Vislumbres Sobre La Exegesis Judia
Vislumbres Sobre La Exegesis Judia
Vislumbres Sobre La Exegesis Judia
¿Cómo entender sistemas de interpretación bíblica? ¿De qué manera se podría adquirir
equilibrio en el arte de la interpretación bíblica? ¿Qué hace uno para no repetir los errores del
pasado? Podemos encontrar ayuda para solucionar estas interrogantes en la historia de la
exégesis judía antigua. Los judíos de principios de la era cristiana se caracterizaban por la
presuposición de que el intérprete podía encontrar diversos significados en un pasaje.
Acudían a una especie de malabarismos hermenéuticos relacionando frases, palabras de un
pasaje con otro pasaje sin importar el contexto de que se sacaron los textos. Su acuciosidad
los llevaba a considerar como elemento de interpretación hasta las formas mismas en que
fueron escrito las letras de las palabras.
Consideremos tres métodos de interpretación de los exegéticos judíos de la antigüedad:
1. El alegorismo
La alegoría es un término técnico de la retórica que consiste en una aplicación continuada de
metáforas. En la alegoría todos los detalles tienen relevancia a diferencia de la parábola que
los detalles son incidentales y de menos relación a la idea central. Veamos un ejemplo en
Juan lo:1-5, 9.
De cierto, de cierto os digo: El que no entra por la puerta en el redil de las ovejas, sino que
sube por otra parte, ese es ladrón y salteador. Mas el que entra por la puerta, el pastor de las
ovejas es. A éste abre el portero, y las ovejas oyen su voz; ya sus ovejas llama por nombre, y
las saca.
Y cuando ha sacado fuera todas las propias, va delante de ellas; y las ovejas le siguen,
porque conocen su voz. Mas al extraño no seguirán, sino huirán de él, porque no conocen la
voz de los extraños.
Yo soy la puerta; el que por mí entrare, será salvo; y entrará, y saldrá, y hallará pastos.
En esa alegoría se representa a Jesús de manera sucesiva como el pastor de las ovejas y la
puerta. Únicamente por medio del Señor la oveja puede entrar en el reino. Los que no son
verdaderas ovejas no pueden pasar por la puerta. Así es que el Señor se ve representado por
dos cosas en sucesión, o sea dos diferentes metáforas.
La alegoría tiene su lugar dentro del campo hermenéutico de la Biblia, pero no todos los
pasajes de las Escrituras tienen un sentido alegórico. La exégesis judía antigua se sobrepasó
en el uso de ese método al alegorizar especulativamente secciones históricas o jurídicas del
Antiguo Testamento.
Esa forma de interpretación alegórica tiene sus albores en la civilización griega. Se desarrolló
cuando las obras clásicas de los grandes autores griegos como Homero y Hesíodo habían
deleitado la mente y el espíritu de sus conciudadanos con sus poesías y relatos. Esas obras
literarias entraron en tensión con la arrolladora corriente filosófica encabezada por Platón y
Aristóteles.
El debate entre lo mitológico y lo científico estaba en su apogeo. La creencia en las historias
antiguas soñaba obsoleta frente a los principios elaborados por la filosofía. De ese conflicto
emerge la alegoría. Reconcilia la historia mitológica con el mundo pensante de la nueva
época. La única manera de preservar las creencias tradicionales del pueblo era la
alegorización de tales relatos. Había que darles una forma de interpretación con un significado
más profundo que el sentido literal; un nivel superior, aceptable a la lógica del pensamiento
del momento.
Esa tensión no sólo se dio entre los griegos sino también en el pueblo hebreo. Los judíos
deseaban permanecer fieles a las enseñanzas de Moisés y al mismo tiempo tenían influencias
de las nuevas corrientes del pensamiento, las cuales aceptaban sólo aquello que era
admisible para la razón a través de los sentidos. Ellos veían como una opción el método
alegórico de interpretación para aplicarlo al Antiguo Testamento y “superar algunos escollos”
entre la tradición hebrea religiosa y las corrientes del pensamiento griego.
