben ser imitados, sino como reflexión sobre los límites de la naturaleza
humana.
6. Todos los actores y el coro llevaban máscaras adecuadas a su papel (el uso de máscaras
posibilita que los actores jueguen con los papeles: un actor con dos personajes / un
personaje con dos actores). Llevaban coturnos para que se les viera mejor. Los actores y el
coro lo formaban siempre varones, que debían ser ciudadanos atenienses (aunque el
personaje fuera femenino).
ESTRUCTURA DE LA TRAGEDIA GRIEGA
1. El prólogo. Parte que precedía la entrada del coro; es un monólogo que explica el
argumento y la situación inicial.
2. La párodos. Canto del coro mientras entra. El coro no se va hasta el final de la obra. El
coro es otro personaje más de la obra.
3. Los episodios. Escenas de uno o más actores junto al coro.

A lo largo de la historia la mujer ha ido cambiando su rol en la sociedad. En la novela “La


Metamorfosis” de Franz Kafka se representa la sumisión de la mujer y en la tragedia griega,
“Antígona” se representa la trasgresión de la mujer. Antígona es una mujer con carácter que
lucha por lo que piensa y siente, que se rebela ante la autoridad. En cambio, la Sra. Samsa
es una mujer débil, que depende de su marido y se abstiene a las decisiones que éste toma,
sin defender sus ideales ni expresar su posición. Por otro lado en la novela de “Antígona”,
Ismene también muestra otro ejemplo de la sumisión de la mujer, ella no quiere ir en contra
de la sociedad ni de la autoridad, se ajusta a las condiciones en la que la sociedad le
permite vivir.
Antígona, la protagonista es la que decide ir en contra de la ley impuesta por Creonte, el rey
de Tebas y enterrar a su hermano Polinices. En esa época, no era aceptable que una mujer
desafíe la autoridad de un rey, las mujeres no podían siquiera involucrarse en la política y
mucho menos cuestionar las leyes. Ella demuestra su convicción por sus ideales al enfrentar
al rey, quien es un hombre poderoso y altamente respetado en la sociedad. Antígona no
teme al castigo, porque según sus ideales, ella está haciendo lo correcto, ya que sus ideales
coinciden con las leyes de los dioses. Por otro lado, La señora Samsa demuestra miedo
cuando se entera de la condición de su hijo, de su transformación en un escarabajo. Ella se
desmaya y se enferma, no es capaz de enfrentar los problemas e intentar solucionarlos, lo
único que hace es huir de las situaciones demostrando una actitud hipocondríaca y evasiva.
La Sra. Samsa, vive en una familia marcada por el poder patriarcal, vive en una sociedad
donde la persona que sustenta a la familia es la que es respetada y la encargada de tomar
decisiones. Su esposo, el Sr. Samsa esta constantemente menospreciándola, esto se
demuestra cuando dice: “Vosotras las mujeres nunca queréis hacer caso ”,..

La tragedia recuenta la caída del hombre superior y sus desgracias. Alguien que comienza con
fortuna y prosperidad y termina en la adversidad. Las tragedias griegas tenían como personajes
principales a los grandes reyes que en su lucha por el poder se destruían entre ellos y su fin siempre
era la muerte. También tratan el tema del amor, pero siempre contrariado y fatal. En la tragedia se
representa el valor universal y humano con un marcado origen épico y religioso. Algunos ejemplos
son:
Antígona, Edipo Rey - de Sófocles
La Orestiada - de Esquilo
Medea - de Eurípides

PRINCIPALES AUTORES

Esquilo
Esquilo nació en una demos o villa del
Ática, Eleusis, y era hijo de Euforión y hermano de dos héroes célebres las
guerras medicas.

Esquilo también fue guerreó, estuvo en las batallas de maratón, salamina y


platea.Siendo muy joven participó en muchos concursos de poetas trágicos
ganando varios de ellos.

Esquilo fue un hombre muy religioso y se presume que creó el género de la


tragedia y también se le llama “Padre del Teatro” o "Padre de la Tragedia
Griega".

Tres años antes de su muerte dejó Atenas y se trasladó a Sicilia, y el


entusiasmo de los sicilianos por la gran poesía explica bastante la partida
de Esquilo y su dilatada permanencia en un país donde vivía colmado de
honores.
Esquilo falleció en Gela, Sicilia y la anécdota que atribuye a su muerte: Es
un águila que arrebató una tortuga y que tomando la cabeza calva del
poeta por un pedazo de roca, soltó la presa y aplastó a Esquilo (esto fue
referido por el escoliasta a quien se debe la biografía anónima)
Durante mucho tiempo fue su tumba objeto de un culto religioso para los
poetas dramáticos, quienes según se dice, iban a visitarla con profundo
respeto y veneración.
OBRAS

Esquilo habría compuesto veinte tetralogías de las que se conservan: los


persas, los siete contra Tebas, las suplicantes, Prometeo, Agamenón, las
Coeforas y las euminedes estas tres comprenden una trilogía completa
llamada Orestiada.

La trilogía Esquilea se caracteriza por tener una temática que se va


completando con las tres obras, estado íntimamente ligado por la misma.

