Mindfulness La Mejora de La Atención de 6 A 12 Años
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Luis López-Gonzalez
University of Barcelona
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Interiority: towards a new concept between psychology and spisituality View project
All content following this page was uploaded by Luis López-Gonzalez on 07 February 2016.
Doctor en Psicopedagogía
Coordinador del grupo TREVA (Técnicas de Relajación Vivencial en el Aula)
Noviembre 2015
Abstract:
En el núcleo de este trabajo se define qué es mindfulness y se exponen sus beneficios, para
pasar a abordar las diversas competencias atencionales a desarrollar desde esta disciplina y
algunas pautas para ejercitarla en las aulas de Primaria.
Cuando una sociedad «baja» sus niveles de atención es necesario observarlo como una
alarma general. Pero, ¿atención a qué? Pues a aquello que decimos, pensamos y hacemos. Es
decir, tomar conciencia pasa por prestar atención.
En este sentido, alguna falta de atención existe como para que en los últimos cinco años se
haya quintuplicado el número de agresiones filio-parentales (hijos a padres).
Por otra parte, están emergiendo nuevos trastornos psicológicos infantiles que proliferan en
nuestro entorno más inmediato, a veces acompañados de cierto exceso de medicación. Otros
manifiestan un déficit de atención y otros, sencillamente, por no soportar un resfriado, algo que
está bajando los niveles de resiliencia de nuestro alumnado. A lo anterior se añaden los casos
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crecientes de disrupción y trastornos conductuales en las aulas. El Departamento de Educación
de la Generalitat de Catalunya, por poner un ejemplo, recibe una media de diez llamadas
semanales de docentes pidiendo algún tipo de ayuda o soporte en el aula por problemas de
convivencia. En la misma línea, se acaba de estrenar el teléfono de asistencia al docente.
¿Cómo es posible que exijamos tanta atención al alumnado y, en cambio, le otorguemos tan
poca importancia en la escuela si, como decía Simone Weil, «debería ser el objetivo verdadero
y casi el único interés de los estudios»?
El cultivo de la atención es uno de los caminos más fiables para buscar y encontrar la verdad a
todos los niveles. La atención profunda a lo cotidiano hace que nos demos cuenta de que
estamos acompañados, que pertenecemos a un todo más allá de nuestras creencias y de que
no nos hemos creado a nosotros mismos.
El niño puede utilizar la atención en diferentes «diales» a los que llamamos inteligencias, por lo
que quizás ha de estar igual de atento (en cantidad) para escribir un poema que para aprender
las partes de una célula o para bailar una danza. Así es cómo llegamos a hacernos
especialistas de alguna inteligencia.
1.1. OBSTÁCULOS
Así pues, antes de adentrarnos en cómo trabajar la atención, veamos algunos de los elementos
que la dificultan. Al parecer, pueden ser varios los factores que entorpecen el desarrollo de la
atención y posibilitan esa dificultad de sostenerla, algo que encontramos con tanta frecuencia
en las aulas.
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Abuso tecnológico
El 78,5% de los niños entre 11 y 14 años envía mensajes por móvil y un 23% de 10 a 14 años
publica habitualmente videos y fotos.
A diferencia de lo que creemos, el exceso del uso de las TIC (Tecnologías de la Información y
la Comunicación) en nuestras escuelas está mermando habilidades cognitivas como la
atención, la memoria o la abstracción, entre otras. Evidentemente, esto dificulta la construcción
del propio pensamiento y del «yo». Así lo atestiguan diversas investigaciones científicas de los
últimos años. El uso de la pantalla favorece la dispersión y la distracción. Además, la
«pantallitis» nos absorbe y olvidamos, como diría el filósofo Xavier Zubiri, que somos seres
sentientes (conocemos por impresión intelectiva y no por elucubración o la suma de ideas o
datos).
En la misma línea, según el neurobiólogo Daniel J. Siegel nuestra conciencia —por tanto,
nuestro potencial de aprendizaje— tiene cuatro afluentes: sensación, observación, concepto y
conocimiento aconceptual (SOCK). ¿Por qué no abrimos los grifos sensitivos y dosificamos lo
conceptual?
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Exceso de información y estimulación
Exceso de actividad
La palabra clave es el equilibrio. El bienestar del niño depende de poder prepararse para el
futuro, pero también de vivir plenamente el presente, con salud física y emocional.
Prisa
La prisa es otro de los factores responsables de la falta de atención en las aulas. Educar la
calma será uno de los primeros pasos.
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1.2. CARACTERÍSTICAS
Debemos distinguir entre captar la atención y enriquecerla. Para mejorarla se necesitan tres
elementos:
Esfuerzo.
Selección de estímulos.
Permanencia.
Mantener «La llama de la atención» —así se titula uno de los libros que más me gustan, de J.
Krisnamurti— será un entrenamiento de por vida.
Decía la filósofa francesa Simone Weil que educar la atención era la tarea fundamental de la
escuela. Si lo hacemos a conciencia, tarde o temprano los niños contactarán con la
trascendencia.
