Su Majestad La Guerra. Historiografías de La Primera Guerra Mundial en El Siglo Xxi
Su Majestad La Guerra. Historiografías de La Primera Guerra Mundial en El Siglo Xxi
Su Majestad La Guerra. Historiografías de La Primera Guerra Mundial en El Siglo Xxi
HISTORIOGRAFÍAS DE LA
PRIMERA GUERRA MUNDIAL EN EL SIGLO XXI
JAVIER RODRIGO *
Universidad Autónoma de Barcelona
javier.rodrigo@uab.cat
resumen
Historia y Política
ISSN: 1575-0361, núm. 32, Madrid, julio-diciembre (2014), págs. 17-45 17
SU MAJESTAD LA GUERRA. HISTORIOGRAFÍAS DE LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL … JAVIER RODRIGO
abstract
* * *
Paul Preston.
18
HISTORIA Y POLÍTICA NÚM. 32, JULIO-DICIEMBRE (2014), PÁGS. 17-45
19
SU MAJESTAD LA GUERRA. HISTORIOGRAFÍAS DE LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL … JAVIER RODRIGO
(5) Winter y Prost (2005), traducción de Id. (2004): 152-53. También Winter (1992).
(6) Un magnífico repaso a los paradigmas interpretativos de la guerra del 14 lo ofrece
Purseigle (2005). Una buena revisión bibliográfica de algunos de los trabajos más destacados de
hace diez años, en Davis (2003).
(7) Joll (2006).
(8) Roshwald y Sites (eds.) (1999): 1-7.
(9) Winter, Parker y Habeck (eds.) (2000).
(10) Hobsbawm (1995): 16.
20
HISTORIA Y POLÍTICA NÚM. 32, JULIO-DICIEMBRE (2014), PÁGS. 17-45
21
SU MAJESTAD LA GUERRA. HISTORIOGRAFÍAS DE LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL … JAVIER RODRIGO
22
HISTORIA Y POLÍTICA NÚM. 32, JULIO-DICIEMBRE (2014), PÁGS. 17-45
23
SU MAJESTAD LA GUERRA. HISTORIOGRAFÍAS DE LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL … JAVIER RODRIGO
(23) Sobre los legados de la Gran Guerra, Stevenson (2004). Una interesante serie de
diálogos transnacionales entre expertos, en Winter (ed.) (2009). No hay que olvidar el funda-
mental Winter (1995). Una mirada a la memoria británica de la guerra, Todman (2005).
(24) Robbins (1999): 170.
(25) Fussell (1975): 71.
(26) Gibelli (1991): 89.
(27) Preston (1995): 3.
24
HISTORIA Y POLÍTICA NÚM. 32, JULIO-DICIEMBRE (2014), PÁGS. 17-45
25
SU MAJESTAD LA GUERRA. HISTORIOGRAFÍAS DE LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL … JAVIER RODRIGO
26
HISTORIA Y POLÍTICA NÚM. 32, JULIO-DICIEMBRE (2014), PÁGS. 17-45
27
SU MAJESTAD LA GUERRA. HISTORIOGRAFÍAS DE LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL … JAVIER RODRIGO
28
HISTORIA Y POLÍTICA NÚM. 32, JULIO-DICIEMBRE (2014), PÁGS. 17-45
29
SU MAJESTAD LA GUERRA. HISTORIOGRAFÍAS DE LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL … JAVIER RODRIGO
civil no fue mejor ni peor que lo que había sido hasta la víspera de la guerra. Las
tasas de mortalidad crecieron por una combinación de factores: las rápidas mi-
graciones, la pobre nutrición, el amontonamiento en las casas que, unidas a
otras condiciones bélicas, favorecerían las infecciones respiratorias. Pero según
Adrian Gregory las fracturas de la comunidad urbana vinieron al final de la
guerra, con el regreso de los excombatientes a las ciudades, siempre teniendo
en cuenta que la proporción de combatientes voluntarios en los frentes fue me-
nor entre los jóvenes urbanos que en los de poblaciones rurales (45).
