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Por todo ello, y en líneas generales, podemos concluir que el profesorado con el
que hemos contado en nuestro estudio, muestra una organización de aula y una disposición
de los elementos del curriculum que se ajustan a las necesidades educativas que presenta el
alumnado con TDAH, problemas de atención y/o conducta.
La realización de este trabajo aporta una literatura que propone una intervención
basada en una pedagogía y una práctica didáctica inclusiva con todos los escolares, en
general, y en particular, con aquellos que presentan TDA/TDAH, y un conocimiento que
permite reducir las barreras metodológicas que frenan su participación escolar y social, y
crear entornos escolares adaptados y flexibles, así como reducir la estigamatización de
estos escolares, y prevenir el fracaso escolar a favor de una plena participación social y
escolar, contribuyendo a la implantación de proyectos educativos inclusivos que acojan las
necesidades de los escolares con TDA/TD
ABSTRACT
ÍNDICE
1. Introducción .............................................................................................................. 15
2. Evolución del concepto de diversidad en el sistema educativo nacional ................. 16
3. El contexto educativo andaluz; diversidad e inclusión.............................................31
4. La Educación Inclusiva ............................................................................................ 37
4.1. De la integración escolar a la inclusión educativa.............................................38
4.2. Conceptualización y caracterización de la Educación Inclusiva ....................... 40
4.3. La respuesta escolar inclusiva a las NEE .......................................................... 48
4.4. Como hacer que las escuelas sean inclusivas. Atendiendo a las NEE .............. 55
4.4.1. Modelo curricular .................................................................................. 66
4.4.2. La organización escolar ........................................................................73
4.4.3. Un profesorado formado y comprometido con la inclusión.................. 81
4.4.4. La investigación-acción colaborativa; metodología al servicio de la
Inclusión escolar ............................................................................................. 94
4.4.4.1. Los centros educativos como Organizaciones que
aprenden ........................................................................................... 98
4.4.4.2. Las Comunidades Aprendizaje, una puesta por la
igualdad 105
4.5. Instrumentos para autoevaluación de los centros que aspiran a la práctica de la
inclusión educativa ...................................................................................................111
4.5.1. Guía metodológica de la educación inclusiva;
INDEX for INCLUSION .............................................................................. 111
4.5.2. Reflexión ética sobre la inclusión en la escuela; Guía REINE .........119
4.5.3. INCLUSIVE, entornos LEARNIG-FRIENDLY .............................. 125
4.5.4. “INCLUSIVA”. Modelo para evaluar la respuesta de la escuela a la
diversidad de necesidades educativas de los estudiantes. ............................. 128
1. Introducción.
2. Propósito de la investigación.
3. Objetivos de la investigación.
3.1. Valor teórico de la investigación.
1. INTRODUCCIÓN
A lo largo del tiempo se han desarrollado actuaciones desde las que atender a la
diversidad escolar, por ejemplo, con la integración escolar (Ley Orgánica General del
Sistema Educativo (LOGSE), Ley 1/1990, de 03 de octubre) se ha pretendido dar respuesta
a las necesidades educativas especiales, o con la educación compensatoria (Indicaciones
recogidas por la Consejería de Educación y Gobierno Andaluz, 2010-2011), atender a
aquellas derivadas de situaciones de desventaja social. Pero las diferencias como ya hemos
señalado, tienen un origen múltiple y todas están presentes en las aulas conformando un
todo que con sus peculiaridades no pueden ser atendidas de forma compartimentada y
separada. Solo a partir de una reflexión metódica y profunda de las mismas podremos
comprender y experimentar la diversidad en toda su compleja dimensión (Stainback y
Stainback, 1999). Así, desde esta reflexión, el movimiento de Educación Inclusiva, presenta
un nuevo modo de identificar y resolver los retos que nacen en los centros escolares cuando
afrontan la diversidad presente en las aulas, a la vez que una nueva reorganización y
desarrollo de los recursos dispuestos para el apoyo de todos los miembros de la comunidad
educativa (Booth y otros, 2000).
1
por el que abogamos en nuestro trabajo, y a partir del cual se desarrolla el mismo. Por tanto
apostamos por una escuela que respeta y tiene en cuenta las características de cada uno de
los escolares, con distintas capacidades, diferentes ritmos de aprendizaje, aptitudes,
intereses y comportamientos, reunidas en un aula ordinaria, y organiza una respuesta
escolar adecuada que potencia su participación escolar y social.
En las aulas ordinarias nos encontramos con escolares que presentan un Trastorno
por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH, en adelante), escolares que forman parte
de la diversidad de la que venimos hablando. Este alumnado necesita de un contacto más
estrecho con su profesorado, una respuesta escolar inclusiva, y sobre todo un conocimiento
depurado de sus dificultades para aprender y relacionarse con su entorno, ya que aunque
puedan tener muchos puntos en común con el resto de alumnado, debemos ser conscientes
de que presentan diferencias esenciales que les dan entidad propia (González Lajas, 2013).
Es un colectivo que hay que hacer visible, ya que sus manifestaciones en muchas ocasiones
se confunden con una mala educación, desinterés, desidia o propia voluntad del estudiante
por no aprender (Hernández, 2012). El aula exige muchas demandas al alumnado, tales
como una interacción positiva con sus compañeros, el respeto de las normas o que aprendan
lo que se está enseñando. El cumplimiento de éstas se hace especialmente difícil para el
alumnado con TDAH, debido a sus dificultades para inhibir la conducta (Barkley, 2002), o
como se viene afirmando debido a su dificultades de atención y/o desajuste conductual, que
pueden derivar en trastornos específicos de aprendizaje. Así, el logro académico, el
desempeño escolar, el comportamiento y las relaciones con los iguales y el autoconcepto se
ven afectados. Por ello el papel que juega el docente es esencial y decisivo al respecto del
éxito escolar del estudiante (Barkley, 1999) ya que es su responsabilidad el diseño,
planificación, desarrollo y la evaluación de un curriculum adaptado, diferenciado y
significativo que potencie un progreso académico, emocional y social de éxito (Cubero,
2007). Así, mediante la aplicación de procedimientos y estrategias adecuadas y ajustadas a
sus condiciones de aprendizaje y sensibles a sus necesidades particulares de conductas
inadecuadas, favoreceremos una participación educativa plena de cualquier escolar,
incluido aquel que presente TDAH y minimizaremos los riesgos de exclusión.
2
La Educación Inclusiva concibe el proceso de enseñanza-aprendizaje desde un
posicionamiento interaccionista. Es decir los resultados alcanzados no dependen en
exclusiva de las características del escolar sino que es determinante el diseño de su entorno
para darles respuesta. En la práctica escolar no es habitual que el docente se pregunte por
los efectos que en él tiene la enseñanza y la relación con los niños, lo cual implica no sólo
mirar desde él hacia el escolar, sino llevar la mirada sobre él mismo (Nicastro, 2006).
Si bien las dificultades del niño con TDAH se originan debido a factores internos, el
ambiente tiene un papel fundamental en la modulación del trastorno. Por tanto, el contexto
escolar es un escenario idóneo para llevar a cabo estrategias de intervención y potenciar la
autorregulación del niño con TDAH (Miranda, Soriano y otros, 2000).
El alumnado poco a poco aprende a preferir las condiciones que tienen relación con
sus éxitos, y a rechazar aquellas otras ante las que fracasan, todo ello unido a las propias
creencias sobre sí mismo genera un modo de comportarse habitualmente (Galve, 2009). Y
aquí radica la importancia de evaluar las condiciones intrínsecas y ambientales para
aprender y diseñar una respuesta adaptada a los mismos, reflexionando y analizando cada
uno de sus componentes (tareas, materiales, agrupamientos, evaluaciones…), porque con
ello también estaremos favoreciendo un desarrollo y participación óptimos de todos los
escolares, especialmente de aquellos que presentan dificultades de aprendizaje y/o de
desarrollo social y emocional, incluidos aquellos que presentan TDAH.
3
De este modo, el conocimiento de las barreras y las palancas que frenan o favorecen
el aprendizaje y el desarrollo emocional y social del alumnado con TDAH, y la disposición
óptima de los recursos humanos y materiales del contexto de desarrollo son determinantes
para conseguir su máxima participación. Así, se podrá valorar si desde su entorno escolar se
le está proporcionando las actividades escolares y actividades de aprendizaje que le ayuden
a afrontarlo de manera satisfactoria:
4
Para la población con Déficit de Atención, una o un educador
informado, sensible, responsable con su papel social y comprometido con el
desarrollo humano, función esencial de la educación, es sinónimo de éxito
académico, pero más aún, es sinónimo de éxito personal…. Si en el centro
educativo se tiene claridad sobre la importancia de la educación inclusiva y
el personal docente busca las estrategias para hacerlo una realidad, los niños,
niñas y adolescentes con déficit de atención podrán, al igual que el resto de
sus coetáneos, vivir la educación como un verdadero proceso de desarrollo
humano (Cubero, 2007, 1).
5
Analizando las escasas investigaciones llevadas a cabo en atención a una
intervención psicoeducativa en las aulas en las que hay escolares con TDAH (Piedrahita y
otros, 2011; Martínez Suárez, 2010; Presentación y otros, 2009, 2010; Siegenthaler, 2009;
Arco, Fernández e Hinojo, 2004; Fernández, Hinojo y Aznar, 2003; Miranda y otros, 2002,
Miranda y otros, 2000) seguimos apreciando que, es la intervención cognitivo-conductual
la que se usa para mejorar el rendimiento del alumno en el aula, o mejor dicho, la que se
usa para corregir sus conductas, que por su carácter disruptivo suponen el foco que centra la
atención de la intervención. Se implica a las familias y al profesorado, fundamentalmente
entrenándolos en técnicas de modificación de conducta o aplicando programas de
entrenamiento en habilidades específicas en las que presentan dificultad, así como
formándolos en el diagnóstico y sintomatología del trastorno.
6
adaptaciones curriculares no significativas en los distintos aspectos del currículo, para así
compensar las dificultades de este colectivo: cambios en la temporalización de los
objetivos, modificaciones metodológicas y en la evaluación…, así como en la organización
del aula y el uso de estrategitas didácticas específicas (realizar explicaciones fraccionadas,
colocarlo lejos de fuentes de distracción, etc.). Además, proponen favorecer las relaciones
entre los compañeros y el profesorado, con el fin de aumentar su nivel de adaptación al
medio escolar.
7
inclusivas van a producir mejoras en la participación escolar y social de este alumnado,
dados los bajos resultados académicos y su pobre adaptación social, a pesar de las medidas
ya adoptadas por nuestro sistema educativo, evitando la exclusión escolar y social.
2. PROPÓSITO DE LA INVESTIGACIÓN
Para ello, en primer lugar, indagamos sobre la existencia de una cultura inclusiva en
los docentes, apoyada en el estudio de sus creencias, al respecto del alumnado con
necesidades educativas especiales que favorezca el diseño y la ejecución de una respuesta
escolar en las aulas ordinarias adaptada a las necesidades educativas específicas de los
escolares con TDAH.
Así, tal y como recogen López y otros (2009), el perfil docente que predomina en
las aulas es segregador, es decir, un profesorado que se mantiene en las teorías estáticas y
de resistencia al cambio ante las dificultades de aprendizaje, aboga por los aprendizajes
homogéneos en las aulas, y la atención especializada en aulas ajenas a la ordinaria. Para
combatir esta barrera, la metodología cooperativa dentro del aula, en el centro o entre
8
centros es la estrategia que va a favorecer el cambio de mentalidad, la implicación y la
creencia en la inclusión (Macarulla y Sáiz, 2009).
En segundo lugar, el presente trabajo busca identificar las condiciones que a nivel
de centro, favorecen o dificultan el desarrollo de una práctica docente inclusiva en las aulas.
9
estrategias de enseñanza que procure un desarrollo curricular ajustado y adaptado a cada
uno de los estudiantes. También, se hace necesaria la consideración bidireccional de los
procesos de enseñanza-aprendizaje, ya no es solo el alumno quien aprende sino que
también lo hace el docente e igual con los procesos de enseñanza, y la trasformación de la
concepción de la evaluación, pasando a entenderla como formativa y formadora y no solo
sumativa, calificadora y etiquetadora (González, 2013a). Todas estas son condiciones que
han de cumplirse para crear espacios educativos inclusivos que se jacten de procurar la
máxima participación de cualquier escolar.
Con respecto a las condiciones organizativas, durante muchos años y aún hoy, la
tendencia en la organización de las aulas escolares es la de homogeneizar los
10
procedimientos (Fernández Batanero, 2005-2006): el alumnado se agrupa en función de su
edad, la distribución de los tiempos para la realización de las tareas es rígida, los criterios
de evaluación son homogéneos, no existe la cooperación entre el profesorado y resto de la
comunidad educativa… Todo ello sigue favoreciendo que se de una respuesta poco
adecuada a cualquier escolar, entre ellos al alumnado con TDAH, pues sus características
no se están teniendo en cuenta pero tampoco las que se derivan de las que modulan el
contexto.
Como dice González (2013a), actualmente afrontar una clase heterogénea puede
plantear muchas dudas o dificultades en la acción docente, ya que exige tener que ajustar y
transformar minuciosamente toda la metodología didáctica siguiendo los principios de
inclusión, diversificación y “equidad imparcial”, lo que supone una transformación esencial
y extraordinariamente positiva de la acción docente en todos los procesos de enseñanza-
aprendizaje del alumnado TDAH, especialmente si tenemos en cuenta a todos aquellos
docentes que afirman estar “sobrecargados de trabajo” y que no saben realmente como
organizarse de forma eficaz y con éxito ante la diversidad y la inclusión. A tenor de estas
dificultades de organzaición, la aplicación de estrategias inclusivas pueden ayudar a los
docentes para que las superen: formación de grupos interactivos y heterogéneos entre el
alumnado (Fernández Batanero, 2005-2006), fomento de las estrategias organizativas
propias del aprendizaje cooperativo tanto entre escolares (tutorías entre iguales, aprendizaje
por proyectos o talleres de aprendizaje) como entre docentes (Pujolás, 2003, Echeita, 2006)
desarrollando redes de apoyo naturales en el aula (coenseñanza) o la planificación de
tiempos flexibles (Masalles y Rigol, 2000), entre otras. Estrategias que suponen la
adaptación tanto de las tareas y actividades, como de las exigencias, criterios y formatos de
la evaluación a los diferentes niveles de aprendizaje, competencias curriculares o edades.
11
la aplicación de estrategias didácticas en el aula ordinaria que adapten el curriculum y la
organización del entorno escolar a sus necesidades educativas.
3. OBJETIVOS DE LA INVESTIGACIÓN
1. Conocer si existe una cultura inclusiva, atendiendo a las creencias del profesorado
respecto a la atención a la diversidad en las aulas ordinarias.
2. Identificar las condiciones en las que el docente desarrolla su práctica, con el
fin de conocer las barreras que limitan o las palancas que impulsan el desarrollo de
una práctica educativa inclusiva del profesorado de Educación Primaria, respecto
del alumnado con TDAH.
3. Describir el entorno curricular y organizativo que el profesorado habilita para
gestionar las aulas en las que desarrollan su práctica, respecto a:
a. Organización del contexto del aula: espacio físico, recursos humanos
(alumnado y profesorado) y materiales.
b. Planificación, desarrollo y evaluación del proceso de enseñanza y
aprendizaje.
c. Manejo de la conducta y de las emociones.
4. Comprobar si las condiciones organizativas y curriculares que se dan en las aulas
ordinarias de la Etapa de Educación Primaria favorecen la inclusión y la plena
participación del alumnado con TDAH, comparándolas con las propuestas
metodológicas realizadas en la literatura analizada.
12
5. Conocer si las características socio-demográficas determinan las condiciones
organizativas y curriculares con las que se responde a la diversidad en las aulas de
primaria.
13
- Procurar un conocimiento del trastorno actualizado y ajustado a sus manifestaciones
en el contexto escolar, y con ello reducir la estigmatización y marginación de este
alumnado.
- Mejorar el desarrollo personal y social, previniendo así el fracaso escolar de la
población de Primaria con trastorno por déficit de atención con o sin hiperactividad.
- Contribuir a la implantación de proyectos inclusivos en los centros escolares, que
acogen las necesidades específicas de apoyo de los alumnos/as con TDA/TDAH.
14
CAPITULO II.
LA IRRUPCIÓN DE LA DIVERSIDAD EN LAS
AULAS. UNA HISTORIA DE EXCLUSIÓN QUE
EVOLUCIONA HACIA LAEXCLUSIÓN
ESCOLAR Y SOCIAL
CONTENIDOS
1. Introducción.
2. Evolución del concepto de diversidad en el sistema educativo nacional.
3. El contexto educativo andaluz: diversidad e inclusión.
4. La Educación Inclusiva.
4.1. De la integración escolar a la inclusión educativa.
4.2. Conceptualización y caracterización de la Educación Inclusiva.
4.3. La respuesta escolar inclusiva a las NEE.
4.4. Cómo hacer que las escuelas sean inclusivas, atendiendo a las NEE.
4.4.1. Modelo curricular.
4.4.2. Organización escolar.
4.4.3. Un profesorado formado y comprometido con la inclusión.
4.4.4. La investigación-acción colaborativa: metodología al servicio de la Inclusión
Escolar.
4.4.4.1. Los centros educativos como Organizaciones que aprenden.
4.4.4.2. Las Comunidades de Aprendizaje, una apuesta por la igualdad
educativa.
4.5.Instrumentos para la autoevaluación de los centros que aspiran a la práctica de la
inclusión educativa.
4.5.1. Guía metodológica de la Educación Inclusiva: INDEX for INCLUSION
4.5.2. Reflexión ética sobre la inclusión en la escuela: Guía REINE
4.5.3. INCLUSIVE, entornos LEARNING-FRIENDLY
4.5.4. “INCLUSIVA”, Modelo para evaluar la respuesta de la escuela a la
diversidad de necesidades educativas de los estudiantes.
1. INTRODUCCIÓN
15
inclusiva, para abordar las diferencias en las aulas ordinarias. En el desarrollo del mismo,
presentamos nuevas fórmulas de trabajo docente basadas en una cultura colaborativa, en un
compromiso de la comunidad escolar con el derecho de todos los estudiantes a recibir una
educación efectiva, y con una acción que se origina en la reflexión y la creatividad para
solucionar los problemas y necesidades cambiantes del contexto escolar. Por otra parte,
aspectos como el liderazgo y la organización de centro y de aula, se plantean como
palancas que promueven el cambio necesario para conseguir sistemas educativos
inclusivos.
La población objeto de nuestro proyecto, son los niños y niñas con trastorno por
déficit de atención y/o hiperactividad, presentes en las aulas ordinarias de la Educación
Primaria, aunque sin dejar de incluir a todos aquellos estudiantes que planteen problemas
atencionales y/o de comportamiento que deriven en dificultades en su desarrollo escolar.
Este alumnado tiene derecho a recibir una educación de calidad, que partiendo de sus
potencialidades y de las características contextuales, se dote de las adaptaciones
organizativas y curriculares necesarias acordes a sus características personales para
conseguir los mayores niveles de aprendizaje y de conocimiento, con el fin de minimizar el
riesgo de exclusión escolar y social. Por ello comenzamos nuestro trabajo planteando una
educación apostada en los planteamientos inclusivos, desde los que queremos desarrollarlo
y realizar las aportaciones científicas que avalen su efectividad.
16
Previo a los años 80.- A principios del siglo XX, psicólogos como Binet o Terman crean
las primeras escalas métricas que justifican la segregación escolar. Con ellas se detectarán y
valorarán las “diferencias innatas (C.I.)” en los niños y niñas, estando en función de las
mismas su adaptación al currículo o no.
Década de los 80.- Se inicia el debate sobre la Integración Escolar en España cuando
profesionales relevantes de la Educación Especial cuestionan la ética y la eficacia de las
leyes del momento (Ley 4/1970, de 4 de agosto, General de Educación y Ley orgánica
8/1985, de 3 julio, reguladora del derecho a la educación (LODE)), poniendo el acento en la
17
práctica de la integración, apoyándose en investigaciones de diferentes autores (Gartner y
Lipsky, 1987 y Stainback y Stainback, 1988).
Al hablar de Integración Escolar en los años 80, nos referimos a una estrategia
educativa, pocas veces puesta en práctica, que potencia el desarrollo y el proceso de
aprendizaje del alumnado con discapacidad en “aulas de integración” en “centros escolares
ordinarios de integración”, a partir de intervenciones individualizadas.
1
NEE: A partir de aquí se hará uso de estas siglas para referirnos a las Necesidades Educativas
Especiales
18
descentralización educativa. Se inicia el denominado proceso de Integración Escolar en
España.
1990.- Ley Orgánica 1/1990, de 3 de octubre, General del Sietma Educativo (LOGSE). Esta
ley, legitima la extinción de la Educación Especial como sistema educativo independiente y
establece la fusión de Educación Especial y Educación General en un sistema educativo
19
único que adopta un currículum común. Además, regula la transformación de todas las
etapas y niveles del sistema educativo español ampliando la escolaridad obligatoria hasta
los 16 años, apostando por un modelo educativo comprehensivo en el que la Integración
Escolar se considera como un proyecto intrínseco al sistema educativo en las etapas de
educación obligatoria.
La LOGSE viene acompañada por una fuerte base teórica, que se aleja de la
enseñanza transmisiva y las prácticas academicistas, y apuesta por conceptos tales como el
constructivismo, el aprendizaje autónomo y el uso de medios y métodos interactivos, donde
20
el escolar pasa a ser un sujeto activo y protagonista del proceso de enseñanza-aprendizaje
para abandonar la pasividad en la que se hallaba inmerso, a la vez que se reduce la ratio en
las aulas.
21
El aumento de la diversidad en las aulas como consecuencia del movimiento de
integración escolar y la reforma educativa, no hizo más que hacer visibles las lagunas y los
déficits que nuestro sistema educativo tenía para dar respuesta a la diversidad (Jiménez y
Vilá, 1999):
Hacia la mitad de la década de los 90 surgían voces críticas con los avances que se
habían conseguido en el ámbito de la atención a la diversidad. La LOGSE (1990) había
supuesto un enorme esfuerzo para los centros y para el profesorado, que había producido un
cansancio y desgana a la hora de afrontar nuevas prácticas que afianzaran una integración
escolar sin carencias ni exclusiones, acuciado por el escaso aporte de recursos materiales,
humanos y económicos que la Administración ofrecía a los mismos para llevar a la práctica
la nueva Ley.
22
Con esta perspectiva, la Declaración de Salamanca nace como un referente para la
Inclusión educativa en España, y como advierte Parrilla (2004, 58):
Sin embargo, esta “Carta Magna” propuesta como motor de cambio, finalmente
quedará como una declaración de intenciones relegada al ámbito literario académico,
debido fundamentalmente a los cambios sociales y políticos que acontece en la segunda
mitad de la década de los 90. La práctica educativa poco tendrá que ver poco con las
orientaciones que marcaba esta declaración, pues el perfil político marca nuevos objetivos y
planteamientos que se ven reflejados en una nueva Ley de educación, se despide la LOGSE
y llega así la Ley de Calidad en el año 2000.
23
abre y abarca no solo a los niños que presentan alguna discapacidad como tal sino a todos
aquellos que en algún momento de su escolarización experimentan dificultades en su
aprendizaje.
El principio rector del Marco de Acción sobre NEE con proyección internacional
que nace de esta Conferencia, es el reconocimiento de que “todas las escuelas deben acoger
a todos los niños, independientemente de sus condiciones físicas, intelectuales, sociales,
emocionales y lingüísticas u otras” (UNESCO y MEC, 1994), lo cual plantea toda una serie
de retos para los sistemas escolares. Todos los niños deben aprender juntos siempre que sea
posible, con independencia de sus dificultades y diferencias. La escolarización de niños en
escuelas especiales debiera ser una excepción.
24
condiciones de aula y de centro condicionan la evolución de éste y no solo sus
características propias.
Década 2000-2010.-
25
2006.- LOE (Ley Orgánica de Educación, 2/2006, de 3 de mayo). Este es el marco
legislativo que precede al actual, y que plantea el impulso de una educación basada en la
igualdad de oportunidades:
2
NEAE:A partir de aquí se hará uso de estas siglas para referirnos a las Necesidades Educativas de
Apoyo Específico
26
En esta Ley es relevante la función Social que se destaca de la educación y los
principios de equidad, inclusión, cohesión social y el ejercicio de una ciudadanía
democrática.
En la primera década del siglo XXI, hay una evolución conceptual significativa que
se plantea desde el principio de igualdad de oportunidades, asumiendo la relación directa
entre la calidad de la enseñanza y la respuesta ante la diversidad.
2013.-
Esta Ley quiere presentar un conjunto de medidas que mejoren las condiciones para
que todo el alumnado pueda adquirir y expresar sus talentos, y alcanzar su pleno desarrollo
personal y profesional, como soporte de la igualdad de oportunidades, afirmando que la
naturaleza del talento difiere de un estudiante a otro, por lo que la misión del Sistema
Educativo es reconocer dichos talentos y potenciarlos.
27
diversidad “manteniendo la cohesión y unidad del sistema, así como la cooperación entre
centros, abriendo nuevas posibilidades de creación de redes de apoyo y aprendizaje
compartido” (LOMCE, versión 2, 03/12/2012, 6), postulados acordes con una cultura
inclusiva.
Así en el punto 57.2, que modifica el artículo 71.2 de la LOE, recoge lo siguiente:
28
con problemas de rendimiento contarán con programas específicos de apoyo que mejoren
sus posibilidades de continuar en el sistema.
Pero se echan en falta medidas que atiendan a la diversidad desde una educación
inclusiva, que apueste por la atención a las diferencias desde el aula ordinaria y mediante
una apuesta metodológica y organizativa holística, que preste los apoyos necesarios desde
la misma. Sin embargo, evaluaciones finales, medición de resultados y competitividad entre
alumnado y centros es un tema principal en esta Ley, aún congratulándose en el apartado V
de la siguiente manera: “…Debemos pues considerar como un logro de las últimas décadas
la universalización de la educación, así como la educación inclusiva” (LOMCE, versión 2,
03/12/2012, 4).
Como puede apreciarse en sus bases ideológicas aparecen los conceptos trasversales
de nuestro trabajo: inclusión educativa y accesibilidad universal de la educación, traducidos
en principios muy centralizados en las evaluaciones externas que orienten la flexibilización
de las trayectorias curriculares. Para conseguir la equidad social, ¿son estas evaluaciones
los instrumentos que van a hacer que la consigamos? ¿encajan en la filosofía inclusiva?...
29
2. Mejorar los resultados educativos de acuerdo con criterios internacionales.
3. Mejorar la empleabilidad, y estimular el espíritu emprendedor de los estudiantes.
Para conseguir estos objetivos, la reforma pivota en torno a los siguientes principios
fundamentalmente:
30
También hemos de destacar que esta Ley considera por primera vez de forma
independiente el Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad, elevando su
reconocimiento a nivel estatal, y por tanto, permitiendo que se articulen medidas
específicas para evitar su fracaso escolar con independencia de la Comunidad Educativa en
la que los estudiantes diagnosticados con este trastorno se escolaricen.
31
Por tanto, aunque se ha actuado desde los años 80, en pos del movimiento
Integrador (sistema educativo comprehensivo, multiculturalidad, coeducación…), tenemos
pendiente nuestra incorporación a las filas de la Inclusión Educativa.
32
alumnado por los centros docentes sostenidos con fondos públicos, en
condiciones que faciliten su adecuada atención educativa y su inclusión
social…..
Hechos estos breves apuntes podemos afirmar, que a pesar de la publicación del
término inclusión en esta Ley, estamos lejos aún de acercarnos desde nuestro ámbito
legislativo a los planteamientos que el movimiento de escuelas inclusivas implica: atender
las necesidades y características de todo el alumnado desde un planteamiento curricular que
tenga la suficiente flexibilidad para adaptarse a la diversidad que se recoge en las aulas,
incluyendo un dinamismo organizativo y de gestión de centro y aula, contemplado en su
modelo de funcionamiento. No se trata de habilitar programas específicos de intervención,
sino tener previstas las modificaciones oportunas a nivel curricular, de organización y de
gestión que doten al personal que trabaja con el alumnado en las aulas ordinarias de los
33
recursos didácticos, metodológicos y materiales, necesarios para dar respuesta a una
diversidad intrínseca al grupo que conforma un aula escolar.
34
En el Capítulo I, art. 2, pto 7, se identifican las NEAE con aquel alumnado que
presenta NEE, con los que se incorporen de manera tardía al sistema educativo, con los que
necesiten de acciones de compensación educativa y con aquellos que presenten altas
capacidades intelectuales. Por tanto, por un lado precisan diversidad en relación a las
características de cada alumno y alumna escolarizado, que puede requerir en un momento
puntual o variable de adaptaciones que faciliten sus aprendizajes, y por otro, siguen
asociando, como ya se hiciere en la Ley de Educación de Andalucía (2007), a la cual se
remiten, el término diversidad con determinados colectivos específicos.
a. Programas de Refuerzo:
- De áreas o materias instrumentales básicas.
- Para la recuperación de aprendizajes no adquiridos.
- Planes específicos personalizados para el alumnado que no promocione de
curso.
- Compromisos educativos con las familias.
b. Programas de adaptación curricular:
- Adaptaciones curriculares no significativas.
- Adaptaciones curriculares significativas.
35
- Adaptaciones curriculares para el alumnado con altas capacidades
intelectuales.
c. Programas de Diversificación Curricular en ESO.
36
Coordinación para la detección e intervención educativa con el alumnado con
problemas o trastornos de conducta y con Trastorno por Déficit de Atención con o sin
Hiperactividad.
4. LA EDUCACIÓN INCLUSIVA
37
presente y sus manifestaciones, actualmente reconocido a nivel estatal por la LOMCE (Ley
Orgánica para la Mejora educativa, 2013) . Continuamos con la concepción de Escuela
Inclusiva, para entender los retos con los que se encuentra nuestro sistema educativo para
alcanzar sus postulados, y las condiciones que debe cumplir para atender de forma inclusiva
las NEE, desde el centro, el aula y los profesionales que trabajan en el contexto escolar.
38
Tabla 1.
39
4.2. Conceptualización y caracterización de la Educación Inclusiva
De todas las acepciones del término inclusión, que recoge el “Diccionario Aurélio”,
nos decantamos por la que se identifica en la siguiente frase “Pertenecer conjuntamente con
otros”. En esta definición, en ningún momento se presupone que el ser incluido requiere ser
igual o semejante a los demás a quienes se agregan (Rubio, 2009). Esto describe a la
sociedad en la que convivimos, contribuyendo y construyendo juntos un mundo de
oportunidades reales para todos/as.
La Educación Inclusiva, implica que todos los niños y niñas que pertenecen a una
determinada comunidad aprenden juntos con independencia de sus condiciones personales,
sociales o culturales, incluyendo a los que presentan discapacidad (Stainback, Stainback y
Jackson, 1999). Se pretende una escuela que haga efectivo el derecho a la educación, la
igualdad de oportunidades y la participación, sin requerir mecanismos de entrada, selección
o discriminación de ningún tipo, si el ofrecimiento a cada uno de lo que necesita para el
desarrollo de sus potencialidades.
40
verdaderos apoyos generalizados… En definitiva apostar por una escuela democrática que
realmente dispone a su alumnado para participar en las oportunidades que le brinda la vida
en igualdad de condiciones. Una educación para todos y para todas, podría ser el slogan de
esta innovadora propuesta que quiere aumentar la calidad de nuestro sistema educativo,
desde ideologías y prácticas diferentes en las escuelas, en particular, y en la sociedad en
general.
La atención a la diversidad debe ser tomada como elemento esencial para asegurar
el éxito del aprendizaje de todos los alumnos y alumnas, bajo una nueva conceptualización
de las dificultades educativas, partiendo de la creencia de que los cambios metodológicos y
organizativos, acompañados de una cultura colaborativa y un determinado liderazgo son el
medio para alcanzar dicho éxito por el conjunto de alumnos/as.
41
discapacidades y sin ellas, con dificultades de aprendizaje y sin ellas, alumnado de
diferentes culturas, niveles socio-económicos, religiones….
b) Apuesta por la igualdad de oportunidades.
c) No pone requisitos ni mecanismos de entrada, selección o discriminación de ningún
tipo.
d) Se caracteriza por la convivencia en igualdad y diversidad.
e) Ofrece a cada uno/a lo que necesita para el desarrollo de sus potencialidades.
Lo cual podríamos completar con las aportaciones que hace Wehmeyer (2009),
cuando habla de las prácticas de tercera generación para hacer referencia a las prácticas
inclusivas, incidiendo en:
Así pues, creemos en la inclusión escolar, aunque hoy en día sea considerado como
una utopía, pero como advierte Fernández Batanero, (2005-2006, 143),” ¿Acaso no fue una
utopía la que sirvió para abolir la esclavitud?”, porqué no creer en la efectividad del
derecho a la educación y a la igualdad de oportunidades. Dejemos atrás la pedagogía de la
exclusión, en la que los alumnos y alumnas mal educados que no saben comportarse o
aquellos con dificultades para aprender deben ser segregados de las aulas ordinarias, y
apostemos por la resolución de conflictos, por los maestros comprometidos y motivadores,
las clases multiedad, los grupos cooperativos, el auténtico apoyo curricular… (Fernández
Batanero, 2005-2006), entre otras innovaciones pedagógicas para conseguir nuestros
propósitos.
42
interacción en un contexto determinado, lo cual hace que la identificación de las barreras se
refiera a las propias y a las contextuales, para así poder articular los medios y recursos que
puedan ayudar al alumnado e implicarlo en su mejoría académica y social.
43
Una escuela inclusiva es un lugar donde cada uno siente que
pertenece, es aceptado, apoya y es apoyado por sus compañeros y otros
miembros de la comunidad educativa, en el proceso que sigue con el fin de
tener atendidas todas sus necesidades educativas.
En la misma línea, Patterson, 1995 (citado en León, 1999, 53) señala que: “La
inclusión es una forma de vida, o forma de vivir juntos, basada en la creencia de que cada
individuo es valorado y aceptado”, a lo que precedió Ainscow (2001b, 44) advirtiendo que
la Escuela Inclusiva “es la que educa a todos los estudiantes en la escuela ordinaria”.
Partiendo de esta concepción que erige una nueva forma de acoger al alumnado en
la escuela, avanzamos en el entendimiento del movimiento inclusivo con Stainback y
Stainback, 1992 (citado en León, 1999). Éstos consideran que la Educación Inclusiva
supone una evolución del concepto de Integración, en el que se asume que:
44
prácticas excluyentes, como es el caso de Barton, 1998 (citado en Sandoval, López, M.L.,
Miquel y otros (2002, 230):
por tanto aparece en escena otro factor importante, la necesidad de no aparatar del
contexto geográfico y social al escolar.
45
respuestas que se dan ante las diferencias de raza, clase social, etnicidad, religión, género y
habilidad. Esta concepción más amplia se fundamenta en un planteamiento democrático
que reconoce el derecho básico a la educación de todo ser humano y en una sociedad más
justa (Ainscow, 2005).
Aprendizaje.- El centro escolar debe articular los medios que salven las barreras que
suponen un impedimento para que los aprendizajes que han de darse en cada una de las
áreas que conforman el currículum educativo de cada etapa, se realicen con éxito por parte
del alumnado que presenta necesidades específicas de apoyo educativas asociadas a
condiciones personales de discapacidad. Por tanto las enseñanzas y los aprendizajes han de
diseñarse para que sean alcanzables por todo el alumnado.
En España, Echeita, Verdugo, Sandoval et al, 2009, 159, dan una definición basada en las
variables a las que hacen referencia Ainscow, Booth y Dyson, (2006):
46
escolar, al interactuar negativamente con las condiciones personales o
sociales de los alumnos en determinados momentos, pudieran limitar en
cada centro, precisamente, su presencia, aprendizaje o participación. Todo
ello implica un proceso…. que se extiende en el tiempo y que se centra en
las tareas de planificar, implementar y sostener procesos de innovación y
mejora escolar. Este proceso debe dirigirse a la reestructuración de las
políticas y las prácticas escolares existentes, de forma que
progresivamente respondan con más equidad a la diversidad del alumnado
en sus respectivas localidades….
47
Figura 1. Niveles, ámbitos y grupos objeto de exclusión o inclusión
48
deseada: una escuela para todos. Para estar del lado de la lucha contra la exclusión social y
educativa, han de desarrollarse prácticas en la sociedad y en la escuela, acordes con una
cultura colaborativa y reflexiva que aprenda de sus propias prácticas basadas en un
contexto cultural, económico y social determinado.
49
En general, los resultados de las investigaciones, han identificado las dificultades y
necesidades que nuestro sistema educativo tiene para adoptar los fundamentos teóricos y su
posterior reflejo en la práctica educativa de la Escuela Inclusiva (Parrilla, 2007):
50
Lo cual quiere decir que las naciones han de asegurar el derecho a la educación, sea
cual sea el origen socio-económico y las condiciones personales del alumnado, lo que
implica un sistema de valores, creencias y actitudes que disponen a toda una sociedad a
luchar contra las exclusiones social y escolar. Por otra parte, han de abandonar los
planteamientos educativos selectivos que dividen al alumnado por sus características de
género, cultura o capacidad, entre otras; la exclusión se combate desde la propia estructura
y organización del sistema educativo, un único sistema educativo para todos, es la meta.
Medidas organizativas generales para atender a las diferencias desde países en las que se
reconoce la inclusión escolar en la Educación, tales como aulas de apoyo, diversificación
curricular, pruebas de selectividad…. no son más que muestras de un reconocimiento
formal de la diversidad en las aulas, pero no en la práctica, lo cual indica que ha de
realizarse un esfuerzo por trasladar a la realidad lo que en la literatura se recoge.
51
b) Valoración general muy insatisfactoria respecto a las variables de aprendizaje y
participación, ya que existen barreras provenientes de la propia Administración, en
forma de recursos o provisión de ayudas complementarias para el alumnado, entre otras,
y de las culturas en las que se escolarizan los alumnos/as con NEAE asociadas a una
discapacidad.
c) El proceso de inclusión educativo está repleto de sombras, sobre todo en la etapa de
educación secundaria obligatoria y postobligatoria. Los propios valores al uso, el
contexto de cada centro escolar, las insuficientes tecnologías psicopedagógicas, entre
otros factores se unen a los anteriormente mencionados y hacen que los encuestados
lleguen a realizar estas valoraciones.
d) Existe un panorama contradictorio, respecto a la inclusión educativa en España.
Muchas familias con hijos e hijas con discapacidad en edad escolar se ven en la
profunda tesitura de decidir entre, una escolarización inclusiva como derecho ineludible
y práctica deseable, y sufrir las consecuencias de un proceso complejo y dinámico que
no alcanza a eliminar las barreras que hacen que no se alcancen los objetivos deseables
de cualquier proceso educativo inclusivo: aprendizajes alcanzables para todo el
alumnado en un contexto democrático que valora la diversidad y vela por el estado del
bienestar de cada uno de sus participantes.
52
También hemos de hacer referencia a un estudio realizado por las autoras Lledó y
Arnáiz (2010), acerca de la evaluación de las prácticas educativas del profesorado de los
centros escolares (indicadores de mejora desde la educación inclusiva). Para ello usan un
cuestionario de elaboración propia de 30 ítems, en los que estudian la relación entre las
prácticas inclusivas y la formación del profesorado del aula ordinaria y el aula especifica
en el ámbito de la atención a la diversidad (el estudio se realiza en atención a escolares con
NEE), así como el uso de estrategias educativas y organizativas por parte del profesorado
tutor y especialista. En su estudio constatan que queda mucho recorrido en la consecución
de una educación inclusiva, a la que vez que alertan sobre la necesidad de una actuación
que parta de los planes de formación docente y como consecuencia de las prácticas
educativas del profesorado de los centros en los que se imparta la enseñanza obligatoria. La
adaptación curricular es la estrategia básica por excelencia que se aplica para individualizar
el aprendizaje de este alumnado. Con lo cual se debe avanzar en la aplicación de estrategias
didácticas como medio para la innovación y la unión entre los procesos de enseñanza y de
aprendizaje.
53
- El profesorado especialista tiene un mayor conocimiento de la diversidad y una
mayor aceptación de la filosofía inclusiva.
- La necesidad de ambos profesionales de renovar, mejorar y adaptar las estrategias
de enseñanza y aprendizaje ante la diversidad del alumnado, además de organizar en
aula en grupos heterogéneos para beneficio del alumnado con NEE.
- Se cree que a través de la inclusión se podría favorecer la comprensión y aceptación
de las diferencias individuales.
- La necesidad de crear unas condiciones físicas y de aprendizaje, acordes con las
necesidades educativas de los escolares, que propicien su atención educativa así como
su integración en las aulas ordinarias.
54
en las que deben escolarizarse los alumnos/as con discapacidades para alcanzar los
estándares generales del currículo diseñado para todos y todas. Si bien es cierto, que si
queremos que los estudiantes con discapacidad accedan a un currículum general,
deberemos procurarlo en un contexto general, incluyendo una enseñanza de alta calidad y
modificaciones en el currículo.
Nos servimos de estas investigaciones como punto de apoyo para avalar el pilar
ideológico de nuestro trabajo: la diversidad de alumnado tratada en las aulas ordinarias
hace que los presentes en las mismas se enriquezcan y avancen en su desarrollo académico
y personal sin perjuicio de sus capacidades, competencias y habilidades, valiéndose los
unos a los otros para progresar dentro de una escuela sin exclusiones. Así, los centros, los
docentes, las familias… han de desarrollarse en un nuevo espacio profesional, didáctico,
curricular, organizativo e institucional que asume la respuesta a la diversidad desde
perspectivas igualitarias vinculadas a una pedagogía y práctica educativa comprensiva y
diversa, y no desde medidas específicas y prefabricadas. Y es en éste escenario en el que la
Educación Inclusiva se sirve de instrumentos tales como “el Diseño Universal del
aprendizaje” (DUA3) para favorecer la práctica de una educación que reduzca los riesgos de
exclusión por razones de discapacidad, género o cultura entre otras, y promueva la plena
participación escolar y social de cualquiera de sus estudiantes con independencia de sus
características, desde una acción didáctica accesible a todos y todas (CRUE, 2014).
Aunque terminaremos diciendo que hay que seguir investigando para acortar
distancias entre la dicotomía: inclusión si o no, todo o nada, y declarar con fundamento las
bondades de la Inclusión educativa para el alumnado con o sin discapacidad, siguiendo las
recomendaciones de otros investigadores.
4.4. Cómo hacer que las escuelas sean inclusivas, atendiendo las NEE
Para que una escuela sea inclusiva debemos partir del convencimiento y de la
adquisición del compromiso de que ésta sea un espacio democrático que promociona la
3
DUA: A partir de aquí se hará uso de estas siglas para referirnos al movimiento del “Diseño
Universal del Aprendizaje”.
55
igualdad de oportunidades entre sus escolares poniendo en valor las diferencias, a partir de
la identificación de barreras para la participación, socialización y aprendizaje de cada uno
de los alumnos y alumnas que se incardinan en un determinado contexto escolar, y la
posterior implicación en un trabajo sistemático y reflexivo para concretar y practicar las
propuestas que lleven al cambio:
56
1º. Se debe producir un cambio de mentalidad y actitud, en la sociedad en general y en la
comunidad educativa en particular (padres y madres, alumnado, equipos directivos y
docentes). Hemos de hacer evolucionar la Integración puesta en práctica en nuestro
contexto social y escolar.
La responsabilidad del alumno y alumna con NEE, es de todo el claustro del Centro
escolar, en primera instancia, así como de los tutores y tutoras, y docentes.
Hablar de inclusión escolar implica saber el modelo de educación por el que apostamos,
y por tanto, tipo de sociedad que queremos construir. Se necesita un marco legislativo y
político claro, en el que la inclusión escolar se identifique como objetivo del sistema
educativo general, además de habilitar los medios y recursos necesarios para que la
viabilidad para la consecución de este objetivo sea real. (Macarulla y Margarida, 2009).
2º. Los planteamientos ideológicos que la escuela tiene para atender la diversidad de sus
aulas ordinarias deben impregnar el Proyecto de Centro (León, 1999). Pluralidad,
tolerancia, solidaridad… son valores que han de ser el germen de los medios materiales y
humanos que se articulen, de los planteamientos curriculares, de la metodología didáctica,
de las técnicas de enseñanza previstas, de la forma de generar conocimiento entre todos/as a
partir de la práctica colaborativa en educación… En definitiva el Proyecto de Centro ha de
ser el instrumento que forje un clima de aceptación de las diferencias, y que sea efectivo
57
para potenciar el desarrollo de los aprendizajes en todos y cada uno de los componentes del
grupo aula.
Los padres y madres también necesitan formarse e informarse, ser miembros activos en
este proceso de mejora que supone la inclusión escolar. Del mismo modo, hay que convertir
en participantes activos al alumnado, dándole voz para expresarse y practicando una
escucha activa por parte del claustro (Macarulla y Margarida, 2009).
3º. Los centros educativos deben analizarse atendiendo a sus características contextuales,
culturales y sociales, para que las respuestas que se generen para atender la diversidad
intrínseca a los grupos humanos, tengan en cuenta los recursos, apoyos e infraestructuras
acordes con las características mencionadas. Ningún centro escolar es igual a otro (Carreras
y Granata, 2002).
A propósito de los recursos, partiendo del bajo presupuesto con el que cuenta la
enseñanza formal en nuestro país, alejado aún de la media europea, Macarulla y Margarida
(2009), se plantean las siguientes reflexiones:
58
- Las escuelas de educación especial deben considerarse fuentes de recursos para la
promoción de la escolarización en centros ordinarios.
- Es necesario replantear los servicios, equipos y recursos de apoyo con los que
contamos para hacerlos más eficaces.
- La relación entre iguales posibilita la dotación de recursos de una forma natural.
- Las metodologías cooperativas dentro del centro y entre centros es un recurso en sí
mismo, ya que parte del propio contexto de desarrollo de la acción y se nutre de las
experiencias compartidas.
- La difusión de las buenas prácticas es fundamental para promover el cambio de
actitudes, la implicación y la creencia en la inclusión.
Hay que encontrar los recursos en la escuela y en el aula ordinaria, debemos agotar esta
posibilidad antes de proponer alternativas diferenciadas. El alumnado no debe desplazarse a
dónde están los recursos, sino que éstos son los que deben situarse en el contexto al que
pertenece el alumno o alumna.
59
Tabla 2.
- Igualdad de oportunidades +
Curriculum tradicional Curriculum para todos
SIMPLIFICACIÓN Y HOMOGENEIDAD DIVERSIFICACIÓN Y HETEROGENEIDAD
Uso exclusivo del material impreso (libro Uso de materiales diversos y accesibles,
de texto) para el acceso al conocimiento. incorporando las TIC para acceder al
conocimiento.
Es, entonces, en el marco del currículum ordinario donde se deben habilitar los medios
que den respuestas a las NEE. Para ello deben producirse cambios profundos que permitan
el abandono de una concepción basada en que son los estudiantes quienes deben adaptarse
al curriculum, y cuando no pueden por sus condiciones, proceder a realizar adaptaciones en
la propuesta didáctica y en los materiales, algo parecido a la adaptación de los edificios que
se diseñaban sin tener en cuenta la diversidad de usuarios. Recogemos la recomendación
60
que Arnáiz (2005) hace cuando se refiere a la consecución de un curriculum básico, común,
intercultural y accesible, como máximo exponente de la escuela comprensiva, mediante el
paso de “la lógica de la homogeneidad a la lógica de la diversidad”.
De esta manera, el reto está en que sea desde el currículo general desde donde los
docentes proporcionen oportunidades de aprendizaje inclusivas y eficaces para todos los
estudiantes, de manera que se reduzcan las barreras que supone un curriulum que no ha sido
respetuoso con la diversidad inherente al aula (Alba, 2012). Así los procesos de aprendizaje
deben ser accesibles a todos y cada uno de los estudiantes, promoviendo el desarrollo de
competencias partiendo de la consideración de las diferencias como oportunidades de
aprendizaje (Barrio, 2009).
61
la social y laboral, superando así una visión reducida de la enseñanza en la que no se tiene
en cuenta que se educa para vivir y desarrollarse en sociedad.
Por su parte, el tiempo también ha de ser objeto de reformas en al menos una doble
dirección. Una la que atañe al profesorado, en cuanto a inversión de tiempo en el empleo en
tareas de planificación, adecuación y valoración del alumnado, así como de coordinación
entre los distintos docentes que trabajan con el mismo grupo de alumnos/as y formación
continua. Y otra, la que rompe con la estructura horaria inflexible, a favor de nuevos
agrupamientos de alumnos/as en el que contenidos y actividades se combinan y dejan de
ceñirse a una hora de tratamiento, no todos/as tardamos lo mismo en alcanzar determinados
contenidos o desarrollar ciertas habilidades y actitudes.
62
dicha falta de recursos: tecnológicos, metodológicos, electrónicos, curriculares, personal de
apoyo, etc.
