El Intercambio Del Corazón, Con Razón.
El Intercambio Del Corazón, Con Razón.
El Intercambio Del Corazón, Con Razón.
Leiden 2008
SIMPOSIO
Leiden 2009
El Mundo Precolonial y sus Transformaciones
a partir del Contacto con los Europeos
Introducción
Es con esta idea en mente que discutimos en este simposio interdisciplinario diferentes
aspectos de la profunda y dramática interacción entre las culturas originarias de América y
“el Occidente”, dando atención a: el desarrollo precolonial, el impacto de la colonización y
evangelización, así como la reacción, los efectos de la prolongada convivencia de
diferentes culturas, y el sincretismo, la construcción de imágenes ideológicas sobre el
pasado y el presente, y los efectos de estos procesos históricos sobre la vivencia,
identidad y perspectivas de los pueblos originarios de hoy (continuidad y cambios
culturales).
El contenido de este encuentro fue en gran medida determinado por proyectos de
investigación realizados por personal de la Universidad de Leiden en cooperación con
colegas de otros países: excavaciones y análisis de materiales arqueológicos, fuentes
históricos y culturas actuales en la región del Caribe y Amazonia, así como estudios
interpretativos del arte visual, crónicas y continuidad cultural en Mesoamérica.
3. Angel Ivan Rivera Guzmán: La Arqueología e Iconografía del sitio Cerro de la Tortuga,
Tepenixtlahuaca, Costa de Oaxaca, México.
6. Luz María Mohar Betancourt: Diccionario de Glifos de los Códices Coloniales del
Centro de México (proyecto Amoxcalli).
12. Yasnaya Elena Aguilar Gil: La variación lingüística y el concepto de lengua en riesgo
de desaparición. El caso de las lenguas indígenas mexicanas.
14. María Beatriz Par Sapón: El K’u’xaj (corazón/espíritu) como base del sentir, pensar y
actuar de la cultura Maya’ K’iche’.Una introducción a las raíces del conocimiento / práctica
Maya K’iche.
15. Julián Jiménez Ramírez: Dos Formas de Ver el Mundo. Conceptos culturales en Sahin
Sau.
21. Víctor Hugo Ruiz Ortiz: Filosofía y Desarrollo Económico del Patrimonio Natural y
Cultural de la Mixteca (México), frontera cultural entre oriente y occidente.
RESUMEN
El propósito de este trabajo es analizar la forma en que los detentadores del poder político
han entendido su relación con los grupos indígenas. En tal sentido, han sido agentes
exógenos quienes han construido la idea del indio como un objeto a partir de sus propias
categorías y no necesariamente a la luz de la propia cultura de estos grupos. Hoy en día,
hay que preguntarse si las tesis multiculturales que proclaman una reivindicación de las
culturas indígenas, por un lado retoman realmente los postulados de dichas culturas y, por
el otro, si son efectivas en buscar la reivindicación de los derechos y formas de vida de
estos pueblos.
La propuesta temática del XV Congreso de AHILA, nos da las luces para abordar el tema
de la relación que los detentadores del poder y sus ideólogos, han tenido respecto al
indígena. En efecto, tal como lo señala dicha propuesta, el Estado nacional requiere una
nueva connotación cultural donde actores que tradicionalmente han sido marginados,
renueven su relación desde una perspectiva horizontal, con la construcción de sociedades
que funcionen de manera incluyente.
Una gran deuda en los países latinoamericanos es con los pueblos originarios. Desde la
llegada de los españoles el indio fue y ha sido visto como un problema. Más aún, durante
siglos los pueblos originarios han sido excluidos de la participación política y cultural. Ello
propició que desde la Conquista los indígenas y sus culturas se convirtieran en objeto de
estudio desde los más diversos enfoques teóricos y posiciones políticas e ideológicas. No
obstante, continúa vigente la discusión sobre la reivindicación de sus valores y derechos
culturales.
Lo que me propongo examinar, primero, es la manera como el indio ha sido concebido por
los ideólogos del poder mediante una revisión histórica de su problemática, en segundo
lugar, analizar el debate ideológico actual, y por último, las respuestas que se han dado
a dicha situación en México y en Oaxaca.
Parto del supuesto de que han sido agentes exógenos quienes han construido la idea del
indio a partir de sus propias categorías y no necesariamente desde una visión ontológica;
es decir, desde la propia cultura de los grupos originarios.
¿Cuál fue la visión del europeo durante la Conquista? Europa se hallaba en los umbrales
del Renacimiento, que se inspiró en la mitología clásica, a través de la cual se describía al
mundo desde la “Edad de Oro”, que representaba el Paraíso, hasta la “Edad de Hierro”,
que era el Infierno. El Medioevo conducía al hombre a tal destino, por ello requería
renacer y reencontrarse con Dios y el Paraíso.
Los viajes de Colón, dice Santiago Sebastián, no sólo tenían el propósito de la expansión
comercial y la conquista de territorios, sino localizar el Edén.3 Debido a ello, unos creyeron
haber llegado al Paraíso y que el hombre que habitaba era el noble y “buen salvaje”;
otros, en cambio, creyeron haber llegado al Infierno y encontrado al corrupto “mal salvaje”.
En 1537, Paulo III dictó las bulas Veitas Ipsa y Sublimis Deus, a través de las cuales se
prohibía convertir en esclavos a los indios y se aceptaba su capacidad de recibir la fe
católica. La interpretación de estas bulas llevó a Juan Ginés de Sepúlveda y Bartolomé de
las Casas a la controversia de Valladolid, en 1550.
Sepúlveda,4 basado en la idea aristotélica del siervo por naturaleza, argumentó que los
indios eran seres irracionales y que por lo tanto había que someterlos y tal sería guerra
justa”. Los europeos tenían el derecho natural de imponer un gobierno despótico, pues lo
perfecto debe imperar sobre lo imperfecto.5
Para Las Casas6 reconocer tantos defectos en el indio, era aceptar que Dios pudo
haberse equivocado, porque hizo al hombre a su imagen y semejanza. La servidumbre
por naturaleza se da por excepción en caso de los bárbaros quienes se les podía hacer la
guerra, pero los indios eran gregarios y civiles, sólo requieren conocer a Dios. España
tenía la encomienda de evangelizarlos. Aunque su posición es más humanista, no deja de
1
Luis Villoro, Los grandes momentos del indigenismo en México, Primera edición en Lecturas
Mexicanas, Segunda Serie, No. 103, México, CIESAS y Secretaría de Educación Pública, 1987,
pp. 9-19.
2
Tzventan Todorov, La conquista de América. El Problema del otro, Tercera edición, México, Siglo
XXI editores, 1991.
3
Santiago Sebastián, Iconografía del indio americano, siglos XVI-XVII; España, Ediciones Tuero,
1992, p.7.
4
Juan Ginés de Sepúlveda, Tratado sobre las justas causas de la guerra contra los indios, 2ª
reimpresión, México, Fondo de Cultura Económica, 1987, p.63.
5
Íbid., p.83.
6
Bartolomé de las Casas, Brevísima relación de la destrucción de las Indias y Treinta
proposiciones muy jurídicas, Argentina, Editorial Universitaria de Buenos Aires, 1966, pp.33-34.
reconocer la superioridad cultural de España, porque ya conoce a Dios y tiene una
obligación moral, una misión con el inferior, el indio, que no lo conoce.
En el siglo XVIII, con las ideas de la Ilustración y sus implicaciones científicas, el indio
tendrá que someterse a la prueba de su racionalidad. Siendo Europa la “sede de la
razón”, será racional en tanto se asemeje a las categorías occidentales. El indio se
sometió a pruebas tales como medir el diámetro de su cráneo para ver si coincidía con las
dimensiones del europeo.
Clavijero responde diciendo que la civilización antigua de México era grandiosa, pero con
la Conquista el español se encargó de destruirla. Los indígenas de entonces, del XVIII,
estaban en plena decadencia. El indio ya no podría recuperar el destino truncado; lo único
que quedaba era educarlo.
Otro argumento fue el resentimiento xenofóbico contra el español, que veía al criollo como
un ser afectado por el cielo y la tierra de América y, por último, la devoción por la Virgen
de Guadalupe, que se convierte en el símbolo que une a criollos e indios.
Cabe detenerse a estudiar a fray Servando Teresa de Mier, quien a través de la “Teoría
de la Evangelización Apostólica de la Nueva España”, expone argumentos para la
Independencia, basado en el indigenismo histórico y en el catolicismo.
7
Clavijero, Francisco Javier, Historia antigua de México, 2 tomos, México, Editorial Delfín, Clásicos
de Historia de América, 1944.
8
David Brading, Los orígenes del nacionalismo mexicano, Segunda edición ampliada, México,
Ediciones Era, Colección Problemas de México, 1988, sexta reimpresión, 1997.
9
Enrique Florescano, Etnia, Estado y Nación, primera edición, México, Editorial Tauros, 2001, pp.
222-224.
Según Mier, si la Conquista tenía la misión de evangelizar, ésta no podía sostenerse,
pues el catolicismo ya existía entre los indígenas desde el siglo I, con Santo Tomás, a
quienes los indios llamaron Quetzalcóatl. La imagen de éste aparecía en el sayal de
Guadalupe; pero cuando los indios cometieron apostasía, el sayal fue escondido como
castigo divino. Ante el reencuentro con la fe, la Virgen se le apareció a Juan Diego, para
revelarle su localización. Con estos argumentos se justifica a los aztecas como
representantes de la antigüedad, pero no al indio de entonces.
En una primera época el proyecto, impulsado por José María Luis Mora, Lorenzo de
Zavala y Mariano Otero, pugnaba por la construcción de un país completamente distinto al
que habían heredado: una república federal democrática, gobernada por instituciones
representativas. Defendían una sociedad libre de la influencia clerical.
Para ello había que eliminar los obstáculos que impedían el desarrollo de la libre empresa
y la circulación económica, es decir, las grandes propiedades rurales, las corporaciones
indígenas y los bienes de manos muertas de la Iglesia. Para los liberales, la propiedad
comunal languidecía por no haberse convertido en propiedad individual; actuaba como
freno al cambio agrícola, evitaba la circulación y distinguía al indio del resto.
Consecuentemente, con la Ley Lerdo se desamortizaron las tierras en manos de la Iglesia
y comunidades indias.
Con la Reforma, encabezada por Benito Juárez, los liberales pretenden un proyecto de
nación secular, ajeno a intereses externos. A diferencia de los liberales de la primera
época, los de la Reforma (Juárez, Ramírez y Altamirano) reconocían la dignidad del indio
(ellos mismos lo eran), pero veían la necesidades de integrarlo al seno mestizo, para que
participara en un proyecto de nación conjunta. Se buscaba, en cierta manera, como había
pasado con ellos, la desindianización del indio.
10
Íbid., pp.109-115
la debilidad política y social del país se debía a la inferioridad indígena,
consecuentemente, las políticas instituidas estuvieron inspiradas en la concepción del
indio como un lastre, más que en la necesidad de incorporarlo al seno mestizo.
El crecimiento de las haciendas implicaba el servicio del indio como engranaje para la
producción. Se instituyó el peonaje por deudas, la tienda de raya y se les movía donde
pudieran servir mejor a intereses económicos, como los yaquis que fueron ofrecidos a las
haciendas henequeneras en Yucatán.
La pérdida de los territorios indios los dejó sin la esencia que reclaman. Muchos murieron
o migraron a donde pudieran ser productivos; a industrializarse, a convertirse en individuo
y formar parte de la cadena productiva, pero realizando las labores más rudimentarias. El
indio debía desaparecer porque no tenía capacidades en la lucha por la supervivencia del
más apto y por ser enemigo del progreso.
11
Elías Trabulse, Los orígenes científicos del indigenismo actual, Cultura y derechos de los
pueblos indígenas de México, Archivo General de la Nación y Fondo de Cultura Económica, 1996,
p. 91.
12
Octavio Paz, El laberinto de la soledad, Edición especial Tezontle, México, Fondo de Cultura
Económica, 1981, p.151.
13
Lucio Mendieta y Núñez, El problema agrario de México, Octava edición corregida y aumentada,
México, Editorial Porrúa, 1964, p.120
14
José Vasconcelos, La raza cósmica, Obras completas, Tomo II, México, Libreros mexicanos
unidos, 1958, pp.903-942.
proyecto nacionalista integrador basado en asimilar el pasado, pero con una visión
universal proyectada al futuro.
A diferencia del indigenismo histórico el que importaba era el indio contemporáneo. De ahí
el nacimiento del Instituto Nacional Indigenista. Las tareas de éste se dedicaron al estudio
de los problemas de las comunidades y a establecer mecanismos para facilitar su gestión
social ante los órganos en que debían proceder.
Para Guillermo Bonfil18 Batalla el indigenismo quiso romper el derecho exclusivo que
demandan las autoridades de tomar decisiones desde dentro e imponer un control desde
afuera para decidir qué parte de su patrimonio cultural era útil y cuál debía erradicarse.
Los esfuerzos se encaminaron a incorporarlos a la nación. No se admitió que el proyecto
nacional incluyera la permanencia de la población india como un sector con cultura propia,
diferente a la del resto de la sociedad mexicana.
Las corrientes ideológicas que en la actualidad han instrumentado políticas para atender
la situación de los pueblos originarios se concentran fundamentalmente en las
neoliberales y neoindigenistas.
15
Guillermo Bonfil Batalla, México profundo. Una civilización negada, México, Editorial Grijalbo,
1989, p.168.
16
Manuel Gamio, Antología, México, Universidad Nacional Autónoma de México, Biblioteca del
Estudiante Universitario, Número 100,1985, p.112.
17
Íbid., p.113.
18
Guillermo Bonfil, op.cit., p.175.
Ante el fracaso de las políticas integracionistas, la corriente neoliberal, que asume el
poder en los ochenta, se ocupó en señalar nuevamente que no deberían existir
diferencias normativas entre uno y otro mexicano. Esta corriente, como su antecesora del
siglo XIX, tiene como valor fundamental a la libertad: el hombre nace libre y todo intento
de igualarlo con otros limita la libertad del mismo.
2.- Multiculturalismo.
Los pueblos originarios reclaman para sí una identificación adicional a la que se plantea
en la Constitución: por un lado, que el orden jurídico nacional reconozca sus diferencias y,
por el otro, les confiera autonomía a sus propios órdenes jurídicos. Así, la homogeneidad
a la que aspira el Estado moderno se rompe en tanto hay quienes reclaman el
reconocimiento de su diversidad. Dentro de la última, no obstante, es difícil darle cabida a
los conceptos de democracia, representación y división de poderes, pues los indígenas
postulan modelos de gobierno sustentados en sus formas tradicionales.
Algunos expositores del multiculturalismo son Charles Taylor, Will Kymlicka, Michael
Walter y en México Luis Villoro. Revisemos la postura de Taylor que sirvió como
fundamento de la autonomía de Québec y la de Villoro, que representa la posición más
pujante del multiculturalismo en México.21
19
Norberto Bobbio, Derecha e izquierda, España, Editorial Taurus, Sexta edición, 1995.
20
Kymlicka, William, Ciudadanía multicultural, Paidós, Barcelona, 1996.
21
Luis Villoro, Estado plural…, p.56-60
3.- Charles Taylor.
Con la política de la dignidad igualitaria se pretenden idénticos derechos para todos. Con
la política de la diferencia se pide que se reconozca la identidad única del individuo o del
grupo que es distinto de los demás. El reproche que el primero hace al segundo es que,
precisamente, viola el principio de la no discriminación. El que el segundo hace al primero
es que niega la identidad cuando constriñe a las personas para introducirlas en un molde
homogéneo que no les pertenece.
Villoro es uno de los defensores más destacados del multiculturalismo en México. Sus
planteamientos se concentran fundamentalmente en el tema de derechos y cultura
indígena. Su tesis se sustenta en señalar que la autonomía de los pueblos se vio
diezmada por la presencia de los Estados-nacionales, que imprimieron una lógica ajena a
los pueblos originarios.
22
Taylor, Charles, El multiculturalismo y “la política del reconocimiento”, México, Fondo de Cultura
Económica, Primera edición en español, 1990. pp.45-46.
Los pueblos o naciones tienen dos vías: escindirse o reclamar su autonomía dentro del
propio Estado. Si se escinden, entonces se crea un Estado nación nuevo; si, por lo
contrario, reclaman la autonomía dentro del Estado, implica la reformulación de ésta para
convertirse en Estado multinacional.
El uso de la palabra pueblo genera una gran controversia porque tiene un sentido muy
amplio y vago; puede ir desde el reconocimiento de un Estado nacional -el derecho
internacional le da ese sentido- hasta una comunidad, pasando por los grupos
etnolingüísticos, los municipios o las asociaciones de municipios. Además, se presta a
una confusión con respecto al artículo 39 de la Constitución mexicana, el cual señala que
“la soberanía reside en el pueblo” o que el “pueblo tiene el inalienable derecho de cambiar
sus formas de gobierno”.
Si su uso se refiere a los pueblos indígenas, surge el problema de que el territorio en que
se asientan generalmente rebasa los límites políticos dentro del Estado; es decir, va más
allá del municipio o de una entidad federativa. Por ejemplo, el pueblo mixteco se ubica en
tres estados; el náhuatl, incluso fuera del país.
Quienes abogan por la autonomía del pueblo sostienen que aceptarla posibilita
estrategias unificadoras para la defensa de sus derechos como tales; si en cambio, se le
da ese derecho a la comunidad, se fraccionaría la unidad indígena, cosa que siempre ha
sucedido. Quienes rechazan la autonomía del pueblo, se basan en que es difícil darle
cabida a ésta en un Estado nacional moderno, pues eso implicaría pensar en algún tipo
de entidad política que rebase los límites estatales.
23
Villoro, Luis, Estado plural…, p.18.
2.- Respuestas en el marco jurídico de Oaxaca.
Una de las primeras tareas de esta nueva institución fue crear el Plan Sectorial de
Cultura, el cual establece la política cultural de Oaxaca y pone en el centro de atención a
su población, a los portadores de la cultura, esto es, la acción de gobierno parte de
reconocer la composición étnica de la entidad, la cual se manifiesta pujante en todos los
órdenes de la sociedad. Al respecto la Ley de Derechos de los Pueblos y Comunidades
Indígenas del Estado de Oaxaca, promulgada en 1998, reconoce la diversidad cultural y
lingüística de 15 grupos.
De ahí que la Diversidad Cultural sea uno de los aspectos prioritarios de la política cultural
en la entidad. Se reconoce que los pueblos originarios tienen particulares formas de
organización social, política y de gobierno, por lo que se trabaja de la construcción de
condiciones para promover el respeto a sus formas de expresión artística, su patrimonio
cultural y los elementos constitutivos de su identidad, como lo son sus lenguas.
El reconocimiento de la Diversidad Cultural en Oaxaca es un eje estratégico de sus
políticas públicas en materia de cultura, y plantea el reto de combatir el racismo y la
discriminación. Un racismo y discriminación que se expresan en la históricamente baja
asignación de presupuestos para los programas que fortalecen a las culturas populares e
indígenas, lo cual es una forma vigente de discriminación.
Poner en el centro de las políticas públicas de Oaxaca a la Diversidad Cultural nos ha
enfrentado a los siguientes retos:
a. Fortalecer: el Programa de Apoyo a las Culturas Municipales y Comunitarias,
(PACMYC) y el Programa de Desarrollo Cultural Municipal, mediante los cuales se
apoyan iniciativas de los propios grupos bajo el criterio de la autogestión y
autosustentabilidad.
b. Implementar el Programa para el Desarrollo Integral de la Cultura de los Pueblos y
Comunidades Indígenas (PRODICI), el Programa de Fortalecimiento del
Patrimonio Musical del Estado de Oaxaca, el Programa para el Fortalecimiento de
la Cultura de la Población Afro descendiente, y la Campaña a Favor de la
Diversidad Cultural en Oaxaca.
c. Incrementar sustantivamente las fuentes de financiamiento de los Programas
dirigidos a las Culturas Populares e Indígenas de la entidad. En torno a los cuales
se han firmado convenios de colaboración entre el Consejo Nacional para la
Cultura y las Artes y el gobierno del estado de Oaxaca. Así también hemos
gestionado el mecenazgo de la fundación Alfredo Harp Helú Oaxaca, A.C., para
fortalecer los proyectos dirigidos a los portadores de las culturas. En el 2004 los
recursos destinados a estos fines eran de aproximadamente 3 millones de pesos.
Cabe destacar que en el ejercicio presupuestal 2007 se destinaron 14 millones de
pesos, lo cual es un hecho sin precedentes en la gestión de recursos etiquetados
para financiar proyectos que atienden la Diversidad Cultural: los programas
beneficiados son: PACMYC, PRODICI, Fondo de Desarrollo Cultural Municipal,
Programa para el Fortalecimiento del Patrimonio Musical; Campaña a Favor de la
Diversidad Cultural y Programa para el Desarrollo Integral de la Cultura de la
Población Afrodescendiente. Para el 2008 se tiene un presupuesto de cerca de 16
millones.
d. Impulsar el trabajo de coordinación interinstitucional entre instituciones del
Gobierno Federal, del Gobierno Estatal y de la Sociedad Civil, para diseñar
estrategias comunes a favor de la Diversidad Cultural en Oaxaca.
Todas estas acciones están enfocadas al fortalecimiento de las culturas indígenas vivas.
Otras acciones que se están procurando impementar son:
a. El impulso a la transversalidad e integralidad en la acción de las instituciones de
cultura para promover y fortalecer las condiciones para que los portadores de las
culturas populares e indígenas puedan ver florecer su quehacer, por lo que es
necesario, entre otras acciones vincular al sector cultural al sector educativo, con
propuestas concretas: tales como el fomento de la interculturalidad y la
capacitación para la promoción cultural en la escuela y la comunidad
b. Convocar, a través de seminarios, coloquios, talleres, entre otros, a las
instituciones culturales para el ejercicio de conceptualizaciones que soporten el
desarrollo de políticas culturales que nos permitan orientar una nueva acción del
Estado ante los nuevos retos a los que nos enfrentan fenómenos como la
migración y el uso global de nuevas tecnologías informáticas.
c. Discutir, proponer, legislar y actuar para proteger la propiedad intelectual de los
conocimientos y expresiones indígenas.
d. Crear circuitos regionales para difundir las diversas expresiones de la cultura
popular e indígena, particularmente las bandas de viento y las marimbas,
intensificando el trabajo con los niños. Cabe mencionar al respecto que el
Gobierno del Estado recibió en el 2008 el premio “Coming up taller” otorgado por
el Comité Presidencial para las Artes y las Humanidades de la Casa Blanca, el
programa “El Rincón de la Marimba” que promueve el desarrollo artístico de niños
interpretando dicho instrumento, en varios municipios de Oaxaca.
IV.- Conclusión.
Tanto la revisión histórica como el análisis de las distintas posiciones teóricas nos
permitieron concluir que la cultura debe ser tomada como elemento central de la
cohesión social y de la legitimación política y que es necesaria la plena participación de
los pueblos originarios en la construcción de su devenir histórico.
En el caso de Oaxaca dicho enfoque dio pie a la elaboración de políticas públicas que se
están implementando y que implican la tolerancia, la aceptación del otro, la concordia, el
diálogo. Valores que permiten la inclusión de todos los sectores sociales en la
construcción de su propio desarrollo.
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Los Cráneos de Roca de Cristal y la Percepción de Mesoamérica
en Europa en los dos últimos siglos
Daniel Graña-Behrens
Departamento de Antropología Histórica,
Universidad Frankfurt am Main, Alemania
RESUMEN
Recientemente fueron retirados de las salas de exhibición de algunos museos en Europa
y Estados unidos cráneos de roca de cristal primero pensados de origen azteca, maya o
mixteco pero ahora considerados productos artesanales europeos del siglo XIX y XX.
Tanto estos como los trece cráneos de roca de cristal que aparecen en la película
„Indiana Jones and the Kingdom of the Crystal Skull“ aluden a una particular exótica
concepción europea del indígena, que llevó a considerarlos también objetos con fuerza
espiritual. En última instancia, así la tesis por desarrollar, representan una proyección
europea al indígena americano.
Introducción
La reciente película de Steven Spielberg titulada en su versión original „Indiana Jones and
the Kingdom of the Crystal Skull“ y estrenada en los cines mundiales en mayo del 2008,
ha tenido un cierto impacto en algunos países tanto latinoamericanos como europeos. En
ella se narran las aventuras de Harrison Ford alias Indiana Jones, quien en la década de
los años cincuenta del siglo XX salva el mundo de los comunistas al encontrar trece
cráneos de roca de cristal guardados por una civilización indígena en la selva de un país
sudamericano. Esta civilización es precisamente la maya que (de acuerdo con la trama de
la película) posee un templo llamado Akator situado en el Perú, cuando en realidad la
cinta muestra escenas del sitio arqueológico maya Chichen Itzá en la Península de
Yucatán en México. Así, en lugar de atenderse a circunstancias reales y hechos
históricos, la película es una ficción en la cual por ejemplo los trece cráneos hablan algo
que suena como quechua, un importante idioma indígena todavía en uso sobre todo en
Bolivia, Ecuador y Perú, algo que no concuerda si los cráneos supuestamente
pertenecieron a la cultura maya. Toda esta confusión y falta de fiabilidad ha causado
severas críticas por parte de los críticos de cine. Esto sobre todo en noticieros peruanos
ya que en la producción se utiliza en relación con el Perú música ranchera mexicana y
permite que un héroe de la Revolución Mexicana (Pancho Villa), una vez revivido, hable
quechua. Todo ello ya criticado por Jürgen Golte, catedrático de culturas indígenas
latinoamericanas en la Universidad Libre de Berlín (Spiegelonline del 29.5.2008). Pero lo
que más sobresale en la película son los cráneos de roca de cristal, considerados
misteriosos y llenos de sabiduría, al menos suficiente para salvaguardar el mundo. Son
objetos que aluden a los veinte o más cráneos de roca de cristal que se conocen desde
mediados del siglo XIX de los cuales algunos forman parte de colecciones de museos.
Considerados de origen azteca, maya o mixteco hasta que ciertas dudas acerca de su
autenticidad llevó a los museos en Europa y Estados Unidos a retirarlos de las salas de
exhibición. Sólo en México siguen en expuestas en el Museo Nacional de Antropología e
Historia porque aún se cree que son o de origen azteca o más probable mixteco.24 No
obstante, hasta ahora ningún cráneo de roca de cristal fue documentado en excavaciones
arqueológicas. Al mismo tiempo, y gracias a una supuesta leyenda maya los esotéricos de
ambos lados del Atlántico se apoderan de los cráneos de roca de cristal argumentando
que son o eran trece en total, y que hay que reunirlos para así finalmente salvar el mundo
(Morton & Thomas 2006). Si finalmente los cráneos de roca de cristal en los museos o en
manos de coleccionistas no son más que una creación artística del hombre moderno y así
no más que una invención con éxito relacionada con culturas precolombinas tanto como lo
son en la película de Steven Spielberg, quedan ciertas preguntas. Estas tienen que ver
con la concepción europea del ¨otro¨, esto es del indígena americano.
1. ¿Por qué y con qué fines se inventó a mitad del siglo XIX en Europa el „cráneo de roca
de cristal“ y por qué la fascinación a su alrededor fue tan grande que no se dudaba de
su autenticidad?
2. ¿Cómo se transformó este objeto, primero considerado solo como una manifestación
de lo exótico, luego como un objeto sagrado o mágico del cual supuestamente emana
una fuerza espiritual y el poder para salvar el mundo?
Aunque no hay certeza absoluta, se considera que los primeros cráneos, todos no más
grandes que 3 o 4 centímetros, aparecieron a mediados del siglo XIX en México. En 1856
uno de ellos pasó al Museo Británico en Londres y más tarde otro a París dónde hoy
forma parte de la colección del Museo du Quai Branly. Otros dos cráneos que aparecieron
en este momento terminaron en el museo nacional en México (Welsh 2008). Todos ellos
muestran una horadación en la parte superior.
Otros cráneos más grandes que los primeros y sin la perforación, categorizados por la
custodia del Instituto Smithsonian Jane MacLaren Welsh como de segunda y tercera
generación, son ahora considerados una creación europea, ya que un exhaustivo análisis
microscópico claramente señala la existencia de huellas de instrumentos modernos (Sax
et. al. 2008). Entre ellos figuran un cráneo del mismo Instituto Smithsonian en Washington
y un segundo cráneo del Museo Británico, adquirido en 1887 en una subasta. Tanto el
segundo cráneo del Museo Británico como otro más, que fue adquirido probablemente en
1944 por Frederick Mitchell-Hedges, explorador y arqueólogo semi-profesional inglés,
fueron además ya comparados a mediados de los años treinta del siglo pasado.25 Se
concluyó que el cráneo, posteriormente llamado Mitchell-Hedges y que se diferencia de
los demás por su mandíbula móvil, debe ser una copia del cráneo del Museo Británico y
éste representa a su vez posiblemente a un dios de la muerte (Digby 1936: 108). Mitchell-
Hedges más tarde sostuvo al igual que su hija Anna (ella hasta su muerte en 2007), no
obstante de la existencia de una nota de transacción o venta, de haber encontrado este
cráneo mucho antes en uno de los edificios del llamado sitio arqueológico maya
Lubaantun en Belice en el marco de sus excavaciones realizadas durante los años veinte
24
Véase para ello la entrevista del periódico El Sol de México con el director del Museo Nacional
de Antropología e Historia en México, Felipe Solis del 22 de abril de 2007
(http://www.oem.com.mx/elsoldemexico/notas/n249880.htm).
25
Este cráneo también se denomina „cráneo o calavera de destino“ („skull of doom“).
del siglo XX por lo que creyeron que provenía de los antiguos mayas (Morton & Thomas
2006: 48-52).26
Recientemente el Museo du Quai Branly en París dio a conocer que también su cráneo es
una invención, ya que igual como en el caso del cráneo adquirido por el Museo Británico
en 1887, se detectaron microscópicamente huellas de instrumentos modernos. Por lo
tanto es probable que todos o la mayoría fueron creaciones de artesanos alemanes de
Idar-Oberstein, un lugar con una larga tradición en el trabajo de piedras preciosas,
elaborados en la segunda mitad del siglo XIX (Hansen & Stripp 2008). De allí es de suma
importancia también mencionar que el análisis de los cráneos del Instituto Smithsonian y
del Museo Británico incluyó además otros objetos de roca de cristal realmente
considerados de origen azteca y mixteca. Entre ellos figuran dos bolas de roca de cristal
atribuidos a la cultura azteca y una copa del mismo material relacionada con la cultura
mixteca o zapoteca y encontrado en una tumba precolombina descubierta por Alfonso
Caso en 1932. Como es de esperar, no se descubrieron huellas del uso de instrumentos
modernos en éstos artefactos. Esto a su vez concuerda con la evidencia arqueológica en
Mesoamérica, ya que hasta la fecha se han encontrado en contextos arqueológicos solo
piezas de roca de cristal como bezotes trabajados junto con oro, orejeras, la copa misma,
piezas en forma de bola y pedazos de diferentes tamaños. El hallazgo de una bola de
roca de cristal tuvo lugar en Chichen Itzá en 1883, cuando el explorador Augustus Le
Plongeon excavaba un edificio hoy conocido como plataforma Venus. La bola de roca de
cristal estaba dentro de una caja de piedra o urna funeraria prehispánica junto con restos
óseos humanos quemados. Al mismo tiempo se desconoce el uso de objetos como la
bola de roca de cristal, encontrado en Chichen Itzá. Fue más bien el empleo de bolas de
cristal en Europa y entre los autóctonos de Mesoamérica posterior a la conquista que
hace suponer que también en el tiempo prehispánico semejantes objetos fueron utilizados
como instrumentos de adivinanza. Solo así el erudito estudioso de las culturas
precolombinas Eduard Seler (1961, V: 371) pudo concluir en 1908 que el difunto en la
urna de Chichen Itzá podría haber sido un profeta.27 No obstante, es sabido y bien
documentado que la técnica de adivinanza preferida en la época prehispánica era el
sortilegio mediante granos de maíz, y se desconoce el uso de pedazos de roca de cristal
en este tiempo (Anders & Jansen 1994: 81). Así todo parece indicar que los cráneos de
roca de cristal de la segunda o tercera generación son en realidad una creación europea
aunque en un principio se pensó que fueron de origen mesoamericano. Dado que esto
también se puede decir del cráneo de la llamada primera generación, el del Museo du
Quai Branly en Paris, se debería analizar los demás cráneos de esta generación, entre
ellos sobre todo los que hoy forman parte de la colección del Museo Nacional de
Antropología e Historia en México, para confirmar si no ellos también pueden llamarse un
invento moderno. Pero aun así, la historia de los cráneos de roca de cristal manifiesta una
interesante relación entre Europa y Mesoamérica; la relación que existe entre el invento y
la concepción del „otro“. Así, en cuanto a su función la custodia Welsh del Instituto
26
Otro análisis del cráneo de roca de cristal supuestamente encontrado en Lubaantun, y llevado a
cabo por la compañía Hewlett-Packard a fines de los años setentas del siglo XX en Santa Clara,
California concluyó que éste es de roca de cristal y no fue elaborado con instrumentos modernos
(Morton & Thomas 2006: 57). A su vez un segundo análisis más tarde por el Museo de la
Humanidad en Londres (Museum of Mankind) también llego a esta conclusión, pero tampoco pudo
establecer su antigüedad ni el lugar de su manufactura (véase
http://www.youtube.com/watch?v=OwrGQuFyRDQ).
27
El mismo Seler también reporta que otro alemán, Karl Sapper, encontró en el siglo XIX un
pedazo de roca de cristal dentro de una pequeña cueva en las cercanías de Campur en Guatemala
(Seler 1960, III: 600).
Smithsonian, especula que el invento de los cráneos de roca de cristal de la primera
generación pudiera haber servido para dos fines:
La segunda función concuerda con las observaciones de uno de los doce franciscanos
que primero llegaron a México en el siglo XVI, el fraile español Motolinia (Toribio de
Benavente). Este menciona, que los indígenas ya en el tiempo precolombino elaboraban
cruces de una piedra transparente los cuales montaban en un pedestal (Anders 1970:
31).28 Ambas explicaciones suenan razonables. Por un lado es bien sabido que en Europa
desde el siglo XVI existía la costumbre de montar o por lo menos mostrar en pinturas el
motivo de una cruz relicaria encima de un cráneo para recordar simbólicamente al
Golgata. Además existieron ya cráneos humanos de ámbar. Uno de estos del siglo XVIII y
manufacturado probablemente en la antigua Prusia (Königsberg) mide no más que cuatro
centímetros de altura y es muy parecido a los primeros cráneos de roca de cristal que
aparecieron a mediados del siglo XIX en México.29
Por otro lado Welsh subraya que más tarde, a mediados del siglo XIX, existía
especialmente en Francia un afán por dibujar esqueletos y calaveras. Lo mismo ocurrió un
poco más tarde también en México, plasmado sobre todo en los grabados de José Luis
Posada y su más famosa figura, la „Catrina“, que inició en México una era que el
antropólogo Claudio Lomnitz (2005: 379) designa como „massification of death“. Con ellos
se refiere al comienzo de una época que crea e industrializa una cultura popular de la
muerte. Pero aun así, no queda del todo claro el porqué del invento y de la aceptación de
los cráneos de roca de cristal.
Otra explicación pudiera ser el exotismo europeo del siglo XIX que estimulaba la fantasía
europea hacía el „otro“. Y esta se alimentaba no solo de la visión que se tenía de Africa,
sino también de América Latina. El comienzo de este exotismo se remota a la época del
descubrimiento de América cuando el hombre americano, llamado más tarde
comúnmente „indio“ o „indígena“, fue tachado por su desnudez, sus prácticas
antropófagas y su falta de moral. A la vez la fantasía europea representó al autóctono
como un hombre de fábula, esto es; sin cabeza o con cabeza en forma de perro y muy de
acuerdo con las ideas ya existentes que se remontaban en parte hasta la época clásica
(Honour 1982: 23-24, Jahoda 1999: 17-19). Desde inicios del siglo XVI y gracias a
diferentes reportes sobre las Antillas o Brasil, el hombre americano además de ser
declarado salvaje fue visto como caníbal (Röckelein 1997: 189-190). Aunque la primera
gran publicación con un sinnúmero de ilustraciones sobre las culturas del nuevo
continente en Europa, la de Theodor de Bry, apareció bastante tarde, entre 1590 y 1634,
se conocieron en Europa previamente algunas ilustraciones, pero no más que 268 en
total (Sturtevant 1976: 444). Aunque estas eran pocas tomando en cuenta el gran número
de viajes y viajeros, bastaban para estereotipar a los indígenas no solo como inmorales y
caníbales, sino también como primitivos por ejemplo en cuanto a su ropaje ya que o
28
El citado autor, Ferdinand Anders, aun presuponía que los cráneos de roca de cristal conocidos
desde mediados del siglo XIX fueran de origen prehispánico. No obstante, descarta la posibilidad
de que en su concepción se remonte a las llamadas hileras de cráneos en plataformas
arquitectónicas (tzompantli) dado el alto valor del material.
29
Este cráneo de ambar aparece en el catálogo de la casa de subasta alemana Michael Zeller
(Lindau am Bodensee) en 2002 con el lote 163 (http://www.zeller.de).
andaban desnudos o adornados o vestidas con faldas hechas de plumas de diferentes
aves, una prenda obviamente fantasiosa. Pero la contemplación del indígena como
bárbaro cambio a finales del siglo XVIII cuando sus costumbres fueron vistos con otros
ojos, esto es, el europeo revalorizó los valores del indígena. Su vida primitiva o su
ignorancia fueron entonces consideradas como virtudes que se llamaron sencillez o
inocencia. Esto es, del bárbaro se hizo un „salvaje noble“. Su conducta tan opuesta a la
costumbre europea fue idealizada (Bitterli 2004: 272-274).30 Un poco más tarde, en el
siglo XIX, cuando las ideas del siglo de las luces cambiaron finalmente los prejuicios de
los primeros siglos después del descubrimiento, nuevamente los viajeros europeos se
apoderaron del continente. Equipados con papel y pluma se plasmaron por primera vez
sus observaciones en dibujos más reales (Humboldt 1987-1997) y una vez que los
exploradores se equiparon de aparatos fotográficos, también en fotos (véase el caso de
Augustus Le Plongeon). Sin embargo, las nuevas impresiones seguían acompañadas o
ligadas con los primeros motivos que habían llegado a Europa desde el principio del
descubrimiento y de la conquista de América. Esto es especialmente con el canibalismo,
el sacrificio humano, sobre todo en su variante del arranque del corazón, con la
equiparación de las deidades autóctonas con el diablo cristiano, y por último, con las
numerosas descripciones de culebras fantásticas y naturales (Anders 1970: 11-24, Hand
1976: 47). Representante singular de estos cuatros elementos era en ojos de los
Europeos la cultura azteca. Pero el siglo XIX en Europa es también la época cuando por
primera vez se montaron exhibiciones a gran escala exponiendo artefactos reales o
copias de las regiones remotas a un público mayor mientras que antes solo eran partes
de los gabinetes de curiosidades de aristócratas. Una de las primeras exposiciones
acerca de las culturas precolombinas y de la vida posterior en México fue presentada con
gran éxito en 1824 en Londres por el empresario William Bullock (Pearce 2008: 28-30).
Aunque bien estas noticias y exhibiciones contribuyeron a conocer al „otro“, esto es al
africano o al indígena de las Américas, aun quedaba suficiente ignorancia acerca del
origen y del desarrollo de muchas civilizaciones tempranas como, por ejemplo, la azteca,
la maya o la mixteca. Por lo tanto ¿se plasma en los cráneos de roca de cristal entonces
la ignorancia o falta de información europea acerca del „otro“ o la mezcla entre la propia
imaginación y un conocimiento cultural deficiente? Me parece que la segunda parte de la
pregunta es más acertada y debería ser contestada con un sí.
Otro aspecto es el comercial cuando se trata de la venta de tales artefactos. Por un lado
floreció en México el mercado con antigüedades precolombinas a finales del siglo XIX,
especialmente desde que en el Porfiriato, el período comprendido entre 1876 a 1911 bajo
el Presidente Porfirio Díaz, la construcción del ferrocarril estimulo el turismo (Holmes
1886). A la vez estaba en moda un romanticismo indígena que rindió homenaje al indio
muerto, una concepción cómoda que se servía de la antigüedad sólo para fines de
documentar una herencia gloriosa, sin generar compromisos con los descendientes de
estas culturas. Por lo tanto tampoco importaba lo verdadero o auténtico sino nada más
algo que lo aparentaba. De esto rinde testimonio la construcción de un edificio al antiguo
estilo a la vez maya y tolteca en la exposición mundial en París realizada en 1889. En
este marco de ideas la fabricación de antigüedades (sobre todo en la forma de cerámica)
no solo pretendía copiar lo existente, sino elaborarlo un poco más al gusto del turista. Por
ejemplo se pretendía dar un toque chino tal y como lo revela William Holmes, un profesor
30
El etnólogo Karl-Heinz Kohl (1983: 13-16) considera que ya Bartolomé de las Casas cimentó el
fundamento para la posterior concepción del „salvaje noble“ en la primera mitad del siglo XVI,
porque éste declaró - por ejemplo - que los conquistadores no eran más que bestias que asaltaron
a indígenas más corderos que otra cosa.
norteamericano en geología quién observaba, compraba y finalmente condenaba estas
imitaciones en sus viajes entonces por México. Pero el caso de los cráneos de roca de
cristal es diferente. No solo aparecen como un invento europeo sino carecen de una base
precolombina salvo que el material y el motivo eran conocidos en tiempos prehispánicos.
Pero no fueron un invento „ex nilo“, sino tal vez se remontaban al motivo europeo de la
cruz sobre un cráneo. Pero en vez que el cráneo simbolizara al Gólgota, representaba
ahora una resumida fantasía sobre América, esto es, se remitía a los cuatro elementos
sobresalientes con los que se caracterizaba al continente y en particular a las culturas
mesoamericanas: el canibalismo, el sacrificio humano, lo diabólico de sus deidades y las
serpientes fantásticas. Tal y como señala la custodia del Instituto Smithsonian de
Washington, Welsh, el más conocido vendedor de arte precolombino en la segunda mitad
del siglo XIX, el francés Eugène Boban, no solo presentó varios catálogos de venta en los
que se incluían también algunos cráneos de roca de cristal sino también les confirió un
cierto valor cultural al escribir en un caso: „el cráneo humano jugaba un papel importante
en las ceremonias religiosas en el México antiguo, y aun y a menudo se encuentran
pequeños pedazos de roca de cristal (...) pero el cráneo de Boban es sin duda uno de los
más grandes y bellos.“ (citado en Morton & Thomas 2006: 112, la traducción es mía) Aquí
claramente se mezcla por un lado la deficiencia de información cultural con la fantasía
europea sobre las culturas precolombinas en México con el afán del vendedor de vender
el producto. El concepto europeo acerca del „otro“ sirvió de base para fines lucrativos. Tal
y como esto sucedió más tarde en los anuncios de venta de productos coloniales en
Europa como el café, el té o el tabaco con gente de regiones lejanas en escenas mágicas
(Bitterli 1997: 41). También el comentario de Boban alude precisamente a la vieja
percepción europea del indígena precolombino, pero ahora más en el sentido del „salvaje
noble“, quién era capaz de producir objetos ceremoniales que en ojos europeos pueden
llamarse obras de arte. Además y de manera muy particular desde un principio de la
conquista española, la cultura azteca fue conocida por sus prácticas culturales, como son
por ejemplo el sacrificio humano o la tendencia de plasmar en casi todas sus obras
escultóricas, modeladas o pintadas, cráneos humanos. Al parecer fueron estas
impresiones perturbadas o más bien estereotipadas las que influyeron de manera
importante en la subconsciencia en el momento de crear los cráneos de roca de cristal.
Solo así se puede explicar que estos objetos fueron aceptados como auténticos también
entre coleccionistas de antigüedades o gente acomodada quién los compraba para
adornar sus casas.
Los cráneos de roca de cristal fueron desde el momento de su creación así una
manifestación europea acerca del „otro“: el hombre americano, y ligado especialmente
con las culturas mesoamericanas. Sin embargo, hoy abundan en el world wide web las
páginas que registran cráneos humanos hechos de diferentes materiales entre ellos de
roca de cristal, de cristal simple, resina o cuarzo sintético. Estos se pueden considerar
replicas o modificaciones de los primeros cráneos humanos de roca de cristal creados en
el siglo XIX. Fue la multiplicación de las piezas que finalmente también permitió su
comercialización al gran estilo. Pero esto no es todo, ya que estos cráneos son
anunciados con atributos particulares. En vez de representar solo algo exótico, se
convirtieron en objetos mágicos y hasta sagrados. Son anunciados como objetos que
reúnen o una sabiduría o un secreto ya conocido por el hombre precolombino, que
también puede adquirir el hombre moderno. Además curan, representan en general una
potencia espiritual de sanación (véase por ejemplo www.crystal-skull.com) y otros
diferentes poderes. Uno de estos es traspasar energía en el sentido que del cráneo se
puede pasar energía a agua purificada que luego tiene las mismas propiedades, un
proceso que antropólogos como James Frazer, llaman magia contagiosa. Obviamente el
agua cargada con la energía del cráneo tiene un valor de 19.95 dólares y está a la venta
(www.lemurantis.com/essence_MHskull.html). También se cree, como la adivina
canadiense Carole Davis o Wilson (1975) que los cráneos hablan y su información se
puede substraer mediante „channeling“, esto es, mediante un procedimiento oscuro que
permite sustraer parte del conocimiento del cráneo y traspasarlo al hombre. Finalmente
son también considerados como objetos mágicos, porque garantizan un futuro mejor y
una protección personal o colectiva.
Con respecto a estos nuevos atributos quiero sugerir que representan lo que comúnmente
en la antropología se llama un fetiche. Como el antropólogo Karl-Heinz Kohl (2003: 14-28)
aclara con ello se designa a objetos sagrados que contienen una fuerza sobrehumana y
mediante sacrificios o donativos esta fuerza puede incrementarse. De acuerdo con su
análisis fetiche proviene del portugués feitiço. La palabra en portugués a su vez se
remonta al latín factitius que significa „artificialmente producido“. Esta palabra aplicaban
los portugueses desde el siglo XV a objetos que los nativos usaban en el Occidente de
Africa para fines rituales y mágicos. Se trataba sobre todo de objetos de madera u otro
material adornado con cabellos, pieles o piedras en ceremonias religiosas. Por ende este
termino se generalizo para referirse a cualquier forma de religión primitiva.
En cuanto a los cráneos de roca de cristal u otros materiales, se puede decir que son
tratados hoy por algunos en Europa, Estados Unidos y América Latina como un fetiche
por tres razones. Primero porque es difícil explicar como fueron trabajados los de roca de
cristal ya que se trata del segundo mineral más duro después del diamante. El proceso
tardaría incluso generaciones en el caso de los cráneos más grandes si no fuesen
trabajados con herramienta moderna. Así, el mismo proceso enigmático de su
manufactura los convierte en objetos mágicos. Segundo, se cree, y esto está a la vez
íntimamente relacionada con el argumento anterior, que estos tienen su origen en el
remoto pasado, por ejemplo entre las culturas antiguas y exóticas como la azteca o maya
que conocieron prácticas rituales con cráneos y dónde el cráneo también abunda en la
iconografía (Morton & Thomas 2006: 121-223). Tercero y último, de acuerdo con el
reconocido especialista en las culturas mesoamericanas de la Universidad de California
en Los Angeles, John Pohl, quien reporta haber escuchado esto en sus repetidos viajes a
ésta región, los actuales mayas aprecian las cualidades de roca de cristal y lo comparan
con un radio, una televisión o una computadora, esto es, les confieren la capacidad de
representar un instrumento de comunicación con los ancestros (Morton & Thomas 2006:
63). A su vez algunos Europeos u Norteamericanos, especialmente los del movimiento
„New Age“, creen que los cráneos u otros objetos de roca de cristal funcionan como una
computadora moderna, la cual puede pasarles un conocimiento ilimitado para bien o para
mal de la humanidad. Así estamos documentando la transformación de un simple objeto
exótico creado por europeos, y desde un principio guiado por su fantasía acerca de las
culturas americanas, en un objeto de magia. A su vez, el nuevo objeto, un fetiche, es
retroalimentado con leyendas igualmente inventadas o distorsionadas, pero ahora ya no
solo por Europeos, sino también por los descendientes actuales de las culturas
precolombinas. Fue la supuesta leyenda acerca del hallazgo del cráneo de cristal en
Lubaantun, Belice reportada por parte de Frederick Mitchell-Hedges y el afán de su hija
Anna de atribuirlo a la cultura maya, que a mi manera de ver aumento y cambio
sustancialmente el interés en los cráneos humanos de roca de cristal. Mitchell-Hedges
primero declaró haber encontrado durante sus excavaciones en la zona arqueológica de
Lubaantun, Belice en el transcurso del año 1926 un cráneo de roca de cristal mucho más
grande que todos los que se conocieron hasta entonces y con una mandíbula móvil.
Tiempo después ante el temor que él le causaba, lo regaló supuestamente a mayas
locales. Estos decían que éste había pertenecido a un adivino maya hace más de 100 000
años y que el cráneo reunía un gran conocimiento pero ya no sabían cómo hacerle hablar.
De acuerdo con su versión, los mayas lo relacionaban con sus antiguas costumbres y
efectuaban una ceremonia con él. Finalmente al terminar la campaña arqueológica se lo
devolvieron a Mitchell-Hedges en gratitud. Como fue su hija Anna quién de acuerdo con
Mitchell-Hedges había encontrado en realidad el cráneo, fue ella también quién se quedó
con él hasta su propia muerte en 2007 sosteniendo siempre, que de él emana una fuerza
particular, y en especial le brindaba mucha salud (Morton & Thomas 2006: 22-29).
En cuanto a los cráneos de roca de cristal surgió además la leyenda según la cual los
mayas o en algunas versiones los aztecas conocieron trece cráneos con la mandíbula
móvil parecidos al cráneo poseído por Mitchell-Hedges. Pero que estos cráneos antiguos
desaparecieron o se dispersaron y ahora es necesario volverlos a reunir. Una vez que
esto se logre, los cráneos como son mágicos proveerán al hombre de un inmenso
conocimiento y pueden salvar el mundo. Pero hasta ahora se conocen sólo cinco cráneos
de roca de cristal con mandíbula móvil además del cráneo Mitchell-Hedges (Morton &
Thomas 2006: 11). Sin embargo, en algunas páginas web ya se señala el año 2012 como
fecha cuando se logrará juntar estos doce cráneos. Esta fecha no sorprende mucho ya
que se trata en realidad de una fecha maya convertida al calendario cristiano. En esta
fecha maya se cierre el decimotercer bak‘tun, un periodo entre otros en el antiguo calculo
maya del tiempo llamado Cuenta Larga. Y esto es también la trama de la reciente película
de Indiana Jones. A su vez existen varias leyendas de esto tipo que manifiestan los
intereses particulares de quienes se consideren descendientes de las antiguas culturas.
Así, aparece en el libro sobre los cráneos de roca de cristal de Chris Morton y Ceri Louise
Thomas (2006: 313) un episodio en el cual un maya yucateco de nombre Hun Batz narra
el reencuentro de los trece cráneos como parte de una profecía de los Itzaes. Con ello se
refiere a un grupo maya de origen enigmático que en el siglo X o posteriormente habitaba
en Chichen Itzá y cuya historia se encuentra precisamente en el llamado Chilam Balam o
libro del profeta, un manuscrito colonial que reúne profecías, leyendas y narraciones
orales autóctonas escritas con letras latinas en maya yucateco. Pero en ningún momento
este libro alude a un cráneo de roca de cristal.
