Educacion de Mujeres PDF
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en Iberoamérica
I Jornadas de Cooperación Educativa
sobre Género y Educación
SECRETARÍA Organización
GENERAL
DE POLÍTICAS de Estados
MINISTERIO MINISTERIO DE IGUALDAD Iberoamericanos
DE EDUCACIÓN DE TRABAJO
Y ASUNTOS SOCIALES INSTITUTO Para la Educación
Y CIENCIA DE LA MUJER la Ciencia
y la Cultura
Educación de mujeres y niñas
en Iberoamérica
I Jornadas de Cooperación Educativa
sobre Género y Educación
N.I.P.O.: 651-06-392-5
Dep. Legal: M-15.964-2007
5. Ponencias............................................................................................. 97
2.1. INTRODUCCIÓN
El presente estudio pretende dar cuenta del momento en que se encuentra la edu-
cación de las mujeres y la incidencia de los planes de igualdad entre hombres y
mujeres en los países latinoamericanos considerados como prioritarios por la coo-
peración española: Honduras, Nicaragua, El Salvador, Guatemala, República
Dominicana, Paraguay, Bolivia, Perú y Ecuador. En esa línea, se vertebran dos
temáticas: los planes de igualdad y su inserción en las políticas educativas.
1. Consideración sistemática de las diferencias entre las necesidades, condiciones y situaciones espe-
cíficas que tienen los hombres y las mujeres, y el análisis de las relaciones que se dan entre ambos
en una sociedad determinada o en un proceso de desarrollo según el ámbito de actuación en el que
se incorpore (Plan Director: 28, 2005).
14 Educación de mujeres y niñas en Iberoamérica
• La mejora del acceso universal a la educación: que todas las personas tengan
acceso independientemente de su edad, sexo, condición social...
• La finalización efectiva de los estudios: reducción de las tasas de repetición y
el abandono escolar. La permanencia en el sistema educativo conducente a su
finalización real en los plazos habituales de cada país, lo que supone trabajar
para acabar con el absentismo y la deserción escolar.
• La contribución a la mejora de la calidad de la educación a todos los niveles.
• La equidad educativa para superar las diferencias en el acceso y calidad en fun-
ción del sexo, origen socioeconómico, cultural, lingüístico o étnico de las per-
sonas.
• La continuidad y flexibilidad del sistema educativo basadas en la educación a
lo largo de toda la vida.
2. Situación por la que hombres y mujeres tienen las mismas oportunidades para realizarse física, inte-
lectual y emocionalmente, desarrollando sus capacidades sin distinción de género, clase, edad,
etnia, religión,...
16 Educación de mujeres y niñas en Iberoamérica
Finalmente, mencionar que gran parte de las fuentes e informes utilizados en este
documento proceden de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe
(CEPAL), Naciones Unidas para la Educación (UNESCO), Organización de
Estados Iberoamericanos (OEI), Banco Mundial (BM) y el Programa de Promoción
de la Reforma Educativa en América Latina y el Caribe (PREAL) por tratarse de
organismos de reconocido prestigio internacional que facilitan datos actualizados
aunque no siempre desagregados por sexo, origen, etnia, etc. Las bases de datos en
los países están realizadas con diversos criterios, aunque no siempre pueden defi-
nirse y, cuando aparecen, además predomina la diversidad metodológica en la
obtención y en la presentación de los resultados, lo cual hace que las cifras no siem-
pre sean precisas ni comparables unas con otras. En cuanto a los datos cualitativos,
se han utilizado, entre otros, informes y estudios internacionales disponibles en
Internet sobre educación como los seguimientos de los Objetivos de Desarrollo del
Milenio (ODM) y de Educación para Todos (EPT), así como los Planes de Igualdad
de Oportunidades entre Hombres y Mujeres disponibles en versión digital de los
distintos países según consta en la bibliografía anexa.
Aproximación a la situación de las mujeres en la educación en Iberoamérica 17
3. Los acuerdos de conversión de deuda son instrumentos a través de los cuales las obligaciones de
pago del país deudor se canalizan hacia la financiación de proyectos de desarrollo en ese país. Es
decir, lo que es originariamente servicio o pago de deuda, revierte en financiación de proyectos en
sectores de especial importancia para la lucha contra la pobreza y el desarrollo sostenible (Plan
Director, 2005).
18 Educación de mujeres y niñas en Iberoamérica
4. Diferencias que exhiben los sexos en cuanto a oportunidades, acceso, control y uso de los recursos
que les permiten garantizar su bienestar y desarrollo humano; las brechas de género son construi-
Aproximación a la situación de las mujeres en la educación en Iberoamérica 19
das sobre las diferencias biológicas y son el producto histórico de actitudes y prácticas discrimina-
torias tanto individuales como sociales e institucionales, que obstaculizan el disfrute y ejercicio
equitativo de los derechos ciudadanos por parte de hombres y mujeres.
5. El nivel cognitivo en el aprendizaje refleja la manera en que la persona construye una base de cono-
cimientos y lo aplica, con sus propias estrategias, en ambientes diferentes. Este concepto incluye
actividades tales como percibir, observar, discriminar, identificar detalles, recordar, secuenciar,
inferir, comparar, categorizar, describir, identificar causa efecto, predecir, analizar, resumir, razonar
lógicamente y solucionar problemas.
20 Educación de mujeres y niñas en Iberoamérica
sobre ello. Al ponerle nombre a algunos aspectos de las relaciones de género6, que
hasta entonces no se reconocían internacionalmente, aparecieron conceptos para
analizar la realidad: feminización de la pobreza, empoderamiento, equidad… En el
caso de la educación se traduce, en primer lugar, en la reiterada necesidad de datos
de matrícula desagregados por sexo para saber la cantidad de niños y niñas que figu-
ran en la matrícula tanto al inicio del curso como al final y hasta qué grado están
estudiando.
6. Relaciones que, en una determinada sociedad, se establecen entre hombres y mujeres por la inter-
pretación que se da a cada uno de los sexos. También vienen determinadas por el valor dado a la
edad, la clase, la etnia...
Aproximación a la situación de las mujeres en la educación en Iberoamérica 23
La reflexión global a que pueden llevar los ODM es que unos objetivos no son
ajenos a los otros y que el cumplimiento de uno de ellos no significa una situación
de mejora real ni personal ni colectiva. Por ejemplo, si tomamos el Objetivo 2:
“lograr la educación primaria universal” nos damos cuenta que:
Además, no hay que olvidar que todos los aspectos mencionados están en rela-
ción con otros. La mejora del rendimiento escolar, por ejemplo, está directamente
relacionada con la alimentación, el disfrute de servicios básicos, la ausencia de
enfermedades y de los roles de género7 asignados socialmente. La interrelación
entre género, pobreza y educación enfatiza cómo las desigualdades de género se dan
desde el mismo nacimiento, en el momento de nacer mujer u hombre, y cómo a par-
tir de ese hecho se generan mayores desigualdades que desembocan en pobreza y
en falta de educación y salud. Los ODM pueden ser fundamentales en la consecu-
ción de la igualdad de género si se interpretan en el marco de los derechos huma-
nos tal como se vienen planteando desde la CEDAW y Pekín, porque si, como hasta
ahora, se interpretan como superación de metas cuantitativas, como en educación,
no se producirán mejoras sustantivas en la vida de las mujeres. La formulación de
objetivos cuantitativos respecto al número de niñas y niños escolarizados, no da
cuenta de los problemas de acceso y permanencia en el sistema educativo, ni de la
calidad de su educación.
Hay que insistir en que la interpretación de los ODM debe hacerse en el marco
de los derechos humanos porque en caso contrario se vuelven meramente cuantita-
tivos y economicistas. Así, si en la actualidad, casi el 94% de los niños y niñas de
Perú llegan a ser matriculados en la educación primaria pero hay una cantidad que
no termina todos los años básicos de estudio, entre otras razones, por obligación del
cuidado de menores familiares o de trabajar, cumplir con el objetivo de “lograr la
enseñanza primaria universal” significa que para el 2015 todas las niñas y los niños
deberían empezar a estudiar la primaria a los 6 años y terminarla a los 11, sin inte-
rrupciones. Por lo dicho anteriormente, resulta imposible que así sea para gran parte
de la población.
Tener en cuenta todas estas interrelaciones entre los factores de sexo, edad, etnia,
lengua, procedencia, etc., es imprescindible para cualquier análisis y actuación en
cada contexto ya que las desigualdades sociales son complejas. Un ejemplo de ello
es el objetivo de alfabetizar y educar en contextos bilingües o multilingües que
implica desafíos diferentes y más complejos que hacerlo en contextos lingüística-
mente homogéneos, ya que se deben tener en cuenta aspectos culturales diversos,
los distintos tiempos en el proceso o el trabajar con resultados a más largo plazo.
Para entender, gestionar y cambiar la educación hay que tener en cuenta y hay
que actuar sobre escenarios económicos y sociales más amplios. La educación no
debe de ser considerada ni tratada como un sector. Se trata de una estrategia de des-
arrollo, es parte de la política social y está estrechamente vinculada a la política eco-
nómica. La educación, especialmente de personas adultas, siempre ha estado atra-
pada entre recursos escasos y expectativas ambiciosas que han dificultado su éxito
y, lo que es peor, han generado frustración. Si la comunidad internacional quiere
realmente que la educación básica y la alfabetización tengan impactos hacia la
mejora real de la situación de las personas, especialmente de las mujeres, es preci-
so dedicar más y mejores recursos a la educación en general y a la educación de per-
Aproximación a la situación de las mujeres en la educación en Iberoamérica 27
En cuanto al factor pobreza, hay que considerar que las estimaciones tradiciona-
les se realizan para la unidad “hogar familiar” y de acuerdo a ellas las mujeres
sufren pobreza extrema cuando viven en hogares con un ingreso per cápita inferior
a un dólar diario. Desde la perspectiva de género, la definición de pobreza que uti-
liza el ingreso del hogar como unidad de medida es ampliamente cuestionada, tanto
por suponer homogeneidad en la distribución de los recursos entre los miembros del
hogar como por no incluir el trabajo doméstico como un recurso fundamental del
hogar.
Las mujeres constituyen más de dos terceras partes de la población pobre del
mundo, son las que se enfrentan en el día a día con la falta de alimentación, de agua,
de saneamiento, de salud, además de no tener acceso al crédito y a la propiedad. Así,
sus capacidades no están desarrolladas y su participación es escasa y está limitada
por todos esos condicionantes. La reducción de la pobreza implica un incremento
de recursos en diversos ámbitos de la vida cotidiana que generen mayores alterna-
tivas conducentes a que las mujeres puedan ejercer sus derechos humanos.
Evolución IDH
Tal sería el caso de la educación de las niñas en muchos lugares del mundo, enfo-
cada a rentabilizar la inversión produciendo “externalidades”, es decir, educar a las
niñas es rentable porque produce efectos en la sociedad que justifican el gasto edu-
cativo. Educar a las mujeres tiene un costo pero, a su vez, tiene unos beneficios que
se pueden medir en cuanto a evitar el gasto porque, por ejemplo, si se disminuye la
mortalidad materna e infantil se producirá un ahorro medible, por ejemplo, de gasto
sanitario. Un buen número de proyectos de organismos nacionales e internaciona-
les enseñan a las niñas a cuidar de sus bebés y a hacer planificación familiar con el
objetivo de lograr una disminución de la mortalidad materna e infantil. Es decir, se
invierte en educación pero buscando un impacto no en los derechos humanos de las
niñas sino en cuestiones que mejoren las condiciones de vida de toda la comunidad.
Además, se genera la idea de que las mujeres pobres están incapacitadas para cui-
dar de su propia descendencia o para saber lo que quieren, necesitando siempre de
organismos que les guíen en la consecución de mejoras propias y familiares. Son
mensajes que se siguen reproduciendo y suelen ir dirigidos exclusivamente a las
mujeres.
En este marco la educación parece ser sólo para proveer al sistema económico
de personas cualificadas, cuando su finalidad debería ser el desarrollo de la perso-
na como ejercicio de un derecho humano. Así, la educación es un derecho también
de las mujeres pero que reproduce las tradiciones y estereotipos como seres para los
otros especialmente en su dimensión de madres, donde prima la idea de sacrificio,
de entrega constante y de anulación personal. Las argumentaciones que se dan para
impulsar y garantizar este derecho es como responsables del bienestar y el desarro-
llo de los otros, en un plano de dependencia y subordinación. No se piensa en pri-
mer lugar en lo personal porque se da como intrínseco a las mujeres su entrega y
dedicación hacia las personas ascendentes o descendientes, lo que implica naturali-
zar esa subordinación: es innato en las niñas el cuidado de los demás.
Esto no quiere decir que se niegue que a mayor nivel educativo de la madre se
posponen los embarazos, que hay un espaciamiento adecuado de los mismos, que
se disminuya la descendencia, que haya mayor bienestar en la familia y que las hijas
o hijos de esas madres tengan mayores posibilidades de alcanzar mejores niveles
educativos. Este derecho de las mujeres se impulsa como un beneficio hacia otras
personas, sin tomar en cuenta que el derecho es por sí mismo y no en función de las
necesidades o de los deseos de otras personas.
Como derecho humano la educación debería incorporar todas las áreas de la per-
sonalidad, sobre todo la de los afectos ya que por medio de ellos las personas ejer-
cen poder de decisión, de libertad y de responsabilidad consigo mismas y con el
medio y los otros seres humanos que les rodean. Consecuentemente, las personas
encargadas de la planificación de la educación, tanto desde los gobiernos naciona-
les como desde los proyectos de cooperación internacional, deberían considerar que
los derechos de las mujeres incluyen el mundo de los afectos y que en ello está la
Aproximación a la situación de las mujeres en la educación en Iberoamérica 31
clave del éxito del conocimiento (Delgado, 2004) porque no se puede seguir plan-
teando la educación como si el ser humano estuviera dividido en tres dimensiones
opuestas: la corporal, la mental y la emocional. Si se quieren conseguir sociedades
equitativas y justas es fundamental trabajar en la educación desde las emociones
porque se contribuiría a la consecución de la paz y el fin de los conflictos, aspectos
no desdeñables en el mundo actual.
Cooperación educativa -
XIII Conferencia Iberoamericana de Educación Integración educativa -
2003 (Tarija, Bolivia, 4 y 5 de septiembre). Declaración Igualdad de educación -
de Tarija Financiación de la educa-
ción
Cooperación educativa -
Igualdad de educación -
XV Conferencia Iberoamericana de Educación Enseñanza superior -
2005 (Toledo, España, 12 y 13 de julio). Declaración de Financiación de la educa-
Toledo ción - Sociedad de la
información
La educación siempre ha sido tratada en las Cumbres como motor del desarrollo
social y económico, como un proceso permanente, abarcador y continuo a lo largo
de toda la vida y que, como tal, sirve de sustento a las transformaciones socioeco-
nómicas que se requieren, ya no sólo para insertarse en un mundo global, sino para
garantizar la equidad social y el ejercicio democrático de la ciudadanía.
cultural; la de Madrid partió de la idea del conocimiento como gran capital del siglo
XX; la de San Salvador de Bahía renovó la conciencia de su carácter estratégico
para el desarrollo social. Sin embargo, las Cumbres nunca han analizado formal-
mente la situación de discriminación que sufren las mujeres en el sistema educati-
vo, no sólo como usuarias sino también en la institución como tal.
Estos planteamientos son significativos del enfoque que se quiere dar a la edu-
cación pero, como sigue siendo habitual, el nudo está en la incorporación de las
mujeres en todas las facetas del proceso, y no por voluntad de ellas sino porque no
se las toma en cuenta verdaderamente ni en la toma de decisiones ni en la aplica-
ción de los planes educativos.
34 Educación de mujeres y niñas en Iberoamérica
En general, los estudios coinciden en algunos puntos comunes sobre las dificul-
tades que tienen estos organismos en la institucionalidad de género (Guzmán,
2001):
– Hay una distancia importante entre la magnitud de las tareas a realizar y los
recursos asignados. Las oficinas de la mujer no tienen suficiente autoridad
debido a su posición jerárquica, cuentan con escasos recursos financieros y
profesionales.
– Se dan diferencias entre las concepciones de las oficinas y el resto de sectores
del Estado.
– Hay una manifiesta contradicción entre los discursos y las prácticas institucio-
nales.
– Son procesos inestables que, por su dependencia de los gobiernos y de la agen-
da, alcanzan logros que pueden perderse.
Todos los países de esta área elaboran Planes de Igualdad de Oportunidades entre
Hombres y Mujeres con el objetivo de mejorar la situación general, especialmente
laboral, de las mujeres. El interés es tal que el Consejo de Ministras de la Mujer de
Centroamérica (COMMCA) elaboró el pasado año un Plan Estratégico 2006-2009,
cuyo fin es incidir en los cambios necesarios para que las mujeres puedan ejercer
sus derechos humanos.
avance hacia el desarrollo que promueven los países del istmo centroamericano. En
los últimos años se han identificado niveles de violencia de género que afectan a la
mujer de cualquier edad y su entorno familiar y comunitario. Los índices de mor-
talidad materna e infantil, la falta de acceso a recursos y control de bienes y servi-
cios para las mujeres limitan su desarrollo e inciden en el desarrollo social. La par-
ticipación política de las mujeres en los procesos que han vivido históricamente los
países centroamericanos, su aporte a la economía, las transformaciones de los sis-
temas de justicia, han sido insuficientes para romper las desigualdades que limitan
en las mujeres el ejercicio de su ciudadanía y a participar en igualdad de condicio-
nes en los procesos de desarrollo” (COMMCA, 2005).
Dentro de este área hay una serie de países que son prioritarios de la cooperación
española y con los que ya hay una amplia experiencia de colaboración, se trata de
Honduras, Nicaragua, El Salvador, Guatemala y República Dominicana. La región
centroamericana se caracteriza por una situación socioeconómica y política donde
persiste la inequidad y la precariedad en el empleo. A pesar de algunos esfuerzos
realizados, la historia sociopolítica, los persistentes desastres naturales, la creciente
violencia tanto en el ámbito de lo social como en el privado, con una escasa incor-
poración de las mujeres al mercado laboral asalariado, una marcada brecha de géne-
ro especialmente en las poblaciones indígenas (BM, 2002), junto con los ajustes
estructurales de la última década han conformado una región con serias dificultades
para el bienestar de sus poblaciones.
Honduras8
8. Primer encuentro sobre género de las Oficinas Técnicas de Cooperación de la AECI. 2003.
Aproximación a la situación de las mujeres en la educación en Iberoamérica 37
más a nivel formal que real, dado que a pesar de haber un contexto jurídico y legal
favorable, con la aprobación de leyes y políticas fundamentales (como la Ley de
Igualdad de Oportunidades, Ley contra la Violencia Doméstica o la Política
Nacional de la Mujer), sigue habiendo una brecha importante entre lo que determi-
nan dichas leyes y políticas, y la efectiva aplicación de las mismas.
En el contexto centroamericano es relevante la vertebración que ha realizado
Honduras entre igualdad y estrategia de reducción de la pobreza. Así, la fuerza del
Plan Nacional de Igualdad de Oportunidades 2002-2007 viene dada por su articula-
ción con la Estrategia de Reducción de la Pobreza que, si bien, tiene un componen-
te que es Igualdad y Equidad de género, y tiene medidas políticas contempladas, en
términos de proyectos específicos (que son los que dan cuerpo a su ejecución) es
bastante limitada y fragmentada en sus actuaciones, al igual que la propia Política
Nacional de la Mujer. Aunque se manifiesta formalmente un interés explícito en la
promoción de la equidad entre géneros e igualdad de oportunidades, no hay una
dotación presupuestaria suficiente ni para el Instituto Nacional de la Mujer (INAM)
ni para la efectiva aplicación de la Política Nacional de la Mujer en las diferentes
instancias y secretarías involucradas (salud, educación, etc.) y sus mecanismos (fis-
calías, consejerías de familia, etc.).
Guatemala9
9. Datos tomados de Espinosa, Isolda (2005). Las metas del milenio y la igualdad de género. El caso
de Guatemala. Serie mujeres y desarrollo. Santiago de Chile. CEPAL.
Aproximación a la situación de las mujeres en la educación en Iberoamérica 39
Así mismo, incorpora algunas necesidades e inquietudes de las mujeres ya que fue
consensuada con las organizaciones de mujeres tomando como base la declaración
de instrumentos internacionales. La SEPREM ha trabajado en distintos ámbitos,
siendo la Secretaría de la Paz prioritaria por estar comprometida en el cumplimien-
to de los compromisos de los Acuerdos de Paz relativos a las mujeres en los temas
de reforma educativa, cedulización, código laboral, salud integral y mortalidad
materna, salud sexual y reproductiva, ley de acoso sexual. Actualmente se coordi-
nan acciones con las entidades del Estado para su cumplimiento. Además se elabo-
ró conjuntamente con el Foro Nacional de la Mujer el Plan de Acción para la Plena
Participación de las Mujeres Guatemaltecas 2002-2012.
dad, en perjuicio de las mujeres, con una relación de 76%. La relación entre las tasas
de alfabetismo de las mujeres y las de los hombres se incrementó entre 1970 y 2000.
En 1970, había 71 mujeres alfabetizadas de 15 años y más por cada 100 hombres
en similar situación; en 2000 esa cifra subió a 79. Entre la población de 15 a 24 años
el número de mujeres alfabetizadas por cada 100 hombres analfabetos pasó de 73 a
84 en el mismo período. Si bien la tendencia mostrada es positiva, el ritmo de reduc-
ción de la brecha es menor al necesario para lograr la igualdad en la alfabetización
de hombres y mujeres.
Para Guatemala son especialmente necesarias las estadísticas e informes que ten-
gan en cuenta las diferentes etnias del país, ya que conforman las capas más desfa-
vorecidas de la población y, dentro de éstas, las que den cuenta de la situación de
las mujeres.
Nicaragua10
10. Datos tomados de Espinosa, Isolda (2005). Las metas del milenio y la igualdad de género. El caso
de Nicaragua. Serie mujeres y desarrollo. Santiago de Chile. CEPAL.
42 Educación de mujeres y niñas en Iberoamérica
La relación entre las tasas brutas de asistencia escolar de las mujeres respecto a
las de los hombres muestran un sesgo a favor de las primeras, que tiende a aumen-
tar con la edad, independientemente de la condición de pobreza. Este sesgo es
mayor entre la población pobre urbana y la no pobre rural. La condición de pobre-
za define diferenciales en el acceso a la educación de la población, independiente-
mente del sexo. También se observan importantes brechas por área de residencia
entre las tasas de asistencia escolar de la población de un mismo sexo y condición
de pobreza. Por ejemplo, entre las mujeres de 13 a 19 años pobres, la tasa de asis-
tencia escolar del área urbana es 1,9 veces la tasa del área rural; y entre las mujeres
no pobres del mismo grupo de edad la tasa del área urbana es 1,8 veces la del área
rural. En general, las brechas por área de residencia son mayores incluso que las
existentes por condición de pobreza en una misma área de residencia.
En cuanto a las brechas por sexo, éstas no son tan significativas como las que se
registran entre áreas de residencia. La deserción y el retraso escolar son en gran
parte consecuencia de los problemas que enfrentan los estudiantes y que les impide
cumplir con las exigencias académicas de los diferentes niveles de enseñanza. Entre
las razones de abandono escolar de los jóvenes entre 15 y 19 años destacan los pro-
blemas económicos, independientemente del sexo y del área de residencia aunque
entre los hombres tienen mayor peso. Estos problemas incluyen tanto la falta de
recursos del hogar para enfrentar los gastos que demanda la asistencia a la escuela,
como el abandono para trabajar o buscar empleo. Los quehaceres del hogar son la
segunda razón más importante entre las mujeres urbanas y rurales, la que es no sig-
nificativa estadísticamente entre los hombres de ambas áreas de residencia. En cam-
bio, entre los hombres urbanos y rurales la falta de interés ocupa el segundo lugar
de importancia. Esta razón incluye la despreocupación de los estudiantes y la de los
padres, la que puede surgir ante la alternativa de dedicarse a la generación de ingre-
Aproximación a la situación de las mujeres en la educación en Iberoamérica 43
sos. Otros factores que inciden en la deserción escolar son la educación de la madre
y la ausencia de uno de los padres en el hogar.
