Qué Es Subjetividad
Qué Es Subjetividad
Qué Es Subjetividad
En psicología, la subjetividad es lo que es propio del sujeto singular. Esto quiere decir
que la subjetividad es humana, ya que todos presentan un punto de vista.
La subjetividad de los valores es uno de los ejemplos más claros, ya que difieren de
cultura en cultura y de religión en religión.
Subjetividad social
Subjetividad y cultura
¿QUÉ ES SUBJETIVISMO?
El sujeto es aquello de lo cual se predica algo, desde el punto de vista filosófico antiguo;
el concepto más moderno asigna a aquel lugar en donde se constituyen todas las
representaciones.
Sujeto empírico o receptivo es el que sólo recibe las impresiones sensibles; y sujeto
trascendental o activo es el que ordena las representaciones según sus propios
mecanismos.
En ética, por ejemplo, una concepción subjetivista del segundo tipo -conocida como
emotivismo- afirma que los juicios morales son meras expresiones de nuestras actitudes
positivas y negativas.
El nihilismo sostiene que la existencia carece de sentido, y que no hay, como tal,
ninguna entidad superior o sobrenatural que la dote de significado, objetivo o propósito
en sí. No hay, pues, un sentido superior para la vida, pues este carece de explicación
verificable.
En este sentido, el nihilismo contiene una profunda crítica a los valores, costumbres y
creencias sobre los que se erige nuestra cultura, en la medida en que estos participan en
el sentido de la vida negado por esta corriente filosófica.
Por el contrario, el nihilismo postula la idea de una existencia concebida como un devenir
constante de la historia objetiva, en el cual no existe ninguna finalidad superior.
Como tal, antecedentes del pensamiento nihilista se pueden rastrear hasta la Antigua
Grecia, en la escuela de los cínicos fundada por Antístenes en el sigo IV a. de C., así
como en la doctrina del escepticismo.
En el siglo XIX, los intelectuales rusos tomaron el concepto del nihilismo como reacción
al romanticismo y ciertas concepciones religiosas, metafísicas e idealistas imperantes en
su época. No obstante, sería el filósofo alemán Friedrich Nietzsche quien dotaría al
nihilismo de una articulación formal en el ámbito del pensamiento filosófico.
A finales del siglo XX, se gesta la posmodernidad que toma el pensamiento de Friedrich
Nietzsche con una perspectiva actual definido como nihilismo moderno.
Friedrich Nietzsche proponía que en el nihilismo existían dos actitudes opuestas ante la
aceptación de la carencia de sentido de la existencia: el nihilismo activo y el pasivo.
El nihilismo pasivo o negativo, por el contrario, es aquel que surge como consecuencia
de la muerte de Dios y de la crisis de sentido que ésta genera.
El relativismo es una corriente filosófica que afirma que todos los puntos de vista son
igualmente válidos, por lo tanto, toda verdad es relativa a cada individuo.
Los apellidos que se le dan al relativismo lleva a esta forma filosófica a cuestionar otras
áreas más específicas, como el relativismo cultural, ético y moral.
¿QUÉ ES OBJETIVIDAD?
¿DEFINIENDO EL OBJETIVISMO?
Lo más genérico y lo más sencillo que podemos utilizar para definir el objetivismo es
decir que éste trata de lo que existe externamente al sujeto. Y cuya existencia no depende
de la visión u observación por parte del sujeto.
En metafísica se usa como sinónimo de “realismo”. Pero también del llamado “idealismo
objetivo”, que identifica la naturaleza real y exterior de algo con el pensamiento o la
actividad de un espíritu universal que no depende del espíritu subjetivo. Éste último solo
puede descubrir conceptos universales pero no generarlos. Esos universales o ideas son
existentes por sí mismos. En ese idealismo entrarían los universales de Platón y
posiciones similares del pensamiento de Leibniz, Hegel y otros autores.
Las “apariencias” son las cosas en sí mismas con independencia de que se aparezcan o no
a alguien. El mundo, aunque sea una “representación” o “apariencia”, lo es neutra y no
depende del sujeto que la observe, como sí sucede en el idealismo subjetivo, en el cual lo
“representado” no existe por sí mismo ni como representación sino que necesita a un
sujeto, un observador, que lo observe para darle existencia.