Folklore Burgales Domingo Hergueta y Martín PDF
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Folklore Burgales Domingo Hergueta y Martín PDF
FOLKLORE
BURGALES
POR
BURGOS.-1934
Establecimiento tipográfico de la Diputación
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R.W«/ ^ ^ t i 3 M
o
guisa de prólogo
Villasandino,
Ladrón fino.
Sasamón,
Fino ladrón.
Villegas,
Ellos y ellas.
Vil lam orón,
Hasta el cura lo son.
Villaveta,
Hasta los niños de teta.
San Martín con ser francés
Partió la capa con Cristo;
Y vosotros los de Ros
Si Cristo tuviera tres
Le quitaríais las dos.
, ! 25
Si vas a La Parrilla
Por tu desgracia,
A la puerta del cura
No digas vacia.
El órgano en Quintanilleja,
El organista en San Mames,
El incienso en Villalbilla,
El incensario en Villalón,
La lumbre en Quintanadueñas
Y en Villatoro el carbón.
Cabia los altos castillos;
Cayuela, en medio las eras;
En Arcos, las Panaderas;
En Villariezo, los molinos
Que muelen con sus ciberas.
Sotragero, Villarmero,
Las Huelgas y el Hospital;
El perrito de San Roque,
San Antón, Villaquirán.
Allí tenían dos ventas,
En la una encerraban cabras
Y en la otra sembraban berzas;
Y azotaban a las cabras
Porque comían las berzas,
Y una que no las comió
Cántara y media de vino pagó.
Pobrecitos de Cogollos,
Que aran con vacas;
Uncen con sogas;
Siembran buen trigo
Y cogen escobas.
De Poza,
Ni aire, ni vino, ni moza.
De Cameno,
Ni gato, ni perro;
Y si bien puede ser,
Ni tampoco mujer.
Cartagena,
Monte sin leña;
Mar sin pescado;
Mujeres sin vergüenza
Y niño mal criado.
Ni amigo burgalés
Ni cuchillo cordobés.
Amigo burgalés,
Zapato de baldés,
Y caballo de andadura
Poco dura.
Trucha del Nela
Y p. de Mena;
Carne de Butrón
Y villano de Sasamón.
Cañizar y Villorejo
üran campana y ruin concejo.
Pancorvo, Briviesca y Belorado
Patrimonio del diablo.
Cuando pases por Pancorvo
Ponte la capa en el hombro.
Villafranca Montes de Oca
Alta de camas y baja de ropa.
Esgueva,
Quien no sudase que no beba.
El vino y la m.
Por la izquierda.
Lerma, Lerma,
Por fuera mucho,
Por dentro m.
Villalman-zo pa damas,
Lerma pa p.;
Quintanilla la Mata
Todas las brujas.
Quintanilla la Mata
Lugar de bueyes,
Donde se crian chicas
Como claveles.
32 _
Quintanilla la Mata
Dichoso lugar
Donde perros ni gatos
Quieren parar.
Torrepadre, Torrepadre,
Torrepadre, la comadre,
Los perros se mueren de hambre
Y los gatitos de sed.
¡Ay, que mal pueblo es!
Si vas a Miranda
Míralo y vente,
Que si malo es el pueblo
Peor es la gente.
De Tardajos a Rabé
Libéranos Dominé.
Y desde Rabé a Tardajos
No te faltarán trabajos.
El Montijo se quema,
La Puebla llora.
¡Adiós Talaverilla,
Te quedas sola!
Benavente se queja,
La Puebla llora.
_ . , , , 33
¡Pobre de La Bañeza,
Se queda sola!
Riocavado se ha muerto;
Barbadillo con la unción;
Pineda está agonizando;
La que canta es Arlanzón.
Adiós, Concha de Pineda,
Hermoso puerto Manquillo
Y pueblo de Villorobe,
Que yo a Arlanzón me retiro.
En Aranda,
Míralo y anda.
Fraile ¿qué hiciste
Que al convento del Veinte viniste?
Herramel, Alarcia,
Soto y Garganchón,
Son los cuatro pueblos
De la maldición.
.
CAPITULO II
1.—Coplas referentes a Burgos y a otras poblaciones de
la provincia. 2.—Prefacio de los veintisiete pueblos.
Campana, la de Toledo,
Iglesia, la de León,
Chapiteles, los de Burgos,
Los de la Iglesia Mayor.
Mañana voy a Burgos,
Ven tu si quieres;
Verás y veremos
Los chapiteles.
¡Ay! que llover,
¡Ay! que ha llovido,
Que hasta los chapiteles
Han florecido.
. .
El Papa-Moscas de Burgos
Ha pretendido a la Flora,
Y el Martinillo le dice:
No es para usté esa señora.
El Marmon y la Marmona
Fueron a la catedral,
Y les dijo el Papa-Moscas
Que pareja más igual.
Castillo de Lara
¿Quien te bombeó?
Bocanegra de Burgos, (0
Que pudo más que yo.
Los mozas de San Esteban
Por Vega van a la Plaza
Y pasan por Trascorrales
Por ver lo que corre y pasa. (2)
¡Ya estamos aquí,
Los mozos de San Gil!
De la Flora sale el oro,
De San Gil sale la plata;
De la calle los Herreros,
Sale toda la hojalata.
¡Viva San Gil!
¡Viva su retrato!
(1) Alude esta copla a una grave cogida que sufrió este célebre torero en la plaza del
Mercado de Burgos, por torear embozado.
(2) D. Inocencio Moragas, popular escribano y hombre de buen humor, que vivió en
Burgos en el primer tercio del siglo xix.
39
Dichos arriedles:
La Ventilla,
Llenar la botilla.
Castañares,
Pasa y no te pares.
Zalduendo,
Pásalo corriendo.
Si te casares, niña,
Cásate en Cortes;
Te darán borriquillo.
Cincha y afrojes;
Venderás acederas,
Venderás berros,
Venderás cadilletes,
Setas al tiempo.
Si te casas en Cortes
Tendrás burra de día,
Mujer de noche.
Cuando a la seta,
Cuando al cardillo,
No te faltará un duro
En el bolsillo.
40
Si te casaras en Cortes
No te faltarán melones,
Sandías y calabazas,
Tomates y pimentones.
Cárdena el Alta en un alto,
Castrillo del Val en un hondo;
San Medel en una vega
Es el que lo rumba todo.
Cárdena no vale un cuarto,
Castrillo no vale un real;
Los mozos de San Medel
Se llevan toda la sal.
Si supiera cantares
Como doctrina,
Me c. en las mozas
De la Ventilla.
Si supiera doctrina
Como cantares,
Me c. en las mozas
De Castañares.
Arlanzón no es Arlanzón
Porque se ha vuelto ciudad.
¿Quién ha visto en Arlanzón
Correr la electricidad?
Uzquiza no vale nada,
Arlanzón vale un real,
Y el pueblo de Villasur
Se lleva toda la sal.
Viva Villasur de Herreros
Y el que la fundó en un hoyo,
Que se crian unas chicas
Como pimpollitos de oro.
El río de Villasur
Es estrecho, pero largo,
Señoritas no hay ninguna,
Pero hay mocitas de garbo.
Matalindo y Cabanas
Son dos lugares,
De Santa Cruz de Juarros
Los arrabales.
, , _ 41
Sotillo, ya no es Sotillo,
Sotillo ya no es lo que era.
¿Quien ha visto en Sotillo
La calle Real con aceras?
¿Que es aquello que reluce
Por cima de los Lagares?
Es el bendito San Jorge
Que reoga los paladares.
42 _____
No quisiera morirme
Sin que antes viera
San Pedro Regalado
De La Aguilera.
Aranda, Aranda, Arandilla,
Aranda de mi consuelo.
¡Quién estuviera en Aranda
Aunque durmiera en el suelo!
¡Viva Aranda! porque tiene
Los balcones hacia el Duero.
¡Viva la calle de la Miel!
De sastres y zapateros.
Ayer tarde te metí
La porra por la gatera;
Castellanica del Duero,
Porra adentro o porra afuera.
A la salida de Lerma,
Camino de Villalmanzo,
Se me perdió la peineta.
¡Válgame Dios que trabajo!
Pinillos y Terradillos,
Santibáñez y Bahabón,
Se juntaron una tarde
Para matar un ratón.
Las mozas de Torrepadre
Gastan mucho perejil,
Un pañuelo en cada bolso
Y la moca en la nariz.
Los mocitos de Pampliega
Tienen que llevar seis fajas,
Porque con una no pueden
Arrastrar las calabazas.
Pampliega, ya no es Pampliega,
Que es una media ciudad,
Con las dos escuelas nuevas
Y la gran Mutualidad.
En el pueblo de Pampliega
No hay más que un chico muy chulo
Y a ese le quiere su madre
Para pesebre pa el burro.
Asómate al Espolón
Y si no a la carretera,
Y verás El Vergueral
Y la ciudad de La Cueva.
Buenos mozos hay en La Horra,
Pero mejor en Sotillo;
Los que se llevan la gala
Son los de Torresandino.
