Relaciones Humanas
Relaciones Humanas
Relaciones Humanas
Es importante saber que para lograr una excelente relación humana lo primero y
principal es aceptarse a uno mismo, así aceptarás a los demás y por consecuencia serás
aceptado.
Entre los valores éticos más relevantes se pueden mencionar: justicia, libertad,
respeto, responsabilidad, integridad, lealtad, honestidad, equidad, entre otros.
Los valores éticos se adquieren durante el desarrollo individual de cada ser humano
con experiencia en el entorno familiar, social, escolar e, inclusive, a través de los
medios de comunicación.
Los valores éticos demuestran la personalidad del individuo, una imagen positiva o
negativa, como consecuencia de su conducta. Asimismo, se pueden apreciar las
convicciones, los sentimientos y los intereses que la persona posee.
Por ejemplo, el individuo que lucha por la justicia y la libertad, valores considerados
como positivos, son el reflejo de una persona justa. Pero, de lo contrario, se observa
un ser humano apático ante dichos valores y que da cierto apoyo a las injusticias.
Por tanto, los valores éticos permiten regular la conducta del individuo para lograr el
bienestar colectivo y, una convivencia armoniosa y pacífica en la sociedad.
Valores Morales
Valores Sociales
También, se puede decir que los valores sociales pretenden alcanzar y mantener el
equilibrio en las conductas de los individuos. No obstante, en ocasiones los valores
pueden generar contravalores a partir de su interpretación.
Por ejemplo, cuando en un grupo de amigos se practica el valor del respeto, se sabe
que entre ellos no se van generar insultos o malos tratos más allá de los
desencuentros por una u otra razón. Esto es posible gracias a que se antepone la
amistad a cualquier malentendido o discusión.
La importancia de los valores sociales radica en que fortalecen las relaciones humanas,
por lo que se reconoce la necesidad de poner en práctica el respeto, la amistad, la
justicia, la libertad, el amor, la honestidad, la tolerancia y demás valores, con la
finalidad de procurar un mejor futuro.
Es importante resaltar que los valores sociales pueden ajustarse o reorganizarse a lo
largo del tiempo y, a medida que las necesidades de la sociedad y de los individuos se
modifican.
Por tanto, no existe un orden estricto de cuáles son los valores sociales más
importantes. En la actualidad, puede ser el respeto, pero en un futuro puede ser la
libertad.
De allí que, los valores sociales se consideren como trascendentales, ya que,
intervienen en el actuar individual o social de las personas a fin de conseguir mejores
condiciones de vida.
Ningún valor social actúa de manera independiente porque, en conjunto, forman una
cadena de valores que, al repetirse una y otra vez, forjan resultados positivos.
Los Antivalores
Qué son Antivalores:
Como antivalores se conocen aquellas actitudes negativas que se oponen a lo que
establecen los valores éticos y los valores morales que regulan y guían las conductas
de las personas en la sociedad. La palabra, como tal, se forma con el prefijo anti-, que
significa ‘opuesto’, y el sustantivo valor.
En este sentido, los antivalores conforman una serie de actitudes negativas, incluso,
peligrosas, que se contraponen a su par opuesto, los valores, y que no reciben el
apoyo de la sociedad en general.
Por su parte, los valores son los principios del buen obrar, del camino de la virtud, del
bien, mientras que los antivalores suponen una forma de actuar inadecuada e
incorrecta. De allí que, los antivalores estén asociados a conductas inmorales o
antiéticas.
Los antivalores atentan contra los valores sobre los que se funda nuestra vida en
sociedad como el respeto, la tolerancia, la honestidad, la responsabilidad, la lealtad, la
solidaridad, la generosidad y la gratitud, entre otros. Por tanto, los antivalores
dificultan la buena convivencia, la armonía y el respeto mutuo, valores necesarios para
la vida social.
Asimismo, tanto las religiones como los diferentes sistemas de pensamiento ideológico
o filosófico se rigen de acuerdo a los sistemas de valores, a fin de evitar la práctica de
los antivalores como la deshonestidad, la injusticia, la intransigencia, la intolerancia, el
irrespeto o la irresponsabilidad, que se cuentan entre los más graves.
Cuando los antivalores rigen la conducta de una persona, por lo general, nos
encontramos con un individuo negativo, frío e insensible a quien no le importa los
demás y, mucho menos, las consecuencias que sus actos tienen sobre otros. De allí
que, los antivalores afecten la vida de las personas en los aspectos personal, familiar,
escolar o laboral.