1.3. TIPOS
Hay diferentes enfoques para analizar la atención. De entrada, hay que distinguir entre:
a) Atención voluntaria.
b) Atención involuntaria.
c) Atención habitual (la que deriva de nuestros gustos, dedicación profesional, etc.).
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a) Atención alerta. Es aquella que nos permite
hacer cosas sin esfuerzo y nos guía en la acción
cotidiana. No depende de la voluntad.
b) Atención focalizada (orientativa o selectiva).
Permite responder a todo aquello que nos capta
y, aun siendo voluntaria, puede ser consciente o
inconsciente (giramos la cabeza sin querer
cuando escuchamos un grito detrás nuestro).
c) Atención ejecutiva. Se desarrolla con el
mindfulness (por ejemplo, prestándole atención
unos minutos a la propia respiración). Se refiere a la que selecciona el foco de atención y
discrimina posibles distracciones.
d) Atención reflexiva. Es la capacidad de atender la propia atención. Incorpórea, para
referirnos a la ausencia de foco de atención; endógena, en el caso del acto voluntario de
atender; exógena, reflejo de hacer caso a un estímulo determinado.
Según Amutio (2000), la atención sostenida que se requiere en mindfulness implica otras dos
habilidades atencionales básicas: la pasividad (capacidad de atender sin esfuerzo ni actividad
cognitiva) y la receptividad (capacidad de aceptar experiencias y estados nuevos de
conciencia).
De cara a trabajar mindfulness con el alumnado, propongo hablar de tres niveles de atención:
funcional, meditativa y contemplativa (no son compartimentos estanco).
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2. MINDFULNESS
2.2. ANTECEDENTES
Todas las sociedades y culturas han tenido sus propias maneras de relajarse y recoger la
atención: yoga, zen, tai chi, reiki, Qigong… Desde los años treinta del pasado siglo XX se
investiga cómo mejorar la concentración, sobre todo a través de métodos de relajación y
meditación. A partir de los noventa, Jon Kabat-Zinn llevó a la ciencia la atención plena
(mindfulnness), introducida en occidente por el vietnamita Thich Nhat Hanh, maestro zen.
Actualmente se llama mindsignt a la ciencia que se dedica a observar las posibilidades que la
mente tiene de observarse a sí misma (Siegel, 2011).
Parece suficientemente demostrado que si sólo enseñamos a los niños a atender la realidad de
manera crítica o desde el análisis, además de separándose de ella, les estamos fortaleciendo
una serie de conexiones neurales, llamadas «arriba-abajo», y aunque desarrollen así su
atención cognitiva están limitando su atención contemplativa, estrechando su madurez de
conocimiento. Si por el contrario desde pequeños, mediante el ejercicio de la conciencia
psicocorporal (meditación, música…) les mostramos que existe otra manera de atender, más
abierta, pasiva y profunda, que posibilita no sentirse diferentes de lo que observan, entre otras
cosas, estaremos cultivando otras conexiones neurales (abajo-arriba) y facilitando el desarrollo
completo de su cerebro. Así, cuando narren su observación lo harán con mayor precisión y de
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una manera más significativa y sentida; habrán hecho uso de una atención más contemplativa,
como la que definía Simone Weil.
1) Cuando la mente está dispersa (mind wandering). Se activa la zona parietal posterior, el
precuneus y la corteza cingulada posterior, la medial prefrontal y la lateral.
2) Cuando nos damos cuenta de que estamos distraídos. Se activa, sobre todo, la ínsula
anterior y la corteza cingulada anterior.
3) Se orienta la atención al objeto de la misma (por ejemplo, el estudio). En esta fase se
activan las áreas de la corteza dorsolateral prefrontal y el lóbulo parietal inferior.
4) Permanencia de la atención. Se apaga la actividad del lóbulo parietal inferior y
permanece sólo el encendido de la corteza dorsolateral prefrontal.
2.4. BENEFICIOS
Son muchos los estudios que demuestran lo beneficioso que resulta la práctica del mindfulness
en los centros escolares. El mindfulness permite desconectar al alumnado del piloto automático
con el que vive a veces. Eso hace a los niños más conscientes de lo que hacen y les permite
degustar cada instante porque abre la mente al aquí-ahora. En general, refuerza el bienestar
físico, psicológico y social, a la vez que reduce el estrés.
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Según diversos autores (López González, 2010; Mañas et al., 2015; Cebolla et al., 2014), el
mindfulness mejora la motivación de los alumnos para el aprendizaje y desarrolla las
habilidades y procesos cognitivos (memoria, atención, cálculo…). Asimismo, mejora el clima
social del aula y disminuye la conflictividad de los centros educativos.
Existen cuatro ejes innovadores sobre los que se programan las actividades de mindfulness en
la escuela:
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Existen corrientes de aprendizaje que incluyen el mindfulness como trabajo de base. Es el caso
del aprendizaje consciente, que defiende que aprendizaje y afecto van unidos y propone sacar
al alumnado del piloto automático y hacerle partícipe de la integración de sus dos hemisferios
cerebrales, así como en la distinción de sus modos de funcionar (el modo derecho implica
observación global desde el contexto de la información; el modo izquierdo se fija y analiza el
detalle).
