Murphy R Steward J Caucheros y Tramperos Dos Procesos PDF
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El cauchero debe trabajar en su avenida o avenidas casi a diario, y -—I1 El trabajo en las avenidas de caucho, en la segunda mitad del si-
por tanto debe vivir cerca de ella. Puesto que cada recolector explota una glo xix, no distorsionó tanto el ciclo anual de subsistencia como cabría
considerable extensión de terreno, el alejamiento físico de sus vecinos se haber esperado. Las mismas gentes que antes dejaban la aldea durante la
le impone como una necesidad. Así, en la región del río Tapajós, donde estación seca para pescar o cazar en las márgenes de los grandes cursos de
la población, excluidos los mundurucú, asciende a unos tres mil individuos, agua, marchaban ahora a la recolección del caucho. Como en tiempos pasa-
sólo existen dos aldeas brasileñas de alguna consideración. Una de ellas dos, despejaban el emplazamiento de los futuros huertos antes de marchar
tiene 700 habitantes, la otra sólo 150. IMS restantes emplazamientos son y volvían a la aldea a tiempo para quemar la broza y los árboles abatidos
pequeñas aldeas compuestas por un puesto de comercio y de dos a siete y plantar los huertos. La necesidad de proveer primero a la propia subsis-
casas. La mayor parte de la población vive en casas aisladas que se repar- tencia limitaba la temporada del caucho a tres de los siete posibles meses,
ten por las márgenes del río. desde mediados de junio a mediados de setiembre. Esto establece un es-
La explotación del caucho silvestre es una ocupación solitaria e indi- trecho paralelo con las primeras fases de la producción de-pieles de los al-
vidual, ya que tanto el sangramiento del árbol, como la subsiguiente re- gonquinos nororientales, cuando la necesidad de cubrir su propio aprovi-
cogida del látex y su coagulación son tareas de un solo hombre. La fase sionamiento de carne por medios cooperativos obligaba a los indios a li-
final, que tiene lugar a la caída del día, consiste en la solidificación del lá- mitar la producción de pieles, en contradicción con la creciente demanda
tex, ahumándolo al fuego. La simplicidad y el programa diario del proce- de las manufacturas occidentales.
so del caucho en la Amazonia es tal, que no cabe ningún tipo de especializa- A lo largo del siglo xix (y hasta el presente día) los mundurucú, como
ción en cualquiera de sus partes. Por esta misma razón dos hombres nun- los algonquinos y de hecho la mayoría de los aborígenes, fueron adqui-
ca trabajan juntos en la misma avenida. Por más que la colaboración esté riendo un aparentemente insaciable apetito por los bienes utilitarios como
siempre abierta como posibilidad, por sí misma no añade nada nuevo en el por las baratijas de la civilización. Las armas de fuego aumentaban su efi-
sentido de un aumento de la producción. ciencia por igual en la guerra y en la caza, especialmente en la caza indi-
Esta breve reseña sobi'e la forma de explotación del caucho silvestre vidual que se efectuaba dur; rite la temporada del caucho, cuando una o
es necesaria para la comprensión de los cambios ocurridos en la sociedad dos familias vivían aisladas en las proximidades de sus árboles de caucho.
mundurucú. En el primer período del contacto con los blancos, los mun- En la caza comunal, por el contrario, el alcance y la rapidez de las armas
', durucú comerciaban principalmente con harina de mandioca y otros produc- no eran tan fundamentales, puesto que las piezas podían ser cercadas y
tos silvestres, teniendo entonces el caucho u ría importancia secundaria. La apresadas por el número. Entre los demás objetos que acabaron por con-
observación de Chandless de que en 1860 los mundurucú del Alto Tapa- vertirse en necesidades para los mundurucú estaba el vestido. Contraria-
jós «mercaban en zarzaparrilla y vendían provisiones a las partidas de cau- mente a lo que se piensa, la desnudez no es tan benéfica para los pue-
cheros», indica que el comercio en cantidades importantes de artículos que blos del trópico y existen en cambio varias razones que hacen deseable
no fueran el caucho continuó al menos hasta T860. Muy poco después de el vestido en el atea de la Amazonia. Por un lado los insectos que moles-
esta fecha, sin embargo, el ritmo de extracción de caucho en la Amazonia tan en gran medida a los indios, por otro el descenso de temperaturas du-
se aceleró, y en 1875, según reza el informe de Tocantins, el caucho se ha- rante la noche, que puede llegar hasta los 65 e incluso 55 ° Farenheit. El
bía convertido en el principal producto de los mundurucú. vestido, sin embargo, es caro y sólo muy recientemente ha empezado a
Con la introducción del comercio del caucho, la aculturación mundu- ser usado de manera consistente en algunos de los poblados mundurucú.
rucú entró en una segunda fase. Durante el primer estadio, mientras el La tendencia a cubrir el cuerpo ha producido en el curso de dos genera-
comercio en harina de mandioca y otros productos silvestres eran los predo- ciones un sentido del pudor comparable al de los europeos. Los mun-
minantes, el jefe hereditario hacía las veces de mediador entre los trafican- durucú, además, y especialmente las mujeres, han adquirido el gusto por
tes y su pueblo. Las pautas sociales aborígenes habían cambiado muy poco la ropa fina por puro afán de ostentación. Igualmente han desarrollado el
y la guerra era vigorosamente perseguida tanto por los mismos mercade- gusto por los bienes estrictamente no utilitarios, como el ron crudo brasi-
res corno por las autoridades coloniales. Durante esta segunda fase,, que leño y las cuentas y ornamentos surtidos por el mercader blanco.
