Donal Curtis - Ese Tipo Llamado Sacramento
Donal Curtis - Ese Tipo Llamado Sacramento
Donal Curtis - Ese Tipo Llamado Sacramento
IRONÍAS DE PISTOLERO
FRANK CAUDETT
La tierra allí, en aquel lugar, ofrecía igual aspecto que el semblante de un
cadáver. Demacrada, sin rastro de vegetación que ocultara la impronta de
hieratismo de sus arenas cenicientas que se extendían, sin fin, hasta
desaparecer tras un horizonte crepuscular que tan siquiera ofrecía vestigios
sangrientos al esconderse el sol.
Murray Skerrit detuvo su caballo y se empinó en lo alto de los estribos.
Complacido por lo que veía, igual que si fuese aquélla la primera vez que
file://E:\Libros Biblioteca Maxi 11000 libros ordenados por autores\BOLSILIBROS- ... 07/09/2011
IRONÍAS DE PISTOLERO — FRANK CAUDETT Página 2 de 56
Su rostro color cobre bruñido por el inclemente sol del desierto, que poseía
una belleza tan cetrina como increíble, se entreabrió en una sonrisa
esperanzada al reseco aire del atardecer. En sus ojos de negro apagado que
parecían hambrientos de vida y amor, brilló una tímida lucecita de
esperanza. Un destello de agradecimiento.
Todas sus formas juveniles, salvajes y agrestes como los animales que
pululaban por aquel entorno, se estremecieron bajo el sensible impacto que
hacía estallar su misma imaginación al pensar en lo que deseaba del
hombre que en lo alto de su montura iba acercándose lentamente hacia la
casa.
Hola, pequeña.
—¡Murray!
file://E:\Libros Biblioteca Maxi 11000 libros ordenados por autores\BOLSILIBROS- ... 07/09/2011
IRONÍAS DE PISTOLERO — FRANK CAUDETT Página 3 de 56
—Sabes decir cosas muy bonitas, Murray. Eso me pierde cuando estás a mi
lado.
—¿Y luego?
—Sí, Murray.
file://E:\Libros Biblioteca Maxi 11000 libros ordenados por autores\BOLSILIBROS- ... 07/09/2011
IRONÍAS DE PISTOLERO — FRANK CAUDETT Página 4 de 56
—No puedo, Murray. Lo deseo más que tú. ¿Vienes de Nueva Rosita?
—¿Caballos...?
—Vienen de Nueva Rosita. Seguro... ¿Te ha visto llegar alguien?
file://E:\Libros Biblioteca Maxi 11000 libros ordenados por autores\BOLSILIBROS- ... 07/09/2011
IRONÍAS DE PISTOLERO — FRANK CAUDETT Página 5 de 56
Una crispación apretó las pálidas facciones del pistolero cuyos músculos y
nervios se habían tensado como el acero y sus ojos, chispeantes y
encogidos, mostraban la firme resolución de siempre en semejantes
circunstancias.
Formados por las columnas que nacían en los cascos de tres caballos tordos
que cabalgaban bajo el peso de sus respectivos jinetes.
—Buenas tardes, Murray —saludó Julián Portoles al llegar delante de la
casa, tirando de las riendas con una mano y atusándose con la otra las guías
de su exagerado mostacho.
—Hola —fue la seca respuesta de Skerrit—. ¿Qué quieres?
file://E:\Libros Biblioteca Maxi 11000 libros ordenados por autores\BOLSILIBROS- ... 07/09/2011
IRONÍAS DE PISTOLERO — FRANK CAUDETT Página 6 de 56
—¿Dólares...?
—¿Tú que crees, bigotes?
file://E:\Libros Biblioteca Maxi 11000 libros ordenados por autores\BOLSILIBROS- ... 07/09/2011
IRONÍAS DE PISTOLERO — FRANK CAUDETT Página 7 de 56
—Soy un pistolero, Beatriz. Dejarlo... Suena a ironía, ¿no crees? Ellos han
venido aquí. Portoles ha venido a provocarme.
file://E:\Libros Biblioteca Maxi 11000 libros ordenados por autores\BOLSILIBROS- ... 07/09/2011
IRONÍAS DE PISTOLERO — FRANK CAUDETT Página 8 de 56
Era un, «Colt-Walker» calibre 44, que tenía el punto de mira limado para
no entorpecer la acción del «saque». Las culatas eran de cedro, y en cada
cacha lucían las iniciales M. S.
