Obra Matando Horas Teatro
Obra Matando Horas Teatro
Obra Matando Horas Teatro
de Rodrigo García
1
Mujer: Antes; cuando había una voz dentro de mi cuerpo...
2
Mujer: Un día después de una noche sin poder cerrar los Mujer: Veinte de agosto de mil novecientos ochenta y cinco
ojos, cogí los muebles y los arrojé a la calle. Mujer: Hoy no me has escrito ni una sola línea. No te pido el
Y los metí en los sótanos del olvido. cada objeto y su terrible tiempo. Pon tu olor en el sobre, con eso me basta.
historia. Terminaré encerrándome en mi buzón. Y tragándome la
Mujer: Cosas llave.
Mujer: que alguna vez alguien acarició. Rozó en un descuido. Todas las voces, todos los gestos, todos los nombres,
Invadió. comienzan a borrarse a partir de la señal.
Mujer: No quiero saber nunca nada más
Mujer: dije. Cosas, que pensé: he amputado de la memoria.
Pero que surgen...
Mujer: Muertos.
Mujer: Que hablan como máquinas.
Mujer: Muertos.
Mujer: Que contestan a preguntas que jamás haré. Que
repiten: ¿Te acuerdas de? Yo voy a contarte como fue en
realidad: Cógeme, me dicen. Agárrate fuerte a la idea. La
idea de las cosas que amaste. Que utilizaste y te utilizaron.
Cosas que acabaron en decepción. Una cadena interminable,
desengaño tras desengaño.
Mujer: Muertos.
Mujer: Cógete de nuevo. Fuerte. Para poder volver a ser. A
nosotros, los muertos, sólo a nosotros te debes.
3
Mujer: He visto un día de nochebuena, a las doce de la
noche, desde un puente sobre la autopista, pasar un coche. LA MUJER SE ACERCA AL FLASH DE FOTOS.
Iba lento. No tenía ninguna prisa. Eran las doce en punto. SE DISPARA EL FLASH DE FOTOS.
Era el único coche en kilómetros y kilómetros. Pasó por RETRATO N. 363
debajo de mis pies. Se alejó a mis espaldas. esa persona no
tiene a nadie. Que hace sola, a esa hora, ese día. Me quedé
en el puente un buen rato. Pensando. Y me hice bastante
daño aquella noche.
4
Mujer: Necesito hablar con usted
Mujer: Camino Mujer: ¿Usted quien es?
Me voy a deshacer. Mujer: Necesitaría hablarle, es un instante
Ojalá. Mujer: ¿Con que número quiere hablar?
Pon el disco, por favor. Mujer: Hablar... con cualquiera
Nunca te creí. Mujer: ¿Tiene algún otro número?
Hay jaulas. Mujer: Hablar... con alguien
ese color de labios. Mujer: ¿En que habitación se encuentra?
Voy a volar. Mujer: ¿Qué número de habitación ha dicho?
¿Donde estas? Mujer: No, el número que busca está dos calles más abajo
Agítese antes de usar. Mujer: Necesito hablar con usted, es solo un instante
A veces me digo, debes intentarlo. Mujer: En este momento está comunicando ¿se espera?
El fuego de la chimenea. Mujer: Yo he venido para decirle...
Hace demasiado calor aquí. Mujer: Me deletrea el número por favor
No llego con las manos. Mujer: Da igual el número, quiero hablarle
Gracias. Mujer: No corte, enseguida le aviso
Quisiera otra silla. Mujer: ¿Qué número tengo que darle?
Mejor la otra. Mujer: Repítame el número por favor
Decidí quedarme unos días más. Mujer: Quiero hablar con usted
Como si fuera de cristal. Mujer: Lo siento, pero vamos a cerrar
El otro carril, toma el otro carril.
Eso fue hace diez años.
Si, diez años.
5
Mujer: Yo me esforzaba por encontrar un tema de
conversación, algo en común. Ninguno era propio para ser el
primero.
Mujer: Al fin las cabezas hablaron:
Mujer: No podemos seguir queriéndote, dijo alguien. No
Mujer: Mi tierra era una cama en la que ya no se podía creas que no hacemos un gran esfuerzo. Un esfuerzo...
dormir uno. Mujer: ... enorme.
Mujer: Al fin de marchaste a vivir a otra tierra. Mujer: Esta mañana tu madre lloró en el aeropuerto, de pena
Mujer: Mi tierra lo dejé con alivio. de no quererte.