duró hasta 1914, definitivamente desterrada la guerra, el tamaño de los Una descripción completa y adecuada de la creciente dependencia de
poblados se redujo sensiblemente debido a la introducción de las enfer- los mundurucú respecto del comercio requeriría tratado aparte, ya que la
medades europeas, y la posición del jefe hereditario quedó ampliamente dependencia de los bienes manufacturados trajo consigo la subsiguiente de-
debilitada con la imposición de «jefes» nombrados por los blancos. Este pendencia de los bienes adyacentes y subordinados a aquellos. Las armas
período se caracteriza por una «pérdida» de la integración más que por la de fuego requerían pólvora y plomo, en tanto que los tejidos manufactu-
adquisición de un nuevo tipo de integración o de estructura. rados precisaban tijeras, hilo y agujas para su reparación. La sustitución
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definitivamente pacificada, la ayuda militar de los mundurucú dejó de ser
de las vasijas de barro aborígenes por las ollas de metal, y de las han requerida. Entretanto, la recogida del caucho se había convertido para los
oativas por las manufacturadas ha llegado hasta el extremo de que mu indios en el principal medio de adquirir artículos extranjeros. La mano
chas de las mujeres jóvenes no saben ya cómo fabricar estos artículos, de obra era escasa en el Amazonas y los traficantes empujaban a los indios
actuales mundurucú recuerdan escasamente que sus predecesores usaban a realizar cada vez mayores esfuerzos, lo que interfería con la actividad gue-
hachas de piedra y cuchillos de bambú, y se encontrarían totalmente des- rrera indígena, ya que, en tiempos anteriores, la temporada del caucho era
validos sin la sartén de cobre que emplean para hacer la harina de man- precisamente la época en que los indígenas se dedicaban a la guerra. Cuan-
dioca. do, en 1914, una misión franciscana se estableció entre ellos, la base po-
A pesar del floreciente comercio de chucherías, el atractivo de la ma- lítica y económica que sostenía la anterior actividad guerrera de los mundu-
yoría de los bienes radica más en su carácter puramente utilitario que en rucú estaba ya tan minada, que las admoniciones de los sacerdotes para
su exotismo. El grado de eficiencia que la economía mundurucú ha conse- que vivieran en paz hallaron eco inmediato.
guido mediante <^1 empleo de instrumentos de hierro ha sido ciertamente Al final del segundo estadio de aculturación, lo único que mantenía uni-
enorme. da la sociedad mundurucú eran los lazos de parentesco y la comunidad
El paralelo establecido en cuanto al proceso básico de aculturación en- económica para la producción de comida para el grupo. Gran parte de la
tre los mundurucú y los montañeses, puede probablemente hacerse exten- antigua estructura había desaparecido. La jefatura hereditaria estaba por
sivo a la mayor parte de los pueblos aborígenes. En el caso de los mundu- completo minada, la actividad guerrera enteramente borrada, y lo único
rucú, el desplazamiento de la artesanía aborigen por los bienes de merca- que realmente funcionaba era la dependencia económica del exterior. Ya
do, mucho mejor preparados para cubrir las necesidades vitales, tanto nue- durante el siglo xix un creciente número de mundurucú, principalmente
vas como viejas, condujo inexorablemente a una creciente dependencia aquellos que habían tenido algún tipo de dificultad con sus convecinos,
de los nativos respecto de las gentes que les surtían dichos bienes y a un había abandonado de manera permanente sus poblados. Con el auge del
mayor intricamiento en pautas económicas externas a su propia cultura. caucho fueron muchos más los que siguieron el mismo camino, con el fin
Las familias mundurucú, al igual que entre los algonquinos, comenza- de integrarse plenamente en la economía cauchera.
ron a depender de los puestos comerciales. Hace más de un siglo, Bates La plena dedicación a la recogida del caucho no es compatible con la
relataba que los mercaderes brasileños efectuaban expedicones estacionales vida del poblado. Dado que el poblado mundurucú original estaba situado
para comerciar con los mundurucú. Al adquirir importancia el caucho en a varios días de marcha de las áreas del caucho, que normalmente bor-
la Amazonia, comenzaron a establecerse puestos permanentes de comer- dean los ríos, las familias que querían participar a la vez en la vida del
cio en el Alto Tapajós. Cada uno de estos puestos, ya fuera de propiedad poblado y en la economía del caucho tenían que emigrar estacionalmen-
individual o perteneciente a una compañía, ejercía tal control sobre las par- te del poblado a los terrenos caucheros y viceversa. De esta manera, di-
celas cauchíferas de la selva, que podía llegar a obligar a los recolectores chas familias no podían pasar más de tres o cuatro meses en la recogida
de caucho a tratar exclusivamente con él. Esto lo lograban mediante su del caucho. La única forma como los indios podían dedicarse plenamente
poder de desposesión y manteniendo en deuda constantemente al recolector. a la recolección era abandonando los poblados de la sabana interior y mu-
Los mercaderes que actuaban entre los mundurucú nunca llegaron a obte- dándose de manera permanente a las cercanías del árbol de caucho en las
ner títulos de propiedad sobre los territorios de extracción pertenecientes orillas de los ríos. Un gran sector de los mundurucú, a quienes el traba-
a la tribu, pero llegaron a tener a Jos indios en una situación de real de- jo estacional no alcanzaba ya para cubrir su creciente demanda de bienes
pendencia mediante convenios de crédito que el indio nunca llegaba a li- manufacturados, eligió este camino.