La Gran Guerra supuso una forma nueva de enfrentamiento armado, alta-
mente letal y fuertemente deshumanizado (46) que, además, contuvo en su in-
terior procesos bélicos y violencias superpuestas que no siempre suelen inte-
rrelacionarse. El de sus guarismos es, sin embargo, siempre un terreno
resbaladizo. Distinguir combatientes de no combatientes en la guerra total,
también. Y si a eso le sumamos el que la tecnología bélica era infinitamente
superior a la de la información y el conocimiento (era más fácil, en suma, ma-
tar al enemigo que conocerlo), nos encontramos con las evidentes dificultades
para dirimir las bajas reales y efectivas, divididas y separadas por categorías
(reales y analíticas), que resultan sin embargo capitales para evaluar la impor-
tancia e impacto de la Gran Guerra. Solo en 1915, Francia tuvo hasta 1.500.000
bajas entre muertos y heridos; Gran Bretaña 300.000 y Alemania 875.000. En
términos relativos, Francia sufrió un 16,8% de bajas entre sus movilizados, por
el 15,4% de Alemania. En Francia, el número de heridos respecto a los totales
de movilización se acercan al 40%. Una gigantesca proporción de la población
masculina entre 15 y 49 años se hizo soldado: cerca del 80% en Alemania y
Francia, 75% en Austria-Hungría, entre el 50 y el 60% en el Reino Unido,
Serbia y el Imperio Otomano, y el 40% en Rusia. De ellos, unos 9 millones, la
mitad murieron, fueron heridos o hechos prisioneros. Murió uno de cada tres
serbios, uno de cada cuatro rumanos, turcos o búlgaros, o uno de cada seis
franceses y uno de cada ocho británicos.
El de las bajas sigue siendo pues un territorio conflictivo. Tuvo, en todo
caso, un impacto demográfico sin precedentes, bajo el manto de unas cifras
globales aceptadas de en torno a 9-10 millones de soldados muertos sobre los
70 millones movilizados y 25 millones de heridos. Cada día morían 1.300 ale-
manes y 900 franceses. Pero exactamente, ¿en qué proporción de combatientes
y civiles? Para Mann, la proporción de civiles muertos en la Gran Guerra no
superaría el 10% propuesto por Chestermans (47). Mc Millan considera que son
el 5%, frente al 66% de la Segunda Guerra Mundial (48). Y todas esas cifras
contrastan con el 30% propuesto por Alan Kramer, el mayor experto actual en
30
HISTORIA Y POLÍTICA NÚM. 32, JULIO-DICIEMBRE (2014), PÁGS. 17-45
(49) Kramer (2005). Sobre las represalias sobre la población civil, Horne y Kramer
(2001).
(50) Mc Phail (1999). Procacci (1999).
(51) Becker (1998): 63.
(52) Herbert (1997): 13-26.
(53) Horne (1992). Ver también Procacci (2002).
(54) Stibbe (ed.) (2009).
(55) Gerlach (2010): 2. Sobre deportaciones y concentraciones, también Becker (2010).
31
SU MAJESTAD LA GUERRA. HISTORIOGRAFÍAS DE LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL … JAVIER RODRIGO
(56) Sobre la frontera colonial de la violencia, véase el reciente Dwyer y Ryan (eds.)
(2012).
(57) El mejor trabajo en ese sentido es el de Kramer (2007).
(58) Roschwald (2001). Núñez Seixas (2001). Más ejemplos, en Sanborn (2005): 290-
324.
(59) Akçam (2006). Kévorkian (2006).
(60) Para Rusia, Mayer (1987), Brovkin (1994), Figes (2000): 609 y ss. Para Finlandia,
Alapuro (1988). Upton (1980). Un estudio comparado, en Casanova (2001): 1-28. Los trabajos
de referencia para la guerra en Finlandia, de Manninen, Paavolainen y Ylikangas, los cita Ala-
puro (2002).
(61) Como recuerda González Calleja (2013): 138.
