Erca Explicacion
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Se basa en el proceso de aprendizaje y construcción de conocimiento, con la línea pedagógica que lleva a contextualizar, experimentar,
reflexionar y actuar sobre la realidad; otra definición del método es: Toda forma de prepararse y disponerse uno mismo para superar
los obstáculos que impiden la libertad y el crecimiento personal en el camino de búsqueda de la verdad. El papel del educador es
presentar brevemente el tema y orientar el proceso de análisis, no se busca ampliar los conocimientos teóricos sino promover el
cambio interno en base al entendimiento personal y el uso de la voluntad para cambiar. En todo proceso de aprendizaje hacemos uso
del entendimiento cuando comprendemos un tema y damos un juicio sobre él; y hacemos uso de la voluntad cuando nos
comprometemos en la acción.
Método basado en el análisis de: Una gráfica - Una historia - Un caso- Una película - Una canción - Una técnica - Una dramatización -
Una dinámica. Debe utilizarse material que impacte y esté relacionado con el tema, el medio ambiente y las experiencias de los grupos
con los que se va a trabajar, en caso contrario debe adecuarse.
El Ciclo del Aprendizaje Experiencial.- Este ciclo ha sido descrito ampliamente por autores como David Kolb y Chris Argirys, y explica
claramente el proceso mediante el cual una experiencia puede llegar a producir un nuevo conocimiento o aprendizaje, que es estable
en el tiempo y se traduce en nuevos comportamientos en las actividades del individuo. Este ciclo se compone de las siguientes cuatro
fases:
El aprendizaje experiencial se basa en el supuesto de que el conocimiento se crea a través de la transformación provocada por la
experiencia concreta, la cual es trasladada a una conceptualización abstracta y ésta a su vez es probada activamente a través de nuevas
experiencias.
El educador o educadora escucha y tomar nota de todo lo que digan, es importante motivar a los y las participantes para que aporten.
Después de escuchar todas las aportaciones, continuar con preguntas como: ¿Conocen casos como este?
Se escuchan y anotan todas las opiniones de los participantes. Lo que se pretende es ubicarnos en el campo de referencia, en el
contexto de los participantes para que nos sirva de base para el análisis de tema.
Paso2: Reflexión.- Se hace un breve resumen de lo mencionado por los y las participantes en la pregunta anterior para relacionarla con
preguntas similares a: ¿Qué piensan ustedes cuando escuchan o ven estos casos? - ¿Cómo se sienten cuando ven casos como este?
Se escuchan y anotan todas las opiniones de los y las participantes. Lo que se pretende es inducir la reflexión de cada uno de los
participantes expresando sus pensamientos y sus sentimientos con relación al caso que se analiza. Se busca que los participantes se
enfrenten con sus creencias y valores y saquen una opinión personal respecto de lo que se está analizando o está sucediendo.
Paso 3: Conceptualización, búsqueda de causas.- Se hace un breve pero concreto resumen de lo mencionado por los participantes en
la pregunta anterior y en base al mismo se induce a los participantes a revisar las causas que originan o que dan lugar al caso que nos
ocupa, para ello se presenta la siguiente pregunta: ¿Por qué creen ustedes que se dan estos casos?
Lo que se pretende es provocar un análisis suficientemente profundo de las razones y causas que originan el problema, de acuerdo a la
perspectiva de cada participante y se discuten a fondo las consecuencias del caso, así mismo, cómo los presenten se ven afectadas por las
repercusiones y consecuencias del problema que se analiza. Frecuentemente los participantes siempre buscan culpabilizar a otras
personas. Es en este espacio que se aprovecha para el o la facilitadora de la actividad aporte al contenido
Paso 4: APLICACIÓN; toma de decisiones.- Se hace un resumen de lo mencionado y se procede a continuar con pregunta similar a la
siguiente: ¿Qué creen ustedes que podemos hacer para que ya no se den estos casos?
Se escuchan y anotan todas las opiniones de los participantes. Lo que se pretende es provocar una respuesta contundente de los
participantes para la toma de decisiones para llevar a cabo acciones concretas para resolver la situación que están enfrentando, para
resolverla o para prevenirla. Lo que se pretende es lograr un compromiso personal una entrega de los y las participantes para colaborar
en la solución del problema. Se afianza el conocimiento y se busca llegar a la METACOGNICIÓN del conocimiento para la vida.
