Constitución Política de Los Estados Unidos Mexicanos

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Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos

Constitución de Apatzingán, 1814

El congreso de 1813, partiendo de los Sentimientos de la Nación, de Don José Ma. Morelos,
proclamó la primera Constitución mexicana, o Decreto Constitucional para la libertad de la América
Mexicana, conocida también como Constitución de Apatzingán, ya que se promulgó en ese lugar el
22 de octubre de 1814.

Esa Constitución, la cual era un documento con importantes principios políticos que reflejaban la
necesidad de lograr una organización propia y autónoma, estaba conformada por 22 capítulos,
integrados por 242 artículos, en los que se exponía, entre otros puntos, que "América es libre e
independiente de España y de cualquier otra nación, gobierno o monarquía", y que la soberanía
dimana esencialmente del pueblo.

La Constitución de Apatzingán, que además de tener como antecedentes las Constituciones de


Massachusset de 1780, de Estados Unidos de América de 1787 y de Pensilvania, también tomó
inspiración de los textos de Ignacio López Rayón para establecer los derechos del hombre, la
soberanía popular en su artículo 5º (entendida como la facultad de dictar leyes y de establecer la
forma de gobierno que más convenga a los intereses de la sociedad, estableciendo con lo anterior
que “la Ley es la expresión de la voluntad general en orden a la felicidad común y debe ser igual
para todos”); y la división de poderes (contenida ya en su antecesora Constitución de Cádiz, gracias
a las ideas de Locke y Montesquieu), conformada por el Supremo Congreso Mexicano, el Supremo
Gobierno y el Supremo Tribunal de Justicia.

De esta manera, la Constitución de Apatzingán establecía los derechos humanos de igualdad,


seguridad, propiedad y libertad, la religión católica como la única reconocida en el país, así como
la ya mencionada división de poderes. Además, para fines del sufragio instituía juntas electorales
de parroquia, de partido y de provincia.

Cabe destacar que, a pesar de ser una Constitución tan progresista y acabada para su tiempo, no
llegó a regir un solo día. Como ya quedó establecido, la Constitución del 14 fue producto del
movimiento insurgente, y su realización vino a terminar con lo comenzado en la independencia:
afianzar la prosperidad del país.

Constitución Federal de los Estados Unidos Mexicanos 1824

El texto Constitucional consta de 171 artículos distribuidos en VIII títulos. En él se adopta, gracias
al Acta Constitutiva de la Federación Mexicana, el gobierno republicano federal (en analogía a lo
establecido en la Constitución de Estados Unidos de América), dividiéndose la república en 19
estados, soberanos e independientes en cuanto a su régimen interior, y 4 territorios dependientes
del gobierno del centro.

El poder supremo de la federación, que se consideraba emanado del pueblo, se dividía en ejecutivo,
legislativo y judicial. El ejecutivo estaba a cargo de un presidente y un vicepresidente, que duraba
en su ejercicio 4 años; el legislativo se depositaba en dos cámaras, de diputados y senadores,
renovables cada dos años, y el judicial se confiaba a una Suprema Corte de Justicia, a los tribunales
del circuito y a los jueces de distrito.
En la constitución se señalaba a la religión católica como oficial, conservándose igualmente los
privilegios del clero y del ejército, que tanto mal acarrearían más tarde a la nación mexicana. Se
estableció la libertad de imprenta, y se creó un Consejo de Gobierno, formado por la mitad de los
senadores, uno por cada estado, presididos por el vicepresidente. Este Consejo estaba encargado,
entre otras cosas, de velar sobre la observancia de la Constitución, del Acta Constitutiva y leyes
generales.

Asimismo, se encargaba de hacer las observaciones que considerase convenientes al presidente


de la República para el mejor cumplimiento de la Constitución y de las leyes de la Unión; otorgar su
consentimiento para el uso de la milicia; nombrar dos individuos para que junto con el presidente
de la Suprema Corte ejercieran provisionalmente el poder ejecutivo en el caso de producirse un
impedimento temporal del presidente y vicepresidente cuando el Congreso no se encontrara
reunido; y recibir el juramento por parte del presidente y vicepresidente sobre el debido
cumplimiento de sus deberes al inicio de su encargo.