32
HISTORIA Y POLÍTICA NÚM. 32, JULIO-DICIEMBRE (2014), PÁGS. 17-45
pea de la primera mitad del siglo xx, el fascismo. Y para ello, la experiencia de
guerra en Italia resulta clave, pese a tratarse de un país entrado tarde en guerra
y de importancia relativa menor respecto a los Great Powers o los Imperios
Centrales. El ejército de campesinos analfabetos (suponían el 58% de la pobla-
ción, según Gibelli) que integraban las fuerzas armadas italianas poca o ningu-
na implicación podía tener en la idea de llevar a Italia al lugar de las grandes
potencias a nivel internacional. Su vaga identificación con la causa nacional y
hasta con la idea de patria son un buen exponente de un ejército para cuyos in-
tegrantes el Estado sólo representaba los impuestos, el servicio militar y la
lengua de uso burocrático, que se aprendía en los colegios pero que no se usaba
en los ámbitos familiares. Para ese ejército y el país que representaba fue crucial
una derrota como la de Caporetto, que reveló con toda su crudeza la realidad
italiana (62). La ruptura del frente en los días 24 y 25 de octubre de 1917 y la
huida sin rumbo de miles de soldados sin orden ni disciplina provocó una entra-
da de profundidad de las tropas austriaco-alemanas del general Von Below, la
pérdida de unos 20 kilómetros del Véneto, la ocupación de esta región y de
Friuli durante casi un año, y sobre todo la muerte de unos 100.000 italianos. En
una guerra que se había caracterizado por el desgaste y la inmovilidad (el ejem-
plo más claro son las 11 batallas desarrolladas en el frente de Isonzo) semejan-
te derrota reveló cómo la guerra jamás había llegado a convertirse en una con-
vicción «davvero diffusa» ni entre las tropas ni entre la población (63). Lo fue
posteriormente, apelando al honor y a la venganza, en Vittorio Veneto. Pero lo
que quedó, además de un intenso nacionalismo irredentista, fue una percepción
colectiva de derrota: el «crollo, l’umiliazione, la minaccia all’integrità» (64).
De todo ello, de esas metáforas recurrentes como la de la humillación nacional,
daría buena cuenta el por entonces pequeño movimiento político reunido en la
milanesa Piazza San Sepolcro en marzo de 1919.
La radicalización en tiempo de guerra y, en particular, de guerra total fue un
fenómeno visto como homogeneizador de los diferentes fascismos europeos. El
consenso historiográfico a la hora de situar los orígenes del fascismo en la Gran
Guerra, tiempo de aceleración histórica, y en sus consecuencias en todos los
órdenes de la vida política europea parece, de hecho, generalizado. Sin embar-
go, convertir la guerra en la causa del fascismo es más complicado. De la am-
plia historiografía de referencia, podemos extraer como mínimo tres elementos
comparativos emanados de la Gran Guerra que contribuirían a explicar el con-
texto de la construcción de las sociedades fascistas en Europa. Primero, la
brutalización (rituales de masas, violencia, racismo, xenofobia) que, a través de
la experiencia de la muerte de masas, determinó la vida política de la Europa de
entreguerras y dotó a los fascismos de primera hora de buena parte de su entra-
33
SU MAJESTAD LA GUERRA. HISTORIOGRAFÍAS DE LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL … JAVIER RODRIGO
34
HISTORIA Y POLÍTICA NÚM. 32, JULIO-DICIEMBRE (2014), PÁGS. 17-45
3. perspectivas
35
SU MAJESTAD LA GUERRA. HISTORIOGRAFÍAS DE LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL … JAVIER RODRIGO
la crueldad cuando esta comenzó (70). La Gran Guerra habría sido, así, una
guerra de propaganda que incluiría valoraciones de fuertes connotaciones racia-
les, incluida entre ellas el que el Reino Unido y Francia, al utilizar mano de obra
y soldados de razas diferentes a la blanca o permitir el apoyo del ejército esta-
dounidense, serían naciones traidoras a la raza blanca (71). Y lo fue, entre otras
dimensiones, por su carácter no solamente multinacional, sino también multiét-
nico y multirracial. El debate historiográfico actual sobre la alteridad, nacional,
religiosa o racial alcanza así desde los combates hasta los trabajadores extran-
jeros pasando, por primera vez a escala mundial, por los prisioneros de guerra:
un encuentro culturalmente racializado (72). En la Gran Guerra participaron
miles de no europeos: trabajadores chinos, askaris africanos, sepoy indios.
140.000 trabajadores fueron enviados de China a Europa, a cavar trincheras,
reclutados por el Reino Unido y Francia, junto con vietnamitas, sudafricanos o
indios (73). Francia movilizó a 500.000 soldados coloniales, las colonias britá-
nicas aportaron hasta 1,3 millones, y solo la India, 1,4. Se calculan, además,
hasta 400.000 soldados afroamericanos. Santanu Das estima en 4 millones de
non-white los combatientes y no combatientes implicados y movilizados en la
guerra (74).
