Boletín Enero Julio 2016
Boletín Enero Julio 2016
Boletín Enero Julio 2016
FACULTADES
POLICIALES
PÁG. 5/21
Y salud pu blica
AGENDA CORTA
PÁG.10/34
CONGRUENCIA:
ESTADO DE LA
CUESTIÓN
PÁG. 15/39
FORZAMIENTO DE
JULIO – SEPTIEMBRE 2018 ACUSACIÓN SIN
FORMALIZACIÓN
PÁG. 15/39
FALLOS VARIOS
PÁG 46
RELEVANTES
Unidad de Estudios
Comentarios y Jurisprudencia Regional
DEFENSORÍA PENAL
PUBLICA
Región De Coquimbo
Presentación
Estimados:
1 RAMOS PÉREZ, César, MARDONES VARGAS, Fernando, Análisis de las modificaciones introducidas por la
ley N° 20.770 (“Ley Emilia”) a la Ley del Tránsito y al Decreto Ley N° 321 Minuta N° 15 / 2014 / Diciembre.
Departamento de Estudios. Defensoría Nacional P. 26
II.- PRETERINTENCIÓN EN EL HOMICIDIO
COMENTARIO DE JURISPRUDENCIA
CAUSA RIT 32-2016 DEL TRIBUNAL ORAL EN LO PENAL DE LA SERENA.
En la causa sub litem, se plantea la cuestión del dolo como elemento subjetivo del
tipo de Homicidio simple, y la existencia de éste en el caso concreto. Esto, pues la agresión
del acusado (con un cuchillo) se dirigió a la pierna de la víctima, lo que le causó “shock
hipovolémico y paro cardiorrespiratorio”, y posteriormente la muerte. Por lo tanto, es
menester preguntarse si la intención del acusado era efectivamente matar a la víctima,
siendo que dirigió su ataque a una zona que no es conocida normalmente por poner a la
víctima en riesgo vital o si, efectivamente, se acredita la existencia de dolo de lesionar.
Mientras la defensa esgrimió en el juicio la concurrencia de la eximente de la legítima
defensa propia en favor del acusado, el Ministerio Público intentó acreditar la existencia de
rencillas previas entre acusado y víctima, y ciertos dichos del acusado que probarían su
animosidad y, por lo tanto, su dolo homicida.
El Tribunal si bien estimó concurrentes los elementos objetivos del tipo penal de
homicidio simple, al analizar los elementos subjetivos del tipo penal, surgió en los
sentenciadores una duda razonable acerca de la concurrencia del dolo homicida en razón
que “de la prueba no aparece manifestada, de manera inequívoca, la voluntad del agente
dirigida hacia la obtención precisa del resultado consistente en la muerte de su víctima,
considerando “la forma, circunstancias y región corporal en que se produjo la lesión
principal al occiso, así como las características personales propias del acusado, impiden
considerar, más allá de toda duda razonable, que al dirigir éste su ataque a una de las
piernas del ofendido haya podido conocer de manera cierta, o a lo menos presumir, que
con ello lesionaría gravemente los vasos sanguíneos presentes en esa zona y que con
mediante esa precisa acción buscaba la muerte del ofendido como resultado de su acción”,
considerando tanto el conocimiento para el ciudadano medio o la generalidad de las
personas el lesionar a otro en una pierna no constituye una acción certeramente riesgosa
para la vida” (Considerando 6°) como, asimismo, que “la víctima se encontraba en una
posición de desventaja frente a su agresor, estando ambos de frente y de pie, y recibió un
ataque sorpresivo por parte de su atacante, lo que indica que de haber existido dolo
homicida éste pudo escoger el dirigir su ataque a otra zona del cuerpo, de aquellas respecto
de las cuales nadie tiene dudas acerca de su carácter de vital”.
Efectivamente, coincidiendo con este razonamiento, el profesor Cury estima que en
la estructura del dolo convergen dos elementos; uno intelectual (conocimiento del hecho
que integra el tipo penal) y otro volitivo (la voluntad de realizarlo, o al menos la aceptación
de que sobrevenga el resultado como consecuencia de la acción voluntaria)2, ninguno de
los cuales, según el razonamiento del Tribunal, estaría presente en este caso.
Por lo tanto, el tribunal recalifica el delito a Homicidio preterintencional, considerando
que en los hechos concurren dos figuras penales, a saber un delito doloso de lesiones
graves y un cuasidelito de homicidio, por lo que resulta aplicable en la especie la disposición
del artículo 75 del Código Penal.
Este razonamiento está en consonancia con lo que ha dicho la Corte Suprema sobre
el particular: “Necesario resulta recordar entonces que los requisitos del homicidio
preterintencional están constituidos, en primer término por la acción dolosa dirigida a
lesionar corporalmente a la víctima y, en segundo lugar, por la ausencia de dolo de matar,
sino únicamente dolo directo, sino también dolo eventual, es decir, no sólo que no se haya
querido el agente provocar la muerte, sino tampoco que, habiéndose representado ese
resultado como un evento probable, lo haya ratificado, haya asentido o aceptado su
concurrencia.”. (CS Rol N° 1700-2005).
2 CURY, Enrique (1982): “Derecho Penal, Parte General. Tomo I”. 2° Edición, Editorial Jurídica de Chile. P.296.
En cuanto a la teoría de la defensa, el Tribunal no considera que se hayan aportado
antecedentes suficientes para poder estimar que habría ocurrido una agresión ilegítima por
parte de la víctima, por lo que no podría configurarse la legítima defensa
A esta misma conclusión apuntan, en casos similares, los fallos rol 24-2011 del
Tribunal Oral en lo Penal de Ovalle; y rol 228-2010 de la Corte de Apelaciones de Copiapó.
Otros aspectos a considerar
Este razonamiento no siempre ha prevalecido, pues en una sentencia en un caso
similar del Tribunal Oral en lo Penal de Valdivia, en que el acusado también agredió a la
víctima con un cuchillo en la pierna, causándole la muerte, el Tribunal estimó que
concurrieron los elementos del tipo de Homicidio simple, pues se comprobó que existían
rencillas previas entre víctima y acusado, y amenazas anteriores. Por lo que “si bien no es
una zona que resulta vital dentro del cuerpo humano normalmente, no significa que
necesariamente debemos darle una calificación jurídica distinta a la del homicidio, porque,
no es el único elemento que debe considerarse para establecer el elemento volitivo del
agente”. (TOP de Valdivia. rol 33-2014). El voto disidente, no obstante, estuvo por estimar
el delito como preterintencional.
Es interesante citar también la causa rol 2840-2006 del Tribunal Oral en lo Penal de
Pucón, en que en un caso similar a los expuestos, se considera que el resultado de muerte
no era buscado, pero sí previsible: “la muerte de una persona resulta siempre previsible
cuando se infiere una lesión en la forma y zona en que fue ocasionada”. Esto difiere del
razonamiento del Tribunal de La Serena, que estima que no es exigible a un ciudadano
medio que pueda prever que una lesión en esa zona resultará fatal. Sin embargo, el Tribunal
de Pucón sanciona también a título de homicidio preterintencional, y considera que “la
legislación chilena no contempla una sanción especial para los delitos preterintencionales,
por lo que la forma de sancionarlo debe encontrarse en normas que comprendan al hecho
en su totalidad, es decir, tanto en las lesiones graves dolosas como en el homicidio culposo,
al efecto el artículo 75 del Código Penal se refiere precisamente al caso en que un solo
hecho constituya dos o más delitos, por lo que de acuerdo a lo previamente expuesto se
sancionará como un concurso ideal de delitos; lesiones graves y cuasidelito de homicidio”.
que juzga, esto es, no debe partir de el: para conservar su imparcialidad y evitar toda sospecha de parcialidad,
todo compromiso con la hipótesis acusatoria que conforma el objeto del procedimiento”.
8 El efecto de la acusación conduce a la ineficacia del acto, pues lesiona el derecho del imputado a una defensa
eficiente, garantizado constitucionalmente: precisamente por ello, la ineficacia es absoluta, en el sentido que
una acusación defectuosa, desde el punto de vista indicado, no puede ser el presupuesto válido del juicio y de
la sentencia…”558
9 Artículo 259.- Contenido de la acusación. La acusación deberá contener en forma clara y precisa: b) La
10Conforme permite el artículo 263 letra a) en relación al 270 del Código Procesal Penal, con la consecuente
amenaza de sobreseimiento definitivo en caso de que tal exigencia no sea adecuadamente cumplida.
11 Por todos CURY, Enrique, 2005, Derecho Penal, Parte General, Ediciones Universidad Católica de Chile, p.
486
12 Corte de Apelaciones de Santiago, 18 de marzo de 2009, Rol 5193-2008.
una tijera de podar, en diversas partes del cuerpo y especialmente a la altura del cuello,
resultando la víctima con múltiples heridas corto punzantes, dos de ellas clínicamente
graves, como asimismo una fractura de craneal de carácter grave, lesiones que de no
mediar atención médica oportuna y eficaz comprometían su vida. La acción de
acometimiento se detuvo únicamente por un disparo percutado por Carabineros que ingresó
al inmueble reduciendo al imputado.
