Germinacion de Las Plantas

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Germinación

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Este aviso fue puesto el 23 de abril de 2017.

Semillas de girasol, solamente tres días después de la germinación.

La germinación (del latín germinatio, -ōnis1) es el proceso mediante el cual un embrión se


desarrolla hasta convertirse en una planta. Es un proceso que se lleva a cabo cuando
el embrión se hincha y la cubierta de la semilla se rompe. Para lograr esto, toda nueva planta
requiere de elementos básicos para su desarrollo: temperatura, agua, dióxido de
carbono y sales minerales. El ejemplo más común de germinación es el brote de un semillero
a partir de una semilla de una planta floral o angiosperma. Sin embargo, el crecimiento de
una hifa a partir de unas esporasmicóticas se considera también germinación. En un sentido
más general, la germinación puede implicar todo lo que se expande en un ser más grande a
partir de una existencia pequeña o germen. La germinación es un mecanismo de la
reproducción sexual de las plantas.

Índice

 1Características
 2Tipos
 3Requisitos
 4Etapas de la germinación
 5Véase también
 6Referencias
 7Enlaces externos

Características[editar]
La semilla se desarrolla desde un anterozoide situado en el interior del tubo polínico de
una flor. Éste llega al ovario ingresando por la micropila al óvulo, donde se produce
la fecundación. Posteriormente, el óvulo se transforma en semilla y el ovario en pericarpio
o fruto. En el desarrollo de la semilla se pueden distinguir tres estados después que se ha
efectuado la polinización:
Se llama germinación al proceso por el que se reanuda el crecimiento embrionario después de
la fase de descanso. Este fenómeno no se desencadena hasta que la semilla no ha sido
transportada hasta un medio favorable por alguno de los agentes de dispersión. Las
condiciones determinantes del medio son: Aporte suficiente de agua, oxígeno,
y temperatura apropiada. Cada especie prefiere para germinar una temperatura determinada;
en general, las condiciones extremas de frío o calor no favorecen la germinación. Algunas
semillas necesitan pasar por un período de dormancia y, después de éste, también un tiempo
determinado de exposición a la luz para iniciar la germinación.
Durante la germinación, el agua se difunde a través de las envolturas de la semilla y llega
hasta el embrión, que durante la fase de descanso se ha secado casi por completo. El agua
hace que la semilla se hinche, a veces hasta el extremo de rasgar la envoltura externa.
Diversas enzimas descomponen los nutrientes almacenados en el endospermo o en
los cotiledones en sustancias más sencillas que son transportadas por el interior del embrión
hacia los centros de crecimiento. El oxígeno absorbido permite a la semilla extraer
la energía contenida en estos azúcares de reserva, y así poder iniciar el crecimiento.
La radícula es el primer elemento embrionario en brotar a través de la envoltura de la semilla.
Forma pelos radicales que absorben agua y sujetan el embrión al suelo. A continuación
empieza a alargarse el hipocótilo, que empuja la plúmula, y en muchos casos el cotiledón o los
cotiledones, hacia la superficie del suelo.
Los cotiledones que salen a la luz forman clorofila y llevan a cabo la fotosíntesis hasta que se
desarrollan las hojas verdaderas a partir de la plúmula. En algunas especies, sobre todo
de gramíneas, los cotiledones no alcanzan nunca la superficie del suelo, y la fotosíntesis no
comienza hasta que no se desarrollan las hojas verdaderas; mientras tanto, la planta subsiste
a costa de las reservas nutritivas almacenadas en la semilla. Desde que comienza la
germinación hasta que la planta logra la completa independencia de
los nutrientes almacenados en la semilla, la planta recibe el nombre de plántula.

Tipos[editar]
 Germinación hipógea: En las plántulas hipógeas, los cotiledones permanecen
enterrados; únicamente la plúmula atraviesa el suelo. El hipocótilo es muy corto,
prácticamente nulo. A continuación, el epicótilo se alarga, apareciendo las primeras hojas
verdaderas, que son, en este caso, los primeros órganos fotosintetizadores de la plántula.
Este tipo de germinación lo presentan las semillas de los cereales, guisantes, habas,
robles, etc.
 Germinación epígea: En las plántulas denominadas epígeas, los cotiledones emergen
del suelo debido de un considerable crecimiento del hipocótilo (porción comprendida entre
la radícula y el punto de inserción de los cotiledones). Posteriormente, en los cotiledones
se diferencian cloroplastos, transformándolos en órganos fotosintéticos. Finalmente,
comienza el desarrollo del epicótilo (porción del eje comprendida entre el punto de
inserción de los cotiledones y las primeras hojas). Presentan este tipo de germinación las
semillas de cebolla, ricino, judía, lechuga, mostaza blanca, etc.

