Rol Social de La Iglesia
Rol Social de La Iglesia
Rol Social de La Iglesia
La adoración a Dios.
El compañerismo cristiano.
Esto significa que, salvados los aspectos culturales, las funciones de la iglesia son
comunes en todas las iglesias locales del mundo. En cualquier iglesia de los cinco
continentes se adora a Dios, se testifica a la sociedad, se procura el crecimiento
espiritual de los miembros
La pregunta que me hago es si la iglesia aborda los temas que preocupan al hombre
contemporáneo o si invertimos tiempo y esfuerzos en tratar y discutir cuestiones
que nuestros conciudadanos ni se plantean Algunas de las causas de la actual
situación de muchas iglesias —las cuales deberían analizarse bajo la dirección del
Espíritu Santo y resolver sus disfuncionalidades, mediante una renovación
estructural, profunda y seria y no solo estética— son:
Una obsesión por una ortodoxia excluyente de toda posición doctrinal distinta a
la propia que conduce, inevitablemente, al dogmatismo y a la falta de diálogo y que,
como consecuencia, alimenta posiciones endogámicas.
Es en este supuesto que aparece la mentalidad dogmática que teme y reprime todo
intento de apertura a nuevos paradigmas, a nuevas conceptualizaciones y praxis.
Para poder desarrollar sus funciones la iglesia requiere una estructura, un sistema,
una organización..., unas formas más o menos complejas. La adoración requiere un
orden cúltico. La formación demanda un sistema de enseñanza en forma de
programa educativo, distribución de diferentes colectivos (niños, adolescentes,
jóvenes, adultos&hellipGui?o y metodologías pedagógicas adaptadas a las
características cronológicas, psicológicas o situacionales de los receptores. La
presencia en el mundo necesita unos cauces y unas organizaciones especializadas:
residencias infantiles, geriátricos, hospitales, universidades, centros de
desintoxicación, organizaciones para profesionales… El compañerismo necesita
espacios en los que poder desarrollarse como la propia comunidad, retiros de
iglesia, encuentros.
En nuestro contexto y con este mismo sentido, F. Ortiz señala que: «Es
extremadamente importante para la iglesia distinguir la diferencia entre forma y
función.
Las formas están y han de estar siempre al servicio de las diferentes funciones para
las que en su día fueron creadas o establecidas. Nunca una función ha de estar al
servicio de una forma por muy querida, cultural o tradicional que esta sea.
§ Locales. Tienen que ver con el aquí. No es comparable un culto de una iglesia
luterana en Suecia con el de una comunidad carismática del Brasil. Los aspectos
antropológicos, culturales y sociológicos determinan, en muy buena parte, las
formas empleadas: música, participación de los laicos, predicación…
§ Temporales. Tienen que ver con el ahora y por lo tanto son modificables en el
tiempo. Así, en determinadas comunidades, no es difícil identificar los cambios que
se han producido a lo largo de los años en cuestiones como el papel de los laicos
en general y de la mujer en particular. Otro ejemplo de cambios adaptativos a
nuevas realidades sociológicas puede ser el hecho de aquellas comunidades que
en el pasado tenían servicios religiosos tanto por la mañana como por la tarde del
domingo y que actualmente han concentrado en la mañana toda la actividad para
facilitar la convivencia familiar y el propio testimonio.