Si los y las participantes en sus aportaciones a esta pregunta responsabilizan a otras personas de las acciones, se debe analizar la
importancia de no esperar que los demás nos den, de no ser dependientes, de tomar nuestras propias decisiones.
Son un amplio conjunto de metodologías en las que quien aprende juega un papel activo, no de
simple receptor; actúa, usa su potencial, busca, saca de sí mismo/a, en otras palabras “aprende
haciendo”. Pueden utilizarse estas metodologías para lograr diversos objetivos, desde el facilitar
la información y/o comprensión de conceptos, el logro de un mejor autoconocimiento o
conocimiento de otros, hasta el desarrollo de habilidades, la consolidación de equipos de trabajo,
y el uso de herramientas y métodos para el manejo de problemas específicos, entre otros.
Alejándonos de las clasificaciones formales, técnicas y estrictas, dentro de los métodos activos de
aprendizaje podríamos incluir, entre otros: el método socrático de las preguntas; algunas formas de
aprendizaje por ensayo y error; los mapas conceptuales; el método de proyecto; el método de casos;
el aprendizaje colaborativo; y el aprendizaje vivencial o experiencial en sus diversas formas.
Para John Dewey, “toda auténtica educación se efectúa mediante la experiencia”. Él consideraba que
el aprendizaje experiencial es activo y genera cambios en la persona y en su entorno y no sólo va “al
interior del cuerpo y del alma” del que aprende, sino que utiliza y transforma los ambientes físicos y
sociales.
Según María Begoña Rodas, “el aprendizaje experiencial, más que una herramienta, es una filosofía
de educación para adultos, que parte del principio que las personas aprenden mejor cuando entran
en contacto directo con sus propias experiencias y vivencias, es un aprendizaje “haciendo”, que
reflexiona sobre el mismo “hacer” .
Por su parte, el Instituto Tecnológico de Monterrey plantea que el aprendizaje experiencial influye
en el estudiante o aprendiz de dos maneras: mejora su estructura cognitiva y modifica a la vez las
actitudes, valores, percepciones y patrones de conducta. El aprendizaje no es el desarrollo aislado de
la facultad cognoscitiva, sino el cambio de todo el sistema cognitivo-afectivo-social, que es justamente
el que se hace posible mediante el aprendizaje experiencial.
Creemos que, de manera similar a lo que ocurre en la psicoterapia guestáltica, una buena parte del
valor de la experiencia como método de aprendizaje, en particular si es de tipo lúdico y no
amenazante, radica en la posibilidad que da al individuo de “darse cuenta” de cómo se siente y/o
cómo actúa en algunas situaciones, a la vez que puede reconocer su propio potencial, sin estimular,
como ya lo dijimos, las resistencias generadas usualmente en otros ambientes.
Cabe resaltar aquí que no creemos en el viejo adagio de “la letra con sangre entra”. Es bien sabido
que las situaciones amenazantes para el individuo, las actitudes hostiles, las exigencias excesivas,
suelen generar miedos y resistencias; con miedo es más difícil reflexionar y aprender y resulta
entonces más fácil aferrarse a lo conocido, seguir igual, no cambiar….
Dentro del aprendizaje experiencial se destaca el Aprendizaje Experiencial al Aire Libre (del inglés
“outdoors learning”), poderosa herramienta de capacitación, desarrollo y mejoramiento utilizada en
empresas e instituciones de todo el mundo y cuyo desarrollo ha sido liderado por instituciones como
“Project Adventure” en los Estados Unidos de América, y el “European Institute for Outdoor
Adventure Education and Experiential Learning”. Ésta es una de las más completas metodologías de
aprendizaje, pues combina lo lúdico, la superación de obstáculos, la actividad física, el trabajo
corporal, el contacto con la naturaleza, el trabajo grupal y procesos de reflexión, conceptualización y
aplicación de lo aprendido a la vida diaria. A pesar del carácter lúdico de esta metodología, en este
profundo análisis y contextualización está su diferencia principal con la recreación, que tiene sus
propias e importantes aplicaciones también.