En Villovela está el ramo
Y en Olmedillo la hoja;
Y en Torresandino está
La flor de mozos y mozas.
Torresandino de Esgueva,
Estrechito pero largo;
Señoritas las hay pocas,
Pero mocitas, de largo.
. 45
Torresandino de Esgueva
Que bonito vas a ser,
Con la carretera nueva
Y el puente que van a hacer.
Yo no he visto en Espinosa,
En Medina y Villarcayo,
Ni rosa como esta rosa,
Ni mayo como este mayo.
Dos cosas en Belorado
Nos causan admiración,
El sombrero del Alcalde
Y de la plaza el pilón.
Mira si he corrido tierra
Que he llegado a Sasamón,
He pasado por Villegas
Y he visto a Villamorón.
Dios no le dé a Castilla,
Lo que le hace falta
A Ciadoncha, Mazuelo y Quintanilla (de la Mata)
Si vas a Las Quintanillas,
Lleva pan en la mantilla;
Encontrarás quien te lo coma,
Pero no quien diga, toma.
Nobilísimos Montorianos,
Que matáis los hijos por criar hospicianos;
Aráis con sogas y hacéis escobas;
Sembráis buen trigo y cogéis zanahorias.
Con los huevos de Cotorro,
Con el vino de Perales
Y los chorizos de Sixto,
Se hacen buenos carnavales.
En el pueblo de Trespaderne
No hay más que una chica guapa,
Y esa la tiene su padre
En la cuadra con la vaca.
Las mozas de Trespaderne
No quieren a los obreros;
Que quieren a capataces,
Contratistas e ingenieros.
Villarcayo tente tieso,
Que Medina ya cayó;
Santa Cruz está temblando
Del susto que se llevó.
Y en la cuesta la yesera;
Es un pueblo muy bonito
Para pasar la vejez,
En teniendo cuatro cuartos
Otros trabajan por él.
De aquí me voy a Palacios
Y allá en el barrio chiquito
Hay un convento de monjas
Religión de San Benito;
A éstos les llaman pardillos
Desde tiempo inmemorial,
Y el señor que se lo puso,
Que se lo venga a quitar.
Desde aquí me voy a Isar,
Pueblo de los capadores,
Cada uno tiene un chiflito
Y hacen doscientos mil sones;
En la cosecha de vino,
El año que es abundante,
Todo lo viejo lo tiran
Pues con lo nuevo hay bastante.
De allí voy a Villanueva,
Pueblo de las tres mentiras,
Ni es villa, ni nueva, ni es de Árgano,
Aunque ellos mismos lo digan;
A estos les llaman los Buenos,
Fundados en mil razones,
Y los domingos se meten
En las cuadras de los mesones.
De aquí voy a Cañizar,
A estos les llaman los Machos,
Porque de que van a Burgos
Siempre van cargados de ajos;
El apellido del pueblo
Han tratado de mudar,
En vez de decir de los Ajos
Decir que es de Mariscal.
De allí voy a Villorejo,
Un pueblo muy regular,
Do se hallan muchos cangrejos
Sin ir alríoa pescar;
El llamarles los Cangrejos
Hace mucho tiampo ya,
54
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Al empezar a cantar
Digo primero Jesús;
Que también los escribanos
Hacen primero la cruz.
Música va por la calle,
Las cuerdas son de vencejo;
No se lo digas a nadie,
Salada, que te cortejo.
A tu puerta hemos llegado
Cuatrocientos en cuadrilla;
Si quieres que te cantemos
Baja cuatrocientas sillas.
Una hermana y otra hermana
Vestiditas de algodón;
Mucho quiero a la pequeña,
Pero más a la mayor.
Una hermana y otra hermana
Vestiditas de estameña;
Mucho quiero a la mayor,
Pero más a la pequeña.
Tengo de hacer un castillo
De pesetas columnarias,
Y encima colocaré
A ti y a tus dos hermanas.
Allá arriba en aquel alto
Hay una burra morida;
Vamonos todos a verla,
Que está con la boca abrida.
74
Si en algo te he ofendido
Perdona, patas de yegua.
Eres hermosa en extremo,
Pero tienes una falta,
Que para tirar de un coche
Las herraduras te faltan.
Eres blanca como leche;
Colorada, como sangre;
Fresca, como la lechuga;
Fuerte, como el vinagre.
Tienes ojos de divina;
Los labios de leche y sangre;
Tienes los cabellos rubios
Como la Virgen del Carmen.
Una blanca vale un duro
Y una morenita cuatro,
Y yo como pobrecito
Me voy a lo más barato.
Desde que te estoy queriendo
Me está dando calentura,
Y luego saben decir
Que el amor todo lo cura.
Todos los enamorados
Tienen pleito con la luna,
La luna por alumbrarlos
Y ellos por andar a oscuras.
Esta noche rondo yo,
Mañana ronde quien quiera;
Esta noche rondo yo
La calle de mi morena.
Arriba, c.ompañeritos,
Abajo, no hay que temer;
Si nos llevan a la cárcel
Nos tendrán que mantener.
Vicente, Vicente,
¿Por dónde has andado,
Que la Dorotea
Por ti ha preguntado?
—Si pregunta, que pregunte.
A mi lo mismo me da;
Los amores que yo tengo
A mi no me han de olvidar.
Por la calle abajo va,
Una ensalada de frailes;
Fray Lechuga, Fray Pepino,
Fray Aceite y Fray Vinagre.
Tengo ganas de que pase
Por mi calle un policía;
Para que lleve a mi suegra,
Que está borracha perdida.
Tengo ganas de que pase
Por mi calle un calderero;
Pa comprar un almirez,
Que estoy harta de mortero.
Tortitas, tortitas,
Hace la Colasa,
Y el Tomasito
Se las amasa.
A la guerra me lleva
Mi bizarría;
Si tuviera dinero
No me expondría.
Tiran la m.
Por el balcón.
¡Ay de mí,
Si me descuido,
Con un bacín!
Allá me voy yo
Con el pujavante,
Que soy herrador.
Vale más una criada
En el fregador fregando,
Que cincuenta señoritas
Con el su traje de baño.
¡Ay de que la lleva el aire!
¡Ay de que el aire la lleva!
¡Ay de que la lleva el aire!
El aire de mi morena.
Aunque me ves aquí sola
Arrimada a la pared,
No creas que soy escoba,
Ni con ella has de barrer.
Aunque vivo junto al charco,
No me caigo a la laguna,
Y aunque soy hija de pobre,
No tengo envidia a ninguna.
Más quisiera ser escoba
De barrer tus escaleras,
Que casarme con un viudo
Siendo yo moza soltera.
La rosita en el rosal,
Ella sola dice así:
¿Qué me sirve ser hermosa
Si no me cortáis de aquí?
Aunque vives en rincón,
Rosa, no estás olvidada;
Que en los rincones se crían
Las rosas más encarnadas.
Los mocitos de este pueblo
Gastan boina de seis reales;
Las mozas por no ser menos
Picos en los delantales.
84
Estribillos
Venimos de la función
Y hemos comido lentejas
Con orejas de lechón.
Baja Ramón,
Que aquí te espera
La comisión
De las bodegas.
Chun data chun,
Chun data.
En la botica
Ya no hay remedio
Para curarte,
Cara de cielo.
A la botica
No vayas sola
Que el Boticario
Gasta parola.
Yo me voy quinto,
Mi madre llora,
Y a mi morena
La dejo sola.
Y yo la digo
Que no me aguarde,
Que cuando venga
Ya será tarde.
Y ella me dice,
La descarada,
Pa cuando vuelvas
Ya estoy casada.
85
Si me quieres de balde
Toda soy tuya;
Pero por el dinero
Cosa ninguna.
Allá arriba, allá arriba,
Junto a Cidones,
Hay una botonera
Que hace botones;
Pero esta botonera
Tiene galbana,
Que hace botón y medio
Cada semana.
Si me quieres, te quiero;
Si me amas, te amo;
Si me olvidas, te olvido;
A todo me hago.
Cansadita vengo, madre,
De subir la cuesta arriba;
Pero vengo enamorada
De ver a Santa Casilda.
Debajo de tu ventana
Me están haciendo un vestido
De color de perejil,
Para que las envidiosas
Se acaben de consumir.
María, si vas al huerto,
Quítate las zapatillas;
Que con la flor del romero
Se te vuelven amarillas,
Pobrecito el arbolito
Que en el campo solo nace,
Que toda la fruta que echa
Se la comen los chavales.
María, que a todos das
Agua del cántaro nuevo,
Y a mí que no me la das,
Vov a la fuente por ello.
Eres como la verbena,
Que en el campo verde nace;
88
No me lo ha quitado nadie,
Que no lo tenía yo.
Manzanita colorada
¿Cómo no te caes al suelo?
Toda mi vida he andado
Por alcanzarte y no puedo.
Madre mía, que desgracia
Que tenemos las mujeres,
Esperando los maridos
Por la noche cuando vienen.
El uno, viene borracho;
El otro, ya viene alegre,
Y el otro viene diciendo:
Palos en estas mujeres.
