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Biblioteca Colón-Organización de Estados Americanos

Disputa Territorial: Belize – Guatemala *

Primeros asentamientos españoles e ingleses

Para la época en que llegaron los primeros conquistadores europeos en los siglos XVI y
XVII todavía existían asentamientos mayas en partes de los territorios que ahora se
conocen como Belize, Guatemala y México. Por ejemplo en la provincia maya de
Chetumal que era lo que ahora es la parte norte de Belize y en el sur del estado de
Quintana Roo en México. En áreas más hacia el sur había asentamientos de los Mayas
Mopán y aun más al sur vivían los Mayas Manche Chol. En Belize central se encontraba
la provincia maya de Dzuluinicob cuyo centro político era Tipu. En 1502 Cristóbal Colón
llegó al Golfo de Honduras durante su cuarto viaje y algunos años más tarde dos de sus
navegantes Martín Pinzón y Juan De Solís navegaron la costa de Belize para llegar a
Yucatán. En 1525 empezó la conquista de Yucatán cuando España envió expediciones a
Guatemala y Honduras. Los españoles iniciaron sus principales expediciones al resto de
territorios desde Yucatán pero encontraron una fuerte resistencia maya en las provincias
de Chetumal y Dzuluinicob. Esta área se convirtió en un refugio de la invasión española
pero debido a enfermedades que los mayas contrajeron de los españoles, se debilitaron
lo suficiente para no poder seguir resistiéndose a la conquista (Merill 161).

A pesar de que España conquisto Tipu en 1544, Tipu estaba muy lejos de los centros
coloniales de poder, principalmente de Yucatán, como para ser efectivamente
controlado. En 1638 empezó un periodo de resistencia en Tipu y para 1642 toda la
provincia de Dzuluinicob estaba en estado de rebelión. Adicionalmente, en 1642 y de
nuevo en 1648, piratas atacaron Salamanca de Bacalar, el lugar de gobierno español al
sur de Yucatán, lo cual marcó el fin del control español sobre las provincias de Chetumal
y Dzuluinicob. Es por eso que se puede afirmar que entre 1638 y 1695 los Mayas que
habitaban el área de Tipu gozaron de autonomía del gobierno español. En esa misma
época (1638), corsarios ingleses provenientes de las Antillas se interesaron por la riqueza
maderera en donde ahora es Belize por lo que se establecieron en la zona y la llamaron
Bahía de Honduras y más tarde Honduras Británica (Bardini 38). Casi 30 años más tarde
en 1667, se firmó un tratado europeo que pretendía eliminar la piratería y eso incentivó
a los bucaneros ingleses que cortaban madera en el área de Belize a establecerse de una
manera más permanente en el territorio beliceño. El 18 de julio de 1679, Inglaterra y
España firmaron el Tratado de Madrid o el Tratado Godolphin que reconocía las
posesiones inglesas en las Indias Occidentales, no obstante no se especificó cuáles.
Posteriormente, casi a finales de siglo, en 1697, los españoles conquistaron a los Itzá
(grupo étnico de afiliación maya) y en 1707 los españoles decidieron reinstalar
forzosamente a los habitantes de Tipu en un área cercana al Lago Petén Itzá. Tipu, el
centro político de la provincia maya de Dzuluinicob y la última unidad maya
independiente, dejó de existir precisamente en el mismo momento en que los ingleses
se interesaban cada vez más en el área. (Merill 162).

Límites de la explotación maderera inglesa

Ambas coronas, tanto la española como la británica, firmaron una serie de acuerdos con
respecto a la explotación maderera por parte de Inglaterra con el fin de fijar los límites
en los que se podía llevar a cabo esta actividad. En 1763 se firmó el Tratado de París que
estableció que España garantizaría que los vasallos y trabajadores de la corona británica
corten, carguen y transporten el palo de tinte sin ser molestados de ninguna manera. A
cambio, Inglaterra debía demoler todas las fortificaciones que sus vasallos pudieron
haber construido en la Bahía de Honduras y en otros territorios españoles máximo 4
meses después de la ratificación de este tratado. No obstante, el pacto todavía no señaló
límites específicos para las actividades inglesas.

Años más tarde, en 1783 se firmó el Tratado de Versalles. Con esto, la Corona española
tuvo como objetivo principal evitar que la ocupación inglesa se continuara extendiendo
en el territorio de Belize, por lo que se les autorizó a los ingleses a continuar explotando
el palo de tinte pero ahora fijando “límites indelebles” para dicha actividad. Del mismo
modo, es importante recalcar que con este tratado España se reservaba la “plena
soberanía sobre el territorio objeto de la concesión, [lo cual] Inglaterra reconoció” (Libro
Blanco en CP/DOC.935/79). Estos límites eran el Río Hondo y el Río Belize. Para poner en
acción lo estipulado, el gobierno español concedió el plazo de 18 meses para que los
asentamientos ingleses se agruparan estrictamente dentro del territorio comprendido
entre los dos ríos. España les daría todas las facilidades necesarias para la reubicación y
permitiría que los habitantes ingleses ejercieran libremente actividades de pesca para su
subsistencia. Pero, como se dijo, nada de esto derogaría los derechos soberanos de la
Corona española sobre el territorio beliceño.

No obstante, los asentamientos ingleses consideraron que el área delimitada entre los
ríos Hondo y Belize no era suficiente para la explotación maderera y pesquera, por lo
que pidieron a Londres que negociara una ampliación de los límites anteriormente
establecidos por el Tratado de Versalles. Estas negociaciones culminaron en 1786 con la
Convención de Londres. En esta Convención, España amplió el área de explotación
maderera hasta el Río Sibún. Así mismo, hizo una serie de concesiones a los ingleses
tales como: la libertad de cortar cualquier otra madera aparte del palo de tinte,
aprovecharse de cualquier fruto o producción de la tierra en su estado natural, la
ocupación de una pequeña isla conocida como Cayo Casina y la libertad de pesca. En
cuanto a las restricciones, Inglaterra no podría establecer sus tropas o artillerías en dicho
territorio, los asentamientos en esta área estarían sujetos a inspección española dos
veces al año e Inglaterra estaba prohibida de establecer cualquier tipo de gobierno civil
o militar en el área. Además, al igual que en el Tratado de Versalles, la soberanía
española ejercida en ese territorio no estaría en duda. “De esta cuenta, hasta antes del
tratado con Guatemala [1859], la Gran Bretaña no consideró oficialmente a Belize dentro
de su dominio colonial y le dio únicamente la denominación de territorio” (Libro Blanco
en CP/DOC.935/79).

En 1802 se firmó el Tratado de Paz de Amiens que puso fin a la guerra entre Inglaterra,
Francia, España y la República Bátava y estableció en su tercer artículo que:
“Su Majestad británica [debía restaurar] a la República francesa y [a] sus aliados, Su
Católica Majestad [España] y la República Bátava, todas las posesiones y colonias que les
pertenecían y que [habían] sido ocupadas o conquistadas por las fuerzas británicas
durante el curso de la […] guerra, con la excepción de la isla de Trinidad y las posesiones
holandesas en la isla de Ceilán”. De ahí que años antes en 1798 la flota hispana haya
querido invadir los asentamientos ingleses rn Belize para recobrarlos, no obstante, sin
éxito.