Mujer: Tu primer día en tu nuevo país duró cinco años. Mujer: En cinco años pasa mucha vida. Los sentimientos se
Mujer: ¿Familiares? Si, claro. Cuanto más jelos mejor. despegan de las fotos, de las cartas escritas deprisa y
Mujer: Los recuerdos de tu infancia son un completo corriendo.
catálogo de locos con tu mismo apellido. Mujer: No pienses que no hacemos un esfuerzo enorme.
Mujer: Han pasado años. Como extranjero te damos un plato de comida y destapamos
Mujer: Cinco años ya. Es tiempo de regresa. De ver a esa botellas de nuestro mejor vino. Como extranjero te
gente que tu llamas así: los míos. despedimos y te deseamos un feliz viaje.
Mujer: En el avión me dieron una cena y una almohada. Mujer: Y yo mismo te acompañaré al aeropuerto otra vez y
Mujer: Cuando llegaste el tiempo era exactamente otro: Un te daré un fuerte abrazo, dijo la voz.
frío húmedo, desagradable.
Mujer: Me invitaron a cenar con todos los honores.
Mujer: En la mesa había más de cincuenta personas.
Juntas: Se oía un solo ruido:
Mujer: Los aceros contra la loza.
Mujer: Los dientes contra el cristal.
6
Mujer: Un armario, un sillón, una alfombra, una cama, una
mesa, una silla, un teléfono, una lámpara.
Mujer: Doce del siete del ochenta y tres
Mujer: Igual
Mujer: Doce del ocho
Mujer: Tres de enero de mil novecientos ochenta y dos. Mujer: Igual
Mujer: Un armario, un sillón, una alfombra, una cama, una Mujer: Doce del nueve
mesa, una silla, un teléfono. Mujer: Igual
Mujer: Una lámpara. Mujer: Catorce de septiembre de mil novecientos ochenta y
Mujer: Una silla, un teléfono, una lámpara. cuatro.
Mujer: Diez de febrero del ochenta y dos. Mujer: Un armario, un sillón, una alfombra, una cama, otra
Mujer: Un armario, un sillón, una alfombra, una cama, una cama PAUSA una mesa, una silla, un teléfono, una...
mesa, una silla, un teléfono, una lámpara. Mujer: Lámpara
Mujer: quince del cuatro del ochenta y dos. Mujer: Una lámpara
Mujer: Igual Mujer: Quince de septiembre de mil novecientos ochenta y
Mujer: Quince del cinco del ochenta y dos cuatro
Mujer: Igual Mujer: Igual
Mujer: Quince del seis Mujer: Dieciocho de septiembre
Mujer: Igual Mujer: Igual
Mujer: Quince del diez Mujer: Diecinueve
Mujer: Igual Mujer: Igual
Mujer: Seis de febrero de mil novecientos ochenta y tres Mujer: Veinte de septiembre
Mujer: Igual
Mujer: Veintiuno de septiembre de mil novecientos ochenta y
cuatro
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Mujer: Un armario, un sillón, una alfombra, una cama, otra Mujer: Ocho de diciembre
cama, una mesa, dos sillas, un teléfono, una lámpara, un Mujer: Igual
cuadro. Mujer: Veintitrés de diciembre
Mujer: Dieciséis de junio del ochenta y cinco Mujer: Una silla
Mujer: Igual PAUSA
Mujer: Diecisiete de junio Mujer: Veintitrés de diciembre
Mujer: Igual Mujer: Una silla
Mujer: veinte de agosto de 2005 Mujer: Veinticuatro de diciembre
Mujer: Un armario, un sillón, una alfombra, una cama, otra Mujer: Igual
cama, una mesa, dos sillas, un teléfono, una lámpara, dos Mujer: Veinticinco
cuadro. Mujer: Igual
Mujer: Veinticinco de agosto Mujer: Veintiséis
Mujer: Tres cuadros Mujer: Igual
Mujer: Veinticinco de septiembre Mujer: Veintisiete de diciembre de mil novecientos ochenta y
Mujer: Cuatro cuadros cinco
Mujer: Once de octubre Mujer: Una silla
Mujer: Seis cuadros Mujer Veintiocho
Mujer: Tres de noviembre de mil novecientos ochenta y Mujer: Una silla
cinco. Mujer: Veintinueve
Mujer: Un armario, un sillón, una alfombra, una cama, otra Mujer: Igual
cama, una mesa, dos sillas, un teléfono, una lámpara, seis Mujer: Treinta
cuadro. Mujer: Igual
Mujer: Cuatro de noviembre de mil novecientos ochenta y Mujer: Treinta y...