Eurípides
Su madre se llamaba Klitonis y su padre Mnesarco, durante su infancia
tuvo lugar la Guerra Medica decisiva para los griegos y el mundo
occidental. En 466 AC cumplió dos años de servicio militar, odiaba la
política y era amante del estudio, para lo que poseía su propia biblioteca
una de las más completas de toda Grecia. Fue amigo de Sócrates, el cual
según la tradición, solo asistía al teatro cuando se presentaban obras de
Eurípides, en 408 AC decepcionado por los acontecimientos de su patria
implicada en
la interminable Guerra de Peloponeso, se retiro a la corte de Arquéalo l de
Macedonia, muriendo dos años después en Pella.
Obras Importantes:
Los persas (472 A.C)
Los 7 contra Tebas (467 A.C)
Las suplicantes (463 A.C)
Orestiada (458 A.C) que comprende: Agamenón, las Coéforas y las
Euménides
Sófocles

Sófocles nació en colona cerca de Atenas


(Grecia) en el año 495 a.d. J.C. Tuvo
una vida previlegiada; coincidia con el apogeo cultural de su ciudad natal, fué educa
do esmeradamente. Desde pequeño se distinguio por su
talento; en su juventud escogió
la carrera literaria; a diferencia de otros dramaturgos se dedicó al
teatro griego, creando dramas aisladas. A los 27 años obtuvo
el primer premio en los concursos anuales
de tragedia, con su obra triptolemo; sus triunfos continuaron siendo distinguido en dife
rentes oportunidades. Figura entre los tres máximos representantes del teatro

clásico griego. Desempeñó cargos políticos gracias a su capacidad intelectual y a


la gran amistad que le unía a pericles.
conquistar atenas .

Continuador de Esquilo, con quien contenido en concursos, vivió en el siglo de Pericles.

Se trata de un autor longevo y de gran fecundidad (compuso alrededor de un centenar de


tragedias).

Trata temas semejantes a los de su antecesor, centrando sede en las relaciones entre el
hombre y los dioses.

Se conservan siete tragedias subastas:

1-Ayax,

2-Antígona,

3-Edipo Rey,
4-Las Traquinias,

5-Electra,

6-Filoctetes

7-Edipo en Colona.

Llevó a su madurez el género trágico tratando con habilidad extraordinaria la psicología de


los personajes.

Murió a los noventa años, cuando esparta era una potencia militar y decidía

ESTRUCTURA DE LA TRAGEDIA GRIEGA

La estructura que suele presentar la tragedia es la siguiente:

El Prólogo: Es simplemente una introducción, la parte en que se pone al espectador en antecedentes


del argumento y se explica el "conflicto" que se va a dramatizar.

La Párodos. Con ella se iniciaba realmente el desarrollo de la acción y consistía en el canto de


entrada del Coro. En este primer canto solía hacerse alusión a circunstancias previas a la acción
dramática y relevantes para la misma (podéis comprobarlo en Edipo Rey)

Los Episodios. Constituían los pasajes dramáticos "intercalados entre los cantos corales" y eran
partes dialogadas en las que actuaban los actores. Sófocles fue el primero que introdujo tres
personajes, haciéndolos coincidir en escena; entre sólo tres actores todos ellos varones (las mujeres
parece que no actuaban en el teatro) se repartían todos los personajes individualizados en la obra.

Los Estásimos. Eran los cantos del Coro que "sin moverse" de la orquestra ejecutaba
acompañándolos en ocasiones de sonidos instrumentales y de danza.
Para muchos, el coro no es propiamente un actor o personaje sino que se situaba, en el plano
dramático, a mitad de camino entre los actores y los espectadores: era espectador de la acción que
en la escena los actores reproducen, pero también el Coro mismo, los Coreutas, o su director, el
Corifeo, pueden entablar diálogo con los actores.

La misión del Coro sería la de comentar la acción dramática o la de aconsejar, o reprochar, animar o
impugnar las acciones y palabras de los actores. Los cantos corales tienen, en efecto, un lenguaje
poético muy cuidado, en los que se van haciendo comentarios sobre el drama: hay en ellos
acumulación de imágenes y alusiones mitológicas muy difíciles de comprender a veces para el
espectador moderno.
Estas dos partes (Episodios y Estásimos) se alternaban libremente en las obras.

El Éxodo. Es el canto final del Coro mientras "sale" del teatro al finalizar la tragedia. En Edipo Rey el
éxodo se reduce a la despedida del Corifeo, quien, como es frecuente en la tragedia, lo hace diciendo
una frase significativa con un fin de enseñanza.

Estructura de la tragedia
Publicado: septiembre 20, 2008 en Literatura de 5to.
Etiquetas: actos, desenlace, escenas, estructura externa, estructura interna, motivación,peripecia, planteo, tragedia

En toda obra podemos reconocer a simple vista su estructura externa, es decir la forma en que la subdividió formalmente el

autor: si es una novela, capítulos; en un cuento, puede haber apartados; en una poesía, estrofas, etc.

