Vidas Beligerantes PDF
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Jerónimo Pinedo
Docente de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación de la Universidad Nacional de La Plata.
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Vidas imbricadas
habría añadido entonces que ni la vida de los manifestantes ni la historia de los levantamientos
puede ser entendida sin comprender a ambas. ‘Comprender a ambas’ es tarea de la imaginación
sociológica. Este libro examina la intersección de esos episodios de protesta popular con [sus]
historias de vida [...] prestando particular atención a los modos en que las biografías de Nana y
Laura modelan sus acciones y sus discursos durante los levantamientos y los diversos efectos que
ambos episodios tuvieron en sus vidas” (p. 19). Centrarse en la experiencia vivida del
“Satiagueñazo” ocurrido el 16 de diciembre de 1993 y de la pueblada cutralquense
de los últimos días de junio de 1996, guiado de la mano por las historias de vida de
dos mujeres, activas participantes de aquellas jornadas de beligerancia, proporcio-
na, según el autor, un conocimiento fundamental: si bien esos levantamientos tie-
nen como telón de fondo el ajuste estructural, tienen que ver también con asuntos
de política local, como la corrupción e insatisfacción de los pobladores con los
representantes, probando que las protestas están vinculadas tanto con la economía
como con la política. Pero además, enfocar el punto de vista del actor y la auto-
comprensión de los manifestantes permite el acceso a uno de los sentidos más
profundos de las acciones colectivas de alto riesgo para sus protagonistas: la búsque-
da de reconocimiento. En las protestas señaladas esa búsqueda se traduce como lucha
por la dignidad, dando lugar a una identidad insurgente que puede estar combinada
con la persecución de recursos materiales pero que compromete inversiones emocio-
nales que están muy lejos de estar orientadas por incentivos o recompensas futuras.
Identidades beligerantes
La estrategia de análisis encarada por Auyero debe afrontar dos instancias: la
investigación y la exposición de sus resultados. Conciente de ello, el autor entreteje
el texto de su libro a partir de largas entrevistas individuales, artículos de periódicos,
frases que coagulan significados potentes, observaciones en el campo, objetos
“preciosos” (souvenir) que le muestran y regalan sus entrevistados, fotografías
emblemáticas, diarios y cartas personales que le ofrece una de las protagonistas,
pensamientos, sensaciones y sorpresas que generan su propia entrada al campo,
objeciones de las propias personas investigadas, preguntas que se devuelven como
un boomerang, y hasta intervenciones del investigador que lo muestran como un
contendiente más en las luchas interpretativas desatadas entre los nativos, todos
esos textos, o interpretaciones que leemos como textos (diría Clifford Geertz),
reunidos pacientemente por preguntas teóricamente informadas que el investigador
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se hace y reformula desde que surge el impulso inicial hasta que el libro supera su
última corrección.
El contenido del libro se halla estructurado en tres conjuntos. La primera parte
bajo el título los piqueteros, reconstruye los orígenes inmediatos del levantamiento
del pueblo de Cutralcó. Aplicando el modelo de dinámica beligerante, Javier Auyero
identifica los actores y procesos locales que prepararon la protesta,4 para luego
centrarse en la historia de vida de Laura, una maestra particular que terminó trans-
formándose en representante de los piqueteros de aquellas jornadas frente al go-
bernador Sapag. En este tramo el análisis se centra sobre las transformaciones
biográficas de Laura a partir de la participación en la protesta, y cómo el sentido y
la dirección de su participación implicó cambios profundos de la identidad política
y personal de ella y de muchos de sus compañeros durante y después de los episo-
dios. En este sentido, le presta especial atención a las cuestiones de género vincula-
das a la violencia doméstica y la dominación masculina, que junto a las condiciones
de clase, es decir, la desocupación, la privación material y el desconocimiento de los
derechos de los sectores sociales subordinados, estarán en la base de las actitudes
beligerantes de Laura. Por último, este primer conjunto de capítulos cerrará con un
análisis de los diversos sentidos que le otorgan a las protestas quienes aún se dispu-
tan la interpretación de la pueblada. Un segundo conjunto está constituido por los
capítulos dedicados al Santiagueñazo y la biografía de Nana. Bajo el título la reina de
la protesta, Auyero organiza su exposición de un modo similar a la primera parte,
describe el contexto estructural, la crisis fiscal de la provincia y las crecientes de-
nuncias de corrupción de los dirigentes, que evidencian para muchos actores algo
así como una crisis moral, examina los actores y sus recursos de acción colectiva,
estructuras conectivas de movilización, repertorios de acción, esfuerzos de coordi-
nación y el sucesivo aprendizaje colectivo en el uso de prácticas de acción directa,
para luego centrarse en los aspectos celebratorios y festivos del estallido. Allí la
historia de vida de Nana, que fue una joven y reconocida bailarina del carnaval
santiagueño en los años ochenta, le sirve a Auyero para penetrar los sentidos que
los protagonistas le atribuyen a los destrozos e incendios de edificios públicos y
residencias privadas de dirigentes en la capital de la provincia, y cómo se entablan
las guerras por la nominación de lo ocurrido el día 16 de diciembre.
En este punto, como en el caso del “sentido de estar en la ruta” para los piqueteros
cutralquenses, Auyero aproxima una serie de categorías para pensar lo que él llama
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las identidades beligerantes. Categoría apoyada sobre la idea de que las identidades
colectivas de los actores de la protesta son construidas a partir de un diálogo beli-
gerante con el marco oficial de referencias que las autoridades o agentes dominan-
tes, en ocasiones el blanco de la beligerancia, construyen y tratan de imponer para
desestimar los elementos que consideran virtualmente lesivos de la legitimidad de
su posición dominante. Las narraciones de los manifestantes que componen los
episodios de la protesta con atribuciones de sentido son dialógicas, argumenta
Auyero recurriendo a Bajtin.
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5 Laufer, Rubén y Spiguel, Claudio, (1999) “Las puebladas argentinas a partir del santiagueñazo de 1993. Tradi-
ción histórica y nuevas formas de lucha”, en López Maya, Margarita, (ed.) Lucha popular, democracia, neoliberalismo:
protesta popular en América Latina en los años de ajuste, Caracas, Nueva Sociedad. También Cotarelo, María Celia,
(2000) “La protesta en la Argentina de los ‘90”, en Herramienta. Revista de Debate y Crítica Marxista, nº 12.
6 Me refiero al trabajo de Farinetti, Marina, (2000) “Violencia y risa contra la política en el Santiagueñazo.
Indagación sobre el significado de una rebelión popular”, en Apuntes de Investigación del CECYP, nº 6.
7 Un referente en este tipo de enfoque es el trabajo de Svampa, Maristella y Pereyra, Sebastián, (2003) Entre
la ruta y el barrio. La experiencia de las organizaciones piqueteras, Buenos Aires, Biblos.
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