6º. La formación del profesorado. Es necesario hacer una apuesta seria por la formación del
docente basada en su propio contexto y en una cultura colaborativa que reflexiona sobre la
propia práctica como fuente de conocimiento, en la que ellos y ellas son los propios agentes
formativos, si queremos responder a la diversidad desde una concepción inclusiva (Barrio,
2009). Esta formación ha de extenderse al equipo directivo y tutores que ejercen el
liderazgo en los centros escolares y en las aulas (Macarulla y Margarida, 2009).
Esta formación nace con una metodología de trabajo participativa, en la que los equipos
de trabajo que dotan un centro escolar son capaces de generar conocimiento desde la puesta
en común y en discusión de sus propias experiencias, sus creencias, sus expectativas y
todas aquellas dimensiones que afecten a la labor educativa diaria con la que afrontan la
diversidad en la escuela, en el aula y en el propio sistema. Basándonos en Ainscow, (2002),
y su apuesta por la investigación-acción como método para generar prácticas inclusivas,
la puesta en marcha de esta forma de trabajo supone la creación de una cultura de
resolución de problemas a través de la cual los participantes aprenden cómo usar las
experiencias y recursos de otros/as compañeros/as, con el fin de buscar mejores formas para
superar las barreras que obstaculizan el aprendizaje del alumnado así como su desarrollo
social. Las conclusiones a las que se llegan servirán de guía de actuación para la acción que
se realiza a los distintos niveles dentro de una escuela para dar una respuesta inclusiva a la
diversidad.
63
La Administración debe disponer los medios para poder liberar al profesorado y a la
dirección de sus cargas lectivas y/o administrativas para programar tiempo para las
actividades de formación y de asistencia técnica, para programar tiempo de colaboración
con las familias, profesorado especializado y otras estructuras que también intervienen en
relación con el alumnado y para escuchar a los propios estudiantes. Snell (2006) advierte de
la necesidad de que las Administraciones apoyen con los medios necesarios la formación
sobre estrategias para la escuela comprensiva durante el servicio, de forma continuada, así
como una formación específica en la propia escuela, con asistencia técnica (apoyo in situ),
ya que esto ayudará a producir cambios en las actitudes del profesorado y de la propia
dirección, algo esencial para promover el cambio cultural hacia la inclusión. Así, la autora
señala como cuestión esencial para favorecer la integración, la actitud de los
administradores y del profesorado, así como la de los formadores de profesores y
profesoras en el ámbito universitario. Las actitudes negativas suponen una barrera para la
consecución de escuelas abiertas a todos, de las escuelas inclusivas.
Hopkins, Ainscow y West, 1994; Ainscow, 1999; Ainscow, Booth y Dyson, 2001
(citado en Ainscow, 2002), son autores cuyo trabajo se centra en proporcionar marcos que
los profesionales puedan emplear para reflexionar sobre sus propios contextos y sobre sus
formas de trabajo con vistas a formular mejoras en sus prácticas diarias. Se trata de
averiguar cómo se pueden crear contextos educativos que puedan tender la mano a todo el
alumnado.
Lo que demuestran sus investigaciones es que las escuelas avanzan en esta línea cuando
configuran a cada profesional de la comunidad escolar como un “aprendiz”, y no como un
trabajador que ya sabe todo acerca del desempeño de su labor. Esto contribuye a la
creación de “Escuelas Inclusivas” y procura la mejora global del sistema educativo.
64
Las investigaciones citadas también han demostrado que el desarrollo de escuelas
inclusivas conllevan un proceso social, que tiene como fin que los miembros de la escuela
aprendan a vivir con diferencias y, de hecho, aprendan de las diferencias.
65
De esta manera, dar una respuesta educativa ajustada a la diversidad exige cambios
organizativos y curriculares de centro, cambios en el pensamiento y en las actitudes de
profesorado, y de sus prácticas.
Por tanto, a continuación nos detenemos en cada uno de estos aspectos, como
palancas con las que hemos de tomar impulso para trasformar las realidades escolares en
prácticas democráticas que configuren un sistema educativo con capacidad para atender las
diferencias de los escolares desde la confluencia entre el entorno y sus características
personales.
El currículum para muchos escolares puede suponer un escollo que dificulta sus
avances académicos y su desarrollo social, primero, por su alto grado de abstracción,
segundo, por su fragmentación en áreas independientes y sin conexión alguna entre sí, y
tercero, por la metodología con la que se imparte, centrada en el profesorado y no en el
alumnado, inflexible, limitada en lo que estrategias se refiere, pobreza de recursos
materiales, etc. Estas características se agudizan y se convierten en barreras organizativas
que impiden que el alumnado con NEE, especialmente, avance con éxito en la carrera
académica y social.
Desde el centro escolar como organización, como escenario desde el que se plantea
el currículum, su desarrollo e implantación, la comunidad educativa debe preguntarse: qué
enseñamos y por qué, a qué modelo de persona y de sociedad estamos contribuyendo, y a
cuál queremos contribuir. Partiendo de estas consideraciones, las características que debe
reunir un currículo concebido como herramienta de trabajo del docente, y no como
programa educativo cerrado, con capacidad para asistir a todo el alumnado partícipe de un
centro escolar son las siguientes:
66
función de las necesidades y flexible a los cambios sociales, metodológicos y
estructurales.
Los términos cerrado y abierto se refiere a la influencia que ejerce el currículum en
sus exigencias: objetivos, contenidos o calificaciones a nivel de aula y centro escolar. Si
partimos de estándares cerrados, el currículum se verá definido por criterios inflexibles
y muy definidos, si por el contrario nos basamos en estándares abiertos, nos
postularemos de parte de una concepción que no restringe la aplicación y desarrollo del
currículum: no se singulariza la forma en la que el estudiante demuestra lo que sabe,
podrán realizar preguntas, manipular materiales, observar y hacer producciones orales,
escritas o habladas, representaciones, grabaciones…), y se abren los diseños
curriculares, en el sentido de la flexibilización de lo qué se enseña en el aula, cuándo y
cómo (Wehmeyer, 2009).
Necesitamos un currículo que ayude al alumnado a desenvolverse en sociedad, que
lo dote de las competencias que le hagan realizarse en la misma como miembros
trabajadores y activos. Para ello, hay que abandonar la centralización en contenidos
abstractos y aislados de la realidad para la que preparamos a los estudiantes.
Así mismo, es importante proveer de un clima de desarrollo del currículum, cálido y
acogedor en el que el alumnado comparta y participe de procesos de enseñanza-
aprendizaje relacionados con sus propias experiencias, en contextos donde se sienten
valorados, se respeten las diferencias individuales, participen activamente, intervengan
en la toma de decisiones y se les de la oportunidad de beneficiarse junto con los demás
de progresar académica y socialmente.
b) Currículum diversificado, multicultural, interdisciplinar y funcional. Existe una
tendencia generalizada a la homogeneización y fragmentación el currículum, “las
escuelas son organizaciones que tienden a la homogeneización”, (González González,
2008, 86). Seguimos, en la mayoría de los casos, apostando por una educación de
principios de siglo XX en aulas tecnológicas de principios del siglo XXI.
Si sabemos que cada estudiante aprende de forma diferente, necesariamente el
currículum ha de diversificarse. Como advierte Fernández Batanero, (2005-2006, 141),
“diversificar es adaptar, adecuar la enseñanza a los intereses de cada alumno”. Desde
67
nuestra legislación nacional y autonómica, se advierten distintas fórmulas para
diversificar el currículum, en caso de que un alumno por sus características así lo
requiera. Las especificaciones organizativas y curriculares a nivel de centro, aula e
individuo se vuelcan en las llamadas Adaptaciones Curriculares, que se configuran
como la medida de adaptación del currículo por excelencia de la etapa Primaria, aunque
hay que decir que se han convertido en una tarea burocratizada que se compone en un
fin en sí misma, y que lejos está de atender a la diversidad, finalidad que le es propia.
Las medidas de atención a la diversidad con las que adaptamos el currículo deben
procurar, no sólo el avance del alumnado al que se dirige, sino de todo el grupo en el
que éste se incardina. Es más, desde nuestra apuesta se debe agotar la propuesta
curricular común y ofrecida en el aula ordinaria, antes de llegar a usar este tipo de
adaptaciones recogidas en nuestra legislación para instrumentalizar la respuesta a la
diversidad.
También ha de atender a la creciente interculturalidad presente en las aulas, lo cual
hace que la procedencia, costumbres, tradiciones… hayan de ser tenidas en cuenta para
que el contexto desde el que el currículo parte, se adapte correctamente al alumnado que
procede de diferentes culturas.
Por su parte, una organización interdisciplinar del currículum, hace que éste sea
significativo y se presente con la funcionalidad que requiere para preparar para la vida.
El trabajo colaborativo entre las diferentes disciplinas que componen nuestro currículo,
aúna objetivos, evita las repeticiones de contenido, se enriquece metodológicamente, se
dota de actividades que trabajan de forma interconectada un mismo contenido desde los
diferentes planteamientos disciplinares, y plantea una evaluación dirigida a valorar la
aplicación real de los mismos. De esta forma llegamos a un currículo funcional, que
pone el acento en la preparación para la vida y no en las etapas académicas y en una
enseñanza descontextualizada centrada en el alumnado.
68
c) Curriculum “accesible”. Este término se acuña desde el movimiento del DUA cuyos
principios básicos se asientan en un curriculum inclusivo que apuesta por el desarrollo
de competencias, la realización de adaptaciones para “todos” y no solo ara algunos
“casos” desde un curriuclum común y el establecimiento de una diversificación en los
materiales, actividades, recursos y la evaluación, así como en la organización del
contexto y de los propios escolares. Se trata de que todos puedan aprender desde un
curriculum común que es alcanzable por la mayoría o por todos (sería lo deseable),
porque en su diseño se asume y respeta la diversidad, quedando integrada en el mismo
(“Diseño para todos”).
Es el caso de este diseño arquitectónico, disciplina en la que nace el movimiento del
“diseño universal” (término acuñado por Ronald L. Mace en los años 80 (NCSU, 1997),
para referirse al diseño de productos, entornos… que puedan utilizar todas las personas
en la mayor medida de lo posible, sin adaptación ni diseño especializado, con
independencia de su edad, capacidad o condición para desarrollarse en sociedad), puede
apreciarse como la rampa queda integrada en el diseño y no conforma un espacio
diferente y paralelo al original. Pues bien, extrapolado al escenario educativo, y dado
que no hay un modelo único de estudiante ni una
única manera de aprender, debemos plantear
espacios en los que el diseño del proceso de
enseñanza-aprendizaje se conciba integrando la
diversidad inherente al aula en el que se va a
desarrollar, desde la creencia de que todos los
niños y niñas pueden aprender juntos, para evitar
que la respuesta a la diversidad se convierta en
una excepción y pase a ser un instrumento común
que beneficie a todo el grupo.
Así, el curriculum se dota de múltiples oportunidades que hacen posible que todos y
todas participen proporcionando: múltiples medios de representación, porque tiene en
cuenta el “qué del aprendizaje”, es decir considera que hay diferentes formas de percibir
y comprender la información que se presenta; múltiples medios de acción y expresión,
69
porque asume que hay diferentes formas en las que el estudiante interacciona con la
información y sus conocimientos, y por tanto en la manera de expresar lo que ha
aprendido; y múltiples formas de implicación, porque se hace eco de que las
motivaciones de los estudiantes son diferentes debido a su funcionamiento neurológico,
cultura, intereses personales o experiencias previas y que por tanto hay muchos factores
propios del medio que modulan la motivación de cada uno de ellos de una u otra
manera.
1º. El establecimiento de una visión y una misión que incluya a todo el alumnado, por parte
del centro, en concreto de su equipo directivo (León, 2012). Cuando una organización
declara su misión está comunicando sus valores así como la priorización de los mismos,
y cuando se refiere a la visión, se está posicionando en el futuro. Los dirigentes de una
escuela tienen la responsabilidad de concretizar tanto la visión como la misión de su
centro, que incardinada en los planteamientos inclusivos, deben tener en cuenta la
diversidad y lo que harán apara que ésta alcance el éxito escolar por igual, por tanto es
indispensable que el planteamiento de metas atienda a todos los estudiantes, incluyendo
aquellos que presentan discapacidades.
2º. El establecimiento de Estándares (Wehmeyer, 2009). Las reformas en la escuela han de
establecer unos estándares mínimos que establezcan la base curricular de la educación
general que dirijan la enseñanza de todo el alumnado y procuren la mejora de sus
resultados, incluido el que presente NEE, abarcando las diferentes áreas de
conocimiento que se incluyen en el currículum escolar y respondiendo a la
flexibilización en cuanto a contenidos se refiere: instrucción, presentación y dominio
del mismo (principios que rigen el “Diseño Universal para el Aprendizaje”).
3º. Planificación del currículum. El proceso de planificación del currículum es el soporte
por excelencia para manifestar la visión y la misión de un centro escolar.
70
Este proceso implica conocer el temario de cada maestro: objetivos, contenidos,
procesos y habilidades a desarrollar, evaluaciones y calendario. Se realiza una revisión,
por parte del todo el equipo docente, y se da paso a la construcción de un mapa del
currículo (Wehmeyer, 2009, 57) para la escuela, que permite, entre otras cosas:
identificar repeticiones, asegurar la enseñanza del contenido que se quiere, saber qué
barreras impiden el avance de ciertos alumnos/as en función de sus necesidades
educativas en confluencia con el contexto, prever los apoyos y diseño de recursos que
maximicen el éxito de aquellos aprendizajes que se determinen, así como hacer las
modificaciones de organización y espacio físico necesarias .
4º. Planificar para la clase como un todo. (Arnáiz, 2000). Hemos de considerar la clase
como un todo, y por lo tanto, planificar en consecuencia y abandonar la proyección del
aula para el grupo-clase, por una parte, y por otra, para el alumnado con NEE. Los
programas individualizados no consideran el contexto, solo las dificultades de
aprendizaje que el escolar presenta por sí mismo, es hora de identificar las barreras que
dificultan los aprendizajes más que las dificultades en sí.
Los apoyos que necesita el alumnado para alcanzar los aprendizajes con éxito
difieren en su tipología, intensidad, frecuencia… en función de las necesidades de
apoyo identificadas en el estudiante y el análisis del contexto. Para que un apoyo sea
efectivo necesita de una evaluación ecológica de las NEE del estudiante, que atiende las
variables del contexto tanto funcionales como sociales. Sólo de esta manera podremos
adoptar estrategias que nos ayuden a superar las barreras contextuales, que en el caso de
la educación hacen referencia al centro, al aula y al currículo.
Dejemos de crear programas centrados en las etiquetas del alumnado para diseñar
programas de intervención generalizados, y de crear servicios gregarios para dejar paso
a las prácticas inclusivas. Si diseñamos intervenciones a nivel de centro para todos los
estudiantes minimizamos la necesidad de intervenir individualmente. Por ejemplo, si los
“Apoyos de comportamiento positivo”, la “Enseñanza Asistida por Ordenador” o el
“Diseño Universal para el Aprendizaje” son soportes contemplados a nivel de centro,
evitaremos la realización de adaptaciones individuales (Wehmeyer, 2009).
71
Las intervenciones a nivel de toda la escuela, es una de las características que rige
nuestro trabajo. Entendemos que es una de las medidas que pueden favorecer más la
inclusión escolar y social del niño o la niña, al reducir considerablemente las
intervenciones individuales dentro y fuera del aula, para el alumnado que presenta NEE.
5º. Pluralidad metodológica. Diversidad de ritmos de aprendizaje, experiencias,
conocimientos previos, rasgos culturales, etc., son las variables que deben regir la
adaptación metodológica. El profesorado debe comprometerse con el uso variado de
metodologías que procuren con efectividad la igualdad de oportunidades, es decir, han
de ampliar su repertorio metodológico para así tener capacidad de adaptación a las
características del alumnado con el que trabaja y procurar que éste alcance los objetivos
marcados para desarrollar sus competencias académicas y sociales.
Considerar a los escolares como fuente natural de recursos (Arnáiz, 2000), ayuda al
docente a apoyar el proceso de enseñanza-aprendizaje. Éste ha de reconocer la
capacidad de los alumnos para colaborar en este proceso mutuo, desarrollando
estrategias de trabajo cooperativo y destrezas de retroalimentación. Centrémonos en las
potencialidades del alumnado y no en sus carencias (Wehmeyer, 2009).
6º. Diversificar las estrategias de enseñanza. Se trata de considerar a todos y cada uno de
los escolares a los que va dirigido, así como el contexto en el que se desarrolla, lo cual
implica la consideración de una serie de estrategias de enseñanza que fomenten la
participación activa de los miembros del aula (Fernández Batanero, 2005-2006, 141):
- “Motivar, utilizando como referencia los intereses vitales del alumnado.
- Encontrar sentido al trabajo que el estudiante desarrolla en el aula.
- Tomar decisiones en torno a los objetivos, contenidos, actividades, materiales y
la evaluación.
- Utilizar técnicas de trabajo individual y de grupo.
- Usar y adaptar la tecnología.
- Crear y adaptar materiales y recursos variados.
- Organizar el trabajo fuera del aula”.
72
4.4.2. Organización escolar
73
en los que la comunidad escolar participe activamente de los procesos de cambio
que han de darse en los sistemas educativos para conseguir una escuela promotora del
cambio social, en el marco de la colaboración y la apertura al entorno, con el objetivo de
mejorar la calidad de nuestras escuelas (Bolívar, 2000).
74
colaboración y cooperación que habilite las” vías de cambio hacia una escuela con cultura
más inclusiva” (León, 2012, 5).
- Flexibilidad. La rigidez es una barrera que impide realizar las adaptaciones con el
ritmo y niveles necesarios, para que éstas sean efectivas.
- Permeabilidad. Los planteamientos que rigen la intervención deben tener una
retroalimentación bidireccional: desde el centro escolar hacia el entorno, y desde el
entorno hacia el centro.
- Creatividad, así daremos paso a la innovación.
- Colegiabilidad. No se trata de que cada profesor de forma aislada e individualizada
trabaje para dotar de una organización escolar su clase, sino que el proyecto ha de
ser compartido por toda la Comunidad Educativa.
75
El proceso de mejora, implica un cambio profundo en la cultura escolar de cada centro,
iniciado, guiado y orientado por los directores y directoras de las escuelas,
76
B) Organización del AULA
Esta respuesta inclusiva requiere de un compromiso por parte del equipo docente,
de una reutilización de los recursos y los profesionales de la educación especial, no se trata
de renunciar a los mismos sino de reconvertir sus funciones de forma integrada en el aula, y
del establecimiento de vínculos entre el profesorado para crear y desarrollar prácticas
inclusivas (Parrilla, 2003).
- El alumnado es distribuido por grupos de edad, entendiendo que todos los que
tienen la misma edad, aprenden de la misma forma.
- La metodología es única para todo el grupo-clase.
- Los espacios horarios son idénticos, ¿acaso todos los estudiantes tardan lo mismo en
adquirir la competencia de turno?
- Un año escolar, es lo que deben tardar todos los alumnos/as en alcanzar los
aprendizajes previstos para el mismo.
- Los criterios de evaluación son homogéneos, ¿dónde queda la consideración de las
experiencias, puntos de partida, ritmos de aprendizaje…?
- En la legislación las medidas organizativas y curriculares contempladas, comparten
las mismas características: homogeneización e inflexibilidad.
77
Por el contrario, a nivel de aula, para favorecer una organización escolar que
responda a la práctica inclusiva, podemos poner en práctica los siguientes agrupamientos
de alumnos y alumnas:
78
4. Planificación de tiempos flexibles. Para permitir la variación en los horarios deberían
tenerse en cuenta los siguientes criterios (Masalles y Rigol, 2000):
- Estar el máximo de horas con el tutor/a.
- Distribución de las materias en las horas sin primar unas sobre otras: todas las
materias tienen la misma importancia.
- Adecuación en la distribución de las áreas y ritmos a lo largo de una jornada escolar
cualquiera.
- Módulos horarios diversos, evitar por sistema la duración de una una hora por clase.
- Combinar en el horario las horas dedicadas a materias o áreas, con las actividades
(rincones, proyectos…).
79
(Parrilla, 2003). En estos agrupamientos los alumnos/as se relacionan entre sí, se unen
para realizar una determinada tarea sin necesidad de pertenecer a un mismo nivel,
trabajando desde su propio ritmo de aprendizaje. Se favorece así la participación y las
relaciones sociales.
6. Tutorías Individualizadas (Fernández Batanero 2005-2006). En nuestro currículum
actual las tutorías son grupales. La apuesta se enfoca desde la necesidad de tutorías
individuales, que eviten los aislamientos, sentimientos de pérdida y desatención de
escolares en el aula. Esta medida implica modificaciones en la disposición temporal y
de atención al alumnado y a las familias.
Para acabar este apartado, señalamos los principios rectores de las estrategias de
enseñanza que favorecen la organización flexible del trabajo, los agrupamientos y el modo
80
de generar conocimiento en el aula. Basándonos en Gimeno y Pérez Gómez (1992), en
Parrilla, 2003:
81
La inclusión es, sobre todo, una cuestión de creencias y de confianza:
de los propios estudiantes en que pueden aprender, de los maestros en lo que
sus alumnos pueden conseguir juntos y de las familias en lo que pueden
hacer sus hijos con los apoyos oportunos. Es una de las bases para las
sociedades democráticas… y contribuyen a la creación de una nueva escuela
y una mejor sociedad, la que necesitamos para impulsar políticas más justas,
equitativas y humanas (Moliner, 2008, 29).
Las creencias del profesorado, y las actitudes derivadas de éstas, siguen siendo en
su mayoría, reticentes al proceso de inclusión escolar. Éstas suponen una de las barreras
más importantes para que la inclusión se inicie y, por supuesto, se alcance con éxito.
Genéricamente, autores como Echeita y Ainscow (2011), entienden por barreras, aquellas
creencias y actitudes que las personas tienen respecto del proceso de inclusión y que se
reflejan directamente en el ejercicio de su práctica escolar que individual y colectivamente
aplican, y que al interaccionar con las condiciones personales, sociales o culturales de
determinados o grupos de escolares generan exclusión, marginación o fracaso escolar.
82
cooperación en la comunidad escolar, además de los propios del contexto bosnio:
fragmentación de los territorios, multitud de niños/as con NEE, instalaciones inadecuadas,
clases superpobladas…, y por último, pero no por ello menos importante, una actitud
bastante negativa de la sociedad.
Así, el primer paso para producir cambios en estas creencias y actitudes reticentes
es identificarlas, tal y como advierten estudiosos de las concepciones educativas del
profesorado como López y otros (2009). Otros investigadores han afirmado que una postura
reflexiva e “interrogativa” de los docentes respecto a sus propias creencias acerca de las
dificultades para aprender de los alumnos puede llevar a un avance significativo en el
desarrollo de nuevas formas de enfrentar las barreras hacia el aprendizaje y la participación
(Ainscow, Booth y Dyson, 2006).
83
- La planificación curricular debe ser realizada en exclusiva por la profesora de
Apoyo, que debe de mantenerlos entretenidos en el aula ordinaria.
- La colaboración docente es nula, ni siquiera la prescrita desde las ACIs, que dejan
de ser un instrumento vivo de atención personalizada para convertirse en un
documento burocrático que duerme bajo la custodia del Departamento de
Orientación. Se apuesta por un trabajo individualista.
- No se tienen en cuenta las diferencias del grupo a la hora de diseñar la actividad
docente para con el alumnado.
El estudio llevado a cabo por estas autoras les lleva a identificar los siguientes
posicionamientos con respecto a la escolarización del alumnado discapacitado/a, que
podemos hacer extensible a cualquier estudiante que presente unas necesidades específicas
en el aula:
a) A favor de que el alumnado con NEE esté en el centro ordinario, pero no en el aula
ordinaria, cuando:
- La capacidad intelectual y el nivel de conocimientos del escolar discapacitado está
muy por debajo del nivel del alumnado propio de la enseñanza general
- El alumnado discapacitado que trabaja con materiales curriculares muy distintos a
los comunes al resto
- La ratio de alumnos/as es elevada
- No pueden prestar la atención suficiente al resto del grupo, cómo se les comunica
esto al resto de padres y madres
84
b) A favor de que los estudiantes con NEE estén en el centro ordinario, pero con
profesionales especializados. El profesorado ordinario no está formado para asumir
estas responsabilidades, si para colaborar pero no para estar al frente.
c) A favor de que el alumnado esté en el centro ordinario y en el aula ordinaria, siempre y
cuando haya un único docente responsable, si con ello no es suficiente es que el escolar
no puede estar en el aula ordinaria. No creen en la eficacia de la presencia de más de un
profesional en la misma aula.
d) Si en el centro y en el aula ordinaria, pero poniendo el acento en la socialización y no
en el aprendizaje curricular.
Las actitudes positivas ante la diversidad son indicadores de calidad en una escuela
que pretenda ser inclusiva. Estudios como el realizado por Esteve y otros (2005) han
comprobado como las actitudes del profesorado se reflejan, de manera significativa, en las
prácticas docentes que se desarrollan en la escuela.
Como se viene advirtiendo hace ya más de una década (León, 1999, Ainscow y
otros, 2006.), la producción de actitudes positivas no sólo en la comunidad escolar, sino a
nivel social en general, con respecto a la aceptación de la diferencia y su normalización, es
una necesidad para eliminar la barrera para la participación de todo el alumnado, que las
actitudes reticentes a la inclusión escolar suponen.
85
A partir de aquí podemos concretar, apoyándonos en Macarulla y Margarida,
(2009), unas recomendaciones a nivel de claustro para producir las actitudes positivas, tan
necesarias para alcanzar la inclusión de las diferencias en la escuela de forma normalizada:
1. Planificar y dirigir estrategias que combatan los miedos a practicar la inclusión en las
aulas ordinarias:
- Compartiendo experiencias, haciendo posible que se hable en espacios formales de
las mismas.
- Analizando situaciones concretas en contextos educativos concretos.
- Pasar de los discapacitados a los alumnos/as con nombre y apellidos, con
capacidades y discapacidades, inmersos en una realidad definida susceptible de
modificación para superar barreras.
2. Disponer de la información previa a la planificación. Los equipos directivos, así como
los claustros de profesores, necesitan de la información acerca del escolar con NEE, que
requiera puntualmente o de forma continuada, de los apoyos que no lo excluyan del
aula ordinaria y lo lleven al éxito académico y social, así como la necesidad o no de
recursos específicos para su atención.
Una vez que se realice la matricula en el centro ordinario, es el momento de que la
comunidad educativa disponga de:
- Los recursos específicos en el centro, en función de las características del alumnado
que se incorpora y de las propias contextuales.
- Un Informe al profesorado de los nuevos alumnos/as y de los recursos disponibles,
para procurar procesos de planificación educativa eficaces.
- Un Informe dirigido al AMPA (Asociación de padres y madres) y al Consejo
escolar.
- Una planificación de la organización y el funcionamiento del curso escolar:
distribución de alumnado en las aulas, horarios, dotación de profesorado por aula…
- Una entrevista a los padres y madres, acogerlos en el centro y recabar el máximo de
información, que posteriormente será compartida por el claustro de profesores.
86
- Una vez iniciado el curso, un informe para el resto de padres y madres del centro
escolar.
3. Compartir experiencias identificadas como buenas prácticas inclusivas. Es algo que en
Cataluña ya se está haciendo, teniendo la experiencia en la primera edición en 2006.
Esta iniciativa permite al profesorado y a los equipos directivos identificarse con
experiencias similares que se practican por iguales, en condiciones parecidas,
identificando obstáculos y propuesta de soluciones y alternativas para salvarlos,
conducentes al éxito inclusivo. Es más fácil convencerse de la viabilidad de la inclusión
si quien lo cuenta es un igual, que tiene las condiciones laborales y educativas similares
a las de uno mismo.
4. Practicar el apoyo y acompañamiento entre profesionales diariamente, no de forma
puntual y esporádica, lo cual puede ser posible si quienes prestan el asesoramiento son:
- Los docentes que tienen experiencia en el centro con alumnado con NEAE.
- El profesorado de Educación Especial del centro.
- Los servicios se apoyo educativo a los Centros de Educación Primaria, así como
servicios específicos: ONCE, ASPACE…
- Los profesionales de los actuales Centros de Educación Especial, cuando éstos se
convierten en centros de recursos específicos.
87
Así, no basta con disponer de estos apoyos sino que desde la planificación y
organización del centro se contemplen los espacios y el tiempo en el que esta labor de
acompañamiento se va a hacer efectiva.
5. Identificar las necesidades formativas del profesorado y del equipo directivo en materia
de diversidad
6. Ejercer un liderazgo que disponga de una preparación técnica y continuada en los
siguientes aspectos:
- En relación con la directiva: planificación, definición de estrategias, dinámica de
grupo y técnicas de trabajo en equipo, gestión de recursos, gestión económica…
- Al respecto de la educación inclusiva: pedagogía para atender a la diversidad,
estrategias organizativas flexibles, sistemas de evaluación de la acción…
Acerca del quehacer del profesorado en una escuela que pretenda desarrollarse bajo
las creencias y convicciones de la inclusión escolar, tiene mucho que ver la acción de la
dirección del centro escolar como ya hemos señalado, ya que es quien tiene que invitar a
88
sus equipos de docentes a dar una respuesta a la diversidad adaptada a las características de
cada escolar, contextualizada y variada en su repertorio estratégico y curricular, desde la
cultura de la colaboración y el nacimiento de objetivos y acciones educativas a partir de
procedimientos en los que se crea e innova desde la investigación-acción.
A lo que podríamos añadir, una comunicación fluida y ágil entre el equipo directivo
y todo el profesorado (Casanova, 1998).
89
trabajos realizados en este sentido, como es el caso del proyecto IQEA promovido por
Ainscow, Beresford y otros (2001).
90
colectivas y solidarias. En síntesis, las aulas han de contar con actividades que sean
alcanzables por todo el alumnado, que conecten con sus intereses, que les sean útiles, y
que promuevan el aprendizaje en grupo, con el objetivo de producir mejoras
académicas, pero también sociales, no podemos olvidar que el aula no solo configura un
contexto de aprendizaje sino también social.
d) Practicar la enseñanza cooperativa entre profesionales. La organización de un centro
escolar debe permitir estructuras de coordinación docente, con el objeto de configurar
una oferta educativa global con capacidad para satisfacer las necesidades únicas de cada
escolar. “El trabajo coordinado de varios profesores con el mismo grupo facilita el
rendimiento del alumnado” (Arnaiz, 2008, 67).
Han de permitirse y aceptarse por parte del profesorado, fórmulas organizativas que
permitan la presencia de dos docentes en un mismo aula. El intercambio de experiencias
y el asesoramiento continuo, entre dos iguales o de diferentes especialidades (profesor
de apoyo/educación especial) enriquece el desarrollo curricular, permite una mayor
adaptabilidad, flexibilidad y pluralidad metodológica. Al igual que en otros países,
como es el caso de Canadá, debemos beneficiarnos de estos planteamientos.
El apoyo que se establece con la incorporación de otros docentes no se dirige
específicamente al alumno o alumna que presenta necesidades específicas sino al
profesorado y al resto de estudiantes. Esta estrategia requiere de una coordinación fuera
y dentro del aula entre los docentes implicados, para que la enseñanza desarrollada sea
fruto del acuerdo, la reflexión y la innovación. Es precisa, por tanto, la instauración de
la cultura de la colaboración entre profesorado (co-teaching, Berruezo, 2006).
Pocos estudios hay hasta el momento que demuestren empíricamente la efectividad de
la enseñanza colaborativa entre profesionales, a pesar de que su relevancia se ha vuelto
91
más significativa a medida que los escolares discapacitados se han incorporado a las
aulas generales. Damore y Murray (2009) realizaron un estudio en Chicago, en
diferentes escuelas urbanas elementales de diferentes status socioeconómicos y
características étnicas, para estudiar las percepciones que los docentes generales y
especiales tenían acerca de este fenómeno colaborativo. Los resultados arrojaron una
buena acogida de estas prácticas en las aulas ordinarias por parte de los profesionales
que las experimentan, si bien es cierto que los maestros de apoyo tenían una percepción
más positiva. Factores estructurales e interpersonales se pusieron de manifiesto como
influyentes a la hora de afrontar esta práctica colaborativa: procesos de equipo,
actitudes positivas, recursos, desarrollo profesional, liderazgo, formación universitaria,
responsabilidad compartida y comunicación.
e) Colaboración entre profesorado y demás personal de apoyo. El personal de apoyo con
el que cuente el centro ha de dejar de ser una figura externa que presta sus servicios de
forma aislada y descontextualizada. Su sitio es el aula, al igual que el del alumnado al
que atiende, y su acción ha de generarse desde la colaboración íntima con tutores y
tutoras, y profesorado del grupo en el que actúa, y no sólo en lo que a contenido o
currículum se refiera sino a recursos metodológicos, actividades en grupo que
favorezcan la inclusión, organización de los espacios y del tiempo, en definitiva
colaboración y coordinación en la multidimensionalidad que atañe a la labor docente.
Hay estudios que demuestran la efectividad de la acción del profesorado de apoyo
en la producción de prácticas inclusivas, cuando comparte experiencias particulares y
argumentaciones, proporcionando lecturas y debate, y el ejercicio de la co-enseñanza
con el resto del profesorado (Angelides, Antoniu y Charalambous, 2010). Además el
paso del profesor de apoyo por diferentes clases en las que se imparten diferentes áreas
de conocimiento ayuda al centro a crear líneas de interdisciplinariedad, a partir de sus
sugerencias y propuestas de mejora para la coordinación entre las diferentes áreas
(Duran y Miquel, 2003).
f) Procurar una enseñanza efectiva y programación individual. El programa educativo
dirigido al alumnado debe estar previsto desde la inclusión de sus potencialidades,
intereses y características contextuales, abandonando la formulación de programaciones
92
a partir de la etiqueta que nomina a un alumno dentro de un aula y de un centro escolar.
No todos los niños o niñas denominados hiperactivos presentan las mismas
características, ni aprenden ni se desarrollan del mismo modo.
g) Abogar por una formación permanente del profesorado, también en horario de trabajo
propuesta por el centro, (Berruezo, 2006), mediante la estrategia de investigación-
acción (Sales, Moliner y otros/as, 2010), que le lleva a la reflexión de su propio
modelo didáctico, creado desde la confluencia de las características personales del
escolar, la propia historia y experiencia profesional, y el contexto institucional y social.
La reflexión sobre la propia práctica y sobre el funcionamiento general del aula y
del centro, como ya hemos señalado desde la estrategia de investigación-acción, será la
estrategia que por excelencia, permita al docente crear prácticas inclusivas
contextualizadas, documentadas y exitosas, a lo cual ayudará, su apoyo en experiencias
positivas provenientes de otras fuentes (Ainscow, Beresford y otros, 2001).
h) Implicar a las familias (Berruezo, 2006). La escuela es el lugar de trabajo de estudiantes
y profesorado, pero la Comunidad escolar se completa con las familias, fuente de
información privilegiada que no puede obviarse, a la hay que darle voz y participación
en la vida del centro, con lo cual también es responsabilidad del centro, prever de las
actividades y propuestas académicas, lúdicas o culturales que hagan esto posible.
Para que estas condiciones organizativas puedan desarrollarse por los docentes, la
dirección debe (León, 2012):
93
b) Aumentar el tiempo para la planificación. Mediante voluntarios, padres, madres,
abuelos y abuelas, entre otros, pueden sustituir al docente fuera y dentro del aula.
c) Pedir a los maestros que documenten sus actividades de trabajo en equipo. Al
documentar las experiencias positivas: problemas identificados, plan de acción,
actividades propuestas y la valoración de la actuación, potenciamos que el trabajo
colaborativo tome entidad y seriedad para los demás.
d) Visitar otros centros. El director o directora debe abrir el centro a otros, y
comunicarse con ellos para compartir las experiencias inclusivas de éxito.
e) Proporcionar recursos informativos. Recursos bibliográficos que ayuden al
profesorado a poner en marcha prácticas colaborativas, dotándolos de estrategias
que les faciliten la labor en equipo.
f) Celebrar los éxitos. “El director debe reconocer y recompensar a los maestros, al
personal y a los líderes de la comunidad por sus esfuerzos de colaboración y los
efectos de los esfuerzos en los logros de los estudiantes” (León, 2012, 14).
94
ellas y difundiéndolas, colaborando y planificando estrategias innovadoras” (Moliner, Sales
y Traver, 2007, 1).
- Es un proceso social
- Ha de ser llevado a cabo en un contexto determinado, siendo el punto de partida el
análisis de lo que ocurre en el mismo.
- Requiere de la formación de un grupo de personas implicadas que:
a) se esfuercen por encontrar un plan de actuación compartido que rija sus propios
procesos de investigación,
b) superen las dificultades para recoger e interpretar información diversa para
encontrarle un significado,
c) se abran a las diferentes aportaciones y sean tenidas en cuenta a la hora de
formular procedimientos que rijan determinadas prácticas
d) expongan y compartan sus conclusiones, para que sea de provecho por el resto de
integrantes del contexto
- Partir de la definición de “inclusión educativa”, relacionada con la presencia, la
participación y el rendimiento de todos los alumnos y alumnas de todas las escuelas
ordinarias, y no solamente de aquellos que pertenecen a un grupo vulnerable.
- La práctica generada ha de incidir directamente en los niños y niñas, adolescentes y
sus familias para que reciban una educación de mayor calidad y efectiva (Ainscow,
2004).
95
Los procesos de investigación-acción disponen de la flexibilidad necesaria para
adaptarse a las necesidades planteadas por los profesionales, siendo capaces de ayudar a
resolver situaciones problemáticas que se plantean en la práctica docente. Pero para poder
llevar a cabo esta metodología de trabajo, se hacen necesarios nuevos modelos desde los
que desarrollar la práctica educativa, que atañen tanto a la formación inicial del profesorado
como a la permanente (Moliner, Sales y Traver, 2007), en los que el aprendizaje de éstos y
sus ejecuciones escolares nazcan de procesos colaborativos y de un trabajo compartido, que
cuente con una visión crítica y constructiva, con capacidad para generar escuelas dinámicas
que abordan la diversidad de sus aulas con métodos efectivos que redundan en la mejora de
los aprendizajes de todos los integrantes de las aulas.
Del mismo modo se hacen necesarios también, nuevos modelos organizativos que
favorezcan la tan mencionada colaboración entre profesionales. Siguiendo a Moya y otros
(2004), abordamos cuatro propuestas:
96
secundaria y educación superior, implicándose instituciones de ámbito local, provincial,
autonómico e incluso nacional, relacionada directas o indirectamente con la escuela.
c) Grupos de apoyo entre profesionales. Son grupos heterogéneos formados por
profesionales de distintos ámbitos: escuela, sanidad, servicios sociales…que trabajan en
una misma zona y abordan problemas de índole escolar. Hasta ese momento trabajan de
forma aislada, pero su trabajo se convierte en una experiencia enriquecida cuando
comparten el mismo problema desde diferentes puntos de vista, identificando
necesidades, aunando esfuerzos, medios y recursos, y proponiendo acciones
coordinadas que trabajan de forma integral el problema.
d) Seminario o grupos de trabajo. En esta ocasión, diferentes profesionales pertenecientes
a diferentes centros escolares se reúnen para profundizar en el estudio de determinados
temas clave. No responden a una organización del trabajo continuada, sino que sus
reuniones tienen un carácter más puntual y de menor frecuencia.
El uso de este enfoque pone el acento pues, en el trabajo en grupo, lo cual, según las
primeras experiencias de Ainscow (2002), refiere una serie de ventajas, pero también
inconvenientes. En cuanto a las ventajas, los participantes en dichas experiencias, valoraron
el proceso como una forma mediante la cual se genera información, lo cual hace que se
visionen puntos de vista diferentes a los propios y se estimule el proceso de reflexión, desde
el que plantear nuevas formas de hacer, bien a nivel de centro bien a nivel de aula, además
supone un espacio en el que celebrar los logros en el propio contexto de trabajo. Respecto a
los inconvenientes, los resultados de los grupos de investigación-acción puestos en marcha
en esta ocasión en las escuelas de Reino Unido, pusieron de manifiesto una pobre
diversidad de opiniones, que podría encubrir una unanimidad de criterios sospechosa,
repetida en otras investigaciones (Ainscow y otros, 2004). Por ello, este autor revela como
aspecto decisivo en la práctica de la investigación-acción la presencia de una actitud crítica,
que permita alejarse de los convenido en cuanto a percepciones se refiere, acera de las
diferencias (raza, cultura, género, nivel socioeconómico) en los pasillos, en las aulas y en
las instituciones, donde la diferencia se identifica con carencia. Así las actitudes ante la
diversidad son decisivas porque son las premisas de trabajo con las que contamos,
compartidas en esta ocasión por muchos bajo el mismo epígrafe, y pueden hacernos
97
reflexionar sobre la práctica con un carisma alejado de los postulados inclusivos. Por ello,
el uso de esta metodología implica un cambio en el concepto de los propios sistemas
educativos, y de las escuela, además de en sus formas de planificar y organizar la práctica.
Los procesos de cambio que resultan efectivos en los centros escolares son los que
obedecen a un sistema de trabajo metódico, pautado y continuo, que tiene en cuenta el
contexto en el que se desarrolla, generado en una sociedad cambiante y generadora de
incertidumbre, y en el que los implicados asumen un papel activo, crítico y reflexivo
acerca de lo que ocurre, con el fin de aumentar la calidad educativa y producir mejoras a
nivel de centro y de aula, así como en las experiencias educativas del alumnado. Dichos
procesos de cambio, responden a los postulados de determinadas formas de concebir las
organizaciones escolares, en nuestro caso, como es la propuesta de las llamadas
Organizaciones que Aprenden.
4
OA: A partir de aquí se hará uso de estas siglas para referirnos a las Organizaciones que Aprenden
5
CPA: A partir de aquí se hará uso de estas siglas para referirnos a las Comunidades Profesionales
de Aprendizaje
98
genera en ellas pase de ser estático a dinámico, adaptado a las necesidades cambiantes del
contexto, fruto de la cooperación y la reflexión.
99
Organización que aprende, significa que incrementa su capacidad de
aprendizaje con un grado de valor añadido: aumento de las capacidades
profesionales y personales de los miembros, nuevos métodos de trabajo o
saberes específicos, y crecimiento de expectativas de supervivencia y
desarrollo de la organización, por sus mejores resultados e imagen, o
capacidad de adaptación al entorno cambiante. (Bolívar, 2001, 3).
10
0
- Una capacidad sistemática de aprender de los errores y de institucionalizar los
cambios.
Para comprobar si una escuela se comporta como una organización que aprende,
Brandt (2003) aporta una lista de características que son útiles para iniciarse, saber dónde
se está y a dónde quiere llegarse como centro escolar que aprende, partiendo de la siguiente
idea, una persona aprende mejor cuando el contenido le es significativo, tiene
oportunidades para interaccionar socialmente y el entorno apoya el estudio, aplicándola a
las organizaciones:
1. Las escuelas deben incentivar a sus miembros para que trabajen en la cultura de las
organizaciones que aprenden. Tal como las personas aprenden cuando son
motivadas para aprender, las organizaciones aprenden cuando tienen una razón. El
autor se refiere a incentivos para aprender materiales o psicológicos, e incluso llega
a referirse al dinero.
2. El configurarse como organizaciones que aprenden para los colegios es un desafío,
por ello los objetivos que se tracen deben ser alcanzables y compartidos.
3. Es importante identificar los cambios que son necesarios y saber en qué parte del
proceso nos encontramos o cómo está la organización respecto a ellos.
4. Cada organización es diferente entre sí, al igual que son los individuos, por tanto no
todas aprenden de igual forma. Los cambios han de partir del contexto y ser
desarrollados y aplicados en el mismo.
5. Se han de sistematizar los procesos que generen conocimiento, optando por
palancas de cambio que produzcan creatividad, por ejemplo el estudio de casos o la
visita de expertos, algo por lo que poco ya se aboga, o mejor de docentes que ya
han tenido experiencias exitosas.
6. El conocimiento generado ha de ser compartido con otras organizaciones, con otros
centros escolares, es la forma de poner en común experiencias y enriquecerse.
7. Los generadores de cambio necesitan tener feed-back acerca de los procesos de
cambio integrados, para conocer los logros alcanzados y lo que ha de mejorarse.
Brandt (2003) aporta el siguiente ejemplo puesto en marcha en un centro: Se trabaja
101
para conocer las necesidades de los estudiantes respecto a varios aspectos: sistema
de transporte, servicios de cafetería, integración cultural…, cada nueve semanas
piden a los estudiantes que evalúen el trabajo realizado al respecto. Los comités de
estudiantes se reúnen, valoran los cambios producidos y aportan sus apreciaciones,
entregándolas a los responsables de dichos cambios.
8. Tienen que redefinirse continuamente los procesos de cambio: ¿qué se necesita?
¿en qué estadio estamos?
9. Se necesita de una cultura colaborativa, con un clima escolar que invite a sus
miembros a establecer relaciones profesionales de apoyo y dote a sus clientes,
alumnos y alumnas, de la educación que necesitan, donde todos/as tienen
oportunidades de colaborar y aprender de otros.
Una vez marcadas las condiciones de éxito de una escuela que quiere configurarse
como organización que aprende, podemos sintetizar las necesidades en dos principales:
cultura colaborativa y compromiso de los miembros de la comunidad docente, creyendo en
el proyecto por el que se apuesta. Estudios como el realizado en el Distrito Sudafricano de
Vanderbijl, en Gauteng, muestran estas dos características como imprescindibles en la
instauración del cambio (Moloi et al, 2006).
Ha de crearse una cultura que valore y motive a las personas que creen en la
fórmula de la colaboración para generar soluciones a los problemas planteados en una
organización con unas necesidades cambiantes, ya que ellos serán los responsables de crear
prácticas originadas en la reflexión, la innovación y el apoyo mutuo, generando nuevas
fórmulas de enseñanza y estudio. La responsabilidad, la autodisciplina y la perseverancia
hacen que el compromiso de estas personas sea efectivo para el cambio (Moloi, 2006). Es
importante su incentivación para que se configuren como ejemplos contaminantes para el
resto de la comunidad, coincidiendo con lo ya expuesto por otros autores como Brandt
(2003).
Como señala Santos (2000), los centros educativos se encuentran con algunas
barreras que dificultan la asunción de las condiciones necesarias para generar
Organizaciones que Aprenden: la rutina instaurada en la acción docente que provocan una
10
2
atrofia profesional (Gairín,2000), la ausencia de coordinación entre los diferentes
profesionales, nadie pide explicaciones por no trabajar en equipo (Gairín, 2000), la
burocratización de los cambios y la centralización del sistema, una dirección con miedo a
la supervisión, la escasa motivación del profesorado a la vez que formación en una cultura
colaborativa (Gairín, 2000) y la masificación presente en las aulas, entre otras. Todo ello,
hace que sea difícil contar con un personal implicado, comprometido y participativo que
confíe en la generación del cambio en los centros escolares, desde la autoformación y la
organización colaborativa. Hemos de replantearnos cuestiones tales como el ejercicio del
liderazgo, cómo se toman las decisiones en los centros escolares, los mecanismos de
control existentes, las estrategias de aprendizaje con las que se cuentan así como los
sistemas de formación de los profesionales (Gairín, 2000), si queremos aumentar el
número de centros escolares que apuesten por este tipo de proyectos para cambiar sus
estructuras de organización, planificación y evaluación con el fin de dar una respuesta
democrática e inclusiva a la diversidad presente en los mismos.
Para concluir este apartado, dedicado a los centros educativos como OA,
concretaremos las características de los mismos en el siguiente cuadro, haciendo una
adaptación del recogido por Gairín (2000, 38), aludiendo a las implicaciones que se
derivan de cada uno de los diferentes niveles organizativos marcados por el autor:
103
Figura 3. Implicaciones de los diferentes niveles organizativos en los centros escolares como
10
4
4.4.4.2. Las Comunidades de Aprendizaje, una apuesta por la igualdad educativa
Según Paulo Freire, pedagogo que impulsa este movimiento, se trata de que todas
las personas que están presentes en el entorno del niño influyen en su aprendizaje, y como
6
CA: A partir de aquí se hará uso de estas siglas para referirnos a las Comunidades de Aprendizaje
105
tal deben intervenir en su planificación, dotando a la educación escolar de una perspectiva
dialógica de la que hasta ahora carecía, completada por la aportación de Habermas, en
tanto que se apoya en la capacidad comunicativa que nos permite llegar a consensos a
través de la colaboración. Así, es un proyecto colectivo de transformación de la
comunidad, que está en constante revisión para responder a las necesidades que va
planteando el contexto en el que se adopta y conseguir que el alumnado desarrolle al
máximo sus capacidades, para reducir las desigualdades.
10
6
director o directora sigue siendo el máximo responsable del centro como lo dictamina la
normativa legal.
Figura 4. Fases del proceso de transformación de un centro escolar en una Comunidad de Aprendizaje.
Fuente: Flecha y Puigvert (2002).
107
A las que podemos añadir la evaluación, que de forma continua ha de estar presente
en este proceso, por estar basado en una metodología de investigación-acción, con la que
se responde a las demandas que el contexto plantea de forma continua, desde una
perspectiva colaborativa, crítica, reflexiva e innovadora.