Llévala de canto en canto,
Llévala de peña en peña;
Que no se moje el zapato
Ni el calado de su media.
Una estrella se ha perdido
Y en el cielo no parece;
Abre, niña, la ventana,
Que en tu cuarto resplandece.
Ya te he dicho que no vayas
A la misa que voy yo;
Ni tu rezas, ni yo rezo,
Ni estamos con devoción.
El domingo, busqué novia;
El lunes, me la entregaron;
El martes, dormí con ella,
Y el miércoles, la di un palo.
El jueves, se puso mala;
El viernes, la confesaron;
El sábado, se murió,
Y el domingo, la enterraron.
Como se mene
La trucha en el agua,
Así se menea
Tu cuerpo, salada.
Como se menea
La trucha en el río;
91
Como se menea
Tu cuerpo y el mío.
Eres, eres, eres, eres,
Eres, eres y serás,
Entre todas las mujeres,
Una como las demás.
Algún día por verte
Dinero daba,
Y ahora por no verte
Vuelvo la cara.
Aunque soy pequeflita
Dice mi padre:
Más vale plata en casa
Que oro en la calle.
Por curiosa que sea
La lavandera,
Siempre tendrá mojada
La delantera.
Una vieja y un viejo
Bailaban juntos;
No hay que tenerles miedo
A los difuntos.
Dice la lavandera:
Este es mi sino,
La cabeza bajada
Y el culo pino.
Como quieres, niña,
Que te venga a ver;
Si vengo del campo
Al anochecer.
Mientras me preparo
Y arreglo el ganado,
Cuando voy a verte
Ya te has retirado.
De tu ventana a la mía
Se pasea una culebra;
Dicen que pica, que pica,
Más pica la mala lengua.
92
Y a las coloraditas,
Más y mejores.
Pajarito lisonjero,
Que al río vas a beber;
Ya te han quitado la rama
Que te solías poner.
En este pueblo, señores,
Hay tres mozas que rondar,
La Mocosa, la Pirula
Y la Morros de orinaf.
Por la calle abajo van
Las cuatro amigas del alma;
La Tetuda, La Morruda,
La Tuerta y la Maltrazada.
Como quieres que te dé
Lo que no te puedo dar,
La cinta de mi sombrero,
Si no la puedo quitar.
Estudiantes que estudiáis
En libros de Teología
¿Cuál es el ave que mama
Y tiene tetas y cría?
Por la mañana, rocío,
Por la mediodía, el sol,
Por la tarde, los mosquitos,
No dejan hacer labor.
• •
Debajo de tu ventana
Tengo un puchero de miel,
No se lo digas a nadie
Que lo vamos a comer.
Debajo de tu ventana
Tengo un puñal escondido,
Para matar a tu padre
Si no te casas conmigo.
A tu madre la he visto
El as de copas,
A tu padre el caballo
Y a ti la sota.
95
Pimpollito, pimpollito,
Ya te vas volviendo rosa;
Ya se va llegando el tiempo
De decirte alguna cosa.
A la mar tiré un tiro
Y a la arena cayó;
Morena, resalada,
Quien te quiere soy yo.
A la mar que te vayas,
Querido Pepe;
A la mar que te vayas,
Iré por verte.
No me vengas con pinturas,
No me seas pinturera;
Una novia que yo tuve
La dejé por pinturera.
Devuélveles a las rosas
El color que las robastes;
Tu de nada necesitas
Para parecer un ángel.
•
i
•
CAPITULO V
1.—Bailes y canciones populares.
LA TIRANA
Otra canción antigua, que recuerdo haberla oído a mi madre
de una manera incompleta; es La Tirana muy corriente en el
primer tercio del siglo xix. Era un aire español cuyo movimiento
era pausado y de tres tiempos; su forma métrica eran los can-
tares comunes de cuatro versos octosílabos y asonantados; sin
embargo, también había canciones de Tirana que se componían
del expresado cantar y un estribillo que sólo consta de ocho
versos a modo de seguidillas.
La Tirana de dulces amores,
La que sabe de tiranizar.
102
EL TREPOLETE
A el|Tenterentén,
Que déjela usted
Sola, sola.
Y al Trempolentrén,
Í Allá va dama
Por usted.
ió4
Al Trepoleté,
Que déjela usted
Sola, sola.
Al Trepoleté,
Que yo quiero bailar con usted.
Déjala>ola, sola,
Sólita, sola.
Esta es la tonadita
Que trujo un fraile,
Fraile francisco
Francisco fraile,
Que descalzo y desnudo
Va por la calle.
Busca una amiga tuya
Que te acompañe,
Con una jarra de vino
Y una merienda
Para esta tarde.
Afie, añe, añe,
Para esta tarde.
LAS CARRASQUILLAS
•
El baile de la Carrasquilla
Es baile muy disimulado,
Que se hinca la rodilla en tierra
LOS CARBONEROS
Los carboneros
Por las esquinas
Van pregonando
Carbón de encina.
La confianza,
Leña de roble,
Que la firmeza
No está en los hombres,
Ni en las mujeres,
Que está en el tronco
De los laureles.
No está en el tronco
Ni está en la rama,
Que está en los ojos
De una serrana.
109
De una serrana
Descolorida
Me roba el alma,
También la vida
Y el corazón.
Vamonos todos
A la función.
Y a dos pesetas
Vendo el carbón
Que a siete reales
La compro yo.
LA PASTORA
•
De penitencia te echo
Que reces un crédito.
El credo está rezado,
Larán, larán, larito,
El credo está rezado
Y este cuento se ha acabado.
EL MOZO VIEJO
Que haces ahi, mozo viejo
Que no te casas,
Que te vas arrugando
Como las pasas.
Que, resaladita,
Que, dame la mano.
Dámela con firmeza
De enamorado.
Que, resaladita,
Que, dame la mano.
Que salga la madama
Vestida de marinero,
Aunque no tenga dinero
Será carita de cielo.
Que salga ja madama
La dama de mi querer,
Los pollos en la cazuela
Son pocos y saben bien.
Ni son para ti mi vida,
Ni son para ti mi bien, •
Que son para las Elisas
Que los saben componer.
Ese cuerpo, ese talle,
Ese gracioso meneo,
Ese cuerpo tan bonito
Que vale tanto dinero.
LA PAJARA PINTA
Estaba la pájara pinta
Sentadita en el verde limón,
Con el pico picaba la hoja,
Con el pico picaba la flor.
¡Ay mi amor!
¡Ay! ¡ay! cuando veré a mi amor,
111
LA MODISTA
En casa de una modista
Doña Consuelito entró
A que le hagan un vestido
De la moda que sé yo.
Coleta larga;
La flor delante;
Doce bullones,
Doce volantes.
La modistilla
La respondió:
Como usted quiera
Se lo haré yo.
El vestido estaba hecho
Y a casa se lo llevó;
Salió Doña Consuelito
Toda llena de ilusión.
¡Ay! que vestido
Tan elegante,
Poco me importa
Poder pagarle.
De quince duros
Que la importó,
Con real y medio
La despidió.
La modistilla,
112
Triste y llorosa,
Se fué a su casa;
El maridito la dice:
¿Qué te ha pasado?
Con real y medio
Me ha despachado.
Esa mujer está loca;
Pero ¡válgame el Señor!
Al decir estas palabras
Doña Consuelito entró.
Aquí venimos
A complacerte
Con veinte duros
En un billete.
Y lo que sobra
Es para tí,
Para que compres
Un maniquí.
Mamá, si me dejas ir
Un poquito a la Alameda
Con las niñas de Merino
Que tienen buena merienda.
Al tiempo de merendar
Se perdió la más pequeña;
Su padre la fué a buscar
Calle arriba, calle abajo,
Calle de Santo Tomás,
Y se la encontró en la acera
Hablando con un galán
Que estas palabras decía:
«Contigo me he de casar
Aunque me cueste la vida.»
Mi abuelo tiene un peral
Que cría las peras duras
Que tardan en madurar.
LA DESPEDIDA
La niña. —Adiós amigas mías
Me voy a retirar.
Las demás.—Espérate un poquito,
Que vamos a jugar.
La niña.— Por hoy no me es posible.
Las demás.—¿Pues, qué tienes que hacer?
La niña.— Lo que mi buena madre
Se sirva disponer.
Me ha dicho que esta tarde
Sin falta esté a las seis,
Y el motivo, las niñas,
No han de saber cual es.
No quiero averiguarlo,
Pues solo es mi deber
A mi madre querida
Al punto obedecer.
Las demás.—Razón tiene esta niña
Y así sin vacilar
Nosotras aplaudimos
Su modo de pensar.
La niña.— A casa voy al punto
Pues es mi obligación;
Un beso quiero daros.
Las demás.—Nosotras a ti dos.
La niña.—Adiós, amigas mías.
Las demás.—Adiós, adiós, adiós.
Por algunas canciones que voy a copiar enseguida, se obser-
114
LA "RAMERA"
Cuando voy a la ramera
Se me olvidan los ramales;
No se me olvida una niña
Que habita en los arrabales.