quidar. Con el tiempo, todas las aldeas acabaron bajo el control de unos Estas familias representan el tercer estadio de la aculturación mundu-
pocos traficantes, tan influyentes, en virtud de su imprescindibilidad para rucú. La instalación de dichas familias en las regiones caucheras se efectuó,
los indios, que podían nombrar «jefes», en contra de la tradición india, sin embargo, de dos maneras. La primera manera consistía en una adap-
con lo que duplicaban su poder de control sobre el poblado. tación completa y directa a la recogida del caucho, que aún puede ser es-
La progresiva debilitación de la jefatura hereditaria, cuya autoridad tudiada hoy día en muchos poblados del interior. Las gentes que aún de-
estaba anclada en el modo de vida aborigen, llegó a su extremo con el de- seaban incrementar sus ingresos mediante el trueque, acondicionaban la
clinar de la guerra. Las guerras posteriores a la llegada de los blancos, casa situada al lado de las avenidas del caucho para mejor resistir la tem-
aunque frecuentemente mercenarias y auxiliares de la ocupación y expan- porada de lluvias, construían huertas y permanecían allí mismo. Seguían
sión portuguesas, perpetuaban todavía el modelo nativo de autoridad. Los manteniendo relaciones con los poblados del interior, pero su órbita prin-
indios eran retribuidos con mercancías por sus servicios guerreros. Pero, cipal era ya la de las comunidades de familia dispersas, dependientes de
cuando al final del siglo xix la región central de Amazonia había quedado
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los diversos puestos de comercio. El último peldaño del proceso cíe in- partir de entonces, al de mero intermediario entre los habitantes del po-
corporación a la economía local brasileña, que representaba a la vez la cul- blado y los sacerdotes o el Agente Indio.
minación cíe su proceso de aculturación, tenía lugar con el definitivo aban- , Los poblados amorfamente estructurados de las orillas del Cururú re-
presentan un estadio de transición entre la situación comunal anterior y la
dono de estos últimos restos de horticultura y la dedicación total al tra-
familia nuclear bien establecida, y no constituyen, por tanto, el culmen de
bajo en las avenidas del caucho. A partir de entonces, al igual que sus
la adaptación a la ecología de la recolección del caucho. La mayoría de los
vecinos brasileños y que los montañeses occidentales, pasaban a depender
residentes en las márgenes del Cururú aún tienen que vivir lejos de sus
por entero del comercio para la provisión de alimentos.
poblados durante la estación cauchera, pero la mayor facilidad en las comu-
El segundo modo de adaptación a la economía cauchera, si bien des-
nicaciones que la canoa suponía, permitía que la mayor parte de ellos pu-
emboca en el mismo tipo de asentamiento y de organización social que el dieran volver al trabajo del caucho después de plantar sus huertas.
primero, implica la transición por un estadio intermedio. La anteriormen- El nuevo individualismo y la fragmentada división del trabajo, com-
te mencionada misión del Río Cururú había tenido un éxito más bien es- binados con facetas de la vieja cultura que no encontraban ya su lugar en
caso hasta que en 1920 se adoptó la política de comerciar con los indios. la nueva situación, contribuyeron a la desorganización de la sociedad del
Los misioneros se comportaron honesta y generosamente en sus relaciones Río Cururú. La autoridad política cíe los «jefes» nombrados por los blan-
comerciales, y la recolección de caucho se convirtió en un próspero nego- cos no era ahora sino un medio de extender la influencia de éstos. Por otro
cio para los indios. La intensificación de las actividades recolectólas provo- laclo, la continua inmigración de jóvenes varones désele los poblados que
có un movimiento general hacia las riberas del Cururú, y hacia 1930 mu- aún quedaban en la sabana originó un excedente de hombres en el Río
chas de las aldeas del interior habían sido abandonadas. Cururú, lo que multiplicó los conflictos por-causa de las mujeres. Debido
La migración se efectuó de forma tan masiva, que pronto surgieron a las interminables reyertas en poblados que habían perdido su original
nuevos poblados en las márgenes del río. Estos poblados, sin embargo, ca- base de integración, los disidentes acababan por mudarse a las avenidas
recían de la organización de varones, de la división del trabajo y las pautas de caucho o formaban nuevos poblados más pequeños. Este proceso de fi-
colectivas que estructuraban los poblados de viejo cuño. La población que sión sigue produciéndose en nuestros días. Al mismo tiempo, la misión
había emigrado cíe los antiguos poblados, si bien constituía una importante y el Puesto Indio se han convertido en los más importantes puntos foca-
masa de gente, estaba más bien integrada por familias individuales que por les del nuevo modo cíe integración de los mundurucú. Aproximadamente
poblados enteros. Los nuevos poblados crecían según 'nuevas familias nu- un tercio de la población del Río Cururú construye sus casas para la tem-
cleares iban llegando de las comunidades de la sabana-. Durante este pe- porada de las lluvias alrededor de tales agencias, que sirven a la vez como
ríodo de crecimiento, y puesto que los nuevos poblados estaban formados centro de reunión social, comercial y religiosa. Es también desde el puesto
por familias que en su mayoría no habían estado nunca conectadas entre y la misión desde donde las nuevas líneas de autoridad irradian actual-
sí, cada familia tenía que realizar por sí misma las actividades de subsis- mente.
