Hojas de Café Nº1 - Cuando Bogotá Era Un Café
Hojas de Café Nº1 - Cuando Bogotá Era Un Café
Hojas de Café Nº1 - Cuando Bogotá Era Un Café
Bogotá en un Café
Hojas de café Publicación gratuita del Instituto Distrital de Patrimonio Cultural www.patrimoniocultural.gov.co
Programa de revitalización de cafés
del centro tradicional de Bogotá h Entidad adscrita a la Secretaría de Cultura, Recreación y Deporte
de la Alcaldía Mayor de Bogotá. g Calle 12 b no 2-58
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Editorial
bogotá en un café
Por MAría Eugenia Martínez Delgado. Directora Instituto Distrital de Patrimonio Cultural
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Patrimonio Cultural
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Bogotá, Colombia. septiembre - octubre de 2013 página 3
Cafés históricos y
tradicionales de
Bogotá*
* En el mapa se ilustran los lugares en donde se localizaron algunos de los cafés que surgieron en
la ciudad durante la primera mitad del siglo XX especialmente en la carrera 7, la avenida Jiménez
y la calle 16. De los que aquí se presentan permanecen el café San Moritz y el café Pasaje.
Bogotá, Colombia. septiembre - octubre de 2013 página 5
1. La Botella de Oro
(Cra. 7a. No. 10-38) 6. Victoria
(Cra. 7a. No. 13-19) 11. El Gato Negro
(Cra. 7a. No. 14-27) 16. San Moritz
(Calle 16 No. 7-91)
2. Café Europa
(Cra. 7a No. 11-28) 7. Centro Social
(Cra. 7a. No. 13-78) 12. Colombia
(Cra. 7a No. 14-38) 17. Ritz
(Cra. 7a. No. 16-97)
3. Café París
(Cra. 7a. No. 11-88) 8. De la Bolsa
(Cra. 8a. No. 13-97) 13. Asturias
(Calle 14 No. 6-92) 18. Martignon
(Cra. 7a. No. 17-54)
4. Felixerre
(Cra. 8a No. 11-74/76) 9. La Cigarra
(Calle 14 No. 7-19) 14. Pasaje
(Cra. 6a. No. 14-25) 19. El Cisne
(Cra. 7a. con calle 26)
5. Windsor
(Calle 13 No. 7-24/14) 10. El Molino
(Cra. 7a. No. 14-46) 15. El Automático
(Av. Jiménez No. 5-28) 20. Florián
(Cra. 8a. con calle 14)
página 6 Bogotá, Colombia. septiembre - octubre de 2013
Café Embajador. Cra 7 con Calle 17, 1950. Colección MdB - IDPC.
del resto de los mortales. Llegó Castro en el libro Omar Rayo – hasta entonces su audiencia
para quedarse en el café de los (1990). cautiva- con una exposición de
poetas, como Pedro en su casa” A comienzos de los años cin- los veinte personajes más cono-
(Gabriel García Márquez : Yo no cuenta era muy fácil codearse cidos del lugar, cuyos rostros pa- El Gato Café. Carrera 7a con calle 14. Colección MdB-IDPC
vengo a decir un discurso. Bogotá, con las más célebres figuras de recían estar formados con trozos
Mondadori, 2010, pgs. 69-70). las letras colombianas. Bastaba de madera. Tal era el realismo pintura colombiana. (Creo que sen sucumbido con ese antiguo
Subrayaremos en este tramo dos con asomarse al mediodía al café y la textura que se percibía en aquellos cuadros no lograron y último refugio de la bohemia
nombres: Eduardo Carranza y “El Automático” de la Avenida aquellos cuadros, los cuales ha- venderse. Debieron quedar para bogotana).”