La Constitución Federal de los Estados Unidos Mexicanos del 24, representaba el antagonismo del
centralismo virreinal; garantizaba la división de poderes dentro del gobierno nacional así como
también dentro de la organización política social. De esta manera, la Constitución del 24 aseguraba
la forma republicana representativa y popular de gobierno para cada estado de la federación.

Uno de los principales problemas de la Constitución de 1824 fue el sistema de elección del
presidente y vicepresidente, los cuales eran electos por votación de las legislaturas, y de los cuales
ganaba la presidencia quien reuniera la mayoría absoluta de los sufragios; y aquél que le siguiera
en votos, obtendría la vicepresidencia. El hecho de que la vicepresidencia fuera para el vencido de
la votación en la que resultó electo el presidente, trajo como consecuencia que las divisiones
ideológicas y políticas surgieran inmediatamente, sucediéndose pronunciamientos y desórdenes
que desencadenaron luchas fratricidas.

Bases y Leyes Constitucionales de la República Mexicana (1835)

Los conservadores libremente se dedicaron a hacer propaganda a favor del centralismo, con la
complacencia de Santa Anna. En varios estados hubo pronunciamientos a favor de tal sistema, y
en la misma ciudad de México el populacho recorrió las calles aclamando este sistema de gobierno
hasta que por fin el 23 de octubre de 1835 el Congreso se declaró constituyente y adoptó las bases
de una Constitución centralista mejor conocida como las 7 Leyes.

Entre los disturbios domésticos y la guerra de Texas, el Congreso prosiguió su misión constituyente.
La nueva ley fundamental se dividió en siete estatutos, razón por la cual a la Constitución centralista
de que se trata se le conoce también como la Constitución de las Siete leyes.

Según ella todos los gobernantes estarían sujetos al gobierno central; se suprimían las legislaturas
de los estados para convertirlos en departamentos gobernados por juntas departamentales de 5
individuos que aconsejaban al gobernante; las rentas públicas de los departamentos quedaban a
disposición del gobierno central; además se prorrogaba el periodo presidencial a 8 años y se creaba
el cuarto poder: el Supremo Poder Conservador, encargado, entre otras cosas, de vigilar el
cumplimiento de la Constitución.
Las Siete Leyes entran en vigor en 1837 y, entre otras cosas, establecían la intolerancia religiosa a
favor de la iglesia católica. Se mantuvo el bicamerismo; el poder ejecutivo se cambió a 8 años; y el
Consejo de gobierno quedó establecido por dos eclesiásticos, dos militares y nueve miembros de
las clases sociales. Se precisó la exclusividad del Congreso para resolver dudas sobre los artículos
Constitucionales; y se impuso el voto censatario como requisito para ocupar los cargos de elección
ciudadana. Esto es, el presidente y el vicepresidente eran electos por los Congresos estatales,
correspondiendo al de la Unión verificar el resultado de las elecciones.

En cuanto a la organización del Supremo Poder Conservador, ésta se encontraba detallada en 23


artículos contenidos en la segunda parte de las Bases Constitucionales expedidas por el Congreso
Constituyente del 15 de diciembre de 1835. El Supremo Poder Conservador, conformado por 5
individuos (que podían ser reelectos), los cuales se renovaban cada dos 7
años y que gozaban de facultades para declarar la nulidad de las leyes y decretos y los actos del
poder Ejecutivo y de la Suprema Corte de Justicia, fue el “primer tribunal creado ex profeso para
juzgar exclusivamente los actos de autoridad emanados de los tres poderes generales y cuyas
sentencias implicarían la nulidad general del acto impugnado”.

Las resoluciones del Supremo Poder Conservador requerían indispensablemente la absoluta


conformidad de tres de sus miembros por lo menos. Toda declaración y disposición tomada por el
mismo y dada con arreglo a las disposiciones fijadas en la Segunda Ley Constitucional, y “citando
la respectiva, debe ser obedecida al momento y sin réplica por todas las personas a quien se dirija
y corresponda la ejecución. La formal desobediencia se tendría por crimen de alta traición. Como
es evidente, muchos juristas sostenían que el Supremo Poder Conservador era un Tribunal de
superhombres, impecables, desapasionados y de sabiduría absoluta, los cuales podían deponer
presidentes, suspender Congresos, anular leyes, y destruir sentencias.
“Para rematar el absurdo, se decretó que el Supremo Poder sólo era responsable ante Dios y la
opinión pública (artículo 17) y sus individuos en ningún caso podrían ser juzgados ni reconvenidos
por sus opiniones”.