tencia que eran. anteriormente la función de la familia ampliada y de la
aldea como tal. Marido y mujer, con la poca o mucha ayuda que los hi-
jos pudieran prestarles, limpiaban y plantaban los huertos. El pescado que Sumario comparativo
los miembros de cada familia recogían en los ríos cercanos reemplazó rápi-
damente a la caza, anteriormente realizada en forma colectiva, como fuen- .. La tabla que presentamos a continuación expone en forma de sumario
te principal de proteínas. Entretanto, el aumento en la producción de cau- las principales fases de aculturación, según han sido abstraídas del contexto
cho abrió a los indios la posibilidad de comprar machetes, cuerdas y ca- histórico. Los factores aculturativos básicos, en los dos casos que compara;
noas, que "ayudaban a conseguir una mayor efectividad en la pesca. Los mos, ejercieron influencias paralelas, si bien ambas sociedades se desarro- ¡
poblados, no obstante, creciendo siempre en este mismo sentido, acaba- liaron en modos sustancialmente diferentes hasta la culminación final del \''
ron por perpetuar la división atomística del trabajo, lo que convirtió a la proceso. Los factores causales comunes a ambos son cuatro. Primeramente, ,
familia nuclear en la unidad básica de producción. ambas sociedades quedaron implicadas en una economía mercantil de true-
La autoridad política en el territorio del Cururú era prácticamente que en el que los recolectores de productos silvestres quedaban atados por
inexistente. Las familias recién llegadas comenzaron a comerciar indivi- lazos de deuda y crédito a determinados traficantes. Este tipo de impli-
dualmente, primero con los misioneros y más tarde con el recientemente es- cación ocurre también frecuentemente entre los pueblos indígenas que se
tablecido Puesto Indio. Dicha actitud económica despojó a los «jefes» de dedican al cultivo y a la producción de ganado. No obstante, debemos dis-, "
una de las pocas funciones que aún les quedaba, reduciéndose su papel, a tinguir csia forma de las transacciones en efectivo, en las que el carácter
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TABLA DE COMPARACIONES 3. Período de transido» 3. Período de transición
Progresivo desplazamiento de las Progresivo desplazamiento de las
MUNDURUCÚ MONTAÑESES artesanías nativas, creciente de- artesanías nativas, creciente de-
manda de bienes manufacturados, manda de bienes manufacturados,
1. Período pre-caucho 1. Período pre-pieles creciente dependencia del trafi- creciente dependencia del trafi-
El poblado está formado por la Banda nómada mixta, dedicada cante. cante.
casa de varones y las casas de la a la caza de los grandes rebaños Jefatura hereditaria minada por Incremento de la producción de
familia ampliada; la población se migratorios. el nuevo tipo de jefes represen- pieles que interfiere con la caza
divide en clanes y mitades patri- Frecuente disolución de la banda tantes del mercader. de aprovisionamiento.
lineales. durante la escasez invernal. El ciclo agrícola y la vida del po- Enfrentamiento del comercio in-
Los hombres de! poblado forman Reagrupamiento en unidades de blado impiden una mayor pro- dividual con la solidaridad de
grupos para la caza y preparación mayor tamaño de los grupos in- ducción de caucho. grupo.
colectiva de huertos. vernales, para la caza y pesca de Aparición del comercio individual.
Las mujeres de las diversas casas la estación de verano.
se ocupan de los trabajos hortí- Jefatura débil y móvil. Existen- 4. Período de convergencia y culmi-
colas. cia de líder en los grupos de in- nación 4. Período de convergencia y culmi-
Actividad guerrera intensiva para vierno; inexistencia de jefe en la A. Tipo intermedio nación
la caza de cabezas y como merce- banda de verano; bilocalidad re- Traslado a los nuevos poblados Predominio de la caza de pieles;
narios aliados de los blancos; dis- sidencial; frecuentes cambios en en las regiones del caucho. las provisiones invernales se ad-
persión parcial de los habitantes la composición de los grupos de El Jefe de intermediario con los quieren por compra.
del poblado durante la estación invierno. misioneros y el Agente Indio. Grupos de invierno no necesa-
seca para dedicai.se a la pesca y la Comercio individual, economía riamente con fines de caza colec-
guerra. El jefe es el líder guerre- individual de subsistencia. Fin de tiva. La caza individual o fami-
ro y el representante del poblado la casa de varones y del poblado liar proporciona una mayor efi-
en el comercio de la harina de tradicional. El poblado se man- cacia y permite la conservación.
mandioca. tiene unido gracias a los debilita- Traspaso de las interdependen-
dos lazos de parentesco y socia- cias económicas del grupo al tra-
2. Período de integración marginal 2. Período de integración marginal bilidad. ficante.
El jefe continúa como mediador Comercio efectuado por medio Factores centrípetas (brujería, ri- Emergencia de jefes que sirven
con el traficante, pero ahora eS'a de los cabezas de familia. Los lí- validades sexuales) causan la fi- como intermediarios con los mi-
menudo nombrado por el propio deres no comercian en nombre de sión de los nuevos poblados y sioneros y el Agente Indio.
traficante. El traficante gana in- sus seguidores. desembocan en B. como sigue. La familia nuclear aparece como
fluencia. Situación secundaria del trampeo B. Tipo disperso (a continuación unidad básica a lo largo de todo
Dispersión de la población du- con respecto a la caza de aprovi- de 3 o 4A). el año.
rante la estación seca, para la re- sionamiento. Persisten las pautas El liderato deja de actuar como El trampero tiene en posesión y
cogida de caucho más que para de subsistencia y las pautas so- factor integrador. transmite los derechos de un te-
la pesca o la guerra. La guerra ciales básicas. El comercio individual diluye los rritorio de caza bien delimitado,
continúa, pero disminuida en im- Inexistencia de territorios de lazos de parentesco. explotado tan sólo por su familia.
portancia. trampería. Los obstáculos impuestos por el
Las pautas de asentamiento y eco- Vinculación a los puestos de co- ciclo agrícola se resuelven me-
nomía son básicamente las mis- mercio. diante el traslado a las avenidas
mas del período pre-caucho. de caucho. Aislamiento de la fa-
Continuo desplazamiento de los milia exceptuados los lazos co-
trabajadores aborígenes. 1 merciales.