Tengo de subir al árbol;
Tengo de cortar la flor;
Se la daré a mi morena
Que la ponga en el balcón.
Que la ponga en el balcón,
Que la deje de poner,
Tengo de subir al árbol,
Una flor he de coger.
LA HUÉRFANA
Una tarde de verano,
De las que alumbran los cielos,
« Una linda muchachita
Penetró en el cementerio.
Al verla tan triste y sola,
Sin poderme contener
¿Para quien son esas flores,
Niñita? la pregunté.
Son para mi amada madre,
Respondió con sencillez;
116
LA PALOMA
Iba una paloma sola,
Con mucha cola,
Con mucho afán.
Los pichones la dicen:
Paloma, mire que usted sola
Va usted muy mal.
¡Triste de mi!
Dijo el pichón,
Con la paloma
Daría yo la desazón.
._ : 1 117
LA PURRUSALDA
Al pasar el arroyo,
De Santa Clara, '
Se me cayó el anillo
Dentro del agua,
Por coger el anillo
Cogi un tesoro,
Una Virgen de plata
Y un Cristo de oro;
Una Virgen del Carmen
Y un San Antonio
Casóme mi madre,
Casóme mi madre,
¡Ay! ¡Ay! ¡Ay!
Chiquita y bonita,
¡Ay! ¡Ay! ¡Ay!
Chiquita y bonita
(Así se repiten los demás
versos con el estribillo)
Con un chico rubio
Que yo no quería.
A la media noche
El picaro se iba;
Le seguí los pasos
Por ver donde iba;
Ya le vi entrar
En ca su querida;
Me puse a escuchar
Por ver que decía,
Y le oí decir:
«Pichona, querida,
Te tengo de dar
Sayas y mantillas,
Y a la otra mujer
Palos y mala vida.»
Me volví a mi casa
Triste y afligida,
Y atranqué la puerta
Con mesas y sillas.
Me puse a cenar,
Cenar no podía;
Me puse a fregar,
Fregar no podía;
Me puse a coser,
Coser no podía;
Me puse a bordar,
Bordar no podía;
121
Me puse al balcón
Por ver si venía,
Ya le vi venir
Por la calle arriba,
Con capa terciada
Y espada ceñida,
Venía diciendo:
«—Ábreme, María,
Que vengo cansado
De ganar la vida.»
«—Tu vienes cansado
De casa tu amiga.»
«—Pícara mujer,
¿Quién te lo decía?»
«—¡Hombre del demonio
Yo que lo sabía!»
Me soltó un cachete,
Me dejó tendida.
Llamé a la justicia
Y al Corregidor.
Dijo; «Adiós, Maria,
Boca de piñón,
Que por tí me llevan
A la Inquisición.»
LA PALOMA BLANCA
Una paloma blanca
Como la nieve,
Va al río a beber agua
Y bañarse quiere.
Palomita blanca,
Reblanca,
¿Dónde está tu nido?
¿Renido?
En un palo verde,
Reverde.
Todo florecido.
Y se ríe el sacristán;
Y la familia afligida
Dice: se fué el que nos daba el pan,
Y el sacristán continúa:
¡Tingo! ¡tingo! ¡tingo! ¡tan!
¡Ay! Pobrecito de mi,
Con qué trabajo me muevo,
Salí de mi casa sano
Y por mi desgracia vuelvo
Rota la cabeza,
Descoyuntados seis dedos,
Siete costillas quebradas;
En mi desventurado cuerpo
Tengo yo más cardenales
Que en Roma los Pontífices han hecho.
Y mi desventurada mujer
Cuando vea como vengo,
Se quedará medio muerta,
Y será mi sentimiento
Que no se muera del todo
Por muchísimos de los tiempos.
Y al que se muere le entierran,
Ese pago le dan;
Y el sacristán continúa:
¡Tingo! ¡tingo! ¡tingo! ¡tan!
LAS AGACHADITAS
Yo tenía una torre
De chocolate,
Y agáchate
Y vuélvete a agachar,
Que las agachaditas
No saben bailar.
Y agáchate
Y vuélvete a agachar,
Que este es el cuento
De nunca acabar.
Y agáchate
Y vuélvete a agachar,
Que las agachaditas
No saben bailar.
123
LA SIRVIENTA
Cuando una muchacha
Tiene quince años
No pueden con ella
Ni padres ni hermanos.
Su padre la riñe
Y ella le contesta
Yo me iré a servir;
Y esta es su respuesta.
Ha cogido su ropita,
Se marchó como enfadada
A casa de Don Pepito
Que preguntan por criada:
Ya baja la dueña,
La comienza a hablar,
La dice si sabe
Coser y bordar.
Ella la contesta
Me podré quedar,
Diez reales al mes
Pienso yo ganar.
Esta se quedó sirviendo
En casa de Don Pepito,
Y a los tres dias que estuvo
Ya le echó cual señorito
Un día en el cuarto,
Con gran disimulo,
Hasta a su criada
La regaló un duro:
La dijo, Dios mió,
Ven acá, salero,
De que te haga falta
Pídeme dinero.
Dichas estas razones
A los tres dias siguientes
Ya le pide esta doncella
Para un vestido y pendientes.
Tres onzas le dio
Aquel buen Pepito
Y ella se compró
124 _________
Su mantón bonito:
Vestida a la moda
Bata y guardasol,
Lindas guarniciones,
Su gran mantillón.
Esta salía a la plaza
Y era una trisle criada
Y más maja que la dueña
Con diez reales que ganaba.
Lo que ésta llevaba
Valía un tesoro:
Peineta a la moda,
Sus anillos de oro.
Llevaba reloj,
Su gran abanico,
Porque lo pagaba
Todo el señorito.
Un sábado por la tarde
Salió un majo a esta doncella,
La dijo que si quería
Se casaria con ella:
•
Ya lo pensaré
Le dijo al mocito,
Vuelva usted mañana
Por aquí un poquito,
Porque de estas cosas
Diré a mi señor,
Y entonces podré
Darle el sí o el nó.
•
A la mañana siguiente
Va a su casa muy contento,
Más cuando ella le dio el sí,
En aquél mismo momento
Le habló cara a cara:
—Creo que serás
Mujer muy honrada,
Como las demás.
—Mira Joaquinito
La verdad te digo,
Nadie en este mundo
De mí se ha reído:
125
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;
CAPITULO VI
1.—Romances populares.
EL INCRÉDULO
Jesucristo salió a caza,
M VA i¿
No salió como solía:
Se ha encontrado con un hombre
De malas melancolías (D.
Le pregunta que si hay Dios,
Le dice que no lo había;
Le pregunta que si hay Virgen,
Lo mismo le respondía.
—Hombre, mira lo que dices,
Que hay Dios y Santa María,
Que te pueden dar la muerte
Como te han dado la vida.
(1) Una versión de Santander dice: «hombre de mala enconia» y otra: «lleno de me-
lancolía».
128
EL DUQUE OLIVERO
Cuando los trigos se encañan
Y la espiga echa la flor
El Alcalde de este pueblo
Ha mandado echar un pregón.
El Rey manda pedir gente,
De cada casa un varón;
El Duque que ha oído esto
A la ventana asomó
129
A maldecir a su esposa
Por no tener un varón.
De sus hijas, la pequeña,
Al punto le contestó:
No la maldiga usted, padre,
No la maldiga usted, no.
¡Qué culpa tiene mi madre
De las cosas que hace Dios!
Cómpreme caballo y armas
Y a la guerra me voy yo.
—No vales hija pa guerra,
No vales hija, no, no.
Tienes las manos muy blancas
Muy de hembra y no de varón.
—Cómpreme caballo y armas
Y a la guerra me voy yo,
En donde vea la gente
Los guantes me pondré yo.
Cómpreme caballo y armas
Y a la guerra me voy yo.
—No vales hija pa guerra,
No vales, hija, no, no.
Tienes la cara muy blanca
Muy de hembra y no de varón.
—Cómpreme caballo y armas
Y a la guerra me voy yo,
Con los aires y los soles
Morena me pondré yo.
Cómpreme caballo y armas
Y a la guerra me voy yo.
—Tienes el pelo muy largo
Muy de hembra y no de varón.
—Cómpreme caballo y armas
Y a la guerra me voy yo,
Que donde vea la gente
El pelo me corto yo.
Cómpreme caballo y armas
Y a la guerra me voy yo.
—No vales, hija, pa guerra,
No vales, hija, no, no.
Tienes el pecho abultado
Muy de hembra y no de varón.
—Cómpreme una cinta, padre,
130 -—
LA ESPOSA INFIEL
Estaba una señorita—de pechitos al balcón,
Tomando la inita, inita—tomando la inita, inó.
Por allí pasó un soldado-que una miradita echó:
Suba, suba, caballero,—dormirá una noche o dos.
Que mi marido está a caza—en los montes de León,
Y para que nunca vuelva—una maldición le echó:
«Cuervos le saquen los ojos,—águilas el corazón
Y los perros con que caza—le arrastren en procesión.»
Estando en estas palabras—su maridito llegó,
Al subir las escaleras—el caballo relinchó.
