Vislumbres Sobre La Exegesis Judia

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Vislumbres: Exégesis judía antigua

Por Denis Rivera D. publicado originalmente en CONOZCA edición 1991.1


Por Denis Rivera D.

¿Cómo entender sistemas de interpretación bíblica? ¿De qué manera se podría adquirir
equilibrio en el arte de la interpretación bíblica? ¿Qué hace uno para no repetir los errores del
pasado? Podemos encontrar ayuda para solucionar estas interrogantes en la historia de la
exégesis judía antigua. Los judíos de principios de la era cristiana se caracterizaban por la
presuposición de que el intérprete podía encontrar diversos significados en un pasaje.
Acudían a una especie de malabarismos hermenéuticos relacionando frases, palabras de un
pasaje con otro pasaje sin importar el contexto de que se sacaron los textos. Su acuciosidad
los llevaba a considerar como elemento de interpretación hasta las formas mismas en que
fueron escrito las letras de las palabras.
Consideremos tres métodos de interpretación de los exegéticos judíos de la antigüedad:

1. El alegorismo
La alegoría es un término técnico de la retórica que consiste en una aplicación continuada de
metáforas. En la alegoría todos los detalles tienen relevancia a diferencia de la parábola que
los detalles son incidentales y de menos relación a la idea central. Veamos un ejemplo en
Juan lo:1-5, 9.
De cierto, de cierto os digo: El que no entra por la puerta en el redil de las ovejas, sino que
sube por otra parte, ese es ladrón y salteador. Mas el que entra por la puerta, el pastor de las
ovejas es. A éste abre el portero, y las ovejas oyen su voz; ya sus ovejas llama por nombre, y
las saca.
Y cuando ha sacado fuera todas las propias, va delante de ellas; y las ovejas le siguen,
porque conocen su voz. Mas al extraño no seguirán, sino huirán de él, porque no conocen la
voz de los extraños.
Yo soy la puerta; el que por mí entrare, será salvo; y entrará, y saldrá, y hallará pastos.

En esa alegoría se representa a Jesús de manera sucesiva como el pastor de las ovejas y la
puerta. Únicamente por medio del Señor la oveja puede entrar en el reino. Los que no son
verdaderas ovejas no pueden pasar por la puerta. Así es que el Señor se ve representado por
dos cosas en sucesión, o sea dos diferentes metáforas.
La alegoría tiene su lugar dentro del campo hermenéutico de la Biblia, pero no todos los
pasajes de las Escrituras tienen un sentido alegórico. La exégesis judía antigua se sobrepasó
en el uso de ese método al alegorizar especulativamente secciones históricas o jurídicas del
Antiguo Testamento.
Esa forma de interpretación alegórica tiene sus albores en la civilización griega. Se desarrolló
cuando las obras clásicas de los grandes autores griegos como Homero y Hesíodo habían
deleitado la mente y el espíritu de sus conciudadanos con sus poesías y relatos. Esas obras
literarias entraron en tensión con la arrolladora corriente filosófica encabezada por Platón y
Aristóteles.
El debate entre lo mitológico y lo científico estaba en su apogeo. La creencia en las historias
antiguas soñaba obsoleta frente a los principios elaborados por la filosofía. De ese conflicto
emerge la alegoría. Reconcilia la historia mitológica con el mundo pensante de la nueva
época. La única manera de preservar las creencias tradicionales del pueblo era la
alegorización de tales relatos. Había que darles una forma de interpretación con un significado
más profundo que el sentido literal; un nivel superior, aceptable a la lógica del pensamiento
del momento.
Esa tensión no sólo se dio entre los griegos sino también en el pueblo hebreo. Los judíos
deseaban permanecer fieles a las enseñanzas de Moisés y al mismo tiempo tenían influencias
de las nuevas corrientes del pensamiento, las cuales aceptaban sólo aquello que era
admisible para la razón a través de los sentidos. Ellos veían como una opción el método
alegórico de interpretación para aplicarlo al Antiguo Testamento y “superar algunos escollos”
entre la tradición hebrea religiosa y las corrientes del pensamiento griego.
Entre los judíos tuvo mucha relevancia en ese tipo de exégesis Filón de Alejandría, escritor
judío de los tiempos de Cristo. El entretejió la filosofía con la Tora a través de la alegoría. Para
él las Escrituras revelan el conocimiento de todas las cosas. Por consiguiente, con la ayuda
de la alegoría, había que encontrar la idea filosófica aludida en las Escrituras, fuese o no
desarrollada. Una representación filosófica emitía conceptos. Luego buscaba representación
en el Antiguo Testamento. La serpiente de Génesis 3:1 era el símbolo del placer sexual según
Filón. Los ríos que salen del Huerto del Edén, no son ríos literales sino virtudes morales que
se deben buscar y cultivar.
Se decía que cuando Abram se convirtió en Abraham, llegó a ser un brillante filósofo estoico.
Casarse con Sara representaba comprometerse con la sabiduría.
La tarea hermenéutica de este tiempo era encontrar y probar la relación alegórica entre el
texto del Antiguo Testamento y la contingencia filosófica griega sin importar el tipo de literatura
a la cual pertenecía el texto que se interpretaba, fuera histórico, legal o profético.