¡
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abstracto del dinero como medio de cambio otorga al productor primario tiempo, en el período inmediatamente posterior a la cesación de los jefes
una mayor libertad para elegir su contraparte en el trato. En una econo» hereditarios como mediadores con el traficante, muchos mundurucú si-
mía de trueque-crédito pura, toda transacción se basa en la relación perso- guieron una pauta similar. Consumada la destrucción de los lazos de pa-
nal entre los que efectúan el trato; el traficante se apoya en el patrocinio rentesco ampliados en ambos grupos, los individuos comenzaron a comer-
continuado sobre el productor primario, que no paga las antiguas deudas ciar por sí mismos.
sin adquirir otras nuevas. Parece, pues, el procedimiento básico entre los La organización de parentesco se conservó algún tiempo más entre
pueblos sin escritura que el indio permanezca siempre en deuda con el los mundurucú que entre los montañeses, y esto explica la persistencia
traficante, que, por su parte, puede alterar las cuentas a voluntad y sin de la vida del poblado entre los menos aculturados indios al este del Ta-
duda lo hace, mientras permite al indio comprar siempre más allá de sus pajós. La estructura -Je parentesco original de los mundurucú era más
posibilidades. Para ello el productor deudor toma préstamos sobre la ven- extensiva y socialmente integrativa que la de los montañeses. Los culti-
ta de su futura producción, y el acreedor no extiende pago hasta haberse vos para la subsistencia aborígenes sobreviven aún, incluso entre las fami-
asegurado de la entrega. En los sitios donde tal tipo de economía tiene lias que viven aisladas en las avenidas de caucho, y, en general, los mun-
'ugar, es usual que los traficantes rehusen tratar con productores que están durucú siguen produciendo sus propias subsistencias, por más que se ha-
ya en deuda con otros traficantes. Esto es en la Amazonia una especie de yan producido cambios con respecto a las técnicas y a la organización del
«acuerdo entre caballeros», si bien dicho acuerdo es a menudo violado por T'Hajo anteriores.
los mercaderes ambulantes. En segundo lugar, los crecientes lazos de de- El recolector de caucho brasileño —el hombre blanco que se ha despla-
pendencia respecto de los mercaderes se efectúan siempre a expensas de los zado a la selva o el mestizo totalmente aculturado e integrado en la eco-
lazos colectivos dentro de cada sociedad. El afianzamiento de individuos e nomía mercantil— generalmente compra sus alimentos del mercader, de-
instituciones fuera del sistema social indígena se intensifica por medio del dicando la época en que podría cultivar sus propios alimentos a la reco-
continuo incremento de la demanda de productos manufacturados. Esto, lección del caucho o a pagar sus deudas con el traficante mediante servi-
según ya hemos visto, se extiende más allá de la simple atracción por los cios personales. Hasta la fecha sólo podemos citar el caso de un mundu-
instrumentos y ornamentos occidentales. Los productos de lujo se con- rucú que comprara la mayor parte de sus provisiones alimenticias; no obs-
vierten rápidamente en necesidades, un proceso que podemos comprobar en tante, podemos predecir con bastante certeza que, según vaya creciendo el
nuestra propia cultura. En tercer lugar, si bien el látex y las pieles son nivel de aculturación y con él la dependencia en todos los aspectos res-
productos que nada tienen en común, implican, no obstante, una ide'nti- pecto de la nación englobante, el número de indios que adquiera sus ali-
ca adaptación ecológico-cultural. Se trata en ambos casos de productos na. mentos por compra irá creciendo en igual medida. Cuando estos indios no
turales obtenibles en cantidades apreciables dentro de un área cuyo óptimo sean ya capaces de autoabastecerse de alimentos, se habrán convertido en
grado de explotación se consigue mejor con el trabajo de un solo hombre caboclos, o habitantes neo-brasileños del bosque.
que con el de varios. En uno y otro caso es precisa la conservación, ya Los factores de aculturación han operado de dos maneras diferentes por
que una explotación llevada a cabo sin ningún cuidado puede reducir pe- igual entre los mundurucú y entre los montañeses. Primeramente crearon
ligrosamente el número de animales de pieles preciosas o despojar a los ár- una serie de modificaciones, que desembocaron gradualmente en una iden-
boles de todo valor productivo. El mantenimiento de la capacidad pro- tidad tipológica en el nivel familiar. En segundo lugar, a lo largo de la
ductiva del área de explotación es evidente que se apoya en un incentivo. evolución general de los grupos como tales, se fueron produciendo por
Finalmente, tanto en el caso de las pieles como en el del caucho, se trata parte de familias aisladas rupturas que llevaban a estas familias a aislarse
de productos lo suficientemente dispersos como para requerir que las per- totalmente de la tribu, para dedicarse por entero bien sea a la recogida
sonas que se dedican a su explotación vivan o trabajen a cierta distancia del caucho o a la caza de pieles. No fue sino hasta el final del proceso
los unos de los otros. cuando la ya muy modificada, pero todavía superviviente sociedad abori-
Todos estos factores de cambio fueron esencialmente los mismos entre gen, comenzó a desintegrarse como tal sociedad.