Entre los judíos tuvo mucha relevancia en ese tipo de exégesis Filón de Alejandría, escritor
judío de los tiempos de Cristo. El entretejió la filosofía con la Tora a través de la alegoría. Para
él las Escrituras revelan el conocimiento de todas las cosas. Por consiguiente, con la ayuda
de la alegoría, había que encontrar la idea filosófica aludida en las Escrituras, fuese o no
desarrollada. Una representación filosófica emitía conceptos. Luego buscaba representación
en el Antiguo Testamento. La serpiente de Génesis 3:1 era el símbolo del placer sexual según
Filón. Los ríos que salen del Huerto del Edén, no son ríos literales sino virtudes morales que
se deben buscar y cultivar.
Se decía que cuando Abram se convirtió en Abraham, llegó a ser un brillante filósofo estoico.
Casarse con Sara representaba comprometerse con la sabiduría.
La tarea hermenéutica de este tiempo era encontrar y probar la relación alegórica entre el
texto del Antiguo Testamento y la contingencia filosófica griega sin importar el tipo de literatura
a la cual pertenecía el texto que se interpretaba, fuera histórico, legal o profético.
2. El Midrás
Se llama Midrás a la interpretación que hacía la sinagoga como complemento de la lectura
pública de la Tora. Era la explicación de los rabíes judíos del Antiguo Testamento. El propósito
del Midrás según ellos era hacer el pasaje claro, coherente y relevante al pueblo. El Midrás
estaba dividido en dos partes: 1) El Haláguico, si el comentario versaba sobre la Ley o la Tora,
y 2) el Haggádico, si la explicación se refería a otras partes del Antiguo Testamento como
historia o salmos.
Presentaba una variedad exegética. Se desarrolló mayormente en el tiempo de Cristo y ponía
énfasis en la comparación de palabras o frases en las cuales se podían encontrar significados
más profundos, según ellos. Relacionaban palabras que tuvieran forma similar para llegar a
otros significados. Combinaban, por ejemplo, las palabras “principio” de Génesis 1:1 y
“principios” de Jeremías 26:1 para llegar a entender que Génesis 1:1 no se refiere al pasado
infinito en el cual fue creado el mundo solamente, sin también al modo en que Dios trató al
pueblo de Israel en el tiempo del rey Joaquín.
Por otro lado, el hecho de haber tres partículas en un pasaje de las Escrituras podía indicar
que un significado oculto estaba incluido además del que aparentemente indicaba. Todo ese
malabareo de palabras, incidentes gramaticales y giros lingüísticos se hacía con el supuesto
fin de demostrar la sabiduría y perfección de las Sagradas Escrituras. Pero daban los
exegéticos midrásticos significado a las palabras sin analizar el contexto en el cual tenían su
correspondiente relación. Combinaban palabras o frases sin importarles si negaban o
afirmaban la idea expuesta en el texto.
3. El literalismo
El método literal está basado en el significado exacto o básico de la palabra misma. Implica
descartar primariamente todo sentido metafórico o figurado a menos que su significado lógico
indique lo contrario.
No tenía ese método muchos seguidores en la época antigua. Estaba asociado un partidario
de él con la idea de poca sabiduría o madurez espiritual. Filón enseñaba que en el Antiguo
Testamento se debía discernir el cuerpo y el espíritu. Una mente simple, según él, trataba de
consolarse en el sentido corporal o literal del Antiguo Testamento. Los que eran más
avanzados daban un sentido espiritual a los textos. La mente no necesitaba mucha erudición
para hacer una interpretación literal.
Se abusó de ese método debido a que no se observaron las normas racionales del lenguaje.
Cada quien estudiaba una palabra, una frase, y negaba a especulaciones ocurrentes del texto
al grado de negar a lo que se conoce por “letrismo”. La letra ya no era un instrumento de
comunicación sino que se volvió un fin en sí mismo.
En aquella época las letras tenían un valor numérico y se hacían interpretaciones a base del
valor de las letras de una palabra. Por ejemplo, en el caso de Abraham cuando introdujo la
circuncisión, Génesis 17:23,27, en su casa con los 318 siervos que tenía, Génesis 14:14, los
intérpretes cristianos que suscribían a ese método decían que lo hizo el patriarca con la
mirada puesta en Jesús. Llegaban a semejante conclusión por medio de los valores
numéricos de las letras. El número “10” representaba la letra griega iota. El número “8”
representaba la letra griega eta. Poniendo juntas la iota y la eta, sacaban la palabra “iesous”,
cuyas primeras dos letras son iota y eta, y cuyo significado en español es Jesús. La cifra “300”
representaba la tau, que corresponde a la letra “t” en castellano, y que tiene la forma de una
cruz. De ahí decían que por el número de 318 se ve a Cristo en la cruz. Sacando tantos
“brillos” a las letras de las Sagradas Escrituras, estos interpretes terminaron oscureciendo el
significado verdadero.