Se acercó más a ella para rodear con ambos brazos el dúctil y breve talle
femenino, atrayendo hacia sí aquel cuerpo encendido en su propio calor.
file://E:\Libros Biblioteca Maxi 11000 libros ordenados por autores\BOLSILIBROS- ... 07/09/2011
IRONÍAS DE PISTOLERO — FRANK CAUDETT Página 9 de 56
Tom Cross avanzó con paso lento, cansino, hacia el grupo de hombres que
hacían girar entre los dedos sarmentosos de sus manos los grandes
sombreros de copa cónica, manteniendo una prudente actitud observadora.
Silenciosa. Triste incluso.
—Buenos días.
—¿Alguna epidemia?
Una amarga crispación dibujó un rictus escéptico en la ajada boca del
indígena.
—Algo parecido, señor. Una epidemia llamada Murray Skerrit.
Compatriota suyo, señor.
Cross hizo un movimiento con la cabeza señalando alternativamente las
tres fosas dentro de las cuales iban cayendo las paletadas de tierra.
—Sí...
file://E:\Libros Biblioteca Maxi 11000 libros ordenados por autores\BOLSILIBROS- ... 07/09/2011
IRONÍAS DE PISTOLERO — FRANK CAUDETT Página 10 de 56
González. Skerrit viene con cierta frecuencia a pasar cortas temporadas con
ella.
—Entiendo —murmuró el americano.
—He oído hablar de ella. Dicen que es una mujer muy hermosa.
—Más que mujer —le corrigió el que seguía dándole vueltas a su
sombrero—, yo diría que se trata de una hembra. Es fuego y es pasión, es
carne ardiente. Es... pecado, señor. Peca cuando entreabre sus labios
carnosos para sonreír, porque sonríe e invita al pecado. Portoles estaba loco
por ella. Es la razón por la que Skerrit lo mató:
file://E:\Libros Biblioteca Maxi 11000 libros ordenados por autores\BOLSILIBROS- ... 07/09/2011
IRONÍAS DE PISTOLERO — FRANK CAUDETT Página 11 de 56
Antiguo amigo suyo para hacer aquella cuestión mucho más complicada.
Más dolorosa.
Se mojó los resecos labios con la punta de la lengua y permaneció un buen
rato sobre su caballo, profundamente pensativo.
file://E:\Libros Biblioteca Maxi 11000 libros ordenados por autores\BOLSILIBROS- ... 07/09/2011
IRONÍAS DE PISTOLERO — FRANK CAUDETT Página 12 de 56
—Estaba convencido de que vendrías, Tom, Siempre has sido tozudo como
una mula y extrañamente respetado, a la vez, por la suerte. No la tientes
más, muchacho. Lárgate. Regresa a Del Río para siempre.
El representante de la Ley sonrió abatido al tiempo que daba dos, tres pasos
más, hacia adelante.
—¿Silver Johnson...? ¡Oh, no, por favor! Sabes bien que lo tenía merecido.
El banquero era un cerdo, un canalla. Hice algunos trabajitos para él... No
me dirás que lo ignorabas, ¿verdad? La última vez no me pagó la cantidad
convenida.
file://E:\Libros Biblioteca Maxi 11000 libros ordenados por autores\BOLSILIBROS- ... 07/09/2011
IRONÍAS DE PISTOLERO — FRANK CAUDETT Página 13 de 56
¿Miedo...?
Murray Skerrit seguía siendo el más rápido. El pistolero más veloz que
jamás se hubiera conocido en Texas, Arizona, Nuevo México y California,
a la hora de efectuar el «saque».
—No me obligues, Cross... —era una súplica, un ruego, quizá una oración
postrera—. No me obligues.
file://E:\Libros Biblioteca Maxi 11000 libros ordenados por autores\BOLSILIBROS- ... 07/09/2011
IRONÍAS DE PISTOLERO — FRANK CAUDETT Página 14 de 56
vida de un pistolero tiene una serie de amargas ironías que la gente ignora.
Matar a un antiguo amigo puede ser una de ellas. ¡Lárgate de una maldita
vez! Ahora que aún estás a tiempo.
—¡Detente, Tom! —le había llamado por primera vez durante aquella tensa
escena por su nombre de pila.
Cinco, seis,..
Skerrit, cegado por la ira, desenfundó.