¿De quién es ese caballo—que en mi cuadra veo yo?
Tuyo, tuyo, maridito,—que te lo he comprado yo
Para que vayas a caza—a los montes de León.
¿De quién es ese capote—que en mi percha veo yo?
Tuyo, tuyo, maridito-que te lo he comprado yo.
¿De quién es esa escopeta—que en un rincón veo yo?
132
LA ESPOSA INFIEL
Una señorita en Burgos-asomadita al balcón;
Que ñifla, tintín, que niña, tintón, - asomadita al balcón.
Pasó por allí un caballero—de muy mala intención;
Que niña, tintín, que ñifla, tintón,—de muy mala intención.
Suba, suba, caballero,
Racataplá pirula,-por una noche o dos;
Que niña, tintín, que ñifla, tintón, -por una noche o dos.
Que mi marido está a caza,
Racataplá pirula,—a las indias de León;
Que ñifla, tintín, que ñifla, tintón,—a las indias de León.
Estando en estas palabras—su maridito llegó,
(Se repiten los estribillos).
Ábreme la puerta cielo,—ábreme la puerta sol,
Que te traigo un conejito—de las indias de León.
Al bajar las escaleras-el color se la mudó.
¿Te ha dado calentura—o has dormido con varón?
No me ha dado calentura—ni he dormido con varón;
Lo que siento que he perdido—las llaves del corredor.
___ 1 L- 1 135
i •i
134 —. .
LUMBARDOS <«
DON BARDOS
Don Bardos se fué a la guerra, -nueve meses vino a estar;
Volvió a ver a su mujer que en cinta vino a quedar,
Y al pesito de las ocho—al palacio vino a dar.
Buenas noches tengas, hijo,—buenas noches, buen galán.
¿Dónde está mi espejo, madre,—dónde está mi espejo ya?
¿Por qué espejo preguntas, hijo,—por el de oro o de cristal?
No pregunto por el de oro—ni tampoco el de cristal,
Que pregunto por Marbuena, - y Marbuena ¿dónde está?
La tu Marbuena, querido,—por esos caminos va,
138 — i —— • _
con el nombre de Doña Arbola, en los que por cierto figuran los
personajes Bernardo y Balbuena, de los que parece corrupción o
derivación los de nuestro romance.
DOÑA ALBORA
Paseaba Doña Albora—por la su sala regada;
Le dan dolores de parto—que el alma se la acababa.
La picara de su suegra—que oyéndolo se lo está,
Anda, vete, Doña Albora, -anda, vete para allá,
Que si Don Buestro viniere—yo le daré de cenar:
Le daré tu rico vino,—le daré tu blanco pan
Y empanada de conejo—como tu solías dar.
Casa que tiene dos puertas—es muy mala de guardar:
Por una puerta ella sale—Don Buestro por otra entrar.
¿Dónde está el espejo, madre,—donde me suelo mirar?
¿Qué espejo me pides, hijo,—el de oro o el de cristal?
No la pido el espejo de oro—ni tampoco el de cristal,
Que pido a mi Doña Albora—que no me sale a abrazar.
Caminos alante iba,—caminos alante va,
Dando gritos y alaridos—como mujer de un rufián.
Que la cerrabas el vino,—que la cerrabas el pan,
Que la contabas las horas—que contigo había de estar.
No te tengo por hombre, hijo,—si no la vas a matar;
No te tengo por hombre, hijo,—si no por algún rufián.
Coge el caballo de viento,—corre que al galope va,
En el medio del camino —un pajecíto encontrar.
Buenos días Don Buestro,—albricias hay que dar,
Que Doña Albora ha tenido—un infantito galán.
Ni el infantito se críe—ni su madre coma pan.
Ha dao un puntapié a la puerta—que la casa hizo temblar.
Levántate Doña Albora—si te quieres levantar,
Si te lo digo otra vez—ha de ser con un puñal.
La mujer de un jornalero,—ocho días suele estar;
Yo que soy de un caballero—día y medio no cabal.
Levántate Doña Albora—si te quieres levantar,
Tengo un puñal en la mano—y en ti lo quiero estrenar.
Las damas que la vestían—no dejaban de llorar,
Los pajes que la calzaban—no dejan de suspirar.
140 :
DON BERNARDO
Ya camina Don Bernardo,—ya camina, ya se vá,
Y su esposa le dice:—¿Para cuándo volverás?
142
DELGADINA
Un rey tenía tres hijas,—todas tres como una plata,
La más pequeña de todas—Delgadina se llamaba.
Un día estando comiendo -su padre bien la miraba:
¿Qué me mira V. mi padre,—qué me mira V. a la cara?
Que te tengo mirar hija,—tu has de ser mi enamorada.
143
LA INFANTICIDA
En la capital de Burgos—y en la calle de la Puebla
Hay una mujer muy guapa—más vale que fuera fea.
Tiene un hijo de tres años—de tres a cuatro no llega;
Todo lo que pasa en casa—a su padre se lo cuenta.
Ya se ha marchado su padre,—ya se ha marchado a la feria,
A vender los ricos paños—y a comprar la rica seda.
De la feria vuelve el padre—y el hijo ya está a la espera,
Le ha montado en su caballo—y hasta casa no le apea.
Se sienta a dexaminarle:—hijo mío, cuenta, cuenta,
Mientras yo no estoy en casa—¿quién es el que en ella entra?
Entra un alférez muy rico,—duerme con madre la siesta;
La da besos, la da abrazos,—como si mujer de él fuera.
Mira, mira, mujer mía,—mira lo que el hijo cuenta.
144
Semejante
EL HIJO PARLANCHÍN
Allá arriba en aquel alto—hay un percal de la Hacienda,
Aquel percal tiene un hijo—la cosa más parlanchuela:
Todo lo que corre y pasa—a su padre se lo cuenta.
Un día estando jugando-con los chicos de la escuela:
Dime, hijo, ¿quién está en casa—cuando yo no estoy en ella?
Mercedes, con mi madrastra—yo no se que hará con ella.
_ _ _ 145
EL NUEVO ABRAHAM
En un lugar junto a Burgos- que se llama Villarcayo,
Tiene un caballero un hijo—muy querido y estimado
Que no comía gallina—ni tampoco bacalao,
Que comía pavos de Indias- que costaban cien ducados.
Un día se fué a jugar- con otros varios muchachos,
Su padre mandó a llamarle—por el Sr. Secretario:
El niño como era humilde iba luego a su mandado.
¿Qué me quiere, padre mió,—qué me quiere, padre amado?
Que tenemos que ir los dos—al monte de los anublados.
Si tenemos que ir los dos- vamos luego caminando.
Iban por la cuesta arriba—el niño iba ya cansado
Ajincado de rodillas—gracias a Dios iba dando.
¿Dónde está ese monte, padre,—monte de los anublados?
Ya está cerca, hijo mió—detrás de aquellos collados.
Iban por el cuesto arriba-cuchillos iba afilando.
¿Por qué lleva, padre mío,—los cuchillos afilados?
Para matarte, hijo mió,—para matarte, hijo amado,
Que está mandado de Dios—que has de morir en mis brazos.
Si está mandado de Dios—cúmplase luego el mandado;
10
146
CONTRASTES
TRANQUILO
El rey moro tiene un hijo—que Tranquilo se llamaba,
Salió una tarde a paseo,-se enamoró de su hermana.
De mañana, al otro día, - malito cayó en la cama.
Ya sube su padre a verle: -¿qué tienes hijo del alma?
Tengo unas calenturitas-que me las pegó mi hermana.
¿Quieres que te mate un ave—de esas que vuelan por casa?
Quiero una taza de caldo,—que me la suba mi hermana;
Si sube, que suba sola, -que no suba acompañada.
Y al dar la taza de caldo—el muerto resucitaba;
La cogió por la cintura - y a su cama la llevaba.
Mira a ver lo que te haces,-mira que yo soy tu hermana;
Vas a majar una flor—y a manchar un cristal fino
Y luego te voy a poner-en el tribunal divino.
Si eres hermana que seas,-no haber nacido tan guapa.
Estando un día en la mesa-su padre la remiraba.
¿Qué me mira, padre mió.—qué me mira usted la cara?
Hija de mi corazón,—pedazo de mis entrañas,
Que te levanta el vestido—como a una mujer casada.
Llamaron cuatro doctores,-los mejores de Granada;
,—, , , , 149
LA LOBA
Estando un pastor un día—remendando la zamarra
Vio venir a siete lobos—por una triste montaña.
En medio de los siete lobos—venía una loba raya
Y le cogió la cordera - de la oveja encencerrada.
—Loba, deja esa cordera—que a ti no te debe nada,
Si te embirlo mis cachorros—te dejarán maltratada.
—Tanto valen tus cachorros—como una morcilla asada,
Que tengo siete colmillos—que son como siete lanzas.
—Arriba, perro rabón,—arriba, perra guardiana,
Si le quitáis la cordera—tenéis la cena doblada:
Siete calderos de leche—y otros tantos de cuajada,
Y si no se la quitáis—llevaréis con la cachava.