En la exégesis judía antigua el intérprete podía sacar numerosos significados del texto. Cada
detalle incidental del texto estaba poseído de significado más profundo, según creían ellos.
Tiene marcada diferencia con la exégesis actual. Por un lado, el intérprete de hoy no se
preocupa por encontrar un significado escondido o más profundo, sino por un análisis
gramatical e histórico del texto. También existe una orientación de buscar primeramente el
significado literal del texto y de respetar la alegoría cuando esto fuera legítima. Por último, la
norma general de estudiar un texto es verlo primeramente como un todo para luego
comprender sus partes en detalles y cómo se relacionan estos con la totalidad del libro.
Atendamos con cuidado “el testimonio de los tiempos” para interpretar correctamente la
Palabra de Dios. Tenemos que procurarlo con diligencia para usar bien la palabra de verdad.
Hilel y Shamai
Escrito en 22 Agosto 2018. Publicado en UN POCO DE HISTORIA
Aunque ambas Escuelas llegaron a tener unas 300 diferencias en sus enseñanzas
e interpretaciones, la amistad reinaba entre los discípulos de la Escuela de Hilel y
los de la Escuela de Shamai. Solamente en una ocasión, el Talmud nos dice que
los discípulos de Shamai usaron la violencia para imponer sus enseñanzas sobre
las de Hilel. Sin embargo, al final la Halajá (la Ley de Judía) NO es según la
Escuela de Shamai, es según la Escuela de Hilel, es decir, las interpretaciones
que han prevalecido en el Judaísmo Rabínico/Tradicional han sido las de la
Escuela de Hilel, esta decisión fue tomada después de 3 años de discusión
cuando se escuchó un Bat Kol (una voz del cielo – lit. hija de la voz) afirmando
que, aunque las palabras de las dos Escuela eran las palabras del Dios Vivo, las
que deberían aplicarse serían las palabras de Hilel, por tanto, la Halajá (la Ley de
Judía) es según la Escuela de Hilel.
Gracias al Rabino fariseo Yojanan Ben Zacai, discípulo de Hilel, el Judaísmo pudo
continuar después de la destrucción del Templo de Jerusalén, esta vez fuera de
Jerusalén, sin Templo, sin sacerdocio, sin sacrificios . . .
Hilel el Anciano, también llamado “el Sabio”, nació en Babilonia y se fue a vivir a
Israel donde trabajó como leñador, era un hombre pobre, tranquilo, bondadoso,
amante de la paz y abierto a los cambios, se cuenta que Hilel estuvo a punto de
morir congelado de frío al permanecer escuchando una clase de Torá desde una
ventana, ya que no tenía el dinero para poder entrar, gracias a este incidente, se
dejó de pagar para entrar a estas clases.
Shamai era un hombre con mucho carácter, firme, estricto y cerrado a cualquier
posible cambio que amenazase la pureza de la fe de Israel y de la raza judía. Los
discípulos de Shamai decían: “Los extranjeros son como la lepra sobre el
cuerpo de Israel”. Muchos zelotes fueron discípulos de Shamai.
Dichos de Shamai:
Dichos de Hilel:
Características
Lo característico del pesher es que interpreta el texto sagrado en referencia a
la historia presente, subordinando completamente el sentido y contexto
original al significado actualizado. La idea subyacente a esta técnica es que
el texto contiene una información velada, cuyo verdadero sentido sólo se
hace patente al ser referido a acontecimientos históricos posteriores,
concretamente, al presente del grupo religioso que lo utiliza. Se asume que
quien pronunció o escribió por primera vez el contenido del texto fue
inspirado por Dios, pero que la mayoría de las veces el mismo no era
consciente del significado que la historia llegará a revelar en sus palabras.es
parecido a lo que propone Paul Ricoeur en su teoría de la hermenéutica a
distancia en su libro editado el año 1969 llamado "Essais de Hermeneutique".
“Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de
qué avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad” (2 Ti. 2:15).
Para ejemplificar lo que vengo diciendo usaré un pasaje que por excelencia se
alegoriza y veremos lo inadecuado de hacerlo. Docenas de veces he oído citar
Deuteronomio 11:24 como una promesa para la iglesia: “Todo lugar que pisare la
planta de vuestro pie será vuestro; desde el desierto hasta el Líbano, desde el río
Éufrates hasta el mar occidental será vuestro territorio”.