cinco Mujer: Igual
Mujer: Igual
Mujer: Cuatro de diciembre
Mujer: Igual
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Mujer: Practicar el oxidado arte de la memoria. Mujer: Busqué un hospital. ¿Otra vez un hospital? Ya los
Poner en movimiento la dicha y la desgracia. conozco todos. No puedo respirar. Empecé a correr, el pecho
Extraer muestras de sangre de las zonas más afectadas. se aceleraba. Costillas oxidadas me hacían falta para
Entregar, a primera hora de la mañana, en la mesa de un aguantar los golpes del corazón. Estoy loca, loca de angustia.
laboratorio, veinte centímetro cúbicos de tu vida. La muerte me saluda. Entonces me detuve, en medio de una
Para el diagnóstico. plaza vacía. Y me hablé: vas a acabar aquí, con tan pocos
Final. años de edad en tu carnet de identidad. Tu siempre
ahogándote en un vaso de agua. Cambié el ritmo de mi
respiración. Y llegué a una sala de urgencias. Me hicieron
esperar. Una enfermera limpiaba las últimas manchas de
sangre. ¿A usted qué la pasa? me dijo. ¿Qué tiene? No está
sangrando. ¿Por qué no se vuelve a su casa? Tome el abrigo y
márchese. PAUSA. He conocido, en poco tiempo, cientos de
modelos de camillas, de guardapolvos. Máquinas increíbles
para investigar el cuerpo. Han echado en mi sangre
productos tremendos. Me han hundido agujas en la piel
cuantas veces han querido. Y aquí estoy. Sobreviviente de
todos y de mi misma.
9
Mujer: Buscaste un hospital. ¿Otra vez un hospital? Ya los Mujer: No quiero mirar.
conoces todos. No puedes respirar. Empezaste a correr, tu RISA
pecho se aceleraba. Costillas oxidadas te hacían falta para Me tiemblan las manos.
aguantar los golpes del corazón. Estas loca, loca de angustia. Si, me gustaría ir.
La muerte te saluda. Entonces te detuviste, en medio de una Que día más tonto.
plaza vacía. Y te hablaste: vas a acabar aquí, con tan pocos No encuentro las palabras.
años de edad en tu carnet de identidad. Tu siempre esa sala de espera.
ahogándote en un vaso de agua. Cambiaste el ritmo de tu Familiares de enfermos.
respiración. Y llegaste a una sala de urgencias. Te hicieron Tienes la piel bonita.
esperar. Una enfermera limpiaba las últimas manchas de ¿Ha sido hoy?
sangre. ¿A usted qué la pasa? te dijo. ¿Qué tiene? No está Tres horas mirando escaparates.
sangrando. ¿Por qué no se vuelve a su casa? Tome el abrigo y Eso solo ocurre en el teatro.
márchese. PAUSA. Has conocido, en poco tiempo, cientos de No, no estoy triste: soy así.
modelos de camillas, de guardapolvos. Máquinas increíbles La noche. que confusión.
para investigar el cuerpo. Han echado en tu sangre productos Llévame.
tremendos. Te han hundido agujas en la piel cuantas veces Hoy negué una moneda, en la calle.
han querido. Y aquí estas. Sobreviviente de todos y de ti Qué vestido precioso.
misma. Saber. siempre saber.
Es para poder comer me dijo.
Necesito una talla menos.
Esta puede valer.
Vámonos a la cama.
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Mujer: Te olerás, me dije LA MUJER SE ACERCA AL FLASH DE FOTOS.
Mujer: Te palparás SE DISPARA EL FLASH DE FOTOS.
Mujer: Te irás tomando el gusto RETRATO N. 364
Mujer: te lamerás
Mujer: Te secarás al sol
Mujer: te conocerás
Mujer: Tendrás una imagen confusa de ti
Mujer: A veces extraña, a veces familiar
Mujer: No olvides
Mujer: Jamás olvides
Mujer: ¿Pero como olvidar?