los montañeses y los mundurucú, y todos ellos, también, se introdujeron Entre los mundurucú, las relaciones de liderato y parentesco habían
a través del contacto con el mundo exterior. Los efectos iniciales sobre ido sufriendo una lenta pero continua purga a lo largo de los últimos cien
una y otra cultura aborígenes fueron distintos, debido a las diferencias años. La desaparición de la actividad guerrera había sustraído a la cultura
originales de ambos grupos. Mientras que el jefe mundurucú actuaba al mundurucú gran parte de su vitalidad, y el jefe se había convertido en
principio como intermediario con el traficante, los montañeses no parecen un puro figurón manipulado por los mercaderes y por los organismos reli-
haber tenido jefes propiamente dichos. En cambio, entre los montañeses, giosos y gubernamentales. El trabajo del caucho y la dependencia respec-
los cabezas de familia comerciaban en nombre de sus hijos. Durante algún to del traficante habían debilitado y amputado los antiguos vínculos so-
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ciales. Al final del proceso de transición hacia las formas de residencia ais- Otras comparaciones
lada y total divorcio de la antigua vida comunal, los mundurucú no es-
taban mucho más firmemente integrados de lo que lo estaban los mon- i Podemos delimitar y definir aún más el paralelismo algonquino-mundu-
tañeses. rucú mediante un examen cultural comparativo de los cambios estructu-
La culminación del largo proceso aculturativo muestra un alto grado rales provocados por la aculturación en otras áreas. No buscaremos, sin
de paralelismo estructural. Tanto las poblaciones mundurucú como las de embargo, nuevos paralelos, sino que discutiremos culturas en las que la di-
montañeses se hallaban divididas en comunidades dispersas y débilmente vergencia aparece de forma manifiesta. Un ejemplo de divergencia eviden-
integradas, centradas en torno a determinados puestos de comercio con los te lo constituye la Costa Noroeste, donde el comercio de pieles fortaleció,
que las familias individuales estaban vinculadas. Los indios aún se divier- más que debilitó, la estructura social aborigen. El florecimiento del pot-
ten, se asocian y se casan entre sí, pero la familia nuclear es ahora la única latch y del sistema de clases a resultas de las nuevas riquezas en bienes
unidad económica estable. Dicha unidad constituye en la actualidad el más manufacturados es la tesis hábilmente defendida por una serie de estudio-
alto grado de integración social que es posible hallar entre los indios, pero sos. Sería, sin embargo, erróneo considerar cualquier tipo de comercio
está ligado a la nación en que la tribu habita por intermedio de la econo- de pieles como factor fundamental. Lo realmente relevante es la caza indi-
mía regional. El grado de integración de la familia a nivel nacional tiene, vidual de animales de pieles preciosas. La nutria de agua fue la primera
pues, unas características muy especiales y muy limitadas, ya que no com- piel con que las tribus de la Costa Noroeste empezaron a comerciar, sin
parte sustancialmente el común denominador de la cultura nacional, ni que la caza de pieles implicara ningún tipo de esfuerzo meramente perso-
siquiera de la subcultura regional o de sus vecinos no indios. nal ni delimitación de territorios. El volumen del trampeo era probable-
Existe aún una fase final que, si bien ocurre en fechas y localidades mente bastante limitado y en cualquier caso no llegó nunca a superar los
diferentes, se caracteriza en general por la asimilación de los indios como efectos culturales de la riqueza salmonera, escasamente igualada por nin-
una subcultura más del sistema sociocultural de la nación y por la pérdida gún otro pueblo cazador, pescador o recolector.
virtual de su identidad como indios. En este punto, proceso aculturativo Las actividades de trampeo de los skagit de Puget Sound se aproxi-
y resultados divergen, ya que los indios, a partir de este momento, parti- man mucho más a los de los algonquinos nororientales, según Jos describe
cipan en un grado mucho mayor de la cultura nacional. En tanto las fa- Collins:
milias mantienen su tradicional relación marginal con la sociedad nacional,
se diferencian de las poblaciones básicas de la nación que habitan, y se Los puestos [de comercio] desempeñaron un importante Daoel en la
asemejan mucho más entre sí. Cuando, sin embargo, llegan a aprender la alteración de la economía de los indios. Primero alentaron la trans-
lengua nacional, comienzan a realizar matrimonios con gentes no indias y formación de sus hábitos de caza. Las pieles que fundamentalmente
adquieren valores y pautas de conducta no indias, terminan por ser clasi- interesaban a los traficantes eran las de castor y nutria, animales que
ficados con las subculturas regionales que han ido desarrollándose en algu- tenían escaso valor en la economía aborigen, puesto que resultaban
nas partes de la nación. menos deseables desde el punto de vista alimenticio que el venado
Se puede decir que los cambios drásticos de forma y nivel de integra- o el alce, por ejemplo. A demanda del traficante, no obstante, los ca-
ción tienen mucho que ver con la aceleración de la pérdida de distintivi- zadores comenzaron a perseguir con afán los citados animales. Otra
dad cultural. A este respecto, Fortes ha sabido expresar en forma elocuen- transformación económica tuvo lugar cuando hjs cazadores, en lugar
te las relaciones entre estructura social y contenido cultural formal en una de matar piezas para carne, empezaron a cambiar pieles por comida,
situación tal:
El comercio de pieles, sin embargo, provocó aquí efectos diferentes
Me atrevería a sugerir que una cultura constituye una unidad en que en el este del Canadá:
tanto está ligada a una estructura social bien trabada. En este senti-
do estaría de acuerdo en admitir que la estructura social es el fun- Los efectos de estos cambios sobre la organización social skagit fue-
damento de la vida total social de toda sociedad permanente. (...) La ron pronunciados. Las distinciones de rango social empezaron a ha-
estructura social de un grupo no existe desligada de los usos y acti- cerse más marcadas. Los cambios de status se hacían posibles (si bien
vidades que obran dentro de ella. Podemos concluir con certeza que la movilidad social había estado siempre al alcance de toda persona
allí donde la estructura persiste debe igualmente darse una continui- de buena descendencia que pudiera adquirir la distinción de la rique-
dad en los usos y costumbres correspondientes, y allí donde los usos za) a medida que se abrían nuevas fuentes de riqueza.
sobreviven debe existir alguna base estructural para ello.
