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El Nombre

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EL NOMBRE

El nombre, institución jurídica que será estudiada en el presente trabajo monográfico, es


uno de los temas más complejos en lo que respecta al Derecho, debido a que su contenido
abarca una gran importancia, tanto dentro del ámbito social como en el jurídico.

CONCEPTOS GENERALES.

Dar un concepto de nombre aparentemente es una tarea fácil y sencilla, más por
considerarlo así muchos son los autores que han incurrido en graves errores en su intento
por conceptuar a esta institución jurídica.

Como prueba de tan notable imprudencia, observamos en primer momento el concepto que
otorga Juan Espinoza Espinoza en su comentario sobre el código civil; donde define al
nombre como "la designación con la cual se individualiza el sujeto de derecho".

Pero si tomáramos el concepto de este autor el nombre debería recaer incluso sobre el
concebido, por ser éste sujeto de derecho, lo que es hasta el momento absolutamente
inadmisible. Nos preguntamos entonces qué es lo que entiende el citado autor, por sujeto
de derecho.

En cuanto a nuestra opinión y conocimiento, el concepto de sujeto de derecho abarca tanto


al concebido como lo que a personas se refiere. Por lo tanto, queda claro que no se debe
confundir los conceptos de sujeto de derecho y el de personas.

Por su parte, Pedro Flores Polo, conceptualiza al nombre como "sinónimo absoluto de
apelativo", con lo cual reduce al nombre a un simple calificativo. En nuestra opinión, este
autor tiene una visión muy reducida de lo que es el nombre, es decir, ignora que éste tiene
una estructura compleja, es un todo, y no una mera expresión calificativa.

Observando otros conceptos, encontramos la del profesor y abogado "Rodolfo Arévalo


Acurcio", quien conceptualiza al nombre de manera insuficiente e imprecisa al afirmar que
"es el modo para identificar a la persona". Al decir esto, el nombre corre el riesgo de ser
confundido con otros modos de identificación tales como el seudónimo o el sobrenombre.
Es cierto que, estos son en manera alguna y de manera general, modos para identificar a
la persona, pero que al momento de conceptuar a cada uno de ellos(al nombre, para este
caso), resulta imprescindible fijar las características propias de cada una de ellas, para no
incurrir en anfibología.
Ahora, teniendo en cuenta lo anterior, plantearemos nuestro concepto de nombre tomando
como base aceptables definiciones como las que otorgan: Adolfo Pliner4, Carlos Fernández
Sessarego5, Aníbal Torres Vásquez6 y Raúl Chaname Orbe7.

De acuerdo con lo anterior, concluimos que el nombre "es la expresión que se emplea para
designar a las personas con el objeto de identificarlas e individualizarlas dentro de
la sociedad". Este es un concepto que a nuestro parecer se ajusta a la realidad y naturaleza
de esta institución jurídica. Sin embargo, y sin restarle merito al concepto planteado,
aclaramos que tampoco éste se encuentra libre de posibles críticas que se puedan formular
al momento de analizarlo.

ELEMENTOS DEL NOMBRE.

El nombre, desde el punto de vista de su estructura, es un todo, un cuerpo compuesto o


unidad. Así lo han entendido los estudiosos del derecho, que el nombre esta constituido por
dos elementos que son; el prenombre o nombre de pila y los apellidos. Por eso cuando
hablamos del nombre, éste debe comprenderse en toda su estructura, por lo que no
podemos utilizarlo para designar solo a uno de sus elementos.

Para un mejor entendimiento, seguidamente explicaremos en que consisten dichos


elementos.

A) El Prenombre.

Es el elemento propio e individual dentro del nombre, ya que esta libre de toda vinculación
preestablecida. "sirve para distinguir a la persona humana dentro de la familia, es decir,
entre los que llevan el mismo apellido".

Naturalmente, los que tienen la facultad de elegir el prenombre del recién nacido, son los
padres; en ausencia de estos, les corresponde a los tutores, guardadores y en ultima
instancia al funcionario del registro civil que realice la inscripción.

En la actualidad, en nuestra legislación, no existe dispositivo alguno que establezca límites,


tanto al número de prenombres como a sus características (forma de designar). Este asunto
será abordo y expuesto mas detenidamente, en paginas posteriores.

B. El Apellido.

Según Perreau"es el calificativo común a todos los miembros de una familia. Sirve pues,
para identificar no tanto al individuo mismo, sino al grupo al cual pertenece".
De acuerdo con la doctrina, es el elemento más importante dentro del nombre.

Podemos decir que el prenombre cumple su función esencial dentro del grupo familiar,
puesto que identifica y distingue a cada uno de sus miembros. El apellido, por su parte,
tiene como función principal distinguir al grupo familiar dentro de la sociedad. Y por eso, el
nombre es de la persona para con la sociedad.