En el caso de la tragedia, vamos a comparar aquí la estructura externa del subgénero en sus surgimientos, es decir en el siglo

V A.C en Grecia, y en el Renacimiento. Pero también abordaremos la estructura interna, es decir los momentos por los que

pasa la acción, de ambas. En este segundo caso no tendremos la guía de subtítulos ni paratextos, sino la propia interpretación

de lo que el texto expresa.

En la tragedia griega, reconocemos:

Prólogo: a cargo de un personaje, que, comúnmente, no vuelve a aparecer en la obra. Puede ser un monólogo o un diálogo,

que presenta los datos básicos para entender la situación en la que se ambienta la acción de la obra.

Párodos: entrada del coro, pasaje complementario del prólogo. A través de los comentarios que se incluyen en este pasaje, el

espectador queda plenamente situado.

Episodio: A cargo de actores, empieza a desarrollar la acción dramática

Estásima: Intervención del coro, interpretando y comentando lo que acaba de suceder. (Se van sucediendo desde aquí,

episodios y estásimas).
Éxodo: Salida del coro, fin de la obra.

En la tragedia renacentista, tenemos una estructura externa totalmente distinta. Ya no hay un coro, y por lo tanto varias partes

propias de una tragedia griega ya no las encontramos.

Estas tragedias se dividen en cinco actos (cada acto es una unidad de acción, es decir que aglutina las escenas íntimamente

ligadas a un momento de la acción dramática), y los actos se subdividen en un número variable deescenas (lo que marca el

inicio de una nueva escena es la salida o entrada de los personajes).

En tanto, nosotros podemos reconocer, a medida que hemos leído y entendido, o mucho mejor si la hemos visto representada,

las distintas partes de la estructura interna de la obra, las cuales son:

Motivación: Es la primera parte, en la cual el objetivo es captar la atención, situar al espectador en el ámbito que se desarrolla

pero sobre todo interesarlo y crear su expectativa respecto del conflicto que esa obra mostrará.

Planteo: Se presenta el conflicto, abiertamente. El protagonista se enfrenta a su lucha (agón).

Peripecia: Se produce un cambio notorio en la suerte del personaje, que de pronto, se enfrenta a algo totalmente distinto a lo

que le venía pasando: si su causa iba progresando de un modo alentador, le surge un notorio problema; si, en cambio, venía

asediado por los inconvenientes, aparece una circunstancia que se presenta como la salvación.

Desenlace: Situación final en la que quedan los personajes. En una tragedia, será la muerte del protagonista, pero no se remite

al hecho puntual de su desaparición física sino a las consecuencias que trajeron sus acciones.

El ejercicio, ahora, es que reconozcas hasta qué parte de las tragedias estudiadas se extienden la motivación, el planteo, la

peripecia y el desenlace.

Características de las tragedias griegas


Escrito por Martha Mendenhall | Traducido por Maria Eugenia Gonzalez


Los requisitos de una tragedia fueron establecidos por Aristóteles en la antigua Grecia.
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Para el mundo occidental, Grecia es la cuna del teatro, y las tragedias de la antigua Grecia son
el modelo a seguir. Las características de una auténtica tragedia fueron establecidas
por Aristóteles en su obra "Poética", y aún son una referencia para analizar las tragedias.
Aunque las tragedias actuales no emplean lenguaje intensificado o versos, aún esperamos un
héroe trágico envuelto en una lucha monumental, a menudo contra sus fallas interiores.
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Relatos de la historia griega
Las tragedias griegas intentaban mostrar a un protagonista de cuna noble luchando
contra sus defectos de carácter, mientras transitaba una experiencia importante en su
vida. Estos personajes y relatos eran a menudo sacados de la historia y la mitología
griegas. Sófocles escribió una de las tragedias más famosas de la literatura occidental,
"Edipo Rey", sobre el rey de Tebas. La Orestíada ("Agamenón", "Las coéforas " y "Las
euménides"), una trilogía de obras escritas por Esquilo, contaba la historia del retorno a
casa del rey Agamenón luego de la guerra de Troya, su asesinato por parte de su esposa
Clitemnestra y la venganza de su muerte por sus hijos Electra y Orestes.

El héroe trágico
Aristóteles afirmaba que el héroe trágico debía ser de cuna noble y, en el transcurso de la
obra, experimentar una caída trágica debido a una falla de carácter, y no por
circunstancias externas. De este modo, el héroe sufre una transformación psicológica que
le da una lección sobre su propia naturaleza imperfecta. Aristóteles pensaba que la caída
del héroe era importante para que lo presenciara el público, que normalmente era de
origen más humilde, pero podía conmoverse con la ruina del héroe. De este modo, el
público sentiría una conexión emocional empática y liberadora con la experiencia del
personaje. El rey Edipo, en la obra "Edipo rey", es considerado la quintaesencia del héroe
trágico.