10
8
Tabla 3.
109
El sistema escolar se abre así a la sociedad, contando con ella para planificar y
desarrollar los planes de formación con los que las nuevas generaciones se educan para
pertenecer a la misma. Vuelven a hacerse necesarios nuevas formas de organización, de
enseñar y de concebir el currículo, que se aborden desde una cultura de colaboración, de
reflexión y crítica, responsable e implicada en los procesos de cambio y mejora de las
instituciones escolares.
A partir de aquí, las implicaciones que tiene para un centro escolar organizar una
comunidad de aprendizaje que reúna las características mencionadas, podríamos
sintetizarlas con el siguiente registro (Torres, 2001, 3), y exponerlas para tenerlas presentes
al abordar un proceso de investigación-acción, que nos lleve a construir escuelas que
protejan el derecho de todos los alumnos y alumnas a ser educados:
110
4.5. Instrumentos para la autoevaluación de los centros que aspiran a la práctica de la
inclusión educativa
El gran desafío de los sistemas educativos es conseguir escuelas más inclusivas que
atiendan la diversidad, dando respuesta de mayor calidad a todos y todas los/as alumnos,
haciendo eficiente la igualdad de oportunidades entre los grupos más desfavorecidos y en
riego de exclusión escolar y social.
A continuación reflejamos tres de las guías referidas, para orientar los pasos que un
centro escolar ha de recorrer en los procesos de mejora y cambio en pos de la práctica
inclusiva escolar: INDEX for INCLUSION, de Booth y Ainscow (2000), reconocida
internacionalmente, REINE, por FEAPS (Confederación Española de organizaciones a
favor de las Personas con Discapacidad Intelectual, 2008) a nivel nacional, así como el
Modelo Inclusiva, que propone, entre otras instituciones la UNESCO, 2008, en los países
Latinoamericanos.
111
discapacidad, con amplia experiencia en intentos de desarrollar formas de trabajo más
inclusivas, de un total de veintidós centros educativos y seis distritos de Inglaterra.
Este Índice es un “manual” para hacer que las escuelas sean más inclusivas por sí
mismas, invitando al profesorado y a la comunidad educativa de los centros escolares a
comprometerse en la planificación del desarrollo escolar, a fijar prioridades para el cambio,
a llevar a la práctica las mejoras y a controlar los progresos. Presenta una secuencia de
cinco fases interrelacionadas (Inicio, del proceso del INDEX, Análisis del centro,
Elaboración de un Plan de Mejora escolar, Implementación de los procesos susceptibles de
desarrollo y Evaluación del Proceso del INDEX), cuya finalidad es producir prácticas
educativas con una orientación inclusiva, a través de indicadores y preguntas que guían el
proceso de indagación y la concreción de un plan de acción coherente y contextualizado a
las necesidades de cada centro, que más adelante ampliaremos.
112
a) Educación Inclusiva.
113
la escuela, incluyendo la Administración Educativa, ya que el proceso de cambio no afecta
exclusivamente a la escuela.
Del mismo modo, la evaluación del cambio es imprescindible para conocer el impacto
de las decisiones adoptadas respecto al punto de partida. La recogida de información y el
análisis de la misma se debe hacer mediante métodos participativos en los que toda la
comunidad escolar se implique, desarrollándose así el sentimiento de pertenencia,
imprescindible para llegar a adoptar una nueva “cultura escolar”.
Así el proceso de cambio afecta a todas las formas que pueden derivarse de las distintas
estructuras del centro escolar para excluir y marginar, parte de toda la comunidad escolar y
del cambio en la sociedad de la que participa. La educación inclusiva ha de ser una
manifestación más de una sociedad inclusiva. De esta forma superamos con creces el
concepto de Integración Escolar.
114
2. ESTRUCTURA del Index.
Es de nuestro interés hacer referencia a las secciones incluidas en cada una de las
dimensiones citadas, ya que son reflejo de las definiciones y principios que desarrollan la
concepción de la escuela inclusiva.
La Dimensión POLÍTICAS aboga por crear los espacios necesarios para mejorar
los aprendizajes y la participación del alumnado. De este modo la configuración de los
apoyos parten desde el alumnado y su desarrollo.
Por último, la Dimensión PRÁCTICAS pretende avalar que las experiencias del
centro son reflejo de la cultura y las políticas inclusivas escolares. Las actividades del aula
y las extraescolares deben procurar la participación máxima del alumnado así como sus
conocimientos y experiencias dentro y fuera del aula.
115
Cada sección está integrada por doce indicadores, que guían las pretensiones de los
centros a la hora de “inscribirse en el registro de escuelas inclusivas”. El Plan de Mejora
del centro educativo debe adoptar esta estructura para formalizar su proceso de auto-
evaluación y sus propuestas futuras, respondiendo a las preguntas que son formuladas
desde cada uno de los indicadores. El centro escolar incluirá aquellos que crean que se
adaptan a su contexto, características y comunidad.
De esta forma el Index se presenta como un instrumento flexible que ofrece una
ayuda pautada a los centros para producir mejoras escolares desde una perspectiva
inclusiva.
116
3. ETAPAS en la implementación del INDEX.
Las fases que se siguen en el proceso de aplicación del INDEX son las siguientes:
117
En la segunda fase se analiza la realidad del centro escolar, y se deciden cuáles
pueden ser los aspectos que son susceptibles de mejora, a partir del conocimiento
trasmitido por los miembros de la comunidad escolar. Se identifican así cuáles son las
barreras existentes para el aprendizaje y la participación del alumnado, se prioriza y
seguidamente, se realiza un plan de mejora para su implantación y posterior evaluación.
Las escuelas que se animen a usar el INDEX para producir mejoras escolares,
encontrarán un instrumento que contribuirá formalmente a que alcancen una escuela para
todos y todas, y superen las barreras que impiden la evolución de las prácticas
profesionales escolares.
1. Un liderazgo efectivo.
2. Compromiso de toda la comunidad educativa.
3. Planificación colaborativa.
118
4. Estrategias de coordinación.
5. La pregunta y la reflexión como procesos que generan la acción.
6. Una política para el desarrollo del profesorado en el centro.
La Guía se sustenta en un código ético, que abandera, por una parte, una serie de
principios: Beneficencia (hacer el bien), No-Maleficencia (hacer el menor mal posible),
Autonomía (respeto a la capacidad de decisión de la persona) y Justicia (igualdad y
equidad), con los que guiar el proceso educativo de las personas con discapacidad
intelectual, centrada principalmente en la etapa escolar, por constituir ésta un periodo más
formal y de importante desarrollo personal y social. Y por otra parte en un conjunto de
valores referidos a las personas con discapacidad intelectual, a las familias y a las
organizaciones, que a continuación reflejamos gráficamente.
119
Figura 7. Valores en los que se sustenta la Guía REINE
120
a la hora de proceder de un modo u otro, ante situaciones polémicas y de riesgo de
exclusión educativa y social para el colectivo.
- Crear una comunidad interdisciplinar (profesionales, familias, alumnado, agentes
externos y expertos), que trabaja en conjunto desde el análisis crítico de los casos
con la finalidad de crear protocolos de actuación ante la resolución de problemas
que se dan en el centro, y así crear una identidad propia en lo que a aplicaciones
éticas se refieren a la práctica educativa.
- Centrándonos en el alumnado con discapacidad intelectual: fomentar la
autodeterminación, la igualdad de oportunidades, la evolución de las facultades del
alumno, así como su autonomía personal.
El eje central de este proyecto, es la apuesta clara por la práctica de una educación
inclusiva. Cuando un centro educativo usa esta guía pone de manifiesto su creencia en la
educabilidad de todas las personas, contando con sus características específicas, pero
también con las condiciones del entorno en las que éstas se desarrollan.
121
b. En relación con las familias.
c. En relación con las organizaciones.
3. Otros agentes. Familias de alumnado con y sin discapacidad, alumnado con o sin
discapacidad, profesionales externos, AMPA, etc.
122
Figura 8. Fases incluidas en la Guía REINE
Además de contar con unos objetivos, cada una de las fases contempla las
siguientes áreas: acciones, productos a obtener, responsables, plazos y recursos, con lo que
el plan de trabajo es completo y sistemático, a la vez que da continuidad a las decisiones
tomadas.
123
creación de grupos de reflexión, que se responsabilicen del tratamiento ético de los
problemas a resolver.
La Guía ofrece una serie de cuestiones con las que sistematizar y orientar la toma
de decisiones en estos grupos, que se recogen bajo dos grandes epígrafes: ¿Qué debemos
hacer en este caso? y, ¿Cómo se llevará a cabo la propuesta del grupo de reflexión?:
124
4.5.3. INCLUSIVE, entornos LEARNING-FRIENDLY
125
2. Libro 2. Working with Families and Communities to Create an ILFE (UNESCO,
2011b).
En este libro también se brindan las herramientas necesarias para saber por qué hay
menores que no van a la escuela y el modo de encontrarlos para incluirlos en nuestras aulas
y sistema educativo, mediante un plan de acción detallado.
Con este libro se pretende ayudar en la inclusión del alumnado con diversos orígenes y
habilidades asistentes a clase, partiendo desde un concepto evolucionado de aprendizaje
con el que poder promover una enseñanza significativa también en este alumnado.
Creemos que es interesante recoger el índice de este libro, ya que con sus títulos ilustra las
7
ILFE: A partir de aquí se hará uso de estas siglas para referirnos a: Inclusive, learnin-friendly
enviornment (ambientes de aprendizaje inclusivos).
126
herramientas de las que dota al entorno escolar para el tratamiento de la diversidad desde
un enfoque inclusivo:
En este libro se instruye sobre la práctica de enseñar en una clase en la que esté
presente la diversidad. Se explica cómo planificar la enseñanza y el aprendizaje, cómo
utilizar los recursos con eficacia, la forma de gestionar el trabajo en grupo en un aula
diversa, así como la forma de evaluar el progreso de los estudiantes y por lo tanto el propio
progreso de aquellos que están enseñando.
127
6. Libro 6. Creating a Healthy and Protective ILFE (UNESCO, 2044f).
En este último libro se recoge la forma de hacer políticas de salud escolar, para crear
entornos escolares seguros y saludables. Determinar qué políticas se necesitan en cada
escuela requiere de la participación de las partes interesadas dentro de la escuela y la
comunidad, estableciendo colaboraciones estrechas con los funcionarios de los Sistemas de
Salud, proveedores de atención médica, así como con los maestros y maestras, familias y
líderes de la comunidad, desde espacios de consenso y reflexión.
Una vez determinadas las políticas a llevar a cabo, deben aplicarse de forma efectiva y
supervisadas por todos los implicados, incluidos los estudiantes, para asegurar que todo el
alumnado está incluido.
A través de la educación para la salud orientada a las destrezas, los niños desarrollan
sus conocimientos, actitudes y habilidades para la vida, y pueden tomar decisiones y
realizar acciones de promoción de conductas saludables y seguras. Los menores con
diversos antecedentes y habilidades son particularmente susceptibles a la mala nutrición,
salud y salubridad.
128
tomar decisiones adecuadas y avanzar hacia mayores niveles de inclusión y de aprendizaje
para todo el alumnado.
129
Las evidencias empíricas de que la atención a la diversidad es un factor asociado a
la calidad de la enseñanza (Ainscow, 2001, Agencia Europea para el Desarrollo de la
Educación Especial, 2003, citados en Duck, 2007) son recogidas en esta propuesta de
evaluación, convirtiéndose en sus referentes (Duck, 2007, 191):
- “Las escuelas que acogen a todos los alumnos y dan respuesta a la diversidad de
necesidades educativas de sus estudiantes aseguran la igualdad de oportunidades.
- Las escuelas que diversifican el currículo y la enseñanza logran mejores
aprendizajes y son más innovadoras.
- Los docentes capaces de atender la diversidad en el aula, muestran un mayor
desarrollo profesional.
- Los alumnos que se educan en contextos de diversidad, aprenden y practican
valores de respeto, solidaridad y cooperación.
- La educación en la diversidad enriquece a toda la comunidad educativa”.
Por otra parte, el modelo se vertebra sobre tres ejes fundamentales que están
presentes en las distintas dimensiones que estructuran esta forma de evaluación, y que se
atribuyen de manera significativa para la atención a la diversidad y las NEE (Duck, 2007,
191):
130
B) ESTRUCTURA del Modelo INCLUSIVA
131
Tabla 4.
132
animar a la colaboración entre docentes para construir conocimiento y prácticas
contextualizadas que respondan a las necesidades planteadas. Consta de una extensa gama
de lecturas, baterías de ítems que invitan a la reflexión y actividades de aula, que
profesores y profesoras ya han experimentado como exitosas a la hora de dar una respuesta
a la diversidad desde los postulados inclusivos. En primer lugar se pide que el contenido de
las unidades se trabajen de forma individual, con la finalidad de producir la asimilación y
reflexión del mismo, una vez realizadas las lecturas se plantea la autoevaluación de las
prácticas y por último las propuestas de mejora. Y en segundo lugar, se pide la puesta en
común, la colaboración para crear respuestas consensuadas y sistematizadas.
Con este apartado ponemos el colofón al primer capítulo que enmarca nuestro
trabajo, en una dimensión escolar y social que incluye como miembros de pleno derecho
en la escuela al alumnado que presenta NEE, reconociendo su derecho a ser formados con
todas las garantías que produzcan los mejores aprendizajes y competencias sociales en
ellos, realizando así una apuesta clara por su atención educativa y social inclusiva.
133
CAPITULO III.
¿QUÉ ES EL TDAH COMPRENDIENDO EL
TRASTORNO POR DÉFICIT DE ATENCIÓN E
HIPERACTIVIDAD?
CONTENIDOS
1. Introducción.
2. Desarrollo histórico del trastorno de atención con hiperactividad.
3. Criterios diagnósticos del TDAH.
3.1. Controversias del uso de los criterios diagnósticos actuales.
4. Prevalencia del TDAH.
4.1. Incidencia del TDAH en diferentes culturas, edades y sexos.
4.2. Presencia del TDAH según la edad.
5. Factores relacionados con el TDAH.
5.1. Factores biológicos.
5.2. Factores ambientales.
6. Trastornos asociados al TDAH.
7. Modelo de autorregulación de Barkley: Una nueva interpretación del TDAH.
7.1. Modelos explicativos en los que se basa el modelo de “autorregulación”.
7.2. Componentes psicológicos del “Modelo de Autorregulación”.
7.3. Implicaciones del modelo de Barkley.
8. Enfoques de intervención.
El déficit de atención con hiperactividad es uno de los temas tratados, de los cuales
hemos escuchado hablar con frecuencia en este último tiempo, principalmente porque se
estima que afecta entre el 3 y el 7% de la población en edad escolar según cifras aportadas
por la APA (American Pychological Association, 2002). Comprende un patrón persistente
de conductas de desatención, hiperactividad e impulsividad que interfieren de forma
significativa y causan deterioro en el rendimiento escolar o laboral y en las actividades
cotidianas (Amador y otros, 2001). En palabras de otros autores y autoras (Amador, Forns,
Guardia y Peró, 2006; Arce y Santisteban, 2006; Miranda, Castellar y Soriano, 2005;
López-Villalobos, Serrano y Delgado, 2004; Mayes, Calhoun, y Crowell, 2000; Taylor,
1990), “aunque sus síntomas centrales son la inatención, la impulsividad y el exceso de
actividad motriz, estas manifestaciones suelen coexistir con problemas de comportamiento,
dificultades de aprendizaje y déficits en el funcionamiento socioafectivo”, (Jarque y otros,
2007, 585). Por otro lado, sus repercusiones en el seno de la familia, hacen que sea la
psicopatología infantil que ocupe el primer lugar en las consultas de neuropediatría (86%),
siendo cada vez más precoz la edad en la que se acude a consulta solicitando un diagnóstico
temprano (Vaquerizo, 2005a).
134
presente en las aulas, con el fin de descender en el siguiente capítulo a los recursos
pedagógicos que nos permitan superar las barreras para que este alumnado tenga una
participación plena en la escuela y en la sociedad.
Nos fijamos en este objetivo porque es afín con nuestras pretensiones, tratar el
TDA/H desde una perspectiva pedagógica que permita establecer un marco de actuación
escolar que paute una respuesta educativa, que contemple los aspectos contextuales,
curriculares, organizativos, metodológicos y personales, con una perspectiva inclusiva y
responsable de la comunidad escolar en su conjunto.
135
es cierto, que esta premisa pueda parecer contradictoria al dedicar un capítulo completo a
las características de este trastorno, tratando su origen más neurobiológico y
sintomatológico. A tenor de lo expuesto, creemos de recibo la inclusión de este capítulo
para favorecer el conocimiento del TDA/H entre los profesionales de la educación. Tal y
como advierten Jarque, Tárraga y Miranda (2007) es necesario dotar de una formación
específica a los docentes por su clara implicación para la práctica educativa con estos
estudiantes. La presencia de este trastorno en las aulas así como los retos que éste plantea a
diario en las mismas, hace que un profesional bien informado y formado afronte con éxito
la enseñanza del alumnado con TDA/H. El conocimiento del trastorno y la trasmisión de su
tratamiento escolar desde una perspectiva interaccionista e inclusiva son las apoyaturas
teóricas que contemplamos en nuestro trabajo.
9
TDAH: A partir de aquí se usa esta sigla para referirnos al Trastorno por Déficit de Atención con
Hiperactividad.
136
significativa y labilidad emocional. En 1887, Bourneville describe “niños inestables”
acuciados por una inquietud física y psíquica extremada y una actitud destructiva, asociada
a un retraso mental leve.
Situándonos en el siglo XX, en 1901 J Demoor describe a niños con una labilidad
comportamental importante, que precisan moverse continuamente y que presentan una
notable dificultad atencional. En 1917, R. Lafora, señala a menores caracterizados por ser
indisciplinados, nerviosos, en constante actividad y desatentos, pero sin déficit cognitivos
ni sensoriales.
137
asociado a disfunciones del sistema nerviosos central. Así, la persona que padecía este
síndrome era tratada como un enfermo de conducta anormal o patológica, lo que llevó a
caracterizarlo como un trastorno del comportamiento.
A partir de los años ochenta, la investigación atribuye las causas de estos trastornos
a irregularidades en la función neurológica, focalizados en los procesos neuroquímicos
relacionados con las sustancias neurotrasmisoras. Actualmente la terminología que se
138
maneja hace referencia al déficit en el control inhibitorio de la respuesta, es decir la falta
de capacidad para inhibir los impulsos y las alteraciones en las funciones ejecutivas que no
permiten controlar la atención, y que impiden el planteamiento de objetivos, la
planificación y secuenciación de los pasos para conseguirlos (Barkley, 1997). Se centra así
el déficit en la inhibición conductual provocada por una disfunción en el sistema ejecutivo,
del cual se derivan las funciones llamadas ejecutivas, por el control consciente, voluntario y
finalista que ejercen sobre el comportamiento humano.
En 2010, Lavigne y Romero (2010), proponen una definición operativa del TDAH,
a partir del “modelo de autorregulación” de Barkley, contemplada desde la conveniencia de
un tratamiento psicoeducativo del trastorno, que incluye el ámbito escolar y familiar. Esta
definición es muy significativa para nuestro trabajo, pues se realiza desde una perspectiva
interaccionista sobre el trastorno, perspectiva compartida con nuestro tratamiento de los
problemas de atención y conducta en el aula:
139
aprendizaje y en la adaptación escolar, social y familiar. Aunque el TDAH
puede ocurrir conjuntamente con otros trastornos (por ejemplo: deficiencia
sensorial, discapacidad intelectual, trastornos emocionales graves,
dificultades específicas de aprendizaje) o con influencias extrínsecas (por
ejemplo: diferencias culturales, deficiencias o inadecuaciones educativas,
instrucción inapropiada o insuficiente), no es el resultado de estas
condiciones o influencias (Lavigne y Romero, 2010, 38).
El TDAH es un trastorno que tiene aún muchas preguntas sin responder, aunque en
los últimos tiempos las investigación desde diferentes campos de conocimiento han
proliferado en lo que al mismo se refiere, sin embargo, lo que si podemos afirmar en la
actualidad, siguiendo a Muñoz y otros (2006,184-185), es que el TDAH “es un trastorno
neurobiológico, en el cual influyen factores biológicos y ambientales que determinan la
manifestación clínica del trastorno de cada individuo, y continua diciendo caracterizado por
la presencia de tres síntomas principales, déficit de atención, hiperactividad e impulsividad,
consecuencia de una organización incorrecta de los procesos que regulan la atención, la
reflexividad y la actividad”.
140
3. CRITERIOS DIAGNÓSTICOS DEL TDAH
141
niña con TDAH, provocando o favoreciendo la producción de situaciones de inadaptación
al medio que desemboquen en estados emocionales alterados y comportamientos
socialmente inadecuados, postulado en el que nosotros apoyamos la base teórica de nuestro
trabajo de investigación. Es decir el desarrollo del trastorno no depende en exclusiva de las
características intrínsecas del niño o niña, sino que es la actuación sobre el contexto lo que
hará que ese desarrollo vaya en una u otra dirección.
1. Déficit de atención.
2. Hiperactividad.
3. Impulsividad.
142
Figura 2. Síntomas nucleares del TDAH
Fuente: ADAHIgi y otros, 2006, 9
143
Ambos sistemas de clasificación recogen 18 ítems similares a partir de los que se establece
un diagnóstico, exponiendo a continuación los establecidos por el DSM-IV (Siegenthaler y
Marco, 2011, Soutullo y Díez, 2007):
A. Desatención.
a) A menudo no presta suficiente atención a detalles o incurre en frecuentes errores
por descuido en las tareas escolares, trabajo u otras actividades.
b) A menudo presenta dificultades para mantener la atención en tareas o actividades
lúdicas.
c) A menudo parece no escuchar cuando se le habla directamente.
d) A menudo no sigue instrucciones y no finaliza tareas escolares, encargos u
obligaciones (pero no por rebeldía o falta de comprensión).
e) A menudo tiene dificultades para organizar tareas y actividades.
f) A menudo evita, le disgusta o es reacio a dedicarse a tareas que requieren un
esfuerzo mental sostenido (tareas escolares o de casa).
g) A menudo extravía objetos necesarios para tareas o actividades (juguetes, ejercicios
escolares, libros, herramientas…).
h) A menudo se distrae fácilmente con estímulos irrelevantes.
i) A menudo es descuidado en las actividades diarias.
B. Hiperactividad.
144
C. Impulsividad.
El DSM-IV considera que, para que un niño o niña pueda ser diagnosticado con este
trastorno, debe cumplir los siguientes criterios:
1º. Se deben cumplir seis o más de los síntomas que aparecen en el apartado de la
desatención y/o seis o más del apartado de hiperactividad/impulsividad, debiéndose
presentar en los seis últimos meses con una intensidad que sea inadecuada para su
edad. A partir de aquí, el diagnóstico se encajará en una u otra de las tres categorías
diagnósticas que la APA diferencia, y que más adelante recogeremos. Por su parte,
en el CIE-10 se exigen seis o más de la falta de atención, tres o más de
hiperactividad y, al menos, uno de impulsividad.
2º. Los síntomas señalados han de haber aparecido antes de los siete años de edad. En
el caso de la OMS se establece antes de los seis años.
3º. Es necesario que la sintomatología persista en dos o más de los contextos que son
significativos para el sujeto (escuela, trabajo o contexto social).
4º. Deben existir pruebas claras de un deterioro clínicamente significativo de la
actividad social, académica y/o laboral.
5º. Los síntomas pueden aparecer de forma aislada o asociados a otros trastornos como
los trastornos generalizados del desarrollo, la esquizofrenia o el trastorno psicótico y
aunque pueden estar presentes junto con otro trastorno, no se explican por la
presencia del mismo (por ejemplo, trastorno del estado de ánimo, de ansiedad,
disociativo o de la personalidad)
Aunque el acuerdo entre APA y la OMS no es total, hay una serie de matices en los
que su posicionamiento es común (Siegenthaler y Marco, 2011; ADAHIgi y otros, 2006):
145
a) Persistencia en el tiempo de las conductas desatentas y/o hiperactividad-
impulsividad, siendo más frecuentes y graves que las observadas en sus iguales,
dándose en más de un contexto: familiar, escolar y/o social/laboral.
b) La sintomatología ha de estar presente ante de los siete años, es entre los seis y los
nueve años, cuando ya se puede realizar un diagnóstico claro.
c) Los síntomas resultan inapropiados para la edad, evidenciándose características
conductuales específicas, que tienen efectos negativos sobre el desarrollo cognitivo,
personal y social, que se acusan en sus adaptación social y desarrollo escolar.
146
- No suelen manifestar comportamientos disruptivos y son callados, lo cual hace que
pasen desapercibidos.
- Consecuencias escolares. Alumnado tendente al fracaso escolar, ya que la memoria
a corto plazo se ve afectada, reflejándose en áreas curriculares tales como la
comprensión lectora o el cálculo mental.
- Manifestaciones básicas:
En general, son niños y niñas que se frustran fácilmente y que presentan estallidos
emocionales, lo cual dificulta sus relaciones sociales, produciéndose continuamente
peleas y discusiones.
147
3. TDAH-C. Presentan rasgos combinados de inatención con hiperactividad-impulsividad,
lo que produce una problemática más severa. Las consecuencias de esta combinación son
importantes en su futuro ajuste socio-personal, afectando tanto al comportamiento como al
aprendizaje.
Es el subtipo que se da con más frecuencia, lo que hace que la mayoría de las
investigaciones sobre niños/as con TDA/H se hagan con aquellos que presentan un subtipo
combinado.
148
3.1. Controversias del uso de los criterios diagnósticos actuales
El DSM-IV describe el TDAH como un trastorno del desarrollo que consiste en dos
dimensiones de síntomas: déficit de atención y un comportamiento hiperactivo-impulsivo,
exigiendo que el número mínimo de síntomas requeridos para cumplir el criterio de
desatención sea de seis, al igual que en el de hiperactividad e impulsividad, aplicándose
con independencia de las variables de edad y sexo, y planteando las dos dimensiones
independientes entre sí.
Ningún otro trastorno tiene una lista de síntomas tan larga, siendo poco probable que
sea de necesidad la que aporta el DSM-IV al completo, ya que los estudios apuntan a que
existe redundancia entre las dos dimensiones planteadas tal y como apunta Barkley (2009)
apoyándose en las investigaciones llevadas a cabo por Barkley (2008), Lahey y otros
(1994) y Du Paul y otros (1998). Aunque sería de recibo conservar una lista diferenciada,
debido a la evolución en las manifestaciones de los síntomas según la etapa evolutiva en la
que nos encontremos: infancia, adolescencia y edad adulta (Barkley, 2008).
149
Según Amador y otros (2001a), el número de síntomas necesarios para el diagnóstico
debería atender a las variables sexo y edad, además de contemplarse el tipo de informante,
por las variables que introducen en cuanto a la frecuencia e intensidad de los síntomas, y la
condición de subclasificación del TDAH a la que obedecen.
Para Barkley (2009), quizá exista una excesiva carga de ítems relacionados con la
hiperactividad-impulsividad en relación al patrón de desatención, ya que queda demostrado,
a raíz de sus propios estudios, que hiperactividad y conductas que reflejan una pobre
ejecución motora o conductual son dos dimensiones claras del TDAH, y no como se
pensaba años atrás, que la hiperactividad ocupaba un lugar de privilegio en los rasgos
representativos de este trastorno (Werry y otros, 1970,en Barkley, 2009). En el HI, solo tres
150
de los síntomas se refieren a la inhibición pobre, sobre todo a la inhibición verbal, y el resto
están en relación a la hiperactividad, un 65%. El constructo de desatención es otro de los
ámbitos que ocupan un lugar central en los listados de síntomas. En este sentido, los
estudios neuropsicológicos actuales apuntan a la existencia de una fuerte relación entre la
desatención y la inhibición o memoria de trabajo, así es probable que en un futuro la lista
de HI se relacione con medidas de una inhibición pobre de la respuesta, además de las
propias de un déficit atencional (Gioia y otros, 2000, en Barkley, 2009).
A partir de la propuesta del nuevo trastorno, Barkley (2006a, 2008, 2009) plantea los
siguientes cambios, que incidiría directamente en la forma de diagnosticar el TDAH
establecida por el DSM:
151
- Distracciones frecuentes.
En la edad adulta, además debe dejarse de prestar tanta atención a los síntomas de
hiperactividad para conceder mayor importancia a la inquietud interna que
manifiestan los afectados experimentar a medida que van creciendo en edad.
b) Edad de inicio
Por otra parte la edad de inicio que marca el DSM-IV ha sido otra variable cuestionada.
En este sentido, Barkley y Bierdman (1997) señalan la ausencia de justificación empírica
para marcar la edad de inicio a los siete años, postulando la defensa de la supresión de una
edad específica a favor de la especificación del inicio en algún punto de la infancia a la
adolescencia, (Barkley, 2009, 104), situándose antes de los dieciséis años.
152
c) Subclasificación del TDAH
153
En cuanto a la clasificación del TDAH, el modelo de Autorregulación de Barkley
diferencia tres subgrupos dentro del TDAH combinado, que a juicio del autor se configura
como un subtipo “contenedor” en el que se “arroja” todo. Así, la propuesta de Barkley
recogería la siguiente ordenación (Barkley, 2006, 2008 y 2009):
1. Personas que al crecer ven disminuida su hiperactividad, entendida ésta como un exceso
de actividad motora. A partir de aquí, se propone un cambio en su diagnóstico al
subtipo inatento, ya que los criterios de hiperactividad ya no se cumplen. Cambio de
diagnóstico que desde el punto de vista de Barkley, no debe darse ya que lo único que
ha ocurrido es que el niño ha crecido, pero sigue siendo un TDAH combinado.
2. Población infantil que cumplen todos los criterios diagnósticos del subtipo combinado,
excepto uno, entonces estamos ante un una forma leve del trastorno combinado. El
TDAH combinado se considera en un continuum en el que hay formas leves,
moderadas, graves y profundas del trastorno.
3. Un nuevo trastorno: personas de “tiempo cognitivamente lento” (TCL) (Slow Cognitive
Time). Éste se basa en el concepto de “aprender lento” (slow learner) con el que
Kephart denominaba a aquellas personas con DA que eran lentos en el procesamiento
de la información (Kephart, en Lavigne y Romero, 2010). Se verían afectadas entre un
30% y un 50% de la población diagnosticada con predominio de atención en los EEUU
(Barkley, 2006a, 87). La sintomatología es opuesta al subtipo combinado y se
caracteriza por (Barkley, 2006, McBurnett y otros, 2001):
- Hipoactividad, lentitud en sus movimientos, letárgicos, calmados, callados,
apáticos, descuidados, despistados y tendencia a soñar despiertos
- En la relación con sus iguales, sufren a menudo aislamiento social, olvido o
abandono por parte de sus compañeros, a diferencia de aquellos que sufren TDAH
combinado, que son rechazados clara y activamente por sus iguales, debido a su
tendencia a pelearse, ser agresivos y no respetar el turno de palabra, entre otras
causas.
- En cuanto a la comorbilidad se refiere con otros trastornos y dificultades en el
aprendizaje, los TCL son más propensos a presentar dislexia, discalculalia,
ansiedad y depresión, mientras que los del subtipo combinado padecen con más
154
frecuencia trastornos de conducta y trastorno oposicionista desafiante, aunque
también dificultades en la lectura, escritura y matemáticas.
- Por lo que al tratamiento respecta, los psicoestimulantes son menos efectivos en el
TCL. Mientras que un 90% de la población con subtipo combinado mejora
sustancialmente con esta medicación, solo un 65% mejoran pero no lo suficiente.
Siendo la terapia cognitiva la que presenta una mayor efectividad en los TCL.
Estos rasgos característicos no casan con la inhibición conductual (Barkley, 1997), con
lo cual se anima al grupo de trabajo del DSM-V a que atiendan a este grupo predominante
en el déficit de atención y a su posible clasificación en el nuevo DSM (Barkley, 2009).
Según los últimos estudios realizados en atención a los criterios diagnósticos del
DSM-IV, la presencia del TDAH es común en todos los países en los que se han llevado a
cabo estudios para comprobar su existencia, viéndose afectadas las diferentes etnias
estudiadas. Los índices de prevalencia del TDAH se sitúan entre un 3% y un 7% de la
población general en edad escolar, y entre el 10 y el 15% si nos referimos a la población
clínica.
Para definir la prevalencia del TDAH nos encontramos con un primer escollo que
aún no se ha salvado, y es que se trata de un trastorno multicomponente y complejo. Por
tanto, la metodología y el ámbito de estudio son determinantes para interpretar los
resultados obtenidos.
155
supone un medio fácil y rápido, aunque dadas las características anteriormente
mencionadas, muy limitado. En la estrategia clínica, predominan entrevistas
semiestructuradas y demás valoraciones emitidas por expertos a partir de la información
que recaban del niño o niña. Este procedimiento tiene la ventaja de que se adapta más
fácilmente a los criterios de referencia por el DSM-IV, pero los inconvenientes de disponer
de una mayor subjetividad y problemas de fiabilidad de los interevaluadores, ya que los
criterios adoptados no suelen ser los mismos.
156
Siguiendo a estos autores, la escala que mejor cumple con estas demandas es la
Attention Deficit Hyperactivity Disorder Rating Scales IV (ADHD RS-IV) de Paul y otros
(1998), ya que:
157
este hecho poniendo de manifiesto los siguientes datos: por cada tres niños, hay una niña
diagnosticada, y por cada diez niños que asisten a consulta, una es niña, y justificando los
mismos, por las diferencias comportamentales entre géneros.
Las explicaciones para justificar la prevalencia del TDAH en varones difieren según
los autores. Para algunos, la causa radica en que los síntomas del trastorno en ambientes
clínicos, se manifiestan con mayor severidad en los niños que en las niñas, (Montiel-Nava y
otros, 2002). Para otros, los niños manifiestan una sobreactividad notoria mientras que en
las niñas prevalecen los problemas atencionales, que pasan más desapercibidos (Barkley,
2003; Biederman y otros, 2006). Por su parte Biederman, (2006) advierte que niños y niñas
comparten el mismo riesgo de padecer TDAH, lo que ocurre es que el género modula una
sintomatología diferente; su teoría defiende que se trata del mismo trastorno pero con
manifestaciones clínicas diferentes.
Las niñas suelen presentar escasez de síntomas agresivos e impulsivos, a la vez que
los índices de trastornos de conducta también son más bajos. Las manifestaciones del
trastorno en niños y niñas son diferentes, atendiendo a un estudio realizado en Estados
Unidos por su Instituto de Salud Mental (Biederman y otros, 1999, en Valdizán y otros,
2007):
- En las niñas predominan los síntomas de inatención, mientras que los niños
destacan por sus síntomas hiperactivos-impulsivos, además de por sus conductas
disruptivas.
- En la población femenina con TDAH se dan niveles más altos de problemas
conductuales, por ejemplo oposicionista desafiante y de la conducta, si las
comparamos con niñas que no padecen el trastorno, aún así comparadas con los
niños con TDAH los índices son más bajos que en varones.
Se dieron niveles más altos de variabilidad del humor y ansiedad en las jóvenes con
TDAH que en niños sin TDAH, siendo tendentes a padecer depresión (Idiazábal, 2004,
2006).
158
- Con respecto a los jóvenes no afectados por el trastorno, las jóvenes que si lo
padecen tienen mayor riesgo en la dependencia del alcohol y la droga, incluyendo el
tabaco (Idiazábal, 2004, 2006).
- En cuanto a las dificultades cognitivas son similares las presentadas por féminas y
varones con TDAH.
Gráfico nº 1. Subtipos de niñas, con predominio de niñas tímidas (Valdizán y otros, 2007, 530)
159
Este mismo grupo de investigación desarrolló un cuestionario complementario al
diagnóstico de base del DSM-IV, Autocuestionario para muchachas con TDAH (Adaptado
de Valdizán y otros (2007). Características y variabilidad clínica del TDAH en niñas):
160
28. Me cuesta tener organizada la habitación.
29. Solo obtengo buenas notas en los temas que realmente me interesan.
30. Tengo dificultad para terminar los trabajos en un tiempo determinado.
31. La única forma que tengo realmente para estudiar antes de un examen es hacerlo la
noche anterior.
32. A veces como para calmarme.
33. Tengo los trabajos poco limpios.
34. Estoy inquieta en clase porque me es difícil sentarse y escuchar.
35. Manifiesto mis pensamientos sin reflexionar.
Weiss y otros (2003), en un estudio retrospectivo que realizan con una muestra
clínica, descubren que las niñas diagnosticadas como TDAH-I, habían sido derivadas por
problemas en el aprendizaje, provenientes de un fracaso escolar o retraso del lenguaje.
1º. Las niñas tienen unas manifestaciones clínicas específicas bajo los tres síntomas
comunes (inatención, hiperactividad e impulsividad).
2º. El metilfenidato es igual de eficaz en ambos sexos.
3º. Los niños son los únicos que muestran otros trastornos como negativismo y
problemas de conducta.
4º. Los cerebros de mujeres y hombres son bastantes similares, pero la expresión de los
síntomas son diferentes en función de ambientes y niveles.
161
circunstancias las que controlan su vida siendo sus propios esfuerzos ineficaces, de ahí la
importancia de la disposición del contexto que invitará a desarrollarse a los TDAH en unas
u otras circunstancias determinantes para su evolución positiva o negativa como personas
que viven y se desarrollan en sociedad.
162
Los síntomas principales del TDAH, inatención, hiperactividad e impulsividad,
experimentan cambios evolutivos con la edad. Así en la infancia persisten los
correspondientes a conductas hiperactivas (correr, levantarse en clase sin permiso, no
parar…), disminuyendo en intensidad a medida que va creciendo el menor (Hart y otros,
1995; Biederman y otros, 2000; Sobanski y otros, 2008; Young y Gudjonsson, 2008,
autores recogidos en Ramos-Quiroga, 2009). Sin embargo, otros como la inatención
(despistes, olvidos, no acabar tareas…) y la desorganización conductual o impulsividad
(hacer las cosas sin pensar, interrumpir…) continúan en los periodos de la adolescencia y
edad adulta. Pero, “en todas las etapas del ciclo vital, el TDAH se caracteriza por una serie
de disfunciones cognitivas o neuropsicológicas que, junto a las manifestaciones
conductuales, producen un impacto generalizado en distintas áreas del desarrollo”, (Marco,
y otras, 2011,33).
Si además combinamos los datos sexo, edad y comorbilidad las cifras aún varían
más (Newcorn y otros, 2001; Benaschewski y otros, 2003; Eiraldi y otros, 1997) como
señalan Cardo y Servera-Barceló (2005), y solo podríamos afirmar que el trastorno,
exceptuando el tipo atencional, es más frecuente en niños que en niñas con edades
comprendidas entre los seis y los nueve años, y que entre el 30 y el 80% de los casos
presenta comorbilidad con trastornos del comportamiento o dificultades de aprendizaje.
En España, entre los años 2000 y 2003, se llevó a cabo el primer estudio de
prevalencia del TDAH que contrasta la evaluación de padres y profesorado y que no detecta
diferencias entre niños y niñas respecto del trastorno, dirigido por Servera Barceló, M.
investigador de la U.I.B. (Universidad de las Islas Baleares) (Cardo, Servera y Llobera,
2007) . La población del estudio la constituyeron mil setecientos escolares mallorquines.
Con lo cual es un estudio único en España, por su población y su implicación de varios
163
evaluadores. En éste se detecta que por cada aula de veinticinco alumnos y alumnas, uno
padece TDAH, o lo que es lo mismo, un 4,6% de la población entre seis y once años
presenta TDAH, tasa que se acerca a la manifestada en estudios anteriores, principalmente
estadounidenses. Si se tuviesen en cuenta a los evaluadores por separado, la tasa varía
considerablemente, en el caso del profesorado, se eleva hasta un 7%, y si contamos
solamente con los padres, se dispara hasta un 25%.
164
Por todo lo expuesto, podemos decir que aunque el DSM-IV concluya que la tasa de
prevalencia del trastorno es del 5%, es un dato demasiado generalista para la cantidad de
variables que han de ser tenidas en cuenta a la hora de conocer su presencia en la población.
165
5.1. Factores biológicos
A. Factores genéticos.
166
conocimientos actuales sobre la asociación entre genes candidatos y TDAH, proponiéndose
por algunos autores un total de ocho (Faraone y otros, 2006), así como una revisión de los
temas emergentes que orientarán la investigación futura (Cardo y Servera-Barceló, 2008).
Por su parte en España), tanto el grupo de Acosta (2007), Mulas y otros (2007), Ramos-
Quiroga y otros (2007), Ramos-Quiroga y otros (2012) también han publicado trabajos
interesantes en esta línea. En el caso de Acosta (2007) se afirma que estamos muy cerca de
conocer el origen genético del TDAH, aunque el reto está en saber como la información
que se obtenga beneficiará a los pacientes. Mulas y otros (2007), evidencian la etiología
orgánica del TDAH, y Ramos-Quiroga y otros (2006), resaltan la alta carga genética, de
herencia compleja, modulada por factores ambientales, considerándose su estudio modelo
para mejorar los conocimientos en este campo.
Lo que puede afirmarse es que los genes juegan un papel determinante en el origen del
trastorno, según los estudios de genética realizados. Sin embargo como afirman,
Presentación y otros (2006, 137), las influencias biológicas sobre las conductas hiperactivas
167
hay que interpretarlas y valorarlas desde un enfoque interactivo, psicosocial y contextual,
en el que las características del niño y del ambiente actúan como un tándem.
B. Factores neurobiológicos.
1. Influencias hereditarias.
Por su parte, los estudios con gemelos monocigóticos y dicigóticos también apuntalan
la hipótesis de que el TDAH se trasmite genéticamente (Rietveld y otros, 2003, en Cardo y
Servera-Barceló, 2005), aunque existen factores ambientales que influyen de forma directa
en el desarrollo del mismo. La interacción entre los gemelos y el entorno contribuye con la
complejidad fenotípica del TDAH, los genes juegan un papel determinante pero las
influencias ambientales determinan la actuación de los mismos, y probablemente el
momento y las modalidades de dicha actuación (Bakker y Rubiales, 2010). La mayoría de
los estudios revelan una mayor incidencia en los gemelos unicigóticos, si un gemelo
idéntico tiene TDAH el otro es muy probable que también lo desarrolle (58-82%). En el
caso de los gemelos dicigóticos, la probabilidad se reduce (58-82%) (Siegenthaler y Marco,
2011).
El hecho de que la heredabilidad del trastorno sea menor que uno indica que el mismo
no puede ser un factor determinante para su diagnóstico.
168
2. Desbalances químicos.
Aunque actualmente no se conocen con exactitud las causas bioquímicas del TDAH, se
acepta la existencia de una disfunción en los neurotransmisores dopamina y noradrenalina
que produce déficit en las funciones cognitivas, que a continuación se exponen (Lavigne y
Romero, 2010).
169
Los estudios indican que hay problemas en los circuitos reguladores que comunican el
cortex prefrontal y los ganglios basales, áreas del cerebro que se comunican mediante la
dopamina y la noradrenalina Las regiones cerebrales afectadas se corresponden con las
regiones frontales y perifrontales implicadas en la autorregulación, el autocontrol y las
funciones cognitivas, coincidiendo con las investigaciones que apuntan a un déficit de
neurotransmisores, en concreto de dopamina y noradrenalina, apoyando así la hipótesis de
la dopamina. “Las investigaciones con animales demuestran que niveles bajos de dopamina
en el cerebro producen hiperactividad e impulsividad. El cortex prefrontal controla la
persistencia en una tarea (atención mantenida), la resistencia a la distracción (inhibición
motora) y la capacidad de volver a una tarea después de distraernos (memoria de trabajo)”,
(Soutullo, 2008, 37). Durante la década de los noventa, la hipótesis de la dopamina
(Swanson y otros, 2007; Volkow y otros, 2007; Spencer y otros, 2007; en Filomeno, 2008)
ha sido la explicación más aceptada del origen del TDAH.
170
ejecuciones mentales que de ellas se derivan: memoria de trabajo, internalización del habla
o lenguaje autodirigido, control de las emociones y de la motivación y reconstitución
(Miranda y otras, 2001).
a) Los lóbulos frontales parecen ser más pequeños, sobre todo el derecho (Castellanos
y otros, 1996)
b) Menor volumen cerebral en distintas zonas de los ganglios basales, estando el
cuerpo estriado más afectado. Por otra parte, el núcleo caudado derecho muestra una
mayor asimetría que la del izquierdo, aunque algunas investigaciones no lo
consideran como algo anormal, tales como las recogidas por Lavigne y Romero
(2010): Hynd y otros, (1993), Castellanos y otros, (1996), Filipek y otros, (1997),
Ernest y otros, (1997).
c) El volumen de los hemisferios cerebelosos también parecen ser más pequeños.
Específicamente, los lóbulos posteroinferiores del vermis cerebeloso, pero con
conservación del lóbulo promedio del resto del órgano.
A partir del uso de las nuevas técnicas no invasivas de neuroimagen, que no producen
daños, y permiten analizar la estructura cerebral, RM o PET entre otras, se baraja la
apreciación de que la corteza prefrontal en los niños con TDAH es más pequeña. Esta zona
171
cerebral se encarga de la función ejecutiva: cómo planificar y organizar una acción,
comenzarla, controlar si se está haciendo bien o mal siguiendo el plan establecido, tomar
conciencia del resultado y corregir los errores, evitar distracciones por estímulos
irrelevantes, flexibilizar o adaptar la acción si las circunstancias así lo requieren y finalizar
la acción iniciada (memoria de trabajo). En definitiva el cortex prefrontal controla la
memoria de trabajo, la atención y la inhibición de las respuestas.
Del mismo modo, el globus palidus y el núcleo caudado son más pequeños en menores
con TDAH que en el resto de la población, estas regiones coordinan o filtran la información
que llega desde otras zonas cerebrales, de manera que participan en la selección de la
información importante y controlan los impulsos.
Por otra parte, Soutullo (2008), señala tres zonas cerebrales afectadas, y por tanto las
funciones que éstas desempeñan:
- Corteza prefrontal.
o Centrarse en lo importante, evitar distracciones
o Atención dividida, hacer dos cosas a la vez
o Atención Mantenida, terminar las cosas
- Sistema reticular.
o Mantenerse despierto y vigilante
Por su parte, las indagaciones llevadas a cabo por el grupo de investigación de Shaw,
han reportado un retraso de hasta tres años en la maduración de la corteza cerebral,
especialmente en las regiones prefrontales, y de los núcleos cerebelosos, en concreto el
adelgazamiento de la corteza cerebral prefrontal que ocurre a los siete años y medio, en los
172
menores con TDAH aparece a los diez años y medio (Shaw, 2007; Shaw y otros, 2007).
Este estudio no ha alcanzado la suficiente validez para configurarse como un criterio
diagnóstico para confirmar o descartar el TDAH. Por otra parte, tampoco debe aceptarse
que el retraso en la maduración cerebral haga que con el paso del tiempo los múltiples
problemas asociados a este trastorno desaparezcan, ya que esto no es lo que ocurre
(Filomeno, 2008).
En síntesis podemos decir que las personas con TDAH presentan una actividad cerebral
menor, así como una reactividad a los estímulos inferior al resto tal y como recogen
Lavigne y Romero (2010) apoyándose en las siguientes investigaciones: Capilla-González
y otros, (2005), Barkley (2006), Ernst y otros (1997), Barkley y otros, (2002). Aunque las
diferencias morfológicas halladas guardan relación con el trastorno, no son suficientemente
significativas como para explicar por sí solas lo que ocurre en el TDAH.
Los factores ambientales parecen no poder situarse en el origen del TDAH, pero son
influyentes en el desarrollo y perpetuación de sus síntomas en el tiempo, aunque ninguno
por sí solo puede explicar el origen del trastorno en la mayoría de los casos, tal y como
hemos venido advirtiendo en la exposición de los factores biológicos.
173
ambientales, que si parecen tener una correlación positiva con el TDAH: discordias
maritales, bajo nivel socioeconómico, familia numerosa (tres o más hermanos),
criminalidad paterna, trastorno mental materno y ser cuidado por una familia adoptiva,
aunque si nos fijamos en estudios más recientes (Mick y otros, 2002, Bitaubé, 2009) , tal y
como advierten Bakker y Rubiales (2010) se llega a la conclusión de que factores como el
nivel socioeconómico, no aumentan el riesgo, además de los referidos a la edad de la
madre en el embarazo y el cociente intelectual de los padres.
Siguiendo con Bakker y Rubiales (2010) señalan otros factores que han sido
relacionados con el trastorno que incluyen tóxicos ambientales como metales pesados. En
el caso de la exposición moderada o alta al plomo, al ser una sustancia tóxica para el
cerebro, como son la nicotina o el alcohol, y procurar la presencia de niveles altos en el
cuerpo, puede ser la causa de la aparición del TDAH en algunas personas, ya que el tejido
cerebral ha sido dañado.