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tendríamos que esperar desarrollos más o menos paralelos a los del este
La nueva riqueza adquirida por los skagit quedaba transferida a la del Canadá. Pero los citados carrier no negociaban con traficantes euro-
estructura de clases y, en último término, al porlatch. La diferencia, pues, peos, sino con tribus estratificadas de la Costa Noroeste, en el contexto de /
entre los indios de la Costa Noroeste y los grupos del Canadá Nororiental un sistema económico fundado en la validación del rango por medio del j
está en que los primeros lograron integrar las nuevas riquezas en la pre- potlatcb. Como sugiere el siguiente ejemplo de los carrier del Lago Stuart, i
existente estructura de clases creada y perpetuada por la economía de pes- el comercio directo con los blancos y el fin del potlatch desembocan, en cam-
ca. En cuanto a los últimos, puesto que no existían medios o fines cultu- bio, en el sistema de territorio familiar de trampería.
rales que promovieran la concentración del excedente económico en manos El efecto del comercio de las pieles entre los carrier del Lago Stuart,
de unos pocos, los beneficios redundaban en favor de todos. Lo mismo su- al norte del Rió Blackwater, corrió una suerte similar, pero terminó en
cedía con la sociedad mundurucú, igualmente inestratificada. Las diferen- territorios familiares de trampería, según la investigación de Steward. En
cias entre los skagit por un lado y los mundurucú y montañeses por otro tiempos anteriores a la llegada de los blancos, la riqueza de las pesquerías
pueden atribuirse a la estratificación social de los primeros, que a su vez de salmón, aunque mucho menor que la de las tribus de la costa, había
se explica parcialmente por los mayores recursos aborígenes de los skagit. proporcionado algunos excedentes que, bajo la influencia de los tsim-
Esto, en efecto, constituye una diferencia a nivel de integración sociocul- shian del Río Skeena, habían sido canalizados en favor de ciertos nobles
tural. que controlaban los derechos de pesca de grandes territorios en nombre
El impacto de la caza de pieles sobre la estructura social pre-existente de las mitades matrilineales. La riqueza circulaba por medio de potlatcbs
se aprecia mucho mejor entre los carrier del interior de la Columbia Bri- en pequeña escala. El comercio de las pieles, llevado a cabo directamente
tánica, donde la riqueza salmonera era mucho menor que en la costa. El con los blancos y no a través de los contactos costeros, creó una nueva
comercio cíe pieles entre los carrier del Río Blackwater implicaba una es- fuente de riqueza y fortaleció la pauta nativa. Si bien las pieles eran ca-
trecha interrelación con los grupos de la Costa Noroeste, especialmente los zadas por los miembros individuales de cada mitad, los nobles a que he-
bella-coola. Goldman resume de este modo los efectos de este contacto mos hecho referencia tenían derecho a un tanto por ciento de las pieles
sobre las simples y bilaterales bandas de cazadores carrier: capturadas en el territorio de la mitad.
En el curso de unos cincuenta años, sin embargo, diversos procesos se
Indudablemente, los bella-coola, como todas .las tribus de la Costa combinaron para dar lugar a 'in sistema de territorios individuales de tram-
Noroccidental, se enriquecieron relativamente con el comercio de pie- . pería como el de los indios del este del Canadá. Principalmente, la entra-
les. Y en Bella-Coola, donde la riqueza era el 'factor decisivo en la da de nuevas riquezas en bienes manufacturados había traído consigo herra-
adquisición de rango, el comercio de pieles debe haber sido particu- mientas que eran de gran utilidad para los individuos. Los nobles empe-
larmente bien recibido. Y los carrier, que habitan un poco más hacia zaron a ser presionados para dividir los territorios de trampería entre sus
el interior y se dedicaban A la caza de pieles para comerciar con los propios hijos, en lugar de pasarlos intactos a los hijos de sus hermanas,
bella-coola, que a su vez los mercaban con los blancos, se convir- herederos tradicionales de títulos y derechos. Este proceso se vio favore-
tieron en una parte importante del esquema de elevación de rango. cido por lus actividades del misionero y etnólogo católico Padre Morice,
Si bien el bella-coola no obtenía valiosas prerrogativas del simple que minó de manera efectiva las sanciones religiosas nativas que rodeaban
hecho de tener un yerno carrier, sin embargo, si podía conseguir un a la clase de los nobles, y por el gobierno, mediante la prohibición del
monopolio sobre sus pieles podía acumular riqueza suficiente para potlatcb. Las antiguas pautas sobreviven en la actualidad sólo en localida-
comprar nuevas prerrogativas. Y del mismo modo que se beneficia- des aisladas, o se llevan a cabo de forma clandestina. En Fort St. Ja-
ban los bella-coola, también lo hacían los alkatcho carrier. Estos úl- mes, junto al Lago Stuart, donde está situado el puesto de comercio de la
timos traficaban con productos obtenidos en la costa que vendían a Hudson Bay y viven unos pocos cientos de blancos e indios, el proceso ha
los carrier del este del Río Blackwater. Los beneficios económicos culminado de manera casi idéntica al de los montañeses.
conseguidos del tráfico de armas y trampas de hierro crecieron hasta
el p u n t o de hacer posible la acumulación de excedentes necesarios La actual sociedad carrier clel Lago Stuart consiste en familias indi-
para el potlatch. Los compromisos de potlatch, a su vez, estimularon la viduales que detentan derechos exclusivos sobre ciertos circuitos de
actividad económica, y el grado hasta donde eran capaces de competir trampería, registrados y protegidos por el gobierno provincial. La fa-
en el potlatch servía de índice para integrar los niveles económicos milia constituye la unidad económica y de parentesco.
como prerrogativas honoríficas.