El coro
El coro en un tragedia griega por lo general estaba formado por un grupo de hombres o
mujeres cuya posición en la vida era humilde en comparación con los personajes
centrales de la obra. El coro comentaba las elecciones y acciones de los personajes
principales, hablando o cantando directamente al público. También invocaban la
intercesión de los dioses y rogaban ayuda en relación a los sucesos de la obra. Para los
antiguos griegos, la idea de que los dioses controlaban todos los sucesos de la vida, que
ningún hombre tenía la libertad de decidir su destino, era fundamental, y el coro a
menudo recordaba estas creencias a los personajes de la obra y al público.
Unidad de tiempo y espacio
La "Poética" de Aristóteles requería que una tragedia se desarrollara dentro de un mismo
tiempo y espacio, que todas las escenas sucedieran en el mismo lugar en un tiempo
continuo. Esto suponía una urgencia sobre los protagonistas de la obra; los eventos
seguían sucediendo sin que los personajes pudieran detenerse y meditar sobre lo que
debían o no hacer. Simplemente tomaban decisiones y seguían adelante, como las
personas hacen con frecuencia en la vida real. La unidad de espacio hacía necesario que
la obra siguiera enfocada en un lugar específico, lo que a menudo requería que la
información de otros lugares fuera entregada por mensajeros, y permitía que los eventos
violentos se representaran fuera del escenario.

ORÍGENES Y CARACTERÍSTICAS DE LA TRAGEDIA GRIEGA



El teatro surge en Atenas en el siglo V a.C.

Se desarrolla a partir de los rituales de celebración del dios Dionisio y las
representaciones tienen lugar en el mes de marzodurante las Grandes Dionisias o
Dionisias urbanas. También había representaciones durante las Leneas en el mes
de enero.

La tragedia es una obra dramática de estilo elevado que representa una acción seria
y grave entre personajes importantes(héroes de la mitología) y en la que el
protagonista es llevado por una pasión o por la fatalidad hacia la catástrofe.

La función de la tragedia griega en el marco de las fiestas y celebraciones de la polis
era religiosa y nacional: formabanparte de los rituales religiosos dedicados al dios
Dionisio y trataban temas que ejemplificaban la problemática de la política yla moral
de la democracia ateniensePRESENTACIONES TEATRALESA ) E L
E D I F I C I O

Al principio se construían en madera y se desmontaban. Luego se construyeron en
piedra, en la falda de una colina.

Las partes de un teatro griego son:
ORQUESTRA: tenía forma circular. El coro la utilizaba para su representación que
consistía en declamar, cantar y bailar.

PÁRODOS: entradas laterales descubiertas que dan acceso a la orquestra y a las


gradas.

ESCENA: edificación situada detrás de la orquestra que servía de telón de fondo.

PROSCENIO: plataforma sobre la que actuaban los


actores.REPRESENTACIONESL a t r a g e d i a c a n t a b a l o s
sufrimientos de los héroes
, a diferencia de la épica que cantaba sus hazañas.
La causa
d e e s e sufrimiento suele ser un
error o desconocimiento
que hace que el héroe se enfrente a su destino.La tragedia griega siempre tenía un
contenido religioso.
Las representaciones primitivas consistían en la interpretación cantada del
coro
, cuyos componentes, los
coreutas
, entablabanconversación con el director del coro, el
corifeo
. Con posterioridad, se fueron incluyendo
actores.
El
coro
fue siempre un
elementobásico
de la tragedia griega y contribuía a intensificar lo representado por los actores.El
vestuario consistía en:

Máscara:
Permitía a un mismo actor representar diferentes personajes masculinos y
femeninos, ya que las mujeres nopodían participar.

Quitón:
Prenda de lana ceñida con un cinturón.

Himation:
Manto.

Coturno:
Zapato de madera con suela muy gruesaESTRUCTURA DE LA TRAGEDIA
Estructura externa:
Desde el punto de vista de la forma, la tragedia se compone de:

PRÓLOGO: parte que precede a la presencia del coro. Su función es hacer un
resumen de la situación dramática.

PÁRODOS: es el canto del coro cuando entra en la orquestra. Es su primera
intervención.

ESTÁSIMOS: cada canto del coro cuando ya está en la orquestra.

EPISODIOS: es la parte dialogada entre cada estásimo. Corresponde a las
intervenciones de los personajes.

ÉXODO: es la salida del coro y su última intervención.
Estructura interna:
se articula en torno a tres elementos básicos

CORO PERSONAJES ACCIÓN



Es su elemento fundamental.

En época clásica secomponía de 15 coreutas.

Su función es lírica. Estánpresentes en toda larepresentación.

Es un personaje colectivocon un portavoz (CORIFEO)que puede dialogar con
lospersonajes.

Esta formado por mujeres oanciano incapaces dedefenderse y de entrar enacción.

Funciones:1 . r i t u a l 2.Hacen comentarios líricos.3.Anticip
a n a c c i o n e s f u t u r a s . 4 . T o m a n p o s i c i ó n a n t e l a acción que se
desarrolla.5 . C o m e n t a n e l d e s t i n o d e l héroe o lo acompaña en
sudestino trágico.

Dialogan en el proscenio y seencargan de la parterecitada.

Son héroes de la mitologíaque representan al serhumano y su problemática.