Hasta 1819 Inglaterra reconocía que Belize no era parte de sus colonias, es más, el
Parlamento inglés declaró que Belize “no estaba dentro de los límites y dominios de Su
Majestad Británica” (CP/DOC.935/79). Incluso, después de la independencia de
Centroamérica en 1821, la documentación británica oficial encontrada en los Archives of
British Honduras da a conocer que, en teoría, Inglaterra se seguía considerando como
“simple usufructuario del territorio de Belize”. Asimismo, los ingleses tenían claro que su
permanencia en Belize estaba respaldada únicamente por los tratados anglo-españoles
de 1783 y 1786 y que por lo tanto, cualquier tipo de negociación debía hacerse con
Guatemala, que ostentaba plena soberanía del territorio al sur del Río Sibún. Por ende,
cualquier traspaso de la frontera natural del Río Sibún por parte de los ingleses, fijada en
acuerdos previos, constituiría un acto de usurpación.

En 1850, sin embargo, Inglaterra y Estados Unidos firmaron el Tratado Clayton-Bulwer. El


antecedente de dicho tratado fue la independencia de Centroamérica en 1821 que trajo
consigo un periodo de transición que incluyó guerras civiles, disputas políticas y la
ruptura de la unidad nacional. Por lo tanto, como consecuencia de esto y, difiriendo de
lo encontrado en los archivos oficiales británicos, las autoridades inglesas y Beliceñas
aprovecharon este periodo para extender sus asentamientos hasta el Río Sarstún,
algunas islas de Honduras y hasta el Río San Juan en Nicaragua. Es decir, cuando España
perdió el control sobre México y Centroamérica en 1821, Inglaterra ya había extendido
su control sobre el área. Para la década de 1830, Inglaterra consideraba lo que ahora es
Belize, es decir, el territorio comprendido entre el Río Hondo y el Río Sarstún como
inglés (Merill 182). Estados Unidos, notando con preocupación esta serie de eventos,
negoció con Inglaterra el Tratado Clayton-Bulwer que especificaba en su primer artículo
que ninguna de las dos potencias “[…] ocuparía ni fortificaría, ni colonizaría a Nicaragua,
Costa Rica o la Costa de Mosquitos, ni asumiría ni ejercería ningún dominio sobre estos
países, ni sobre ninguna otra parte de la América Central” (Tratado Clayton-Bulwer en
CP/DOC.935/79). Sin embargo, Inglaterra no consideró este tratado como “aplicable” al
territorio de Honduras Británica ni sus dependencias, por lo cual ratificó el tratado pero
habiendo hecho la anterior declaración. Esto suscitó una discusión con Estados Unidos
que entendía que los asentamientos ingleses en Belize tenían como único respaldo los
tratados anglo-españoles de 1783 y 1786 y que la soberanía española había pasado a las
repúblicas hispano-americanas como antiguas provincias del imperio español. Por estas
razones, en 1856 Estados Unidos e Inglaterra volvieron a firmar un tratado entre los dos
llamado Tratado Dallas-Clarendon. En este tratado se agregó un artículo adicional al
Tratado Clayton-Bulwer que establecía como limite sur de los asentamientos ingleses el
Río Sarstún. No obstante, este tratado no fue ratificado, por lo que quedó vigente el de
Clayton-Bulwer (Herrarte 16).

Es en este momento en el que surgen de una manera más clara las razones que
sustentan las bases de esta disputa. Las repúblicas independientes que se establecieron
tras la desintegración del imperio español en la década de 1820, afirmaban que habían
heredado los derechos soberanos de España en esa área pero Inglaterra nunca lo aceptó
porque consideraba que ellos eran los que ejercían el único control efectivo sobre le
área. Por lo tanto, se puede ver que es en esta premisa que se respaldaba el reclamo de
Belize por parte de Guatemala y de México. Sin embargo, México desistió de reclamar
una porción de Belize al norte del Río Sibún debido a que firmó un tratado con Inglaterra
en 1893 (Merill 182).

Tratado Aycinena-Wyke

En 1859 llegaría un momento importante en el proceso de negociación entre Belize y


Guatemala: la Convención entre la República de Guatemala y su Majestad británica,
relativa a los límites de Honduras Británico o el Tratado Aycinena-Wyke. Como parte del
contexto histórico se puede decir que a partir de 1856 el “filibustero” William Walker
amenazó desde Nicaragua en convertirse en el dictador de Centroamérica. Por lo tanto,
ante la amenaza de Walker, “[…] las autoridades guatemaltecas decidieron solicitar la
protección armada de Inglaterra a cambio de reconocer oficialmente su asentamiento
en Belize” (Bardini 39). De ahí que Sir Charles Lennox Wyke, representante de la corona
británica, y Pedro de Aycinena, Secretario de Relaciones Exteriores de Guatemala,
firmaran el 30 de abril de 1859 el Tratado Aycinena-Wyke sobre los límites de Belize.
Dentro de las estipulaciones del tratado estaba que los límites del asentamiento inglés
serían desde el Río Sarstún (al sur) pasando por el Río Belize hasta llegar a la frontera
norte con México. Adicionalmente, se determinó que para “mejorar y perpetuar las
amistosas relaciones” entre los dos países, ambos debían poner conjuntamente su
empeño para lograr establecer una comunicación más fácil (ya sea por carretera, ríos o
ambos) entre el lugar más conveniente entre la costa del Atlántico cerca del
establecimiento de Belize y la capital de Guatemala (Tratado Aycinena-Wyke en OEA/
Ser. G CP/DOC.935/79).

Desde el punto de vista británico, este tratado simplemente establecía los límites de un
área ya dominada por Inglaterra. Pero, por otro lado, desde el punto de vista
guatemalteco éste resultaría ser un tratado secesionista que Guatemala sólo podría
permitir bajo ciertas condiciones, como la construcción de una carretera desde este país
a la costa caribeña (Merill 182).
En resumen el tratado reconoció la soberanía inglesa de facto sobre el territorio
beliceño, cuyas fronteras eran las mismas que en la actualidad. La aceptación de
Guatemala a estos límites podría ser ampliamente debatida, se podría argumentar que
Guatemala tuvo como única salida firmar el tratado debido a la creciente amenaza de
Walker. Además lo vio como un acuerdo que lo podría ayudar en caso de futuras
agresiones, al tener un vecino tan fuerte como lo era Inglaterra. “[E]l gobierno de
Guatemala obró por estado de necesidad y por presiones británicas[, esto] se demuestra
también con el hecho de que el nuevo representante británico, George Mathew, dio
declaraciones en el sentido de que Guatemala deberá considerarse suficientemente
pagada con tener su frontera cubierta por las posesiones británicas” (Herrarte 32).

Por el contrario, la posición de Inglaterra se basaría entre otros factores, como en una
nota de parte del representante de Guatemala ante Londres entregada al gobierno
británico en julio de 1857 como borrador del futuro tratado que firmarían. Una parte de
la nota decía que “el gobierno de Guatemala […] se declara convencido de su propia
conveniencia en aceptar los hechos consumados [o de facto]; se siente honrado y
satisfecho en la vecindad de una nación tan poderosa e ilustrada; se complace en
reconocer la comunidad de intereses que resulte de dicha vecindad entre Inglaterra y
Guatemala, y se congratula al pensar que por tan plausibles motivos puede sacar
ventajas” (Bardini 39).

Las discusiones a raíz de este tratado continuaron en forma de correspondencia entre


los Embajadores plenipotenciarios que lo habían firmado: Aycinena y Wyke. El gobierno
británico terminó por declarar que el tratado firmado era únicamente de límites y que la
séptima cláusula (la que estaba creada para “mejorar y perpetuar las amistosas
relaciones” entre los dos países) obedecía únicamente a una generosidad inglesa, por lo
cual se abstuvo de entregar alguna compensación (la carretera) por el territorio ganado.
Por esta razón el 12 de agosto de 1963 se firmó un convenio en Londres en el que el
representante guatemalteco Juan Francisco Martín aceptó una suma compensatoria por
el territorio, sin embargo ninguno de los dos gobiernos lo ratificó. Este debate se cerró
años más tarde a finales de siglo con una declaración de Guatemala diciendo que dados
los hechos y la falta de compensación británica estipulada en el tratado de 1859, las dos
partes contratantes quedaban en libertad de sus compromisos. Adicionalmente se hizo
una protesta sobre la ocupación inglesa en lo que consideraban territorio guatemalteco.