—¡Skerrit! —murmuró.
file://E:\Libros Biblioteca Maxi 11000 libros ordenados por autores\BOLSILIBROS- ... 07/09/2011
IRONÍAS DE PISTOLERO — FRANK CAUDETT Página 15 de 56
El último espejismo, que captaron sus ojos vidriosos fueron unas lágrimas
relucientes, brillantes, esculpidas bajo las pupilas del pistolero.
3
Beatriz González, con su cabellera azabache desplomada contra la espalda
y sus facciones pálidas como nunca escapando al cobre de costumbre,
observó, preocupada, el rostro adusto y encajado de Murray Skerrit, al
conjuro de los estertores de la tarde que se despedía filtrando su tímida
claridad por entre las rejas de las ventanas.
Sirvió una taza de café colocándola junto al hombre que, hierático, rígido
como una estaca, se balanceaba maquinalmente dentro de la mecedora.
file://E:\Libros Biblioteca Maxi 11000 libros ordenados por autores\BOLSILIBROS- ... 07/09/2011
IRONÍAS DE PISTOLERO — FRANK CAUDETT Página 16 de 56
razón de que la tumba de Cross está mucho más cerca de lo que marca esa
distancia de veinte o treinta yardas. Está en tu conciencia. Y de ella no te
aleja ni toda la distancia del mundo. No es por esa tumba que quieres
marcharte...
—La de siempre, porque siempre haces lo mismo. Pasas tres o cuatro días
conmigo después de haberme prometido estar un mes, y desapareces. No
haces más que buscar pretextos. ¿Por qué? Di que te sacias de mi cuerpo y
luego te aburres. Adiós, pistolero. Puedes volver cuando quieras.
Murray Skerrit dio la vuelta caminando con lentitud hacia la mujer. Le
sonrió con tristeza al tiempo que buscaba con las suyas unas manos que ella
se resistió a tenderle.
file://E:\Libros Biblioteca Maxi 11000 libros ordenados por autores\BOLSILIBROS- ... 07/09/2011
IRONÍAS DE PISTOLERO — FRANK CAUDETT Página 17 de 56
—¡Beatriz!
Muertas...
file://E:\Libros Biblioteca Maxi 11000 libros ordenados por autores\BOLSILIBROS- ... 07/09/2011
IRONÍAS DE PISTOLERO — FRANK CAUDETT Página 18 de 56
file://E:\Libros Biblioteca Maxi 11000 libros ordenados por autores\BOLSILIBROS- ... 07/09/2011
IRONÍAS DE PISTOLERO — FRANK CAUDETT Página 19 de 56
—Adiós...
—Suerte, Murray.
El pistolero se revolvió con furia sin igual lo mismo que si aquel acto
reflejo fuera contrario a los dictados de su propia voluntad.
—¡Beatriz! —exclamó, pretendiendo encerrarla entre sus brazos para
buscar ansiosamente la boca roja, la boca madura, la boca húmeda, la boca
entreabierta.
—Nada.
—No es la primera vez que me marcho. Y que vuelvo...
—Adiós, Beatriz.
file://E:\Libros Biblioteca Maxi 11000 libros ordenados por autores\BOLSILIBROS- ... 07/09/2011
IRONÍAS DE PISTOLERO — FRANK CAUDETT Página 20 de 56
—Sé que no volverás nunca, Murray Skerrit —Beatriz, por fin, empezó a
llorar con sigilo—. Pero esta vez... —bajó la voz hasta convertirla en un
murmullo, al tiempo que se pasaba suavemente, la diestra, por encima del
vientre—. Esta vez tengo el presentimiento de que me dejas un recuerdo
imborrable. Adiós, amor. ¡Suerte!
4
Era un joven de singular belleza.
La suya, era una belleza agresiva, brutal, salvaje. Era, quizá, la belleza de
una fiera que amaba rabiosamente su libertad y que se movía con cautela,
como flotando, lo mismo que si a cada paso estuviera defendiendo, celoso,
aquella libertad.
El bello mestizo mostraba un semblante que parecía la huella de un voraz
incendio. Un rostro quemado en el que destacaba el poder infinito de sus
ojos verdes, de un verde albahaca que al reverberar el sol en él, los hacía
invisibles. Llenos de misterio, puede que hasta de inquietudes. El largo
cabello negro, sedoso y rebelde que caía hasta algo más del hombro, le
confería el perfil mítico de un bravo guerrero indio, a lo cual contribuía su
aura masculina corriendo a lo largo y ancho de un cuerpo ágil, musculoso,
repartido en siete pies de longitud.