Regresando a los fetiches del Occidente africano existe la siguiente tesis: ellos son en
realidad una creación africana, una reacción autóctona para sobrellevar la conquista
europea y la hegemonía del cristianismo. En lugar de aceptar las reliquias cristianas, los
autóctonos prefirieron modificar sus figuras de madera, con las que representaban sus
ancestros. Esto lo hacían porque pensaban que la superioridad europea provenía en sus
objetos sagrados. Por lo tanto trataron de apoderarse de una parte de la superioridad
europea al incorporar parte de sus objetos mágicos en su propia cultura. Lo que para los
europeos era la Biblia, para ellos eran entonces las nuevas figuras que fungieron como
testigos en contratos comerciales con los europeos. Estos en última instancia serían
castigados por el fetiche, si no cumplían con lo prometido (Kohl 2003: 20-22). En el caso
de los cráneos de roca de cristal se puede decir que ellos son la expresión europea de
una incomprensión de las culturas americanas, en particular de las mesoamericanas, pero
saliendo del esquema tradicional de la conquista. En vez de oponerse a ellas,
revalorizaban los logros autóctonos mediante el concepto del „noble salvaje“,
primeramente con el fines de comercializar las piezas inventadas. Más tarde, en un
segundo paso, tanto europeos como descendientes de las culturas mesoamericanas se
aprovecharon de esta revalorización al fabricar de la invención moderna, un objeto mágico
que en vez de causar rechazo o terror, garantiza protección al poseedor individual y
colectivo, y promueve así el conocimiento sobre las culturas de las que supuestamente
proviene. El cráneo de roca de cristal se volvió un fetiche.
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La Arqueología e Iconografía del sitio Cerro de la Tortuga,
Tepenixtlahuaca, Costa de Oaxaca, México
RESUMEN
El estudio de una estela procedente del sitio arqueológico de Cerro de la Tortuga, en la
Costa de Oaxaca, revela la presencia de elementos epigráficos e iconografía del centro
de México, particularmente del gran centro metropolitano de Teotihuacan. El análisis del
personaje representado en la estela, provee un nuevo dato sobre las relaciones entre
Teotihuacan y la región de Oaxaca, así como del papel que pudo desempeñar el
protagonista. El monumento es también un testimonio en la memoria local de la antigua
comunidad, que se preserva con evidencia de varios edificios monumentales
pertenecientes al periodo Clásico.
Antecedentes
En los últimos años la investigación arqueológica en la franja costera del actual estado de
Oaxaca ha aumentado y modificado nuestra visión sobre las sociedades precoloniales
que se asentaron a lo largo del litoral del Pacífico. Los estudios arqueológicos, iniciados
desde la década de los años 1960’s y que continúan actualmente, han incluido
reconocimientos amplios desde la zona de las bahías de Huatulco hasta la frontera con el
vecino estado de Guerrero, localizando asentamientos de diferentes temporalidades y
tamaños (Brockington et. al. 1974; Piña Chan 1960). Las excavaciones de salvamento y
rescate en sitios de la región de Huatulco y Río Verde, así como los sondeos
estratigráficos llevados a cabo en diversos lugares, han definido una secuencia
cronológica para los asentamientos (Fernández y Gómez 1988; Joyce 1993, 1998). A ello
se debe agregar el registro de monumentos grabados en estelas y esculturas, que
muestran una iconografía y escritura rica en símbolos y significados (Arnaud 2003; Urcid
1993; Urcid y Joyce 1999). Además, están los trabajos en la región del Río Verde inferior,
que han dilucidado los cambios en el paisaje y la ecología ocurridos en el periodo
Preclásico y su impacto en la sociedad local (Joyce et. al. 1998). Finalmente, el estudio
del antiguo señorío mixteco de Tututepec, donde se vincula la arqueología con el análisis
de las fuentes locales indígenas de los códices, ha mostrado que el antiguo asentamiento
era mucho más grande y extenso durante el posclásico, y que refleja el poderío del lugar
a nivel regional (Joyce et. al. 2008).
Se puede afirmar que la costa de Oaxaca fue poblada desde por lo menos el Periodo
Preclásico o Formativo Medio (500 años antes de Cristo) y que probablemente los
primeros asentamientos fueran habitados por hablantes de chatino, un idioma
perteneciente a la rama de la lengua zapoteca (Joyce y Winter 1989). Los estudios
glotocronológicos señalan la posibilidad de que el chatino en algún momento, alrededor
del periodo Clásico (500 años después de Cristo), se haya escindido lingüísticamente de
la lengua zapoteca (Hopkins 1984). Todos estos trabajos revelan una rica y compleja
historia que apenas empieza a conocerse, pues, debido a la enorme extensión del
territorio costero de Oaxaca, aún existen secciones por examinarse. Una de ellas
comprende las estribaciones de la Sierra Sur, inmediatamente arriba de la franja costera,
donde se tiene noticia de varios sitios arqueológicos con presencia de plataformas,
arquitectura monumental y con evidencia de estelas grabadas, como aquellos reportados
en las inmediaciones de Santos Reyes Nopala, entre otros (Arnaud 2003).
En noviembre del año 2005 el autor de este trabajo atendió una solicitud de registro de
piezas arqueológicas en la comunidad de Santa Cruz Tepenixtlahuaca, agencia municipal
dependiente del municipio de Tataltepec de Valdés, distrito de Juquila (Figura 1). Entre los
objetos que inspeccionamos se encontraba una impresionante estela procedente de un
sitio cercano al pueblo y que los habitantes de Tepenixtlahuaca habían trasladado al
edificio de la Agencia Municipal, donde había permanecido hasta nuestra llegada.31 Antes
de analizar la pieza, designada también como monumento 2 de Cerro de la Tortuga,
describiremos brevemente el sitio donde apareció.
La arquitectura mayor del sitio está formada por montículos y plataformas de tierra y
piedra. En una de las bases del talud fue posible observar un recubrimiento de piedra
careada, con paramentos horizontales formados por bloques de piedra blanca de unos 30
x 20 cm. Este recubrimiento fue mucho más evidente en la sección sur de las plataformas.
La alineación de la mayoría de los edificios es de Este a Oeste, no obstante, hace falta
realizar un mapeo cuidadoso para determinar con exactitud la orientación general del
31
.- En noviembre del año 2008 la estela se colocó en la plaza frente al edificio de la Agencia
Municipal, para lo cual se construyó una base y un techo de palma para su exhibición y protección.
asentamiento. Por comentarios de los vecinos supimos que el sitio había sido usado como
cantera para la extracción de piedra para la construcción de casas en el pueblo. No
obstante, es posible ver secciones bien conservadas y que no fueron dañadas por la
extracción de piedra. Destacan también una serie de estelas, aparentemente sin grabar,
localizadas en la plaza y en los esquineros de algunas plataformas. Este es un elemento
en común con otros sitios de la Costa de Oaxaca, pues se han localizado estelas lisas
asociadas a la arquitectura de comunidades del periodo Clásico (Brockington 1969;
Brockington et. al. 1974; Brockington y Long 1974). En los lomeríos cercanos al complejo
monumental se han observado varias plataformas pequeñas y montículos de menor
tamaño, lo que indica que el asentamiento antiguo se extiende por varias hectáreas aún.
En la plaza central del sitio se encuentra un pequeño adoratorio y junto a él una piedra
grabada de forma ovalada que mide 1.35 metros de largo por 88 centímetros de ancho y
35 centímetros de grosor, rota en uno de sus costados. La designamos como monumento
3 de Cerro de la Tortuga. Tiene en su cara grabada una serie de puntos distribuidos de
manera radial alrededor de dos ejes; forman un doble círculo y un círculo exterior mucho
más grande. Estos diseños son idénticos a las llamadas “cruces punteadas” del Altiplano
Central y que tienen una gran distribución en diversos puntos de Mesoamérica. La
frecuencia de este tipo de marcadores en el Altiplano Central es recurrente en el periodo
Clásico, especialmente durante el auge de Teotihuacan. Hay diferentes interpretaciones
sobre su uso y significado, la mayoría los estudiosos concuerdan que fueron usados como
“marcadores” para la orientación de la arquitectura a los cuerpos celestes (Aveni 1991).
La aparición de estos marcadores en otros sitios tan alejados de Teotihuacan como
Altavista y Chalchihuites, también parece coincidir con la época de mayor auge de la
cultura teotihuacana (fase Xolalpan, entre los años 450 a 700 después de Cristo).
Como ya se mencionó, la estela procede de la plaza principal del sitio Cerro de la Tortuga
y actualmente se encuentra en el pueblo de Tepenixtlahuaca. Aunque la pieza está rota y
dividida en tres secciones, es posible reconstruir su tamaño original, cercano a los 2.70
metros de altura, con 73 centímetros de largo máximo y 26 cm de grosor máximo. La
parte inferior de la estela muestra una superficie rugosa, sin grabados, que seguramente
servía como espiga y donde se asentaba la pieza. La sección grabada solo ocupa una de
las superficies de la piedra. Al igual que otras estelas de la Costa de Oaxaca, está
elaborada en una piedra de granito de color gris claro (Figura 2).
El señor lleva un tocado elaborado, formado por una diadema con elementos anudados,
una insignia en su frente que incluye un círculo con una acanaladura en forma de U
invertida y sobre éste un glifo en forma de “corazón” rematado por un elemento en forma
rectangular con tres salientes. Arriba de la insignia sobresale un conjunto de largas
plumas que caen por detrás.
El emblema que lleva el señor sobre su pecho está formado por tres elementos
sobrepuestos: un ave de perfil con las alas extendidas, un escudo circular decorado con
triángulos en su orilla, y una lanza o dardo. Justo debajo de la punta de la lanza se
desprende el motivo de la “sangre” o del “corazón”.
De la boca del personaje surgen unas volutas que se prolongan hacia arriba. Sobre ellas
se encuentra un par glífico formado por un diseño en forma de crótalo de serpiente y un
elemento cuatripartito enmarcado por un cartucho circular. Este par de glifos se encuentra
representado en otros monumentos de Mesoamérica, por ejemplo en la estela de Piedra
Labrada, Veracruz y en una lápida del edificio II de Monte Albán (Caso 1967, 1965; Urcid
1994). Debajo de este conjunto, dentro de la voluta del habla, hay un par de glifos
formados por un círculo con una acanaladura en su interior, acompañado de una forma
trilobulada, o “corazón”, además de una concha de caracol y por lo menos otro glifo
deteriorado. Resulta interesante notar que el par glífico compuesto por el círculo y el
“corazón” se repite en la diadema.
Existen varios elementos de la estela que muestran una relación estilística mucho más
cercana con Teotihuacan que con el área de Oaxaca:
1).- La presencia del emblema: “Ave, escudo, lanza”. La combinación de estos elementos
forma parte de la imaginería que se desarrolló en la ciudad de Teotihuacan durante la
época Clásica y que Hasso von Winning definió como parte del “complejo de la guerra y el
sacrificio”, siendo la lechuza y las armas parte de la heráldica de los guerreros
teotihuacanos (von Winning 1987, tomo 1: 90)32. Esto indicaría que el personaje en la
estela de Tepenixtlahuaca representa a un guerrero. Es la primera vez que se documenta
este tipo de iconografía guerrera teotihuacana en la región de Oaxaca.
2).- El tipo de vestimenta del personaje. Lleva sandalias con un tipo de borlas muy
frecuente en la iconografía de Teotihuacan, además de colgantes con acanaladura en
forma de U. Este parece ser un tipo de indumentaria usada por los teotihuacanos;
compárese por ejemplo con la estela 3 del sitio Los Horcones, Cerro Bernal, en la costa
del Pacífico de Chiapas y otros ejemplos de lápidas encontradas en la zona arqueológica
de Teotihuacan (Navarrete 1976, Acosta 1964).
3).- La orientación y posición del personaje. Compárese su estética con los murales
teotihuacanos de Techinantitla y Tlacuilapaxco (Berrin 1988). En ambos casos se
representan señores caminando, orientados de perfil, con una mano extendida al frente,
en ocasiones con un círculo en la mejilla y con las volutas del habla saliendo de su boca.
4).- Los glifos que acompañan a la voluta del habla, todos ellos tienen su contraparte en el
sistema de notación de Teotihuacan, incluyendo el par glífico de crótalo y estera (Langley
2002, anexos). Mientras que el primero puede tener relación con la serpiente, el segundo
puede hacer referencia a la forma cuatripartita de la superficie terrestre o bien a la estera
o petate, el símbolo de realeza y gobierno presente en la iconografía de Mesoamérica33.
Este concepto fue ampliamente difundido en el periodo Clásico y fue usado
recurrentemente en monumentos de estilo teotihuacano fuera del Altiplano Central (Taube
2000). Es posible que este conjunto pueda ser un título o rango y que esté relacionado
con el origen y estatus del gobernante, pues en Teotihuacan es usado como insignia en
los tocados de algunos personajes. Comparando el repertorio glífico en las volutas,
resalta la semejanza de los motivos con la iconografía y el sistema de representación
usado en Teotihuacan, especialmente en los murales y la cerámica.
5).- La insignia que porta en el tocado y que se repite en la voluta del habla.
Formado por el glifo “corazón” y un círculo, también se encuentra representado en la
imaginería de Teotihuacan, en el tocado de algunos personajes en los murales. Alfonso
Caso los llamó “gotas y ojos” y aparecen también como aplicaciones de cerámica en
algunos braceros ceremoniales del “tipo teatro” (Caso 1967). Al parecer esta debió
representar parte de un cargo, pues también aparece en el discurso que pronuncia Ocho
Movimiento.
32
.- Existe polémica sobre el tipo de ave que acompaña al emblema. Mientras en algunas escenas
claramente se trata de un búho o lechuza, en otras se asemeja más a un águila, halcón o una
especie de ave de presa. Algo en común de todas ellas son las largas y afiladas garras, que
denotan su carácter carroñero.
33
.- En la epigrafía maya, el logograma de forma cuatripartita se traduce como: tzam, “trono” (Coe
y van Stone 2005). Agradezco a Daniel Grana-Behrens su observación sobre este glifo y su
equivalente en la glífica maya.
6).- El glifo en forma de almena, una forma usada la pintura mural, en la cerámica,
escultura y arquitectura de Teotihuacan. Existen, de hecho, almenas de piedra con este
tipo de silueta (Sejourné 1966). Resulta sugerente el hecho de que este mismo tipo de
representación, el tablero con formas de almena en su interior, fuera usado siglos
después como la forma de representar al ñuu, comunidad, pueblo, en los códices
mixtecos posclásicos.
Conclusiones
Agradecimientos
Hago un reconocimiento a Maarten Jansen por la invitación a participar en el simposio, así como
agradecer el intercambio de ideas y comentarios sobre la estela y su importancia. De la misma
forma agradezco a Adam Sellen, Arthur Joyce, Carlos Navarrete, Jorge Angulo y Marcus Winter
por compartir puntos de vista sobre la iconografía y arqueología de Oaxaca y Teotihuacan. Este
trabajo no hubiera sido posible sin el financiamiento y apoyo del Instituto Nacional de Antropología
e Historia, especialmente de los arqueólogos Miguel Medina Jaen y Silvia Mesa Dávila, de la
Dirección de Registro Arqueológico.
Figura 1.- Ubicación de Santa Cruz Tepenixtlahuaca en la Costa de Oaxaca.
Glifo cuatripartito
“petate”
Glifo “crótalo de
serpiente”
Tocado de plumas
Voluta del habla: glifo
corazón, punto y caracol Emblema: glifo corazón,
punto, diadema
decorada
Punto, área dañada
Cinta articulada
Tres bandas decorativas
Mejilla decorada
Cartucho con dos
incisiones Orejera
Ave rapaz
Escudo –glifo E
Glifo numeral, 8 Colgantes
Lanza-dardo Nudo
Braguero
Sandalias
Línea—marco, ¿camino?
Glifo “almenado”
Glifo “dientes”
Sección deteriorada
Glifo 8 Mono
Glifo 9 Serpiente
Crótalo de serpiente
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Una Etapa en la Colonización Precolombina del Caribe
Arie Boomert
Facultad de Arqueología
Universidad de Leiden
RESUMEN
Este trabajo discute el movimiento del continente suramericano hacia las islas del
archipiélago del Caribe de los primeros Amerindios completamente horticulturalistas, la
gente de la serie Saladoide y Huecoide, durante los últimos siglos A.C. Se concluye que el
establecimiento acertado de estos recién llegados en las Antillas era solamente posible
debido a la interacción y a la endogamia con las poblaciones Arcaicas existentes de las
islas y la continuación de una “línea de salvamento” con las comunidades madres del
continente.
Saladoide
34
Ver Rouse, B. Irving. Migrations in Prehistory: Inferring Population Movement from Cultural
Remains. New Haven: Yale University Press, 1986, pp. 106-156, y ibid. The Tainos: Rise and
Decline of the People Who Greeted Columbus. New Haven: Yale University Press, 1992.
35
Curet, L. Antonio. Caribbean Paleodemography: Population, Culture History, and Sociopolitical
Processes in Ancient Puerto Rico. Tuscaloosa: The University of Alabama Press, 2005, pp. 11-15.
entendimiento de este proceso es aún fragmentario. Claramente, el cuadro es mucho más
complejo y multiestratiforme de lo que parecía en el momento en que Rouse formuló la
primera reconstrucción de lo que percibía como un solo acontecimiento, es decir el
movimiento de la gente de la serie Saladoide desde el continente sudamericano hacia las
Antillas.
En la discusión sobre la entrada de los horticultores a las Antillas debe ser observado,
como lo hizo Rouse hace muchos años, que el movimiento de los Saladoides hacia el
Caribe formaba parte de una dispersión más amplia en las tierras bajas tropicales de
Sudamérica de aborígenes hablantes de lenguas de la familia Aruaca. Rouse38 razonó
que porque los indios Taínos del período de contacto de las Grandes Antillas hablaban
una lengua Aruaca y no podía ser observada una discontinuación cultural importante en
estas islas después del establecimiento de la gente Saladoide, señalando otra migración
desde el continente, que ésta última debió introducir el Aruaco al Caribe.39
36
Keegan, William F. “West Indian archaeology. 3. Ceramic Age”. Journal of Archaeological
Research 8 (2), 2000, pp. 135-67.
37
Chanlatte Baik, Luis A., y Yvonne Narganes Storde. Cultura La Hueca. Río Piedras: Universidad
de Puerto Rico, 2005.
38
Rouse, B. Irving. “Prehistory of the West Indies”. Science 144, 1964, pp. 499-514.
39
También Granberry, Julian, y Gary S. Vescelius. Languages of the Pre-Columbian Antilles.
Tuscaloosa: The University of Alabama Press, 2004, pp. 127-128.
40
Heckenberger, Michael J. “Rethinking the Arawakan diaspora: Hierarchy, regionality, and the
Amazonian Formative”. In: Jonathan D. Hill y Fernando Santos-Granero, eds., Comparative
Arawakan Histories: Rethinking Language Family and Culture Area in Amazonia, pp. 99-122.
Urbana: University of Illinois Press, 2002.
41
Rouse, Migrations in Prehistory, pp. 106-156.
Por supuesto, la hipótesis de Rouse sobre la dispersión Aruaca presenta como aspecto
negativo el hecho de que las lenguas se pueden dispersar sin el movimiento humano, y
además, que los complejos cerámicos conocidos de las cuencas del Orinoco y el
Amazonas no son suficientemente conocidos para establecer de manera incuestionable
los posibles vínculos cronológicos y culturales entre ambas áreas.
Mientras las fechas para la aparición de la primera gente Saladoide en el Valle del
Orinoco se encuentran todavía en disputa, es generalmente asumido que los amerindios
que fabricaban cerámica pintada blanco-sobre-rojo a menudo adornada con cabezas
estiradas antropozoomorfas – lo que tipifica la cerámica Saladoide – se difundieron desde
el centro hasta alcanzar los bajos del Río Orinoco donde se establecieron en Saladero,
sitio tipo de la serie, alrededor del 1200 A.C. Aquí fueron reemplazados por la serie
Barrancoide unos 400 años más tarde posiblemente debido a la fuerte interacción,
después de lo cual parecen haberse dispersado a la zona litoral del Este y centro de
Venezuela.42 En la costa del Caribe desarrollaron la variante Cedrosan de la cerámica
Saladoide, o la subserie Cedrosan como Rouse43 la llamó, derivada del sitio Cedros en
Trinidad, que se caracteriza por la adición a la pintura blanca sobre roja de incisiones
entrecruzadas en zonas como una técnica de decoración.
De acuerdo con las fechas de radiocarbono, los materiales Cedrosan Saladoides más
tempranos encontrados en las Indias Occidentales se encuentran alrededor de 350 A.C.,
sugiriendo que los Saladoides vivieron por algunos cientos de años en el litoral
venezolano hasta el desarrollo de sus primeros movimientos migratorios hacia las islas
Caribes. Todo esto sugiere que los aborígenes Saladoides tuvieron un amplio espacio de
tiempo para cambiar sus estrategias de adaptación de un ambiente riverino a un ambiente
costero y marítimo. Además, es obvio que interactuaron muy de cerca con los grupos
arcaicos de cazadores, pescadores y recolectores de la serie Ortoiroide que habían vivido
en Trinidad y en el litoral venezolano desde la época del Holoceno temprano.44 Quizás
establecieron un tipo de patrón simbiótico de subsistencia, en el que intercambiaban
productos hortícolos por pescados y carne con los aborígenes arcaicos.
42
Boomert, Arie. “Agricultural societies in the Continental Caribbean”. In: Jalil Sued Badillo, ed.,
General History of the Caribbean, I: The Autochthonous Societies, pp. 134-194.
London/Basingstoke: UNESCO Publishing/Macmillan, 2003. Gassón, Rafael A. “Orinoquia: The
archaeology of the Orinoco River Basin”. Journal of World Prehistory 16 (3), 2002, pp. 237-311.
43
Rouse, The Tainos, pp. 34,37.
44
Boomert, Arie. Trinidad, Tobago and the Lower Orinoco Interaction Sphere. Alkmaar: Cairi
Publications, pp. 53-91. Sanoja Obediente, Mario, y Iraida Vargas Arenas. Gente de la Canoa:
Economía Política de la Antigua Sociedad Apropiadora del Noreste de Venezuela. Caracas:
Universidad Central, 1995; ibid. “Early modes of life of the indigenous population of Northeastern
Venezuela”. In: Gustavo G. Politis y Benjamin Alberti, eds., Archaeology in Latin America, pp. 148-
166. London: Routledge, 1999.
45
Irwin, Geoffrey J. The Prehistoric Exploration and Colonisation of the Pacific. Cambridge:
Cambridge University Press, 1992, pp. 19-41.
huracanada del Caribe raras veces es afectada por tormentas tropicales destructivas con
fuerza de huracán. Los cambios estacionales y predecibles en la dirección del viento
pudieron haber animado a los primeros viajeros a experimentar con expediciones de ida-
vuelta, que exploraban y explotaban las islas visibles desde los estrechos costeros.
Las fechas de radiocarbono más tempranas de las Antillas para la serie Saladoide se
conocen en Martinica, en las Islas de Sotavento y Puerto Rico, sugiriendo que el salto de
la gente Cedrosan Saladoide en el archipiélago del Caribe encontró su primera parada
temporal en las islas que forman el límite entre Barlovento y Sotavento, a unos 500
kilómetros de la costa del continente y a medio camino hacia Puerto Rico.48
46
McKusick, Marshall B. Aboriginal Canoes in the West Indies. New Haven: Yale University
Publications in Anthropology 63, 1960.
47
Keegan, William F. “Modeling dispersal in the prehistoric West Indies”. World Archaeology 26 (3),
1995, pp. 399-420; y Keegan, William F. “Islands of chaos”. In: André Delpuech y Corinne L.
Hofman, eds., Late Ceramic Age Societies in the Eastern Caribbean, pp. 33-44. BAR International
Series 1273. Oxford: Archaeopress, 2004.
48
Bérard, Benoît. Les premières occupations agricoles de l’arc antillais, migration et insularité: Le
cas de l’occupation saladoïde ancienne de la Martinique. BAR International Series 1299. Oxford:
Archaeopress, 2004, p. 72. Boomert, Trinidad, Tobago and the Lower Orinoco Interaction Sphere,
pp. 217-9.
considerables distancias después de haberse separado de la comunidad madre.49 El
número total de emigrantes solo se puede conjeturar, aunque la idea de una migración
masiva se debe rechazar firmemente. Quizás en todos los casos solamente algunos
cientos de personas estaban implicados.
Huecoide
En la porción norte del archipiélago de las Indias Occidentales los colonos Cedrosan
Saladoides mantuvieron claramente una relación pacífica con los escasos aborígenes
arcaicos que vivían aquí. Además, deben haber obrado recíprocamente con los
horticultores de la segunda tradición temprana de la región, los de la serie Huecoide. Los
sitios de habitación que representan la cerámica de esta serie se distribuyen a través de
las Antillas del noreste desde Puerto Rico a Guadalupe y Marie Galante. En contraste con
la serie Saladoide hasta ahora se conoce poco que parece al Huecoide en el sur del
Caribe y solamente semejanzas débiles se han reconocido en las tradiciones culturales
coeval de la zona costera del continente Sudamericano. El paralelo más cercano está
representado por el hallazgo individual de un bowl (recipiente) decorado con incisiones
entrecruzadas en zonas, encontrado en La Clarito de la región Río Cuyuní en el Este de
Venezuela.51
Mientras que ser claramente contemporánea con las primeras habitaciones Saladoides en
la región, la cerámica Huecoide puede ser hallada independiente y también asociada a las
cerámicas Cedrosan Saladoide, lo cual sugiere poblaciones distintas que interactuaban, y
que además presentaban formas de vida y orientaciones sociopolíticas más o menos
similares. Esto también se encuentra indicado por la semejanza en la disposición de sus
asentamientos, demostrada por los pocos sitios suficientemente excavados de Huecoides
y Saladoides. Éstos están caracterizados por una disposición lineal o concéntrica de sus
montículos de depósito, sugiriendo una forma eslabonada o circular en forma de
herradura de las aldeas.52
49
Moore, John H. (2001) “Evaluating five models of human colonization”. American Anthropologist
103 (2), 2001, pp. 395-408.
50
Anthony, David W. “Migration in archeology: The baby and the bathwater”. American
Anthropologist 92, 1990, pp. 895-914, y “Prehistoric migration as social process”. In: John
Chapman y Helena Hamerow, eds., Migrations and Invasions in Archaeological Explanation, pp.
21-32. BAR International Series 664. London: Archaeopress, 1997. También Curet, Caribbean
Paleodemography, pp. 30-61.
51
Véase Arroyo, Miguel, Lourdes Blanco y Erika Wagner, eds. El Arte Prehispánico de Venezuela.
Caracas: Fundación Galería de Arte Nacional, 1999, pp. 59,242.
52
Siegel, Peter E. “Ideology and culture change in prehistoric Puerto Rico: A view from the
community”. Journal of Field Archaeology 23, 1996, pp. 313-333.
La pintura es ausente en la cerámica Huecoide, pero comparte las incisiones
entrecruzadas en zonas y las cabezas antropozoomorfas estiradas con la cerámica
Cedrosan Saladoide, no obstante estas son ejecutadas en un estilo altamente
idiosincrásico.53 Existen diferencias marcadas entre la lítica, la industria de concha, así
como en las prácticas de subsistencia Saladoides y Huecoides; notables en las
estrategias de caza y recolección de alimentos exhibidas por ambos grupos, las cuales
indican tradiciones culturales en gran parte disímiles.54
53
Delpuech, André, Corinne L. Hofman y Menno L.P. Hoogland. ”Premiers horticulteurs
amérindiens dans l’archipel Guadeloupéen: Morel I (Le Moule) et la question Huecan/Cedrosan
Saladoïde”. In: André Delpuech, Jean-Pierre Guiraud y Albert Hesse, eds., Archéologie
précolombienne et coloniale des Caraïbes, pp. 127-139. Paris: Comité des travaux historiques et
scientifiques, 2002.
54
Boomert, Trinidad, Tobago and the Lower Orinoco Interaction Sphere, pp. 317,349-350;
Rodríguez Ramos, Reniel. Lithic reduction trajectories at La Hueca and Punta Candelero sites,
Puerto Rico: A preliminary report. Proceedings of the Eighteenth International Congress for
Caribbean Archaeology, Grenada 1999, 2001, I, pp. 251-261, y “The Crab-Shell dichotomy
revisited: The lithics speak out”. In: Peter E. Siegel, ed., Ancient Borinquen: Archaeology and
Ethnohistory of Native Puerto Rico, pp. 1-54. Tuscaloosa: The University of Alabama Press, 2005a.
55
Ulloa Hung, Jorge. “Approaches to early ceramics in the Caribbean: Between diversity and
unilineality”. In: L. Antonio Curet, Shannon Lee Dawdy y Gabino La Rosa Corzo, eds., Dialogues in
Cuban Archaeology, pp. 103-124. Tuscaloosa: University of Alabama Press, 2005.
56
Bonnissent, Dominique. “Modifications des paleo-environnements et occupations
precolombiennes à Saint-Martin”. Bilan Scientifique de la Région Guadeloupe 2004, pp. 47-51.
57
Rodríguez Ramos, Reniel. “La continuidad tecnológica del Arcaico al Post-Saladoide en Puerto
Rico: Un vistazo desde la lítica de Paso del Indio”. Proceedings of the Twentieth International
Congress for Caribbean Archaeology, Santo Domingo 2003, 2003, I, pp. 327-330, y “The function of
the edge-ground cobble put to the test: An initial assesment”. Journal of Caribbean Archaeology 6,
2005b, pp. 1-22.
A este respecto es importante tener presente que los granos no cultivados y los cultivos
de raíces junto a árboles frutales eran recursos establecidos como alimento entre la gente
arcaica de la región antes de la completa colonización del archipiélago por los
horticultores. Al menos algunos de estos tipos de plantas alimenticias eran aparentemente
manejados o cultivados.58 Aparte de introducir los cultivos de raíces tales como mandioca
amarga y patatas dulces a las Indias Occidentales, la gente Saladoide también procuraba
mejorar su opción de alimentos abundantes en proteínas, introduciendo en las islas
especies particulares de animales vertebrados propias del continente sudamericano,
especialmente los agoutis, los opósumes y los armadillos, mientras que los iguanas
pudieron haber sido llevadas de una isla a otra. Además, debido al intercambio con los
habitantes arcaicos de La Española la gente Saladoide y Huecoide de Puerto Rico y las
Islas Virgenes desplazó especies locales de roedores (hutías) y de pequeños
insectívoros.59
De esta manera, numerosas cuentas y pequeños colgantes zoomorfos con una distintiva
asociación mitológica fueron elaborados principalmente de piedras semi-preciosas, hueso,
concha y madera fósil, y fueron dispersadas a través de toda la región, desde Puerto Rico
hasta Trinidad. Estos claramente representan artículos manufacturados por artesanos
altamente especializados de las comunidades o por semi-especialistas que pudieron
haber combinado la artesanía con actividades chamanísticas.60
58
Pagán Jiménez, Jaime R., Miguel A. Rodriguez López, Luis A. Chanlatte Baik y Yvonne
Narganes Storde. “La temprana introducción y uso de algunas plantas domésticas, silvestres y
cultivos en las Antillas precolombinas: Una primera revaloración desde la perspectiva del “arcaico”
de Vieques y Puerto Rico”. Diálogo Antropológico 3 (10), 2005, pp. 7-33.
59
Maíz López, Edgar J. “El Guacamayo (Ara sp.) en las Antillas: Un nuevo hallazgo dentro de un
contexto Saladoide Temprano en Puerto Rico”. Proceedings of the Twentieth International
Congress for Caribbean Archaeology, Santo Domingo 2003, 2003, II, pp. 855-861. También
Newsom, Lee A., y Elizabeth S. Wing. On Land and Sea: Native American Uses of Biological
Resources in the West Indies. Tuscaloosa: The University of Alabama Press, 2004, pp. 205-206.
60
Boomert, Trinidad, Tobago and the Lower Orinoco Interaction Sphere, pp. 435-444.
Hofman, Corinne L., Alistair J. Bright, Arie Boomert y Sebastiaan Knippenberg. “Island rhythms:
The web of social relationships and interaction networks in the pre-Columbian Lesser Antillean
archipelago (400 BC-AD 1492)”. Latin American Antiquity 18 (3), 2007, pp. 243-268.
como ámbar y chert.61 Además el pedernal era obtenido de Long Island, Antigua, y la
“greenstone” para la confección de hachas procedía de San Martin desde donde se
difundía hasta Puerto Rico y las Antillas francesas. En el caso del pedernal de Long
Island, los primeros habitantes Saladoides y Huecoides pudieron haber tomado parte en
la red de distribución existente porque este constituía el material lítico preferido y utilizado
desde las épocas arcaicas tempranas en las Islas de Sotavento.62
61
Por ejemplo Chanlatte Baik y Narganes Storde, Cultura La Hueca; Harlow, George E., A. Reg
Murphy, David J. Hozjan, Christy N. de Mille y Alfred A. Levinson. “Pre-Columbian jadeite axes from
Antigua, West Indies: Description and possible sources”. Canadian Mineralogist 44, 2006, pp. 305-
321; Murphy, A. Reg, David J. Hozjan, Christy N. de Mille, y Alfred A. Levinson. “Pre-Columbian
gems and ornamental materials from Antigua, West Indies”. Gems and Gemology 36, 2000, pp.
234-245; Oliver, José R. “The ‘La Hueca problem’ in Puerto Rico and the Caribbean: Old problems,
new perspectives, possible solutions”. In: Corinne L. Hofman y Menno L.P. Hoogland, eds.,
Archaeological Investigations on St. Martin (Lesser Antilles): The Sites of Norman Estate, Anse des
Pères and Hope Estate With a Contribution to the ‘La Hueca Problem’, pp. 253-297. Leiden: Leiden
University, 1999; Watters, David R., y Richard Scaglion. “Beads and pendants from Trants,
Montserrat: Implications for the prehistoric lapidary industry of the Caribbean”. Annals of the
Carnegie Museum 63 (3), 1994, pp. 215-237.
62
Knippenberg, Sebastiaan. Stone Artefact Production and Exchange Among the Northern Lesser
Antilles. PhD. dissertation, Leiden University, 2006.
63
Kirch, Patrick V. On the Road of the Winds: An Archaeological History of the Pacific Islands
Before European Contact. Berkeley: University of California Press, 2000, pp. 104,112-114,162-163.
64
Moore, “Evaluating five models of human colonization”.
65
Anthony, David W. “Migration in archeology: The baby and the bathwater”.
Colgantes de dientes de jaguar y pécari junto a huesos de tapir encontrados en aldeas
colindantes Huecoides y Saladoides en La Hueca en la isla de Vieques,66 y artefactos
hechos de guanín, una aleación de oro-cobre realizada en el continente, encontrados en
La Hueca y Maisabel, Puerto Rico,67 representan claramente artículos de la “lifeline” o una
herencia estimada de otra manera de objetos del continente Sudamericano y de Trinidad,
indicando tambien alguna forma de connotación adjudicada a la tierra de origen. Esto
igualmente se aplica a las valvas de mejillones de agua dulce originarios del habitat del
continente o de Trinidad, que se han encontrado en los contextos Saladoides y Huecoides
a través de las Pequeñas Antillas y las Islas Virgenes.68 Estos deben haber constituido
artículos de lujo con una profunda significación social e ideológica.
Los contactos inicialmente densos entre los asentamientos pioneros de las Antillas y sus
comunidades “madres” de la zona costera de Venezuela, están también indicados por la
amplia homogeneidad regional en el estilo cerámico durante la primera fase de ocupación
Saladoide de las Antillas. Además, la representación iconográfica de una fauna de selva
tropical, incluyendo monos, ranas, caimanes, perros, jaguares, lagartos, y armadillos
sobre la cerámica fechada para este período refleja claramente una conexión mitológica
con el continente. Esto es sugerido también por la iconografía zoomorfa de los
ornamentos micro-lapidarios Huecoides y Saladoides, que muestran fundamentalmente
ranas, buitres del rey, reptiles, murciélagos, y búhos, claramente referidos a temas
mitológicos originarios de las selvas de las tierras bajas de Sudamérica.69
66
Narganes Storde, Yvonne M. “Pendientes Antillanos, animales Suramericanos”. Proceedings of
the Twentieth International Congress for Caribbean Archaeology, Santo Domingo 2003, 2003, I, pp.
213-220.
67
Siegel, Peter E., y Kenneth P. Severin. “The first documented prehistoric gold-copper alloy
artefact from the West Indies”. Journal of Archaeological Science 20, 1993, pp. 67-79.
68
Serrand, Nathalie. “Occurrence of exogenous freshwater bivalves (Unionoida) in the Lesser
Antilles during the 1st millenium A.D.: Example from the Hope Estate Saladoid site (St. Martin,
French Lesser Antilles)”. Proceedings of the Eighteenth International Congress for Caribbean
Archaeology, Grenada 1999, 2001, I, pp. 136-152.
69
Boomert, Arie. “Raptorial birds as icons of shamanism in the prehistoric Caribbean and
Amazonia”. Proceedings of the Nineteenth International Congress for Caribbean Archaeology,
Aruba 2001, 2001a, II, pp. 121-157. También Roe, Peter G. “A grammatical analysis of Cedrosan
Saladoid vessel form categories and surface decoration: Aesthetic and technical styles in early
Antillean ceramics”. In: Peter E. Siegel, ed., Early Ceramic Population Lifeways and Adaptive
Strategies in the Caribbean, pp. 267-382. BAR International Series 506. Oxford: British
Archaeological Reports, 1989.
70
Keegan, “West Indian archaeology. 3. Ceramic Age”.
acompañadas con la entrega de regalos o aún con la destrucción de propiedad.71 Las
cerámicas finas adornadas, obviamente difundían mensajes altamente simbólicos, y
pudieron haber sido utilizados inicialmente para servir los alimentos durante elaboradas
fiestas ceremoniales.
Según los antropólogos, las causas de las migraciones son invariablemente complejas y a
menudo difíciles de identificar. Los movimientos de los Saladoides y Huecoides pudieron
haber sido estimulados por numerosos factores. Como parecen haber existido suficientes
tierras disponibles en las costas de Venezuela, la presión de población como un factor de
empuje – idea favorecida entre los arqueólogos procesualistas – es improbable que haya
desempeñado un papel significativo inicialmente, aunque estímulos ambientales como
ENSO que generan determinados acontecimientos no pueden ser descartados.
71
Boomert, Arie. “Saladoid sociopolitical organization”. Proceedings of the Eighteenth International
Congress for Caribbean Archaeology, Grenada 1997, 2001b, II, pp. 55-77.
72
Keegan, William F., y Morgan D. Maclachlan (1989) The evolution of avunculocal chiefdoms: A
reconstruction of Taino kinship and politics. American Anthropologist 91 (3): 613-630.
73
Boomert, Arie. “Saladoid sociopolitical organization”.
La presión de población pudo desempeñar un papel significativo durante la etapa de
interacción con los recolectores precerámicos de Puerto Rico, la cual constituyó la primera
isla importante de la cadena Antillana, durante la misma el establecimiento de una
economía de subsistencia eficaz y de amplio-espectro, incluyendo un desarrollo de la
horticultura en amplia escala, pudo haber provocado un auge demográfico. Factores
relacionados con esta explosión, como los ricos y variados recursos bióticos y abióticos
del archipiélago del Caribe habrían estimulado entonces viajes de exploración y esfuerzos
de colonización.74
Conclusiones
74
Siegel, Peter E. “Migration research in Saladoid archaeology: A review”. The Florida
Anthropologist 44 (1), 1991, pp. 79-91.
75
Keegan, William F., y Jared M. Diamond. “Colonization of islands by humans: A biogeographical
perspective”. Advances in Archaeological Method and Theory 10, 1987, pp. 49-92.
76
Rouse, The Tainos: Rise and Decline of the People Who Greeted Columbus, p. 92.
Fig. 1. Mapa del área del Caribe, demostrando la distribución de la serie Saladoide y la
serie Huecoide. Leyenda: (1) subserie Ronquínan Saladoide; (2) subserie Cotuan
Saladoide; (3) subserie Cedrosan Saladoide; (4) serie Huecoide; (5) actuales fronteras
políticas.
El Cacicazgo de Higüey: Cazabe, Oro e Insurrección
RESUMEN
Este trabajo examina las Guerras de Higüey en las crónicas de Fernández de Oviedo,
Bartolomé de las Casas y Los Diarios de Cristóbal Colón. La confrontación entre
pobladores del cacicazgo de Higüey y las fuerzas españolas se describe en los textos
como guerras, un concepto significativo proviniendo de los relatores hispanos. Las
guerras higüeyanas reúnen elementos de relato épico, aún así no consiguen emular la
gesta de Anacaona o del cacique Cotubanamá en la mitología de la resistencia Taína.
Proponemos que la comprobación histórica de este episodio no constituye suficiente
argumento para asegurarle valor simbólico en el relato de la resistencia Taína.
“La historia no es más que garabatos que escriben los hombres y mujeres en el suelo del
tiempo. El Poder escribe su garabato, lo alaba como escritura sublime y lo adora como
verdad única. El mediocre se limita a leer los garabatos. El luchador se la pasa
emborronando cuartillas. Los excluidos no saben escribir […] todavía.”
(Subcomandante Marcos, 1996)
su intento de explicación de la noción de “cacique,” allí apreciamos de qué manera recurre al uso
de categorías españolas existentes: “Hasta entonçes no avía podido entender el Almirante si lo
dizen por rey o por governador. También dizen otro nombre por grande que llaman «nitaino»; no
sabía si lo dezían por hidalgo o governador o juez” (Colón, 198).
Cassá, basándose en su análisis de los cronistas, concluye que a la llegada de los españoles las
aldeas se relacionaban por lazos de dependencia, sin embargo las estructuras políticas no
llegaban a constituir confederaciones de gran tamaño que justificaran la tradicional clasificación en
cinco cacicazgos. (Cassá, 123-124)
79
Sobre el liderazgo del cacicazgo de Higüey se pueden encontrar diversas referencias en las
crónicas. Se mencionan como caciques Cayacoa, Cotubanama y la anciana Higuanama.
80
Una vez dominado el cuarto cacicazgo de Jaragua, sólo quedaba Higüey como única provincia
independiente y libre del pago de tributo y esclavitud personal, ésto representaba un poderoso
aliciente económico. El brote de insurrección fue el argumento que Ovando esgrimió para iniciar la
dominación y sujeción de este ultimo territorio. (García, 70-72)
81
La llegada del gobernador Ovando a La Española tenía objetivos claramente definidos. La
colonización de la isla debía salir adelante durante su período, de allí que arribara con el
contingente de soldados más numeroso hasta entonces presente en el Nuevo Mundo. Tras el
huracán de 1502 que había causado gran destrucción, Ovando recibió el encargo de restablecer la
infraestructura de las poblaciones, iniciando la fundación y establecimiento de ciudades y erigiendo
Santo Domingo como capital.
82
A la llegada del nuevo gobernador a la isla, Fernández de Oviedo enumera entre sus talentos, el
desafío que enfrentó al combatir el territorio de Higüey: “Cuando a esta isla llegó [Ovando], alló la
tierra pacífica, salvo la provincia que llaman Higüey; y en breve tiempo la allanó e hizo justicia de
los rebeldes y culpados.” (Cap. XII Tomo I)
Saona, será emboscado y los soldados eliminados por el cacique. La reacción de Ovando
es el envío de Juan de Esquivel, al mando de una numerosa tropa, integrada por los
destacamentos de soldados que acababan de llegar de España con el gobernador (300 a
400 menciona De las Casas). Las confrontaciones iniciales evidencian la absoluta
inexperiencia de los indígenas en el combate abierto con los españoles83. De las Casas
describe los desiguales enfrentamientos que terminaban en masivas eliminaciones de
indígenas sin que éstos consiguieran causar daños significativos al ejército hispano con
sus arcos, flechas y piedras. La población inició entonces la fuga masiva, abandonando
sus asentamientos que iban siendo destruidos al paso de los españoles. No contento con
ello Esquivel continuó la persecusión hasta los montes, logrando apresar y esclavizar a
los sobrevivientes. Fue tal la devastación que los indígenas anuncian su rendición a
cambio de detener la matanza. Finalmente se llega a un acuerdo, que permitiría a los
indígenas continuar habitando en su región a cambio de producir suficiente pan de cazabe
para sustentar a Santo Domingo. Esta decisión obedecía más a una necesidad
estratégica que a un ideal humanitario. Existía ya una relación de dependencia por la que
la ciudad recibía alimentos provistos por la isla Saona e Higüey. La llegada de las tropas
de Ovando (2500 hombres) incrementa esta necesidad de tal manera que el período de
enfrentamiento con los indígenas no consigue más que generar una severa crisis de
desabastecimiento, hecho que los españoles estaban interesadísimos en solucionar
cuanto antes. La conclusión de este primer enfrentamiento ha pasado a la posteridad
debido a la mención en las crónicas de la solemnidad mostrada por el cacique
Cotubanamá, quien recurrió a la famosa tradición del intercambio de nombres (guaitiao)
con Juan de Esquivel a fin de sellar la paz y la amistad entre sus pueblos.
Probablemente la actitud triunfalista de los españoles tras la victoria y la reducción de los
indígenas a esclavos, fuera ya un funesto escenario que no hizo más que empeorar en los
siguientes años. En 1504 estalla nuevamente el conflicto, la causa formal fue el abierto
incumplimiento de los pactos básicos sellados tras la primera guerra. Los indígenas
fueron obligados a trasladarse a los nuevos asentamientos o villas y a Santo Domingo,
violando su esencial requerimiento de permanecer en sus tierras, y no sólo fueron usados
para transportar los bienes sino que incluso fueron empleados para realizar labores en la
misma capital. El robo y abuso de mujeres, una ofensa que ya había generado violentas
reacciones continuó. Todo esto escaló hasta concluir en el ataque e incendio del fuerte
construido en la costa por Juan de Esquivel y el asesinato de los soldados residentes.
Esta vez Nicolás de Ovando envía tropas al mando del joven Juan Ponce de León.
Habiendo aprendido de la experiencia anterior, los indígenas empiezan ocultando a los
habitantes más frágiles (mujeres, niños y ancianos) para luego enfrentarse, con sus
limitadas posibilidades, al ejército español durante aproximadamente diez meses. La
estrategia del lado español se concentra en la captura de Cotubanama, cacique del cual
se sabía que motivaba constantemente a sus soldados a no rendirse. Finalmente lo
83
De las Casas, al describir el absoluto desequilibrio de fuerzas a favor de los españoles, enumera
las carencias indígenas y exagera el poderío hispano a la vez que sugiere que a menudo la
resistencia se limitaba simplemente a huir al monte: “[…] pero como todas sus guerras eran como
juegos de niños, teniendo las barrigas por escudos para rescibir las saetas de las ballestas de los
españoles y las pelotas de las escopetas, como peleasen desnudos en cueros, no con más armas
de sus arcos y flechas sin hierba, y con piedras donde las había, poco sostén podían tener contra
los españoles, cuyas armas son hierro, y sus espadas cortan un indio por medio, y las fuerzas y
corazones tienen de acero; pues de los caballeros no digo, que en una hora de tiempo alancea uno
solo 2.000 dellos. Finalmente, hacían cara un rato en los pueblos, y no pudiendo sufrir las ballestas
y escopetas y también las espadas cuando se llegaban cerca, deshechos sus escuadroncillos y
desjarretados y muertos muchos dellos, toda su guerra era huir a los montes y por las breñas
esconderse.” [resaltado mío] (Historia de las Indias Libro II, Cap VIII, pp. 232)
ubican en la isla de Saona y hacia allí se dirige Esquivel. Las tropas de defensa del
cacique son derrotadas y se produce la captura durante la conocida escena en la que el
cacique intenta hacer efectivo el pacto sellado exclamando: No me maten, soy Juan de
Esquivel!! Aludía de esa manera a lo que para él constituía una incomprensible violación
del acuerdo de paz sellado entre ambos capitanes durante el intercambio de nombres.
Tras ser conducido a la capital, Ovando ordenará su inmediata ejecución. La literatura de
consulta señala que con su eliminación se cierra el período de resistencia y se completa
la conquista de La Española, desde ese momento el gobernador procede a la distribución
de asentamientos humanos. Los centros indígenas son dispersados, ubicándose
estratégicamente en varios lugares a la población hispana. Nacen así, en lo que fuera el
cacicazgo de Higüey, las ciudades de Santa Cruz de Aicayagua y Salvaleón de Higüey.
Este suscinto relato de los acontecimientos emana esencialmente de las descripciones
consignadas por los cronistas: Cristóbal Colón en sus Diarios, De las Casas en su Historia
de las Indias y Fernández de Oviedo en la Historia General y Natural de las Indias.
Queremos detenernos ante un detalle que tienen en común estas narraciones. En
diversas descripciones de enfrentamientos entre españoles y americanos la mayoría de
los cronistas minimiza la magnitud de la resistencia, de la capacidad bélica indígena84.
Esto podría explicarse, por un lado, por la tendencia de los cronistas a representar la
inferioridad cultural de los americanos, una de cuyas manifestaciones era la incapacidad
de concebir u organizar la resistencia. Por otro lado, en las descripciones de los cronistas
encontramos también reflejados los ideales caballerescos presentes en sus bagajes
culturales. Al describir las hazañas del conquistador recreaban el heroismo del caballero
andante triunfador sobre sus enemigos. En el caso de los documentos de Colón cabe
recordar que sus textos en su intento de mantener la imagen original de los habitantes de
La Española como pacíficos y apacibles lo llevan a insistir en la creación de un “otro”
violento, antropófago y belicoso: el caribe. Es significativo que la presencia de estos
últimos se evidencie más que nada a partir de las interpretaciones que hace Colón de
ciertas cicatrices en los cuerpos de los Taínos: “Yo vide algunos que tenían señales de
feridas en sus cuerpos, y les hize señas qué era aquello, y ellos me amostraron cómo allí
venían gente de otras islas que estaban cerca y les querían tomar y se defendían.”
(Colón, 42) La idea de la agresividad de estos supuestos canibas o súbditos del Can o
habitantes de las islas cariba (divagaciones que menudean en los documentos
colombinos)85 queda reforzada después de la pelea con los ciguayos el 13 de enero.
Colón concluye que “[…] si no son de los caribes, al menos deven de ser fronteros y de
las mismas costumbres y gente sin miedo, no como los otros de las otras islas, que son
cobardes y sin armas fuera de razón” (Colón, 246) la característica sobresaliente de los
caribes sigue siendo el ser antropófagos y agresivos. Los cronistas, en todo caso, se
inclinan a reconocerle a los caribes suficiente fiereza y agresividad como para causarle
daños al contingente hispano. Una cualidad que se les niega a los Taínos, a quienes su
84
De las Casas constituye la excepción a esta regla, probablemente debido a que el énfasis de su
obra se dirige a la extensa descripción de la crueldad y la sevicia hispanas así como al sufrimiento
y padecimiento indígenas, dejando de lado la bravura y aguerrida resistencia indígena, que es el
tema al cual aludimos aquí.