El Tribunal de Juicio Oral en Lo Penal de Ovalle junto con condenar por el delito
materia de la acusación reconoce en favor del encartado las modificatorias de los
numerales 5° y 7° del artículo 11 del Código Penal. En lo que dice relación con la primera
de las atenuantes, indica que resultó acreditada mediante prueba testimonial que daba
cuenta de la develación, en momentos previos a la agresión, de la infidelidad de su cónyuge,
con quien estaba casado hacía 15 años y mantenía dos hijos en común. Indica el tribunal
que evidencia su obrar irracional, el que se desata con intensidad su agresión, al constatar
la presencia de Carabineros, sin hacer amago alguno de disimular ni deponer su actuar a
pesar de las ordenes enérgicas y reiteradas de la policía, lo que sólo se logra mediante la
realización de un disparo de Carabineros a pocos metros de distancia, que lo hace
reaccionar sobre lo que estaba ejecutando.
Gran revuelo mediático produjo la sentencia, principalmente, en lo que dice relación
con la consideración de la atenuante desarrollada y su influencia en la obtención de una
pena en libertad por parte del condenado, magnificado por el desconocimiento de la
comunidad de los pormenores del caso, así como el torpe sesgo comunicacional dado por
los medios de comunicación que pretendieron radicar el sustento de la modificatoria - de
manera errónea - en la situación de infidelidad de la mujer - y no – como si correspondía -
en el estado emocional del sujeto producto de las circunstancias en que la develación se
produce13, desconociendo la aplicación neutral de la atenuante, desde la perspectiva de las
pretensiones de género, por la Jurisprudencia14.
El Ministerio Público presentó recurso de nulidad en contra del fallo por las causal
principal del artículo 374 e), y subsidiariamente en el artículo 373 b) del CPP, controvirtiendo,
en este punto, la concurrencia de las atenuantes de los numerales 5° y 7° del Código Penal.
En lo que dice relación con el arrebato entiende el persecutor que una develación
de infidelidad no podría estimarse como de aquellos estímulos que "naturalmente" puedan
provocar arrebato u obcecación, tanto por su falta de entidad y desproporción respecto de
la agresión producida, la reprobación social que genera ésta y, asimismo, la existencia de
un lapso prolongado entre el estímulo y la agresión.
El considerando 14° del fallo comentado se refiere al punto, citando a los más
importantes autores de la doctrina nacional y la Jurisprudencia, para estimar acertada la
procedencia de la atenuante de responsabilidad.
En efecto, luego se puntualizar que el elemento central para estimar la configuración
de la atenuante es el detrimento en la capacidad de autodeterminación del sujeto, se señala
que la ley no distingue la índole del estímulo, el que incluso podrían vincularse a
motivaciones éticamente reprobables, pues la “expresión ‘naturalmente’ no diría relación
con lo justificado o lícito de éste sino la medida que establece el legislador para determinar
su entidad: el parámetro del hombre medio. Respecto de la supuesta exigencia de
inmediatez, el Ilmo. Tribunal le resta importancia al lapso entre estímulo y ejecución,
indicando que lo trascendental es que perdure hasta ese último momento pues existen
situaciones excepcionales que “perduran por un lapso prolongado o reaparecen excitadas
por circunstancias que rememoran su origen”.
13 http://www.latercera.com/noticia/nacional/2016/04/680-675631-9-critican-fallo-que-acoge-infidelidad-como-
atenuante-de-femicidio.shtml
14 En este sentido, conviene citar como ejemplo fallo Corte de Apelaciones de Rancagua de fecha 15 de
septiembre de 2005, Rol 1024-2005, que acoge la atenuante del artículo 11 N°5 del CP en favor de una mujer
condenada por parricidio, probado en el proceso el maltrato recurrente y antiguo que sufría la acusada de parte
de su marido.
La Jurispru dencia
PRUEBA EN EL ERROR DE PROHIBICIÓN
El error de prohibición puede ser definido como la falsa creencia que
tiene aquel sujeto que realiza una acción u omisión típica y antijurídica que
su conducta no se encuentra tipificada en la ley o que estándolo, ella se
encuentra amparada por una causal de justificación.
Los autores reconocen diversas clases de error de prohibición,
algunas atendiendo a la norma sobre la cual versa el error15, otras, referidas
a los efectos que genera. Esta última distingue entre error vencible o
invencible, dependiendo de la posibilidad del agente de salir de su falsa
representación de la realidad16.
A pesar del reconocimiento unánime por la doctrina en Chile del efecto
excluyente del error de prohibición inevitable o excusable de prohibición17,
éste ha sido de consolidación tardía por parte de la Jurisprudencia nacional18.
En otros aspectos, en cambio, existe una rica discusión dogmática, tal
como ocurre en lo que dice relación a las consecuencias que se siguen de un
error de prohibición vencible19 y, asimismo, los casos en los que el error recae
sobre los presupuestos fácticos de una causal de justificación20.
En el caso que nos ocupa la discusión radicó en un problema
escasamente abordado por la doctrina: el referente a la prueba que permite
acreditar la concurrencia del error de prohibición.
El Tribunal de Juicio Oral en Lo Penal de Ovalle conoció de la
acusación contra dos imputados, ambos hermanos entre sí, por el delito de
desacato en razón de haber infringido la prohibición decretada por el Juez de
Garantía de Combarbalá, como medidad cautelar en un procedimiento por
delito cometido en contexto de violencia intrafamiliar, de acercarse a su
madre, a su domicilio y a su lugar de trabajo, por el término de 30 días.
El defensor Hugo Lagunas Gallardo postuló la absolución en razón de
la existencia de un error de prohibición pues sus defendidos entendieron,
erróneamente, que una autorización de parte de su madre, en orden a
permitirles el ingreso a esa casa, para fines de aseo y alimentación, volvía en
15 No existe acuerdo por parte de la doctrina en la terminología a seguir. Así mientras ciertos autores como
Politoff distinguen entre error de prohibición directo o indirecto dependiendo si la falsa representación recae en
la norma prohibida violada o en la norma permisiva que se cree erradamente aplicable, Cury y Bullemore
denominan al primero error de subsunción y distinguen diversos casos de error cuando éste recae en la causal
de justificación. POLITOFF SERGIO, MATUS, JEAN PIERRE Y RAMÍREZ, MARÍA CECILIA, 2004, Lecciones de
Derecho Penal Chileno, Santiago de Chile: Editorial Jurídica de Chile, p. 334-335. CURY, ENRIQUE, 2005,
Derecho Penal, Parte General, Santiago de Chile, Ediciones Universidad Católica de Chile, 8° Edición ampliada,
p. 440
16 BULLEMORE, VIVIAN y MACKINNON, JOHN, 2005, Curso de Derecho Penal, Santiago de Chile, Editorial Lexis
Nexis, p. 136
17 Por todos POLITOFF SERGIO, MATUS, JEAN PIERRE Y RAMÍREZ, MARÍA CECILIA, 2004, Lecciones de Derecho
(Labatut, Etcheberry). La “teoría de la culpabilidad” considera, en cambio, sólo la posibilidad de una atenuación
de la pena (Cury, Garrido, Politoff) POLITOFF, MATUS Y RAMÍREZ, Lecciones, op. cit., p. 326-328
20 De entre las diversas opiniones sobre el punto, mientras la teoría extrema de la culpabilidad entiende que
debe dársele el mismo tratamiento que para cualquier error de prohibición (Garrido, Bullemure), tanto quienes
sostienen la teoría del dolo (Labatut, Etcheberry), como la teoría moderada de la culpabilidad (Politoff) postulan
que, en estos casos, cabe darle un tratamiento análogo al error de tipo. POLITOFF, MATUS Y RAMÍREZ,
Lecciones, op. cit., p. 328-331. El profesor Cury, se inclina por esta última teoría, en sus trabajos postreros.
CURY, ENRIQUE, 2005, Derecho Penal, Parte General, Santiago de Chile, Ediciones Universidad Católica de
Chile, 8° Edición ampliada, p. 443-444
lícita la conducta 21 . Sus alegaciones se sustentaron tanto en las
declaraciones de los imputados como las de la propia madre presentada
como testigo de cargo.
El TOP de Ovalle desechó las alegaciones del defensor condenando
por el delito materia de la acusación pues si bien no negó la posibilidad de
considerar en la especie la concurrencia de un error de prohibición,
compartiendo según lo expresado por los jueces lo sostenido por el profesor
Cury, se señala por éstos que la prueba de la defensa resultó insuficiente
para acreditarla.
En efecto, señalan en el considerando 13° que “en el caso concreto,
no ha existido antecedentes alguno que nos permita sostener que ambos
hermanos, uno al menos, que según sus propios dichos estaba en un proceso
de regularización escolar en ese tiempo, estuvieren en un estado de
incapacidad que justificare un desconocimiento tan profundo de la norma de
prohibición. Más patente aún se hace esta constatación cuando no sólo les
fue notificada la prohibición de acercamiento al domicilio, sino que además
fueron expulsados de ese inmueble el día 4 de noviembre, conforme ellos
mismos lo reconocieron, asumiendo que no podrían volver a ingresar a él
porque así lo ordenaba el Tribunal, no existiendo antecedente alguno, ni
educacional, ni cultural, ni social, que permita sostener que al momento de
volver a ingresar, desconocían la ilicitud de su actuación.”
El defensor, acertadamente, dirigió el medio impugnativo en la causal
del en el artículo 374 letra e) del Código Procesal Penal, en relación al artículo
342 letra c) y artículo 297, pues el tribunal no desconoció ni la consagración
doctrinaria ni los efectos eximentes de responsabilidad de la institución sino
que yerra en la falta de fundamentación en cuanto al proceso de valoración
de la prueba.