«Recuerdo» González era, sí, un tipo muy singular.
file://E:\Libros Biblioteca Maxi 11000 libros ordenados por autores\BOLSILIBROS- ... 07/09/2011
IRONÍAS DE PISTOLERO — FRANK CAUDETT Página 21 de 56
—Iré a verla hoy, madre. Iré a Del Río para hablar con Elizabeth... Para
hablar con ella.
—¡Te matarán!
file://E:\Libros Biblioteca Maxi 11000 libros ordenados por autores\BOLSILIBROS- ... 07/09/2011
IRONÍAS DE PISTOLERO — FRANK CAUDETT Página 22 de 56
5
Henry Bronson lucía en sus finos labios una confianza, seguridad y poder,
que alguien parecía haberle pintado en la boca el mismo instante de su
nacimiento.
file://E:\Libros Biblioteca Maxi 11000 libros ordenados por autores\BOLSILIBROS- ... 07/09/2011
IRONÍAS DE PISTOLERO — FRANK CAUDETT Página 23 de 56
Tras doblar el primer recodo natural que presentaba el trazado del camino,
inesperadamente, él detuvo el coche para acercarse con ojos cariñosos a la
muchacha.
—Pierdes el tiempo, Henry. No estoy de humor para recibir tus mimos.
Elizabeth Moore se puso roja como la grana. Lo mismo que si una mano
brutal hubiera abofeteado ferozmente sus mejillas.
file://E:\Libros Biblioteca Maxi 11000 libros ordenados por autores\BOLSILIBROS- ... 07/09/2011
IRONÍAS DE PISTOLERO — FRANK CAUDETT Página 24 de 56
Los ojos del hacendado, más que mirar, se clavaron con crueldad en los de
la muchacha, que los hurtó de inmediato.
file://E:\Libros Biblioteca Maxi 11000 libros ordenados por autores\BOLSILIBROS- ... 07/09/2011
IRONÍAS DE PISTOLERO — FRANK CAUDETT Página 25 de 56
mismo interés que si le fuera desconocido y que, poco a poco, iba quedando
a sus espaldas. Abandonaron la propiedad del ganadero al compás del trote
avivado del ágil y reluciente caballo, enfilando un camino solitario que
recordaba por diversas razones a una serpiente en plena agonía.
Lejanas se recortaban las casas de Del Río, ofreciendo al cielo tristón que
se teñía con el cromado del ocaso, sus tejados rojos como el amor, como la
sangre, como el pecado y el gris plúmbeo de sus porches opacos y
silenciosos.
El hacendado apretó las riendas con fuerza mientras una palidez cadavérica
se estrellaba en su semblante. Trató de controlarse, de recuperar la calma y
la serenidad tras el terrible impacto moral que acababa de recibir. Luego de
ver el atrevimiento del mexicano y escuchar el desafío que vibraba en sus
palabras, en su voz, al exaltar la belleza de Elizabeth en su misma
presencia.
—Será mejor que se largue con viento fresco, González. Está pisando los
límites de mi propiedad y eso puede acabar siendo peligroso para... su
salud.
file://E:\Libros Biblioteca Maxi 11000 libros ordenados por autores\BOLSILIBROS- ... 07/09/2011
IRONÍAS DE PISTOLERO — FRANK CAUDETT Página 26 de 56
file://E:\Libros Biblioteca Maxi 11000 libros ordenados por autores\BOLSILIBROS- ... 07/09/2011
IRONÍAS DE PISTOLERO — FRANK CAUDETT Página 27 de 56
file://E:\Libros Biblioteca Maxi 11000 libros ordenados por autores\BOLSILIBROS- ... 07/09/2011
IRONÍAS DE PISTOLERO — FRANK CAUDETT Página 28 de 56
Y algo le dijo muy dentro de sí, que aquello... AQUELLO, no podía quedar
así. Que aquel, maldito y repugnante cara sucia no podía... NO PODÍA salir
victorioso, triunfante, de aquella situación.
NO.
Apuntándole.
Y con una sonrisa feroz, asesina, comprimiendo sus partidos y sangrantes
labios, dijo:
file://E:\Libros Biblioteca Maxi 11000 libros ordenados por autores\BOLSILIBROS- ... 07/09/2011
IRONÍAS DE PISTOLERO — FRANK CAUDETT Página 29 de 56
Tal como estaba y limitándose tan sólo a erguir el tronco hacia delante,
apuntó con fijeza, con frialdad, contra el tórax del hacendado. Justo en
aquel punto detrás del cual tenía que hallarse el corazón.
file://E:\Libros Biblioteca Maxi 11000 libros ordenados por autores\BOLSILIBROS- ... 07/09/2011
IRONÍAS DE PISTOLERO — FRANK CAUDETT Página 30 de 56
Elizabeth Moore sostuvo las riendas con manos firmes impidiendo que el
estrépito de los disparos espantasen al animal, lo desbocaran, y se lanzase a
una ciega, y desenfrenada carrera arrastrando, al calesín y por ende a ella.