Negociaciones en el Siglo XXI

La discusión sobre la validez del Tratado Aycinena-Wyke revivió en la década de 1930


cuando Guatemala estaba bajo el mandato del General Jorge Ubico. Guatemala
argumentó que el tratado era inválido porque la carretera nunca fue construida.
Mientras, Inglaterra objetaba que Honduras Británica (Belize) era claramente territorio
soberano inglés ya que Guatemala nunca ejerció soberanía efectiva sobre esta área
(Merril 182). Durante este tiempo, y hasta antes de que iniciara la Segunda Guerra
Mundial, hubo una serie de propuestas, mayoritariamente hechas por Guatemala a
Inglaterra, referentes a cómo se podría resolver la disputa. Estas propuestas se
presentaron en 1936 y 1937. La de 1936 estipulaba que Inglaterra debía devolver Belize
a Guatemala más una indemnización monetaria o que Inglaterra debía pagar una
indemnización monetaria más una franja de tierra; Inglaterra no se pronunció al
respecto. En 1937 Guatemala propuso el arbitraje del presidente estadounidense
Franklin Delano Roosevelt. Inglaterra aceptó la mediación, más no el mediador. Más
tarde en 1940, Inglaterra propuso someter el asunto a la Corte Permanente de Justicia
Internacional, sin embargo los dos países no se pudieron poner de acuerdo en las
cuestiones a resolver (Herrarte 36).

En solidaridad hacia las democracias occidentales, Guatemala suspendió sus reclamos


durante la Segunda Guerra Mundial. Pasada la guerra, en 1945 la Constitución de
Guatemala declaró que Belize era parte del territorio guatemalteco ya que si Inglaterra
había fallado en cumplir la séptima cláusula del tratado de 1859, Guatemala no tenía por
qué cumplir la primera, en la cual se establecían los límites de Belize como son en la
actualidad. En apoyo a la Constitución, el Congreso guatemalteco emitió el 9 de abril de
1946 el Decreto No. 224 en el que se reafirmaba la caducidad del Tratado Aycinena-
Wyke.

En 1948 y 1957 Guatemala propuso a Belize ser un estado libre asociado, pero Inglaterra
rechazó la propuesta. En 1963 se logró que ambos países solicitaran la mediación del
gobierno de Estados Unidos. Lyndon B. Johnson quien aceptó la mediación, nombró
como representante al abogado Bethuel M. Webster. Esto sucedió ya que Guatemala
había roto relaciones con Inglaterra el 24 de julio de ese mismo año debido a que el
gobierno inglés manifestó que incorporaría a Belize al Commonwealth británico, le
concedería mayor autonomía y también la posibilidad de tener un gobierno propio.
Estas decisiones fueron fruto de una conferencia llevada a cabo en Londres el 1 de
febrero de 1960 y que acabó 10 días más tarde. Dentro de las estipulaciones de la
conferencia estaba el incremento de miembros beliceños en el Consejo Legislativo y
asimismo la disminución de miembros nombrados por el gobernador británico, esto
entraría en vigor el 1 de enero de 1964. En 1965 Webster empezó sus buenos oficios
mediando entre los dos países. No obstante, Inglaterra rechazó las propuestas finales
que se presentaron en 1968 ya que éstas estipulaban el retiro de Inglaterra del territorio
beliceño así como una estrecha relación entre Belize y Guatemala con el fin de que esta
última asumiera la defensa de Belize y su representación exterior. Del mismo modo
grupos de oposición en Belize rechazaron las propuestas y pidieron su independencia de
Inglaterra (Herrarte 38,39, CP/DOC.935/79 & Merril 183).

Una serie de reuniones empezaron en 1969, pero acabaron abruptamente en 1972


cuando Inglaterra anunció que enviaría tropas a Belize para llevar a cabo ejercicios
anfibios. Por esa razón, el 15 de abril de ese mismo año el representante de Guatemala
el Sr. Roberto Herrera Ibargüen exigió, ante la Asamblea General de la Organización de
Estados Americanos en Washington, D.C., la condición de retirar toda fuerza militar
intimidatoria del territorio guatemalteco de Belize por parte de Gran Bretaña para
continuar negociando pacíficamente (AG/RES.79 (II-O/72)).

En 1975 Guatemala declaró que no permitiría que la independencia de Belize fuera


entregada unilateralmente por Inglaterra y propuso un arreglo territorial con Inglaterra;
el gobierno inglés manifestó la posibilidad de que eso sea posible. Sin embargo, la
oposición de Belize no aceptó ningún arreglo territorial pidiendo solamente que su
independencia se difiriera por algún tiempo (Herrate 39). En este punto, el gobierno de
Belize consideró que si conseguía apoyo internacional podría fortalecer su posición,
debilitar los reclamos de Guatemala y dificultar la posibilidad de que Inglaterra haga
alguna concesión. La posición Beliceña se basaba en que Guatemala estaba frustrando la
aspiración legítima de Belize a independizarse y que Guatemala estaba presentando un
reclamo irrelevante y colonialista. Por estas razones entre 1975 y 1981 Belize declaró su
derecho a la libre autodeterminación en distintos foros internacionales, incluyendo la
Organización de Naciones Unidas. Esto dio paso a que varios países apoyaran la causa
independentista de Belize: Cuba fue el primer estado latinoamericano en reconocer a
Belize en diciembre de 1975, México abogó por Belize ante el Consejo de Seguridad de la
ONU para prevenir que Guatemala interfiriera en la emergente nación, en 1976 el
presidente panameño Omar Torrijos hizo campañas de apoyo a Belize y en 1979 el
gobierno sandinista de Nicaragua declaró su rotundo apoyo a la independencia Beliceña
(Merril 183, 184).

La ONU aboga por Belize

El 11 de noviembre de 1980, la Asamblea General de la ONU adoptó la Resolución


35/20 reafirmando el derecho inalienable del pueblo de Belize a la autodeterminación,
independencia e integridad territorial, y declarando que Belize deberá convertirse en un
Estado independiente antes de la próxima sesión de la ONU en 1981. Guatemala quedó
aislada del resto de países que votaron unánimemente por la aprobación de la
resolución, incluso Estados Unidos que históricamente se había abstenido de votar
cuando se discutía el tema del diferendo territorial dio un voto favorable en esta
ocasión. Del mismo modo, la ONU hizo un llamado a Inglaterra a continuar defendiendo
la nueva nación de Belize. También pidió al resto de estados miembros de la
organización que ofrecieran su asistencia. Como antecedente a esto la ONU había
aprobado una resolución similar a esta (A/RES/34/38) el 30 de noviembre del año
anterior. Adicionalmente el 14 de marzo de 1980, después de revisar de nuevo el caso de
Belize y Guatemala, la Organización de Naciones Unidas declaró que rechazaba el
reclamo de Guatemala de que Belize sea parte de su territorio (Merril 184)

Como último intento para llegar a un acuerdo con Guatemala antes de la independencia
de Belize, se firmó el 11 de marzo de 1981 en Londres las Bases de Entendimiento. Este
acuerdo planteaba el reconocimiento de Belize por parte de Guatemala e Inglaterra
como Estado independiente y la cooperación entre Belize y Guatemala en temas de
seguridad, comercio y proyectos de beneficio mutuo. No obstante, lo último a lo que se
llegó fue a un entendimiento entre los países. El gobierno guatemalteco se rehusó a
ratificar el tratado y se retiró de las negociaciones. A pesar de no proveer alternativas, la
oposición Beliceña tampoco aceptó el acuerdo y llevó a cabo actos violentos para
demostrarlo, por esa razón se declaró un estado de emergencia en el territorio. Meses
después unidos por un sentimiento independentista, los habitantes de Belize
proclamaron el 10 de septiembre de 1981 su independencia de Inglaterra. Se reconoció
la independencia de Belize y se estableció en su Constitución que la frontera oeste del
territorio beliceño con Guatemala era la establecida en el Tratado Aycinena-Wyke de
1859 (Merill 184 & Herrarte 41). Cuatro días más tarde Belize se convirtió en estado
miembro de la Organización de Naciones Unidas.