La Ilma Corte de Apelaciones de La Serena, acoge el recurso de
nulidad, señalando, prinicpalmente, en el considerando 8° las razones para
ello, al indicar “Que, de la lectura del fallo se observa que no se consigna en
su texto un análisis y ponderación de las declaraciones de los encartados ni
de su madre, en orden a sustentar los antecedentes y circunstancias
factuales que permitan acoger o desestimar los fundamentos de la defensa,
en lo que dice relación con el error de prohibición alegado, en términos de dar
cumplimiento al mandato legal previsto en el artículo 342 letra c) del Código
Procesal Penal, razón suficiente para hacer lugar al recurso intentado, sin
que sea salvado este vicio con las consideraciones meramente conceptuales
o doctrinarias consignadas en el fallo y que rodearon la decisión judicial sobre
la pretensión defensiva”.
Este fallo merece dos comentarios.
Por una parte, resulta relevante considerar que el reproche de una
supuesta escasez de prueba formulado por el tribunal a la defensa no lo
inhibe del deber de analizar la misma conforme las alegaciones que había
formulado el defensor respecto a la declaración prestada por la madre y los
propios imputados en el juicio, que al momento de ser formulada constituye
prueba que debe ser valorada.
21
Se trataría entonces de un error de prohibición indirecto en la terminología empleada por el profesor
Politoff.
En este sentido, cabe recordar que si bien la declaración de los
imputados es, en principio, un medio de defensa (en cuanto no puede
impedirse constreñirse, limitarse, ni obligarse) al ser prestada constituye un
medio de prueba que debe ser valorado, analizando su credibilidad y sacar
conclusiones útiles para formar su convicción siendo plenamente aplicable la
regla general sobre libertad de prueba de los artículos 295 y 29722.
En segundo lugar, llama la atención que el Tribunal de Juricio Oral en
Lo Penal la naturaleza de las pruebas que estima idóneas para acreditar la
concurrencia de un error de prohibición, que más parecen encaminadas a
confirmar alguna deprivación social o cultural más bien vinculadas a la
acreditación de una situación de inimputabilidad. Resultan más bien
atingentes las circunstancias en las cuales tiene lugar el incumplimiento de la
prohibición, particularmente, si existió también una falsa representación por
parte de la beneficiada, la madre de los imputados.
22
HORVITZ, MARÍA INÉS Y LÓPEZ; JULIÁN, 2005, Derecho Procesal Penal Chileno, Tomo II, Santiago de Chile:
Editorial Jurídica de Chile, p. 469-471
Anexo de sentencias
I.- AUTOCULTIVO Y SALUD PÚBLICA
1. - No se configura el delito del artículo 8° de la ley 20.000 si no se establecen
hechos que den cuenta de la posibilidad de un riesgo real para la salud pública. (CS
11.11.2015 Rit 15.920-15)
NORMAS ASOCIADAS: Art. 8° Ley N° 20.000, Art. 50 y ss. Ley N° 20.000 Art. 4,
inc. 1° Ley 20.000, 297 CPP
SINTESIS: CS acoge recurso de nulidad de DPP por la causal del artículo 373 b)
del CPP en contra de fallo del TOP de La Serena que había condenado por el delito del
artículo 8° de la Ley 20.000: (1) La consideración del principio de lesividad lleva a verificar
si el hecho cuya tipicidad se examina tuvo al menos la posibilidad de significar, en la realidad,
un riesgo para el objeto jurídico , es decir, si según sean las circunstancias y el contexto de
los hechos se trata de un acto aislado vinculado al “uso personal exclusivo y próximo en el
tiempo" de un individuo o si ese acto debe incluirse en las hipótesis de incitar, promover o
facilitar la difusión de drogas nocivas susceptibles de producir dependencia. (2) Que, en
este caso, debe acogerse la teoría de la defensa conforme a la cual la conducta de la
recurrente sólo es susceptible de configurar un acto preparatorio realizado en forma privada
(3) al no fijar el fallo impugnado los hechos constitutivos de las conductas lesivas para la
salud pública, ni las condiciones en que la plantación se mantenía fuera posible obtener
una cantidad trascendente de la sustancia que permita satisfacer el consumo de un
conjunto de personas y por un período de tiempo relevante (Considerandos 8°, 13° y 15°)
TEXTO COMPLETO:
Santiago, a once de noviembre de dos mil quince.
Vistos: En esta causa RUC Nº 1401238957-5, RIT Nº 266-2015, se dictó sentencia
por el Tribunal del Juicio Oral en Lo Penal de La Serena el veintinueve de agosto del año
en curso, por la que se condenó a J.K.A.E. por su responsabilidad como autora del delito
de cultivo de especies vegetales del género cannabis, previsto y sancionado en el artículo
8° de la Ley Nº 20.000, por los hechos descubiertos con fecha 19 de diciembre de 2014 en
la localidad de Alcohuaz, comuna de Paihuano, Cuarta Región, a la pena de sesenta y un
días de presidio menor en su grado mínimo, accesoria legal de suspensión de cargo u oficio
público durante el tiempo de la condena y a la pena de multa de dos unidades tributarias
mensuales. Dicho fallo sustituye el cumplimiento de la pena privativa de libertad por la de
remisión condicional, por el plazo de un año.
Contra este pronunciamiento la defensa de la acusada23 dedujo recurso de nulidad
cuya copia rola a fojas 16, el que fue admitido a tramitación por resolución de fojas 57,
fijándose a fojas 58 la audiencia que se llevó a cabo para su conocimiento. A fojas 69 se
incorporó el acta que da cuenta de su realización.
Considerando:
Primero: Que el recurso de nulidad deducido se funda, de manera principal, en la
causal de la letra a) del artículo 373 del Código Procesal Penal, en relación a los artículos
1, 5 y 19 Nros. 3, 4, 5 y 6 de la Constitución Política de la República; 18 N° 1 del Pacto
Internacional de Derechos Civiles y Políticos; 2, 12 y 13 Nros. 1 y 2 de la Convención
Americana de Derechos Humanos; 1, 12, 18, 19 y 30 de la Declaración Universal de
Derechos Humanos, 17 Nros. 1 y 2 y artículo 18 N° 1 del Pacto Internacional de Derechos
Económicos, Sociales y Culturales.
Explica que el debido proceso supone un estándar que va más allá de las formas
procesales, pues apunta a la idea de decisiones materialmente justas. La persecución y la
sanción penal no pueden realizarse sobre la base de anular derechos fundamentales, tales
como la libertad de expresión, la inviolabilidad del hogar y la libertad de creencia, como
aconteció en la especie.
En relación al artículo 1 de la Constitución Política, que se estima transgredido,
sostiene el recurso que los valores de la dignidad y la libertad configuran el principio de la
autonomía personal, que en palabras de la Corte Interamericana de Derechos Humanos
implica que el ser humano tiene la capacidad de conducir su vida y resolver sobre la mejor
forma de hacerlo, valerse de medios e instrumentos para ese fin, seleccionados y utilizados
con autonomía. Ese postulado encuentra concreción en el derecho a la máxima realización
espiritual, contemplada en el inciso cuarto del precepto constitucional citado, norma que es
propia de la orientación liberal garantizadora que debe imperar en un Estado de derecho
democrático para resolver los conflictos entre la autoridad y los individuos.
Asimismo se vulneró el derecho a la intimidad, pues la vida privada constituye un
espacio o esfera personal libre de intromisiones e injerencias externas, y la libertad de
pensamiento, derecho que identifica al ser humano, pues los hombres razonan, analizan,
descubren ideas y son capaces de elaborar a partir de ellas conceptos, teorías y filosofías.
Todo este proceso interno de un ser pensante es ajeno al ordenamiento jurídico, pues el
Estado no puede inmiscuirse en el fuero interno de cada individuo. Por ende, las creencias
no pueden ser objeto de control, sanción, prohibición o restricción, en tanto permanezcan
en ese espacio de intimidad.
De otra parte, el fallo se enfrenta contra la libertad de opinión, que conforma una
proyección de la autonomía de la persona que implica el derecho a expresar libremente y
SINTESIS: TOP de Ovalle absuelve a imputado acusado como autor del delito de
tráfico ilícito de estupefacientes en pequeñas cantidades: la determinación de si la
ínfima cantidad de la sustancia incautada es idónea para provocar o no graves daños a la
salud pública y poder así constituir el delito por el cual se acusó no resulta factible en razón
que al no establecerse la concentración no es posible saber, a ciencia cierta, si la sustancia
incautada cumple con la exigencia estatuida en el artículo 1º de la Ley 20.000.
(Considerando 10°)
TEXTO EXTRACTADO:
Ovalle, nueve de diciembre de dos mil quince.
Segundo: Acusación. Que conforme al auto de apertura la acusación fiscal es por
los siguientes hechos: “El día 07 de mayo de 2015, alrededor de las 21:20 horas, desde el
domicilio ubicado en calle El Sauzal N° 230, de la Villa El Palqui, comuna de Monte Patria,
el acusado vendió en la suma de mil pesos a un agente revelador del OS/7 de carabineros
una dosis de pasta base de cocaína contenida en un envoltorio de papel blanco
cuadriculado de un peso de 0.07 gramos. En base a lo anterior, personal del OS/7 de
Carabineros sorprendió al acusado siendo las 21:30 horas del mismo día 07 de mayo de
2015, manteniendo para fines de tráfico al interior del domicilio de El Sauzal N° 230, de la
Villa El Palqui, comuna de Monte Patria, específicamente en el dormitorio de este, una bolsa
de nylon contenedora de 6 envoltorios de papel blanco cuadriculado contenedores de pasta
base de cocaína que arrojaron un peso de 0.39 gramos, incautándosele además un cuchillo
de madera y un colador metálico, ambos con restos de pasta base de cocaína, una pesa
digital de color blanco y un monedero color negro con la suma de setenta y un mil pesos,
en el que se contenía el billete de mil pesos utilizados por el agente revelador al momento
que el acusado le vendió la citada droga”.