Luego y sin poder evitarlo saltó del carruaje para correr, enloquecida, sin
dignarse mirar el cadáver de Bronson que yacía de bruces en tierra tras
haberse golpeado contra el vehículo, para buscar refugio entre los abiertos
brazos, musculosos, potentes, de aquella bestia oscura, quemada, hacia
quien la empujaba un extraño e irrefrenable deseo.
file://E:\Libros Biblioteca Maxi 11000 libros ordenados por autores\BOLSILIBROS- ... 07/09/2011
IRONÍAS DE PISTOLERO — FRANK CAUDETT Página 31 de 56
file://E:\Libros Biblioteca Maxi 11000 libros ordenados por autores\BOLSILIBROS- ... 07/09/2011
IRONÍAS DE PISTOLERO — FRANK CAUDETT Página 32 de 56
Tan loco, que le ofreció de nuevo sus favores, sus deseos, en una muda y
patética mirada.
Amor y muerte volvieron a entrelazarse simbolizando el principio y el fin.
El todo y la nada.
6
«Recuerdo» González estuvo recorriendo durante algo más de una hora, a
lomos de su montura, aquel estallido de vida, color, jolgorio y alegría, que
los texanos llamaban San Antonio, perpetuando así la voluntad de los
fundadores de aquella ciudad, posiblemente de origen hispano.
Atrás, a lo lejos, y como una prolongación misma de su nombre quedaban
los recuerdos, muchos recuerdos.
Beatriz, su madre. Elizabeth Moore, el amor de su vida. Aquel amor por el
que había matado el primer hombre... Aquel amor con el que aún no había
renunciado a unirse, a reunirse definitivamente.
file://E:\Libros Biblioteca Maxi 11000 libros ordenados por autores\BOLSILIBROS- ... 07/09/2011
IRONÍAS DE PISTOLERO — FRANK CAUDETT Página 33 de 56
Se alzó encima del porche permaneciendo largo rato quieto como si aún no
estuviese demasiado seguro de lo que deseaba hacer. Complacido frente al
hecho de pasar por una vez desapercibido, el joven de facciones cobrizas y
salvaje belleza, decidió al fin franquear las batientes del «1800 Saloon».
Sonaba un piano.
file://E:\Libros Biblioteca Maxi 11000 libros ordenados por autores\BOLSILIBROS- ... 07/09/2011
IRONÍAS DE PISTOLERO — FRANK CAUDETT Página 34 de 56
Los grandes ojos negros de Elizabeth también estaban cada minuto allí,
cada, segundo... Sobre todo en las largas noches de insomnio cuando la
presentía, desnuda como la viese la primera y última vez, a su lado, dándole
toda la pasión de aquel cuerpo de fuego.
Johnny Monroe había prometido escribirle, sí... Pero no podía hacerlo hasta
que no hubiera encontrado el lugar seguro que ofreciese definitivas
garantías de seguridad. Y tampoco hasta que no contara con algo sólido que
ofrecerle. Porque a una mujer como Elizabeth no podía llamársela a una
vida insulsa, vacía, llena de inquietudes y sobresaltos, carente de
seguridades, de algo real y sólido. El amor era importante, sí, pero
«Recuerdo» González había aprendido que no era suficiente para enfocar
una vida, toda una existencia.
Uno era muy alto, casi tanto como él, y hacía ostentación de una delgadez
extrema, aparentando ser un esqueleto con dos revólveres. Con dos
peligrosos «Remington», pavonados, con las sobresalientes culatas
alzándose muy bajas, en ángulo agudo, repletas de muescas.
file://E:\Libros Biblioteca Maxi 11000 libros ordenados por autores\BOLSILIBROS- ... 07/09/2011
IRONÍAS DE PISTOLERO — FRANK CAUDETT Página 35 de 56
Tenía pinta de ser hijo de la insolencia y del desprecio, con una boca
delgada, de perfil pérfido, húmedas de continuo las comisuras de los labios
y amarillenta la piel arrugada de su faz cadavérica, angulosa.