CARACTERÍSTICAS DEL NOMBRE.

Los juristas han convenido en considerar como características del nombre, a las siguientes:

A) Obligatorio.

Tiene esta característica, puesto que nadie puede prescindir de un nombre, éste surge
como una necesidad de la persona; es decir, que para su pleno desenvolvimiento
social, desarrollo personal y demás fines, esta obligado a tener un nombre.

En suma el nombre guarda un carácter obligatorio, ora por la necesidad de la persona ora
por la necesidad del derecho de seguir de cerca sus relaciones y situaciones dentro de la
sociedad.

B) Inmutabilidad.

Esta característica, busca asegurar la regla general que consiste en "la invariabilidad del
nombre durante toda la vida de un sujeto". Pero en la realidad esto encuentra algunas
excepciones, es decir, el nombre es susceptible de modificación alguna en aquellos casos
que la ley lo autoriza.

C) Indisponibilidad.

Esto significa que la persona no puede disponer de su nombre, como si fuese un bien, ya
que el nombre por ser un atributo de la personalidad carece de valor pecuniario, por lo tanto
no se puede negociar, transmitir o donar el nombre (con excepción del nombre comercial).

De no presentar el nombre esta característica, se estaría alejando de su finalidad y


funciones principales, que es la de identificar e individualizar a la persona.

D) Imprescriptibilidad.

Esta característica se refiere que el nombre no se adquiere ni se pierde por prescripción.


Por eso Álvaro Vásquez Ríos, señala: "hay pues, un interés social en que los nombres no
se pierdan por el transcurso del tiempo, a fin de que la función individualizadota no sufra
perturbaciones o no se frustre totalmente".

Queremos indicar, que además de la trascendencia que tiene el nombre a través del tiempo;
también trasciende y perdura en el espacio. Un claro ejemplo de esto, es que, si un
determinado sujeto, identificado como "A" en un determinado espacio geográfico (ciudad,
país, continente) y periodo de tiempo, decide emigrar y residir en otro espacio geográfico,
durante otro determinado periodo de tiempo; tendrá que portar su mismo nombre y no otro.

E) Unidad e Indivisibilidad.

La característica de unidad quiere decir que cada persona solo puede tener un nombre.
Esta característica, esta íntimamente conectada con el carácter de indivisibilidad, que
consiste que ese único nombre debe ser utilizado como tal "erga omnes"; es decir, con
cualquiera, en cualquier espacio o lugar.

Por otro lado el carácter de indivisibilidad, debe entenderse, no en el sentido de


descomposición del nombre en sus elementos, sino, en que este debe ser utilizado de
manera indistinta.

Según otras opiniones, consideran dentro de las características a otras, tales como: Es
Innato; puesto que se adquiere junto con el nacimiento.

Es Vitalicio; ya que dura tanto como la vida de la persona a quien identifica.

Es Irrenunciable; porque el titular no puede renunciar a la denominación que legalmente le


corresponde; excepto en los casos que mencionamos anteriormente.

FUNCIONES DE NOMBRE.

Las funciones del nombre inevitablemente se dan en la sociedad. Es inadmisible pensar


que ellas tienen sentido respecto a la persona misma, aunque sus efectos recaigan sobre
ella.

Las funciones que realiza el nombre son las siguientes:

A) Individualizadora.

B) Identificadora..

La doctrina reconoce una tercera función, que si bien es de menor importancia que las dos
ya mencionadas, los efectos que produce son muy notorios. Nos estamos refiriendo a la de
"identificación del sexo". El elemento principal dentro de esta función, es el prenombre; es
éste, el que de antemano (sin conocer a la persona misma), va a generar una noción sobre
el sexo de tal o cual persona; por lo que ayudará en gran medida para evitar errores de
identificación (con excepción de aquellos nombres que susciten equívocos con respecto al
sexo de las personas).

Finalmente, decimos que la naturaleza social del hombre, hace necesario que este posea
un nombre, el cual implicara sus funciones en busca del orden y la seguridad jurídica.

EL NOMBRE EN NUESTRA LEGISLACION.

Qué mejor manera de empezar el estudio y exposición de nuestro tema que a través de las
palabras del ilustre maestro San Marquino Carlos Fernández Sessarego, que señala que
“el titulo tercero de la sección primera contiene las disposiciones que regulan dos de las
facultades que tiene la persona para ser identificada e individualizada. Se trata de los
derechos al nombre y al seudónimo”

El nombre como institución jurídica, encuentra sus antecedentes en el código civil

derogado; aunque es de aclarar que en éste no se encontraba regulado de manera


sistemática y mucho menos gozaba de una autonomía que deriva de su extensión e
importancia. Prueba de ello, es que en el código civil anterior las disposiciones referentes
al nombre de los hijos matrimoniales, extramatrimoniales, adoptados o con progenitores
desconocidos, etc.; se encontraban dispersas y con algunas variantes, en los artículos 171º,
254º, 334 y 361º.