Bases Orgánicas de la República Mexicana, 1843.

En abril de 1842 el Congreso formuló un proyecto para una nueva Constitución, en el cual el
diputado Mariano Otero propuso un gobierno republicano, representativo, popular y federal, así
como un sistema de representación de las minorías, lo que ocasionó gran descontento de la fracción
conservadora que derivó en diversos enfrentamientos, por lo que el Congreso fue disuelto. Sólo
hasta junio de 1843 se sancionó una nueva Carta Magna, llamada Bases Orgánicas de la República
Mexicana.

Estas Bases, que solo estuvieron en vigor tres años, reiteraron la independencia del país, la
organización política en República Centralista, y suprimieron al Supremo Poder Conservador que
encabezaba el propio Santa Anna. Se instauró la pena de muerte y se restringió la libertad de
imprenta, ratificando que el país protegía y profesaba la religión católica.

La elección de los representantes era indirecta, esto es, se dividió a la población en secciones de
500 habitantes, mismos que elegirán un elector primario; éste nombraba los electores secundarios,
los cuales formaban el Colegio Electoral que a su vez elegía a los diputados al Congreso. El
ejecutivo tenía un demostrado derecho de veto de leyes.
Acta Constitutiva y de Reformas de 1847

Era la Constitución de 1824, pero reformada. Se había intentado copiar el modelo de Constitución
de Yucatán; y estas reformas mantenían la República federal; la división tripartita; el sistema
legislativo bicameral; prevalecía la Suprema Corte; y el legislativo de ahora en adelante no
conocería de vicepresidente.

Esta Constitución duró hasta 1849, cuando Santa Anna se auto proclamó dictador perpetuo. Cabe
destacar que en esta Constitución, junto con la de Yucatán, se establecieron los principios de los
derechos de amparo, lo cual es considerado como una de las aportaciones jurídicas más
importantes de México al mundo en esta materia.

Constitución Federal de los Estados Unidos Mexicanos (de 5 de febrero de 1857)

Esta Constitución doctrinariamente avanzada, no correspondía aun al desarrollo de México, porque,


en el afán de imitar los principios individualistas del código francés, no se tomó en cuenta
suficientemente la realidad de la vida del pueblo mexicano. Además, aunque contenía una
tendencia liberal, todavía no se establecía una completa separación entre el gobierno y el estado.

En lo que respecta al gobierno agrario de México, se cometieron errores de grandes consecuencias,


pues por una parte se pretendía convertir al campesino mexicano en propietario individual, cosa
que estaba en pugna con las costumbres comunales de nuestro pueblo; y por otra, al establecerse
la desamortización de bienes de comunidades en general (no solamente de las religiosas, sino
también de las civiles), los bienes de las comunidades rurales (ejidos, montes, aguas) fueron
repartidos y esto provocó el despojo de las tierras de muchos pueblos, pues los campesinos,
ignorantes, vendieron los títulos que les entregaban a los hacendados, incrementándose el
desarrollo del latifundismo.

El estatuto en que se basó la Constitución del 57 está dividido en nueve secciones y 125 artículos;
inspirado en la Constitución de 1824 y en las Bases Orgánicas de 1843, ratificaba la independencia
nacional, indicaba las obligaciones de los habitantes de la República, señalaba quiénes tenían el
carácter de mexicanos, de ciudadanos y contenía una sección dedicada a las garantías individuales
de libertad, seguridad, propiedad e igualdad. Aunque no hacía señalamiento alguno en cuanto a la
forma de gobierno, hasta que se estableció la Constitución, en sus títulos segundo y tercero.