85
Dice Colón en su Diario el 23 de noviembre de 1492: “[…] aquellos indios que llevaba llamaban
Bohío, la cual decían que era muy grande y que había en ella gente que tenía un ojo en la frente, y
otros que se llamaban caníbales, a quienes mostraban tener gran miedo […].” (118) El 11 de
diciembre leemos: “[…] Caniba no es otra cosa sino la gente del Gran Can, que debe ser aquí muy
vecino […].” (158) El 13 de enero de 1493: “Dice más el Almirante que en las tierras pasadas
estaban con gran temor de Carib; y en algunas le llamaban Caniba, pero en La Española Carib; y
que debe de ser gente arriscada, pues andan por todas esta s islas y comen la gente que pueden
haber […]” (244)
posible pasividad los convertía también en víctimas de los caribes. La única excepción,
según las Crónicas, la constituyen los habitantes del cacicazco de Higüey, del cual se dice
que debido a su cercanía geográfica al territorio caribe parecía haberse visto influenciado
por estas tendencias. Es interesante, por ello, en este contexto, destacar el uso del
concepto de “guerra,” cuando los cronistas se refieren al enfrentamiento entre españoles
e higüeyanos. Recordemos que ni siquiera De las Casas le concedía a los contingentes
indígenas la capacidad de constituir un ejército serio y amenazante. Este autor describe
así a las fuerzas del cacique Behechio que aguardaban a los españoles “[…] ejército de
infinitos indios con sus arcos y flechas, armados en son de guerra, puestos que desnudos
en cueros; y notad qué guerra pueden hacer con las barrigas desnudas por broqueles.”
(Historia de Indias, Tomo I, cap CXIV, pp. 441) Consecuentemente califica tal resistencia
como “juegos de niños” ya que “[…] todas sus guerras, comunmente son tales,
mayormente en estas islas” (Historia de Indias cap. CXIV pp. 441)86 El criterio de los
cronistas al evaluar las cualidades guerreras de los indígenas se hallaba cimentado no
sólo en la capacidad física de utilizar materiales para ofrecer resistencia al contingente
español sino que literalmente aludían al “arte de la guerra.” En numerosas descripciones
de enfrentamientos no pueden ocultar su sorpresa al relatar la fiereza o el empuje
indígena pero siempre dejan en claro la falta de destreza en la guerra, cualidad que tan
solo reconocen en los “indios flecheros,” los caribes. Estos detalles hacen que la
calificación de los enfrentamientos de Higüey como guerras, constituya un reconocimiento
no sólo a la magnitud del conflicto, sino también a los daños causados al contingente
español y a la capacidad indígena de organizar, desplegar y manejar activamente ciertas
técnicas de guerra. Nuestra lectura de las tradicionales Crónicas de Indias comprueba
pues que los enfrentamientos entre el ejército español y los habitantes del cacicazgo de
Higüey fueron de tal magnitud y calidad que merecieron el calificativo hispano de guerras.
La Identidad Histórica
86
“Parece que como el rey Behechio tuvo nueva que los cristianos venian, y había oído las nuevas
de sus obras, contra el rey Caonabo y su reino, hechas, envió aquella gente o vino él también en
persona con sus juegos de niños a resistirlos (que todas sus guerras, comunmente , son tales,
mayormente las desta isla).” (Historia de Indias, Libro I, Capítulo CXIV pp. 441)
alcanzar. La sucesión de gobiernos (21 entre 1865 y 1879) revelan la incapacidad de
conseguir la unidad política, en la misma dirección apunta el debate entre Anexionismo o
Independencia que concluyó con la anexión a España (1861-63). Todo ello expresa una
incapacidad de los grupos de poder de unirse en un Estado. Lo que los historiadores
denominaron el gran proyecto liberal dominicano, la lucha por construir una industria
azucarera, base de la economía nacional, quedó frustrada al pasar dicha industria no a
manos nacionales sino al control de los EEUU. Los 30 años de gobierno de Trujillo, por
su parte, pusieron en acción un modelo de búsqueda de vínculo de lo nacional, basado en
torno a un poder único. Lo popular se integró a una denominada cultura nacional pero de
matiz unitario, excluyente y garantizado por la violencia.87 Lo popular remite no a la
multiplicidad de los elementos que constituyen la nación sino a lo único que forzadamente
la integraba. (Oviedo, 1987) Este mito del Poder en que se constituyó la figura de Trujillo
re-instaló la antigua ideología de lo hispano y lo católico, elementos conocidos
provenientes de la tradición colonial. Pero algo más, excluyó radicalmente, contando con
la seguridad del uso de la fuerza, todo aquello relacionado con la simbología y las
representaciones africanas y haitianas. El imaginario social dominicano fue sometido a la
intensa influencia de un específico y determinado molde discursivo. La violencia social
fue más allá de lo cotidiano e ingresó al territorio en el cual los actores sociales se
asumen como sujetos, para forjar en la memoria colectiva cierta imagen del pasado, tarea
en la cual bien sabemos la escritura de la historia juega un rol protagónico.88 Una de las
dramáticas evidencias al respecto fue el hecho de que en un país con el grueso de su
población dividida entre mulatos y negros, la inmensa mayoría de los individuos no se
concibieran como tal, sino que empezara a preferir utilizar la categoría fantasmagórica de
“indio” para referirse a su condición racial.89 En este calificativo radica la clave de nuestra
ponencia, en la condición, hasta cierto punto, fantasmagórica de lo indio. La terminología
alrededor de “lo indio” fue intensamente propagada y popularizada durante la era Trujillo,
con el objetivo esencial de distinguir a los dominicanos de los haitianos. El contenido
refería al carácter criollo del dominicano, a su herencia múltiple, no necesariamente
enfatizaba lo indígena. El historiador Moya Pons alude a ese proceso de fusión de
pobladores taínos con africanos y españoles usando el término transculturación, que sería
el origen de la nueva cultura criolla dominicana. Este “modelo Taíno” experimenta una
profunda idealización al vincularlo al discurso de la nación. Son Taínos los héroes, las
estatuas, las imágenes en las monedas y todo aquello que quiera definirse como
auténticamente dominicano adquiere denominaciones taínas: La soda es Enriquillo, la
cerveza es Quisqueya, el ron es Siboney y las galletas son Hatuey. Es de esta manera
grandilocuente, romántica y superficial que la nación resulta vinculada a su supuesto
pasado indígena. La adopción de la categoría de lo indio fue un ejercicio retórico y una
87
Paul Austerlitz en su estudio sobre el merengue y la identidad dominicana señala: “[…] el uso de
Trujillo del merengue reforzó su imagen entre las masas. Si bien el régimen retuvo el poder
instituyendo miedo y violencia, los pobres del país probablemente apoyaban que el dictador bailase
y forzase a las élites a bailar la música rural. […] El ciudadano dominicano, siempre en peligro de
ser denunciado por las autoridades, podía, por escuchar y bailar merengue, expresar apoyo a la
dictadura, salvaguardando las pocas libertades que tenía.” (Austerlitz, 127)
88
“Las escuelas primarias llevaban mucho tiempo enseñando que la sangre derramada por el líder
haitiano Jean Jacques Dessalines durante la retirada de Santo Domingo en 1805 resultó
significativa en el desarrollo de la nación dominicana; la historiografía dominicana sobre la
ocupación haitiana nutrió de este modo el sentido antihaitiano de la identidad nacional dominicana.”
(Austerlitz, 123)
89
El proceso de “invención” de una historia colectiva que sustente la identidad nacional incluye,
entre otras formas de construcción social, aquella que Balibar denomina la “etnicidad imaginaria.”
(Balibar, 1991)
estrategia política destinada a desplazar del imaginario dominicano la evidencia de la
presencia africana o haitiana en la historia nacional. En el afán de eliminar lo evidente se
recurrió a otro componente presente en la historia nacional incrementando su
protagonismo romántico. Sin embargo, como categoría estratégica no se trata de un
intento de recuperación de la evidente presencia indígena, de allí que se retome sólo
eventos aislados cargados de potencial valor de explotación simbólica. De allí que no
exista una seria reconstrucción o visión crítica de lo “Taíno” sino que se mantenga
historias fosilizadas en el período pre-colombino que mantienen su poder impactante.
Esta romantización de lo indígena se hace evidente también en el desinterés por el
estudio de la evolución histórica de lo taíno, es decir aquellas manifestaciones de tradición
indígena aún presentes en la vida cotidiana del pueblo dominicano, prácticas que
evidencian la presencia activa de la herencia indígena.90 La lentitud en el incremento de
la historiografía indígena dominicana también deja de lado otra tarea, la de contribuir
desde la historia a la toma de conciencia histórica nacional. Si se analizaran críticamente
y en detalle los episodios históricos del protagonismo indígena podría rastrearse una
genuina tradición de resistencia la cual revelaría el potencial subversivo del sujeto
marginal Taíno. El historiador parece pues hallarse en condiciones – a sabiendas o no- de
desempeñar un rol profundamente transformador, el de revelar para un pueblo
acontecimientos históricos que le permitan moldear su camino. Las guerras higüeyanas
constituyen, desde esta perspectiva, un episodio histórico sumamente interesante capaz
de desempeñar un rol significativo como sustento de una imagen de resistencia indígena
en el proceso de construcción identitaria, sin embargo son poco conocidas. La evidencia
histórica queda abatida ante las estratégicas pugnas e intereses políticos en juego, en
este contexto lo indígena debe continuar representando su rol protagónico en una
grandilocuente leyenda o historia (aquella con minúsculas) nacional, de cazabe, oro e
insurrección, pero debe perder las esperanzas de asumir un lugar protagónico en la
Historia (aquella que se escribe con mayúsculas).
90
La limitada influencia taína en la cultura dominicana actual se ha explicado por la rápida extinción
de este grupo. Bernardo Vega sostiene que la presencia taína se limitaría a ciertos alimentos,
como el casave, a patrones específicos en las construcciones rurales, las técnicas de pesca,
ciertas palabras (huracán, bohío, hamaca) así como a la designación de la topografía y los ríos y el
uso de artefactos doméstcios, como el burén. (Vega, 1981)
Bibliografia
Austerlitz, Paul. Merengue: Música e Identidad Dominicana, Santo Domingo: Secretaría de Estado
de Cultura, 2007.
Balibar, Etienne and Immanuel Wallerstein (ed). Race , Nation, Class: Ambiguos Identities,
Londres: Verso, 1991.
Colón Cristóbal. The Journal Account of the first Voyage and Discovery of the Indies, Part 1, Roma:
Istituto Polifgrafico e Zecca Dello Statu Librería dello Stato, 1990.
De las Casas, Bartolomé. “Los reinos que había en la Isla Española” en Brevísima Relación de la
Destrucción de las Indias, colegida por el Obispo don fray Bartolomé de las Casas, de la orden de
Santo Domingo, año 1552. 03 noviembre 2008.
http://www.eumed.net/textos/07/fbc/index.htm
De las Casas, Bartolomé. Historia de las Indias. Libros I y II, Santo Domingo: Ediciones del
Continente, S. A., 1985.
Fernández de Oviedo y Valdés, Gonzalo. Historia General y Natural de las Indias, Madrid: Imprenta
de la Real Academia de la Historia, 1851.
García, José Gabriel. Compendio de la Historia de Santo Domingo, Santo Domingo: Central del
Libro, Quinta edición, Tomo I, 1982.
Oviedo, José. “Cultura y Nación: La Búsqueda de la identidad”, Sociología BHMD, Nº 20, 1987, pp.
109-118.
Vega, Bernardo et al. Ensayos sobre cultura dominicana. Santo Domingo: Museo del Hombre
Dominicano, 1981.
Diccionario de Glifos de los Codices Coloniales
del Centro de México (Proyecto Amoxcalli)
RESUMEN
Entre las fuentes importantes para la reconstrucción de la historia del México Antiguo,
están los documentos y códices, escritos en caracteres latinos y en imágenes, donde se
describe con detalle la vida, sus antecedentes y la memoria indígena. El proyecto
Amoxcalli tuvo como objetivo la digitalización y el estudio del Fondo Mexicano que forma
parte de la División Oriental de la Biblioteca Nacional de Francia. Próximamente se
espera que este acervo esté disponible en una página WEB y con ello poner al alcance de
investigadores especializados y público interesado las imágenes de los documentos
originales, así como el trabajo realizado en CIESAS.
Introducción
Una de las fuentes tradicionales para reconstruir la historia del México Antiguo han sido
los testimonios escritos en caracteres latinos en los que cronistas y conquistadores, así
como cronistas indígenas y mestizos, anotaron y describieron con detalle la vida indígena
al momento del contacto, sus antecedentes y la memoria histórica de sus habitantes
Por otro lado, son precisamente el motivo de nuestro interés los testimonios de los
tlacuilos o pintores –escritores91 que anotaron mediante imágenes los testimonios de su
historia indígena, de su pasado, de su poder político y económico, de sus leyes, y
constituyen una fuente de gran riqueza que permite reconstruir su vida, su cultura, su
poder y su organización política, económica y social.
Numerosas son las fuentes escritas por conquistadores y cronistas del siglo XVI que
describen su impacto al enfrentarse a los centros urbanos y religiosos existentes en
Mesoamérica en el siglo XVI. Bernal Díaz del Castillo relata:
“ Y otro día por la mañana llegamos a la calzada ancha y vamos caminos a Estapalapa. Y
desde que vimos tantas ciudades y villas pobladas en el agua, y en tierra firme otras
grandes poblazones y aquella calzada tan derecha...nos quedamos admirados y decíamos
que parecía a las cosas de encantamiento que cuentan en el libro de Amadís por las
92
grandes torres y cúes y edificios que tenían en el agua”
91
Se considera que en el México Antiguo los pintores-escritores de códices, formaban un grupo
especializado íntimamente ligado a la nobleza o pipiltin.
92
León Portilla, Miguel. Códices. Los antiguos libros del Nuevo mundo, México: Aguilar 2003: 125.
funcionalidad de sus sistemas de comunicación y de manera especial, el registro
pictográfico realizado por los especialistas pintores- escritores o tlacuilos.
Son cuantiosas las menciones en las que describen la existencia del registro por parte
de los indios en documentos a los que se les considera como “pinturas”. Los religiosos y
aún algunos conquistadores, se dieron cuenta de que estas llamadas “pinturas”,
anotaban una gran diversidad de temas. Según Fray Diego Durán:
“(...) tenían ayos maestros que os enseñaban y ejercitaban en todo género de artes
militares, eclesiásticas y mecánicas y de astrología para el conocimiento de las estrellas de
todo lo cual tenían grandes y hermosos libros de pinturas de caracteres de todas estas
artes por donde les enseñaban. También tenían libros de su ley y doctrina a su modo por
donde les enseñaban donde hasta que doctos y hábiles no los dejasen salir sino ya
hombres".
Pero no solo son testimonios históricos de un pasado prehispánico, sino que además son
una muestra de la habilidad y conocimiento de estos tlacuilos que plasmaron años
después los eventos de la llegada de los europeos, de las injusticias sufridas a manos de
encomenderos y funcionarios, de las epidemias surgidas, de las tradiciones y sus
costumbres, de las plantas medicinales usadas y de la historia de sus antepasados. De
esta manera, la escritura sufrió modificaciones, adaptaciones e influencias que fueron
permeando esta forma de registrar o escribir.
Entre los testimonios pictográficos, que han llegado hasta nuestros días se puede
mencionar a un conjunto de documentos que han sido catalogados utilizando diferentes
criterios. Estos varían de acuerdo con los temas de su contenido o de la época de su
elaboración o el grupo étnico que los produjo. Tenemos clasificaciones que los dividen en
prehispánicos o coloniales, o como testimonios de diferentes grupos étnicos como
93
mixtecos, mayas, nahuas, o tlaxcaltecas entre otros .
Sin embargo, se ha visto ya, que el contenido de muchos de estos documentos
difícilmente se cierra a una sola temática, la mayoría de ellos contiene varios temas que
pueden ser analizados desde diferentes perspectivas, enfoques o metodologías.
Si bien, no contamos ya con documentos del Centro de México elaborados en el momento
previo a la llegada de los conquistadores europeos, sí existe un acervo numeroso de
testimonios escritos en los primeros años de la Colonia, los cuales nos permiten conocer
y reconstruir la historia y la cultura de sus habitantes.
93
Glass, John. Catálogo de la Colección de Códices. México: Museo Nacional de Antropología,
INAH, 1964: 201-205.
las fuentes más ricas para conocer sus historias, sus conocimientos astronómicos, su
religión y su organización social, entre otros temas.
Los libros o códices son un ejemplo de complejidad, tanto en su diseño como en su
contenido .en los cuales se plasmó su sistema de escritura Su estudio requiere de largos
períodos de análisis para que los investigadores contemporáneos aporten información
que muestre lo valioso de estos textos indígenas. Afortunadamente, son varias las
publicaciones actuales que señalan la importancia de la documentación pictográfica como
materiales que pueden aportar información novedosa y relevante sobre la vida de los
indígenas mesoamericanos.
A pesar de la gran pérdida que fue la destrucción sistemática en el Centro de México de
la documentación generada previa a la conquista., existen documentos elaborados en los
primeros años de la Colonia, que conservan parte de la tradición pictográfica y que
registran eventos de la sociedad indígena prehispánica.
Los avances logrados en su estudio, permiten hablar de la generación de materiales
producidos por diversos grupos étnicos en diferentes momentos históricos. Si bien cada
uno de ellos presenta elementos característicos que los definen, se puede hablar
también de varios de ellos que comparten y que señalan la persistencia de ciertos glifos a
lo largo del territorio mesoamericano durante varios períodos. Así, se reconocen entre
otros, a los documentos mayas, mixtecos, zapotecos y nahuas. Son precisamente estos
últimos el motivo de interés en el presente texto.
94
Véase como solo un ejemplo de este tipo de documentos que muestran el complejo
conocimiento de los antiguos mesoamericanos: Códice Borbónico, Códice Vaticano A, Códice
Fejervary -Mayer, entre otros (ediciones y comentarios de Ferdinand Anders, Maarten Jansen y
Luis Reyes García, México: Fondo de Cultura Económica, 1991-1996).
así que desafortunadamente en nuestro país solo contamos con el Códice Colombino,
único ejemplo de un códice prehispánico que se resguarda en la Biblioteca del Museo de
Antropología de la Ciudad de México.
Los Materiales
Los Colores
Una de las características de los Códices prehispánicos son las páginas con dibujos
multicolores mediante los cuales se anotaron temas tan importantes como eventos de
conquistas, matrimonios de gobernantes, ceremonias de iniciación, genealogías, y fechas
calendáricas entre otros. El dibujo indígena tenía como otra de sus singularidades el
delineado de sus elementos en negro para posteriormente ser coloreado.
Debe destacarse aquí, que el color además de tener un valor estético era un elemento de
lectura. Por ejemplo, el azul turquesa señalaba nobleza y era usado para colorear las
xiuitzolli o corona, especie de tocado solo utilizado por los grandes gobernantes o para
indicar el lenguaje y autoridad de la nobleza, coloreando la vírgula de la palabra, también
en color turquesa.
Con la conquista los colores siguieron usándose por lo tlacuilos, sin embargo, nuevas
tintas incursionaron en los soportes indígenas para anotar con caracteres latinos glosas
en castellano o en las mismas lenguas indígenas. Las páginas multicolores
permanecieron en los Códices Coloniales, pero paulatinamente fueron desapareciendo y
aparecieron por primera vez aquellos únicamente delineados en negro o con escaso
color en sus elementos.
Se han llamado bajo este rubro aquellos documentos coloniales que presentan además
de la pictografía indígena glosas o anotaciones en caracteres latinos. Estos caracteres o
líneas de caligrafía pueden estar anotados en diversas lenguas. Predominan en el Centro
de México, aquellas en castellano o en nahuatl, sin embargo numerosos documentos
registran textos en otras lenguas.
Es este elemento, una característica que va a diferenciar a los documentos prehispánicos
de los coloniales. Sin embargo, es posible que en algunos de ellos elaborados antes de la
95
Véase Lenz, Hans. Historia del papel en México y cosas relacionadas, 1525-1950, México: M.A.
Porrúa, 1990.
Conquista, posteriormente se les añadieran glosas o textos cuya intención era explicar o
96
interpretar la información que había sido asentada por el tlacuilo .
Como muchas de las sociedades que han existido en la humanidad, los pueblos
mesoamericanos desarrollaron un sistema de registro de su historia. Un sistema de
registro calendárico, y de contabilidad, entre otros, del cual dejaron evidencia mediante
las anotaciones tanto en piedra como en diversos tipos de soporte a los que ya hemos
hecho referencia. Posteriormente a la Conquista, varios de estos soportes continuaron
utilizándose, se añadieron nuevos temas y se modificaron otros.
No hay que olvidar que los jóvenes de la nobleza indígena fueron concentrados en el
Colegio de Tlatelolco, en donde fueron instruidos en una gran variedad de temas que
influyeron en su formación. La tradición de escribir pintando sufrió modificaciones, la mas
significativa fue la introducción de la escritura en caracteres latinos y la distribución en el
espacio del soporte. Es decir, había que considerar ambas escrituras en un mismo
espacio.
Evidencia de ello, lo tenemos en varios documentos como el Códice Cozcatzin, la Historia
Tolteca Chichimeca o el Códice de los Alfareros.
El arribo a tierras indígenas de personajes extraños para el mundo mesoamericano,
montados sobre animales desconocidos, fue también tema que ocupó numerosas páginas
anotadas por los tlacuilo. Los frailes, conscientes de la importancia de la escritura
indígena tomaron de ella la imagen para crear los catecismos conocidos como Códices
97
Testerianos . En ellos, las oraciones mas importantes del catolicismo se vieron
plasmadas en pequeños libros los cuales son una verdadera combinación de ambas
tradiciones. La oración está escrita en imágenes, así el pecado, el diablo, el cielo,
Jesucristo o la Virgen María adquieren características singulares, únicas. Al respecto,
resultan de gran interés las anotaciones que escribiera el Padre Joseph de Acosta:
96
Galarza, Joaquín. Amatl, Amoxtli. El papel, el libro. Los códices mesoamericanos. Guía para la
introducción al estudio del material pictórico indígena. México: TAVA, 1990.
97
Este tipo de códices han sido estudiados poco, véase Galarza 1980, así como estudios de Ma.
Luisa Balmazeda (1993) y J. Bonilla (2004).
españoles, contiene el litigio ante el consejo de Indias de los indios de Tepetlaoztoc contra
98
el encomendero Juan Velásquez de Salazar .
Igualmente se pintaron por el tlacuilo los nombres de los personajes españoles con
elementos indígenas, lo que constituye un manejo especializado de ambas lenguas para
lograr este tipo de registro. Es decir mediante el uso de glifos se anotaron los nombres de
los españoles, lo que constituye un ejemplo del uso fonético de la escritura indígena.
Otro tipo de denuncias se hicieron por comunidades mas pequeñas, tal es el caso de los
99
documentos conocidos como Tlaxinixcan Taylotlacan en el que se denuncia el pago de
tributo a un personaje anotado como Joseph Jurgen, al que se le denomina como
“caudillo” de una gran cantidad de productos en especie y servicio
100
Otro documento Colonial muy singular es el llamado la “Genealogía de la familia Cano ”
en él, se distingue claramente el alegato de privilegios, la legitimidad del rango de una de
las familias de mayor nobleza indígena y que continúa en la Colonia. En él, se anotaron
a color las imágenes de los Huey tlahtoani de Tenochtitlan ataviados a la usanza
tradicional indígena como grandes gobernantes, pero ya no sentados sobre su tradicional
tepotzoicpalli o asiento con respaldo, sino sentados sobre jaguares pintados de perfil.
De ellos, se desprende la genealogía, en la que se anotan hombres y mujeres con la
vestimenta tradicional y en cuya última generación aparece ya una niña rubia ataviada
totalmente con la vestimenta europea.
Otro tipo de Códices Coloniales, registraron diversos conflictos que quedaron anotados
mediante pictografía, las cuales se acompañaron de expedientes en los que en
caracteres latinos relataban los eventos que aparecían en ellas. Tal es el caso, en el año
de 1564, en el pueblo de Yztaquimastitlan, cuyo expediente anota lo siguiente:
" y estando riñiendo sobre esto los naturales yndios del dicho pueblo de San Francisco que
son Alexandre Bazquez y Miguel Temilotl e los demas que contiene en la querella e otros
muchos yndios se amotinaron con grande alboroto y escandalos e alaridos se alzaron e
binieron con mano armada de palos y piedras contra el dicho guardián e alcaldes para los
matar e si no fuera que se retraxeron en el monasterio del dicho pueblo tiene entendido
este testigo los mataran e bisto el dicho padre guardián e queseaban alzados en torno a
101
bolber con los alcaldes deste dicho pueblo” .
Son precisamente este tipo de documentos la materia del Proyecto Amoxcalli. Como ya
se ha mencionado la dispersión de este patrimonio por diversas ciudades europeas llevó
a manos de coleccionistas, museos y bibliotecas, una gran parte de este patrimonio
nacional. Baste recordar aquí a Don Lorenzo Boturini Benaducci importante coleccionista
y estudioso italiano, del siglo XVIII quien reunió una vasta colección.
Durante los nueve años que permaneció en la Nueva España conformó un acervo al que
llamó "Museo Indiano".El mismo informó al Virrey, el Conde de Fuenclara y a Don
Francisco Durán, interprete de la Audiencia, sobre la importancia que tenían esos
documentos. Sin embargo, por problemas con las autoridades es encarcelado y el 7 de
102
Octubre de 1743 es deportado de Veracruz a España .
La Colección o "Museo Indiano", pasó entonces por diversas manos y dependencias
hasta que llegó al Colegio de San Pedro y San Pablo en la Ciudad de México en donde
fue consultado y por que no decirlo, saqueado por diversos personajes de la época.
98
Valle1996.
99
Documento que fue trabajado al interior del Proyecto Amoxcalli por Joel Ortiz Arroyo.
100
Documento trabajado al interior de Amoxcalli por el Doctor Gerardo González de la Universidad
Autónoma del Estado de México.
101
Documento trabajado por la Maestra Rocío Hernández, UNAM.
102
Boturini, Benaducci, Estudio Preliminar de León Portilla, 1976.
En el siglo XIX lo que quedaba de la Colección salió del país de forma ilegal en manos
de Joseph Alexis Aubin, quien la lleva a Francia en el año de 1840.
Ya en su país, este personaje estudió de manera individual una gran parte de los
materiales, los cuales permanecieron como desconocidos para otros interesados.
Aubin hizo una descripción detallada de cada uno de los documentos de su colección
tanto de los manuscritos en caracteres latinos como de los códices a las que se refiere
como "pinturas".
Se basó también en los escritos y comentarios del propio Boturini. Es de llamar la
atención como en sus textos hace mención al sistema de escritura y se ha dicho que" sus
trabajos son de los primeros estudios sobre la escritura glífica prehispánica”.
En el año de 1889, parece que por razones económicas, vendió esta rica colección a
Eugene Goupil. Este caballero, decidió entonces exponer algunas de las piezas más
significativas en la Exposición Universal de Paris dándolas a conocer de esta manera a
un público más amplio.
No es sino hasta la muerte de este último coleccionista que este valioso acervo fue
donado por su viuda a la Biblioteca Nacional de Paris, actualmente Biblioteca Nacional de
Francia y este acervo forma parte del Fondo Mexicano que se encuentra en la División
Oriental de la Biblioteca.
Proyecto Amoxcalli.
103
Documento trabajado en Amoxcalli por Hernández, Rocío (2004).
Los Documentos Pictográficos o Códices.
Fueron cuarenta códices los que se analizaron en Amoxcalli. Las temáticas contenidas
en cada uno de ellos son un ejemplo que nos permite conocer la variedad de temas que
interesaban a los indígenas que consideraron importante plasmar mediante imágenes los
temas que les preocupaban. Así un breve recorrido por el acervo estudiado nos llevó a
centrar nuestro interés en uno de los tres grandes documentos prehispánicos de origen
Maya,
El Códice Paris. Documento singular anotado sobre una tira de papel amate que forman
once hojas plegadas en forma de biombo que miden 20.2 a 25.5 x 12.5 centímetros.
Este tesoro de la humanidad se encuentra deteriorado en algunas de sus secciones y fué
objeto de su análisis al interior del proyecto. es el único documento prehispánico y de
origen Maya que fue incluido por su importancia y debido a que no existe una publicación
104
detallada del original .
Varios de los documentos se realizaron en una de las tres grandes capitales de la Triple
Alianza. Así los códices relacionados con el Señorío de Tezcoco, se remontan al siglo
XII en el cual se relata la migración de Xolotl líder de los llamados grupos chichimecas,
quien los encabeza cuando llegan a establecerse en el Centro de México.
104
Códice que fue trabajado en el Proyecto Amoxcalli por la Doctora Laura Elena Sotelo, UNAM.
Es precisamente el Códice Xolotl uno de los llamados "grandes documentos" de la región,
que relata los diversos asentamientos, la fundación de diversos señoríos, las relaciones
de poder y de parentesco entre los diferentes gobernantes. Formado por un biombo de
papel indígena con seis hojas y diez páginas anotadas pictográficamente en ambos
105
lados, cada hoja mide cuarenta y dos por cuarenta y ocho centímetros .
Íntimamente relacionados con este Códice, el Mapa Tlotzin y el Mapa Quinatzin. El
primero es una tira de piel curtida de animal que mide treinta y un centímetros por ciento
veintisiete centímetros. El segundo está formado por tres hojas de papel amate que miden
setenta y siete por cuarenta y cuatro centímetros y la tercera mide treinta y cuatro por
cuarenta y tres centímetros. Relatan igualmente los orígenes chichimecas de lo que sería
uno de los Señoríos más importantes del siglo XVI, nombres, fechas y eventos son
anotados pictográficamente. Gracias a ellos, sabemos de la importancia de las
migraciones de los diferentes grupos étnicos, de la fundación de sus ciudades, la
construcción de sus palacios y templos, de las guerras y sometimientos, de la importancia
de la agricultura y de las leyes y jueces respetados así como de los castigos a quienes
infringían estas normas106.
Destaca esta región por la calidad del dibujo de documentos como el llamado Códice
Ixtlilxochitl en el que aparecen los gobernantes como Nezahualpilli, hijo del gran tlahtoani
Nezahualcoyotl. Es un cuaderno de 27 páginas en papel europeo de veintiún por
107
veintitrés centímetros .
De gran interés resulta el llamado Códice en Cruz, el cual anota en una tira de papel
amate tres períodos de cincuenta y dos años en forma de rectángulo. Cada uno de ellos
con las fechas del calendario indígena, a la manera de Anales en los que
pictográficamente se anotaron eventos tales como nacimientos, reconocimiento de
gobernantes, su muerte, a sus sucesores, así como las batallas y conquistas de mexicas
108
y tezcocanos .
Sorprende en este documento la habilidad del tlacuilo para anotar los años de la llegada
de los conquistadores, la combinación de elementos indígenas con elementos europeos,
el registro de la llegada del primer Virrey y del Obispo Zumarraga, así como la utilización
de glifos indígenas para anotar nombres europeos.Otro documento., copia del original
que se refiere a las migraciones es el Mapa Singuenza que anota el establecimiento
mexica en Chapultepec y los eventos de la época.
Dado que la pictografía era la manera de anotar los eventos, cabe señalar como las
denuncias contra los abusos de conquistadores y funcionarios así como de religiosos
quedaron asentados en este acervo, tal es el ejemplo del Códice llamado del
Aperreamiento en el que se hace evidente el maltrato a los gobernantes indígenas.
Formado por una sola hoja de papel amate, se anotó pictográficamente como un
tlahtoque o gobernante de la ciudad de Cholula, sufre el aperreamiento frente a otros
gobernantes nobles, los cuales encadenados observan la escena. En la parte superior, la
presencia de Cortés elegantemente ataviado y de la Malinche portando un atuendo de lujo
y sosteniendo un rosario, hacen mas que evidente el momento del ajusticiamiento de la
nobleza indígena,
Documentos en el que la presencia de los cambios sociales y económicos aparecen en la
vida indígena se pueden conocer por medio de los registros de tributo en los que como en
105
Para datos generales véase Aguilera, Carmen. Códices de México, México: CONACYT, 2001.
106
Mohar Betancourt, Luz María. Codice Mapa Quinatzin: justicia y derechos humanos en el
Mexico antiguo. México: M.A. Porrúa, 2004.
107
Van Doesburg, Geert Bastiaan y Florencio Carrera González. Códice Ixtlilxochitl, Apuntaciones
y Pinturas de un historiador. México: Fondo de Cultura Económica, 1996.
108
Dibble, Charles E. Codex en Cruz. Salt Lake City: University of UTA Press,
el caso del documento de Tlaxincan, Tlaylotlacan se mezcla la tradición indígena con el
uso de monedas coloniales.
Cambios en la vestimenta, en el uso de nuevos elementos quedaron plasmados en los
Códices de Coatlan, de Xochimilco, y muy claramente el la Genealogía de la familia Cano.
En este último documento se puede observar como se modifican los atributos en una
genealogía seguramente elaborada para legitimar privilegios y origen de nobleza.
Importante resulta mencionar como las pictografías cuentan con glosa o anotaciones
algunas de ellas en lenguas indígenas o en castellano y se puede distinguir como en
ocasiones estas fueron añadidas a una pictografía que no consideraba espacio para estas
y como en otros documentos ya su diseño fue considerando los textos en caracteres
latinos, como es el caso del Códice Cozcatzin o el llamado de los Alfareros.
La importancia de la evangelización también quedó registrada en las pictografías de las
cuales la mas evidente la constituyen los llamados Códice Testerianos o catecismos
indígenas, en los cuales, mediante el uso de imágenes los frailes enseñaban a los indios
las oraciones fundamentales para convertirlos en cristianos y finalmente los Códices
llamados Techialoyan, los cuales elaborados en el siglo XVIII anotan pictografías y hojas
109
completas de texto en nahuatl cuya característica es básicamente la lucha por la tierra .
Es el acervo de la Biblioteca Nacional de Francia un gran repositorio de fuentes de
primera mano que pueden proporcionar valiosa información y sobretodo la visión, las
preocupaciones, la historia, escrita por los propios indígenas por medio de su propio
sistema de escritura.
Metodologia
Para acercarnos al estudio de estos códices, se partió de las propuestas elaboradas por
el Doctor Joaquín Galarza110, quien propuso una manera diferente de acercarse a estos
documentos tratando de ignorar los parámetros para el análisis de la pintura occidental.
Sus propuestas consideran a las imágenes como parte de un sistema de escritura en el
cual existe una convención a la cual es necesario acercarse tomando en cuenta una serie
de elementos distintos.
111
Galarza afirma que los códices son manuscritos pictográficos indígenas tradicionales,
que conforman una compleja escritura a partir de la imagen codificada, propone el
descentramiento del ojo occidental para descubrir leyes y reglas a distintos niveles, así
como funciones variadas en los signos que conforman el complejo sistema de escritura.
Así en el Proyecto Amoxcalli se partió del nivel más amplio que es la lámina del códice y
se eligió partir de lo general a lo particular es decir al glifo y su análisis. Se analizaron
cada una de las imágenes y se trabajó en base a la división entre: los glifos y los
compuestos glíficos.
Se partió de considerar a los glifos como, aquellas unidades mínimas que tienen una
lectura y los compuestos glificos o dibujos compuestos formados por varios glifos que
forman palabras más complejas.
Con los glifos se formó un diccionario, cuyo objetivo fue acercarnos al sistema plasmado
por lo antiguos tlacuilos. Sobre la base de la comparación y repetición de estas imágenes
se pretende llegar a un acercamiento de los usos constantes, las repeticiones y la
polivalencia de estas imágenes en un sistema.
109
Estos últimos documentos, son tal vez los mas tardíos trabajados en Amoxcalli.
110
Galarza op cit. (1990).
111
Mohar Betancourt y Rita Fernández Díaz. El Estudio de los Códices, Desacatos 22: 9-36, 2006.
Gracias a las bondades de la informática actual, el análisis de las imágenes permitió
hacer registros y comparaciones de una manera eficiente, por ello en Amoxcalli se creó
112
un programa que permitió la captura de la información para el análisis en el que se
siguieron los siguientes pasos :
El programa registró en la primera pantalla la clave del Códice o sea el número de
clasificación de acuerdo con el catálogo de la Biblioteca Nacional de Francia. Enseguida
el nombre del Códice que se analiza, y en la ventana Descripción el investigador
escribió un texto corto sobre el documento. La ventana siguiente registró la Institución de
adscripción del investigador.
En la siguiente pantalla titulada Catalogo de láminas, se insertaron las láminas
facsimilares del códice en cuestión, la codificación de cada lámina, y la copia del
documento. En esta pantalla se pueden tener acercamientos tanto a la lámina del original,
a su copia y a la codificación.
La codificación es el punto de arranque de la investigación, consiste en la división
arbitraria que hace cada investigador de las láminas de un códice.
En cada documento las láminas se dividieron en zonas y a cada una se le dio una letra.
A las imágenes (compuestos glíficos y glifos) contenidas en cada zona se les asignó un
número. La adjudicación de cada número se inicia de arriba hacia abajo, de izquierda a
derecha. En esta pantalla se pueden consultar todas las láminas del códice, ir hacia
delante, hacia atrás y tener acercamientos de cada zona o glifo.
En la siguiente pantalla Catálogo de zona, se vaciaron cada una de las zonas con su
codificación y se puede ir de ahí a la lámina, a la codificación, o a la copia del documento.
Siempre con el interés de no perder el contexto.
Los compuestos glíficos aparecen en la siguiente pantalla. En ella se puede ver la lámina,
la zona en la que se encuentran y la copia. Así como escuchar el sonido de la palabra o
propuesta de lectura.
Cada uno de los compuestos glíficos y los glifos cuentan con una ficha en la que se
analizan cada una de las imágenes. Este análisis se dividió en dos. El análisis formal y el
análisis fonético. En esta ficha, siempre se cuenta con la imagen de la lámina, la zona y
existe la opción de consultar con una imagen de la realidad del glifo que se analiza.
Cada uno de los glifos por analizar, de acuerdo con sus características se coloca en una
clasificación temática: Humanos, Animales, Vegetales, Minerales, Fenómenos naturales,
113
Seres sobrenaturales y Objetos culturales .
112
El programa fue elaborado en el CENEDIC de la Universidad de Colima, en base a las
propuestas del los investigadores del Proyecto como la Maestra Cecilia Rossell e Hilda Aguirre
Beltrán. y del equipo técnico formado por el Ingeniero Juan González y la diseñadora gráfica
Norma Gudiño.
113
Las claves temáticas fueron retomadas de las propuestas de Joaquín Galarza, Marc Thouvenot
y del Proyecto Machiyotl (1998) así como de las discusiones al interior del Proyecto Amoxcalli.
01 hombre parte superior, parte media y parte inferior
02 fauna, animales aéreos, terrestres, acuáticos
03 flora, árboles, plantas, flores, frutas
04 cosmos, aire, fuego, tierra, productos de la tierra, agua
05artefactos, construcciones, mobiliario, recipientes, comida, textiles, ornamentos, instrumentos,
herramientas, armas, transportes
06 numerales
07 formas
08 colores
09 indeterminados
En la siguiente ventana el investigador escribió una breve descripción del glifo en
cuestión. Esta es una descripción gráfica del glifo, de su color y de su forma. Se considera
si tiene textura o no y en caso de peral se anota también.
Importante resultó registrar el tipo de proyección del glifo ya fuera alzado, de planta, mixta
o dudosa. En el caso de alzado se registra si es de frente, perfil, tres cuartos o
transversal.
La dimensión, registro si era grande, pequeño o normal, si había repetición del glifo y
cuantas veces.,si estaba en su forma completa o solo en parte, asilado o en combinación
y el tipo de compuesto de que se tratara, ya fuera calendárico, antropónimo, topónimo,
disfrasismo, personaje, augurio, u otro.
Aspectos importantes de anotar fueron la composición, vertical, horizontal diagonal o
mixta, así como la posición (arriba – abajo, derecha izquierda, afuera- adentro u otro).
Interesante fue registrar la asociación del glifo por contacto, por superposición, por lazo
gráfico, proximidad espacial por contexto de color u otro. La asociación del glifo con otros
glifos, también se registró.
Finalmente en el espacio llamado comentarios, se anotó la información pertinente sobre la
imagen analizada, su propuesta de lectura en nahuatl, y su traducción.
Se considera que con el análisis formal se pueden encontrar las constantes o variantes en
el diseño y la ubicación de las imágenes. La importancia del color, del uso de la línea, del
tamaño para resaltar ciertos temas, así como la constante de la temática registrada en la
documentación, entre otros aspectos.
El análisis fonético. Esta parte de la ficha se concentró en la importancia de la lengua y su
relación con la escritura mesoamericana. Aquí se anotaron los tipos de lectura de los
glifos como : descriptiva o convencional, simbólica u otro. De ello se derivan las diferentes
lecturas que están relacionadas con la descripción del objeto, o de su forma, del material,
de alguna propiedad, de la acción que realiza o del color.
La función gramatical del glifo como sustantivo, adjetivo, verbo, metáfora. difrasismo,
marcador fonético, indicador semántico u otro. Importante también fue anotar si esta solo
o en combinación. En el caso de glifos que forman parte de un compuesto glífico se
registró si se coloca al inicio de la palabra, en la parte media o al final de la misma. En
esta parte de la ficha se hizo un análisis de cada una de las propuestas de lectura del
compuesto glífico o del glifo en nahuatl.
Finalmente, la información de cada códice se vació en un diccionario general el cual
contiene más de dos mil glifos organizados de acuerdo con la clasificación temática. En
este diccionario se registra la clave y el nombre de cada glifo, su traducción, el nombre del
códice y el comentario del investigador. Se puede consultar la imagen por orden temático,
por códice, por orden alfabético en nahuatl o en español. De cada uno de ellos se ha
hecho una propuesta de lectura en nahuatl.
Conclusiones
El análisis detallado se realizó con el propósito de conocer cada vez más las
convenciones, las variantes y las modificaciones que hicieron los tlacuilos en la escritura
pictográfica indígena tradicional a partir de los códices o amoxtli.
Consideramos que los resultados de todas estas investigaciones, reunidas y organizadas
como hemos venido explicando, constituyen una herramienta que permitirá un
acercamiento a la escritura de tradición azteca-náhuatl – y por extensión a la escritura
mesoamericana- que será de utilidad para los ojos de miradas interdisciplinarias
interesadas en inferir, además, las constantes estéticas, literarias, plásticas, entre otras
tantas.
Acercarnos a los libros y a la escritura de los antiguos mexicanos, es sólo una ventana
que nos muestra el refinamiento y sofisticación de la civilización que los produjo. El
camino es largo y sólo se han iniciado los primeros pasos para su comprensión.
Esperamos que lo aquí mostrado sea una invitación para construir ese camino, que como
bien se ha dicho, “se hace al andar”.
CÓDICE EN CRUZ (BNF) CODIFICACIÓN
RESUMEN
El objetivo del trabajo es comprender la lógica de ciertas imágenes “desconcertantes” que
aparecen a veces en los códices de carácter calendárico-religiosos, o sea en los que se
espera un registro particular de expresión gráfica, de manera similar como ocurría en la
expresión oral a la hora de comunicarse con el sacrum. Se pretende lograr dicho objetivo
mediante la defición (al grado posible) del concepto metafórico mental que permitió la
creación de tales representaciones gráficas, así como ciertas expresiones orales, entre
ellas metáforas, difrasismos, juegos de palabras y adivinanzas.
114
Cf. Ong, 1992; Zumthor, 1982, pp. 35-37.
115
Craveri 2004, p. 29.
116
1986, p. 53. Ver también Zumthor, 1982, pp. 14, 54 y Craveri 2004, pp. 53-56.
117
1967, p. 1.
118
1953, pp. 124.
estos “lenguajes divinos” entre los nahuas, mixtecos y mayas.119 En la actualidad siguen
utilizándose estos registros particulares del lenguaje en discursos rituales, como, por
ejemplo, el yectlatolli, “habla correcta”, entre los nahuas de Estado de México y de
Puebla,120 o bien el sahu o “parangón” mixteco.121 Los investigadores que trabajan sobre
estos registros destacan su rasgo muy particular de Mesoamérica: el uso de los
difrasismos.122
Otra de las características propias de la oralidad es el “tono (carácter) agónico”, que sitúa
“la sabiduría dentro del contexto de la rivalidad entre los hombres”, ya que los
conocimientos se transmiten mediante dichos y adivinanzas; al mismo tiempo los
adversarios entran en competición quién conoce más adivinazas, quién sabe contestar
con un dicho más puntual, etc.123 Aquí encaja perfectamente el mesoamericano “lenguaje
de Suyua Tan” o “lenguaje de figuras”, del que habla el Chilam Balam de Chumayel,124
cuyo conocimiento era imprenscindible para poder recibir el cargo de gobernante en el
Yucatán posclásico. Dicho registro estaba formado por metáforas, que al mismo tiempo
formaban bases para construir sobre ellas adivinanzas que los candidatos tenían que
resolver. Algunas de ellas transcribe el mismo CHBCH, como por ejemplo “hay cenote, y
son muy profundas sus aguas, no hay piedrecitas en su fondo, y hay un arco en la
entrada”, y la respuesta es el templo.125 Aunque no tenemos una descripción tan explícita
de alguna competencia similar en el México central, llaman la atención los pasajes del
Libro VI del Códice Florentino, que contienen adivinanzas, refranes, adagios y
“metáforas”.126 Estos permiten suponer que también en aquella región el conocimiento de
estas “fórmulas” era objeto de rivalidad. Como ejemplo de la importancia de comprender
bien una “adivinanza” basta recordar el famoso mito del rey tolteca Huemac y los tlaloque,
con los que jugó a la pelota, apostando “chalchihuites y [...] plumas de quetzalli”. Como es
sabido, Huemac cometió un error en comprender literalmente lo que se jugaba: como
piedras verdes y plumas del ave quetzal, rechazando lo que en realidad estos nombres
designaban, es decir, mazorcas y hojas del maíz, provocando así una gran hambruna.127
Casi de inmediato un lector educado en la cultura occidental puede asociar esta historia
con la Esfinge de la mitología griega, quien pronunciaba una adivinanza (procedente
también de una deidad), y el solucionarla bien o mal decidía de la vida o muerte del qué
intentaba resolver el enigma.
En mi opinión, se puede ir aún más lejos en esta comparación, puesto que se trata de las
sociedades que están más o menos en las mismas circunstancias en lo referente al
desarrollo sobre el eje oralidad-escritura. Según Giorgio Colli,128 la adivinanza tiene un
origen divino, y al principio era el método con el que los dioses se comunicaban con el
hombre, dado que éstos nunca se expresan de forma directa. Por lo mismo, solamente las
personas de ciertos dones eran capaces de “comprender” lo que decía la deidad, es decir,
119
Este registro de la cultura maya (“lenguaje de Zuyua”) parece ser más investigado que los
correspondientes registros de otras culturas mesoamericanas, por ejemplo por Hofling, López de la
Rosa, Martel, Lacadena y Hull (apud Craveri, 2004, pp. 73-77) y de Arzápalo (1989, pp. 375-393;
1999, pp. 105-116).
120
Peralta, 2004, p. 175.
121
López García, 2007; Jansen y Pérez Jiménez, 2008, pp. 88.
122
Peralta, 2004, p. 171-191. Ver también López Austin, 1967; Jansen, 1985; Sullivan, 1992, p. 16;
Montes de Oca 2000, pp. 43-47; Garibay y León-Portilla apud Peralta, 2004, pp. 172-173.
123
Ong, 1992, p. 70 (traducción mía).
124
CHBCH, 2002, pp. 78, 112. Ver también Jansen, 1985.
125
Ibidem, pp. 78-89, 112-119.
126
CF, lib. VI, pp. 219-260.
127
Leyenda de los Soles [LS] 1975, p. 126. Ver también Jansen, 1985, p. 5.
128
1994, pp. 25-31, 52-62, 70-78.
los que podían resolver los enigmas eran los más sabios. Éstos entraban en una
competencia agónica, rivalizando entre sí. Lo importante en la construcción de la
adivinanza es que está basada en una aparente contrariedad,129 puesto que funciona
sobre las palabras comprendidas no de acuerdo con su significado literal, sino metafórico.
Dado que los efectos de sentido metafórico abarcan desde “la catacresis o la metáfora
cuya fuerza figurativa pasa desapercibida, porque forma parte del léxico cotidiano” hasta
los parecidos inesperados que causan la creación de nuevos sentidos,130 la adivinanza se
situaría en este segundo extremo. De ahí que el uso de la adivinanza –y por consiguiente
de la metáfora nueva– está estrechamente vinculado con el origen de la sabiduría.131
Hablando de la metáfora, me baso en la teoría de George Lakoff y Mark Johnson, según
la cual el sistema conceptual humano es en gran medida metafórico, es decir, dentro de él
e s t á n los c o n c e p t o s m e t a f ó r i c o s . Éstos “no son solamente cuestión del idioma, o
sea cuestión de palabras [...] los procesos de pensar son metafóricos”, dado que “nuestro
sistema conceptual está formado por metáforas y se expresa de forma metafórica”. Por
consiguiente, al estar arraigados en nuestra experiencia, los conceptos metafóricos
forman sistemas coherentes organizados en torno a ciertas conceptualizaciones, que
reciben una cierta estructura sólo porque los comprendemos gracias a las “metáforas”, y
como tales las expresamos en la lengua.132 Siguiendo la teoría de Lakoff y Johnson, Mª
del Carmen Herrera dice:
Por lo mismo, “las conceptualizaciones principales de una cultura son coherentes con la
estructura metafórica de las nociones fundamentales existentes en esta cultura”.134 Acerca
de esta interrelación entre mitología, cosmovisión y lenguaje, comentó también Ernst
Cassirer,135 diciendo que el universo humano está formado por una complicada red
simbólica, creada por los hilos del mito, el arte, la religión y el lenguaje.
Esta coherencia, en mi opinión, es visible en distintas manifestaciones de conceptos
mentales, obviamente en mitos y rituales, pero también en distintas formas de la
expresión oral, entre los cuales destacan los difrasismos, formados con base en procesos
metafóricos o metonímicos.136 Otras “exteriorizaciones” de estos conceptos son las
visuales, es decir, imágenes plasmadas en códices, esculturas, relieves, pintura mural, o
129
Colli, 1991, p. 59.
130
Herrera, 2004, pp. 101-102.
131
Colli, 1991, pp. 59, 70-78.
132
1988, pp. 28, 39-42.
133
Herrera, 2004, p. 103.
134
Lakoff y Johnson, 1988, p. 45. Por eso, al comprender y percibir la “disputa” (ing. argument) en
términos bélicos, utilizamos este tipo de vocabulario no solamente en riñas y discusiones, sino en
realidad las percibimos como “guerras”, recurriendo a amenazas, intimidación, ofensas o acuerdos
(pp. 25-28, 88).
135
1971, p. 47.
136
Montes de Oca, 2000, p. 17.
sea, en cualquier forma “gráfica”. Estas “manifestaciones” serían entonces el resultado de
una “transmutación”, utilizando la nomenclatura de Roman Jakobson para hablar de la
traducción de signos entre dos sistemas semióticos diferentes.137 En otras palabras,
muchas de las imágenes “gráficas” o de los signos visuales no son una representación
directa de concretos signos lingüísticos, sino son el resultado “visual” de ciertos conceptos
mentales, igual como las expresiones lingüísticas son el resultado “oral” de estos mismos.
En algunos casos, empero, la representación gráfica corresponde perfectamente con la
expresión verbal, por ejemplo, en algunos difrasismos, tales como los referentes a la
“guerra”: in atl in tlachinolli [“agua, quemazón”], in mitl in chimalli [“flecha, escudo”]; a la
autoridad: in petlatl in icpalli [“petate, asiento”], al sacrificio: in tizatl in ihuitl [“gis,
pluma”],138 para dar sólo los ejemplos más conocidos.
Aunque la definición de la adivinanza de Colli fue formulada para la realidad clásica del
Viejo Mundo, funciona también dentro del ámbito mesoamericano. Entre las adivinanzas
recogidas por Sahagún hay una que dice: “¿Qué cosa y cosa que en un día se empreña?