A juicio de fiscalía, los hechos descritos precedentemente son constitutivos del
delito de tráfico ilícito de estupefacientes en pequeñas cantidades, descrito y
sancionado en el artículo 4° de la Ley N° 20.000, en grado de consumado,
correspondiéndole al acusado participación en calidad de autor según lo dispuesto en el
artículo 15 N° 1 del Código Penal.
La acusación refiere que para el Ministerio Público no concurren circunstancias
modificatorias de la responsabilidad penal.
En consecuencia, el Ministerio Público solicita se imponga al acusado J.L.V.C., la
pena de tres años y un día de presidio menor en su grado máximo; multa de 40
unidades tributarias mensuales; las penas accesorias de inhabilitación absoluta perpetua
para derechos políticos y la de inhabilitación absoluta para cargos y oficios públicos durante
el tiempo de la condena; y el comiso de la evidencia material incautada, por su participación
penal en calidad de autor en el delito de tráfico ilícito de drogas en pequeñas cantidades,
con costas.
Cuarto: Alegatos de la Defensa. Que la defensa del acusado 24 sostuvo en su
alegato de apertura que pide la absolución del acusado ya que la sustancia incautada no
reviste las características de pureza mínimas exigidas por la ley para que sea considerada
una sustancia lesiva y que pueda constituir un delito de tráfico. No estamos seguros si la
sustancia incautada es lesiva o no para la salud pública.
En su clausura la defensa señaló que sostiene la absolución, ya que no existe
siquiera una cantidad de droga suficiente para valorar. Es un delito de peligro concreto y en
este caso no se pudo establecer si se puso en peligro la salud pública que es bien jurídico
protegido, ya que se debe tener certeza a la pureza de la droga. Invoca una sentencia de
la Excma. Corte Suprema Rit 8.810-2015 en que se anuló una sentencia del TOP de La
Serena. Invoca la sentencia Rol 356-2013 y 789-2014 de la I. Corte de Apelaciones de
Valparaíso. También la Rol 613-2013 de la I. Corte de Apelaciones de Santiago. El informe
de pureza de la droga está exigido por la ley en forma expresa. Al salir la prueba de campo
positiva indica la presencia de la droga pero no la pureza. De otra forma no nos
encontramos frente a la certeza exigida por el artículo 340 del Código Procesal Penal
relativo a la lesividad.
La defensora no replicó.
Décimo: Ausencia de acreditación de la pureza de la droga e inexistencia del delito.
Que, sin embargo, la prueba rendida no determina la pureza de aquella sustancia
encontrada al interior de la casa habitación del justiciable atendida la cantidad insuficiente
para dicha valoración, conforme indica la pericia científica introducida sobre el punto, por lo
que al desconocerse el grado de pureza de la supuesta droga incautada se ignora,
consecuencialmente, su idoneidad para generar aquellos efectos tóxicos y daños a la salud
pública a que se refieren los artículos 1º y 4º de la Ley Nº 20.000, con infracción al principio
de lesividad, y, por lo tanto, ello determina la inexistencia del delito y conlleva la absolución
de los cargos formulados en contra del acusado don J.L.V.C.25.
No obsta a lo razonado y concluido los argumentos del persecutor en orden a que
el potencial dañoso de la cocaína base se encuentra establecido por el informe sobre
efectos y peligrosidad para la salud pública emitido por el Ministerio de Salud, ya que no se
encuentra discutido los daños a la salud pública que la cocaína base genera sino si aquella
26 En este sentido Excma. Corte Suprema de Justicia, sentencia de 25 de agosto de 2.015 dictada en la causa
Rol E. Corte 8.810-15.
27 “Derecho Penal, Parte General”, Enrique Cury Urzúa, páginas 354 y siguientes.
3. - Corte Suprema acoge recurso de nulidad de la defensa: no hay delito si
no se acreditó la pureza de la droga (CS 21.12.2015, rol 24.793-15)
Normas Asociadas: CPP ART. 373 letra b); CPP ART. 376; CPP ART. 385; L
20000 ART. 4; L 20000 ART. 43
TEXTO EXTRACTADO:
Santiago, veintiuno de diciembre de dos mil quince.
Vistos:
En esta causa Ruc N° 1300490043-4 y Rit N° 352-2015, el Tribunal de Juicio Oral
en Lo Penal de La Serena, por sentencia de veintiocho de octubre del año en curso,
condenó a G.C.L.F. a sufrir la pena de sesenta y un días de presidio menor en su grado
mínimo, accesorias de suspensión de cargo u oficio público durante el tiempo de la condena
y al pago de una multa de dos Unidades Tributarias Mensuales por su responsabilidad como
autora del delito de tráfico ilícito de drogas en pequeñas cantidades, previsto en el artículo
4° de la Ley N° 20.000, cometido en la ciudad de Coquimbo el día 16 de mayo de 2013. La
misma sentencia decretó el comiso de la droga y el dinero incautado, concedió a la
sentenciada la medida sustitutiva de remisión condicional de la pena por el término de un
año, eximiéndola del pago de las costas de la causa.
La defensa de la sentenciada28 interpuso recurso de nulidad, que fue admitido a
tramitación por resolución de veintisiete de noviembre del año en curso, fijándose la
audiencia del 1 de diciembre de dos mil quince para su conocimiento, conforme aparece
del acta de ese día que da cuenta de su realización.
Considerando:
Primero: Que el recurso esgrime la causal de nulidad contemplada en el artículo
373 letra b) del Código Procesal Penal, por la infracción de los artículos 1, 4 y 43 de la Ley
N° 20.000, los artículos 1 y 2 del Código Penal, e incisos noveno y décimo del numeral 3
del artículo 19 de la Constitución Política de la República al estimar como delito una
conducta carente de la necesaria antijuridicidad material para sancionarla penalmente.
Tercero: Que los hechos establecidos por el considerando Quinto de la sentencia
recurrida son los siguientes:
“Que las pruebas reseñadas en el considerando precedente, unidas a la
declaración de la encartada en el mismo sentido, acreditan que el 16 de mayo de 2013,
alrededor de las 21:50 horas, en la vía pública, en el sector de la intersección de calle
Camilo Henríquez con calle Lord Cochrane, Coquimbo, la acusada G.C.L.F. poseía y
guardaba, con el fin de traficar, en el interior de una bolsa que portaba, la cantidad de 10
bolsas de polietileno transparente, todas contenedoras de pasta base de cocaína que
arrojaron un peso neto total de 8,76 gramos, además, de mantener en su poder la cantidad
de 10.000 pesos, que era producto de su actuar ilícito. Asimismo, la acusada mantenía en
el interior de su domicilio de calle O’Higgins, Coquimbo, un rollo de bolsas de polietileno
transparentes, destinadas a la dosificación de la droga.”
Sexto: Que con esta modificación el legislador del año 2005 insistió en la
identificación de la salud pública como bien jurídico tutelado por el delito descrito en la ley
del ramo, al requerir del ente acusador que pruebe en el juicio la peligrosidad para la salud
colectiva de la sustancia específica requisada, mediante el informe técnico que, entre otros
elementos, debe expresar la composición y grado de pureza del producto examinado. De
modo que la ausencia de ese dictamen o la falta en éste de todas las verificaciones
requeridas por la ley, obsta a esa acreditación y acarreará consecuencias relevantes en el
Derecho Penal material, como lo ha sostenido esta Corte en las sentencias Rol N° 4215-
2012 de 25 de julio de 2012, 21.599-2014 de uno de septiembre de 2014, 25.488-2014 de
20 de noviembre de 2014, 3421-2015 de 14 de abril, 3707-2015 de 28 de abril, 7222-2015
de veinte de julio, 8253-2015, de diez de agosto, todas de 2015, entre otras.
Séptimo: Que, como señala Muñoz Conde, en la ciencia del Derecho Penal reina
desde hace tiempo acuerdo en que el Derecho Penal debe limitarse a la protección de
bienes jurídicos (Prólogo al texto de Hernán Hormazábal, “Bien Jurídico y Estado Social y
Democrático de Derecho”, Editorial Conosur, 1992). En consecuencia, la norma penal
cumple una función protectora de bienes jurídicos, los que han de identificarse por el papel
que desempeñan, son lo que fundamenta en primer término el castigo. Parece, pues, más
acertado que atribuirles un contenido concreto, delimitarlos, atendiendo a la función
procedimental que cumplen en el discurso jurídico. El bien jurídico es, desde esa
perspectiva, lo que constituye el primer momento justificativo de la injerencia penal en la
libertad. (Cobo del Rosal – Vives Antón, Derecho Penal, Parte General, 5ª edición, Tirant lo
Blanch, 1999, p. 319).
Para cumplir su función protectora, la ley eleva a la categoría de delitos, mediante
su tipificación, aquellos comportamientos que más gravemente lesionan o ponen en peligro
los bienes jurídicos protegidos. El bien jurídico es, por tanto, la clave que permite descubrir
la naturaleza del tipo, dándole sentido y fundamento (Muñoz Conde, Teoría general del
delito, Temis, 1974, p. 49).
