Dieta Hiposódica
Dieta Hiposódica
Dieta Hiposódica
La dieta hiposódica o baja en sodio se centra en intentar reducir los niveles de sal mediante
diferentes tipos de alimentos y el cambio de hábitos alimenticios.
Bien es sabido por todos que la sal da ese toque genuino que le falta a muchos platos, pero
también es cierto que esto no es del todo muy beneficioso, sobre todo si se excede de la cantidad
diaria recomendada.
En muchas ocasiones, nuestro cuerpo dice basta y necesitamos bajar la cantidad de sal que
los alimentos llevan consigo, o que directamente añadimos personalmente. Las
consecuencias pueden ser fatales en multitud de casos, llegando incluso al infarto.
La sal se trata de un mineral que contiene altos niveles de sodio. Este elemento químico
puede ser tan perjudicial como beneficioso para nuestro organismo.
Podemos elegir diferentes tipos de verduras frescas como puede ser la espinaca o el brócoli
sin dejar atrás las congeladas, aunque eso sí, siempre que no contengan ningún tipo de salsa
para aliñar.
Frutas
Los plátanos, manzanas o naranjas son el complemento ideal para una dieta hiposódica. A
estas le podemos añadir otras muchas, ya sean frescas, congeladas o las enlatadas, siempre
que sean en agua o su propio jugo y nunca en almíbar.
En este grupo encontramos diferentes tipos de arroces y pastas junto a la harina de avena
sin azúcar.
Si hablamos de las legumbres, los frijoles son el claro ejemplo de lo que sí se puede comer,
a la vez que unos frutos secos para acompañar nunca vienen mal siempre y cuando no
lleven sal.
Carnes
Carnes frescas, como el pescado y marisco junto al pollo y el pavo, son el tipo de carne más
utilizada dentro de una dieta de tales características.
También podremos añadir, con cuidado y conociendo que pueden presentar unos niveles de
sal mayores, carnes provenientes del cerdo o incluso de la res.
Lácteos
La leche desnatada, junto a yogures bajos en grasas, pueden ser fácilmente alimentos
extrapolados a nuestro día a día.
Por otra parte, estos dos tipos de alimento nos aportan altos niveles de magnesio, lo cual
sirve para poder mejorar y regular nuestra presión arterial, y como consecuencia, beneficiar
a los niveles de sodio presentados en nuestro organismo.
Aceites y condimentos
En este último apartado encontramos margarina y mantequilla de untar sin sal y diferentes
aceites como el de oliva, canola o sésamo.
También se puede hacer una excepción con la mayonesa, siempre que esta sea baja en
materia grasa y el tomate (también como salsa) siempre que lo podamos encontrar bajo la
etiqueta de “sin sal añadida”.
Bebidas
Os dejamos con un par de menús basadas en alimentos bajos en sal y, por ende, en sodio
para que podáis aplicarlas a vuestra vida diaria:
Menú 1
Consejos
En el momento que decidamos cocer cualquier tipo de pasta o arroz, debemos olvidarnos de
añadir la pizca de sal que corrientemente se suele echar.
Cocinar los alimentos mediante vapor, plancha, horno o asado disminuyen las cantidades de
sal en los alimentos.