Por otro lado, el seudónimo, constituye una institución novedosa en nuestra legislación,
encontrando sus antecedentes en el artículo 13º del código civil de Bolivia, el artículo 9º del
código civil Italiano de 1942 y también en el artículo 74º del código civil Portugués de 1967.

EL NOMBRE: DERECHO Y DEBER, EXPRESIÓN GENÉRICA.

Articulo 19º.“Toda persona tiene el derecho y el deber de llevar un nombre. Este incluye los
apellidos”. No encontrando antecedente, el presente articulo, en el código civil de 1936, se
sostiene que es una novedad, y por ende, un claro ejemplo de la importancia otorgada a la
materia por parte de los codificadores de 1852.

Primeramente, aquí se establece que el nombre constituye un derecho y un deber de toda


persona. La doctrina para dilucidar este asunto parte de la concepción moderna de situación
jurídica subjetiva, que a nuestro parecer consiste en un estatus de la persona frente al
derecho, de la cual se deriva para ella sólo derechos subjetivos.

Partiendo de esta premisa, podemos decir que una persona titular de un derecho subjetivo
(para este caso, el nombre), obtendrá de manera implícita un deber, que se deriva del
ejercicio de su facultad. Sin embargo, no debemos pensar que ese deber actúa como un
límite frente a un derecho subjetivo, puesto que ellos nunca aparecen de manera
simultánea, es decir, actúan bajo diferentes circunstancias. Por ejemplo, si una persona
tiene el derecho de tener un nombre (en determinadas circunstancias), tendrá también el
deber de utilizarlo (bajo otras circunstancias); es decir no puede ejercer su derecho, y no
ejercerlo según su conveniencias.

Fernández Sessarego, Carlos. “Derecho de las Personas”, Lima-Perú 2004, 9ª edición,


Editorial Jurídica Grijley, Pg. 10023

Precisamente con respecto a este asunto, Carlos Fernández Sessarego señala que: “El
nombre comprende el prenombre y los apellidos. Se estimó que así se podría distinguir con
sentido didáctico el todo que es el nombre, de sus componentes, o sea, el prenombre y los
apellidos

APELLIDO DEL HIJO MATRIMONIAL.

Articulo 20º. “Al hijo matrimonial le corresponde el primer apellido del padre y el primero de
la madre”. Para facilitar la comprensión del presente artículo y del comentario a él destinado,
primeramente explicamos que: son hijos matrimoniales “aquellos nacidos dentro del
matrimonio, aunque hubieran sido concebidos antes de éste y también los hijos nacidos
después de la disolución del matrimonio pero que hubieran sido concebidos durante su
vigencia”

Planteamos que éste se presenta de diferentes maneras. Así, primeramente encontramos


el apellido simple, que es el que esta formado por un solo elemento (el del padre o el de la
madre); también tenemos el apellido compuesto, que esta integrado por dos o más
elementos inseparables; por ejemplo, Pérez de Cuellar, Calvo de Araujo.

Por último, encontramos el doble apellido, que es producto de laagregación del apellido
materno al paterno de cada sujeto.Teniendo en cuenta lo anterior, podemos afirmar que el
presente artículo propugna el doble apellido, es decir, que el hijo matrimonial solo debe
llevar dos apellidos, primero el padre y el primero de la madre.
El proceso de inscripción del nombre de los hijos matrimoniales actualmente se encuentra
regulado por el articulo 35º del Reglamento de Inscripciones del Registro Nacional de
Identificación de Estado Civil, que señala: “la inscripción del nacimiento hecha por uno o
ambos padres, con la presentación del certificado del matrimonio de estos, prueba la
filiación del inscrito. Queda a salvo el derecho de impugnación establecida en el código
civil”.

APELLIDO DEL HIJO EXTRAMATRIMONIAL.

Articulo 21: “Al hijo extramatrimonial le corresponden los apellidos del progenitor que lo
haya reconocido. Si es reconocido por ambos lleva el primer apellido de los dos. Rige la
misma regla en el caso de filiación por declaración judicial”.

Siendo el derecho al nombre un atributo esencial de la personalidad es lógico que éste no


distinga, o no sea ajeno, aquellos hijos nacidos fueras del matrimonio.

Apellido Del Adoptado.