2. El Midrás
Se llama Midrás a la interpretación que hacía la sinagoga como complemento de la lectura
pública de la Tora. Era la explicación de los rabíes judíos del Antiguo Testamento. El propósito
del Midrás según ellos era hacer el pasaje claro, coherente y relevante al pueblo. El Midrás
estaba dividido en dos partes: 1) El Haláguico, si el comentario versaba sobre la Ley o la Tora,
y 2) el Haggádico, si la explicación se refería a otras partes del Antiguo Testamento como
historia o salmos.
Presentaba una variedad exegética. Se desarrolló mayormente en el tiempo de Cristo y ponía
énfasis en la comparación de palabras o frases en las cuales se podían encontrar significados
más profundos, según ellos. Relacionaban palabras que tuvieran forma similar para llegar a
otros significados. Combinaban, por ejemplo, las palabras “principio” de Génesis 1:1 y
“principios” de Jeremías 26:1 para llegar a entender que Génesis 1:1 no se refiere al pasado
infinito en el cual fue creado el mundo solamente, sin también al modo en que Dios trató al
pueblo de Israel en el tiempo del rey Joaquín.
Por otro lado, el hecho de haber tres partículas en un pasaje de las Escrituras podía indicar
que un significado oculto estaba incluido además del que aparentemente indicaba. Todo ese
malabareo de palabras, incidentes gramaticales y giros lingüísticos se hacía con el supuesto
fin de demostrar la sabiduría y perfección de las Sagradas Escrituras. Pero daban los
exegéticos midrásticos significado a las palabras sin analizar el contexto en el cual tenían su
correspondiente relación. Combinaban palabras o frases sin importarles si negaban o
afirmaban la idea expuesta en el texto.

3. El literalismo
El método literal está basado en el significado exacto o básico de la palabra misma. Implica
descartar primariamente todo sentido metafórico o figurado a menos que su significado lógico
indique lo contrario.
No tenía ese método muchos seguidores en la época antigua. Estaba asociado un partidario
de él con la idea de poca sabiduría o madurez espiritual. Filón enseñaba que en el Antiguo
Testamento se debía discernir el cuerpo y el espíritu. Una mente simple, según él, trataba de
consolarse en el sentido corporal o literal del Antiguo Testamento. Los que eran más
avanzados daban un sentido espiritual a los textos. La mente no necesitaba mucha erudición
para hacer una interpretación literal.
Se abusó de ese método debido a que no se observaron las normas racionales del lenguaje.
Cada quien estudiaba una palabra, una frase, y negaba a especulaciones ocurrentes del texto
al grado de negar a lo que se conoce por “letrismo”. La letra ya no era un instrumento de
comunicación sino que se volvió un fin en sí mismo.
En aquella época las letras tenían un valor numérico y se hacían interpretaciones a base del
valor de las letras de una palabra. Por ejemplo, en el caso de Abraham cuando introdujo la
circuncisión, Génesis 17:23,27, en su casa con los 318 siervos que tenía, Génesis 14:14, los
intérpretes cristianos que suscribían a ese método decían que lo hizo el patriarca con la
mirada puesta en Jesús. Llegaban a semejante conclusión por medio de los valores
numéricos de las letras. El número “10” representaba la letra griega iota. El número “8”
representaba la letra griega eta. Poniendo juntas la iota y la eta, sacaban la palabra “iesous”,
cuyas primeras dos letras son iota y eta, y cuyo significado en español es Jesús. La cifra “300”
representaba la tau, que corresponde a la letra “t” en castellano, y que tiene la forma de una
cruz. De ahí decían que por el número de 318 se ve a Cristo en la cruz. Sacando tantos
“brillos” a las letras de las Sagradas Escrituras, estos interpretes terminaron oscureciendo el
significado verdadero.
En la exégesis judía antigua el intérprete podía sacar numerosos significados del texto. Cada
detalle incidental del texto estaba poseído de significado más profundo, según creían ellos.
Tiene marcada diferencia con la exégesis actual. Por un lado, el intérprete de hoy no se
preocupa por encontrar un significado escondido o más profundo, sino por un análisis
gramatical e histórico del texto. También existe una orientación de buscar primeramente el
significado literal del texto y de respetar la alegoría cuando esto fuera legítima. Por último, la
norma general de estudiar un texto es verlo primeramente como un todo para luego
comprender sus partes en detalles y cómo se relacionan estos con la totalidad del libro.
Atendamos con cuidado “el testimonio de los tiempos” para interpretar correctamente la
Palabra de Dios. Tenemos que procurarlo con diligencia para usar bien la palabra de verdad.

Hilel y Shamai
Escrito en 22 Agosto 2018. Publicado en UN POCO DE HISTORIA

No todos los fariseos en la época de Yeshua creían de la misma forma, ya que


dentro del Fariseísmo encontramos dos escuelas principales: la Escuela de
Shamai (Bet Shamai = Casa de Shamai) establecida en el 46 A.C. y la Escuela de
Hilel (Bet Hilel = Casa de Hilel) establecida en el 32 A.C.

Shamai era un rabino (maestro) impaciente y estricto en su interpretación de la


Torá, mientras que Hilel era indulgente y compasivo en sus interpretaciones.
Pablo perteneció a la Escuela de Hilel, ya que Hilel era el abuelo de Gamaliel el
Anciano, el Rabino del Apóstol Pablo (Hch. 22:3).

Aunque ambas Escuelas llegaron a tener unas 300 diferencias en sus enseñanzas
e interpretaciones, la amistad reinaba entre los discípulos de la Escuela de Hilel y
los de la Escuela de Shamai. Solamente en una ocasión, el Talmud nos dice que
los discípulos de Shamai usaron la violencia para imponer sus enseñanzas sobre
las de Hilel. Sin embargo, al final la Halajá (la Ley de Judía) NO es según la
Escuela de Shamai, es según la Escuela de Hilel, es decir, las interpretaciones
que han prevalecido en el Judaísmo Rabínico/Tradicional han sido las de la
Escuela de Hilel, esta decisión fue tomada después de 3 años de discusión
cuando se escuchó un Bat Kol (una voz del cielo – lit. hija de la voz) afirmando
que, aunque las palabras de las dos Escuela eran las palabras del Dios Vivo, las
que deberían aplicarse serían las palabras de Hilel, por tanto, la Halajá (la Ley de
Judía) es según la Escuela de Hilel.