De hecho, además de por analizarse desde la perspectiva de la historia de la
historiografía, el gran reto de las investigaciones sobre la Gran Guerra pasa hoy
por el estudio multipolar. Y más concretamente, por traspasar el marco del eu-
rocentrismo. Este aspecto inunda, de hecho, las reflexiones contemporáneas
sobre la experiencia personal y colectiva de la guerra. Como señala John Horne,
«Crossing national boundaries has become central (…) The nation-state and
national efforts were central (…) but national frameworks of analysis are in-
sufficient», lo que puede parecer una paradoja, pero no lo es tanto. «More per-
haps that any other, the Great War was the episode that confirmed the nation as
the organising principle of both politics and identity in the contemporary
world». Configuró, pues, el marco nacional en base a dinámicas transnaciona-
les. Y lo hizo desde lógicas que en no pocos casos no eran ajenas a las dinámi-
cas supranacionales, generalmente superpuestas sobre las locales y regionales.
Observando las actas de los congresos bianuales de la International Society
for First World War Studies (75), un excelente termómetro de los avances en la
36
HISTORIA Y POLÍTICA NÚM. 32, JULIO-DICIEMBRE (2014), PÁGS. 17-45
fica. Purseigle y Mac Leod (2004). Purseigle (ed.) (2005). Jones, O’brien, Schmidt-Supprian
(eds.) (2008). Keene y Neiberg (eds.) (2011). Vid. http://www.firstworldwarstudies.org/
(76) Kitchen, Miller y Rowe (eds.) (2011).
(77) Uno de los primeros fue Dreisziger (1981).
(78) Sobre los lazos identitarios familiares Wall y Winter (eds.) (1988). Todd (2011):
257-278.
(79) En esto, el estudio de los memoriales de guerra, desde 1918 hasta el presente, ha ad-
quirido una dimensión casi de microtendencia en sí. Por todos, King (1998).
(80) Jensen (2008). Sobre la memorialísitica italiana y los cambios en los roles femeninos,
Scardino Belzer (2010). Varios ejemplos sobre identidad y ciudadanía femenina: en Austria,
37
SU MAJESTAD LA GUERRA. HISTORIOGRAFÍAS DE LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL … JAVIER RODRIGO
lado Jessica Meyer, la Gran Guerra fue, para los hombres de la generación de
combatientes, la arena en la que la masculinidad de los combatientes terminó de
definirse. En consecuencia, la identidad subyacente de la experiencia bélica fue,
implícita o explícitamente, sexuada (81).
El reto pasa pues por abordar la dimensión íntima del conflicto. Algunos
autores lo han hecho sobre todo desde las fuentes personales de los frentes (82).
Pero esta dimensión psicológica ha sido abordada desde los más variados suje-
tos históricos (83). Y es posible que esa sea la línea a recorrer en el presente: la
de la multiplicación de los sujetos (84). En conclusión, no existe un consenso
sobre si se trató de un catalizador y acelerador de tendencias ya en desarrollo,
al menos en el ámbito cultural (85). No hay, pues, la respuesta a la pregunta
inicial, sobre la continuidad o la cesura. Siguen, de hecho, vigentes cuestiones
capitales como las del origen de la guerra y del entusiasmo bélico (86). Y mien-
tras que se resuelven esas grandes preguntas, otras de no menos calado deben
también plantearse. Queda inexplorada la dimensión económica de la guerra. Es
fundamental plantearse la importancia crucial de la perspectiva local (87). Y
como bien señala John Horne en sus palabras iniciales en Other combatants,
other fronts, una de las fronteras inexploradas por la historiografía es la de
comprender las diferencias entre lo que los contemporáneos pensaban que iba
a ser la guerra y lo que de hecho fue y significó su experiencia.
La historiografía de la Gran Guerra ha roto la autonomía de los estudios
militares, y tras ella han venido, desde el uso de categorías como guerra total,
brutalización o cultura de guerra, las diferentes reevaluaciones de los procesos
bélicos contemporáneos, incluido el español de 1936. El reto sigue siendo el
Healy (2002). En Alemania, Dickinson (2005): 378-408. En el Reino Unido y Francia, Grayzel
(1999).