La Constitución de 1857 estaba formada por ocho títulos y 128 artículos, más uno transitorio. Entre
otras cosas señalaba, en su artículo primero, los derechos del hombre, los mexicanos, los
extranjeros y los ciudadanos mexicanos. En 29 artículos destaca el reconocimiento de los derechos
del hombre como la base y el objeto de las instituciones sociales.

Esta Constitución, de tipo federalista, ya señala las libertades de petición, de expresión y de


imprenta; la soberanía nacional, en el artículo 39, done estipula que ésta reside esencial y
originariamente en el pueblo, ejercida mediante los Poderes de la Unión, así como el que todo poder
público dimana del pueblo y se instituye para su beneficio, el cual cuenta con el inalienable derecho
de alterar o modificar la forma de su gobierno. Las leyes de reforma concretaron la separación
iglesia-estado. Esta separación religiosa que llevó a cabo Juárez fue posible, entre otras cosas, por
la educación. Antes de esto la impartía el clero, ahora el estado. De esta manera se creó un
adoctrinamiento desde las escuelas para educar a las generaciones venideras con estas nuevas
ideas, para así el estado conservar el poder. Además, se crearon ritualidades en materia civil para
reemplazar las utilizadas por la iglesia, y así evitar que la gente sintiera una “desvalorización” de
sus actos sociales.

Constitución Federal de los Estados Unidos Mexicanos de 1917

En 1910 se inicia el movimiento armado de la Revolución Mexicana, a causa de las condiciones


sociales, económicas y políticas generadas por la permanencia de Porfirio Díaz en el poder por más
de 30 años. Este movimiento es justamente el contexto en el que se promulga la Constitución (de
1917) que rige en México hasta la fecha.

Venustiano Carranza, en su carácter de primer jefe del Ejército Constitucionalista, encargado del
Poder Ejecutivo, convocó en diciembre de 1916 al Congreso para presentar un proyecto de
reformas a la Constitución de 1857. El documento sufrió numerosas modificaciones y adiciones
para ajustarse a la nueva realidad social del país. Así, se promulgó el 5 de febrero de 1917 la Carta
Magna vigente, en el Teatro de la República de la ciudad de Querétaro, que conjuntó los ideales
revolucionarios del pueblo mexicano, y que por su contenido social, ha sido definida como “la
primera Constitución de corte social del siglo XX en el mundo”.

La nueva Constitución incluía una gran parte de los ordenamientos de la de 1857, especialmente
lo referente a los Derechos Humanos, a la letra como "Garantías Individuales". La forma de gobierno
siguió siendo republicana, representativa, demócrata y federal; se refrendó la división de poderes
en Ejecutivo, Judicial y Legislativo, si bien este último dejó de ser unicameral para dividirse en
cámaras de Diputados y Senadores.

Se ratificó el sistema de elecciones directas y se decretó la no reelección, suprimiendo la


vicepresidencia y dando mayor autonomía al Poder Judicial y más soberanía a los estados. En este
marco se creó el municipio libre, y se estableció un ordenamiento agrario en el país relativo a la
propiedad de la tierra.

La Constitución vigente determina la libertad de culto, la enseñanza laica y gratuita y la jornada de


trabajo máxima de 8 horas, y reconoce como libertades de expresión y asociación de los
trabajadores. Esta Constitución ha experimentado múltiples modificaciones a fin de responder a los
cambios políticos y sociales de nuestro país; entre ellas son particularmente importantes las
referidas a la organización electoral, ya que permiten un mejor ejercicio del sistema democrático
que la propia ley fundamental consagra.

En ese ámbito son significativas las reformas de 1953, en que se otorgó derecho de voto a las
mujeres, y de 1969, en que se concedió la ciudadanía a todos los mexicanos mayores de 18 años,
así como las sucesivas reformas electorales de 1977, 1986, 1989, 1990, 1993, 1994, y 1996
destinadas a garantizar elecciones plenamente legales, limpias, imparciales y respetuosas de la
voluntad popular. En la actualidad, por mandato constitucional, el voto es universal, libre, directo y
secreto para los cargos de elección popular, y los partidos son entidades de interés público. Las
elecciones federales son organizadas por una institución autónoma, el Instituto federal Electoral,
cuyos principios rectores son: la certeza, la legalidad, la independencia, la imparcialidad y la
objetividad.

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