Gracias al Rabino fariseo Yojanan Ben Zacai, discípulo de Hilel, el Judaísmo pudo
continuar después de la destrucción del Templo de Jerusalén, esta vez fuera de
Jerusalén, sin Templo, sin sacerdocio, sin sacrificios . . .

Hilel el Anciano, también llamado “el Sabio”, nació en Babilonia y se fue a vivir a
Israel donde trabajó como leñador, era un hombre pobre, tranquilo, bondadoso,
amante de la paz y abierto a los cambios, se cuenta que Hilel estuvo a punto de
morir congelado de frío al permanecer escuchando una clase de Torá desde una
ventana, ya que no tenía el dinero para poder entrar, gracias a este incidente, se
dejó de pagar para entrar a estas clases.

Shamai era un hombre con mucho carácter, firme, estricto y cerrado a cualquier
posible cambio que amenazase la pureza de la fe de Israel y de la raza judía. Los
discípulos de Shamai decían: “Los extranjeros son como la lepra sobre el
cuerpo de Israel”. Muchos zelotes fueron discípulos de Shamai.

Pongo a continuación una de las historias más conocidas de Hilel y Shamai:


“Sucedió que un gentil se presentó ante Shamai y le preguntó: ¿Cuántas Torás
tenéis?” Le respondió: “Dos: La Torá Escrita y la Torá Oral”. Le dijo: “Por lo que se
refiere a la Torá Escrita, te creo; en cuanto a la Torá Oral, no te creó. Haz de mí
un prosélito, con la condición de que no me enseñes más que la Torá Escrita”.
Shamai se enfadó con él y lo echó con cólera. El gentil se presentó entonces a
Hilel. Este hizo de él un prosélito . . . De nuevo ocurrió que un gentil se presentó
ante Shamai y le dijo: “Haz de mí un prosélito con la condición de que me enseñes
toda la Torá mientras me sostengo sobre un solo pie”. Shamai lo echó con una
vara de medir que tenía en la mano. Se presentó ante Hilel. Este hizo de él un
prosélito. Hilel le dijo: “Lo que odias, no se lo hagas a tu prójimo: esto es toda la
Torá, y el resto, no es más que comentario; ve y estudia . . . Algún tiempo
después, estos gentiles hechos prosélitos se encontraron en un mismo lugar y
dijeron: “La impaciente intransigencia de Shamai quiso echarnos del mundo
venidero, pero la humilde paciencia de Hilel nos ha acercado y llevado bajo las
alas de la presencia divina”.

Termino este estudio poniendo algunos de los dichos de Shamai y de Hilel . . .

Dichos de Shamai:

 Haz del estudio de la Torá tu primordial labor.


 Di poco y haz mucho.
 Recibe a toda la gente amablemente.

Dichos de Hilel:

 Busca la paz, ama a la gente y acércala a las enseñanzas de la Torá.


 Si yo no soy para mí, ¿Quién soy?; y cuando soy para mí, ¿Qué soy?; y si no
ahora, ¿Cuándo?
 NO juzgues a tu prójimo sin ponerte en su lugar.
 No digas que nadie sabrá tal cosa, pues al fin todo se sabe.
 No digas: “Estudiaré cuando tenga tiempo”, pues tal vez no lo tendrás.
 Una vez Hilel vio una calavera flotando en el agua y dijo: “Flotas por haber hecho
flotar a alguien; y quien te hizo flotar, flotará”.
Qué es Gematria? Simplemente: «puesto»; Gematria es
un método de descifracion y de interpretación de la Toráh
basado en la asignación de números a las letras
Evraicas. Muchos eruditos Yahuditas/judíos de la Eras
Talmúdica y Midráshica lo utilizaron. Comentaristas de la Toráh
como Rashi, Rambam, Ibn Ezra, y Onkelos utilizaron el método
de Gematria. En Español, el término más similar fonéticamente
a Gematria es "Geometría", la cual es la matemática de
propiedades. Pero en la mente Evraica, Gematria es la
investigación del Alefbeto/alfabeto Evraico por su valuación
numérica. Hablaré sobre los diferentes métodos de Gematria
en nuestra investigación.

Midrash (1 en hebreo, ‫"( מדרש‬explicación"), plural midrashim) es un


término hebreo que designa un método de exégesis de un texto bíblico,
dirigido al estudio o investigación que facilite la comprensión de la Torá. El
término midrash también puede referirse a una compilación de enseñanzas
midráshicas en forma de comentarios legales, exegéticos u homiléticos
del Tanaj (Biblia hebrea). Toma elementos actuales para ejemplificar de
modo comprensible textos antiguos. Proviene etimológicamente del verbo
hebreo darâs, que significa «buscar, investigar, estudiar»
El Pesher (hebr. ‫פשר‬, Pl. Pesharim) es un tipo de midrash, se postula que
las escrituras están escritas en dos niveles, uno para lectores con
conocimiento limitado, y otro oculto, disponible soló para especialistas con
mayor conocimiento, este es el pésher, la palabra deriva de la raíz de un
verbo hebreo, que significa “interpretar”, y es usada frecuentemente para
introducir la explicación de un fragmento de las Escrituras así como los
comentarios qunrámicos de los libros proféticos y las interpretaciones de
sueños que hace el profeta Daniel.