1) No enjuiciar.
2) Aceptar.
3) Tener paciencia.
4) Tener mente de principiante.
5) Confiar.
6) No esforzarse.
7) No luchar.
Para alcanzar estas habilidades de mindfulness el alumnado debe ejercitarse en las siguientes
competencias específicas:
Autoobservación
Observación
Estas habilidades se van convirtiendo en un nuevo recurso interno para nuestros hijos, algo
que les permitirá analizar qué patrones de reacción automática tienen de cara a actuar de
manera más genuina y menos condicionada. Les capacita para elaborar respuestas de calidad
ante estímulos propios del vivir (estudio, relaciones, trabajo…) y para conseguir mayor nivel de
equilibrio y felicidad.
4. APRENDIZAJE CONSCIENTE
Este enfoque del aprendizaje consciente tiene a Ellen Langer como su máxima exponente. En
su libro «El poder del aprendizaje consciente» lo presenta como un estilo cognitivo-afectivo,
partiendo de la base de que el aprendizaje y el afecto van unidos. Propone sacar al alumnado
del piloto automático y hacerle partícipe de la integración de sus dos hemisferios cerebrales,
así como en la distinción de sus modos de funcionar (el modo derecho implica observación
global desde el contexto de la información; el modo izquierdo se fija y analiza el detalle).
Concretamente, Langer dice que se trata de añadir presencia del modo derecho en el habitual
izquierdo. Así, el aprendizaje consciente se muestra como un abordaje lateral de una realidad
ortogonal, por eso incluye conceptos muy sugerentes: ignorancia inteligente, pensamiento
flexible, evitación de compromisos cognitivos prematuros, incertidumbre creativa… Su esencia
se circunscribe en varias características:
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Abrirse a la novedad y proponer observar la situación como algo novedoso.
Prestar atención a la diferencia.
Tener en cuenta atentamente el contexto en el que aparece la situación.
Educar en la multiposibilidad, es decir, en ver que la realidad tiene diferentes enfoques,
tantos como preguntas nos hagamos, teniendo en cuenta el contexto y naturaleza
cambiante de la información.
Crear nuevas categorías que permitan entender la información.
Orientar el aprendizaje al presente.
No reaccionar.
Observar.
Actuar conscientemente.
Describir y no juzgar.
Mirar la realidad (o el problema) de manera meditativa (mindfulness).
Basada en múltiples estudios, Langer propone cosas tan sencillas como revisar los tiempos
verbales usados por el docente. Parece ser que utilizando los tiempos potenciales o los
gerundios el alumnado se implica más en la observación y le ayuda a mirar la realidad de una
manera más abierta. Así, se integran en el alumno el cerebro que conoce y el que siente
(bienestar).
Del mismo modo, cada vez se hacen más experiencias de yoga en el aula y existe una
formación de profesores de yoga aplicado a la educación (AEDY).
Por último destacar que se han realizado numerosos estudios con docentes españoles de la
mano de investigadores como Israel Maña, J.L. Delgado, C. Franco, A. Amutio, L. López y E.
Justo, entre otros.
6. CONCLUSIONES
Resulta muy difícil para los niños de hoy conectar con ellos mismos para saber lo que sienten
en un entorno que continuamente mira hacia fuera, que está lleno de distracciones y estimula
sin cesar la multitarea.
Al estar desconectados de su experiencia interior, a los niños les resulta más difícil tomar
decisiones que realmente les beneficien a ellos mismos y a los demás, y la vida se vuelve
complicada y estresante.
En estas condiciones es más complicado aprender las materias que se imparten en el colegio,
experimentar relaciones sanas y satisfactorias y tener una vida interior profunda que ayude a
nuestros alumnos a estar en contacto con lo mejor de ellos mismos.
Introducir mindfulness en las aulas tiene por objetivo enseñar estas habilidades a través de
técnicas cortas y conceptualmente simples, expuestas en un lenguaje que los niños pueden
entender.
Entre otros, algunos de los beneficios derivados de esta práctica son: una mayor capacidad de
concentración, el aprendizaje de la gestión emocional y control de los impulsos, una mayor
capacidad reflexiva, empatía y compasión.
BIBLIOGRAFÍA
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mammalian heart. En: H. Zucker y J.P. Gilmore (eds.). Reflex control of the Circulation.
Florida: Boca Ratón, CRC Press, 1-37.
DAMASIO, A.R. (2011). El error de Descartes. Barcelona: Destino.
KRISHNAMURTI, J. (2006). La llama de la atención. Madrid: Edaf.
LANGER, E. (2000). El poder del aprendizaje consciente. Madrid: Gedisa.
SERVAN-SCHREIBER, D. (2010). Curación emocional. Acabar con el estrés, la ansiedad y la
depresión sin fármacos ni psicoanálisis. Barcelona: Kairós.
SIEGEL, D.J. (2011). Mindsight. La nueva ciencia de la transformación personal. Barcelona:
Paidós.
ZUBIRI, X. (2004). Inteligencia sentiente. Madrid: Tecnos.
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