Mujer: Imposible de olvidar
Mujer: Una mesa Una silla
Mujer: Imposible de olvidar
Mujer: Un teléfono Un cuadro
Mujer: Imposible de olvidar
Mujer: Seis cuadros
Mujer: Imposible
Mujer: Imposible de olvidar
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Mujer: Cuando estoy rodeada de gente, tengo la impresión Mujer: Hubo un tiempo en el que todo me hacía sentir
de estar viva. vergüenza. SONRISA REPRIMIDA. El ser me hacía sentir
Cuando estoy sola tengo la sensación, el escalofrío de estar vergüenza. Respirar, ocupar un espacio en una mesa de un
viva. bar, un asiento vacío en el último metro me ruborizaba.
Sentía el latido de millones de ojos sobre mi, como golpes
desquiciados contra un niño. entonces me lanzaba a la calle,
loca. En la calle, las baldosas me ponían vértigo en el cuerpo.
Ofrecer mi sombra me acaloraba. Así llegaba a mi casa,
llevándome puertas por delante. Y me escondía en la cama,
con abrigo, faldas y zapátos. Me encontraba con mi olor en
las sábanas, en el aire viciado. Y si mi ropa, mi pelo, mis
manos, traían algún olor extraño, llenaba la bañera con agua
y con vinagre. Permanecía dentro algunas horas. Y volvía a
meterme en la cama, sin quitarme la ropa mojada. Tres
horas más tarde el despertador. Una gran taza de café. Y la
sonrisa ensayada en el espejo de un ascensor que sube por
una torre de oficinas.
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Mujer: Me han colocado en las manos, durante toda una LA MUJER SE ACERCA AL FLASH DE FOTOS.
vida, millones de objetos terminados, minuciosamente SE DISPARA EL FLASH DE FOTOS.
acabados. RETRATO N. 365
¿Y si no estoy hecha yo para estos objetos?
Nunca se han preguntado, ustedes, inventores de la talla
única?
Me acabará creciendo el pelo y las uñas hacía dentro. Será
mi mejor forma de apartarme.
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Mujer: Imaginaba un circulo de palabras que se expandía.
Las voces de la acera, de la manzana, de la ciudad del país,
del continente.
Mujer: Cinco mil millones de voces
Mujer: Y ninguna dirigida a mi
Mujer: Diez mil millones de manos que tomar
Mujer: Todas, incluso las más próximas tan lejos de mi.
Necesito conocerlos a todos, a cada uno de ustedes, aunque
me lleve siglos. Vuestras palabra no valen de nada. Estáis
cada cual en su montaña. Vuestras palabras, desesperados EN LA ESCENA TRESCIENTAS SESENTA Y CINCO
puentes hechos de aliento: presa fácil del tiempo. FOTOGRAFIAS
Mujer: Me he apartado de ustedes porque tengo muy mal
aliento.
La boca podrida por las palabras que no pronuncio; que llevo
años sin pronunciar. Mujer: Tres de enero de mil novecientos ochenta y dos.
Dejé que la réplica se pudiera en mi cuerpo. Ahora son el Mujer: Una noticia, un beso, un saludo, una caricia, una
perro que tira de mis sesos. Le echo de comer montañas de llamada, una mirada.
recuerdos: los huele un poco y los deja, espantado. Mujer: Diez de febrero del ochenta y dos.
Mujer: En una entrevista para la televisión, el artista dijo: el Mujer: Una noticia, un beso, un saludo, una caricia, una
lenguaje es para mi la primera forma de escultura. Se forma llamada, una mirada.
el pensamiento en un medio de expresión.¹ Mujer: Quince del cuatro del ochenta y dos.
Mujer: No quiero que nadie me llame por mi nombre, me Mujer: Igual
toque el hombro. Y al instante me digo: Si nadie ha pensado Mujer: Quince del cinco del ochenta y dos
hoy en ti, todo lo que has hecho quedará como no hecho. Si Mujer: Igual
nadie ha pensado hoy en ti... ¿habrás existido hoy? Mujer: Quince del seis
Mujer: Igual
Mujer: Quince del diez
Mujer: Igual
Mujer: Seis de febrero de mil novecientos ochenta y tres
¹ Joseph Beuys Mujer: Una noticia, un beso, un saludo.
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Mujer: Doce del siete del ochenta y tres
Mujer: Igual
Mujer: Doce del ocho Mujer: la comida.
Mujer: Igual No, que va.
Mujer: Doce del nueve Anuncios por palabras.
Mujer: Igual En las ciudades: infinita soledad.
Mujer: Catorce de septiembre de mil novecientos ochenta y No, no lo he leído.
cuatro. Tampoco.
Mujer: Una noticia Te lo podías haber ahorrado.