Características
Lo característico del pesher es que interpreta el texto sagrado en referencia a
la historia presente, subordinando completamente el sentido y contexto
original al significado actualizado. La idea subyacente a esta técnica es que
el texto contiene una información velada, cuyo verdadero sentido sólo se
hace patente al ser referido a acontecimientos históricos posteriores,
concretamente, al presente del grupo religioso que lo utiliza. Se asume que
quien pronunció o escribió por primera vez el contenido del texto fue
inspirado por Dios, pero que la mayoría de las veces el mismo no era
consciente del significado que la historia llegará a revelar en sus palabras.es
parecido a lo que propone Paul Ricoeur en su teoría de la hermenéutica a
distancia en su libro editado el año 1969 llamado "Essais de Hermeneutique".

“Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de
qué avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad” (2 Ti. 2:15).

El mandato dado a Timoteo no es exclusivo para él, o para su tiempo. Sabemos


que lo que le dijera Pablo a su joven pupilo es prescriptivo para todos aquellos que
desean interpretar las Escrituras y, aún más, para los que la enseñan y predican.
Usar “bien la palabra de verdad” es tan importante, que nuestra aprobación
delante de Dios depende en gran medida de este relevante hecho. Nos cuidamos
celosamente de no contradecir una doctrina medular como han hecho algunos en
la historia, o de no repetir el error herético de movimientos extremos
contemporáneos y eso es excelente, sin embargo, se enseña muchas veces a la
iglesia cosas que Dios no dijo para ella y eso también es una forma de error
doctrinal peligrosa y desaprobada por el Señor.

La interpretación alegórica de pasajes del Antiguo Testamento, sobre todo, ha sido


usada tan frecuentemente en las congregaciones evangélicas, que ya en muchos
sitios se constituye una forma válida de hermenéutica. No se cuestiona la
veracidad exegética de lo que se dice, sino que el mensaje se aprecia por la
agudeza del orador para armonizar lo incongruente, no sin la pérdida del sentido
original del texto.

Para ejemplificar lo que vengo diciendo usaré un pasaje que por excelencia se
alegoriza y veremos lo inadecuado de hacerlo. Docenas de veces he oído citar
Deuteronomio 11:24 como una promesa para la iglesia: “Todo lugar que pisare la
planta de vuestro pie será vuestro; desde el desierto hasta el Líbano, desde el río
Éufrates hasta el mar occidental será vuestro territorio”.

Se enfatiza solo la primera parte del versículo, “Todo lugar que pisare la planta de
vuestro pie será vuestro” y se deja fuera, con toda intención, el resto porque no
se ajusta a lo que se quiere enseñar. Se enfatiza que Dios nos ha dado la tierra
(las personas de nuestra comunidad, provincia, nación, etcétera) y que debemos
conquistarla. ¿Pero es eso lo que dice el versículo? Claro que no.

Es una promesa para Israel acerca de la tierra de Canaán y aún, para Israel, la
promesa tiene límites geográficos. Ellos no poseerían todo lugar del mundo que
pisaran, sino el espacio concreto que Dios les había asignado. Es evidente que la
promesa a Israel contiene principios que podemos tomar para nosotros hoy
“Porque las cosas que se escribieron antes, para nuestra enseñanza se
escribieron, a fin de que por la paciencia y la consolación de las Escrituras,
tengamos esperanza”.

Otra cosa muy diferente es apropiarnos de la promesa como si fuera dicha


enteramente para la iglesia. Podría citar otros muchos pasajes en los que se
realiza la misma acción una y otra vez.

La interpretación que debemos hacer de las Escrituras debe ser seria y ajustada a
lo que ella dice. Por eso nuestra hermenéutica no puede ser alegórica, sino
gramático histórica y literal. Esto significa que tomamos las palabras en el sentido
que los escritores sagrados las registraron.

De esta manera no erramos dándole a las Escrituras el significado que se nos


antoja, sino aquel que divinamente fue dado por Dios. La iglesia es “columna y
baluarte de la verdad” (1 Ti. 3:15), por eso no puede esperarse que ella incida en
el error de interpretar equivocadamente lo que Dios ha dicho con claridad en su
Palabra.

Podemos escoger un pasaje del Antiguo Testamento y predicarlo expositivamente,


dilucidando, con la iluminación que da Dios, los principios contenidos en él y
aplicarlos a nosotros, pues Dios es el mismo a través de las edades (He. 13:8).
Esto es legítimo y conveniente, pero nunca se debe ignorar el sentido del texto,
para quién fue dicho y a quién alcanzan las promesas que allí estén contenidas.
Tenemos el mismo desafío que Timoteo por delante, el de presentarnos a Dios
aprobado por usar bien la Palabra de verdad.

Por tanto, debemos tener cuidado de nosotros y de la doctrina que predicamos. La


exhortación paulina al joven obispo de Éfeso fue también: “Ten cuidado de ti
mismo y de la doctrina; persiste en ello, pues haciendo esto, te salvarás a ti
mismo y a los que te oyeren” (1 Ti. 4:16).