No obstante el gran valor y utilidad del aprendizaje experiencial al aire libre, consideramos hoy que
es posible obtener resultados similares con otras formas de aprendizaje experiencial, de más sencilla
aplicación y menores costos y, por tanto más accesibles a diversos tipos de grupos e individuos,
independientemente de su tamaño y capacidad de inversión (en tiempo, energía, recursos, etc.). Por
esta razón, continuaremos refiriéndonos aquí al aprendizaje experiencial en general.
Este ciclo ha sido descrito ampliamente por autores como David Kolb y Chris Argirys, y explica
claramente el proceso mediante el cual una experiencia puede llegar a producir un nuevo
conocimiento o aprendizaje, que es estable en el tiempo y se traduce en nuevos comportamientos
en las actividades del individuo. Este ciclo se compone de las siguientes cuatro fases:
Las fases 2, 3 y 4 constituyen el “procesamiento” (en inglés el “debrief”) de la actividad, que es uno
de los ejes del aprendizaje experiencial.
El comienzo del ciclo siempre es práctico: actuar, hacer algo, para después poder explorar sobre la
base real. Esta exploración - apropiadamente guiada - proporciona información de calidad. Dicha
información estructurada y secuenciada forma la base de una nueva comprensión práctica y
operativa de la situación. Esta nueva comprensión, a su vez, constituye una nueva base a partir de la
que actuar y así vuelve a comenzar el ciclo de aprendizaje y cambio (Fuente:
http://www.sctsystemic.com).
En éste tipo de aprendizaje interviene un amplio número de elementos, relacionados unos con la
esencia misma de la metodología y otros con el manejo del proceso, cuyo adecuado manejo es
decisivo para garantizar su riqueza y efectividad.
Como todo buen facilitador/a sabe, el éxito (o fracaso) de cualquier programa empieza a construirse
desde los primeros contactos con el cliente. Son elementos decisivos: una adecuada investigación de
necesidades y características del grupo objetivo; un conocimiento del entorno, una mirada integral
al sistema cliente; un diseño conjunto, que responda a tales necesidades y características; una buena
ubicación del contexto del cual hace parte la intervención, y un claro acuerdo sobre el tipo de trabajo
a realizar, sus objetivos, alcance y requerimientos.
Para ser completo y efectivo, un contrato debe considerar, como mínimo, los siguientes elementos:
Creemos que, aunque hay diferentes maneras de construir un contrato entre participantes y
facilitador/a, el iniciar intervenciones sin el establecimiento de unas reglas del juego, o con la
participación de sólo una parte del grupo en la construcción y aprobación de las mismas, es
arriesgarse al fracaso o a la aparición de conductas disociadoras que pueden afectar el clima de
trabajo y los aportes de los participantes, dificultando así el logro de los objetivos.
El éxito del taller depende en gran medida del ambiente en que éste se desarrolle y, como ya lo
mencionamos, tal ambiente empieza a crearse desde el momento mismo en que se hace el acuerdo
inicial con el “cliente”. Es más fácil construir un buen clima si el cliente está realmente interesado en
el taller y dispuesto a aceptar y utilizar positivamente lo que de éste resulte, si los participantes
vienen con gusto y saben a qué vienen o tienen al menos una expectativa positiva, y si el lugar donde
se realiza el evento es cómodo y agradable.
A partir de la llegada al sitio donde se realiza el taller, la generación de un buen ambiente obedece
básicamente al trabajo del facilitador/a: la presentación que haga de sí mismo (“un facilitador/a” vs
“el experto”) y del taller (un espacio de construcción colectiva sobre un tema importante para todos
vs un espacio para mostrar sus conocimientos); su actitud personal hacia cada uno de los
participantes (empatía y respeto vs distancia y descalificación sutil); su habilidad para “leer”,
conducir, integrar al grupo y facilitar el desarrollo de sinergias, así como para manejar a los
participantes y/o situaciones difíciles; la claridad de las reglas del juego establecidas y su habilidad
para “hacerlas cumplir” y, finalmente, la definición con el grupo de metas de aprendizaje claras y
concretas, que le den un sentido al evento y promuevan la participación activa de todos en la
búsqueda de alcanzarlas.
cada participante puede comportarse en el taller tal como “es”, sin necesidad de ponerse algún
tipo de máscara...
las opiniones y aportes de todos tienen el mismo valor; todos son escuchados; todos respetan y
son respetados
es posible dar y recibir; pedir y obtener; entender y no entender; estar de acuerdo y no estarlo;
saber o buscar saber...