Siete leguas la corrieron -por una alta montaña,
Otras siete la corrieron—por unas tierras aradas:
Siete y siete son catorce, —cuando la loba iba cansa,
Al subir un pedrecito—dando vista a una llanada
Dieron con la loba en tierra—la dieron fuerte sotana.
—Tomad, perros, la cordera,—sana y buena como estaba.
—No queremos la cordera—de tu boca embabosada
Que queremos tu pelleja—pa el pastor pa una zamarra;
De tu cabeza, un zurrón-para guardar las cucharas;
El rabo, para manguito;—las orejas, pa polainas;
150 1 1 ,
LA ZAGALA HERMOSA
Estando con mi rebaño—se acercó a mi un señorito
Haciéndole mil halagos—estas palabras me dijo:
—Zagalita de mi alma --de amor me muero por ti,
Vente conmigo a mi casa—y serás siempre feliz.
¡Ay, zagala, zagala, zagala;
Esos ojos negros a mi me entusiasman!
Tienes un mirar tan dulce—y una risa encantadora
Que debajo de las nubes—para mi gusto no hay otra.
—Entre ovejas he nacido—y entre ellas me he criado,
Con abarcas siempre he ido—corriendo montes y prados.
Y te digo zagalita hermosa
Que ningún zagal te tiente la ropa;
Porque es fácil que algún zagal
De un susto grande te haga llorar.
No consientas zagalita—que el sol a tu rostro cubra,
Desprecia esa triste vida - y conserva tu hermosura.
(De Villasur de Herreros).
EL CONDE MARCELINO
Madrugaba Marcelino - l a mañana de San Juan
A dar agua a sus caballos—a las orillas del mar;
Mientras sus caballos beben -Marcelino echa un cantar.
La reina lo estaba oyendo -desde su palacio real:
Mira hija, como canta—la sirenita del mar.
No es la sirenita, madre,—la sirenita del mar,
Que es el conde Marcelino-con quien me voy a casar.
Hija, si yo lo supiera—lo mandaría matar.
Madre, le he dado palabra—que con él me he de casar.
La madre que ha oido esto -los ha mandado matar
Y después que los vio muertos—les ha mandado enterrar;
Ella en el altar mayor—y él, dos pasos más atrás.
De ella salió una toronja-,de él un rico limonal,
151
EL MARINERO
Siete años por San Juan hace - que un marinero remaba
Dando voces en el río—que le sacaran del agua.
Se acercó allí el demonio—ya por fin o por desgracia:
Marinero, marinero,—yo te sacaré del agua
Y te mando mis navios—y mis oros y mis platas,
Solo que cuando te mueras—me mandarías tu alma.
Marcha, demonio al infierno,—no te quiero mandar nada,
El alma la mando a Dios—y a la Virgen soberana;
El cuerpo para los peces,—si acaso muero en el agua;
La pelleja al sacristán—para que haga una sotana;
Los huesos al campanero—que repique las campanas.
(Recitado por Luz González, de Bocos).
.
CAPITULO Vil
sos 3.378 a 80, entre los insultos que dirige al Cid, Asur Gonzá-
lez, en las Cortes de Toledo cuenta:
¿Quien nos darie nueuas de myo Cid el de Bivar?
¡Fose a rio d'ovirna los molinos picar
e prender maquilas, commo lo suele far!
Detente canto
No pegues contra el Santo
Y que si sería por derribar
Quintanilla sería de Vivar.
(1) O sea la esgueva que por las huertas de San Francisco atravesaba la muralla a la
calle de Lain-Calvo.
_ _ 163
Judas
Yo soy Judas Iscariote
Aquel aleve y traidor,
Por la ambición del dinero
A su maestro vendió.
Yo muero desesperado
Y confieso mi traición,
Treinta dineros me dieron:
Tomadlos, que no los quiero. (Los tira).
Yo me ahorcaré de un árbol
Para pagar mi traición;
Mi alma la lleve el diablo
Porque bien la mereció.
El infierno y el demonio,
El mayor de todos yo.
Simón Cirineo
Yo soy Simón Cirineo,
Mi Maestro me ha nombrado
A llevar la cruz a cuestas
De Cristo pesadumbrado.
Los judíos le prendieron
Pero Judas le vendió;
Pilatos ha sentenciado
A muerte a Nuestro Señor.
No llores, Virgen María,
No llores, por nuestro amor,
Que antes que pasen dos horas
Os veréis juntos los dos.
(,)
puede leerse sin reirse, ni verse sin escosíillarse. De su ejecu-
ción se encargan los jalmeros y tejedores de los barrios de San
Esteban y Vega con otros agregados.»
Aunque esta función es muy antigua la letra de este folleto,
que está en verso (décimas, pareados, romance) tiene algunos
retoques modernos como se indica en la portada.
La Virgen decía:
Ya irá con su padre.
Que desconsuelo sería
Al verse solo y tan tarde,
Se ha arrimado a una puerta
No le ha respondido nadie.
Si usted bien supiera
Quien era este Niño,
Abriera la puerta
Con mucho cariño.
A ca un rico fué a parar
Y le echaron los alanos;
Los alanos muy humildes
Le hacían dos mil halagos.
Yo os aprometo
Aunque soy muchacho
Darles el castigo
Según han obrado.
—Madre, a la puerta hay un Niño 0)
Más hermoso que el sol bello,
Parece que tiene frío (2)
Pues el pobre viene en cueros. (3)
Anda, dile que entre, (4)
Se calentará
Porque en este pueblo (5)
Ya no hay caridad. (6)
Al resplandecer la aurora U)
El Niño se levantó
Y le dijo a la patrona
Que se quedara con Dios.
Yo me voy al Templo
Que aquella es mi casa
Donde han de ir todos
2
A darme alabanzas. ( )
Anda con Dios, Niño hermoso, (3)
De tí quedo enamorada;
Quiera Dios encuentres pronto W
A tu madre idolatrada.
Y si no la encuentras
Vuélvete a mi casa.
—Ya vendré, señora, (5i
A daros las gracias.
La Virgen buscaba al Niño (6)
Por las calles y las plazas
Y a todos los que veía (?)
Por su hijo preguntaba.
.
CAPITULO Vlí!
1.—Canciones y coplas religiosas.
Se te ve protegiendo tu España
De la luna en el disco salir
a
ESTROFA 6 .
!OH MARÍA!
Coro
¡Oh Maria, Madre mia!
¡Oh consuelo del mortal!
Amparadme y guiadme
A la patria celestial.
DULCÍSIMA V I R G E N
Coro
Dulcísima Virgen
Del cielo delicia,
La flor que te ofrezco
Recibe propicia.
Benéfico hiere—lumínico rayo
Del sol que engalana—las flores de Mayo;
Los prados semejan—amenos jardines
Sembrados de rosas—y suaves jazmines
Y apenas se abren-y el cáliz asoma
Regala el ambiente-balsámico aroma
188
MAYOS A LA VIRGEN
A cantar el Mayo -Señora venimos
Y para cantarlo—licencia pedimos.
Usted que nos oye—no nos dice nada
Señal que tenemos—la licencia dada.
Ya estamos a treinta—del abril cumplido,
Alegraos damas—que Mayo ha venido.
Ya ha venido Mayo -bienvenido sea
Regando cañadas—casando doncellas.
Ya llegó la noche—Sea enhorabuena
De cantarte el Mayo—Regalada prenda.
Paso a retratarte—pero aquí mi lengua
Proseguir no sabe—y a cantar no acierta.
No hay pluma que sirva—al pintor poeta,
Ni pincel que copie - tu gentil belleza.
Tienes tu cabeza—chiquita y bonita,
Parece de oro-una naranjita.
Tu pelo es madeja—del oro más fino
Que envidian los rayos—del sol purpurino.
Tu frente espaciosa—es campo de guerra
Donde Cupidillo—plantó su bandera.
Esas tus dos cejas—un poquito arqueadas
Son arcos del cielo—y el cielo es tu cara.
Tienes unos ojos—luceros del alba
Que alumbran el cielo—de mis esperanzas.
Son esas pestañas - puntas de alfileres
Que los corazones—transpasarlos quieren.
189
A LA VIRGEN DE ESCUDEROS
(Santa María del Campo)
Al cielo he mirado
Y en él he visto
Que la luna es María
Y el sol es Cristo.
La Virgen de los Dolores
La llevo siempre en el pecho,
Y cuando me da un dolor
La saco y la doy un beso.
A la Virgen del Carmen
Quiero y adoro;
Porque saca las ánimas
Del Purgatorio.
Morena es la Virgen de Haro,
Morena la de Escuderos,
Para morena y graciosa
La Virgen de los Gerberos.
Es el amor de la Virgen
Una cosa tan hermosa,
Que no hay astros en los cielos
Ni en los jardines hay rosas.
CAPITULO IX
1. —Las doce palabras dichas y torneadas. 2. —Sem-
blanzas de políticos burgaleses. 3.—Los diez man-
damientos santos. 4.—Los mandamientos de Espa-
ña son diez. 5.—Los mandamientos del pobre son
seis. 6.—Los mandamientos del zapatero son cinco.