Los antivalores deshumanizan y degradan a la persona que los profesa, tanto así que
puede recibir una sanción social e, incluso, en los casos más extremos, un castigo por
parte del Estado.
Normas de comportamiento
Normas del Comportamiento Social. Los hábitos de conducta social son conservados
y trasmitidos de generación en generación. Ellos constituyen modos de actuar, formas
de cortesía y respeto, manifestaciones de la cultura que se han acentuado sólidamente
en nuestra conducta.
En los lugares públicos, los espectáculos, la calle, los medios de transporte, etc. es
necesario observar las convivencia que facilitan y hacen más agradables el trato humano
con los que nos rodean. Es en estos lugares donde existe la oportunidad de demostrar
que hemos adquirido correctos hábitos de conducta social.
Cuidar las instalaciones escolares, los medios de transporte, lugares públicos, calles y
avenidas, parques y jardines, en fin la social, es una manifestación de desarrollo de la
conciencia social y una demostración de los valores educativos que hemos incorporado
a la conducta. Estos hábitos de conducta son formas de conducirse socialmente y su
formación requiere un especial cuidado por parte de los padres, maestros,
organizaciones sociales con el concurso entusiasta de los órganos masivos de
comunicación e instituciones culturales del país.
Esta prohibido por las ordenanzas sanitarias botar papeles o echar desperdicios a la
calle o lugares públicos. La calle es parte del ambiente social cuya limpieza e higiene
debemos cuidar.
Cuidemos de no realizar ninguna actividad que estropee o ensucie las aceras jardines
y calles.
Deben utilizarse los recipientes situados para echar papeles, desperdicios, colillas,
etc, cuando se transite por la calle. Si no tenemos a mano estos auxiliares de
limpieza, utilicemos en lo posible nuestros bolsillos. La calle es parte del ambiente
donde vivimos y conservarla limpia y bien cuidada será un deber elemental para con
los que nos rodean.
Esta prohibido fumar en los teatros, cines y vehículos públicos. Es una regla higiénica
de obligatorio cumplimiento y una demostración de buena educación.
Llegaremos a los espectáculos con tiempo para acomodarnos antes de que los
mismos comiencen. De esta forma disfrutaremos completamente del acto, seremos
disciplinados y no molestaremos a los demás.
Si en caso de justificada necesidad, no podemos esperar a un intermedio para
levantarnos, pediremos permiso y saldremos de nuestros asientos con sumo
cuidado. Es correcto disculparse cortés y discretamente.
Cuando una persona vaya a tomar asiento, lo más correcto es levantarse.
Facilitaremos los mejores asientos a nuestras compañeras y nos preocuparemos por
su comodidad.
Evitaremos los comentarios durante el desarrollo del espectáculo. Excepcionalmente
lo haremos, y en estos casos en voz muy baja, sin molestar a los demás.
Son de mal gusto y denotan mala educación las expresiones emotivas estridentes
dentro de teatros y cines. Aunque en los espectáculos deportivos las manifestaciones
estrepitosas de simpatía se han hecho usuales, las chifladuras y demostraciones
despreciativas hacia equipos y jugadores son contrarias a los sentimientos de
solidaridad humana y al espíritu deportivo.
Las conductas innatas o reflejas son unas de los primeros tipos de conducta que
realizamos en nuestra vida, y se caracterizan por ser aquellas que aparecen en la
persona o ser de manera natural y derivada de nuestra genética, sin que nadie nos las
haya enseñado antes. Un ejemplo de ello lo encontramos en reflejos como el chuparse
el dedo o mamar cuando somos bebés.
Pueden aparecer tras el nacimiento o incluso antes (ya se observan algunas conductas
de este tipo en la etapa fetal).
3. Conducta observable/manifiesta
La conducta observable o manifiesta es aquella que se puede ver a simple vista desde
el exterior. Se trata de comportamientos que llevamos a cabo y que implican algún tipo
de movimiento por nuestra parte en relación con el medio que nos rodea.
Son el tipo de conducta que se suele considerar como tal, ya que nos llevan a “hacer”
físicamente alguna acción.
En este sentido, corrientes como el primer conductismo las consideraban inicialmente
el único tipo de conducta observable y demostrable empíricamente.