Se enfatiza solo la primera parte del versículo, “Todo lugar que pisare la planta de
vuestro pie será vuestro” y se deja fuera, con toda intención, el resto porque no
se ajusta a lo que se quiere enseñar. Se enfatiza que Dios nos ha dado la tierra
(las personas de nuestra comunidad, provincia, nación, etcétera) y que debemos
conquistarla. ¿Pero es eso lo que dice el versículo? Claro que no.
Es una promesa para Israel acerca de la tierra de Canaán y aún, para Israel, la
promesa tiene límites geográficos. Ellos no poseerían todo lugar del mundo que
pisaran, sino el espacio concreto que Dios les había asignado. Es evidente que la
promesa a Israel contiene principios que podemos tomar para nosotros hoy
“Porque las cosas que se escribieron antes, para nuestra enseñanza se
escribieron, a fin de que por la paciencia y la consolación de las Escrituras,
tengamos esperanza”.
La interpretación que debemos hacer de las Escrituras debe ser seria y ajustada a
lo que ella dice. Por eso nuestra hermenéutica no puede ser alegórica, sino
gramático histórica y literal. Esto significa que tomamos las palabras en el sentido
que los escritores sagrados las registraron.
Amén.
DIFERENCIAS ENTRE ALEGORÍA Y ALEGORIZACIÓN
Antes de proseguir hemos de hacer notar y recalcar la diferencia
entre alegoría y alegorización. La alegoría es un medio legítimo
usado por algunos autores bíblicos para enseñar. La alegorización
es, como vimos, un método de interpretación mediante el cual el
intérprete da arbitrariamente a un texto un significado que se
aparta completamente del pensamiento y propósito del autor. Es
interesante observar que tanto en el Antiguo como en el Nuevo
Testamento el uso de la alegoría es más bien limitado. En el Nuevo,
si excluimos el Apocalipsis, solamente Pablo emplea este tipo de
lenguaje figurado.
Los escritores sagrados casi no utilizaron la alegoría en sus
exposiciones. Los dos ejemplos más claros se encuentran en la
literatura paulina. En 1 Corintios 9:9–10 Pablo cita una ley acerca
de los bueyes (Dt. 25:4) para aplicarla simbólicamente al derecho de
los apóstoles de recibir sostén económico. El segundo ejemplo es
Gálatas 4:21–31, donde Pablo explícitamente señala que está
tomando la historia de Sara, Agar y sus hijos como una alegoría
(4:24). (Melgares, J. (2009). Uso del Antiguo Testamento en el
Nuevo: Asuntos generales. Kairós 45: Julio–Diciembre 2009, 57).
Un ejemplo de interpretación alegórica lo tenemos en los escritos
del filósofo judío Filón, que interpretó los cuatro ríos de Gén. 2:10–
14 como referentes a las cuatro virtudes: la prudencia, la templanza,
el valor, y la justicia. (Gillis, C. Op. Cit., p. 66).
La distinción entre el sentido literal y el sentido «más elevado» de la
Escritura dio como resultado la doctrina medieval del sentido
cuádruple—(a) un sentido literal, que se refiere a las cosas hechas y
dichas en el relato bíblico, (b) el sentido alegórico, que deduce
doctrinas de la narración, (c) el sentido moral, que extrae lecciones
para la vida y la conducta, (d) el sentido analógico, que derivaba
significados celestiales de hechos terrenales. Agua podía significar,
entonces, (a) agua literal, (b) bautismo, (c) pureza moral (d) vida
eterna en la Jerusalén celestial. (Bruce, F. F. (2006).
INTERPRETACIÓN (BÍBLICA). In E. F. Harrison, G. W. Bromiley,
& C. F. H. Henry (Eds.), Diccionario de Teología, p. 328).
DIFERENCIAS ENTRE PARÁBOLAS Y ALEGORÍAS
Alegoría
Esta figura es considerada como una metáfora continuada pues es la
correspondencia prolongada de varias metáforas a lo largo de todo
un poema o una parte de un texto. Es una figura literaria o tema
artístico que pretende representar una idea valiéndose de formas
humanas, animales o de objetos cotidianos, de cuyo significado
literal se prescinde. Se caracteriza por la pluralidad de puntos de
aplicación a diferencia de la metáfora simple en la que el punto de
comparación y aplicación es solamente uno. La alegoría siempre se
refiere a un tiempo pasado; en esto se distingue de la profecía, la
cual siempre se refiere al futuro. (Otis Pinkston J. Principios de
interpretación bíblica, 1989).