Representan diversasactitudes de los hombresante ciertos
problemas:1 . A n t e l o s d i o s e s . 2 . A n t e l a s l e y e s o l o
q u e e s justo.3 . A n t e e l e j e r c i c i o d e l p o d e r 4 . A n t e e l
a m o r . 5 . A n t e s u d e s t i n o q u e n o p u e d e cambiar.

Nadie puede ayudar al héroetrágico: el exceso, lasoberbia, infringir las
leyeshumanas o divinas acabancon él.

Sófocles fija el número depersonajes simultáneos en elescenario en tres.

Es el conflicto trágico cuyodesarrollo conduce aldesenlace.

Es un problema que afecta alhéroe y del que no estotalmente responsable.

Representa el enfrentamientoentre la razón y la pasión.

La acción está pocodesarrollada. Esto se explicapor la importancia del coro.

Del conflicto interesan no losacontecimientos, sino suscausas y consecuencias.
Estose pone de manifiesto por losenfrentamientos dialécticosde los personajes.

Muertes, suicidios, asesinatosson relatados por la figura delMENSAJERO que
traslada alos personajes y al público loque ocurre fuera delescenario.La virtud del
arte es, fundamentalmente provocar una multiplicidad de reacciones en el receptor;
conmover, enojar, aleccionar oirritar. Las tragedias clásicas, pese a estar
contextualizadas en un marco histórico determinado, retratan la personalidad del
hombrey la fluctuación de sus emociones; las contradicciones universales, las
dudas, los anhelos y un cúmulo de sentimientos que escapande todo límite
temporal-espacial.

El origen de la tragedia griega

A lo largo de la historia, el hombre ha dirigido su atención hacia su propio mundo interior.


Gracias a esta búsqueda de lo intrínsecamente humano hemos podido disfrutar de grandes
producciones artísticas, como las tragedias griegas. Pues en ellas, se narran las aventuras del
hombre, que explora los abismos y vericuetos del alma.

En el año 334 a.C. Aristóteles postuló que la tragedia (mediante una serie de circunstancias
que suscitan piedad o terror) es capaz de lograr que el alma se eleve y se purifique de sus
pasiones.

Este proceso, que se denomina "catarsis", es la purificación interior que logra el espectador a
la vista de las miserias humanas. El fondo común de lo trágico será la lucha contra un destino
inexorable, que determina la vida de los mortales; y el conflicto que se abre entre el hombre,
el poder, las pasiones y los dioses.
Sus temas, sin duda grandilocuentes, no solo no han perdido vigencia, sino que además
adoptan otro significado y se materializan continuamente, en los distintos sucesos que padece
la humanidad.

Los griegos fueron los creadores de la tragedia. En un principio, le confirieron un profundo


sentido religioso, ya que la obra trágica nació como representación del sacrificio de Dionisios
(Baco) y formaba parte del culto público.

Los teatros debían edificarse en las inmediaciones del templo del dios. Los actores y cantores
eran considerados por los sacerdotes, personajes inviolables y sagrados.

Para los antiguos griegos, Dionisios era la divinidad protectora de la vida y símbolo del
placer, el dolor y la resurrección. Durante la época de la vendimia en su honor se cantaban a
coro distintos himnos llamados ditirambos. En los poblados y en las plazas, donde el público
danzaba, 50 coreutas hacían una ronda alrededor del altar.

Representaban a los "hombres cabrones" o "sátiros" (seres mitológicos que tenían cuerpo de
hombre y piernas de cabra) que lamentaban el sepelio del dios.

Primitivamente, sólo se trataba de una ceremonia mimética, pero con el correr de los años, las
técnicas fueron evolucionando y la magia del disfraz enriqueció la puesta en escena.

Cuando los actores interrumpían sus lamentos para tomar aliento, se introducía entre las
estrofas el "solo" de un recitante.

A partir de esta primera innovación, ya no sólo se conmemoraba la pasión de un dios sino


también, todos los rasgos de la leyenda, que eran interpretados por gemidos que emitía la
concurrencia a modo de acompañamiento. Esta ceremonia recibía el nombre de "coro cíclico".

Las ofrendas del público consistían generalmente en un macho cabrío, que era consagrado a
Dionisios. Etimológicamente, la palabra "tragedia" tiene mucho que ver con este ritual. El
nombre deriva de "trago día" (del griego "tragos", que significa macho cabrío y de "oda", que
significa canto).

El primer trágico fue Tespis, que triunfó en el ano 536 a.C. en el Primer Concurso Trágico
instituido por Pisístrato para las grandes dionisíacas (fiestas que se celebraban durante los
primeros días de abril y que duraban 6 días).
Tespis reemplazó el pintarrajeo grosero de los coreutas por una máscara de género estucado.
Las máscaras representaban las facciones de los distintos personajes. Las más primitivas
estaban hechas de corteza de árbol luego de cuero forrado con tela y finalmente, de madera.