Es el huso con la mazorca”.139 El concepto metafórico expresado en esta adivinanza está
basado en la idea que a la hora de hilar el huso se vuelve redondo-gordo o “productivo”,
igual como una mujer embarazada. La existencia de este concepto metafórico “mental” –
de percibir el hilar y el llevar el embarazo como algo similar– expresó ya en 1982 Thelma
Sullivan,140 con referencia a la diosa Tlazolteotl, la “Gran Hilandera y Tejedora”. El rasgo
distintivo de esta deidad en sus representaciones gráficas es el huso.141 De esta forma se
nota como un concepto mental puede ser “transmutado” a la forma visual, ya que esto
ocurría tanto a nivel gráfico (en los códices), como simbólico a la hora de ataviar a esta
diosa (o su representante) con husos y adornos de algodón.142 Este mismo concepto
metafórico debió formar la base para una expresión lingüística –uno de los difrasismos
más frecuentes– que designaban a una mujer: in malacatl in tzotzopaztli, [huso, palo de
tejer]. Así, Alonso de Molina explica temalacac tetzotzopaz como “el efficio o obra de las
mujeres el hilar y texer”.143
Al concepto metafórico “huso–hilar–embarazo–creación de vida” también entra la araña,
como un animal “hilandero” por excelencia. Las funciones de este arácnido en las
conceptualizaciones mesoamericanas son múltiples, pero las que vale la pena destacar
por el tema de este apartado son: es creador (de objetos, conceptos o humanos), es
deidad de la fertilidad de humanos y de plantas, y cuadra perfectamente dentro del
complejo simbólico de la madre tierra.144 Lo confirma la evidencia etnográfica
contemporánea: por ejemplo, entre los totonacas la que “hila” el destino humano –“teje el
ombligo del niño”– en el mito del nacimiento del Maíz es la araña, siendo también la
137
Apud Herrera, 2004, p. 114.
138
Montes de Oca, 2000, p. 432-451. Ver también Jansen, 1985, pp. 3-13.
139
Historia General [HG] de Sahagún, lib. VI, p. 452.
140
1982, p. 14.
141
Mikulska, 2001, pp. 94-97, 2008, pp. 93-104. Todo este complejo conceptual es convergente
con el complejo simbólico de Eliade (1966, pp. 156-187), de Luna–agua–lluvia–vegetación–
regeneración periódica–fertilidad–mujer–contar–hilar.
142
Durán, 1984, vol. I, pp. 144. Ver también Primeros Memoriales [PM] de Sahagún, 1993, f. 251v;
Códice Borbónico, lám. 30; Códice Tudela, f. 21, etc.
143
Ver también Montes de Oca, 2000, p. 152; CF, lib. VI, p. 205; Códice Mendoza, f. 58r.
144
Kelley, 1972, p. 227.
asistenta de las parteras.145 No extraña, entonces, que en algunas representaciones
gráficas las arañas aparezcan con caras de la diosa Tlazolteotl: con el algodón sin hilar
colgante de las orejeras, banda de algodón en la cabeza, narigueras en forma de media
luna y colores de la pintura facial (Figs. 1.a-b),146 a pesar de que la convención “normal”
de dibujar este animal era más sencilla.147
Empero, los conceptos metafóricos pueden ser ampliados, siempre y cuando sus
componentes están en coherencia entre sí.148 Así, el concepto mental de hilar – tejer la
tela o el destino humano puede ser “manifestado” en forma del huso, pero también en
forma de la fibra –como el algodón sin hilar, pero también el maguey, otra planta de la que
se extraía la fibra.149 La diosa de este suculento, Mayahuel, está representada casi igual
como Tlazolteotl, siendo distinguible sólo por llevar o por estar plasmada sobre el
maguey.150 Ambas ostentan el objeto que es la “manifestación” del concepto de maguey–
pulque: el yacametztli o media luna,151 igual como las deidades del pulque152 y los
recipientes para este alcohol.153 Por lo tanto, en dos lugares del Códice Borgia se
encuentran representaciones del pulque que “salen de lo común”, pero están
perfectamente de acuerdo con todo el concepto descrito: normalmente el pulque se
representa como un líquido sin color (o blanco) con puntitos (que indican lo espumoso),154
mientras que en la lámina 58 el pulque aparece “decorado” con dos medialunas (que
normalmente aparecen colocadas sobre el recipiente), y luego en la lámina 45 la vasija
ostenta la cara de Tlazolteotl, con la nariguera en forma de medialuna, algodón sin hilar
como banda en la cabeza y como orejeras, más la pintura facial (Fig. 1.c). Se nota
entonces que el tlacuilo dispone de cierta libertad de combinar las “unidades de
significado”, en este caso las referentes al concepto metafórico más amplio, de “pulque–
maguey–algodón–fibra–hilar–huso–embarazo–creación de vida”.155
La siguiente adivinanza que lleva a una mejor comprensión de otro concepto es: “¿Qué
cosa y cosa que muele con pedernales, y allí tiene un cuero blando echado, y está
cercado con carne? Es la boca, que tiene los dientes con que masca, y la lengua tendida
en medio. Está cerrada con carne, son los labios, etcétera”.156 Se podría decir, entonces,
que la adivinanza está basada sobre el núcleo “dientes–pedernal”, de ahí la
145
Ichon, 1973, p. 74. Acerca de la función de Tlazolteotl como diosa de partos, parturientas y
parteras, ver también Mikulska, 2008a, pp. 93-97, 104-105.
146
Códice Borgia, láms. 34, 47.
147
Por ejemplo en los códices: Borbónico, láms. 3, 8; Tudela, f. 86r; Cospi, láms. 23, 24; Vaticano
B, láms. 2, 11; Borgia, láms. 18, 33.
148
Lakoff y Johhson, 1988, p. 103-132. Ver también Eliade, 2000, pp. 470-473.
149
Mikulska, 2001, pp. 91-123; 2008a, pp. 110-115, 118, 122-123.
150
Códice Borgia, láms. 47-48, 49-52; Códice Borbónico, lám. 8.
151
Tlazolteotl en los códices: Borgia, láms. 12, 14, 16, 23, 40, 41, 47-52, 55, 57, 60, 63, 68, 72, 74,
76; Vaticano B, láms. 61, 91; Cospi, láms. 1-8, 20; Laud, láms. 10, 29, 39, 40-42; Fejérváry-Mayer
[FM], lám. 1, 4, 17, 32, 35; Borbónico, lám. 13, Telleriano-Remensis [TR], f. 12r; Mayahuel en los
códices: Borgia, láms. 16, 48; FM, lám. 35
152
Patecatl en los códices: Borgia, láms. 13, 41, 57, 70; Vaticano B, láms. 31, 59; FM, lám. 35.
153
Códice Mendoza, ff. 61r, 71r; PM, f. 254v, Códice Borgia, lám. 58. Ver también Mikulska, 2008a,
pp. 113-120, 97-98, 101-102.
154
Códice Borgia, láms. 12, 68, 69. Ver también Mikulska, 2008a, p. 116.
155
Ver también Mikulska, 2008a, pp. 89-125.
156
HG, lib. VI, p. 452.
representación de ambos en colores blanco y rojo (Fig. 2.b).157 Empero, en la vida
cotidiana aparte de cuchillos de silex se utilizaban también los de obsidiana. Las fuentes
en náhuatl parecen indicar que el cuchillo de pedernal era utilizado en sacrificios
humanos, ya que lo denominan ixquauac.158 Es notorio que Molina traduzca las palabras
tecpatl.yxquauac por “nauajon de pedernal, con que matauan hõbres ante los idolos”.159
No obstante, no se puede excluir la posibilidad de que estos cuchillos rituales también se
elaboraran de obsidiana,160 dado que los artefactos conservados están hechos de los dos
materiales,161 distinguiéndose de cuchillos “cotidianos” por una mejor elaboración,
colocación en un mango, y a veces por la decoración antropomorfa.162 Por otra parte,
Cristobal del Castillo, hablando de los cautivos, dice: anquihuenchihuazque itzma
itecpatica, “les abriréis el pecho ... con el pedernal de un cuchillo de obsidiana”.163 En las
escasas representaciones del acto de extraer el corazón de la víctima en códices
rituales,164 las navajas están pintadas de blanco y rojo. En realidad en los códices rituales
no se puede encontrar cuchillos que, por su representación gráfica, podrían identificarse
como hechas de obsidiana, menos en un caso: en las representaciones de la diosa
Itzpapalotl, “Mariposa de obsidiana”, cuyo nombre en lo gráfico indican precisamente las
alas de mariposa y los cuchillos (Fig. 2.a). Empero, estos últimos están representados de
colores blanco y rojo,165 igual como los cuchillos de pedernal (Fig. 2.a).
Esto permite formular la hipótesis que el uso de los colores de blanco y rojo no se refería
al “material” del que era el objeto, sino a alguna otra característica que todos tenían en
común, y casi con toda la seguridad se puede decir que con estos dos colores se
representaba todo lo cortante/filoso. De tal manera, se observa que también las espinas
de animales se dibujan de acuerdo con esta convención (por ejemplo de cipactli),166 igual
como las garras y las uñas (de cipactli, de de seres monstruosos como Mictlantecuhtli o
las tzitzimime, etc.) (Fig. 2.b).167 Por lo mismo, el concepto metafórico sobre el que fue
construida la adivinanza presentada al principio de este párrafo se basa en la similitud de
dientes y cuchillos como objetos cortantes/filosos.
“¿Qué cosa y cosa un jarro o cántaro con asa que sabe ir al Infierno?”
157
Compárese dientes de cipactli y de Mictlantecuhtli en los códices: Borgia, lám. 18; Tudela, f. 64r;
pedernal como un signo calendárico en: Borgia, láms. 1-8, 41, etc. Ver también algunas de las
numerosas representaciones de cuchillos: pedernal como cuchillo en los códices: Borgia, láms. 6,
16, 42; Magliabechiano, f. 70r; en el mixteco Códice Nuttall, lám. 75; en las obras de Durán (1984,
vol. I, fig. 7) y de Sahagún (CF lib. I, f. 49r, lib. II, f. 39v); ver también Mikulska, 2008a, pp. 175-
179.
158
CF, lib. II, pp. 48, 197; lib. VII, p. 28; lib. IX, p. 66.
159
Simeon traduce ixquauac como “cuchillo para los sacrificios humanos, hecho de sílex o de
obsidiana”.
160
Aunque en CF se mencionan los cuchillos de obsidiana solamente en los rituales de cortar el
cabello de cautivos (lib. II, p. 114) o en el trabajo de cortar plumas (lib. IX, p. 90), pero no en
rituales de extraer el corazón o desollar.
161
Aunque el simbolismo de ambos materiales atribuido por los nahuas era sumamente diferente
(cf. Heyden, 1974, pp. 10-11).
162
Clark, 1997, pp. 45-51.
163
2001: 98-99, trad. de Navarrete.
164
Códice Laud, lám. 8; Códice Borgia, lám. 42.
165
TR, f. 18v; Códice Borbónico, lám. 15; Códice Borgia, lám. 66; ver también Mikulska, 2008a, pp.
175-179. Por otra parte, el mito de LS asocia a Itzpapalotl con el pedernal, diciendo qe de su
cuerpo brotaron pedernales de colores azul, celeste y blanco (1975, p. 124).
166
Códice Borgia, lám. 18; Códice Nuttall, lám. 75.
167
TR, f. 13v; Códice Tudela, f. 64.
La siguiente adivinanza lleva al análisis de tres conceptos que están en coherencia entre
sí: “¿Qué cosa y cosa un jarro o cántaro con asa que sabe ir al Infierno? Este es el
cántaro con que van con agua a la fuente”.168 Desde luego, no se trata del “infierno” en el
sentido de la palabra del “Viejo Mundo”, dado que, como es bien sabido, con este vocablo
los evangelizadores designaban el inframundo mesoamericano (¿aunque quizá todo el
Otro Mundo?). ¿Cuál es el concepto que asocia el agua con el infra –o el Otro– Mundo?
Hay numerosos ejemplos que comprueban que el agua en las creencias de los
mesoamericanos era tratada como un “puente” al Más Allá. “El pasar por el agua tenía el
carácter arquetípico”, aunque no era la única manera de cruzar la frontera entre la
dimensión humana y la divina.169 Son muy conocidos los mitos de origen en los que un
grupo humano tiene que pasar por el agua para llegar a su lugar de asentamiento.170
Destacan los mitos de los mexicas y de los huaxtecos, ya que en ambos se habla del
lugar llamado Panutla (“quiere decir «el pasadero»”171), “Pantlan o Panotlan, cuasí
panoaya, que quiere decir «lugar por donde pasan», que es a las orillas o ribera de la
mar”.172 Evidentemente estos nombres junto con el de los huaxtecos (“panteca o
panoteca, que quiere dec[ir] «hombres del lugar pasajera»”),173 vienen del verbo nahua
pano. Éste, según Molina, significa “passar el rio apie, o nadando, o en barca”, y entra en
composiciones tales como quappantli, “puente de madera, o quadril”. El mismo verbo
forma nombre del primer “nivel” del inframundo que aparece en la imagen del cosmos
nahua al principio del Códice Vaticano-Ríos, que es Apanohuayan o “El paso por el
agua”.174 También hablando de las decisiones que toman los dioses acerca de los
humanos, se dice: ca omocuappano in tlatolli, “la palabra [del dios] ya pasó el puente”.175
Asimismo, este fenómeno se observa también en oraciones y conjuros, por ejemplo, en
una oración maya del principio del siglo XX, el cierre de la invocación ocurre dentro del
agua: “Al pueblo Dzirín irá mi palabra, a la región del fondo del mar. Burlón será el hablar
dentro del agua”.176 Otro ejemplo proviene de un conjuro del siglo XVII, cuando el
curandero, para intimidar al dios causante del mal, dice: “Hado adverso [...] estrella
escura: en la grandeça de las aguas (entiende la mar) y en su anchura te depositaré”.177
Estas concepciones son más comprensibles aún si se toma en cuenta que, según los
nahuas, el mundo de los hombres se encontraba anahuac, “junto, rodeado de o al borde
del agua”, por lo cual también el mar que rodeaba su tierra –tlalticpac o el mundo
humano– recibía el nombre de ilhuicaatl o ueiatl178 (traducción literal: “agua celeste” o
“gran agua”, y cuya representación gráfica parece ser la de la lámina 16 del Códice
Borbónico), y todo lo que llegaba de fuera del mundo de los hombres, cruzaba el agua.179
Un ejemplo más es un mito de creación recogido en Histoyre du Mexique [HM]. Según él,
Tezcatlipoca manda al recién creado dios del aire a la casa del sol, diciéndole: “véte a
través del mar a la casa del sol...”, y este segundo lo hace: “el dios del aire se fue a la
168
HG, lib. VI, p. 452.
169
Tomicki reúne muchos argumentos para confirmar esta idea (1990, pp. 100-103).
170
López Austin, 1998, pp. 56, 92; 1996, p. 479; Tomicki, 1990, pp. 101-104; Mikulska, 2008a, pp.
334-335.
171
CF, lib. X, p. 190; trad. de López Austin, 1995, p. 232.
172
HG, lib. X, pp. 666-667. Ver también Ochoa (1984, p. 112 ss).
173
Ibidem.
174
VR, f. 2r.
175
Apud Tomicki, 1990, p. 101.
176
Brito Sansores, 1998.
177
Ruiz de Alarcón, 1953: p. 139.
178
Molina, 1980, f. 82r.
179
Tomicki, 1990, p. 100.
orilla del agua y apellidó sus nombres, y vinieron incontinente e hicieron un puente, por el
que él pasó”.180
Como es de suponer, el movimiento del mundo humano al Otro Mundo, también se
ejercía (o ejerce) pasando por el agua. Una historia recogida por Francisco de la Serna
relata como una niña pasó por una grave enfermedad, o sea, pasó por una muerte
temporal y “auia estado tres dias difuncta debajo del agua…”.181 Lo mismo pasó a una
mujer de la comunidad nahua contemporánea de Ameyaltepec, Guerrero, quien durante
una grave enfermedad llegó al mundo de los muertos. Según ella misma, en algún
momento se dio cuenta que estaba sentada en una roca y abajo había “agua tan grande
como el mar” pero un perro le ayudó cruzarla y así llegó al lugar donde estaban las almas
de los muertos.182 A nivel etnográfico hay más ejemplos: según los nahuas de la Sierra
Norte de de Puebla, las entradas al inframundo son vía las cuevas (y una de ellas
conduce al norte, que es el lugar de los muertos y/o de los vientos).183 Se observa
entonces que ha sobrevivido la creencia antigua, que las cuevas, como lugares siempre
húmedos, servían como el canal de comunicación por excelencia con el Otro Mundo.184
Por lo tanto, el concepto metafórico que se podría sintetizar como “agua–puente al Otro
Mundo”, permite la creación del difrasismo in atl in oztotl [el agua, la cueva], que designa
el inframundo y al mismo tiempo un lugar peligroso (sin que esto descarte la connotación
con el lugar de origen).185 Este difrasismo aparece con frecuencia cuando se habla de los
antepasados muertos, que se fueron a in atlan in oztoc in mictlan: “adentro del agua, a la
cueva, al Lugar de los Muertos”.186 Ahora bien, se ha visto en los ejemplos presentados
que el paso por el agua al Otro Mundo llevaba al humano al lugar donde estaban los
muertos, por lo que debe tratarse del inframundo, si es correcta en la ampliamente
aceptada interpretación del prehispánico Mictlan o Mundo de los Muertos. Empero, parece
que mucho más importante que la localización de este lugar en algún “abajo” es su
connotación con lo oscuro y nocturno, en oposición a lo diurno y celeste.187 De ahí que el
contacto con el Más Allá se establezca por el agua, pero también por la noche y en los
sueños. Así se comunicaban con el Otro Mundo los hombres de poderes sobrenaturales
en el siglo XVI, los famosos Martín Ocelotl y Andrés Mixcoatl, ambos perseguidos por la
Inquisición. El primero de ellos fue acusado porque “ha hablado muchas veces con el
diablo en la noche”, mientras que el segundo también por la noche hacía “sus
encantamientos” para atraer la lluvia, y él mismo dijo que “soñaba que el diablo le hablaba
y le decía «haz esto y lo otro»”.188 De la misma manera, hoy en día los curanderos de la
Sierra Norte de Puebla para conocer el origen y el modo de curar una enfermedad viajan
al Talokan por la noche, es decir, en los sueños. Se trata entonces de la comunicación
con el mundo nocturno, pues según dice un curandero en una oración: “noche es otro
tiempo, noche es tiempo del trabajo (en el inframundo), noche es tiempo de ir allá, noche
es tiempo de allá”.189 Uno de los informantes de la misma región, Prócoro Hernández, lo
resumió de la siguiente manera: “Tienes que estar durmiendo porque tienes que soñar,
180
HM, 1985, p. 111.
181
Serna, 1953, p. 98. Ver también Mikulska, 2008a, p. 331-334.
182
Good Eshelman, 2001, p. 391.
183
Knab, 1991, pp. 41-42.
184
Mikulska, 2008a, pp. 145-150.
185
Montes de Oca, 2000, pp. 214-216, 241-242. Ver también Mikulska, 2008a, p. 149.
186
CF, lib. VI, p. 195; ver también p. 136.
187
Jansen y Pérez Jiménez, 2008, p. 96; Mikulska, 2008a, pp. 225-241.
188
Procesos..., 1912, pp. 17, 56, 58, 75.
189
Knab, 1991, p. 50 ss.
tienes que soñar que te vas a entrar en una cueva; encuentras allá que en todas partes
hay agua, está una poza grandísima. Todo hay, de todo hay allí”.190
No es mi ambición solucionar en este texto si el Otro Mundo de los nahuas “se dividía”
entre la parte “luminosa–diurna–colocada arriba” y “oscura–nocturna–colocada abajo”,
pero considero que no se puede negar esta insistencia en los datos que el contacto con el
Más Allá indígena está relacionado con los muertos (los ancestros) y con la noche. Quizá
lo aclarará de mejor manera la observación de Maarten Jansen y Aurora Pérez Jiménez,
que antes de la salida del Sol –o sea, antes de la existencia del mundo humano– el
universo estaba en una oscuridad “característica de la época primordial”,191 una oscuridad
que caracterizaba el mundo divino/sobrenatural, existente antes de la creación del
tlalticpac, el mundo humano. Lo importante para mí es comprender el concepto metafórico
que permitió formular la adivinanza expresada al principio de este apartado, y al parecer
éste podría ser resumido como “el agua es puente al Otro Mundo–Mundo de los Muertos–
mundo de la noche”. Como ya se vio, este concepto permitió que se creara el difrasismo
in atl in oztoc [el agua, la cueva]. De ahí que se pueda observar que a partir de un
concepto mental se realiza un proceso metafórico (o metonímico), que se manifiesta tanto
en las adivinanzas/ juegos de palabras, como en difrasismos, ya que todos ellos tienen la
misma base metafórica. Por otra parte, estos mismos conceptos “transmutados” a la
forma visual, pueden tener en efecto la representación gráfica de los lexemas del
difrasismo (vide supra), aunque –vuelvo a subrayarlo– en el sistema gráfico no se trata de
una representación directa de particulares formas y estructuras del lenguaje hablado.
En cuanto a las representaciones gráficas del agua que mana de las cuevas (in atl in
oztotl), éstas no son nada escasas en los códices,192 sin embargo, llaman la atención dos
imágenes del Códice Vaticano B (Fig. 3.a),193 en las que en medio del agua que rellena el
interior de un monte –se trata entonces de una cueva– aparece dibujado un “ojo
nocturno” del cielo o la estrella (quizá siendo la representación gráfica que correspondería
a la expresión in atlan in oztoc in mictlan).194
Siguiendo con la expresión visual, la convención de representar el agua más “común” es:
un líquido azul, con frecuencia con rayas negras, que a veces pueden formar círculos
concéntricos o rombos. Los “regueritos” que marcan el fluir dle líquido terminan en
caracolillos y conjuntos de dos círculos concéntricos (sobre todo en la tradición del México
central).195 En los códices del Grupo Borgia a menudo en la superficie del agua está
marcado algo que parecen ser olas,196 pero también pueden aparecer círculos197 y un
elemento amarillo que quizá podría ser identificado como caracolillo.198 Seguramente los
caracolillos aparecen en los regueritos del agua en el Códice Vaticano B.199 Ahora bien,
en la lámina 38 del Códice Borgia (Fig. 3.a) hay dos chorros de agua rematados en
caracolillos pintados de igual manera como en el México central y en círculos, que en este
caso, a diferencia de las representaciones del centro, están pintados a color. Son blanco y
190
Aramoni, 1990, p. 128.
191
Jansen y Pérez Jiménez, 2008, p. 91.
192
Vaticano B, lám. 82; Boturini, lám. 18; TR, f. 4r.
193
Láms. 51, 55.
194
Ver también Mikulska, 2008b, p. 168.
195
TR, ff. 4r, 11r; Tudela, ff. 26r, 62r, 125r; Borbónico, láms. 5, 9, 10, 18; también en: Historia
Tolteca-Chichimeca [HTCH], 1989: f. 26v; PM, ff. 51r, 51v, 301v; y en otras fuentes.
196
Borgia, lám. 14; Vaticano B, lám. 48; FM, láms. 3, 4; Laud, lám. 27.
197
Círculos amarillos en el Códice Borgia, láms. 10, 18; blancos en el Laud, lám. 5 y Vaticano B,
lám. 82.
198
Borgia, lám. 17.
199
Láms. 53, 55.
rojo, por lo que los circulitos son idénticos a las imágenes de estrellas.200 Podría pensarse
que si esta representación del agua fue pintada por un tlacuilo conocedor o educado de la
tradición del Centro, es que haya cometido algún error, pues que yo sepa, no hay
representaciones del agua de los manuscritos de aquella región en las que los círculos
estén pintados con estos colores. Empero, la otra posibilidad es de que precisamente sea
una realización “libre” del tlacuilo de la idea del vínculo del agua con el “Otro Mundo–
inframundo–mundo de la noche”. Esto se confirmaría con dos representaciones más del
Códice Vaticano B (Fig. 3.b),201 en las que los caracolillos que rematan el agua también
están pintados de igual manera como los “ojos nocturnos” o las estrellas.
Estas últimas representaciones permiten comprender el porqué del adorno que llevaban
las diferentes manifestaciones de la diosa Citlalicue, “Falda de estrellas”. En la
descripción de la fiesta Tititl, que protagonizaba la diosa Cihuacoatl-Ilamatecuhtli, su
representante se vestía con una falda y “encima de las naoas poníanla otras naoas de
cuero, cortadas y hechas de correas por la parte de abaxo, y de cada una de las correas
llevaba un caracolito colgado. A estas naoas llamábanlla citlalli icue, y a los caracolitos
que llevaba colgados llamábanlos cuechtli”.202 Estos caracolitos que representan la fila de
estrellas se observan perfectamente en las imágenes de la protagonista de esta fiesta,
tanto en el Códice Borbónico (Fig. 4.a)203 como en el Códice Magliabechiano.204 Sin
embargo, el nombre de Citlalicue era más bien un título que podía ser aplicado a
diferentes deidades,205 por lo que otras “manifestaciones” suyas pueden aparecer con el
mismo remate, aunque no en la falda, pero en el llamado “delantal trasero”.206 La imagen
de una placa de jade del Templo Mayor (Fig. 4.b) parece confirmar mejor aún estas ideas.
En la falda de la deidad representada –en cuyo pecho aparece el nombre 1-Conejo, por lo
cual se trata de la tierra207 aparecen glifos de estrellas, pero en este caso son glifos de
Venus.
Conclusiones
200
Cf. Códice Mendoza, ff. 60r, 63r, 37r, 39r, f. 40r. Ver también Mikulska, 2008a, pp. 238-239,
242-245.
201
Láms. 53, 55.
202
HG, lib. II, p. 169.
203
Lám. 36.
204
F. 45r.
205
Mikulska, 2008a, 396-398.
206
La imagen de Chantico en TR, f. 21v; de Itzpapalotl en TR, f. 18v. Lo mismo se puede observar
en en relieves que representan la tierra, por ejemplo el relieve de la cara superior del llamado
Teocalli de la guerra sagrada, de la Caja de Hackmack, de un cuauhxicalli del Museo de Berlin o de
una imagen de la tierra monumental del Museo del Templo Mayor de México (cf. Alcina Franch,
1992, figs. XLIV, LXXV, LXXIII).
207
Cf. Alarcón, 1953, pp. 125, 134, etc. Ver también Taube, 1993; Mikulska, 2008a, p. 397.
208
Cf. Jansen, 1985, vide supra.
como un orador de la cultura oral. Como ha dicho Albert Lord, hablando del arte del
orador:
Por lo tanto, considero que en la expresión gráfica también había lugar para estas
“fórmulas” nuevas, malabarismos visuales que enriquecían la expresión gráfica, siempre
bajo la condición que estuvieran en coherencia con los conceptos metafóricos en los que
se basaban.
Por lo mismo, me arriesgaría a decir que, de igual manera como en la oralidad, en la que
es muy importante el carácter agónico de la expresión, algo parecido existía a la hora de
elaborar estos códices. Es decir, el tlacuilo, si sabía cómo, podía “envolver”, “encubrir”,
“enmascarar” la información transmitida, para que ésta –igual como en la expresión oral–
no fuera comprendida por cualquiera. De ahí la comparación de algunas imágenes de los
códices con adivinazas, aunque obviamente no se trata de decir que la representación
gráfica fuera su “ilustración” o “traducción” directa. Más bien creo que se podría hablar de
algo como “juegos” o “juegos de imágenes”, los cuales, igual como juegos de palabras,
operan con base en ciertos conceptos metafóricos. Por consiguiente, se podría suponer
que la capacidad de utilizar estos últimos de forma creativa también era objeto de alguna
rivalidad entre los tlacuiloque –ellos eran también tlamatinime, o sea, los que poseían “lo
negro, lo rojo”210– aunque a estas alturas esta última constatación se tiene que quedar a
nivel de hipótesis.
209
Lord, 1975, pp. 65-66 (traducción mía).
210
CF, lib. X, p. 29. Ver también Siarkiewicz, 1995, p. 179; Boone, 2000, p. 25; Montes de Oca,
2000, pp. 124-125; Mikulska, 2008a, p. 18.
Fig. 1. Imágenes de:
a) caras de Tlazolteotl (Códice Borgia, láms. 47-49, 51)
b) arañas (Códice Borgia, lám. 34)
c) vasija de pulque (Códice Borgia, lám. 45).
Fig. 2. Comparación de representaciones de cuchillos, dientes y punzones de hueso:
a) cuchillos en colores blanco y rojo en la imagen de Itzpapalotl, “Mariposa de Obsidiana”
(Códice Borbónico, lám. 5)
b) imágenes de signo calendárico de pederal, dientes de Mictlantecuhtli, punzones de
hueso y dientes de tierra-cipactli (Códice Borgia, lám. 22).
Fig. 3. Representaciones de agua:
a) con caracolillos y con círculos en colores blanco y rojo (Códice Borgia, lám. 38)
b) con caracolillos en colores blanco y rojo; dentro de la montaña, en el agua se ve el “ojo
estelar” (Códice Vaticano B, lám. 55).
Fig. 4. Deidades (o sus representantes) con “falda de estrellas” representadas en forma
de caracolillos:
a) Cihuacoatl (Códice Borbónico, lám. 36)
b) imagen de una placa de jade del Templo Mayor, México. Dibujo de Nadezda Kryvda.
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Historiografía y Literatura de Ñuu Dzaui.
Hacia una perspectiva postcolonial.
RESUMEN
Reflexión sobre el papel de estudios históricos, arqueológicos, antropológicos y otros que
enfocan la herencia cultural de los pueblos originarios de las Américas. Ejemplos de cómo
los avances en la materia de los derechos de dichos pueblos influyen en tales estudios y
abren nuevas perspectivas de interés social.
La primera parte del título de esta ponencia (“Historiografía y Literatura de Ñuu Dzaui”) es
una descripción general e inocente del tema sobre el que hemos realizado estudios
especializados durante ya muchos años, con atención especial para los manuscritos
pictóricos (códices) de Ñuu Dzaui, la región mixteca en el sur de México.211 Los más
espectaculares e importantes de estos libros de piel de venado fueron pintados antes de
la invasión española (1521) y tratan de la historia sagrada, las hazañas dramáticas y las
relaciones genealógicas de los reyes y reinas que gobernaban los señoríos (yuvui, tayu,
“petates, tronos”) quienes conformaban el mapa socio-político de la región mixteca en
aquel tiempo. Una primera realidad crucial para el estudioso es que Ñuu Dzaui, “el Pueblo
de la Lluvia” o pueblo mixteco, sigue existiendo. A pesar de muchos embates, problemas
y, por supuesto, muchos cambios y desarrollos posteriores, este pueblo sigue hablando
su lengua y afirmando su identidad cultural.
211
Realizamos nuestros estudios en el marco del programa internacional de maestría y doctorado
de la Facultad de Arqueología de la Universidad de Leiden, Países Bajos, con el apoyo financiero
de la Fundación Neerlandesa para el Fomento de Investigaciones Científicas (NWO). Escribimos
comentarios sobre los códices Yuta Tnoho o Vindobonensis (Anders & Jansen & Pérez Jiménez
1992a), Tonindeye o Nuttall (Anders & Jansen & Pérez Jiménez 1992b) y varios otros códices de
Ñuu Dzaui (Jansen 1994) en la serie Códices Mexicanos, publicada por el Fondo de Cultura
Económica, México (los textos ahora están accesibles a través del Internet:
www.openaccess.leidenuniv.nl). En fechas más recientes publicamos estudios de los códices
Ñuu Tnoo – Ndisi Nuu o Bodley (Jansen & Pérez Jiménez 2005) y Añute o Selden (Jansen & Pérez
Jiménez 2007b), mientras que presentamos una reconstrucción detallada de la biografía literaria
del rey 8 Venado (Jansen & Pérez Jiménez 2007a). Para el aspecto material de estos manuscritos
véase el estudio de los hermanos Maldonado Alvarado (2005). El volumen coordinado por Jansen
y Van Broekhoven (2008) da una visión diacrónica de la escritura y literatura mixteca.
Todo esto en combinación con lugares ya identificados anteriormente nos da una idea
relativamente precisa sobre la dimensión geográfica de la historia mixteca, sobre dónde
gobernaban las dinastías mencionadas en los códices y dónde se llevaban a cabo sus
actividades. A la vez las visitas nos demostraron la existencia de un paisaje sagrado, que
guarda ciertas historias de carácter religioso o algunas tradiciones rituales, y que sigue
impresionándonos hasta hoy. Pensamos en el valle de Apoala con su Cerro del Cielo y su
cueva profunda de la Serpiente Emplumada, o en el Boquerón de Tonalá, sede de la
Diosa 9 Caña, el poder de los cuchillos y de las flechas.
Notamos que el paisaje sagrado, habitado hasta hoy por los Ñuhu (Dioses y “Dueños del
Lugar”), tiene su contraparte en el tiempo sagrado, que se manifiesta en fechas
fundacionales, rituales y conmemorativas. Por otra parte, un análisis detallado de las
fechas del contexto genealógico nos permitió contribuir a la reconstrucción cronológica de
los hechos.
Comparando detalles de las acciones con expresiones en dzaha dzaui, pudimos clarificar
elementos literarios, tanto en la representación de los actos como en la construcción
global del relato. Esto nos permitió leer la historia entrelazada del gran conquistador
Señor 8 Venado ‘Garra de Jaguar’ de Ñuu Tnoo (Tilantongo) y de la princesa 6 Mono
‘Poder de la Serpiente Emplumada’ de Añute (Jaltepec) como una auténtica tragedia
(comparable con el teatro de Sófocles, Shakespeare o Goethe). A su vez esta obra
literaria mixteca conecta los actos de sus personajes con la voluntad de seres divinos y
con otro gran personaje de la historia y literatura mesoamericana, el sacerdote-rey
Quetzalcoatl de Tula y Cholula.
El lenguaje de los códices resulta tener su eco en la literatura oral de hoy, en particular de
los parangones y rezos con sus paralelismos y difrasismos (cf. López García 2007). Hoy
en día se calcula que más de 400.000 personas hablan una de las variantes dialectales
del dzaha dzaui, la lengua mixteca, pero la gran mayoría de ellos son personas mayores
de los 30 años, de modo que el futuro de esta lengua (así como de otras lenguas
mesoamericanas) está inseguro y en peligro. La causa de ello es compleja pero un papel
preponderante juega la política de castellanización en las escuelas mexicanas, cuya
práctica comenzó bajo el Porfiriato y continúa hasta hoy. Esta política educativa, a veces
disfrazada bajo el término “bilingüe”, se caracteriza por no enseñar las lenguas
americanas, sino, al contrario, por hacer que los alumnos hablen (exclusivamente) el
español. La estigmatización de las lenguas (llamadas “dialectos”), incluso su prohibición
explícita en las aulas, acelera la erosión lingüístico-cultural. Por otra parte, podemos notar
un creciente interés en la nueva generación de jóvenes mixtecos para aprender algo de la
lengua y cultura ancestrales que ya no se les enseñó ni en la escuela ni en el hogar.
Actualmente varios autores mixtecos están publicando diccionarios y textos en sus
respectivas variantes. Existe una academia de lengua mixteca (Vehe Tuhun Savi) que
promueve la escritura de la lengua. También nosotros, con el apoyo de la Fundación
Neerlandesa para el Fomento de las Investigaciones Científicas (NWO), estamos
haciendo un manual práctico, un curso en lengua mixteca (variante de Ñuu Ndeya,
Chalcatongo), precisamente para fomentar el interés entre los jóvenes y maestros.
Hemos impartido varias conferencias y talleres en la región Ñuu Dzazui para comunicar el
contenido de los antiguos códices a maestros y alumnos de escuelas, así como a otros
ciudadanos interesados. En estas ocasiones hemos sido testigos del intenso interés y de
la emoción de los participantes, quienes por primera vez escuchaban algo sobre su
historia antigua.
Mucho queda por estudiar y documentar, pero lo importante es que comenzemos a ver los
escritos antiguos como testimonios de una identidad propia de un pueblo, como mensajes
de una subjetividad cultural que sigue viva. La tradición oral no solamente nos da datos
para interpretar el arte precolonial, sino también demuestra que este arte y esta escritura
antiguas se sitúa en una línea continua que tiene vigencia hasta hoy día. Esto nos lleva a
preguntarnos cuál es la relevancia de estudiar estos códices y otros aspectos de la
herencia cultural para el pueblo mixteco contemporáneo, la comunidad descendiente y
heredera.
El subtítulo que escogimos es “hacia una perspectiva postcolonial”, frase que tiene un
tono crítico, hasta “subversivo” para algunos. Cuando la usamos como tema de un
simposio aquí en Leiden en 2003, causó reacciones conflictivas increíbles. Los que luchan
por una emancipación de los pueblos legítimos suelen observar que todavía estamos muy
lejos de una situación que nos permitiría una perspectiva postcolonial. Por otra parte, los
que se identifican con instituciones establecidas (administrativas y/o académicas) de los
estados-naciones combaten enérgicamente la noción implícita que todavía existe una
estructura colonial en muchos aspectos de la sociedad, con sus mentalidades y prácticas
discriminatorias, excluyentes y opresivas. El término “indígena” mismo es indicativo de un
contexto de colonialismo, como parte de la dicotomía ‘los colonizadores’ y ‘los indígenas’
(aborígenes, naturales, nativos, originarios etc.). Hoy esa palabra se usa para referir a
pueblos que viven todavía una situación de colonialismo interno. Se trata de pueblos que
ahora forman parte de naciones independientes pero que descienden de los pobladores
originales que fueron colonizados por invasores de fuera. Cuando dichas naciones
obtuvieron su independencia política, no hubo un proceso amplio y profundo de
descolonización, sino las estructuras de la época colonial se mantuvieron en forma de
desigualdad social, explotación, marginalización, estigmatización, etc. Aunque diferentes
en sus idiosincrasias, estos pueblos viven por eso en condiciones muy similares.
Desde los años 1960 el precursor del pensamiento postcolonialista en cuanto a los
pueblos originarios de las Américas, Vine Deloria (1969), hizo una serie de denuncias
contra las actitudes racistas de instituciones gubernamentales, en cuyo contexto también
criticó el indigenismo y la antropología por usar a estos pueblos puramente como objetos
de sus fantasías y políticas paternalistas, enajenantes y contrarias a los intereses de los
pueblos mismos. Otros autores procedentes de las comunidades originarias, como Franco
Gabriel Hernández (1982), Aurora Pérez (1982, 1989), y Ward Churchill (1998), han
hecho observaciones similares. Invariablemente sus críticas fueron censuradas y
rechazadas con vehemencia por un segmento dominante del mundo académico.
Lo mismo vale para el uso y la revitalización de las lenguas originarias de las Américas y
para la reforma del contenido y manejo de los programas educativos (artículos 13 y 14).
Esta Declaración no está aislada, sino es reforzada por varias declaraciones similares
emitidas por otros organismos así como por los principios éticos formulados por varios
gremios de científicos sociales solidarios, que todos apuntan hacia la misma dirección.
También hoy hay intentos de crear una arqueología comunitaria (véase por ejemplo las
discusión al respecto en la tesis doctoral de Geurds 2007), pero todavía falta mucho. La
arqueología se ha desarrollado como una extraña combinación de una búsqueda de
tesoros con protocolos científicos precisos. Sus excavaciones son lentas y destructivas,
sus muestreos de superficie frecuentemente poco informativos. Procediendo de esta
manera y en este ritmo, no se logrará una imagen clara en nuestra generación ni en la
siguiente - pensamos en el vasto campo arqueológico del Estado de Oaxaca por ejemplo.
Por otra parte los turistas (y muchas veces también las comunidades mismas) requieren
un descubrimiento y una restauración o reconstrucción que les permita visualizar algo del
pasado, una especie de Monte Albán, haciendo caso omiso que tales obras generalmente
son creaciones de la imaginación particular de uno o varios arqueólogos, e intervenciones
drásticas que sustituyen la forma en que el paso del tiempo nos ha dejado los restos
materiales del pasado mismo. Es importante descolonizar el paisaje, revitalizarlo con
locales de memoria, de reflexión y toma de conciencia histórica-cultural. Pero para esta
finalidad sirven también las ruinas en el estado en que las dejó el paso del tiempo, un
factor que a su vez merece nuestro respeto y no debemos negar u ocultar. La potencia de
la arqueología para conocer e interpretar el pasado depende obviamente en parte de las
observaciones y hallazgos, pero por otro lado se aumenta de manera drástica y esencial
la capacidad de comprender y experimentar estos sitios, obras y paisajes cuando éstos se
consideren en los términos de la cultura misma. Para esto la continuidad lingüística-
cultural (tema central de la etno-arqueología) nos da herramientas de gran valor, que
todavía no se han utilizado plenamente.
Al igual, la antropología no es, o por lo menos no debe ser, el estudio de detalles exóticos
de sociedades distantes, sino el esfuerzo de generar comprensión e interacción fructífera
entre diferentes modos de vivir y pensar. No debe llenar museos con objetos foráneos,
básicamente vistos como “bizarros”, muertos y descontextualizados, como nuevos
gabinetes de curiosidades o trofeos, sino debe crear espacios de empatía mutua, de
múltiples encuentros inspirativos y desafíos intelectuales. La herencia cultural no es algo
pasivo para enmallar, guardar y proteger celosamente, sino exige nuestro compromiso
activo. Su estudio se sitúa dentro de una discusión sobre los derechos humanos, la
identidad y la interacción cultural (véanse por ejemplo Stavenhagen 1988, 2000;
Bartolomé 1997; Rivera Salgado 2004). Esta herencia es como una milpa que heredamos
de nuestros ancestros: no rinde cosecha si no la trabajamos. Esto no quita que lo
vayamos a hacer con recuerdos edificantes, con respeto y cariño, con responsabilidad,
pensando en lo que nosotros vamos a dejar a la siguiente generación. No desarrollemos
una visión estática de la identidad cultural como una esencia normativa (totalmente
conservadora), sino un aprecio de su dinámica como procesos de transformación y
crecimiento.
Lógico que los / las jóvenes de estas comunidades crecen con la idea que lo suyo no vale
y que mejor se olvide. Debemos mencionar una excepción en esta área que es la famosa
fiesta anual de la Guelaguetza, un presentación de danzas tradicionales de las diferentes
regiones del Estado en los dos últimos lunes de julio. Aunque tiene mucho de folclor
orquestrado para el turismo, este evento tiene un gran impacto. En los últimos años los
organizadores han hecho un esfuerzo para garantizar un mínimo de “autenticidad”, en el
sentido que los participantes provengan de los pueblos que representan y hablen en la
lengua mesoamericana de allí. Además se ha procurado agregar a varios bailes su
contexto ritual: por ejemplo los discursos o ritos que acompañan al bautismo o matrimonio
tradicional. En el público hay turistas de todas partes, pero también muchos oaxaqueños
así como migrantes que están fuera pero regresan con sus familias para participar en esta
fiesta. Una gran emoción se apodera de la audiencia cuando se entona la Canción
Mixteca, “Qué lejos estoy del suelo donde he nacido….”. Todo el evento se emite por
radio y televisión, de modo que tiene un gran impacto. Las comunidades ven aquí una
presentación oficial, atractiva y dignificante de sus tradiciones. Se sienten motivadas para
participar y mostrar en este contexto su propia tradición. Incluso hay ciertas rivalidades.
Pero a la vez se ha forjado así, sobretodo en las escuelas del campo, un concepto que “la
cultura indígena” consiste fundamentalmente de bailes y trajes típicos. El enfoque sobre la
tradición causa también una idealización, una presentación de la vida del campo como
muy idílica e inocente. Esta imagen no sólo es irreal (la vida comunitaria de hoy es en
gran parte producto de la época colonial y sufre de muchas limitaciones, conflictos,
envidias y penurias), sino también reafirma y propaga prejuicios y desigualdades internas
de la misma vivencia de los pueblos originarios, particularmente la opresión machista de
la mujer. Escuchamos por ejemplo cómo en la boda de San Pablo Mitla se dice a la novia
que tiene que servir a su esposo, aguantarle cuando le golpee, y nunca quejarse…
Existe una abundante literatura sobre este tema, producida por antropólogos
comprometidos y por autores del campo de la crítica literaria, pero no hay que confundir la
toma de una posición crítica con un cambio drástico de las prácticas y actitudes. A la vez
hay cada vez más intelectuales indígenas que participan en el debate. Linda Tuhiwai
Smith (1999), por ejemplo, ya ha formulado una agenda de descolonizar la metodología
de las diferentes disciplinas en cuestión y de reorientar sus prioridades.
Varios científicos sociales, sin embargo, no apoyan la lucha de los pueblos legítimos por
su emancipación – tal vez porque podrían así perder el control sobre su objeto de estudio.
Donde los movimientos indígenas a nivel internacional lograron después de muchos años
que la Declaración de la ONU les reconoce como pueblos (peoples), dichos antropólogos
(para dar gusto a sus jefes y financieros, los organismos de la estado-nación) recurren al
uso de otro término: “grupo étnico”, que no implica ningún derecho y confunde a propios y
ajenos.
En el mundo académico debemos con regularidad preguntarnos para qué sirven nuestras
investigaciones y publicaciones. No como un acto retórico para expresar dudas
existenciales, sino como un ejercicio constructivo de recordar y actualizar las razones
fundamentales del trabajo. En este caso es precisamente la condición de ser colonizados
y vivir una realidad dura y difícil la que nos debe orientar. Los pueblos colonizados tratan
de recuperar su cara, su voz, es decir su subjetividad y protagonismo, frente a una
realidad difícil, híbrida y hostil. Han internalizado la ideología del opresor como memoria
colonizada. Una narrativa linear, evolucionista, de la historia sitúa el presente como
clausura, fin y auge de los desarrollos del pasado y sirve para justificar el triunfo del militar
más fuerte y con esto la estructura de dominación resultante. Las consecuencias: una
estética represiva (racismo) y una práctica educativa de regañar y reprimir. Tanto en la
escuela como en el hogar y en la iglesia no hay estímulo para encender la luz de la
inteligencia para liberarse de prejuicios, atreverse a pensar, crecer, y encontrar un camino
propio, sino, al contrario, los mayores inspiran miedo para engranar actitudes de
ceguedad y obediencia. El maltrato genera rencor y envidia, escapismo y corrupción. La
política colonial de dividir y así dominar ha generado abusos, frustraciones y con esto una
desconfianza y exagerada crítica hacia el próximo. La persona que ha internalizado el
colonialismo tendrá gran dificultad en desarrollar una verdadera alianza. La experiencia de
vivir una realidad de opresión mental y socio-económica (como de ocupación militar)
conlleva a un lazo emocional muy fuerte con la comunidad de origen, así como a una gran
devoción a su Santo Patrón en la iglesia local. Pero bajo esta presión la identidad propia
no se puede desarrollar. Hay choques permanentes, negativismo, habladurías
destructivas, una obsesiva y estéril lucha por las fronteras de los territorios pequeños en
que las personas se encuentran encerradas. La ideología de las comunidades pone
mucho énfasis en el apoyo mutuo, la reciprocidad y el bien colectivo. Pero tal discurso
refleja precisamente la ausencia de estos valores en la realidad.
Así también los documentos mesoamericanos (pictográficos y alfabéticos) del siglo XVI
(después de la invasión española) nos ofrecen importantes informaciones sobre los
impactos de la colonización y sobre la incorporación de los elementos nuevos con gran
creatividad e ingenio artístico, a pesar de todo el proceso negativo y destructivo.
Códice de Yanhuitlan, p. 4 anverso.
Por ejemplo: el Códice de Yodzo Cahi (Yanhuitlan) es una adaptación a las convenciones
“modernas”, es decir el dibujo en blanco y negro en estilo español, pero sigue ocupando la
tradición pictográfica. La página 4 anverso (= lámina E en la edición de Berlin, y lámina
VII en la edición de Sepúlveda y Herrera) expresa su visión del dominio colonial. Hay una
fecha en el estilo mixteco antiguo: el Año 5 Pedernal corresponde globalmente a 1524.
Sobre el signo toponímico de Yodzo Cahi, el señorío conectado con el nombre del Señor
9 Casa, se ha colocado una silla española, signo de la nueva estructura política. En la silla
está sentado un hombre barbudo, que lleva un sombrero con plumas y una capa de piel.
Su posición a la izquierda es claramente dominante. Su mano derecha empuña una gran
espada, cuya punta descansa sobre el jeroglífico del señorío. No cabe duda: esta es la
nueva autoridad colonial, ejercida por uno de los conquistadores. El simbolismo marcial
tiene su paralelismo directo en el famoso dibujo de Colón que empuñando una lanza,
toma posesión de Hispaniola, en la obra de De Bry.
La posición subordinada del cacique mixteco está muy clara – notamos la conexión
diagonal de las miradas de los dos hombres. Los grandes ojos negros del español miran
hacia abajo, donde está sentado a sus pies otro hombre, que lleva sandalias y está
vestido con una cobija (bordada en las orillas con una banda de grecas mesoamericanas),
mientras que lleva también un sombrero, que es una reproducción en escala más
pequeña del sombrero del español. El tocado simboliza que este príncipe mixteco ha
abrazado la cultura europea, al menos en parte, y deriva su estatus de su aceptación (e
imitación) de los nuevos dominantes. Por otra parte sigue sentado en un trono que
consiste de una petate, es decir en el yuvui tayu, “petate y trono” o “reino” en el estilo
tradicional. Abajo de su asiento no se especifica el nombre de su señorío, sino solamente
hay un trazo rectangular, que normalmente representa tierras.
Al tomar posesión por la fuerza de su espada del señorío de Yodzo Cahi, que
antiguamente pertenecía al Señor 9 Casa, el encomendero a la vez confirma en su poder
el señor o cacique local, que sigue teniendo mando sobre varios terrenos. Vemos aquí la
institución de una especie de “gobierno indirecto”, en que el cacique mixteco, dominado
severamente y controlado desde arriba por el colonizador (que tiene el brazo armado), es
permitido de seguir disfrutando algunos privilegios (petate y trono, tierras), mientras que
sea un vasallo obediente. Desde luego, el Códice de Yodzo Cahi presenta esta situación
desde la perspectiva del cacique: se declara un fiel súbdito de la Corona Española y por lo
tanto derecho-habiente a una serie de privilegios.
Por reportes coloniales sabemos que el cacique que gobernaba Yodzo Cahi alrededor de
1526 fue el Señor 8 Muerte (Iya Namahu). En el contexto de legitimar su poder local a
través de su sumisión al régimen colonial ya no se mencionó su esposa, la Señora 1 Flor,
la verdadera heredera del señorío según las leyes y costumbres precoloniales. Los
códices precoloniales siempre mencionan la pareja de rey y reina como la unidad
gobernante y dinástica. Con la introducción de la visión machista de la historiografía
colonial, la mujer desaparece de la historia.
Pensamos que el códice fue preparado para la entronización un cacique posterior, Don
Gabriel de Guzmán en 1558. Se mencionan los derechos y privilegios precoloniales que el
nuevo cacique quiere conservar en la realidad colonial, mientras que se enfatiza la lealtad
de sus ancestros y de él mismo al regimen español, así como su devoción crisitiana,
simbolizada por el culto a un gran rosario que aparece en las páginas finales del
manuscrito.
Este tema a su vez se conecta con la importancia del rosario en la predicación del
evangelio por parte de los monjes dominicos. En la biblioteca de la Sociedad mexicana de
Geografía y Estadística existe un manuscrito con la traducción de un tratado sobre
milagros del rosario, originalmente compuesto por Fray Jerónimo Taix (Jansen 1998).