Por otra parte, es importante tener en cuenta que muchas de las actividades que se realizan en el
aprendizaje experiencial pueden implicar riesgos físicos y/o emocionales (de diversos grados) para
los participantes y es tarea primordial del facilitador/a cuidar la seguridad de todos y disminuir al
máximo tales riesgos.
Con el fin de evitar riesgos emocionales innecesarios (algunas veces es precisamente un impacto
psicológico profundo lo que se requiere generar), el facilitador/a debe promover en cada
participante la confianza, en sí mismo y en los demás; dar y propiciar el reconocimiento de manera
sincera y generosa; estimular la comunicación entre todos, y calcular los riesgos, temores y
posibilidades de éxito.
En relación con el cuidado de la seguridad física de todos los participantes, deben tenerse en cuenta:
las condiciones de los participantes; el uso de elementos en buen estado, de vestuario y calzado
apropiados y de elementos de protección en caso necesario; el tener cuidado con los “ensayos” de
nuevos ejercicios, en especial de aquellos que puedan implicar especiales riegos físicos o
emocionales, y el contar con personal de apoyo en caso necesario. Y lo más importante: lograr el
compromiso de todo el grupo con el cuidado mutuo y el mantenimiento de un ambiente seguro, tanto
a nivel físico como a nivel emocional.
Lamentablemente, hemos escuchado con mucha frecuencia quejas de organizaciones y personas que
se han sentido vulneradas, amenazadas y/o maltratadas como participantes en talleres con
metodología experiencial. Algunos “facilitadores” parecen dar poca importancia al sentir de los
participantes o parecen creer que por estar “dirigiendo” al grupo tienen derecho a exigir la
participación total, en las actividades que ellos determinen y en la forma en que lo consideren.
Creemos que esto no sólo no contribuye al logro de un buen aprendizaje, sino que puede constituir
un verdadero irrespeto a las personas, absolutamente incoherente con la ética de la facilitación.
Además, estas experiencias negativas comentadas de una persona a otra, de una organización a otra
hacen que muchos rechacen esta valiosa metodología.
4. 4. El Procesamiento
Este es uno de los ejes de la metodología; la parte de la actividad que permite convertir la experiencia
en aprendizajes y cambios comportamentales e ir más allá del rato de encuentro y diversión. Consiste
en un proceso de reflexión que se realiza después de cada ejercicio, cuyo objetivo es hacer concreto,
evidente y “palpable” lo aprendido y estimular compromisos de cambio personales y/o grupales.
1. Observación – Reflexión: Recordar qué pasó durante la actividad, “devolver la película”. Indagar
primero hechos y luego sentimientos/emociones asociados.
2. Abstracción – Conceptualización: Considerar el valor de lo vivido para el grupo y/o para cada
uno. Expresar qué se aprendió. Entender el significado a la luz de conceptos relacionados.
(Ejemplo: “esto ocurrió porque el trabajo en equipo permite ...”).
3. Aplicación a la vida real: Buscar conexiones entre lo vivido en el ejercicio y “la vida real”:
¿pasa lo mismo?, ¿nos comportamos igual?. Luego, ¿cómo se aplica lo aprendido a la vida
personal y/o laboral?.
Este proceso de reflexión sobre una actividad puede sintetizarse en el siguiente gráfico:
Una adecuada administración de todas las actividades a realizar en un taller, debe contemplar cuatro
aspectos básicos, que son: la elección, la secuenciación, la presentación y la ejecución.
Para elegir o diseñar los ejercicios a realizar deben tenerse en cuenta las características del grupo,
los objetivos, la disponibilidad de recursos y de tiempo, etc. Incluso las preferencias y habilidades
del facilitador/a cuentan. No es una buena idea, por ejemplo, utilizar un “tangram” si el facilitador/a
tiene una especial dificultad en resolverlo él/ella mismo/a. Es importante anotar también que no
necesariamente los ejercicios más sofisticados producen los mejores resultados; una sencilla
actividad que “toque” directamente el punto crítico para el grupo puede producir aprendizajes muy
valiosos.