Gabriel García Márquez. Jiménez de Quesada. Allí coin- bía que mirar muy de cerca para cancelar viejas deudas de aguar- Del café Windsor, de la ca-
Otro provinciano, en este cidían casi diariamente León de descubrir que no se trataba de diente, pues los recuerdo per- lle 13 No. 7- 14, propiedad de
caso pintor, dibujante y graba- Greiff, Juan Lozano y Lozano, madera, sino de un dibujo. Había manentemente colgados en las los hermanos Luis Eduardo y
dor, Omar Rayo, nacido en Rol- Jorge Zalamea, Eduardo Carran- nacido el ‘maderismo’, la prime- paredes del ‘Automático’, como Agustín Nieto Caballero, al café
danillo, Valle, en 1928, también za, Jorge Rojas, Aurelio Arturo, ra tendencia con nombre propio parte de su decoración. Y nada “El Automático” de la Avenida
arribó a Bogotá, para conquistar Eduardo Caballero Calderón, Jai- que se recuerda en la moderna de raro tiene que también hubie- Jiménez de Quesada No. 5 – 28,
la gloria con sus dibujos bajo el me Tello, Guillermo Payán, Ar- han pasado varias décadas, des-
brazo. Así lo cuenta José Font turo Camacho Ramírez y Darío filado diversas figuras, y discu-
Samper, entre los más habituales. tido asuntos que abarcan desde
Y al lado de esa pléyade de poe- James Joyce y T.S. Eliot promo-
tas y escritores los caricaturistas vidos y traducidos por Jaime
de moda – Merino, Chapete, Tello hasta temas de marxismo y
Rincón- y de vez en cuando uno revolución planteados por Luis
que otro pintor, pues no había Vidales. Fue así el café bogotano
muchos. La sesión se reanudaba el club de los que no tenían club
hacia las seis de la tarde, después o la universidad de los que le
de que el maestro de Greiff, que aburrían las clases y prefirieron
era quien la presidía, timbraba la el billar y la poesía, como siem-
tarjeta de salida en la Contraloría pre lo ha reivindicado Álvaro
General de la República, donde Mutis. Las verdaderas cátedras
trabajaba de contable: de billar y poesía eran las que se
“Un día Rayo sorprendió impartían en los cafés.
a los habitués del ‘Automático’
Cuadernícolas y
extranjeros
Café Centro Social, sobre la Carrera 7a. 1952. En este mismo sector quedaba el Café Gato Negro,
lugar donde mataron a Gaitán. Fotografía de Sady González. Colección Archivo de Bogotá.
Café la Cigarra. 1940. Colección MdB-IDPC. Interior de un café. Foto: Sady González. Colección Archivo de Bogotá.
hojas de banano, hoteles y bur- León de Greiff, comprendemos bién los cafés podían impartir 1908- Bogotá, 1983), asiduo lugar donde asesinarían a Jorge
deles de tierra caliente, entierros que esos húsares también sur- clases de historia. siempre de los cafés del centro, Eliécer Gaitán y donde Colom-
en medio de cierta feracidad gieron en los cafés, cuando los A esto debemos añadir los donde corregía las galeras de la bia jamás volvería a ser la mis-
voraz, hangares y aeródromos dos rememoraban las hazañas viajeros extranjeros, temporales revista ECO cuando era su direc- ma, desde ese 9 de abril de 1948.
abandonados y la presencia in- napoleónicas y trataban de su- o permanentes, que se sentaban tor y quien nos dejó varias pági- No sorprende entonces que en
sólita de húsares napoleónicos perarse en el número de batallas en dichos cafés. A Casimiro Ei- nas muy agudas sobre las obras 2013, algunos de los cafés so-
en medio de tal escenario. Lue- recordadas del general corso ger, el polaco, y Gilberto Owen, de Álvaro Mutis quien le dedica- brevivientes conserven detrás
go, por reminiscencias de Mu- que admiraban con fervor. Tam- el mexicano, debemos añadir el ría su primera novela La nieve del de sus barras, grecas y cajas re-
tis y los poemas que le dedica a guatemalteco, también asilado almirante (1986) , Gabriel García gistradoras, fotos y afiches de la
como Mutis luego en México Márquez y José Antonio Osorio figura de Jorge Eliécer Gaitán, el
-Mutis arribaría a México en Lizarazo. También asentó esta puño en alto, convocando en sus
octubre de 1956 y no volvería síntesis reveladora sobre el pa- ya históricos discursos políticos
nunca a vivir en Colombia- Luis pel de los cafés bogotanos: a sus aún fieles seguidores
Cardoza y Aragón, a quien Mu- “Aquellos (los escritores co-
tis dedicará en 1947 su poema lombianos) desperdiciaban [du-
“Tres imágenes”. Y el alemán rante ‘tardes de café’] material
Ernesto Volkening (Amberes, suficiente para que un escritor
europeo viviera un año.”
Sólo que el café, cono el caso
del Gato Negro, sería también el