La relación entre las tasas de alfabetismo de las mujeres y las de los hombres
muestra una evolución positiva para las primeras, al pasar de 98% en 1970 a 102%
en 2000 entre la población de 15 años y más; y de 101% a 102% entre la población
de 15 a 24 años. Sin embargo, el nivel de alfabetismo en Nicaragua continúa sien-
do bajo: dos tercios de la población de 15 años y más.
El Salvador
Este Plan de Acción se elaboró mediante la consulta y consenso de todas las ins-
tituciones ejecutoras del mismo, organizaciones no gubernamentales, organizacio-
nes de mujeres y las Agencias de Cooperación Internacional. La Política Nacional
de la Mujer y su Plan de acción, incluye doce áreas de acción:
Del eje Desarrollo Social, se desprenden las siguientes seis (6) áreas de acción:
Educación, Salud, Familia, Medios de Comunicación, Cultura, Prácticas
Deportivas.
A pesar de los desafíos que impone la alfabetización de las mujeres adultas, los
índices de paridad de sexo (IPS)11 en las tasas brutas de escolarización de primaria
(1° a 6° grado), básica (7° a 9° grado) y media (1°, 2° y 3° año de bachillerato)
muestran grandes avances en la equidad de acceso a la educación de niñas y niños,
pues alcanzan el máximo puntaje: 1, indicando una paridad casi total12.
11. IPS: Es la relación entre el valor correspondiente al sexo femenino y el valor correspondiente al
sexo masculino en un indicador determinado. Un IPS con valor igual a 1 indica que existe pari-
dad entre los sexos; con valores que oscilan entre o y 1 significa que se da una disparidad a favor
de niños/hombres; un valor superior a 1 señala la existencia de una disparidad a favor de las
niñas/mujeres.
12. INFORME DE AVANCE Y DESAFÍOS FUTUROS, EL SALVADOR 2004. Dirección Nacional
de Monitoreo y Evaluación 2004, Ministerio de Educación.
46 Educación de mujeres y niñas en Iberoamérica
República Dominicana14
13. El sexismo se basa en la inferioridad y ridiculización del sexo femenino en función de sus dife-
rencias biológicas.
14. Datos tomados de Sistema de Naciones Unidas en República Dominicana (2004). Objetivos de
Desarrollo del Milenio en República Dominicana. Informe 2004. ONU.
Aproximación a la situación de las mujeres en la educación en Iberoamérica 47
La eficiencia del sistema educativo evidencia que las mejoras logradas en los
últimos años aún no han llegado a las escuelas periféricas y marginales del área
urbana, aquellas que concentran el alto éxodo rural-urbano. Las cifras sobre matrí-
cula nacional entre los años 1996 y 2002 muestran que el número de niñas que se
matricularon anualmente en la educación primaria fueron inferiores al número de
niños y que esta diferencia ha seguido aumentando. A nivel secundario, por el con-
trario, la relación mujer/ hombre se eleva a 1.27 en algunos años del período obser-
vado.
Los libros de texto, si bien han cambiado un poco en los últimos cinco años, aún
no expresan una construcción de conocimiento, y un proceso de aprendizaje a par-
tir de la igualdad entre los géneros. Aún persisten las imágenes sexistas, donde pre-
domina el varón como el sujeto central de una sociedad androcéntrica y patriarcal,
y en la práctica docente, maestras y maestros avanzan con un poco de resistencia a
comprenderse ellas y ellos como vectores del cambio del alumnado en las aulas de
educación dominicana.
Hay una serie de países prioritarios de la cooperación española con los que se
tiene una amplia experiencia de colaboración, se trata de Ecuador, Bolivia, Perú y
Paraguay. De la documentación consultada se deduce que la educación en la zona
se caracteriza por un buen nivel de acceso a los niveles básico y primario, aunque
con diferencias entre países y desigualdades en función de las zonas geográficas,
tipologías de escuelas según su titularidad y entre alumnado según el género.
Niveles educativos crecientes para todas las mujeres son un requisito necesario
para acceder al trabajo remunerado en igualdad de condiciones, lograr mayor auto-
nomía económica, establecer relaciones más igualitarias en la pareja y aumentar la
capacidad de decidir sobre distintos aspectos de su vida, así como para influir en la
toma de decisiones públicas a través de mayor participación política y en otras ins-
tancias de poder. Sin embargo, tal como se constata en todos los países de la región,
este no es un requisito suficiente para modificar las relaciones de poder y alcanzar
la igualdad. Un aporte desde la educación en tal sentido requiere asegurar que los
contenidos de los programas educativos sean equitativos y no discriminatorios
hacia las mujeres.
Ecuador15
La deserción escolar tanto en el ciclo básico como en el ciclo medio incide pos-
teriormente en las oportunidades de inserción laboral exitosa de las jóvenes en mer-
cados de trabajo. Razones de la no matrícula de las niñas y adolescentes así como
de su deserción están asociadas a factores de discriminación de género, especial-
mente al ser obligadas a asumir el cuidado de menores y personas mayores miem-
bros de la familia (13% para las niñas y 0.8% para los niños), según los datos del
Sistema de Encuestas de Hogares del 2003.
Bolivia16
16. Datos tomados de Bravo, Rosa (2004): Las metas del milenio y la igualdad de género: el caso de
Bolivia. Serie mujeres y desarrollo. Santiago de Chile. CEPAL.
Aproximación a la situación de las mujeres en la educación en Iberoamérica 53
1990 y 2000, en un 30%. Hoy hay casi el mismo número de niñas que de niños
matriculados en la enseñanza primaria, mientras que en 1990 había un 10% menos
de niñas escolarizadas. Bolivia incluye en sus leyes educativas la mención explíci-
ta de establecer la igualdad de género. Los avances significativos conseguidos, en
ese contexto, incluyen un aumento de las tasas de escolarización y de permanencia
en la enseñanza primaria, una mejora en la calidad de la educación a través de la
implementación de nuevos planes de estudio interculturales, una mejor formación
del profesorado, la construcción y restauración de instalaciones escolares y la pro-
visión de mejores materiales para los colegios.
Pese a todo ello, se constata la preocupante situación educativa de las áreas rura-
les de los indígenas y pueblos indígenas y niños y niñas trabajadoras en áreas
periurbanas en relación a la permanencia, la accesibilidad y la cobertura de la edu-
cación escolarizada, relacionada entre otras, con procesos educativos que tienen
dificultades en la promoción y el afianzamiento de la enseñanza en lenguas origina-
rias. La deserción escolar temprana es especialmente alta en las zonas rurales donde
43 de cada 100 niñas y 39 de cada 100 niños abandonan la escuela antes de com-
pletar la primaria. En las zonas urbanas el problema disminuye, pero también afec-
ta más a las niñas.
Todo esto tiene una repercusión muy negativa en el desarrollo productivo del
país (UB, 2005).
Persiste la ideología que avala la división sexual del trabajo y aún cuando las
mujeres bolivianas alcanzan niveles de participación económica especialmente ele-
vados en comparación al resto de las mujeres de Latinoamérica, siguen siendo las
responsables del trabajo doméstico y del cuidado en sus hogares. Además, están
sometidas a distintas formas de violencia por parte de sus parejas y sin capacidad
para ejercer sus derechos sexuales y reproductivos.
Paraguay
a pesar de que los porcentajes son sensiblemente inferiores, la brecha entre el anal-
fabetismo de mujeres y hombres es de 3.6% para las primeras y 1.6% para los
segundos.
El Plan está organizado en los ámbitos de acción que se identifican con aquellos
ámbitos en que se actúa para la transformación de las relaciones de género. Uno de
ellos es la educación. En educación se persigue asegurar el acceso pleno y la per-
manencia equitativa de mujeres y hombres en el sistema educativo, así como la pro-
moción y la incorporación de la equidad de género en la práctica pedagógica del
aprendizaje. Teniendo como lineamiento fundamental la creación de mecanismos
56 Educación de mujeres y niñas en Iberoamérica
Perú17
En Perú los niños y las niñas tienen una presencia casi igualitaria en la escuela
primaria. La información sobre acceso a la educación en la década de 1990 mues-
tra que, a nivel nacional, hay progreso hacia una casi igualdad entre niñas y niños
en el caso de la educación primaria, un retroceso sostenido perjudicial a las niñas
en el caso de la educación secundaria y cifras que pueden aproximarse a la igual-
dad en lo referido a la educación superior. Dicha situación de igualdad deja de ser
tal al desagregar el indicador por niveles de pobreza, especialmente en los casos de
educación secundaria y superior en el sector de pobreza extrema, donde la relación
niñas-niños fue 80,49% para la educación secundaria y 79,4% para la educación
superior en el 2002.
17. Datos tomados de Bravo, Rosa (2004): Las metas del milenio y la igualdad de género: el caso de
Perú. Serie mujeres y desarrollo. Santiago de Chile. CEPAL.
Aproximación a la situación de las mujeres en la educación en Iberoamérica 57
Por ello, la mayor parte de dicha oferta fue dirigida a trabajos de baja producti-
vidad, con exigencias mínimas de capacitación y carentes de protección y previsión
social. La entrada de las mujeres al mercado laboral ocurre en una situación persis-
tente de inequidades. Los ingresos percibidos por la mujer son menores que los del
hombre aun en grupos de ocupación e instrucción similares. Por ejemplo, en el
2002, las mujeres en ocupaciones de mayor calificación percibieron en promedio
77% de los ingresos percibidos por los hombres en ocupaciones equivalentes. La
brecha entre los ingresos tiende a acentuarse conforme disminuye el nivel de califi-
cación requerido.
Una de las claves para superar estas cifras definitivamente está en la vertebración
de los planes de educación y los planes de igualdad de oportunidades y su aplica-
ción en cada país ya que en la mayoría de ellos encontramos, en menor o mayor
grado, referencias a:
– La educación como eje básico para el desarrollo de un país. Hay que superar
la sectorización de la educación e incorporarla a las estrategias de desarrollo
ya que sin ella no serán posibles los cambios necesarios porque la educación
es la clave del desarrollo personal y colectivo.
– Las desigualdades e inequidades en los sistemas educativos. Si ya se ha con-
seguido la meta del acceso a la educación en la escuela primaria, ahora el reto
es que se superen las desigualdades e inequidades especialmente en la perma-
nencia como primer paso para evitar el absentismo y la deserción escolar, que
es notable en el caso de las niñas.
– La necesidad de acciones positivas hacia las niñas y mujeres. No se puede
seguir pensando la educación como un espacio neutro de conocimiento, cada
persona se integra a la educación desde su forma de ver y sentir como hombre
o como mujer, como persona sexuada perteneciente a un grupo social, a una
clase, con una edad, etc.
– Intensificar las actuaciones para evitar la violencia, especialmente contra las
niñas. En todas las sociedades mayores grados de violencia recaen sobre las
personas que se encuentran en situaciones de inferioridad social. Es impres-
cindible ahondar en las medidas que algunos países han puesto en marcha para
luchar contra la violencia sexual en el ámbito educativo.
– Considerar la permanencia de las adolescentes embarazadas en el sistema edu-
cativo público y privado. Dados los altos índices de embarazo en menores de
60 Educación de mujeres y niñas en Iberoamérica
edad es imprescindible crear planes para que esas adolescentes puedan conti-
nuar sus estudios, porque de lo contrario no sólo se les niega el derecho a la
educación sino también el derecho a las oportunidades que brinda la finaliza-
ción de los estudios.
– El derecho a un empleo y a un trabajo decente también para las mujeres. Las
mujeres trabajan desde niñas pero, en la mayoría de casos, es un trabajo invi-
sible y desvalorizado socialmente aunque sea imprescindible en el manteni-
miento de la sociedad. Las mujeres en todo el mundo necesitan, como los
hombres, tener un empleo que permita su manutención personal o familiar, y
desarrollar su trabajo en condiciones de dignidad humana.
Nicaragua 1993 44,3 43,2 45,3 32,0 31,4 32,7 65,1 62,8 67,3
1998 47,1 49,6 44,7 33,8 35,3 32,5 66,6 69,8 63,5
2001 41,2 46,2 36,3 30,5 36,2 25,2 59,6 61,9 57,0
Fuente, a partir de datos de: CEPAL, sobre la base de tabulaciones especiales de las encuestas de hoga-
res de los respectivos países.
a/ La metodología de construcción de las tasas de deserción puede verse en Cepal, Panorama social
de América Latina 2001-2002 (LC/G/2183-P), recuadros III.1 y III.5.
b/ Ocho capitales departamentales y El Alto.
c/ Asunción y Departamento Central.
Pero, para construir relaciones más igualitarias y libres de violencia entre hom-
bres y mujeres también se requiere de hombres mejor formados. Es preciso incor-
porar el análisis de la violencia contra las mujeres, ya que ésta seguramente consti-
tuye la manifestación más extrema de las relaciones de dominación-subordinación
entre los sexos. No sólo es una violación al derecho a la integridad física y emocio-
nal de las mujeres; es un factor que inhabilita a las personas para gozar de autono-
mía y les impide ejercer su ciudadanía y erosiona su capital social a causa del ais-
lamiento al que son sometidas (Bravo, 2004).
En síntesis, si desde hace años tenemos identificados los aspectos prioritarios que
hay que trabajar con mayor énfasis para analizar la discriminación que mujeres y
niñas sufren dentro del sistema educativo, es necesario comprender que éste no hace
más que reproducir el esquema social y necesita, como la sociedad, de políticas que
apoyen la eliminación de desigualdades (Lara, 2002). En general, se producen una
serie de desigualdades entre niños y niñas, entre las que se pueden destacar:
– Desigual acceso, permanencia y aprovechamiento en los diferentes niveles
educativos.
– Desigual valoración de lo femenino y lo masculino en la educación. Falta de
reconocimiento de las aportaciones que las mujeres han realizado a la socie-
dad y predominio casi absoluto de la figura masculina, sobre todo en las áreas
de conocimiento técnicas.
– Desigual participación de mujeres y hombres tanto en educación formal
(magisterio, dirección y nivel técnico y de gestión de los sistemas educativos)
como informal (cuidado de los hijos, transmisión de roles en el entorno fami-
liar).
– Desigual distribución del tiempo de ocio y de las condiciones extraescolares
de aprendizaje.
– Desigual expectativa sobre lo que la educación debe aportar a uno y otro sexo.
Aproximación a la situación de las mujeres en la educación en Iberoamérica 63
Hay que exponer claramente la necesidad de una apuesta firme para llevar a cabo
acciones concretas que beneficien a las mujeres; por ejemplo, que las mujeres por
sí mismas tengan derecho a la propiedad, a la tierra, al crédito y a cualquier recur-
so que muchas veces les están vetados por las relaciones de género del contexto en
el que viven. La responsabilidad de superar este panorama actual pasa por la impli-
cación de todos los agentes implicados en el sistema educativo y por sistematizar
las buenas (y malas) prácticas para que sean un instrumento prioritario en el esfuer-
zo educativo que se está llevando a cabo en muchos países.
ello es imprescindible un trabajo conjunto entre todos los agentes relacionados con
la educación, entre otros: alumnado, profesorado, familias, dirección (Estado,
Ministerios), comunidad, empresas, sindicatos, organismos de cooperación.
En cuanto a la iniciativa privada propiamente dicha, hace más de una década que
se vienen desarrollando programas de apadrinamiento de escuelas públicas con la
participación de instituciones privadas, así hay ejemplos en República Dominicana
o Nicaragua. Los centros escolares suelen recibir recursos en infraestructuras y
materiales didácticos.
Un eje central que se quiere tratar aquí es el del profesorado ya que la calidad de
la educación depende, en gran medida, del magisterio nacional en cada país.
66 Educación de mujeres y niñas en Iberoamérica
sencia de los niños y niñas más pobres. Reducir los costes financieros o per-
sonales que implica el asistir a la escuela es un elemento clave para fomentar
la educación. La eliminación de los gastos escolares o apoyos a la asistencia
de las niñas parecen medidas efectivas.
– Es necesario construir más escuelas y que estén más cerca de las comunida-
des. Algún estudio cifra en un 2,5% el incremento de inasistencia por cada
kilómetro adicional entre la casa y la escuela. La distancia es un elemento
especialmente sensible para las niñas, que tienen miedo a ser agredidas ellas o
sus familiares.
– La facilidad de acceso y la seguridad de la escuela, en su dimensión psicoso-
cial, así como la relevancia y la calidad de su enseñanza son elementos funda-
mentales para determinar cuántos niños, y especialmente niñas, van a partici-
par y cómo lo harán. Los conocimientos y las actitudes de los profesores son
importantes para que las niñas asistan a la escuela.
– Para que un proyecto signifique un impacto importante en cuanto a la partici-
pación de las niñas, es necesario contar con el apoyo de políticas nacionales
en educación y otros agentes implicados.
– Para garantizar la sostenibilidad de los proyectos, es necesario anclarlos en
una estructura o infraestructura más durable, como puede ser la que proporcio-
na la administración.
Además y simultáneamente, se debe trabajar una línea política, en las más altas
instancias, dirigida a designar la educación en igualdad con equidad como política
estratégica de los Ministerios de Educación, para lo cual, entre otros, se deberá for-
mar al personal estatal en materia de género y educación con el objetivo de facili-
tar la elaboración de propuestas y su puesta en funcionamiento. En muchos países
ya existen estas políticas, se trata sencillamente de ponerlas en práctica para poder
evaluar sus resultados a medio plazo.
Hay que buscar los mecanismos para ejercer el derecho a la educación desde la
propia realidad como instrumento de cambio hacia un futuro de superación de las
desigualdades, lo que incluye indiscutiblemente la visibilización de las mujeres,
mediante la valoración positiva de su presencia misma con sus problemas y acier-
tos dentro de la sociedad. Aún más, cualquier proceso de superación de dificultades
está determinado por la toma de una serie de medidas básicas que, en el caso de la
educación, pasan por unos mínimos que se pueden resumir en que haya suficientes
escuelas equipadas y con docente en las comunidades, que la educación -por lo
menos a nivel primario- sea gratuita y que se faciliten los libros y materiales de tra-
bajo, por lo menos a la población más pobre. Pero, además es imprescindible atraer
al sistema escolar de forma específica a niñas y mujeres, debido a las tendencias
sociales a su marginación.
Aún cuando el sistema educativo, por sí mismo, no puede conseguir una trans-
formación que garantice la igualdad -ni siquiera la igualdad de oportunidades- es
importante no minusvalorar su contribución al cambio igualitario, especialmente
como punto de partida en la legitimación de las mujeres para lograr este cambio.
Dado que las contradicciones en los sistemas educativos son notables ya que en
muchos países coexisten sectores de mujeres analfabetas o de niñas no escolariza-
das junto a un acceso ya amplio de las mujeres a las universidades, hay que estable-
cer un sistema de prioridades. Prioridades que, si partimos de la necesidad de utili-
zar la educación como instrumento de desarrollo económico y de lucha contra la
pobreza, tanto a nivel individual como colectivo, supone enfatizar en primer lugar
la extensión de la educación a todas las niñas y la alfabetización y formación ocu-
pacional de las mujeres adultas, como primer paso para alcanzar la igualdad,
siguiendo después hacia medidas que no incidan ya sólo en el acceso de las muje-
res a la educación sino en la modificación del sistema educativo (Subirats, 1998).
Todos los estudios revisados enfatizan la tendencia mundial a dar prioridad abso-
luta a una educación de calidad, que en el caso de las niñas pasa por acciones posi-
tivas conducentes a su permanencia con equidad en el sistema educativo.
18. Conjunto de prácticas habituales en el sistema educativo que no están explicitadas en forma paten-
te, pero que forman parte de los hábitos de la docencia, tanto en términos de atención al alumna-
do como de observaciones, valoraciones, etc. que el profesorado realiza.
19. Ingresos o servicios que las familias pierden al no recibir ayuda de sus hijas, ya sea trabajando
fuera del hogar o dentro de éste en tareas domésticas.
20. Visión del mundo desde el punto de vista exclusivamente masculino. El androcentrismo presupo-
ne que la experiencia masculina es universal y que representa a la humanidad, obviando la expe-
riencia femenina.
72 Educación de mujeres y niñas en Iberoamérica
Con seguridad si se cumpliesen estos aspectos se estaría más cerca del ejercicio
pleno de los derechos humanos de las mujeres que tienen como camino inexcusa-
ble el derecho a la educación. Las diferencias entre hombres y mujeres, en sus com-
portamientos, actitudes e ideas, se derivan del aprendizaje social de sus identidades
femeninas o masculinas. La igualdad no se puede alcanzar si no se parte de recono-
cer que estas diferencias se han transformado en desigualdades socioeconómicas,
políticas, culturales y laborales entre los hombres y las mujeres, y en donde las rela-
ciones entre ambos son relaciones de poder asimétricas, colocando a las mujeres en
posición de subordinación (Escalante, 2005). La educación constituye la vía que
hay que transitar para lograr, progresivamente, el desmontaje de los estereotipos de
género, visibilizar los aportes de las mujeres a la sociedad y valorizar los aportes de
la participación y asistencia en los sistemas educativos de las niñas y mujeres. La
valorización de la participación activa de niñas y mujeres, que también beneficia a
los niños, se puede encontrar en las respuestas a las siguientes preguntas:
1. ¿Cuáles son las mejores estrategias para que las niñas vayan a la escuela?
1. Incrementar la proporción de inversión en educación primaria tanto en el sector
público como en el privado.
2. Aumentar la oferta de escuelas cerca de donde viven las niñas y aceptables para
ellas.
3. Promover el compromiso de las comunidades con las escuelas.
4. Eliminar o minimizar los obstáculos a la participación de las chicas: seguridad,
costes de escolarización y normas que las excluyen.
3. ¿Cuáles son las formas de ayudar a las niñas a que completen una educación
básica?
1. Hay que construir escuelas cerca de donde viven, al tiempo que se mejora su
seguridad.
2. Es necesario reducir o suprimir los costes de educación de las niñas.
3. La implicación de las madres en la educación de su descendencia, y especial-
mente de sus hijas, es muy importante. Las casadas o embarazadas deberían
poder seguir yendo a la escuela.
Insistiendo, algunos de los medios para que las niñas y jóvenes vayan a la escue-
la son:
o Incrementar la proporción de inversión en educación primaria.
o Fortalecer las instituciones responsables de la educación primaria, en el sec-
74 Educación de mujeres y niñas en Iberoamérica
Toda acción de desarrollo tiene repercusiones sobre las relaciones entre hombres
y mujeres, por eso, se precisa aplicar el análisis de género en todas las políticas, pro-
gramas y proyectos. No se puede seguir pensando que los proyectos pueden ser efi-
caces y duraderos sin atender explícitamente las diferentes necesidades e intereses
de hombres y mujeres. No se puede pretender erradicar la pobreza y mejorar las
condiciones de vida de las personas más vulnerables si se ignora la realidad en la
que viven las mujeres, al contrario, al no hacerlo se refuerzan las estructuras que
generan las desigualdades y que, teóricamente, el proyecto quiere superar.
Para poder saber qué hacen, qué piensan, cuál es la situación, cuáles son sus
necesidades, cuáles son los intereses, etc, de las niñas y mujeres, el primer paso, que
todavía no se ha dado, es la información desagregada por sexo, de lo contrario las
mujeres seguirán sin existir. Aunque pueda parecer obvio, es imprescindible seguir
insistiendo en que si tomamos un indicador del milenio como la “tasa de matrícula
en la enseñanza primaria” no sabemos cuántas niñas están matriculadas, con lo cual
se produce una visión parcial y homogénea de la realidad. Además hay que saber el
origen sociocultural de esas niñas porque es imprescindible reconocer, por ejemplo,
los derechos lingüísticos de los pueblos, que requieren también de la incorporación
de mediciones tanto cuantitativas como cualitativas que proporcionen una visión
más completa de la realidad.
Las áreas del conocimiento, habilidades e intereses que han sido tradicionalmen-
te femeninos como la crianza, el cuidado de la vida y las relaciones sociales y del
medio ambiente deben incorporarse al currículum al mismo nivel que la enseñanza
de las matemáticas y, simultáneamente, debe incentivarse el interés de los niños por
esas áreas. Es decir, superar la jerarquización de conocimientos y destrezas que se
imparten en el sistema educativo: las mujeres aprenden a realizar una serie de tra-
bajos del ámbito doméstico desde muy niñas mientras, normalmente, sus hermanos
juegan en la calle. Esos saberes previos, adquiridos a muy temprana edad, funda-
mentales en la cobertura social familiar se merecen que, de una vez por todas, se
valoren socialmente como les corresponde y dejen de ser minimizados.