Por otra parte, establecer la secuencia apropiada, es decir, decidir qué ejercicio debe ir primero y
cuál después, debe responder a las metas, al proceso del grupo, al momento y nivel de exigencia
deseado y posible, entre otros aspectos. Suele ser conveniente iniciar con actividades de
“calentamiento”, y seguir luego con ejercicios de comunicación, de confianza, de solución de
problemas en equipo, etc. algunas veces los participantes se sienten amenazados justamente porque
se les pide participar en ejercicios exigentes, desde el punto de vista emocional, cuando en el grupo
aún no se ha generado la suficiente confianza para ello. Por ejemplo, realizar una actividad que
requiere un intenso contacto físico con personas que acaban de conocerse.
Es importante tener en cuenta que gran parte del éxito de las actividades está en la presentación de
éstas al grupo por el facilitador/a. Una buena presentación suele incluir: describir, clarificar reglas,
demostrar, verificar (¿hay preguntas?), repetir, y, en algunos casos, actuar o “modelar”. En procesos
de formación de facilitadores hemos visto con bastante frecuencia una deficiente presentación de las
instrucciones de las actividades, que lleva a confusiones, desaciertos, malestar en algunos
participantes y disminución de la credibilidad del facilitador/a. Una buena manera de asegurarse de
dar las instrucciones en forma apropiada es escribirlas previamente, o mejor aún, construir la “ficha
técnica” del ejercicio y pedir a otras personas que la lean y expresen lo que han entendido. Otra
estrategia, que es muy útil siempre en todo lo que involucre relaciones interpersonales, es “ponerse
en los zapatos del otro”, esto es preguntarse: si yo (facilitador/a) fuese un participante, con
determinadas características y conocimiento del asunto, ¿podría comprender qué es lo que me piden
que haga?
Finalmente, vale la pena recordar otros dos aspectos de gran valor en la facilitación de actividades
y/o talleres de aprendizaje experiencial: el uso de lo lúdico y el uso de las metáforas.
Para nadie es un secreto que las actividades lúdicas facilitan la apertura, espontaneidad, creatividad
y disfrute de aquellos que las realizan, posibilitando el actuar con menores tensiones y prejuicios. En
esta metodología se confirma claramente la veracidad de aquel refrán popular que reza: “en la mesa
y en el juego se conoce al caballero”. Lo que observamos una y otra vez es que en estos “juegos” las
personas se comportan exactamente como son, como lo hacen “en la vida real”, y esto facilita la
introspección, el reconocimiento de sus comportamientos y la aplicación de lo aprendido en el juego
a sus actividades cotidianas.
En relación con el uso de las metáforas, cabe resaltar que éstas dan un especial sentido a los retos y
los éxitos. El lenguaje metafórico permite convertir una actividad en una “aventura”, con sus
correspondientes implicaciones de riesgo, reto, apertura, gozo, esfuerzo y enfrentamiento de lo
desconocido. Las metáforas estimulan la energía creadora y el compromiso del grupo y facilitan la
asimilación de los aprendizajes; promueven el uso de la intuición y generan conexiones adicionales
más vívidas y más fáciles de recordar. Adicionalmente, facilitan el establecimiento de ciertas normas
y/o restricciones en las actividades, que son entonces mejor recibidas por los participantes.
Coincidimos con Gilberto Brenson y la Fundación Neo-Humanista en que nuestra misión como
facilitadores es “contribuir con nuestros conocimientos, destrezas y energía, a que los seres humanos
y los sistemas sociales puedan convivir en paz y trabajar juntos para su mutuo beneficio, bienestar
y desarrollo”1[1] .
Creemos que el/la facilitador/a de aprendizaje experiencial debe realizar su labor teniendo siempre
como marco su misión y que debe ser, saber y hacer lo mismo que los buenos facilitadores que
trabajan con otras metodologías, además de conocer, valorar y manejar adecuadamente la
metodología vivencial en particular, teniendo en cuenta aspectos como los que se plantean en este
documento. Pensamos que para trabajar con esta metodología son características particularmente
importantes:
Finalmente, al igual que para el participante existe el “reto por opción”, también el facilitador/a tiene
la posibilidad de “entregarse” totalmente al grupo o no, pero para nosotros es seguro que aquel que
más se entrega aporta más y recibe más.
5. Referencias
5.- En la mano izquierda sostiene, armas que están en un haz de varas está amarrado con una correa que forma un
rollo alrededor de un hacha.
6.-La esfera en la que se encuentra la dama está rodeada por tres cabezas de leones.