Según Siegenthaler y Marco (2011, 28), “todo apunta a que nos encontramos con un
tipo de herencia poligénica multifactorial, dependiendo de factores ambientales diversos,
entre los cuales parecen destacar las circunstancias perinatales y posiblemente los métodos
de crianza y educación”.
A. Ambiente familiar.
174
interiorización de las normas y reglas sociales, lo cual está directamente asociado a la
competencia de autorregulación del menor con TDAH, que se hace insuficiente (Olson y
otros, 1990, en Presentación y otros, 2006).
Tal y como recoge Presentación y otros (2006), a partir del estudio realizado por
Keown y Woodward, (2002), en el que se analizan las relaciones padres-niños hiperactivos
en edades tempranas en comparación con las relaciones entre padres-niños sin TDAH, se
advierte del uso de prácticas disciplinarias laxas, escasa comunicación con sus hijos, y una
menor sincronía en las interacciones madre e hijo. Aunque en un estudio realizado
recientemente por Gohari y otros (2012) no se encuentran diferencias significativas en la
eficacia de la crianza propia entre las madres de niños con y sin hiperactividad en edades
preescolares y primero de primaria, si bien es cierto que si se denotan en un curso superior,
llegando a la interesante conclusión de que el incremento de la edad y el nivel educativo de
los menores con TDAH pueden estar asociados con un menor nivel de eficacia de crianza
propia, es decir que a mayor edad mayor ineficacia en la crianza de los padres se encuentra.
En este sentido los trabajos científicos señalan una relación positiva entre la aparición de
alteraciones conductuales y el rol ejercido por la familia, pudiendo ser la calidad de las
relaciones padres e hijos variables predictivas para el desarrollo de dificultades en el
comportamiento, llegando a evolucionar a conductas adictivas y delictivas (Manuzza, Klein
y Moulton, 2008).
175
(Montiel-Nava, Montiel-Barbero y Peña, 2005). Estas consecuencias alcanzan un nivel
determinado de afectación en función de diferentes factores: gravedad del TDAH,
severidad de su sintomatología básica, presencia de otros trastornos o enfermedades
asociados, experiencia acumulada fallida en los intentos de educar al menor por parte de los
padres y madres, dificultades académicas… (Moreno, 2008). A partir de aquí, la educación
de los niños en el contexto familiar se desarrolla bajo técnicas disciplinarias inadecuadas, al
hacer uso de estrategias más agresivas, autoritarias e impositivas (Miranda y otros 2007;
Grau, Miranda y Soriano, 2011), provocado por el estrés que produce la crianza de los
menores con TDAH, definido por algunos adjetivos como hostilidad o sobreprotección
emocional, venida de las características personales de los padres pero también de los niños,
al provocar una fuente de tensión continuada.
En términos generales, los estudios llevados a cabo en familias de niños con TDAH han
advertido de un estilo parental más intrusivo, controlador y desaprobador que en familias
carentes de este trastorno, aunque parece ser que este estilo educativo es más una
consecuencia de respuesta ante las manifestaciones del trastorno que una causa, provocando
en los padres estrés, sentimiento de culpa, desconfianza en sus capacidades, depresión o la
práctica del aislamiento social, ya que los padres se ven sometidos a numerosas críticas
cuando se hayan en situaciones sociales (Roselló y otros, 2003, Presentación y otros, 2006).
También al compararse con los padres de niños sin TDAH se reconocen más deprimidos, y
limitados y condicionados en su tiempo personal (Escobar y otros, 2005). Las creencias
respecto a sus hijos e hijas, se corresponden con que éstos tienen menos control afectivo y
emocional, y que experimentan más dificultades para concentrarse y para adaptarse al
ambiente físico y social, experimentando así, fuertes sentimientos de desajustes entre las
expectativas que tenían y las características reales físicas y emocionales de sus hijos e hijas
(Miranda, Marco y Grau, 2007). Todas estas consecuencias, a su vez repercuten en el niño
o la niña, en su desarrollo emocional y autoestima, con lo que se produce un círculo vicioso
que perpetua las conductas en los unos y en los otros, protagonizado por una interacción
negativa continua y un sentimiento de fracaso (Presentación y otros, 2006).
176
A tenor de estas conclusiones hay que advertir que la mayoría de las investigaciones se
han hecho con muestras de remisión clínica en su mayoría, sin grupos de control y sin tener
en cuenta los subtipos, actualmente establecidos, con lo que dichos resultados podrían estar
sesgados al considerar una población muy afectada por el trastorno. Si bien es cierto, que
en la literatura revisada se recoge en su mayoría un aumento de las interacciones negativas
entre los miembros de la familia y el niño, problemas de relación con los padres y
hermanos, tensiones e incluso rupturas de pareja (Grau, Miranda y Soriano, 2011; Moreno,
2008).
El impacto que produce en los padres y madres el hecho de tener un hijo o hija con
TDAH, es un tema menos estudiado que el impacto que produce las interacciones de los
padres en sus hijos hiperactivos. Pero como advierten Grau, Miranda y Soriano (2011) se
constituye un círculo vicioso de interacciones negativas y sentimientos de fracaso que
perpetuán las dificultades familiares y las manifestaciones sintomáticas del TDAH, debido
a las grandes dificultades de crianza experimentada por los padres producidas por el
comportamiento de los menores, y la repercusión negativa que estas dificultades causan en
el desarrollo emocional y afectivo, así como en la autoestima de éstos. Coincidiendo con
este posicionamiento, Lavigne y Romero (2010), presentan el trastorno como causa del
deterioro familiar y del ambiente escolar, y no como la consecuencia de los mismos como
generalmente se cree, presentación que apoya nuestro trabajo de forma relevante. Lo cual
afecta negativamente a la sintomatología del niño o niña y a los ambientes en los que crece.
De esta forma el problema entra en una espiral que incrementa sus síntomas y
consecuencias, por tanto recomiendan una detección, evaluación, diagnóstico y
tratamiento, por un equipo multidisciplinar en el que se tenga en cuenta a las familias,
profesorado y escuela. A lo que Grau, Miranda y Soriano (2011) añaden, el posible origen
genético del TDAH, con lo que los padres también pueden manifestar síntomas propios del
trastorno que le impidan enfrentarse satisfactoriamente a sus responsabilidades.
Por otra parte, aunque no se ha establecido una relación causal entre los modos de vida
y el TDAH, parece de recibo que el modelo de sociedad actual (“infointoxicación”) pueda
estar contribuyendo a generar una mayor disfuncionalidad del TDAH. La proliferación de
177
los modelos que favorecen refuerzos externos inmediatos (videojuegos, dibujos animados,
televisión, Internet, publicidad, etc.), la sociedad de consumo y materialista, etc., presentan
pocas oportunidades para favorecer y entrenar la atención sostenida, cultura del esfuerzo,
demora de recompensa, estrategias reflexivas, autocontrol, etc. (Peña y Montiel, 2003, en
Cardo y Servera-Barceló, 2008). El establecimiento de límites y modelos de conducta
organizada supone un importante esfuerzo educativo y requiere inversión de tiempo por
parte de los padres y madres, elemento que cada vez es más escaso en los países
industrializados. Lo cual debe alertar no solo al ámbito médico (clínicos y neurobiólogos),
sino a los responsables de la política educativa y sociofamiliar, además de a las propias
familias.
B. Ambiente escolar.
178
- Metodología y didáctica de la acción educativa. Técnicas de enseñanza aburridas o
monótonas.
- Demandas académicas poco ajustadas a las necesidades y características del
alumnado y del ambiente escolar.
- Disponibilidad y disposición de espacios: escasez y propensos a las distracciones
ambientales: poca iluminación, ruidos, asientos inadecuados.
Entre los factores señalados se ha destacado una mayor prevalencia del trastorno en los
medios urbanos desfavorecidos. Factores como la pobreza, malnutricón, exclusión social,
malos cuidados pre y posnatales, problemática familiar, incluido el consumo de alcohol y
drogas, y la violencia doméstica, favorecen la aparición de los síntomas, desarrollo y
perpetuación.
Si bien es cierto, que hay que señalar la necesidad de una investigación continua que
vaya arrojando luz acerca del origen del TDAH y de los factores que lo precipitan y
179
perpetúan, con la finalidad de poder ser más precisos en su diagnóstico a la vez que en su
tratamiento.
El TDAH es un trastorno que más que otro suele aparecer asociado con otros
trastornos del aprendizaje, las emociones y la conducta, tanto en población infantil como
adulta.
A nivel psiquiátrico hay alteraciones con las que generalmente se asocia el TDAH.
Según el estudio Multimodal Treatment Study of Children with ADHD (MTA, 1999), que
incluyó 579 niños de 7-9 años que cumplían los criterios diagnósticos del TDAH subtipo
combinado, se observó la presencia de otros trastornos comórbidos en el 68,2% de la
muestra. Los estudios de réplica que se hicieron con los adultos con TDAH evaluados
(National Comorbidity Survey), indicaron que éstos sufrían una mayor probabilidad
aumentada por seis veces de padecer al menos otro trastorno psiquiátrico a lo largo de su
vida, y con frecuencia mucho mayor de uno (Kessler, 2005, 2006, en Brown, 2010). El
trastorno más frecuente fue el trastorno negativista desafiante (39.9%), seguido del
trastorno de ansiedad (33.5%), del disocial (14.3%), el trastorno por tic motores (10.9%),
los trastornos afectivos (3.8%) y el trastorno bipolar (2.2%). Mediante otros estudios se han
llegado a obtener resultados similares, tal y como recoge Ramos-Quiroga (2009):
Biederman y otros (1991b); Jensen y otros (1997); Hurtig y otros (2007); Smalley y otros
(2007).
Ante estos resultados cabe cuestionarse el por qué los TDAH tienen un riesgo tan
alto de padecer otros trastornos psiquiátricos asociados. A la aparición de los cuales le
antecede siempre el TDAH, según Brown (2010), apoyándose en Connor y otros, (2003) y
Kessler y otros (2005). Una posible explicación para este hecho, es que el TDAH sea un
trastorno psiquiátrico básico para el desarrollo de otros, como si el sistema operativo de un
ordenador tuviera problemas crónicas con lo que un elevado número de programas
utilizados se vieran afectados, en contraposición a la afectación de un solo programa
180
informático que solo afectaría a algunas funciones. Parece ser que el desarrollo de otros
trastornos obedezca a que los deterioros existentes en la función ejecutiva no sean
específicos del TDAH, sino que también sean característicos de otros muchos trastornos,
por tanto no son entidades independientes los unos de los otros (Sergeant y otros, 2002;
Pennington, 2006).
a) “El TDAH puede producir deterioros adaptativos que hacen que un individuo sea
más vulnerable a los agentes estresantes ambientales que aumentan el riesgo de otro
trastorno, o
b) Un individuo con TDAH puede tener vulnerabilidad genética a trastornos
adicionales que se combinan para producir un deterioro más específico de los que
podría producir el TDA solo.
c) También puede haber una combinación de ambos factores”.
181
tanto, sin ser tratado correctamente, más posibilidades habrá de que aparezcan otros
trastornos asociados, referenciándolos en la siguiente tabla:
- Beligerancia.
- Discuten mucho las órdenes que se les dan.
- Actitud desafiante.
182
- Hacer lo contrario de lo que se les manda, pero sin llegar a violaciones serias de los
derechos de los otros ni normas sociales, desafiando las reglas.
- Comportamiento obstinado, negativista y provocativo, buscando constantemente
punto de desencuentro con padres y madres, profesorado y cualquier figura que
suponga autoridad, en cuanto a la discusión e incumplimiento de normas.
- Enfados explosivos.
- Molestan a los demás deliberadamente.
- Culpan a los demás de sus errores.
- Son muy sensibles a los comentarios de los demás.
- Resentidos, rencorosos y vengativos.
Hay que tener en cuenta que este tipo de conductas es muy frecuente en niños de entre
un año y medio y tres, en menores con ansiedad a causa de separaciones o a aquello que les
produce miedo, también en niños con depresión o con enfermedad bipolar. Si nos situamos
en la adolescencia, hay que prestar especial atención a la relación que existe entre el
comportamiento oposicional desafiante y el abuso de sustancias, alcohol o drogas,
especialmente marihuana, aunque también anfetaminas y otras pastillas de abuso,
asociándose a secretismo y alejamiento de los padres y madres.
183
B. Trastorno de la conducta.
Los trastornos del humor son un grupo de enfermedades bastante frecuentes en niños,
adolescentes y adultos, que incluyen la depresión, la distimia y la enfermedad bipolar (o
enfermedad maniacodepresiva). La depresión se identifica con episodios cortos de humor
muy deprimido (al menos dos semanas); la disitimia, presenta un humor triste pero no tanto
como la depresión (de uno a dos años); y la enfermedad bipolar, además de episodios de
depresión, presenta de manía con humor elevado, eufórico o irritable. Las características
generales más significativas del trastorno son: alteraciones en el estado de ánimo,
generalmente con humor triste, deprimido o irritable. Además hay alteraciones en otras
áreas: en los pensamientos, con ideas de inutilidad, de culpa, de muerte, de superioridad…;
en las alteraciones físicas, de la energía, sueño o apetito; y enlentecimiento o aumento de la
actividad.
184
D. Ansiedad.
En la última década del siglo XX, las investigaciones sobre el TDAH arrojan nuevas
teorías basadas en el constructo de la impulsividad, que llevan a proponer una
redenominación del trastorno que nos ocupa: “trastorno por déficit en el control
inhibitorio”. En concreto, la figura más representativa de las mismas es Barkley (1997), que
ha elaborado uno de los modelos explicativos más completos sobre el TDAH, ya que
integra las dos líneas de investigación que se han venido llevando a cabo de forma
independiente: los estudios etiológicos y los modelos teóricos, consiguiendo un constructo
que engloba e interrelaciona la conceptualización, la explicación, la evaluación y el
tratamiento.
A pesar de que es una propuesta que ha generado polémica y que presenta aún
lagunas sin resolver, el “modelo de autorregulación de Barkley” es de obligada referencia
en cualquier trabajo que trate el TDAH, es por ello que en este apartado nos detenemos en
su propuesta.
185
relacionan con el problema para seguir “conductas gobernadas por reglas” (CGR) y con
problemas para mantener una forma de trabajo estable durante periodos de tiempo más o
menos largos (Barkley, 1990). El concepto de partida de TDAH en este modelo explicativo,
ha evolucionado y se ha centrado en la autorregulación de la conducta. Así, se refiere al
TDAH como un trastorno del desarrollo de la inhibición conductual, que genera déficit en
el funcionamiento de las funciones ejecutivas que dependen de la inhibición y que se
manifiestan en el individuo como dificultades para controlar su conducta mediante la
información representada internamente, así como las asociadas a la dificultad de
internalizar la dirección en la que ha de producirse la conducta en un futuro (Barkley,
1997).
A continuación se citan los modelos explicativos que han conformado la base para
el desarrollo del modelo de autorregulación de Barkley (Severa-Barceló, 2005):
186
Los resultados de los mismos, le llevaron a concluir que la variable crítica era los
problemas de atención, y que el origen del TDAH se debía a cuatro predisposiciones
básicas en el afectado, en principio de naturaleza constitucional pero condicionadas por
factores ambientales:
Los modelos explicativos basados en analizar los problemas del TDAH a partir de
un déficit en la inhibición conductual y que han dado lugar a la progresión en el desarrollo
del modelo de Barkley de autorregulación son: el modelo neuroconductual de Quay
(1997), el modelo competitivo de Schandar (1993) y el modelo energético de Sergeant
(2000) y van der Meere (1996), ya comentados anteriormente (Servera-Barceló, 2005).
187
1. Modelo neuroconductual de Quay.
- Tanto los refuerzos positivos como los negativos son controlados por el SAC,
viéndose su actividad incrementada por los estímulos que causan las conductas
reforzadas. Por el contrario, los estímulos que provocan condiciones de castigo o
extinción, aumentan la actividad del SIC.
- La impulsividad típica del trastorno es consecuencia de la baja actividad del SIC.
Las causas de la aparición del TDAH, en este modelo quedan enmarcadas en la teoría
del procesamiento de la información, desde el paradigma de la atención sostenida,
centrando sus trabajos en dos tipos de tareas: las de rendimiento continuo y las de
vigilancia. Partiendo del llamado modelo energético, los esfuerzos de este investigador se
concentran en identificar dónde se generan los problemas de los TDAH: es en el
188
procesamiento inicial de la información (mecanismo arousal) o es en el posterior control de
la respuesta (mecanismo de activación) o es en ambos.
El modelo propuesto por Barkley, integra nuevas teorías a medida que evoluciona en su
desarrollo del concepto de autorregulación, la teoría del lenguaje humano de Bronowski
(1977), la teoría de la memoria de trabajo de Goldman-RaKic (1995) o la teoría de los
marcadores somáticos de Damasio (1995), son algunas de ellas. Así, incorpora nuevas
aportaciones que le hacen ir resolviendo mediante sus estudios, las carencias que hasta el
momento presentaban sus predecesores.
189
estos constructos psicológicos su base neurológica en el cortex prefrontal, que
seguidamente abordaremos.
Los conceptos nucleares que gobiernan la hipótesis de Barkley, y hacen visibles los
procesos afectados en el desarrollo de los TDAH, en atención a los componentes
psicológicos implados en el Sistema Ejecutivo, son:
1. Capacidad para inhibir respuestas prepotentes, que son aquellas que están asociadas
a procesos de refuerzo inmediato.
190
2. Capacidad para detener patrones de respuesta habituales y permitir una demora en la
toma de decisión.
3. Capacidad para controlar las interferencias al emitir una respuesta (interrupciones
derivadas de eventos y respuestas competitivas).
El TDAH tiene importantes dificultades para inhibir tanto las respuestas asociadas a
refuerzo positivo, por las que obtiene una recompensa, como negativo, por las que evita un
estímulo o actividad desagradable. El desarrollo de la autorregulación empieza tanto con la
inhibición de respuestas inmediatas como de los patrones de respuesta habituales, que llega
un momento en el que se muestran ineficaces.
191
Tabla 1. Posible secuencia del desarrollo de la inhibición y el autocontrol
Fuente: Barkley, 2011a, 78
192
por la falta de habilidad sino por la falta de autocontrol. Lo cual significa que “el TDAH no
es un problema de saber qué hacer, sino qué es un problema para hacer aquello que sabe
hacer” (Barkley, 2011a, 64).
De esta forma, todo lo que hacemos para tratar de ayudarnos a nosotros mismos
supone un problema para las personas con TDAH: pararnos, pensar, planificar y después
actuar, además de mantener nuestras acciones frente a la distracción.
193
Lo cual se traduce en un débil control de las interferencias y en una incapacidad
para:
B. Funciones Ejecutivas.
Tirapú y otros (2008, citado en Lavigne y Romero, 2010) hacen una revisión de los
modelos que tratan de concretar y explicar el complejo constructo que suponen las FE10,
llegando a la conclusión de que estas funciones “son una combinación de múltiples
capacidades cognitivas que permiten la anticipación y el establecimiento de metas, la
formación de planes, el inicio de las actividades, su autorregulacióln y la habilidad para
llevarlas a cabo eficientemente”, (Lavigne y Romero, 2010, 67). Las distintas aportaciones
coinciden, por una parte, en que las FE hacen posible que la persona controle y regule su
conducta mediante distintos procesos cognitivos, y por otra, en que las regiones de la
corteza prefrontal, dotadas de una gran flexibilidad neuronal, y sus conexiones con distintas
regiones subcorticales y con otras áreas cerebrales posteriores, son las encargadas del
funcionamiento cognitivo.
10
FE: A partir de aquí estas siglas se usarán para hacer referencia a las Funciones Ejecutivas.
194
Tabla 2. Resumen de los procesos y/o funciones que según diferentes autores engloba el concepto de
funciones ejecutivas.
195
Todas las funciones mencionadas tienen que ver con la ejecución correcta de una tarea,
partiendo de la evaluación para orquestar un plan y llevar a cabo la acción, pasando por la
organización del mismo, control, corrección y modificación, la persistencia hasta la
finalización del plan y la revisión del mismo para comprobar la coherencia entre el
resultado alcanzado y lo previsto.
Realizado este repaso por las diferentes aportaciones de distintos autores relevantes en el
estudio de las FE, nos detenemos en las concebidas por Barkley (1997).
196
2. Las Funciones Ejecutivas en el modelo de Barkley.
Las FE se refieren a las acciones autodirigidas de las que el individuo hace uso para
autorregularse, siendo éstas las siguientes según Barkely (1997):
Basándonos en las revisiones que autoras y autores como Miranda (2011), Soutullo y
Díez (2007) y Orjales (2000) hacen del modelo de autorregulación, pasamos a explicar en
qué consiste cada una de las funciones ejecutivas que hemos mencionado:
1. Memoria de trabajo no verbal (ser consciente de uno mismo). Esta memoria permite
retener la información necesaria para trabajar en una tarea, aunque el estímulo haya
desaparecido. Es un sistema activo de procesamiento de la información que la mantiene
temporalmente, la manipula y la relaciona con la almacenada en la memoria a largo plazo,
dependiendo de las exigencias de las actividades en cada momento, permitiendo así acceder
a la información de experiencias similares pasadas para elaborar una respuesta adecuada
(Mulas y otros, 2006 en Lavigne y Romero, 2010).
Por tanto no es un problema de memoria sino del uso de las estrategias de codificación
y recuperación de la información, lo cual se traduce en las siguientes barreras que dificultan
su avance social, familiar y académico:
197
- Dificultad para retener sucesos en la mente (representar la información).
- Incapacidad para actuar sobre esos eventos (manipular la información).
- Limitada capacidad de imitación de secuencias complejas.
- Inefectividad en la recuperación de eventos y en su previsión (memoria de trabajo
retrospectiva y prospectiva).
- Pobre conducta anticipatoria.
- Limitado autoconocimiento.
- Disminución en el sentido del tiempo.
- Deficiencias en la conducta gobernada por reglas (generación).
- Problemas en la organización temporal.
198
- Retraso en el razonamiento moral.
199
- Tendencia a las explosiones afectivas.
- Ansiedad.
- Sesgos en la autoevaluación.
- Excesiva personalización de los acontecimientos.
- Menor objetividad para valorar las situaciones sociales en las que se producen
conflictos.
Para el desarrollo vital del TDAH, una Reconstitución dañada, tiene como consecuencias:
Los trabajos empíricos de Brakley (1997) le han permitido localizar en la misma región
cerebral, la inhibición conductual y al menos tres de las FE, en concreto en regiones de los
lóbulos prefrontales. En atención a lo cual, establece la interrelación entre las funciones
mencionadas, pero al mismo tiempo las considera independientes las unas de las otras.
Gracias al funcionamiento conjunto de las mismas el ser humano autorregula su conducta,
200
pero cada una puede funcionar por sí misma, lo cual implica que, déficits específicos en
una u otra función producirán daños relativamente diferenciados en el proceso de
autorregulación. En relación a esta hipótesis, añade otra referida a distintos estadios de
maduración y desarrollo para la inhibición conductual, las FE y la autorregulación.
201
C. Autorregulación y control motor.
Seguidamente recogemos un gráfico con el que visualizar las consecuencias que las
limitaciones del sistema de control motor en el trastorno hiperactivo produce, a raíz de la
interacción entre la capacidad para inhibir la conducta y las FE:
202
Figura 8. Relación entre las FE, la inhibición conductual y el sistema de control motor
203
7.3. Implicaciones del modelo de Barkley
Este modelo suscita nuevos planteamientos conceptuales del TDAH, que derivan
en implicaciones en su comprensión, evaluación y tratamiento, pudiendo destacar en
síntesis:
A. Referido a su comprensión:
2º. El factor tiempo es muy relevante en tanto en cuanto, la capacidad cognitiva más
afectada en este trastorno se identifica con el llamado “reloj cognitivo”, es decir, su
capacidad para prescindir del aquí y ahora. No tienen presentes las consecuencias de las
conductas pasadas y tampoco tienen capacidad para predecir las venideras, por tanto la
conciencia de la responsabilidad está muy mermada. Debido a esto, también fallan a la hora
de calcular el esfuerzo y la dedicación que requieren las tareas de procesamiento
secuencial. Derivando todo ello, en que no es no que no sepan qué hacer, sino en que
carecen de la más mínima capacidad de organización, planificación y control de su
actuación.
De todo ello, se deriva la necesidad de a una guía externa que les enseñe cuando han de
poner en práctica lo que saben qué debe hacerse, presentando serias dificultades para
enfrentarse a tareas no inmediatas (alejadas del presente, del ahora).
Para finalizar, haremos mención a una de las controversias más significativas que
suscita el modelo de Barkley, siendo ésta la referida al nuevo planteamiento que hace del
204
sistema atencional sostenido, manteniendo que las deficiencias atencionales no son un
síntoma primario del trastorno sino que son consecuencia de su escasa inhibición
conductual y el bajo control de la interferencia. Con lo cual se acusa a este modelo de tratar
el subtipo de TDAH combinado, siendo el más predominante, pero no el resto,
especialmente el referido al predominio de los déficit atencionales.
C. Referido al tratamiento: Las intervenciones con mayor eficacia son las que se producen
en los contextos naturales, en los que el niño presenta los problemas. Por ello la
intervención psicoeducativa es determinante, formando parte de una actuación
multidisciplinar. Recomendándose la inclusión de paquetes de intervención multimodales,
multiprofesionales, con formación a padres y a profesorado, adaptados a cada caso y con la
finalidad de minimizar el impacto de los efectos colaterales (baja autoestima, dificultades
específicas en el aprendizaje, etc) más que hacer que el TDAH desaparezca (Lavigne y
Romero, 2010).
8. ENFOQUES DE INTERVENCIÓN
205
cognitiva de la conducta; así como la realización de adaptaciones educativas para lograr
mejoras en la conducta y en el rendimiento académico (Du Paul y Stoner, 1994; Zentall,
1993). Si bien es cierto que esta última forma de actuar, la educativa, es la que con menos
estudios cuenta y la menos usada, de hecho estos autores la recogen con la siguiente frase:
“Distintos autores señalan también la importancia de realizar adaptaciones educativas…”,
(Miranda y otros, 2000, 203-204), con lo que se manifiesta las reticencias hacia la eficacia
de la misma, lo cual nos sirve para enlazar con la siguiente idea.
Los efectos del TDAH en los diferentes ámbitos de desarrollo del niño o niña que lo
padece: familiar, social, emocional o escolar, hace que haya aumentado el interés en
encontrar fórmulas de intervención efectivas para conseguir disminuir su sintomatología de
forma simultánea en las diferentes áreas de desarrollo, yendo más allá del tratamiento
farmacológico y de la consideración de una intervención en exclusiva sobre el menor. Así,
en la actualidad predominan tres enfoques de intervención principalmente: la medicación
psicoestimulante y la intervención psicopedagógica o psicoeducativa, basada en una
intervención de carácter cognitivo-conductual, en la que se implican los contextos de
desarrollo del afectado, escolar y familiar, y sus agentes protagonistas (docentes y padres y
madres), además del tercer enfoque, llamado “combinado”, en el que se integra tratamiento
farmacológico y cognitivo-conductual (Arco, Fernández-Martín e Hinojo, 2004, Fernández-
Martín, Hinojo y Aznar, 2003).
206
A) Intervención médica, mediante psicoestimulantes.
En los inicios de la primera década, Mulas y otros (2002) abogaban por la defensa
de los efectos terapeúticos positivos del metilfedinato sobre el desarrollo cognitivo,
mediante estudio realizado con niños con TDAH subtipo combinado, evaluado con pruebas
neuropsicológicas de atención y control inhibitorio, con las que se comprobaron la
obtención de mejoras en ambas funciones, aunque estadísticamente se significó solo la
atención. En su estudio, se establecieron dos grupos diferenciados, uno que fue tratado con
el fármaco y otro grupo se derivó a una intervención psicológica. En este mismo estudio se
evalúo la eficacia del fármaco sobre los síntomas primarios del trastorno, contando con las
apreciaciones de los maestros y maestras de los participantes en el estudio, los cuales
experimentaron más mejoras en la inatención/desorganización e
hiperactividad/impulsividad ; también se contó con las valoraciones de los padres y madres,
y en el contexto familiar no hay diferencias significativas en los principales síntomas
respecto de una intervención psicológica o farmacológica, experimentando de igual forma
mejoras. El hallazgo más destacado de esta investigación, es que el grupo que recibió
medicación psicoestimulante experimentó disminuciones significativamente mayores a los
del grupo control en las variables de problemas de aprendizaje, en el comportamiento
antisocial y la adaptación al medio escolar, coincidiendo con otras aportaciones similares
anteriores, citando a Greenhill y otros (1999), Miranda y otros (1996) y Spencer y otros
(1996).
207
oposicionismo, producción de ruido y conductas disruptivas, así como en las relaciones
madre e hijo.
Por otro lado, los efectos secundarios más frecuentes son disminución del apetito,
insomnio, cefalea y gastralgia, siendo menos frecuentes los tics, labilidad o irritabilidad
emocional, tal y como advierten los estudios llevados a cabo por Spencer y otros (1996) y
González de Dios, Cardo y Servera (2006), citados por Loro-López (2009).
Advertimos también, que hay otros fármacos con los que tratar el TDAH, si bien es
cierto que los psicoestimulantes (metilfenidato) han sido los fármacos más usados y
estudiados en el tratamiento de este trastorno. La atomoxetina, es un inhibidor de la
recaptación noradrenérgica, y se conforma como una alternativa de tratamiento
farmacológico, recientemente aprobada por la Food and Drug Administration
estadounidense y la Agencia Europea del Medicamento. Para hacer una elección del
fármaco adecuado, es necesario hacer una consideración individual de cada persona,
atendiendo a los objetivos terapéuticos, presencia de comorbilidades o resistencia a otros
medicamentos (Loro-López, 2009).
208
tratamiento único con fármacos es incompleto y no garante de una mejora efectiva en las
diferentes áreas de desarrollo de la persona.
PSICOESTIMULANTES
?
ATENCIÓN
HIPERACTIVIDAD
IMPULSIVIDAD
Como recoge Burgos, R (2011) o Loro y otros (2009), en el estudio MTA (1999),
realizado con 579 niños, el grupo tratado con metilfenidato, obtuvo mejores resultados en la
sintomatología primaria del TDAH, que los tratados con tratamiento conductual,
combinado o “comunitario”, pero solo algunos subgrupos del referente tratado con
fármacos mostraron alguna mejoría en la conducta. Algunos de los trastornos comórbidos,
las relaciones familiares y algunos aspectos de las habilidades sociales respondieron mejor
al tratamiento combinado, que con el farmacológico.
209
Así, el tratamiento farmacológico, empleado mayoritariamente, presenta
limitaciones importantes (Swanson y otros, 2008), ya que su eficacia es significativa en los
síntomas nucleares del TDAH, pero no ocurre lo mismo con el rendimiento académico
(Raggi y Chornis, 2006) o con las relaciones sociales (Hoza y otros, 2005).
210
Tabla 3.
Corrientes de ¿A quién se
Objetivo de la intervención Técnicas de intervención
Intervención dirige?
Según Miranda y otros (2000) las características más importantes de este enfoque
multicomponente y contextualizado son:
211
intervención directa y puntual, que se da ante la aparición de una conducta desatenta o
perturbadora, y se extingue cuando se consigue reducir la misma.
- Papel activo de padres y madres, y profesorado. Frente a una intervención aislada en
un contexto artificial y realizada por un experto o experta, que planifica e interviene
con la ayuda puntual de familia y docentes, se aboga por una intervención participativa
de todos los presentes, de forma directa, en los diferentes contextos de desarrollo del
menor.
- Intervención multicomponente. Modificación del ambiente y la enseñanza de
habilidades alternativas, son las nuevas premisas, frente a una intervención basada en
psicofármacos y/o en las técnicas de modificación de conducta.
- Modificación del contexto. Ciertas características del contexto son determinantes para
influir en la aparición o agravamiento de las conductas desadaptativas del menor con
TDAH. Por tanto, los esfuerzos deben centrarse en la identificación y modificación de
las carencias contextuales y la potenciación de los aspectos positivos que brinde el
medio, desde un enfoque sistémico, que abarque los diferentes contextos de desarrollo:
familiar y escolar, pero también los relacionados con el ocio o el tiempo destinado a
realizar compras en un comercio.
- Programas educativos, también. Para mejorar la conducta del escolar, debe
intervenirse mediante programas educativos que tengan en cuenta tanto las limitaciones
como las potencialidades de los estudiantes con TDAH, con el objetivo de reemplazar
conductas problemáticas. Para ello se proponen programas que desarrollen habilidades
sociales, autocontrol o resolución de conflictos.
Los escolares pasan mucho tiempo en la escuela y la dinámica del aula tiene unas
características a nivel de requerimientos para el menor magníficas para:
o Seguir normas.
o Interactuar adecuadamente con otros niños y niñas.
o Participar en actividades instruccionales dirigidas por un adulto.
212
o Aprender lo que se les está enseñando, eviten interrumpir el aprendizaje y las
actividades de los compañeros y compañeras.
- Tratamiento farmacológico. Acompañada de otras formas de intervención, por su
carácter sintomático, los fármacos se contemplarán siempre y cuando la intervención
psicopedagógica por sí sola no consiga los efectos deseados.
- Perspectiva del ciclo vital. Se abandona la intervención puntual en un momento de la
vida del menor, y se acoge la idea de una intervención a lo largo las distintas etapas
evolutivas, sufriendo las adaptaciones que por sus características evolutivas sean
necesarias. Por tanto, continuidad y acción a largo plazo, frente a intervención puntual
en el tiempo.
Desde este nuevo enfoque, cuyo extracto se recoge en la siguiente tabla (tabla 2), se
tiene presente que el escolar no presenta conductas desafiantes, negativas o desadaptativas
porque sí, sino que éstas tienen una causa. Lo que parece claro, y cada vez más, es que los
problemas cognitivos de los TDAH, no se reducen a problemas atencionales, sino que se
ven afectadas más funciones cognitivas, en concreto las que venimos denominando como
ejecutivas: capacidad para inhibir la respuesta inmediata y la capacidad para autorregular la
propia conducta, haciendo uso de la planificación del futuro a largo y medio plazo, y
actuando en función de dicha planificación, así como su particular manejo del tiempo,
viviendo siempre en el presente, sin tener conciencia del tiempo, secuencia y ”ceguera del
tiempo” (Parellada, 2009). Ahora bien aunque los factores del menor estén presentes,
también lo está el contexto, jugando un papel determinante en la modulación del trastorno,
tal y como advierte Miranda y otros (2000).
213
Tabla 4.
Reducir la conducta
Objeto Mejorar el estilo de vida
problemática
214
amigos o vecinos. Y todo ello para conseguir mejoras en las relaciones sociales,
rendimiento académico, autocontrol, autoestima…, en definitiva una mejora integral de la
persona.
C) Tratamiento combinado
215
de los estudios realizados de estas características. Aunque se recomienda seguir realizando
estudios acerca de los efectos de los tratamientos únicos, y de la acción sobre los síntomas
centrales y asociados de los tratamientos multicomponentes.
En otro estudio llevado a cabo por De la Peña y otros (2009) en el que se combina
una intervención multicomponente y la farmacológica, se concluye recomendando la
intervención conjunta de medidas farmacológicas y psicosociales, si bien es cierto que en
las intervenciones escolares se recomienda que tanto profesorado como familias estén
enterados de los principios básicos del TDAH y su desarrollo psicoeducativo, y que además
los primeros reciban entrenamiento específico para el manejo del TDAH y/o asistencia
académica, además de que el menor esté medicado si se quieren obtener mejoras en el
desarrollo del niño o niña.
216
recompensa, sistemas de puntos y tiempo fuera del aula. Además del uso de las técnicas
de modificación de conducta, principalmente, se advierten los efectos significativos en
el desempeño escolar del alumno o alumna del asesoramiento recibido acerca de la
organización de las tareas escolares y su posterior supervisión, efectos obtenidos en
otras investigaciones, en concreto en la llevada a cabo por Daly y otros (2007).
Así mismo, en este estudio, se señalan como recomendaciones que debe dar el
“clínico” al profesorado para mejorar el desempeño académico y conductual del alumno
en clase, hacer ajustes en el aula, concretados en:
- ubicar al niño cerca del docente,
- darle una consigna a la vez,
- adecuar las actividades y pruebas de evaluación,
- dar periodos breves de descanso,
- no exponer las equivocaciones del menor frente a otros ridiculizando,
- usar reforzadores positivos (buenas notas o premios como juguetes, ropa y
salidas a comer) en situaciones específicas.
3. Intervenciones conductuales con entrenamiento en habilidades sociales conductuales y
emocionales del menor con TDAH.
Este programa se aplica en verano en periodos de cinco a ocho semanas, con una
duración de 200 a 400 horas. En la actualidad el entrenamiento en habilidades sociales
combinado con la intervención conductual en programas de verano, cumple los criterios
para un tratamiento bien establecido, según Pelham y Fabiano (2008), aunque es algo
que aún adolece de evidencia empírica.
4. Intervenciones farmacológicas, con y sin estimulantes, combinando algunos
medicamentos y usando más de una opción, pudiéndose dividir en dos grandes áreas de
intervención:
- Medicamentos estimulantes (metilfenidato y anfetaminas)
- Medicamentos no estimulantes (inhibidores de la recaptura de noradrenalina,
antidepresivos tricíclicos (ADT), agonistas alfa adrenérgicos y otros).
217
referidas al área académica: organización escolar, estrategias y metodología didáctica,
recursos materiales y humanos, espacios y demás componentes que afectan al desarrollo
académico de cualquier alumno o alumna. A continuación profundizamos más en las
investigaciones que dedican sus esfuerzos a valorar los resultados de una intervención
multicontextual y multicomponente, por estar a favor de sus planteamientos, y comprobar
en qué medida son relevantes las intervenciones de carácter conductual y las intervenciones
en el proceso de enseñanza-aprendizaje que se da de forma recíproca en las aulas en las que
la diversidad es intrínseca a la misma.
218
además del sistema de economía de fichas para trabajar la motivación y un último
componente, y de significado especial para nuestro trabajo, las adaptaciones físicas,
organizativas y metodológicas del aula a las características especiales de los escolares con
TDAH, además de las instrucciones en las diferentes materias del curriculum escolar. Y por
último, el dirigido a los padres, se sustenta en una adaptación del programa para padres de
Barkley (1987), en el que se entrena a las familias en técnicas de modificación de conducta
y el manejo de contingencias, para promover la atención y la obediencia en el contexto
familiar; también, se contempla la orientación a los padres acerca de cómo apoyar el
aprendizaje escolar en casa y mejorar su estado emocional.
219
el área académica, se achaca dubitativamente a las modificaciones instruccionales y
organizativas, así como a las adaptaciones específicas introducidas para dichas áreas
curriculares. Así mismo se apunta a la labor realizada con los padres y madres, y la estrecha
colaboración implantada entre casa y escuela como dos aspectos favorecedores de la mejora
académica, hecho avalado por el estudio realizado por Rogers y otros, (2009), en Toronto
(Canadá), con 101 padres de niños entre ocho y doce años con y sin TDAH.
- Irvine Paraprofessional Program IPP, Kotkin (1998), programa con el que se asesora al
profesorado y se enseñan técnicas de autorregulación, habilidades sociales y solución
de conflictos. (Profesorado y alumnado).
- Miranda, Presentación y Soriano (2002), comprobaron que manipulando los eventos
antecedentes a las conductas (elección de la tarea, reducción de su duración o
enseñanza activa de las reglas de clase), por una parte, se reducen de manera
significativa la sintomatología primaria asociada al TDAH y por otras, mejoran las
creencias, las atribuciones y los conocimientos del profesorado. (Profesorado y
alumnado).
220
- The Academic and Behavioral Competences Program (ABC, Pelham y otros, 2005).
En esta forma de proceder se ve implicado todo el centro educativo en la aplicación de
técnicas de modificación de conducta, habilidades sociales y programas
individualizados para niños y niñas con problemas de conducta asociados (resolución
de problemas contando con la participación de los padres y madres) (Profesorado y
padres y madres).
Por su parte, Arco, Fernández e Hinojo (2004) también aportan uno de los escasos
estudios que abarcan menores con TDAH, padres y madres, y profesorado, de carácter
psicoeducativo.
221
mayoría, qué ocurriría si se cambiase de momento o contexto de intervención, o si los
efectos alcanzados serán perdurables en el tiempo o no. Por otra parte, la mejora en la
formación inicial del profesorado y la incorporación de más medidas evaluadoras tanto
formativas como sumativas (que aporten resultados fiables acerca de los efectos de la
instrucción en padres y madres, y profesorado, o sobre los comportamientos finales de los
escolares) son medidas recogidas por estos autores para aumentar la calidad de la respuesta
educativa a la que tienen derecho los escolares con TDAH.
Ya en el año 2003, algunos de los autores de este estudio realizan una intervención
cognitiva-conductual, sobre una muestra de alumnos y alumnas de Educación Primaria de
la provincia de Granada, diagnosticados con TDAH (Fernández-Martín, Hinojo, Aznar,
2003).
222
formación a profesorado, contribuyen a demostrar la utilidad de la aplicación de técnicas
cognitivo-conductuales, para producir mejoras en la sintomatología del TDAH y para
potenciar los mecanismos de autorregulación, tanto en casa como en el colegio. Nos
detenemos en la formación que le brindan al profesorado, constituida por los siguientes
bloques temáticos: conocimientos generales sobre el TDAH, entrenamiento en técnicas de
modificación de conducta y en técnicas de autodirección (autoinstrucciones), técnicas de
autoevaluación reforzada y lo que los autores llaman acomodaciones educativas, en las que
se incluyen procedimientos instruccionales, acomodaciones organizacionales y
manipulaciones del ambiente del aula, contenidos estos últimos que indican “pueden
resultar útiles de cara a beneficiar el aprendizaje y a aumentar el rendimiento académico de
los estudiantes hiperactivos” (Miranda y otros, 2000, 207).
En los resultados del estudio de Miranda y otros (2000), se contemplan los efectos
producidos por la aplicación de su programa en varias áreas:
223
- Efectos sobre el rendimiento académico. Se muestran mejoras importantes en las
calificaciones de matemáticas, de conocimiento del medio y del lenguaje, superando
en las tres asignaturas la nota de cinco, dato especialmente relevante por no
demostrar, generalmente, las notas los cambios sufridos a mejor tras las
intervenciones (Pelham, 1986).
En línea con otros trabajos mencionados por los autores (Robinson y otros, 1999;
Hinsshaw, 1994; Kendall y Braswell, 1982; Kendall y otros, 1990), el conjunto de técnicas
aplicadas por el profesorado en el aula (autoinstrucción, modelado, manejo de
contingencias, autoevaluación reforzada, estrategias instruccionales) demostraron ser útiles
para potenciar los mecanismos de autorregulación de su alumnado, disminuyendo los
problemas asociados al trastorno en el aula: problemas de aprendizaje y rendimiento,
conducta, personalidad e inadaptación escolar y aumento sensible del manejo de
habilidades sociales.
224
concreto, así como de los recursos propios del centro (Miranda y
Soriano, 2011, 4).
Este párrafo de mención literal, apoyado por las recomendaciones realizadas por
otros autores, referido a las intervenciones a tener en cuenta en el aula, señala
adecuaciones en torno al tiempo, espacio, medio social, instrucción y tareas, evaluación,
inatención, motivación, autoestima y autorregulación (Scandar, 2003; Joselevich, 2005;
Rief, 2008; Grach, 2009, Fernández y otros, 2003; Rodríguez y otros, 2006). Merece
nuestra especial atención por venir a colación de nuestro estudio, con el que pretendemos
demostrar que precisamente esas modificaciones curriculares, acomodaciones ambientales
y organizacionales, tratadas desde una perspectiva inclusiva, son claves para procurar una
respuesta de calidad al alumnado TDAH, no solo cuando existe este trastorno en un aula,
sino también desde un enfoque preventivo, partiendo del convencimiento de que serán
beneficiosas para todos los integrantes de la misma, en los ámbitos académico, emocional y
social.
Como puede apreciarse en las investigaciones reflejadas en este documento, la
perspectiva conductual y psicológica, es muy fuerte y es la que carga con mayor peso de
estudio y de conclusiones positivas en la mejora conductual del alumnado, por ser
precisamente las alteraciones conductuales las que más molestan y afectan de manera
negativa en los contextos de desarrollo de este alumnado. Si bien, en algunas de ellas se
recogen las modificaciones que el contexto escolar, centradas en el aula y en la formación
del profesorado, ha de sufrir para favorecer mejoras conductuales, no se hace mención
específica en los resultados aportados a las mismas. Por tanto, creemos que es necesario,
casi diríamos, abrir una línea de investigación desde una perspectiva inclusiva que aporte
datos sobre la intervención pedagógica y didáctica con este alumnado. Una intervención
también multicomponente, es decir que englobe contexto escolar, familiar y alumno o
alumna con TDAH, alejada de una intervención mediada por programas específicos y de
aplicación limitada en el tiempo, y el empleo de técnicas de modificación de conducta, en
exclusiva. Dando un paso más hacia de una intervención inclusiva y continua en el contexto
escolar, que desde una acción didáctica pruebe los efectos positivos sobre el alumnado con
TDAH en el ámbito escolar, familiar y social, ya que si conseguimos reducir los efectos
225
que el TDAH tiene sobre el desarrollo académico del niño o niña hiperactivo,
aumentaremos la calidad y la cantidad de las interacciones familiares y sociales.
226
cual nos da pie para justificar el desarrollo del siguiente capítulo de en el que se abordan
las condiciones contextuales, de la escuela y por ende, de la familia, con el objetivo de
manifestar que en el “tratamiento” del TDAH la Pedagogía de la inclusión debe ganar en
relevancia y posicionamiento a la hora de buscar la mejora integral de cualquier alumno o
alumna presente en nuestras aulas.
227
CAPITULO IV.
INCLUSIÓN EDUCATIVA EFICAZ DEL
ALUMNADO CON TDAHNECESIDADES
EDUCATIVAS Y RESPUESA ESCOLAR
CONTENIDOS
1. Introducción.
2. Características del alumnado con TDAH en el contexto escolar.
2.1. El TDAH en la Etapa de Educación Infantil.
2.2. El TDAH en la Educación Primaria.
3. Las Dificultades de Aprendizaje asociadas al TDAH.
3.1. Dificultades de aprendizaje relacionadas con el lenguaje.
3.2. Dificultades de aprendizaje relacionadas con las habilidades matemáticas.
4. Características positivas en el TDAH.
5. Respuesta escolar inclusiva en el aula para el alumnado con TDAH.
5.1. Barreras institucionales para el aprendizaje, desarrollo y participación del
alumnado con TDAH.
5.2. Organización del centro escolar para la inclusión del alumnado con TDAH.
Responsabilidades del equipo directivo.
5.3. El aula inclusiva, espacio para la enseñanza y el aprendizaje diferenciados.
5.3.1. Planificación de la enseñanza diferenciada.
5.3.2. Desarrollo del proceso de enseñanza-aprendizaje: metodología
diferenciada.
5.3.3. Evaluación del proceso de enseñanza-aprendizaje.
5.4. El docente: gestor del aula inclusiva.
5.5. Organización del aula.
5.5.1. Ambientes de aprendizaje motivantes y seguros.
5.5.2. Gestión del aprendizaje en grupos. Colaboración, apoyo y beneficio para
todo.
5.5.2.1. Aprendizaje cooperativo.
5.5.3. Manejo del comportamiento en el aula inclusiva.
5.5.3.1. La disciplina positiva en la gestión del mal comportamiento en
el aula.
6. Estrategias organizativas y curriculares para potenciar el desarrollo del aprendizaje
del alumnado con TDAH.
6.1. Estrategias organizativas y metodológicas para potenciar la atención.
6.2. Estrategias organizativas y metodológicas para potenciar la autorregulación
cognitiva y emocional.
6.3. Estrategias organizativas y metodológicas para potenciar la autorregulación de
la conducta.
6.4. Las Adaptaciones Curriculares Individualizadas.
7. Relaciones escuela y familias de estudiantes con TDAH.
1. INTRODUCICIÓN
228
centro y de aula, planteando las adaptaciones organizativas y curriculares que sean
necesarias para ello.
229
cada escuela y comunidad escolar, propondrá sus propias estrategias favorecedoras de la
capacitación para el desarrollo académico, social, emocional y físico de todo el alumnado,
siendo el aula el espacio donde éstas deben hacerse efectivas en última instancia.
230
al alumnado con Necesidades Educativas Especiales (NEE) derivadas de discapacidad o
trastornos graves de conducta, el alumnado con altas capacidades intelectuales, al alumnado
con incorporación tardía en el sistema educativo español, al alumnado con dificultades
específicas de aprendizaje y al alumnado con condiciones personales o de historia escolar
compleja.
231
Ahora ya difícilmente se podrá discutir que un escolar con TDAH tiene derecho a
apoyo específico adaptado a su dificultad, independientemente de la Comunidad Autónoma
en la que esté escolarizado.
232
Tabla 1. Características personales más destacadas del TDAH en el contexto escolar
Fuente: Andrade y García (2010)
233
Figura 1. Áreas afectadas en el TDAH según el Modelo de Autorregulación de Barkley.