Pronunciado por la Segunda Sala integrada por los Ministros Sres. Milton Juica A.,
Hugo Dolmestch U., Carlos Künsemüller L., Haroldo Brito C. y Jorge Dahm O. No firman los
Ministros Sres. Dolmestch y Brito, no obstante haber estado en la vista de la causa y acuerdo
del fallo, por estar con permiso y en comisión de servicios, respectivamente.
TEXTO COMPLETO:
La Serena, dieciocho de noviembre de dos mil quince.
Siendo las 10:50 horas ante la Segunda Sala de esta Corte de Apelaciones
presidida por el Ministro señor Jaime Franco Ugarte, e integrada por el Ministro señor
Vicente Hormazábal Abarzúa y el abogado integrante don Ciro Sabadini Foretich, se lleva
a efecto audiencia para la vista del recurso de apelación interpuesto por el Ministerio Público,
en contra de la resolución dictada con fecha veintinueve de octubre de dos mil quince, por
el Juez de Garantía de La Serena, don Carlos Jorquera Peñaloza, que sobreseyó
definitivamente la causa respecto de la imputada de autos por un delito de hurto falta.
Se deja constancia que la audiencia, que queda registrada íntegramente en
sistema de audio, se realiza con la asistencia de la representante del Ministerio Público
doña Patricia González, quien se anuncia y alega por 6 minutos, revocando y del abogado
defensor don Erick Astudillo, quien se anuncia y alega por 6 minutos, solicitando la
confirmación de la sentencia recurrida.
Concluido el debate se suspende la audiencia.
Terminado el receso, se procede a dar lectura a la siguiente resolución.
VISTOS:
Atendido el mérito de los antecedentes, lo expuesto por los intervinientes en
esta sede, teniendo en consideración que la imputada puso de su parte todo lo necesario
para la consumación del ilícito, sin embargo, éste no se verificó por causas independientes
a su voluntad, ya que fue retenida cuando sólo le restaba salir del local comercial, después
de haber superado la línea de cajas y las paletas de seguridad con la especie oculta entre
sus ropajes, de modo tal que el iter criminis se aviene con lo dispuesto por el artículo 7°
inciso segundo del Código Penal, debiendo considerarse que se encuentra en grado de
desarrollo frustrado y, por lo tanto, encontrándose expresamente regulado el tipo penal
correspondiente en el artículo 494 bis inciso segundo del mismo cuerpo legal, resultaba
improcedente declarar en esta etapa el sobreseimiento definitivo de la causa fundado en la
letra a) del artículo 250 del Código Procesal Penal, y visto, además, lo dispuesto en los
artículos 253, 358 y 360 del Código Procesal Penal, SE REVOCA la resolución dictada por
el Juzgado de Garantía de La Serena, con fecha veintinueve de octubre de dos mil quince,
mediante la cual se decretó el sobreseimiento total y definitivo de la causa, debiendo el juez
a quo continuar con el procedimiento correspondiente.
Con lo actuado, se levanta acta de lo obrado, la que es firmada por el Tribunal y
relator don Carlos Manque Tapia quien actúa como ministro de fe.
Agréguese copia de lo resuelto a la carpeta digital, y manténgase el original en el
correspondiente registro llevado al efecto por el señor Secretario de esta Corte.
Regístrese y devuélvase vía interconexión.
Rol N° 572-2011.- Reforma Procesal Penal.
“Cabe señalar que toda la doctrina está conteste en señalar que en los delitos de
mera actividad no se da el grado desarrollo de frustración, si bien es cierto hay disparidad
de criterio en cuanto a la naturaleza jurídica del delito de hurto lo cierto es que, al contrario
de lo que sostiene la señora fiscal, la doctrina más actualizada señala que no solamente el
delito de hurto sino que todos aquéllos delitos de apropiación por medios materiales son
delitos de mera actividad; a diferencia de los delitos de resultado para que se consume un
delito de mera actividad el delincuente debe completar en su conducta todos los elementos
del tipo que permiten configurar el ilícito en cuestión, aquí la imputada dio inicio a la acción
delictiva por medios directos como lo es el haber tomado materialmente el especie objeto
del delito con el claro propósito de apropiarse de ella con fines de lucro y sin la voluntad de
su dueño, faltó un elemento en su conducta para consumar el hecho ilícito el cual no es otro
que la apropiación, entendiendo tal circunstancia como el hecho de lograr sustraer la
especie objeto del ilícito fuera de la esfera de protección construida por su dueño para evitar
la apropiación ilegítima por parte de terceros, circunstancia que impide señalar que
estaríamos en presencia de un delito en grado de desarrollo frustrado, ya que éste grado
de desarrollo solamente opera en los delitos de resultado, donde el delincuente debe poner
todo de su parte para la consumación del delito y éste no consuma por causas ajenas a su
voluntad, aquí al faltar un elemento de la conducta del imputado, que es la apropiación, no
podemos decir que él haya puesto todo de su parte para la consumación del delito, el
ejemplo más clásico del delito de resultado que da la doctrina es el homicidio, donde para
que se dé el grado de frustración el delincuente tiene que ejecutar completamente la acción
que es capaz de producir el resultado de dar muerte a una persona y este resultado no se
produce por una causa ajena a su voluntad. Establecido lo anterior solo es posible
encuadrar la conducta atribuida en el inciso 3° del artículo 7 del Código Penal y teniendo
presente lo dispuesto en el artículo 9 y 494 Bis del Código Penal aparece que esta conducta,
un hurto falta en grado de desarrollo de tentativa, no es punible en nuestro ordenamiento
jurídico, razón por la cual y de conformidad a lo dispuesto en el artículo 250 letra a) del
Código Procesal Penal, se acoge la solicitud de la defensa29 y se decreta el sobreseimiento
definitivo y total de la presente causa.”
TEXTO COMPLETO:
La Serena, diecinueve de noviembre de dos mil quince.
Siendo las 10:40 horas ante la Primera Sala de esta Corte de Apelaciones
presidida por el Ministro señor Juan Pedro Shertzer Díaz, e integrada por la Ministro señora
Marta Maldonado Navarro y la abogada integrante señora Susana Gómez Martínez, se lleva
a efecto audiencia para la vista del recurso de apelación interpuesto por el Ministerio Público,
en contra de la resolución dictada con fecha veintiocho de octubre de dos mil quince, por el
Juez de Garantía de La Serena, don Carlos Jorquera Peñaloza, que sobreseyó
definitivamente la causa respecto de la imputada de autos por un delito de hurto falta.
Se deja constancia que la audiencia, que queda registrada íntegramente en
sistema de audio, se realiza con la asistencia de la representante del Ministerio Público
doña Patricia González, quien se anuncia y alega por 6 minutos, revocando y del abogado
defensor don Erick Astudillo, quien se anuncia y alega por 6 minutos, solicitando la
confirmación de la sentencia recurrida.
Concluido el debate se suspende la audiencia.
Terminado el receso, se procede a dar lectura a la siguiente resolución.
VISTOS:
Atendido el mérito de los antecedentes y lo expuesto por los intervinientes
en estrados, teniendo en consideración que la imputada puso de su parte todo lo necesario
para la consumación del ilícito, sin embargo, éste no se verificó por causas independientes
a su voluntad, ya que fue sorprendida por una trabajadora del local en los momentos en
que salía del mismo sin pagar el precio de las especies que llevaba ocultas entre sus
vestimentas, de modo tal que el iter criminis se aviene con lo dispuesto por el artículo 7°
inciso segundo del Código Penal, debiendo considerarse que se encuentra en grado de
desarrollo frustrado y, por lo tanto, encontrándose expresamente regulado el tipo penal
correspondiente en el artículo 494 bis inciso segundo del mismo cuerpo legal, resultaba
improcedente declarar en esta etapa el sobreseimiento definitivo de la causa fundado en la
letra a) del artículo 250 del Código Procesal Penal, y visto, además, lo dispuesto en los
artículos 253, 358 y 360 del Código Procesal Penal, SE REVOCA la resolución dictada por
el Juzgado de Garantía de La Serena, con fecha veintiocho de octubre de dos mil quince,
mediante la cual se decretó el sobreseimiento total y definitivo de la causa, debiendo el juez
a quo continuar con el procedimiento correspondiente.
Con lo actuado, se levanta acta de lo obrado, la que es firmada por el Tribunal y
relator don Felipe Pizarro Ávalos quien actúa como ministro de fe.
Agréguese copia de lo resuelto a la carpeta digital, y manténgase el original en el
correspondiente registro llevado al efecto por el señor Secretario de esta Corte.
Regístrese y devuélvase vía interconexión.
Rol N° 573-2015.- Reforma Procesal Penal.