Los estados americanos se manifiestan ante la “Cuestión Belize”

Dado que Guatemala ha sido miembro de la Organización de Estados Americanos desde


1948 (y parte del sistema interamericano desde 1889), la OEA ha sido un actor muy
importante en el proceso de negociación entre Belize y Guatemala. Ambos países, en
alguna instancia del proceso, han depositado su confianza en esta organización para que
sirva de mediador imparcial en la disputa. A continuación un recuento de las
negociaciones más destacadas llevadas a cabo en el marco institucional de la OEA.

Desde antes de que se conformara la OEA como tal, ya empezó a existir una
preocupación en los foros internacionales conformados por representantes de países
americanos, sobre el diferendo territorial entre Belize, Guatemala e Inglaterra. En la
Segunda Reunión de Consulta entre los Ministros de Relaciones Exteriores de las
Repúblicas Americanas en 1940 en La Habana, se emitió la Resolución XIX que expresaba
el deseo de los países americanos de que haya un arreglo pacífico en lo que llamaron “la
cuestión Belize”. Años más tarde en la IX Conferencia Internacional Americana llevada a
cabo en Bogotá en 1948, Guatemala propuso la eliminación del coloniaje en las
Américas por ser “anacrónico y entorpecedor”. Al ser una idea compartida por varios
países, se consideró la Resolución XXXIII que estableció que en la OEA siempre
prevalecería la resolución pacífica de las controversias internacionales, sobretodo entre
países americanos y repúblicas europeas. Por estas razones, se decidió crear la Comisión
Interamericana de Territorios Dependientes con el fin de centralizar la información sobre
los distintos casos y encontrar métodos pacíficos para abolir el coloniaje y la ocupación
de territorios americanos por países extracontinentales. Fue así como dicha Comisión
emitió una serie de resoluciones en solidaridad con los reclamos “justos y legítimos” de
las naciones americanas con respecto a los territorios ocupados (OEA /Ser. G
CP/DOC.935/79).

En pocas palabras, a pesar de que Belize no formó parte de la OEA sino hasta mediados
de 1991, tanto la Asamblea General como el Consejo Permanente discutieron la
“cuestión Belize” varias veces al ser un tema importante para los países americanos, y en
especial para Guatemala.
En 1972 en la Asamblea General de la OEA en Washington, D.C., el Representante de
Guatemala el Sr. Roberto Herrera Ibargüen presentó los hechos sucedidos con Belize e
Inglaterra declarando que:

Guatemala, amante de la paz y apegada a los principios y normas del derecho


internacional, agotará los esfuerzos por resolver la controversia por los medios
pacíficos prescritos, pero exige como condición sine qua non el retiro de toda
fuerza militar intimidatoria del territorio guatemalteco de Belize por parte de
Gran Bretaña, para que la discusión se desenvuelva dentro de la igualdad jurídica
de los estados, con plena libertad, lo que constituye la base de toda organización
válida en las relaciones internacionales de países soberanos en este Siglo XX
(OEA/Ser. P AG/ACTA 42/72).

Esto causó que la Asamblea General adoptara la resolución AG/RES.79 (II-O/72) sobre el
fortalecimiento de los principios de no intervención y autodeterminación de los pueblos
y medidas para garantizar su observancia. Aquí se proclamó que todo estado tiene
derecho a la libre determinación e independencia de los pueblos y naciones y que debe
ejercerse sin trabas ni presiones extrañas. Del mismo modo, esta resolución pidió un
informe derivado de una misión enviada al territorio de Belize liderada por el Mayor
General don Álvaro Valencia del ejército colombiano para determinar los efectivos y tipo
de fuerzas militares ahí estacionadas. Esto se logró hacer con completo apoyo de las
autoridades inglesas y beliceños.

En 1975 y en 1977 continuó el dilema de seguridad entre Guatemala e Inglaterra ya que


persistieron las denuncias por parte de Guatemala con respecto a la intimidación de
tropas inglesas en Belize. El Embajador guatemalteco Guillermo Sevilla Sacasa se dirigió
al Presidente del Consejo para informarle que desde el 4 de noviembre de 1975 el
gobierno inglés estaba intimidando al gobierno de Guatemala con la presencia de tropas
en el territorio de Belize. Guatemala aseguraba que esto fue causado por un movimiento
rutinario de tropas del gobierno guatemalteco a 120 Km. de Belize. Sevilla dijo que
Inglaterra consideró eso como un acto previo a una invasión y por eso decidió
prepararse de la misma manera. Esto suscitó la necesidad de que a mediados de 1977,
los Ministros de Relaciones Exteriores de los países centroamericanos declararan su
deseo de que se diera una solución pacifica a la disputa entre Belize y Guatemala.
Igualmente declararon su reconocimiento de que el territorio de Belize era una parte
integral del territorio de Guatemala.

Del mismo modo, el 5 de marzo de 1979, el Comité Jurídico Interamericano hizo una
declaración especial sobre el colonialismo territorial en América, específicamente del
caso Belize. En el preámbulo de la declaración el Comité consideró que Inglaterra a pesar
de los impedimentos jurídicos impuestos por los pactos de 1783 y de 1786 con España,
siguió ejerciendo ocupación en el territorio de Belize y además amplió los límites
indelebles que se habían pactado (ocupando el territorio entre el Rio Sibún y el Rio
Sarstún). Así mismo, la declaración afirmó que Inglaterra se valió de su poderío y de
otros artificios para no incurrir en la prohibición impuesta por el Tratado Clayton-Bulwer
de no ejercer influencias sobre Centroamérica. Adicionalmente, aseveró que Inglaterra
incumplió el tratado de límites que suscribió con Guatemala por lo que esta última se vio
en la obligación de denunciar el tratado; Inglaterra reconoció su incumplimiento en
actos posteriores. Por estas razones, en sus cláusulas resolutivas, el Comité declaró que
“[…] el gobierno del Reino Unido no puede decidir unilateralmente sobre el destino de
Belize sino solamente a través de negociaciones con el Gobierno de Guatemala, la cuales
deberían tomar en cuenta los intereses y deseos de la población Beliceña, de acuerdo
con el principio de libre determinación de los pueblos […]” (CP/DOC.935/79)

Similarmente, a finales de 1979, a través de la Declaración de La Paz, la Asamblea


General reafirmó su empeño de asistir al proceso continuo de descolonización de la
región y destacó la necesidad de evitar que los focos de tirantez de las grandes potencias
se extendieran sobre América Latina y el Caribe. Por último, la Asamblea General se
comprometió a mantenerse informada sobre la situación de los territorios americanos
no autónomos y pidió a la Secretaría General llevar a cabo un informe actualizado sobre
la situación en Belize.