—¡No vayas a vomitar encima mío, Joe! —le gritó uno de sus
provocadores adláteres.
Fue tanto el escozor que se acumuló dentro de los ratoniles ojos del
chulesco gunman, que un estridente alarido de dolor brotó de su escuálida
garganta.
—¡Aaaaaaaaag!
Luego otro.
file://E:\Libros Biblioteca Maxi 11000 libros ordenados por autores\BOLSILIBROS- ... 07/09/2011
IRONÍAS DE PISTOLERO — FRANK CAUDETT Página 36 de 56
Para morir con una bala metida en el entrecejo cuando pretendía enfilar los
cañones de sus revólveres hacia la cara del mestizo.
De rodillas como estaba, Joe Keagan dobló el esquelético troncó hacia atrás
haciendo crujir el espinazo y luego se alzó, agitándose en el aire con un
violento espasmo, hasta quedar muerto, rebotando encima de la madera
varias veces como flagelado por una súbita epilepsia.
file://E:\Libros Biblioteca Maxi 11000 libros ordenados por autores\BOLSILIBROS- ... 07/09/2011
IRONÍAS DE PISTOLERO — FRANK CAUDETT Página 37 de 56
La miró compasivo.
—Sígueme.
7
Sólo un año atrás la presencia de aquella mujer le habría impresionado,
sobrecogido.
file://E:\Libros Biblioteca Maxi 11000 libros ordenados por autores\BOLSILIBROS- ... 07/09/2011
IRONÍAS DE PISTOLERO — FRANK CAUDETT Página 38 de 56
—Como usted, no. Creo que no. Seguro que no. No...
Hertha avanzó unos pasos hasta detenerse delante, pegada al cuerpo del
mestizo.
—Eres impresionante, «Recuerdo». Me haces pensar en alguien... ¡Oh, no,
qué tontería! Yo tampoco he sido nunca de un hombre como tú. ¿Qué te
parece si ambos despejamos la incógnita?
—Bueno...
El, despacio, retiró las dos tiras rojas que pintaban los tersos, redondos
hombros, comenzando a besarlos un segundo después.
file://E:\Libros Biblioteca Maxi 11000 libros ordenados por autores\BOLSILIBROS- ... 07/09/2011
IRONÍAS DE PISTOLERO — FRANK CAUDETT Página 39 de 56
El suficiente para poder adquirir unos cuantos acres de tierra fértil donde
alzar un maravilloso rancho, desde donde pudiera escuchar cada noche
balanceándose en una mecedora el mugido de los terneros y el piafar de los
potros. Y oír el soplo acariciante del viento, mientras Elizabeth se volcaba
hacia él regalándole sus besos amorosos.
Elizabeth...
file://E:\Libros Biblioteca Maxi 11000 libros ordenados por autores\BOLSILIBROS- ... 07/09/2011
IRONÍAS DE PISTOLERO — FRANK CAUDETT Página 40 de 56
—¿Le amabas?
Ella rehuyó la mirada inquisitiva del mestizo.
—Puede que entonces le amase, sí. Pero eso pasó. Ya es sólo un recuerdo...
¡Oh, no sé por qué me estremezco ahora al pronunciar esa palabra! Hablar
de recuerdos y tener a mi lado alguien a quien apodan así... «Recuerdo»...
Estuvo muy acertada tu madre, al ponértelo. ¿A quién le recordabas?
Se encogió de hombros.;
file://E:\Libros Biblioteca Maxi 11000 libros ordenados por autores\BOLSILIBROS- ... 07/09/2011
IRONÍAS DE PISTOLERO — FRANK CAUDETT Página 41 de 56
Desorbitó las verdosas esmeraldas que vivían en sus órbitas, cuyo fulgor
chispeante, dio rudos golpetazos contra la puerta de la pasión, excitada
pasión, que vivía en el interior de la insaciable Hertha.
—¡Oh, por favor, deja de jugar con las palabras! Se llama Dyan Ford. Pero
no volverá nunca, nunca. Una enfermedad se lo llevó lejos cuando supo que
ya no podía ser el hombre... El hombre que una mujer como yo necesita a
su lado: TU. Tú sí eres ese hombre. Y quiero... —lo besó con brutal
file://E:\Libros Biblioteca Maxi 11000 libros ordenados por autores\BOLSILIBROS- ... 07/09/2011
IRONÍAS DE PISTOLERO — FRANK CAUDETT Página 42 de 56
***
Hertha apagó el cigarrillo mirando con fijeza, arrobo, veneración, el cuerpo
bello y bestial, agreste, de aquel animal mitológico, que parecía surgir de
un mar erótico de excitantes playas y contornos.