“Como suele ocurrir en la oposición por parte del Ministerio Público, se limita solo
a señalar que estamos en presencia de un delito de resultado pero sin ahondar o
fundamentar dicha oposición. Este juez estima que en los delitos de apropiación por medios
materiales como lo son el robo y el hurto son delitos de mera actividad y no de resultado,
entendiendo por delito de resultado aquéllos en que las consecuencias de la acción que
debe realizar el delincuente forman parte de la descripción del tipo penal, los ejemplos más
claros de la doctrina al respecto es el homicidio, aquí para que estemos en presencia del
delito de homicidio se requiere por parte del delincuente de la realización de una conducta
capaz de producir la muerte en otra persona, y que este resultado muerte efectivamente se
produzca y este tipo de delitos admite los tres grados de desarrollo que contempla nuestra
legislación por tanto estaríamos en presencia de un delito de resultado en grado de
frustrado cuando el delincuente pone todo de parte, es decir realiza la conducta que es
capaz de causar la muerte de otra persona pero ese resultado muerte no se produce por
causas ajenas a su voluntad, en cambio en los delito de mera actividad las consecuencias
de la conducta realizada por el delincuente no forma parte del tipo penal; en los delitos de
apropiación las consecuencias de la conducta es el cambio de patrimonio en relación a un
bien mueble determinado, desde su legítimo dueño a un tercero que lo adquiere de manera
ilegítima, ese cambio patrimonial no está descrito en la conducta punible y es por ello que
aquí estamos en presencia de un delito de mera actividad, es decir para que se consume
el delito el delincuente tienen que completar con su acción todos los elementos del tipo
penal, En este caso, tratándose de delito de hurto falta, si bien aparece que la imputada
dio inicio a la acción delictiva por medios directos consistente en la aprehensión material de
la especie mueble ajena con el propósito de apropiarse de ella, faltó justamente este
elemento de la apropiación entendiendo por tal circunstancia como el hecho de lograr
sustraer la especie objeto del delito fuera de la esfera de protección construida por su dueño
para evitar la apropiación de la especie, en este caso también se requiere que el delito no
se consume por una causa ajena a la voluntad de la imputada, como lo fue la oportuna
intervención de quien trabajaba en el local donde produjeron los hechos, de allí entonces
que solo es posible encuadrar la conducta atribuida en el inciso 3° del artículo 7 del Código
Penal y teniendo presente el valor de la especie objeto del delito que es menor a un medio
de una Unidad Tributaria Mensual, estamos en presencia de un delito de hurto falta y
teniendo presente además lo dispuesto en el artículo 9 y 494 Bis del Código Penal aparece
que esta conducta, un hurto falta en grado de tentativa, no es un hecho punible en nuestra
legislación por falta de castigo, por lo que se acoge la solicitud de la defensa 30 y de
NORMAS ASOCIADAS: CPR ART. 19 N° 3, LEY N° 20.084 ART. 31, CPP ART.
373 LETRA A, CPP ART. 340 INC. FINAL, CPP ART. 309, CPP ART. 374 LETRA E, CPP
ART. 342 LETRA C
SINTESIS: La Defensa recurre de nulidad por la causal del artículo 373 letra a) del
CPP, al haberse condenado al adolescente por un homicidio simple con prueba ilícita,
derivada de la confesión del imputado RPA sin la presencia del Fiscal ni de su Defensor
que indicó el lugar en que se encontraba el cadáver. La CS reconociendo la ilicitud de la
declaración del imputado descarta la infracción, por una parte, (1) de las pruebas que se
originaron en hechos anteriores e independientes de la práctica de la diligencia ilegal y, en
segundo lugar, respecto de las provenientes del hallazgo del cadáver (2) siguiendo la
Jurisprudencia Norteamericana del hallazgo inevitable (3) por existir prueba rendida ante el
TOP que demuestra que el (4) cadáver hubiese podido ser hallado por medios lícitos,
independientes de la declaración del entonces imputado ilegítimamente obtenida. Se
descarta, además, la causal del artículo 374 letra e) del CPP (5) porque ha existido una
adecuada valoración de la prueba por el TOP y no corresponde al tribunal ad quem “realizar
una nueva ponderación de los elementos de prueba vertidos en el juicio oral”.
(Considerandos 9°, 10°, 11°, 12°, 14°)
TEXTO COMPLETO:
Santiago, tres de noviembre de dos mil quince.
Vistos:
El Tribunal de Juicio Oral en lo Penal de Ovalle condenó en procedimiento ordinario,
por sentencia de treinta y uno de agosto de dos mil quince, al imputado DACC como autor
del delito consumado de homicidio simple en la persona de JMAC, cometido en la comuna
de Salamanca, a sufrir la pena de cuatro años de internación en régimen semi cerrado con
programa de reinserción social, eximiendo al imputado del pago de las costas.
La defensa del acusado31 dedujo recurso de nulidad a fojas 16, el que fue admitido
a tramitación por resolución de fs. 48, fijándose a fs. 49 la audiencia que se llevó a cabo
para su conocimiento.
Pronunciado por la Segunda Sala integrada por los Ministros Sres. Milton Juica A.,
Hugo Dolmestch U., Haroldo Brito C. y los abogados integrantes Sres. Jean Pierre Matus A.
y Carlos Pizarro W. No firma el Ministro Sr. Brito, no obstante haber estado en la vista de la
causa y acuerdo del fallo, por estar con licencia médica.
IV.- FUNDAMENTACIÓN DE LA
SENTENCIA PENAL
1. - Corte acoge el recurso de nulidad de la defensa por haber incurrido el
tribunal a quo en infracción al principio de no contradicción (ca la serena 11.01.2016
rol 631-2015)
Normas asociadas: CPP ART. 297; CPP ART. 342 c); CPP ART. 374
TEXTO COMPLETO:
La Serena, once de enero de dos mil dieciséis.
VISTOS Y CONSIDERANDO:
PRIMERO: Que en estos antecedentes - RIT 373-2015, RUC 14010562334 -
doña Pía Paulina Bustos Fuentes, abogado, defensor penal público, en representación
del sentenciado C.I.R.R., deduce recurso de nulidad en contra de la sentencia definitiva
dictada con fecha trece de noviembre del año en curso, en virtud de la cual se condenó a
C.I.R.R. como autor del delito de robo con intimidación, en grado consumado, a la pena
de cinco años y un día de presidio mayor en su grado mínimo, más las accesorias legales,
amparada en la causal única prevista en el letra e) del artículo 374 del Código Procesal
Penal, esto es cuando en el pronunciamiento de la sentencia, se hubiere omitido alguno
de los requisitos previstos en el artículo 342, letra c), vale decir la exposición clara, lógica
y completa de cada uno de los hechos y las circunstancias que se dieren por probados
fueren ellos favorables o desfavorables al acusado, de la valoración de los medios de
prueba que fundamentaren dichas conclusiones de acuerdo con lo dispuesto en el artículo
297 del Código Procesal Penal.
Explica, la reflexión efectuada sobre la prueba rendida en el juicio para dar por
establecida la participación de C.I.R.R. no cumple con la metodología del artículo 297 del
Código Procesal Penal ni con el estándar del artículo 340 del mismo cuerpo legal, lo
que se traduce en que el fallo recurrido no cumple a cabalidad con los requisitos que
le impone la letra c) del artículo 342 del indicado cuerpo legal: que la valoración de los
medios de prueba supone explicar el contenido de cada medio del modo que lo exige la
ley, y luego, comparar los hechos que ha aportado cada medio de prueba, con los
hechos alegados por las partes. Dicha comparación permitirá determinar cuáles son los
hechos probados. La letra c) del artículo 342 contiene una exigencia de motivación en
relación a dos aspectos: exposición clara, lógica y completa de valoración de los medios
de prueba y de los hechos y circunstancias que se dieren por probados, lo que no hace
– en este caso- el tribunal. En efecto, en el considerando 5° se tuvo por acreditado el
siguiente hecho: "Que con la prueba rendida en la audiencia ha resultado acreditado que,
con fecha 28 de Octubre de 2014, a las 9:00 horas aproximadamente, el acusado
C.I.R.R., actuando en conjunto a otro sujeto, interceptaron a la víctima C.A.M.W., en
calle El Molle, La Serena, amenazándole con un arma tipo escopeta, que aparentaba ser
de fuego, manifestándole con garabatos que entregara el dinero, sustrayéndole una
mochila con aproximadamente $4.000.000 en dinero en efectivo y $500.000 en
documentos bancarios, de propiedad del Servicentro Copec, del cual la víctima es
empleado, huyendo el imputado y su acompañante del lugar, con el dinero y especies en
su poder", tal razonamiento constituye una violación al principio de inocencia, y a los
estándares necesarios para arribar a una sentencia condenatoria; que el día de
ocurrencia del delito la víctima había entregado a Carabineros y funcionarios de la SIP
determinadas características que une a los sujetos que los habían asaltado; a saber, que
el sujeto era de tez blanca, delgado y de 1,70 metros de altura. Todas esas características
físicas no se condecían con las características físicas de C.I.R.R., quien es alto -mide 1,82
mts. es moreno y delgado razón por la cual, el probable reconocimiento de la víctima en la
audiencia de juicio se vería mermado por los datos que ella misma habla entregado a
funcionarios policiales.
Agrega, que el fallo se aparta de los principios de no contradicción y de la
razón suficiente, ambos integradores del principio de las reglas de la lógica al que alude el
artículo 297 del Código Procesal Penal, los pensamientos de la lógica formal son
permanentes e invariables y deben ser considerados por los jueces al resolver el asunto
que se somete a su conocimiento. El principio de la no contradicción, integrador de la lógica
formal, supone que una cosa no puede ser explicada por dos proposiciones contrarias
entre sí. Así, todos los argumentos sobre los que se sustenta una sentencia, deben ser
compatibles entre sí. De esta forma, si se afirma algo de una cosa o un sujeto, no puede
negarse al mismo tiempo, lo que se advierte en el párrafo 4° del considerando 5° del fallo, la
resolución condenatoria del tribunal, se otorga valor probatorio al reconocimiento del
condenado por parte de un testigo del Ministerio Publico, la víctima, reconocimiento que
se hizo por primera vez, a casi un mes de cometido el delito y, una segunda vez, en la
audiencia de juicio los sentenciadores al otorgar valor probatorio a estas circunstancias,
vulnera el principio de no contradicción, ya que claramente las características físicas
referidas por la víctima a los funcionarios policiales no eran las mismas entregadas por
ésta en el juicio y, menos aun, coincidían con las características físicas que el mismo
Tribunal pudo apreciar en la audiencia de juicio, ya que C.I.R.R. es un hombre de alta
estatura, delgado, moreno y con visibles cicatrices en su rostro.