Conocimos la obra de este Martín Jiménez solamente por una referencia en la crónica de
Fray Francisco de Burgoa sobre la evangelización de Oaxaca (Burgoa, 1934a: 417). Las
dos piezas de teatro aquí conservados se titulan:
“Aquí en San Felipe Ñuu Maa (Ixtapa), sábado 6 de febrero del año 1722”.
Es interesante observar cómo el teatro sobre el rosario trata de establecer una diferencia
radical entre cuerpo y alma para clarificar que el destino del alma dependía del
comportamiento del individuo: gozar la gloria del cielo y sufrir castigos en el infierno.
212
Agradecemos a la señora Elena Osuna de Belmar, la actual dueña y cuidadora de esta preciosa
herencia de Francisco Belmar, por habernos permitido a conocer estos documentos, y a Michael
Swanton por habernos introducido a esta colección. El primer cuaderno es bastante grueso y
contiene un resumen de la Biblia (Viejo y Nuevo Testamento) con algunas vidas de Santos. Una
glosa al final contiene la fecha 1651. El tercer cuaderno contiene varios sermones y los misterios
del Rosario – algunas glosas sugieren que este texto perteneció a los caciques de Tiltepec a fines
del siglo XVIII.
huadzihui maandi niquidza no hice yo eso
saha yondohondi yaha huitna por lo que padezco aquí hoy;
yequi qhñundi niquidza mi cuerpo (lo) hizo,
nidzandahui ñahasi sindi engañó a mí
yca saha yosicandi gustiaçia por eso pido justicia
saha quisisi que vendrá [o: arderá]
saha ndohondi sihi saha ndahuindi mi sufrimiento y mi dolor,
nidzandi[yo] yni quachi codiciaba el pecado
yondohondi yaha huitna. (por eso) padezco esto ahora.
Otro dominico, Fray Benito Hernández, quien se empeñó a destruir imágenes religiosas
precoloniales y centros ceremoniales de Ñuu Dzaui, escribió en su Doctrina Cristiana en
Lengua Mixteca hermosas frases con el mismo tenor, pero utilizando símbolos de la
literatura mixteca misma:
Por una parte estos textos demuestran la continuidad de una tradición literaria, por otra
arrojan luces sobre los cambios mentales y sociales. Por una parte su análisis tiene que
ser un trabajo enfocado de localización de datos en archivos y de interpretación precisa
de detalles iconográficos, así como de paleografía y traducción, por otra podemos
solamente captar la gran importancia y riqueza informativa de tales fuentes cuando las
estudiamos desde una perspectiva histórica-cultural comprometida. Elementos de ambas
tradiciones – la de los libros históricos y religiosos de la antigüedad y la literatura
misionera de la época colonial – confluyen de manera inseparable en el sentir de las
comunidades mixtecas hoy en día.
Si reflexionamos sobre esta situación se hace evidente que el futuro de estos estudios no
es continuar un monólogo de especialización cada vez más aislada, sino la cooperación y
el diálogo en talleres donde las comunidades descendientes y los interesados de fuera
podamos intercambiar conocimientos, experiencias y puntos de vista, donde todos
podamos aprender de todos y conectar saberes diferentes. La descolonización de la
memoria y de la ciencia es una tarea grande que solamente podremos realizar juntos.
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La Cultura Material Indígena después de la Conquista:
Los Alfareros del Centro de México
RESUMEN
La enorme transformación cultural que produjo la conquista española en Mesoamérica ha
sido bien estudiada. Gracias a documentos históricos ahora conocemos los cambios en la
sociedad indígena. Los efectos en la cultura material, sin embargo, no han sido
suficientemente explorados, aunque estos ofrecen una perspectiva más objetiva e
incluyente de la colonización. Éste es un breve estudio de cambios y continuidades en la
tecnología cerámica del centro de México después de la conquista. Con base en
fragmentos de cerámica, se analizan las reacciones de los alfareros indígenas del periodo
Colonial Temprano a la nueva sociedad que empezaba a formarse.
213
P.ej., Gibson, Charles. The Aztecs under Spanish Rule: A History of the Indians of the Valley of
Mexico, 1519-1810, Stanford: Stanford University Press, 1964; Lockhart, James. The Nahuas after
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Colonial Oaxaca: Ñudzahui History, Sixteenth through Eighteen Centuries, Stanford: Stanford
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214
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and Debates, pp. 1-23; Lyons, Claire y John Papadapoulos. Los Angeles: Getty Research Institute,
2002.
ofrecer una perspectiva más representativa, e inclusiva, de la historia que los
documentos215. Artefactos, edificios y la cultura material en general ofrecen un panorama
más amplio en diferentes aspectos de las sociedades antiguas, incluyendo aquellos
elementos de la vida diaria que son obviados en documentos. Así, el estudio de objetos,
paralelo al de los textos, posibilita reconstruir de forma más realista la historia colonial en
México. Con estas ideas en mente, se presenta aquí un breve estudio del impacto de la
conquista en la tecnología cerámica de la cuenca de México. A través de huellas en
fragmentos de cerámica se busca analizar cómo los alfareros indígenas del siglo XVI
reaccionaron a esos tiempos difíciles y a la nueva sociedad colonial que empezaba a
formarse.
En el México colonial la cerámica cotidiana -para cocinar, almacenar, transportar y servir-,
no tuvo un lugar central en la creación de sociedades coloniales, y de hecho tampoco en
la mente de la gente que las usaba. En muchas culturas, incluyendo Mesoamérica, los
alfareros y sus productos son marginados; como evidencia vemos que casi son invisibles
en documentos, tanto del pasado como del presente. Sin embargo, también vemos que la
cerámica cotidiana está íntimamente ligada a la organización familiar y las prácticas
alimenticias; y en los talleres de los alfareros, a hábitos motores, transmisión del
conocimiento, condiciones ambientales, medios de distribución y la economía comunal.
En otras palabras, la alfarería está cerca de la vida de la gente, y en consecuencia, está
relacionada con la forma en que la gente reacciona ante una sociedad colonial. Es por
eso que la cerámica cotidiana es un medio viable para estudiar el impacto del
colonialismo español en la cultura material mesoamericana.
215
Van Dommelen, Peter. “Colonial interactions and hybrid practices. Phoenician and Carthaginian
settlement in the ancient Mediterranean”. En: The Archaeology of Colonial Encounters.
Comparative Perspectives, pp. 109-141; Stein, Gil. Santa Fe: The School of American Research,
2005.
216
Van der Leeuw, Sander. “Giving the potter a choice. Conceptual aspects of pottery techniques”.
En: Technological Choices: Transformation in Material Cultures since the Neolithic, pp. 238-288;
Lemmonier, Pierre. London: Routledge, 1993.
217
Van der Leeuw 1993, p. 259.
218
Van der Leeuw 1993, p. 259.
incluyen hábitos motores aprendidos desde la niñez, están enraizadas en los alfareros y
son muy resistentes al cambio. Así, la parte básica de una tradición alfarera, la
conceptualización, suele ser resistente a nuevas ideas, tecnologías y consumidores. La
manufactura de cerámica además incluye otros aspectos. Los alfareros toman decisiones
sobre la selección, extracción y procesamiento del barro, y su cocción. Estos aspectos
parecen reflejar las redes de interacción del alfarero, y por consiguiente, pueden ser
fácilmente modificados220. Los alfareros además toman decisiones acerca de la forma de
la vasija, el acabado de superficie y la decoración. Estos aspectos son muy visibles y
abiertamente muestran el comportamiento del alfarero, y esto influencia sus preferencias,
las cuales pueden ser modificadas con facilidad y frecuencia221.
En situaciones de contacto cultural, como la colonización de Mesoamérica, el estudio de
una tradición cerámica es buena base para explorar la naturaleza de cambios y
continuidades en la cultura material.
219
Gosselain, Olivier. “Materializing identities: an African perspective”, Journal of Archaeological
Method and Theory vol. 7(3), 2000, pp. 187-217.
220
Gosselain 2000, p. 192.
221
Gosselain 2000, p. 191.
222
P.ej., Cervantes, Juan, Patricia Fournier y Margarita Carballal. “La cerámica del Posclásico en la
cuenca de México”. En: La Producción Alfarera en el México Antiguo, pp. 277-320; Merino, Leonor
y Ángel García Cook. México, D.F.: INAH, 2007; Hodge, Mary y Leah Minc. “The spatial patterning
of Aztec ceramics: implications for pre-Hispanic exchange systems in the Valley of Mexico”, Journal
of Field Archaeology vol. 17, 1990, pp. 415-437; Whalen, Michael y Jeffrey Parsons. “Ceramic
markers used for period dessignations. Appendix I”. En: Prehispanic Settlement Patterns in the
Southern Valley of Mexico: The Chalco-Xochimilco Regions, pp. 385-459, Parsons, Jeffrey. Ann
Arbor: Memoirs of the Museum of Anthropology No. 14. University of Michigan, 1982.
223
Charlton, Thomas, Patricia Fournier y Cynthia Otis Charlton. “La cerámica del periodo Colonial
Temprano en la cuenca de México: permanencia y cambio en la cultura material”. En: La
Producción Alfarera en el México Antiguo, pp. 429-496; Merino, Leonor y Ángel García Cook.
México, D.F.: INAH, 2007; Lister, Florence y Robert Lister. Sixteenth Century Maiolica Pottery in the
Valley of Mexico, Tucson: University of Arizona Press, 1982; Whalen y Parsons 1982.
224
Charlton et al. 2007, p. 429.
cronológica. En algunos sitios rurales hay evidencias de ocupaciones previas y
posteriores a la conquista, que sí bien se asocian con la tradición alfarera nahua, no
muestran una clara separación estilística o espacial entre las ocupaciones precoloniales y
las coloniales, pues presentan una ocupación continua difícil de aislar
cronológicamente225. Además, no es válido correlacionar directamente cerámicas de
tradición indígena con usuarios indígenas, ni cerámicas de tradición española con
usuarios españoles, pues ahora sabemos que los patrones de distribución de objetos de
esas dos tradiciones fueron más complejos226. La simple asociación de ciertos artefactos
con los colonizadores y otros con los colonizados restringe la posibilidad de explorar los
procesos de hibridización227, es decir, cómo diferente gente reaccionó a la nueva sociedad
colonial.
A pesar de lo anterior, las colecciones existentes de cerámica colonial temprana de la
cuenca de México permiten explorar cambios y continuidades en varias etapas de la
cadena operativa:
225
Charlton et al. 2007, p. 431.
226
P.ej., Rodríguez, Enrique. “Eating like and Indian. Negotiating social relations in the Spanish
colonies”, Current Anthropology vol. 46(4), 2005, pp: 551-573.
227
Bhabha, Homi. The Location of Culture, London: Routledge, 1994; Van Dommelen, Peter.
“Colonial matters. Material culture and postcolonial theory in colonial situations”. En: Handbook of
Material Culture, pp. 104-124; Tilley, Christopher, Webb Keane, Susan Küchler, Michael Rowlands
y Patricia Spyer. London: Sage Publications, 2006.
228
Parsons, Jeffrey, Keith Kintigh y Susan Gregg. Archaeological Settlement Pattern Data from the
Chalco, Xochimilco, Iztapalapa, Texcoco and Zumpango Regions, Mexico, Ann Arbor: Technical
Reports No. 14. Museum of Anthropology, University of Michigan, 1983.
229
Sanders, William, Anton Kovar, Thomas Charlton y Richard Diehl. The Teotihuacan Valley
Project: Final Report, University Park: Occasional Papers in Anthropology No. 3. Department of
Anthropology, Pennsylvania State University, 1970.
230
Fuentes, Israel. “Una unidad residencial en el sitio Las Palomas, Hidalgo”, Boletín de la
Dirección de Salvamento Arqueológico (segunda época) vol. 8, 2007, pp. 131-136.
prehispánicos, otros se reinterpretaron y combinaron con elementos nativos produciendo
nuevos estilos, además de que hubo innovaciones que no parecen ligarse directamente
con ninguna de esas tradiciones. Por eso en ciertos casos es difícil establecer si las
vasijas son parte de la tradición indígena o de la tradición española, o si mejor se asignan
a la tradición mexicana, que resultó del entrelazado de ambas, y es la que hoy existe en
varias comunidades de alfareros en el centro de México231. Así, para evitar
categorizaciones artificiales, y para tener una mejor perspectiva de las transformaciones
de la alfarería indígena, en este estudio se consideran todas las vasijas de barro
elaborada en México durante la Colonia Temprana, tanto de tradición indígena como
española, con excepción de la loza mayólica. La ciudad de México se convirtió a finales
del siglo XVI en un fuerte productor de mayólica, sin embargo, su tecnología de
manufactura, formas, decoración y organización de la producción se mantuvieron
fuertemente ligadas a la tradición española, y sin influencia de la alfarería indígena.
Al momento de la conquista la cerámica de la cuenca consistía principalmente en vasijas
de cocina y almacenamiento, hoy agrupadas como Loza Naranja. También había vasijas
de servicio (para comer, beber y servir) que podían ser de la Loza Naranja Bruñida,
también conocida como Azteca, y en su versión decorada Azteca Negro/Naranja, o de la
Loza Roja, o con mucho menos frecuencia Loza Polícroma parecida a la de la tradición
Mixteca-Puebla. Además existía la Loza Alisada conformada por braseros, anafres e
incensarios. Después de la conquista estas lozas no desaparecen, sino que experimentan
cambios. Los españoles introducen la Loza Vidriada y la Loza Mayólica, además de unas
pocas importaciones europeas y orientales.
a) Técnica de manufactura
231
P.ej., Hernández, Gilda. “Contemporary traditional pottery in central and south Mexico. On
colonial technical introductions and their assimilation”, Leiden Journal of Pottery Studies vol. 23,
2007, pp. 159-176; Kaplan, Flora. A Mexican Folk Pottery Tradition. Cognition and Style in Material
Culture in the Valley of Puebla, Carbondale: Southern Illinois University Press, 1994; Papousek,
Dick. The Peasant-Potters of Los Pueblos. Stimulus Situation and Adaptive Processes in the
Mazahua Region in Central Mexico, Assen: Van Gorcum, 1981.
232
Foster, George. “The Coyotepec molde and some associated problems of the potter's wheel”,
Southwestern Journal of Anthropology vol. 15, 1959, pp. 63; Katz, Roberta. The potters and pottery
of Tonalá, Jalisco, Mexico: a study in aesthetic anthropology, Tesis doctoral inédita, pp. 124-125.
Ann Arbor: Columbia University. University Microfilms International, 1977.
métodos tradicionales de manufactura233. Así, el torno se utilizó sólo escasa y
selectivamente como muestran diferentes clases de vasijas del periodo Colonial
Temprano: 1) las vasijas con formas y acabados de superficie de tradición prehispánica
no presentan huellas de haber sido hechas en torno, sino en molde horizontal; 2) las
vasijas de la Loza Alisada, es decir, sólo alisadas y sin vidriado, con algunas formas de
origen indígena y otras españolas fueron hechas en molde, y 3) las vasijas vidriadas con
formas de origen indígena y español fueron hechas en su mayoría en molde, en los pocos
casos en que se tornearon se trata exclusivamente de formas de origen español 234.
El uso del torno pudo haber provocado el cambio en la conceptualización de la tradición
alfarera, pues éste implica modificaciones drásticas en el método de formado, y por
consecuencia en cómo se conciben las partes de la vasija y la secuencia de manufactura.
Sin embargo, no fue aceptado por la mayoría de los alfareros, como evidencia su escaso
uso hasta hoy en día235. Las vasijas todavía se forman, como en el pasado, con
moldeado, enrollado y modelado.
Así, durante el periodo Colonial Temprano se mantuvo el método de manufactura
prehispánico, y sólo en casos excepcionales se utilizó el torno. Por consiguiente, la
conceptualización básica que los alfareros tenían de su tradición no debió cambiar, pues
las vasijas se siguieron viendo como partes horizontales, se siguieron dividiendo en las
mismas secciones y realizándose en la misma secuencia. La cerámica mayólica, en
contraste, tanto la española como la producida en la ciudad de México, se elaboraba en
torno. Lo que sugiere que detrás de ella había una conceptualización muy diferente, y por
consecuencia, productores diferentes.
b) Cocción
La morfología de las vasijas no sólo refleja su uso, sino también las modas estilísticas
asociadas con cada tradición cerámica. Durante el periodo Colonial Temprano se notan
varios cambios en estos aspectos, que aquí sólo se comentan muy brevemente: 1) las
formas de la Loza Naranja para cocinar y almacenar no cambian, sólo hay ligeras
modificaciones en la forma de los bordes241. 2) Las vasijas de servicio de la Loza Azteca
Bruñida tampoco muestran cambios hasta que desaparecen al final del periodo. 3) La loza
Roja, en contraste, evidencia gran creatividad colonial. Sus formas precoloniales
características eran cajetes hemisféricos, copas bicónicas y jarras, después de la
conquista continúan pero son minoritarias en comparación con nuevas formas, ya
existentes en el repertorio prehispánico, como platos, cajetes trípodes y cajetes con
paredes acanaladas242. Al final del periodo Colonial Temprano se empiezan a elaborar
formas de origen español como candeleros, tazas, tazones, jarritas, platitos para sal y
tapas. La Loza Roja debió ser relativamente familiar para los españoles, pues en la
237
Charlton et al. 2007, pp. 436, 440.
238
Charlton et al. 2007, p. 446.
239
P. ej., Druc 2000, p. 82; Engelbrecht, Beate. Töpferinnen in Mexiko. Entwicklungsethnologische
Untersuchungen zur Produktion und Vermarktung der Töpferei von Patamban und Tzintzuntzan,
Michoacán, West-Mexiko, Tesis doctoral inédita. Basel: Universität Basel, 1987.
240
Charlton et al. 2007, p. 442.
241
Charlton et al. 2007, p. 436.
242
Charlton et al. 2007, pp. 445-452.
península Ibérica desde tiempos romanos había una tradición de vasijas con superficie
roja, quizá por eso se incorporó fácilmente en la sociedad colonial. 4) Las escasas vasijas
de servicio polícromas se mantienen sin cambios formales hasta que desaparecen al final
del periodo243. 5) La loza vidriada es difícil de fechar, así que hay poca claridad sobre los
cambios a través del tiempo. Lo que sí se sabe es que los molcajetes trípodes con
soportes modelados, comunes en el Postclásico, se empiezan a vidriar en la Colonia
Temprana; también llevan vidriado algunas vasijas de cocina y servicio de origen
indígena. Paralelamente a estas lozas se produce la mayólica; desde sus inicios su
repertorio formal es típicamente español y sin influencia indígena, y así se mantiene.
De acuerdo a la forma de las vasijas, los patrones de consumo de alimentos durante el
periodo Colonial Temprano no muestran cambios significativos. Por lo general, las formas
indígenas para cocinar y almacenar continúan, aunque en ocasiones presenten cambios
estilísticos menores. En algunos casos formas indígenas se reemplazan con formas
españolas de usos similares, por ejemplo, el apaxtle precolonial se sustituye con la
cazuela española, sin embargo, esta tendencia de reemplazo es más común después del
periodo Colonial Temprano. Las vasijas de servicio, tanto las elegantes polícromas como
las más cotidianas Azteca Bruñidas continúan, pero desaparecen al final del periodo. En
algunos contextos quizá se reemplazan con la Loza Roja, pero en otros debieron
sustituirse con vasijas muy simples. Vasijas ceremoniales, como los sahumadores de
mango largo modelado, desaparecen. Además, se introducen unas pocas formas para
usos que no existían antes, como los candeleros. Es hasta el final del periodo Colonial
Temprano que se empiezan a dar cambios morfológicos mayores, que sugieren
modificaciones en los patrones de consumo. La Loza Roja, de origen indígena, ya
presenta muchas formas de origen español y nuevos elementos estilísticos retomados de
ambas tradiciones. También la Loza Vidriada y la Alisada incluyen más formas de origen
español.
Durante el periodo Colonial Temprano hay una tendencia a la desaparición en contextos
visibles de formas de vasija asociadas con la tradición indígena. En contextos menos
visibles, como la cocina, las formas indígenas continúan, incluso hasta el presente,
aunque paulatinamente algunas se reemplazan por vasijas de usos similares de origen
español o híbrido.
e) Acabado de superficie
243
Charlton et al. 2007, p. 453.
244
Charlton, Thomas, Cynthia Otis Charlton y Patricia Fournier. “The Basin of Mexico A.D. 1450-
1620. Archaeological dimensions”. En: The Postclassic to Spanish-Era Transition in Mesoamerica.
Archaeological Perspectives, pp. 49-63; Kepecs, Susan y Rani Alexander. Albuquerque: University
of New Mexico Press, 2005.
245
Charlton et al 2007, p. 447.
El vidriado, que tenía una larga tradición en la península Ibérica, se considera un avance
técnico por decorar e impermeabilizar con poca inversión de trabajo las vasijas. Los
alfareros coloniales debieron adoptarlo parcialmente, pues todavía hoy en día es usado
en algunas regiones, como en la cuenca, mientras que en otras no, como la Mixteca Alta
o el sur de Puebla246. Los costos extras involucrados en su adquisición y la necesidad de
más combustible para alcanzar la temperatura de fundición han sido probablemente
limitaciones desde la conquista.
Durante la Colonia Temprana acabados de superficie de tradición indígena (Azteca
Bruñido) asociados con vasijas visibles, se deterioran y desaparecen al final del periodo.
En cambio, acabados de superficie indígenas en vasijas menos visibles, como el Naranja
de los artefactos de cocina, bajan de calidad, pero se mantienen. La Loza Roja también
se mantiene; probablemente por sus semejanzas con cerámicas españolas, que dejan de
asociarla con la tradición prehispánica y la vinculan a la sociedad colonial. Así, se nota
una tendencia a la disminución de vasijas de tradición indígena en contextos domésticos
relativamente públicos, como el consumo de comida en familia o fiestas. Además se ve
que disminuye la inversión de tiempo y trabajo en la superficie de vasijas de cocina,
almacenamiento y servicio, lo que sugiere un deterioro general de la tradición alfarera
indígena, con excepción de la Loza Roja. El vidriado se va volviendo más frecuente, a tal
grado que hoy en día en la cuenca de México es el acabado de superficie más común de
vasijas visibles y no tan visibles.
f) Decoración
Durante el periodo Colonial Temprano hay varios cambios en la decoración que aquí sólo
se comentan brevemente: 1) las vasijas de servicio Aztecas Bruñidas Negro/Naranja
mantienen su característica decoración precolonial con líneas y elementos curvilíneos
pintados, pero incorporan nuevos motivos como pájaros, pescados, hojas o flores247, de
estilo relativamente europeo; 2) esas vasijas también incorporan nuevos tipos de soportes
como los modelados en forma de antena de mariposa, cabezas de águila, leones, patos,
garras o rostros de hombres barbados248; soportes modelados en formas similares
existían desde el Postclásico en el valle de Puebla-Tlaxcala, sin embargo es hasta
después de la conquista que se incluyen, con algunos cambios, en las vasijas Azteca
Bruñidas de la cuenca; 3) la Loza Roja continua con su decoración precolonial, pero
incorpora un patrón de líneas y diseños geométricos que antes era exclusivo de las
vasijas Azteca Bruñidas249, y 4) la Loza Polícroma, aunque es escasa y frecuentemente
muy fragmentada como para analizar a detalle la decoración, deja de presentar motivos
típicos de la iconografía religiosa del centro de México que la caracterizaban en el
Postclásico, los cuales se reemplazan con signos más seculares, y menos sospechosos
para los españoles, como flores y volutas.
Después de la conquista patrones decorativos que antes eran característicos, y
exclusivos, de cada loza empiezan a intercambiarse. Además, se incorporan con facilidad
motivos de origen europeo en vasijas de forma y estilo típicamente indígena. Esto sugiere
una flexibilización de los cánones estilísticos que existían en el Postclásico, quizá debido
a menos control regional y más independencia de la producción alfarera. Por otra parte,
246
P.ej., Druc 2000; Lackey, Louana. The Pottery of Acatlán. A Changing Mexican Tradition,
Norman: The University of Oklahoma Pres, 1981.
247
Charlton et al. 2007, pp. 441-443.
248
Charlton et al. 2007, p. 442.
249
Charlton et al. 2007, p. 450.
las elegantes vasijas polícromas, que por sus formas y decoración debieron ser para uso
festivo y religioso, cambian posiblemente de función después de la conquista. Los rituales
públicos en las que debieron usarse desaparecen, así que también desaparecen las
vasijas con clara iconografía religiosa. La presencia, sin embargo, de vasijas polícromas
con flores y motivos más inocuos, señala que en la Colonia Temprana todavía había
ocasiones especiales, como fiestas, en que éstas eran usadas.
Conclusiones
250
Lockhart, James. The Nahuas after the Conquest, Stanford: Stanford University Press, 1992.
251
Gibson, Charles. The Aztecs under Spanish Rule: A History of the Indians of the Valley of
Mexico, 1519-1810, Stanford: Stanford University Press, 1964.
252
Hodge y Minc 1990, p. 433.
Las conocidas introducciones coloniales (el torno, el horno de dos cámaras y el vidriado)
afectaron en diferentes grados las tradiciones alfareras de la cuenca. En principio, el torno
pudo ser capaz de cambiar la conceptualización de la alfarería; sin embargo, no fue
aceptado por la mayoría de los artesanos indígenas. El horno fue adoptado, aunque sus
posibilidades técnicas más bien influyeron en la eficiencia de producción y la decoración
de las vasijas, más no en su conceptualización. También el vidriado fue incorporado, pero
éste tuvo básicamente un efecto en la decoración y el uso de las vasijas, pero no en
elementos conceptuales fundamentales de la tradición alfarera. En la actualidad las
repercusiones de la reacción de los alfareros de la Colonia Temprana a esas
innovaciones técnicas siguen siendo evidentes. Hoy, las vasijas tradicionales de esa
región se ven diferentes a las prehispánicas, sin embargo, los principios básicos que
guiaban la relación de los alfareros con el mundo material antes de la conquista, parecen
seguir siendo los mismos.
Las reacciones de los alfareros de la cuenca a la conquista pueden verse como una forma
de resistencia, aunque éste sea un concepto algo problemático253. Tal como señala
Michael Given254, es un conocido estereotipo colonial el creer que resistencia consiste en
apegarse fuertemente a la cultura tradicional ante el intento de asimilación de los
colonizadores. Resistencia es algo mucho más complejo. En la cultura material involucra
varios niveles, y mecanismos, de rechazo, aceptación, reinterpretación e innovación. La
alfarería de la cuenca después de la conquista es un buen ejemplo de esto.
Agradecimientos
Este estudio es parte del proyecto “Ceramics and Social Change. The Impact of the Spanish
Conquest on Middle America’s Material Culture” apoyado por la Organización Holandesa para la
Investigación Científica (NWO) y la Facultad de Arqueología de la Universidad de Leiden.
Agradezco a Jeffrey Parsons por permitirme consultar las colecciones del Proyecto de la Cuenca
de México depositadas en la Universidad de Chapingo, y al finado William Sanders y a George
Cowgill que me permitieron consultar colecciones del Proyecto del Valle de Teotihuacán,
depositadas en el laboratorio de la Universidad de Arizona en San Juan Teotihuacán. Fernando
Getino e Israel Fuentes me mostraron amablemente la cerámica de su excavación en el sitio de
Las Palomas. Jorge Alberto Quiroz Moreno me dio acceso a los muestrarios del Departamento de
Colecciones Arqueológicas Comparativas del INAH.
253
Rowlands, Michael. “The archaeology of colonialism”. En: Social Transformations in
Archaeology: Global and Local Perspectives, pp. 327-333; Kristiansen, Kris y Michael Rowlands.
London: Routledge, 1998.
254
Given, Michael. The Archaeology of the Colonized, London: Routledge, 2004.
Un Manuscrito en Náhuatl sobre Astrología Europea
Søren Wichmann
Facultad de Arqueología
Universidad de Leiden
& Max Planck Institute for Evolutionary Anthropology, Leipzig
Ilona Heijnen
Facultad de Arqueología
Universidad de Leiden
RESUMEN
Análisis preliminar del manuscrito astrológico en lengua náhuatl, que actualmente se
encuentra en el Museo del Trópico (Tropenmuseum) de Amsterdam. Se discuten
diferentes aspectos codicológicos, así como los problemas de fechamiento, paleografía e
interpretación del contenido dentro del género europeo de los repertorios de los tiempos.
En este artículo hacemos una breve caracterización de un manuscrito aún inédito que
actualmente se encuentra en el Tropenmuseum en Amsterdam. Se trata de un manuscrito
de 121 folios presentando el calendario europeo, astrología, astronomía y algunas
técnicas medicinales. El manuscrito, que lleva el número de catálogo 3523-2, no se ha
tratado en la literatura255 a pesar de que es un manuscrito muy amplio que tiene
importancia para el estudio de la lengua náhuatl y el encuentro entre la cultura europea y
la cultura indígena náhuatl del México Colonial. Fue vendido por el académico mexicano
Juan Hasler al museo en 1965. Carecemos de cualquier información sobre sus orígenes.
Además de dar información básica sobre la estructura y el contenido demostraremos que
el manuscrito por lo menos parcialmente representa una traducción de una versión de la
obra Reportorio de los tiempos de Andrés de Li, cuya primera impresión se hizo en
Zaragoza en el año 1492.
El manuscrito fue comprado del museo del lingüista mexicano Juan Hasler, especialista
en lenguas indígenas de México, el 1º de enero 1965. Según información en el registro del
museo el manuscrito proviene de Veracruz. Carecemos de más información sobre sus
origines o las circunstancias en que Hasler obtuvo el manuscrito.
En diciembre 2007 tuvimos la oportunidad de ver el manuscrito y de obtener una copia
digital. El manuscrito no lleva portada, lo que dificulta la identificación de autor,
fechamiento y lugar exacto de origen. Por el contenido (ver abajo) se puede determinar
que se trata de una manuscrito producido o copiado en 1758. Se compone de 121 folios.
255
La única excepción es la reproducción de la ilustración mostrando un ‘hombre zodiaco’ en el
contexto de estudios de los códices Vaticanus A y B (Anders y Jansen 1993: 93-106; Anders y
Jansen 1996: 245-7).
Llevan los números 1 a 109, algunos de los cuales se repiten. El conjunto de folios está
encuadernado en una cubierta. Todos los folios están dañados en diferentes grados a los
dos lados – más al principio y menos al final.
La numeración de los folios no es enteramente consistente. Hasta folio 69 la numeración
está en secuencia. Los números de los tres siguientes folios están subrayados: 70, 71, 72.
Después siguen 72 (no subrayado), 73 (subrayado), 73, 74, 74 (repetición del mismo
número no subrayado), 75, 76, 77, 78, 79, 78 y 79. Folios 80-100 están en secuencia
(entre ellos 96, 98 y 100 están subrayados sin motivación clara). Después de f. 100 viene
un folio cuyo número está escrito como un 11 subrayado con un 0 arriba. Siguen 102,
103, 104, 105, 106, 107, 108, 109 y 1010 [sic!]. De ahí se retoma la secuencia 101, 102,
103 y 104. Sigue un folio sin número y al final otro folio sin número constituído por una
tabla indicando cuántas horas y minutos lleva cada día del año.
La astrología tiene una historia larga y complicada (en lo siguiente seguimos a Noonan
1984).256 El primer zodiaco probablemente deriva de Mesopotamia alrededor de 8000 a.C.
y la astrología se practicó también en Egipcia, pero los origines más inmediatos de la
tradición europea es la tradición griega que comienza alrededor de 500 a.C. y culmina con
la publicación en 150 d.C. del Tetrabiblos de Claudius Ptolemais, obra que tenía mucha
influencia en el mundo helenístico y que ganó importancia nueva durante el Renacimiento.
Desde el principio de su desarrollo ha habido críticas de la astrología tanto desde un
perspectivo intelectual como desde un perspectivo político-religioso. Por medios de
esclavos se introdujo la astrología a Roma. Los astrólogos fueron vistos como un peligro
al imperio y fueron expulsados en 139 a.C. Sin embargo, un astrólogo, Thrasyllus, fue
empleado por Tiberio y tuvo mucha influencia política. La astrología sigue teniendo una
posición ambivalente durante la época del Imperio Romano. En el primer Concilio de
Nicea convocado por el Emperador Constantino I en el año 325 se condenaron el
gnosticismo y el maniqueismo, corrientes religiosos dentro de los cuales se seguía
practicando la astrología. Por consecuencia, la astrología ‘científica’ dejó de ser
practicado en Europa. Sin embargo, su estudio sigue en los mundos judíos y islámicos, y
por medio de tratados del gran intelectual judío Abraham ben Meir ibn Ezra (ca. 1092-
1167), que se tradujeron al francés en 1273, fue reintroducido al Europa medieval.
Durante el Renacimiento la astrología floreó y llega a la cumbre de su desarrollo al
principio del siglo XVI.
Gran parte del contenido de MS 3523-2 es de una naturaleza puramente
calendárica. El manuscrito relata eventos en el desarrollo del calendario que, por fin,
resultó en el calendario gregoriano. Los eventos más importantes (véase DelBrugge en de
Li 1999: 2-3) fueron los siguientes. El segundo emperador legendario de Roma – después
de Rómulo – fue Numa Pompilio, quién añadió los meses de enero y febrero a los meses
ya existentes, lo que resultó en un año de 354 días que comenzó en marzo. Julio César
revisó el calendario, introduciendo un año de 365 días y un año bisiesto cada cuatro años.
Este calendario fue hecho el calendario cristiano oficial en el Concilio de Nicea. En esta
ocasión también se decidió celebrar la Pascua en el domingo siguiente a la primera luna
llena de primavera, es decir, en / o después del equinoccio vernal del 21 de marzo. El
cálculo de la fecha de Pascua motivó el desarrollo del sistema de números áureos, una
serie de números de 1 a 19 que corresponden a un ciclo de 19 años solares dentro del
256
Véase tambien Whitefield (2001) y Tester (1987) para más detalles sobre la historia de la
astrología.
cual caben casi exactamente 235 meses sinódicos.257 Sin embargo, se dificultó el
cómputo exacto de la Pascua dado que el año solar dura un poco menos que 365.25 días.
Por esta razón el día 21 de marzo, en el cual se había fijado el equinoccio vernal, se alejó
más y más del actual equinoccio hasta que, en el siglo XVI, los dos se difieren por 10
días. Por eso, en 1582 el Papa Gregorio XIII declaró su reforma del calendario, donde se
quitaron una vez los días de octubre 5 a octubre 14 y se introdujeron modificaciones al
sistema de años bisiestos para prevenir faltas de correspondencia en el futuro. Esta
reforma tuvo lugar después de la primera edición de la obra de Andrés de Li y antes de la
producción de la versión que se traduce en MS 3523-2.
Aparte de información sobre astrología MS 3523-2 también contiene un
almanaque (fol. 47v-54v). La tradición de almanaques proviene de los árabes. Según
DelBrugge (de Li 1999: 6) un almanaque que tuvo mucha influencia era el Calendario de
Córdoba escrito por el historiador ‘Arib b. Sa‘d y el obispo Rabi b. Zayd en la segunda
parte del siglo X. En la tradición europea se añadió información sobre actividades
agrícolas y asuntos medicinales como tiempos apropriados para el sangrar (phlebotomía).
Almanaques ganaron mucha popularidad, y con la invención de la imprenta se difundieron
en grandes números. El reportorio de Andrés de Li también contiene información
medicinal. Otra vez se trata de teorías y prácticas de origines mezclados, pero que sobre
todo tienen raíces griegos, y que están transmitidos por científicos árabes. Uno de los
elementos típicos en la literatura medicinal medieval es el ‘hombre zodiaco’ (véase fig. 1)
donde una hombre desnudo sirve para ilustrar las conexiones entre los partes del cuerpo
y el zodiaco.258
257
Véase http://www.nationmaster.com/encyclopedia/Paschal-computation para más
información.
258
Para él quién tenga la curiosidad, el Internet ofrece una muestra bonita de hombres zodiacos,
por ejemplo http://www.bl.uk/learning/artimages/bodies/astrology/gallery/astrogallery.html.
El contexto directo de 3523-2 es el México Colonial. Durante la colonización inicial no
hubo conflictos entre astrología y religión, y según Weckmann (1992: 558) los primeros
frailes Dominicanos, que llegaron a San Cristóbal en 1545, se recibieron como “astrólogos
cristianos”. Sin embargo, durante 1582-1654 por lo menos diecisiete individuos fueron
castigados por la Inquisición por haber practicado astrología o haber tenido literatura
astrológica en su posesión (Weckmann 1992: 561). Por otro lado, en 1637 el Real y
Pontificia Universidad de México inauguró una “Cátedra de Astrología y Matemáticas”,
primeramente ocupado por fray Diego Rodríguez, quien fue sucedido por fray Ignacio
Muñoz (Rodríguez-Sala 2004, Cañizares Esguerra 1999). La información que tenemos
sobre la práctica de astrología en México durante la Colonia está limitada, pero es de
suponer que fue tratado con ambigüedad por las autoridades. Es probable que la forma
‘científica’ era aceptada, mientras que corrientes más populares fueron visto de una
manera más negativa.
Habiendo esbozado las tradiciones generales que se reúnen en MS 3532-2
pasamos a hacer unas observaciones sobre la trayectoria textual más preciso al cual
pertenece. Como ya hemos dicho, MS 3532-2 representa, por lo menos en parte, una
traducción de una versión más o menos tardía del Reportorio de los tiempos de Andrés de
Li, cuya primera impresión se hizo en el año 1492. Pero este reportorio en sí incorpora
otro trabajo, el Lunari del autor catalán Bernat de Granollachs, quién nació y trabajaba de
médico y político en Barcelona (seguimos DelBrugge en de Li 1999: 13-17). La primera
versión del Lunari, que probablemente se data de 1485, está constituida por un calendario
dando los meses de cada año desde 1485 hasta 1550, incluyendo tiempos y grados para
las fases de la luna en cada mes. También incluye información sobre eclipses, la división
de la hora en minutos, fiestas cristianas móviles, y los números áureos y letras
dominicales259 para cada año. Este calendario (menos los años que ya pertenecieron al
259
Las letras dominicales son A, B, C, D, E, F, G. Cada año empieza con la misma secuencia A, B,
C, etc. La letra que corresponde al primer domingo del año puede servir para nombrar el año.
pasado) y la demás información se incorporaron en la primera edición del Reportorio. Sin
embargo, no encontramos el calendario en MS 3532-2, lo que sugiere que fue producido
después de 1550. DelBrugge menciona la posibilidad de que de Li también era catalán
porque utiliza varios vocablos catalanes.
Más abajo ofrecemos una comparación esquemática de los contenidos de MS
3532-2 y de Li 1999 [1495].
Fechamiento
Paleografía
Desde el primer visto se destaca el hecho de que MS 3532-2 está compuesto por una
variedad de manos distintas. No trataremos de presentar una discusión paleográfica
detallada. Simplemente queremos ilustrar los estilos de lo que, a nuestro parecer, es el
mínimo de manos distintos que se tienen que diferenciar. Son seis en total, y en las
figuras siguientes ofrecemos muestras de cada una – tanto un pedazo de texto como la
palabra yhuan ‘y’ que, por ser muy frecuente, puede servir como un diagnóstico.
Indicamos también dónde tienen sus primeras ocurrencias. A las figuras sigue Tabla 1
donde se indica la distribución hipotética de las diferentes manos.
Nos parece evidente que el manuscrito debe ser el producto de un equipo de copiadores.
Es interesante notarse que la mano en que está escrito el texto mencionando el dueño,
Felipe de Santiago Tepetlatzin, parece ser idéntico a Mano 6. Dado que Mano 6 aparece
a partir de fol. 36r y que reaparece en muchos lugares suponemos que el manuscrito
representa una unidad que se copió de una vez en 1758.
Contenido
El panorama que sigue aquí está formado por observaciones relativamente superficiales
del texto, pero sirven par dar una impresión preliminar del contenido. Cabe mencionar que
20 de los 121 folios contienen ilustraciones. Hay 22 ilustraciones de signos del zodiaco,
ilustraciones del frente y del lado reverso de un hombre desnudo donde se indican las
ubicaciones de las venas más importantes (fig. 8), el dibujo del hombre zodiaco que ya
hemos mostrado (fig. 1) y una representación de los cuatro vientos (fig. 9). También hay
17 tablas y cuatro diagramas circulares.
No hemos hecho una traducción completa del manuscrito, pero las pruebas que hemos
hecho muestran muchas correspondencias entre MS 3523-2 y de Li 1999 [1495]. En
Tabla 2 ofrecemos un guía a estas correspondencias. Utilizamos la palabra
‘correspondencia’ en un sentido amplio. A veces se tratan de traducciones directas, a
veces sólo de paralelos del contenido general. A continuación ofrecemos ejemplos de
cada una de las dos situaciones.
Fol. 21r de MS 3523-2 ofrece un ejemplo de una traducción casi literal de texto contenido
en de Li (1999 [1495]: 55). Se trata de la historia del nombre del mes de octubre.
Ofrecemos aquí una prueba de la correspondencia entre los dos textos (véase Apéndice
C para un análisis del texto náhuatl).
A pesar de que hay errores y de que cada segunda columna está encabezada por Nó
donde se esperaría Ho queda claro que se trata de indicaciones de la duración en horas
(Nó) y minutos (Mi) del día. En Tabla 3 mostramos que hay una buena correspondencia
entre la información en la tabla del manuscrito y la duración de cada día en la latitud
41º45´ N (en el año 1700).
Tabla 3. Correspondencia entre las duraciones de los días según MS 3523-2 y duraciones
actuales de la latitud 41º45´ N en 1700 según US Navy.260
41º45´ (año 1700) MS 3523-2
Día Horas Minutos Horas Minutos
1° de enero 9 13 9 13
1° de febrero 10 3 10 20
1° de marzo 11 16 11 36
1° de abril 12 42 12 56
1° de mayo 14 2 14 4
1° de junio 15 1 14 47
1° de julio 15 10 14 41
1° de agosto 14 25 13 48
1° de septiembre 13 8 12 32
1° de octubre 11 45 11 13
1° de noviembre 10 23 9 59
260
Fuente: http://aa.usno.navy.mil/data/docs/RS_OneYear.php.
1° de diciembre 9 23 9 23
Acomodando la latitud 41º45´ en un mapa produce el resultado que mostramos en fig. 11.
Ahí se pueden identificar posibles lugares donde fue recogida la información de la tabla
con que termina MS 3523-2. Obviamente podemos excluir México. Nos quedan diferentes
ciudades en España y Portugal. Dos hechos nos sugieren que se trata de Barcelona. En
primer lugar se menciona la ciudad de Barcelona en f. 72r de MS 3523-2. En segundo
lugar sabemos que Andrés de Li incorporó el trabajo de Bernat de Granollachs en su
Reportorio y que éste trabajaba en Barcelona. No sería extraño si una versión ampliada
de de Li’s reportorio también tendría observaciones sacados de Barcelona. Ya que el
último folio de MS 3532-2 contiene información extraída de España se fortalece nuestra
impresión que el contenido del resto del manuscrito también proviene de España.
Conclusión
Agradecimientos
Aquí y en los siguientes apéndices utilizamos paréntesis para indicar reconstrucciones del
texto original y trazos oblicuos para indicar dónde terminan los renglones). Utilizamos las
convenciones ortográficas de Carochi (1645). Las abreviaturas utilizadas son: ABS:
absoluto, APL: aplicativo; AUX: auxiliar, DECL: partícula declarativa, DET: determinante,
FUT: futuro, INDEF: indefinido, NEG: negación, NOM: nominalización, O: objeto, OINE:
objeto inanimado no especificado, ORD: elemento que forma número ordinal; PART:
partícula; PAS: pasivo, PL: plural, POS: posesivo, PRET: pretérito; PRON: pronombre,
PTC: participio, REFL: reflexivo; REV: reverencial, S: sujeto, SG: singular.
quitos yaxcayes/
qu-ìtō-z ī-āxcā yēz
3SG.O-decir-FUT 3SG.POS-posesión ser.FUT
diciendo que va a ser su posesión.’
Apéndice B: Análisis de fol. 104, lado reverso
cayuhq̄. / momachiyotilli.
ca iuhqui mo-machi-yō-ti-lî
DECL así REFL-saber-ABSTR-CAUS-APL.PRET
así lo pintó
y ynoquimi Chuilhui
inīn ō-qui-m-ìcuilhuî
aquí PRET-3SG.O-REFL-escribir.APL-PRET
aquí lo escribió
Apéndice C: Análisis de una parte de f. 21r
n/ ytocan: October.
in ī-tōcā october
DET 3SG.POS-octubre
se llama octubre
Anders, Ferdinand y Jansen, Maarten. Manual del Adivino – Libro explicativo del llamado Códice
Vaticano B: Codex Vaticanus 3773: Biblioteca Apostólocia Vaticano. Madrid: Sociedad Estatal
Quinto Centenario Madrid y Graz: Akademische Druck- und Verlagsanstalt, 1993.
Anders, Ferdinand y Jansen, Maarten. Religión, costumbres e historia de los antiguos Mexicanos:
libro explicativo del llamado Códice Vaticano A (Codex Vatic. Lat. 3738 de la Biblioteca Apostólica
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Cañizares Esguerra, Jorge. New world, new stars: patriotic astrology and the invention of Indian
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Weckmann, Luis.The Medieval Heritage of Mexico. New York: Fordham University Press, 1992.
RESUMEN
A finales del siglo XIX, Manuel Martínez Gracida trabajó arduamente por conocer la
historia y cultura de los pueblos de Oaxaca, con el ideal de educar e inspirar un
sentimiento orgulloso sobre el pasado y la identidad. Habló con respeto y dignidad,
reconociendo que las tradiciones del presente son herencia viva de las civilizaciones
originarias. Fue una visión auténtica que dista de los modelos que reproducen la
enajenación colonialista. En este texto, hablaré de los sucesos que lo motivaron y usaré
algunos datos de la región mixe para exponer su noble y avanzada percepción del estudio
de la historia cultural.
La Invasión Española significó una ruptura violenta y cruel para el desarrollo de los
pueblos originarios de América. El dominio se implementó eliminado su historia, su
religión y todo lo que representaba su memoria.261 Las batallas y las enfermedades
hicieron lo suyo, favoreciendo a los españoles. Así, comenzó un proceso colonizador
que, en México, todavía está arraigado en nuestra mente, conciente o inconcientemente,
a pesar de una Independencia y 200 años de supuesto liberalismo ideológico.
Una prueba de ello yace en los capítulos de historia en la enseñanza básica de nuestro
país donde no se percibe la vasta riqueza y diversidad de las civilizaciones colonizadas ni
tampoco de las miles de comunidades actuales con lenguas y tradiciones originarias,
sobrevivientes a la Invasión. Los aztecas son quienes más figuran -íconos de nuestra
identidad nacional-, aunque en el discurso destaquen, no por sus elevados conocimientos,
sino por practicar sacrificios y rituales sangrientos. La historia mexicana oficial comienza
con la Noche Triste de Hernán Cortés, la derrota y muerte de los mexicas, y la llegada de
misioneros. La otra historia, la que se nos enseña con nombre de universal, es la historia
de occidente, de Europa, sus imperios y guerras en el mundo. En México, es como si los
pueblos originarios no existieran, y los que existieron, desaparecieron.
261
La memoria, en este sentido, hace referencia a los lugares, imágenes u objetos que cargan un
momento histórico particular, valores colectivos y culturales, similar a “lieux de mémoire” propuesto
por Nora, Pierre. “Between Memory and History: Les Lieux de Mémoire”. Representations, no. 26,
1989, pp. 7-24. Ver también Assmann, Jan. “Cultural Memory: Script, Recollection, and Political
Identity in Early Civilizations”. Historiography East & West, 1:2, pp. 154-177, 2003.
carga discriminatoria y opresora –como “indio” e “indígena”. Comprender así una cultura,
una visión del mundo particular desde otra tan distante, puede ser resultar en imágenes
que contradicen y poco corresponden con la realidad de quienes se está hablando. La
enajenación de la historia y la memoria por parte de occidente se reproduce.
A finales del siglo XIX, antes del surgimiento de la antropología como profesión
académica, en Oaxaca, surgió un grupo de intelectuales ávidos de conocer la historia y la
cultura de sus pueblos. Abraham Castellanos, Francisco Belmar, Fernando Sologuren,
Cassiano Conzatti, Mariano López Ruíz y Manuel Martínez Gracida, entre otros,
trabajaron con el ideal de inspirar en sus contemporáneos y en las nuevas generaciones
un sentimiento auténtico y certero sobre su pasado, creando una nueva conciencia de la
historia, aquella que los invasores y colonizadores se esforzaron por desaparecer y
negarnos. Trabajaron por una nueva educación, una con sentido de orgullo e identidad
cultural la cual, pensaban, ayudaría a superar la pobreza y marginación, impulsando un
desarrollo económico en las poblaciones y, así, el progreso del Estado. Era necesario
rescatar ese pasado y revalorarlo, pero para ello, primero se requería conocerlo.262
Manuel Martínez Gracida fue quizá el investigador más completo del grupo. Fue
historiador, arqueólogo, etnólogo, lingüista, maestro y escritor de novelas de genero
costumbrista.264 Dedicó su vida a viajar por Oaxaca, documentar la historia de sus
262
El carácter progresista de este grupo los hace en cierto sentido positivistas, pero
auténticamente, como sugiere Matute Aguirre, Álvaro en Pensamiento historiográfico mexicano del
siglo XX, la desintegración del positivismo (1911-1935) (México: Universidad Nacional Autónoma
de México, Fondo de Cultura Económica, 1999, p. 16), la historiografía positivista es la que busca
establecer leyes que permitan explicaciones científicas basadas en hechos comprobados y ciertos.
Estos intelectuales oaxaqueños fueron concientes que hacían falta estos últimos, los datos, y se
dedicaron a buscarlos, dejando por momentos el aspecto interpretativo, y quedándose en el
empirismo.
263
La Lengua Señorial de Ñuu Dzaui, en prep. En esta obra se señalan y discuten las
contribuciones de Martínez Gracida, Mariano López Ruiz y Abraham Castellanos, en el
desciframiento de códices mixtecos.
264
El término costumbrista me parece adecuado para referir a las obras de Martínez Gracida, El
Rey Cosijoeza y su familia (México: Oficina tipográfica de la Secretaría de Fomento, 1888) e Ita
Andehui, leyenda Mixteca, escrita junto con López Ruiz, Mariano (mecanuscrito en posesión de la
autora, s/f). De acuerdo al análisis de Aguinaga Alfonso, Magdalena. “El cuento costumbrista
como género de transición entre el artículo de costumbres y el cuento literario”, en Sociedad de
Literatura Española del Siglo XIX. Coloquio 1r: 1996: Barcelona, del romanticismo al realismo, Luis
F. Díaz Larios y Enrique Miralles (eds.), Barcelona: Publicacions Universitat de Barcelona, 1998,
los cuentos costumbristas son relatos que forman un mundo autónomo, tomando sus materiales
del mundo real, en donde la vida de los personajes es individual, adquiere importancia, aunque
continuamente se remite a las notas que los configuran como tipos generalizados de un mismo
marco social, vital y existencial. De hecho, los elementos que propone para el artículo de
costumbres, descripciones que parten de la observación de la realidad circundante, que procede
pueblos, sus idiomas, sus monumentos arqueológicos, sus costumbres y sus tradiciones
orales. Su trabajo científico consistió básicamente en la búsqueda y recopilación de
datos. Si bien tampoco estuvo exento de nociones occidentales, influidas por el
liberalismo del siglo XIX y el positivismo apropiado en la época porfiriana, actuó contrario
a la mentalidad colonialista, escribiendo con mucho respeto, tratando con humanidad y
dignidad a las personas y su cultura y refiriéndose a los antiguos asentamientos de
Oaxaca, como verdaderas civilizaciones. Reconoció que las tradiciones del presente son
herencia orgullosa y viva de aquellos pueblos originarios.