(81) Meyer (2009). De gran interés resultan también Bourke (2006), Crouthamel (2008),
Riedi y Mason (2006).
(82) Recientemente Peter Englund –quien según se lee en la solapa de su libro es uno de
los historiadores «más importantes de la actualidad», de «éxito indiscutible», autor de «referente[s]
indispensable[s]» y receptor de «elogios entusiastas»– ha elaborado desde esa premisa un mosai-
co descontextualizado de experiencias individuales deslavazadas e inconexas, finalizado «mien-
tras la lluvia repica en los cristales»: Englud (2011). Tal y como señalara Martha Hanna, la tra-
dición epistolar francesa no varió sustancialmente sus formas durante la guerra: Hanna (2003):
1338-1361.
(83) Como el de las enfermeras de guerra. Las experiencias personales y memorialísticas
de las sanitarias contendrían, para Christine E. Hallett, Hallett (2009), elementos de un trauma
físico y psíquico relacionado con la desintegración de la unidad corporal. Para un estudio de la
relación entre la ficción moderna, la historia cultural y la Gran Guerra vid. Tate (1998).
(84) Incluido el medio ambiente. La experiencia bélica tuvo, de hecho, también un fuerte
impacto ecológico y en la cultura material. Vid. Pearson (2012), Saunders (ed.) (2004), Saunders
y Cornish (eds.) (2009).
(85) Roshwald y Stites (1999): 1-7.
(86) Mucho sobre orígenes en Mulligan (2010) y en Clark (2012).
(87) Purseigle (2004): 95-123.
38
HISTORIA Y POLÍTICA NÚM. 32, JULIO-DICIEMBRE (2014), PÁGS. 17-45
4. bibliografía
39
SU MAJESTAD LA GUERRA. HISTORIOGRAFÍAS DE LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL … JAVIER RODRIGO
40
HISTORIA Y POLÍTICA NÚM. 32, JULIO-DICIEMBRE (2014), PÁGS. 17-45
Gentile, Emilio (2008): L’Apocalisse della Modernità. La Grande Guerra per l’uomo
nuovo, Milán, Mondadori.
Gerlach, Christian (2010): Extremely violent societies. Mass violence in the Twen-
tieth-Century World, Cambridge, Cambridge University Press.
Gibelli, Antonio (1991): L’officina della guerra. La Grande Guerra e la trasforma-
zione del mondo mentale, Turín, Bollati Boringhieri.
(1999): La Grande Guerra degli italiani, 1915-1918, Milán, Sansoni.
González Calleja, Eduardo (2013): Las guerras civiles. Perspectiva de análisis
desde las ciencias sociales, Madrid, Catarata.
Graycel, Susan R. (1999): Women‘s Identities at War: Gender, Motherhood and Po-
litics in Britain and France during the First World War, Chapel Hill, University of
North Carolina Press.
Gregory, Adrian (1997): «Lost generations: the impact of military casualties on Paris,
London, and Berlin», en Winter, Jay y Robert, Jean-Louis (eds.), Capital cities
at war, London, Paris, Berlin 1914-1919, Cambridge, Cambridge University Press,
57-103.
Gullace, Nicoletta F. (2011): «Allied Propaganda and World War I: Interwar Lega-
cies, Media Studies, and the Politics of War Guilt», History Compass, 9/9, 686-700.
Guoqui, Xu (2011): Strangers on the Western Front. Chinese workers in the Great
War, Londres, Harvard University Press.
Hallett, Christine E. (2009): Containing trauma. Nursing work in the First World
War, Manchester y Nueva York, Manchester University Press.
Hanna, Martha (2003): «A Republic of Letters: The Epistolary Tradition in France
during World War I», American Historical Review, 108/5, 1338-1361.
Hastings, Max (2013): Catastrophe 1914: Europe goes to War, Londres, Knopf.
Healy, Maureen (2002): «Becoming Austrian: Women, the State, and Citizenship in
World War I», Central European History, 35/1, 1-35.
Herbert, Ulrich (1997): Hitler’s foreign Workers. Enforced foreing Labour in Ger-
many under the Third Rich, Cambridge, Cambridge University Press.
Hillgruber, Andreas (1991) [1988]: La distruzione dell’Europa. La Germania e
l’epoca delle guerre mondiali (1914-1945), Bolonia, Il Mulino.