2.8. BIBLIOGRAFÍA
Referencias bibliográficas
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la Reforma Educativa en América Latina y el Caribe de la Comisión
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PREAL (2005). Cantidad sin calidad 2006. Un informe del progreso educativo en
78 Educación de mujeres y niñas en Iberoamérica
– Paraguay: www.mujer.gov.py
– Perú: www.mindes.gob.pe
– República Dominicana: www.saience.oas.org/tdg/DR/DrgobEsp.htm
Siglas utilizadas
– AECI: Agencia Española de Cooperación Internacional.
– BM: Banco Mundial.
– CEDAW: Convención para la eliminación de todas las formas de violencia
contra la mujer.
– COMMCA: Consejo de Ministras de la Mujer de Centroamérica.
– CONAMU: Consejo Nacional de las Mujeres de Ecuador.
– EPT: Educación para Todos.
– IM: Instituto de la Mujer de España.
– INIM: Instituto Nicaragüense de la Mujer.
– ISDEMU: Instituto Salvadoreño para el Desarrollo de la Mujer.
– MAE: Ministerio de Asuntos Exteriores de España.
– MEC: Ministerio de Educación y Ciencia de España.
– MINDES: Ministerio de la Mujer y Desarrollo Social de Perú.
– ODM: Objetivos de Desarrollo del Milenio.
– OEI: Organización de Estados Iberoamericanos.
– ONU: Organización de Naciones Unidas.
– PAEBA: Programa de alfabetización y educación básica de adultos.
– PREAL: Programa de Promoción de la Reforma Educativa en América Latina
y el Caribe.
– PROEDUNA: Propuesta del Consejo Nacional de Educación de Perú.
– SEM: Secretaría de Estado de la Mujer de República Dominicana.
– UB: Universidad de Barcelona.
– UNESCO: Naciones Unidas para la Educación.
3. I JORNADAS DE
COOPERACIÓN EDUCATIVA
CON IBEROAMÉRICA SOBRE
GÉNERO Y EDUCACIÓN
Conclusiones y Propuestas
Aún teniendo en cuenta lo mucho que queda por lograr, se ha constatado en las
Jornadas que hay ya realizaciones de gran valor en las políticas educativas de los
diversos países en esta importante cuestión, al mismo tiempo que se puede seguir
aprendiendo de las prácticas exitosas y de los planteamientos presentados en las
sesiones. Hemos visto las posibilidades aprovechadas hasta ahora a la vez que se
han hecho más evidentes las carencias y las limitaciones que aún esperan solución,
pero sin consentir que éstas paralicen actuaciones futuras.
84 Educación de mujeres y niñas en Iberoamérica
Tres juegos de palabras entresacadas del discurso de estos días pueden sintetizar,
de forma clara, varios objetivos básicos del trabajo realizado:
• Hay que incorporar a los proyectos para trabajar en favor de la equidad entre
los sexos una reflexión acerca de la masculinidad, puesto que la deconstruc-
ción de la identidad femenina y su reelaboración exigen procesos paralelos en
el caso de la identidad masculina, si es que verdaderamente se quiere educar
para unas relaciones más equitativas entre hombres y mujeres. Dado que “el
mundo es uno y los sexos son dos”, se trata de educar teniendo en cuenta la
diferencia sexual sin que ello suponga dependencias ni jerarquizaciones.
• Utilizar este mismo criterio de análisis junto a otra perspectiva urgente -la
resolución pacífica de conflictos-, como procedimiento para la prevención de
la violencia contra las mujeres; una actitud que comienza a gestarse en la
familia, que no se atiende en las aulas y acaba convirtiéndose en una lacra
social que sesga la vida de demasiadas mujeres todos los años. Es preciso apo-
yar el desarrollo de mecanismos legales y oportunidades jurídicas dentro del
sistema educativo que prevengan y sancionen la violencia contra las mujeres,
a fin de terminar con las cifras de la vergüenza que opacan las voluntades de
bienestar de los Estados con niñas y niños agredidos, docentes y madres vio-
lentadas.
Estrategias de Intervención
existiendo entre las leyes y normativas (a todos los niveles) y las prácticas concre-
tas en los espacios educativos. De ahí que se haya subrayado la urgencia de trasla-
dar las declaraciones de principios –imprescindibles como marco y como apoyo- a
la puesta en práctica de lo que reclamamos.
Por último, y como resultado directo de las Jornadas habría que señalar tres apor-
taciones más concretas aún:
Propuestas
Como acciones concretas con las que se puede iniciar la puesta en práctica de
estas Conclusiones, el grupo participante ha elaborado las siguientes propuestas:
• Abrir Links en las web de los Ministerios de Educación que remitan a conteni-
dos referentes a la equidad de género (historia, normativa, buenas prácticas
exitosas, capacitación docente, género y multiculturalidad, lenguaje no sexis-
ta, género y medios de comunicación, procesos de construcción de identidades
femeninas y masculinas, educación afectivo-sexual …).
ARGENTINA
BOLIVIA
BRASIL
CHILE
Juana Rosa Aguilera Jaramillo
Analista de Gestión
Ministerio de Educación
COSTA RICA
ECUADOR
Ana María Calderón Morales
Subsecretaria Regioanal de Educación y Cultura del Litoral
EL SALVADOR
Hortensia Corleto Castillo Ortiz
Técnica
Ministerio de Educación
GUATEMALA
Elba Marina Monzón Dávila de Barillas
Coordinadora del Proyecto ABC Nivel Primario. Delegada de Género
Ministerio de Educación
GUATEMALA
María Gabriela Núñez Pérez
Secretaria Presidencial de la Mujer ( SEPREM)
HONDURAS
Ramona Teresa Guevara Mendoza
Asistente Técnico
Ministerio de Educación
MÉXICO
Rosalinda Morales Garza
Directora de Educación Comunitaria.
Consejo Nacional de Fomento Educativo. Enlace Federal de la Secretaría de
Educación Pública con el Instituto Nacional de Mujeres
Consejo Nacional de Fomento Educativo
Secretaría de Educación Pública
NICARAGUA
Alex Concepción Díaz Zelaya
Analista Curricular
Ministerio de Educación, Cultura y Deportes
PANAMÁ
Jacqueline Esther Candanedo Cáceres
Directora de la Oficina de Asuntos de la Mujer
Ministerio de Educación
Relación de representantes de países participantes 95
PARAGUAY
Rosalía Diana Larrosa Nunes
Jefa de Apoyo Curricular e Implementación
Dirección de Vitae
Ministerio de Educación y Cultura
REPÚBLICA DOMINICANA
Luisa America Mateo Dicló
Directora del Departamento de Educación en Género y Desarrollo
Secretaría de Estado de Educación
VENEZUELA
Xiomara del Socorro Lucena Guédez
Directora Nacional de Comunidades Educativas
Ministerio de Educación y Deportes
ESPAÑA
Ministerio de Educación y Ciencia
María Ángeles Muñoz Fernández de la Bastida.
Jefa de Área RR Internacionales
Mª Jesús Angulo. Jefa del Servicio de Cooperación Educativa
María Rojo. Técnica y experta en Género y Educación
Instituto de la Mujer
Consuelo Flecha García
María José Rebollo Espinosa
Organizacion de Estados Iberoamericanos (OEI)
Mª Dolores López Aranguren
Fredesvinda Rivas
5. PONENCIAS
5.1. Ser niña o niño en la educación:
una cuestión de valores
Las nuevas dinámicas que está generando la presencia de mujeres en todos los
ámbitos de relaciones sociales –económicos, culturales, políticos, etc.- en un núme-
ro creciente de países, y las carencias que aún acompañan la vida de otras muchas
en una buena parte del mundo, ha movilizado voluntades y recursos personales e
institucionales en las últimas décadas que están ayudando a tener en cuenta, además
de lo que esa mitad de la humanidad aporta, lo que es urgente remover para que
mejoren las condiciones y las oportunidades en las que tantas se desenvuelven.
vida que empieza hay que preguntarse por el más decisivo: ¿cuál es la importancia
del sexo?1. Una pregunta en la que para poder responder, tenemos que ayudarnos de
lo que nos diga el contexto geográfico y social en el que se formula, la mentalidad
y la cultura de su entorno, las condiciones materiales, y las expectativas familiares
que rodean ese nacimiento en los diferentes lugares.
Hechos que nos hablan de unos organismos internacionales que han introducido
en sus agendas y en sus programas de trabajo cuestiones que las mujeres -indivi-
dualmente, en pequeños grupos o dentro de movimientos-, han denunciado y recla-
mado desde hace muchos siglos, como recordaremos más adelante: posibilidades
para moverse con libertad por los espacios educativos, culturales, sociales, políti-
cos, económicos, personales, etc.
Estas decisiones a nivel político no sólo eran fruto de una nueva sensibilidad en
quienes las tomaban –podemos decir que no exenta de intereses-, respecto de la
situación de falta de libertad externa que tantas mujeres sufrían, sino que sus moti-
vaciones se apoyaban, sin duda, en una realidad histórica cargada de tradiciones
1. Duby, Georges-Perrot, Michelle: Historia de las Mujeres, Madrid, Taurus, 1992, Tomo 2, p. 252.
2. “Los derechos de las niñas en la Conferencia de El Cairo”, en FEM, nº 157, abril 1996, p. 16.
Ser niña o niño en la educación: una cuestión de valores 101
seculares, diversas en las diferentes civilizaciones, culturas o países, pero con indi-
cadores comunes: la no posibilidad de acogerse a lo que las sociedades modernas
denominan derechos, oportunidades que sus mismos hermanos, por ser hombres,
disfrutaban.
La palabra transmitida por mujeres, y también por hombres, nos permite entrar
en las fuentes históricas y rescatar del silencio datos que ayudan a descubrir y a
entender cómo ellas dejaron constancia de los cambios que tenían que producirse,
y de cómo empujaron los que la coyuntura permitía plantear. Esos testimonios nos
llevan a una genealogía femenina que enlaza los deseos sentidos, las palabras pro-
nunciadas o escritas, y las intervenciones en numerosos ámbitos, de tantas mujeres
concretas que nos han precedido en diferentes épocas y lugares. Es un relato de su
hacer en la historia que al tenerlo hoy más elaborado, nos facilita conocer lo que
reclamaron en cada momento y lo que se fue alcanzando como fruto de unas reivin-
dicaciones conscientes y explícitas de aquello que, en determinadas coyunturas his-
tóricas, se había ido reconociendo a la población masculina y no a la femenina. El
valor de la vida aunque se hubiera nacido mujer, y el disponer de lo necesario para
mantenerla; el reconocimiento de su interioridad, de su inteligencia, de su capaci-
dad de decidir y de aportar opiniones; la capacidad para administrar los bienes eco-
102 Educación de mujeres y niñas en Iberoamérica
Pero de una manera más específica, en esa larga tradición de conciencia femeni-
na y de una política de propuestas y de demandas, hay que referirse, sin duda, al
feminismo; un movimiento social crítico que ha ido acogiendo a muchas de las
mujeres que de una manera formal han reivindicado desde el siglo XIX cuestiones
muy concretas: el derecho al estudio en todos los grados del sistema educativo, al
ejercicio profesional aunque no mediara necesidad económica, al voto, a la perso-
nalidad jurídica, a la toma de decisiones personales. Cada una de estas dimensiones
constituyen fases de la trayectoria vivida por esa parte de la población femenina que
era consciente de que se le negaban facultades y oportunidades.
El feminismo de la segunda mitad del siglo XIX presentó medidas concretas que
los Gobiernos debían adoptar para poder salir del estado de subordinación en el que
vivían las mujeres; las más importantes, centradas en la aprobación de disposicio-
nes legislativas que permitieran y favorecieran su acceso a la instrucción pública
media y superior, que reconocieran el derecho que tenían a participar en la elección
del gobierno de su pais, así como la posibilidad de incorporarse al ejercicio de una
profesión cualificada.
Y en el siglo XX, muy distintos feminismos, en relación con las diferentes con-
cepciones ideológicas y opciones políticas que hemos conocido, conviviendo con
situaciones políticas plurales, y con formas organizativas más o menos estables, que
nos han dejado ver claramente la variedad de planteamientos teóricos y de estrate-
Ser niña o niño en la educación: una cuestión de valores 103
gias prácticas que las mujeres han puesto en marcha para neutralizar el modelo his-
tórico y cultural que la mitad de la población, los hombres, venía presentando como
referencia a la otra mitad, las mujeres.
Pero dentro de estos grupos, sin resultar incompatible con lo anterior, surgieron
al mismo tiempo nuevas situaciones de alerta. Tenían que ver con una cierta inco-
modidad, y hasta confusión que no dejaban de sentir dentro de ellas mismas, ilumi-
nada por el perspicaz análisis de la vida de las mujeres que aquellas generaciones
pudieron leer, entre otros, en el libro de Simone de Beauvoir, El Segundo Sexo,
publicado en 1949. La afirmación “no se nace siendo mujer, se llega a serlo” con la
que la autora francesa abría la segunda parte de su obra, situaba frente a una eviden-
cia, no nueva en su formulación pero sí en aquel momento con mayores repercusio-
nes, que era la construcción social de las desigualdades sexuales.
Uno de los feminismos de esa etapa, el que consiguió una mayor presencia públi-
ca en los años sesenta y setenta, fue especialmente llamativo por las estrategias que
eligió para exigir la modificación de los planteamientos políticos y de las realida-
des sociales asentadas en una desigualdad definida como natural entre hombres y
mujeres, y para reclamar que las leyes y las costumbres sociales pensadas sólo para
la población masculina, incluyeran también a la femenina. Asumió con especial fir-
meza la defensa de planteamientos de igualdad en la normativa legal y en las cos-
104 Educación de mujeres y niñas en Iberoamérica
Con otro tipo de implicaciones menos llamativas, menos visibles, pero no inexis-
tentes ni ineficaces, encontramos a otras mujeres que, sin sentirse integradas for-
malmente en esos movimientos feministas, impulsaron acciones individuales o
menos acompañadas, que reclamaban igualmente algunos cambios inexcusables en
unas sociedades que trabajaban por hacer avanzar la modernidad en su seno.
Un objetivo de igualdad al que en el último tercio del siglo veinte se sumaron las
políticas institucionales de la “Igualdad de Oportunidades” promovidas desde orga-
nismos nacionales e internacionales. Eso que se ha llamado “Feminismo de Estado”
porque ha tratado de que se reflejara en todas las políticas de los Gobiernos no sólo
el principio de igualdad sino, paralelamente, inevitables y necesarias medidas de
“discriminación o acción positiva” a favor de las mujeres en los diferentes campos
de la vida social. Lo que se ha ido haciendo en unos y otros países mediante “Planes
de Acción Específicos” para períodos concretos, muy conscientes las personas que
impulsaban esas políticas, de que no funcionarían los mecanismos espontáneos de
aplicación; que el sólo deseo y voluntad de una evolución de las mentalidades no
produciría el giro que se requería3. Una praxis política destinada a conseguir un
equilibrio en la relaciones sociales entre los sexos, haciéndonos –sin duda más allá
del objetivo buscado por muchas mujeres- lo más iguales posibles a mujeres y a
hombres.
3. Para las políticas desarrolladas en Europa puede consultarse: Rossilli, Mariagrazia (coord.):
Políticas de género en la Unión Europea, Madrid, Narcea, 2001, 277 pp.
4. Declaración relativa a los fines y objetivos de la Organización Internacional del Trabajo, hecha en
su vigésima sexta reunión celebrada en Filadelfia el día diez de mayo de 1944.
Ser niña o niño en la educación: una cuestión de valores 105
a que el sexo no podía ser un motivo de exclusión de las prerrogativas que enume-
ra, fue un paso importante al menos a nivel formal.
5. Art. 1.3 de la Carta de las Naciones Unidas firmada el 26 de junio de 1945 en San Francisco
(EE.UU.).
6. Tratado Constitutivo de la Comunidad Económica Europea, firmado el 25 de marzo.
106 Educación de mujeres y niñas en Iberoamérica
las mujeres condiciones de trabajo no inferiores a las de los hombres con salario
igual por trabajo igual” art. 7 i7. Y aún para éste se buscó un modo de evitar su cum-
plimiento nombrando de diferente manera las mismas actividades según fueran rea-
lizadas por hombres o por mujeres.
Una atención más amplia a las circunstancias en las que se desenvolvía la vida
de las mujeres no se va a producir hasta la declaración de 1975 como Año
Internacional de la Mujer por parte de las Naciones Unidas, con la consiguiente
serie de iniciativas a que dio lugar. Fue entonces cuando los países se dan cuenta
que había que adoptar una actitud más decidida y constante a favor del cambio de
muchas de las situaciones en las que las mujeres tenían que moverse; cuando se
empezó a asumir el compromiso de mejora de las condiciones de vida de la pobla-
ción femenina; cuando se deciden medidas y estrategias para caminar hacia la
“igualdad de oportunidades” en la sociedad.
Con esta misma finalidad iban a trabajar las Conferencias Mundiales sobre la
Mujer organizadas por Naciones Unidas precisamente a partir de 1975, Año
Internacional de la Mujer. En cada una se adoptaron medidas y se propusieron prác-
ticas alternativas que podían funcionar como solución de las situaciones que se iban
desvelando como inaplazables.
8. Cfr. Mañeru Méndez, María (1996): “Una plataforma para la acción”, en Cuadernos de Pedagogía,
nº 243 (Enero), p. 99.
108 Educación de mujeres y niñas en Iberoamérica
9. Idem
Ser niña o niño en la educación: una cuestión de valores 109
larmente su aplicación al ver los retrasos y las dificultades que muchos países pre-
sentaban. Su intención era conocer periódicamente las mejoras conseguidas y, de
acuerdo con ello, considerar la adopción de nuevas iniciativas. El trabajo de esa
sesión se centró en cómo se habían aplicado las medidas a escala nacional, en la
descripción de logros en cada una de las áreas, en la identificación de las principa-
les dificultades, y en el control de las tareas aún pendientes, destacando aquellos
campos en los que las acciones e iniciativas requerían su implementación con
mayor urgencia. Una vez más se insistió en la especial importancia de las estrate-
gias orientadas hacia el avance y la potenciación de las mujeres y de las niñas.
10. UNESCO: Informe Mundial sobre la Educación 1995, Madrid, Santillana/Ediciones UNESCO,
1.996, p. 46.
110 Educación de mujeres y niñas en Iberoamérica
Esta Declaración ponía el énfasis en las personas, en sus circunstancias, más que
en los recursos educativos, recogiendo que “cada persona -niño, joven o adulto-
deberá estar en condiciones de aprovechar las oportunidades educativas ofrecidas
para satisfacer sus necesidades básicas de aprendizaje”, porque daba por supuesto
11. Ibidem, p. 47
Ser niña o niño en la educación: una cuestión de valores 111
que cada país tenía que contar con todos “los programas, actividades y servicios del
sector público y el privado que, dentro y fuera de la escuela, están destinados a res-
ponder a las necesidades básicas de niños, adolescentes y adultos”.
12. Estado Mundial de la Infancia 2004. Las niñas, la educación y el desarrollo, Nueva York, UNI-
CEF, 2003, 156 pp.
13. Cfr. Estado Mundial de la Infancia 1999. Educación, Nueva York, UNICEF, 1998, 132 pp.; y Estado
Mundial de la Infancia 2002. Capacidad de Liderazgo, Nueva York, UNICEF, 2001, 104 pp.
14. UNICEF, 2005, 100 pp.
Ser niña o niño en la educación: una cuestión de valores 113
Suprimir las tasas académicas, limitar los costes totales y ofrecer incentivos a las
familias.
Las campañas para intensificar el acceso de las niñas a la escuela van teniendo
sus efectos, aunque sea con una lentitud que nos incomoda. Un esfuerzo que hay
que interrelacionar con las muchas páginas que se han dedicado en los dos últimos
siglos al sentido, a la finalidad, y a los contenidos de la educación de las mujeres.
Preocupación que en el mundo occidental fue disminuyendo cuando se generalizó
su escolarización y ésta se produjo, además, en un régimen de enseñanza mixta. Por
eso varias generaciones han seguido ya un itinerario escolar elegido, en unos casos
sin sentir la sospecha que poco antes despertaba el mucho estudio, o en otros sin
escuchar las justificaciones que parece exigía el asistir regularmente y terminar la
enseñanza primaria, después el bachillerato y, por más razones, la Universidad. O
incluso sin discutir la validez profesional de los Títulos académicos a los que esos
estudios daban derecho.
Y, también por eso, hace tiempo que apenas escuchamos formular preguntas
acerca de los objetivos y contenidos de aprendizaje más convenientes en la actuali-
dad para las niñas y las jóvenes, al creer que están participando de un sistema edu-
cativo neutro y universal, según se le define; es decir, igualmente válido para alum-
nos y para alumnas.
Pero a partir de todo esto como realidad que acompaña cualquiera de las accio-
nes que pongamos en marcha, hay que pensar qué tipo de educación hay que pro-
porcionar a las niñas. Tenemos que preguntarnos: ¿tiene que ser esa que hace posi-
ble que ellas tengan las mismas posibilidades que los niños y los jóvenes de apren-
der las mismas cosas, de estudiar los mismos temas y en los mismos espacios, que
se ha presentado como el ideal a conseguir? ¿sería mejor volver a la que durante
mucho tiempo se ha considerado la “adecuada” para ellas? ¿o convendría pensar
una nueva educación para niñas y para niños?
Por lo tanto podemos decir, a no ser que reduzcamos mucho el concepto de edu-
cación que nos sirve de referencia, que las niñas siempre han sido educadas –lo
mismo que lo fueron los niños- y que la mayor parte de las mujeres han considera-
do entre sus funciones la de educar. Realidad que es un testimonio más del lugar que
las mujeres han ocupado en el mundo, en el de ayer y en el de hoy, en este caso a
través de unos saberes y de un estilo de educación de origen y genealogía femeni-
na; actividad que ha conformado a cada generación en el paso de madre a hija, que
se ha producido siempre de mujer a mujer; y memoria que nos recuerda las decisio-
nes, las habilidades y la autoridad de que se sirvieron las madres para que su pala-
bra fuera escuchada y acogida.
Ser niña o niño en la educación: una cuestión de valores 115
Y aún en medio de las lagunas que aún existen es fácil reconocer que el acceso
a un sistema educativo escolarizado ha contribuido a desarrollar aptitudes y a valer-
se de recursos que permiten a las jóvenes, y también a mujeres adultas, pensar su
vida con nuevos horizontes. Sin embargo, al mismo tiempo, descubrimos en este
camino efectos no siempre deseados pues somos conscientes y comprobamos que
lo femenino funciona aún como un inconveniente -la diferencia que aporta lo feme-
nino- del que se prescinde, poniendo límites a la posibilidad de que las mujeres cul-
tiven y se muevan en los espacios a las que muchas no quieren renunciar.
Pero a pesar de todos los cambios que ha experimentado la relación de las muje-
res con la educación y con el mercado de trabajo, se produce un desajuste entre for-
mación y oportunidades personales, pues nos seguimos preguntando hoy por la
riqueza y por la libertad que experimentan dentro de ellos. Preguntas que surgen
porque todavía se mantienen muchas restricciones que obstaculizan el tránsito
espontáneo por sus amplios espacios. Aún no disponen del mismo abanico de opcio-
nes a la hora de elegir; aún necesitan un periodo más largo de tiempo para encon-
trar el primer trabajo, para alcanzar la estabilidad laboral que deseen, y se encuen-
tran con más obstáculos para ascender profesionalmente aunque dispongan de cua-
lificaciones semejantes e incluso superiores que sus compañeros de estudios.
Todavía a escala mundial en este comenzado siglo XXI sigue siendo verdad que
“las mujeres con niveles de educación postsecundarios están más expuestas al des-
empleo que sus homólogos varones”22.