7.—La semana del zapatero. 8.--Las doce horas.
9.--Relo¡ de durmientes. lO.-Letanía de la soltero-
na. ll.--Sacramentos cantados. 12.-Bendición del
molinero. 13.--Albada para cantar a los recién
casados.
(1) Ni son ocho coros, ni ocho gozos como en otras versiones, sino ocho bienaven-
turanzas.
, — 1 1 201
TIPOS BURGALESES
i
UNION LIBERAL
Tontería y presunción
Marrón.
Más bruto que mi caballo
Gallo.
Novelista el más fatal
Casaval.
Mísera unión liberal
Que tienes por partidarios
A los tres estrafalarios
Marrón, Gallo y Casaval.
2
MODERADOS
3
PROGRESISTAS
4
DEMÓCRATAS
5
TRADICIONALISTAS
Reloj de durmientes:
Una hora duerme el gallo;
Dos, el caballo;
Tres, el Santo;
Cuatro, el que no es tanto;
Cinco, el peregrino;
Seis, el teatino;
Siete, el caminante;
Ocho, el estudiante;
Nueve, el caballero;
Diez, el majadero;
Once, el muchacho;
Doce, el borracho. i
Incorpórate en la cama
Que ahora voy a principiarlos.
El primero es el Bautismo,
Bien sé que estás bautizada
En la pila del bautismo
Para ser buena cristiana.
Segundo, Confirmación,
Bien sé que estás confirmada
En las iglesias de Roma,
Para ser mi enamorada.
El tercero es Penitencia,
Bien sé que la he de cumplir,
El confesor me ha mandado
Que no me aparte de tí.
El cuarto es Comunión,
Que es cosa muy excelente
Que al que la recibe en gracia
Dios le perdona su muerte.
El quinto es Extremaución,
El sexto, es de ordenar,
Y el séptimo, Matrimonio,
Que es el que vengo a buscar.
De la Capilla Mayor:
Sobre la mano derecha
De rodillas os dejó,
Y aquel Ministro de Cristo
A la Sacristía entró.
Saliendo ya revestido
En la grada se postró
Para celebrar la Misa
Que es sacrificio de Dios.
Después de tocar al Sanctus
Os leventásteis los dos
Y os fuisteis a arrodillar
Al pie del altar mayor;
Al mismo tiempo el padrino
A la grada se acercó.
Y aquella sagrada banda
A los dos os la cruzó.
De los siete Sacramentos
Que tiene la Iglesia Santa,
Habéis recibido tres
Sábado por la mañana,
El primero, Penitencia;
El segundo, Comunión;
El tercero, Matrimonio,
Sea pa servir a Dios.
Ya se concluye la Misa
Y a los cielos se subió,
Y el párroco de este pueblo
Os echó la bendición.
Ya se concluyó la Misa
Y a casa os habéis bajado
Y todos vuestros parientes
Os han ido acompañando.
Nada ha dicho su Merced
De este matrimonio honrado:
Son hijos de buenos padres,
Por eso los han juntado.
El mutuo consentimiento
De sus padres han logrado
Que la ley tiene dispuestos
Para poder ser casados.
Doncella, fuiste a Misa
Pisando palmas y flores,
214
Te volviste casadita
Al lado de estos señores.
Doncella fuiste a Misa
Pisando palmas y lirios,
Te volviste casadita
Al lado de tu marido.
Me han dicho que te has casado,
El parabién vengo a darte,
Te lo dan mis compañeros
Y yo también de mi parte.
Al padrino y la madrina
Les debéis de dar las gracias,
Que os han puesto en el camino
De la buenaventuranza,
Y a vuestros queridos padres
También se las debéis dar
Que os han prestado la gracia
Para poderos casar.
Yo al novio le encargo mucho
Que la tenga bien tenida
Que la han tenido sus padres
En el corazón metida.
La albada se ha concluido,
Esta va por despedida
Dándoles la enhorabuena
Al padrino y la madrina.
Todas las flores se sequen,
Florezca la del romero;
Viva y reviva la fama
De los novios los primeros.
Todas las flores se sequen,
Florezca la de la endrina,
Viva y reviva la fama
Del padrino y la madrina.
Todas las flores se sequen,
Florezca la del laurel,
Viva y reviva la fama
Del señor Cura también.
Todas las flores se sequen.
Florezca la de la mora,
Viva y reviva la fama
De la gente de la boda.
Todas las flores se sequen,
2ÍÍ
1. El Papamoscas
Hay cosas en Burgos
Dignas de admirar
Que envidia la Corte
Y el mismo Escorial.
Lo más renombrado
De nuestra ciudad
Es el Papamoscas
De la Catedral.
Si bajas a Burgos
No dejes de ir,
Que yo te aseguro
Que te has de reír;
Es un hombre viejo
Que está en un rincón
Y que abre la boca
Cuando da el reloj:
Si entras por la puerta
Puerta principal,
Enfrente la pila
Te lo encontrarás.
No es el Papamoscas
Quién arriba está,
Sino el que mirando
Se suele embobar.
218
2. Humorada antigua
Los chicos de Burgos
Son buenos muchachos
Y la mayor parte
Son unos borrachos;
Unos son de tinto,
Otros de aguardiente.
Y la mayoría
Lo son de clarete.
•
Contestación
Todos los chicos de Burgos
Son unos buenos muchachos,
Pero tienen un defecto
Que son un poco borrachos.
Si son borrachos que sean
A nadie le importa nada
Ellos pagan lo que deben
Al terminar la semana.
Los sábados y domingos
Borrachera de costumbre,
Y el lunes por la mañana
Al trabajo nadie acude.
3. Mentiras
Por un camino va un hombre
Muerto de hambre y merendando,
Se encontró con un ciruelo
Cargadito de manzanas;
Tirar cantos, tirar cantos,
Y caían avellanas.
Salió el hombre de las peras
Que eran suyas las castañas.
Le cascó el golondrillo,
Le hizo sangrar de un tobillo,
Le puso un pañuelo a las muelas
Pa que no sangrara de ellas.
¿Quién le ha mandauo a V. entrar
En naranjales ajenos,
219
4. Marza
Esta noche entraba Marzo
Desde media noche abajo;
Con el Ángel de la Guarda
Que nos'libre y nos defienda,
:
En el cinco, considero
Y siempre considerando
Las cinco llagas de Cristo
De pies, manos y costado.
En el seis, yo considero
Como carta más hermosa
La Muerte y Pasión de Cristo
Afligida y dolorosa.
En el siete, considero
Contemplo con alegría
La Muerte y Pasión de Cristo
y Dolores de María.
En el ocho, considero
Que en el arca de Noé
Aquellas ocho personas
Que se salvaron con él.
En el nueve, considero
Cuando la Virgen María
Estuvo los nueve meses
Preñada y con alegría.
En la sota, considero
Aquella mala mujer
Que de la fruta vedada
A Adán se la dio a comer.
En el caballo, contemplo
Corrido y avergonzado
Y privado de la gracia
Adán cayó en el pecado.
En el Rey, yo considero
Contemplo cual podía ser
Siendo el Rey de cielo y tierra
Ha venido a padecer.
Las cartas de la baraja
Ya te las tengo explicadas,
Y la Pasión de Jesús
No dejes de contemplarla.
Pescadores de cangrejos
Que hacéis la vida en el río
Pero que llegando el frío
Vais cubiertos con andrajos,
Lo mismo que allá en Tardajos.
Y los pobres carreteros
Si han de ir a Quintanilla
Habrán de subir primero
Al Alto de Villalbilla,
Subiendo y bajando vargas
Con vuestras pesadas cargas,
Empleando todo un día
Para hallaros a dos yardas
Del punto de la partida.
¿Remedios pa vuestro mal?
Al punto lo voy a dar:
Id a tocara rebato,
Que se alborote la gente
Desde el joven al más viejo
Y se reúna el concejo
Exigiendo el presidente
Que se empieceu los trabajos
Del puente,
Lo mismo que allá en Tardajos.
7. Trabalengua
En Santo Domingo entré
Por Pedro Crespo Calvo pregunté,
Y me dijo una señora:
¿Por qué Pedro pregunta usted;
Por el de arriba, por el de abajo
O por el del arrabal?
Porque hay tres Pedros Crespos Calvos
Carpinteros del lugar;
Porque hay tres Pedros Crespos Calvos
Que no quieren trabajar.
8. Cantos de ronda
Sigue la ronda, majito:
Contigo la seguiré
Y el puerto de Guadarrama
Contigo le pasaré.
224
9. Rascacina
La tendré en el corazón
Mientras en el mundo viva
¡Oh! quién fuera buey o vaca
U otro animal mayor
Para dir a beber agua
A los morros de mi amor.
15
CAPITULO XI
HIMNOS VARIOS
1.—Al Sagrado Corazón de Jesús. 2.—Al mismo. 3.—A
Cristo Jesús. 4.—A la Virgen del Pilar. 5.—A Santa
María la Mayor de Burgos. 6.—De la V. O. T. de
San Francisco. 7.—Misional Español del Centenario
de San Francisco Javier. 8.—A San Lesmes, Abad,
patrón de Burgos. 9.—Al Valle de Valdivielso.