Hobsbawm, Eric (1995): Historia del siglo xx. 1914-1991, Barcelona, Crítica.
Horne, John (ed.) (1997): State, society and mobilization in Europe during the First
World War, Cambridge, Cambridge University Press.
(2002): «Les civils et la violence de guerre», en Becker, Annette, Audoin-
Rouzeau, Stéphane; Ingrao, Charles y Rousso, Henry (eds.) (2002): La violen-
ce de guerre 1914-1945, París, Éditions Complexe.
Horne, John (ed.) (1997): State, Society and Mobilization in Europe during the First
Wold War, Cambridge, Cambridge University Press.
(2010): A Companion to World War I, Chichester, Wiley-Blackwell.
y Kramer, Alan (2001): German atrocities, 1914. A history of Denial, New
Haven y Londres, Yale University Press.
Jensen, Kimberly (2008): Mobilizing Minerva. American Women in the First World
War, Urbana y Chicago, University of Illinois Press.
41
SU MAJESTAD LA GUERRA. HISTORIOGRAFÍAS DE LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL … JAVIER RODRIGO
Joll, James (2006): The origins of the First World War, Nueva York, Pearson Long-
man.
Jones, Edgar (2006): «The Psychology of Killing: The Combat Experience of British
Soldiers during the First World War», Journal of Contemporary History, 41/2, 229-
246.
Jones, Heather (1999): «Imperial captivities: colonial prisoners of war in Germany
and the Ottoman empire, 1914-1918», en Roshwald, Aviel y Stites, Richard
(eds.), European culture in the Great War. The arts, entertainment, and propagan-
da, 1914-1918, Cambridge, Cambridge University Press.
(2013): «As the Centenary approaches: the regeneration of First World War
Historiography», The Historical Journal, 56/3, 857-878.
O’Brien, Jennifer y Schmidt-Supprian (eds.) (2008): Untold war. New pers-
pectives in First World War, Leiden-Boston, Brill.
Kévorkian, Raymond H. (2006): Le Génocide des Arméniens, París, Odile Jacob.
Keene, Jennifer D. y Neiberg, Michael S. (eds.) Finding common ground. New direc-
tions in First World War studies, Leiden-Boston, Brill.
Kettenacker, Lothar y Riotte, Torsten (eds.) (2011): The Legacies of two World
Wars. European Societies in the Twentieth Century, Nueva York y Oxford, Ber-
ghahn Books.
King, Alex (1998): Memorials of the Great War in Britain: the Symbolism and Politics
of Remembrance, Oxford, Berg.
Kitchen, James E.; Miller, Alisa y Rowe, Laura (eds.) (2011): Other combatants,
other fronts. Competing Histories of the First World War, Newcastle, Cambridge
Scholars Publishing.
Kordan, Bohdan S. (2002): Enemy aliens, prisoners of war. Internment in Canada
during the Great War, Quebec, Mc Gill-Queen’s University Press.
Kovasics, Adan (2007): Guerra y lenguaje, Barcelona, Acantilado.
Kramer, Alan (2007): Dynamic of destruction. Culture and Mass Killing in the First
World War, Oxford, Oxford University Press.
Lawrence, Jon (2003): «Forging a Peaceable Kingdom: War, Violence, and Fear of
Brutalization in Post-First World War Britain», The Journal of Modern History,
75/3, 557-589.
Leed, Eric J. (1979): No man’s land: combat and identity in World War I, Cambridge,
Cambridge University Press.
Macmillan, Margaret (2013): The War that ended Peace. The Read to 1914, Nueva
York y Londres, Random House.
Mann, Michael (2005): The Dark Side of Democracy. Explaining Ethnic Cleansing,
Cambridge, Cambridge University Press.
Marchetti, Christian (2007): «Scientists with guns. On the ethnographic exploration
of the Balkans by Austrian-Hungarian scientists before and during World War I»,
Ab Imperio, 1, 165-189.
Mawdsley, Evan (1987): The Russian Civil War, Boston, Pegasus.
Mayer, Arno J. (2001): The Furies: Violence and Terror in the French and Russian
Revolutions, Princeton, Princeton University Press.