Fuente: Barkley (1997).
234
Figura 2. Dificultades específicas del TDAH, aplicadas al contexto escolar, a partir del Modelo de
Autorregulación de Batkley.
Fuente: Barkley (1997).
235
acontecimientos interesantes, sino que se fundamenta en la dificultad para prestar atención
a los estímulos de forma persistente.
a) “Los niños con TDAH probablemente se aburren o pierden el interés por su trabajo
más rápidamente que los que no tienen TDAH” (Barkley, 2011a, 52).
Con lo cual se hayan en una continua búsqueda de lo divertido, interesante,
estimulante y activo, sin que el no haber finalizado la tarea objeto sea un impedimento para
ello. Aunque los problemas atencionales dificultan el proceso de aprendizaje del alumnado
con o sin TDAH, y se hacen más patentes cuanto más aburridas les parezcan las actividades
planteadas, como es el caso de la realización de deberes, donde se aburren y desconectan
con gran facilidad (Parellada, 2009).
236
b) “Los niños con TDAH parecen sentirse atraídos por los aspectos más gratificantes,
divertidos o reforzantes de cualquier situación” (Barkley, 2011a, 52).
Rosenthal y Allen (1980), en un estudio que realizaron con niños con y sin TDAH,
(recogido en Barkley, 2011a), descubrieron que los que padecían el trastorno se distraían
más fácilmente que aquellos que no lo tenían, lo cual venía condicionado por lo
sobresaliente y atractiva que fuese la fuente de la distracción. Por ejemplo, si en el cuarto
de estudio de un niño con TDAH hay un GameBoy sobre la mesa, y debe de realizar sus
deberes, nos podremos imaginar qué está haciendo cuando sus padres vayan a controlar lo
que hace pasados veinte minutos.
Así, podemos decir que los estudiantes con TDAH parecen verse atraídos hacia
actividades de gratificación inmediata cuando se trata de realizar un trabajo que no requiere
de mucho esfuerzo.
Está visto que el TDAH se relaciona con una gran dificultad para mantener la
atención, la duración de la atención o la persistencia en el esfuerzo. Es decir las personas
con el trastorno presentan problemas para dedicarse tanto tiempo como lo hacen otros a una
tarea, aunque también estas manifestaciones las muestran estudiantes no diagnosticados,
¿en qué aula no existen los problemas de atención? Tareas escolares poco interesantes o
lecturas muy extensas suponen para estos niños un problema, al igual que prestar atención a
las explicaciones de temas carentes de interés o acabar trabajos muy largos. Las
investigaciones de Barkley y su equipo (Barkley, 2011a) demuestran que los menores con
TDAH mantienen la atención menos tiempo del que se les exige, siendo lo más difícil que
ésta perdure en periodos de tiempo largos. Algo que no se “pasa con el tiempo”, en
cualquier momento de la vida la persona con TDAH presentará dificultades en este sentido,
así un niño de diez años con TDAH podrá mantener la atención como lo hace un niño de
siete años sin el trastorno, lo cual advoca a la aparición de discrepancias y conflictos entre
el niño, sus padres y profesorado.
Por otra parte, la falta de habilidad para persistir en una tarea aburrida es un signo
de inmadurez. A mayor crecimiento, mayor resistencia hacia las actividades atractivas e
interferentes, ya que los niños y niñas pueden recordarse a sí mismos la importancia y las
237
consecuencias gratificantes o no que conlleva la finalización o no, de una tarea, y así
encontrar razones para que el trabajo les atraiga intelectualmente, pudiendo aprender a
reforzarse por sí mismos. Además son capaces de asumir tareas más largas para conseguir
recompensas más atractivas para ellos antes de optar por reforzadores más pequeños e
inmediatos. En cambio, los niños y niñas con TDAH eligen realizar tareas breves que les
reporten recompensas inmediatas, por encima de hacer más trabajo para conseguir una
recompensa mayor, pero que no estará disponible hasta que pase un tiempo.
Por otra parte, tal y como hemos comenzado este apartado, Barkley (1997) apunta a
la pobre inhibición conductual como responsable directa de los problemas para mantener la
atención. No es tanto el problema de distraerse, algo que también hacen los niños y niñas
sin TDAH, sino de retomar la tarea en la que estaban cuando se vieron interrumpidos por
determinados estímulos y perdurar en la misma el tiempo necesario para finalizarla. De
238
aquí que mantener la atención es también mantener la inhibición y es el problema de la
inhibición el que está en la raíz de los problemas atencionales.
A partir de esta premisa Barkley (2011a) aboga por una nueva denominación del
TDAH con el término trastorno de inhibición de la conducta. En general,
239
1ª. Falta de inhibición conductual (apoyado por otros autores y autoras como Santurde,
2010; Tirado y otros, 2004), como factor primario en el TDAH. Desde edades muy
tempranas manifiestan dificultades en:
- El control de su comportamiento
- La autorregulación de su pensamiento
- La limitación de la influencia de los estímulos externos
Como consecuencia de estas dificultades, en cualquier escenario, estos niños y niñas
presentan “una actividad incesante, inadecuada e inoportuna, que ocasiona problemas tanto
en el aprendizaje escolar, como en las relaciones interpersonales. Es lo que se conoce
habitualmente como hiperactividad” (Lavigne y Romero, 2010, 38).
240
Todo ello les hace parecer egocéntricos y exigentes, además de “movidos” e
inquietos.
También, “tienen serias dificultades para retener su respuesta inicial a una situación
así como para pensar en antes de actuar” (Barkley, 2011a, 55):
- Con frecuencia hacen comentarios que no los habrían hecho de haber pensado antes.
- Responden impulsivamente ante lo que otros les dicen o hacen, en algunas
ocasiones emocionalmente, por lo que son criticados.
- Dejan de hacer una tarea, por una idea que se les ha venido a la cabeza y han de
llevar a cabo sin espera.
- Son habladores y su tono de voz es alto, centralizando así las conversaciones.
Por todo ello, “mal educados” e “insensibles”, son adjetivos calificativos para los
TDAH que se derivan de su pobre capacidad para contener sus impulsos.
En clase, empezar los exámenes sin leer las instrucciones detenidamente, intervenir
sin levantar la mano, no compartir o coger las cosas que no son suyas son características
que el profesorado destaca de estos menores.
Por tanto, el segundo descriptor del TDAH es la falta de habilidad para inhibir la
conducta o para mostrar control de los impulsos, lo cual agrava el plazo de tiempo que
pueden dedicar para conseguir una recompensa posteriormente, según Barkley (2011a)
apoyándose en: Campbell y otros (1982) y Rapport y otros (1986), lo cual se traduce en
una acción caracterizada por:
a) Tomar atajos. Cuando hacen una tarea tediosa o poco agradable hacen uso del menor
tiempo posible así como del menor de los esfuerzos. Por ello no queda claro que el dar
un tiempo extra a un alumno o alumna con TDAH en el colegio para realizar un
examen sea algo que les vaya a beneficiar, ya que ese tiempo muy probablemente no lo
vayan a consumir en revisar el examen o corregir errores, al igual pasa con dar un
tiempo extra a los adultos en sus puestos de trabajo.
241
b) Arriesgarse demasiado. El colectivo TDAH es propenso a tener más accidentes que el
resto al no pararse a pensar las consecuencias de sus acciones. En el caso de los niños
duplican la posibilidad de sufrir traumatismos (Jensen y otros, 1988).
c) Pensamiento impulsivo. Las personas con TDAH encuentran más difícil concentrarse
en su trabajo e inhibir pensamientos que no están relacionados con la tarea (Shaw y
Giambra, 1993).
a) Hiperactividad. Autores como Porrino y otros (1983), Barkley (1976, 1978), recogidos
en Barkley (2011a) han demostrado con sus estudios que los menores con TDAH se
mueven por todas partes mucho más que otros niños de sus edad en circunstancias
similares, inclusive mientras duermen. El verdadero problema es que no regulan ni
controlan su nivel de actividad para ajustarse a las demandas del medio. Por ejemplo al
pasar de jugar en el recreo a volver a las condiciones del aula, seguirán con la misma
dinámica que en el tiempo de recreo, por tanto en el aula se les va a ver como
chillones, bulliciosos, incontrolados, ruidosos o inmaduros.
b) Hiperreactividad. La conducta de los TDAH es desmesurada, se produce demasiado
deprisa, de manera forzada y con demasiada facilidad, en situaciones en las que
menores sin TDAH se comportarían de forma más inhibida. Son más activos que el
resto de niños y niñas, actividad que se produce como subproducto de su conducta
desmesurada o excesiva, como respuesta a una situación concreta. Por lo que Barkley
242
(2011a) aboga por el término hiperreactivo, ya que el de hiperactivo desde este punto
de vista pierde significado, ya que hiperactividad e impulsividad son parte de un
mismo problema, el de la inhibición conductual.
Barkley (2011a) relaciona las dificultades para seguir instrucciones y acatar normas
con el problema subyacente de la impulsividad. No está claro si es la impulsividad la que
rompe el seguimiento de la norma o la impulsividad se deriva de una debilitada habilidad
del lenguaje para guiar, controlar o gobernar la conducta, a pesar de llevar diez años
investigando acerca de esta interrelación. Lo que está claro es que los dos problemas están
relacionados entre sí, ya que los menores aprenden a hablarse a sí mismos como un medio
de controlar su propia conducta, y por lo tanto, para ser menos impulsivos. Hablar consigo
mismos, hace que reflexionen o piensen:
243
(1979), en un estudio en el que se comprobó que era más probable que un niño del grupo
control usará tácticas verbales y pensamientos para ayudar a inhibir su comportamiento y
esperar, mientras que el TDAH utilizaba más la actividad física.
Por su parte, Moreno Torres y Rodríguez Arocho (2001), realizaron un estudio con
el objetivo de describir el comportamiento verbal en la planificación de una tarea a fin de
examinar su función en la autorregulación en los menores con TDAH, analizando las
verbalizaciones de cuarenta y dos niños y niñas de seis a doce años mientras desarrollaban
una actividad que requería de planificación, pues bien la población con TDAH respecto al
grupo control sin TDAH, produjo un mayor número de interrupciones, hablaron fuera de
lugar e hicieron un mayor número de manipulaciones de anillas de juguete, conducta que
reflejaba la dependencia de los objetos concretos para realizar sus verbalizaciones respecto
a su plan de acción. Este estudio viene a probar el uso de conductas inapropiadas en
menores con TDAH para realizar una tarea, que señalan las dificultades en las funciones
ejecutivas afectando la inhibición del comportamiento necesaria para autorregular la
conducta.
También otros autores más recientemente (Vaquerizo y otros, 2005b, 84), advierten
que “el insuficiente desarrollo de la función reguladora del lenguaje del adulto crea un
déficit en la formación de la atención voluntaria, una desorganización de la actividad del
niño y facilita la conducta hiperactiva”.
244
Por el momento, Barkley (2011a) se decanta por la aparición previa del problema
de la inhibición de la conducta y la posterior interferencia con el desarrollo del uso del
habla autodirigida para el autocontrol.
Los problemas conductuales del alumnado con TDAH interfieren las relaciones con
el profesorado y con sus iguales (Moreno, 2007), advocándolos al fracaso ante las
demandas planteadas en el contexto escolar, dándose en la mayor parte de los casos una
discrepancia entre potencial y ejecución, ya que aunque el alumno o alumna posee una
capacidad intelectual normal, no alcanzará el nivel de logro exigido, ni académico ni social,
245
al no poder controlar su impulsividad, y por tanto la inhibición de las conductas
inadecuadas, y mantener la atención (Martínez, 2010).
246
carácter crónico ha sido demostrado al igual que la evolución de su sintomatología,
problemas de atención y/o comportamiento en el aula.
Cada vez más se acude con menores de seis años a las consultas clínicas, haciendo
necesario la identificación de la sintomatología de forma temprana, lo cual choca
frontalmente con los criterios diagnósticos establecidos por el DSM-IV, además del serio
problema que plantea la diferenciación entre las conductas propias de los menores de seis
años y las que puedan configurarse como patológicas ya que algunas conductas propias de
la edad coinciden con algunos síntomas del TDAH (llanto inesperado, escaso horas de
sueño nocturno, falta de apetito…), lo cual hace que el curso de la Educación Infantil
influya muy directamente en la consolidación del trastorno (Vaquerizo, 2005a). Por todo
ello, además de la discriminación con la sintomatología propia de otras patologías (autismo
o trastorno oposicional desafiante) el diagnóstico diferencial se hace muy difícil.
247
A continuación recogemos los indicadores que autores relevantes en el estudio del
TDAH en la edad preescolar, revelan como significativos y posibles precusores de un
diagnóstico por TDAH. Para continuar con las características más destacadas en el
desarrollo integral de la población infantil que presenta dichos indicadores.
Muchos preescolares presentan dificultades entre los tres y seis años, que hacen
sospechar un posible Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad. Algo que se ha
confirmado con numerosos estudios retrospectivos que recogen información acerca de la
infancia de mayores ya diagnosticados. Así Vaquerizo (2005), en un estudio que realizó
sobre los marcadores precoces del TDAH, observó que el 30% de los niños ya manifiestan
síntomas durante los 12 primeros meses, y a partir de los dos años ya es posible advertir
rasgos de temperamento difícil con una incidencia del 56.5% de los casos. Siendo el
desorden del desarrollo del lenguaje y del juego, dos de las características que se identifican
en el preescolar hiperactivo.
248
Atendiendo a Marco y otros (2011) y Orjales (2008), es a partir de la etapa de la
Educación Infantil cuando se hacen más plausibles los síntomas más característicos del
TDAH (sin tener porque estar todos), ya que las exigencias familiares y escolares empiezan
a aumentar: mayor grado de autonomía de la conducta, interacción con compañeros y
compañeras, obediencia a las normas, así como mayor grado de autonomía e independencia
personal. Estos signos son:
249
Academy of American Pediatrics, 2000, en cuyo caso manifestarán TDAH hasta el
50% de los niños con ésta (American Academy of American Pediatrics, 2001; Artigas,
2003).
- Dificultades para el aprendizaje para los colores, los números y las letras. El TDAH es
una causa significativa en la aparición de dificultades académicas en la etapa
preescolar. En un 30% seguirán manifestándolas en la Educación Primaria. Se detecta
un retraso en las habilidades básicas de conocimiento: tareas de prelectura, adquisición
de conceptos matemáticos simples y las habilidades de motricidad fina-adaptativa,
traduciéndose en un desarrollo lento del lenguaje o de la coordinación motora, así
como una falta de interés por aprender. Los indicadores más significativos son:
o En cuanto al lenguaje:
La confusión de letras y números.
Falta de comprensión del habla: recepción, expresión y fluencia verbal.
Problemas para encontrar y nombrar palabras.
Torpeza motora.
o Referente a la falta de interés por aprender, se manifiesta en aquellas tareas que
les suponen dificultad: escribir, colorear o dibujar.
- Dificultades en el desarrollo gráfico y comprensión de la figura humana en el
dibujo.
- Inmadurez emocional.
- Rabietas y accidentes en el hogar o en la Escuela Infantil.
A diferencia de los menores en edad escolar, un 60% de los preescolares cumplen el
perfil del subtipo TDAH-I (hiperactivo impulsivo), aunque advirtiendo de lo que parece ser
la antesala del desarrollo del TDAH-C (subtipo combinado). El síntoma más destacable
antes de los seis años es el “comportamiento explosivo o temperamento difícil”, como
manifestación del déficit en las competencias sociales.
250
a) Funcionamiento neurocognitivo.
El funcionamiento neurocognitivo de los preescolares puede ser una medida que
oriente a la detección precoz del TDAH. Como características neurocognitivas destacadas
de esta población recogemos las siguientes:
251
- Tolerancia a la frustración.
- Flexibilidad cognitiva (impulsividad).
- Adaptabilidad en las competencias sociales (trastornos de conducta).
Las características destacables en el desarrollo del lenguaje de estos preescolares
son:
- Menor capacidad para comprender las historias, sobre todo en lo que a la relación
causa y efecto se refiere.
- Problemas y dificultades de aprendizaje en la lectura y la escritura, que se
manifestarán especialmente durante la Educación Primaria en:
o Coordinación viso-espacial.
o Reconocimiento de diferencias espaciales.
o Conciencia silábica.
o Memoria de fonemas.
o Orientación derecha-izquierda.
c) Desarrollo Motor.
Es un potente predictor de la aparición posterior del TDAH, precisando que son los
aspectos cualitativos del movimiento (movimientos asociados, coordinación, estabilidad) y
252
no los aspectos cuantitativos de rapidez o cantidad de movimientos ejecutados los que se
conforman como indicadores del TDAH.
En el estudio llevado a cabo por Vaquerizo (2005), se advierte que el 80% de los
preescolares que manifiestan torpeza motora, retraso en el lenguaje e inatención-
hiperactividad, cumplen criterios para TDAH más trastornos del aprendizaje en la edad
escolar (predominantemente en la lectura).
d) Problemas de conducta.
El oposicionismo, y más raramente, los trastornos de conducta son los problemas
conductuales más destacados en esta etapa de la vida. A los dos años, la falta de ajuste a las
normas familiares y las rabietas son las causas que alertan a los padres y las madres y les
hacen acudir a consulta. A las cuales se les une agresividad y desobediencia, especialmente
en los varones (Miranda y otras, 2001), siendo todos ellos predictores de problemas de
conducta perdurables en el tiempo.
El impacto del TDAH sobre la familia, se relaciona más con los problemas
conductuales que con la actividad motora per se, con la influencia negativa que ejerce sobre
los hermanos y hermanas del menor con TDAH, y con los sentimientos negativos que todo
ello genera en el seno familiar (Vaquerizo, 2005a). De esta manera son los problemas de
conducta los que alertan a los padres y madres ante su incapacidad para manejarlos,
produciendo en ellos un alto nivel de estrés y en consecuencia alteraciones importantes en
la convivencia.
253
- Despliegan un juego más inmaduro, funcional y sensoriomotor, destacando
principalmente los movimientos musculares repetitivos con o sin objetos, y menos
simbólico y constructivo, haciendo un uso monótono y estereotipado de los
juguetes.
- Muestran una fuerte curiosidad por los juguetes nuevos, aunque no los utilizan para
jugar sino para manipularlos hasta que los rompen.
- Experimentan serias dificultades para jugar solos. Pero cuando deciden jugar con
otros niños o niñas, no suelen respetar las reglas del juego, no aceptan perder,
despliegan escasas conductas de cooperación e intentan imponer su voluntad a toda
costa, lo que genera situaciones conflictivas de forma continuada.
La consecuencia de todo ello, es que terminan siendo rechazados por sus
compañeros y compañeras y excluidos de eventos sociales como son los cumpleaños.
Cuando los niños y niñas con TDAH entran en la escuela, deberán acogerse a unas
características y exigencias contextuales externas que persistirán durante al menos doce
años. Las habilidades demandadas comienzan con requerimientos tales como: estar sentado,
254
atender, escuchar, obedecer, inhibir las conductas impulsivas, cooperar, organizar las
acciones, seguir las instrucciones, jugar bien y relacionarse amigablemente con el resto de
los niños y niñas. Habilidades que son requisitos fundamentales para superar con éxito la
etapa escolar. La mayoría de ellos al entrar al colegio serán adjetivados como niños y niñas
de conducta problemática, además de ser definidos por expresiones del tipo:
255
a) Problemas de atención.
Las alteraciones atencionales se manifestarán en cualquier situación, ya que no
prestan la atención debida a los estímulos relevantes ni durante el tiempo necesario, así
cometerán errores por descuido en las tareas escolares en multitud de ocasiones, sobre todo
en aquellas que requieran de un esfuerzo mental sostenido (Martínez, 2010; Presentación,
Miranda y Marco, 2011):
- Suelen tener la mente en otro lugar, como si no escucharan lo que se les está
diciendo.
- Cambian de actividad sin haberla finalizada, pudiendo empezar hasta tres sin
finalizar ninguna. Frecuentemente no completan las tareas escolares u otros deberes
encargados, debido a sus deficiencias en la atención selectiva, dejan de atender la
tarea por un ruido o un hecho sin importancia.
- Con frecuencia no atienden ordenes ni instrucciones.
- Presentan dificultades para organizar tareas y actividades, principalmente las que
requieren de un esfuerzo sostenido, pudiendo tener ello relación con las deficiencias
en la atención mantenida (aquella que exige mantener la atención durante un
periodo de tiempo determinado) y no con una actitud negativista primaria
necesariamente, lo que les lleva a evitarlas.
- Sus hábitos de trabajo son desorganizados, no disponiendo de los materiales
necesarios para completar una tarea, además de tratarlos de manera inadecuado y
procurar su deterioro y/o extravío. Así su trabajo suele ser sucio, descuidado y
realizado sin reflexión.
- En general, presentan problemas de autorregulación a la hora de aprender
manifestadas en una reducida capacidad para planificar estrategias ante las tareas,
para analizar, sintetizar y realizar inferencias.
b) Alteraciones en el desarrollo motor.
El TDAH se asocia generalmente con las alteraciones de la coordinación motora,
que interfieren directamente en el aprendizaje escolar del alumnado con TDAH y en las
actividades propias de la actividad, tal y como señalan Poeta y Rosa-Neto (2007) a partir
del estudio realizado con escolares de entre siete y diez años de la escuela pública de
256
Florianópolis/SC (Brasil), cuyos resultados coinciden con los obtenidos en otros llevados a
cabo por Araujo y Silva (2002), Artigas-Pallares (2003), Kadesjo y Gillberg (2001) y Farré-
Riba y Narbona (2001), citados por Poeta y Rosa-Neto (2007).
257
c) Pobre desarrollo socio-emocional.
Otro rasgo destacable es la labilidad emocional (Martínez, 2010) de estos menores,
manifestada con frustración cuando no obtienen lo que quieren o ante la primera dificultad
que encuentran, a menudo traducido en rabietas súbitas y explosivas que pronto son
olvidadas.
En el caso del alumnado con TDAH es frecuente sufrir rechazo por parte del resto
de compañeros y en consecuencia una baja autoestima.
Son rechazados por el grupo clase, ya que por regla general, son menos
colaboradores y tienen más problemas de conducta social negativa, actitud caracterizada
por conductas de dominación tanto verbal (burlarse de los compañeros) como no verbal
(pegar a los demás). No siendo la variable sexo determinante en el uso de este tipo de
conductas, así las niñas hacen mayor uso tanto de conductas de “agresión manifiesta”
(agresión física, intimidación y amenazas) como de “agresión encubierta” (cotilleo,
258
exclusión social del otro, intento de destruir la reputación social del otro) que el resto de las
niñas que no padecen el trastorno (Marco y otros 2011).
En un estudio llevado a cabo por Jara y otros (2011) en el que se analizaban las
diferencias entre percepciones de los padres y docentes en lo referente a las competencias
sociales de los menores con TDAH (8-12 años), se demuestra que los docentes aprecian
diferencias significativas entre escolares con TDAH y sin TDAH en problemas con los
compañeros y conducta social, al igual que ya lo hicieran Zavadenko y otros (2011). El
alumnado con TDAH, presenta más problemas en la relación con sus compañeros y
posiblemente presenta dificultades en la ejecución eficaz de la conducta prosocial a pesar
de poseer un buen conocimiento social de las respuestas sociales.
De esta manera, estos escolares son considerados por sus iguales como
escandalosos, mandones, crueles con otros niños, insolentes con el profesorado, tendentes
a crear problemas y a enfurecerse cuando no consiguen lo que quieren. Este rechazo y su
falta de habilidades para hacer amigos no es solo circunscribible al entorno escolar sino a
cualquiera en la que convivan con iguales, es el caso de campamentos de verano o espacios
deportivos.
Datos que nos permiten comprender mejor el rechazo social referido, son los
apuntados por Parellada (2009) y que a continuación recogemos. Es frecuente que su
comportamiento social se describa como inmaduro debido fundamentalmente, a la
impulsividad de los TDAH a la hora de decir las cosas sin pensar, su desinhibición y
familiaridad excesiva con los adultos, incapacidad para refrenar sus impulsos y la falta de
259
interpretación de la intención de los demás, lo cual es aprovechado por algunos de los
mayores malintencionados para abusar de su ingenuidad e impulsividad para cometer
transgresiones, y convertirlos en el hazmerreir de otros o en el que siempre pillan tras una
gamberrada cometida por el grupo. Pero además de su inmadurez en cuanto expresividad y
recursos emocionales se refiere, también se añade sus dificultades a la hora de regular sus
emociones, lo cual les hace ser menos estables en su tono anímico, y más reactivos ante la
estimulación externa, tanto en positivo como en negativo. Por ello, es habitual que sean
exagerados en sus respuestas emocionales: cambios de ánimo bruscos, gritos
desproporcionados, lloriqueos ante estímulos poco significativos, expresión de una energía
desproporcionada y poco modulada. A esta caracterización, Parellada (2009) añade la
escasa necesidad de descanso, el tono elevado de voz, habla rápida e incansable y su alto
nivel de actividad tanto en acción dirigida como no dirigida, como cuestiones que
favorecen el rechazo de los escolares con TDAH por sus iguales.
260
Tabla 2. Problemas de conducta frecuentes en la escuela
Fuente: Martínez (2010) y Moreno (2007).
261
profesorado y familia. Aunque, esta hipótesis parece refutada en los últimos tiempos
argumentando que muchos niños con TDAH acostumbran a hacer atribuciones externas e
incontrolables de su propia conducta problemática, no percibiendo que dicha conducta sea
objeto de molestia o perjuicio para los demás, por lo que pueden llegar a experimentar
sentimientos de culpa menos graves que otros niños. La falta de conciencia explica que
muchos de estos alumnos y alumnas, sobreestiman sus posibilidades sociales y/o
académicas, dando lugar a un fenómeno conocido como sesgo ilusorio positivo (SIP).
d) Problemas conductuales.
El TDAH afecta al funcionamiento adaptativo. A modo de resumen, las
características de los escolares, de Escuela Infantil y Primaria con TDAH, que según
Martínez (2010, 5) apoyándose en Joselevich (2000, 23-28), pueden ocasionar
dificultades en el aprendizaje, son las que se recogen en la siguiente tabla:
262
Tabla 3. Características de los escolares con TDAH que pueden ocasionar dificultades en el aprendizaje.
Fuente: Martínez (2010, 5).
Finalizamos este apartado recogiendo una tabla, configurada por Presentación, Miranda y
Marco (2011,146), reuniendo la respuesta escolar de los estudiantes con TDAH ante
demandas académicas, que más adelante se verá desarrollada:
263
Tabla 4. Respuesta escolar del alumnado con TDAH.
Fuente: Presentación, Miranda y Marco (2011, 146)
264
3. LAS DIFICULTADES DE APRENDIZAJE ASOCIADAS AL TDAH
11
DA: en adelante estas siglas se usarán para referirnos a las Dificultades de Aprendizaje.
265
concreción del proceso de evaluación y en la optimización de las intervenciones (Miranda
y otros, 2006).
Los datos nos indican que alrededor de un 10% de la población escolar muestra
algún tipo de trastorno del aprendizaje, pero cuando hablamos de niños y niñas con TDAH
podemos referir una cifra de hasta el 50% (Rutheford, Du Paul y Jitendra, 2008, en
Gutiérrez Rojas, 2010). Como advierten Marco, Grau y Presentación (2011) las cifras
variaran en función del criterio que se utilice para definir las dificultades de aprendizaje,
con lo que encontraremos una oscilación de entre el 19 y el 80%, cuando asociemos
dificultades de aprendizaje y TDAH.
266
Sin embargo, Scandar (2008) cifra en un 25% el porcentaje de los escolares que
padecen TDAH y a su vez presentan algún tipo de Trastorno Específico del Aprendizaje
(TEA12), destacando que: “Un menor tiene un Trastorno Específico de Aprendizaje cuando
dentro de un desarrollo cognoscitivo apropiado existe un área particularmente deficitaria”
(Scandar, 2008, 141). Es decir, que habiendo evaluado las capacidades cognitivas del niño
o niña, éstas no se corresponden con los resultados académicos conseguidos, no pudiendo
tampoco deberse a ningún retraso mental, factores psicosociales o cualquier tipo de
hándicap. Además aporta que un 17% de los niños y niñas con TEA tienen TDAH. Por su
parte Wiener (2005), autor recogido en Miranda (2006) sitúa la correlación entre ambos
trastorno en torno al 25-35%.
Existe cierta controversia entre los autores en cuanto a cuál de los dos trastornos es
el principal y cuál es el derivado (TDAH y TEA). Tal y como recoge, Gutiérrez Rojas
(2010), nos encontramos con aquellos que defienden que el TDAH es el responsable del
TEA (DeShazo, Lyman y Klinger, 2002), también con los que argumentan que tanto un
trastorno como otro son independientes, pero que ambos comparten ciertos factores de tipo
biológico y ambiental, que produce la interrelación entre ambos (Saudino y Plomin, 2007).
Y por último, hay autores que postulan la ausencia de causas comunes en el origen de
ambos trastornos (Barry, Lyman y Klinger, 2002). La visión predominante ha sido que los
trastornos hiperactivos y los específicos de aprendizaje eran trastornos independientes que
pudieran compartir alguna base biológica (a nivel de disfunción cerebral), lo cual
justificaba la alta comorbilidad. En la actualidad entra en escena el componente cognitivo,
incluyendo la afectación de las FE, apuntadas como posibles responsables de la aparición
del TDAH y de trastornos de aprendizaje, como es el caso de la memoria de trabajo por
ejemplo, función esencial para el TDAH pero también para el desarrollo de la lectura, las
matemáticas y la expresión escrita (Brown, 2010).
Al abordar el área académica del alumnado con TDAH, nos encontramos que en
igualdad de condiciones intelectuales la población escolar que presenta este trastorno
12
TEA: en adelante estas siglas se usarán para referirnos a los Trastornos Específicos del
Aprendizaje.
267
presenta generalmente un menor rendimiento que el resto de sus iguales sin TDAH
Scandar (2000), lo cual podría deberse a sus déficits atencionales, pero también a la falta de
hábitos a la hora de estudiar y realizar los trabajos escolares (Luman y otros, 2009).
Las dificultades de aprendizaje aparecen con mayor frecuencia en los TDAH con
predominio inatento.
268
escrito) como en el dominio de las habilidades matemáticas. De acuerdo con Gutiérrez
Rojas (2010), los problemas relacionados con la lectoescritura (dislexia), los trastornos del
cálculo y los trastornos de la expresión escrita son los que presentan una mayor
comorbilidad con el TDAH, seguidos del retraso en la adquisición del lenguaje, problemas
en la retención de información de tipo auditivo y dificultades en la pronunciación como en
la decodificación de la palabra (Cohen y otros, 2000).
1. “Presentan una conducta lingüística irregular con cierta ineficacia para ajustarse al
contexto comunicativo y para comprender la intencionalidad comunicativa del
interlocutor.
2. Retraso en la adquisición de aspectos lingüísticos, en cuyo desarrollo influyen de
forma decisiva los procesos atencionales tales como el código fonológico y el nivel
morfológico, muy especialmente de comprensión y expresión de tiempos verbales.
3. Dificultades en la ejecución de tareas lingüísticas que demandan control inhibitorio
como las tareas de fluidez léxica.
4. Obtienen peores resultados en tareas que requieren poner en marcha la capacidad de
procesamiento semántico y especialmente, las que requieren pensamiento analógico
lingüístico, muy especialmente en las de conciencia fonológica.
269
5. También realizan una ejecución deficitaria en tareas que no exigen propiamente una
respuesta verbal, en las que el lenguaje actúa como mediador en la ejecución.”
Las cuales podemos completar con las aportaciones recogidas en las Guía para
docentes de la Fundación CADAH (2009,12):
a) Habla
Los problemas de habla en los menores con trastornos de atención son más comunes
que en aquellos que no presentan TDAH, según Miranda y otros (2002); coincidiendo con
diferentes estudios en los problemas en la articulación referidos por el propio grupo de
autores (Humpries y otros, 1994; Thorley, 1984).
270
Miranda y otros (2002), investigan acerca del desarrollo fonológico entre menores
con TDAH y sin TDAH, y descubren que los primeros ejecutan significativamente peor en
todas las medidas utilizadas, tienen más problemas en la producción del habla, menor
eficacia en el acceso al léxico utilizando un mediador fonético y menor capacidad para
utilizar la información fonológica en el procesamiento del lenguaje oral. Aunque lo más
relevante es que estas dificultades en la adquisición y procesamiento del lenguaje oral
inciden directamente en el posterior aprendizaje de la lectura.
b) Lectura.
Los problemas de lectura se conocen comúnmente bajo el término de dislexia
(trastorno que afecta a la lectura), presentando una asociación significativa con el TDAH,
entre el 15 y el 30%, estando más presente en aquellos TDAH con predominio de síntomas
de desatención (Scandar, 2008). TDAH y dislexia producen escolares con mayores
dificultades atencionales, así como más problemas visomotores y más problemas sociales
como el rechazo de sus compañeros (Marco, Grau y presentación, 2011). Aunque parece
que la dislexia no es consecuencia directa del TDAH, sino más bien que pueda ser debida a
los problemas en las deficiencias lingüísticas que traen consigo las dificultades en el
sistema simbólico (Díaz Fernández, 2005).
271
Las cifras acerca de la relación del trastorno por TDAH y las dificultades lectoras
(DL13), varían debido a los criterios utilizados para diagnosticar los dos trastornos y la
heterogeneidad que caracteriza el déficit de atención con hiperactividad y las DL. El
porcentaje de dificultades lectoras en alumnado con TDAH oscila entre un 18 y un 45%
(August y Garfinkel, 1990; Mayes, Calhoum y Crowell, 2000) y entre un 18 y un 42% de
niños cumplen los criterios de TDAH (Willcutt y Pennington, 2000), así lo recoge Miranda
y otros (2011). Por otra parte, se advierte que el combinado TDAH y DL lleva asociado
déficits cognitivos más graves y peores resultados académicos y conductuales (Germano,
Gagliano y Curatolo, 2010 y Miranda y otras, 2011).
13
DL: en adelante estas siglas se usarán para referirnos a las Dificultades Lectoras.
272
En el caso de los estudiantes con TDAH y en relación a dichos elementos
potenciadores de la comprensión lectora, sus puntos débiles han sido identificados en varios
trabajos (Miranda y otras, 2011):
273
Los resultados empíricos adjudican un papel protagonista en la comprensión lectora
a las habilidades relacionadas con el lenguaje y el funcionamiento ejecutivo, aunque pocos
estudios han analizado simultáneamente la implicación de estos componentes. Como
excepción, Miranda y otras (2011) llevan a cabo un estudio en el que integran habilidades
lingüísticas: comprensión oral, vocabulario y acceso léxico; y ejecutivas: memoria de
trabajo e inhibición. En éste demuestran que los TDAH con dificultades en la comprensión
lectora, experimentan déficits tanto en habilidades del lenguaje como ejecutivas, además de
problemas en la atención y la inhibición.
A la hora de interpretar los problemas en la lectura hay que tener presente el resto
de dificultades propias del trastorno que pueden llevar a confundir las mismas con los
problemas de aprendizaje. Así cuando nos encontramos con un escolar TDAH que
decodifica correctamente las palabras, sus problemas respecto a la memoria de trabajo
pueden hacer que olvide el párrafo que acaba de leer, pudiendo parecer que tiene un
problema de lectura comprensiva. También la escasa automonitorización que caracteriza a
esta población no les va a permitir comprobar si la palabra que acaban de leer puede o no
encajar correctamente en el texto que está leyendo. El exceso de energía que estos niños y
niñas tienen que emplear a la hora de realizar este tipo de ejercicios mentales, hace
274
comprensible que inventen cualquier excusa para huir de los textos densos, largos y
complejos, o pierdan el interés por leer (Parellada, 2009).
c) Escritura.
Los problemas más frecuentes que suelen darse son la disortografía y la disgrafía,
presentando dificultades en la composición escrita, en la que se requieren habilidades de
planificación y generación de frases, además de la continua recurrencia a la memoria a
corto y largo plazo (Gutiérrez Rojas, 2010).
La escritura supone una tarea cognitiva que requiere del despliegue coordinado de
un conjunto relevante de recursos cognitivos y metacognitivos de manera simultánea y
recurrente: control de la atención, la autorregulación, la capacidad de memoria de trabajo,
etc (Olive y otros, 2009), además de habilidades de escritura específica y estrategias que
faciliten y organicen el entramado de procesos cognitivos puestos en marcha en la
producción de un texto escrito. Todo ello hace que la escritura sea una habilidad
especialmente compleja para el alumnado con TDAH, dándose una alta prevalencia de las
DA en escritura en los contextos escolares (APA, 2002; y Miranda, Jarque y Tárraga, 2006;
Reid Trout y Schartz, 2005 en Rodríguez y otros, 2009).
Schuck y Crinellla (2005), vuelven a aportar mediante sus investigaciones que esta
dificultades en la producción de textos entre los escolares hiperactivos no se debe tanto a un
problema de inteligencia como a una afectación de sus funciones ejecutivas.
275
Por su parte los autores de la Guía para Docentes de la Fundación CADAH (2009)
recogen que los TDAH en las áreas que requieren destreza manual, tal y como es el caso de
la escritura, presentan las siguientes dificultades y consecuencias:
276
previas del alumno o alumna, así como el andamiaje, la tormenta de ideas, uso de preguntas
clase u organizadores gráficos (Álvarez y otros, 2007).
En otro estudio que Miranda, Meliá y Marco (2009) llevan a cabo, asocian las DAM
en los TDAH a los síntomas de inatención y a los problemas más acentuados que presentan
en el funcionamiento ejecutivo, siendo dos áreas las más afectadas:
14
DAM: en adelante estas siglas se usarán para referirnos a las Dificultades de Aprendizaje en la
Matemáticas.
277
(por ejemplo, las tablas de multiplicar) y que usan estrategias de conteo propias de
edades inferiores a la suya (como contar con los dedos).
- Las habilidades procedimentales, especialmente cuando el algoritmo requiere
operaciones más complejas como “restar llevando”.
En el origen de estas dificultades se hayan los problemas en los procesos de
recuperación de información almacenada en la memoria y en la automatización de los
procesos, por tanto en el caso de los TDAH se hace difícil averiguar si realmente se trata de
un trastorno específico de aprendizaje o bien se debe a las dificultades de base de memoria
de trabajo y atención.
Según la Guía para Docentes de la Fundación CADAH (2009), las dificultades más
relevantes asociadas al desarrollo de las habilidades matemáticas se relacionan con:
278
- Dificultades en el procesamiento auditivo. Lo cual se refleja en ejercicios orales, por
ejemplo de cálculo mental, y al contar siguiendo una secuencia dada.
- Procesos cognitivos y metacognitivos. Carecen de conciencia acerca de las
habilidades y recursos necesarios para realizar una tarea y fracasan en el uso de
mecanismos autorreguladores.
Las personas con TDAH presentan muchos aspectos positivos, que deben ser
potenciados, ya que este colectivo tiene una respuesta alta a estímulos positivos. Si nos
fijamos bien, tienen innumerables características positivas que pueden convertirse en
palancas que ayuden en los diferentes contextos a que éstos se desarrollen de una forma
óptima aprendiendo a usar sus potencialidades para afrontar correctamente las dificultades
que las demandas contextuales pueden suponerles, y partiendo de las mismas en los
distintos contextos.
En un estudio llevado a cabo por Korzeniowsk e Ison (2008) desde una perspectiva
psicoeducativa del tratamiento del TDAH, se consideró como objetivo si los padres y
docentes eran capaces de identificar los aspectos positivos en la población con TDAH,
entre otros, observándose en los resultados que ambos colectivos identificaron fortalezas y
279
aspectos positivos como verdaderos recursos en los menores con este trastorno, fortalezas
identificadas por González de Mira (1997): alta capacidad energética, buena memoria
visual y auditiva, buen sentido del humor, son creativos y sensibles y se comprometen
intensamente con las personas queridas. Tanto profesorado como familias, en un 100%,
describieron recursos similares en los menores, habiendo así coincidencia entre ambos. Su
participación en el taller para docentes, que las investigadoras diseñaron para realizar el
estudio, y en el entrenamiento para padres, les ayudó a focalizar su atención en las aptitudes
y habilidades positivas de sus hijos y alumnos y alumnas, cuestionando mitos y haciendo
que formulen una interpretación más adecuada de la conducta del menor. De esta forma se
consiguen efectos más positivos en ambas direcciones, padres-hijos, profesorado-
alumnado, e incluso podría, aún sin haberse medido, entre iguales tanto en el grupo clase
como en la familia.
Las Asociaciones y Fundaciones que trabajan con este colectivo, se han preocupado
por visualizar aquello que se desataca como positivo en ellos y no quedarse solamente en lo
negativo. La creatividad y originalidad suelen ser unas de sus principales características,
aunque no son las únicas, por ello consideramos oportuno recoger las recogidas por la
Fundación CADAH (Fundación Cantabria Ayuda al Déficit de Atención e Hiperactividad:
(Fundación CADAH, 2012 diciembre):
280
- Son capaces de ver un orden en el caos.
- Son buenos resumiendo y sintetizando.
- Son buenos ante los cambios.
- Son grandes generadores de ideas.
- Son compasivos consigo mismos y con los demás.
- Son hábiles para solucionar problemas.
- Siempre están dispuestos a probar y aprender cosas nuevas.
- Siempre están dispuestos a hacer nuevos amigos.
- Siempre están dispuestos a ayudar.
- Siempre tienen una gran decisión.
- Siempre buscan caminos alternativos hacia un fin.
- Se preocupan mucho por su familia.
- Tienen buena reacción en situaciones de emergencia.
- Tienen buena capacidad para enfrentarse a situaciones difíciles.
- Tienen la habilidad de encontrar caminos para superar obstáculos.
- Tienen soluciones ocurrentes para resolver problemas.
- Tienen gran sentido del humor.
- Tienen una gran memoria visual.
- Tienen un buen procesamiento en información por imágenes.
- Tienen una personalidad atractiva.
- Pueden hablar de muchas cosas al mismo tiempo.
- Pueden hacer que la gente se sienta escuchada.
- Pueden llevar a cabo muchos proyectos al mismo tiempo.
- Miran las situaciones desde todos los ángulos.
- Necesitan dormir menos que los demás.
- Evolucionan constantemente.
- Perdonan fácilmente.
En su caso, la Fundación ADANA, resume las características positivas en:
pensamiento rápido, intuición, creatividad, sinceridad y gran expresividad afectiva,
señalando que deben ser potenciadas y valoradas (Fundación ADANA, 2012 diciembre).
281
Siguiendo a Guerrero y Pérez (2011), señalamos algunas de las características
positivas que el profesorado debe potenciar y servirse para dar calidad en sus procesos de
enseñanza con este alumnado:
282
5. RESPUESTA ESCOLAR INCLUSIVA EN EL AULA PARA EL ALUMNADO
CON TDAH
Sin embargo, como dice González Lajas (2013c), actualmente afrontar una clase
heterogénea puede plantear muchas dudas o dificultades en la acción docente, ya que exige
tener que ajustar y transformar minuciosamente toda la metodología didáctica siguiendo los
principios de inclusión, diversificación y “equidad imparcial”, lo que supone una
transformación esencial y extraordinariamente positiva de la acción docente en todos los
procesos de enseñanza-aprendizaje del alumnado TDAH, especialmente si tenemos en
cuenta a todos aquellos docentes que afirman estar “sobrecargados de trabajo” y que no
saben realmente como organizarse de forma eficaz y con éxito ante la diversidad y la
inclusión.
Por todo ello, ha llegado el momento de transformar las excusas que se originan en
torno al alumnado con TDAH dentro del contexto escolar en soluciones prácticas y
preparar y organizar las clases reflexionando sobre las actividades y acciones que nuestros
283
escolares van a realizar, en vez de hacerlo teniendo en cuenta solamente las actividades que
cada uno como docente va a desplegar.
Los niños con dificultades, además de enfrentarse con barreras de tipo individual, se
enfrentan a barreras ambientales y a las derivadas de las actitudes de aquellos que trabajan
con ellos. Barreras susceptibles de intervención y por tanto de cambio tanto a nivel
284
institucional, como de centro y aula. Estas formas de barreras están estrechamente
relacionadas entre sí, y para su tratamiento deben implicarse las escuelas, los hogares y las
comunidades de forma que los estudiantes afectados puedan desarrollar su máximo
potencial.
- Los docentes, los directores del centro escolar y los inspectores escolares. Si ellos
discriminan a los estudiantes que se perciben como diferentes de la mayoría de sus
iguales, tal discriminación se proyectará en el resto de la comunidad escolar.
- Los sistemas legales y regulatorios institucionales van a determinar el tratamiento que
se le dé a la discriminación, a la segregación y a la exclusión en las escuelas.
- Curricula. Si estos son rígidos y no responden a la diversidad de
habilidades, necesidades y circunstancias presentes en el grupo clase.
- Enfoques pedagógicos de la enseñanza y materiales para el aprendizaje. Si éstos no
son learning-friendly, es decir si no promueven entornos facilitadores de aprendizajes
significativos, ni responden a la diversidad de necesidades y habilidades entre los
alumnos supondrán una barrera ambiental determinante.
Así, la disposición y organización física del entorno es determinante para procurar
entornos de enseñanza accesibles y seguros de aprendizaje.
- El acceso limitado o nulo a los programas de intervención temprana. El
efecto incapacitante de deterioro se multiplica a menos que se tenga
acceso a los programas de intervención temprana (sistemas de apoyo), no debiendo
suponer las condiciones sociales, económica o políticas razones de discriminación y
segregación.
- Evaluación y sistema de evaluación. No se trata exclusivamente o principalmente de
evaluar el nivel académico de los niños de acuerdo con
unas normas generales, sino también de valorar el progreso individual en los diferentes
ámbitos: desarrollo académico, social, emocional y físico.
285
- Disposición física del entorno. La organización del espacio físico ha de procurar
entornos accesibles y seguros de aprendizaje (learning-friendly).
- Las condiciones sociales, económicas y políticas, no deben suponer razones de
discriminación y segregación.
Estas son algunas de las muchas barreras que afrontan los estudiantes en las
escuelas y comunidades de todo el mundo, conducentes a menudo hacia obstáculos
insuperables para el aprendizaje, el desarrollo y la participación. Por tanto, es de vital
importancia que los docentes, las familias y los que planifican las educación creen
ambientes en las escuelas y comunidades en las que todos los niños y niñas se sientan
bienvenidos, se valoren y se respeten, independientemente de su capacidad, condición o
situación, con el fin de reducir y eliminar estas barreras. Si creamos entornos inclusivos
tanto en las escuelas como en las comunidades, seremos capaces de reducir las
consecuencias de las barreras ambientales y actitudinales.
5.2. Organización del centro escolar para la inclusión del alumnado con TDAH.
Responsabilidades del equipo directivo.
Cuando hablamos de centro escolar nos referimos a una institución que se compone
de distintos miembros con diferentes roles y responsabilidades, que conforman una
comunidad educativa, orientada por una dirección escolar, que ha de implicarse al unísono
en la respuesta educativa que quiere ofrecer a su alumnado, colectivo que también forma
parte de dicha comunidad. Por ello dirección, profesorado, personal de apoyo, de
administración, familias y alumnado han de construir una forma de hacer contextualizada,
basada en la coordinación, la reflexión y la consideración de las diferencias propias de la
diversidad escolar, para conseguir ofrecer una educación de calidad, lo cual implica una
286
educación que acoge a todo el alumnado, se adapta y da respuesta a todos y cada uno de
ellos para conseguir su inclusión escolar y social.
Dicho esto, proponemos algunas medidas concretas que el Equipo Directivo a nivel
de centro, debe considerar desde el ejercicio de un liderazgo responsable y democrático,
para implantar y desarrollar una cultura inclusiva capaz de atender al alumnado con
Trastorno por Déficit de Atención con o sin Hiperactividad. Para ello nos apoyamos en las
recomendaciones de la Comunidad Autónoma de Castilla la Mancha, en las Asociaciones
específicas del colectivo con TDAH, ADAHIgi, AHIDA Y ANADAHI (2006) y en los
autores Barrio (2009), González Carro (2011), León y Arjona (2011) y León (2012b):
287
3. Flexibilización del Proyecto Educativo de Centro, de manera que permita llevar a cabo
las modificaciones y adaptaciones a nivel de aula para cualquier niño que lo requiera en
general, y para el alumnado con TDAH en particular, y así favorecer su inclusión social
y escolar. Desde éste se define la identidad del centro, se recogen los valores y se
establecen los objetivos y prioridades del centro docente y de la comunidad educativa,
así mismo se recogen entre sus contenidos los criterios y medidas para dar respuesta a
la diversidad del alumnado en su conjunto, la orientación y la tutoría, así como la forma
de colaborar y coordinarse con el resto de centros docentes e instituciones del entorno.
El Proyecto Educativo debe abarcar toda la vida escolar del estudiante con
TDAH y debe ser asumido por todo el profesorado, ya que no es una cuestión de
voluntades.