Los creadores eran verdaderos artesanos, la abertura de la boca era grande y prolongada como
un embudo hecho de cobre. Este formato contribuía a aumentar el volumen de la voz en
escena.
Hubo varias clases de máscaras: cómicas, trágicas y satíricas. Las primeras eran ridículamente
toscas, con los ojos bizcos, la boca torcida y las mejillas desvencijadas. Las trágicas eran
notablemente grandes, tenían la mirada furiosa, los cabellos erizados y las sienes o la frente
deformes. Las satíricas eran las más repugnantes y representaban solamente figuras
extravagantes y fantásticas, tales como cíclopes, centauros, faunos y sátiros.
Con las innovaciones que introdujo Tespis, la máscara griega dejó de lado el bestiario
fabuloso y la tragedia adquirió un tenor más humano. A comienzos del siglo V a.C, la tragedia
ya se había instalado como género dentro de la literatura.

Características

Podría decirse que el eje central de toda obra trágica es el restablecimiento doloroso del
orden, y el alumbramiento traumático del deber en su doble aspecto. Desde el plano religioso,
desarrolla el antagonismo que existe entre el hombre y el cosmos. Y en el plano político
explica la conflagración subyacente entre el hombre y el poder.

Tanto en un aspecto como en otro, la representación será el vértice del debate. No es casual,
por ejemplo, que la figura más relevante de las obras clásicas sea la de los reyes. Esto se debe
a que ellos representaban los blancos más visibles de la sociedad, y en consecuencia, eran los
más susceptibles, ya que la vida privada de los monarcas, en un espectáculo público
pertenecía a todo el mundo.

Este aspecto formaba parte de la mentalidad de los griegos. De hecho, la Polis era considerada
como un todo, y la justicia, para este pueblo era un valor excelentísimo. Si no había justicia en
sus gobernantes la Polis tampoco podía ser justa. Por eso, para los griegos, la política y los
políticos eran los encargados de ejecutar justicia, pero en una dimensión propiamente
humana. No había posibilidades de realización individual dentro de un régimen injusto.
La justicia era para ellos una perfección valiosa; algo que no se buscaba por sus ventajas, y
cuyos designios, sin embargo eran implacables.
La finalidad de los festivales dramáticos era la de exaltar la tradición mítica, el patriotismo;
aleccionar, conmover, marcar nuevos rumbos, como así también dar lugar a cuestiones
honoríficas y cuando no, farandulescas. Muchos actores obtenían premios tales, como la
corona de hiedra o placas recordatorias llamadas ex-voto.

Desde luego que tampoco faltaron los "intereses creados". En los teatros, en primera fila y en
los palcos de honor, había un gran sitial destinado al sacerdote del dios.

El coro (coreutas) estaba a cargo de los ciudadanos ricos y hacendados, quienes corrían con
todos los gastos del espectáculo, creyendo que cumplían así un deber de piedad patriótica"
(piedad que, por cierto, contribuía también a la conquista de los sufragios populares).

Los asistentes eran clasificados por categorías: los sacerdotes, magistrados y generales; luego
los ciudadanos y por último el pueblo.
Al entrar al teatro los espectadores entregaban a los revisores una ficha de hueso o de marfil,
que con anterioridad habían comprado en la taquilla a un empresario, y que indicaba el sitio
que debían ocupar. El publico podía, si quería, aplaudir la obra o silbar en señal de desagrado.

El precio de los asientos, que median unas 13 pulgadas de largo, era de dos óvolos para los de
preferencia; todas las demás localidades eran gratuitas, y los indigentes recibían fondos del
"Theoricon".

En los anfiteatros se utilizaron distintos mecanismos. Al principio fueron pocos y rústicos;


luego se fueron perfeccionando e incluyeron plataformas móviles y todo tipo de parafernalias,
gracias a las cuales los personajes adquirían mayor movilidad y desplazamiento sobre el
escenario.

Sin duda, tres de los trágicos más grandes de la historia de la literatura son Esquilo, Sófocles y
Eurípides. Cada uno, imbuido por los sucesos de su tiempo supo plasmar en sus obras las
emociones, las angustias, las dudas y las pasiones de los hombres de su época, con exquisito
talento.

Prometeo encadenado

Entre el siglo VI y V a. C vivió Esquilo. Este hombre, nacido en la ciudad de Eleusis, fue muy
temeroso de Zeus. Los personajes de sus obras se mueven según los designios de este dios del
Olimpo, y por una aguda fatalidad.
Introdujo las primeras reformas dentro de la estructura de la tragedia. Escribió 7 obras, de las
cuales solo se conservan 5: La Orestíada; Las Suplicantes; Los Persas; Prometeo encadenado
y Los siete contra Tebas.

Sus personajes dramáticos parecen tallados en bloques de granito. Su personalidad adusta no


conoce términos medios, pues las figuras del teatro de Esquilo, de principio a fin permanecen
idénticas a sí mismas: mueren o triunfan.

Troyanas

Eurípides vivió en una época de la cultura griega dominada por una profunda crisis. Esta
crisis puso en peligro, y en algunos casos llegó a destruir, los valores que hasta ese entonces
habían sido considerados como inmutables: el Estado, la cultura y la religión. Vivió en el
momento más crítico de la evolución histórica de Grecia, durante la Guerra del Peloponeso.