Belize como miembro de la OEA y el establecimiento de relaciones diplomáticas con


Guatemala

A finales de 1980, la Asamblea General de las Naciones Unidas adoptó la Resolución


35/20 reafirmando el derecho inalienable del pueblo de Belize a la autodeterminación,
independencia e integridad territorial, y declarando que Belize debía convertirse en un
Estado independiente. Con ese precedente, días después la Asamblea General de la OEA
ofreció su colaboración a fin de facilitar la evolución constitucional de Belize como
Estado soberano e independiente de las Américas de acuerdo con los principios de
autodeterminación de los pueblos. A raíz de esto, en 1981, después de su
independencia, Belize fue invitado como observador a la Asamblea General de la OEA en
Santa Lucía. A finales de 1987 y 1989 el gobierno de Belize pidió ser concedido el status
de Observador Permanente en la organización. Algunos años más tarde, en 1990, Belize
solicitó ingresar como miembro de la OEA hasta que finalmente el 8 de junio de 1991, se
declaró a Belize como estado miembro de la organización americana a través de la
resolución de la Asamblea General AG/RES.1077 (XV-E/91).

En un día importante para ambas naciones, el 11 de septiembre de 1991, la misión


permanente de Guatemala ante la OEA envió un comunicado al Secretario General de
dicha organización que informó que Belize y Guatemala establecieron relaciones
diplomáticas. Sin embargo, se aclaró que este reconocimiento no debía ser tomado
como una renuncia de los intereses de Guatemala sobre el territorio de Belize. Como
antecedente a este hecho, el 14 de agosto del mismo año y bajo el gobierno de Jorge
Antonio Serrano Elías, se reconoció la independencia y soberanía del Estado de Belize.
Adicionalmente, en una nota presentada al Consejo Permanente de la OEA el 5 de
septiembre el gobierno de Guatemala reconoció de nuevo el derecho del pueblo
beliceño a la autodeterminación y declaró su buena disposición para continuar las
negociaciones. Finalmente, recalcó que recibió con beneplácito la decisión de Belize de
delimitar el mar territorial y patrimonial garantizando a Guatemala su propio mar
territorial en el Mar Caribe desde el departamento de El Petén. Como respuesta a los
comunicados guatemaltecos previos, el gobierno de Belize declaró que recibió con
beneplácito el reconocimiento como estado soberano por parte del gobierno
guatemalteco. Del mismo modo, reiteró su buena voluntad en las negociaciones,
especialmente a lo que se refería a la demarcación del mar territorial ya que presentó
una ley a su Asamblea Nacional referente a dicho tema. Ante esta nueva situación, los
dos gobiernos emitieron un comunicado de prensa conjunto declarando que se
comprometían a continuar con las negociaciones con el objetivo de ponerle fin al
diferendo. Estipularon acuerdos bilaterales de naturaleza económica, comercial, turística
y cultural, entre otros. En este punto de las relaciones el Consejo Permanente de la OEA
acogió con beneplácito el establecimiento de relaciones diplomáticas entre Belize y
Guatemala efectuado el 11 de septiembre de 1991 y exhortó a los gobiernos de ambos
países a continuar con las negociaciones a través de la resolución CP/RES.565 (867/91)
Apoyo a la Negociación entre Guatemala y Belice.

En 1992 el Tribunal Constitucional de Guatemala reconoció la legalidad de dicha decisión


del gobierno. Como consecuencia el Consejo Permanente aprobó la declaración
CP/DEC.7 (924/92): Declaración sobre la decisión del Tribunal Constitucional de
Guatemala el 27 de noviembre de 1992 expresando su satisfacción por la decisión del
Tribunal Constitucional. Asimismo, en 1993 el gobierno de Guatemala, a través de su
Ministerio de Relaciones Exteriores declaró que continuaría promoviendo el
fortalecimiento de las relaciones con Belize y favorecería la incorporación de Belize a los
procesos de integración regional. También se comprometió a ser transparente en la
negociación que busca solucionar su diferendo territorial.

La década concluyó con una carta enviada el 18 de octubre de 1999 del Ministro de
Relaciones Exteriores de Guatemala, Eduardo Stein Barillas al Primer Ministro de Belize,
Said Musa, que cambiaría la dinámica de las negociaciones de ahí en adelante. La carta
expresaba la posición de Guatemala ante la disputa. La premisa esencial del documento
era que el gobierno de Guatemala quería que el gobierno de Belize reconociera que su
disputa es jurídica y por lo tanto debía ser resuelta a través de medios jurídicos, y no
solamente políticos. Del mismo modo Stein declaró su preocupación por una serie de
incidente sucedidos en el área de adyacencia entre los dos países como muertes y
destrucción de cosechas, demostrándose así la necesidad de una pronta y pacífica
negociación. La carta continúa diciendo que la independencia de Belize y su derecho a la
libre determinación no le dan per se ningún titulo. Por esta razón Guatemala, mientras
estaba lista para reconocer el territorio beliceño desde el Río Hondo hasta el Río Sibún,
no aceptaría como beliceño el territorio comprendido desde el Río Sibún hasta el Río
Sarstún ya que lo considera como parte de la provincia guatemalteca de la Verapaz.
Reclamó también algunas islas adyacentes excluyendo el Cabo San Jorge. Por último,
solicitó a Belize aceptar la propuesta de “solicitar auxilio” al Secretario General de la OEA
para que medie la negociación.

Se podría suponer que lo que se percibe como un cambio de actitud de Guatemala con
respecto a las negociaciones con Belize se dio a raíz de las diferencias en las políticas
entre Jorge Serrano Elias y Alvaro Arzú Irigoyen. Fue bajo el mandato de Serrano (1991-
1993) que el gobierno guatemalteco declaró su reconocimiento del estado de Belize. Sin
embargo Arzú (el canciller de Serrano) se opuso a la decisión del presidente de
normalizar las relaciones con su vecino país y renunció a su cargo de canciller. Por eso se
puede decir que, bajo su presidencia, Arzú (1996-2000) se retomó una actitud un poco
más firme hacia Belize con respecto a una posible devolución del territorio entre del Rio
Sibún al Rio Sartsún

Una asociación tripartita: Guatemala, Belize y la OEA

En marzo de 2000, los gobiernos de Belize y Guatemala acordaron reanudar las


conversaciones con referencia a su diferendo territorial por lo que aceptaron reunirse en
la sede de la OEA con el Secretario General, César Gaviria, como Testigo de Honor. “Se
trabajó en la preparación de un proyecto de agenda a ser considerada por [los]
respectivos cancilleres, incluyendo propuestas sobre los aspectos jurídicos de la
reclamación territorial de Guatemala. Las delegaciones acordaron buscar formas de
desarrollar e implementar medidas de confianza mutua, mejorar los arreglos existentes
para evitar la repetición de incidentes, y facilitar las negociaciones” (E-053/00). Más
adelante, en ese mismo año la Asamblea General de la OEA aprobó la resolución
AG/RES.1756 (XXX-O/00): Fondo de Paz: Solución Pacífica de Controversias Territoriales
con el fin de establecer un fondo específico y permanente para cubrir los costos
inherentes a los procedimientos encaminados a lograr una solución pacífica de
controversias territoriales entre Estados Miembros, incluida la disputa entre Belize y
Guatemala.

El 20 de julio de 2000 fue una fecha muy importante para los dos países ya que firmaron
3 acuerdos en los que sentaron las bases para un “Panel de Conciliadores y para una
Comisión Mixta encargada de considerar y aplicar medidas de fomento de la confianza.
Acordaron también un mecanismo para establecer contactos y cooperación entre los
ejércitos de ambos Estados” (E-138/00). A raíz de lo acordado, en agosto, ambos países
establecieron dicho Panel de Conciliadores, constituido por el diplomático guyanés Sir
Shridath Ramphal (por Belize) y el abogado estadounidense Paul Reichler (por
Guatemala) para encauzar el proceso de negociación. Se reafirmó el rol del Secretario
General como Testigo de Honor durante todo el proceso de negociación.