Parábola
Normalmente, la parábola está compuesta de tres partes: la ocasión,
la narración, y la lección espiritual. …La interpretación correcta de
las parábolas demanda que las tres partes de la parábola se tomen
en cuenta. Cualquiera interpretación que resulte contraria a la razón
por qué fue narrada, o a la lección que indicó Jesús, tiene que ser
equivocada. Pero cuando el intérprete examina estas tres partes, no
hace más que cumplir otra regla frecuentemente mencionada, la de
observar el contexto. Una segunda regla es comprender que la
parábola normalmente enseña una sola verdad. Una tercera regla
será esta: comprender que muchos detalles de la parábola son
incluidos solamente porque son necesarios para la narración
humana o terrenal. (De la Fuente, T. (1985). Claves de
interpretación bíblica - edición actualizada, pp. 114–115).
Una palabra más de advertencia: se debe emplear mucho cuidado
en el uso de las parábolas como la base de doctrina, especialmente
cuando no se puede encontrar apoyo para la doctrina en otras
partes de la Biblia. Al mismo tiempo, las parábolas pueden usarse
de esta manera cuando las doctrinas enseñadas se encuentran en
otros textos. Además, otros puntos de apoyo se pueden basar en las
parábolas, siempre que no estén en conflicto con el mensaje central
de la parábola. (Ibíd. p. 116).
¡Cuidado con alegorizar las parábolas!
Nuestra interpretación será cristiana sólo si concuerda con toda la
enseñanza que se encuentra en otras partes del Nuevo Testamento.
Cometeríamos un error serio si la enseñanza que sacamos de una
parábola usando el método alegórico va en contra de otras
enseñanzas claras en el Nuevo Testamento. Debemos ser
cuidadosos de no alegorizar la Biblia, ya que el método alegórico no
es el más seguro para dar con el significado que Dios quiere que
entendamos (Deiros, P. A. (2008). El Evangelio que
proclamamos (p. 78).
David H. Wallace dijo: "El expositor de hoy en día no tiene derecho
a ignorar las características propias de una parábola y proceder a
alegorizarla. Con buena razón el esquema alegórico ha llegado a ser
llamado en algunos países "el método interpretativo de la nariz de
cera" puesto que la naturalezaincontrolable de la alegoría da rienda
suelta a cualquier deformación del texto. La alegorización de las
parábolas ha sido durante siglos una fuente de penurias para la
correcta interpretación histórica de las parábolas de Jesús." (Ibíd. p.
79).
Agustín alegorizó la Parábola del Samaritano
La interpretación alegórica más conocida es la de Agustín (354-430)
sobre el buen samaritano (Lc. 10:30-37):
Un hombre descendía de Jerusalén a Jericó: Adán.
Jerusalén: La ciudad de paz celestial, de la cual cayó Adán.
Jericó: La luna, y por eso significa la mortalidad de Adán.
Ladrones: el diablo y sus ángeles.
Le despojaron de su inmortalidad
Hiriéndole:
Dejándole medio muerto: como hombre vive, pero murió
espiritualmente; por eso está medio muerto.
El sacerdote y el levita: el sacerdocio y ministerio del Antiguo
Testamento.
El Samaritano: se dice que significa "guardián": por lo tanto
implica que se refiere a Cristo mismo.
Vendó sus heridas: significa que vendó las limitaciones impuestas
por el pecado.
Aceite: el consuelo de la buena esperanza.
Vino: una exhortación a caminar con espíritu ferviente.
Cabalgadura: la carne de Cristo encarnado.
El ser colocado sobre la cabalgadura es la fe en la encarnación de
Cristo.
Mesón: la Iglesia.
Otro día: después de la resurrección del Señor.
Dos denarios: promesa para esta vida y para la venidera.
Mesonero: el Apóstol Pablo.