22. Elder, Sara-Johnson, Lawrence J. (1999): “Los indicadores laborales por sexo revelan la situación
de la mujer”, en Revista Internacional del Trabajo, Vol. 118, nº 4, p. 518.
Ser niña o niño en la educación: una cuestión de valores 117
programas académicos a los que se incorporan, y lo que son sus saberes, sus expe-
riencias, la parte del mundo que representan; y segundo, entre el nivel de formación
que adquieren y las posibilidades de revertirlo en el trabajo remunerado.
tral y objetiva, o también queriendo sugerir que cualquier información sobre las
mujeres lo es también sobre los hombres. Transferencia que nos avisa de que su
aplicación no ha dejado de plantear dificultades y resistencias.
Esa distinción descubierta entre sexo y género en las experiencias de las mismas
mujeres y en las producciones científicas, parecía liberar a la población femenina
del peso de una tradición patriarcal que la vinculaba con proyectos de vida prede-
terminados y justificadores de su exclusión de los espacios que se denominaban
públicos. Pero eso no era todo lo que se ha buscado durante tanto tiempo, de ahí las
dudas.
Unas críticas oportunas de la condición femenina a las que el género nos ha aso-
mado, pero que se han revelado insuficientes en la media en que, como ha escrito
la historiadora María-Milagros Rivera, “el concepto de género nos ayudó a desnu-
darnos, pero de alguna manera nos dejó desnudas (lo cual no se resiste durante
mucho tiempo, o no se resiste sin pena)”23. Tener en cuenta sus conclusiones ha
solicitado de las mujeres abandonar en la andadura exigida, hasta lo que puede ser
más valioso para cada una, ante la percepción de que de otra forma no sería posible
entrar y moverse por muchos de los espacios sociales con la libertad que suponían.
El modelo escolar que conocemos ha quedado también afectado por ese proceso
crítico. Porque de acuerdo con él, y como ya he señalado, en el desarrollo de un sis-
tema escolar que acoge a niñas y a niños en las mismas aulas, se eligió el camino
más valorado, lo que la sociedad y la cultura esperaba de los hombres. Camino que
nos ha llevado a acoger como una norma sensata el que en la escuela se transmita,
y las alumnas reciban y tengan que aprender los contenidos, cultivar las actitudes,
elegir los valores, y crearse las expectativas recogidas en un currículum organizado
desde referencias masculinas. Propuesta en la que está ausente todo lo relacionado
con la vida de las mujeres; en la que su historia, sus saberes y sus experiencias han
quedado fuera.
23. Rivera Garretas, María-Milagros (1994): Nombrar el mundo en femenino: pensamiento de las
mujeres y teoría feminista, Barcelona, Icaria, p. 153.
Ser niña o niño en la educación: una cuestión de valores 119
Es decir, valorar si los objetivos que la escuela les propone, y los que ellas alcan-
zan, son los adecuados en función de sus deseos y de los recursos sociales puestos
en juego. Y si lo son, en qué medida se sienten después satisfechas con el camino
marcado y de las salidas a las que conduce.
Unas intervenciones parece que más eficaces que otras pues, en no tantos años,
la vida de las chicas se ha acercado a la de los chicos en el tipo de estudios, en las
formas de ocio, en la libertad de decisiones y de movimientos, en el lenguaje que
emplean, etc. Se partía de que todo lo que interviene en los procesos educativos,
más que masculino, era abstracto, neutro, ajeno a la diferencia de los sexos, a las
clases sociales, a los grupos étnicos, a la cultura materna que crea y mantiene rela-
ciones de afecto y condiciones de subsistencia con calidad. Se convirtió la unifor-
midad, el desdibujamiento de las diferencias entre los sexos, en una condición para
beneficiarse de los derechos de la ciudadanía, con los valores democráticos que
traía consigo.
La trayectoria, corta pero intensa, ha suscitado dudas acerca de los criterios que
nos han guiado y de las referencias que hemos utilizado en las posibilidades de
intervención que la escuela ofrece y anima: la igualdad, con las promesas que ase-
24. Librería de Mujeres de Milán (1996): El final del patriarcado. Barcelona, Llibr. Proleg, p. 28.
25. Cfr. Renau, María Dolors (2000): “Un feminismo para el siglo XXI”, en Valcárcel, Amelia-Renau,
Mª Dolors-Romero, Rosalía: Los desafíos del feminismo ante el siglo XXI, Sevilla, Instituto
Andaluz de la Mujer, p. 285.
26. Sánchez Muñoz, Cristina (2000): “Debate teórico: La difícil alianza entre ciudadanía y género”,
en Pérez Cantó, Pilar (ed.): También somos ciudadanas, Madrid, Ed. Universidad Autónoma de
Madrid, p. 6.
122 Educación de mujeres y niñas en Iberoamérica
Aceptar la diversidad como riqueza pide dar un significado mucho más abierto a
la presencia de las chicas en la escuela; no sólo en el sentido de hacer posible una
redistribución de oportunidades y un desarrollo de capacidades, sino en el de inte-
grar al mismo tiempo la actitud de reconocimiento y de valoración de lo que apor-
tan las mujeres, como una de las dimensiones de la voluntad de justicia que la socie-
dad asume y alienta, al menos en sus aspectos formales.
Es verdad que las circunstancias que rodean la vida de las estudiantes en este
comienzo del siglo XXI, les permite pensar en su futuro sin que la naturaleza bio-
lógica determine los itinerarios biográficos personales que deseen llegar a recorrer,
puesto que encuentran transitables sendas diversas. Pero sin embargo, ante algunas
de las oportunidades que parecen tener a su disposición, se ven obligadas a decidir
aceptando un requisito, el de que nada de su “naturaleza y condición femenina”
puede interferir, por ejemplo, unos procesos laborales acostumbrados a un tipo de
organización que supone que únicamente intervienen en ellos hombres.
Muchas mujeres han entrado en el siglo XXI sintiendo que ya no quieren como
único horizonte la disyuntiva de elegir de manera excluyente en cuanto a la forma
de realizarlo, bien el destino que se les señalaba en razón de su anatomía, y circuns-
crito a ese espacio de reproducción, de cuidado y de afectos que es el doméstico;
bien la homologación con un modelo de vida masculino, atento a la producción, a
la eficacia del poder sobre personas y cosas, a la competencia como camino para la
propia realización.
res han dado, una a una y en relación con otras, para traernos hasta donde hoy quie-
ren estar, pero sopesando si se ha olvidado algo valioso en el camino, si guarda pro-
porción con lo que ha exigido ceder.
A las nuevas generaciones de mujeres les toca estar atentas a lo que no quieren
seguir perdiendo, pues se encuentran con una experiencia acumulada que amplía las
perspectivas para mejorar la propia. Los desplazamientos producidos han sido, sin
duda, decisivos para buena parte de la población femenina y para el conjunto de la
sociedad, pero ahora esperamos y necesitamos decisiones sobre aspectos cualitati-
vos, ya que los cuantitativos se mantienen estables desde hace años.
Las condiciones de esa escuela que hoy acoge a toda la población de un número
creciente de países, al no diferenciar ninguno de sus objetivos ni de sus dinámicas
en las tareas que realiza para despertar el deseo de formación en los chicos y en las
chicas; es decir, al negar el hecho y el significado de la diferencia sexual, tienen que
repensarse con urgencia y hay que volver al sentido y a la modalidad de lo que se
desarrolla dentro de las estructuras escolares desde criterios que contemplen la pre-
sencia de niñas en las aulas.
Entre profesoras y otras mujeres sensibles a las propuestas educativas con las
que se encuentran las nuevas generaciones, suscita incomodidad ese modelo unifor-
me que contribuye a silenciar en el quehacer académico la parte del mundo que
representa lo femenino. Y alientan a tomar conciencia de que es necesario crear un
clima escolar en el que se tenga en cuenta a las niñas y a las mujeres que llenan las
aulas; en el que se realicen unas prácticas dirigidas a generar cambios cualitativos
tanto en las relaciones interpersonales, como en el modo de seleccionar, de reelabo-
rar y de transmitir los saberes27.
27. Un pensamiento valioso desde esta perspectiva es el de Sofias, relaciones de autoridad en la edu-
cación; grupo que ha recogido parte de su experiencia en varias publicaciones, entre ellas:
Montoya Ramos, Mª Milagros (ed.) (2002): Escuela y Educación ¿hacia dónde va la libertad
femenina?; Montoya Ramos, Mª Milagros (ed.) (2004): Recetas de Relación. Educar teniendo en
cuenta a la madre, Madrid, horas y Horas, 231 pp.
124 Educación de mujeres y niñas en Iberoamérica
diendo en el mundo de las chicas. Manifestaciones a las que se une además el menor
rendimiento académico que reflejan las estadísticas, junto al mayor descontento
escolar que señalan diferentes informes. Los cambios de las mujeres y de sus com-
pañeras de escuela han sido muchos y se han producido en poco tiempo, mientras
que la voluntad y el ritmo de los hombres y de ellos mismos, caminan con excesi-
va lentitud. Tomar conciencia del paso del protagonismo a las chicas, y el desequi-
librio que eso produce en las propias expectativas de lo que creen debe ser, despier-
ta inseguridades en ellos ante las que reaccionan queriendo autoafirmándose con
esos comportamientos y actitudes.
Una media de calificaciones que les incomoda, un rechazo de las normas que les
aísla, un repensar las referencias para su identidad que les llena de dudas; todo con-
tribuye a que duden del sentido que tiene para ellos la escuela, y a que el absentis-
mo y el abandono escolar crezca preocupantemente.
Pero volver sobre lo realizado, nos ha hecho caer en la cuenta de que no se puede
entender la igualdad en el sentido de logro de lo idéntico; en nuestro caso, como
igualdad de las chicas con los chicos, sin espacio para una diversidad, para unas
diferencias de las que recelamos porque han justificado demasiadas discriminacio-
nes. Diferencia que aporta una diversidad a cultivar en la educación, y que es hori-
zonte del tipo de relaciones sociales que queremos alentar; aquellas en las que los
rasgos de identidad y las formas de presencia elegidas, no supongan ni justifiquen
consecuencias, efectos, de desigualdad personal o colectiva.
Buscamos que sea posible moverse con libertad en la sociedad desde la diferen-
cia de ser mujer o de ser hombre. Son muchas las que no quieren desprenderse de
su diferencia sexual; que desean dignificarla y dotarla de sentido y de prestigio. Es
decir, por un camino propio, sin tener que prescindir de experiencias valiosas para
nosotras mismas y para otras personas porque no hayan sido previstas en los mode-
los androcéntricos de presencia en el mundo “público”, que ahora se están globali-
zando. Pero tampoco rechazando o excluyendo todo lo que ese universo masculino
de pautas y de significados ha representado.
ver, únicamente, con una parte del recorrido a realizar, desde luego no con la meta,
porque supondría quedarnos una vez más, en una realidad también limitada.
Estos sentimientos han llevado a buscar nuevas prácticas educativas que hagan
posible que las diferencias, y la sexual entre ellas, introduzcan cambios cualitativos
en la realidad falsamente asexuada que la escuela se esmera en transmitir. Una dife-
rencia que, en lugar de intervenir como complemento o como oposición a lo mas-
culino, permita dejar espacio, en un mundo común, a la libertad de mantener o de
elegir lo definido como femenino en el ámbito educativo y en todos los demás; que
ofrezca posibilidades para una identidad personal a cada alumna y a cada alumno
en su diversidad e individualidad, más allá de muchos de los códigos de comporta-
miento transmitidos de una generación a otra.
De ahí que la predominante presencia femenina pida, al menos, que las profeso-
ras, junto a sus alumnas –convocamos también a los profesores y a los alumnos–,
reclamen el lugar que le corresponde a esa diferencia sexual que no puede servir de
pretexto para ralentizar la igualdad social, sino para promoverla con mayor calidad;
que es fuente de libertad, no un destino indeclinable; que hace posible abrirse al
mundo desde una diversidad que enriquece al conjunto. Diferencia sexual cuya con-
tribución demuestra que ha logrado hacer una mejor síntesis entre saber y experien-
cia a la hora de enseñar y de aprender.
Ha llegado el momento
útiles para el mercado, en el tener sobre el ser, más que en el desarrollo en cada per-
sona de todas las dimensiones que hacen posible una vida con calidad para sí
misma, y en sus entornos cercanos.
Por eso encontramos ya profesoras y alumnas que no están de acuerdo con que
tal modelo de escuela, concebido sólo como preparación para la vida de la ciudad,
del empleo y de la política, tenga que ser la finalidad exclusiva de lo que hay que
promover en las aulas. De ahí que se busquen formas de valorar y de autorizar a las
alumnas, mediaciones que las nombren real y simbólicamente, utilizando un len-
guaje sexuado, mostrando a las mujeres en todos los aprendizajes, aunque no garan-
ticen por sí mismas la salida de un pensamiento único. Que presenten lo “femeni-
no”, que las mujeres siguen manteniendo casi en solitario: unos valores y una rique-
za imprescindibles para el bienestar personal, el de las personas con las que se rela-
cionan, y el de la sociedad. Es un modo de salvar los desequilibrios de un currícu-
lum escolar conformado sin tenerlas en cuenta.
Hay que acercar al alumnado, a las chicas y a los chicos, a un tipo de formación
en la que se transmitan también esos saberes y realizaciones construidos y transmi-
tidos de mujer a mujer a lo largo del tiempo; es una parte de la realidad que vivi-
mos, y de la historia, a la que tenemos que rodear de autoridad y de aprecio. Hay
que contribuir a un conocimiento que de voz a la experiencia histórica femenina en
los diferentes espacios que ocuparon. Que incorpore actividades y documentos
acerca de las aportaciones de las mujeres en sus entornos más cercanos, habitual-
mente ignoradas, invisibles o minusvaloradas28, y que eduque a los chicos en ellas
para poder compartir el trabajo que exigen y las satisfacciones que también produ-
cen. Procesos de enseñanza-aprendizaje en los que las alumnas no tengan que recu-
rrir a la negación de ellas mismas, de un mundo propio valioso, para llegar a ser
como los alumnos.
Los derechos humanos de la mujer y de la niña son parte integrante de los dere-
chos humanos universales lo cual supone la participación de la mujer, en condicio-
nes de igualdad plena, en la vida política, civil, económica, social y cultural.
Asistimos hoy a un proceso de cambio: el tránsito de las mujeres desde una situa-
ción de marginalidad y subordinación – pasando por diversos puntos - hasta una
Género y educación en Iberoamérica 129
Por esto se afirma que el objetivo relacionado con la educación de las niñas y las
mujeres tiene un efecto dominó en el resto de los Objetivos de Desarrollo del
Milenio. El fracaso a la hora de cumplirlo implicaría el fracaso en los otros objeti-
vos.
El análisis de género aplicado a lo que las niñas y los niños aportan a la educa-
ción, a la socialización en edad temprana, al contenido de la educación, a los pro-
cesos de enseñanza y aprendizaje, al entorno y a las perspectivas que ofrece dicho
aprendizaje, contribuye a evidenciar las malas y las buenas prácticas y políticas
educativas. Este análisis, a su vez, debería ser la base de las intervenciones educa-
tivas sensibles a las cuestiones de género y a los derechos humanos.
130 Educación de mujeres y niñas en Iberoamérica
Este hecho centra un debate que acentúa la importancia que la educación tiene
y debe tener para el desarrollo de las sociedades y que dejar la educación a
merced de las fuerzas del mercado implica desconocer que esta es un derecho
reconocido por la Declaración Universal de los Derechos Humanos.
El FORO, que permitió evaluar, del modo más profundo y preciso hasta la
fecha, la situación de la educación básica en el mundo (logros, carencias, pro-
blemas, grupos al margen de la educación), reafirma lo planteado en la
Declaración de Jomtien y su plan de acción para el futuro y llama a los
gobiernos nacionales a que asuman su responsabilidad y velen por el cumpli-
miento de los objetivos y estrategias definidos en dicha reunión y convoca a
la UNESCO para que coordine las acciones a escala mundial.
Género y educación en Iberoamérica 135
Se estima que en todo el mundo hay 100 millones de niñas y niños que no asis-
ten a clases. De ellos, 60% son niñas. Se pronostica que casi la mitad de los países
fracasará en educación primaria universal para el 2015.
Sin embargo, el factor más importante y la clave para eliminar estas limitaciones
y avanzar en educación es la voluntad política.
La pobreza es uno de los principales factores que viola el derecho de las muje-
res y las niñas a la educación. Los costos de matrícula y otros gastos relativos al
transporte, la vestimenta y los materiales de estudio profundizan la brecha de géne-
ro existente. Por otra parte, el volumen y la gestión de los recursos destinados a la
educación básica son insuficientes para lograr una educación de calidad para todos,
y en los últimos años la financiación externa ha disminuido mientras que la finan-
142 Educación de mujeres y niñas en Iberoamérica
Otra parte de los obstáculos que impiden eliminar las persistentes disparidades
entre hombres y mujeres en la educación, es subjetiva.
La paridad entre los géneros en la educación es tan fundamental para lograr los
ODM que se trata de la única esfera en la que se estableció un plazo más corto, el
año 2005. Eliminar la disparidad entre los géneros es, sin dudas, un importante
avance hacia la meta más amplia de la educación para todos. Se trata también – y
más importante aún - de una base para lograr la igualdad entre los géneros y la auto-
nomía de la mujer.
Aunque las causas y las consecuencias puedan variar de un país a otro, la discri-
minación contra la mujer es una realidad muy difundida que se perpetúa en la super-
vivencia de estereotipos, de prácticas y de creencias culturales y religiosas tradicio-
nales.
que hay que contrarrestar en la escuela y la familia, a pesar de que estos ámbi-
tos sufren de la misma influencia.
n El acoso y la violencia sexual a la que están expuestas, tanto de camino a la
escuela como dentro de ella, también impide el pleno acceso de las niñas a este
legítimo derecho.
Así, los contrastes socioeconómicos de edades, género, etnia, raza que afectan
las posibilidades educativas en la región dificultan cualquier intento de un diagnós-
tico generalizador en el tema.
Un primer grupo integrado por países con alta cobertura en educación básica,
cercana o superior al 90%, y en los que la educación secundaria alcanza porcenta-
jes cercanos o superiores al 50% de cada grupo de edad. Estos son: Argentina,
Chile, Cuba, Panamá y Uruguay seguidos por Costa Rica y Perú. En estos paí-
ses los porcentajes de población sin escolarizar y las tasas de analfabetismo son
inferiores al 10% de la población total.
Un segundo grupo integrado por países en los que se ha logrado una cobertura
casi total en la educación básica, pero que en educación secundaria alcanzan tan
solo un tercio o menos de cada grupo de edad. A su vez, los porcentajes de perso-
nas sin instrucción y de personas analfabetas oscilan entre un 10% y un 15% de la
población mayor de 15 años. Colombia, Paraguay y Venezuela se hallaban en esta
situación en la década de los noventa junto con Ecuador y México.
Durante los años 1990 y los primeros años del siglo XXI, se han producido
avances en Iberoamérica en cuanto a la educación, en el camino de alcanzar el
objetivo de la universalización de la enseñanza primaria para el 2015. Veamos:
Género y educación en Iberoamérica 147
CEPAL muestran que, con excepción de Chile y Cuba, las tasas de deserción
antes de concluir la educación secundaria oscilan entre un 23% (Argentina) y
un 66% (Guatemala). Esa tasa llega a 63,8% en Honduras, a 53,6% en
Nicaragua, oscila entre 44% y 46,4% en Paraguay, El Salvador y México y es
de 27,5% en Brasil. Según datos de UNESCO, Cuba atiende a 89,9% de todos
los niños en edad de educación infantil, el mayor índice de los países latino-
americanos. La tasa de deserción también es superior entre los niños que
habitan las barriadas y las provincias pobres (Brasil). Entre los niños inclui-
dos en esta categoría existe una creciente tendencia a repetir grados, razón por
la cual necesitan más tiempo que el considerado normal para completar el
ciclo de educación básica.
v La tasa de analfabetismo en Iberoamérica es de 9.5 (8.8 hombres, 10.3 muje-
res) Por encima de dicha tasa se encuentran: Bolivia, Brasil, El Salvador,
Guatemala, Honduras, Nicaragua, República Dominicana2.
v La población que completa 6 años de estudios, es menos del 50% en zonas
rurales y con mayor incidencia en las mujeres (Bolivia, Brasil, Colombia, El
Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua)
El trabajo infantil se añade para mantener y empeorar este círculo vicioso de la
pobreza. Este tipo de trabajo de naturaleza peligrosa, ilícita, o de horas excesivas,
viola algunos de los derechos humanos más básicos, como son los derechos a una
vida saludable y al acceso a la educación, pues hace descender el logro en el apren-
dizaje, aumenta la posibilidad de repetición y la deserción escolar3.
Las niñas y mujeres indígenas o que proceden de zonas pobres, resultan mucho
más desfavorecidas en el acceso a la educación, el rendimiento escolar y al núme-
ro de años que alcanzan de escolarización.
La situación en zonas rurales está influida por la lejanía de los centros educati-
vos en las zonas más apartadas. Otra razón es que muchos de estos colegios no
cuentan con primaria completa, lo que plantea una enorme dificultad a las niñas,
que en gran parte no pueden desplazarse hasta otro lugar para continuar su educa-
ción.
Por otra parte, coincidiendo con su ingreso a la primaria, las niñas asumen en el
campo una serie de tareas y responsabilidades que, a medida que crecen, se incre-
mentan, por lo que no disponen ya de tiempo ni condiciones adecuadas para conti-
nuar estudiando.
Uno de los factores que atenta contra la permanencia en la escuela de las niñas
del campo es la sobre edad, ya sea porque se matriculan tarde, o porque repiten el
año más de una vez y la pubertad les llega antes de haber concluido la primaria. Los
cambios en su cuerpo las hacen sentirse avergonzadas y fuera de lugar en el aula, y
muchas veces son víctimas de burlas por parte de sus compañeros. Por otra parte,
al no disponer de información acerca de la menarquia, sienten temor ante este even-
to natural, e incomodidad, porque la mayoría de las escuelas rurales no cuenta con
servicios higiénicos y condiciones apropiadas en este sentido.
Asimismo, tanto las familias como las propias niñas, tienen recelo de la proxi-
midad de los varones en la escuela. Los padres temen que salgan embarazadas, o
que sean abusadas sexualmente por los profesores, como lamentablemente suele
suceder en ocasiones. Todos estos factores se confabulan para alejar a un significa-
tivo sector de niñas y adolescentes rurales de la vida estudiantil4.
En los libros escolares sigue siendo frecuente la presentación de una imagen tra-
dicional y estereotipada de género.
Tras haber conocido hasta ahora, por un lado, las políticas sobre educación de las
mujeres a distintos niveles, la axiología que sustenta la relación entre género y edu-
cación y varias experiencias concretas interesantísimas, me toca ahora descender a
las prácticas escolares. He articulado los contenidos que voy a desarrollar en torno
a tres grandes preguntas, que pueden corresponderse metafóricamente con los tres
momentos de un proceso clínico: aparición de los síntomas, diagnóstico y trata-
miento. Comencemos respondiendo a la primera de las cuestiones.