Expone, que el fallo también contradice los principios de la lógica,
específicamente en lo que dice relación al principio de la razón suficiente. formulado en
los siguientes términos "Ninguna enunciación puede ser verdadera sin que haya una
razón suficiente para que sea así y no de otro modo”, lo que se relaciona con el raciocinio
que busca fundamentar el conocimiento o con un criterio formal de fundamentación, en
cuya virtud el juez deberá emitir un razonamiento fundado en conclusiones
adecuadamente deducidas de la prueba sometida a su conocimiento y valoración, por lo
que toda decisión del órgano jurisdiccional debe contener argumentos que la justifiquen,
para ser entendida y aceptada por los intervinientes permitiendo de esta forma la
reproducción del razonamiento utilizado para alcanzar las conclusiones a que arribe, lo
que no ocurrió en la especie, pues como se divisa del motivo 5, se desestimó la alegación
absolutoria fundando el rechazo de las alegaciones de la defensa en la existencia de un
supuesto mal entendido por parte de un funcionario policial, mal entendido que no se hizo
presente en el juicio y que el sentenciador supone de manera arbitraria, sin expresar de
forma alguna a cómo llega a aquella conclusión,
SEGUNDO: Que, como se desprende tanto de Código Procesal Penal cuanto de
la doctrina el régimen probatorio adoptado en el nuevo sistema y que comprende por una
parte la libertad de prueba y por la otra, la libre valoración de la misma –dos aspectos
indispensables para su adecuada funcionalidad– no puede sino tener otros límites que los
expresamente dados por el legislador, cuales son, la lógica, las máximas de la experiencia
y los conocimientos científicamente afianzados, todo lo cual ha de materializarse en la
fundamentación de las decisiones judiciales, de tal forma que estas guarden la
correspondiente armonía en términos de satisfacer los fines del proceso, manera en que se
legitiman las resoluciones judiciales, particularmente aquellas contenidas en una sentencia
definitiva;
TERCERO: Que, con lo expuesto y del tenor del fallo que ha precedido a la
decisión de los sentenciadores, es a partir de la motivación 5°, donde se da inicio al análisis
de la prueba que han percibido por sus sentidos y que en dicho contexto les corresponde
exclusivamente ponderar arriban a la conclusión de la participación culpable del imputado
en relación con la acusación fiscal relativa al delito de robo con intimidación;
CUARTO: Que, sin embargo, las consideraciones de los sentenciadores no se
ajustan al raciocinio propio del marco legal a la hora de arribar a la decisión condenatoria,
ya que está afectado el mecanismo de la lógica, especialmente del principio de no
contradicción, con que se ha debido obrar en relación a los tópicos que se han planteado
en el recurso por esta causal. En efecto y como lo advierte el recurso existen discrepancias
en torno a la identificación plena y absoluta de acusado con la del hechor en cuanto sean
la misma persona, el motivo 5° adopta una decisión absoluta de ser el acusado el
responsable del delito en tanto – según sostienen los jueces- la víctima no tuvo dudas en
la persona del imputado ( motivo 5°) “ la víctima fue certera en la audiencia de juicio, en
estaba bajo juramento y no inculpó a otra persona, como se ha dicho, señalando con toda
claridad que el acusado, que reconoció en juicio, fue quien le arrebató la mochila, de lo que
no le asiste ninguna duda”. Sin embargo, en los párrafos precedentes de este considerando
5°, la víctima considera a un sujeto “de regular contextura, tez blanca, 1.70 mts. de estatura,
no recordaba vestimentas y el otro era de contextura normal, tez blanca, ojos verdes y que
el carabinero González Ortiz señaló que conforme a las características que entregó la
víctima uno de los sujetos que le robó era de ojos verdes, contextura delgada y el otro de
contextura delgada y tez blanca”. Por otra parte, los jueces afirman “En concepto de estos
sentenciadores el relato prestado en estrados por la víctima es el que aparece como creíble,
en cuanto señaló que el 28 de octubre llamó a carabineros y les dijo que uno de los sujetos
era de contextura delgada alto, moreno, de aproximadamente un metro con setenta
centímetros y, a la pregunta de la defensa, dijo no recordar haber dicho que era de tés
blanca. Claramente el acusado es alto, más de lo que la víctima estimó, aunque advirtió tal
circunstancia, porque mide un metro y ochenta y dos centímetros, pero esos doce
centímetros de diferencia en su cálculo estimativo en nada inciden, porque no tuvo dudas
en reconocer en juicio al acusado, que sí es alto, como habría dicho” En definitiva, no hay
claridad sobre la altura del hechor, su tez, sus vestimentas, existen contradicciones
razonables, que afectan el principio de no contradicción antes aludido, no hay certeza que
el imputado – sin anotaciones prontuariales- sea la persona del hechor, máxime que en
este caso sólo existen los dichos de la víctima como antecedente inculpatorio.
En definitiva, conforme lo dicho, el presente recurso será acogido.
Por estas consideraciones y teniendo –además- presente, lo dispuesto en los
artículos 384 y 386 del Código Procesal Penal, SE HACE LUGAR, al recurso de nulidad
deducido por doña Pía Paulina Bustos Fuentes, abogado, defensor penal público, en
representación del sentenciado C.I.R.R., en contra de la sentencia definitiva dictada con
fecha trece de noviembre del año dos mil quince, librada por la Tercera Sala del Tribunal
Oral en lo Penal de La Serena, y, por consiguiente, SE INVALIDA la señalada sentencia y
el juicio oral que le precede, retrotrayéndose la causa al estado de convocarse a la
realización de un nuevo juicio oral por el tribunal no inhabilitado que corresponda.
Regístrese y comuníquese.
Pronunciado por la Segunda Sala de esta Corte de Apelaciones integrada por los
Ministros Titulares señor Humberto Mondaca Díaz, señor Vicente Hormazábal Abarzúa y el
abogado integrante señor Ciro Sabadini Foretich.
2. - Corte acoge recurso de nulidad interpuesto por la defensa: tribunal a-quo
no se hizo cargo de toda la prueba rendida en juicio (CA La Serena 11.01.2016 rol 632-
2015)
Normas asociadas: CPP ART. 297; CPP ART. 342 c); CPP ART. 374.
TEXTO COMPLETO:
La Serena, once de enero de dos mil dieciséis.
VISTOS:
En los antecedentes RUC 1400193457-1, RIT 4791-2014, el señor Juez Titular del
Juzgado de Garantía de La Serena, don Carlos Lorenzo Jorquera Peñaloza, por sentencia
de fecha 16 de noviembre de 2015, condenó a M.J.A.B.F. a la pena de sesenta y un días
de reclusión menor en su grado mínimo, más la accesoria de suspensión de cargo u oficio
público durante el tiempo de la condena y además a la suspensión del carné, permiso o
autorización que la habilite para conducir vehículos por el término de seis meses, por su
responsabilidad como autora de un cuasidelito de homicidio, ocurrido en la Ruta D-110,
entre las localidades de Punta de Choros y Los Choros, Comuna de La Higuera, el día 23
de febrero de 2014, en la persona de María Grafira Fredes Vicencio.
En contra de la sentencia antes mencionada el abogado Christian Rodríguez
Villalobos, defensor penal licitado, en representación de la sentenciada, interpuso recurso
de nulidad, solicitando la invalidación de la misma y del juicio en que ella recayó, el que
fundó en la causal del artículo 374 letra e) del Código Procesal Penal, esto es: “Cuando, en
la sentencia, se hubiere omitido alguno de los requisitos previstos en el artículo 342, letras
c), d) o e)”, diciendo la omisión relación específicamente con lo señalado en el artículo 342
letra c), el cual dispone que la sentencia definitiva contendrá: “La exposición clara, lógica y
completa de cada uno de los hechos y circunstancias que se dieron por probados, fueren
ellos favorables o desfavorables al acusado, y de la valoración de los medios de prueba
que fundamentaren dichas conclusiones de acuerdo con lo dispuesto en el artículo 297”.
Declarado admisible el recurso, se llevó a efecto la audiencia fijada para su
conocimiento, determinándose para la lectura del fallo el día 12 de enero de 2016, a las
12:00 horas.
CONSIDERANDO:
PRIMERO: Que el motivo de nulidad en que se basa el recurso es el contemplado
en el artículo 374 letra e) del Código Procesal Penal, por haberse omitido en la sentencia
cumplir con el requisito indicado en el artículo 342 letra c) del mismo Código, al no haberse
valorado la prueba de conformidad a lo dispuesto en el artículo 297 del mismo cuerpo legal.
Para fundarlo señaló el recurrente lo siguiente: Primeramente expresó que en la sentencia
impugnada se incurrió en la causal de nulidad en referencia en atención a haberse omitido
la valoración de la prueba. Así se advierte que la sentencia en el considerando 4° indica
que “se procedió a la práctica de la prueba propuesta y admitida, según consta del registro
de audio y que consistió en prueba testifical, pericial, documental. La requerida renunció a
su derecho a guardar silencio y prestó declaración en el juicio como medio de defensa”.