Agustín ha encontrado en esta parábola una alegoría que resume la
historia de la caída y salvación de la humanidad, y cada elemento de
la historia tiene un significado figurativo que apoya esa
interpretación. …hay un problema muy importante en esta
interpretación. Esta historia del buen samaritano es una parábola, y
una parábola es un cuento que enseña un principio. Una parábola
no es una alegoría. En una alegoría las conexiones entre la figura y
la verdad que señala son complejas y cada elemento tiene su
significado como parte de la alegoría. Pero la parábola es una
historia que enseña solo un principio, y el principio surge de la
historia entera, no de la interpretación alegórica de las partes.
Entonces, ¿por qué esta Agustín interpretando una parábola como
si fuera una alegoría?
Peor todavía, esta parábola existe en un contexto bíblico y cumple
su función específica en ese contexto. Como muchas de las
parábolas, esta surge de una conversación de Jesús, en este caso con
un maestro de la ley (Lucas 10:25-29). El maestro le pregunta a
Jesús qué se debe de hacer para heredar la vida eterna, y la
respuesta es que uno debe amar a Dios y amar al prójimo. Pero
como esta respuesta le resulta un poco incomoda al maestro de la
ley, él responde con otra pregunta "¿Quién es mi prójimo?". Parece
querer implicar que el mandamiento de amar al prójimo es
demasiado ambiguo, y que por eso no es tan fácil de guardar. Es
importantísimo para la interpretación de la parábola del buen
samaritano entender que la parábola misma es la respuesta de Jesús
a la pregunta "¿Quién es mi prójimo?". Entonces, a menos que
creamos que Jesús era un personaje muy distraído y confuso
debemos interpretar la parábola como algo relacionado con el
amor al prójimo. Y una lectura sencilla de la misma confirma que sí
es una respuesta a la pregunta del maestro de la ley, pues la historia
enseña que nuestro prójimo es cualquier persona con la que nos
encontremos que necesite de nuestra ayuda, o sea, de nuestro amor.
Pero la interpretación de Agustín no tiene ni la más mínima cosa
que ver con el amor al prójimo. Seguramente si nos pudiéramos
sentar a discutir el asunto con él, Agustín no negaría que la parábola
del buen samaritano trata del tema del amor al prójimo. Pero
su hermenéutica platónica le da la opción de también introducir
otro sentido a la parábola. El problema más serio de esta
interpretación no son las conclusiones a las que ha llegado sino las
que ha ignorado. Su interpretación ha ocultado el sentido original
de la parábola, y por tanto ha ocultado el mensaje bíblico. Jesús dio
esta parábola para enseñarnos algo. Lucas incluyó esta parábola en
su evangelio para resaltar esa misma lección. Entonces, ¿qué
derecho tiene un intérprete de salir con otra interpretación
completamente diferente que oculta la lección del pasaje? La ironía
es que la interpretación de Agustín le interesaría mucho al maestro
de la ley. Como ya vimos, él intentaba justificar su falta de amor al
prójimo por el hecho de la ambigüedad del mandamiento. Jesús le
presenta una clara identificación del prójimo y termina con: "ve tú y
haz lo mismo". Más le convendría la maestro de la ley meditar en la
interpretación de Agustín, que no requiere nada, que solo resalta lo
que ya sabemos y no es tan especifico como para generar
convicción. No creo que esta sea la razón por la cual Agustín abarca
esa interpretación. Pero este si es uno de
los problemas importantísimos de la interpretación alegórica o de
cualquier otro tipo de sistema que nos dé las herramientas y el
permiso para encontrar un mensaje alternativo al sentido normal
del texto de la Biblia. Solo aprendemos algo que ya sabíamos, e
ignoramos el mensaje real, ignoramos lo que nos está diciendo Dios.
(Haskell Rob., Hermenéutica, Interpretación eficaz hoy, 2009, P
121-124).
Los fundamentos de interpretación de la parábola del Samaritano
según J. Masters son:
(a) que la respuesta a la pregunta del intérprete de la Ley exigía una
respuesta de gracia (opuesta a las "obras"); y (b) que la parábola
tenía claramente un significado que llegaría a ser completamente
diáfano para el intérprete de la Ley cuando Cristo —despreciado
como un samaritano— fuese a la Cruz por los demás en
un actitud compasiva. Sobre la base de un "significado cumplido
más tarde", el intérprete de la Ley vería que la parábola era un
cuadro de la obra del Mesías. (Masters, J. (2007). Enseñanzas para
toda la vida 2. Primera edición., p. 174).