—Gracias.
—¡No! Y lo sabes.
file://E:\Libros Biblioteca Maxi 11000 libros ordenados por autores\BOLSILIBROS- ... 07/09/2011
IRONÍAS DE PISTOLERO — FRANK CAUDETT Página 43 de 56
«Recuerdo» era consciente de hasta donde podía jugar con los sentimientos
de aquella hembra vehemente, apasionada, que se sabía ya en los inicios de
su declive sensual y que trataba de aferrarse con desespero a lo que para
ella significaba apropiarse de un hombre como él. Y era consecuente con
sus propias necesidades, con el dinero que necesitaba para hacer realidad el
sueño de aquel rancho con el qué pensaba presentarse ante Elizabeth a la
hora de pedirle que compartiera en su compañía el resto de la vida.
file://E:\Libros Biblioteca Maxi 11000 libros ordenados por autores\BOLSILIBROS- ... 07/09/2011
IRONÍAS DE PISTOLERO — FRANK CAUDETT Página 44 de 56
—Yo, sabré hacer que me ames con el tiempo. Que ninguna mujer en el
mundo se te antoje mejor que yo.
—Para convencerme de eso no necesitas ningún, tiempo, Hertha. Ya estoy
convencido de ello en este mismo momento...
Fue él, ahora, quien sepultó los suyos en los labios de la hembra.
8
Conforme las atenciones de «Recuerdo» González con su patrona fueron
prodigándose, acentuándose, tomando un cariz de entrega e intimidad muy
superior al que en principio había imaginado conseguir Hertha de aquel
hombre que la enloquecía, la dueña del «1800 Saloon» llevó sus
concesiones hasta extremos insospechados.
Pensó, pues, que el momento de que Johnny Monroe le escribiera una carta
a Elizabeth Moore, había llegado.
Aquella mañana y tras decirle a Hertha que necesitaba un par de días libres
para distraerse, montó su caballo para cabalgar como una exhalación hasta
la vecina localidad de Según City, alquilando una habitación en el
«Mountain Hotel's», donde se inscribió con el nombre, precisamente, de
Johnny Monroe.
file://E:\Libros Biblioteca Maxi 11000 libros ordenados por autores\BOLSILIBROS- ... 07/09/2011
IRONÍAS DE PISTOLERO — FRANK CAUDETT Página 45 de 56
—¿Celosa?
—¡Oh, cariño! ¡Bien sabes que sí! Cuando estás un minuto lejos de mi lado
ya me pregunto la razón... Me ha sorprendido mucho que me pidieras esos
dos días libres. ¿Por qué?
file://E:\Libros Biblioteca Maxi 11000 libros ordenados por autores\BOLSILIBROS- ... 07/09/2011
IRONÍAS DE PISTOLERO — FRANK CAUDETT Página 46 de 56
Se alejó un par de pasos para mirarla desde una perspectiva más lejana.
—¿Por qué?
—Dyan Ford.
—¿Qué pasa con él?
—Porque así lo pensaba, cariño. Y lo seguía pensando hasta ayer, hasta que
recibí su carta...
file://E:\Libros Biblioteca Maxi 11000 libros ordenados por autores\BOLSILIBROS- ... 07/09/2011
IRONÍAS DE PISTOLERO — FRANK CAUDETT Página 47 de 56
file://E:\Libros Biblioteca Maxi 11000 libros ordenados por autores\BOLSILIBROS- ... 07/09/2011
IRONÍAS DE PISTOLERO — FRANK CAUDETT Página 48 de 56
9
Murray Skerrit vestía camisa y pantalones, negros, y encima, una pelliza
color tabaco. Montaba un bayo vigoroso, fuerte de remos y cuello
arqueado, que iba al paso con elegancia, suntuoso, haciendo en cada
movimiento derroche de arrogante potencia.
file://E:\Libros Biblioteca Maxi 11000 libros ordenados por autores\BOLSILIBROS- ... 07/09/2011
IRONÍAS DE PISTOLERO — FRANK CAUDETT Página 49 de 56
El rostro del pistolero estaba mucho más pálido que antaño y se reflejaban
en sus facciones las huellas implacables de la enfermedad que poco a poco
estaba acabando con él. El acero de sus ojos se apagaba por instantes
mostrándose mortecino, cansado. Y los labios rojizos confirmaban la
presencia de aquel mal implacable, definitivo.