Del mismo modo el 8 de noviembre de 2000 Belize y Guatemala firmaron el Acuerdo


sobre medidas de fomento de la confianza en Washington D.C. destinado a evitar
incidentes que pudieran conducir a una confrontación entre los ciudadanos o las fuerzas
de seguridad entre ambos países. La medida más importante que se tomó en este
acuerdo fue el establecimiento de una Línea de Adyacencia y asimismo de una Zona de
Adyacencia. Se establecieron los puntos exactos que delimitarían la Línea de Adyacencia
y a partir de eso se estipuló que la Zona de Adyacencia sería un kilómetro al este y oeste
de la Línea de Adyacencia. La Zona de Adyacencia sería objeto de un régimen especial en
el sentido de que se desalojarían los asentamientos dentro de la Zona dedicados al
cultivo de cualquier droga ilícita y aquellos asentamientos establecidos ahí después del 1
de octubre de 2000. Adicionalmente, se llevarían a cabo patrullajes de militares y
policías en la Zona y se coordinarían actividades para realizar esfuerzos conjuntos en
contra de los cultivos de drogas ilícitas y el trafico en esa área. Las partes se
comprometieron a promover los contactos entre las comunidades de ambos lados de la
Línea para mejorar las relaciones y el entendimiento (Acuerdo sobre medidas de
fomento de la confianza). En uno de sus discursos, el Secretario General de la OEA, César
Gaviria explicó que la Zona de Adyacencia tenía como fin “[…] proteger a los pobladores
de la región limítrofe de posibles excesos de cualquier autoridad. [Por esas razones] se
acordó realizar patrullajes conjuntos de ambas fuerzas de seguridad y avisos previos de
un país a otro cuando hubiese despliegue de tropas”.

A finales del año el Consejo Permanente estableció dentro del Fondo de Paz un
subfondo titulado “Apoyo a las negociaciones entre Belize y Guatemala” para financiar
los costos del trabajo del Panel de Conciliadores de diálogo entre ambos países. Ante
esta decisión el Secretario General Gaviria declaró que “[l]o que se busca en [el acuerdo]
es que los facilitadores, de las más altas calidades, que han escogido los países
finalmente sean pagados por este fondo y no exclusivamente por los países. Ese es un
buen precedente, porque les va a dar a los facilitadores una independencia mucho
mayor y mucha mayor capacidad de garantizar que este proceso culmine
satisfactoriamente, y le va a crear a los Estados de la OEA un camino por recorrer que
esperamos signifique que la Organización estará preparada para ser en América el
centro principal de solución de controversias” (CP/ACTA 1255/00).

Como complemento fundamental al acuerdo firmado en noviembre de 2000, Belize y


Guatemala firmaron el 16 y 17 de enero de 2001 en Miami, Florida un Plan de acción
para la aplicación del acuerdo sobre medidas de fomento de la confianza del 8 de
noviembre de 2000. Este plan de acción solicitó al Instituto Panamericano de Geografía e
Historia (IPGH) determinar las coordenadas de referencia establecidas en el acuerdo
anterior con el fin de elaborar un mapa de la Zona de Adyacencia, la Línea de Adyacencia
y las líneas que constituyan el perímetro de dicha Zona. También se estableció que era
necesario llevar a cabo un censo de la población con derecho a permanecer sin ser
perturbados dentro de la Zona. Finalmente, las partes acordaron iniciar la negociación
sobre los aspectos sustantivos del diferendo territorial durante la siguiente Reunión
Ministerial en la sede de la OEA en Washington, D.C.

El Panel de Conciliadores revisa el caso Belize-Guatemala


Como se acordó días antes, las delegaciones de Belize y Guatemala se reunieron del 5 al
7 de febrero de 2001 en Washington, D.C. y adoptaron el Acuerdo sobre el
procedimiento para tratar los aspectos sustantivos del diferendo territorial y otros
asuntos de procedimiento. En este acuerdo se estableció que cada una de las Partes
sometería al Panel de Conciliadores (constituido por Sir Shridath Ramphal y Paul
Reichler) una presentación escrita que exponga las bases de su reclamo territorial y los
argumentos y documentos que se consideren necesarios. Acto seguido, las
presentaciones escritas de las partes serían discutidas con el Panel de Conciliadores más
adelante en la sede de la OEA. Por esta razón Guatemala presentó el 30 de marzo de
2001 su reclamación territorial, marítima e insular. Un mes más tarde, el 30 de abril, se
recibió la respuesta de Belize a la declaración de Guatemala de fecha 30 de marzo de
2001. De nuevo, casi un mes después, el 15 de mayo de 2001, Guatemala presentó la
réplica correspondiente a la posición fijada por Belice en su nota del 30 de abril de 2001.
Por último, Belize refutó el reclamo de Guatemala el 21 de mayo de 2001.

Por último, el Panel haría recomendaciones a las partes para llegar a una solución
definitiva de su diferendo (Acuerdo sobre el procedimiento para tratar los aspectos
sustantivos del diferendo territorial y otros asuntos de procedimiento). En esta misma
fecha el Panel de Conciliadores envió una carta a los Embajadores de Belize y
Guatemala, Assad Shoman y Gabriel Orellana respectivamente, para comunicarles sobre
el informe del IPGH sobre la Zona de Adyacencia y la pertenencia o no a la misma de los
asentamientos ubicados en Río Blanco, Machaquilá y las casas ubicadas en la vecindad
de Valentin Camp.

Por esas mismas fechas, el 6 de febrero de 2001, Paul L. Peeler, presidente de la


Comisión de Cartografía del Instituto Panamericano de Geografía e Historia envió las
conclusiones del IPGH al Secretario General de la OEA y al Panel de Conciliadores sobre
la Línea y la Zona de Adyacencia entre los dos países. De ahí que el Panel de
Conciliadores haya podido determinar si ciertos asentamientos estaban dentro o fuera
del régimen especial para tomar las medidas necesarias. No obstante, en un comunicado
de prensa publicado el 16 de febrero del mismo año después de la Conferencia de la
Comunidad Caribeña en Barbados, se mencionó que Guatemala envió una carta a los
Conciliadores el 12 de febrero de 2001 diciendo que no podía aceptar ni implementar la
aclaración hecha por ellos sobre que los ciudadanos tanto de Belize como de Guatemala
no deberán cruzar la Línea de Adyacencia salvo que esté estipulado en un acuerdo
mutuo previo.

El 24 y 25 de abril de 2001 se llevó a cabo una reunión ministerial en presencia del


Secretario General y del Panel de Facilitadores en la sede de la OEA para evaluar el
progreso en las negociaciones entre Belize y Guatemala. En esta reunión se decidió
trabajar en conjunto con la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) para
llevar a cabo el censo de la población situada dentro de la Zona de Adyacencia. Por
último se decidió renovar la Comisión Mixta que fue creada para promover la confianza
mutua y el acercamiento entre las comunidades de la Zona de Adyacencia.
Con motivo de la visita del Presidente Alfonso Portillo de Guatemala el 3 de julio, el
Secretario General dio un balance de las negociaciones entre Belize y Guatemala en
donde recalcó que: “[l]a creación de la Zona de Adyacencia y sus reglas de
funcionamiento han permitido resolver problemas y disminuir tensiones, lo cual ha
redundado en la reducción significativa de incidentes. Las partes han tenido la
oportunidad de elaborar y presentar por escrito y verbalmente sus puntos de vista y
concepciones sobre la naturaleza de sus diferencias, lo que contribuye a su tratamiento.
[…] Guatemala y Belize siguen comprometidos en es[t]e empeño” (CP/ACTA 1284/01)

Para finalizar ese año de negociaciones, representantes de Belize y Guatemala y el Panel


de Conciliadores se reunieron el 18 de diciembre en la sede de la OEA a raíz de un
incidente sucedido el 22 de noviembre en la Zona de Adyacencia en el que murieron 3
ciudadanos guatemaltecos. Para esto se pidió al gobierno de Belize que empiece todos
los procedimientos judiciales debidos y otorgue una indemnización por las vidas
perdidas. Por último, el Panel de Conciliadores planteó que “[l]os Gobiernos de Belize y
Guatemala debían realzar sus procedimientos para asegurar la conducta legal de todas
las personas dentro de la Zona de Adyacencia, en sus lados respectivos de la Línea de
Adyacencia” (E- 250/01).