42
HISTORIA Y POLÍTICA NÚM. 32, JULIO-DICIEMBRE (2014), PÁGS. 17-45
43
SU MAJESTAD LA GUERRA. HISTORIOGRAFÍAS DE LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL … JAVIER RODRIGO
Roshwald, Aviel (2001): Ethnic Nationalism and the Fall of Empires. Central Euro-
pe, Russia and the Middle East, 1914-1923, Londres y Nueva York, Routledge.
y Stites, Richard (eds.) (1999): European culture in the Great War. The arts,
entertainment, and propaganda, 1914-1918, Cambridge, Cambridge University
Press.
Sanborn, Joshua A. (2005): «Unsettling the Empire: Violent Migrations and Social
Disaster in Russia during World War I», The Journal of Modern History, 77, 290-
324.
Saunders, Nicholas J. (ed.) (2004): Matters of conflict. Material culture, memory and
the First World War, Londres y Nueva York, Routledge.
y Cornish, Paul (eds.): Contested objects. Material memories of the Great
War, Londres y Nueva York, Routledge.
Scardino Belzer, Allison (2010): Women and the Great War. Femininity under fire in
Italy, Nueva York, Palgrave Macmillan.
Stevenson, David (2004): Cataclysm. The First World War as Political Tragedy, Nue-
va York, Basic Books.
(2012): 1914-1918. The History of the First World War, Londres, Penguin.
Stibbe, Matthew (ed.) (1999): Captivity, Forced labour and Forced Migration in
Europe during the First World War, Londres y Nueva York, Routledge.
Stibbe, Matthew (2001): German Anglophobia and the Great War, 1914-1918, Cam-
bridge, Cambridge University Press.
(2006): «The Internment of Civilians by Belligerent States during the First
World War and the Response of the International Committee of the Red Cross»,
Journal of Contemporary History, 41/1, 5-19.
Stone, Norman (2009): World War One. A Short History, Londres, Basic Books.
Strachan, Hew (2003): The First World War, Nueva York, Viking.
Tate, Trudi (1998): Modernism, History and the First World War, Manchester, Man-
chester University Press.
Todd, Lisa M. (2011): «‘The Soldier’s Wife Who Ran Away with the Russian’: Sexual
Infidelities in World War I Germany», Central European History, n.º 44, 257-278.
Todman, Dan Todman (2005): The Great War. Myth and Memory, Londres y Nueva
York, Hambledon and London.
Upton, Anthony F. (1980): The Finnish Revolution, 1917-1918, Minneapolis, Univer-
sity of Minnesota Press.
Verhey, Jeffrey (2000): The Spirit of 1914: Militarism, Myth and Mobilization in
Germany, Cambridge, Cambridge University Press.
Wall, Richard y Winter, Jay (eds.) (1988): The Upheaval of War. Family, Work and
Welfare in Europe, 1914-1918, Cambridge, Cambridge University Press.
Welch, David (2000): Germany, Propaganda and Total War, 1914-1918. The sins of
omission, New Jersey, Rutgers University Press.
Winter, Jay (1992): «Catastrophe and Culture: Recent Trends in the Historiography of
the First World War», Journal of Modern History, n.º 6, 525-532.
(1995): Sites of memory, sites of mourning. The Great War in European cultu-
ral history, Cambridge, Cambridge University Press.
44
HISTORIA Y POLÍTICA NÚM. 32, JULIO-DICIEMBRE (2014), PÁGS. 17-45
(1997): «Surviving the war: life expectation, illness, and mortality rates in Pa-
ris, London and Berlin, 1914-1919», en Winter, Jay y Robert, Jean-Louis (eds.):
Capital cities at war, London, Paris, Berlin 1914-1919, Cambridge, Cambridge
University Press, 487-523.
(2006): Remembering War: the Great War between history and memory in the
Twentieth Century, New Haven, Yale University Press.
(ed.) (2009): The Legacy of the Great War. Ninety years on, Missouri, Univer-
sity of Missouri Press.
Parker, Geoffrey y Habeck, Mary R. (eds.) (2000): The Great War and the
Twentieth Century, New Haven y Londres, Yale University Press.
y Prost, Antoine (2005): The Great War in History. Debates and Controver-
sies, 1914 to the present, Cambridge, Cambridge University Press [(2004): Penser
la Grande Guerre. Un essai d’historiographie, París, Éditions du Seuil].
45