Amén.
DIFERENCIAS ENTRE ALEGORÍA Y ALEGORIZACIÓN
Antes de proseguir hemos de hacer notar y recalcar la diferencia
entre alegoría y alegorización. La alegoría es un medio legítimo
usado por algunos autores bíblicos para enseñar. La alegorización
es, como vimos, un método de interpretación mediante el cual el
intérprete da arbitrariamente a un texto un significado que se
aparta completamente del pensamiento y propósito del autor. Es
interesante observar que tanto en el Antiguo como en el Nuevo
Testamento el uso de la alegoría es más bien limitado. En el Nuevo,
si excluimos el Apocalipsis, solamente Pablo emplea este tipo de
lenguaje figurado.
Los escritores sagrados casi no utilizaron la alegoría en sus
exposiciones. Los dos ejemplos más claros se encuentran en la
literatura paulina. En 1 Corintios 9:9–10 Pablo cita una ley acerca
de los bueyes (Dt. 25:4) para aplicarla simbólicamente al derecho de
los apóstoles de recibir sostén económico. El segundo ejemplo es
Gálatas 4:21–31, donde Pablo explícitamente señala que está
tomando la historia de Sara, Agar y sus hijos como una alegoría
(4:24). (Melgares, J. (2009). Uso del Antiguo Testamento en el
Nuevo: Asuntos generales. Kairós 45: Julio–Diciembre 2009, 57).
Un ejemplo de interpretación alegórica lo tenemos en los escritos
del filósofo judío Filón, que interpretó los cuatro ríos de Gén. 2:10–
14 como referentes a las cuatro virtudes: la prudencia, la templanza,
el valor, y la justicia. (Gillis, C. Op. Cit., p. 66).
La distinción entre el sentido literal y el sentido «más elevado» de la
Escritura dio como resultado la doctrina medieval del sentido
cuádruple—(a) un sentido literal, que se refiere a las cosas hechas y
dichas en el relato bíblico, (b) el sentido alegórico, que deduce
doctrinas de la narración, (c) el sentido moral, que extrae lecciones
para la vida y la conducta, (d) el sentido analógico, que derivaba
significados celestiales de hechos terrenales. Agua podía significar,
entonces, (a) agua literal, (b) bautismo, (c) pureza moral (d) vida
eterna en la Jerusalén celestial. (Bruce, F. F. (2006).
INTERPRETACIÓN (BÍBLICA). In E. F. Harrison, G. W. Bromiley,
& C. F. H. Henry (Eds.), Diccionario de Teología, p. 328).
DIFERENCIAS ENTRE PARÁBOLAS Y ALEGORÍAS
Alegoría
Esta figura es considerada como una metáfora continuada pues es la
correspondencia prolongada de varias metáforas a lo largo de todo
un poema o una parte de un texto. Es una figura literaria o tema
artístico que pretende representar una idea valiéndose de formas
humanas, animales o de objetos cotidianos, de cuyo significado
literal se prescinde. Se caracteriza por la pluralidad de puntos de
aplicación a diferencia de la metáfora simple en la que el punto de
comparación y aplicación es solamente uno. La alegoría siempre se
refiere a un tiempo pasado; en esto se distingue de la profecía, la
cual siempre se refiere al futuro. (Otis Pinkston J. Principios de
interpretación bíblica, 1989).
Parábola
Normalmente, la parábola está compuesta de tres partes: la ocasión,
la narración, y la lección espiritual. …La interpretación correcta de
las parábolas demanda que las tres partes de la parábola se tomen
en cuenta. Cualquiera interpretación que resulte contraria a la razón
por qué fue narrada, o a la lección que indicó Jesús, tiene que ser
equivocada. Pero cuando el intérprete examina estas tres partes, no
hace más que cumplir otra regla frecuentemente mencionada, la de
observar el contexto. Una segunda regla es comprender que la
parábola normalmente enseña una sola verdad. Una tercera regla
será esta: comprender que muchos detalles de la parábola son
incluidos solamente porque son necesarios para la narración
humana o terrenal. (De la Fuente, T. (1985). Claves de
interpretación bíblica - edición actualizada, pp. 114–115).
Una palabra más de advertencia: se debe emplear mucho cuidado
en el uso de las parábolas como la base de doctrina, especialmente
cuando no se puede encontrar apoyo para la doctrina en otras
partes de la Biblia. Al mismo tiempo, las parábolas pueden usarse
de esta manera cuando las doctrinas enseñadas se encuentran en
otros textos. Además, otros puntos de apoyo se pueden basar en las
parábolas, siempre que no estén en conflicto con el mensaje central
de la parábola. (Ibíd. p. 116).
¡Cuidado con alegorizar las parábolas!
Nuestra interpretación será cristiana sólo si concuerda con toda la
enseñanza que se encuentra en otras partes del Nuevo Testamento.
Cometeríamos un error serio si la enseñanza que sacamos de una
parábola usando el método alegórico va en contra de otras
enseñanzas claras en el Nuevo Testamento. Debemos ser
cuidadosos de no alegorizar la Biblia, ya que el método alegórico no
es el más seguro para dar con el significado que Dios quiere que
entendamos (Deiros, P. A. (2008). El Evangelio que
proclamamos (p. 78).
David H. Wallace dijo: "El expositor de hoy en día no tiene derecho
a ignorar las características propias de una parábola y proceder a
alegorizarla. Con buena razón el esquema alegórico ha llegado a ser
llamado en algunos países "el método interpretativo de la nariz de
cera" puesto que la naturalezaincontrolable de la alegoría da rienda
suelta a cualquier deformación del texto. La alegorización de las
parábolas ha sido durante siglos una fuente de penurias para la
correcta interpretación histórica de las parábolas de Jesús." (Ibíd. p.
79).
Agustín alegorizó la Parábola del Samaritano
La interpretación alegórica más conocida es la de Agustín (354-430)
sobre el buen samaritano (Lc. 10:30-37):
 Un hombre descendía de Jerusalén a Jericó: Adán.
 Jerusalén: La ciudad de paz celestial, de la cual cayó Adán.
 Jericó: La luna, y por eso significa la mortalidad de Adán.
 Ladrones: el diablo y sus ángeles.
 Le despojaron de su inmortalidad
 Hiriéndole:
 Dejándole medio muerto: como hombre vive, pero murió
espiritualmente; por eso está medio muerto.
 El sacerdote y el levita: el sacerdocio y ministerio del Antiguo