10.—A Briviesca. 11.—A Belorado. 12.—A Castilla.
13.—A Burgos.
2. Al mismo
CORO
Corazón Santo
Tu reinarás,
Tu nuestro encanto
Siempre serás.
ESTROFAS
a
1. .
Jesüs amable,—Jesús piadoso,
Dueño amoroso,—Dios de bondad.
Vengo a tus plantas—si tu me dejas
Humildes quejas—a presentar.
;;b .1 ,U .¥ o¡ &U — ,Q i . * r>< U D Q M
a
,;
2
i. J \ - . 2
Divino pecho—donde se inflama
La dulce llama-de caridad.
Por qué latienes-ahí encerrada
Y no abrasada—la tierra está.
. . .
a
3.
Venid cristianos—y acá en el suelo
Como en el cielo—se ve adorar
También nosotros—adoraremos
Y ensalzaremos—al Dios de paz.
a
4.
Sagrado fuego—y amor ardiente
Como consiente—tal frialdad.
¡Ay! a lo menos—la triste España
No ya su saña—sufra de hoy más.
a
5.
Arroja en ella—tu hermoso fuego
Y todo luego—se inflamará
No ves que el mundo—vive aterido
Y endurecido—en la impiedad.
a
6.
A ella obligada—con tu empeñada
Palabra dada—Señor estás.
En ella has dicho- que triunfarías
Y reinarías—de la impiedad.
229
Y te aclama—y tejbendice
Abrazado—a*tu Pilar.
Pilar sagrado,
Faro esplendente,
Rico presente
De caridad:
Pilar bendito
Trono de gloria,
Tu a la victoria
Nos llevarás
Cantad, cantad, himnos deshonor y alabanza
Cantad, cantad, a la Virgen del Pilar.
CORO
CORO
a
3.
Divinamente herido te vieron los mortales
Y fueron a pedirte lecciones de tu amor;
Inmensas muchedumbres siguiéronte leales
Y a todos abrasaste con tu copioso ardor.
Coro (Las huellas, etc.).
a
4.
Tus ansias imitando seráficas legiones
Luchamos por el triunfo de Cristo y de su Cruz,
Iluminar queremos los pueblos y naciones
Con célicos fulgores de salvadora luz.
Coro (Las huellas, etc.).
a
5.
Al cielo los humanos no tienden la mirada,
Y en goces transitorios han puesto su afición;
Por eso hoy emprendemos seráfica cruzada,
Pidiéndote ¡oh Francisco! amparo y protección.
Coro (Las huellas, etc.).
a
6.
Desprecio a lo divino, error e indiferencia
Dominan por doquiera la incauta sociedad.
¡Francisco! tus ardores defiende con clemencia
Y sálvese por ellos la ciega humanidad.
Coro (Las huellas, etc.)
Acudamos a salvarlos
Con las aguas de la vida
Que derrama de su herida
El Divino Redentor.
ESTROFAS
a
1.
Venimos, creyentes,
Al píe de tu altar:
Queriendo fervientes
Tu gloria ensalzar, (bis)
a
2.
En horas de duelo
De angustia y dolor,
Obtennos del cielo
Cristiano fervor, (bis)
a
3.
Que Dios por tu ruego
Nos libre de mal:
Y otorgúenos luego
La gloria inmortal, (bis)
CORO
Mi Valle semeja
Divino vergel,
Y el cielo refleja
Sus gracias en él.
234
(ESTROFAS A SOLO)
I
Manso el Ebro se dilata
Entre viñas y pomares
Cual espejo que retrata
Las mansiones seculares.
En antiguos torreones,
En hogares y castillos,
Ved escudos y blasones
De prelados y caudillos.
Ved la Iglesia soberana
Que en sus templos medievales
Aquí triunfa y se engalana
Con primores celestiales.
(Coro)
II
Viva el alma de Castilla
Como reina de este Valle
235
(Coro)
Letra de Fr. Justo Pérez de Urbel, O . B. •- Música: del maestro Rafael Calleja
INTRODUCCIÓN
I
De toda España, Castilla
Solar de gloria y honor,
De Castilla, la Bureba
Y en Briviesca está el amor.
236
El corazón es mi tierra
Deslumbrante brilla en él,
La hermosura de Briviesca
Como espléndido joyel.
Relicario de arte,
Cuna de hidalguía,
De la fe baluarte.
¡Dulce Patria mía!
Inexhausta fuente
De virilidad,
Defensora ardiente
De la libertad.
TODOS
II
Ciudad vieja y ciudad nueva,
El celta nombre te dio,
Más después de tantos siglos
Juvenil es tu vigor.
Bautismo bello de gloria
Las piedras tienen en tí;
Tus alcores y llanuras
Consagraron héroes mil.
Briviesca adorada,
Hogar de heroísmo,
Tierra consagrada
Por el patriotismo;
Tu nombre decora
La gesta sin par,
De la Infanta Mora
De Ruy de Vivar.
Suene el himno de Briviesca, etc.
237
III
Son bellas tus arboledas
Refugio de amor y paz:
En ellas dejó Casilda
Su aroma de santidad.
Tu plaza vasta semeja
El más risueño jardín,
Cuando tus hijas la inundan
Con su encanto juvenil.
Mujer briviescana,
Rosa peregrina,
Virtud castellana
Belleza divina;
Buena como el trigo
De nuestro trigal;
Yo adoro y bendigo
Tu gracia inmortal.
TODOS
Y anhelantes encendamos
En la paz de nuestro cielo
La divina y blanca aurora
Del mañana burgalés.
Tierra sagrada donde yo nací,
Suelo bendito donde moriré;
Yo te prometo consagrarme a ti
Y dedicarte mis cariños
Mis cariños más fervientes,
Mis cariños y mi fe.
¡Salve tierra adorada
De mis mayores!
¡Salve tierra sagrada
De mis amores!
¡Salve! ¡salve! ¡salve!
FIN
ÍNDICE DE CAPÍTULOS
Página
A GUISA DE PRÓLOGO 3
CAPITULO I.—1. Escritores de cosas y asuntos burga-
leses.—2. Motes y peculiaridades de algunos pueblos
de la provincia 21
CAPITULO II.—1. Coplas referentes a Burgos y a otras
poblaciones de la provincia.—2. Prefacio de los vein-
tisiete pueblos 35
CAPITULO III.—1. Frases, dichos, refranes y algunas
palabras peculiares de la provincia 57
CAPITULO IV.—1. Cantares populares 73
CAPITULO V.—1. Bailes y canciones populares 99
CAPITULO VI.—1. Romances populares 127
CAPITULO VIL—1. Leyendas interesantes y costumbres
tradicionales.—2. La célebre canción de El Niño Per-
dido. -3. La vuelta de Egipto 153
CAPITULO VIII—1. Canciones y coplas religiosas 183
CAPITULO IX.—1. Las doce palabras dichas y tornea-
das.—2. Semblanzas de políticos burgaleses.—3. Los
diez mandamientos santos.—4. Los mandamientos de
España son diez.—5. Los mandamientos del pobre son
seis.—6. Los mandamientos del zapatero son cinco.—
7. La semana del zapatero.—8. Las doce horas.—
9. Reloj de durmientes.—10. Letanía déla solterona.—
11. Sacramentos cantados.—12. Bendición del moli-
nero.—13. Albada para cantar a los recién casados .. 197
CAPITULO X.—1. El Papamoscas— 2. Humorada anti-
gua.—3. Mentiras.—4. Marza.—5. Explicación de las
cartas de la baraja.—6. Lo mismo que allá en Tarda-
16
Páginas
... ....
, 1 , i , • .'
. .
' .
. . ,
b
I
índice de erratas
4 33 Isidoro Isidro
26 24 Paletos Paletos
60 28 Satirizar en cualquier . . . Satirizar cualquier
90 35 mene menea
92 29 te amas te llamas
112 y 113 Al citar una variante de la canción Las Hijas de Merino, se dis-
locó ésta, pues íntegra es así:
Mamá, si me dejas ir
Un momento a la Alameda
Con las hijas de Merino
Que tienen buena merienda.
Al tiempo de merendar
Se perdió la más pequeña;
Su padre la fué a buscar
Calle arriba, calle abajo,
Calle de Santo Tomás,
Y se la encontró en la acera
Hablando con un galán
Que estas palabras decía:
«Contigo me he de casar
Aunque me cueste la vida.»
Mi abuelo tiene un peral
Que cría las peras duras
Que tardan en madurar;
Y en la ramita más alta
Hay una tórtola herida
Que por el pico echa sangre
Y con las alas decía:
«¡Qué tontas son las mujeres
Que de los hombres se fían!»
132 23 a 27 Los versos de estas líneas debían guardar el mismo orden
que los anteriores.
137 2 Perola Pero la
143 21 esperaba expiraba
178 21 en el suelo es el suelo
217 6 Apártate, bella mora . . . . 11.-Apártate, bella mora
217 25 Puerta principal Puerta Principal
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