Requisitos[editar]
Para que la germinación pueda producirse son necesarios algunos factores externos, como
un sustrato húmedo, suficiente disponibilidad de oxígeno que permita la respiración aerobia, y
una temperatura adecuada para los distintos procesos metabólicos. Además, la latencia de
germinación puede requerir determinados estímulos ambientales como la luz o bajas
temperaturas, o que se produzca un debilitamiento de las cubiertas seminales. También
contribuye el clima del lugar en el que se encuentra el cultivo. Es importante, conocer y
controlar las plagas que puedan atacar a la futura planta. Si se va a producir germinados para
consumo humano, han de tenerse en cuenta factores muy importantes: higiene de las
semillas, agua, medio ambiental en el cual van a desarrollarse.

Etapas de la germinación[editar]
1. Desarrollo del embrion.
2. Acumulación de reservas alimenticias: éstas se fabrican en las partes verdes de la
planta y son transportadas a la semilla en desarrollo. En las semillas denominadas
endospérmicas, las reservas alimenticias se depositan fuera del embrión, formando
el endospermo de la semilla. En las semillas llamadas no endospérmicas, el material
alimenticio es absorbido por el embrión y almacenado en contenedores especiales
llamadas cotiledones.
3. Maduración: durante esta fase, se seca la semilla y se separa la conexión con la
planta madre, cortando el suministro de agua y formando un punto de debilidad
estructural del que se puede separar fácilmente la semilla madura.
La mayoría de las semillas entran en un periodo de latencia (o inactividad metabólica)
después de su completa maduración. En este periodo, la semilla pierde la mayor parte de la
humedad que tenía. Y es precisamente esta sequedad (deshidratación) el factor principal que
garantiza la viabilidad de la semilla y su capacidad para poner fin a la inactividad, crecer y
convertirse en una nueva planta. Este periodo de latencia varía de especie a especie; algunas
semillas mueren rápidamente si se secan demasiado, pero existen semillas de mucha
antigüedad, que han germinado después de muchos cientos de años.
Para lograr la germinación, la semilla necesita primordialmente agua y, dependiendo de la
variedad de planta de que se trate, puede requerir mayor atención en cuanto a temperatura y
condiciones de luz más específicas. Cada año, este ciclo de reproducción se repite de manera
invariable. Sólo se alterará si cambian las condiciones del entorno. Así, si una planta de zona
húmeda es cambiada de entorno y clima, haciéndolo más seco, esta planta se adaptará al
cambio o morirá por no tener la capacidad de adaptarse a las nuevas condiciones climáticas.
Teniendo las condiciones mínimas, la planta formará las semillas o las esporas. El viento o
los animales se encargarán de llevarlos a tierras fértiles, reiniciando así el ciclo de la vida, con
la formación de una nueva planta.
La emergencia de la raíz, que inicia el crecimiento de la plántula, está desencadenada por la
presión de turgencia. El crecimiento inicial requiere la utilización de las sustancias de reserva
que previamente se habían almacenado en el endospermo o en los cotiledones. Para ello,
tiene que haber un proceso de hidrólisis previa y movilización que genere moléculas de
pequeño tamaño que puedan ser utilizadas por la plántula en desarrollo.
La hidrólisis de proteínas está catalizada por diversos tipos de endopeptidasas y
exopeptidasas, que liberan pequeños péptidos y aminoácidos. La movilización
de lípidos implica a tres tipos de orgánulos: los cuerpos lipídicos, los glioxisomas y
las mitocondrias; las enzimas clave en la metabolización de los lípidos, que pueden ser
transformados en hexosas, son la isocitrato liasa y la malato sintetasa, cuyos niveles
aumentan notablemente durante la germinación.
El almidón,es el principal carbohidrato de reserva; puede hidrolizarse mediante la acción de α–
amilasas y β–amilasas, o por la almidón fosforilasa,
liberándose monosacáridos, disacáridos y oligosacáridos. La movilización de las reservas
de fosfato se produce por acción de la fitasa. El embrión puede ejercer un control de las
distintas actividades enzimáticas mediante la síntesis y liberación de fitohormonas.
El ejemplo más típico de control hormonal es el de la hidrólisis de almidón por activación de
las α–amilasas mediada por giberelinas en semillas de cereales. Mientras que las giberelinas,
y parece ser que también el etileno, tienen un claro efecto estimulador de la germinación,
el ácido abscísico, por el contrario, inhibe los procesos relacionados con la germinación.

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