Skerrit desmontó a unas diez yardas del «1800 Saloon», amarrando las
riendas en un porche vecino con ademán hábil y maquinal. Secó luego el
sudor de sus manos en las perneras de los pantalones y estuvo quieto,
mirando hacia la entrada del local, sin apenas pestañear.
Siguió así, quieto, erguido como un silencio más, observando la soledad de
la calle, la calzada polvorienta, los destellos que provenían tímidos aún, de
un sol imberbe qué acababa de nacer.
—¡Cassidy!
—¡Dyan...! ¡Por todos los diablos del infierno! ¡Pero...! ¿De veras eras tú?
Corrió a abrazarle.
file://E:\Libros Biblioteca Maxi 11000 libros ordenados por autores\BOLSILIBROS- ... 07/09/2011
IRONÍAS DE PISTOLERO — FRANK CAUDETT Página 50 de 56
—¿Y Hertha?
Cassidy volvió a limpiarse los ojos con torpeza aunque, lo que pretendía en
realidad, era hurtarse a la escrutadora mirada del otro.
—Hertha... por ejemplo.
Luego:
file://E:\Libros Biblioteca Maxi 11000 libros ordenados por autores\BOLSILIBROS- ... 07/09/2011
IRONÍAS DE PISTOLERO — FRANK CAUDETT Página 51 de 56
—Vamos adentro.
—«Recuerdo» suele bajar cada mañana sobre las siete, Dyan —comentó el
otro pistolero, mientras ambos caminaban, seguidos por el eco de sus
tacones, en el interior del desierto saloon. Preguntó, de repente,
volviéndose hacia su jefe—: ¿O prefieres que vaya a llamarle?
—¿Puedes beber?
—¿Dyan Ford...?
file://E:\Libros Biblioteca Maxi 11000 libros ordenados por autores\BOLSILIBROS- ... 07/09/2011
IRONÍAS DE PISTOLERO — FRANK CAUDETT Página 52 de 56
Morir.
Matar.
Llameó el «Colt».
Una, dos veces.
file://E:\Libros Biblioteca Maxi 11000 libros ordenados por autores\BOLSILIBROS- ... 07/09/2011
IRONÍAS DE PISTOLERO — FRANK CAUDETT Página 53 de 56
Abrió mucho, con estupefacción casi sonora sus grandes pupilas verde
albahaca, luego de trastabillar con torpeza, dio dos, tres pasos grotescos,
vaciló... Un tercer proyectil le estrelló contra el mostrador, rebotando, para
estamparse después de bruces sobre la madera.
¡Aquel revólver...!
MURRAY SKERRIT.
«Recuerdo» González.
SU HIJO...
file://E:\Libros Biblioteca Maxi 11000 libros ordenados por autores\BOLSILIBROS- ... 07/09/2011
IRONÍAS DE PISTOLERO — FRANK CAUDETT Página 54 de 56
***
Todo olía muerte...
Murray Skerrit pasó la frontera cuatro días después de haber dado muerte a
su hijo.
Su rostro polvoriento y firme, pálido, demacrado y cubierto por hirsuta
barba, parecía la imagen misma de la desolación. Había rehuido en su larga
y fatídica cabalgada los contactos con la gente, refugiándose en los
senderos ásperos e inhóspitos que se alejaban de los lugares habitados,
acortando por entre cañadas y veredas, sintiendo en su carne el pinchazo de
espinos agrestes que se criaban entre una flora yerma, dolor apenas
perceptible, comparable, con aquel que cruzaba su corazón,
ensangretándolo.
La tos convulsiva, una vez más, que lo sacudió con despiadados estertores.
file://E:\Libros Biblioteca Maxi 11000 libros ordenados por autores\BOLSILIBROS- ... 07/09/2011
IRONÍAS DE PISTOLERO — FRANK CAUDETT Página 55 de 56
—¡MURRAY!
El pistolero la miró sin luz en los ojos, sin aliento en el cuerpo, y después
bajó la mirada mientras confesaba:
file://E:\Libros Biblioteca Maxi 11000 libros ordenados por autores\BOLSILIBROS- ... 07/09/2011
IRONÍAS DE PISTOLERO — FRANK CAUDETT Página 56 de 56
FIN
file://E:\Libros Biblioteca Maxi 11000 libros ordenados por autores\BOLSILIBROS- ... 07/09/2011