4. Conducta latente/encubierta
Tal y como hemos comentado con anterioridad, cosas como imaginar, pensar, recordar
o fantasear son actos o comportamientos que no pueden apreciarse a simple vista
desde el exterior, pero no dejan de ser actos que llevamos a cabo. Se trata de las
conocidas como conductas encubiertas.
5. Conductas voluntarias
Otro tipo de clasificación de conductas que puede aplicarse tiene que ver con la
presencia o ausencia de voluntariedad a la hora de llevarlas a cabo. Las conductas
voluntarias son todas aquellas que el sujeto que las realiza lleva a cabo de manera
consciente y de manera acorde a su voluntad.
6. Conductas involuntarias/reflejas
Por otro lado, las conductas involuntarias son todas aquellas que se llevan a cabo de
manera inintencional.
Por lo general ello incluye principalmente las conductas reflejas: retirar la mano de un
fuego que nos quema, respirar o el conjunto de reflejos de los cuales disponemos
desde el nacimiento.
7. Conductas adaptativas
Entendemos como conductas adaptativas a todas aquellas que permiten a aquel que
las realiza adaptarse de manera más o menos eficiente al medio que le rodea, de
manera que su realización resulta una ventaja y facilita la supervivencia y el ajuste y
bienestar del sujeto.
8. Conductas desadaptativas
Existen también conductas que dificultan que el sujeto se adapte al medio y que le
pueden generar malestar o dificultar su funcionamiento en el entorno en el que se
encuentra.
Estas serían las denominadas conductas desadaptativas, las cuales tienden a causar
sufrimiento y que por lo general resulta deseable modificar (aunque a veces es difícil o
el propio sujeto no quiere hacerlo).
9. Conductas apetitivas
Se trata del conjunto de acciones que llevamos a cabo con el fin de conseguir obtener
el objetivo, meta o gratificación que nos mueve a la actuación, y que nos permiten dar
por finalizada un patrón o serie de acciones o comportamientos para lograrla.
Este tipo de conducta hace referencia a aquella que el sujeto lleva a cabo como
consecuencia de la asociación realizada entre su emisión y la presencia o ausencia de
otro estímulo apetitivo o aversivo.
Se trata de un concepto más conocido como respuesta condicionada, estudiada por la
corriente conductista de la psicología y utilizada por autores como Pavlov con su
condicionamiento clásico.
Más conocida como respuesta incondicionada, se trata del tipo de conducta que el
sujeto realiza de manera innata y natural al presentarse un estímulo de por sí
apetecible o aversivo, hacia el que hay una tendencia a acercarse o a alejarse
dependiendo del caso.
Buenos Modales
Los buenos modales refieren a las costumbres de cortesía
que se mantienen en una sociedad determinada. Las
mismas tienen un fuerte componente cultural, es decir,
dependen de circunstancias históricas antes que nada. Así,
veremos cómo existen en sociedades alejadas culturalmente
distintas formas para saludarse, para despedirse, para
expresarse gratitud, para solicitarse algo. Lo buenos
modales siempre serán importantes si lo que se desea es
mostrar reconocimiento hacia las otras personas,
reconocimiento que ayude a entablar relaciones de todo
tipo. Es por esta circunstancia que los buenos modales deben enseñarse a los niños ya
desde temprana edad, para generar un hábito positivo.
Los buenos modales pueden entenderse como formas más o menos mecánicas de
demostrar valoración a terceros. Con “mecánicas” se intenta referir a que son
establecidos de manera cultural y tienen rasgos más o menos permanentes. Así, por
ejemplo, al encontrarse con una persona con la que se tiene poca familiaridad el
saludo puede expresarse mediante un apretón de manos, en el caso de hacer un
pedido se utiliza la expresión “por favor”, se da las gracias cuando se percibe algún
beneficio por parte de otra persona, etc. Todas estas formas de reconocimiento tienen
un amplio cariz cultural y están predefinidas de antemano.
Los buenos modales son enseñados por lo general en la casa a partir de los familiares
directos; en menor grado son enseñados en el colegio. En este sentido, es importante
que se transformen en un hábito de forma tal que siempre estén a flor de piel para el
trato interpersonal. Los buenos modales en algunas personas están ausente en buena
medida por un déficit en su educación, hecho que se explica por haberse desarrollado
en un ambiente en los que se les daba poca relevancia a los mismos. Ciertamente son
relevantes si se los usa atinadamente y reflejan la buena voluntad hacia los demás.