Testamento.
 El Samaritano: se dice que significa "guardián": por lo tanto
implica que se refiere a Cristo mismo.
 Vendó sus heridas: significa que vendó las limitaciones impuestas
por el pecado.
 Aceite: el consuelo de la buena esperanza.
 Vino: una exhortación a caminar con espíritu ferviente.
 Cabalgadura: la carne de Cristo encarnado.
 El ser colocado sobre la cabalgadura es la fe en la encarnación de
Cristo.
 Mesón: la Iglesia.
 Otro día: después de la resurrección del Señor.
 Dos denarios: promesa para esta vida y para la venidera.
 Mesonero: el Apóstol Pablo.
Agustín ha encontrado en esta parábola una alegoría que resume la
historia de la caída y salvación de la humanidad, y cada elemento de
la historia tiene un significado figurativo que apoya esa
interpretación. …hay un problema muy importante en esta
interpretación. Esta historia del buen samaritano es una parábola, y
una parábola es un cuento que enseña un principio. Una parábola
no es una alegoría. En una alegoría las conexiones entre la figura y
la verdad que señala son complejas y cada elemento tiene su
significado como parte de la alegoría. Pero la parábola es una
historia que enseña solo un principio, y el principio surge de la
historia entera, no de la interpretación alegórica de las partes.
Entonces, ¿por qué esta Agustín interpretando una parábola como
si fuera una alegoría?
Peor todavía, esta parábola existe en un contexto bíblico y cumple
su función específica en ese contexto. Como muchas de las
parábolas, esta surge de una conversación de Jesús, en este caso con
un maestro de la ley (Lucas 10:25-29). El maestro le pregunta a
Jesús qué se debe de hacer para heredar la vida eterna, y la
respuesta es que uno debe amar a Dios y amar al prójimo. Pero
como esta respuesta le resulta un poco incomoda al maestro de la
ley, él responde con otra pregunta "¿Quién es mi prójimo?". Parece
querer implicar que el mandamiento de amar al prójimo es
demasiado ambiguo, y que por eso no es tan fácil de guardar. Es
importantísimo para la interpretación de la parábola del buen
samaritano entender que la parábola misma es la respuesta de Jesús
a la pregunta "¿Quién es mi prójimo?". Entonces, a menos que
creamos que Jesús era un personaje muy distraído y confuso
debemos interpretar la parábola como algo relacionado con el
amor al prójimo. Y una lectura sencilla de la misma confirma que sí
es una respuesta a la pregunta del maestro de la ley, pues la historia
enseña que nuestro prójimo es cualquier persona con la que nos
encontremos que necesite de nuestra ayuda, o sea, de nuestro amor.
Pero la interpretación de Agustín no tiene ni la más mínima cosa
que ver con el amor al prójimo. Seguramente si nos pudiéramos
sentar a discutir el asunto con él, Agustín no negaría que la parábola
del buen samaritano trata del tema del amor al prójimo. Pero
su hermenéutica platónica le da la opción de también introducir
otro sentido a la parábola. El problema más serio de esta
interpretación no son las conclusiones a las que ha llegado sino las
que ha ignorado. Su interpretación ha ocultado el sentido original
de la parábola, y por tanto ha ocultado el mensaje bíblico. Jesús dio
esta parábola para enseñarnos algo. Lucas incluyó esta parábola en
su evangelio para resaltar esa misma lección. Entonces, ¿qué
derecho tiene un intérprete de salir con otra interpretación
completamente diferente que oculta la lección del pasaje? La ironía
es que la interpretación de Agustín le interesaría mucho al maestro
de la ley. Como ya vimos, él intentaba justificar su falta de amor al
prójimo por el hecho de la ambigüedad del mandamiento. Jesús le
presenta una clara identificación del prójimo y termina con: "ve tú y
haz lo mismo". Más le convendría la maestro de la ley meditar en la
interpretación de Agustín, que no requiere nada, que solo resalta lo
que ya sabemos y no es tan especifico como para generar
convicción. No creo que esta sea la razón por la cual Agustín abarca
esa interpretación. Pero este si es uno de
los problemas importantísimos de la interpretación alegórica o de
cualquier otro tipo de sistema que nos dé las herramientas y el
permiso para encontrar un mensaje alternativo al sentido normal
del texto de la Biblia. Solo aprendemos algo que ya sabíamos, e
ignoramos el mensaje real, ignoramos lo que nos está diciendo Dios.
(Haskell Rob., Hermenéutica, Interpretación eficaz hoy, 2009, P
121-124).
Los fundamentos de interpretación de la parábola del Samaritano
según J. Masters son:
(a) que la respuesta a la pregunta del intérprete de la Ley exigía una
respuesta de gracia (opuesta a las "obras"); y (b) que la parábola
tenía claramente un significado que llegaría a ser completamente
diáfano para el intérprete de la Ley cuando Cristo —despreciado
como un samaritano— fuese a la Cruz por los demás en
un actitud compasiva. Sobre la base de un "significado cumplido
más tarde", el intérprete de la Ley vería que la parábola era un
cuadro de la obra del Mesías. (Masters, J. (2007). Enseñanzas para
toda la vida 2. Primera edición., p. 174).
Orígenes de Alejandría alegorizó la Parábola del
Samaritano
En su homilía acerca de esta parábola, Orígenes cita a un presbítero
con quien está bastante de acuerdo en su interpretación alegórica de
la parábola. En este caso, el herido es Adán, Jerusalén es el paraíso,
Jericó el mundo, los ladrones los poderes hostiles, el sacerdote la
ley, el levita los profetas, el Samaritano es Jesús, las heridas son la
desobediencia, el mesón la Iglesia, la bestia el cuerpo del Señor, el
mesonero el rector de la Iglesia, los dos denarios el Padre y el Hijo y
la promesa del Samaritano que volverá es la segunda venida de
Cristo. Orígenes está de acuerdo con esta interpretación pero no
está de acuerdo en que todo ser humano va de "Jerusalén" a
"Jericó".
Orígenes concluye que debemos ser imitadores de Cristo, hacer
como el samaritano teniendo compasión de aquellos que han caído
en manos de los ladrones.