La Ley de Ordenación General del Sistema Educativo español creó las condicio-
nes generales para que el tema de la coeducación no sea algo ajeno, sino una de las
condiciones básicas para democratizar la enseñanza. Es más, el principio de no dis-
criminación por razones de sexo se ha convertido en un elemento básico para la ela-
boración de los proyectos curriculares y en un indicador de calidad educativa. Sin
embargo, la propuesta coeducativa dista mucho de estar generalizada, puede com-
probarse constantemente la falta de muchos de los elementos que acabo de mencio-
nar como definitorios. La escuela sólo ha tomado la igualdad como principio, no
como objetivo desarrollado en tareas y contenidos concretos.
d) Fatalismo. ¿Para qué hacer algo si no va a servir de nada? Piensan que los
cambios son necesarios, pero creen que sus esfuerzos no van a ser efectivos
por el peso de otras instancias.
produce y reproduce la desigualdad sexual (Cf. Bonal, X., 1997, pp. 15-24). Sus
conclusiones, sintetizadas en cinco puntos, nos ayudan a comprender mejor la natu-
raleza del problema e incluso las posible vías y estrategias para el cambio escolar:
Para evaluar, un primer acercamiento nos lo pueden dar los números. Si analiza-
mos, en cada uno de los niveles educativos, el número de hombres y mujeres exis-
tentes en los estamentos que se señalan a continuación, tendremos una imagen
general del tipo de sociedad que, sin palabras, estamos demostrando al alumnado
que es la que de verdad está funcionando:
de las personas que los ocupan. Para ello, podemos cuestionarnos, entre otras cosas,
lo siguiente:
Otra dimensión básica para el diagnóstico del centro consiste en medir sistemá-
ticamente la distribución y el uso de los tiempos escolares, porque es fundamental
para la planificación de la vida de las personas que comparten espacios. De nuevo
sugerimos algunas cuestiones que nos pueden servir de indicadores pertinentes del
sexismo subyacente en esta variable. El resultado de esta pequeña encuesta con fre-
cuencia aporta un balance negativo en aquellos aspectos considerados de la cultura
femenina (aprender a cuidarnos y a cuidar de otras personas, embellecer el centro,
establecer relaciones de confianza, etc.), lo cual supone un reto para educar en rela-
ción sin sesgos sexistas:
Por último, el diagnóstico del centro debe fijarse además en las relaciones que se
establecen entre las personas que forman parte de la comunidad escolar, porque éste
se impregna de todas las vivencias, experiencias e interacciones que en él se dan. El
centro es un receptor y un dador de experiencias. Las personas llegan a él cargadas
de experiencias provenientes de ámbitos externos que servirán de base para la asun-
ción de papeles y roles de domino-subordinación. Educar, en suma, es aprender a
relacionarse con los conocimientos, con los juegos, con los materiales escolares,
con las normas, con las personas y con el medio. Y son las relaciones, pues, las que
marcan el nivel de bienestar del centro. Entendiendo el concepto de relaciones de
una manera muy laxa, entrarían en esta categoría de análisis todos aquellos elemen-
tos que nos sirven para determinar el grado de invisibilización de las alumnas y pro-
fesoras en el centro, o las diferencias de trato y expectativas que se generan sobre
ellas. Las podemos sacar a la luz preguntando, entre otras cosas:
social e histórico que en ocasiones puede resultar lastrante (o incluso castrante, por
jugar precisamente con las palabras): para comunicar nuestros pensamientos hemos
de someterlos a los moldes heredados de una lengua, pero, con esa herencia se
transmiten también estereotipos y prejuicios culturales. Entre ellos, el sexismo y el
androcentrismo lingüísticos son quizá de los más manifiestos (aunque a veces la
costumbre ni siquiera nos deje notar su evidencia), dado que, en el proceso social
de adquisición del lenguaje, jamás neutro, se nos van inculcando toda una serie de
valores, papeles y actitudes atribuidos asimétricamente a mujeres y hombres, cuyo
resultado es casi siempre discriminatorio para nosotras.
Por suerte, las lenguas no son productos acabados, sino que están vivas y cam-
bian, evolucionan como signo de energía, no de debilidad. Y es ahí donde la educa-
ción representa una baza imprescindible: el sistema educativo debe revisar el len-
guaje que utiliza y enseña, si quiere contribuir a una formación no sexista que, a la
vez, sea respetuosa con las diferencia sexuales. Es lo que propugnan la legislación
y los planes educativos más recientes.
“Primero (la niña) aprenderá que se dirigen a ella llamándola niña, por tanto, si
oyese frases como los niños que terminen pueden ir al recreo, permanecerá senta-
da en su pupitre contemplando impaciente la tarea concluida en espera de que una
frase en femenino le abra las puertas del ansiado recreo. Pero estas frases no suelen
llegar nunca, es más probable que la maestra diga al advertir que ha terminado:
Fulanita, he dicho que los niños que hayan terminado…, y si sigue sin darse por
aludida, entonces le explicará que cuando dice niños se está refiriendo también a las
niñas. Pero si incurre en el error de creer que la palabra niño concierne por igual a
los dos sexos, pronto verá frustradas sus ilusiones igualitarias. La hilaridad de sus
compañeros ante su mano alzada le puede hacer comprender, bruscamente, que
hubiera sido mejor no darse por aludida en frases del tipo: Los niños que quieran
formar parte del equipo de fútbol que levanten la mano. En casos como éste, la
maestra suele intervenir recordando: He dicho los niños, ante lo cual la estupefacta
niña pensará: ¿Pero no había dicho los niños?” (Cómo se enseña a ser niña: el
sexismo en la escuela. Barcelona, Icaria, 1986, p. 31)
Salto semántico
– Los antiguos egipcios habitaban en el valle del Nilo. Sus mujeres solían…
El currículum en una escuela coeducativa 163
– El IVA ha caído sobre los intelectuales como una maldición terrible y confu-
sa… generalmente suelen tener a su lado sufridas y valientes compañeras que
les llevan las cuentas.
Duales aparentes
Son términos y expresiones que, aun siendo idénticas en la forma adoptan signi-
ficados diferentes según se empleen en femenino o en masculino, es decir, según se
apliquen a mujeres o a hombres. Son un material muy rico para detectar sexismo en
la lengua, puesto que, el cambio de significado habitualmente supone connotacio-
nes negativas para las mujeres. Veamos algunos ejemplos:
– entretenido: varón chistoso, divertido, ingenioso// entretenida: querida, mujer
cuyo amante le sufraga los gastos.
– Verdulero: hombre que vende verduras// verdulera: mujer ordinaria, gritona,
desvergonzada.
– Lagarto: hombre pícaro y astuto// lagarta: mujer “de vida alegre”, prostituta.
– Zorro: hombre astuto y solapado// zorra: prostituta.
– Cortesano: hombre de la Corte// cortesana: prostituta de lujo.
– Favorito: político preferido del Rey// favorita: amante preferida del Rey.
– Un cualquiera: hombre sin oficio ni beneficio// una cualquiera: prostituta.
– Hombre público: político// mujer pública: prostituta.
También en este terreno de lo laboral son múltiples los duales aparente. En oca-
siones se trata de palabras que designan una misma realidad, pero que en masculi-
164 Educación de mujeres y niñas en Iberoamérica
Tacos
Folclore verbal
En español, casi una sexta parte de los refranes recogidos en las recopilaciones
más completas toman como motivo al sexo femenino, pero no en reconocimiento
de sus contribuciones y valores: si hay tal número de refranes referidos a las muje-
res es más bien porque se aspira a controlar férreamente el comportamiento de éstas
y porque parece necesario avisar a los varones de los peligros que pueden ocasio-
narles.
(La que a visitarte viene hace inventario de lo que en tu casa tienes), sucia (Mujer
sin pulgas sólo hubo una), codiciosa (Dame Dios marido rico aunque sea un poco
borrico), mandona (Lo que quiere la mujer eso ha de ser), mudable (Cuatro caras
tiene la luna y la mujer cuarenta y una), traidora (De la mujer y del mar no hay que
fiar). Algunos refranes incluso incitan a la violencia contra las mujeres: Las muje-
res y las leyes están para violarlas.
Por otro lado, el sexismo sintáctico es mucho más profundo e insidioso que el
léxico puesto que revela un verdadero machismo de las mentalidades que, pertene-
ciendo al terreno del inconsciente, a menudo pasa desapercibido al propio sujeto.
Está ligado a la estructura del discurso y es más difícil de combatir.
Estereotipos sexistas
En muchas ocasiones el discurso está construido como si las mujeres sólo exis-
tieran por relación con el sujeto masculino, como dependientes, complementos,
subalternas o propiedad de los varones:
– Los nómadas se trasladaban con sus enseres, mujeres, ancianos y niños de un
lugar a otro.
– Se organizarán actividades culturales para las esposas de los congresistas.
– A las mujeres les concedieron el voto después de la Primera Guerra Mundial.
Hasta aquí las cuestiones lingüísticas. Pasemos al tercer elemento del diagnósti-
co.
166 Educación de mujeres y niñas en Iberoamérica
c) Contenidos y materiales
Son, por lo tanto, recursos muy potentes de socialización y resulta que siguen
atentando contra una propuesta coeducativa porque presentan múltiples fallos:
– Tampoco recogen las razones por las que las mujeres no han podido estar pre-
sentes en ciertas épocas y en ciertos campos de actividad.
* LENGUAJE UTILIZADO
* IMÁGENES EMPLEADAS
– ¿A quién se representa?
– ¿Quiénes tienen protagonismo? (tamaño y posición en la escena)
– ¿Qué tipo de imagen predomina para representar a mujeres y hombres? (dibu-
jo realista o esquemático, fotografías …).
– ¿Qué aspecto físico, expresiones y cualidades tienen las mujeres y hombres
representados?
– ¿Se refleja la variedad de hombres y mujeres existentes? (edad, etnia, capaci-
dades físicas e intelectuales …).
– ¿En qué contextos aparecen los personajes femeninos y masculinos? (casa,
lugar de trabajo remunerado, espacio de ocio …).
– ¿Qué actividades desarrollan los personajes? (tradicionales, laborales, de ocio,
intelectuales …).
– ¿Qué pies de imágenes se insertan?
La acción positiva no debe, por supuesto, parecer una revancha, no debe trocar-
se en discriminación o sexismo hacia los chicos, sino que será siempre una defensa
El currículum en una escuela coeducativa 169
a) Trabajar para conseguir que la disciplina del centro y las diversas actividades
sean semejantes, partiendo de la idea de que los conflictos no deben ocultar-
se, sino evidenciarse para buscarles soluciones constructivas.
b) Procurar que el número de chicos y chicas sea equilibrado en las distintas
actividades (clases, deportes, talleres, etc.)
c) Buscar métodos alternativos para que compartan actividades e intereses.
d) Repartir las tareas de aseo, embellecimiento y mantenimiento del centro.
e) Asegurar el apoyo a las chicas y chicos que de algún modo no responden a su
estereotipo.
f) Dedicar a todo el alumnado los medios y el tiempo de forma equitativa.
g) Tomar las medidas oportunas para que el reparto y la utilización de los espa-
cios respondan a las necesidades de ambos sexos.
h) Asegurar un uso del espacio de recreo no monopolizada por los balones.
i) Atender a que no se creen “territorios” de uno u otro sexo.
j) Proporcionar una orientación escolar y profesional no sesgada, dejando claro
que los empleos son asequibles para ambos sexos, en igualdad de responsabi-
lidades y cualificaciones.
k) Enseñar al alumnado (mediante técnicas de rol-playing o cambio de roles, por
ejemplo) a que sean ellos y ellas las que observen adecuadamente, detecten
problemas de sexismo, los denuncien y adquieran habilidades para solucio-
narlos.
acción verbal y modificar el valor social que se otorga a cada uno de los sexo-
lectos. Es decir, debemos llevar a cabo actividades de auto-observación y de
observación externa para erradicar expresiones y términos susceptibles de
transmitir estereotipos sexuales y procurar erradicarlas en aquellas personas a
las que educamos.
3. Debemos acabar con las ideas preconcebidas acerca de cómo hablan las muje-
res (por hablar, sin sentido, en demasía, vagamente, con mala intención) o
sobre cuáles tienen que ser sus usos lingüísticos por oposición a los masculi-
nos. La diferencia sexual en los discursos jamás debe suponer ocultamiento o
discriminación para las mujeres. Para ayudar a que esto sea así, debemos
reconocer, favorecer y respetar los estilos femeninos en las interacciones en
el aula evitando la ridiculización y el victimismo; debemos impulsar a las
alumnas a escribir en primera persona y a conquistar un estilo propio, libre y
deseado, apoyado además en la lectura de autoras, para reafirmarlo mostran-
do y construyendo genealogía femenina.
4. No debemos dar por supuesto que las niñas adquieren un más temprano y
mayor dominio de las destrezas lingüísticas que los niños (hay otros muchos
factores incidentes: estatus sociocultural de la familia, procedencia dialectal
o lingüística, etc.), si eso puede traducirse en una menor supervisión en sus
aprendizajes, porque puede condenarlas al olvido o a una falta de atención de
sus necesidades particulares.
Siempre que sea posible tendríamos que emplear genéricos colectivos reales
(la gente, la adolescencia, el campesinado, el alumnado, el vecindario, las
personas mayores, la comunidad escolar, la población, la parte contratante,
la descendencia…)
b) Abstractos:
Sirven, por ejemplo para denominar sin sexismo oficios y cargos, rotular des-
pachos, escribir títulos de crédito, etc. (Secretaría, Consejo asesor, Notaría,
Dirección, Gabinete de Psicología, Jefatura de Estudios, Conserjería…)
En relación con las formas personales de los verbos, cuando aparece hombre
en sentido universal como sujeto de la oración, se puede cambiar el verbo a
172 Educación de mujeres y niñas en Iberoamérica
la primera persona del plural, sin mencionar el sujeto, o tratar de usar una
forma impersonal en tercera persona con se (En la Prehistoria vivíamos en
cuevas o se vivía en cuevas) Otras veces se puede sustituir la falsa expresión
hombre/s referida a todo el género humano por los pronombres nos, nuestro,
nuestra, nuestros, nuestras (A los seres humanos nos ha gustado siempre vivir
cerca de los ríos; Es bueno para nuestro bienestar) Para evitar el uso del
impersonal uno en sentido general también, puede reemplazarse por alguien,
cualquiera, la persona, una persona, el ser humano (Cuando cualquiera se
levanta por las mañanas, tarda un rato en abrir bien los ojos); y si hace de
sujeto puede emplearse la segunda persona del singular o la primera del plu-
ral sin sujeto expreso (Al despertarnos por las mañanas tardamos un rato en
abrir bien los ojos). Asimismo, conviene evitar el uso de el, los, aquel, aque-
llos seguidos del relativo que con sentido general, sustituyéndolos por quien,
quienes, las personas que (Quien sepa inglés que pregunte la dirección)
d) Duplicación:
Si otras soluciones no son factibles, habrá que recurrir a ella, aunque pueda
resultar farragosa y repetitiva, y siempre es preferible a la utilización de las
barras, a pesar de que éstas sean una opción en ocasiones: niñas y niños, chi-
cas y chicos, las y los jóvenes, queridos padres y madres…
e) Participios y adjetivos:
* LENGUAJE:
* CONTENIDOS:
* IMÁGENES:
EN CONCLUSIÓN
Para mi conclusión tomo prestada una frase de Elena Simón que creo que, de
nuevo, nos tiene que hacer pensar:
“...yo creo que ésta poetisa que jamás escribió una palabra y se halla enterrada en ésta
encrucijada vive todavía. Vive en vosotras y en mí y en muchas otras mujeres que no están
aquí esta noche porque están lavando los platos y poniendo a los niños en la cama. Pero vive;
porque los grandes poetas no mueren; son presencias continuas; sólo necesitan la oportunidad
de andar entre nosotros hechos carne...sí vivimos aproximadamente otro siglo- me refiero a la
vida común, que es la vida verdadera, no a las pequeñas vidas separadas que vivimos como
individuos – y si cada una de nosotras tiene quinientas libras al año y una habitación propia; si
nos hemos acostumbrado a la libertad y tenemos el valor de escribir exactamente lo que pensa-
mos; si nos evadimos un poco de la sala de estar común....si nos enfrentamos con el hecho,
porque es un hecho, de que no tenemos ningún brazo al que aferrarnos, sino que estamos solas
y de que estamos relacionadas con el mundo de la realidad...entonces, llegará oportunidad y la
poetisa muerta que fue la hermana de Shakespeare recobrará el cuerpo del que tan a menudo se
ha despojado...En cuanto a que venga si nosotras no nos preparamos, no nos esforzamos, si no
estamos decididas a que, cuando haya vuelto a nacer, pueda vivir y escribir su poesía, esto no
lo podemos esperar, porque es imposible. Pero yo sostengo que vendrá si trabajamos por ella, y
que hacer este trabajo, aun en la pobreza y la oscuridad, merece la pena”.
Virginia Woolf1
“Una habitación propia”.
Introducción
1. Virginia Woolf.
176 Educación de mujeres y niñas en Iberoamérica
Las en general y relativas, buenas noticias de hoy son producto de ésta trayecto-
ria de la Educación como objeto del deseo colectivo y personal de las mujeres de
acceder a sus recursos: desde México hasta la Argentina, la Historia contemporánea
de ALC muestra ello con profusión como han mostrado diversas historiadoras como
Asunción Lavrín, Mary Nash, M. González S, Eugenia Rodríguez, Esperanza
Tuñón, para citar sólo a unas cuantas3.
Por lo tanto, una mirada sobre la actual relación mujeres y educación tiene que
reconocer estas contradicciones y ésta historia, para intentar aproximarse del mejor
modo a los dilemas y desafíos que hoy asoman. Este breve documento hace una
aproximación a estos últimos, procurando valorar lo avanzado y tener claridad
sobre lo pendiente.
2. IESALC, 2006
3. Ver Notas Bibliográfícas.
Las mujeres y la educación en América Latina: una aproximación a los dilemas y desafíos 177
Una síntesis de estos cambios fue hecha en 1988 por Carmen Barroso, del modo
siguiente: “...en las últimas décadas, se ha alterado radicalmente la situación de los
jóvenes y de las jóvenes dentro y fuera de las familias. No sin conflictos, la autori-
dad paterna se ha debilitado y la vigilancia permanente se tornó imposible. Estudios
sociológicos y antropológicos han mostrado como la migración y la urbanización
han afectado las relaciones familiares. La gran expansión de la escolaridad y el ver-
tiginoso crecimiento de los medios de comunicación contribuyeron...a difundir
valores de autorrealización individual y liberación de las costumbres... En casi
todos los países de la región cayó drásticamente el número de hijos por mujer...Sin
embargo permanece la tradicional división sexual del trabajo dentro de la familia
según la cual el cuidado de los niños continúa siendo responsabilidad primordial de
la mujer4”.
Es decir, que para producir lo que hoy existe, no sólo ha habido la voluntad polí-
tica de las mujeres, sino también la voluntad ‘modernizadora’ de los Estados, volun-
tad altamente estimulada por las Conferencias Mundiales sobre las Mujeres y par-
ticularmente por la IV conferencia mundial, Beijing 1995, como bien han estable-
cido en sus documentos las Dras. Fernández y Flecha.
Los resultados de ésta confluencia han sido y son positivos como se evidencia al
examinar los datos de la relación mujeres y educación, enfocando las progresiones
a través del tiempo en términos de aumento de la cobertura de la educación, aumen-
to de la matrícula, aumento de los años de estudio, medidas, mecanismos y proce-
sos para mantener a niñas y adolescentes en las escuelas, diversificación de la ofer-
ta de estudios para las mujeres y otros, como muestran con abundancia las estadís-
4. Barroso, 1988.
178 Educación de mujeres y niñas en Iberoamérica
ticas comparativas del continente y que enuncian que en muchos de nuestros países
se han hecho esfuerzos importantes5.
Es fundamental anotar ello, dado que implica valorar la magnitud del esfuerzo
realizado por las personas, las familias y los Estados para superar las brechas de la
desigualdad. La pobreza, sin entrar en la discusión epistemológica de su medición,
supone carencia de accesos, de oportunidades y posibilidades a bienes materiales y
simbólicos, ausencia de acceso a servicios básicos, al empleo y a salarios fijos y
estables, precariedad en el uso de los recursos políticos ciudadanos y hace de la edu-
cación un bien lejano y caro, para decirlo de modo terso. Por lo tanto cuando las
estadísticas sobre educación, en todos los niveles, indican el crecimiento del ingre-
so femenino, hay que contar estas condiciones de contexto para aproximarse al sig-
nificado atribuido a la educación por las mujeres y sus familias.
Ello hace evidente que hubo cambios en las concepciones, percepciones y valo-
raciones de las personas y las familias, que determinaron el viraje de visiones tradi-
cionales y subordinantes hacia distintas consideraciones sobre el ser, estar y deber
ser de las mujeres en el mundo. Y ese viraje se expresa en las estadísticas crecien-
tes de ingreso, permanencia y egreso de las mujeres en los diversos niveles de los
sistemas educativos a lo largo de distintas décadas.
Las mujeres y la educación en América Latina: una aproximación a los dilemas y desafíos 179
Aún no es posible afirmar que estos cambios importantes se verifican del mismo
modo en todas las sociedades iberoamericanas e incluso ni siquiera a lo interno de
los países, dada la existencia de diferencias y desigualdades entre regiones y secto-
res, a veces abismales, sin embargo, es indudable que la tendencia mayoritaria es el
proceso creciente de inclusión de la educación de las niñas y las mujeres.
Por lo tanto es posible ir estableciendo que, aunque las condiciones no han sido
en general para la mayoría de la población las mejores, un proceso de expansión de
demandas femeninas por educación, participación en el mundo laboral, autonomía,
ciudadanía se ha verificado en ALC a lo largo del Siglo XX con diversos significa-
dos.
Ello es un buen indicador de que los esfuerzos orientados a incluir de modo sis-
temático y permanente a las niñas y jóvenes en los procesos de los sistemas educa-
tivos, deben hacerse contemplando íntegramente la situación social, pues es esta
situación social general la que condiciona decisiones familiares que permiten o no
la posibilidad de educación para las mujeres. Dada la coexistencia en ALC de gran-
des urbes y población con niveles de vida acceso semejantes a los estándares glo-
bales y grandes sectores rurales en los que se reproduce la vida tradicional campe-
sina, es importante distinguir ello en las generalizaciones. E incluso debe contarse
con que en muchas comunidades no pocas veces se defienden estructuras tradicio-
nales como igualitarias, las que miradas más de cerca evidencian que lo que se pro-
7. Messina, 2001.
Las mujeres y la educación en América Latina: una aproximación a los dilemas y desafíos 181
Ignorar estas complejidades, que son a fin de cuentas nudos profundos, contri-
buirá a aumentar la pobreza, la exclusión y la desigualdad. Complejidad en virtud
de que la pobreza latinoamericana es mayor en las regiones habitadas por las pobla-
ciones indígenas o afrodescendientes - estas ciertamente más abiertas a la cultura
hegemónica-, que estos pueblos originarios demandan respeto a sus culturas y visio-
nes del mundo y que en ellos, como bien ilustran las estadísticas reinan los matri-
monios a temprana edad para las niñas, su menor escolarización y menor participa-
ción social y ciudadana... aquí hay un dilema, también en virtud de que éstas con-
diciones de las mujeres indígenas son un camino seguro de reproducción generacio-
nal tanto de la pobreza como de la desigualdad de género. Talvez ello es el reto
general más importante para las sociedades latinoamericanas en este Siglo.
Es claro que el conjunto de los avances de las mujeres en ALC se han produci-
do y han ayudado a crear, un contexto social conflictivo, que contiene luminosos
logros pero que también es contradictorio y que el papel de la educación en todo
esto ha sido fundamental. La pregunta es, podría la educación seguir ejerciendo ese
papel de elemento catalizador de cambios sociales favorables a las mujeres y a la
propia democracia y desarrollo social?
Seguramente sobre ello podría y debería decirse mucho, sin embargo aquí como
ha establecido Mirta González S. en su artículo “Del sexismo a la igualdad de opor-
tunidades en la educación” es necesario sencillamente analizar la doble faz de la
educación: es un instrumento de transformación tanto como un instrumento de
reproducción del orden social8.
Pues es evidente que así como no es posible que los procesos educativos sean
meramente reproducción del orden social tampoco es posible que les adjudiquemos
la capacidad de transformarlo todo, pues ésta pretensión es irreal. Aquí provisional-
mente habría que hallar un ‘justo medio’ -para decirlo en términos aristotélicos- , un
concepto de transición y de transacción, y en eso colabora la propia historia y los
hechos ocurridos en la relación mujeres y educación, es decir que puede ser instru-
mento de cambios en proceso en la organización social, puede colaborar, vehiculi-
zar y apoyar cambios en curso, como ya ha ocurrido. Dicho de otro modo los pro-
cesos educativos pueden actualizarse para acompañar del mejor modo los cambios
progresivos que permitan ir cerrando la brecha de la desigualdad.