4. Formación, información o apoyo institucional del personal docente y no docente del
centro, con respecto al trastorno por déficit de atención e hiperactividad, lo cual puede
hacerse a través de los recursos de los que disponen las distintas Administraciones,
Equipos de Orientación, Centros de Profesores, Delegaciones Provinciales de
Educación y Ciencia o a través de algunas de las Asociaciones especializadas en TDAH
que ofrecen programas de formación dirigidos a centros escolares, mediante el Equipo
Directivo. Formación que si también es recibida por parte de las familias, produce
mejoras significativas en los distintos ámbitos afectados de este alumnado, por ejemplo
en las investigaciones llevadas a cabo por Fernández Martín, Hinojo y Aznar (2003),
Arco, Fernández Martín e Hinojo (2004), Lavigne y Romero, (2013) se ponen de
manifiesto mejoras en sus conductas problema.
A estas recomendaciones añadiríamos, tal y como lo hace León (2012b, 141) “la
necesidad de que el director y/o equipo directivo estuviera formado e informado para
atender a las necesidades educativas especiales e impulsar una escuela inclusiva”,
promocionar el cambio y controlar su desarrollo.
5. Potenciación de actitudes positivas. Una vez formado e informado el equipo docente, es
crucial mejorar sus actitudes ante un escolar con TDAH. Sus dificultades han de ser
aceptadas con el fin de implantar las modificaciones necesarias para ajustar las
características contextuales e instruccionales a sus necesidades. Su aceptación también
288
le ayudará a tener unas expectativas más realistas y una mayor tolerancia (Ocampo,
2013).
6. Coordinación entre docentes de un mismo estudiante. El personal del centro que vaya a
trabajar con el alumnado con TDAH debe conocer sus características y trabajar de
forma coordinada.
Esta propuesta tiene un doble objetivo, por un lado incidir en la mejora
conductual si es necesario, al llevar una actuación al respecto común, y por otro,
facilitar la posibilidad de realizar y mantener de forma coherente y sistemática los
apoyos metodológicos necesarios para conseguir una mayor generalización de los
aprendizajes, y por tanto, aumentar la eficacia educativa. Así mismo, cuando el
alumnado cambie de curso o ciclo, es recomendable informar al nuevo docente o
docentes de sus dificultades, potencialidades y apoyos que requiere, responsabilidad
que debe dejar de ser asumida en exclusiva por las familias, sino que ha de ser
compartida y asumida también por los docentes que han estado con el aniño o la niña,
con el objeto, entre otros, de evitar la dotación de los apoyos necesarios desde el
comienzo de curso.
7. Coordinación entre los diferentes miembros de la comunidad escolar: dirección,
docentes, familia, orientador y demás personal de apoyo, y profesionales externos.
Coordinación que debe estar presente en todo el proceso de diseño y aplicación
de la respuesta educativa a cualquier niño o niña que lo requiera, y especialmente, en el
caso de los TDAH, de esta forma al existir una participación activa en éste conseguimos
una implicación activa y un hacer sistemático, ordenado y regulado que se da de forma
simultánea en los contextos de desarrollo más próximos del alumnado: escolar y
familiar.
Así deben articularse instrumentos de comunicación que hagan efectiva y
continua la coordinación. De esta forma, en la Guía Balear de recomendaciones a los
centros con alumnado con TDAH, elaborada desde la Asociación Balear de Padres de
niños con TDAH (STILL, 2013), se establece que la agenda y/o los medios electrónicos
son una buena opción para ello, dadas las dificultades de organización y planificación
de deberes, tareas, estudio o evaluaciones, del alumnado con TDAH.
289
En el caso de uso de la agenda, deben recogerse tantos aspectos positivos como
negativos del estudiante, además de tareas y deberes o evaluaciones, cuidando siempre
la forma en la que se trasmiten. Si las comunicaciones negativas son muy frecuentes no
se aconseja su uso regular, pues la autoestima de las familias puede verse afectada. En
este caso es preferible optar por una carta, llamada telefónica o la convocatoria de una
reunión.
Por su parte, el uso de medios electrónicos son muy positivos, por el acceso
inmediato a la información, para una eficaz coordinación entre centro, familia y
profesor, y otros profesionales en su caso, facilitando la supervisión y planificación de
las tareas, y demás aspectos a comunicar de índole emocional, comportamental,
puntualidad u otros. En el sistema de información se debe recoger la información más
relevante a diario, con el objeto de poder hacer un seguimiento de su agenda escolar y
comportamiento, fundamentalmente.
8. Inclusión y programación de diferentes modelos de tutoría que faciliten la relación con
el alumnado y con su familia, de forma continuada y sistemática, ya que la tutoría es el
conjunto de actividades que desarrolla la tutora o el tutor con el alumnado, con sus
familias y con el resto de profesorado que imparte docencia al alumno/a, y que debe
contar con el asesoramiento del profesional responsable de orientación del centro,
siendo fundamental la tutoría individualizada con el alumno o alumna con TDAH.
9. Planificación de reuniones periódicas por el Equipo Directivo que faciliten la
coordinación del tutor/a con el Equipo docente que trabaja con el alumno/a, para
elaborar, realizar el seguimiento y la evaluación en su Plan de Trabajo Individualizado,
si es que éste existe, o de las pautas metodológicas y organizativas acordadas para
aplicar a nivel de aula ordinaria, teniendo en cuenta las necesidades del alumnado con
TDAH o problemas de atención y/o comportamiento en el aula. Asimismo, siempre que
sea necesario, asistirá a dichas reuniones la o el responsable de orientación del centro u
otras/os profesionales que se consideren oportunos.
10. Por último, el Plan de Convivencia del Centro también ha de ser un instrumento claro y
sencillo en la articulación de normas y reglas de convivencia permitidas en el centro y
en el aula, siendo adaptado a las diferentes edades y visible y accesible a la comunidad
290
escolar. Debido a los problemas de conducta, que pueden aparecer relacionados con el
TDAH, es muy importante que las consecuencias derivadas de las conductas no
aceptadas, se apliquen de manera ponderada y teniendo en cuenta el valor de las normas
para su corrección, y en arreglo a un procedimiento consensuado y ordenado que
procure la modificación de esas conductas de manera positiva e inclusiva.
A continuación presentamos un gráfico que a modo de resumen señala las
responsabilidades del equipo directivo para crear una cultura inclusiva y por tanto, una
organización escolar adaptada a las necesidades de los escolares en los que se incluyen
aquellos que presentan TDAH, dificultades de atención y/o comportamiento:
Puestas de manifiesto las indicaciones que pueden mejorar las condiciones para que
un centro sea inclusivo en su práctica, descendemos al contexto del aula, espacio en el que
en última instancia se trabaja con el escolar de forma directa para su progreso académico,
social y profesional.
291
5.3. El aula inclusiva, espacio para la enseñanza y el aprendizaje diferenciados.
292
- La enseñanza diferenciada se basa en el diagnóstico. La diferenciación de las formas
de enseñar procede de un proceso efectivo y permanente de evaluación de las
necesidades del alumnado. En un aula en la que se practica la diferenciación, la
diversidad de los estudiantes se tiene en cuenta y se considera como una base para la
planificación de lecciones. Este principio también nos recuerda la estrecha relación que
debe existir entre la evaluación y la instrucción. Podemos enseñar con mayor eficacia si
somos conscientes de las necesidades de aprendizaje de los escolares, y de sus intereses.
En el caso del alumnado con TDAH o con problemas de atención y o
comportamiento, es muy importante el abandono de los prejuicios que el profesorado
presenta con respecto a este colectivo. Estos niños y niñas deben dejar de ser vistos
como escolares vagos, maleducados, que no hacen las cosas o las hacen mal porque
quieren, para ser considerados desde sus necesidades de aprendizaje cuyo origen se
debe a varias causas, entre ellas, la orgánica, y que los ambientes de desarrollo, entre
ellos el escolar, harán que las manifestaciones propias de sus dificultades atencionales
y/o comportamentales se desarrollen en una dirección u otra. Si abandonamos estos
prejuicios y abogamos por la práctica de la diferenciación procuraremos un ambiente de
aprendizaje en el que estos niños y niñas estén incluidos y se desarrollen de forma
exitosa no solo en el ámbito escolar sino también en el social.
- La enseñanza diferenciada no es caótica. Al ofrecer diversas maneras de enseñar, los
docentes ofrecen diferentes modos de aprender, lo que implica el manejo y supervisión
de varias actividades simultáneamente y formas de trabajo. Esta forma de trabajar en el
aula debe seguir un orden, por lo que en una aula diferenciada el docente promueve
reglas de conducta y organización y funcionamiento del aula, para poder dirigir de
manera ordenada la secuencia de acontecimientos que implica cada experiencia de
aprendizaje.
La inclusión de movimiento, sonido o estímulos visuales en las actividades así
como la comunicación interestudiantes tiene su propósito, y por ello se ordena y
secuencia, y se evita el desorden y la indisciplina.
- Todos los niños y niñas disponen de un trabajo adecuado. En las aulas diferenciadas, el
objetivo del docente es que cada estudiante encuentre su trabajo interesante, por tanto
293
esté motivado y aprenda de forma significativa. Lo cual implica que las tareas se han
adaptado a su nivel escolar y características personales.
- La enseñanza diferenciada combina la enseñanza global a toda la clase, la grupal y la
individual. Con la enseñanza global se establecen conocimientos comunes y un sentido
de comunidad mediante el intercambio de datos y opiniones, con la enseñanza en
pequeños grupos se comparte información y futuras investigaciones y con la individual
se atienden necesidades específicas que no quedan cubiertas con las otras modalidades.
En un continuo en la jornada escolar, éstas se combinaran y usarán en función de los
objetivos, contenidos y productos a trabajar.
- Los docentes y el alumnado son colaboradores en el aprendizaje. El profesor o
profesora evalúa las necesidades de aprendizaje, facilita el aprendizaje y planifica un
eficaz plan de estudios. En las aulas diferenciadas, no solo toma decisiones el docente
sino que el alumnado está implicado de una forma activa y participativa en todo el
proceso de enseñanza-aprendizaje.
Aunque el docente sepa más de la materia a tratar, está aprendiendo
continuamente acerca de cómo aprenden sus escolares, supervisando la adecuación
entre la forma de enseñar y de aprender, y realizando los ajustes necesarios para
perfeccionar dicha adecuación.
El docente asume que la enseñanza es evolutiva, que la diferenciación no es una
estrategia que se aplica cuando se tiene tiempo, sino que es una forma de vivir la
docencia, que se nutre de la diversidad de necesidades con su propia base de
conocimientos y actitudes para hacer lo posible a fin de llegar a cada uno de los
estudiantes presentes en su aula.
Destacados los principios de la enseñanza diferenciada, pasamos a recoger los
propios de la enseñanza inclusiva a tener en cuenta para gestionar un aula que acoja a todos
los escolares por igual. Ambos complementarios y necesarios para reducir cualquier forma
de exclusión, teniendo en cuenta que además de a los elementos curriculares, la
diferenciación también atañe a todos los momentos de la acción educativa: la planificación
y el diseño del curriculum, su puesta en práctica (metodología) y la evaluación, desde una
294
actitud positiva ante la diversidad y una visión interactiva entre las diferencias individuales
y las condiciones ambientales.
La creación de aulas que acojan y respeten a todos los escolares y sus diferencias
constituyen un reto y exige tiempo, así como compromiso del centro y en última instancia
del docente, ya que es una tarea que ha de acometerse también desde el curriculum que se
desarrolla dentro del aula si no queremos relegar la respuesta a la diversidad a un
tratamiento individual que renueve los procesos de segregación y exclusión.
295
diversidad presente para aprender, con o sin el dictamen que “etiquete” a dicha diversidad,
de forma individual.
Para optimizar el uso del tiempo destinado a enseñar y el tiempo disponible para
aprender, las clases tienen que estar bien planificadas. Lo cual conlleva una inversión de
tiempo, al principio, importante, pero es una habilidad profesional indispensable para el
desarrollo de la docencia, y un gran ahorro de tiempo a largo plazo.
296
De este modo, la diversificación podrá llevarse a cabo en todos los elementos
básicos del currículo (UNESCO, 2004e):
o Objetivos
Definen el “para qué” de la acción educativa, traducidos en competencias y
capacidades cognitivas, motrices, psicopersonales… y no en conductas como venía
haciéndose con anterioridad a la LOGSE (1990).
o Contenidos
Configurados como las herramientas que nos van a conducir al alcance de los
objetivos. En nuestro sistema educativo, los contenidos vienen dado por los documentos
curriculares marcados a nivel nacional y autonómico. Sin embargo, y especialmente en las
aulas en las se incluyen escolares con diversos antecedentes y habilidades, el aspecto
curricular debe ser adaptado y convertido en una herramienta de la enseñanza aprendizaje
accesible a todos los niños y niñas del aula, descendiendo de lo general a lo local, a la
comunidad en la que ha de trasmitirse.
297
o Actividades
La actividad tiene una meta específica de aprendizaje y sirve para comprender ideas
clave y desarrollar las competencias deseadas.
Para su mejor elección, el docente debe tener en cuenta aspectos tales como: el
curso escolar, la competencia curricular del escolar (qué sabe y qué sabe hacer con respecto
a los objetivos planteados), grado de motivación, estilo de aprendizaje o las necesidades de
apoyo específico, a lo que añadiríamos los condicionantes del contexto: recursos materiales
y humanos disponibles (Gallego y Salvador, 2002).
o Productos.
Los productos son los resultados alcanzados por los estudiantes de acuerdo a lo que
han aprendido y entendido. Por ejemplo, un producto puede ser una blog de trabajo, una
exposición de soluciones a un problema, un proyecto de fin de unidad, y no solo una
desafiante prueba escrita de papel y lápiz. Un buen producto hace que los escolares vuelvan
a plantearse lo que tienen que aprender, aplicar lo que pueden hacer, y ampliar su
comprensión y habilidades.
Diferenciar los productos supone: diseñar pruebas diferentes en torno a las mismas
metas de aprendizaje, según su nivel o medios usados para conseguir los resultados
esperados, y por tanto animar a los escolares a expresar lo que saben de maneras diferentes
o permitir la realización de pruebas no solo de forma individual, sino también por parejas o
pequeños grupos.
298
2. La planificación del proceso
Se refiere al cómo se enseña el contenido. Esto implica el uso de diferentes
métodos de enseñanza para satisfacer las necesidades de los diferentes estilos de
aprendizaje, y para maximizar el tiempo disponible para la enseñanza y el aprendizaje.
Estamos totalmente de acuerdo con Martín y Guerrero (2013), cuando muestran las
experiencias de las escuelas inclusivas que aplican el sistema “Amara Berri” al afirmar que
la tarea se organiza en torno al método de trabajo, por entender que:
299
seguimiento y también de evaluación de la eficacia de la acción didáctica para el
profesorado.
Los niños y niñas aprenden mejor cuando su pensamiento está activo. También
aprenden bien cuando las actividades se basan en experiencias reales y contextos ya que
así pueden aplicar sus conocimientos con mayor eficacia. Por ello los docentes han de
conocer la comunidad en la que se incardina el centro escolar e incluir ejemplos locales en
la planificación del tema o lección.
300
hay que dar una respuesta concreta para todos aquellos que presenten habilidades y
características diferentes.
- ¿Cómo vamos a enseñar (métodos / procesos)?, además de contestar para el grupo
clase también hay que dar una respuesta concreta para todos aquellos que presenten
habilidades y características diferentes.
- ¿Qué es lo que los escolares ya saben (formación previa; pre-prueba)?, para poder
decidir acerca de las nuevas adquisiciones, es decir, para tomar decisiones respecto de
la nueva información y destrezas que deben saber los estudiantes.
- ¿Qué harán los niños (actividades)? ¿Las actividades son apropiadas para todos los
estudiantes? Se deberán crear situaciones en las que todo el alumnado pueda practicar e
implicarse en el nuevo aprendizaje para comprenderlo y asimilarlo.
- ¿Cómo vamos a desarrollar la unidad didáctica (incluyendo la organización del
espacio físico y el entorno social)? Respondiendo a la organización física y social del
aula, decidiendo sobre cómo agrupar a los escolares y sobre la asignación y reparto de
tareas, para motivarles y que cada uno llegue al máximo de participación dentro de sus
posibilidades.
- ¿Los estudiantes tienen la oportunidad de trabajar en parejas o pequeños
grupos?
- ¿Cómo vamos a favorecer la memorización de lo que han aprendido (por ejemplo,
mediante imágenes)?
- ¿Cómo vamos a saber si los niños han estado aprendiendo (retroalimentación y
evaluación)?, ¿cómo vamos a saber cuáles han sido sus logros ajustados a los
aprendizajes que necesitaban realizar?
- ¿Qué vamos a hacer ahora (reflexión y la planificación futura)?
Para que la planificación realizada sea efectiva ha de ser registrada en algún modelo
o formato que ayude a bosquejar al profesorado el desarrollo de las lecciones, y, a partir de
éste, la organización diaria de las mismas. Lo cual le va a permitir, además, saber si el
alumnado está aprendiendo lo que se le quiere enseñar, suponiendo una oportunidad para
reflexionar sobre lo que se está haciendo, y si hay que realizar algún cambio o propuesta de
mejora.
301
Para finalizar este apartado dedicado a la planificación de la enseñanza, recogemos
a continuación una propuesta de orientación para realizar la planificación de las
competencias, indicando los ítems a completar (UNESCO, 2004e, 8-9):
- Objetivos de aprendizaje:
¿Qué quieren los niños aprender en esta unidad didáctica?
Pensar en el conocimiento, las competencias y las actitudes que quiere que aprendan.
Elegir dos o tres objetivos para centrarse en un tema.
- Recursos:
¿Qué recursos se necesitan para desarrollar la unidad didáctica?
¿Qué materiales de aprendizaje son necesarios?
¿Cómo se puede ayudar a los estudiantes a obtener los recursos?
- Los niños con más necesidades específicas:
¿Hay niños en el grupo que va a necesitar ayuda extra?
¿Qué tipo de apoyos se les necesita proporcionar?
¿Es necesario ayudarles individualmente?
¿Necesita asegurarse de que están sentados en un lugar apropiado en el aula? (A
menudo esto ayuda a tener niños y niñas que necesitan ayuda adicional en la parte
delantera del aula donde se puede ayudar).
- Introducción de la unidad didáctica:
Trasmitir al alumnado lo que el docente quiere que ellos aprendan en esa unidad
didáctica, lo cual puede escribirse en la pizarra o en el lugar habilitado para ello al
comienzo de la misma.
Pensar cómo va a dar comienzo la lección.
Recordar y revisar brevemente lo que los estudiantes aprendieron en la lección anterior.
Tratar de comenzar con un problema para resolver, con una pregunta abierta, o con un
imagen a discutir que conduzca a las actividades principales.
- Actividades Principales:
¿Qué quieren los escolares hacer en la parte principal de la lección?
Asegurarse de que las tareas propuestas les ayudan a conseguir los objetivos de
aprendizaje marcados.
302
Tratar de incluir una variedad de actividades, haciendo que los niños trabajen en parejas
o en pequeños grupos.
Decidir cómo van a presentarse y explicarse las tareas.
Decidir el tiempo destinado a cada una de las tareas propuestas, y así considerar los
tiempos extra que algunos escolares necesitan para completarla.
- Conclusión
Elegir una actividad o discusión al final de la lección que refuerce los objetivos de
aprendizaje, comprobando con la misma lo que el alumnado ha aprendido.
- Auto-Reflexión. Después de que el docente ha enseñado la lección:
Este espacio se usará para escribir una anotación sobre cómo se ha desarrollado la
lección y cómo se podría mejorar la próxima vez, reflexionando acerca de cuestiones
tales como: ¿Todos los niños han logrado los objetivos? ¿Han participado todos los
niños y niñas? ¿Qué se podría hacer diferente la próxima vez?
Tratado el momento previo al desarrollo del curriculum en el aula, pasamos a
fundamentar la forma de hacer del docente en el aula a la hora de llevar a cabo el acto de
enseñar y aprender.
Para dar una respuesta educativa e inclusiva a las cuestiones planteadas, lo primero
de todo es que, los docentes tomen conciencia de la presencia de diferentes modos de
aprender en una misma aula, tenerlos en cuenta y entonces diseñar las respuestas con las
que queremos desarrollar los procesos de enseñanza-aprendizaje. Aceptar que somos
diferentes posibilita trabajar a nivel y ritmo individual desarrollando plenamente el propio
potencial (Martín y Guerrero, 2013).
Nuestras aulas son muy diferentes en cuanto a los tipos de niños y niñas a los que
hay que enseñar y la forma en que éstos aprenden, ya sea debido a factores hereditarios,
experiencia, medio ambiente, personalidad... Cada persona, además de ser diferente, tener
gustos, preferencias y necesidades distintas, aprende de forma diferente. Por tanto, no se
puede entender un modelo homogéneo de enseñanza, una única “lección para todos”, así
303
deben usarse diversos métodos de enseñanza y actividades que satisfagan las diferentes
necesidades de aprendizaje del alumnado.
Nos apoyamos en Galve (2009), para poner de manifiesto la importancia del estilo
de enseñanza, de cómo el profesorado y la escuela ofrecen unas condiciones de aula que
van a ser determinantes en el desarrollo académico del alumnado y para su forma de
aprender, y lo necesario que es poner cara a cara estilo de aprendizaje y de enseñanza, para
comprobar qué ambientes y circunstancias se les está ofreciendo al alumnado de un aula y,
especialmente, a aquellos que presentan dificultades de aprendizaje. Por tanto, tal y como
304
advierten Stainback y Stainbach (2001), no se trata solo de que el docente descubra el
estilo de aprendizaje de cada escolar, sino de conocer cuáles son sus necesidades, siendo
conscientes de que éstas cambian con el tiempo y según la tarea propuesta, para poder
adaptar el método de enseñanza y las condiciones que lo hacen posible. Las estrategias de
enseñanza aplicadas deben tener la suficiente flexibilidad para permitir una adaptación y
cambio continuo en los elementos curriculares (objetivos, contenidos, materiales,
actividades…) acorde con las condiciones personales y ambientales de cada momento, y
hacer posible una enseñanza diferenciada para cada escolar que así lo requiera.
305
de aquellos (falta de atención, dificultad para controlar los impulsos, problemas de
conducta, dificultades para seguir instrucciones y una forma de trabajo irregular (Barkley,
1997).
Dadas las condiciones adecuadas, todos los niños y niñas, pueden aprender de forma
efectiva, especialmente cuando aprenden haciendo (UNESCO, 2004d, Martín y Guerrero,
2013), de manera activa y participativa, lo cual lleva a la producción de aprendizajes
significativos. El alumnado ha de aprender la nueva información mediante diferentes
métodos de enseñanza y actividades vinculadas a las experiencias de los niños en la
práctica cotidiana de la vida. Este vínculo ayuda a comprender y recordar lo aprendido
para usarlo en la vida futura. Partiendo de esta premisa, si conocemos las diferentes formas
en las que aprenden los niños y niñas de nuestras aulas, podremos desarrollar actividades de
aprendizaje que sean significativas para ellos y los docentes, y contribuir a la reducción de
la exclusión de alumnado que tradicionalmente se ha visto descartado del desarrollo del
aula.
Para poder trasladar la teoría a la praxis, es fundamental que los docentes tengan en
cuenta que lo más importa no es “lo que sabe” o “no sabe” el alumno, sino la posibilidad
abierta de analizar desde que supuestos está afrontando la actividad escolar para conocer
cuáles son los factores y variables que le impiden progresar o aquellos que le favorecen
tanto individuales como los propiss de la disposición del entorno escolar (actividades,
tareas, recursos adaptados…) (González Lajas, 2013b).
Los docentes deben gestionar las aulas de manera que aseguren un aprendizaje
activo y eficaz de todo el alumnado. Para ello, han de actuar como agentes que
306
proporcionan el entorno adecuado y oportunidades para que los estudiantes aprendan
activamente. Todo el mundo tiene un talento, y estos talentos se pueden utilizar en el
trabajo del profesorado y del alumnado. Deben asumir que cada escolar trae algo positivo
con lo que contribuir al grupo, y son responsables de descubrirlo y hacerlo ver.
307
aprovechar así dichos conocimientos y habilidades en la enseñanza de los nuevos
contenidos, vinculando el aprendizaje a sus intereses y vidas cotidianas.
- Construir enlaces para producir nuevos aprendizajes, usando actividades sencillas
que conduzcan al éxito del aprendizaje, siendo claro al dar las instrucciones y
organizando el aula de forma que se produzca el aprendizaje cooperativo. Por
ejemplo si estamos trabajando la introducción de nuevas palabras, comencemos
escribiendo una canción sencilla que el alumnado pueda aprender rápidamente en la
que insertemos el vocabulario objeto de aprender.
- Hay que hacer buenas preguntas para que los escolares expliquen sus
ideas. En lugar de hacer preguntas que requieran un "sí" o un "no"
como única respuesta, tenemos que preguntar cuestiones abiertas para permitirles
expresar sus puntos de vista, ideas y opiniones, por ejemplo,
podemos hacer preguntas que terminan con "¿qué te parece?".
Es positivo también administrar oportunidades en las que los estudiantes que
dominen ciertos temas puedan compartir sus conocimientos con el resto de compañeros,
de manera que el resto se beneficie y él o ella misma también al resaltar sus cualidades
positivas ante el resto.
- Los niños aprenden mejor a través del aprendizaje cooperativo, “podemos hacer
esto juntos”, y fomenta la comprensión y la aceptación. Por tanto, en lugar de
promover formas competitivas de aprender tenemos que planificar actividades para
animar a todos los niños a trabajar en equipo, tales como el trabajo en parejas o en
pequeños grupos, integrando en ellos diferentes habilidades, formas de aprender o
procedencia cultural. Por otra parte, el aprendizaje cooperativo puede mejorar la
disciplina en clase y poner en valor el trabajo conjunto, dándonos tiempo también
para apoyar a los niños de forma individual o en pequeños grupos, y hacer que los
estudiantes pongan en práctica lo que han aprendido y la evolución de su
competencia. Estimular la discusión activa entre los estudiantes hace que éstos se
motiven para buscar información, se relacionen con los demás, reciban nueva
información, y reflexionen sobre las ideas que se están trabajando, estrategia que
ayuda a construir nuevos conocimientos.
308
5.3.3. Evaluación del proceso de enseñanza-aprendizaje
La idea de una evaluación inclusiva significa disponer de los procedimientos
necesarios para ajustar la planificación y la práctica educativa con el proceso de
construcción que realiza el escolar, con el objetivo de mejorar, atendiendo a las necesidades
emergentes de los estudiantes en función de cada una de las individualidades. El paso de
una escuela fundamentalmente selectiva, academicista y uniformizadora a una escuela
abierta a la diversidad, en la que tengan cabida las capacidades, las experiencias, los
intereses y las motivaciones de todos y cada uno de los escolares de un aula, requiere
necesariamente una trasformación profunda de las prácticas educativas (Coll y Onrubia,
2002).
Para que la evaluación suponga para el docente una herramienta que convierte en
eficaz su toma de decisiones respecto al proceso de enseñanza-aprendizaje llevado a cabo y
sus resultados, es necesario que el profesor aprenda a conocer su propia práctica con el
objetivo de mejorar su quehacer diario y guiar con total garantía al alumnado, en concreto
al que presenta TDAH, hacia el aprendizaje tratando de identificar y analizar las
dificultades que han de superar en cada momento según los requerimientos, el modo de
resolverlas y las estrategias que pone en funcionamiento. Todo ello, para permitirles
aprender desde y a partir de la propia evaluación mediante una “corrección constructiva,
que ha de ser objetiva, crítica y perceptible, pero nunca nociva, descalificadora o
penalizadora” (González Lajas, 2013a).
309
1. Dimensión formativa.
Referida a la regulación de la enseñanza y el ajuste de la ayuda educativa.
2. Dimensión formadora.
Referida a la regulación del aprendizaje por parte del estudiante y el desarrollo de
capacidades de aprendizaje autónomo.
310
1. Evaluación continua.
La evaluación debe ser continua, lo que significa hacer registros permanentemente
para identificar lo que el niño o la niña sabe, entiende, y lo que puede hacer. Estos registros
se realizan al principio, al medio y al final del proceso de enseñanza-aprendizaje o incluso
con mayor frecuencia.
Esta evaluación se asegura de que todos los estudiantes tengan oportunidades para
tener éxito en la escuela. Por ello, el docente puede adaptar su planificación y la enseñanza
a las necesidades del alumnado, para que todos tengan la oportunidad de aprender y tener
éxito. Así, todos los estudiantes pueden demostrar lo que saben y pueden hacer de
diferentes formas de acuerdo con sus distintos estilos de aprendizaje. Lo cual introduce
modificaciones sustanciales a la hora de entender las actividades y las tareas de evaluación.
311
(actividades complementarias, detección y análisis de errores…), preparación de diferentes
pruebas de evaluación…
Las evaluaciones deben describir los resultados del aprendizaje, es decir, recoger las
habilidades, conocimientos y comportamientos que se quieren conseguir mediante una
actividad de aprendizaje, tema o unidad curricular, identificados normalmente con los
objetivos de aprendizaje marcados. En un aula inclusiva los resultados esperados para una
actividad específica deben considerarse en diferentes niveles y grados, de acuerdo a las
características y habilidades de los diferentes estudiantes.
Desde el punto de vista del qué evaluar, según Coll y Onrubia (2002, 6), la
planificación de la evaluación debe permitir valorar:
312
escolar, y vincular así las actividades de clase con los de la casa. Por lo general, los
resultados de los exámenes de fin de año o trimestre son escasos para que los padres y
madres estén informados del progreso de sus hijos e hijas, y puedan ayudarles.
Las cualidades de una evaluación auténtica y activa son: ser realista, basarse en la
evaluación del desempeño y los resultados, y ser apropiada a nivel instruccional.
Seguidamente pasamos a tratar estas características de manera independiente.
313
Con todas estas fórmulas para evaluar el desempeño debemos favorecer en el
momento de la evaluación dos aspectos esencialmente: la retroalimentación y la
autoevaluación (UNESCO, 2004e):
314
retroalimentación que les brinda el trabajo en grupo. Cuando este trabajo funciona bien, no
solo se recibe información de los resultados obtenidos por parte del docente, sino que
también los compañeros están evaluando. El alumno recibe así información acerca de lo
que hay que hacer para mejorar, y luego poder discutirlo con su profesor o profesora.
Podemos traer a nuestro trabajo, como ejemplares las técnicas o instrumentos que
usan para evaluar el proceso de aprendizaje, y por tanto la evaluación del desempeño, en las
escuelas (inclusivas) que llevan a cabo el llamado sistema Amara Berri (Martín y Guerrero,
2013):
315
- La autoevaluación y la coevaluación, configuradas ambas acciones como
generadoras de mejora a partir de la crítica constructiva. Lo aprendido, el cómo ha
aprendido o cómo se ha sentido aprendiendo, son objeto de reflexión para la mejora.
Según González Lajas (2013a, 6-7), el examen en el caso del alumnado con TDAH
en demasiadas ocasiones, además de lo ya expuesto, supone:
- “Control de comportamientos.
- Control de que han estudiado más que la comprobación de lo que han aprendido.
- Control del programa más que investigación del valor de los contenidos
desarrollados.
- Control de la atención prestada en las explicaciones más que verificación de la
comprensión y de la asimilación de la información recibida.
- Control de las respuestas del alumnado más que consideración o estimación del
valor formativo de las preguntas que se ven obligados a responder”.
Se conseguirá trasformar el objeto de la evaluación solo cuando “el tiempo de clase
se convierta en tiempo de aprendizaje y la evaluación en parte integrada dentro de las tareas
de aprendizaje” (González Lajas, 2013a, 7).
El resultado final para los estudiantes debe estar relacionado con lo que podían
hacer antes y lo que pueden hacer ahora, y no con una prueba estandarizada al final de un
año o de un trimestre. De igual modo, un docente, padre y madre o cuidador no deben ver
estas pruebas finales como la evaluación más importante en cuanto al progreso del escolar.
316
Una de las mayores causas de baja autoestima en los niños es el uso de comparaciones,
sobre todo en la escuela, a lo que contribuye este tipo de pruebas finales.
317
Así, la evaluación auténtica y continua puede identificar lo que los estudiantes están
aprendiendo, así como algunas de las razones por las que éstos no avanzan en su
aprendizaje (a veces descrito como "aprendizaje vacilante"). Algunas de estas razones
pueden ser las siguientes (UNESCO, 2004e, 53-54):
- “Los niños y niñas no han aprendido las habilidades necesarias para realizar la tarea,
lo cual puede ser debido a la errónea secuenciación de aprendizajes para resolver la
misma con éxito. Muchas tareas de aprendizaje son secuenciales, particularmente en
matemáticas e idioma. Por ejemplo, el alumnado tiene que aprender la habilidad de
contar hasta 10, antes de que pueda intentar restar números.
- El método de instrucción no es el adecuado para el estudiante.
- El estudiante puede necesitar más tiempo para practicar lo que ha de aprender.
- El alumno o alumna tiene problemas emocionales o físicos que le causan
dificultades en el aprendizaje, como es el caso del alumnado con TDAH, que como
ya se ha referido anteriormente tienen altas probabilidades de presentar dificultades
de aprendizaje”.
Si un escolar tiene dificultades, la evaluación continua aplicada con métodos
auténticos pueden revelar estas dificultades, lo cual nos permite diseñar ayudas para hacer
avanzar al niño. Debemos entender que no todos los estudiantes aprenden de la misma
manera y a la misma velocidad.
318
Asimismo y a modo de conclusión final, debemos ser conscientes de que
es prioritario e imprescindible seguir insistiendo en la necesidad de
instaurar, organizar, promover y potenciar una evaluación formativa
eficaz y comprometida con el alumnado con TDAH, de carácter
continuo, flexible, procesual, participativo y compartido que permita
guiar a los docentes hacia el afán de no darle tanto énfasis e importancia
a la posibilidad de dónde llega hoy quien con nosotros aprende, sino cuán
lejos podrá llegar mañana con el aprendizaje que va construyendo cada
día durante su periodo de formación.
Así, los docentes deben saber lo que los alumnos están aprendiendo, el modo en que
lo hacen, conocer las estrategias de razonamiento, argumentación y aplicación que utilizan,
saber si lo que aprenden está relacionado con lo que está enseñando y de qué modo se
pueden encontrar las formas que permitan desarrollar sus potencialidades. De este modo, se
pasará a la práctica de una evaluación formativa centrada en lo que el estudiante con TDAH
va adquiriendo más que en lo que deja de lado, más en lo que aprende que en lo que no
sabe, ignora o simplemente olvida.
319
cooperativamente o aplicar método y orden a su práctica para analizar la información y
tomar decisiones. ).
Son numerosos los autores que se hacen eco de las propuestas de Ainscow (2008),
tales como Barrio (2009) o Echeita (2006), acerca de las características que debe reunir un
docente para hacer frente a un aula inclusiva:
320
e) Desarrollo de un lenguaje de práctica. Lo cual quiere decir la construcción de una
forma de hacer propia de una escuela: técnicas, estrategias, metodologías, sistemas de
evaluación…, originada por la puesta en común de ideas, opiniones, experiencias,
reflexiones y prácticas diarias, observando, debatiendo o creando redes de recursos
comunes, por ejemplo.
f) Crear condiciones que animen a correr riesgos. De la reflexión sobre la propia
práctica docente se procura la mejora. De esta forma es importante correr riesgos en el
sentido de favorecer nuevas puestas en escena sin temer al fracaso, porque si no se
consigue el éxito en ese momento debe considerarse como una oportunidad de mejora
en la práctica que el profesor ha llevado a cabo. Eso sí, si la situación es analizada y
trabajada para tomar decisiones en pos de la mejora.
La vida académica del aula queda reflejada en la organización del aprendizaje, el
espacio, los métodos y los procesos desarrollados. Objetivos y contenidos (elección, grado
de concreción y secuenciación) vertebran el proceso de enseñanza-aprendizaje, y los
métodos, recursos y apoyos, así como la evaluación o la temporalización de las actividades
son los componentes que posibilitan la identificación de lo que aprenden los estudiantes, lo
que no aprenden y cómo lo aprenden (Parrilla, 2003).
321
una manera constructiva apoyando a todos los estudiantes. Siendo accesibles a los
mismos en cualquier momento, tanto en aprendizajes individuales como colectivos.
Hemos de hacer ver lo que saben los diferentes alumnos, de manera que los estudiantes
también podrán ser maestros de pares, y aprender los unos de los otros, y no solo del
docente
- Manager. Para ser un facilitador exitoso, se debe planificar bien y guiar
cuidadosamente las discusiones, dando a cada escolar la oportunidad de expresar sus
puntos de vista.
- Observador. La observación de los niños mientras trabajan en grupo, en
parejas, ayudará al profesorado a comprender a los niños y planificar
actividades de aprendizaje aún más significativas. Por ejemplo, ¿puede una actividad
realizada por un par de niños de manera exitosa ser ampliada a una actividad de grupo?
- Aprendices. El profesorado se convierte en aprendiz cuando reflexionan sobre sus
clases y el éxito o fracaso del proceso de enseñanza planificado. Por ejemplo, ¿ha sido
una actividad eficaz para ayudar al alumnado a entender un tema o concepto difícil?,
¿esta actividad puede ser aplicada a otros temas y conceptos? Es a partir de esta
reflexión, cuando se pueden desarrollar formas para hacer aún más significativos los
aprendizajes.
A continuación, pasamos a recoger lo concerniente a la organización óptima
del aula y el papel que juega el docente en esta disposición óptima y favorecedora de
ambientes inclusivos.
En las aulas inclusivas se asume que lo más importante es que el escolar realice
aprendizajes de calidad, orientados a su incorporación y participación en sociedad. Por ello
se insiste en la adquisición de habilidades y destrezas básicas referidas a la selección de la
información, de razonamiento, de expresión y resolución de problemas, estrategias para
aprender en equipo o para aprender a aprender. La finalidad es que cada uno de los
estudiantes alcance el máximo desarrollo de sus capacidades, para lo cual adquiere máxima
322
relevancia la planificación del aprendizaje, las estrategias empleadas para desarrollarlo, y el
ambiente en el que éste se da, y por tanto la organización de la enseñanza (Cerrato, 2012),
traducida en una buena organización de los espacios, los tiempos y el uso de los materiales
porque favorece la creación de espacios de aprendizaje que minimizan cualquier forma de
exclusión académica y social.
Así mismo los espacios, también deben ser organizados de manera que a la vez los
diferentes grupos de escolares puedan trabajar en distintas actividades desarrollándolas en
partes diferenciadas diseñadas para ello. De modo que unas dispondrán de recursos
tecnológicos, otras materiales manipulativos, simbólicos o artísticos para realizar
actividades plásticas o experimentos y otras para trabajar individualmente.
Por otra parte, es fundamental que se permita el movimiento. El alumnado debe ser
capaz de moverse libremente entre los grupos de pupitres o sillas, o incluso entre niños que
haya sentados en el suelo, sin molestar a los demás. Variar la disposición de los asientos es
necesario para que los estudiantes encuentren su lugar, y se favorezca el trabajo en
pequeños grupos.
Tener más de una pizarra o cualquier otro tipo de superficie en la que escribir,
contemplar rincones de aprendizaje, en los que la curiosidad por el mundo real sea saciada,
espacios para realizar muestras de trabajo o disponer de una biblioteca de aula, son
elementos que van a favorecer la disposición de un ambiente motivador para favorecer los
aprendizajes.
323
propias actividades, especialmente ajustados a aquellos que presentan mayor desfase
curricular, tratando de que sea un material funcional, conectado con la realidad cotidiana y,
por tanto, contextualizado. De esta manera es muy importante recopilar o crear los recursos
que son necesarios para desarrollar las actividades propuestas. Estos podrían ser piedras o
palos para usarlos como objetos en matemáticas, conchas marinas para su uso en una
actividad artística o guisantes para estudiar en ciencias el crecimiento de las plantas.
324
cualquier momento. La incorporación de las nuevas tecnologías en el aula y la práctica de
distintos agrupamientos han procurado realizar un uso maximizado y óptimo de los
recursos disponibles, así como la práctica de una organización de los recursos humanos
implicada en el apoyo de los diferentes aprendizajes y la inclusión por parte de todo el
profesorado y no solo de los especialistas en Educación Especial.
En el caso del alumnado con TDAH, el factor motivación como ya hemos visto es
muy importante a la vez que la práctica de un aprendizaje activo y participativo. Su
creatividad y su falta de atención y organización, son características que deben ser
atendidas. Para ello, un uso creativo de los recursos contextuales va a ser determinante. Y
aunque pueda resultar difícil mantener un aula organizada y estimulante, es necesario para
promover la máxima participación escolar del alumnado en general, y en particular del que
presenta TDAH. Por ello debemos implicar a las familias y al propio alumnado en la
responsabilidad de cuidar los materiales, mantenerlos ordenados, proteger la exposición de
trabajos, guardar los materiales más delicados bajo llave en un armario de la clase, o coger
materiales para llevar a casa y traerlos de vuelta al día siguiente.
Seguidamente, recogemos las cuestiones que han de ser planteadas por los docentes
para preparar ambientes de aprendizaje facilitadores de la producción de aprendizajes
significativos, o tal y como se recoge por la UNESCO (2004d), para crear “Learning-
Friendly Classrooms”, ambientes de aprendizaje abiertos a preguntas, identificación de
325
problemas, iniciar conversaciones y a discutir diferentes soluciones con los diferentes
agentes de la comunidad escolar, docentes, amistades y familiares:
326
que el desarrollo de la autoestima de los TDAH se ve afectada en términos negativos
generalmente.
En otras palabras, los escolares deben ser valorados por lo que son,
debe sentirse seguros, ser capaces de expresar sus puntos de vista, y tener éxito en su
aprendizaje. Esto les ayuda a disfrutar del aprendizaje, y el profesorado puede reforzar este
disfrute a través de la creación de un aula más alegre, en la que se promocione la
autoestima a través de la alabanza, donde las agrupaciones de cooperación y amistad se
animen, y donde los niños y niñas puedan sentir el éxito y divertirse aprendiendo cosas
nuevas.
327
aprendizaje, el desarrollo y la participación, relacionadas con el ámbito emocional,
motivacional y de autovaloración del alumnado, de los cuales nos hacemos eco, señalando
aquellos más afines con las dificultades manifestadas con los TDAH o alumnado con
problemas de atención y/o comportamiento en el aula, que bien podemos traer a colación en
la creación de ambientes motivadores y generadores de una autoestima positiva:
328
El profesorado no debe perder de vista que los afectos y las emociones, así como las
relaciones sociales que se establecen en el aula juegan un papel determinante en la
consecución de los aprendizajes, y que la disposición de estos aspectos van a evolucionar
en uno u otro sentido en función de sus decisiones instruccionales, desarrollo de los
procesos de enseñanza y sus actitudes (Echeita, 2006).
5.5.2. Gestión del aprendizaje en grupos. Colaboración, apoyo y beneficio para todos.
Para ello, el docente debe tener presentes los diferentes métodos de trabajo que
pueden aplicarse en el grupo-clase. Combinando los diferentes modos de enseñar en
función de los agrupamientos realizados en el aula.
1. Ser flexible.
Mover a los estudiantes entre los grupos. Los estudiantes necesitan tener la
oportunidad de sentarse y trabajar con tantos de sus compañeros de clase como sea
posible, jóvenes o mayores, así como los que tienen orígenes diversos y habilidades. Esto
ayuda a enseñarles paciencia y reconocer el talento de los todos los niños de la clase.
329
Hay que maximizar la variedad de estudiantes. El mero hecho de agrupar a
estudiantes con características diferentes no asegura el refuerzo de sus aprendizajes ni el
establecimiento de relaciones positivas entre ellos. Por ello, es muy importante valorar las
condiciones que determinarán que cada uno de los estudiantes esté en u grupo u otro,
siguiendo a Stainback y Stainback (2001): habilidades de comunicación diferentes
(habladores, ruidosos, silenciosos…), capacidades diferentes para responder a las
exigencias de las tareas (ayudas físicas o asistenciales requeridas, por ejemplo), no aislar a
ningún escolar por sus características, y por último siempre favorecer que todos los
estudiantes trabajen con todos y cada uno de sus compañeros en algún momento del curso
escolar.
2. Especial cuidado de etiquetar a los niños como “niños lentos para el aprendizaje”.
Algunos escolares pueden ser más lentos que otros en matemáticas, pero pueden ser
especialmente brillantes en la plástica o el dibujo o en la realización de proyectos
científicos. Tenemos que tener cuidado porque los que se sienten señalados por este motivo
a ojos de su maestro, pronto sentirá que en realidad son fracasados. Pueden perder el interés
en la escuela, ya que no reciben ningún tipo de recompensas de aprendizaje. Empiezan a
creer que simplemente no tienen la capacidad para hacerlo mejor, así que puede ser que
también abandonen y opten por ganar dinero para sus familias o ellos mismos.
330
contribuir a sus montaje, lo que reducirá la carga de trabajo al tiempo que para ellos supone
una valiosa oportunidad de aprendizaje y una forma de contribuir a mayor autoestima.
331
- Cómo conseguir la atención del docente de forma no disruptiva.
- Cuáles son los niveles aceptables de ruido en el aula.
- Cómo moverse por el espacio de clase de manera no disruptiva.
- Cómo y cuándo se puede salir de clase.”
Si los estudiantes desarrollan de forma activa algunas de estas normas, es más
factible que éstas sean cumplidas, ya que han participado en su establecimiento. Sin
embargo, algunas reglas pueden ser no negociables, especialmente cuando están destinadas
a proteger a la población escolar. Por ejemplo, las reglas sobre cuándo pueden salir de
clase.
- “Un alumno o alumna asignado en casos en los que otros puedan necesitar ayuda
adicional para realizar las tareas de aprendizaje.
- Un líder de grupo o miembro del comité nombrado para tal fin, que se asegura de
que una actividad de aprendizaje o de rutina se completa, si ha sido con éxito, e
informa de lo nuevo que se ha aprendido.
- Un miembro de un comité de salud que se asegura de que hay agua y
jabón para lavarse las manos y agua limpia para beber.
- Comprobar la asistencia y completar su registro.
- Registro de sugerencias y vaciado del buzón de sugerencias de clase”.
La elección de las responsabilidades para asignar a los escolares depende de sus
edades y niveles de madurez. Sin embargo, no sólo los más brillantes deben beneficiarse de
ser otorgados de responsabilidades reales. TODOS los niños en el aula deben participar, sin
importar su el sexo, la capacidad de aprendizaje, o cultura. Por otra parte, tenemos que ser
cuidadosos de no reforzar los estereotipos de género pidiendo a las niñas que rieguen las
plantas y los niños a mover o colocar los pupitres. Teniendo en cuenta el apoyo adecuado,
332
todos los niños y niñas puedan participar y beneficiarse de todas las tareas del aula y sus
rutinas.
Además todos los niños deben tener la responsabilidad de ser líderes de grupo.
Los líderes de grupo tienen un papel clave que desempeñar en ayudar al docente, como la
transmisión de instrucciones, distribución de materiales o desarrollo de las actividades
asignadas. Es una oportunidad excelente para favorecer el aumento de la autoestima,
demostrar lo que se sabe, poner a prueba habilidades sociales y ser tolerantes, entre otras
muchas cuestiones. Por tanto todos deben pasar por esa experiencia, en función de las
habilidades por las que destaquen.
Para ello el docente al trabajar en grupos: debe minimizar las diferencias entre las
características de las tareas, combinando actividades relacionadas entre sí, marcando
tiempos similares, y lugares de desarrollo iguales o cercanos, centrase más en la
cooperación que en la competición, enseñar al alumnado a evaluar su aprendizaje o facilitar
ayuda para asegurar el éxito individual.
Por otra parte, al desarrollar competencias los docentes deberán seleccionar cuál es
la mejor forma de enseñar los conceptos básicos, cómo resolver problemas, cómo afrontar
las actividades…, atendiendo además de a los materiales o a la disposición física del aula,
al tipo de agrupamiento practicado con los estudiantes.
333
Los diferentes métodos de enseñanza, atendiendo a la forma de agrupar al
alumnado, según la UNESCO (2004e) son:
Al principio, los grupos no han desarrollado las habilidades para ser capaces de
trabajar de forma constante sin guía. Con la práctica y con actividades específicas basadas
en sus habilidades, pueden aprender a trabajar cooperativamente.
c) La enseñanza individual.
Se da cuando se trabaja con un alumno en base uno-a-uno. Este método es
recomendable cuando el escolar necesita ayuda individualizada porque se ha quedado atrás
a causa de ausencias, porque tiene dificultades de aprendizaje, o porque es nuevo en la
clase.
334
También puede ser útil para ayudar en la enseñanza individual de estudiantes con
altas capacidades y animarlos a hacer tareas que son más difíciles.
Sin embargo, este enfoque de trabajo es recomendable aplicarlo por niño durante
espacios de tiempo breves, ya que el resto de estudiantes también pueden necesitar este
tipo de atención.