Mujer: Quince de septiembre de mil novecientos ochenta y Un olor muy fuerte, como a perfume barato.
cuatro Por dios, voy a llegar tarde.
Mujer: Una noticia. No, está en el colegio.
Mujer: Dieciocho de septiembre Antes me daba golpes en la cara, sola.
Mujer: Igual Las ruedas.
Mujer: Diecinueve ¿Como?
Mujer: Igual El sol, un castigo.
Mujer: Veinte de septiembre De pequeña me gustaba pasear por aquí.
Mujer: Igual Olvídalo.
Mujer: Veintiuno de septiembre de 2004 He dicho que lo olvides.
Mujer:
Mujer: Dieciséis de junio del ´05
Mujer:
Mujer: Diecisiete de junio
Mujer:
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Mujer: ¿Cuando va a volver a utilizar tu cuerpo?, me dije. Y hazlo lo mejor que puedas. Y cuando notes otra vez que
¿Cuando? ¿Cuando esté surcado por arrugas? ¿Cuando te vuelves a estar sola, aún entre el tumulto o entre tus seres
cueste trabajo mover los brazos? ¿Cuando tengas que parar a querido, muérete. Muérete, muérete a carcajadas.
descansar en mitad de la escalera? Cuando seas una montaña
de ropa, arrastrada por el viento del invierno? ¿Cuando te
cueste cada vez más conciliar el sueño y te pases las noches
enteras imbécil frente a un programa de televisión? ¿Cuando
necesites ayuda para adueñarte de los objetos? ¿Cuando
volverás a utilizar tu cuerpo para amar? ¿Cuando el amor sea
para ti solo un ejercicio de recuerdo? ¿Acaso tendrás algún
recuerdo del amor? ¿Cuando volverás a utilizar tu cuerpo
para pensar? ¿Cuando seas el mismo libro y, peor, cuando
seas la misma página del mismo libro, diez o quince frases,
repetidas hasta el hartazgo? ¿Cuando volverás a utilizar tu
cuerpo para creer? ¿Cuando, con la muerte en los bolsillos,
pesada como puñados de monedas, no hagas otra cosa que
rezar como un rumiante, pedir: „Acabemos ya con esto“ un
día y al día siguiente: „ten piedad, tengo miedo a morir“?
¿Cuando volverás a utilizar tu cuerpo para conocer, me dije?
¿Cuando los ojos estén cansados, cuando las manos no
distingan áspero de suave, cuando todos los olores sean del
mismo olor, cuando nada pueda y resultarte extraño o
asombroso? tus días no pueden haber sido ni un poquito más
terribles que los días de cualquiera. Y debes creerme, me dije.
Todos tenemos una muerte. Y no pretendas morir en otros, ni
nacer en otros. Así que sal ahí fuera y acércate. Aunque
medie el abismo y tu cuerpo lo sepa, transgrede. Aunque
descreas del lenguaje y de cada una de tus palabra, utilízalas.
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Mujer: Decidí salir. Pasé bastante tiempo arreglándome. En
vez de mirar los pocos objetos que abandonaba, cerré los
ojos. O tal vez los tenía abiertos y veía, pero sin distinguir.
Caminé muy rápido por el pasillo. No me llevé nada por
delante. No sé si abrí la puerta, no sé si había puertas delante
de mí. Ya en la calle, no paseaba, corría. Esa era la impresión
que llevaba en las piernas y en el cuello. De pronto sentí un
calor que me acunaba. Levanté la cara: era un día de sol. En
un instante mi cuerpo pesó lo que una pluma. No pensaba yo
en nada. Mis movimientos se hicieron lentos. ¡Una brisa
frenaba mi andar! Tuve que elegir: desesperarme y morir o
disfrutar de aquella lentitud. Qué sorprendente visión de los
balcones, de las caravanas de coches. Me sentía capaz de
perdonar. Qué sorprendente visión... de mí. Llevaba
recuerdos en los oídos y en los puños. Palabras, ¡frases
enteras! estaba tan entusiasmada que intenté, en una esquina,
un saludo. No importa, en la próxima calle lo conseguirás.
Reconocí perfiles bondadosos. En mi lentitud tuve de repente
un sentimiento disparatado: que yo formaba parte del
paisaje. Entonces miré al cielo y escupí sobre la máscara de
dios. Y seguí lento, por encima de las calles, hasta dar con un
sitio en el que había varias personas mirándome; sentadas, en
silencio. Y al fin pude contar mi historia.
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