Las tragedias de Eurípides reflejan, no sólo los cambios coyunturales de la nación, sino
también el terrible cambio espiritual que se estaba gestando en Atenas, durante la segunda
mitad del siglo V a.C.
Así como Ibsen, Nietzsche o Bertolt Brecht supieron retratar la profunda crisis del mundo
contemporáneo, Eurípides fue el espíritu de su época, llamado a expresar en su obra la
situación del hombre griego y la decadencia de un imperio.

Hasta bien entrado el siglo V a.C., la ideología dominante en toda Grecia era la concepción
aristotélica de la vida, el "Ideal Dórico-délfico", encarnado principalmente en Esparta, en lo
que se refiere a la política; y en Delfos, en lo que respecta a la religión (de hecho, la forma
más antigua de tragedia fue la prolongación de la lírica coral doria).

Dos rasgos caracterizaron esa mentalidad: la sumisión del individuo a la colectividad y la


limitación humana frente a Dios. Sin embargo, poco a poco, al lado de esta concepción un
tanto arcaica si se quiere, comienza a desarrollarse una doctrine existencial mucho más libre y
optimista. Será el legado del "espíritu jónico", que permitirá la elaboración de atrevidas
síntesis, con un alto grado de valoración individual.

El ideal jónico se ocupó también de estudiar las costumbres de otros pueblos, llegando en
algunos casos, a conclusiones relativistas sobre el valor de lo bueno y lo malo, lo decente y lo
indecente, lo justo y lo injusto.
Otra característica propia de este espíritu fue el inicio de la reflexión sobre el hombre como
tal, el investigarse a sí mismo. Sin duda fue un movimiento revolucionario para la época, con
el que Eurípides logró identificarse y mediante el cual pudo ir tejiendo la trama de sus obras.
Podría decirse que la generación a la cual perteneció este gran dramaturgo fue una generación
"quemada", llena de desengaños.

Esto se traduce en las tragedias de Eurípides. Sus personajes no creen ya en la grandeza


humana. Se han acostumbrado a penetrar en el corazón humano, y no han sabido encontrar
allí más que pasiones desbocadas, crueldad, ambición, etc. Y esa desconfianza en el hombre
actual, no sólo se materializaba en tiempo presente, sino que también se retrotraía al pasado y
se proyectaba hacia el futuro.

Para referirnos a la vida de Eurípides es necesario basarnos en fuentes de diversa procedencia.


En Sátiro, que vivió en el siglo II a.C., o en eruditos romanos como Aulo Gelio y Varrón.
Durante la edad bizantina, la Suda dedicó su atención a este autor (noticias de Eurípides
proceden de Filócoro, léxico que vivió en el siglo III d.C).

Existen también fuentes epigráficas. La más importante es el llamado "Mármol de Paros",


descubierto en el siglo XVII. Incluso hay testimonios literarios que proceden de la comedia;
más concretamente, de las obras de Aristófanes, el gran detractor de nuestro trágico. Sin
embargo tales testimonios deberían tomarse con precaución, ya que los métodos empleados
por la comedia ática son conocidos: los hechos son vistos como a través de un lente que
desorbita la realidad objetiva, convirtiendo muchas veces en algo especial aquello que en
verdad es insignificante. De hecho, lo que construyen las comedies son caricaturas.

Aristófanes fue el gran opositor de Eurípides, pues veía en el poeta trágico, al representante
típico y el portavoz de las "nuevas ideas" que invadían y contaminaban al mundo ateniense.
Cuentan todos estos testimonios que el padre de Eurípides se llamaba Mnesarco o
Mnesarquides y su madre, Clito. Según las fuentes más antiguas, su padre era un tendero al
por mayor, y de acuerdo con algunos pasajes aristofánicos, su madre verdulera.

La exquisita educación que recibió nos permite suponer que su familia era acomodada
(Eurípides fue el primer intelectual griego que dispuso de una biblioteca particular). Era un
espíritu melancólico, poco amigo de las multitudes, y del bullicio de la vida mundana. Pasaba
largas temporadas en una cueva de Salamina, isla donde sus padres tenían algunas
propiedades.
Sin embargo, este ostracismo "auto-impuesto" no le impidió seguir con suma atención los
hechos de su tiempo. Fue un lector apasionado de los grandes filósofos de la época: Arquelao,
Anaxágoras, Pródico, Georgias, etc. Y al parecer fue muy amigo de Sócrates, del que ciertos
testimonios dicen que colaboró en la elaboración de algunas de sus tragedias. Hacia el final de
su vida, el poeta recibió la invitación del rey Arquelao de Macedonia, aunque poco y nada se
conoce de su paso por la corte.

Un rasgo típico de la literatura clásica griega es el hecho de que muchos escritores se


limitaban a cultivar un solo género, y Eurípides, trágico por vocación y convicción llegó a ser
autor de innumerables tragedias. Compuso también algún epigrama y un canto triunfal,
además de los dramas satíricos que contribuían al cierre obligado de las trilogías, que los
trágicos presentaban en concurso.