Parece verosímil pensar que los carrier del Río Blackwater no han
Teniendo en;cuenta las hipótesis que previamente hemos enunciado,
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alcanzado todavía el estadio final de aculturación. La mismo puede pen- tencia tenían en cambio un efecto disruptivo: debilitaban el poder
sarse de los skagit. La consideración crítica en este caso es siempre pen- de los jefes.
sar si la riqueza salmonera en dichas tribus era tan grande que superaba
la ..nportancia de la caza de pieles, o no. No era este el caso de los carrier El jefe de banda de las praderas comerciaba con una mercancía que
del Lago Stuart. En el bajo Skeena, sin embargo, el salmón era tan impor- había sido obtenida por medio de un esfuerzo colectivo. El jefe mundurucú
tante, que llegaron a construirse industrias conserveras, y los tsimshian y servía como intermediario en el período anterior al caucho, cuando el co-
tlingit han dejado a un lado la caza de pieles para dedicarse por entero a mercio de la harina de mandioca, también producida comunalmente, tenía
la pesca comercial y la industria conservera del salmón. una importancia primordial. Pero el jefe mundurucú perdió prácticamente
Por su parte, algunos indios de las praderas, igualmente dedicados al su posición al convertirse el caucho en el principal producto para el comer-
comercio de piehs, han desarrollado formas distintas a las hasta aquí men- cio. Los indios tentehará del nordeste del Brasil han estado en contacto
cionadas. Esto constituye otra muestra de la necesidad de examinar por se- con la civilización mucho más tiempo que los mundurucú, pero, según
parado cada formación específica en la caza y comercio de pieles. Existe una Wregley y Galvao, los jefes de poblado y los cabezas de familia ampliada
diferencia ecológica notable entre la caza de pieles de las Grandes Llanu- aún mantienen un papel principal en el comercio de la harina de mandioca
ras y la que se lleva a cabo en los bosques de coniferas del Canadá. Esta y del aceite de palma de producción colectiva. Parece evidente que, sin
diferencia no es otra que la que hay entre la caza por persecución y la otra base de autoridad política, resulta difícil para los líderes mantener el
caza por trampeo. Efectuar comparaciones sobre la base del «comercio de control sobre el comercio de bienes de producción individual.
pieles» sin más resulta, pues, incompleto y equívoco. Mientras que en las Nuestras formulaciones establecen, en efecto, que cuando determinados
praderas el objeto principal del comercio eran las pieles de búfalo, los ani- factores aculturativos, definidos funcional más que formalmente» aparecen
males capturados en el Canadá oriental eran generalmente pequeños, no dentro de una cultura, el núcleo de ésta varía según expectativas y modos
gregarios y no migratorios. El comercio de pieles en las praderas era un predictibles. Dichas formulaciones asumen la existencia de ciertas precon-
mero resultado del excedente de caza, una vez cubiertas las necesidades de diciones constantes que, aunque dignas de ser investigadas en sí mismas,
subsistencia, y servía, además, para fortalecer las técnicas cooperativas y pueden, a efectos de método, ser tomadas como factores dados.
colectivas tradicionalmente empleadas en la persecución de los rebaños mi- Podemos ejemplificar esto haciendo referencia al factor aculturativo bá-
gratorios. Por otro lado, la cohesión de la banda en las praderas se había sico, aunque incompletamente explicado, común no sólo a los mundurucú
visto acentuada por la adquisición del caballo y las armas de fuego y por y a los naskapi, sino también a la mayor parte de los pueblos primitivos
la intensificación de la actividad guerrera, esta última realizada en parte existentes en el mundo. Dicho factor puede ser formulado como sigue:
para obtener caballos. cuando los bienes manufacturados de las naciones industrializadas se hacen
Es posible que una sociedad no estratificada que adquiere un ex- accesibles a las poblaciones aborígenes por medio del comercio, los nativos
cedente de riqueza pueda desarrollar una estructura de clases, pero esto abandonan progresivamente sus propios productos artesanos con el fin de
requiere unas condiciones especiales que no suelen producirse entre los re- dedicar todos sus esfuerzos a la producción de cultivos especializados para
colectores de productos silvestres. Algunas de las tribus de las praderas el comercio u otros ítems que les permitan obtener más productos de fa-
comenzaban a mostrar un desarrollo incipiente de un sistema de clases a bricación industrial. Las consecuencias de este simple pero universal factor
finales del xvm y principios del xix, pero dichas tribus se vieron diezma- son enormes, por más variada que pueda ser su manifestación local. El fe-
das por las epidemias y avasalladas por el avance de la frontera en el pre- nómeno es de un orden de regularidad tan alto, que es preciso buscar ex-
ciso momento en que la intensificación de la riqueza y las diferencias de plicaciones especiales para las contadas excepciones.
prestigio empezaban a emerger. Una situación paralela a la de las praderas La principal hipótesis que podemos desprender del presente estudio es
podríamos encontrarla entre los mundurucú, en la creciente autoridad de ésta: cuando las gentes de una sociedad nativa no estratificada cambian
los jefes debido a su situación de intermediarios en el comercio con los productos silvestres encontrados en forma diseminada y obtenidos median-
blancos. Jablow subraya un incremento semejante de los controles políticos te el esfuerzo individual, la estructura de la cultura nativa acaba por quedar
entre los cheyenne, y Lewis dice específicamente del comercio de los pies destruida y desemboca finalmente en un tipo de cultura caracterizado por
negros: la existencia de familias individuales que detentan derechos bien definidos
sobre los recursos comercializables y que se relacionan con la nación en-
En períodos de monopolio [del comercio indio por una sola compa- globante a través de los puestos de comercio. Los caucheros, al igual que
ñía], el comercio de las pieles producía un efecto positivo: incremen- los tramperos y otros tipos de recolectores, quedan por igual comprendidos
tar el prestigio y la autoridad de los jefes. Los períodos de compe- en esta formulación general.
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