Desde niño, Martínez Gracida gustó de la lectura y las letras y eso, más tarde, lo ayudó
para obtener un empleo como escribiente en distintas oficinas de gobierno. Las
circunstancias de su vida no le permitieron tomar una preparación formal o profesional,
pero su afición a los libros lo llevó a tomar cursos de latín, gramática castellana, filosofía,
lógica, matemáticas, astronomía, física y artes.
Don Manuel también ocupó puestos en el servicio público de Oaxaca y de otros Estados.
Fue en seis ocasiones Oficial Mayor de la Secretaría de Gobierno (entre los años 1882 y
1894); fue electo cuatro veces como diputado al Congreso de la Unión por diversos
distritos (entre 1891 y 1894); fue delegado de Hacienda de Tlaxiaco (1899 y 1904), más
tarde, de Guadalajara (1906); así como administrador de la aduana marítima de los
puertos de Acapulco (1900) y Campeche (1903).267
de un interés documental y que busca lo común para establecer lo característico de los tipos,
también aplica a la obra empírica-académica de Martínez Gracida.
265
Brioso y Candiani, Manuel. “Reseña biográfica de D. Manuel Martínez Gracida, historiador de
Oajaca”. Revista El Centenario, año I, No. 3, 1910, pp. 58-66, p. 58.
266
Ibid, p. 58.
267
Belmar, Francisco. Biografía de Don Manuel Martínez Gracida, manuscrito en posesión de
Manuel Martínez Gracida (bisnieto), 1895, p. 30. Zárate Aquino, Manuel. Pequeño diccionario
enciclopédico de Oaxaca, Oaxaca: Universidad José Vasconcelos de Oaxaca, 1995, p. 350.
y lingüísticas, tradiciones orales o “leyendas” -como él las llamó-, catálogos de flora y
fauna, medicina tradicional, listas de topónimos de diferentes pueblos, así como
abundantes y precisas descripciones de sus monumentos arqueológicos, desde su
arquitectura en templos, palacios y tumbas, hasta los objetos cerámicos y líticos.268
Martínez Gracida destaca por su humildad al compartir la autoría de sus escritos con sus
colaboradores. Él, a diferencia de algunos antropólogos modernos, no trató de simples
informantes a los autores de la información. En sus obras, él transcribe lo que la gente le
decía dando pleno crédito, con nombre y apellido, a quien proporcionó la información.
Algunos de sus colaboradores más cercanos, escribieron obras completas junto con él,
como Mariano López Ruíz con Ita Andehui, leyenda mixteca (s/f) y Manuel Brioso y
Candiani con El Precursor de Juárez: Miguel Méndez. Apóstol, profeta y organizador de la
Escuela Liberal Oaxaqueña (Guadalajara: Tip. De la Escuala de Artes y oficios del
Estado,1911).
Otra muestra de ética y honestidad, está en el crédito que otorga a aquellos que ya
habían escrito sobre la historia y costumbres de Oaxaca, principalmente a fray
Francisco de Burgoa (siglo XVII) y al Presbítero José Antonio Gay (siglo XIX). En la
Biblioteca Pública Central de Oaxaca aún se conserva su fichero personal con más de
3200 fichas bibliográficas.
268
Brioso y Candiani, op. cit., p. 62.
269
Belmar, op. cit., pp. 31-32; Brioso y Candiani, op. cit., p. 61.
270
Ver el trabajo Sellen, Adam. Re-evaluación de las colecciones arqueológicas tempranas de
Oaxaca: Un Viaje a los Archivos Seler en Berlín, http://www.famsi.org/reports/05016es/index.html,
2007.
La información arqueológica del Estado la integró en una de sus últimas obras, la más
grande, no sólo en tamaño (cinco volúmenes de texto y cuatro de ilustraciones) pero
también en el nivel de detalle y el valor de la información. Se titula Los indios
oaxaqueños y sus monumentos arqueológicos (mecanuscrito inédito en la Biblioteca
Central Pública de Oaxaca, Oaxaca: Gobierno del Estado de Oaxaca, 1910). En ella
empleó 28 años de su vida y gastó prácticamente todo su dinero en excursiones, la
compra y salvaguarda de textiles y artefactos arqueológicos, pero principalmente en
pagar a sus colaboradores, fotógrafos, dibujantes y acuarelistas. El valor del
documento, como señala Maarten Jansen271, radica en las minuciosas descripciones
de monumentos que actualmente se encuentran perdidos o ya no existen, y ahora se
han convertido en las únicas fuentes de información. Por ejemplo, está el mapa del
sitio de Xoxocotlán, Valles Centrales, que ha cambiado radicalmente a causa de la
actividad humana y la urbanidad, y la información y dibujos de una de sus elegantes
tumbas, ahora ya destruida.
Este magno trabajo se planeaba publicar en 1910 e incluso fue presentado durante los
festejos del Centenario de la Independencia. Sin embargo, la Revolución truncó su
proceso e impidió que don Manuel siguiera trabajando en el servicio público. Tampoco
pudo regresar a Oaxaca como era su deseo, en parte por su estrecha amistad con Porfirio
Díaz. Su situación económica y emocional se desplomó cuando también la guerra le quitó
a dos de sus hijos.
Don Manuel Martínez Gracida dejó a su muerte un sinnúmero de escritos; hasta ahora
se desconoce cuántos pues la mayoría no se publicaron, quedaron inconclusos o
fueron generosamente regalados a amistades y colegas, quedando su trabajo
disperso por el país e incluso en el extranjero. Ésta fue una de las razones por la que
su trabajo quedó en el olvido y que pocas memorias de la historia y la antropología en
México registran su nombre.
Fue un historiador de su época con los defectos de su tiempo, cuando estaba aún
poco desarrollado el sentido de la crítica. Faltando, como faltaba, el relato, la
271
Comunicación personal, 2008. Jansen y Pérez, op. cit., en prep.
crónica histórica, aun el dato, lo importante era aportar sin grandes
preocupaciones en su verificación científica, tarea reservada al futuro, que el
tiempo habría de depurar. …Faltaban los conocimientos necesarios para la
conformación de un criterio general que impartiera a la historia precolombina los
caracteres de sistematización y homogeneidad, vista como ahora se ve, ya
configurada por horizontes culturales paralelos. La antropología histórica en
México era un selva de referencias, frecuentemente contradictorias y excluyentes
unas de otras, propiciadoras de hipótesis y conjeturas, entre las que campeaba,
con la irrestricta fantasía, la tendencia subjetiva, dentro de una gama de
posibilidades, todas igualmente válidas. … En las etapas más recientes de la
historia colonial o nacional campeaban los noveladores … Se reproducían los
diálogos de los protagonistas del acontecer histórico, remoto, y se presentaban
272
con apariencia de fidelidad textual…
En parte, Iturribarría tiene razón. En el siglo XIX faltaban los conocimientos, más bien los
métodos, para obtener información fidedigna de los hechos históricos, material
fundamental para el quehacer (científico) de la historia. Pero, al leer los escritos de
Manuel Martínez Gracida se percibe que estaba conciente de ello y que tuvo una actitud
preocupada por superar los vacíos, apasionada por buscar los datos. Para ello, viajó,
preguntó, excavó y registró. Los obstáculos del XIX propiciaron en el siguiente siglo, el
desarrollo de otras ciencias culturales, con teorías y metodologías propias, auxiliares en
aportar datos a la historia, como la arqueología, antropología, paleografía, geografía
humana, etc. Por eso, con mayor razón, destacan las obras de este historiador, pues de
lo que menos carecen es de información empírica. Efectivamente, no tuvo mucho tiempo
para la interpretación –lo que probablemente quería decir Iturribarría con “crítica”-, aunque
también la hizo.
Para evitar juicios que queden cortos en entender el objetivo y aportación académica de
Martínez Gracida, es necesario distinguir en su obra los textos de documentación e
investigación científica de los de carácter poéticos y novelísticos, en los que creó
personajes ficticios, basados en su observación de formas de vida y costumbres.
Los primeros, más abundantes, son narraciones extensas, con recopilación de sucesos
históricos y descripciones precisas del paisaje y de aspectos culturales y sociales. Uno
de los mejores exponentes de este tipo de documentos es la Colección de Cuadros
sinópticos de los pueblos, haciendas y ranchos del Estado libre y soberano de Oaxaca
(Oaxaca, 1883) en la que presenta de todas y cada una de las poblaciones oaxaqueñas,
incluso las más pequeñas, información demográfica, geográfica e histórica, incluyendo su
toponimia, límites, extensión, altitud, temperatura, orografía, hidrografía y edificios
públicos con valor monetario. La información está organizada en “jefaturas políticas de
distritos” -que más o menos corresponden a los distritos de la actualidad-, luego en
“parroquías” y finalmente en sus comunidades. Menciona información precisa y relevante
que incluso hoy en día muchas mismas poblaciones han olvidado y desconocen.
HISTORIA.- Por tradición se sabe que este pueblo lo fundaron los individuos que
273
componían la vanguardia de la Nación mixe. […]
De este escrito destaca la manera respetuosa y noble al referirse a los pueblos, sus
costumbres y sus tradiciones; en ocasiones se percibe la admiración y el encanto que
Martínez Gracida siente por estas culturas y sus paisajes. Llama la atención que en todo
momento, como en el título del libro, se refiere a los pueblos como “civilizaciones” y no
adjudica el término de “dialecto” para los idiomas hablados, algo que todavía hoy en día
se encuentra muy arraigado entre los oaxaqueños, muestra de la propaganda
discriminatoria que los colonizadores lograron imponer.
Ellos hablaban con los dioses siendo los intermediarios entre las divinidades y los
hombres. Sabían interpretar los agüeros, entendían el canto del tecolote, la
significación de la marcha de la culebra y del vuelo de los insectos, leían la suerte
futura en las complicadas significaciones del Tonalamatl, en las enredadas
posiciones de los númenes celestes. Teutonos, adivinos y profetas debían influir
poderosamente en la multitud por tan relevantes cualidades. Poseedores de las
ciencias, ninguno les podía hacer competencias en los primores del calendo, en
273
Martínez Gracida, Manuel. Colección de cuadros sinópticos de los pueblos, haciendas y
ranchos del Estado libre y soberano de Oaxaca. Anexo número 50 a la Memoria administrativa
presentada al H. Congreso de Oaxaca, Oaxaca: Imprenta del Estado, Oaxaca, 1883, p. 829.
274
Las palabras subrayadas en las siguientes citas no aparecen como tal en la obra original; son
intención mía por recalcar esas menciones.
la claridad de la escritura, en los secretos complicados de la astronomía, de la
275
teogonía y de la astrología judiciaria.
Se nota en estos párrafos, a pesar de la expresión en tiempo pasado, que están basados
en la cultura viva que el mismo Martínez Gracida observó en sus viajes y estancia por los
pueblos mixes. En la misma obra se encuentran las notas donde relata sus experiencias
en esta región, menciona las comunidades y los caminos por donde pasó y las personas
con quien conversó. Un verdadero diario de campo.
Sobre el ascenso al cerro sagrado de los mixes, el Mëj Kopk’am o Zempoaltepetl y las
emociones que él y sus acompañantes experimentaron en la cima, justo al amanecer,
expresa:
275
Martínez Gracida, Manuel. Civilizaciones, manuscrito inédito en la Biblioteca Central Pública de
Oaxaca, Gobierno del Estado de Oaxaca, s/f., mixes, p. 118.
276
Ibid, mixes, p. 26.
277
Ibid, mixes, p. 92-93.
278
Ibid, mixes, p. 143.
Por otra parte, en la bibliografía de Mártínez Gracida están las novelas, los escritos en
transición de lo documental a la ficción literaria. En ellas, efectivamente como Iturribarría
menciona, son donde más se aprecian las formas poéticas y las interlocuciones de los
protagonistas. Pero en esta forma romántica, es que pudo expresar su admiración y
sentimiento hacia la historia cultural de Oaxaca279. Ejemplo de ello son las novelas
costumbristas Ita Andehui, leyenda mixteca (s/f) y El Rey Cosijoeza y su familia (1888),
obras que, por su carácter literario, no han recibido tanta atención por antropólogos e
historiadores, pero en las que sorprende la cantidad de información empírica.
El día 5o. [del nacimiento del hijo de Ita Andehui y Anon Nau] tuvo lugar la
ceremonia de imposición de nombre, muy parecida a la del bautismo.
Reunida la familia y algunas amistades en la sala principal, se presentó el
sacerdote Coyolcoatl a las diez de la mañana y preparó el baño lustral con
plantas aromáticas. Vaciada el agua en un labrillo elíptico que tenía pintadas
dentro y fuera varias figuras mitológicas, cogió al niño a quien le presentó la
partera y dijo a la familia:
“Puesto que ninguna señal funesta ni figura alguna trazada en la rueda del
destino coincidió con el acto del nacimiento, y sólo viose cruzar una exhalación el
espacio, que es la interpretación que corresponde al hecho.”
“Bien, dijeron, todos, llámese Lucero que desciende, pues en verdad es un lucero
que cayó en esta dichosos casa”.
El sacerdote pasó al niño en brazos de la partera, oró ante la Deidad y zahumó el
280
agua por siete veces para santificarla.
Martínez Gracida logró en sus obras conectar la información arqueológica -las cosas del
pasado- con la parte etnográfica -las formas de vida y la cultura material-, tratando ambas
con dignidad y respeto, sin referirse al estado actual de los pueblos como simples
vestigios del pasado, o ejemplos de estadios primitivos, sino como la orgullosa
continuidad de aquellos magníficos tiempos. Esta manera de proyectar las culturas, no fue
279
Jansen, Maarten. Comunicación personal, 2008
280
Martínez Gracida y López Ruíz, op. cit., 1906, pp. 95-96.
281
Martínez Gracida, op. cit., 1888, pp. 55-56.
simple romanticismo o alarde de científico. En varios pasajes, se nota que se dirigía a los
oaxaqueños, a la misma gente de la que él aprendió sobre costumbres, historia y su
lengua. Él anheló para que sus trabajos fueran publicados. Alguna vez mencionó que
eso lo haría figurar como “un hombre útil en la historia patria”.282 Con ello se percibe su
intención idealista (en parte positivista) de dar a conocer el pasado y presente de Oaxaca,
pero quería hacerlo transmitiendo seguridad y valorando los orígenes e identidad de los
pueblos, al reconocer en ellos la herencia viva de grandes y elevadas culturas.
No podemos olvidar que nuestros pueblos sufrieron una cruel invasión, que hubo millones
de muertos en guerras y enfermedades, ciudades y pueblos destruidos, costumbres y
religiones aniquiladas, en fin, formas de vida violentamente transformadas. A pesar del
282
Belmar, op. cit., 1895, p. 34.
283
Martínez Gracida también empleó el término “indio” el cual, junto con el de “indígena”, en ciertos
contextos actuales poseen cierta connotación discriminatoria o peyorativa. Incluso, lo mismo
podría decirse de “pueblo originario” o de cualquier otro. Entre los mexicanos, ciertamente no
todos, existe una fuerte carga de racismo proveniente de la propaganda colonialista. A veces
parece que ésta, en lugar de disminuir, aumenta. Pero no resulta tan importante la expresión que
usemos, sino el sentido que a ésta le demos. En tiempos de Martínez Gracida, “indio” era la única
palabra que se conocía para los pueblos originarios, y aún no tenía, o no había conciencia, de la
dimensión negativa que hoy en día tiene. El sentido que él le dio fue de respeto y probablemente
si hoy viviera, usaría otro término.
284
Comunicación personal, 2008.
285
Para un análisis socio-económico y político sobre el levantamiento zapatista de 1994 en
Chiapas, ver Matías Ruíz, Luis. Repression and Rebellions in Southern Mexico. The Search for a
political economy of dignity, Tesis de doctorado accesible en
http://dare.ubvu.vu.nl/handle/1871/10803, Amsterdam: Vrije University. Aquí, el autor propone una
“práctica político-económica de dignidad” como una alternativa de los gobiernos, para sanar la
violación histórica de derechos humanos en las poblaciones indígenas y evitar así enfrentamientos.
tiempo y los sucesos históricos, la esfera del poder en México sigue siendo descendiente
intelectual de los colonizadores. Los pueblos originarios se han mantenido por siglos
relativamente ajenos a las disputas de poder, y han llevado su propia lucha para defender
sus tierras, comunidades, idiomas y culturas. Mientras, también reclaman respeto a sus
formas de vida y piden oportunidades, inclusión a un México dinámico, que quizá los lleve
al progreso económico. Lamentablemente, el sistema político les ha negado este
derecho. ¿Cómo llegar a una mejor situación, cómo tener representación indígena, sin
servicios de salud, educación y de empleo dignos? Sin esto, no es posible lo anterior. Y
parece que arqueólogos, antropólogos e historiadores que trabajamos a costa de su
historia y cultura somos indiferentes ante esto.
Justo ahora, el tema de educación ocupa álgidos debates en la política mexicana, en gran
parte por el levantamiento protagonizado por el sindicato de maestros y la Asamblea
Popular de los Pueblos de Oaxaca en el 2006. Este evento es muy complejo en sus
origen, proceso y trasfondo político y su análisis no es relevante en este texto, pero lo que
llama mi atención es que en la actual discusión sobre materia educativa en México, poco
se habla de qué se está enseñando, del contenido de la educación y las consecuencias
de esa información. Una educación como la que tenemos ahora, hecha bajo esquemas
occidentales, ajenas a nuestras raíces, donde la historia instruida y arraigada en nuestra
mente es protagonizada por los invasores sin hacer justicia, brindar honor, a las culturas y
conocimientos del pasado, pretendiendo además que estas civilizaciones murieron de tajo
en 1521, es tener muy poco respeto para millones de personas que hablan un idioma
original y siguen una vida, podríamos decir, mesoamericana. Es hacer como si no
existieran, cuando es lo más auténtico que hay en México como nación multicultural. Nos
quitaron nuestra historia, pero más triste es que aún no somos concientes de ello y
seguimos reproduciendo las ideas e historia que nos impusieron. En palabras de Aurora
Pérez286, sufrimos de un colonialismo interno e internalizado.
Agradecimientos
Agradezco especialmente a Maarten Jansen y Aurora Pérez que con sus publicaciones,
experiencia y amenas charlas me han acercado al trabajo académico y comprometido de mi
tatarabuelo. La obra de Martínez Gracida resulta sumamente relevante e inspirador dentro del
proyecto que realizadamos en la Facultad de Arqueología de la Universidad de Leiden, Países
Bajos, con el apoyo de la Fundación Neerlandesa para el Fomento de las Investigaciones
Científicas NWO (Nederlands Wetenschappelijk Onderzoek).
286
Comunicación personal, 2008.
La variación lingüística y el concepto de lengua en riesgo de desaparición
El caso de las lenguas indígenas mexicanas
RESUMEN
En la actualidad, la diversidad lingüística del mundo se encuentra en riesgo debido
a distintos factores que aceleran la pérdida de las lenguas del mundo. Para hacer
frente a esta situación y diseñar programas que frenen este proceso, es necesario
contar con un diagnóstico adecuado de vitalidad lingüística. En esta ponencia se
discute la definición de lengua y su impacto en los resultados de un diagnóstico de
vitalidad lingüística en el caso de las lenguas indígenas mexicanas.
Una de las consecuencias del encuentro entre dos culturas es la compleja relación
que se establece entre las lenguas que entran en contacto. Cuando esta relación
entre las culturas es de dominación, hay un impacto directo en la conformación de
las dinámicas sociolingüísticas. Estas dinámicas, en el caso de las lenguas
indígenas de México, han influido en la pérdida de la diversidad lingüística,
iniciando y acelerando los procesos de desaparición de las distintas lenguas
nativas.
Los objetivos de la presente comunicación son, por un lado, analizar los criterios
que subyacen la determinación del número de lenguas en contextos de alta
variación lingüística y cómo la elección de algunos de estos criterios incide
directamente en los resultados de un diagnóstico de vitalidad lingüística, y, por
otro lado, presentar una propuesta de entidad de diagnóstico para que se pueda
reflejar, de una manera más detallada, el estado de las lenguas indígenas
mexicanas.
Una vez discutido lo anterior, queda claro que la veracidad de los diagnósticos de
vitalidad lingüística depende, en principio, de la determinación de las lenguas que
diagnostica. En otras palabras, es necesario conocer el número de lenguas
indígenas que existen en el país y el número de poblaciones en las que se habla
cada una de estas lenguas para determinar, como primer paso de un diagnóstico
cuantitativo, el número de hablantes de cada una de ellas. El problema con este
requerimiento es que no existe una sola postura sobre el número de lenguas
indígenas mexicanas y menos aún sobre los límites geográficos de cada una de
ellas; la información al respecto es altamente variable. Para explicar la existencia
de las diferentes posturas sobre esta cuestión, hay que tomar en consideración
que cada una privilegia criterios distintos para la determinación del número de
lenguas, lo que da como resultado clasificaciones distintas. A continuación se
presentan los criterios en los que se basan las distintas clasificaciones lingüísticas
y se discuten las consecuencias que presenta la elección de cada una de ellas
para la determinación de las lenguas o entidades lingüísticas sobre las que se
realiza un diagnóstico de vitalidad.
Este criterio de clasificación parte del supuesto de que los nombres de las lenguas
indígenas reflejan el número real de lenguas indígenas mexicanas existentes. A
continuación, se analizan las consecuencias de este criterio de clasificación con
base en los nombres históricos que han recibido las lenguas indígenas y con base
en las autodenominaciones que utilizan los propios grupos de hablantes para
nombrar a su lengua.
Los nombres con los que actualmente se llaman a las lenguas indígenas han
servido de criterio para establecer el número de lenguas existentes de manera
que, dada la existencia de 68 nombres, se establece la existencia de 68 lenguas
indígenas mexicanas. Para examinar la eficacia de este criterio de clasificación,
hay que considerar que estos 68 nombres se fijaron durante el período colonial y
que nombraron generalmente a grupos étnicos más que a sistemas lingüísticos
distintos.
1.1.2 Autodenominación
Otro posible criterio de clasificación lingüística por nombre es aquel que toma en
cuenta las autodenominaciones de las propias lenguas, es decir, los nombres con
el que los hablantes llaman a la lengua indígena en la propia lengua. Este criterio
iguala el número de autodenominaciones al número de lenguas existentes. Sin
embargo, aún cuando así se obtiene un mayor número de lenguas, este criterio no
está exento de problemas pues la diferencia entre las autodenominaciones puede
o no coincidir con diferencias entre las lenguas. Por ejemplo, la lengua indígena
hablada en San Juan Guichicovi Oaxaca tiene por autodenominación el nombre
ayuuk (mixe), este mismo nombre sirve de autodenominación para la lengua
indígena hablada en Santa María Alotepec aún cuando los hablantes de ambas
comunidades presentan un muy bajo nivel de inteligibilidad y las diferencias
gramaticales son considerables. Tomar este criterio de clasificación significaría,
para fines de diagnóstico, que en ambas comunidades se habla la misma lengua
y por lo tanto el número de hablantes sería mucho mayor que al considerar que las
dos comunidades hablan lenguas distintas.
Uno de los criterios más empleados para establecer que dos comunidades hablan
la misma lengua indígena o dos lenguas distintas es el de la inteligibilidad.
Utilizando este criterio se establece que dos comunidades hablan la misma lengua
si presentan un alto grado de inteligibilidad mutua.
Al igual que en los casos anteriores, este criterio presenta algunos inconvenientes
pues el grado de inteligibilidad entre dos comunidades no depende solo de
factores lingüísticos sino de otro tipo de factores que pueden afectar los resultados
de las pruebas de inteligibilidad. Los factores extralingüísticos que inciden en los
niveles de inteligibilidad tienen que ver con las características de los hablantes
consultados, con las características de las comunidades que se comparan y con
el estado de las relaciones intercomunitarias, por mencionar algunas.
Por ejemplo, si se compara el mixe de San Pedro y San Pablo Ayutla, Oaxaca con
el mixe hablado en San Isidro Huayapam, se tiene que tomar en cuenta el género
de los hablantes, pues muchos hombres de la comunidad de Ayutla pasan
temporadas en San Isidro por cuestiones laborales mientras que el número de las
mujeres que realizan este viaje es muy pequeño, esta situación redunda en el
hecho de que los hombres mostrarán un mayor nivel de inteligibilidad con respecto
al mixe de San Isidro mientras que el nivel de las mujeres será sensiblemente
bajo. Si la consulta se realiza exclusivamente con hombres podría ser que se
obtenga como resultado que en ambas comunidades se habla la misma lengua
mixe, mientras que, si la consulta se basa en mujeres, el resultado podría tender a
clasificar a las dos comunidades como pertenecientes a dos lenguas distintas.
Por otra parte, las características de la misma comunidad son también factores
importantes a considerar. Suponiendo ahora que se quiere medir la inteligibilidad
entre la comunidad de Ayutla y la comunidad de Santa María Alotepec habría que
tomar en cuenta que Ayutla es un centro económico y administrativo importante de
la región, razón por la cual los habitantes de Alotepec realizan viajes constantes
Ayutla, este hecho provoca que muchos de los hablantes de Alotepec muestren
un mayor grado de inteligibilidad con respecto al mixe de Ayutla que en el caso
contrario, ya que los viajes de habitantes de Ayutla hacia Alotepec son
muchísimo más esporádicos.
Ahora bien, suponiendo que se han cuidado todos estos factores durante la
aplicación de una prueba de inteligibilidad, los resultados aún presentarán algunos
inconvenientes si se utilizan como criterio para determinar que las dos
comunidades consultadas hablan o no una misma lengua. Uno de las más
importantes consideraciones tiene que ver con que el nivel de inteligibilidad entre
dos comunidades no es necesariamente recíproco; es posible, por ejemplo, que
una de ellas presente, por decir, un 90% de comprensión con respecto de la otra,
mientras que esta última presente sólo un 50% de comprensión con respecto de la
primera comunidad. Por otra parte, aún ignorando este hecho y estableciendo un
porcentaje de inteligibilidad medio, ¿cómo se puede determinar qué porcentaje de
inteligibilidad es el mínimo para postular que dos comunidades hablan la misma
lengua? Si se establece, por ejemplo, que es necesario que haya un 60% de
inteligibilidad entre dos comunidades para determinar que hablan la misma lengua,
¿será prudente determinar que, en el caso de que presenten un 59% de
inteligibilidad mutua, se trata de lenguas distintas? Establecer un porcentaje
mínimo de inteligibilidad no es un criterio confiable para determinar las lenguas
sobre las que se aplicarán diagnósticos de vitalidad lingüística.
Por otro lado, una vez que, en un caso ideal, se haya descrito el conjunto de los
rasgos gramaticales de un conjunto de comunidades, es posible que la variación
entre las lenguas que hablan esas comunidades sea gradual como se muestra en
el esquema a continuación y como es el caso de muchas de las comunidades
indígenas mexicanas.
Ahora bien, si es cierto que todas las comunidades comparten rasgos y que se
diferencian en mayor o menor grado unas de otras, también es un hecho que cada
una presenta una combinación única de rasgos gramaticales y ninguna
combinación es idéntica a la otra. Así pues, el hecho de que, por lo menos en el
caso de las lenguas mixes, se perciba que ninguna comunidad habla exactamente
igual se debe a que cada una presenta una conjunción única de rasgos. Los
rasgos pueden ser compartidos, la combinación de ellos es propio de cada
comunidad, de modo que cada una posee un sistema lingüístico distinto en
contextos de alta variación lingüística y éste es también el caso de muchas de las
comunidades indígenas de México. En el siguiente apartado se retomarán las
observaciones derivadas del criterio de clasificación por rasgos gramaticales para
establecer una entidad lingüística confiable sobre la cual aplicar diagnósticos de
vitalidad.
A modo de conclusión de este apartado, se puede afirmar que aunque cada uno
de los criterios para determinar el número de lenguas a diagnosticar presenta
distintos inconvenientes, esto no significa que las clasificaciones lingüísticas
derivadas de cada criterio no sean útiles, más bien cada uno pone énfasis en
ciertos aspectos de las lenguas. Muchos de los criterios analizados son
problemáticos, no porque sean inconsistentes, sino porque no han sido diseñados
para determinar la unidad lingüística más adecuada para fines de diagnóstico de
vitalidad, Por ejemplo, el estudio de los cambios lingüísticos compartidos es
fundamental para la lingüística histórica, el problema reside más bien en querer
utilizar esta información como criterio de establecimiento de las lenguas o
entidades lingüísticas más apropiadas para un diagnóstico de vitalidad. Al hecho
de que existan distintas clasificaciones lingüísticas, y por lo tanto, distintos
números de lenguas, subyace el empleo de distintos criterios por lo que es
recomendable investigar el criterio que ha sido utilizado para obtener una
determinada clasificación lingüística antes de usarla y así poder prever sus
virtudes y limitaciones.
3. Conclusión
Aguirre Beltrán, Gonzalo. Teoría y práctica de la educación indígena. México: SEP, 1973.
(Conferencia inicial de 1953).
Hinton, Leanne. y Ken Hale (eds.). The Green Book. San Diego, San Francisco, New York, Boston,
London, Sydney, Tokyo: Academic Press, 2001.
Lo Bianco, Joe. Voices from Phnom Penh; Development & Language: Global Influences & Local
Effects. Melbourne: Language Australia Publications, 2002.
Nettle, Daniel & Romaine, Suzanne. Vanishing Voices. The extinction of the world's languages New
York: Oxford University Press, 2000.
Wichmann, Søren. The Relationship among the Mixe-Zoquean Languages of Mexico. Salt Lake
City: University of Utah Press,1995.
Continuidad y Resistencia: Guatemala
Caroline Aretz
Facultad de Arqueología
Universidad de Leiden
Resumen
Esta ponencia intenta dibujar y aclarar los efectos de la violencia sobre la población de las
Comunidades de Población en Resistencia (CPR) de la Sierra tanto como la continuidad y
los cambios culturales.
Introducción
A pesar de que la violencia durante más de tres décadas tuvo un impacto grave y causó
pérdida y negación de la cultura indígena, los supervivientes de las comunidades Mayas
en Guatemala que enduraron una vida de miedo, frente a la muerte, las desapariciones,
las torturas, las violaciones de todos los derechos humanos y el genocidio, lograron
mantener por lo menos partes de su sabiduría y cultura tradicional.
287
Gonzales, Ramelle. Threads Breaking the Silence. Stories of the Women of the CPR-Sierra from
the Civil War in Guatemala. Guatemala: Foundations for Education, Inc. (Cimientos de Educación),
2005, p.7.
288
Falla, Ricardo. “The CPRs”, en: Jonathan Moller. Our Culture is Our Resistance. Repression,
Refuge, and Healing in Guatemala. New Yok: pH, 2004, 57.
289
Comisión del Esclarecimiento Histórico (CEH). Guatemala. Memory of Silence. Christian
Tomuschat, Otilia Lux de Cotí, Alfredo Balseéis Tojo, 1999,
véase: http://shr.aaas.org/guatemala/ceh/report/english/conc1.html (05.06.08).
290
El informe de la Comisión del Esclarecimiento Histórico de las Naciones Unidas, Memoria del
Silencio tuvo el mandato de “esclarecer con objetividad, equidad e imparcialidad las violaciones de
los derechos humanos y los actos de violencia conectados con la confrontación armada que causó
sufrimiento entre el pueblo de Guatemala.”. La comisión entró en su trabajo después de que el
gobierno de Guatemala y la Unión Revolucionaria Nacional Guatemalteca (URNG) firmaran el final
acuerdo de paz el 29 de diciembre de 1996. El informe se publicó en 1999.
contra de la población indígena del país291. Hasta la fecha no había condenas de los
responsables, ni justicia.
1. Contexto histórico
1.1 De “la primavera” a “la violencia”
Durante los gobiernos reformistas de Juan José Arévalo (1944-52) y Jacobo Arbenz
Guzmán (1952-54), los llamados “diez años de Primavera”, se llevaron a cabo notables
transformaciones políticas y socioeconómicas, por ejemplo la aumentación de fondos para
la educación, nuevos programas de salud, libertad de discurso y de prensa, derecho a
organizarse y a la huelga. La Reforma Agraria (expropiación de fincas no cultivadas con
más de 39 hectáreas) benefició a más de 100.000 campesinos durante sus 18 meses de
duración. Los dueños fueron recompensados con el valor de impuestos (basado en el
precio de la tierra que ellos mismos indicaron). El terrateniente más grande fue el United
Fruit Company (UFCO) 292 originario de EEUU, que había empezado a actuar en
Guatemala en 1899. El sufrimiento y la explotación de la población rural
(mayoritariamente indígena) solamente fueron aliviados temporalmente porque el UFCO y
los otros terratenientes poderosos temían las consecuencias de la Reforma Agraria. Poco
después del inicio de las reformas, Jacobo Arbenz fue derrocado por un golpe de estado
militar en 1954. Este golpe fue financiado también por la CIA, con el motivo de mantener
un lugar estratégicamente importante y rico en términos agrícolas293294.
Esto fue el inicio de la época de dictaduras militares, con una maquinaria brutal que causó
opresión y sufrimiento continuo para la mayoría de la población guatemalteca. Después
del golpe militar, más de 120.000 personas, en la mayoría indígenas, fueron arrestadas y
acusadas de ser comunistas. Cientos de personas fueron asesinados y en dos años casi
todas las tierras fueron redistribuidas a los latifundistas. En reacción, más de 2000
personas buscaron asilo político en el extranjero. Un dos por ciento de la población era
propietario del 65% de las tierras productivas295.
Sistemáticamente, sindicatos y líderes de organizaciones populares fueron suprimidos y
asesinados. Se implementaron leyes a favor de la protección de las minas y del petróleo.
Básicamente, el poder político fue devuelto a los ricos y a los militares, a través de la
revocación de asuntos laborales, la prohibición de partidos políticos “revolucionarios” y la
persecución de sus miembros y simpatizantes. Informalmente, el trabajo forzado fue
291
véase también Goldman, Francisco. “Footprints in History: A Documentary of Remembrance”.
en: Jonathan Moller. Our Culture is Our Resistance. Repression, Refuge, and Healing in
Guatemala. New Yok: pH, 2004, 93; o entre otros Sanford 2003; Oettler 2005.
292
Tenía el monopolio sobre el negocio lucrativo de la exportación del banano, y al mismo tiempo
era el dueño de la mayoría de la red ferroviaria, de las facilidades de comunicaciones y además
controlaba el puerto del Atlántico (Gonzales 2005, p.18).
293
véase también Goldman 2004, p.93; Gonzales 2005, pp.18-19; Brett, Roddy. Una Guerra sin
Batallas: Del odio, la violencia y el miedo en el Ixcán y el Ixil, 1972-1983, Guatemala: F&G Editores,
2007, p.17.
294
La Reforma Agraria expropió 162.000 h (de un total de 230.000h) de la UFCO. Hubo relaciones
estrechas entre la UFCO y el gobierno de Eisenhower que facilitaron la acusación del gobierno de
Arbenz de ser simpatizante del partido comunista. Arbenz legalizó el PGT (Partido Guatemalteco
del Trabajo), fundado por un pequeño grupo de personas que intentaron representar los asuntos
laborales de la clase popular, pero nunca lograron juntar más de 4000 miembros (Gonzales 2005,
p.19).
295
Gonzales 2005, pp.19-20
reestablecido, siempre vinculado al poder y los intereses de los terratenientes locales y
los empresarios296.
296
Gonzales 2005, p.20
297
Fundado por oficiales militares ladinos, rebeldes en contra del presidente Ydígoras (1958-63).
298
Gonzales 2005, p.20; Goldman 2004, p.93
299
El Concilio Vaticano II y las reuniones de Medellín (1968) y Puebla (1973) subrayan la
orientación del trabajo en las comunidades a favor de los pobres (Bastos, Santiago y Manuela
Camus. Entre el Mecapal y el Cielo. Desarrollo del Movimiento Maya en Guatemala, Guatemala:
FLACSO, 2003, p.35).
300
Gonzales 2005, pp.20-21; Bastos y Camus 2006, p.35
301
Gonzales 2005, p.21
302
Gonzales 2005, p.21, Goldman 2004, p.93)
303
Finalmente en 1977, el gobierno de EEUU suspendió su apoyo al gobierno guatemalteco por su
larga historia de violaciones de los derechos humanos.
Chajul y sus aldeas304. La violencia se intensificó aún más durante el régimen de Lucas
García, y llegó a formas inimaginablemente brutales durante la dictadura de Ríos Montt305.
La campaña de “la tierra arrasada”, la destrucción de todo en el camino del ejército y una
ola de masacres golpearon a la población civil de la región Ixil en el verano de 1981
después del ataque del destacamento militar en San Juan Cotzal el 28 de junio de 1981
por la guerrilla306.
La creación de las Patrullas de Autodefensa Civil (PAC) en 1981 por el ejército con el fin
de tener bases locales que facilitarían el combate contra los grupos guerrilleros aumentó
la ferocidad de la contrainsurgencia307. Todos los campesinos entre 15 y 60 años fueron
forzados a participar en las PAC (con tortura y asesinato como alternativas). Las PAC
jugaron un papel clave por su dinámica social extremadamente divisora y destructiva al
nivel más bajo comunitario308. Los números documentados por la CEH son las siguientes:
626 masacres en total, un 15% cometidos entre 1981 y 1982. El REMHI distingue entre un
90,52% de actos violentos cometidos por el ejército (el 55% de estos sin apoyo extra-
institucional, el resto con el apoyo de las PAC) y un 3,79% con implicación de la
guerrilla309.
304
Gonzales 2005, p.21
305
Sanford, Victoria. Violencia y Genocidio en Guatemala. Guatemala: F&G Editores, 2003, p.33-
36; Brett 2007, p.126
306
Las operaciones militares en el Ixil formaron parte de un plan llamado “La Operación Ixil” o “Plan
Sofía”, desarrollado a partir de una investigación sobre “asuntos civiles” en la región que tenía dos
objetivos: “rescatar la mente de la población” e identificar medios como la institución militar podría
complementar la ladinización de la población Ixil, que históricamente había resistido tal proceso
con éxito y el gobierno temió el inicio de un proceso de reclamación cultural (Gonzales 2005, p.22;
Brett 2007, pp.78; 126-128)
307
Brett 2007, 74; 92-98
308
Según el informe REMHI Guatemala ¡Nunca Más! (1998) de la Iglesia Católica, uno de cada
cinco actos de violencia contra la población civil fue cometido por las PAC, incluso masacres,
torturas y desapariciones forzadas. Es igualmente importante considerar que los “Comités
Clandestinos” establecidos por la guerrilla en múltiples comunidades también causaron una ruptura
con las estructuras tradicionales de autoridad (CEH 1999 no.64; Brett 2007, p.92-95, 145;
Gonzales 2005, p.22).
309
según Brett 2007, pp.4; 92-102; Sanford 2003, pp.65, 70
310
Brett 2007, pp.132-133
311
David Stoll argumenta que los PAC no fueron impuestos brutalmente desde arriba sino
activamente abrazados por la población local como una especie de táctica para sobrevivir
(Between Two Armies in the Ixil Towns of Guatemala. New Cork: Columbia University Press, 1993,
p. 258).
312
Brett 2007, p.134; Oettler, Anika. “Guatemala in the 1980s: A Genocide turned into Ethnocide?”,
en: GIGA Working Papers 19, www.giga-hamburg.de/workingpapers (13.06.2008), 2006, p.7
provocó la pérdida de la lengua materna a favor del castellano313. La CEH314 concluye que
los daños hechos a las comunidades Mayas incluyen en algunas regiones y algunos años
la negación de su identidad étnica (que se manifiesta externamente por el idioma y el
traje). La militarización de las comunidades disturbió el ciclo de fiestas y rituales, y les
forzó a esconderlo porque la agresión se dirigió también explícitamente en contra de los
meros símbolos de la cultura Maya, i.e. el asesinato de los ancianos como líderes
culturales y comunitarios. La transmisión oral de sabiduría cultural fue casi destruida, así
como normas y valores de respeto dentro de la comunidad tradicional.
En el contexto de esta ponencia no se pueden explorar más la violencia y sus rostros, los
papeles de ejército, guerrilla y población civil. Para un análisis de la violencia como una
guerra en contra de la población civil véase Brett 2007 y para un estudio de esta
problemática desde una perspectiva psicosocial Garavito Fernandez 2003. Los informes
REMHI (1998) y CEH (1999) y la obra de Sanford (2003) ejemplifican y analizan los actos
de genocidio en contra de la población Maya.
La persecución de los fugitivos era una de las principales metas de la campaña militar del
año 1982317. Según la lógica militar, la huida era una señal de culpabilidad, de estar
apoyando a y colaborando con la guerrilla. Todas las comunidades fuera del control del
ejército fueron designadas como “aldeas ilegales” y las atacaron incansablemente durante
más de una década318.
El ejército quemó sus viviendas, entonces dependieron de si mismo en la montaña: se
organizaron, nominaron líderes, formaron comités. Realizaron sus cultivos en lugares
escondidos, construyeron casas móviles, siempre alertos al regreso del ejército o de las
PAC. El estimado total más alto es de 30.000 personas en el año 1992, que se
distribuyeron en más de100 comunidades en las montañas de Chajul319. Vivieron una vida
de nómadas, en grupos de 20 a 30 familias, mudándose constantemente y siempre
intentando evitar confrontaciones con el ejército o las PAC320.
313
Brett 2007, p.134
314
CEH 1999, no. 62
315
Gonzales 2005, p.19
316
Sanford 2003, p.111
317
Brett 2007, p.201
318
Sanford 2003, p.111
319
Gonzales 2005, p.22; Brett 2007, p.132
320
Gonzales 2005, p.23
Mapa de la comunidad lingüística Ixil, donado por Gerardo Terraza Cedillo, ALMG, Cotzal
321
Ball, Patrick, Paul Kobrack y Herbert F. Spirer. Violencia Institucional en Guatemala: 1960 a
1996, New York: AADS & CIDH, 1999, p.108
322
Gonzales 2005; Brett 2007, pp. 205-206
ejército destruyó casi todos los cultivos. De todas formas, lograron mantener algunos
pocos cultivos hasta la cosecha323.
Los mecanismos de auto-defensa que establecieron incluyeron por ejemplo no llevar
sombrero (para poder distinguirse de personas de afuera), no tener perros, no cocinar
durante el día para que el humo no indicara al ejército donde encontrarlos, el corto de las
cuerdas de voz de los gallos etc.324.
Ricardo Falla325, jesuita y antropólogo, que vivió con la CPR-Ixcán durante varios años,
escribe que la vida en resistencia significó tener fe de que algún día serían capaces de
salir de la selva. Usa la imagen del arca de Noah, la gente teniendo fe de que algún día
saldrá al claro. La CPR-Sierra fue la primera en publicar la declaración, las otras siguieron
este ejemplo, y este paso precisamente fue el primero hacia la salida.
Durante el conflicto, la persecución de las CPR y de la población Maya prevaleció, las
PAC siguieron con sus operaciones y solamente cambiaron de nombre: “Comités
Voluntarios de la Defensa Civil”, estos grupos paramilitares llegaron a tener a 500.000
personas involucradas y el nivel de violencia aún subió especialmente en los años 87 y
88, hubo más bombardeos, casas quemadas, cultivos destruidos, pozos envenenados y
robo de prisioneros. Hasta 8000 personas fueron capturadas, “re-educadas” en el
campamento militar Xemamatze cerca de Nebaj y después forzadas a vivir en “aldeas
modelo”. Personas que lograron huirse volvieron más tarde porque se estaban muriendo
de hambre326.
Hubo poco apoyo de carácter logístico y forzado por parte de la guerrilla327 que se estaba
escondiendo en la vecindad de las CPR-Sierra en un área muy inaccesible 328, pero como
lo muestra Brett329, la población civil en el Ixil, el Ixcán, incluyendo la población de las
CPR, fue no-combatiente, no estaba armada y no representó ninguna parte del conflicto.
Además, la guerrilla no fue capaz de efectivamente proteger a la población civil de las
agresiones del ejército. Aunque el ejército lanzó una ofensiva intensa direccionada a la
destrucción total de las CPR, en 10 años (de 83 a 93) no lo logró330.
2.2 Organización
A base de una asamblea general las CPR eligieron sus autoridades en diciembre de cada
año. Dividieron el trabajo para asegurar su supervivencia y el funcionamiento de la
comunidad en grupos de trabajo con distintas tareas: la vigilancia/seguridad, la salud/el
desarrollo/la educación, el abastecimiento, el correo y la defensa de la comunidad331.
Como indicado más anterior, en los inicios la guerrilla ayudó por ejemplo con materiales
de construcción y de capacitaciones en vigilancia, seguridad y defensa sin armas. Las
323
Kobrack, Spirer, Ball 1999, p.108;
El hecho de la destrucción del maíz no solamente fue una destrucción de la subsistencia, sino
también un ataque a los valores y la identidad cultural de la población Maya. El maíz es sagrado y
los Mayas son “hombres de maíz” (Sanford 2003, p.117).
324
Kobrack, Ball, Spirer 1999, p.108; Brett 2007, pp.202-203
325
2004, pp.58-59
326
Kobrack, Ball, Spirer 1999, p.108; Gonzales 2005, p.23
327
Torres-Rivas 2007, p.XIX
328
Kobrack, Ball, Spirer 1999, p.108
329
2007, p.222; 204-205
330
Kobrack, Ball, Spirer 1999, p.109
331
Brett 2007, p.203
CPR nunca fueron armadas y no participaron en acciones militares u hostilidades332. Los
líderes de la CPR declararon que “las comunidades tenían su propia autonomía, su propia
organización civil y estaban lejos de la estructura militar guerrillera” y por lo tanto “cerca
pero independiente”333. Sin embargo, las CPR tampoco tuvieron otra opción, porque en
caso de que se negaran a darles apoyo, la guerrilla les amenazó334.
En 1990 las CPR salieron a la luz pública, cuando hicieron una súplica para que la
comunidad internacional apoyara sus derechos como grupo no-combatiente y pacífico.
Lanzaron su declaración con el fin de promover su existencia en el público, tanto a nivel
nacional como internacional, el día 7 de septiembre, 1990335. Representantes de la Iglesia
Católica y de organizaciones humanistas participaron en conferencias y se les pidió apoyo
y protección. En respuesta, la Iglesia Católica y las ONG establecieron una comisión que
mandó delegaciones a las comunidades de la CPR-Sierra. Durante tres años, la comisión
apoyó a las comunidades en su lucha por la legitimidad. Acompañantes actuaron como
“ojos neutros”, que observaron la actuación del ejército y de las PAC que estaban
rodeando las comunidades336. Cuando en abril de 1991 Christian Tomuschat, un experto
de la ONU para investigar las violaciones de los derechos humanos, presenció un
bombardeo aéreo, el ejército fue forzado a debilitar su ofensiva después de la
condenación internacional de las acciones del ejército en Ginebra en 1992337.
Así, la vida en las CPR mejoró. El miedo del ejército antes había sido el factor más
importante para unir a la gente, cuando la amenaza del ejército se debilitó, la tierra en la
que vivieron se convirtió en el factor decisivo. Muchas personas no regresaron a sus
comunidades originales, sino se quedaron en las nuevas comunidades CPR, pues la tierra
resultaba más fértil. Como víctimas de ofensivas militares y como población desplazada,
en varios casos reclamaron con éxito el derecho a quedarse en las nuevas tierras338.
Por fin en 1994, durante la presidencia de León Carpio (1993-1995), la CPR fue
reconocida como una organización legítima de no-combatientes civiles y el ejército salió
del área. No obstante, las PAC solamente se retiraron con la firma de los Acuerdos de
Paz, a finales de 1996339.
332
Brett 2007, p.204
333
REHMI 1998, p.165
334
Brett 2007, p.205
335
En reacción a esta declaración, el ejército publicó una declaración diciendo todo el contrario.
336
Gonzales 2005, p.23
337
Sanford 2003, p.115
338
Stoll, David. “Guatemala: solidarity activists head for trouble”, Christian Century, 04.01.1995,
edición electrónica, 12.07.2008 http:/findarticles.com, 1995, p.4
339
Gonzales 2005, p.23
340
Stoll 1995, p.5
3. Situación en la posguerra
3.1 ¿A quien pertenece la tierra?
341
Stoll 1995, p.4
342
Stoll 1995, pp.2-3
El informe de la CEH atesta que las CPR no solamente resistieron en el sentido físico,
sino también en el contexto de su identidad cultural y política. Pero, luchar para preservar
su identidad también provoca cambios en esta misma identidad consolidados por la
convivencia de miembros de diferentes pueblos, personas urbanas, activistas
internacionales, personas de diferentes sistemas educativos y diferentes ambientes
naturales343.
Fundamental para el desarrollo de un renacimiento de la propia cultura fue la auto-
defensa y auto-afirmación relacionadas con la cultura y la identidad como miembro de un
grupo particular. Una frase clave, entre otras, fue: “Nuestra cultura es nuestra
resistencia.”344.
La vida todavía hoy en día está caracterizada por miedo y dolor, hay heridas profundas
psicológicas y culturales, que están transmitidas a la nueva generación. Pero, a pesar de
los cambios, parte de la cultura anciana sigue viva.
Durante mi estancia en algunas comunidades CPR en Abril de 2008, tuve la oportunidad
de conversar con varios habitantes y sus testimonios van a ser presentados aquí para
ilustrar los vínculos dinámicos de la cultura.
María, una comadrona K’iche’ de Santa Clara compartió en Abril de este año sus
memorias de la violencia conmigo. Ella enfatizó mucho el hecho de que la supervivencia
de sus hijos dependiese de lo que encontraron en la montaña. Como comadrona, ella
había adquirido los conocimientos de las plantas medicinales desde joven con su madre y
su abuela. El temascal también forma parte de la medicina tradicional, durante la estancia
en la montaña se construyeron temascales provisionales. Además esta sabiduría antigua
ayudó a ella y su familia a sobrevivir y también por esto ella valora mucho la sabiduría
tradicional. Ella al mismo tiempo es católica fiel y seguidora de los costumbres. Cuando
ella asiste a un parto, es igualmente importante hacer oraciones a la Virgen Maria, “que
hace poderosa a todas las mujeres”, y seguir una serie de rituales realizados por un aa’q’ii
“para defender la vida de la mujer y del niño”. También realiza diferentes oraciones
dirigidas a los santos correspondientes en caso de complicaciones durante el embarazo.
La división en Santa Clara por causa de las diferentes religiones no está tan marcada
como en otras comunidades, tengo la impresión de que las iglesias evangélicas no fueron
capaces de establecerse de una forma tan poderosa como muchas veces lo logran.
Durante las conversaciones con miembros del consejo de principales de Santa Clara,
aprendí de la forma muy organizada y unida de esta comunidad, especialmente en
comparación con otras comunidades en el municipio de Chajul, que no comparten la
historia de ser CPR. En Santa Clara hay 27 miembros del consejo, que son en su mayoría
hombres mayores de edad y/o sacerdotes mayas o curanderos, que discutan y deciden
sobre los hechos actuales de la comunidad. Llama mucho la atención que se valoriza
especialmente la sabiduría de las ancianas y ancianos, tanto guías espirituales como
comadronas y que son ellos que toman las decisiones importantes de la comunidad.
343
CEH 1999, no. 71
344
Jonas 2004, p.200
persona del mundo occidental345. Se promueve la interculturalidad y está muy bien
entendido que la desaparición del idioma también provoca la desaparición de la cultura.