a escuela teológica alejandrina está ligada a los nombres


de Panteno, Clemente y Orígenes. Con ellos, entre la segunda mitad del siglo II y
comienzos del III, se perfila en Alejandría un centro de estudios superiores de exégesis de
teología, puesto bajo el control del obispo local y orientado a la instrucción de
los catecúmenos. Entre los objetivos de esta escuela o didaskaleion estaba la intención
de enfrentarse con el predominio cultural que el gnosticismo, bastante difundido en
Alejandría, había adquirido entre los cristianos cultos de la ciudad. Se trataba de dar
origen a una "gnosis" ortodoxa, pero culturalmente abierta. Un signo evidente de esta
apertura fue la utilización del método racional filosófico, aplicado a la doctrina revelada,
así como el uso del método filológico en relación con el texto sagrado. El sistema que más
influyó en la escuela alejandrina fue el platonismo.

La tradición presenta a Panteno y a Clemente como primeros maestros de


este didaskaleion, pero parece ser que se trataba todavía de una escuela "privada". Fue
con Orígenes, alrededor del 220, cuando empezó a funcionar la escuela alejandrina,
dividida en dos niveles (uno elemental, para la formación de los catecúmenos; el otro, de
profundización teológica superior). La aportación de Orígenes fue fundamental para la
orientación cultural que sostenía esta escuela. Fue Orígenes, efectivamente, el que
asumió y amplió el planteamiento dualista y espiritualista propio del platonismo a diversos
ámbitos; en relación con la realidad, distinguiendo dos niveles, uno sensible y otro
inteligible; en relación con los hombres, divididos en simples y en perfectos; en relación
con el mismo Cristo, considerado en su realidad humano/divina; en relación con
la mística, entendida como una huida progresiva del mundo corporal y hasta en relación
con la Sagrada Escritura interpretada literal o espiritualmente.

Este dualismo "sistemático" conferirá un carácter unitario a la cultura alejandrina.


Representa una "clave de lectura" que le dará claridad y rigor metodológico. Debido a su
carácter intelectualista, a su apertura a la filosofía platónica y a la utilización del lenguaje
religioso de la época, Clemente y Orígenes lograron eliminar la gnosis heterodoxa que se
levantaba sobre la presunción de una "superioridad" cognoscitiva y electiva, que también
por su parte los católicos aseguraban poseer. Pero no es de extrañar que algunos de los
cristianos "simples" mirasen con desconfianza este empeño intelectual: "La plebe tiene
miedo de la filosofía de los griegos, lo mismo que los niños de las máscaras, temiendo
que aquélla se los vaya a llevar". Clemente, Stromata, VI, 80). La confirmación se tendrá
en la condenación de Orígenes y en su alejamiento de Alejandría. Sin embargo, en este
centro se siguió la orientación del maestro por obra de personajes como
Heracles, Dionisio, Pierio, Dídimo y Rodón, prescindiendo solamente de algunos aspectos
de su pensamiento (por ejemplo, la doctrina sobre la preexistencia de las almas, la
resurrección espiritual). El enfrentamiento que la orientación espiritualista alejandrina tuvo
con la cultura asiática, de rasgos materialistas, y la confrontación posterior con la escuela
teológica antioquena, que se mostraba crítica con el alegorismo, obligará a ciertos
cambios en la orientación teológica alejandrina, que a su vez hará sentir todo su peso en
las disputas cristológicas del siglo (acentuación en Cristo del elemento divino sobre el
humano), hasta llegar al monofisismo, última radicalización de la cristología alejandrina.

Mientras que la escuela de Alejandría creció en su confrontación con el gnosticismo y se


desarrolló bajo la influencia de la filosofía platónica, la escuela de Antioquía siguió un
camino distinto. Más ligada al aristotelismo y, desde un punto de vista filológico, el
hebraísmo rabínico, no constituyó una "escuela" en sentido estricto, aunque es
considerada como tal, ya que en varios autores relacionados con Antioquía encontramos
el mismo planteamiento exegético y teológico.

Durante mucho tiempo se pensó que el presbítero Luciano de Antioquía, maestro


de Arrio y defensor de una orientación exegética literalista, fue el fundador de la "escuela"
teológica antioquena: sin embargo, lo poco que sabemos de él no permite avalar esta
hipótesis. Lo cierto es que en el siglo III-IV surgió en Antioquía -bien por la persistencia de
la cultura asiática bien como reacción contra el origenismo alejandrino- una tendencia
hacia la exégesis literalista y, en relación con Jesucristo, una plena valoración de su
componente humano. El representante de esta doble orientación es Eustacio, obispo de
Antioquía (323-330).

Fuertemente opuesto a Orígenes, al que acusó de haber alegorizado toda la Escritura, y


prudentemente cercano a las posiciones de Pablo de
Samosata (monarquianismo moderado), Eustacio jugó un papel primordial en la
condenación de Arrio en Nicea (325).

Parece ser que el verdadero iniciador de la escuela teológica antioquena fue Diodoro de
Tarso († 394), el primero que formuló la que a continuación se designaría como
"cristología antioquena", dirigida a separar en Jesucristo al Hijo de Dios del hijo de María,
aun negando que se trata de "dos hijos". Discípulos de Diodoro de Tarso fueron Juan
Crisóstomo y Teodoro de Mopsuestia. Mientras que el primero no se distinguió por ofrecer
especiales aportaciones doctrinales, sino más bien por su actividad pastoral, Teodoro,
nombrado obispo de Mopsuestia en el 392, debe considerarse como el exponente
principal de la escuela teológica antioquena. Acentuó el papel de la humanidad asumida
por el Verbo y su capacidad autónoma de obrar. Al mismo tiempo, intentó salvaguardar en
todo lo posible la unidad de las dos naturalezas. Desde el punto de vista exegético, se nos
presenta como el representante más cualificado de la exégesis antioquena, en
contraposición con el alegorismo de la escuela alejandrina.