Esto se dice fácil pero hacerlo es otra cosa, pues como muestran los actuales
debates, hoy que la educación también puede ser concebida como una otra mercan-
cía nos asomamos a diversas posibilidades, entre las cuales hay algunas realmente
preocupantes, para decirlo breve... para usar otro ejemplo de Panamá, la anotación
del debate citado se compagina con cambios, entre los que uno importante la apari-
ción masiva de oferta de educación privada, silenciosamente apoyada por el Estado
y sus políticas neoliberales, la que está produciendo que en el país, de hecho, exis-
tan ‘dos sistemas’ educativos: uno de excelencia y alta calidad dirigido a formar los
‘gobernantes’ -privado- y otro de menores exigencias, menor calidad dirigido a for-
mar a los ‘gobernados’–público–, al decir de una importante investigadora. Esto
significaría no sólo ello, sino la existencia de lógicas, instituciones y procesos que
profundizan desigualdades y ahondan las brechas existentes.
Otro importante asunto –también relacionado con los debates actuales– es que,
insertada la educación, en el conjunto de las políticas sociales, afectadas éstas por
su singular naturaleza de ser ‘primeras’ en los discursos –sobre todo electorales– y
segundas en la gestión real, dependientes de la visión y concepciones de las jerar-
quías políticas, dependientes de las vicisitudes presupuestarias y del aparato buro-
crático, muchas veces aparece ante la población con otra doble faz: es una vía para
el desarrollo y la modernización de las instituciones y de toda la sociedad, pero es
también una carga presupuestaria a la vez que es seno del rezago, del atraso, la inefi-
cacia y la ineficiencia.
Como se ve son muchas las preguntas y debates que sobre la educación actual-
mente se están generando, los que es necesario tener en cuenta para que pueda
seguir colaborando con los avances de las mujeres, en la medida en que su resolu-
ción orientará la decisiones que se tomen.
Con ello quiero decir que uno de los elementos que más contribuirían a la inser-
ción de la perspectiva de género es, hacerla de modo tal que por si misma signifi-
que ‘actualizar’ las concepciones sobre la educación vigentes. Pues en la medida en
que sea explícito su ‘espíritu’ general, su visión conceptual y el horizonte a alcan-
zar por la educación, sus sistemas e instituciones, en esa misma medida se poten-
cian la reflexión y el o los cambios que debe y conviene a la sociedad impulsar y
que deben expresarse en las políticas y acciones. Sobre ello la historia sobre la rela-
ción mujeres y la educación en ALC da sobradas evidencias. Y además, los mismos
cambios ya realizados en los diversos países, hablan de esfuerzos muy grandes para
integrar la perspectiva de género, los que sin embargo también indican que hay que
dar pasos hacia adelante, en virtud de que tales esfuerzos son o parecen ser, hasta
hoy, acciones pequeñas, pequeños proyectos, secundarios o accesorios a la corrien-
te principal, no contenidos en las Políticas más generales o fundamentales sobre
educación y que no logran impulsar un cambio de más largo alcance.
Lo que hoy existe en nuestra América es una realidad de alta complejidad, plena
de paradojas y desafíos, de algún modo ésta ‘reforma’ a la educación –integración
de la perspectiva de género– que ya se está dando, en pequeño, puede ser la clave
para reflexionar sobre maneras de organizar los sistemas educativos, los procesos
pedagógicos y una renovación general de modo tal que sirvan tanto al avance de las
mujeres como a los grandes propósitos de la educación y el desarrollo social de los
distintos países.
Porque además es indudable que los cambios de las mujeres, en todo el mundo
y en particular en ALC, a su vez están afectando otros múltiples asuntos en las
sociedades:
Como toda generalización puede ser una abstracción que no abarca a la totalidad,
reitero lo dicho supra: es posible que hoy estos cambios sean perfectamente visibles
en los grupos ilustrados, los sectores más educados y menos visibles en otros sec-
tores, pero por la información existente hasta ahora son cambios en expansión. Ya
sabemos que en ALC a veces tenemos muchos mundos en un país, pero también,
estos cambios se ven catalizados por los procesos crecientes que integran toda la
vida social mundial. La globalización no sólo expande el intercambio comercial
también expande ‘los mundos’ particulares de las comunidades tradicionales, los
‘horizontes’ personales y sociales, las ideas, los conceptos y percepciones, hace
necesaria una mirada más integral de las personas, crea expectativas, exige estánda-
res, supone habilidades, capacidades y distintos conocimientos.
A tal grado que muchas veces una puede preguntarse, al ver por ejemplo, los pro-
gramas infantiles transnacionales, si no son entre sí, mas parecidos niños/as de
diversos países pertenecientes a un mismo estrato social, por sus condiciones, acce-
sos y expectativas que a otros de su entorno pero en situación de profundas caren-
cias? O viceversa?
Están los sistemas educativos procesando estos cambios y lo que a su vez impli-
can respecto a la formación de los seres humanos?, vale decir a la ciudadanía que
poblará y podrá – o no- tener los instrumentos para hacer de su vida y hábitat natu-
ral y social un mundo más ‘amable’?
Decía John Stuart Mill que “Sólo sabremos de las exactas diferencias entre hom-
bres y mujeres cuando ambos sexos sean educados igualmente”10. A más de cien
años de su escrito una también puede preguntarse si es necesaria una educación
igualitaria para los desiguales? Qué sería hoy la ‘igualdad’?. Desde éste ángulo, se
trata hoy, no sólo de la inclusión de las mujeres, ni sólo de la ‘igualdad a
secas’...sino del reconocimiento de las diferencias entre mujeres y hombres y de la
necesaria creación de la ‘igualdad social’, es decir el desmontaje de las barreras que
excluyen, limitan o impiden a las mujeres accesar a la educación en todas su formas
y niveles, y que como se dicho es un proceso en realización y en avance.
Notas
1. Virginia Woolf. Una habitación propia. Editorial Seix Barral, Barcelona, 1986.
Págs.66-69.
2. IESALC- UNESCO. Informe sobre la Educación Superior en América Latina y
el Caribe. Caracas, mayo de 2006. pág.118.
3. Ver las obras de:
• Asunción Lavrín (Compiladora): Las mujeres latinoamericanas: pers-
pectivas históricas. México, 1985.
• Mary Nash (Editora): Presencia y protagonismo: aspectos de la historia
de la mujer. Ediciones del Serbal, Barcelona, 1984.
• M. González S (Editora). Estudios de la mujer: conocimiento y cambio.
EDUCA, San José, 1998.
• Eugenia Rodríguez (Editora). Entre silencios y voces: Género e Historia
en América Central 1750-1790. CMF, San José, 1997.
• Esperanza Tuñón “La lucha de la mujer mexicana por alcanzar el derecho
al sufragio”. En VV AA. Presencia y transparencia: la mujer en la
Historia de México. El Colegio de México, México, 1987.
4. Carmen Barroso. “Sexo y crisis”. En VV AA. Mujeres, crisis y movimiento.
Isis/ MUDAR, Santiago de Chile, 1988.
5. Ver cuadros anexos.
6. CEPAL- Unidad Mujer y Desarrollo. Caminos hacia la equidad de género en
América Latina y el Caribe. Documento para la IX Conferencia Regional de
la Mujer de América Latina y el Caribe. México, 2004. Cfr. Informe La
democracia en América Latina. Hacia una democracia de ciudadanas y
ciudadanos. Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, New York,
2004.
7. Graciela Messina. Estado del Arte de la Igualdad de Género en la Educación
Básica en América Latina 1990-2000. UNESCO, 2001. Págs. 5-6.
8. Mirta González Suárez. “Del sexismo a la igualdad de oportunidades”. En:
Lourdes Fernández R. Genero Valores y Sociedad: una propuesta desde
Iberoamérica. OEI, Barcelona, 2005.
9. Urania Ungo. “Ética, Género y Educación: una reflexión sobre cambios sociales
y conflictos entre valores”. Lourdes Fernández, Ob. Cit.
10. John Stuart Mill y Harriet Taylor Mill. Ensayos sobre la igualdad sexual.
Ediciones Península, Barcelona, 1973.
6. Diagnóstico sobre la
educación de mujeres y niñas
en Iberoamérica.
Desde 2002 se sancionó la Ley 25.673 que crea el Programa Nacional de Salud
Sexual y Procreación responsable, que para ser obligatoria en territorios provincia-
les debe ser refrendada en cada provincia. Esto ha originado un panorama dispar en
su aplicación ya que hay provincias que dictaron su propia norma local, con más o
menos espacio para la ingerencia educativa.
Uno de los aspectos más interesantes de este Programa Nacional fue su estrate-
gia multidimensional que abarcó en forma simultánea el currículo, la producción de
materiales didácticos, la promoción de igualdad de oportunidades en los procesos
de formación profesional y sensibilización de la comunidad educativa. Se diseñó
una estrategia con referentes provinciales para implementar sus líneas de acción,
dado el carácter descentralizado de la gestión del sistema educativo.
Perspectivas de hoy:
La Ley Nacional 25.273 del año 2000 establece la flexibilización del régimen de
asistencia de alumnas cuyos hijos estén en período de lactancia. Estas medidas ya
venían siendo preocupación en algunas jurisdicciones donde puede ubicarse algu-
nos antecedentes, tanto en provincias como en la ciudad de Buenos Aires. De acuer-
do con estas preocupaciones se van a generar algunas iniciativas que tienen ya un
progresivo desarrollo.
cente, destinados a producir una sensibilización en torno al tema, trabajar con los
discursos que suponen discriminación y procurar antecedentes en la línea de la
inclusión de la acción de fortalecimiento citada anteriormente.
V M T V M T
G. Estatal 793.126 770.296 1.563.422 459.290 483.522 942.812
G. Privada 242.329 278.313 520.642 188.899 248.590 437.489
Totales 1.035.439 1.048.609 2.084.064 648.189 732.112 1.380.301
Conferencia de Acción, con tareas puntuales que deben cumplirse como mandato en
los siguientes cinco años de su aprobación, los gobiernos, los organismos interna-
cionales y la sociedad civil. Por tanto, el producto de estas Conferencias estaría
expresado en medidas que sean adoptadas colectivamente por los gobiernos y lograr
el cumplimiento de los compromisos.
Ley 11000 que ratifica la Convención sobre la eliminación de Todas las Formas
de Discriminación contra la mujer (1989)
Ley 1599 que asumen por primera vez el enfoque de género considerando y reva-
lorizando el papel de la mujer en el desarrollo nacional (1994)
Ley 1599, Ratifica la Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y
Erradicar la Violencia contra la Mujer (1994).
Ley 1674, Contra la Violencia en la familia o Doméstica (1995).
Mapa de Pobreza realizado para Bolivia, donde los satisfactores de las necesidades
básicas que fueron habilitados integran cuatro grupos: (1) educación, (2) salud y
seguridad social, (3)vivienda, (4) servicios e insumos básicos.
Presentación
De ahí que se aborden los siguientes planteamientos que dan cuenta, a mi juicio,
de los avances en la instalación de una política de igualdad de oportunidades desde
la mirada del Ministerio de Educación y, especialmente, desde la mirada de la
División de Planificación y Presupuesto –una de las 4 unidades que reúne a los
directivos del segundo nivel jerárquico de nuestra institución-, que entre otras, es
responsable de generar mecanismos para el desarrollo de una gestión de excelencia.
206 Educación de mujeres y niñas en Iberoamérica
Desde el inicio de la década de los ’90, el Estado chileno ha tenido una serie de
modificaciones que dan cuenta de la intencionalidad política de fortalecer, descen-
tralizar y modernizar las estructuras del poder público, asumiendo temáticas ligadas
a desarrollar un Estado democrático, plural, sin discriminación y que de cuenta de
los temes emergentes que atraviesan a la sociedad contemporánea.
Los desafíos son enormes; el trabajo en este aspecto recién comienza; es necesa-
rio más que cumplir técnicamente con las exigencias puestas en el Programa de
mejoramiento, hacer conciencia sobre un valor esencial para nuestra sociedad y
nuestra democracia: la igualdad de oportunidades, en el acceso y en las garantías
públicas y privadas, en los derechos humanos, deben ser una realidad para hombres
y mujeres. No puede ser que la condición de género siga penando para obtener un
trabajo, para acceder a un mejor sueldo, para el cuidado de los hijos, para la valo-
ración de las personas sin discriminación de género; sólo sembrando esta cultura,
que aporta a la paz y a la inclusión, podemos evitar la existencia de conflictos, y si
los hay, evitar que ellos lleguen al aniquilamiento y violación los derechos huma-
nos con ese sesgo de género, como ha sucedido por ejemplo, en el genocidio de
mujeres y niños en la ex Yugoslavia.
Mujer y Educación en Chile 209
Nuestro país, considerado uno de los más conservadores de América Latina, vive
en permanente contradicción y tensión; aún falta avanzar en un Chile para todos, sin
discriminación, sin autoritarismo y sin excluídos, pero no es menor tener una Mujer
Presidenta, la primera en Chile; un Gabinete de Gobierno paritario y cada día más
leyes y oportunidades en el aparato público que exigen la visibilización de todos y
todas las que habitamos este país, porque Chile somos todos y TODAS.
OBJETIVOS ESTRATÉGICOS
PRINCIPALES AVANCES
problema de cuidado de sus hijos e hijas. En el año 2005 se apoyó a 1.136 estudian-
tes madres y embarazadas. En el marco de Educación de Adultos, el año 2005 se
implementó un marco curricular para la educación básica de adultos con enfoque de
género, elaborando paralelamente guías para mujeres privadas de libertad.
Indicadores
El seguimiento del Plan requiere de indicadores que permitan medir periódica-
mente los cambios en la situación de las mujeres y en las relaciones de género. La
información oportuna en cada una de las materias señaladas en este Plan contribu-
ye a detectar resultados no deseados o efectos inesperados que necesitan ser corre-
gidos. Los indicadores se transforman entonces en un mecanismo de alerta para reo-
rientar las políticas de igualdad. Al mismo tiempo, constituyen una herramienta efi-
ciente para hacer visible ante la opinión pública los avances más importantes que
benefician a las mujeres.
Objetivo 5.
• Evolución de la proporción de madres
adolescentes por población urbana y
rural, y quintil de ingreso.
• Porcentaje de mujeres en edad fértil
que son usuarias de métodos anticon-
ceptivos en los programas del sistema
de salud pública.
• Se han establecido sistemas de cuotas cargos de los tres poderes del Estado.
para promover la participación de las • Porcentaje de mujeres en cargos elegi-
mujeres en las estructuras de poder de dos por votación popular a nivel
algunos partidos políticos. nacional, regional y comunal.
• Se han generado instancias de interlo- • Porcentaje de mujeres en el Servicio
cución entre representantes de orga- Exterior, según cargos y destinos.
nismos públicos y privados, como la • Indice de potenciación de género
Comisión Tripartita de Trabajo, la (PNUD).
Mesa Rural y Parlamentos Regionales
• Se creó y puso en funcionamiento Objetivo 2.
durante tres años un Fondo para la • Porcentaje de recursos públicos orien-
Sociedad Civil que apoyó actividades tados a favorecer la asociatividad ciu-
de participación de las mujeres. dadana que se destinan a organizacio-
• Se fortaleció la capacidad de liderazgo nes o grupos de mujeres, por tipo de
de las mujeres a través de ciclos regu- organización.
lares de formación a lo largo de todo • Existencia de fondos concursables
el país. para proyectos de ejecución por orga-
• Se fomentó la asociatividad de las nizaciones de mujeres.
mujeres y la formación de redes
• Se ha entregado permanentemente Objetivo 3.
información sobre los derechos de las • Porcentaje de mujeres en cargos direc-
mujeres. tivos en organizaciones políticas y
• Se realizaron estudios y publicaciones sociales: partidos políticos y asocia-
sobre participación de las mujeres ciones gremiales, sindicales y vecina-
• Se debatió sobre la participación polí- les.
tica de las mujeres en foros nacionales • Frecuencia de aparición en los medios
e internacionales. de comunicación de mujeres como
• Se realizaron encuentros regulares de voceras de temas de interés público,
evaluación con las usuarias de los pro- científicos o culturales, por tipo de
gramas, especialmente el de medio y género periodístico.
Habilitación Laboral para Mujeres de
Escasos Recursos, preferentemente
Jefas de Hogar y el de Mujeres
Trabajadoras Temporeras.
• Se formaron redes formales e infor-
males que han facilitado el liderazgo
de las mujeres
rurales a los recursos productivos, cré- los jefes de hogar y de núcleo según
ditos, asistencia técnica y desarrollo sexo del jefe de hogar.
empresarial. • Tasa anual de crecimiento del empleo
• Se formulan planes de igualdad de masculino y femenino por quintil de
oportunidades para los funcionarios y ingresos.
funcionarias de los Ministerios de • Número, descripción y cobertura de
Bienes Nacionales y de Vivienda y los programas públicos orientados a la
Urbanismo reducción de la pobreza femenina.
• Con la creación de comisiones tripar- • Porcentaje de mujeres que salen de la
titas -gobierno, empresarios, trabaja- situación de pobreza
dores- se amplía la participación de
las mujeres en el diálogo social en el
ámbito laboral. Estas comisiones exis-
ten en regiones y en el nivel nacional.
• Se realizan actividades de sensibiliza-
ción sobre el acoso sexual y capacita-
ción a los fiscalizadores laborales
sobre esta forma de discriminación
hacia las trabajadoras.
enseñanza de todas las categorías, tanto en zonas rurales como urbanas; esta igual-
dad deberá asegurarse en la enseñanza preescolar, general, técnica, profesional y
técnica superior, así como en todos los tipos de capacitación profesional;
Existe toda una gama de legislación que regula las relaciones laborales que debe
ser tomada en cuenta por el Ministerio de Educación Pública para hacer valer los
derechos de todas las personas que laboran en este ministerio, a saber,
l El Código de Trabajo
Como una acción afirmativa, la Ley 7769, de Atención a las mujeres en condi-
ciones de pobreza, tiene por objetivo garantizar el mejoramiento en las condiciones
de vida de las mujeres, mediante un proceso de formación integral que comprenda
al menos capacitación en formación humana, capacitación técnico-laboral, inser-
ción laboral y productiva, acceso a vivienda digna y un incentivo económico liga-
do a los procesos productivos.
Por otra parte, la Ley Contra la Violencia Doméstica, Ley No 7586 de mayo,
1996, establece que es deber del Estado promover la modificación de los patrones
socioculturales de conducta de hombres y mujeres, inclusive el diseño de progra-
226 Educación de mujeres y niñas en Iberoamérica
mas de educación, formales e informales apropiados para todos los niveles del pro-
ceso educativo, con el fin de contrarrestar prejuicios, costumbres y todo tipo de
prácticas que
Proceso histórico:
En 1983, la comisión se enfrentó con una serie de problemas que le impidió con-
tinuar con las acciones propuestas y es hasta el año 1991 mediante el Proyecto
Subregional “Mujeres, Género y Desarrollo “impulsado por el Fondo de las
Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), que se abrió nuevamente el espacio
para la coordinación con el Ministerio de Educación Pública de una estrategia meto-
dológica conjunta para abordar el componente “Educación Sin Disparidades de
Género” del Proyecto.
Como otras acciones realizadas por la OMM, hoy oficina de Equidad de Género
del Despacho del Viceministro Académico, sobresalen la producción de material
228 Educación de mujeres y niñas en Iberoamérica
Es por ello que dentro del marco del Proyecto de Apoyo al SIMED y para ase-
sorar al Ministerio, se incorporan a trabajar en el enfoque de género, las
Especialistas Nacionales María Flor Abarca (1995), Margarita Molina (enero-junio
1996) y Emma Fernández (1996-2001), de igual manera las Expertas Asociadas de
(Holanda) Ingeborg van Schayk, (1993–1995) y Marenka Rommeing (1996–1998)
quienes inician, apoyan y desarrollan algunas acciones en este campo. Pero no es
sino hasta en enero de 1998, cuando nace el Subproyecto: “Construcción de una
cultura equitativa de género en la Escuela Líder”, en coordinación con el INAMU,
y cuyo proceso de formulación y ejecución señalamos más adelante. A esta etapa
se incorpora, a finales de 1999, la Experta Asociada de España, Ágata Garrido,
quien también ejerció su acción como apoyo de la UNESCO y del Proyecto de
Apoyo al SIMED.
l Proyecto EDUMUJER: este proyecto inicia en 1990 dentro del marco del
convenio entre el Gobierno de Costa Rica, la Organización Internacional del
Trabajo (OIT), y el Gobierno de los Países Bajos (Holanda), suscrito el 17 de
noviembre de 1989.
Diferentes trabajos realizados para detectar las formas de sexismo que todavía
subsisten en la educación formal han incidido fundamentalmente en cinco temas:
La posición de las mujeres como profesionales de la enseñanza.
El androcentrismo en la ciencia y sus efectos sobre la educación.
El androcentrismo en el lenguaje.
Los libros de texto y las lecturas infantiles.
La interacción escolar.
En vista de las limitaciones para tener un contacto directo con el personal docen-
te, este material fue diseñado considerando las características propias de la metodo-
logía de la educación a distancia.
La capacitación a los docentes sobre este material es una prioridad para el MEP
y para el INAMU, razón por la cual en el año 2005 se capacitó personal docente en
todas las Direcciones Regionales del MEP y se inició un plan piloto con 95 escue-
las de todo el país consiste en que los/as docentes capacitados utilicen el material
didáctico y se comprometan a replicar la capacitación con otros docentes de sus
mismos centros de estudios y de los circuitos escolares.
En este sentido, las actividades propuestas como parte del proyecto, se dirigen a
la revisión de los instrumentos, mecanismos y estrategias que coadyuvan en la elec-
ción vocacional, la sensibilización y capacitación de diferentes agentes educativos,
con el propósito de que estimulen en las estudiantes las competencias, intereses y
habilidades que les posibilite la elección de opciones diversas y competitivas en el
campo educativo y laboral.
Tres son los pilares definidos para la implantación de políticas públicas para la
equidad de género:
Por ello, varios estudios se han encaminado al análisis del currículum oculto, es
decir, de las pautas de carácter no formal y sobre todo ideológico que se transmiten
en la práctica escolar. Precisamente, la coeducación, en el momento actual, plantea
como objetivo la desaparición progresiva de los mecanismos discriminatorios, no
solo en la estructura formal de la escuela, sino también en la ideología y en las prác-
ticas educativas.
Para alcanzar una enseñanza realmente coeducativo hay que partir no solo de la
igualdad de los individuos, sino también de la integración de los modelos genéri-
cos; hay que facilitar el acceso de las niñas y las muchachas a las profesiones que
siguen siendo reductos masculinos, esencialmente las de carácter técnico, y hay que
reforzar su seguridad en ellas mismas para que se sientan capaces desempeñar un
mayor papel en el ámbito público.
dad atención y les sea concedido el mismo tipo de protagonismo, donde mujeres y
hombres ocupen similares lugares de trabajo y tengan las mismas oportunidades de
promoción, donde los valores atribuidos tradicionalmente a los hombres y a las
mujeres sean considerados igualmente importantes y transmitidos tanto a las niñas
como a los niños, porque forman parte del patrimonio cultural de la humanidad y
son necesarios para la vida colectiva.
UNIVERSIDAD NACIONAL
INSTITUTO DE ESTUDIOS DE LA MUJER (IEM )
â Primeros pasos de la teoría sexo Género
â Abuso sexual infantil
â Mujer y Religión
â Surcos de lucha
â Casa de la Mujer (9 fascículos con temas variados de de género)
Los datos estadísticos indican que los porcentajes de matrícula del nivel prima-
rio y secundario, no presentan diferencias significativas por sexo. En la educación
primaria, las mujeres representan el 48.4% y en la educación secundaria el 50.1%
(Dpto. de Estadística, Ministerio de Educación Pública, MEP, 2004).
Las carreras percibidas como más prestigiosas son aquellas más alejadas de los
prototipos del rol doméstico y consideradas como masculinas, como Ingeniería,
Electrónica, Informática, entre otras. Otro hecho que está en la base de esta diferen-
ciación opcional de carreras es el contenido curricular de unas y otras carreras pues
en el caso de las tipificadas como masculinas se les asocia con materias como mate-
máticas, cálculo, y otras de las ciencias exactas, que a su vez están asociadas con
una mayor destreza intelectual masculina. Esto explica en parte por qué matriculan
mayor número de estudiantes varones en el TEC, institución que concentra su ofer-
ta educativa en carreras del área de ingeniería, no así en la UNED, donde la oferta
educativa está más ligada carreras de ciencias de la educación
Por otro lado se ha confirmado que las mujeres tienen un rendimiento académi-
co superior al de los hombres en el III Ciclo y en la Educación Diversificada del sis-
tema nacional de educación. Del total de mujeres matriculadas se da un porcentaje
de aprobación de un 80,7%, en contra posición del total de la matrícula de hombres
con solo un 75,4% de aprobación.