13.- En los 4 lados del monumento están grabados los 58 nombres de los próceres.
14.- La dama tiene una corona de laureles.
18.-Tiene 3 rifles
19.-Una cruz
1era.- Principal: "A los héroes del diez de agosto de 1809" en letras mayúsculas.
2da.- Sala capitular: este relieve se representa la escena de la firma del acta de independencia de
Quito.
3era.- En esta se encuentra el texto del acta de independencia, firmada en 1809 por la Junta
Soberana de Quito.
4ta.- En esta consta el Dos de agosto la escena del asesinato de los próceres el 2 de agosto de 1810.
Acta de Independencia del 10 de Agosto de 1809
Nos, los infrascritos diputados del pueblo, atendidas las presentes críticas circunstancias de la nación, declaramos
solemnemente haber cesado en sus funciones los magistrados actuales de esta capital y sus provincias. En su virtud,
los del barrio del centro o Catedral, elegimos y nombramos por representantes de el a los Marqueses de Selva
Alegre y Solanda, y lo firmamos. Manuel de Angulo, Antonio Pineda, Manuel Cevallos, Joaquín de la Barrera, Vicente
Paredes, Juan Ante y Valencia. Los del barrio de San Sebastián elegimos y nombramos por representante de él a
don Manuel Zambrano, y lo firmamos, Nicólas Vélez, Francisco Romero, Juan Pino, Lorenzo Romero, Manuel
Romero, Miguel Donoso. Los del barrio de San Roque elegimos y nombramos por representante de él al Marqués
de Villa Orellana, y lo firmamos. José Rivadeneira, Ramón Puente, Antonio Bustamante, José Álvarez, Diego Mideros
y Vicente Melo. Los del barrio de San Blas elegimos y nombramos por representante de él a don Manuel de Larrea
y lo firmamos. Juan Coello, Gregorio Flor de la Bastida, José Ponce, Mariano Villalobos, Juan Unigarro y Bonilla. Los
del barrio de Santa Bárbara elegimos y nombramos representante de él al Marqués de Miraflores y lo firmamos.
Ramón Maldonado y Ortega, Luis Vargas, Cristóbal Garcés, Toribio Ortega, Tadeo Antonio Arellano, Antonio de
Sierra. Los del barrio de San Marcos elegimos y nombramos por representante de él a don Manuel Matheu y lo
firmaron. Francisco Javier Ascázubi, José Padilla, Nicolas Jiménez, Nicolás Vélez, Francisco Villalobos, Juan Barreto.
Declaramos que los antedichos individuos unidos con los representantes de los Cabildos de las provincias sujetas
actualmente a esta gobernación y las que se unan voluntariamente a ella en lo sucesivo, como son Guayaquil,
Popayán, Pasto, Barbacoas y Panamá que ahora dependen de los Virreinatos de Lima y Santa Fe, las cuales se
procurará atraer, compondrán una Junta Suprema que gobernará interinamente a nombre y como representante
de nuestro legítimo soberano, el señor don Fernando Séptimo, y mientras su Majestad recupere la Península o
viniere a imperar en América, elegimos y nombramos por Ministros o Secretarios de Estado a don Juan de Dios
Morales, don Manuel Quiroga y don Juan de Larrea, el primero para el despacho de los Negocios Extranjeros y de
la Guerra, el segundo para el de Gracia y Justicia y el tercero para el de Hacienda; los cuales como tales serán
individuos natos de la Junta Suprema. Esta tendrá un Secretario Particular con voto y nombramos de tal a don
Vicente Álvarez.
Elegimos y nombramos por Presidente de ella al Marques de Selva Alegre. La Junta como representante del
Monarca tendrá el tratamiento de Majestad; su Presidente el de Alteza Serenísima; y sus Vocales el de Excelencia,
menos el Secretario Particular a quien se le dará el de Señoría. El Presidente tendrá por ahora y mientras se
organizan las rentas del estado seis mil pesos de sueldo anual, dos mil cada vocal y mil el Secretario Particular.