En las escuelas que aplican el sistema de “Amara Berri” (Martín y Guerrero, 2013),
se habla de estructuras organizativas del profesorado para referirse a los contextos creados
en los que los docentes se forman debatiendo y reflexionando sobre la práctica,
posibilitando la innovación, la profundización y la consolidación del proyecto educativo
planteado en este tipo de escuelas.
335
En dichas estructuras se abordan por separado los aspectos funcionales, curriculares
y metodológicos, y los referidos al seguimiento y la evaluación del alumnado. Funcionan
bajo la estructura de seminario y se organizan por departamentos que comparten materias
en los diferentes ciclos y etapas, con lo cual se convierten en una herramienta de apoyo a
labor docente para la planificación, desarrollo y evaluación del curriculum generada entre
todos a partir de la reflexión de los propios conocimientos y experiencias.
La coenseñanza entre docentes es una estrategia didáctica que se da cuando hay dos
o más profesores enseñando en un mismo aula, aunque también puede referirse a la
presencia de especialistas, voluntarios o padres.
Para que esta estrategia sea efectiva, ambos deben participar de la planificación de
la enseñanza en el aula, repartir funciones y tareas a desarrollar con los diferentes escolares.
Aunque es el tutor de aula quien realiza la programación didáctica en atención a los
objetivos curriculares, dinamiza la sesión y coordina los tiempos. Y el docente que actúa
como asistente, potencia el trabajo en grupo y la ayuda mutua entre los estudiantes.
Por todo ello, para asegurar una enseñanza eficaz y adaptada a las necesidades
presentes en un aula, no basta con mezclar a los niños entre sí en grupos heterogéneos sin
criterio, sino que hay toda una serie de condiciones que han de ser respetadas y tenidas en
cuenta para ello. Además de la puesta en práctica de estrategias de colaboración entre los
distintos miembros de la comunidad en los que apoyarse y ayudarse.
336
5.5.2.1. Aprendizaje cooperativo
337
- El alumnado aprende de forma más eficaz cuando tiene la oportunidad de aprender
dentro de un grupo heterogéneo, ya que su educación adquiere un carácter más
individualizado.
- Los estudiantes aprenden mejor en un clima de apoyo, cooperación y estímulo en el que
todos son aceptados, y se disminuyen los parámetros de competición y exclusión.
- Al trabajar en conjunto todos se benefician.
- Las oportunidades de aprendizaje son mayores cuanto más significativos son los
contenidos y por tanto mayor relación guardan con su comunidad.
El aprendizaje cooperativo se produce cuando el alumnado comparte la
responsabilidad y los recursos, así como cuando trabajan hacia la consecución de metas
comunes. Para que todos los escolares se beneficien de las actividades de cooperación en
grupo, necesitan oportunidades para desarrollar una variedad de competencias y
desempeñar diferentes funciones (UNESCO, 2004e).
- “La cooperación permite a los estudiantes trabajar juntos, así como compartir
responsabilidades, materiales, funciones y oportunidades de aprendizaje”.
- “Los grupos pequeños de niños pueden favorecer el reparto de funciones y
responsabilidades compartidas”. Por ejemplo, en una actividad de ciencias, un niño
puede pesar materiales diferentes, mientras que otro puede registrar los resultados.
A mitad de camino a través de la actividad, los niños pueden intercambiar roles. La
338
cooperación debe ser practicada y los grupos de escolares deben trabajar de forma
independiente.
- “En la resolución de problemas, la negociación ayuda a resolver conflictos y
tomar decisiones”. Los niños tienen que aprender y practicar el conflicto, para
desarrollar la capacidad de gestión, basada en buenas habilidades de comunicación
y las actitudes correspondientes a ser paciente.
- “Para aprender a pensar, los estudiantes deben ser animados a ponerse de acuerdo
en las metas, evaluar alternativas, tomar decisiones y a darse apoyo entre ellos, así
como a concluir las tareas para saber los resultados de sus elecciones”. Todos estos
procesos dependen del espíritu de grupo, la comunicación y cooperación.
La tutoría entre iguales, los talleres de aprendizaje, los grupos de investigación o
los grupos interactivos, son modalidades que permiten llevar a cabo el trabajo cooperativo,
y que deberán ser seleccionadas por el docente en función de los objetivos y contenidos a
desarrollar. Este tipo de técnicas de trabajo ya se han puesto en marcha en las escuelas que
practica la inclusión con un rotundo éxito reflejado en la mejora de los procesos de
aprendizaje de cada unos de los estudiantes así como en lo resultados. Este es el caso de las
escuelas referidas en el libro titulado “Escuelas Singulares” en el que Martínez González y
Gómez Gutiérrez (2013) como muestras de escuelas inclusivas: Colegio Público Amara
Berri de Donostia (Martín y Guerrero, 2013), comunidades de aprendizaje como las de
Trabenco o Paideuterión, el Centro de Formación Padre Piquer y el Centro Público Rural
Agrupado de Ariño.
- La tutoría entre iguales, se basa en la creación de parejas de escolares, entre los que se
establece una relación didáctica que es guiada por el docente. Esta relación se deriva de
diferentes niveles de competencias respecto al contenido a trabajar, uno de ellos asume
el papel de tutor y el otro de tutorado. Es beneficioso para ambos, ya que el primero
tiene que organizar su pensamiento, tomar conciencia de sus conocimientos y detectar
potencialidades y debilidades en el mimo. Y el segundo, accede a un lenguaje más
339
adecuado y a un mayor clima de confianza, con lo cual la ayuda pedagógica que está
recibiendo puede estar más ajustada a sus necesidades. (León, 2012).
- Los talleres de aprendizaje, suponen una oportunidad para trabajar un conjunto de
actividades cuyo objetivo es adquirir o perfeccionar estrategias y habilidades para el
desarrollo de competencias básicas del curriculum, de orden instrumental
fundamentalmente. El resultado del taller es un trabajo o producto final.
- En el aprendizaje por proyectos, el protagonista de la acción es el escolar, en tanto que
asume responsabilidades en las distintas fases del trabajo, siempre guiado por el
docente: organización, búsqueda de información y análisis, síntesis y evaluación, y
presentación del proyecto, lo cual aumenta su grado de participación desde el origen de
la acción (elección de tema y obejtivos), su motivación e interés por el contenido, su
grado de creatividad y autonomía o la disminución de la competencia y los problemas
de disciplina (Cerrato, 2012).
- Los grupos interactivos (González y Víctor, 2013; Cidoncha y Vázquez, 2013), es una
forma de organizar el aula en varios grupos heterogéneos en cuanto a género, origen
cultural, intereses o estilos de aprendizaje. A cada grupo de trabajo se le propone una
actividad diferente relacionada con un mismo ámbito de conocimiento, relacionadas
entre ellas. Cada uno de los grupos deben contar con un adulto que les apoye, dinamice
y fomente las interacciones positivas entre ellos (otro docente, voluntario, familiar…).
El maestro responsable del aula se responsabiliza de la coordinación y de la coherencia
pedagógica de las diferentes actividades que se están llevando a cabo de manera
simultánea en el aula. Cuando un estudiante finaliza la actividad en un grupo, pasa a
otro, de forma que cada uno de ellos pasa por todas las actividades propuestas.
Los grupos interactivos permiten dar una atención más individualizada a cada
estudiante a la vez que favorece la interacción y ayuda entre los participantes de cada
grupo, lo que mejora los aprendizajes y el trabajo cooperativo entre escolares con
diferentes intereses, estilos de aprendizaje o capacidades.
Por último, para que las distintas técnicas de aprendizaje cooperativo sean efectivas
y conduzcan a resultados positivos, es determinante el establecimiento de unas directrices o
"reglas básicas", que guíen la participación de todo el alumnado, lo cual ayudará al docente
340
a organizar las sesiones de discusión con su alumnado. Estas directrices sirven de base para
un diálogo abierto, respetuoso y permiten que todos los escolares del aula participen.
1. “Escuchar activamente”, respetar a los demás cuando están hablando, sin dejar de
participar en la construcción del listado de reglas activamente.
2. “Hablar desde la propia experiencia”, y en primera persona.
3. “No hacer ataques personales”, centrándose en las ideas y no en las personas.
En el listado de reglas generado es muy importante incluir las necesarias para
gestionar la participación propiamente dicha. Por ejemplo, para que todos tengan la
oportunidad de hablar, el grupo puede utilizar un "micrófono mágico." Esto puede ser una
concha o piedra que se pasa alrededor, y cuando alguien recibe el objeto, significa que es su
turno para hablar.
Pero no basta con informar a las familias, sino que hay que fomentar su implicación,
ayudando con la producción de materiales visuales o juegos, por ejemplo, para que
entiendan lo que el docente está tratando de hacer y compartan metas con la comunidad.
Para ello existen metodologías de trabajo, basadas en el aprendizaje cooperativo y
341
dialógico, en las que no solo el alumnado forma parte del proceso de enseñanza-aprendizaje
sino también la comunidad escolar (familias, voluntarios…), en concreto nos referimos a
las Comunidades de Aprendizaje. Fórmulas de trabajo muy recomendadas en la práctica
educativa inclusiva, para evitar la exclusión social, académica y laboral de aquellos
colectivos que se hayan en riesgo, tal y como es el caso del alumnado con TDAH.
342
óptima para producir la total participación del alumnado con TDAH o problemas de
atención y/o conducta en el aula, al abogar por la conexión entre los diferentes contextos de
aprendizaje del escolar y la participación de todos los miembros de la comunidad,
considerando así no solo al niño sino también los contextos, enriqueciéndolos y
formándolos, siguiendo a Díaz (2005). La reflexión de los procesos que se desarrollan en
el quehacer educativo, es el motor que produce la continua mejora de los mismos, así
profesorado, familillas, voluntarios… y alumnado se ven beneficiados, mejorando la
autoestima y reduciendo la desconfianza, aspectos ambos carentes en el alumnado con
TDAH. También la necesidad de una atención superior que el resto propia de los TDAH, es
cubierta al verse implicado en un mismo contexto no solo el docente sino que confluyen
varias personas.
Los escolares pueden portarse mal por muy diversas razones: por falta de cuidados,
por necesitar atención (sobre todo si no están recibiendo la atención adecuada), o bien,
entre otras, por presentar comportamientos disruptivos asociados a algún tipo de trastorno
conductual u otros, como puede ser el caso del alumnado con TDAH o con problemas de
comportamiento. Así, las dificultades conductuales, al igual que las sociales y las
emocionales, pueden deberse a complejas dificultades crónicas que pongan en riesgo de
exclusión social y escolar a aquellos menores que las presenten, dificultades que suelen
aparecer con frecuencia unidas al TDAH. Si bien es cierto que el desarrollo social,
emocional y conductual de los escolares que presentan NEE, va a depender de manera muy
significativa de cómo sus necesidades sean abordadas por familia y profesorado.
343
La explicación de los comportamientos problemáticos han venido fundamentándose
en las características propias del escolar que los presentaban, sobre todo de aquellos que
manifestaban estas conductas asociadas a algún tipo de discapacidad. Pero actualmente, los
factores ambientales antecedentes o consecuentes que influyen en la producción,
modulación, perpetuación o extinción de estas conductas adquieren un protagonismo
importante a la hora de planificar las intervenciones, ya que se convierten en condiciones
modificables (Montero, 2012).
344
Estos chicos tienen muchas más cosas en común con los demás
niños que elementos que los diferencien de ellos. Necesitan ser aceptados
y reconocidos, ser ayudados y estimulados. Quieren sentirse bien, crecer
y aprender, como los demás. Aquello que los diferencia es tan solo un
proceso más lento de aprendizaje social y una dificultad para
comunicarse y relacionarse que otros no tienen. Este tipo de creencias no
estimula la curiosidad, ni el acercamiento ni perjuicios, ni tampoco la
confianza en la propia capacidad de los docentes…. (Saumell y otros,
2011, 11).
345
2. Crear un ambiente donde los niños y niñas estén activamente comprometidos y
motivados.
Esto implica no solo al docente, en la solución de los problemas, sino también al
alumnado, padres y madres y otros docentes.
La tarea principal del profesorado es prevenir y ser proactivos para poder motivar y
conseguir comportamientos adecuados, así como facilitar al alumnado unos hábitos y
rutinas que den estabilidad al contexto de desarrollo, siempre adaptados a su proceso
evolutivo, incluyendo actividades y procedimientos de prevención, organización y
cooperación, teniendo siempre presente la participación de las familias (Saumell y otros,
2011).
346
4. Usar materiales significativos.
Si creamos un plan de estudios interesante con materiales que son
significativos para los escolares, entonces estarán interesados y se involucrarán en el
proceso de aprendizaje.
347
2º. Comenzar a realizar un estudio del escolar, de modo que identifiquemos los factores
que podrían afectar el comportamiento del escolar. El profesorado tiene que observar su
comportamiento, y hacer registros sistemáticos para poder extraer patrones de conducta
que puedan ser observados. Y una vez realizado este paso, daremos respuesta a las
siguientes cuestiones:
3º. ¿Qué acciones pueden proponerse respecto al escolar, a sus compañeros, a sus padres y
madres, dentro del aula para ayudar al escolar a cambiar su comportamiento?
4º. Una vez propuestas las acciones, han de ser llevadas a cabo cada una de ellas, y volver a
plantear, ¿qué acciones han ayudado al estudiante?, para ello ha de mantenerse un registro
de éxito de acciones. Es posible que los necesitemos de nuevo con otros niños y niñas.”
Las siguientes características personales del docente serán palancas de apoyo para
que el escolar se sienta aceptado tal y como es (Saumell y otros, 2011, 129-130):
- “Estar disponible.
- Estar abierto a las aportaciones y acciones del escolar.
- Escuchar, intentar comprender y captar con eficiencia los mensajes.
- Tenerle presente, procurar que el niño pueda participar activamente en todas las
situaciones escolares.
- Ser sensible, al esfuerzo que debe hacer el niño para establecer relaciones mejores con
las personas de su entorno.
- Sentirse próximo, pues es beneficioso para todos que el maestro sienta que está
haciendo algo positivo para el niño”.
348
De esta manera, el profesorado conseguirá un entorno liberado de frustraciones
innecesarias y producirá una disminución en los niveles de tensión y hostilidad, con lo cual
las relaciones mejoraran y el diálogo siempre será posible en medio de situaciones
frustrantes (Saumell y otros, 2011).
Puestas de manifiesto algunas de las estrategias que pueden ayudar a manejar el mal
comportamiento en el aula, pasamos a considerar la práctica de un tipo de disciplina
positiva que ayude a minimizar la perpetuación de conductas indeseadas en la misma.
El aula es un escenario donde actúan los docentes, cada uno con su personalidad,
experiencias y convicciones respecto a la labor que se espera de ellos y el alumnado,
conformando un contexto diverso, determinado por las relaciones que se establezcan entre
docente y escolar, y estudiantes entre sí.
Las formas habituales de enfrentar las conductas perturbadoras por parte de los
docentes, son las regañinas, los consejos normalizadores, las quejas a las familias, el
enfrentamiento con el alumnado, las sanciones, las expulsiones o el rechazo, dando lugar a
349
la práctica habitual de una disciplina negativa, basada en el castigo, la amenaza y centrada
en la mala conducta del escolar.
Hay momentos en los que la disciplina es necesaria. Pero la pregunta es, "¿qué tipo
de disciplina es la mejor? La motivación, el autocontrol, el desarrollo de habilidades de
atención y concentración, de razonamiento y de reacción mesurada en situaciones
conflictivas son aspectos que pueden sustituir la práctica docente de una disciplina negativa
por una positiva. Hemos de recordar que el objetivo de la disciplina no es controlar a los
escolares y hacerles obedecer. Más bien, se usa para darles habilidades para tomar
decisiones, ganando en autocontrol, y en responsabilidad de su propio comportamiento.
Además, hay que tener presente que la mala conducta es una oportunidad para enseñar
nuevos comportamientos positivos.
350
Los cruces de variables realizados han sido los siguientes:
s.
- Dimensión I. CREENCIAS
- Dimensión II. CONDICIONES EN LAS QUE DESARROLLO MI PRÁCTICA
DOCENTE
- Dimensión III. PLANIFICACIÓN, DESARROLLO Y EVALUACIÓN DEL
CURRICULUM
o III.1. PLANIFICACIÓN
o III.2. DESARROLLO
o III.3. EVALUACIÓN
351
- Dimensión IV. CREACIÓN DE ENTORNOS DE APRENDIZAJES SEGUROS
- Dimensión V. MANEJO DE LA CONDUCTA Y DE LAS EMOCIONES
A continuación se procedió a la redacción y definición de dichas preguntas. Ardua
labor, por ser ésta la parte de mayor dificultad y de mayor importancia en las
investigaciones por encuesta (Cohen y Manion, 2002). Además en esta etapa las revisiones
son muy frecuentes para llegar a considerar la agrupación de cada uno de los ítems en
función de las dimensiones propuestas así como su redacción.
352
Figura 2. Pantalla LIMSURVEY presentación cuestionario
353
- Esta plataforma te permite trasladar los datos recogidos a un fichero de datos
compatible con los programas de análisis de datos SPSS, lo cual proporciona un
ahorro de tiempo importante.
Si bien finalmente, como ya se ha indicado, la encuesta se montó en formato papel
(Anexo IV) y se distribuyó en mano.
354
a) JUICIO DE EXPERTOS en las áreas de Organización y Didáctica Escolar, y
Educación Inclusiva.
Mediante el juicio de expertos tratamos “de determinar hasta donde los ítems de un
instrumento son representativos del dominio o universo de contenido de la propiedad que se
desea medir” (Ruiz, 2002, 75). Con ello garantizamos la validez de contenido, al recoger
las valoraciones que los expertos realizan con respecto al grado en que el instrumento
muestra un dominio específico de los contenidos (Albert, 2007), así como respecto de la
coherencia y su estructura.
355
Tabla 6 :
Universidad de Jaén
Universidad de Granada
Catedrática de Universidad
Universidad de Murcia
Universidad de Murcia
356
Los expertos debían chequear los ítems en función de una lista de comprobación de
las preguntas elaboradas y dimensiones organizadas, atendiendo a las siguientes
indicaciones, en las que se incluían un apartado para “observaciones”: Se les pidió, que
valorasen la claridad del ítem, su concreción y su grado de comprensión, marcando un SI o
un NO. También debían estimar el grado de coherencia con la dimensión en el que se
incluía, marcando también un Si o un NO y por último, la pertinencia y relevancia del ítem
respecto del objeto del cuestionario, en una escala del 1 al 4, en la que el 1 representa el
valor más bajo y el 4 el más alto.
Las valoraciones realizadas por los expertos en general son positivas, coincidiendo
en su totalidad en que se trataba de un instrumento demasiado largo, por lo que por
indicación de la mayoría, se procedió a la supresión de algunos ítems, pasando de 90 a 81
ítem.
También hubo una reducción de las dimensiones presentadas a priori, pasando a ser
cuatro en lugar de cinco, y se realizaron cambios de redacción en el título del trabajo y en
la introducción de dos de las dimensiones, todo ello siempre y cuando hubiese un acuerdo
en las recomendaciones de al menos un 50% de las respuestas recogidas, o bien las autoras
de este trabajo así lo consideraran por las observaciones reflejadas. Se anexa una tabla en la
que se analiza en porcentajes las respuestas recogidas de cada ítem (Anexo VI). Las
modificaciones realizadas han permitido conservar la estructura general básica del
cuestionario.
431
- DIMENSIÓN III. PLANIFICACIÓN, DESARROLLO Y EVALUACIÓN DEL
CURRICULUM (42 ítems).
- DIMENSIÓN IV. CREACIÓN DE ENTORNOS DE APRENDIZAJE SEGUROS
(22 ítems).
El cuestionario se dirige a estudiar las características metodológicas y organizativas
que se dan en las aulas de primaria para atender al alumnado con un trastorno por déficit de
atención acompañado o no de hiperactividad y/o dificultades de comportamiento, y así
conocer si éstas se corresponden con un perfil docente inclusivo. La nota característica de
nuestro instrumento, es que no recoge la palabra TDAH en la formulación del cuestionario
por entender que así evitaríamos sesgar las respuestas que los docentes diesen al
completarlo.
Esto ha hecho que tres de los cinco expertos manifestaran su extrañeza al encontrar
ítems muy concretos propios de un tipo de alumnado y otros dirigidos al grupo clase,
denotando la ausencia de un equilibrio entre grupo clase y las dificultades educativas
señaladas en las instrucciones que se les daban, lo cual quedó reflejado a la hora de marcar
la pertinencia y la relevancia de los ítems más concretos con el objeto del cuestionario. Al
respecto decidimos mantener nuestra decisión, la palabra TDAH no aparecería en la
redacción de las preguntas que componen nuestro instrumento de recogida de información,
ya que mantenemos la creencia de que así evitamos el sesgo que la aparición de la misma
puede motivar en las respuestas del profesorado que lo complete.
Para ello se contó con 9 jueces. Todos ellos profesorado en ejercicio en la etapa de
Educación Primaria en la zona de Campo de Gibraltar, provincia de Cádiz. A continuación
se recoge su caracterización:
430
Tabla 7:
Variables de
Opciones Resultados
identificación
Hombre 3
Género
Mujer 6
22-30 años 2
Más de 40 años 3
Diplomado 6
Titulación Licenciado 3
Doctor 0
Tutor 5
Categoría Profesional
Docente 4
Menos de 5 años 5
De 5 a 10 años 2
Experiencia en la Docencia
De 10 a 20 años 3
Más de 20 años 2
Público 9
Concertado 0
432
Capital de provincia 5
Ámbito Geográfico
Ámbito rural 3
1º 4
Ciclos Escolares 2º 1
3º 4
Matemáticas 5
Lengua Castellana y
6
Literatura
Idiomas 4
Otras 3
Si 7
Formación complementaria para
atender a la diversidad No 2
Discapacidades 1
Otros trastornos 4
Los jueces debían chequear los ítems con las mismas instrucciones que lo habían
hecho los expertos:
433
El documento que se les envío puede verse al completo en el Anexo VIII. En éste se
puede observar que el cuestionario estaba integrado por 81 preguntas, aunque en realidad
eran 80, ya que la número 51 y 52 contenían la misma pregunta.
Dimensión II:
Dimensión III.-
434
- Item 45 (75%). Mi aula está provista de espacios que favorecen la concentración y
la atención.
- Item 46 (75%). Mi aula está provista de espacios que permiten la realización de
actividades activas y dinámicas.
- Item 54 (62.50%). Practico diferentes modalidades de evaluación: individual o en
equipo, escritas u orales.
Como puede apreciarse son cuestiones que atañen directamente a la atención
educativa del escolar con TDAH, por tanto vuelve a ocurrir lo que ya los expertos habían
detectado. Los ítems que son más propios de la atención al TDAH no se entienden en un
cuestionario en el que no aparece que éste vaya dirigido a detectar las condiciones
organizativas y curriculares de aula para con el alumnado con TDAH. Así, nos mantuvimos
en la decisión de seguir incluyendo estos aspectos a pesar del desconcierto que provoca en
los profesionales que lo rellenan.
435
En cuanto a las variables independientes seleccionadas para extraer la máxima
información sobre las cuestiones planteadas fueron las siguientes, añadiéndose a las
originarias, la provincia en la que se ejercitaba la labor docente:
436
Tabla 8:
VARIABLES INDEPENDIENTES/DESCRIPTIVAS
22-30 años
Hombre
Género
Mujer
Diplomado
Titulación Licenciado
Doctor
Tutor
Categoría profesional
Docente
Menos de 5 años
De 5 a 10 años
Experiencia en la docencia
De 10 a 20 años
Más de 20 años
Público
Privado
Centro escolar
Concertado
Capital de provincia
Ámbito geográfico
Ámbito rural
437
Almería
Cádiz
Córdoba
Granada
Provincia dónde desarrolla su labor
docente Huelva
Jaén
Málaga
Sevilla
1º
Ciclos escolares 2º
3º
Matemáticas
Lengua Castellana y
Literatura
Educación Física
Idiomas
Otras
Si
Formación complementaria para atender
a la diversidad No
Discapacidades
Otros trastornos
438
Por último, este conjunto de variables conformaron el apartado llamado “Datos de
identificación”, con el que conocer las variables socio-demográficas de los participantes en
nuestro estudio.
En primer lugar, se realizó el vaciado de los datos, para lo cual se usó la plataforma
digital LIMSURVEY, instrumento en el que se había montado el cuestionario
originariamente, con el objeto de aprovechar las que ya estaban en este formato recogidas y
aprovechar sus herramientas de importación de datos al programa estadístico SPSS, versión
20.0. Programa que se usó para el tratamiento estadístico de los datos recogidos.
Antes de recoger los tipos de análisis llevados a cabo para alcanzar nuestros
objetivos, tendremos en cuenta las siguientes consideraciones para las variable socio-
demográficas.
439
Así, las variables sociodemográficas que se consideraron para analizar los datos
fueron:
- Edad
- Género
- Categoría profesional
- Experiencia en la docencia
- Formación complementaria para atender a la diversidad
- Presencia en el aula de alumnado con NEE
Realizadas estas consideraciones, pasamos a recoger el tratamiento estadístico que
aplicamos a los datos que arrojaron los cuestionarios fue el siguiente, para responder a los
objetivos planteados en nuestra investigación:
440
En un principio, obtuvimos 23 factores que explicaban el 65.895% de la
variabilidad de los datos. Sine embargo aplicando los criterios anteriores se redujeron a tres
factores que explicaron el 29.592 % de los datos.
3. Análisis inferencial. Una vez se crearon los factores, pasamos a realizar un análisis
inferencial para relacionarlos con las características sociodemográficas.
Se han utilizado las pruebas de comparación de medias (para comparar los factores
resultantes con las variables sociodemográficas de interés: formación complementaria,
categoría profesional, edad, sexo y presencia de alumnado con TDAH). En particular se
realizó la PRUEBA T, cuando se ha tratado de dos categorías y PRUEBA ANOVA, cuando
han sido tres categorías, categorías incluidas en las variables independientes (“Datos de
Identificación”, de nuestro cuestionario) junto con la prueba de comparación post hoc de
Bonferroni.
441
CAPITULO VI.
RESULTADOS DE LA INVESTIGACIÓN
CONTENIDOS
1. Introducción.
2. Análisis descriptivo del cuestionario.
3. Resultados del análisis multivariado. Análisis factorial exploratorio.
4. Resultados del análisis inferencial con los factores resultantes del análisis
factorial exploratorio.
1. INTRODUCCIÓN
Señalar que las tablas de frecuencia se han organizado en base a las dimensiones
que estructuran el cuestionario, ya que consideramos que de esta forma facilitamos su
revisión y es más claro que recoger todos los ítems que integran el cuestionario en una sola
tabla, dada su extensión:
I. Creencias.
II. Condiciones en las que se desarrolla mi práctica docente.
III. Planificación, desarrollo y evaluación del curriculum.
IV. Creación de entornos de aprendizaje seguros.
1. Dimensión I. Creencias.
Con los ítems que pertenecen al primer bloque de preguntas (Dimensión I)
pretendemos conocer las creencias del profesorado participante respecto de la inclusión
442
escolar en las aulas ordinarias de primaria, respondiendo así al primer objetivo (“conocer si
existe una cultura inclusiva, atendiendo a las creencias del profesorado respecto de la
atención a la diversidad en las aulas ordinarias”), propuesto en este trabajo de
investigación.
Tabla 1:
Frecuencia de Variables incluidas en la Dimensión I
% Respuestas
Totalmente
Totalmente
Item en Desacuerdo De acuerdo
de acuerdo
desacuerdo
I.1. 2,1 18,0 38,2 41,7
De esta manera, los ítems I.1, I.3, I.5 y I.7 (como se puede apreciar en el gráfico 1)
recogen un grado muy alto de acuerdo o de total acuerdo con las afirmaciones recogidas en
el cuestionario. Estos ítems indican un posicionamiento inclusivo, cuando se suman las
opciones de respuesta “de acuerdo” o “totalmente de acuerdo”.
- Ítem I.1 (Todos los escolares pueden aprender juntos en una misma aula, con
independencia de sus condiciones personales, sociales o culturales.): 79,9%.
443
- Ítem I.3 (Todos los escolares, con independencia de sus características personales,
pueden alcanzar logros académicos y sociales en su escolarización ordinaria.): 84,4%.
- Ítem I.5 (Todos los escolares presentan habilidades destacadas que deben ser
consideradas en el diseño de los procesos de enseñanza-aprendizaje.): 84,4%.
- Ítem I.7 (La participación de otros miembros de la comunidad escolar (otros docentes,
familias, voluntarios...) influye positivamente en el éxito escolar del estudiante.):
89,9%.
88,00%
86,00%
84,40% 84,40% Item I.1.
84,00%
Item I.3.
82,00%
Item I.5.
79,90%
80,00% Item I.7
78,00%
76,00%
74,00%
Item I.1. Item I.3. Item I.5. Item I.7
444
El resto de afirmaciones están en consonancia con las premisas que deben
producirse en un docente a la hora de trabajar con un escolar con TDAH, problemas de
atención y/o conducta.
Respecto a los ítems I.2, I.4 y I.6 (ver Gráfico 2) recogen un grado muy alto de
desacuerdo o de total desacuerdo con las afirmaciones recogidas en el cuestionario. Estos
indican un posicionamiento inclusivo, cuando se marcan las opciones de respuesta
“desacuerdo” o “totalmente en desacuerdo”.
- Item I.2. (El éxito en el aprendizaje del alumnado está condicionado por la
diversidad de escolares en la misma aula.): 72,10%.
- Item I.4. (Sólo se debe diseñar una respuesta educativa específica cuando hay
estudiantes diagnosticados con algún trastorno o discapacidad que les impida o
dificulte conseguir los objetivos generales.): 83%.
- Item I.6. (El fracaso escolar de los estudiantes es consecuencia de sus capacidades
personales.): 86.90%.
445
Expresando el desacuerdo con estos ítems, el profesorado participante muestra unas
creencias que perfilan un escenario escolar que cuenta con la adaptación de la respuesta
escolar ante cualquier estudiante que presente necesidades específicas de apoyo educativo
en su desarrollo académico sin que necesariamente éstas deban responder a un diagnóstico
de una enfermedad, discapacidad o trastorno, entre otros. Además, se trata de un
profesorado que entiende que la diversidad no es un obstáculo para alcanzar logros
escolares. Destacando que el 86,9% de la muestra, que presenta un desacuerdo con la
afirmación de que el éxito escolar no es consecuencia de las capacidades personales
coincide plenamente con lo expresado al respecto en la creencia recogida en el Ítem I.3
(todos los escolares, con independencia de sus características personales, pueden alcanzar
logros académicos y sociales en su escolarización ordinaria, 84,4%), con lo que podemos
afirmar que los encuestados creen en la posibilidad de alcanzar logros desde el contexto
escolar ordinario con independencia de la presencia de un trastorno al que se asocian
determinadas limitaciones, en nuestro caso del TDAH. A partir de aquí, podemos decir que
estos resultados nos indican la existencia de una cultura inclusiva entre el profesorado
encuestado.
446
Tabla 2:
Frecuencia de variables incluidas en la Dimensión II
% Respuestas
Con los ítem II.1, II.3, II.4 y II.5 hemos pretendido medir si la manera de formarse y
construir conocimiento para desarrollar la práctica docente nace de la investigación-acción,
metodología puesta al servicio de un desarrollo profesional inclusivo y cooperativo con el
resto de profesionales (docentes, personal de apoyo…); además de conocer si creen que
poseen suficiente formación para atender a la diversidad, con el ítem II.2.
447
diferencias, promoviendo la participación y aprendizaje de todo el alumnado, el que recibe
un mayor porcentaje, 82,4%.
20,00%
10,00%
0,00%
Item II.1. Item II.4. Item II.5
Por otra parte, las relaciones de los docentes con las familias se han estudiado a
través de los ítems II.6, II.7, II.8 y II.9 (Gráfico 4), e igualmente se han obtenido resultados
que definen un maestro o maestra que realiza prácticas inclusivas, que en cualquier caso
benefician el desarrollo escolar del alumnado con TDAH. Así afirman aprovechar las
tutorías tanto para obtener información relevante del escolar con la intención de usarla para
diseñar una respuesta escolar individualizada (ítem II.6, 79,10%), como para informar de
las adaptaciones de aula llevadas a cabo con sus hijos e hijas (ítem II.8, que ha reunido una
mayor representación, 84,4%), además de mantener una comunicación activa y fluida con
448
las familias (ítem. II. 9, 78.10%). Estos resultados nos conducen a pensar que la
cooperación entre el profesorado y las familias están en la línea de la comunicación activa y
bidireccional que procura el enriquecimiento entre ambas partes y, por tanto la influencia
positiva en el desarrollo escolar de los estudiantes con TDAH.
70,00% 65%
60,00%
Item II.6.
50,00%
Item II.7.
40,00%
Item II.8.
30,00% Item II. 9
20,00%
10,00%
0,00%
Item II.6. Item II.7. Item II.8. Item II. 9
449
atender las necesidades educativas específicas o especiales derivadas de la diversidad
presente en un aula, está superada en un alto porcentaje en estos centros escolares.
450
Tabla 3:
Frecuencia de variables incluidas en la Dimensión III
% Respuestas
Item Nunca Esporádicamente Frecuentemente Siempre
III.4. 4 15,5 42 42
451
III.22.
1,4 8,5 39,9 50,2
452
del aula y una disposición curricular altamente adecuada para atender las carencias
educativas y escolares del alumnado con TDAH.
Pasemos a analizar esta densa Dimensión III, agrupando los diferentes ítems en
distintas sub-dimensiones, de acuerdo a las siguientes cuestiones del tercer objetivo de
nuestra investigación.
Respecto de los ítems que se incluyen en esta subdimensión “organización del aula”
enmarcamos directrices que favorecen el mantenimiento de la atención ante un estímulo
determinado. Se trata de organizar el espacio y los materiales de manera que aumentemos
las posibilidades de mantenerse en una tarea determinada y así favorecer la aplicación de
las habilidades de planificación, organización y resolución de tareas satisfactoriamente,
habilidades carentes en los escolares con TDAH.
Por los resultados obtenidos, que quedan reflejados en el Gráfico 5, extraemos que el
profesorado encuestado aplica estrategias de organización de los espacios, materiales y
rutinas académicas (horarios, materias a impartir…) adecuadas para favorecer el éxito
escolar del alumnado con TDAH.
453
mayor necesidad de movimiento y actividad. A la vez que la más alta (92,6%) recae en el
ítem III.27., con el que se pone de manifiesto la colocación del escolar en el aula teniendo
en cuenta sus características y necesidades, lo cual queda corroborado con el ítem III.30.,
muy concreto del alumnado con TDAH, sentarlos cerca de la mesa del docente para
mejorar las condiciones de atención y concentración.
50 Item III.28
40 Item III.29
30 Item III.30
20 Item III.31
10
0
Item III.18 Item III.27 Item III.28 Item III.29 Item III.30 Item III.31
454
Los resultados obtenidos en estos ítems, nos indican nuevamente que la muestra se
corresponde con un docente de perfil inclusivo. Ya que al posicionarse un alto porcentaje
de profesorado entre las respuestas “frecuentemente” y “siempre” (más del 84%, en todos
los casos), nos muestra que estos disponen de una planificación educativa, organizada y
adaptada, y de una evaluación previa tanto de las barreras personales como contextuales.
Lo cual, permite proveerse de un curriculum abierto y flexible, además de los recursos
necesarios para hacerlo efectivo.
88,00%
Item III.1.
82,00%
80,00%
Item III.1. Item III.2. Item III.3. Item III.4.
455
las afirmaciones que se incluyen, estamos ante un profesorado que aplica una serie de
estrategias metodológicas y organizativas que adaptan su respuesta escolar
significativamente a las necesidades educativas, que de forma general, presenta este
alumnado: escasa motivación por aprender, pobre capacidad de atención sostenida y
concentración, impulsividad, conductas inadaptadas, falta de planificación y organización
en la consecución de una meta, dificultades para seguir instrucciones y una forma de
trabajo irregular, realizando adaptaciones en los contenidos y en las tareas.
A juzgar por los datos obtenidos, es gratificante encontrarse con un profesorado que
ofrece un ambiente educativo que potencia la autorregulación cognitiva, optimizando así el
proceso de enseñanza-aprendizaje que se establece con este alumnado, aplicando
estrategias tales como el uso de materiales variados: visuales, sonoros, manipulables,
seleccionando contenidos significativos...(adecuaciones en los contenidos), proponiendo
diferentes actividades, adecuándolas en dificultad y en cantidad, dando instrucciones claras
y sencillas o incentivando los logros o reduciendo la carga lectiva (adecuaciones en las
tareas).
Destacamos a continuación las estrategias que han obtenido una frecuencia mayor al
90%, atendiendo a las respuestas “frecuentemente” y “siempre” de manera conjunta, ya que
nos parece de recibo señalarlas por su alta incidencia en la mejora académica de nuestro
alumnado, además de por su potencial inclusivo, es decir por ser estrategias que si se
aplican favorecen al grupo clase en su conjunto y no solo al alumnado al que se dirige:
456
- Ítem 15 (92.2%): “El formato en el que se presentan las actividades es sencillo en su
redacción y estética”.
- Ítem 16 (90.4%): “Las instrucciones para realizar las tareas son claras y de fácil
comprensión”.
- Ítem 17 (93.3%):”Repito las instrucciones para desarrollar las actividades”.
- Ítem 19 (94%): “Mantengo el contacto ocular y empleo señales para redirigir la
atención de aquellos que la pierden con mayor facilidad”.
- Ítem 20 (94%): “Superviso el avance y el desarrollo del trabajo del alumnado”.
- Ítem 22 (90.10%): “Permito tiempo extra de resolución de la actividad a aquellos
que así lo requieren”.
- Ítem 23 (92.5%): “Estoy disponible para responder a las preguntas y orientar al
alumnado cuando participan en las actividades, proporcionando una
retroalimientación inmediata”.
Del mismo modo, queremos recoger aquellos ítems que han reunido entre las respuestas
“nunca” y “esporádicamente” mayor frecuencia, pues supondrían las estrategias que
presentan menos uso para conseguir mayores cotas de adaptación curricular a las
necesidades escolares de los alumnos y alumnas con TDAH. Cada una de éstas reúne una
frecuencia entre un 20% y un 27%.
Los números 7, 8, 12 y 21 (Ver Gráfico 7), son los ítems a los que nos referimos,
respectivamente: la disposición y creación de materiales variados para minimizar la pérdida
de atención en las explicaciones, la inclusión de guías didácticas por cada unidad de estudio
(contenidos, actividades, fechas y evaluaciones), poder trabajar en actividades diferentes y
proveer de listas de control a los estudiantes con las que favorecer el autocontrol en la
realización de las tareas. Éstos suponen las técnicas en las que el profesorado ha de mejorar
para ayudar al alumnado con TDAH alcanzar el éxito escolar.
457
Dimensión IIII. Desarrollo del curriculum. Frecuencias menores
30,00%
27,20% 26,90%
25,00% 24,10%
20,00% 18,80%
Ítem III.7.
5,00%
0,00%
Ítem III.7. Ítem III.8. Ítem III.12. Ítem III.21.
Para convertir las demandas escolares en metas alcanzables para el alumnado con
TDAH el profesorado debe adecuar un elemento más del curriculum, la evaluación,
usándola como una herramienta que le va a permitir medir lo que el escolar sabe pero
también el esfuerzo que ha realizado para ello. Planificación, diseño y presentación de las
pruebas, además de su seguimiento, entre otros, son susceptibles de adaptación. Los
resultados obtenidos en nuestro análisis de datos descubren un profesorado que realiza
dichas adaptaciones.
Los porcentajes de frecuencia están en todos los ítems por encima del 81%,
exceptuando el que corresponde al III.32, que recoge un 76,3%, referido a la planificación
de un calendario de exámenes que conozca el escolar y las familias (Ver Gráfico 8). Los
que han obtenido un porcentaje más alto son el ítem III.38. (“el alumnado dispone de las
instrucciones necesarias para realizar las pruebas de evaluación mientras las desarrolla”),
con el 92,6% y el ítem III.41. (“la evaluación del alumnado me sirve para mejorar el
programa curricular y su desarrollo”), con 95,10% de profesorado.
458
Dimensión. Evaluación del curriculum . Frecuencias >90%.
96%
95,10%
95%
95%
94%
94%
92%
92%
91%
Ítem III.35. Ítem III.38. Ítem III.41.
Destacamos que en los ítems III.36. (26,9%) y III.37. (24%) se han obtenido los índices
de respuesta acumulada en la opción “siempre” más bajos, aunque más del 50% en ambos
casos, lo practica frecuentemente. Uno y otro, se refieren respectivamente, a la práctica de
diferentes modalidades de evaluación, y a la posibilidad de que las pruebas de valoración
admitan resultados variables en torno a niveles y grados de competencia, en atención a las
habilidades y características del escolar. Más de un 18% no lo hace, lo que supone que una
buena parte del alumnado no encuentra una adecuación a sus dificultades en aquello que
finalmente le va a conducir al éxito o al fracaso escolar. A este respecto, destaca también el
ítem III. 32., con el que un 23,6% del profesorado deja de establecer un calendario de
exámenes de manera previa a su ejecución.
A la luz de los resultados obtenidos en estos ítems, en el caso del alumnado con
TDAH, hemos de destacar que es muy importante que existan diferentes modalidades para
evaluar las competencias curriculares desarrolladas, tanto en la forma, por ejemplo,
459
modalidad oral, como en contenido, adaptándose a los ajustes de los diferentes elementos
curriculares con los que se haya adaptado la respuesta escolar ofrecida. Es importante
porque se minimizan los efectos de sus posibles olvidos, despistes, falta de organización y
planificación apoyándolos con guías como pueda ser un calendario de exámenes, además
de las derivadas de sus problemas de comprensión y expresión escrita.
Por todo ello, es relevante que, a pesar de los buenos resultados obtenidos, sigamos
trabajando para que ningún escolar vea sus posibilidades de éxito académico mermadas.
460
Tabla 4:
Frecuencia de variables incluidas en la Dimensión IV
% Respuestas
Item Nunca Esporádicamente Frecuentemente Siempre
461
En esta ocasión, al igual que en la dimensión anterior hemos identificado 2
subdimensiones, acorde con nuestra meta, con las que simplificar la interpretación de los
datos. Las cuales se disponen del siguiente modo, la primera se refiere al establecimiento de
normas y reglas, y se recoge en los ítems del 1 al 9; y la segunda, al manejo de la conducta
y de las emociones, que reúne los ítems del 10 al 22 de la cuarta dimensión.
Los resultados obtenidos en los ítems que conforman esta categoría reúnen un
porcentaje de frecuencia mayor del 86%. Por tanto, seguimos contando con un personal
docente que establece normas y reglas en clase, y lo hace desde una postura inclusiva.
93,00% 92,90%
92,60%
92,50%
90,00%
89,50%
Ítem IV.1. Ítem IV.2. Ítem IV.5. Ítem IV.7. Ítem IV.8.
462
normas y reglas en la clase elaboradas por todo el alumnado y por otro, a la implicación de
los escolares en su cumplimiento, mediante el reparto de responsabilidades.
Si bien es cierto que todos los indicadores han recogido puntuaciones muy altas,
consideradas las respuestas “frecuentemente” y “siempre” de manera conjunta (todas
superiores al 85%) ha habido dos excepciones significativas que debemos resaltar.
94,00%
93,20%
92,90% Ítem IV.10.
93,00%
92,30%
Ítem IV.18.
92,00%
Ítem IV.19.
90,90%
91,00% Ítem IV.20.
Ítem IV.21.
90,00%
89,00%
88,00%
Ítem IV.10. Ítem IV.18. Ítem IV.19. Ítem IV.20. Ítem IV.21.
Es muy destacable que el ítem IV.11. ponga de manifiesto que la técnica más
utilizada ante el incumplimiento de las normas sea el castigo (67.2%), ítem que ha recogido
la puntuación más baja. Este hecho confronta con el uso de una disciplina positiva, pues en
ésta el castigo es la consecuencia menos valorada y efectiva que se postula, ya que enseña
al estudiante lo que no debe hacer en lugar de lo que si, en su lugar se recomienda la
aplicación de técnicas tales como la extinción o el tiempo fuera, darles un tiempo para la
463
calma y de reflexión, ofrecerles alternativas de solución o no entrar en luchas de poder,
porque con ellas nos ajustamos más a las carencias de autocontrol que dan lugar a
conductas inadaptadas en los escolares con TDAH.
Por otro lado, el ítem IV.12 indica que el profesorado acude a dirección y familias para
controlar los comportamientos disruptivos en el aula en un 74,2% de los encuestados, lo
cual indica falta de firmeza y autonomía para gestionar los comportamientos inadaptados y
repetitivos en un alumno o alumna.
El valor del estadístico de adecuación muestral fue de KMO= 0.858, que por su
proximidad al valor 0.9, puede considerarse muy adecuado (De Vicente y Manera, 2003) y
464
la prueba de esfericidad de Barlett (X2(3160)=9412.55, p<0.001) que por su nivel de
significación <0.001, evidencia que existe cierta relación entre las variables.
Una vez comprobados los criterios y considerando que el análisis factorial puede
ejecutarse, se procede a la aplicación de la técnica de componentes principales (no
existiendo valores perdidos).
Tabla 5:
Varianza explicada
Autovalores iniciales
Componente Total % de la varianza % acumulado
1 15,563 19,453 19,453
2 5,402 6,753 26,206
3 2,709 3,386 29,592
465
Gráfico 11. Gráfico de sedimentación.
Los resultados que hemos obtenido tras aplicar todos los procedimientos estimados,
se presentan en la siguiente tabla (tabla 6), en la que se recogen aquellos componentes o
factores con autovalores mayores a 1, conformados por más de tres ítems, los índices de
consistencia interna (α de Cronbach) y las saturaciones superiores a 0.40, lo cual ha dado
lugar a la selección de los tres primeros factores.
466
Tabla 6:
Análisis factorial exploratorio mediante el método de componente principales.
FACTORES
Dimensión
e Ítem
467
III.26 Me aseguro de que todos los estudiantes están participando en la ,526
resolución de la actividad propuesta al grupo.
III.6 Trabajo con distintas metodologías de enseñanza con los ,525
estudiantes.
IV.1 En clase hay reglas básicas, elaboradas por todos, que regulan la ,522
participación del alumnado.
IV.6 El alumnado se encarga de cuidar el material, recogerlo y ,514
almacenarlo a diario.
IV.10 Soy consciente en la aplicación de las consecuencias cuando las ,503
reglas no son respetadas.
IV. 7 Los estudiantes saben cómo pueden recibir mi ayuda de forma no ,502
disruptiva o la ayuda de otros estudiantes.
III.11 Combino actividades individuales y grupales. ,500
III.16 Las instrucciones para realizar las tareas son claras y de fácil ,488
comprensión.
IV.5 El uso y organización del material escolar está regulado. ,481
468
Para presentar los contenidos de las unidades didácticas incluyo
III.8 ,459
guías didácticas para el alumnado que señalan los aspectos más
relevantes, así como tareas, fechas y evaluaciones.
III.14 El alumnado puede asumir roles propios del docente al desarrollar ,453
las actividades, para apoyarse entre si.
IV.20 A la hora de aplicar las consecuencias de un mal comportamiento, ,445
tengo en cuenta las características personales del escolar.
IV.8 Recuerdo a diario varias veces cuando se puede hablar entre sí en ,445
clase y en qué tono de voz deben hacerlo.
Para llamar la atención sobre el mal comportamiento, lo hago desde
IV.14 ,443
la cercanía física y manteniendo el contacto ocular, evitando las
reprimendas públicas y la culpabilización.
Incentivo los logros conseguidos, concediendo privilegios,
III.24 ,437
recompensas materiales o de cualquier otro tipo cuando se cumplen los
objetivos marcados.
Uso señalizadores, marcadores, señales sonoras o cualquier
III.18 ,435
herramienta que le permita al alumnado organizar los materiales y el
inicio, desarrollo y finalización de las tareas.
IV.22 Acuerdo los sistemas de reforzamiento con las familias para su ,430
aplicación en casa.
III.21 Proveo de listas de control a los estudiantes sobre la secuenciación ,424 ,416
de tareas que hay que hacer a diario.
IV.3 Las reglas de mi aula están formuladas en términos positivos y no ,424
de prohibición (no).
III.12 Cada grupo de trabajo puede estar ocupado en una actividad ,422
diferente.
III.27 Dispongo al alumnado en el aula teniendo en cuenta sus ,421
características y necesidades.
IV.13 Sustituyo el verbo "ser" por el verbo "estar" para no atacar la ,419
autoestima y mostrar la conducta correcta.
III.30 Cerca de mi mesa se sientan aquellos niños y niñas que requieren ,417
de mejores condiciones para su atención y concentración.
III.31 La distribución de la jornada escolar es siempre la misma, y si hay ,412
algún cambio al respecto aviso con antelación.
II.2 Poseo la suficiente formación para atender las diversidades que ,410
puedan haber en mi aula.
II.3 Estoy liberado o liberada de horas lectivas para programar el ,694
curriculum y la organización de mi aula.
II.7 Las familias participan en el aula apoyando la formación académica ,478
del alumnado.