Discípulo de Teodoro fue Nestorio, patriarca de Constantinopla (428), cuya doctrina llevó
a una confrontación abierta entre los seguidores de la teología antioquena y los de la
alejandrina.

Poniendo el acento en la integridad de las dos naturalezas en Cristo, no logró demostrar


con suficiente claridad cómo las dos "naturalezas" pueden confluir en Cristo en una
unidad personal. El conflicto se encendió sobre todo cuando Nestorio propuso sustituir el
título de theotókos de María por el de christotókos, tendiendo de este modo a resaltar el
hecho de que María no engendró a la divinidad, sino al hombre unido inseparablemente a
ella. La cristología de Nestorio, desafortunada por la falta de instrumentos conceptuales
adecuados, estaba en línea sin embargo con la orientación de la escuela antioquena,
empeñada en valorar el elemento humano en Cristo.

El último representante prestigioso de la orientación teológica antioquena fue Teodoreto,


obispo de Ciro, que, implicado en la disputa sobre Nestorio, puso de manifiesto los
peligros inherentes a la orientación teológica alejandrina y la distinción insuficiente entre la
humanidad y la divinidad en Cristo. En contra de Eutiques, Teodoreto compuso en el año
447 una obra importante, Eranistes (El mendigo), en el que ofrecía una clara refutación
del monofisismo, sostenido por el monje de Constantinopla. Condenado y depuesto en el
llamado Latrocinio de Éfeso(449), Teodoreto fue rehabilitado en el concilio de
Calcedonia (451). En sus numerosas obras recoge los resultados de la escuela
antioquena, hasta el punto de que se le considera como el último representante
destacado de la ilustre tradición antioquena.
LAS GRANDES ESCUELAS TEOLÓGICAS DE LA ANTIGÜEDAD

SEDE FUNDAD DIRECTORE ALUMNOS CARACTERÍSTI PELIGROS


OR S PROMINEN CAS NOTABLES LATENTES
PRINCIPALE TES
S

Alejand Panteno († Clemente Atanasio (29 Gran influencia del Abuso del
ría c. 200) de Alejandría( 6-373) platonismo: el método
150-215) mundo visible es alegórico.
'En aquel Cirilo (376- una copia del
tiempo, Orígenes(185 444) mundo real de las Tendencia a la
Panteno, -253) ideas; y de la especulación
famoso Apolinar de síntesis teológica y
por su Dionisio de Laodicea(31 de Filón entre al misticismo.
erudición, Alejandría(† 0-390) filosofía, como
estaba 265) método de Subordinacioni
encargad Jerónimo (34 interpretación, y smo del Logos
o de la Teognosto († 5-420) revelación. respecto a Dios
escuela c. 282) Padre
de Rufino de Fuerte tendencia (Trinidadjerárqu
creyentes Pierio († c. Aquileya (34 a la interpretación ica).
en 310) 4-410) alegórica de las
Alejandría Escrituras Tendencia
. Esta Dídimo el (especialmente al monofisismo
academia ciego (313- bajo Orígenes). (la humanidad
, ha 398) de Cristo
llegado Su doctrina del absorbida por
hasta Logos, como su divinidad).
nuestros puente entre Dios
días y ha y el mundo, es un
sido intento de
dirigida reconciliar el
por evangelio con la
hombres filosofía griega.
de gran
capacida Tendencia a
d y celo exaltar el
por las elemento divino
cosas de en Cristo a
Dios.' expensas de su
(Eusebio, humanidad.
Historia
Eclesiásti Firme defensa del
ca 5:10) título theotokos(M
adre de Dios)
aplicado a María.

Enfrentada con la
escuela de
Antioquía a la que
acusaba de
carnal por
adherirse a la
letra de la
Escritura.

Antioq Malquión Diodoro de Luciano de Fuerte tendencia a Tendencia


uía de († c.270) Tarso († c. Antioquía († la interpretación al racionalismo.
Siria 394) 312) histórico-gramatical
de las Escrituras. Separación
Arrio (256- entre la
336) Gran interés en la humanidad y la
humanidad de divinidad de
Eusebio de Cristo y en el Cristo
Nicomedia († Jesús histórico. (nestorianismo)
342) .
Reacia a usar el
Isidoro de título Theotokos( Recorte de la
Pelusio († Madre de Dios) divinidad de
c.435) aplicado a María. Cristo (Trinidad
nominal)
Juan Énfasis en la
Crisóstomo teología pastoral
(347-407) y en la exégesis
científica.
Teodoro de
Mopsuestia( Enfrentada con la
350-428) escuela de
Alejandría a la
Teodoreto de que acusaba de
Ciro (393- destruir el valor
458) histórico de la
Biblia,
Nestorio convirtiéndola en
(381-c.450) mitología.

Alcanzó su
apogeo en el
siglo IV.
Cesarea Orígenes Pánfilo († c. Gregorio el Continuadora de la
de (185-253) 310) Taumaturgo( línea de Alejandría,
Tierra 213-270) pero sin caer en sus
Santa excesos.
Eusebio de
Cesarea(263
-339)

Basilio el
Grande(329-
279)

Gregorio de
Nisa(330-
394)

Gregorio de
Nacianzo (33
0-390)
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Evangélica Pueblo Nuevo

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