Orígenes de Alejandría alegorizó la Parábola del
Samaritano
En su homilía acerca de esta parábola, Orígenes cita a un presbítero
con quien está bastante de acuerdo en su interpretación alegórica de
la parábola. En este caso, el herido es Adán, Jerusalén es el paraíso,
Jericó el mundo, los ladrones los poderes hostiles, el sacerdote la
ley, el levita los profetas, el Samaritano es Jesús, las heridas son la
desobediencia, el mesón la Iglesia, la bestia el cuerpo del Señor, el
mesonero el rector de la Iglesia, los dos denarios el Padre y el Hijo y
la promesa del Samaritano que volverá es la segunda venida de
Cristo. Orígenes está de acuerdo con esta interpretación pero no
está de acuerdo en que todo ser humano va de "Jerusalén" a
"Jericó".
Orígenes concluye que debemos ser imitadores de Cristo, hacer
como el samaritano teniendo compasión de aquellos que han caído
en manos de los ladrones.
Parece ser que el verdadero iniciador de la escuela teológica antioquena fue Diodoro de
Tarso († 394), el primero que formuló la que a continuación se designaría como
"cristología antioquena", dirigida a separar en Jesucristo al Hijo de Dios del hijo de María,
aun negando que se trata de "dos hijos". Discípulos de Diodoro de Tarso fueron Juan
Crisóstomo y Teodoro de Mopsuestia. Mientras que el primero no se distinguió por ofrecer
especiales aportaciones doctrinales, sino más bien por su actividad pastoral, Teodoro,
nombrado obispo de Mopsuestia en el 392, debe considerarse como el exponente
principal de la escuela teológica antioquena. Acentuó el papel de la humanidad asumida
por el Verbo y su capacidad autónoma de obrar. Al mismo tiempo, intentó salvaguardar en
todo lo posible la unidad de las dos naturalezas. Desde el punto de vista exegético, se nos
presenta como el representante más cualificado de la exégesis antioquena, en
contraposición con el alegorismo de la escuela alejandrina.
Discípulo de Teodoro fue Nestorio, patriarca de Constantinopla (428), cuya doctrina llevó
a una confrontación abierta entre los seguidores de la teología antioquena y los de la
alejandrina.
Alejand Panteno († Clemente Atanasio (29 Gran influencia del Abuso del
ría c. 200) de Alejandría( 6-373) platonismo: el método
150-215) mundo visible es alegórico.
'En aquel Cirilo (376- una copia del
tiempo, Orígenes(185 444) mundo real de las Tendencia a la
Panteno, -253) ideas; y de la especulación
famoso Apolinar de síntesis teológica y
por su Dionisio de Laodicea(31 de Filón entre al misticismo.
erudición, Alejandría(† 0-390) filosofía, como
estaba 265) método de Subordinacioni
encargad Jerónimo (34 interpretación, y smo del Logos
o de la Teognosto († 5-420) revelación. respecto a Dios
escuela c. 282) Padre
de Rufino de Fuerte tendencia (Trinidadjerárqu
creyentes Pierio († c. Aquileya (34 a la interpretación ica).
en 310) 4-410) alegórica de las
Alejandría Escrituras Tendencia
. Esta Dídimo el (especialmente al monofisismo
academia ciego (313- bajo Orígenes). (la humanidad
, ha 398) de Cristo
llegado Su doctrina del absorbida por
hasta Logos, como su divinidad).
nuestros puente entre Dios
días y ha y el mundo, es un
sido intento de
dirigida reconciliar el
por evangelio con la
hombres filosofía griega.
de gran
capacida Tendencia a
d y celo exaltar el
por las elemento divino
cosas de en Cristo a
Dios.' expensas de su
(Eusebio, humanidad.
Historia
Eclesiásti Firme defensa del
ca 5:10) título theotokos(M
adre de Dios)
aplicado a María.
Enfrentada con la
escuela de
Antioquía a la que
acusaba de
carnal por
adherirse a la
letra de la
Escritura.
Alcanzó su
apogeo en el
siglo IV.
Cesarea Orígenes Pánfilo († c. Gregorio el Continuadora de la
de (185-253) 310) Taumaturgo( línea de Alejandría,
Tierra 213-270) pero sin caer en sus
Santa excesos.
Eusebio de
Cesarea(263
-339)
Basilio el
Grande(329-
279)
Gregorio de
Nisa(330-
394)
Gregorio de
Nacianzo (33
0-390)
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