III.29 Mi aula está provista de espacios que permiten la realización de ,456
actividades activas y dinámicas.
IV.11 El castigo es la técnica que más utilizo cuando se incumplen las ,453
normas.
II.10 En mi aula dispongo de los recursos materiales necesarios para ,433
atender las características y necesidades de mis estudiantes.
469
III.34 Previo a la realización de las pruebas, se efectúan ensayos de las ,403
mismas.
II.4 Participo en grupos de trabajo y acciones formativas relacionadas ,403
con la atención a la diversidad.
I.5. Todos los escolares presentan habilidades destacadas que deben ser -,616
consideradas en el diseño de los procesos de enseñanza-aprendizaje.
La participación de otros miembros de la comunidad escolar (otros
I.7. -,543
docentes, familias, voluntarios...) influye positivamente en el éxito
escolar del estudiante.
Todos los escolares, con independencia de sus características
I.3. -,472
personales, pueden alcanzar sus logros académicos y sociales en su
escolarización ordinaria.
I.1. Todos los escolares pueden aprender juntos en una misma aula, con ,421 -,441
independencia de sus condiciones personales, sociales o culturales.
Dimensión I
Dimensión II
Dimensión III
Dimensión IV
La varianza total explicada por los tres primeros factores fue del 29,592% de la
variabilidad total (lo cual pone de manifiesto un alto índice de variación en las respuestas),
un porcentaje moderado pero informativo.
Por su parte el α de Cronbach obtenida, para cada uno los factores recogidos, indica
unos índices de consistencia interna para el primer factor excelente (0,940) y para el
470
segundo y tercero (2: 0.724 y 3: 0,707) aceptables. Estos niveles de fiabilidad advierten que
los ítems recogidos miden con total fiabilidad el primer factor resultante, y con una
fiabilidad aceptable el segundo y el tercero.
Factor 3. Creencias.
Por un lado, la organización del aula se ve reflejada en los ítems III.18, III.27, III.30
y III. 31, refiriéndose a la disposición del escolar dentro del aula, haciendo alusión a dos
aspectos fundamentales para ello: tener en cuenta las características del estudiante (III. 27)
y sentarlo cerca de la mesa del profesor para mejorar las condiciones de atención y
471
concentración (III.30). Con respecto a la disposición del material, guarda un orden
favoreciéndose su mantenimiento a través de señales visuales o sonoras en el caso del
comienzo o finalización de una tarea (III.18), mecanismo que facilita la organización y el
uso de los recursos, así como la planificación y estructura de las tareas. Además las rutinas
de la jornada escolar se mantienen y si se alteran se avisa con antelación (III.31), lo cual
hace que las posibles alteraciones del día a día afecten lo menos posible a las escasas
habilidades de autocontrol de las que dispone el alumnado con TDAH.
Respecto de las tareas de planificación que han sido consideradas, se ven recogidas
con los ítems III.1, III.3, III.4, con las que se afirma planificar el proceso de enseñanza-
aprendizaje y realizar una evaluación previa de las características contextuales en las que se
va a desarrollar el curriculum, y personales del escolar. Lo cual nos indica la inclusión de
elementos fundamentales para garantizar un proceso de enseñanza y aprendizaje de calidad,
en el que los riesgos propios de la improvisación y de la homogenización se minimizan, y
nos sitúa ante una respuesta escolar adaptada y ajustada a las necesidades del escolar pero
también al escenario en el que éste se va a desarrollar (no se tienen en cuenta en exclusiva
las características del alumno).
El desarrollo del curriculum aglutina un número mayor de ítem: III.5, III.6, III.7,
III.8, III.9, III.10, III.11, III.12, III.14, III.15, III.16, III.17, III. 19, III.13, III.20, III.21,
III. 2, III.23, III.24, III. 26. Con éstos se hace referencia a distintos elementos del
curriculum. En concreto y por guardar coherencia con la estructura recogida en el análisis
descriptivo, podemos asociar ítems y elementos curriculares del siguiente modo, de mayor
a menor peso registrado:
- Contenidos: 5, 8
- Actividades: 10, 19, 23, 15, 20, 9, 22, 13, 11, 17, 16, 26, 14, 21, 12.
- Materiales: 7
- Metodología: 6, 24
Respecto a los contenidos, destacar que se incluyen los ítems referidos a la
enseñanza de aquellos que son significativos para los escolares (III.5) y su presentación
apoyándose en guías didácticas. Ambos aspectos son muy relevantes para el aprendizaje de
472
cualquier estudiante, pero más aún cuando se trata de escolares con TDAH, debido a que se
favorece el aumento de su motivación por aprender y se vuelve a habilitar herramientas que
palian los efectos de sus pobres habilidades de planificación y organización de las tareas.
473
ingenio, habilidades artísticas o deportivas), y su motivación por aprender y autoestima
aumente, además de su grado de aceptación por el grupo-clase.
Por otra parte, el uso de metodologías variadas hacen que se usen diferentes
estrategias de enseñanza con lo cual aumentamos las posibilidades de participación
académica y social de este alumnado (III.6). Así mismo, y debido a su pobre motivación
intrínseca por aprender resultado de su pobre habilidad para demorar la recompensa, es
muy positivo que en este primer factor se incluya la incentivación de los logros
conseguidos (III. 24).
474
Continuamos analizando el primer factor obtenido, haciendo referencia a los ítems
pertenecientes a la dimensión IV, con los que abordamos el manejo de estrategias de
control y manejo de la conducta en el aula (ordenados de mayor a menor peso): IV.21,
IV.17, IV.4, IV.19, IV.1, IV.6, IV.7, IV.2, IV.10, IV.15, IV.16, IV.5, IV.9, IV.20, IV.8,
IV. 4, IV.22, IV.3 y IV.13. De 22 ítems que conforman esta dimensión, 19 se incluyen en
este factor, lo cual hace que esta dimensión se postule de manera muy representativa en el
mismo. Algo muy notable, en tanto en cuanto queda aunado ámbito académico, emocional
y social como un todo indisoluble a la hora de desarrollar la práctica docente.
Aspectos determinantes en el éxito académico del escolar son también los referidos
a su desarrollo emocional y social, aspectos afectados también por su deficiente control en
la inhibición de la conducta e impulsividad. Por tanto, un docente no puede dar la espalda a
la creación de entornos que procuren un desarrollo óptimo y adecuado a las características
de inestabilidad emocional, desajuste de respuestas conductuales o dificultades para seguir
las normas que abanderan este trastorno.
Una vez contemplados los ítems que se refieren al desarrollo académico en sí,
pasemos a los que afrontan los aspectos emocionales y de conducta.
475
Con los ítems 21, 17, 19, 10, 15, 16, 20, 14, 22 y 13 se abordan las estrategias
usadas para manejar la conducta y las emociones en el aula. Ante las dificultades de demora
en la interiorización de las normas y de espera a la recompensa, control de la impulsividad
o comportamientos impredecibles es necesario aplicar estrategias que favorezcan la
autorregulación de la conducta y crear entornos de aprendizaje predecibles que ayuden a
cumplir las normas establecidas. Estrategias recogidas en este factor y que están acordes
con el ejercicio de una disciplina positiva como método para gestionar el mal
comportamiento en el aula, ajustándose así a las dificultades asociadas al alumnado con
TDAH ya expresadas. Una vez más se pone de manifiesto la capacidad que tiene el entorno
escolar para influir en el desarrollo de las características de aprendizaje y desarrollo
emocional de sus integrantes.
Concluimos destacando la alta consistencia que revela este factor con la Dimensión
IV de nuestro cuestionario, incluyéndose un 86.36% del total de los ítems que lo
componen, lo cual indica la importancia de crear entornos de aprendizaje seguros, es decir,
entornos de aprendizaje que procuren un contexto estable y predecible, en los que las
características emocionales de los escolares que presentan TDAH son tenidas en cuenta
para que su desarrollo escolar y social sea el mejor y se procure una integración en la
sociedad total y exitosa.
7 ítems componen este factor, que ordenados por peso de mayor a menor son: II.3,
II.7, III.29, IV.11, II.10, III.34 y II.4. De los cuales 4 pertenecen a la dimensión II de
nuestro cuestionario (“condiciones en las que desarrollo mi práctica docente”), 2 a la III
(“planificación, desarrollo y evaluación del curriculum” y 1 a la IV (“creación de entornos
de aprendizaje seguros”).
476
Los ítems incluidos en este segundo factor, nos revelan información acerca de la
existencia de una cultura inclusiva en el centro escolar (liberar de horas lectivas para
programar), de la disposición de formación para atender a la diversidad (participación en
grupo o acciones formativas), y de recursos materiales, así como de las relaciones con otros
miembros de la comunidad (participación familia).
También se incluye en este segundo factor un elemento propio de las estrategias con
las que se controla el mal comportamiento en el aula, referido al uso del castigo (IV.11).
Algo significativo al ser la técnica que más se utiliza en las aulas para combatir el mal
comportamiento y que iría en contraposición de la gestión del mal comportamiento desde
una perspectiva interaccionista (entre contexto y características personales) e inclusiva.
477
3) FACTOR 3. Creencias.
El último factor, se corresponde íntegramente con la dimensión I de nuestro
cuestionario (“creencias”). En concreto se trata de los ítems I.5, I.7, I.3 y I.1, ordenados por
la aportación de su peso de mayor a menor.
Es un factor que aglutina creencias que identifican a un docente que cuenta con una
predisposición inclusiva en el desempeño de su profesión. Un docente, por tanto, que valora
las diferencias, que apuesta por una metodología y organización flexible y con capacidad de
adaptación, se acompaña de una cultura colaborativa y reconoce el derecho a la educación
de cualquier niño o niña.
478
4. RESULTADOS DEL ANÁLISIS INFERENCIAL CON LOS FACTORES
RESULTANTES DEL ANÁLISIS FACTORIAL EXPLORATORIO
El análisis inferencial realizado nos permite conocer si existen diferencias
significativas entre las variables sociodemográficas que nos han interesado y los factores
que ha arrojado el análisis factorial exploratorio realizado previamente, dando cobertura así
a nuestro quinto y último objetivo (“conocer si las características socio-demográficas
determinan las condiciones organizativas y curriculares con las que se responde a la
diversidad en las aulas de primaria).
Las variables sociodemográficas que se han tenido en cuenta han sido: formación
complementaria, categoría profesional, edad, sexo y presencia del alumnado con TDAH.
En ésta última, a pesar de presentar tres categorías, hemos tenido en cuenta solo la
correspondiente a la presencia de alumnado con TDAH (si/no), por tanto se ha aplicado la
prueba t.
Las pruebas que se han llevado a cabo para realizar este análisis inferencial, son la
prueba T de Student, en el caso de que la variable presentara dos categorías, acompañada
de la prueba de Levene con la que evaluar la igualdad de varianzas entre los grupos
establecidos en la variable; y la prueba ANOVA, en el caso de que la variable presentara
más de dos categorías, acompañada de la prueba Post-hoc de Bonferroni, con las que
determinar qué medias difieren entre los grupos estudiados de la variable. Con ambas
hemos podido conocer las diferencias significativas que había entre las diferentes muestras
para una misma variable, y así poder extraer inferencias o deducciones al respecto.
479
1) Variable Formación Complementaria
Respecto al estudio de la variable sociodemográfica referida a la formación
complementaria para atender a la diversidad, los resultados obtenidos (Tabla 7) nos
muestran, por una parte, que aquellos profesionales que cuentan con este tipo de formación
presentan mayor práctica inclusiva que aquellos que no disponen de la misma (factor 1), y
por otra parte, nos indican que no hay diferencias significativas ni en las condiciones en que
desarrollan la práctica docente (factor 2) ni en las creencias (factor 3), entre aquellos
profesionales con o sin formación complementaria.
Tabla 7:
T de Student. Variable Formación Complementaria.
SI NO
2) Variable Sexo.
En cuanto a los resultados obtenidos sobre la variable sexo, (tabla 8), encontramos
diferencias en lo que respecta a la práctica inclusiva, ya que los hombres presentan menor
práctica inclusiva que las mujeres (factor 1), aunque las condiciones en las que desarrollan
su práctica docente los hombres, son más favorecedoras: horas lectivas libres para
programar, participación en grupos de trabajo o en acciones formativas, manifiestan tener
los recursos materiales necesarios para llevar a cabo sus clases y también cuentan con la
480
participación de las familias en el proceso de enseñanza-aprendizaje de sus hijos (factor 2).
Sin embargo, no existen diferencias significativas entre sexos respecto a las creencias
(factor 3).
Tabla 8:
T de Student. Variable sexo.
FEMENINO MASCULINO
Prueba de
Media Media Prueba T
Levene
481
Tabla 9:
Prueba ANOVA, categoría profesional.
ANOVA
Media F p
Inter-grupos 3,438
FACTOR 1. PRÁCTICA
3,499 0,032
DOCENTE INCLUSIVA Intra-grupos 0,983
482
Tabla 10:
Prueba post hoc, categoría profesional
Diferencia de
Error típico p
medias (I-J)
10
Como puede observarse las únicas diferencias encontradas se corresponden en el
factor 1, donde el docente generalista presenta una mayor práctica inclusiva que el docente
de apoyo (docente>docente de apoyo, p=0,027) y en el factor 2, en el que el tutor cuenta
con unas condiciones laborales menos favorecedoras para ejercer una práctica inclusiva que
los docentes (tutor<docente, p=0,003). En el tercer factor, correspondiente a las creencias,
no se han encontrado diferencias significativas entre las comparaciones múltiples
realizadas. Resultados que vienen a confirmar los obtenidos con la prueba ANOVA.
4) Variable Edad.
En cuanto a la variable edad, se han encontrado diferencias significativas tanto en el
factor 1 como en el 2. Los docentes generalistas de mayor edad (más de 40 años) han
presentado menores valores de práctica inclusiva así como de condiciones laborales. Sin
embargo, no han existido diferencias significativas en las creencias (factor 3) según las
categorías de edad (Tabla 11).
Tabla 11:
Prueba ANOVA. Variable edad.
ANOVA
Media F p
FACTOR 1. Inter-grupos 6,421
PRÁCTICA DOCENTE 6,679 0,001
Intra-grupos 0,961
INCLUSIVA
FACTOR 2. Inter-grupos 13,266
CONDICIONES 14,540 0,000
Intra-grupos 0,912
PRÁCTICA DOCENTE
FACTOR 3. Inter-grupos 1,495
CREENCIAS 1,501 0,230
Intra-grupos 0,996
11
Tabla 12:
Prueba post hoc, edad
Diferencia de
Error típico p
medias (I-J)
12
Los resultados alcanzados con la prueba ANOVA, se corroboran con la prueba de
Bonferroni. En la tabla 17, se exponen las diferencias significativas detectadas entre las
posibles comparaciones. Así, los mayores de 40 años son los que presentan un perfil menos
inclusivo (22-30 años>mayores de 40 años, p=0,003; 30-40 años>mayores de 40 años,
p=0,013), a la vez que unas condiciones de desarrollo menos favorables para la ejecución
de una práctica inclusiva (22-30 años>mayores de 40 años, p=0,000; 30-40 años>mayores
de 40 años, p=0,000).
NO SI
FACTOR 2. t(280,3)=-6,585
F= 6,896
CONDICIONES -0,360 0,369
PRÁCTICA DOCENTE p= 0,009 p= 0,000
t(281)= -2,269
F= 0,066
FACTOR 3. CREENCIAS -0,132 0,135
p= 0,798 p= 0,024
13
cierto
Tabla que
14: no se convierten en condicionantes determinantes para procurar una práctica más
o menos inclusiva en este caso.
De acuerdo con los datos expuestos podemos concluir que el perfil actual del
docente inclusivo se corresponde con el docente generalista cuya edad está por debajo de
los 40 años y que posee formación complementaria para atender a la diversidad, perfil que
no se ve condicionado por la presencia o no de alumnado con TDAH en sus aulas.
14
CAPITULO VII.
DISCUSIÓN, CONCLUSIONES E IMPLICACIONES
DE LA INVESTIGACIÓN
15
CONTENIDOS
1. Introducción.
2. Discusión y conclusiones acerca de las condiciones organizativas y curriculares
del profesorado de Educación Primaria.
3. Conclusiones respecto a las características socio-demográficas y su influencia
en las condiciones organizativas y curriculares.
4. Implicaciones y limitaciones de la investigación.
5. Líneas futuras de investigación.
1. INTRODUCCIÓN
Además de las conclusiones, se han recogido las implicaciones que para la práctica
docente pueden derivarse de nuestro trabajo así como las limitaciones planteadas en el
mismo. Por último, también abordamos las cuestiones que pudieran configurarse como
líneas futuras de investigación, y ayudar a mejorar el ejercicio de la pedagogía y la
didáctica aplicadas en su perspectiva más inclusiva, haciendo que el alumnado con TDAH,
problemas de atención y/o comportamiento alcancen su máxima participación académica y
social.
489
2. DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES ACERCA DE LAS CONDICIONES
ORGANIZATIVAS Y CURRICULARES DE LAS AULAS DEL
PROFESORADO DE EDUCACIÓN PRIMARIA
1) “Conocer si existe una cultura inclusiva, atendiendo a las creencias del profesorado
respecto de la atención a la diversidad en las aulas ordinarias”.
Los resultados obtenidos nos llevan a concluir que el profesorado estudiado dispone
de un conjunto de creencias que coinciden con un posicionamiento inclusivo ante la
diversidad. Creencias que quedan recogidas bajo las siguientes afirmaciones, y que dan pie
a la existencia de una cultura que pone en valor las diferencias y se compromete con todos
los estudiantes: todos los escolares pueden aprender juntos bajo la misma aula ordinaria,
todos con independencia de sus características personales pueden alcanzar logros
académicos y sociales, todos presentan características positivas que deben ser tenidas en
cuenta en su proceso de enseñanza-aprendizaje y la participación de otros miembros de la
comunidad escolar favorece el alcance del éxito escolar del estudiante; y que suponen la
confianza que el profesorado tiene en sus estudiantes para aprender, en que lo pueden hacer
juntos, en que cuentan con habilidades que potencian su aprendizaje y en la capacidad del
trabajo conjunto con otros miembros para alcanzar logros, lo cual impulsa una forma de
hacer escuela más equitativa y humana (Moliner, 2008). Así, este posicionamiento impulsa
la producción de procesos de enseñanza-aprendizaje favorecedores del alcance del éxito
escolar del alumnado con TDAH, considerando que el trastorno genera unas necesidades
educativas específicas de apoyo educativo.
En nuestro país, García España y Soler (2000) llegan a conclusiones que distan de
las recogidas en nuestra investigación, si bien es cierto que el profesorado estudiado en su
trabajo contaba con alumnado con discapacidad psíquica. Éste manifestó las siguientes
creencias, entre otras: el alumnado con NEE supone una carga para el profesorado, dudan
488
sobre la capacidad de aprendizaje de estos alumnos, deben ser escolarizados en aulas de
apoyo y la planificación escolar debe ser realizada por el profesorado de apoyo en
exclusiva.
Otros como Echeita (2006), y García España y Soler (2000), López, Echeita y
Martín (2009), a partir de sus investigaciones concluyen que aún se cuenta con un perfil
docente segregador, que mantiene unas teorías estáticas y de resistencia al cambio ante las
dificultades de aprendizaje, que aboga por aprendizajes homogéneos y la atención
especializada fuera de las aulas ordinarias.
Dicho esto, los estudiosos del trastorno advierten que las premisas para trabajar con
el alumnado con TDAH parten de las connotaciones negativas asociadas al mismo (Saumell
y otros, 2011; Ocampo, 2013), si bien es cierto que no hemos encontrado investigaciones
que apoyen estas afirmaciones, es decir estudios realizados acerca del sistema de creencias
que el profesorado presenta con respecto al alumnado con TDAH.
2) “Identificar las condiciones en las que el docente desarrolla su práctica, con el fin de
conocer las barreras que limitan o las palancas que impulsan el desarrollo de una práctica
491
educativa inclusiva del profesorado de Educación Primaria, respecto del alumnado con
TDAH”
La primera conclusión a la que llegamos, vistos los resultados, viene a presentar un
profesorado que cuenta con formación específica para atender a la diversidad y que
participa en grupos de trabajo y acciones formativas concretas al respecto; condiciones,
ambas, favorecedora de una práctica docente ajustada a las necesidades educativas de
escolares con TDAH, problemas de atención y/o conducta.
El compartir las experiencias, las necesidades, dificultades o éxitos con los que un
docente se encuentra con otros iguales o profesionales, (Angelides, Antoniu y
Charalambous, 2010; Duran y Miquel, 2003), produce prácticas inclusivas que favorecen la
inclusión de alumnado con necesidades educativas especiales (Arnaiz, 2008) al procurar
que los procedimientos para enseñar y aprender estén en continua revisión, evolución y
adaptación. Por tanto, el alumnado con TDAH se ve altamente beneficiado en su
rendimiento escolar cuando el docente perfecciona su práctica docente de manera continua.
Si bien es cierto, que para que se de este tipo de formación renovada, es necesario
que sus responsables (docentes) dispongan de tiempo para planificar y programar el
curriculum, así como para organizar el aula, ante lo que hemos de señalar que en nuestro
estudio, se revela que más de la mitad de los docentes desarrollan su labor en escuelas en
las que disponen de horas no lectivas para realizar dichas tareas. Aunque hay autores, como
Berruezo (2006) que aludan a la falta de esta condición en los propios centros que fomente
una formación permanente.
490
diferencias como entidad, lo cual impulsa un desarrollo profesional sensible a las
diferencias como una cuestión que enriquece su desarrollo profesional, por un lado, y por
otro, el académico del alumnado.
En tercer lugar, la barrera para el aprendizaje que supone para el alumnado con
TDAH la falta de aulas que cuenten con espacios para realizar actividades que permitan el
movimiento así como la falta de recursos materiales que permiten la adaptación de los
diferentes elementos del curriculum en atención a las necesidades educativas presentes, está
salvada en la mayoría de los casos, según los resultados obtenidos a partir de la información
manifestada por el profesorado. Por tanto, determinamos que en las escuelas estudiadas se
cuenta con aulas que disponen de espacios apropiados para paliar los efectos del exceso de
movimiento o hiperactividad con el que puede contar nuestro alumnado, facilitando su
movimiento y actividad durante las clases, así como la disposición de materiales adaptados,
cuya existencia indica que hay más posibilidades de que éstos se ajusten a las dificultades
derivadas de la falta de atención y/o concentración (materiales sonoros, visuales o táctiles,
492
por ejemplo). Así mismo, el contar con espacios que permitan el movimiento del alumnado
también es un indicador de que el grupo se puede conformar de maneras distintas para
aprender, practicando agrupaciones que fomenten el aprendizaje cooperativo y
colaborativo, por ejemplo: tutorías entre iguales (León, 2012), aprendizaje por proyectos
(Cerrato, 2012), grupos interactivos (González y Víctor, 2013; Cidoncha y Vázquez,
2013)…, formas de trabajo en definitiva que mejoran el aprendizaje, la motivación y la
convivencia (Pujolás, 2001), cuestiones susceptibles de mejora en cualquier escolar, y por
ende, en el alumnado que presenta TDAH, debido a sus dificultades de aprendizaje,
motivacionales y de integración social.
493
concretándolas en los aspectos que se han tenido en cuenta para su estudio: organización
del contexto de aula, planificación, desarrollo y evaluación del proceso de enseñanza-
aprendizaje, y manejo de la conducta y de las emociones.
En líneas generales, podemos concluir que el profesorado con el que hemos contado
muestra una organización de aula y una disposición de los elementos del curriculum que se
ajustan a las necesidades educativas que presenta el alumnado con TDAH, problemas de
atención y/o conducta. Ajuste que queda contrastado con las propuestas de la literatura
especializada al respecto. Y resultados concordantes con otras autoras como Cepeda
(2013), en cuyo estudio concluye que el profesorado posee una práctica adecuada para
favorecer el buen funcionamiento del escolar con TDAH en el aula.
Con respecto a la organización del aula, concluimos que nuestro profesorado cuenta
con una organización del espacio adecuada a las dificultades de atención que presentan los
escolares con TDAH. Es por ello que las cuestiones recogidas en la literatura: Carbone
(2001), González Carro (2011) y Still (2013) y que hemos medido con nuestro cuestionario
se ponen en práctica: colocar a estos estudiantes cerca de la mesa del profesor, contar con
zonas en el aula que favorezcan la atención y concentración, así como espacios en los que
el movimiento puede quedar incorporado a la rutina del aula (Carol’s Web Corner, 2008;
Watterdal y Tokhai, 2008).
Por otro lado, en lo referente a la atención de las dificultades que presenta este
alumnado en sus habilidades organizativas, concluimos que: el orden y la disposición de
los materiales se aplica de forma que palia sus efectos, usando señalizadores, marcadores u
otros que facilitan su situación y colocación; existen las rutinas diarias y se advierte de los
cambios en las mismas en caso de que se den; y, se utilizan elementos tales como la agenda
que disminuyen los errores derivados de la falta de atención, organización y planificación
de las tareas (olvidos de tareas, materiales o exámenes, por ejemplo) (Siegenthaler y
Presentación, 2011, Still, 2013, Troyano, 2011, Ocampo, 2013, González Carro, 2011).
494
Respecto a la planificación del proceso de enseñanza-aprendizaje, concluimos que
el profesorado participante en este trabajo realiza la planificación educativa de su acción
curricular, precedida de un proceso de evaluación tanto de las condiciones contextuales
como personales en las que se va a desarrollar dicho proceso. Lo cual, permite proveerse de
un curriculum abierto y flexible, además de los recursos necesarios para hacerlo efectivo
(Barrio, 2009), y así reducir el fracaso escolar de los participantes en el mismo. A partir de
aquí, podemos deducir que al considerar no solo las competencias que todos deben
alcanzar, sino también las características que definen tanto al escolar (Gregory y Chapman,
2002) como el escenario en el que se va a desarrollar, se planifica desde la diferenciación,
es decir, desde la diversidad.
Por otro lado, destacar también que con los indicadores incluidos en este apartado
podemos decir que este profesorado planifica para la clase como un todo, ya que afirma
realizar las adaptaciones sobre su programación base, requisito para desarrollar una
didáctica escolar flexible y adaptada, y por tanto inclusiva (Wehmeyer, 2009; Arnáiz,
2000), alejada de la intervención escolar por programas individualizados centrados en las
limitaciones personales de los escolares.
Con estos resultados, podemos afirmar que existe una planificación del proceso de
enseñanza respetuosa ante las individualidades que se dan en un aula y adaptada en función
de las necesidades educativas derivadas de las mismas y del contexto. Una planificación
basada en la diferenciación (Gregory y Chapman, 2002; UNESCO, 2004e) que provee de
oportunidades a todos y todas para aprender adecuando las situaciones de aprendizaje a las
diferentes capacidades y necesidades presentes en el aula, algo definitorio para contribuir a
la máxima participación y éxito del alumnado con TDAH.
495
De esta manera, nos encontramos con un personal docente que afirma proceder con
metodologías variadas, lo cual nos conduce a pensar que esa consideración de las
características personales y contextuales puesta de manifiesta es efectiva en tanto en
cuanto, el docente procede a enseñar de formas variadas. Lo cual, hace que se produzca una
mayor adaptación a las diferentes formas de aprender.
Los contenidos que se trabajan son significativos, algo determinante para conectar
con los intereses de los estudiantes y así aumentar su atractivo para aprender. También se
pone de manifiesto, la provisión de guías que facilitan la presentación de los contenidos de
forma clara y ordenada, señalando los aspectos más relevantes, si bien es cierto que este
último aspecto es una estrategia cuyo uso debe potenciarse más entre nuestros docentes,
dados los resultados obtenidos en el análisis descriptivo.
Las estrategias para llevar a cabo las adaptaciones en las actividades o tareas que
mejoran las capacidades cognitivas y de atención del alumnado con TDAH contempladas
en nuestro cuestionario se ejecutan, destacando: su presentación en formatos sencillos,
instrucciones claras y fáciles de comprender para su realización, repetirlas cuántas veces
sea necesario y la adecuación de las actividades en grado de dificultad, cantidad y
requisitos. También se cuenta con un profesorado que al realizar las actividades, se asegura
de que todos los estudiantes estén participando en las mismas, que están disponibles
496
orientando al alumnado y retomando las dificultades que puedan entorpecer su desarrollo y
logro, y que emplea tácticas para retomar la atención de aquellos que la pierden con
facilidad, como puede ser el mantener el contacto ocular.
En atención a estos aspectos las técnicas que se han manifestado como menos
usadas, y que por tanto debieran ser potenciadas dada la importancia que tiene en el ajuste
entre forma de enseñar y aprender del alumnado con TDAH, son: creación y disposición de
materiales variados, para evitar la pérdida de atención y facilitar la comprensión de los
contenido trabajados, brindar la oportunidad de trabajar en actividades diferentes un mismo
contenido y la provisión de listas de control con las que crear rutinas y dar herramientas
para aumentar el control sobre la realización de la propia actividad.
497
de atención que hagan dejar preguntas sin contestar o responder mal a lo que se está
examinando; orientar al alumnado mientras que las realiza, lo cual también favorece que se
mantenga la atención durante la realización de la prueba o que una duda evite que complete
la pregunta; se realizan ensayos previos de las pruebas definitivas, estrategia muy útil, de
cara a reducir los posibles errores derivados de la falta de atención en dichas pruebas, ya
que repetir las instrucciones y actividades es una estrategia que facilita encontrar el camino
que hay que recorrer para alcanzar el éxito, también, la práctica de estos ensayos puede
situar a los docentes ante una oportunidad para aplicar una evaluación que considere,
además de los resultados finales, el proceso y los logros alcanzados progresivamente, y
permita identificar las barreras (comprensión de los contenidos y de las instrucciones,
dificultades lecto-escritoras, planificación en la ejecución de la tarea…), con las que los
estudiantes se encuentran para conseguir el éxito, integrando así las tareas de evaluación en
las propias del aprendizaje (González Lajas, 2013a); y algo muy relevante por lo que
suponen colaboración entre las familias y el docente, la entrega de copias de los exámenes a
las familias, con el objetivo de reforzar y mejorar las dificultades detectadas.
498
Respecto a las primeras se concluye que su formulación existe, y en cuanto a las
segundas, que el profesorado cumple de manera significativa con la aplicación de
estrategias que favorecen la autorregulación de la conducta en el alumnado con TDAH, ya
que el establecimiento de normas es claro, su repetición y permanencia visibles, la
implicación del alumnado en su formulación y cumplimiento o el incluir el movimiento en
el aula de manera regulada, son un manifiesto ejemplo de ello (Ocampo, 2013; ADAHIgi,
AHIDA, ANADAHI, 2006, Fundación CADAH 2009; Saumell y otros, 2011; Sieghentaler
y Presentación, 2011, CREENA, 2012; Still, 2013).
Por otra parte, y tras el análisis de los datos recogidos se postula un manejo de la
conducta en el aula que bien puede identificarse con la aplicación de una disciplina positiva
en la misma (UNESCO, 2004e, Saumell y otros, 2011). Potenciar el desarrollo del
autocontrol y de habilidades de razonamiento y de reacción moderada, y aplicar
consecuencias que consideran las circunstancias del escolar en situaciones conflictivas, son
aspectos que sustituyen la práctica docente de una disciplina negativa por una positiva.
499
marcadas, se manifiesta la colaboración con las familias, al acordar con ellas los sistemas
de reforzamiento para mejorar la conducta.
Dicho esto, también destacamos que el castigo es las técnica más utilizada por el
profesorado para afrontar el incumplimiento de las normas. Esta es una estrategia con la
que afrontar las dificultades de comportamiento, que se aleja de los postulados inclusivos y
de aquellas que puedan ser las mejores para ayudar a los escolares con TDAH a controlar
su impulsividad y comportamiento, además de perpetuar la construcción de una autoimagen
pobre de sí mismo, así como de sus capacidades y habilidades (Moreno, 2007), y que por
tanto se configura como una barrera a superar para mejorar la participación escolar de este
alumnado.
Por tanto, los datos arrojan un perfil docente que dispone de una mirada inclusiva
para afrontar las necesidades educativas del alumnado con TDAH, la cual permitirá
comprenderlos con una predisposición basada en la cercanía, el respeto y la confianza en su
labor de acompañamiento y enseñanza de alternativas que le permitan resolver de forma
positiva los conflictos (Saumell, 2011).
1º. El profesorado de Educación Primaria, con el que hemos contado, posee un sistema de
creencias que imprime la práctica de una cultura inclusiva, comprometida con todos y cada
uno de los estudiantes que conforman sus aulas.
2º. Contamos con un profesorado con formación específica para atender a la diversidad, que
además de participar en acciones formativas específicas al respecto, genera su
conocimiento participando en grupos de trabajo, por tanto desde la práctica de la
investigación-acción, metodología puesta al servicio de la inclusión educativa.
3º. Las familias participan en el aula apoyando la formación académica de sus hijos e hijas,
indicando un desarrollo profesional del docente cooperativo y colaborativo, que predispone
el aula para practicar fórmulas que reducen la exclusión académica y social (comunidades
de aprendizaje u organizaciones que aprenden).
500
4º. Respecto a las condiciones organizativas del aula:
a) Se cuenta con aulas que disponen de espacios que favorecen la atención así como de
una disposición organizativa del espacio que permite el movimiento.
b) Se coloca al alumnado con pérdidas de atención cerca del doente.
c) Las condiciones de desorganización para aprender asociadas al trastorno se ven
paliadas con el orden y colocación del material, apoyado con señales que facilitan
su disposición.
d) Se usan recursos tales como la agenda escolar con la que se reducen errores
derivados de la falta de atención, organización y planificación.
501
facilitar la comprensión de los contenido trabajados, brindar la oportunidad
de trabajar en actividades diferentes un mismo contenido y la provisión de
listas de control con las que crear rutinas y dar herramientas para aumentar
el control sobre la realización de la propia actividad.
5.3. En lo que respecta a la evaluación, debe mejorar en la aplicación de una evaluación
que suponga una herramienta que le permita seguir haciendo accesible el curriculum
para todos: empleo de diferentes modalidades de evaluación, resultados con
distintos niveles de aceptación o previsión de un calendario de exámenes. Si bien es
cierto que usa la evaluación como un medio para mejorar su práctica didáctica.
5.4. En cuanto al manejo de las conducta y las emociones en el aula, se concluye que las
aulas se rigen por normas, establecidas y consensuadas por el grupo, y que su
cumplimiento se ordena desde el ejercicio de una disciplina positiva en el aula, a
excepción del uso del castigo que se manifiesta como la técnica más usada para
afrontar las malas conductas (algo que choca frontalmente con la ejecución de esta
disciplina). Pero, en líneas generales, diremos que la falta de autocontrol e
impulsividad del alumnado con TDAH, dificultades de atención y comportamiento
se ven atendidas desde un posicionamiento inclusivo que reduce los riesgos de
exclusión.
502
3. CONCLUSIONES RESPECTO A LAS CARCATERÍSTICAS SOCIO-
DEMOGRÁFICAS Y SU INFLUENCIA EN LAS CONDICIONES
ORGANIZATIVAS Y CURRICULARES
Para extraer las conclusiones con las que dar respuesta a nuestro primer objetivo:
“conocer si las características socio-demográficas determinan las condiciones organizativas
y curriculares con las que se responde a la diversidad en las aulas de Primaria”, realizamos
los análisis de datos pertinentes y es a partir de éstos, y teniendo en cuenta las tres
dimensiones resultantes en el análisis factorial exploratorio llegamos a las siguientes
deducciones:.
1º. Contamos con algo más de un 50% del profesorado con formación específica para
atender a la diversidad. Lo cual nos plantea un escenario educativo en la Educación
Primaria que presenta un profesorado con escasa formación específica, ya que
consideramos que un 50% es insuficiente para contar con escuelas inclusivas, conclusión
que coincide con la obtenida en otros estudios: Parrilla (2007) o Lledó y Arnáiz (2010),
cuando analizan la situación de las escuelas de cara a su desarrollo inclusivo.
2º. Los profesionales que cuentan con formación profesional específica para atender a la
diversidad presentan una práctica más inclusiva, que aquellos que no tienen, si bien es
503
cierto que no influye ni en sus creencias ni en las condiciones en las que desarrollan su
trabajo.
Con estos resultados, además de quedar avalada la importancia de contar con una
formación concreta para atender a la diversidad en pos del desarrollo de una práctica
docente inclusiva, podemos incidir en el valor que tiene que los centros provean de unas
condiciones óptimas para que sus profesionales se desarrollen en una práctica inclusiva, ya
que son responsables de proveer no solo una filosofía desde la que ejercer una docencia
comprometida con la diferencia (León, 1999; 2012), sino también de facilitar unas
condiciones óptimas que permitan practicar metodologías de formación activas,
participativas y colaborativas con el resto de componentes de la comunidad educativa (otros
docentes, especialistas, familias…) (Bolivar, 2000; Santos Guerra, 2002; González, 2008),
y dotar con suficientes recursos materiales y humanos las aulas (Snell, 2006; Macarulla y
Margarida, 2009). Afines a estas recomendaciones, Cepeda (2013), coincidiendo con
Bauermeister (2001), en su trabajo postula que para que los escolares con TDAH logren un
“funcionamiento adecuado” en las aulas se hace necesario que las instituciones educativas
posean: equipos de docentes preparados para atender los diferentes estilos de aprendizaje y
de comportamiento, que usen métodos de enseñanza dinámicos, que cuenten con una
dirección escolar que impulse la diversificación en el uso de estrategias didácticas y que
promueva la comunicación, y el intercambio de ideas y de técnicas de intervención entre
los docentes, las familias y los distintos profesionales que atiendan al escolar.
3º. En cuanto a las diferencias entre hombres y mujeres, los resultados arrojan que los
hombres, que ejercen como docentes en los centros de Educación Primaria de la zona
geográfica estudiada, son menos inclusivos que las mujeres, si bien disponen de unas
condiciones de desarrollo más óptimas para ello: formación para atender a la diversidad,
disposición de recursos materiales suficientes y cuentan con la participación de las familias.
504
4º. El docente de apoyo es el profesional que presenta una práctica inclusiva menor, lo cual
nos conduce a considerar que éste lleva a cabo un desarrollo profesional individualista y
asilado en su aula de apoyo, por tanto escasamente su práctica coincide con los postulados
inclusivos, aspecto que viene secundado porque también es la categoría que presenta menor
formación específica para atender a la diversidad, si bien dedujimos en su momento que
podría ser por su formación inicial en sí. Estos resultados, entran en contradicción con los
obtenidos por Lledó y Arnáiz (2010), en los que el profesorado especialista se manifiesta
con un mayor conocimiento de la diversidad y una mayor aceptación de la filosofía
inclusiva.
5º. El profesor tutor es el profesional que dispone de unas condiciones menos favorables
para desarrollarse como un docente que práctica la inclusión educativa en las aulas
ordinarias, quizá debido a que sus funciones como tal ocupan su tiempo, de cara a organizar
y planificar su acción docente, disponibilidad para participar en grupos o en acciones de
formación o darle cabida a las familias en el proceso de enseñanza-aprendizaje de sus hijos
e hijas.
6º. Los profesionales con mayor edad han presentado una menor práctica inclusiva (más de
40 años). Esto puede deberse a que su formación continua es insuficiente, y su práctica
queda anclada en los valores y postulados que en su formación inicial recibieron, alejados
aún de los que caracterizan a la inclusión educativa. Conclusión avalada también por los
resultados que registran que las condiciones desde las que desarrollan su trabajo también
son menos favorecedoras de una práctica comprometida con la educación inclusiva.
7º. La presencia de alumnado con TDAH en las aulas, no influye en que el docente realice
una práctica más o menos inclusiva, pero si en la presencia de unas creencias y unas
condiciones más afines a un ejercicio profesional inclusivo. Por tanto, concluimos que el
docente que cuenta con escolares con TDAH en su aula, dispone de las condiciones previas
óptimas para desarrollar una práctica inclusiva: creencias y condiciones de desarrollo
laboral.
505
En definitiva las características sociodemográficas estudiadas si influyen en la
disposición organizativa y curricular con la que los docentes (generalistas, tutores y de
apoyo) atienden la diversidad presente en sus aulas de Primaria.
506
Dicho esto, podemos afirmar que con nuestro trabajo mostramos una perspectiva de
intervención desde y con la escuela para mejorar la participación académica y social del
alumnado con TDAH, que hace una labor de difusión de buenas prácticas que es necesario
poner en valor y plantearlas como ejemplo efectivo de mejora, y de inclusión educativa.
A partir de aquí, podemos enumerar las siguientes implicaciones que pueden derivarse
de nuestro trabajo para la práctica educativa con alumnado con TDAH:
- Reducir las barreras metodológicas que están impidiendo una actuación educativa
inclusiva, adecuando los procedimientos de enseñanza-aprendizaje a las necesidades
específicas de apoyo educativo del alumnado con TDA/TDAH.
- Concienciar al profesorado de la importancia de flexibilizar la organización general
para poder adaptarse a las necesidades del alumnado con TDA/TDAH.
- Promover un cambio de actitudes en el profesorado hacia esta población, conducente a
una intervención conjunta y coordinada, de todos/as los profesionales y las familias.
- Procurar la mejora del rendimiento académico de estos estudiantes, facilitando el acceso
a los contenidos, mejorando sus competencias y adaptando el sistema de evaluación, en
su forma y ejecución y no en conceptos.
- Reducir la estigmatización y marginación de este alumnado.
- Mejorar el desarrollo personal, académico y social, previniendo así el fracaso escolar de
la población de Primaria con trastorno por déficit de atención con o sin hiperactividad.
- Contribuir a la implantación de proyectos inclusivos en los centros escolares, que
acogen las necesidades específicas de apoyo de los alumnos/as con TDA/TDAH.
Por otro lado, identificamos como limitaciones de nuestro trabajo dos
fundamentalmente, que tienen que ver, primero, con la confección y aplicación del
cuestionario, y segundo, con la población que ha participado en nuestro trabajo.
En primer lugar, nos referimos a la recogida de datos. El instrumento, que para ello se
elaboró, presenta una característica muy peculiar, y es que, como ya se ha referido, no
incluye la palabra TDAH en su presentación ni formulación. Es decir, en ningún momento
el profesorado era informado de que el estudio del que era partícipe trataba de estudiar su
práctica educativa con el alumnado con TDAH. Esto se hizo, en pos de evitar el sesgo en
507
las respuestas recogidas, pero una vez recogidos los datos y analizados éstos, consideramos
que son positivos quizá en exceso, lo cual nos hace dudar acerca de que si se hubiese
presentado el estudio con la finalidad que pretendía, estudiar en qué medida la respuesta
escolar que el docente de Educación Primaria da a un alumno o alumna con TDAH se
ajusta a sus necesidades y además si lo hace desde una perspectiva inclusiva, los datos
obtenidos hubiesen variado.
Por otra parte, la delimitación de la zona y la población con la que hemos contado, hace
que los resultados no puedan ser generalizados a una población mayor, como pueda ser la
andaluza.
Por último, el uso de una única metodología cuantitativa, plantea nuestro estudio como
un firme candidato a ser replicado con otras metodologías, que permitan avanzar en los
resultados obtenidos, con la finalidad de que las propuestas afinen y concreten al máximo
las estrategias educativas que realmente pueden ser de ayuda para la mejora de nuestros
escolares en general, y en particular, para aquellos que presentan TDAH, problemas de
atención y/o conducta.
508
5. LINEAS FUTURAS DE INVESTIGACIÓN
Una vez concluida la investigación, podemos concretar futuras líneas de estudio
originadas en el análisis de los datos y las conclusiones extraídas, que pueden completar el
propio además de avanzar en otras líneas relacionadas con nuestro ámbito de estudio.
Así pues, los campos de trabajo que se abren a la indagación y examen que
proponemos son los siguientes:
509
dato y conocer qué fórmulas se usan y cuál es el grado de beneficio que se denota en
nuestro alumnado.
- Comprobar la eficacia de una intervención escolar inclusiva en el rendimiento
académico y su sostenimiento en el tiempo.
510
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552
ANEXOS
553
ANEXO IV. ENCUESTA DOCENTES
Este trabajo de investigación forma parte de la tesis doctoral titulada "LA INCLUSIÓN
EDUCATIVA DEL ALUMNADO. ROMPIENDO CON LAS BARRERAS CURRICULARES
Y ORGANIZATIVAS EN LOS CENTROS ESCOLARES ORDINARIOS", realizada por Dª
BEATRIZ ESTÉVEZ ESTÉVEZ y dirigida por Dª Mª José León Guerrero, Catedrática de
Universidad del Dpto. de Didáctica y Organización Escolar de la Facultad de Ciencias de la
Educación de la Universidad de Granada.
Licenciada en Pedagogía.
DATOS DE IDENTIFICIÓN
Datos correspondientes a su perfil docente
1. EDAD.
2. GÉNERO.
FEMENINO MASCULINO
4. CATEGORÍA PROFESIONAL. Por favor seleccione sólo una de las siguientes opciones:
5. EXPERIENCIA EN LA DOCENCIA.
- 5 AÑOS DE 5 A 10 AÑOS
DE 10 A 20 AÑOS + DE 20 AÑOS
6. CENTRO ESCOLAR.
7. ÁMBITO GEOGRÁFICO.
ALMERIA CÁDIZ
CÓRDOBA GRANADA
HUELVA JAÉN
MÁLAGA SEVILLA
9. CICLOS ESCOLARES. Por favor seleccione sólo una de las siguientes opciones:
SI NO
TRASTORNO
DISCAPACIDADES GRAVES DE OTROS TRASTORNOS
CONDUCTA TDH
DIMENSIÓN I. CREENCIAS
Para responder a los ítems de la primera dimensión, “CREENCIAS”, seleccione sólo una de las
respuestas y exprese el grado de acuerdo con el enunciado propuesto, graduado en una escala de 1 a 4: 4:
totalmente de acuerdo, 3: de acuerdo, 2: desacuerdo, 1: totalmente en desacuerdo; seleccionando sólo una de
las respuestas.
1. TODOS LOS ESCOLARES PUEDEN APRENDER JUNTOS EN UNA MISMA AULA, CON
INDEPENDENCIA DE SUS CONDICIONES PERSONALES, SOCIALES O CULTURALES.
1 2 3 4
1 2 3 4
16. LAS INSTRUCCIONES PARA REALIZAR LAS TAREAS SON CLARAS Y DE FÁCIL
COMPRENSIÓN.
1 2 3 4
25. REDUZCO LAS TAREAS DISPUESTAS PARA CASA SIEMPRE QUE EL ESCOLAR ASÍ LO
REQUIERE.
1 2 3 4
1 2 3 4
37. LOS RESULTADOS ESPERADOS ADMITEN DISTINTOS NIVELES Y GRADOS DE
COMPETENCIA, EN FUNCIÓN DE LAS HABILIDADES Y CARACTERÍSTICAS DEL
ALUMNADO.
1 2 3 4
FIGURAS
TABLAS
FIGURAS
TABLAS
GRÁFICOS
FIGURAS
FIGURAS
TABLAS
GRAFICOS
TABLAS
Tabla 1 Frecuencia de variables incluida en la Dimensión I .............................. 443
Tabla 2 Frecuencia de variables incluida en la Dimensión II ............................. 447
Tabla 3 Frecuencia de variables incluidas en la Dimensión III .......................... 451
Tabla 4 Frecuencia de variables incluidas en la Dimensión IV. ..........................461
Tabla 5 Varianza explicada ................................................................................. 465
Tabla 6 Análisis factorial exploratorio mediante el método de componentes
principales. ............................................................................................. 467
Tabla 7 T de Student. Variable Formación complementaria .............................. 480
Tabla 8 T de Student. Variable Sexo .................................................................. 481
Tabla 9 Prueba ANOVA, categoría profesional ................................................ 482
Tabla 10 Prueba post hoc, categoría profesional .................................................. 483
Tabla 11 Prueba ANOVA, variable edad.............................................................. 484
Tabla 12 Prueba post hoc, edad ............................................................................ 485
Tabla 13 T de Student. Variable Presencia TDAH ............................................... 486
GRAFICOS
Gráfico 1 Dimensión I. Acuerdo + Totalmente de acuerdo ................................... 444
Gráfico 2 Dimensión I. Desacuerdo + totalmente desacuerdo ............................... 445
Gráfico 3 Dimensión II. Formación y relaciones con otros profesionales ............. 448
Gráfico 4 Dimensión II. Relaciones con las familias ............................................. 449
Gráfico 5 Dimensión III. Organización del aula .................................................... 454
Gráfico 6 Dimensión III. Planificación del curriculum.......................................... 455
Gráfico 7 Dimensión III. Desarrollo del curriculum. Frecuencias menores .......... 458
Gráfico 8 Dimensión III. Evaluación del curriculum frecuencias > 90% ............. 459
Gráfico 9 Dimensión IV. Establecimiento de normas y reglas.
Frecuencias > 90% ................................................................................ 462
Gráfico 10 Dimensión IV. Manejo de la conducta y emociones.
Frecuencia > 90% .................................................................................. 463
Gráfico 11 Gráfico de sedimentación....................................................................... 466