Los Conciliadores presentan sus propuestas

En enero de 2002 continuaron los esfuerzos por dejar completamente establecida la


Zona de Adyacencia. Para este propósito la Secretaría General emprendió una misión
técnica de cartografía en dicha Zona bajo el liderazgo de Paul Peeler del Instituto
Panamericano de Geografía e Historia (IPGH). Adicionalmente participaron asesores
técnicos de la Agencia Nacional de Cartografía e Imágenes de Estados Unidos (NIMA) y
personal de la OEA. Asimismo, meses más tarde, en abril, se llevó a cabo un censo de los
pobladores de la Zona de Adyacencia con el apoyo de la Organización Internacional para
las Migraciones (OIM). Añadiéndose a esto, del 18 al 21 de julio se realizó una misión ad
hoc de la OEA para obtener información sobre la ubicación y las características de los
pobladores que se encontraban en la Zona de Adyacencia.

Ahora bien, como primer hecho de un acuerdo histórico entre Belize y Guatemala, el 30
de agosto de 2002, el Panel de Conciliadores presentó sus propuestas al Secretario
General de la OEA. Acto seguido, el 16 de septiembre del mismo año, el Secretario
General presentó a los dos Ministros de Relaciones Exteriores la propuesta completa de
los Conciliadores compuesta por cinco elementos: cuestiones territoriales; cuestiones
marítimas; un fondo fiduciario de desarrollo; comercio, inversiones y cooperación
funcional; y, arreglos transitorios.

En su discurso en la ceremonia de conclusión del proceso de conciliación del diferendo


territorial entre Belize y Guatemala, El Secretario General de la OEA, César Gaviria,
además de calificar como “exitosa” esta culminación, explicó en qué consistían las
propuestas. Gaviria explicó que en primera instancia, “[l]a propuesta, en cuanto a los
asuntos terrestres, define las coordenadas de la frontera entre ambos países, y llama a la
conformación de una Comisión Técnica para realizar la demarcación y densificación de la
línea de frontera y su mantenimiento futuro. […] En la parte marítima se establecen
unos principios básicos: la frontera marítima entre los mares territoriales de Belize y
Guatemala sería la Línea de Equidistancia; Belize aceptaría la Línea de Cierre de la Bahía
para la Bahía de Amatique, entre el Cabo Tres Puntas y la ribera sur del Río Sarstún;
Guatemala y Honduras aceptarían el Sistema de Línea de Base Recta publicado por
Belize; y Guatemala y Belize aceptarían el Sistema de Línea de Base Recta publicado por
Honduras. […] Adicionalmente se establece una Comisión Regional Tripartita de
Administración de Pesca para el Golfo de Honduras bajo una presidencia rotativa de
Belize, Guatemala y Honduras”. Debido a que el Golfo de Honduras es una zona
transfronteriza entre Belize, Guatemala y Honduras y tiene una vasta diversidad
ecológica, “[e]l mecanismo acordado para coordinar y armonizar el mantenimiento de
estos recursos compartidos es un Parque Ecológico trinacional multiuso. […] Por último,
se prevé el establecimiento de un Fondo Fiduciario de Desarrollo para promover el
desarrollo en ambos países y, específicamente, el alivio de la extrema pobreza y la
carencia de tierras en las provincias fronterizas de Guatemala; para el establecimiento
de un asentamiento humano especial en Guatemala; para el desarrollo y protección del
Parque Ecológico Belize-Guatemala-Honduras; y para la puesta en práctica de estas
propuestas y de los Tratados de Solución del Diferendo” (Discurso César Gaviria).

La OEA sugiere: la Corte Internacional de Justicia

El 7 de febrero de 2003, los respectivos ministros de Relaciones Exteriores, Assad


Shoman y Edgar Gutiérrez, firmaron en la sede de la OEA en Washington, D.C. el
denominado Acuerdo para establecer un proceso de transición y medidas de fomento
de la confianza. Este acuerdo estableció las responsabilidades de las Partes y también
asignó obligaciones y responsabilidades a la Secretaría General de la OEA y a la
comunidad internacional mediante la creación de un “Grupo de Amigos” para apoyar la
resolución pacífica del diferendo territorial entre Belize y Guatemala.

Con este acuerdo se estableció una Oficina de la Secretaría General de la OEA en la Zona
de Adyacencia. El propósito fundamental de esta oficina es verificar y hacer seguimiento
de los incidentes que ocurran en la Zona de Adyacencia, así como monitorear
constantemente toda la Zona para detectar incidentes en su etapa inicial y prevenir su
escalamiento. La oficina lleva a cabo una serie de actividades que mejoran la
comunicación, integración y cooperación entre las partes involucradas, también
promueve una cultura de paz. Las funciones principales de esta oficina son: 1) organizar
y propiciar contacto entre las comunidades que viven a ambos lados de la Línea de
Adyacencia, 2) verificar que los Derechos Humanos sean cumplidos en la Zona de
Adyacencia, 3) desarrollar y ejecutar actividades diseñadas a mejorar las relaciones, la
confianza y la cooperación entre los habitantes de la Zona de Adyacencia, 4) verificar, a
pedido de cualquiera de los dos gobiernos, incidentes que puedan ocurrir en la Zona de
Adyacencia y 5) proveer a los residentes de la Zona de Adyacencia la información
actualizada de los acuerdos bilaterales y medidas de confianza asociadas a ellos.

Entre los proyectos y programas que la Oficina ha llevado a cabo a partir del primero de
julio de 2003 que comenzó a operar están: el programa de reasentamiento en el
vecindario de Nueva Judá en Melchor de los Mencos que reintegró a los guatemaltecos
que vivían en el lado beliceño de la Zona de Adyacencia de vuelta a Guatemala, una
campaña de información para informar el público general de Belize y Guatemala el
propósito de la OEA en la Zona de Adyacencia y la verificación de establecimientos a lo
largo de la Línea de Adyacencia para establecer su ubicación exacta dentro de la Zona de
Adyacencia.

Esta oficina localizada entre Melchor de los Mencos en Guatemala y Benque Viejo en
Belize, no tiene jurisdicción legal ni en Belize ni en Guatemala y no puede actuar en pro
de intereses privados. No puede resolver problemas civiles o criminales en la Zona de
Adyacencia ya que los gobiernos de Belize y Guatemala resolverán estas cuestiones en el
lado este y oeste, respectivamente, de la Línea de Adyacencia. Ahora bien, la Oficina
tiene la responsabilidad de reportar sus observaciones a las autoridades beliceños,
guatemaltecas y de la OEA proveyendo información imparcial en temas importantes
para ambos gobiernos (OAS in the Adjacency Zone in Belize and Guatemala).

Un mes más tarde, el Consejo Permanente de la OEA reafirmó su apoyo a la solución


pacífica del diferendo territorial entre Belize y Guatemala a través de la CP/RES. 836
(1353/03): Apoyo a la solución pacifica del diferendo territorial entre Belize y Guatemala
También solicitó al Secretario General que continúe prestando su apoyo a los dos
gobiernos e invitó a todos los Estados Miembros, Observadores Permanentes,
instituciones multilaterales y otros posibles donantes a contribuir al sub-fondo Belize-
Guatemala.