Aunque no se puede reducir la cultura a los vestidos, o al traje típico, si indica continuidad
cultural cuando las mujeres continúan practicando el arte de tejer y se visten en el traje
típico de su pueblo. Especialmente en el contexto de la huida a la montaña y la situación
de vida reducida a la lucha por la supervivencia esto llama mucho la atención.
3.3 Identidad
345
Ejemplo: http://www.unicef.org/spanish/infobycountry/guatemala_40728.html.
346
Tedlock, Barbara. Time and the Highland Maya. Albuquerque: University of New Mexico Press,
2
1992 .
347
Entrevistas con miembros de la comunidad de Santa Clara en abril 2008, y de Kaba’ en agosto
de 2008, testimonios documentados por Jonathan Moller 1993-95, por Ramelle Gonzales en 2003
en Santa Clara
348
La mayoría de los proyectos realiza la Fundación de Antropología Forense, véase
http://www.fafg.org/.
349
Falla, 2004, p.59
vuelven las memorias de los masacres. Las memorias están reanimadas vivamente
cuando los supervivientes encuentran a sus familiares en las mismas posiciones en que
los dejaron, o algo de su ropa reconocible, objetos que traían en sus bolsas. El luto y la
despedida requieren rituales adecuados de los ancestros: pom, velas, oraciones. Así los
vivos se reconcilian con los muertos.
En el largo camino hacia paz y reconciliación, los supervivientes de la represión y de la
violencia empezaron a reclamar los restos mortales de sus queridos quienes fueron
masacrados o “desaparecieron”. Las exhumaciones abren una posibilidad de curar, aparte
de que dan posibilidades de exponer la verdad sobre las atrocidades con evidencia
concreta. Muchas veces los familiares supervivientes eligen la búsqueda de justicia, e
inician procedimientos legales de los culpables, quienes siguen en libertad y en muchos
casos, en poder. No obstante la definición de culpables es problemática, como vecinos y
hasta familiares fueron involucrados en actos violentos, sea por parte de los PAC o de la
guerrilla. Las exhumaciones devuelven dolor y horror, pero al mismo tiempo ofrecen la
oportunidad de curar y de cerrar este capitulo de la historia350. Los supervivientes
enduraron sentimientos de culpa, porque no habían sido capaz de proteger a sus
familiares, vecinos y amigos, no habían podido ayudarlos y, en muchos casos, tampoco
enterrarlos. Hacerlo ahora, abre la posibilidad de llegar a la paz mental.
Conclusiones
350
Goldman 2004, p.132
351
Asamblea Anual Ordinaria de la CPR. Declaración Política. 2007.
Véase http://www.cprguatemalaproject.org/News%20from%20the%20CPR.html, (23.05.2008)
misma función, en otros con una función diferente. La época de la resistencia en la
montaña tuvo un impacto enorme sobre la cultura, las tradiciones, los valores y también la
organización social. La generación que nació y creció en la resistencia tiene una identidad
inconfundiblemente caracterizada por lo que enduraron y vivieron. Un rasgo de esta
identidad es la conciencia sobre el valor de la propia cultura antigua, y la necesidad de
proteger y mantenerla.
Agradecimientos
Esta contribución forma parte de una investigación acerca de la continuidad y del contexto social
del uso del calendario mesoamericano en comunidades actuales de Guatemala, investigación que
se realiza en la Facultad de Arqueología de la Universidad de Leiden con el apoyo de la Fundación
Neerlandesa para el Fomento de las Investigaciones Científicas (NWO).
Bibliografía
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Tedlock, Barbara. Time and the Highland Maya. Albuquerque: University of New Mexico Press,
2
1992 .
Torres-Rivas, Edelberto. “El terror no tuvo límites”, prólogo a Roddy Brett. Una Guerra sin Batallas:
Del odio, la violencia y el miedo en el Ixcán y el Ixil, 1972-1983, Guatemala: F&G Editores, 2007,
XV-XXXII.
El K’u’xaj (corazón/espíritu) como base del sentir, pensar y actuar
de la cultura Maya’ K’iche’.
Una introducción a las raíces del conocimiento / práctica Maya K’iche’
RESUMEN
Se tratará la cosmovisión del pueblo K’iche’, la vida y la muerte, los valores que generan
armonía con la naturaleza. Se explican los significados de k’u’xaj: como corazón y espíritu.
Abundancia, principio, centro de..., etc. También expresa sentimiento, pensamiento y
actuar. Se toman ejemplos del Yucateco, Náhuatl y Tojolab’al. Se compara con
documentos antiguos K’iche’s: el Popol Wuj, Señores de Totonicapán, y mostrar que esta
forma de pensar ha estado presente siempre y que en tiempos actuales se mantiene en el
habla de las personas. Al final se compara con idiomas de la misma rama Q’eqchi’,
Kaqchikel y Tz’utujil.
352
Los jeroglíficos que aparecen sobre el título del presente tema significan: K’uh Chan, K’uh
Kab’, en idioma maya antiguo, lo que equivale actualmente en K’iche’ para decir Uk’u’x Kaj Uk’u’x
Ulew: corazón del cielo, corazón de la tierra (cielo sagrado, tierra sagrada).
la invasión española, siguen vigentes en el habla, sentir, corazón y espíritu de las distintas
naciones mayas.
Otro elemento básico de este escrito es registrar el habla de las abuelas y abuelos
K’iche’s, puesto que en la actualidad la generación joven no domina con mayor fluidez
dicho idioma maya, y estas, como otras formas del discurso K’iche’, se están perdiendo y
muchas veces, palabras de profundo significado, ya no se entienden cuando se escuchan
en las voces de las abuelas y abuelos por parte de las hermanas y hermanos menores
(chaq’ y atz).
Se espera que con el presente tema, otras miradas nos conozcan a través de nuestros
ojos; pues es un momento por el cual podemos compartir nuestros conocimientos y poder
expresarnos en otros ámbitos socioculturales y naturales.
Hace algunas décadas el pueblo maya empieza a ser protagonista de su propio desarrollo
con más libertad, a retomar el rumbo histórico de su propia cultura. Se han dado ya los
primeros pasos en algunos ámbitos, como: el político, social, cultural, educativo y literario,
por mencionar algunos. Independientemente de, si los resultados son positivos o si son los
pasos adecuados a dar. Por ejemplo: el uso del idioma maya en la formación escolar,
existe un literato maya de Guatemala reconocido a nivel internacional, una mujer maya fue
candidata para la presidencia del país, existen columnistas mayas en prensa escrita,
existe una academia de las lenguas mayas, entre otros hechos relevantes para el
desarrollo de las naciones Mayas.
En ese marco es que se puede situar este pequeño trabajo, como un aporte hacia el
desarrollo del pueblo maya; hacia esa base literaria que hace falta para el desarrollo del
conocimiento y práctica maya, ya sea para el ámbito educativo, político o literario. Es de
recalcar también que, somos parte de un todo cultural y universal, pues como parte de
esta cultura maya y cultura humana universal, espero aportar para complementarnos en
nuestro auto reconocimiento.
Antecedentes
Actualmente, se puede mencionar que existen documentos, escritos por mayas, sobre
bases de propuestas educativas desde la cosmovisión maya, filosofía maya, calendarios
mayas, sobre sistema de justicia maya, textos poéticos mayas, entre otros. Aunque se
tengan pocos documentos como referentes, también se tiene todavía una gran fuente para
nuestros conocimientos, la literatura oral. Nuestros idiomas se siguen hablando,
constituyéndose en fuentes elementales para escribir y codificar esa riqueza de ideas,
prácticas y formas de ver y vivir la vida.
Para poder comprender este principio vital, veamos lo que dice el Popol Wuj:
Jun Raqan es el nombre del Corazón del cielo (Kaqulja Jun Raqan, Ch’ipi Kaqulja y Raxa
Kaqulja, los tres formando el corazón del cielo), el que representado en sus diversas
manifestaciones o energías crean y forman la vida, de las plantas, los animales y después
de varios intentos forman a la persona. Y todo lo creado tiene vida, desde la creación todo
existía y vivía, como en la actualidad. Y estos provienen de parejas creadoras, abuelas y
abuelos creadores. Cada ser creado tiene una razón de ser, una función dentro de esta
familia cósmica, que enlazan a cada ser del universo como hermanos menores y
hermanos mayores, sean estos personas, animales, astros, etc. (Popol Wuj. 1999: 25).
... El maya actual mantiene esa visión, solo viviendo esa filosofía comprende que es falsa la
clasificación de seres en animados e inanimados que históricamente nos ha impuesto la
cultura occidental, porque todo lo que existe tiene vida, una vida que desde la piedra más
pequeña que se encuentra en el camino hasta las galaxias y grandes constelaciones, hay
que respetarlas para mantener el equilibrio...
Pareciera contradictorio, pero hasta la muerte está viva, otro abuelo Q’eqchi’ hace esta
reflexión:
… ¿Acaso murieron nuestros padres, acaso murieron nuestras madres? Yo mismo soy mi
padre, yo mismo soy mi madre. Yo soy el sustituto de sus pies y de sus manos. Yo soy el
sustituto para trabajar ante nuestras madres y padres, por eso nunca moriremos, siempre
existirá nuestra vida, no desaparecerá, no se extinguirá nuestra vida (Loq’laj Yu’amej. 2001:
27)…
Entonces, la forma de entender la vida, para el maya va más allá de la simple muerte,
pues cada cosa, cada elemento, cada ser humano recorre cierto camino sobre la faz de la
tierra y al concluir su tiempo, entra a otra etapa vital.
Es de suma importancia entender que, la creación y el dar vida no fue obra de un ser nada
más, es obra de varios personajes de la cosmovisión maya, que después de haber
reflexionado “en pareja” (feminidad/masculinidad), realizan la consulta en comunidad, para
determinar el origen de los seres que habitaran la faz del cielo, la faz de la tierra, pues el
corazón del cielo y de la tierra ya existían, ya “vivían”.
Todo ser o elemento del cosmos, por la identidad de ser viviente, de ser una energía, por
ocupar un espacio y tener una función complementaria, nace con la característica de ser
respetado, la pérdida de esto provoca el desequilibrio. El universo y todos los seres que en
ella conviven, como: los animales, plantas, ríos, lagos, mares, piedras, humanos, astros,
etc.; se les debe respeto.
El respeto también está relacionado con el entendimiento de que todos los seres del
universo (personas, animales, plantas, piedras, astros), son hermanos entre sí, pues la
naturaleza fue creada antes del ser humano, por lo tanto son hermanos mayores. Todo
esto nos indica que tenemos las mismas madres y los mismos padres, por lo tanto somos
una familia cosmológica. Así como los cerros y valles, son nuestras abuelas353, abuelos y
son nuestras madres y padres también.
c. Todo es sagrado
Lo sagrado se manifiesta en las prácticas cotidianas y rituales de los mayas, pues una
actividad comercial en la actualidad (la compra y venta) también tiene relación con lo
sagrado. Loq’oj, es una palabra que refiere al intercambio de esfuerzos individuales y
colectivos, de actos sagrados, aunque actualmente un intercambio de productos por
moneda, no ha dejado de ser loq’ (sagrado), debido a que el esfuerzo/función de quien
353
Desde la cultura Maya al referirse a abuelos, se hace en forma dual: mujer-hombre, donde se
menciona primero lo femenino y luego lo masculino (Tierra/cielo, etc.).
vende, es visto como sagrado, pues está ofreciendo un servicio y producto a base de
trabajo.
La muerte también es sagrada. Todo lo que muere llega a ocupar un lugar en el universo,
la muerte es otro estadio de vida (como decían en la época clásica354 och b’ih, comenzar
el camino nuevo, hacia otro nivel de existencia), por lo tanto pasa a realizar otra función en
el universo, de ahí su sacralidad.
En el Popol Wuj, la idea que se da sobre la muerte es de: “ida”, “retorno”, tal como se
muestra en el momento en que se despiden de sus hijos y esposas los cuatro primeros
padres:
En la concepción Q’eqchi’ también se encuentra tal metáfora para indicar muerte, q’ajk
sutq’ijik (regresar, volver), volver para continuar el camino o renacer.
Las personas resurgen en otra forma vital: árbol, piedra, alimento natural, etc. La siguiente
imagen muestra que de una tumba de tierra y pintada con cal, resurge una planta conocida
como paxlaq “verdolaga”.
354
Época clásica, época antigua (a saber 3,000 a 4000 a.C)
El idioma y la cosmovisión
Haeserijn (1975:44) indica que: “hablar y actuar revelan los conceptos”. Solo analizando el
significado de las palabras y el proceder de la gente se descubre sus conceptos profundos
y las últimas razones de su actuar y no actuar. El idioma entonces es la que se conecta
con las prácticas y vivencias de los hablantes.
Con esto se quiere recordar que los mayas aún viven, no son fósiles que sólo se pueden
admirar en museos. Es una gran nación que tiene una historia milenaria, con muchos
cambios, a lo largo del tiempo; pero manteniendo sus raíces antiguas/primarias.
En el segundo intento de crear al hombre, hecho de madera y llamado poy ajam che’
“espantapájaros tallado en madera” no funcionó porque no tuvo k’u’xaj y pensamiento,
elementos importantes para ser un winaq tz’aq, winaq b’it “persona creada, persona
formada”. No era completa y fue destruida.
355
Citado por Márgara Millán en la obra la modernidad occidental puesta en cuestión. Reflexiones
a partir de Los hombres verdaderos. Voces y testimonios tojolabales.
Are’ winaqil uwach ulew xe’uxik, xepoq’ik,
xeme’alanik, xek’ajolanik ri poy, ajam che’.
En cambio el winaq creado de último, que fue hecho de mazorcas blancas y amarillas,
tuvo k’u’xaj, pensamiento, habló, agradeció y se recordó de sus creadores y formadores. Y
fueron los que llenaron de alegría el corazón de quienes los crearon y formaron, winaq que
en la actualidad siguen vivos y que aún siguen utilizando el k’u’xaj para expresar sus
sentimientos, pensamientos para actuar. Esto se puede leer en el siguiente pasaje del
Popol Wuj (1999:122):
El centro de algo redondo o cilíndrico. Es una parte esencial del cuerpo, que sujeta sus
ramificaciones (venas). Es el k’u’x de una persona, órgano sensible por el cual experimenta
alegría o tristeza y los presentimientos. También se llama k’u’x a un instrumento para tejer, el
que forma el centro y el que introduce la trama.
Para González (2001: 30) K’u’x, significa “sustancia”, y aquello que hace que algo dure o
perdure.
En el habla cotidiano de los K’iche’ suelen escucharse frases en las cuales la palabra k’u’x
es el que da el significado principal. Según el sentido que dan estas frases se ha llegado a
entender, que en idioma K’iche’ para expresar sentimientos, pensamientos y actos, es el
k’u’xaj el motor principal.
Con esto se puede afirmar que el pensar está ligado con el sentir, puesto que, para que un
pensamiento sea expresado primeramente se debe sentir por medio del k’u’xaj. Como se
ha dicho anteriormente el entendimiento más que ser pensado sale desde lo más sensible
que tiene el ser humano, el k’u’xaj.
Algunas frases en idioma K’iche’ que ejemplifican los distintos conceptos que se tiene
sobre k’u’x.
1. … K’e je’ k’ut winaqirik kumal ri Uk’u’x kaj, Uk’u’x ulew, ke’ucha’xik…
Es así como fueron personificados por Uk’u’x Kaj, Uk’u’x Ulew (energía creadora), como
se les decía.
356
Cuando la palabra en cuestión se menciona en forma absoluta, o como palabra suelta, se
registra como k’u’xaj, pero cuando va poseída aparece como k’u’x. ejemplos: nuk’u’x “mi
corazón”, kik’u’x “el corazón de ellos.
Para amedrentarlos porque no agradecieron a sus madres y padres; al corazón/energía
del cielo, llamado Juraqan.
3. K’eje k’ut kitz’aqik, kib’itik nab’e qamam, qaqajaw rumal Uk’u’x Kaj, Uk’u’x Ulew.
Es así como fueron creados y formados los primeros abuelos y padres por Uk’u’x Kaj,
Uk’u’x Ulew.
En este contexto K’u’x, se toma como la energía creadora y formadora de todos los seres
que existen sobre la madre tierra y el universo. Y También esta energía creadora está
simbolizada en Jun Raqan, la imagen visible, la insignia.
5. Xk’u’xan ri tzi.
Lit. Tuvo corazón el nixtamal.
Abundó el nixtamal357
357
Maíz cocido, que al molerlo se obtiene la masa.
Esta expresión es utilizada cuando el maíz ya está cocido y se obtiene más de la medida
que se había puesto. También es acompañado de tres soplos, antes de echar el maíz en
el recipiente, como ritual para dar vida y al mismo tiempo hacer que se multiplique el
nixtamal.
El hecho de que no abunde, se debe a no haber dado los tres soplos (no darle
energía/vida) y por lo mismo no durará y se terminará luego.
En la alimentación del pueblo K’iche’, no pueden faltar los tamalitos que son el
acompañante indispensable de la comida (del que se encuentra referencias en los códices
Mayas), el cual es preparado día con día (1 o dos veces al día), depositándolos en una olla
358
Hecho a base de masa de maíz, se puede envolver en hojas de milpa o de la tusa de la
mazorca.
con agua. Para que el agua pueda hervir es necesario dejar un espacio alrededor del cual
se colocan los tamalitos y a eso se le llama k’u’x.
Uk’u’x
t’u’y
Cada pueblo maya tiene un centro donde se realizan distintas actividades, pero
principalmente donde tienen el k’u’x, como centro del consejo (corazón/energía social), de
su espiritualidad y la base de sus raíces.
Además de los significados anteriores, por medio de k’u’x también se pueden expresar
sentimientos, emociones, estados de ánimo y pensamientos; además ubicación temporal y
ubicación espacial y no está limitado al ser humano, sino su uso se extiende al universo y
todo lo que en el existe.
La clasificación que se hace de los siguientes ejemplos, es solamente para que sea
comprendido en castellano, solamente es un acercamiento, pues al decir por ejemplo, at
k’o pa qak’u’x “te recordamos”, en una comprensión más profunda, indicaría: estás en
nuestro espíritu, formas parte del centro de nuestro ser, eres parte de nuestra energía.
Los siguientes ejemplos muestran los distintos usos y funciones de k’u’xaj:
15. Mak’u’x.
Lit. No corazón
Olvidadiza/o.
Aquí se resalta que una persona al momento de no saber qué hacer, de no poder tomar
una decisión tiene dos corazones o la ausencia de su energía.
Igualmente sucede cuando alguien se accidenta en algún lugar, entonces se dice que está
asustado porque su k’u’x se quedó en ese lugar. Entonces se hace el mismo
procedimiento, Ya cuando el k’u’x ha regresado, la persona se siente más concentrada y
consciente de lo que hace.
En el Yukateko clásico hay dos palabras para expresar corazón (De la Garza 1990):
“puksik’al: corazón de animal, voluntad, corazón, ánimo para obrar, que parece definir
al órgano físico y su función.
ol: corazón formal y no material, voluntad, gana, condición, intención, propiedad”.
En este caso es ol el que llama nuestra atención, puesto que se derivan otras palabras de
la misma y dan ideas como:
Con las palabras anteriores, se ejemplifica que las funciones de razón, para el pueblo
K’iche’, imaginación y pensamiento radican en el k’u’xaj. Lo que se entiende es que para
el pueblo Maya el k’u’xaj es lo que le da identidad de “ser” al humano y a otros seres
(piedra, animal, casa, comida, etc). Todo ser del universo tiene k’u’x y por ende todos
comparten la característica fundamental de humanidad/winaq359, tener vida, corazón,
lenguaje, etc.
Referencias históricas
Los pocos documentos mayas antiguos que se tienen también registran esta manera de
ver las cosas.
359
Significa ser viviente. Se utiliza en el Popol Wuj en el momento de crear o dar vida o cuando
fueron personificados todos los seres que conforman la tierra y el cielo (kaj-ulew) y la forma en que
aparece es: xwinaqirik (fue hecho ser viviente), xuwinaqirisaj (lo hizo ser viviente), xwinaqije’ik (fue
personificándose).
360
En este trabajo no se hace tanto hincapié en los contextos en los que se encuentran las frases,
sino se hace énfasis en el sentido que dan dichas frases.
Actos
Pensamiento
30. ... Chi kik’u’x xkich’ak ri Jun Junahpu Wuqub’ Jun Ajpu...
Ellos pensaron que le habían ganado a Jun Jun Ahpu y Wuqub’ Jun Ajpu
31. … Are retal usaqirik chi kik’u’x ta xepetik chi la’ Releb’al q’ij
Es la señal del amanecer, pensaron ellos, cuando vinieron allá del Oriente
32. Are e k’o Chi Ismachi’ xa jun kik’u’x , maja’ b’i ketzelal...
Cuando estaban en Chi Ismachi’, tenían un solo pensamiento, no había maldad...
33. Nim uk’oje’ik ri che’ xux chi kik’u’x rumal jusu ub’anik.
Ellos analizaron que el palo era demasiado importante, porque estaba muy bien.
Sentimiento
En el libro del Ritual de los B’akab’ (Arzápalo 2007), que hace referencia al idioma maya
Yukateko (del siglo XVI), también se encuentran expresiones que contienen la palabra
corazón/centro “ol”.
42. We b’a chiwaj chi qatz’umaj wach ik’u’x, xe’uchax k’ut rumal B’alam K’itze’.
Tal vez quieren que besemos “su pecho” (faz del corazón), les dijo B’alam K’itze’.
Esta palabra, como cualquier otra en K’iche’, también ha dado lugar a que de ella se
deriven otros conceptos, como se muestra en los siguientes ejemplos:
361
Pensar, razonar (diccionario maya Cordemex Maya-Español. Español-maya. Mérida Yucatán,
México. 1980).
Agentivo: k’u’xlanel/k’u’xlay el que piensa
Verbo transitivo: xuk’u’xlaj ub’anik Pensó hacerlo
Verbo intransitivo: Xk’u’xan ri pwaq Abundó el dinero
Verbo intransitivo recíproco: Ta xkik’u’xlaj kib’ Cuando se recordaron entre sí.
Locativo: Pa uk’u’x k’o utzilal En su corazón hay bondad.
Instrumento: Xub’an ruk’ uk’u’x Lo hizo con el corazón.
Los idiomas con los cuales se hace la comparación tienen relación lingüística con el
K’iche’ son Kaqchikel, Tz’utujil y Q’eqchi’. Igualmente se hace comparación con el idioma
Náhuatl.
En Kaqchikel, Salazar y Telón (1999) utilizan ruk’u’x na’oj “corazón y energía del
pensamiento y sabiduría” para referirse al conjunto de valores que fundamentan la
identidad de la persona en su convivencia social y su relación con la naturaleza, que
sustentan la vida de la familia y la comunidad, motivan la actitud para crear, construir y
resolver.
En el pueblo Tz’utujil también existen expresiones utilizando la palabra K’u’xaaj tal como
aparece en un cuento titulado K’amol k’u’xaj que se traduce como “la traída del alma362.
Esto refiere a que cuando una persona sufre un accidente y luego de un tiempo esta
persona se ve confusa, asustada, se hace tres veces el ritual de llamar el k’u’xaaj.
En idioma Q’eqchi’363, corazón se dice ch’oolej. Este término se asocia con ch’oolanink
que significa “cuidar y dar de comer” expresa que las actividades de la mujer tienen
relación con el corazón, el calor del centro del hogar. Los siguientes ejemplos muestran
frases con corazón parecidas al K’iche’.
362
En los idiomas Mayas, no existe el alma, esta es una idea de la cultura occidental por eso la
traducción correcta es la traída del espíritu.
363
Datos proporcionados por Xol Ch’ok. 2008. En entrevista personal.
51. Xko’o xch’ool Murió
Lit: se fue su corazón/espíritu
Esta palabra Q’eqchi’ puede tener origen en la palabra k’u’xaj, aunque es el único ejemplo
para indicar pensar o pensamiento.
Reflexiones finales
- Actuar razonablemente lleva al Maya a ser dirigido por el K’u’xaj para desarrollarse
equilibradamente.
Ajpacajá Tum, Florentino Pedro. K’iche’ Choltziij, Cholsamaj. Guatemala, 1ª. Impresión. 2001.
Alvarado, Saq Ch’umil Blanca Estela. Uk’u’x eta’manik. Fundamentos de la Educación Maya, Saq
No’j _. UNESCO. PROMEM. 2004.
Arzápalo Marin, Ramón. El Ritual de los Bacabes, México: Universidad Nacional Autónoma de
México, Universidad Autónoma de Yucatán, Mérida, 2007.
González Martín, Juan de Dios. La cosmovisión Indígena guatemalteca, ayer y hoy. Universidad
Rafael Landivar. Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales. Estudios Sociales IV época.
Guatemala. 2001.
Inge Hatse – Patrick de Ceuster. Cosmovisión y Espiritualidad en la Agricultura Q’eqchi’. Textos Ak’
Kutan. Centro Bartolomé de las casas. Cobán. 2001.
Salazar y Telón. Valores Mayas, Ruk’u’x Maya’ Na’oj, Unesco. Guatemala. 1999.
Sam Colop. Popol Wuj. Versión Poética K’iche’, PEMBI-GTZ, Cholsamaj. Guatemala. 1999.
Uxe’al Ub’antajik le Mayab’ Tijonik. Marco Filosófico de la Educación Maya, CNEM. Guatemala.
2005
Pacay Coy, Eduardo. Aproximación a la cosmovisión Maya y la Concepción K’ekchi’ del Mu.
(Reflexiones), Ponencia presentada en el segundo coloquio internacional de mayistas. 1987.
Par Caniz, Juan Pedro. Diálogos personales, para registrar ejemplos en K’iche’, 2008.
Dos Formas de Ver el Mundo
Conceptos Culturales en Sahin Sau
RESUMEN
Para generar una convivencia con relaciones más equitativas entre los diversos pueblos
que comparten el territorio mexicano y el desarrollo de una educación intercultural
bilingüe, es necesario que no sólo se realice el reconocimiento de las diferencias
culturales en función de las formas de concebir de la cultura dominante, sino debe ser
desde las propias lógicas de manejo y uso de las culturas en cuestión, donde se asume el
derecho de ser y reconocer la diferencia, en todos los espacios y situaciones de vida.
En el presente se plantea mostrar algunas estructuras propias que la cultura Ñuu Sau
tiene y que son dignos de conocerse desde sus propios conceptos sin ser sustituidos por
los de la lengua española, debido a que en ese proceso de traducción se pierde la
esencia de su mensaje y conceptualización.
Palabras clave: Los conceptos del Sahin Sau, una veta para las necesidades y
posibilidades de una educación intercultural bilingüe.
La escuela, junto con otros medios, ha jugado un papel fundamental en la situación actual
de los pueblos indígenas; por ello, se hace necesario que ahora contribuya a la
revitalización de la lengua y cultura indígena.
Para poder pensar en una escuela intercultural bilingüe, necesariamente se tiene que
hacer una revisión profunda de la estructura actual de la educación, principalmente lo que
ocurre y se tiene en el aula de las escuelas ubicadas en las comunidades indígenas y en
las no indígenas, donde asisten niños provenientes de poblaciones indígenas.
364
Declaración de las Naciones Unidas sobre los derechos de los pueblos indígenas, ONU, 2007:
6.
donde adquieren conocimientos, metodologías y habilidades para trabajar con los niños
en la enseñanza de los conocimientos occidentales y la lengua nacional.
Entonces el docente, con esta formación, aunque sabe que tiene conocimientos de su
cultura que practica cotidianamente, no lo considera importante ni necesario trabajarlos en
la escuela, porque durante su experiencia escolar, no trabajó estos conocimientos
comunitarios y entonces toma como ejemplo y guía de su práctica el recuerdo que tiene
de la forma de trabajar de sus maestros cuando estudiante y se reproduce la forma de
enseñanza con la cual fue formado.
Saber cuáles son las competencias del docente, nos permite comprender lo que sabe
hacer y cuáles son sus necesidades, resultado de su formación y de las políticas de
asimilación aplicadas por el estado a la educación; por ello, si los docentes no valoran y
toman en cuenta la cultura y lengua del niño, no es porque sólo sea un deseo de ellos,
sino porque fueron formados desde la educación básica en el ideal que los lleva a pensar
que: lo que enseña la escuela es lo mejor, lo más importante, lo verdadero; además,
existen otros factores históricos que influyen en su actitud, como el que no estén
especificados en los programas oficiales, aunque en ellos se plantee la flexibilidad para el
uso de las experiencias de los maestros, como el de la clasificación y selección de
contenidos e iniciativas, para que el escenario de la comunidad y de la región sea
empleado como medio educativo365, la prioridad del docente es avanzar con los
contenidos del programa para abordarlos todos o en su mayoría cuando el periodo
escolar termine, así como la preocupación por los resultados que se puedan obtener en la
prueba Enlace, el acercamiento de las Olimpiadas de conocimiento que se realizan cada
año. Así, sin importar las formas de aprendizaje de los niños desde su propia cultura,
reproduce la forma como fue instruido.
365
Plan y programas de estudio 1993, de educación básica primaria, México: SEP, 1993.
La formación docente implica necesariamente, que los docentes además de adquirir las
herramientas para tratar culturas diferentes, deben conocer la cultura de la comunidad,
para comprender su estructura organizativa y a partir de ella poder abordar el análisis y
reflexión en el aula con los niños; lo que hace ineludible que el docente participe con la
comunidad en la realización de sus actividades, que constituye un espacio de dialogo,
aprendizaje y formación docente.
Otro de los aspectos que debe estar presente en el proceso de relaciones y comunicación
en el trabajo de aula y escuela, y que tiene la mayor importancia, es usar un lenguaje
incluyente, que la figura del docente no se vea y conciba como el que ordena, dispone e
impone las reglas, para que el niño sienta la confianza al escuchar que el docente diga
“hagamos esta actividad”, que tiene diferente sentido al de “hagan esta actividad”, lo que
influye en la concepción del trabajo colectivo, ya que el lenguaje de las comunidades
originarias se basa en el nosotros. Este lenguaje se puede emplear aunque el niño realice
las actividades de manera individual o en equipo.366 (Lenkersdorf, 2003).
366
Lenkersdorf, Carlos. “Lenguas y diálogo intercultural”. Revista electrónica de estudios
filológicos. Número 6, diciembre de 2003. En: www.tonosdigital.com.
realización fuera de contexto difícilmente se construye esa relación, con esto se folcloriza
la cultura.
Los contenidos culturales que la escuela retome para trabajarlos deben analizarse desde
la clasificación y estructura que la comunidad les da a través de su lengua, en ese sentido
se está incorporando la cultura del niño, se respeta cómo es concebido por la comunidad,
adquiere sentido, se reconoce y valora su diferencia mediante contraste con la cultura
nacional y otras, lo que le da sentido a la diferencia en la igualdad y se posibilita el
dialogo. Por ejemplo: cuando se dice tequio, este concepto no es propio de la cultura Ñuu
Sau, sino una palabra de origen náhuatl para referir al trabajo colectivo que realizan las
poblaciones de pueblos originarios, para el caso del Ñuu Sau (Mixteca) variante de
Chalcatongo, sustituye a la palabra kumoo, que es la forma como nombran a las
actividades colectivas en beneficio de del pueblo, o como la misma denominación
mixteca, que no es un concepto propio del pueblo originario.
Campos de trabajo: TAKA JA KASAHA ÑAYIU (diferentes actividades que realizan las
personas), dosificado en:
Eje temático: Tiun (trabajo)
Contenidos temáticos:
Tiun Ñuu (trabajos al servicio del pueblo),
Tiun ja kuu vehe (trabajos que benefician al hogar),
Tiun Jasɨhɨ (actividades de las mujeres),
Tiun Jayii (actividades de los hombres)367
Campo de trabajo: TAKA JA YOO ÑUYIU (lo que hay en el mundo)
Eje temático: Taka Kɨtɨ (los diferentes animales)
Contenidos temáticos:
Kɨ tɨ Táta (animales que producen)
Kɨ tɨ Yuku (animales del monte)
Taka Yúku (todas las plantas del monte)
Yuku ja ku tana (plantas para medicina)
Yuku ja kayeeyo (plantas alimenticias que comemos)
367
Los enunciados escritos con mayúsculas, indican el campo general según la
estructura lógica del Tu’un Sau (lengua mixteca), los conceptos marcados con
negro refieren a los ejes de trabajo que pueden derivar de los campos y los títulos
escritos en cursiva son algunos contenidos identificados dentro de los ejes y
campos.
Yuku ja kayee Kɨ tɨ (plantas alimenticias para los animales)
Taka ja yoo ñuyiu (todo lo que hay en el mundo)
Yuku (cerros)
Yau Kava (cuevas en las peñas)
Tunchi (los sótanos) (Ver cuadro 2)
TAKA JA KASAHA ÑAYIU
Taka Kɨtɨ Taka Yúku Taka ja yoo Ñuyiu Taka ja yoo Andɨu
Las diferentes Todo lo que hay en
Diferentes Todo lo que hay (y
plantas (se formó con) el
animales ocurre) en el cielo
mundo
Este esquema resulta del análisis más profundo del eje temático del Tuhun, que sirve
para reconocer que el Sahin Sau tiene su propia forma de clasificación y que pierde
sentido cuando se le ajusta a las características del español, como cuando a los niños, los
docentes les dejan la tarea de investigar con sus padres o abuelos algún cuento o
leyenda de la comunidad y si revisamos la estructura del mixteco y las formas como
comienzan los relatos, no aparecen los conceptos de leyenda, cuento, mito, sino en ellos
se hace referencia concreta a los sujetos en cuestión, como en el Tuhun chuhchi, que
hace referencia a imágenes o santos, asociadas a la religión católica, el tuhun ii, que hace
referencia a eventos sagrados; el tuhun ñayiu que refiere a historias de personas, ya sean
familiares o de otras personas que causa algún impacto en la familia, comunidad o
pueblo, y el tuhun kɨtɨ que hace referencia a los relatos de los animales, que se utilizan
para reflexionar y formar conductas en los niños, jóvenes e inclusive en los adultos. Un
elemento importante que complementa esta clasificación en Tuhun Savi es que el mismo
relato marca la temporalidad de lo sucedido, sea real o imaginario, los marcadores son:
anaha (tiempo muy lejano), ayoo kuia (hace años), andujin (hace un año), ayoo yoo, (hace
meses), ayoo k+u (hace días), sa nanaha (hace rato), Por ello se propone que no se meta
en el mismo equipaje de los cuentos, mitos y leyendas los relatos de los pueblos
originarios, sino que se trabaje cada uno de ellos manejando los conceptos propios de la
lengua, como en el caso del Sahin Sau.
Los relatos, sus portadores y sus usos.
En la tradición oral de la mixteca, es muy común que quienes cuentan los relatos tuhun
(palabras) son las personas de cualquier edad y sexo, pero los tuhun vaha (palabras
buenas) los hacen personas adultas de la familia que bien puede ser el padre, la madre,
los abuelos, el tío, la tía, los hermanos mayores, también es posible que cuente el relato
otra persona adulta en el trabajo particular, cuando se camina rumbo al campo, en las
fiestas, en los trabajos comunitarios.
Los tuhun uhu (palabras malas) en la mayor parte de los casos, son expresados por
personas que quieren causar algún malestar, estos pueden ser familiares como: entre
hermanos, cuñados, primos, u otras personas ajenas a la familia, pero no se da de padres
a hijos ni de hijos a padres, aquí existe un gran respeto en ese nivel de familiaridad.
Los sahan (doctrina, lengua, voz interna), son expresados por personas diferentes según
sea la circunstancia o acontecimiento que se vive, el Nakuatu nuu nakana (Rezo para
llamar en una limpia) éste lo pronuncia el curandero o curandera, que no puede ser
cualquier persona, ni de cualquier edad, por lo menos no he visto persona menor de 50
años de edad realizando una limpia. el Nakuatu nuu ndɨyɨ (Rezo para lo difuntos) y los
Nakuatu nuu chuhchi (Rezo a los Santos y vírgenes) estos en la actualidad lo hacen
hombres y mujeres mayores de 30 años a quienes se les conoce como rezadores, no lo
hace cualquier persona, aunque hace tiempo era característico que lo hicieran personas
de más edad, también especializados. El Najaa chuhchi (Rezar a Díos), esta como es
más privado cada quien según su necesidad y condición religiosa puede hacerlo, tanto en
la casa frente a su altar, en la iglesia, cuando sale rumbo al trabajo, o de viaje.
El shahu (discurso) este es mas especializado, lo pronuncia siempre una persona adulta,
a quien se le confía, el manifestar el sentir de los representados, porque siempre habla a
nombre de una familia completa, nunca de una sola persona; este muchas veces lo hace
un hombre, aunque en los cargos como autoridades, si una mujer ocupa algún cargo ella
puede dirigir un discurso, generalmente no así en las bodas, en las fiestas, en las
despedidas a los muertos.
El yaa (música) comúnmente en la región quienes interpretan la música son los varones,
aunque últimamente, las mujeres se están incorporando a la ejecución de la música, pero
aún no ha llegado interpretar los relacionados con los acontecimientos de la cultura como
los que se mencionan en la gráfica de clasificación y agrupamiento de producciones
orales.
Estos son algunos elementos que se pueden comprender e identificar en los relatos
mesoamericanos, lo que los hace diferentes frente a los occidentales, es posible, de
acuerdo al grado de análisis, encontrar otros elementos que justifican la razón de ser de
los relatos mesoamericanos y de los occidentales.
A continuación se registra un relato como ejemplo de existencia y vida en el eje del Suan
kanatuhun te kakahan nuu sahin sau, este texto corresponde al tuhun kɨtɨ.
TUHUN JAKO
Na nakaniri nuuro ɨn tuhun kɨtɨ ja nikanakani ñayiu ñahnu nuuri, ja nikuu nuu ɨn ñuu, ɨn
toho nikachihi itu nuu ɨn yuku, te tahan ndɨkɨu jahan toho yii, jahan jandehe chi luu
shraan vi kuahnu itu, suan te nikejáha jáha ndɨshrɨ, kakusɨɨ shraan ini, te ɨnga kɨu ja nijaa
nuu itu te nijini ja kastɨu, nikɨtɨ ini shraan, te nisaha ɨn ñihna jiin sahma tehnde, suan te
na yuhu kɨtɨ yuku ja kastɨu itu te matuhaka nuu, tu nikayuhu, kastɨuka itu, te nikejaha jito
yuhu na kɨtɨ stɨu itu, te ɨn akua ja yoo shraan yóo nikihin ichi te kuahan nuu itu, te ñuu
kuɨtɨ kuu ja vivihi kanda ɨn jako kuahan nuu itu, te toho uan nijani ini jako yaha kuu ja stɨu
ituri, nikɨtɨ ini shraan, nitɨɨn te nikei jini ma kahniri roho, ñiiniro kiyaari, te niskuii jako
nandahu, nikihin ñii te kuahan jiin, ninajaa vehe te nisnaha nuu ñasɨhɨ te kei jini, yaha
kuu kɨtɨ ja stɨu ituyo, nikiyaari ñii te nisndo lɨɨri te nijinu kuahan ichi yuku.
Ja nikɨhu, ni kandukava toho jinaha, te maa toho yii nijáni ja kuaha nuu ɨn yuku kahnu, te
niketahan jiin ɨn toho ñahnu ja in shraan vishi shini, ja ndito taka kɨtɨ yuku ja nikatuji, te ni
yatuhun noon saha, te kei jini nditori taka kɨtɨ ja nikastuji ñayiu, te uan ninakuni jako ja
nikiyaa ñii, ndukoo kɨtɨ ndahu shiin ɨn yɨtɨ ñuma, te nikejaha jani ini na tundoho tahan ktɨ
ndahu ja tuka ñii yoo.
ɨ
Te nikei jini toho ñahanu nuu, tu jiniri najáha kastuji ñayiu taka kɨtɨri, te ndenduu kakuu
seheri, te ruhu jahari ja kayee ndɨhɨ jinaha.
Cuentan que hace mucho tiempo en un pueblo, una familia tenía una de sus parcelas
sembrada de milpa en un monte, cada día iba a ver como iba creciendo su milpa, hasta
que ésta empezó a tener sus elotes, esto le daba mucha alegría al señor, pero poco
tiempo después descubrió que ocurrían daños en su milpa, lo que le molestó mucho e
hizo que este pusiera algunos espantapájaros con ropa vieja, para que los animales que
comían la milpa se asustaran, esto no funcionó, luego optó por espiar y cazar al o los
animales que dañaban la milpa, entonces en una noche de luna se fue a su parcela y
descubrió que a media noche se acercaba un tlacuache a la milpa, el señor pensó -este
animal es el que destruye mi milpa- como pudo lo atrapó, pero de coraje no lo mata sino
elige hacer sufrir al tlacuache y le quita toda su piel, se la lleva a su casa para mostrarle
a su familia que había castigado al culpable de la destrucción de la milpa y deja al
animal sin piel quien huye hacia el monte. En esa noche el señor sueña que va a un
monte muy grande y se encuentra con un señor viejo y canoso que cuida y cura a los
animales que son lastimados por el hombre, entre esos animales reconoce al tlacuache
que le había quitado la piel el día anterior quien está sentado junto a una veladora, esto
le hizo pensar el sufrimiento de los animales, y el viejo le dijo que no entendía porqué
los hombres maltratan a los animales si ambos son sus hijos y él le da de comer a
todos.
Kue’e Ntaku, la Enfermedad de Nahual en la Mixteca.
RESUMEN
El trabajo consiste en mostrar cómo es el pensamiento de las personas con respecto a
las enfermedades en una comunidad mixteca ubicada en el municipio de San Miguel el
Grande, Tlaxiaco, Oaxaca, México. Se documenta a través del trabajo de campo en
entrevista directa con un matrimonio de ancianos quienes han dedicado parte de su vida
en curar una de las enfermedades a decir de ellos, más comunes de la comunidad.
En este texto se plasman las ideas que tienen los “curanderos tradicionales” hoy
reconocidos como médicos tradicionales, sus conocimientos sobre una gama de
enfermedades, el procesamiento de plantas y remedios que elaboran para atender a
sus pacientes, en especial la “enfermedad del Nahual”. Los médicos tradicionales dan
respuesta a las razones por las que se padece la enfermedad del nahual, anuncian que
todos tienen un “tona” que los representa y si algo nefasto llega pasarle al nahual de la
persona, ésta se enferma gravemente hasta perder la vida, si es que antes no se le
brinda el auxilio necesario, aunque hay casos que es al instante el incidente y no hay
posibilidad de auxilio. Los médicos tradicionales, afirman que todas las personas
padecen o tienen relación con un determinado animal que es su “tona”, aunque algunas
no lo saben o no le dan la importancia requerida y por eso es que cuando se enferman
no se alivian. Enlistan los términos y las hierbas más sobresalientes que usan en el
tratamiento de la enfermedad del nahual, los cuales están asentados tal como se
pronuncia en la lengua mixteca.
Nasuu jaa ka’ayo siki tana tila jaa yoo vina jin jaa nikakutu’aka vinajinaa, koo suni maa
kuu jaa xinaa iniyo, jaa chintujiyo, jaa kuu ua ntii tu’u tana jaa níkajini tata veluyo
jinade.
Na tuu tana tila yáa, nasaa ñani ta’ayo nikaku, tuu ni kaji’i chi nikakaku jin tana ntau
mayo.
¿Habría que preguntarnos cuántas vidas humanas fueron salvados con esos
rudimentos de la medicina indígena? Cuando no existía la medicina occidental.
¿Nasuu tana ntau luli ñúa, nasuu yuku ntau luli ñúa nikuntéya ni nteayo jinayo?
¿No será que esos conocimientos y la virtud de las hierbas que hoy poca gente las
conoce y valora hicieron posible la continuidad del género humano, en particular de los
indígenas?
Kiu vina chi, sanintii nayiu suchi jaa vakoy vina chi tuu kajini-i te tuu kachiñui tana ntau
jaa kajatiñu taa-i,na-i, tatañui chi nikakutuku ini jaa siki jaa kantei tv, jaa kakentai, jaa
nikiuntuu inka ntatiñu te suni jaa suan nixunkoo jaa nínani escuela rural mexicana, jaa
níjiku xaan jaa nti’iyo ntuyo tila nikakuni jina’a.
Saninti’i nayiu nikasa’a tiñu jinn jaa nínani escuela rural mexicana, nikakuni jaa uni
xintoyo sanintii jaa níkajiniyo, tu’un ntíchi-yo, tana-yo, jaa kachiñu’u ñaá, jaa kachiñu’u
ñáyo, manika jaa chiñu’uyo sanintii jaa kuu ñuyiu yaá, natu sau, tachi, taja xi kiti
ntákuyo ñúa.
Nika’a cha nani Rafael Ramírez, jaa tuu noo kuu nayiu kaka’a sa’an stila jaa skua sa’an
sau, ñua kuu jaa nikatatu sanintii chaa kasta’a nuu suchi luli kaka’an sa’an sau xí naa
inka yu’u kaka’a maa jina’a, jaa maa kuatiñu sa’an ñúa, suni suan nikuu jin sani nti’i
inka tu’u ntíchi jaa níkajini nayiu mayo jinaa, natu tu’u siki tana mayo, sanintii kuti tu’u
ntíchi jaa níkajini nayiu mayo jinaa, nikaka’a siki, nikakachi jinaa jaa tuutiñu, jaa kañá
kañú tiñu,jaa kañá káñú tu’u jaa kañá kañú tana jaa kajatiñu, tonto nikaka’a siki sa’ayo,
siki tu’u ntíchi jaa níkajiniyo, jaa sanintii nayiu jaa níyoo saá nikajani ini jaa ntaa ntía jaa
tuu tiñu tu’u ká’ayo, jaa tuu tiñu saninti jaa kájiniyo, ñua kuu jaa onte kiu vina, suan
kajani ini jina’a.
Decía Rafael Ramírez369 con respecto al idioma que ningún interés práctico empujaba a
los de la clase hispanoparlante a aprender el idioma indígena, por eso el trabajo del
maestro rural de ese tiempo tenia la encomienda de ignorar por completo la lengua
indígena, lo mismo pasó con todas las otras manifestaciones culturales como es la
medicina indígena, toda la gama de conocimientos indígenas fueron opacados,
vilipendiados, satanizados, desacreditados, desvalorados y tan insistentes fueron en
sus acciones que los indígenas de esa época, se quedaron con esa idea que hasta en
nuestros días sostienen que así como la lengua y todas las demás situaciones
culturales no sirven.
368
Ramírez, Rafael. La Escuela Rural Mexicana, México: FCE, 1981.
369
Op. cit.
Jaa ntákuyo ñua kaka’a jaa kuu ku’e jaa ñu’u iniyo, ñua chi, ntakuyo koo, ntákuyo taja,
ntákuyo tikacha ichi, tikacha sau.
Ñua te kenta in yuku kuntikiyo, ku’uniyo, kuu yuchi yuku ñua te sakanuyo jin ntiu ñúate
kunitikiyo níkánuyo, ñua te ntuva’ayo.
Te io inka tana nuu tu jata’a jin yuku ichi ñúa, te kio yuku yi’i ñúa te ntikoyo nuu yoso te
xívixiyo yuku ñua te chaayo nayiu ñua, te yachi xaanká ntuvai.
Ñua kuu in kue’e jaa kaka’ayo jaa kuu jañu’u iniyo ñúa, te inka kuu in jaa ntákuyo, suni
kiti jaa nani va’u ñúa ntákuyo kiti ñúa, sajívati, te nténu ni ja’ati ni ni’iti vala, xii ni tujití,
ñua te kenta in tana kuuyo jiiti, jaa kenta in yukululi ko’oyó, ntua yuku ñúa te ko’oyo, ñua
kuu in tana ntau jaa kaa sa’an sauyá.
Esa es la enfermedad a la que llamamos "nahual", así es que si tenemos este mal, es
posible que sea el coyote u otro animal que recorre por los corrales de aves o de
borregos y puede ser herido por una bala, entonces se requiere de un medicamento
para que ambos -la persona y el animal- se alivien, la medicina puede ser una planta
hervida y tomada de una sola vez o como agua de tiempo.
Te nuu kuniyo in yuku jaa káka’a ja ntákuyo ñúa, te in yuku sau te in yuku tikacha ichi
te in yuku ntua taja te in yuku jaa káka’a ita kuli ntíi te inka kuu yuku nuu kúa, jin
yuku ñu’u ntei ñua kuu in tana jaa kuchiyo te ntuva’ayo.
Ñua kuu tana jaa kuu ku’e ntáku, ku’e ntuú, ku’e jaa ñu’u iniyo. Con esas plantas,
se cura la enfermedad del nahual.
Te, in kuu nuu tuu kuni nayiu ntuva’i kue’e ntáku ñúate, jakunchayo sa’ayo in limpia jin
yuku nta’a uxa, jin yuku jaa nani pirul jin nuuyuji, ñua kuu yuku jaa sayo in limpia nuu
tuu kakuniyi ntuvai.
Si la persona no se alivia, como segundo recurso, se les hace una limpia a la persona
con las siguientes hierbas: yuku nta'a uxa, pirul y nuuyuji.
Yuku jaa kuu ku’e ntákuyo chi tini nuu, chi yio onte uxi kun nuu yuku jaa kuu jaa saayo
tana nayiu kuu.
Son varias las plantas, las que se usan para la enfermedad del nahual, hay más, pero
yo conozco hasta 14 hierbas.
Te io inka yuku jaa nani, yuku mansu ñua chi, sakanúuyo jin susia nuyuja kú’a jin
xa’a ntixiu tuún, ntii kita’a te nantu’a nuu ñu’u te ku’uniyo yata nayiu ñúa nuu tánu yatai.
Hay una hierba más para el dolor de espalda, se llama "yuku mansu", esta hierba se
revuelve con resina de ocote rojo y grasa de chivo de color negro, se junta todo y en un
caso o tepalcate, se fríe y una vez que se halla disminuido su temperatura, se extiende
en la parte dolorida y sosteniéndose con un lienso.
Ntákuyo chi, nuu vai sau xán te vai koo jin sau, te vai taja vaiki’i noo ntii kuu, te ñua kuu
jaa ntákuyo.
Chi jitoro nuu vai sau xaa ñúa te vai janu yunu, janu ve’e, nanti’i jaa sa’a.
Observa cuando viene la tempestad, viene tirando árboles, afectando casas, viene
afectando todo lo que encuentra a su paso
Kiti jaa vai jin sau ñúa, jitoti tinto’o chií, tujíti jaa januti yunu, xi nténu jakunteti ku’iñi yunu,
te ñua kuu jaa tujiti te suni tuji maa nayiu jaa nantakuti.
El animal de agua que viene con la lluvia, se lastima al atropellar los árboles, o se atora
en las hendiduras del mismo árbol, por eso es que las heridas que sufre el animal, los
sufre la persona que es su tona.
Ñua kuu jaa nakuntiki yuku xiniyo, xi yatayo, te ñua kuu jaa kueni, kueni te ntuyo nayiu,
nintuva’ayo.
Es por eso que a la persona hay que amarrarle un cataplasma de hierba en su cabeza,
o en su espalda y después de ahí poco a poco se irá aliviándose de su padecimiento.
Jiniyo jaa ntákuyo chi io in jani nuuyo, te kuniyo nuu kitiun ntákuyo, chi nuu jániyo jaa
kanankavayo in xava, xi nuu in yucha, xi in mini, jániyo jaa susiayo xi jikayo nuu nducha
ñúa, te jiniyo noo kiti nantakuyo.