Los antiguos le atribuyen 92 tragedias, de las cuales solo 17 se conservan: Alcestis;


Andrómaca; Bacantes; Electra; Hécuba, Helena; Heracles loco; Heráclidas; Hipólito; Jon;
Ifigenia en Aulide; Ifigenia en Táuride; Cíclope; Medea; Orestes; Fenicias; Reso; Suplicantes
y Troyanas.

Dentro de las innovaciones introducidas por Eurípides se destacan los prólogos netamente
narrativos y los coros (ejecutados por mujeres). En todos ellos desarrolla una verdadera lucha
dialéctica entre los personajes de la obra. Modificó la técnica del deus ex machina
(procedimiento del héroe salvador: personaje que pasa casualmente por el lugar de la escena,
ya sea para resolver una situación cuando ya todos creían que no había solución o bien, para
justificar la conducta de un personaje dentro de la obra).
Podemos observar en las obras de Eurípides, un marcado racionalismo. La tragedia eurípidea
deja traslucir cierto perfil del autor como magnífico psicólogo de su época. Pues supo penetrar
en lo más recóndito del corazón humano, hurgando en sus miserias y sus pasiones. Pareciera
que sus héroes han perdido por completo la confianza en sí mismos; dan un paso adelante,
para retroceder luego dos pasos atrás.

El pesimismo es otro rasgo característico de nuestro poeta. Fue precisamente esto lo que lo
condujo a realizar un análisis tan hondo y exhaustivo de la naturaleza humana. Y lo que vio
de los hombres fue el reflejo de seres atormentados por la pasión; seres embarcados en la
búsqueda acuciante y sin tregua de paz consigo mismos (...o de la paz interior).

Hay en sus obras un alto grado de realismo psicológico; los grandes héroes de la mitología se
convierten en las tragedias de Eurípides en hombres tal cual son, con virtudes y falencias.
La crisis de las ideologías, la falta de fe, la muerte de las utopías y la desconfianza son
factores que siempre han rodeado la vida del ser humano, y que adquieren mayor o menor
intensidad bajo nuevas formas y en distintas circunstancias.

Edipo Rey

Sófocles nació en el 496 a. C en Colono, localidad cercana a Atenas. Si bien las


informaciones acerca de su vida son relativamente escasas, es evidente que gozó de un gran
prestigio entre sus compatriotas, conforme a numerosos registros históricos que narran como
era su vida como ciudadano. Sófocles fue quizás, el que mayor supo reflejar en sus obras, los
principios y dilemas espirituales de la Grecia clásica del siglo V a.C., cuando Atenas se
hallaba en su máximo esplendor político, económico y cultural.

Hijo del acaudalado Sifilos, cuando solo contaba con 16 años llegó a ser encargado de dirigir
un canto de gracia a los dioses por la victoria de la batalla de Salamina, contra los persas.
Posteriormente se desempeñó en distintos cargos oficiales. En el 440 a.C. fue elegido como
uno de los 10 estrategas o jefes militares del Ejército ateniense, y en calidad de tal participó
de varias expediciones. Fue un estrecho colaborador del gobernante Pericles y del historiador
Heródoto. Además asumió dignidades religiosas.
De todos modos, su reputación se sustentó fundamentalmente en la actividad teatral, a la que
se dedicó toda su vida. En el 448 a.C. derrotó por primera vez al ya anciano Esquilo en el
festival dramático anual. Obtuvo la victoria, cuanto menos en otras veinte oportunidades.

Sófocles estableció varias modificaciones en la forma tradicional de la tragedia fijada par


Esquilo. Sustituyó las trilogías encadenadas por las libres (compuestas de tres piezas conexas,
pero completas en sí mismas).
De Los 123 dramas se conservan solo siete: Ayax; Antígona; Edipo Rey; Las Triquinias;
Filoctetes; Edipo en Colono y Electra.

Cabe destacar que el teatro de Sófocles siempre fue fiel a una determinada concepción del
mundo, según la cual éste se halla regido por leyes eternas, encarnadas en sus obras por los
dioses, a las que los hombres se encuentran sujetos. A diferencia de Esquilo, no centró su
teatro en la inexorabilidad del destino, sino que destacó la capacidad humana para asumirlo y
llevar una vida ligada a principios éticos. Para él no existía conflicto entre la necesidad
cósmica y la libertad individual. La mayoría de sus personajes (Electra, Antígona, etc) ilustran
la tesis de que es preciso soportar con nobleza las adversidades y los sufrimientos; y realzan la
grandeza de la voluntad que se enfrenta a las consecuencias.

Los protagonistas son de carne y hueso. No luchan contra los obstáculos exteriores o la
fatalidad, sino contra las debilidades del corazón. Sin embargo, pese a todo, el idealismo de
Sófocles, muchas veces influenciado por los héroes homéricos, fue capaz de crear adalides
más que convincentes.
Sófocles murió en Atenas en el 406 a. C. Fue elogiado por Aristóteles que hizo de su obra el
modelo de la tragedia clásica, como el mayor de los dramaturgos griegos. Su obra puede
considerarse la fuente de todo el teatro occidental.

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