Asimismo, los datos revelan que se ha logrado disminuir la repitencia en los últi-
mos cinco años; en el 2004 quienes más repitieron fueron los hombres. Además, los
estudiantes de trece o más años tienden a repetir con mayor frecuencia los diferen-
tes grados de I y II Ciclo.
En relación con el analfabetismo, los datos del Censo Nacional 2000 muestran
que del total de analfabetos en el país que suma 144.792, el 52.1% (75.531) son
hombres y 47.8% (69.261) son mujeres. Sin embargo, conviene señalar que según
dicho censo ha disminuido el analfabetismo tanto en hombres como en mujeres res-
pecto al censo de 1984.
242 Educación de mujeres y niñas en Iberoamérica
A pesar de que las cifras reflejan una participación cuantitativa casi paritaria
entre mujeres y hombres en los distintos niveles del sistema educativo, esta igual-
dad formal no está acompañada de una igualdad real, dado que los procesos de
enseñanza y aprendizaje se continúan desarrollan en un contexto de discriminación
y desventaja hacia las mujeres, que se manifiesta en sus diversos componentes y
que atenta contra la equidad entre los géneros.
El sistema educativo además de transmitir, por medio del currículum oficial, las
nociones culturales relativas al género aceptadas socialmente, también transfiere un
cúmulo de pautas de comportamiento no explícitas, que influyen en la construcción
de la identidad de niñas y de niños, en su confianza y autovaloración, así como en
sus motivaciones y expectativas de vida. A este proceso de transmisión velada de
las concepciones de género se le denomina “el currículum oculto” o “la pedagogía
invisible de género”.
Los datos expuestos anteriormente nos reflejan que a pesar de que las mujeres
abandonan sus estudios en menor medida que los hombres y obtienen un elevado
rendimiento académico, esto no ha representado en la mayoría de los casos, una
mayor y mejor inserción en la vida social, política y económica del país. En conse-
cuencia, una alta calificación de la población femenina no ha conducido a un mejo-
ramiento de su calidad de vida.
Esto parece indicar que nuestro sistema educativo no ha dado respuesta efectiva
a un sector amplio de mujeres, para quienes la educación ha dejado de ser un ins-
Mujer y Educación en Costa Rica 243
Esta opción educativa se brinda a las /los jóvenes que deseen obtener formación
en carreras profesionales de grado medio. Se imparte en el III ciclo de la Educación
General Básica mediante talleres exploratorios, que permiten a la o el estudiante
descubrir sus habilidades, destrezas, aptitudes e intereses, así como facilitar la elec-
ción de una especialidad. Además, se ofrece en la Educación Diversificada en la
modalidad de especialidades técnicas.
– Modalidad Agropecuaria
– Modalidad Industrial
– Modalidad Comercial y de Servicios
La educación técnica en Costa Rica como subsistema del Sistema educativo for-
mal, se ha convertido en un factor estratégico para promover el crecimiento econó-
mico, el bienestar social y la competitividad en mercados globales. Estos desafíos
le plantean a los diferentes componentes del Subsistema de Educación Técnica la
necesidad de redoblar los esfuerzos, con el propósito de que la educación técnica
haga un aporte dinámico y sostenido al desarrollo nacional de cara a las necesida-
des del país, especialmente del sector productivo, de acuerdo con las exigencias del
contexto mundial y que le permita a las mujeres insertarse de mejor manera en el
mercado laboral.
Propuestas de futuro:
Son fuertes definiciones, sin embargo, mi punto de vista es que estos lineamien-
tos no aterrizan con seriedad en aquellas instancias que se han propuesto. Mas como
Mujer y Educación en Ecuador 249
mujer considero que son pasos, lentos en ciertas épocas, pero lo importante es que
ya no se detienen.
Les he dado un estado, unos objetivos ha alcanzar y ahora voy a entrelazar a tra-
vés del informe de rendición de cuentas que este organismo presentó en sus ámbi-
tos de acción.
En el aspecto alfabetización, dos ejes,
– desde el Ministerio de educación, con los organismos de descentralización y
desconcentración que constituyen las subsecretarías regionales de educación,
ha fortalecido la estrategia de trascendencia de género en la formación docen-
te.
– Con los organismos locales han concertado alianzas para cumplir con la alfa-
betización, una muestra de ello, es lo alcanzado en el cantón de Imbabura, lla-
mado libre de alfabetización.
tante a resaltar aquí es que este modelo surge desde la propia cosmovisión de las
mujeres y su entorno.
A partir de esta experiencia el MEC, a través del Ministro actual decidió captar
fondos para invertir en una primera propuesta, única en toda la historia de esta car-
tera de estado, dotar con más de tres millones de textos a los niños y niñas de régi-
men costa en una primera etapa, fueron invertidos cerca de 7 millones de dólares y
beneficiar a más de 800 mil escolares. Esto ha impactado directamente, en el
aumento de matrícula del 30% y logra cumplir el objetivo de dar oportunidades para
la igualdad.
Mujer y Educación en Ecuador 251
Esto es parte de las políticas de Estado que el actual ministro trazó para dejar
sentadas las bases en le Plan decenal de educación, un compromiso de todas y todos
para cambiar la historia.
Meta 3: Lograr, para el 2015, que todos los niños y niñas puedan terminar un
ciclo completo de enseñanza básica (10 años)
Por otro lado si se examina la tasa de transición de nivel, los datos muestran que
apenas la mitad de los menores que concluyen la educación primaria continúa sus
estudios secundarios.
Respecto al gasto por habitante en educación, las cifras confirman que éste se
redujo de 60ª 25 dólares entre inicios de los años ochenta y finales de los noventa.
En el año 2000, se advierte una ligera recuperación que se mantiene hasta la actua-
lidad, explicada básica mente por incrementos salariales a los docentes.
1. Ecuador decidió contextualizar este objetivo por cuanto la norma constitucional (Art.67) garantiza
la educación básica y no solamente la primaria.
Mujer y Educación en Ecuador 253
Desafíos y prioridades:
Para lograr el acceso de todos los niños y niñas a la Educación Básica, las prio-
ridades deben orientarse hacia intervenciones más costo-efectivas, particularmente
aquellas que aseguren la universalización efectiva de la educación primaria en el
corto plazo y de la Educación Básica en el mediano plazo. De esto que sea necesa-
rio:
En el campo laboral, es evidente que las mujeres aún no alcanzan los mismos
niveles de participación que los hombres; las tasas de desocupación femenina son
más altas y, por lo general, las mujeres acceden a ocupaciones menos valoradas
tanto social como económicamente. También existe discriminación salarial, se ha
observado que a iguales niveles de educación, las mujeres reciben menos ingresos
laborales que los hombres. Asimismo, se advierten diferencias de género en la auto-
nomía económica; en el año 2004, la relación entre preceptoras y preceptores de
ingreso fue de 52 a 100.
Alfabetización:
• Han fortalecido la estrategia de trascendencia de género en la formación docen-
te.
• Con los Gobiernos Locales han concertado alianzas para alfabetización y post-
alfabetización de las mujeres. Ejemplo: Cantón Cotacachi (Imbabura) en el
2005 se alfabetizaron más de 680 mujeres . Hoy continúan 580 en el programa
de post-alfabetización. Se ha denominado al cantón “Libre de analfabetismo”
Plan de erradicación de los delitos sexuales en el ámbito educativo:
• Jornadas de capacitación a direcciones provinciales sobre aplicación del
acuerdo ministerial 3393 que establece mecanismos de erradicación del delito
sexual en ámbitos educativos.
INTRODUCCIÓN
Compromisos del Foro Mundial de Educación para todos (Dakar, 2000) en los
compromisos: 4. Aumentar al año 2015 el número de personas adultas alfabetizadas
en un 50%, en particular mujeres y acceso a la educación permanente y 5. Suprimir
las disparidades entre los géneros en la educación al año 2005 y lograr la igualdad
al año 2015.
Se han formulado estudios con indicadores de género que sirven como referen-
cia y fundamento para la ejecución de acciones tendientes a lograr la igualdad de
oportunidades entre niños, niñas, mujeres y hombres en los diferentes niveles edu-
cativos. Ej: La línea de base “Equidad de género en el aula”; Investigación – acción
hacia la equidad.
Cuadro n.º 17
Participación en la enseñanza secundaria y en la postsecundaria no superior
(*) Fuentes
Tasa neta de escolarización en secundaria (%) para 2001: Total, 450; hombres, 454; mujeres, 465; IPS,
102.
Mujer y Educación en El Salvador 263
Hombres 14.4 13.1 14.8 4.9 5.2 6.6 4.7 4.2 5.8
Han sido muchas las experiencias exitosas, pro a manera de ejmplo citaré la
siguiente:
En este sentido los maestros y las maestras del Ministerio de Educación se vuel-
ven agentes de cambio para transformar las relaciones violentas de las familias en
relaciones armoniosas que permitan la integración plena de las mujeres, niños,
niñas, y hombres en sus familias.
Antes de continuar, quiero hacer una referencia expresa a la última muerte ocu-
rrida en España por causa de la violencia de género. Hasta el actual mes de julio, 33
mujeres han sido asesinadas por sus parejas o ex-parejas.
A pesar de que desde hace más de un año, disponemos de una ley específica para
dar respuesta a esta situación (Ley Orgánica de Medidas de Protección Integral con-
tra la Violencia de Género, del 28 de diciembre de 2004) las estadísticas siguen
reflejando que la muerte de mujeres, víctimas de la violencia de género, continúa
siendo uno de los problemas más graves de la sociedad española.
Cómo la educación debe ser una herramienta en la lucha contra la violencia con-
tra las mujeres y cómo lograr la igualdad de oportunidades en educación, han sido
los dos objetivos en torno a los que han girado todas las acciones conjuntas del
Instituto de la Mujer de España y el Ministerio de Educación que firmaron en 1990
el Acuerdo Marco de Colaboración en el que se contemplan acciones conjuntas en
los diferentes Planes de Igualdad en materia de educación.
Mujer y Educación en España 271
A lo largo de la década de los años 80, España estaba estrenando una incipiente
democracia: había que crear una sociedad moderna e igualitaria, se aprobaban
leyes, los sindicatos y partidos políticos creaban sus áreas de la mujer y se tenía
también que responder a las exigencias de la Unión Europea, que en ese momento
aprobó su primer Plan de Igualdad de Oportunidades.
Hay que implicar a toda la comunidad educativa y hay que crear espacios de
debate que conlleven cambios de actitudes. Es un proceso educativo en sí mismo
Mujer y Educación en España 273
que requiere tiempo, reflexión y seguimiento que a medio plazo permita medir o
vislumbrar la transformación del pensamiento y la realidad.
Los proyectos surgidos de la colaboración entre los dos organismos han tenido
estas características. Son proyectos sobre los que no teníamos experiencia anterior,
íbamos creando y sorprendiéndonos de los resultados a medida que íbamos avan-
zando.
Pero para lograr esta igualdad a la que nos referimos no bastan los cambios legis-
lativos. Paralelamente es necesario remover los obstáculos que impiden a las muje-
res participar en la cultura, el trabajo y la vida política y social. Una elemento clave
del trabajo realizado entre los dos organismos ha sido promover políticas transver-
sales propias de la administración pública pero conjugadas a la vez con pequeños
proyectos educativos, protagonizados por maestras, alumnas, madres… reflejo de
una comunidad escolar cercana y que ejercen realmente una acción educativa.
Otro estudio posterior que se ha realizado ha sido sobre las “Trayectorias per-
sonales y profesionales de mujeres con estudios tradicionalmente masculinos”.
Su objetivo era llegar a saber qué les ocurre a corto y medio plazo, en su vida
personal, social y profesional, a las mujeres que se cualifican en profesiones
consideradas tradicionalmente masculinas.
Mujer y Educación en España 275
Para el desarrollo de los ejes curriculares propuestos se tomó como base el Eje
de Equidad Educativa de la PNPDMG y PEO 2001-2006, contemplándose como
objetivos:
Esta Red solicitó a todas las instancias que la conformaban realizar sus propues-
tas de acciones para ser incorporadas en el Plan Estratégico 2003-2007. La
SEPREM realizó y presentó una propuesta de políticas para retroalimentar el Plan
Estratégico de Educación de la Niña 2003-2007. Esta contenía básicamente accio-
nes que promovieran el aumento de la inscripción, retención y promoción de las
niñas hasta el 6º grado primaria, especialmente de niñas que viven en extrema
pobreza en el país y en particular las niñas rurales, indígenas y desarraigadas.
Algunas de las recomendaciones fueron incorporadas en este Plan Estratégico.
acciones para la lucha contra la discriminación por género y por etnia en la educa-
ción de Guatemala.
Conclusiones
Guatemala, país situado al centro del continente americano, posee una extensión
territorial de 108,889 km2 y en ellos, desigualmente distribuidos, una población que
alcanza los 12 millones de habitantes. Más de la mitad de la población son descen-
dientes del pueblo maya y Xinka y el resto la integran los ladinos (así se denomina
288 Educación de mujeres y niñas en Iberoamérica
l Asegurar para el año 2013, el acceso universal de niños y niñas a una edu-
cación primaria de calidad.
Mujer y Educación en Guatemala 289
Asimismo, en el año 2005 se inició la implementación del currículo del nivel pri-
mario con docentes de primero y segundo grado. En el año 2006 se está implemen-
tando con tercero y cuarto primaria y para el año 2007 se concluirá con quinto y
sexto.
Para el año 2007 se tiene contemplada la implementación del nuevo currículo del
Nivel medio el cual incluye el eje de Equidad de Género, de Etnia y Social.
Los ejes se ven reflejados en la aplicación del desarrollo de los contenidos en las
áreas que promueve el Currículum Nacional Base.
2. En noviembre del año 2005 surge Pacto por la Vida y la Seguridad Integral de
las Mujeres como un proceso reflexivo de la Secretaria Presidencia de la Mujer.
Este pacto constituye un acuerdo y un compromiso político social amplio y repre-
sentativo, resultado de un proceso de consulta que conlleva el desarrollo de accio-
nes conjuntas entre Estado y Sociedad Civil basadas en las demandas y propuestas
priorizadas identificadas por la ciudadanía.
El pacto contempla nueve contenidos, entre los cuales esta el componente edu-
cativo como eje transversal. Y su objetivo es “Promover el cambio, actitudinal
comportamental y práctica de valores en la sociedad guatemalteca específica-
mente en la niñez y la adolescencia hacia la promoción de la igualdad y equi-
dad entre mujeres y hombres, garantizando el desarrollo humano y la seguri-
dad humana e integral de las mujeres guatemaltecas”.
Se creo el programa de Becas para la niña, la cual tiene como objetivo apoyar a
las niñas en edad escolar y que puedan terminar la primaria sin impedimento.
Debilidades:
Prioridades:
Ampliación de cobertura educativa para las niñas hasta 6to. Grado primaria a
nivel nacional en particular a las niñas y adolescentes de poblaciones indígenas,
rurales, comunidades desarraigadas, y de las áreas urbano-marginales, tomando en
cuenta las características de los diversos sectores y grupos sociales y grupos socio-
culturales de Guatemala.
Propuestas de futuro
El objetivo del presente informe es dar a conocer experiencias que han sido pro-
movidas por la Secretaría de Educación de Honduras para lograr la transversalidad
de género en el Currículo Nacional Básico.
La equidad requiere una distribución justa de los recursos y una atención espe-
cial a las personas menos favorecidas o excluidas, como es el caso de mujeres y
niñas.
1. Un acceso igual para todos a una educación Prebásica, Básica, media, supe-
rior de buena calidad.
1. Identidad
Se conforma mediante la aprobación crítica y práctica o mediante la creación de
valores socioculturales que se integran y consolidan como patrimonio del compor-
tamiento de las personas y de la sociedad; es factor de autonomía personal y colec-
tiva de un actuar cotidiano, estable y significativo, también significan un factor de
pertenencia a determinados grupos sociales.
2. Trabajo
Se define como trabajo la realización, liberación y dignificación cuyo ejercicio
forma al ser humano integrado, eliminando la separación artificial entre el trabajo
Mujer y Educación en Honduras 299
3. Democracia participativa
Se entiende como cultura, como expresión de la vida cotidiana, como espacio
para vivir y aprender juntos. Comprende acciones para ayudar a convivir dentro del
marco de respeto a los derechos humanos, en general; y de los niños y las niñas, en
particular.
Garantiza que los y las diferentes integrantes de nuestra sociedad gocen de los
mismos derechos y deberes con igualdad de oportunidades, sin discriminar ningu-
na (raza, etnia, sexo, religión, estatus social, económico, etc.) Promueve la equidad
de género y fundamentalmente amplia la participación de las mujeres en la toma de
decisiones en todos los procesos que contribuyen al desarrollo político, económico
y social del país.
Es importante observar las medidas que implementan los países ya que, como
afirman Correia y Katz1 (2002) las instituciones desempeñan un papel importante
en el impacto de género en la vida de las personas, pues sea que éstas pertenezcan
al Estado o al mercado, los fenómenos demográficos y a nivel del hogar no deter-
minan por sí solos la situación de las mujeres y los hombres en términos de capital
humano, participación en la fuerza laboral y seguridad en la tercera edad.
1. Correia, Maria y Katz Elizabeth. En: La economía de género en México: familia, trabajo, Estado
y mercado. Pág. Web Grupo del Banco Mundial.
http://wbln0018.worldbank.org/LAC/LAC.nsf/ECADocByUnid2ndLanguage/0E40993073CAC97E8
5256CD60079A52D?Opendocument
302 Educación de mujeres y niñas en Iberoamérica
1. DATOS GENERALES.
Con respecto al ámbito educativo, podemos decir que el país destina a éste el
5.9% de su PIB y que dicho ámbito opera dentro de una estructura más de tipo cen-
tralizada, donde el sistema está organizado de tal manera que la Federación se hace
cargo de los asuntos pedagógicos mientras los estados de los administrativos. No
obstante, durante los últimos años se han llevado a cabo reformas educativas que
permiten emprender políticas más descentralizadas, dando como resultado iniciati-
vas que responden a necesidades específicas y con mayor sentido de equidad, como
se verá más adelante. Otros aspectos importantes a tener en cuenta es el tiempo de
duración de la escolaridad obligatoria de México, que es de 12 años, y la edad en
que ésta se inicia, que es a los 3 años de edad. Esta información permitirá una mayor
comprensión de los datos estadísticos que se presentarán en uno de los apartados
posteriores.
De la misma forma, señala que en estas tareas se dará especial atención a las
necesidades de las mujeres, los jóvenes y otros grupos con presencia e importancia
crecientes, respetando y fomentando las iniciativas para el mejoramiento de los
individuos y sus familias.
Por otra parte, el PND indica que se elaborarán una serie de programas sectoria-
les, especiales, institucionales y regionales, que cubrirán de manera detallada en el
5. Ver: http://pnd.presidencia.gob.mx/index.php?idseccion=48
Mujer y Educación en México 305
plan de acción del Ejecutivo Federal los temas de prioridad nacional, entre ellos,
trabajo y empleo; procuración e impartición de justicia; y educación, así como pro-
gramas para sectores específicos de la población (mujeres, indígenas, personas con
discapacidad, entre otros).
6. Ver: http://www.sep.gob.mx/wb2/sep/sep_2734_programa_nacional_de
7. La mayor parte de las acciones son tomadas del “Cuarto Informe de labores SEP”, Septiembre de
2004 y de INMUJERES. “Informes de los Estados Miembros sobre la implementación del
Programa Interamericano sobre la Promoción de los Derechos Humanos de la Mujer y la Igualdad
y Equidad de Género” (PIA). SEGUNDA REUNION MINISTERIAL POLÍTICAS DE LAS
MUJERES. 21-23 abril 2004. Washington, D.C.
306 Educación de mujeres y niñas en Iberoamérica
grama, las estudiantes que dejaron la escuela por ser madres de un único hijo o estén
embarazadas por primera vez, que tengan entre 12 y 18 años y escasos recursos eco-
nómicos, acceden a una beca mensual de 650 pesos (65 dólares aprox.) para termi-
nar sus estudios de educación básica.
De manera general, las acciones que incorporan los distintos programas son las
siguientes:
v Distribución de libros de texto gratuitos
v Apoyo económico para favorecer que las niñas permanezcan en la escuela a
través de programas de becas
v Capacitación de padres y madres de familia
v Mejoramiento y provisión de infraestructura básica en comunidades rurales e
indígenas
v Diseño de metodologías pedagógicas con un enfoque de género
v Desarrollo de materiales didácticos con enfoque de género
9. El Instituto Nacional de las Mujeres INMUJERES fue creado el 12 de enero del 2001 por decreto
se publicó y tiene como mandato promover y fomentar las condiciones que posibiliten la no discri-
Mujer y Educación en México 311
minación, la igualdad de oportunidades y de trato entre los géneros, el ejercicio pleno de todos los
derechos de las mujeres y su participación equitativa en la vida política, cultural, económica y
social del país, bajo los criterios de transversalidad en las políticas públicas con perspectiva de
género, federalismo en el desarrollo de programas y actividades y fortalecimiento de vínculos con
los poderes Legislativo y Judicial tanto del ámbito federal como del estatal. Desarrolla estrategias
coordinadas con la Secretaría de Educación Pública (SEP), a través de la Oficina de Asesoría, la
Red de Acciones Educativas a Favor de la Equidad, el Centro Nacional de las Artes (CENART), el
Instituto Mexicano de la Juventud (IMJ), la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones
de Educación Superior (ANUIES), así como con instituciones internacionales como el Instituto
latinoamericano de Comunicación Educativa (ILCE), UNICEF y organizaciones de la sociedad
civil con el propósito de continuar trabajando a favor de la equidad de género en la educación.
312 Educación de mujeres y niñas en Iberoamérica
10. El INEA es un organismo público que ofrece a la población de 15 años o más, la oportunidad de
alfabetizarse o completar sus estudios de primaria o secundaria.
Mujer y Educación en México 313
11. El Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación, CONAPRED, es un órgano de Estado cre-
ado por la Ley Federal para Prevenir y Eliminar la Discriminación, aprobada el 29 de abril de
2003, y publicada en el Diario Oficial de la Federación (DOF) el 11 de Junio del mismo año. El
Consejo es la institución rectora para promover políticas y medidas tendientes a contribuir al des-
arrollo cultural y social y avanzar en la inclusión social y garantizar el derecho a la igualdad, que
es el primero de los derechos fundamentales en la Constitución Federal. Ver: http://www.cona-
pred.org.mx/index.php
12. Dirección General de Educación Técnica Agropecuaria.
314 Educación de mujeres y niñas en Iberoamérica
4.I. CONAFE13
El CONAFE es un Organismo Público Descentralizado que forma parte de la
administración pública federal de acuerdo con lo estipulado en el artículo 90
Constitucional, y se rige por lo establecido en la Ley Orgánica de la Administración
Pública Federal, en la Ley Federal de las Entidades Paraestatales, en el Reglamento
de la Ley Federal de las Entidades Paraestatales, en su Decreto de creación, y en su
Estatuto Orgánico. Los fundamentos jurídicos del quehacer sustantivo del CONA-
FE se encuentran enmarcados en el Artículo Tercero Constitucional, en la Ley
General de Educación, en el Reglamento para la Educación Comunitaria, y en los
diversos Planes y Programas de Desarrollo Educativo. Tiene como atribuciones
principales:
13.Ver:
http://sftp.conafe.edu.mx/mportal7/modules.php?name=Content&pa=showpage&pid=%20249%20&
%20icveProg=%207&config=OC
Mujer y Educación en México 315
Secundaria 10.000 ejemplares. Este material se utiliza, entre otras cosas, para
capacitar a instructores e instructoras comunitarios, así como a los capacitado-
res tutores, para impartir los cursos comunitarios de ecuación básica, en los
que se incluyen temas que abordan la equidad de género. Esta iniciativa la
opera el CONAFE de forma independiente y su trabajo debe cuidar la articu-
lación con el currículo nacional y la normatividad acerca de le educación bási-
ca, definida por la SEP.