En este mismo año, a finales del mes de agosto, el gobierno de Guatemala notificó al
Secretario General de la OEA su rechazo a las propuestas hechas por el Panel de
Conciliadores el año anterior. Declaró que encontró dificultades con ciertos aspectos de
las propuestas del Panel de Conciliadores para una solución justa, equitativa y
permanente. No obstante, aún así reiteró su compromiso de seguir cumpliendo con las
Medidas de Fomento de la Confianza acordadas por ambos gobiernos el 7 de febrero de
2003.

El año concluyó con la primera reunión del Grupo de Amigos compuesto por: Argentina,
Brasil, Canadá, Ecuador, El Salvador, Jamaica, Nicaragua, España, Suecia, Inglaterra,
Estados Unidos y Japón.

El siguiente año, del 4-6 de mayo de 2004, las delegaciones de Belize y Guatemala,
encabezadas por el Excelentísimo Señor Godfrey Smith, Ministro de Relaciones
Exteriores de Belize, y el Excelentísimo Señor Jorge Briz Abularach, Ministro de
Relaciones Exteriores de Guatemala, se reunieron en la sede de la OEA, en Washington,
D.C. junto con el Secretario General, César Gaviria, y el Secretario General Adjunto,
Embajador Luigi R. Einaudi, para continuar sus deliberaciones encaminadas a lograr una
solución al diferendo territorial. El resultado fue el Acuerdo sobre la renovación y el
fortalecimiento de las medidas de fomento de la confianza entre Belice y Guatemala. Las
delegaciones discutieron el establecimiento de una Comisión Mixta la cual examinaría
una lista integral de nuevas medidas de fomento de la confianza, incluyendo un tratado
de asistencia legal mutua, un tratado de libre comercio, la promoción conjunta del
turismo y la facilitación del tránsito de bienes de ambos países.

El 7 de septiembre de 2005, los gobiernos de Belize y Guatemala suscribieron en


Washington un acuerdo sobre el marco de negociación del diferendo territorial y
medidas de fomento de la confianza como parte de los esfuerzos de mantener
relaciones cordiales entre los dos hasta que se resuelva su disputa. Como complemento
a esto, a principios del 2006, el 10 de febrero, Belize y Guatemala aceptaron la propuesta
del Secretario General de la OEA de iniciar un proceso de negociación en el área
marítima. Se estableció también la necesidad de incluir a Honduras en las negociaciones.
A finales de año se reunió el Grupo de Amigos el cual continuó apoyando la resolución
pacífica del diferendo territorial. Tal como fue estipulado en septiembre del año anterior,
el Secretario General de la OEA José Miguel Insulza, se reunió el 16 de abril de 2007 con
los Cancilleres de Belize, Eamon Courtenay, y de Guatemala, Gert Rosenthal, y el
Vicecanciller de Honduras, Eduardo Enrique Reyna, en la sede de la OEA, para revisar los
avances del proceso de negociación en el área marítima.

Como precedente importante a la firma del acuerdo de 2008 entre Belize y Guatemala.
El 11 de agosto de 2008, el Secretario General de la OEA, José Miguel Insulza, visitó
Belize para discutir la posibilidad de someter la disputa territorial a la Corte
Internacional de Justicia. El 8 de diciembre, se tomó una decisión trascendental dentro
del marco de negociaciones de los dos países centroamericanos: someter el reclamo
territorial, insular y marítimo de Guatemala a la Corte Internacional de Justicia para
obtener una decisión final y definitiva que ambas partes deberán cumplir de buena fe.

A finales del 2009 como una nueva medida de acercamiento entre Belize y Guatemala y
a propuesta del Secretario General de la OEA, se resolvió crear un Grupo de trabajo de
alto nivel que informaría a los Ministros sobre los acuerdos alcanzados. También para
que elaborare propuestas para presentar a los dos gobiernos sobre proyectos conjuntos
de cooperación, con la asistencia técnica de la OEA.

En marzo de 2010, la OEA moderó la primera reunión del Grupo de trabajo de alto nivel
entre los representantes de Belize y Guatemala en Ciudad de Belize, Belize. El propósito
de este Grupo es el de promover una línea de comunicación directa y continua entre las
partes con respecto a la situación en la Zona de Adyacencia. Del mismo modo pretende
analizar temas de interés mutuo e identificar las oportunidades que se presenten para
lograr una mejor cooperación bilateral. Durante esta última reunión se decidió que el
Grupo de trabajo servirá como un espacio informal para un diálogo abierto, para
intercambiar puntos de vista, proponer soluciones y alternativas a problemas que
puedan surgir y continuar con la confianza y entendimiento que se ha propiciado en
estos últimos años entre las partes.

Actualmente, Belize y Guatemala están haciendo los arreglos necesarios a nivel nacional
para someter a referendo la decisión tomada en el 2008 de pedirle a la Corte
Internacional de Justicia que resuelva su disputa territorial. Los plebiscitos se llevarán a
cabo simultáneamente en ambos países en una fecha previamente acordada (Secretaría
de Asuntos Políticos de la OEA).

* Documento preparado por María Gabriela Egas durante su pasantía de verano 2010 en
la Organización de Estados Americanos (OEA)

Referencias

Acuerdo sobre medidas de fomento de la confianza. Noviembre 8 de 2000.

AG/RES.79 (II-O/72): Fortalecimiento de los principios de no intervención y


autodeterminación de los pueblos y medidas para garantizar su observancia

Bardini, Roberto. “El fin del colonialismo”. Cuadernos del Tercer Mundo. Año IV, No. 48.
nov.-dic. 1981.

Discurso: César Gaviria Trujillo, Secretario General de la OEA. Ceremonia de conclusión


del proceso de conciliación del diferendo territorial entre Belize y Guatemala.
[30/09/02]

E-138/00: Comunicado de Prensa [20/07/00]

E- 250/01: Recomendaciones del Panel de Conciliadores en el proceso de negociación


entre Belize y Guatemala [19/12/01]

Gaviria, César. La OEA 1994-2004. Una década de transformación. OEA/Ser. P


AG/INF.322/04.

Herrate, Alberto. La cuestión de Belize. Guatemala, 2000.

OEA/ Ser. G CP/DOC.935/79: Declaración del Comité Jurídico Interamericano sobre


colonialismo territorial en América-El caso de Belize
OEA/ Ser. G CP/ACTA 1284/01: Acta de la sesión protocolar celebrada el 3 de julio de
2001 en honor de la visita del Presidente de la República de Guatemala el señor Alfonso
Portillo Cabrera

OEA. Informe anual del Secretario General 2000-2001. OEA/Ser. D/III.51. Washington
D.C., 2001.

OEA. Informe anual del Secretario General 2001-2002. OEA/Ser. D/III.52. Washington
D.C., 2002.

OEA. Informe anual del Secretario General 2002-2003. OEA/Ser. D/III.53. Washington
D.C., 2003.

OEA. Informe anual del Secretario General 2003-2004. OEA/Ser. D/III.54. Washington
D.C., 2004.

Libro Blanco. Controversia entre Guatemala y La Gran Bretaña relativa a la Convención


de 1859 sobre asuntos territoriales. Guatemala: Tipografía Nacional, 1938.

Merrill, Tim (ed.). Guyana and Belize. Country Studies. Washington D.C.: Library of
Congress, 1993.

OEA. “OAS in the Adjacency Zone in Belize and Guatemala”. (Folleto informativo).

Secretaría de Asuntos Políticos de la OEA. “Belize y Guatemala”.


http://www.oas.org/sap/peacefund/belizeandguatemala/

Tratado de Amiens (1802). Reproducido en Jules de Clercq, Recueil des traités de la


France (París, A. Durand, 1880), I, pp. 484-491.

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