En los considerandos siguientes da por establecida la conducción del
vehículo por la acusada y el volcamiento del mismo y las características del pavimento en
el lugar del mismo, además de las condiciones climáticas existentes, el trazado de la ruta y
la hora aproximada en que tiene lugar.
En el considerando séptimo se indica que conforme a la prueba rendida
corresponde determinar si existió por parte de la requerida una conducta culposa y una
infracción reglamentaria, para agregar que “tratándose de la ley de tránsito hay culpa por el
solo hecho de que el agente hay ejecutado el acto prohibido o no haya realizado el ordenado
por la ley o el reglamento, pues ello significa la omisión de las medidas de prudencia o
precaución estimadas como necesarias para evitar la producción de un daño”
Finalmente, en el considerando noveno se expone y analiza la declaración
de la acusada, la declaración del perito de carabineros Karl Berngeher; en el undécimo se
menciona la prueba documental consistente en el certificado de defunción de la fallecida y
el Informe de autopsia elaborado por la Dra. Katia Cabrera.
La descrita es toda la prueba rendida e incorporada al juicio por el Ministerio
Público, pero no es toda la prueba rendida en juicio, toda vez que la defensa presentó a
dos testigos quienes depusieron en el juicio: doña Daniela Cifuentes y don Cristián Pastén,
la primera también era testigo de cargo y pasajera del vehículo conducido por la acusada y
el segundo, un bombero que llegó al sitio del accidente a prestar ayuda, razón por la que
fueron presentados en esa calidad para sostener la versión de los hechos de la defensa,
sin embargo en la sentencia no se menciona su declaración ni el tenor de la misma en parte
alguna del fallo, ni se alude a la individualización de los mismos, lo que estimamos una clara
infracción al artículo 342 letra c) del Código Procesal Penal, que dispone que la sentencia
definitiva debe contener una exposición de cada uno de los hechos y circunstancias que se
dieren por probados y la valoración de los medios de prueba que fundamentaren dichas
conclusiones, de acuerdo con lo dispuesto en el artículo 297 de dicha compilación legal.
En efecto, la valoración de la prueba debe ser completa, pues el juez debe
hacerse cargo en su fundamentación de toda la prueba producida, incluso de aquélla que
hubiere desestimado, indicando en tal caso las razones que hubiere tenido en cuenta para
hacerlo, pues la valoración no es otra caso que la confrontación de las pruebas rendidas en
juicio en un proceso dialéctico en que se pondera el mérito de cada medio de prueba en
forma individual y en el conjunto del plexus probatorio de modo de concluir si las
proposiciones asertivas de las partes han resultado probadas.
Expone que en la especie, se ha omitido completamente la prueba de la
defensa, lo que priva a la sentencia de un contenido racional que permita a ese interviniente
el conocer la razón de la desestimación y la recepción de la hipótesis acusatoria;
naturalmente, la mención del considerando cuarto en orden a que “ se procedió a la práctica
de la prueba propuesta, según consta en el registro de audio y que consistió en prueba
testifical, pericial, documental” no cumple las exigencias del artículo 297 del CPP.
En un segundo término, señaló que se incurrió en la sentencia impugnada
en la causal de en referencia, en atención a haberse efectuado en ella una errónea
valoración de la prueba rendida.
La prueba que sirvió para la decisión condenatoria fue valorada con
infracción al artículo 297 del Código Procesal Penal. Desde luego dicha prueba es solo la
de cargo. En el considerando duodécimo se afirma que los hechos en los que participó
como autora la sentenciada se enmarcan dentro de la figura del cuasidelito de homicidio,
dado que su actuar resultó imprudente, al perder el control del vehículo en que se
desplazaba, al no estar atenta a las condiciones del tránsito del momento y desplazarse a
una velocidad no razonable y prudente y con infracción de reglamento, en particular los
artículos 108 inc. 1° y 2° y artículo 144 de la Ley N° 18.290, infracciones que se encuentran
en relación de causa a efecto con la muerte de la víctima, resultado que era previsible y
evitable si la requerida hubiese sido cuidadosa en su actuar y respetuosa de la
reglamentación del tránsito.
Explica que dicha valoración no se ajusta a los cánones de racionalidad
desde que se infringen los principios de la lógica formal de la razón suficiente y de
corroboración, por cuanto no se acreditó en el juicio la infracción a las normas
reglamentarias de los artículos 108 y 144 de la Ley N° 18.290, desde que el perito Karl
Berngeher fue claro y preciso al indicar que no se pudo determinar la velocidad a la que
conducía la encausada, pero agrega que lo hacía a una velocidad no razonable ni prudente,
conclusión a la que llega por el accidente, afirmación y argumentación del perito y del
sentenciador respectivamente, que no corresponde a una causa necesaria que explique el
resultado, que por lo demás no es confirmado por otra prueba independiente, pues la
decisión a la que se llega sólo se funda en la prueba pericial y no participa su elaboración
en la prueba de la defensa, pues fue preterida, prueba que en lo que respecta a la
declaración de la testigo presencial, Daniela Cifuentes, ratificó la versión de la acusada en
relación a la conducción.
Lo que correspondía determinar –al contrario de la afirmado en el
considerando séptimo– era si efectivamente se produjo la infracción reglamentaria por parte
de la imputada y si ésta conforme al contexto de la prueba rendida en juicio no estaba
realmente atenta a las condiciones del tránsito y desplegó una conducta como disvalor de
acción que se concretizó en el disvalor de resultado, en otras palabras si existió una
infracción a la norma de cuidado en el actuar de la requerida que la hiciera merecedora de
reproche penal y no meramente infraccional, por cuanto la mera infracción reglamentaria
no puede bastarse en sí misma para configurar la infracción a la norma del debido cuidado
como reproche penal que establece todo delito imprudente, porque no se puede presumir
la responsabilidad penal, ni mucho menos de pleno derecho.
Los motivos en que se hace consistir la causal invocada son trascendentes pues
afectan a lo dispositivo del fallo, por lo que acarrean la nulidad de la sentencia y del juicio
oral.
SEGUNDO: Que al proceder a escuchar el registro de audio del juicio, se advierte
que la defensa de la encartada rindió prueba testimonial consistente en las declaraciones
de los testigos Cristian Pastén y Daniela Cifuentes Veloso, quienes expusieron lo que
estaba en su conocimiento respecto de los hechos materia del requerimiento y en cuanto a
la participación que habría correspondido en los mismos a la encartada, testigos que fueron
interrogados dentro de la audiencia por la defensa, por el señor fiscal del Ministerio Público
y por el tribunal, sin embargo de la lectura de la sentencia, como única referencia a esta
prueba aparece lo expresado en el motivo 4°, en que se señala, “Que se procedió a la
práctica de la prueba propuesta y admitida, según consta del registro de audio y que
consistió en prueba testifical, pericial, documental”.
TERCERO: Que el artículo 297 del Código Procesal Penal, al referirse a la
valoración por el tribunal de la prueba rendida en el juicio señala que ha de procederse de
la siguiente manera: a) Se le permite efectuar la apreciación con libertad, pero en el uso de
tal libertad no podrán ser contradichos los principios de la lógica, las máximas de la
experiencia y los conocimientos científicamente afianzados; b) Debe hacerse cargo de toda
la prueba producida, incluso de aquella que haya de ser desestimada, debiendo darse las
razones para esto último; y c) Se ha de señalar el o los medios de prueba con que se van
dando por probados los hechos y circunstancias que interesan a la controversia, pero
debiendo efectuarse un razonamiento mediante el cual se explique porqué se ha concluido
de tal manera.
CUARTO: Que de la lectura del fallo impugnado se advierte que no se dio
cumplimiento por el sentenciador a lo señalado en la letra b) del motivo anterior, ya que no
se hizo cargo de toda la prueba rendida en el juicio, atendido que no refirió lo expresado
por los testigos Pastén y Cifuentes en relación a la controversia, esto es, a los hechos del
requerimiento y a aquellos planteados por la defensa para desvirtuar los mismos. Además
de haber relatado lo dicho por tales testigos, acto seguido y como secuencia lógica, debió
el sentenciador haber procedido a apreciar tales declaraciones, lo que por cierto tampoco
ocurrió. En esta situación y no habiéndose procedido a la valoración de la prueba rendida
en el juicio de la manera establecida en el artículo 297 del Código Procesal Penal, resulta
forzoso concluir teniendo por probada la causal de nulidad deducida por la defensa de la
encartada, en atención a haberse omitido el cumplimiento de lo señalado en la letra c) del
artículo 342 del mencionado Código, en lo que dice relación a la regla que obliga a valorar
toda la prueba, contenida en el inciso 2° del artículo 297 del citado estatuto legal.
Y visto además lo dispuesto en los artículos 352, 372, 374 letra e) y 384 del Código
Procesal Penal, se acoge el recurso interpuesto por el abogado Christian Rodríguez
Villalobos en representación de la sentenciada M.J.A.B.F. y se declara la nulidad de la
sentencia de fecha dieciséis de noviembre de dos mil quince y del juicio simplificado en que
ella recayó, debiendo procederse por el juez no inhabilitado que corresponda a la
realización de un nuevo juicio oral simplificado.
Regístrese y devuélvase vía interconexión.
Redactada por el Ministro Titular, don Jaime Franco Ugarte.
Rol N° 632-2015 (Reforma Procesal Penal).
Pronunciado por la Segunda Sala de esta Corte de Apelaciones integrada por los
Ministros Titulares señor Jaime Franco Ugarte, señor Humberto Mondaca Díaz y señor
Vicente Hormazábal Abarzúa.