– La convocatoria “Educación y Perspectiva de Género”, es llevada a cabo por
CONAFE y la Dirección General de Formación Continua de Maestros en
Servicio DGFCMS, pero dirigida a todos los docentes de educación básica del
país. Como resultado, se han publicado 10.000 ejemplares con los trabajos
ganadores y finalistas de ésta.
– El CONAFE aplica el programa de Financiamiento Educativo Rural FIDU-
CAR. Esta iniciativa la opera el CONAFE de forma independiente.
– La Dirección de Educación Comunitaria CONAFE actualmente está por ter-
minar un libro para niños y niñas de primaria y secundaria en colaboración con
el Consejo Nacional para Prevención de la Discriminación CONAPRED
donde se abordan, desde la no discriminación, aspectos de la perspectiva de
género.
4.II. INMUJERES14
El Instituto Nacional de las Mujeres es un organismo público autónomo descen-
tralizado de la Administración Pública Federal, con personalidad jurídica, patrimo-
nio propio y autonomía técnica y de gestión. El 12 de enero de 2001 se crea y se
establece formalmente el 8 de marzo de ese mismo año, en el marco de la celebra-
ción del Día Internacional de la Mujer.
El Instituto Nacional de las Mujeres trabaja para crear y desarrollar una cultura
de igualdad y equidad libre de violencia y discriminación, capaz de propiciar el des-
arrollo integral de todas las mujeres mexicanas y permitir a hombres y mujeres ejer-
cer plenamente todos sus derechos.
En agosto de 2001, el Instituto Nacional de las Mujeres llevó a cabo los Foros
Nacionales de Consulta para integrar el Programa Nacional de Igualdad de
Oportunidades y no Discriminación contra las Mujeres, PROEQUIDAD, instru-
mento rector del gobierno federal en materia de género, que sintetiza un largo pro-
ceso de toma de conciencia de la igualdad que existe entre hombres y mujeres y que
es producto del acuerdo entre gobierno, organizaciones de la sociedad civil e insti-
tuciones académicas.
15. Fuentes: Avances y resultados de las acciones en el marco de PROEQUIDAD 2005- 2006. INMU-
JERES. Secretaría de Educación Pública SEP. Informe anual de actividades 2004- 2005 Consejo
Nacional de Fomento Educativo, Secretaría de Educación Pública.
320 Educación de mujeres y niñas en Iberoamérica
A través del PRONAP y junto con otras instituciones del sector público como el
Instituto Nacional de las Mujeres, la SEP incorporó al Catálogo Nacional de
Programas de estudios para docentes cursos generales sobre equidad y género.
Éstos son:
– Construyendo la equidad de género en la escuela primaria.
– Construcción de identidades y género en la escuela secundaria.
– El enfoque de género en la educación preescolar.
Por otra parte, junto con el INMUJERES se han realizado jornadas de capacita-
ción a los equipos técnicos estatales sobre Equidad de género y educación, con la
participación de miembros de la Red de Acciones Educativas a Favor de la Equidad
y de los Institutos Estatales de la Mujer, así como maestras del nivel preescolar.
También se han realizado otras acciones dirigidas a los docentes a través de dife-
rentes medios, como la página Web del PRONAP desde donde se impartieron los
talleres en línea La equidad de géneros en la educación básica, y El aprovecha-
miento de los libros de texto para una educación de género equitativa.
Con respecto al primer ciclo, se abordaron los siguientes temas: 1. Una mirada
histórica a la educación de las mexicanas, 2 Hacerse hombre o mujer en la familia
y 3. Ser hombre o ser mujer en la escuela. Para el segundo, se trataron los temas:
1.Género y políticas educativas, 2. El tema de género en los diferentes niveles edu-
cativos, 3. Género y educación Comunitaria, y 4. Género y formación continua.
16. La Red Edusat es un sistema nacional de televisión educativa, basado en tecnología satelital digi-
talizada, el cual proporciona las bases para que se den diversos niveles de aprendizaje según el
tratamiento dado a la programación. Actualmente transmite 10 canales y está en posibilidad de
generar seis más. Su huella tiene alcance continental, desde los territorios de Canadá a la
Patagonia argentina, incluyendo el Caribe, con excepción de algunas zonas del oriente de Brasil.
http://edusat.ilce.edu.mx/uso_pedagogico_edusat.htm
322 Educación de mujeres y niñas en Iberoamérica
Por último, el PRONAP cuenta tanto con un grupo de trabajo, como con el pro-
yecto Perspectiva de género en la formación continua a través de los cuales se
desarrollan propuestas de capacitación dirigidas a los docentes de educación bási-
ca. Así mismo, revisa continuamente los cursos que ofrece para incorporar la pers-
pectiva de género de manera transversal y conformar equipos especializados en las
instancias educativas estatales. Para el último ciclo escolar se registró el curso
“Construcción de Identidades y Género en la Escuela Secundaria”.
Fuente: INEGI. XII Censo General de Población y Vivienda, 2000. Base de datos
El cuadro anterior muestra, que tanto para los dos periodos estudiados como
para todos los niveles educativos, hay un mayor porcentaje de mujeres con respec-
to a los hombres que concluyen sus estudios. Así mismo se observa un incremento
en la eficiencia terminal tanto de hombres como de mujeres, mostrando ellas una
mayor tasa de crecimiento.
Congruente con los datos de eficiencia terminal, se observa que en ambos perio-
dos las mujeres muestran menores índices de deserción que los hombres, en todos
los niveles educativos. También es notorio que los índices de deserción de hombres
y mujeres han disminuido entre dichos periodos.
Mujer y Educación en México 327
17. Algunos de los debilidades y retos son tomadas de: Programa nacional para la igualdad de opor-
tunidades y no discriminación contra las mujeres 2001 -2006, INMUJERES, 2001. Consejo
Nacional de Fomento Educativo ¿Hacia dónde vamos? Avances y retos. SEP. México. 2004. y del
Informe de Ejecución del Programa de Acción de la Conferencia Internacional sobre la Población
y el Desarrollo 1994-2003, elaborado por el Consejo Nacional de Población CONAPO y consul-
tado en: http://www.conapo.gob.mx/publicaciones/inicios/008.htm
328 Educación de mujeres y niñas en Iberoamérica
18. El Programa Escuelas de Calidad PEC es uno de los programas bandera del gobierno mexicano
2001-2006 y enfatiza la mirada en cada centro escolar otorgándole autonomía en el manejo de sus
recursos, involucrando fuertemente a los padres de familia y a la comunidad en general, como
acompañantes del proceso educativo y del logro de metas puntuales condensadas al interior de
cada escuela.
19. Conferencia Internacional sobre la Población y el Desarrollo.
Mujer y Educación en México 329
Vinculado con los dos anteriores, es necesario lograr una integración más armó-
nica del conjunto de instituciones y ofertas educativas, así como asegurar que cada
institución del sistema educativo funcione de manera eficaz. Lo anterior requiere,
entre otras cosas, la posibilidad de establecer criterios y sistemas de evaluación
compartidos, entre los diferentes esquemas de formación y las vertientes actuales de
acreditación, a efecto de crear un gran sistema de educación integrado y coherente
al que la gente pueda acceder de acuerdo con sus necesidades e intereses, en cual-
quier etapa de la vida. El énfasis en la formación de maestros se debe aumentar pues
son ellos los que multiplican y actúan directamente en cada aula, el reto no es sólo
en formarlos con perspectiva de género, sino en proveerles de herramientas adecua-
das y recalcarles el objetivo de su labor que es el aprendizaje de los alumnos, de
competencias y contenidos básicos.
individuos y las familias; garantizar el pleno y cabal ejercicio de los derechos de las
personas en todos los ámbitos sociales; y favorecer una mayor y más amplia parti-
cipación de las mujeres en todos los ámbitos de decisión, en condiciones de igual-
dad con los hombres. Estos esfuerzos son de particular relevancia para atender las
demandas y necesidades de grupos específicos de la población como son los indí-
genas, los adolescentes, los varones y las mujeres rurales, entre otros.
Por eso al leer cada uno de los puntos aquí descritos encontrará solamente la des-
cripción de los acontecimientos generados a nivel nacional regional e internacional,
sobre Educación y Género.
Los acuerdos y cumbres han proporcionado pautas que han servido significati-
vamente para mejorar en el currículo, la calidad de la educación y el enfoque de
género en el proceso de la enseñanza aprendizaje.
El sistema educativo, tanto en 1979 como en 1990, tenía que reestructurarse con
el fin de eliminar la marcada politización ideologizante.
1. La identidad personal,
2. La familia,
3. La escuela,
4. La comunidad,
5. El País,
Mujer y Educación en Nicaragua 335
• Salud e higiene
• Enfoque Integral de Género • Educación para el trabajo.
• Educación de la Sexualidad para • Educación para la Paz y la
el amor y la convivencia. Democracia
• Medio Ambiente. • Educación en D. Humanos.
Una al inicio del año lectivo escolar, en el mes de Enero, y la otra en el mes de
Julio que corresponde al corte del medio año escolar.
2004 2005
M F M F
Preescolar 100,186 99,236 108,025 105,647
Primaria 484,282 457,675 487,511 457,578
Secundaria 186,997 207,350 197,078 218,195
Equidad
a) Equidad en el acceso
En educación preescolar, existe una mayor cobertura en el área rural con un 39%
de la población en edad preescolar matriculado en dicho programa educativo, supe-
rior al 27% registrado en el área urbana. Ello puede explicarse debido a la mayor
presencia de los preescolares comunitarios en el sector rural. Asimismo, departa-
mentos con menor cobertura de preescolar son la Región Autónoma Atlántico Sur,
Río San Juan y Chontales.
Para los diferentes programas la deserción afecta más a los niños que a las
niñas, lo cual puede ser explicado en parte debido a una mayor presión familiar en
los niños respecto a la necesidad de incorporarse a edades tempranas al mercado
laboral, confirmando los hallazgos de la Encuesta de Trabajo Infantil y Adolescente
(ENTIA 2000) respecto a que el trabajo infantil impide que los niños asistan a cla-
ses y afecta mayoritariamente a los niños que trabajan más horas (25 horas) que las
niñas (16 horas).
las probabilidades de terminar la primaria en seis años para los niños procedentes
de hogares no pobres, pobres y pobres extremos corresponden a 84%, 56% y 22%,
respectivamente.
Esta unidad fue creada mediante Decreto Nº 233 del 10 de septiembre de 1995,
como instancia adscrita al Despacho Superior del Ministerio de Educación.
Ministro (a)
Viceministro (a)
Comisión Coordinadora de
Secretaría General
Educación
Etapas
Ley 3 del 17 mayo 1994. El Código de la Familia, establece sanciones a los centros
educativos que discriminen a las menores embarazadas e insta al Ministerio de
Educación a establecer un sistema que garantice la culminación de los estudios de
estas estudiantes.
Ley 9 del 20 junio 1994. Por el cual se establece y regula la carrera administrativa
y se plantea la prohibición y sanción del acoso sexual.
Ley 27 del 16 junio 1995. Por el cual se tipifican los delitos de violencia intrafami-
liar y maltrato a menores y se reforman artículos del Código Penal Judicial y se
adoptan otras medidas.
Ley 44 del 12 agosto 1995. Se dictan normas que regularizan y modernizan las rela-
ciones laborales, especialmente se sanciona con el despido el hostigamiento y acoso
sexual en los centros de trabajo y sanciones al empleador.
Ley 4 del 29 enero 1999. Por el cual se instituye la igualdad de oportunidades para
las mujeres
344 Educación de mujeres y niñas en Iberoamérica
Ley 6 del 4 de mayo de 2000. Que establece el uso obligatorio del lenguaje, conte-
nidos e ilustraciones con perspectiva de género en las obras y textos educativos.
Ley 38 del 10 julio 2001. Sobre Violencia doméstica y maltrato al niño, niña y ado-
lescente.
Ley 16 del 31 marzo 2004. Que establece disposiciones para la prevención de deli-
tos contra la integridad y la libertad sexual y modifica y adiciona artículos al Código
Penal y Judicial.
Proyectos
Publicaciones e investigaciones:
Secretaría de la Mujer:
Organismo público dependiente de la Presidencia de la República, creado el 18
de setiembre de 1992
n Visión: Ser la instancia rectora, normativa y estratégica de las políticas de
Género, liderando los procesos de transverzación de éstas en las políticas
públicas y en la sociedad.
n Misión: Romper el desequilibrio histórico y cultural de la situación de la mujer
en la sociedad, que se manifiesta en la discriminación de las mujeres con varios
ámbitos y en su exclusión de los beneficios del desarrollo.
n Entre Género y género (Dora Ines Perrota y María de Jesús Legal Caballero)
n Curriculo y Género (María de Jesús Legal Caballero).
n Practica Sexistas en el Aula (UNICEF-PARAGUAY)
n Coeducación y Sexismo (PRIOME-SMPR-AECI)
n Formulación de políticas publicas con enfoque de Genero (SMPR)
350 Educación de mujeres y niñas en Iberoamérica
1992 2002
País 6.4 7.0
Hombres 6.6 7.1
Mujeres 6.3 7.0
Urbana 8.1 8.2
Rural 4.5 5.3
Fuente: Dirección General de Estadística, Encuestas y Censos. Principales resultados Censo 2002 -
Vivienda y Población
Nota: Población de 15 y más años.
Paraguay
Nivel educativo de la población según sexo y área, Años : 1992 - 2002
10 a 12 292.484 149.402 143.082 250.331 42.153 502.918 264.520 238.397 419.806 83.112
13 y más 161.723 79.270 82.453 150.598 11.125 316.648 143.758 172.890 278.682 37.966
No declarado 8.544 4.071 4.473 6.463 2.081 40.389 21.014 19.376 32.222 8.168
Total 2.427.485 1.208.196 1.219.289 1.314.499 1.112.986 3.271.129 1.648.405 1.622.724 1.953.258 1.317.871
Ninguno 7,0% 5,5% 8,6% 4,0% 10,6% 5,0% 4,1% 5,9% 3,5% 7,1%
1a3 21,2% 21,0% 21,4% 13,4% 30,5% 15,1% 14,7% 15,5% 10,1% 22,5%
4a6 39,9% 40,0% 40,0% 34,3% 46,8% 35,5% 35,6% 35,3% 28,3% 46,1%
7a9 12,8% 14,2% 11,4% 17,6% 7,3% 18,2% 19,6% 16,8% 20,7% 14,5%
10 a 12 12,0% 12,4% 11,8% 19,1% 3,8% 15,4% 16,0% 14,7% 21,5% 6,3%
13 y más 6,7% 6,6% 6,8% 11,5% 1,0% 9,7% 8,7% 10,7% 14,3% 2,9%
No declarado 0,4% 0,3% 0,4% 0,5% 0,2% 1,2% 1,3% 1,2% 1,6% 0,6%
Total 100,0% 100,0% 100,0% 100,0% 100,0% 100,0% 100,0% 100,0% 100,0% 100,0%
Fuente: Dirección General de Estadística, Encuestas y Censos. Principales resultados Censo 2002 - Vivienda y Población
351
Objetivo Nacional 5:
Disminuir las disparidades entre la EEB y la Educación Media, ofreciendo cali-
dad, equidad de género y eficiencia en la prestación del servicio educativo, priori-
zando el acceso de niños/as con limitaciones y capacidades excepcionales residen-
tes en zonas rurales y en situación de pobreza.
Estrategia 5.1:
Implementar políticas que reduzcan las discriminaciones de género.
1. Introducción de la perspectiva de género en el currículo de la formación
docente y los programas de Institutos Técnicos Superiores.
2. Revisión y ajuste de currículos, programas y materiales educativos de otros
niveles y modalidades del Sistema Educativo Nacional incorporando la pers-
pectiva de género.
3. Diseño e implementación de programas alternativos de información, educa-
ción y comunicación (IEC) destinados a integrantes de las Coordinaciones
Departamentales de Supervisión, docentes y otros miembros de la comunidad
educativa en coordinación con otros actores organizados de la sociedad civil
para la aplicación de la perspectiva de Género con énfasis en: Salud Sexual y
Reproductiva; Reducción de la violencia doméstica y contra la mujer;
Flexibilización de roles con prioridad en el ámbito doméstico; Conocimiento
y ejercicio de deberes y derechos de hombres y mujeres.
4. Revisión y actualización del Programa de Igualdad de Oportunidades y
Resultados para las Mujeres en la Educación (PRIOME).
5. Incorporación de indicadores cualitativos sobre la aplicación de la perspecti-
va de género en la práctica educativa a las pruebas nacionales del SNEPE.
6. Desarrollo de procesos de evaluación de la práctica docente con la participa-
ción de los alumnos a fin de determinar la efectividad de las capacitaciones
desarrolladas para contribuir a la reducción de las prácticas sexistas en el aula.
7. Fortalecimiento de las alianzas estratégicas con otros organismos e instancias
comprometidas en la promoción de la perspectiva de género en la educación.
8. Creación y afianzamiento de la Red de Género al interior del Ministerio de
Educación y Cultura con la participación de representantes de todos los nive-
les y modalidades del sistema educativo.
9. Desarrollo de acciones de sensibilización y concienciación para promover el
respeto a la identidad sexual en el ámbito educativo de forma a mejorar las
Mujer y Educación en Paraguay 353
Sociedad Civil
Conforme al informe Codehupy de Derechos Humanaos 2003, respecto al dere-
cho a la educación en ámbito formal, los resultados del censo nacional de población
y vivienda 2002, señalan que el analfabetismo ha disminuido en los últimos 30
años.
Del 15% de analfabetismo masculino en 1972, se ha descendido a 6,1%, en tanto
que el analfabetismo femenino ha disminuido del 24,5% la 8,1%.
Los datos no presentan diferencias marcadas entre hombres y mujeres en cuanto
al acceso y permanencia en el sistema educativo. El censo tampoco registra diferen-
cias importantes entre mujeres y hombre en cuanto al nivel educativo. Lo que
podría estar indicando que ambos sexos tiene similares condiciones de acceso a la
educación formal.
La importancia de la educación sexual en la niñez radica en que rompe con tabú-
es y mitos que junto con creencias religiosas, forman un importante semillero de
discriminación contra las niñas. Por ello es auspiciosa la decisión de los colegios
que a pesar de la oposición que hubo de parte de madres y padres implementan la
educación sexual desde los primeros años de la educación básica, cumpliendo así
con los objetivos de la reforma educativa.
Prioridades y Propuestas
1.1 1991-1992 Creación del departamento de educación para la promo- Orden departamental
ción de la mujer. EDUC-MUJER. 1’95 del 12 de dic. 1991
1.1 Definición de las 10 áreas curriculares y las áreas y los ejes transver- Orden departamental
sales. 1´96 Transformación
Educación en género estaba expresado en el eje transversal Democracia curricular
y participación
Concreción de las acciones de educación en género en el ámbito escolar, desde el desarrollo curricu-
lar, y el currículo vigente. Incidencia en las prácticas docentes. En la capacitación de docentes. Acceso
a las aulas de forma directa. Capacidad para evaluar y vetar libros de textos que contengan sesgos de
género.
* El cambio de nombre, le imprime a la dependencia un mayor nivel de proyección a lo interno del
sistema educativo, pues ya no es visto como solo de acción para y /o a favor de la mujer, sino desde
una perspectiva de género, lo que favorece una educación integral, y la oportunidad para desconstruir
el machismo en el mismo ámbito escolar y construir o intentar construir una nueva forma de mascu-
linidad.
3.1 Producción de un cuaderno por cada área con la revisión del área
curricular desde una perspectiva de género. Total 8 cuadernos
3.1 Definición del plan de educación en género. Consultoría de
Definición: Nuevo Plan de Desarrollo de la Educación. Gloria Bonder
3.1. Revisión libros de textos Resolución 2002
3.2 Reducir y/ o identificar los sesgos de género: Machismo, sexismo, los estereotipos, mitos y pre-
juicios de las áreas curriculares desde una perspectiva de género, así como atender las áreas muy mas-
culinizadas como educación física y matemática, y las feminizadas como artística y literatura.
3.3 Intercambiar opiniones y reflexiones con autores/ autoras (consultores de la revisión de las
áreas)de la Sociedad civil, y del movimiento feminista, no educadores en el sentido y retos de la edu-
cación en género. ONG´s. Organismos de cooperación.
El decreto No. 974-01 del poder ejecutivo, se crea las Oficinas de Equidad de
Género y Desarrollo, las cuales han sido creadas con la finalidad de que cada
Secretaria de Estado incorpore la perspectiva de género en su política de estado,
programas y proyectos. Estas OEGD, son articuladas a través de su organismo rec-
tor, la Secretaria de la Mujer.
Las organizaciones No gubernamentales y organismos internacionales han creado
iniciativas importantes de cooperación a través de investigaciones, acuerdos y diag-
nósticos. Entre las Instituciones tenemos:
6. Materiales educativos.
Tanto los materiales educativos que produce este departamento, como el programa
radial, se difunden a nivel nacional en todo el sistema educativo y a nivel general.
Entre estos materiales tenemos módulos, guías, cuadernos, brochours, afiches, sti-
quer.
Mujer y Educación en República Dominicana 359
18 BAORUCO 7,981 3,546 4,435 1,277 1,482 1,352 1,609 536 791 381 553
Mujer y Educación en República Dominicana 361
Grupos
de edad Ambas zonas Zona urbana Zona rural
Total Hombres Mujeres Total Hombres Mujeres Total Hombres Mujeres
Total país 21.84 22.34 21.35 18.47 18.69 18.26 27.75 28.31 27.15
Entre las iniciativas, buenas prácticas y experiencias exitosas que hemos desarro-
llado, se pueden citar:
Los avances en el acceso de la mujer a todos los niveles y modalidades del sis-
tema educativo venezolano han sido importantes y en la actualidad prácticamente
no existen diferencias entre géneros en cuanto a atención educativa se refiere,
impulsado por los principios de equidad e igualdad de género que desde el ascenso
366 Educación de mujeres y niñas en Iberoamérica
al poder del actual gobierno (1998) se ha implantado en las políticas educativas del
país.
Asegurar una educación para todos permitirá el cumplimiento pleno de los dere-
chos humanos, paso imprescindible para generar procesos de desarrollo, la consoli-
dación de los sistemas democráticos y el establecimiento de leyes transparentes y
efectivas que generen la confianza de los individuos y se respeten las instituciones.
Educación Inicial
Educación de Adultos
Educación Indígena
Misiones Educativas
Misión Robinson
La Misión Robinson II
Misión Ribas
Esta Misión beneficiará a todos los ciudadanos sin importar su edad, que quie-
ran terminar sus estudios secundarios luego de haber cursado la primaria. La misión
proporciona a la población venezolana acceso y participación a un sistema educati-
vo sin exclusión y de calidad, que facilite su incorporación al aparato productivo
nacional y al sistema de educación superior, mejorando su calidad de vida a corto y
mediano plazo y el objetivo es graduar de bachiller a todo aquel ciudadano o ciuda-
dana que no haya culminado el ciclo de educación secundaria que exige el
Ministerio de Educación, Cultura y Deportes para otorgar el Título de Bachiller, con
la finalidad de democratizar la educación dentro de un marco de integración nacio-
nal, garantizando el acceso a un sistema educativo de calidad para todos los vene-
zolanos.
Women Whatch
(Información y Recursos en Equidad de Género y Empoderamiento de la Mujer)
http://www.un.org/spanish/womenwatch
WEBS DE ASOCIACIONES
Sobre Género y Desarrollo de MZC, Mujeres en Zona de Conflicto
http://guiagenero.mzc.org.es
Red Ciudadanas de Europa:
http://www.redciudadanas.org/
382 Educación de mujeres y niñas en Iberoamérica
NACIONES UNIDAS
International Research and Training Institute for the Advancement of Women
(INSTRAW)
www.un-instraw.org/es/
Documentación y recursos
Guía de recursos en internet sobre género y desarrollo
http://guiagenero.mzc.org.es/
Educación en valores
http://www.educacionenvalores.org/mot.php3?id_mot=108
Mujeres latinoamericanas en cifras
http://www.eurosur.org/FLACSO/mujeres/