ARTICULO 22º. “El adoptado lleva los apellidos del adoptante o adoptantes”

Los antecedentes de este artículo se encuentran en el artículo 334º del código de 1936. Se
puede sostener desde cierto punto de vista que la legislación anterior regulaba o
propugnaba la adopción, no de manera absoluta, ya que quedaba incluido legalmente el
apellido del padre (excepto en los casos de hijo ilegitimo reconocido dolo por la madre).

Como evidencia a esto decimos que el articulo 334º del código civil anterior rezaba: “el
adoptado adquiere el apellido de su adoptante”.

Se conocen muchas formas a través de cómo se puede dar la adopción.

NOMBRE DEL RECIÉN NACIDO DE PROGENITORES DESCONOCIDOS.

“El recién nacido cuyos progenitores son desconocidos debe ser inscrito con el nombre
adecuado que le asigne el registrador de estado civil”.

Este artículo, en relación al código de 1936, constituye una novedad, un aporte. Según
Fernández Sessarego, fue incorporado plenamente por la necesidad jurídica, fundada en
el interés social, de otorgar, un nombre a cada persona.

establecimiento benéfico.

Siguiendo el tercer principio de la “declaración de los derechos del niño, decimos que
DERECHO DE LA MUJER DE LLEVAR EL APELLIDO DEL MARIDO.

Articulo 24: “La mujer tiene derecho a llevar el apellido del marido agregado al suyo

y a conservarlo mientras no contraiga nuevo matrimonio. Cesa tal derecho en caso de


divorcio o nulidad de matrimonio. Tratándose de separación de cuerpos, la mujer conserva
su derecho a llevar el apellido del marido. En caso de controversia resuelve el juez”.

En primera instancia, entiéndase como matrimonio al “acto solemne por el que un hombre
y una mujer se unen para hacer vida en común, constituyendo una familia”.

Según esta norma, como consecuencia del matrimonio, surge e derecho de la mujer de
usar, o no, el apellido del marido, tal decisión queda a criterio y voluntad de la mujer.

Sin embargo, esto no siempre fue así, ya que el artículo 171 del código civil derogado
establecía que: la mujer casada lleva el apellido del marido agregado al suyo, y lo conserva
mientras no contraiga nuevo matrimonio, y también cuando enviuda”. De acuerdo con esto,
se puede sostener que la mujer quedaba obligada a llevar el apellido del marido. Por lo
tanto, afirmamos que, lo que antes constituía un deber, hoy constituye un derecho.

CAPITULO IV

Diferencias Entre El Nombre Y El Seudónimo.

La doctrina ha establecido importantes diferencias como son:

A) En cuanto a su obligatoriedad. El nombre posee un caracter obligatorio en cuanto existe


el deber de llevar un nombre. En cambio esta obligación no se extiende al seudónimo, pues
como ya se dijo anteriormente, este es una designación voluntaria que adopta el sujeto.

B) En cuanto a su amplitud de uso. Se puede decir que el seudónimo solo se usa en


determinadas esferas o ámbito de una actividad especifica.- En tanto que el nombre por su
carácter inmutable es utilizado en todos los actos de la vida.

C) En cuanto a su adquisición. El nombre se adquiere por nacimiento o por adquirir


determinado estado civil, además es irrenunciable; en cambio, el seudónimo es acogido
voluntariamente por el sujeto, se cambia y se puede dejar de usar libremente.

D) En cuanto a su inalienabilidad. El nombre, tiene un carácter inalienable e imprescriptible,


lo cual no alcanza al seudónimo que si se puede ceder a un tercero.
Otras diferencias consisten por ejemplo, en que la protección jurídica que la ley concede al
nombre nace por el simple hecho de tenerlo, en cambio para que el seudónimo goce de
protección jurídica es necesario un uso y una función igual al nombre, el nombre cumple
una función identificadora frente al Estado y el seudónimo no.

CONCLUCIONES

El nombre tiene una estructura compleja, es un todo, por lo que, al hablar de él debe
entenderse en toda su magnitud o estructura.

El nombre posee una doble naturaleza jurídica. Esto es así, porque la persona nopuede
prescindir de él. Pero también resulta que, el derecho, al recoger dicha institución, lo plasma
imperativamente.

-Las principales funciones del nombre es la de identificar e individualizar a la persona. El


derecho al nombre, no debe confundirse con el derecho a la identidad, ya que éste, contiene
el derecho al primero.

El nombre nace como una necesidad del lenguaje, debido a que el hombre siente la
necesidad de asignar una denominación a los seres capaces de impresionar sus sentidos.

En los tiempos remotos, la elección de los nombres, por los padres del recién nacido, no
aparece restringida en las escrituras por ninguna limitación, lo cual increíblemente coincide
con nuestra legislación.

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