Prestará juramento solemne de obediencia y fidelidad al Rey en la Catedral inmediatamente y lo hará prestar a
todos los cuerpos constituidos así eclesiásticos como seculares. Sostendrá la pureza de la Religión, los derechos del
Rey, y los de la patria y hará guerra mortal a todos sus enemigos, principalmente franceses, valiéndose de cuantos
medios y árbitros honestos de sugiriesen el valor y la prudencia para lograr el triunfo. Al efecto y siendo
absolutamente necesario una fuerza militar competente para mantener el Reino en respeto, se levantará
prontamente una falange compuesta de tres batallones de infantería sobre el pie de ordenanza y montada la
primera compañía de Granaderos; quedando por consiguiente reformadas las dos de Infantería y el Piquete de
Dragones actuales. El jefe de la falange será Coronel y nombramos tal a Don Juan Salinas, a quien la Junta hará
reconocer inmediatamente. Nombramos de Auditor General de Guerra, con honores de Teniente Coronel,
tratamiento de Señoría y mil quinientos pesos de sueldo anual a don Juan Pablo Arenas y la Junta le hará reconocer.
El Coronel hará las propuestas de los oficiales, los nombrará la Junta, expedirá sus patentes y las dará gratitud el
Secretario de la Guerra. Para que la falange sirva gustosa y no le falte lo necesario, se aumentará la tercera parte
sobre el sueldo actual desde soldado arriba. Para la más pronta y recta administración de Justicia, creamos un
Senado de ella compuesto de dos Salas Civil y Criminal con tratamiento de Alteza. Tendrá a su cabeza un
Gobernador con dos mil pesos de sueldo y tratamiento de Usía Ilustrísima. La sala de lo Criminal un Regente
(subordinado al Gobernador) con dos mil pesos de sueldo y tratamiento de Señoría: los demás Ministros con el
mismo tratamiento y mil quinientos pesos de sueldo; agregándose un Protector General de Indios con honores y
sueldo de Senador. El Alguacil Mayor con tratamiento y sus antiguos emolumentos. Elegimos y nombramos tales
en la forma siguiente: Sala de lo Civil Gobernador Don José Javier Ascázubi, Decano, Don Pedro Jacinto Escobar,
Senadores Don José Salvador, Don Ignacio Tenorio, Don Bernardo de León, Fiscal Don Mariano Merizalde. Sala de
lo Criminal Regente Don Felipe Fuertes y Amar, Decano Don Luis Quijano, Senadores Don José del Corral, Don Víctor
de San Miguel, Don Salvador Murgueitio, Fiscal Don Francisco Xavier de Salazar Protector General Don Tomás
Arechaga, Alguacil Mayor Don Antonio Solano de la Sala. Si alguno de los sujetos nombrados por esta soberana
diputación renunciare el encargo sin justa y legítima causa, la Junta le admitirá la renuncia, si lo tuviere por
conveniente, pero se le advertirá antes que será reputado como tal mal Patriota y Vasallo y excluido para siempre
de todo empleo público. El que disputare la legitimidad de la Junta Suprema constituida por esta Acta tendrá toda
libertad bajo la salvaguardia de las leyes de presentar por escrito sus fundamentos y una vez que se declaren fútiles,
ratificada que sea la autoridad que le es conferida, se le intimará prestar obediencia, lo que no haciendo se le tendrá
y tratará como reo de Estado. Dado y firmado en el Palacio Real de Quito, a diez de Agosto de mil ochocientos
nueve. Manuel de Angulo, Antonio Pineda, Manuel Cevallos, Joaquín de la Barrera, Juan Ante y Valencia, Vicente
Paredes Nicolás Vélez, Francisco Romero Juan Pino, Lorenzo Romero, Juan Vargas Bonilla Manuel Romero José
Rivadeneira, Ramón Puente, Antonio Bustamante, José Álvarez, Juan Coello, Gregorio Flor de la Bastida, José Ponce,
Mariano Villalobos, Miguel Donoso Cristóbal Garcés Toribio de Ortega Tadeo Antonio Arellano Antonio de Sierra
Luis Vargas Fran Javier de Ascasubi José Padilla Nicolás Jiménez Ramón Maldonado y Ortega Nicolás Vélez Manuel
Romero José Bosmediano Vicente Melo, Francisco Villalobos Juan Barreto
“Respeto a los patriotas de esta gran hazaña libertaria ejemplo de valor y honor
que nos llevó a obtener el codiciado derecho a la Libertad y Justicia, convirtiéndose
en un ejemplo para nuestras antiguas y nuevas generaciones de toda la sociedad”.