Te vau ún nuu saati kuachi, te kajinu jiti te kastujiti jiin nujii, te ñua kuu jaa io nayiu keja’a
kuu xi in núunúni te kuuní, chi nuu va’a ni ki’i vau-un te maa kantayo chi kuuniyo.
Suni kuuniyo noo kiti ntákuyo nuu nantukuyo nuu yiti xi nuu tutu te ñúa kuu jaa kuniyo
noo kiti kuu jaa ntákuyo, chi ntii jaa vai, vai nuu ku’e ntákuyo kuu, nuu koo sau, xi
tikacha ichi, xi tikacha sau, nuu vau ntákuyo chi núu noo ni jasa’a xi ni ni’i tana te
ñuanate maakiuá chi ntuani kitiun te suni ntuani máyo.
Ñua kuu jaa nuu kenta nuu yiti xi nuu tutu, jaa nántakuyo va’un te kuu in tili ntucha
ñu’ukaantiun te ko’oyo te suni ki’i naka’i nuu jin ntiu jin tuun yata jio.
Te nakava nayiun te nuni kuutu te táuyó ntiun te nteyo nuu, te nuu katuu kani ii ni in
jakuijiun te suu jaa ntakui kuu, te nuu tuku kaa jaa ni kenta nuu ntiun te ñua chi jaa ni
chi’i tasi kuutu ñua.
Al terminar de frotar al enfermo con el huevo y el tizne del comal, como paso último, se
rompe éste en el hueco de un totomoztle y si la clara del huevo se extiende a lo largo,
será señal de que es nahual, y si por el contrario aparece en la clara y llema cosas
diversas e indefinibles, entonces será brujería, éste requiere otro tratamiento.
Jaa kuu kooún chi suni ku’a jito tinto’ó, chi tuji, tanu, kuu xii; suni sani ta’a mayo nayiu,
ñua kuu jaa nuu nikenta maa yuku yaa, te ni nakuni ta’ayo, ñuate nintuva’anituyo, chi
yukuun kuu tana luli kitiun, ñuanate nijukuin, ntuva’ani nayiu ku’un.
Ntii nayiu ta’a kue’e ntaku: Todas las personas tienen un nahual
Jaa kuu jaa ntákuyo yáa chi saninti nayiu kántaku, nii nuyiu nakachiyo, nasu iiniyo ntáku
chi ku’a xan nayiu kántaku, nasaa ñuu kántaku te io nayiu tu kaja tu’ui kue’e ñúa te
kuankoi nuu “medico” ñuate kajimai chi sin tana jaá “medico” ñúa.
Sama tiñu chi, sin kue’e nasava’a “medico” te sin kue’e kaa ta’an nayiu ñúa, tu kani chi
jaa ni tuji ñúa tuu ni’í ntasa nakuntiki te tuu kuu jaa ntuva’a.
Resulta inadecuada la visita al médico, poorque éste, alivia otro padecimiento, ebn
cambio del nahual, se remedia con elementos de la naturaleza.
Kúa nuu kue’e kiji, xi noo inka kue’e kata’a maa, chi kani sa’á “médico” koo jaa kuu
kue’e nántaku, kue’e ntau luli mayo yáa chi tuu kani’i tana ntasa ntuva’a nayiu kaa ku’u
siki tu’u nt´akuyo.
Caundo el padecimiento es una calentura, parto u otra emfermedad que tiene que ver
con la atención del médico, éste tiene exito, pero lo que es nuestra enfermedad del
nahual, no se logra.
Suan io, natu ja luli ntákuún chi mani jakua ntai, tuu ntai ntuu chi mani jakua kantai,
ñuate suni kuuni kunu’unii maa yuku, chisama yoi, in ntai in si’in te ku’uniyo jin yuku te
ntuava’i.
Así es, por ejemplo, cuando un pequeñito el mal del nahual, particularmente llora por
las noches, mientras que en el dia, se mantiene más o menos tranquilo, para rescatarlo,
necesitamos ponerle cataplasmas de hierbas para el nahual, después se enrolla al niño
con mucho cuidado de pies a cabeza con la hierba y ya después lo veremos aliviado.
Ntasa jiniyo jaa taáyo kue’e ntánku ñúa: Cómo saber que padecemos el mal del
nahual y no otra enfermedad
Naa nákaniri tu’u nuuro, náni kanchari jin ntii nánañuuro, naa tuu káchika ntantari, ni
ki’iri in chinka jani iniro, nte’emaro jikari te kuniro, nte’e naa nikujako ii jaa nii ki’iri in
chinka, jaa ni kiu in bala.
Te voy a contar un caso particular mío, de cuando era yo soltera y vivía con tu abuelita,
entonces sufrí esa enfermedad del nahual, del cual hasta la fecha tengo señas, porque
los huesos de mi pecho se deformaron por una bala que recibió mi nahual y que de
paso también me afectó a mí. El padecimiento que sufrí en carne propia es lo que me
hizo comprender sobre esta enfermedad que ocasiona el nahual.
In sanaani, te náni kanchari jin nánañuro, nii ta’ari kue’e ntákuya, in sanaani te ni kaku’u
jikari, te ni nuu onte suku ja’ari, te jíchini, jíchini nuu, te in kiu ni keetu nánañuro ku’aña
nuyau te ni ntori te kichi, kichi vai chií ñiiriun ni jinirina, te ni ki’iri te juniri te nikanantitani
munición nuji’iun, jaa yuana te ni jiniri jaa nintakuri.
Te ni jaatu tata Murcio kueteru nikaka’atu jin chaa nikanchatu yuku-un, chaa ñúa ni
naku’uni yuku te nintuva’ari-ní. Ninakuntiki yuku nuu ja’ari te ni ntuva’ariní.
Ñua kuu jaa ní jiniri jin nuu-ri, chií ni janiri jaa maa stoo-ro Filimun ni tiu ru; ni ka’a jani jiri
jaa ntnturi jin in ña’a Tiku’a ni ta’ari tinto’o jiña. Onte ñuu kuu ni ka’a jani jiri, ninakuniri
jaa kuu nuu katuu ntosoñúa, te náni ii-tu yiki yu’uri, onte suan nchatu yiki yu’ri, te yi’ituri
in xio, onte kani ii-tu xoo-ri, te kaa ka’aturi jin ña’a Tikuñúa, onte nténu jayo te nto-yó, tuu
chi cho’o, chií ná mari nuu ki’o, ñua te kua’ri, kua’ri jíña, te nuu ntoso ñua kantitu in ve’e
ñu’u, te cho’o chi ñúa chu’u sutu-un ntucha íi xiniyo achituña-í, te ama ni chaanitu chaa
ñúa te nii skéntude in kuete nuu ja’ari, te xiokavari koo onte jaa ii tu xiori kua’ari, te ña’a-
un ni jinu xan-ñá kuano’oñá ichi Tikuá ñúa nii ka’a tu jani jiri.
Sobre esto, hay algo más, una persona que empieza a sentir dolor sin una causa
aparente, también tiene revelaciones en sueños, así me pasó. El sueño me reveló que
tu tío Filemón - tú lo conoces - me disparó, según el sueño que andaba en compañía de
una señora de Santa Catarina Ticúa a la altura de donde está el ídolo que antes se
adoraba, allá más arriba del calvario viniéndose para acá en Victoria. Con claridad
recuerdo el sueño donde según iba platicando con la señora que era mi compañera,
que supuestamente allí donde está el ídolo había una iglesia y que nuestra intención
era entrar para que el c ura nos bendiciera con agua bendita, pero en eso apareció tu
tío Filemón y nos aventó un cohete el cual nos hizo saltar en redondel y tomar cada
una, camino diferente, el sueño me hizo ver que mi cara era semejante a la de un perro,
así alargada y puntiaguda y que en el salto y vuelta por el susto se extendía cuan largo
era mi enagua, que ahora comprendo que era mi cola o sea la cola de mi nahual.
Ñúana, te kiu ichan ñua ni kanani niñi iniri jáni iniro, koo ni kana niñi-un, te ñuana te ni
keetu máa nánañuro nií ja’añá nuu máa sto-ro Mín te chaa ñúa niskánti nuujiun, ñuate
ninunto-tu nujiun te ntucha ní nuntotuñúa ni najaa ni ji’iri, ñua te ni kakuri,nuu tuu nú chi
ani ji’iri-nú, ñua kuu jaa níntakuri va’un.
Al día siguiente del sueño, amanecí con el dolor y un poco más tarde vomité sangre y
mas sangre, esto le preocupó mucho a tu abuelita y rápidamente fue con el finado mi
primo Fermín, él hizo un disparo con su escopeta y después de esto, enjuagó el interior
del cañón y parte de esta agua con residuo de la pólvora me dieron de tomar, esto fue
lo que me salvó de morir, de lo contrario ya me hubiera muerto desde hace mucho
tiempo.
Suan kuu jaa káñuva’ayo ku’e kitiun-na. Chi jániyo jaa távayo lélu, ja távayo chuun, ja
távayo tiku, jaa jákiyo ina yiki, nasaa nuu kiti-un; te jániyo jaa kíkuna’iyo yata ke’é nayiu
ñúa, te nuu náyuu nikakui kaa kixi-i te ni ki’iniyó chun-i te kua’aniyó jín.
Así es cuando tenemos el nahual. Porque, el sueño nos revela que uno va a sustraer
animales de los corrales de la gente que pueden ser: borreguitos, gallina, cochinitos,
perritos, entre otros, así mismo, nos revela el sueño que nos acercamos a las casas de
las gentes a escuchar si todo está silencio, señal de que ya están dormidos, entonces,
rápidamente se lleva uno algún animal comestible.
Máni suan ni janirí, te onte jaa níki’iri in chinka te ñua te tua noo jani kutiri jániiniro sá,
onde jaa kua’ayo kiu vina.
Este tipo de sueño estuvo presente conmigo siempre y hasta que el mismo sueño me
anunció que me hirieron, entonces desapareció hasta nuestros días.
Mani in fortuna luli nunda’anari yuana yoo janiun nuri koo jaa kíki’iri noo kiti chi tua kuti,
koo kua’a xan tindo’o ni jitori jin macho kitiun, chi ni ntujako yiki jikari, va’ani jaa ichi yaa
ni kiu balaun te ni nuu ichi suku ja’ari, koo ni kuu yakua ii yiki jikari, tuu nintuva’a kuti-
ján.
Ahora, sólo sueño de lo que sé hacer para aliviar a nuestros hermanos, pero nada de mi
nahual, pero mucho padecí de este animal, pues mi clavícula es la muestra de todo ello,
lo bueno es que me tocó la bala en este lugar y bajó a mi tobillo, pero mientras quedó
deforme mi clavícula.
Jaa siki ñuáte nijiniri tana jaa kuu jaa ntákuyo yáana, jaa ta’ayo jaa ñu’u ini, jaa ta’ayo
nani nti’i ku’e, ñua kuu tuuna.
A causa de este caso que viví, fui aprendiendo sobre todas las hierbas que sirven para
curar el nahual y otras muchas enfermedades que padece la gente.
¿Ndasa kuu jaa ndakuyo kue'e sau, ku'e tachi sau?: ¿Cuál es la razón de padecer
esta enfermedad?
Te ndákuyo chi jaa ónde jaa ni kakuyo, ndákuyo kitiñúa, ndákuyo taka tikacha sau yáa,
xi nanintii kiti io nuyiu yáa chi suan ni tita'an Dios yo vaiyo nuyiu yáa jaa suan ndakuyo
kitiun-na.
Padecemos el nahual, porque desde que nacimos, tenemos una relación estrecha con
un determinado animal o algún elemento de la naturaleza, como es la lluvia, el rayo, el
viento o como ya dije de algún animal.
Te ñúa kuu jaa vai kue'e ñúa-na, te nuu ninunkava jaa ku'uyo, te tuu kuniyo nduva'yo, te
ki'ituyo nuu in kuentu, nuu varaja xi nuu jaa jáni yiti te kanitu tu'u jaa suan ta'ayo.
Ñuate ntukuyo yuku xi kakatauyo nuu in ñatana te kunitu yuku-yó a xiniyo, a yatayo, a
nta'ayo, a ja'ayo nténu sa'ana, ñuana te ntikonina.
De ahí se buscan las hierbas o en su caso pedir a alguien que sabe curar para que
auxile al enfermo en ponerle cataplasma de hierbas que se requieren en la cabeza,
espalda, manos o pies para que se calme su dolor.
Xi jáni nuu niyoní, nuu niyoni in jani nuuro jaa in nayiu ñúa ni chaani, a ni jaa in yuku ni
ji'iró xi naa tana nínasa'aró te nayiun kuu jaa kii nastuu in ntiu-yo, xi naku'uni yuku-yó, te
kuxoo-ni má chi ninani'i ntu maa nuu.
Te jaa kuu-tu ya'a chi , kantaku jin nayiu ñúa, kaki'i ta'a-yo jin nayiu ñúa-na, chi nasuu
máaniyo jika chi tini ta'ayo.
La explicación del caso anterior es porque, no sólo una persona tiene una relación con
el nahual, sino, de él penden dos personas o más, ellos son compañeros y pueden
auxiliarse en un caso de estos.
Suan yoo chi jaa nikuntari siki yuku yáa, te nijikari, chi nayiu kua xáan nintukaniri jiin
yukuyá, nijikontuu kutiri ñuuyá, nintokaniri jin yukuyá, koo jaa kantuva'ani te kantuva'ani
nayiu-ú.
Así es, una vez que me especialicé sobre el uso de las hierbas del nahual, recorrí
diferentes pueblos alrededor del nuestro y a mucha gente lo alivié de su mal.
Ki'iri kiu vina-u ku'uniri yuku nayiu-ú te nuu tuu jatau yuku ichi ñúa-na, te ki'ikiri yuku yi'í
ñúa chi ióka vitamina, ióka valor yuku-un nakachiyo, te ku'uniri nayiu-un te inka kiu-un a
ni kantontani-i, kua'an xan nayiu San Pedro, kuu Tikua, taka lado nijikari jin yuku-un, koo
vina kuu jaa tuua chi máni médico-na
Iba el primer día y le ponía cataplasmas de hierbas secas a los enfermos y si no daba
resultado, al día siguiente volvía a ponerle otro cataplasma pero de hierbas verdes o
recién cortadas porque tienen más fuerte sus elementos, con esta acción, las personas
recuperaban la salud inmediatamente, así recorrí con mucha gente, por San Pedro,
Tucúa, Chalcatongo, hoy estoy viendo que la gente se va alejando de nuestra medicina,
pues sólo acuden con los doctores.
Jaa kuu jaa ntukuyo yuku tana-un: Búsqueda de hierba medicinal
Jaa kuu jaa ntukoyo yuku-un chi kuuni nani kiu kuu máa, nene nuu ntito jani ñuva'yo, chi
nani hora, nani kiuní te ki'iyo, te nuu ni nakuni niyó nténu in jika kava xi yata kava-un te
suu yuku taaná kui-na.
Nasuu jaa nakuatuyo, xi noo sa'ayo chi kuenta jaa kuna'a xiniyo ntasa ni ka'a janiu jí-nyo
te kua'ayo jika jika-yo te a kuu nuú ninakuniyó yuku-un te nikuni-na.
En el momento del corte, no se hace ningún ritual, solamente hay que guiarse por el
sueño para reconocer la hierba, tiene uno que recorrer hasta dar con la hierba indicada
y nada más.
Jaa kanuu kita'an jin yuku-un kuu ntiu chuki jin ntiu saana, a ni-ichi maa yuku luli-un xi
yi'i-i koo ntikoyo-i te sakanu-i jin ntiu te jako nu'uni nayiu ku'u-na, ñua te kantova'i-ní.
Tiñu jaa sa'ayo te kuniyo noo kue'e kata'a ta'ayo jinai: el mecanismo para saber que
enfermedad padece la gente
Ndíni kuu jaa sa'ari, tavari jin jika, jin baraja, ke'eri barajaun chi ntari kuu ñua, ke'eri
jikaun chi suni nta'ari kuu maa, te suni janiri yiti, suni jaa kuu tuchi nta'a chi suni ti'ri-ní.
Nuu yitiun chi, kavayo mayo, stúyo mayo yitiun te kaniyo yitiun nuu santoyo, te kotoyo
nuu naa seña kua, a ñuntei, xi jaa ntákuyo ñúa kuu, te nuu jaa ntákuyo kuu chi skákunu
iin tintiki ñuu kuan, skékunu iin kuan chi suku xan kaa ñu'uma tuu kua xini yitiun, te ské
iin tintiki ñu'u; te nuu ñuntei, ku'e nuyu'u kaka'atu mayo, kánani iin ñu'u kuan luli te
nisxunkoo jaa yitiun, ñua chi lugar ku-un, te nuu nikanani iin ñu'u kui luli, ñua kuu jaa
jiniri nuu yiti-un.
Te jaa kuu-tu tuchi nta'ayo ñúa chi, tin-yo tuchi nta'a tá'ayo ñúa-te nuu ví'na, ví'na kánta
xi tua kánta kuti, nintiko kutini tuchi-un chi ke'e maldad, ku'e taasi kutu-un, ku'e nayiu
kuutu ñua, te nuu niti-into te vina ko vina jinu tuchi-un, te ñua chi mani ku'e nuyu'u, ku'e
lugar kuutu ñua, ñúva'atu iin jaa kuu-tu ñuntei, jaa kuu-tu ñi'i, jaa kuu jaa ntákuyo ñúa.
Por su parte, lo que se refiere al pulso, si el pulso se mueve muy lentamente, casi
imperceptible, o total desaparición del pulso, indica que la persona tiene una maldad o
brujería, otra seña es cuando, se toma el pulso y éste, se mueve muy rápido, indica que
es espanto, así, hay señal si el baño provoca el mal o si es nahual.
Te nuu ja'a kií, ja'a kií-tu tuchi ñúa, nikuviji tuchi ñúa, chi ku'e nuyú'u ntucha kuútu ñua.
Si el movimiento del pulso, va y viene, y se encuentra sin calor, eso indica espanto de
agua.
Te nuu ninakaka yatani tuchi nta'ayo chi maa kiu maa ñúu-ka chi a kio vina xi kio ichan
koo kaka-yo chi maa kiua máa, chi kio.
Ahora que si el pulso, se regresa con dirección al corazón, eso es indicio que
irremediablemente el enfermose va a morir.
Nuu ninakaka yata tuchi-yo chi maa kiua, tuchi nta'ayo, tuchi cha-nyo, tuchi si'i-nyo, ti'i
kuanankoi ichi añuyo chi maa kantaka mayo.
Te jaa kuutu barajaun chi, nuu roo chaa chi cavallu de oro kusikiro jin, te jasi'i chi
kusikiña jin sota de oro, te suni ísiki sota de vastu, te suni isiki rey de oro, te suni ísiki
kavayu de vastu, kuun jaa kaisiki jin cartaun, ñua te ni jinio, chi ni skánankavani maa
número ñua te kua jíniyo noo kata’an ñani ta’an-yo.
Te nuu nikanankava rey espada, kavayu espada, kanakava sota espada, mánimá
contrario kuu ñua, te kotoyo mayo chi, aá io nayiu jaa Kasai tana yoó xi kajani ini jaa sai
tana, xi jaa sa’a ntevai jin-yo.
Tuu jiniri nuu, koo jaa nijari in libru luli, te kau ñá kau ñúturi in tau, ñua te nijiniri jaa suan
yo, kutauri nuu nánañuro jaa ni chinteña ruu escuela te nikuu nai in tili, palabra ka’ari
kuu jaa kintoo ntau-ri.
Todo esto lo supe porque compré un librito que cuenta esto, leo poco a poco, entiendo
un poco, lo que me hace falta son las palabras para responder.
Ni kanteri uni-ni kua, sava kua ni kanteri “paratorio" kaka’atu jin escuelaun te ñua te
nija’turi primero, ntiuturi segundu nuu mastru Margaritu, nuu mastra Celia, ñuana te va
kuntenturinu koo, jitoro, suan vai maa nuyiuyá, nijinutu ntii Ché Cueva jin ntii xii-ro Sila,
ja siki ñua ninakaniri tu’u nuu nanañuro jina’ña, te nikatavaniña-ru, ñuate nikuu-ni jaa
nintooni escuelaun.
Fui a la escuela por dos años y medio, medio año estuve en “paratorio”, de ahí pasé a
primero y de ahí pasé nuevamente a segundo con el maestro Maragarito, la maestra
Celia, tal vez iva a seguir, pero se me ocurrió contarle a tu abuelita, que Che Cuevas,
ahora finado, corrío con tu tía Chila para robársela, eso motivó que me retiraran de la
escuela, caso contrario hubiera aprendido algo más.
Koo jaa kaka’atuyo siki tiun varaja luli ya’a chi, jani tu’u, nuu ta’ayo ku’e nuyu’u, ku’e
ñunte’i, ta’ayo ku’e sau, jaa nt’akuyo ñúa, ta’ayo in lugar nducha, ta’ayo in lugar ñu’u
ichi, xí noo inka ku’e kuu-tu maa koo ntí’i kiniítu maa varajaun.
Regresando sobre la baraja, éstas son muy nobles porque cuentan si tenemos espanto,
nahual, mal de la lluvia, señalan algún lugar en que nos asustamos, sea tierra seca, o
en algún ojo de agua o de río.
Jaa kejayo kakatu’uyo varajaun chi, sakanuu-yo, te ku’aro uni jika ntaro siki kavayu de
oro ñúa, te kentani maa nuu jaa bien xaan kua’ro-na, te nuu nikenta in jaa mal, te ñua te
nijininiyó jaa in ku’e kuu-na.
Kentani ma a ni’í nuu níkakuyo, xí ní’i viji, xi nikenta in ntucha, xi in nuu niyu’uyo, xi naa
kiti níxiyu’u-yo, a in koo, a in ina, xi naa kiti kuu maa, chi ñúa kákenta maa-ní.
Te sani chi nani kuan má varajun jani tu’u, saa kánuku’u inimá nayiu ñúa jinai noo
ntinto’o nikata’a máa jina’a. –jantaa suan nita’aná- kaka’atu.
Conforme la baraja va señalando los casos, las personas en ese momento van
recordando los hechos que le sucedieron y lo van reafirmando.
Ñuate, jaa kaka’atuyo jaa kuu kanasta “jika” ñúa chi, keja’ayo kakatu’yo suani, maa
nakuni’yo i’a nchoxi, chi suan-ni te nuu tuu kuni kuti kuiko, ñuanate, nakuniyo, nakuniyo,
nasaa nuu i’a, nasaa nuu santu, te saayo uni jika ventición siki jikaun, te nakaka
tu’utuyo, te jikoni maa.
Jaa jikatu’uyo-un te suu kuu maa chi jikoni jikaun ichi nta’a va’ayo, te nuu nasuu kuu chi
jíkotu ichi nta’a véseyo. Ñúa kuu jaa jíniyo nuu ku’e ñuntei, xi in nayiu jito u’u-yo te
kuntatui-yo xi kasui-yo in ichi te kuai-yo xi kani’i-yo, ñuate kúni jaa kotoyo mayo chi ka-in
contrariuyo nakachio.
La señal de la canasta se reconoce acertada si el giro lo realiza a la derecha, en cambio
si lo hace a la izquierda no es acertado. El giro de la canasta va presidida de la
pregunta y es en función de esto la conclusión final.
Kakatu’uyo jikaun nuu ntaa kaa varajaun, te nuu jikoni, te su jaa ntaa kuu, te nuu tukuni
jiko te nasuu jantaa kuu, jikaun kuu jaa ka’a nuu nikuu va’a tiñu jaa ni ka’a varajaun, nuu
nijani ntoo tu’u achio.
La importancia de la canasta recide en que es ella la que afirma si lalectura que procuró
la baraja es cierta o no esacertada.
Te nuu nika’a varajaun jaa in ichiun ni kenta jin kavayu de oro ñua te nija’ani vuelta
espadaun nayiu ntau ñua, te kotoro maaro chi kachaa ini nayiu jaa kanii roo.
Jikaun chi tuu chaa sani siki nayiun, chi ntoo ka’a, ntero achiri jaa, nuu jantaa kuu, te jiko
ichi nta’a va’ayo, te nuu nasuu jantaa kuu te jikoni ichi nta’a veceyo.
Taka nayiu jaa kasa’a tanaun chi uni kachiñu xan tiun kasa, kanakani kanakani ntasa
nikakuntaa siki tanaun.
Las personas que curan, tienen la particularidad de mostrar ante los demás una fe
inquiebranteble de lo que hacen, reiteran constantemente la forma de cómo fueron
aprendiendo el oficio.
Nuu nayiu kuu tanaun chi kanakani ntasa nikata’a, ntasa nika’a jani jín, ntasa ninaskuchi
yuku, ntasaka nikasa’a te nintuva’a nayiuun.
Taka nayiu kasa’a tanaun chi, tuu kaka’a jaa inka nayiu nikasta’a nuu chi jaa kaka kuu
jaa ni io in jani nuu te nikakenta kantuku, te vá’a jaa kixi nuu te ñua kuu jaa nikanakuni
yuku luliun nuu yoo maa.
El conocimiento que de las hierbas tienen, regularmente anuncia, que fue a través del
sueño donde les fue revelado y la fijación visual que tuvieron para reconocerlo en su
hábitat natural en que se encuentran, de aquí la efectividad curativa de la hierba.
Taka yuku jaa kuu ku’e ntákun chi ioni taka yoo koo onte ini tunchi nánamaa, te níni kuu
jaa kíntukuyo, nánama yuku luliun ini tunchiun chi jaa iin yoko maa te ñua kuu jaa tuu
noo ta’a, te sani tuu jaa kiti jaa keeti xi jaa kucha’an chi tuu naa nayiuu jaá yani, ñua kuu
jaa vatuni ja’anu, te sani chi ncha maa jin i’a yuku, ñua kuu jaa tana yuku luli ñúa.
Las hierbas medicinales, las que tienen el poder de curar las enfermedades del nahual
crecen en lugares muy escondidos como es en la profundidad de los zótanos, donde a
manera de invernadero natural genera una temperatura adecuada para el desarrollo de
ellas. Este lugar apartado, lejos de los contaminantes que genera el género humano, tal
vez es la razón por la que la hierba tiene el poder curativo, guardan también el enigma
propio para el fin que persigue el curandero.
Anexo: Medicina contra la enfermedad del nahual.
Origen vegetal
Yuku Sau
Pirul
Nuu Yuji
Yuku Mansu
Origen animal
Ntiu Chuki
Ntiu Sana
Origen mineral
Ñuu kanti
Nducha
Jatu Yatai
Yai Yikií
Saá Ta’á
Instrumentos para reconocer el padecimiento de la gente
Baraja
Vela
Canasta
Pulso
Tijera
YUKU TIKACHA SAU NTI’I
HIERBA DE LA LLUVIA
YUKU NTUA TAJA
HIERBA DE LLUVIA
YUKU NUKUÁ
ITA XKUIÑI
SIEMPRE VIVA
RUDA
YUKU NTA’A UXA
YUKU ÑI’I TUUN
YUKU RANIA
HUELE DE NOCHE
YUKU RIKON’TO
RESUMEN
El proyecto "Markets Mirrors of a Mixtec World" se enfoca en la documentación del
sistema de la economía (y en particular la economía vertical) de los mercados
regionales de la region Mixteca. En base a estudios arqueológicos, etnohistóricos y
etnográficos se llega a una reconstrucción del sistema cíclico de los mercados y la
economia vertical. El presente trabajo se enfoca en el estudio de los materiales textiles
del mercado de Tlaxiaco en el presente: particularmente en la producción de seda en
San Mateo Peñasco y de un tipo de faja (ceñidor) elaborado en San Agustín Tlacotepec.
Introducción
Como parte del proyecto, Estefanía Pampín Zuidmeer ha desarrollado desde el 2005 un
estudio, que se enfoca en la documentación y el comercio de material textil tradicional
en el mercado de Tlaxiaco en la actualidad. El presente trabajo se centra
específicamente en dos ejemplos de materiales textiles que han sido investigados: se
trata de las fajas o ceñidores producidos en San Agustín Tlacotepec, y el hilo de seda
elaborado en San Mateo Peñasco. Ambos pueblos se localizan en la región de la
370
Este proyecto forma parte del programa de investigación sobre ‘Mixtec City-States’, realizado
bajo la dirección de Maarten Jansen en la Facultad de Arqueología de la Universidad de Leiden,
Países Bajos, con el apoyo financiero de la Fundación Neerlandesa para el Fomento de
Investigaciones Científicas (NWO).
Mixteca Alta. Finalmente, estos productos son vendidos en mercados en la región de la
Mixteca Costa y el mercado de Tlaxiaco. Por medio de estos ejemplos se discutirá el
sistema económico de la economía vertical que desde siglos atrás tipifica la economía
de la región Mixteca. Nuestra intención es de hablar de este tópico desde una
perspectiva diacrónica y polífona, discutiendo patronos de transformación y continuidad
en base a los ejemplos que ofrecemos.
No era evidente, sin embargo, que la economía local iba a poder sacar ganancia alguna
de este monopolio. Recordamos que ya desde antes del siglo diecisiete una nueva
economía mundial, dominada por europeos, se había formado. España y Portugal
principalmente sostuvieron el mando sobre el comercio con las colonias del Nuevo
Mundo. Las doctrinas del mercantilismo protegieron mercados domésticos y apoyaron
exportaciones; varios tipos de fueros, excensiones y tarifas adaptadas desalentaron
cualquier competencia verdadera de las colonias y otros rivales extranjeros. Más allá de
Europa, las áreas periféricas se hicieron participantes dependientes en la economía
mundial como productores. Estos principalmente eran utilizadas para proveer Europa de
materias primas económicas; a cambio se les daba la oportunidad de comprar artículos
fabricados europeos, o sea era el lugar donde España podía encontrar la consumación
de mercado requerida para sus productos. Mientras tanto los europeos controlaron los
servicios de comercio y embarque haciendo de esta situación una de perfecta ganancia
para ellos.
Para el siglo XVIII Marichal indica que desde 1785 los precios y la producción se
disminuyen fuertemente y argumenta que se han nombrado sobre todo dos razones
para esto: primeramente el impacto de la crisis demográfica de 1784-1785 (durante que
más que de 300,000 personas murieron en Nueva España), profundamente afectó las
comunidades campesinas de Oaxaca y interrumpió la producción; y segundo, el impacto
de reformas fiscales y administrativas que reestructuraron formas tradicionales de
comercialización de la cochinilla en la localidad y, al mismo tiempo, implicaron
impuestos más altos por esta materia. “Por lo menos, es evidente que una serie
compleja de nuevas condiciones (demográfico, fiscal, administrativo y mercantil)
interrumpió niveles tradicionales de la producción local de la cochinilla en Oaxaca e
inició una fase de la decadencia relativa” (Marichal, 2006:12). Para una discusión más
amplia y profunda véanse Schell Hoberman (1991) y Marichal (2004 y 2006).
Terraciano indica que el comercio en los textiles conoce una decadencia aún mucho
mas antes de esto, en el siglo XVII: “cloth-trade collapses under goods produced by
mechanical looms in obrajes and imported cloth that were imported from 17th century
onwards” (Terraciano, 2001: 243).
Comerciantes que viven en lugares más lejanos visitan el mercado de Tlaxiaco una o
dos veces al mes y sobre todo cuando se da la ocasión de un mercado especial, los que
se centran al rededor de festividades anuales como la Semana Santa, las fiestas
patronales o las fiestas de Navidad. Se trata de comerciantes procedentes de la región
de la Mixteca Costa y de la ciudad de Oaxaca. En este caso los comerciantes pueden
ser las mismas productoras o sus familiares; en algunos casos son comerciantes que
compraron los textiles en sus propios pueblos o lugares vecinos y vienen a venderlos en
Tlaxiaco. Aquí en seguido daremos unos ejemplos de caso.
Existen dudas si la seda silvestre ya fue utilizada para fabricar prendas de vestir en
tiempos precoloniales. Ahora bien, es bien sabido que los españoles introdujeron seda
Bombyx en Oaxaca alrededor de 1530. Sobre todo en la Mixteca Alta la seda fue
producida con gran éxito. En menos de veinte años la Mixteca Alta supo manifestarse
como el producente de seda más importante del continente americano. Según
Terraciano esto se debe al hecho que la producción de la seda no requiere de grandes
inversiones y, como con el cochinil, “silk production relied on traditional native
mechanisms of labor …it required a great deal of seasonal intensive labor lasting only a
few months” (Terraciano, 2001: 234).
La calidad de la seda que fue producida en la Mixteca era de tan buena calidad que se
comparaba con la de Asia. Logra a obtener tal nivel que en el siglo XVII la corona
española prohibiera a la Mixteca de exportar mas seda como parte de un esfuerzo de
proteger a los productores de seda en España mismo. Esto obviamente es una de las
causas más importantes de la crisis económica en la que entra la Mixteca en este
periodo. No obstante, entre los años 1544 y 1580, la región de la Mixteca Alta, resultaba
ser la zona productora de seda más importante de la nueva España; en aquel entonces
los domínicos promovieron diferentes formas de trabajo comunal para lograr la
evangelización; además podían contar con que toda ganancia que los pueblos supieron
sacar del comercio, finalmente iba a llegar a sus bolsillos ya que eran utilizados
mayormente para construcciones dominicanas y decoración de los conventos
dominicanos.
Casi 500 años después, sin embargo, San Mateo Peñasco es en la actualidad el único
pueblo de la Mixteca Alta que se dedica a la cría del gusano de seda. En la actualidad,
es conocido que tres familias se dedican a la producción de seda. El señor Encarnación
Ortiz y su primo son las dos únicas personas que se dedican a su comercio. En estas
tres familias, las mujeres se ocupan con el cuidado de los gusanos de seda.
Una vez que obtienen los capullos, las mujeres cuecen los capullos hasta que son lo
suficientemente blandos para poder ser hilados, lo que ocurre con un malacate, un
instrumento también de origen precolombino. Una vez que la seda ha sido hilada, la
seda es teñida: en la actualidad se tiñe la seda con colorantes sintéticos pero también
con cochinilla.
Los comerciantes de la seda viajan cuatro veces al año a la región de la Mixteca Costa,
durante fiestas patronales de diferentes pueblos. Durante las fiestas patronales hay una
gran feria donde mercaderes de diferentes partes de la región de la Mixteca venden
productos típicos de sus pueblos. El señor Encarnación Ortiz y su primo venden seda,
textiles de lana o materiales sintéticos, productos de palma como tenates, sombreros y
petates, y verduras de las montañas como ajos y cebollas. Todos estos productos son
fabricados con materiales que no se pueden obtener de una forma natural en la región
costeña. En la costa, el hilo de seda se utiliza para la manufacturación de enredos de
boda.
Según el señor Encarnación Ortiz, cuando él era un niño, la mayoría de los hombres de
San Mateo Peñasco se dedicaban al comercio de larga distancia. En aquella época, los
comerciantes caminaban en grupos 7 a 8 días a través de rutas antiguas de camino
hacia la costa. El viaje hacia la costa era muy duro y a veces peligroso, ya que los
comerciantes andaban por las montañas y algunas partes del camino eran muy
empinadas. También era peligroso cuando había tormentas, los comerciantes tenían
que buscar algún lugar donde esconderse para protegerse de rayos. En algunas partes
del camino duraban horas para llegar a un pueblo, y a veces tenían que dormir todos
juntos debajo de un árbol o al pié de una montaña. Otros comerciantes recuerdan
historias muy similares de sus viajes de o a la costa, sólo que ellos transportaban otro
tipo de productos: instrumentos agrícolas, pez salado y chile seco, jicaras o camarón
seco. Algunos de ellos transportaban sus productos por medio de arrieros, otros
cargándolos ellos mismos o en un burro alquilado o propio.
Durante los años sesenta del siglo 20 se construyó una carretera en las cercanías de
San Mateo Peñasco, lo que facilitaba a los comerciantes a llegar a la zona de la Mixteca
Costa. Hoy en día, el señor Ortiz y su primo viajan en medios de transporte públicos. En
la ciudad de Tlaxiaco toman un autobús a Pinotepa Nacional. El viaje completo dura
aproximadamente 9 horas.
Otro tipo de textil que ilustra un ejemplo de economía vertical es la faja producida en
San Agustín Tlacotepec, un pueblo vecino de San Mateo Peñasco. Este tipo de textil es
en general conocido como faja o ceñidor, el uso de la palabra ceñidor o faja varía por
pueblo (en San Agustín Tlacotepec se utiliza faja), al igual que el uso, la longitud y
anchura, los colores, materiales y la iconografía del textil.
Este tipo de textil puede ser comparado con un cinturón en términos de forma y uso:
tiene una forma rectangular y se enrolla sobre la cintura, o el estómago (varía por
pueblo). La faja o el ceñidor es utilizado para diferentes objetivos; para sujetar el
enredo; de apoyo muscular durante actividades físicas pesadas; de protección durante
el embarazo; o para recuperar la forma de la cintura y vientre después del
alumbramiento.
En algunos pueblos la faja o ceñidor se utiliza únicamente debajo de un vestido o
pantalón y no es visible, como es el caso del pueblo de San Agustín Tlacotepec. En
este caso, el textil puede ser considerado como parte de la ropa interior. En otros
pueblos, la faja o el ceñidor debe ser vestido de una forma visible, sobre la ropa,
formando así parte de la ropa exterior.
El pueblo de San Agustín Tlacotepec conoce una larga tradición de comercio con la
región de la Mixteca Costa. Según un survey realizado en 1883 en los pueblos de
Oaxaca, los habitantes de San Agustín Tlacotepec se dedicaban en aquel entonces a la
agricultura de frijol, maiz y otras verduras, y al cuidado de ovejas. En las temporadas
secas, los comerciantes de San Agustín Tlacotepec se dedicaban al comercio en
diferentes partes de la Mixteca. En aquel entonces, iniciaban sus viajes a la Mixteca
Costa visitando primero a la ciudad de Oaxaca durante un viaje que duraba 8 a 10 días
de ida y vuelta, donde compraban alfarería, fajas, mantas, servilletas, patatas dulces y
nueces. Desde la ciudad de Oaxaca viajaban hacia la Mixteca Costa, a través de San
Agustín Tlacotepec, donde recogían fuegos artificiales elaborados en el mismo pueblo.
Siguiendo rutas de camino muy antiguas, llegaban a la Mixteca Costa, donde
comerciaban los productos procedentes del Valle de Oaxaca y San Agustín Tlacotepec.
En la región costeña compraban sal, pescado seco, chile, azucar moreno y loros para
vender en la Mixteca Alta (Cuéllar, 1976: 311).
A mediados o finales de los años treinta del siglo XX, los habitantes de San Agustín
Tlacotepec decidieron iniciar la producción de fajas para la Mixteca Costa, en vez de
comprarlas en la ciudad de Oaxaca. Entonces comenzaron tejiendo copias de las fajas
procedentes del pueblo Zapoteco de Santo Tomás Jalieza. En aquel entonces, las fajas
procedentes de Santo Tomás Jalieza eran muy populares, deseadas en varios lugares;
era utilizada en pueblos Zapotecos, Mixes y Mixtecos. Además, eran utilizadas hasta en
Mixco, un pueblo situado en el centro de Guatemala, donde era vendida por peregrinos
oaxaqueños quienes viajaban a Esquipulas para visitar y honorar al Cristo Negro
(Cuéllar, 1976: 311, 314-315).
Desde esta época, la producción de fajas para la región de la Mixteca Costa continúa.
La clave para esta relación económica de fajas era la utilización de un tipo de material
que no se puede conseguir de forma natural en la región costeña: la lana. Las ovejas de
pelo largo no pueden vivir en zonas de altas temperaturas como es el caso en la región
de la Mixteca Costa. Además, las mujeres de la zona costeña visten enredos pesados
que son sostenidos por fajas. Según las tejedoras de la Mixteca de la Costa, las fajas de
algodón no sostienen sus enredos, y por esta razón necesitan fajas de lana, que son
más sólidas. Según algunas tejedoras de la Mixteca Costa, las únicas fajas aptas para
sus enredos en la región de la Mixteca son las fajas de San Agustín Tlacotepec. En la
actualidad, la mayor parte de las fajas de San Agustín Tlacotepec son producidas con
fibras sintéticas. Estos hilos no son tan gruesos como los hilos de lana que utilizan para
tejer las fajas. Pero para poder obtener la misma soledad, unen dos hilos de fibra
sintética y los hilan hasta conseguir un hilo de aproximadamente la misma solidez y
grosura que un hilo de lana.
Otro factor importante que impulsa esta relación económica vertical entre ambas
regiones es la necesidad mutua. El pueblo de San Agustín Tlacotepec necesita pescado
salado, bules, jícaras y malacates, productos propios de la costa. En la región de la
Mixteca Costa la gente quiere productos de palma, como tenates, petates, soyates, la
seda y las fajas, productos típicos de las montañas. Interesante también es el hecho
que pueblos como Pinotepa de Don Luis y San Pedro Jicayán están especializados en
la producción de enredos y servilletas con un telar de cintura. De todas maneras, no se
dedican a la producción de fajas. Ellas están seguras que pueden tejer las fajas, pero
como están muy ocupadas con el tejer de enredos y servilletas para el propio pueblo, no
les queda tiempo para tejer otro tipo de textiles. Por esta razón compran fajas del
pueblo de San Agustín Tlacotepec.
Conclusión
La seda es un producto que se cultiva óptimamente en zonas frias; las fajas de San
Agustín Tlacotepec eran, en el pasado, producidas con lana de ovejas, también un
recurso natural que corresponde a zonas frías. Comerciantes procedentes de la región
de la Mixteca Alta viajan a pueblos en la costa donde intercambian seda y fajas por
productos típicos costeños, como pescado seco, bules y jícaras. Estos productos
costeños son, a continuación, llevados a los diferentes mercados de la región de la
Mixteca Costa, entre otros el mercado de Tlaxiaco. Este movimiento de productos en un
paisaje vertical hoy como ayer, sigue tipificando la región Mixteca. Aunque el mercado
global haya traído materiales industriales y específicamente, en este contexto, textiles
modernos como zapatos y sombreros industriales al mercado de Tlaxiaco, hoy día los
mercaderes siguen viajando largas distancias para conseguir los recursos que se
requieren para manufacturar y vender los productos y textiles tradicionales que por
siglos han jugado un rol importante en la zona.
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Conflictos por Tierras entre Santo Domingo Ixcatlán y Chalcatongo de Hidalgo
Una Perspectiva Histórica
RESUMEN
El tema de los conflictos agrarios no es novedoso en la historiografía, pero la mayoría
de las veces se habla de los levantamientos agrarios de una comunidad en contra de la
elite gobernante: terratenientes, funcionarios locales, clero y el estado. Pero también
hay conflictos de comunidades contra comunidades. En este ensayo se pretenden
analizar las diversas causas de un conflicto de este tipo, así como las consecuencias
que dejó la mentalidad expansionista, explotadora, saqueadora y dominante de los
españoles en territorios que no compartían la misma idea sobre la tenencia de la tierra
ni sobre la explotación de la misma. Como consecuencia hoy en día tenemos arraigada
una mentalidad colonialista, resultado de un etnocidio que se sigue reproduciendo muy
sutilmente. El caso que presento es un ejemplo de un conflicto artificialmente creado por
las mentalidades colonialistas internas de cada comunidad.
“Dos muertos por ambos bandos ha dejado en las últimas horas el conflicto
agrario entre Chalcatongo de Hidalgo y Santo Domingo Ixcatlán así como
lesionados y desaparecidos es el saldo de los enfrentamientos y el cierre de la
carretera federal que comunica con poblaciones de la Sierra Sur. ….
Con las muertes de Epifania Ruiz y Florentino García Santiago, de Chalcatongo
e Ixcatlán respectivamente aumenta la tensión en la zona, mientras que el
delegado de gobierno David Mayrén acusó al senador de la República, el
perredista Salomón Jara Cruz de estar metiendo las manos en el asunto agrario
favoreciendo a Chalcatongo dijo en entrevista telefónica. Asimismo declaró que
hay siete personas desaparecidas de la población de Santo Domingo Ixcatlán,
una de ellas fue encontrada sin vida esta mañana, se trata del campesino
Florentino García Santiago de 37 años de edad.
En su caso los pobladores de Chalcatongo exigen al gobierno estatal que se
limpie la zona del conflicto en donde Ixcatlán construyó techumbres y veredas,
como medida de presión cerraron la carretera federal que transita del Progreso a
la comunidad de Yosondúa que comunica a las poblaciones de la Sierra Sur
como Santiago Amoltepec. …. Por su parte los pobladores de Santo Domingo
Ixcatlán definitivamente no aceptaron dialogar en Chalcatongo, y han advertido
también a las autoridades que de llegar a violentarse la situación los únicos
responsables son ellos porque no han podido solucionar el conflicto, el
presidente municipal Fredy Morales ha denunciado que las autoridades están
cerradas para que se respete la resolución presidencial. Desde hace tres
semanas el conflicto agrario se recrudeció cuando el presidente de Bienes
Comunales de Chalcatongo, Alejandro Ramírez Quiróz denunciara la invasión
que realizó Ixcatlán en el poblado La Paz donde construyeron techumbres y
realizaron brechas.”
(Reporte: Rebeca Luna Jiménez, 07.06.2007)
”Un grupo de 200 personas con armas de alto poder, encabezadas por Freddy
Morales Arias, de la comunidad de Santo Domingo Ixcatlán, Oaxaca, atacó y
destruyó las viviendas de 40 comuneros de Chalcatongo de Hidalgo, denunció el
presidente de bienes comunales, Alejandro Ramírez Quiroz. Hace dos años, los
agresores ocuparon ilegalmente mil 356 hectáreas de la comunidad de
Chalcatongo, que respalda su posesión con títulos virreinales, y amparándose
en que son “amigos” del gobernador Ulises Ruiz y están en la tierra natal de
éste, empezaron a generar conflictos. El 25, 26 y 27 de diciembre dispararon
contra las familias del poblado La Paz, robaron sus pertenencias y ganado, y
destruyeron sus casas. Luego, del 8 al 13 de enero de este año, agredieron a los
pobladores de Reforma y con lujo de violencia iniciaron la apertura de un camino
en el tramo del panteón de la comunidad hacia el lugar conocido como Laguna
Colorada, destruyendo cultivos, y aunque desde 2005 están en la zona 40
elementos de la policía estatal, no hicieron nada para detener las agresiones
contra los comuneros, detalló Ramírez Quiroz.
Acompañado por Efraín Quiroz Eras y Anacleto Soria Cortés, del consejo de
vigilancia, y por el comunero Vicente Santiago Quiroz, el presidente de bienes
comunales narró que los agresores visten ropas estilo militar y pasamontañas,
pero las autoridades estatales no intervienen. Incluso el procurador de Justicia
del estado, Evencio Nicolás Martínez, dijo que “sabe bien del caso porque es el
pueblo del gobernador”, pero no hace nada para detener las agresiones de los
invasores.” (Reporte: Matilde Pérez U., 24.01.2008)
371
Para la arqueología de la región, véase Cruz López, Zenaido. Patrón de asentamiento en
Santa Catarina Ticua. Tlaxiaco Oax. México: Tesis ENAH, 2002.
este proyecto intento argumentar esta situación del colonialismo interno, siendo esta
una de las corrientes teóricas (postcolonialistas) que me ayudaran a argumentar mi
teoría respecto de este conflicto.
En cuanto a el análisis de el discurso de cada una de las dos partes en conflicto, hay
que retomar la teoría de Michel Foucault acerca del orden del discurso, ya que cada
comunidad tiene su propio discurso donde se puede entrever como dice Foucault que el
“discurso no es simplemente aquello que traduce las luchas o los sistemas de
dominación , sino aquello por lo que, y por medio de lo cual se lucha, aquel poder del
que quiere uno adueñarse”.372 En efecto lo que dice Foucault se aplica a los discursos
de las personas que se refieren al conflicto como si quisieran convencer de que lo que
ellos dicen los hace poseedores de la verdad, ¿cuál verdad? ¿a quién en verdad le
pertenecen estas tierras? ¿por qué en Santo Domingo Ixcatlán se les prohíbe hablar de
la cuestión? Es acaso que como dice Foucault “yo supongo que en toda sociedad la
producción del discurso esta a la vez controlada, seleccionada y redistribuida por un
cierto numero de procedimientos que tienen por función conjurar los poderes y peligros,
dominar el acontecimiento aleatorio y esquivar su pesada y temible materialidad”.373
Por otro lado está la parte diacrónica y sincrónica donde gracias a la consulta de los
archivos se permite reconstruir la perspectiva histórica de esta sociedad Ñuu Sau (o
antiguamente Ñuu Dzaui) que ha pasado por la colonización, revolución, e
independencia. El análisis de un documento del siglo XIX puede indicarnos
antecedentes de una época mas atrás, y así la secuencia de los documentos nos van
explicando el porqué de muchas cosas, lo que a simple vista o a simple leída de un solo
documento no se podría contextualizar, ya que el conflicto a lo largo del tiempo se ha
acomodado y reacomodado debido a los sucesos históricos que ha ido recorriendo. Por
una investigación histórica profunda de la tenencia de la tierra todo esto se puede
reconstruir.
Volviendo al conflicto de hoy día, sin duda se produjo en los últimos 4 años una
intensificación crucial de todo el conflicto, que lleva aproximadamente 174 años, por la
demanda de tierras que por la deforestación está a la orden del día, por los escasos
recursos naturales y por el continuo derramamiento de sangre que desde hace ya
muchos años se ha seguido dando, pero además, sin lugar a dudas, por la resolución
que dio el tribunal unitario agrario el 3 de agosto de 1998 y que cedió la posesión legal
de las tierras en disputa a Santo Domingo Ixcatlán. Por este último hecho los de Ixcatlán
se sintieron con derecho de adentrarse a las tierras de las comunidades de la Paz y
Reforma quienes pertenecieran al municipio de Chalcatongo, dejando varios muertos
por ambas partes. Se acusa de dichas muertes al apoderado político o ex presidente de
Ixcatlán Fredy Eucario Morales Arias, quien estaba dentro de la organización UAMPI,
donde varios pueblos que pertenecían a esta organización tienen o tenían por objeto
recuperar sus tierras que les fueron confiscadas ya sea por otros pueblos vecino o por
el mismo gobierno. El caso es que este apoderado político de Ixcatlán cometió varias
injusticias ante la comunidad misma y la comunidad vecina. Esto se concluye de las
informaciones de mucha gente que declaró no estar de acuerdo con la política con que
estaba solucionando este señor el conflicto. Observaban que estas acciones les
perjudicaba a los mismos de Ixcatlán en sus relaciones personales de parentesco, en su
economía vertical e incluso en sus festividades internas, ya que estas acciones
372
Foucault, Michel. El orden del discurso. Tusquets Editores,1970, p.12.
373
Foucault, op. cit. p. 11.
provocaron un descontento que a su vez tuvo como consecuencia el enojo y la
venganza por parte de los de Chalcatongo.
Últimamente se sabe que este apoderado político está detenido por todos los atropellos
que cometió, pero no hay que olvidar que también los de Chalcatongo no se han dejado
y también han cometido varios atropellos en contra del otro pueblo como la quema de
casas que ya es un elemento común en este conflicto.
Con la teoría postcolonialista podemos enfocar la división que creó el colonialismo tanto
en las comunidades como en la periferia. Esta es una de las principales causas de los
conflictos por la tenencia de la tierra entre los mismos pueblos vecinos. Las envidias
entre si y las discriminaciones existentes son manifestaciones de la división (divide para
dominar), el mismo lema que Foucault incluye en su análisis del discurso. En otras
palabras esta teoría postcolonialista ayuda a entender que el conflicto es creado
artificialmente, a causa de las mentalidades influenciadas por el colonialismo interno.
Incluso nosotros los historiadores aun hoy en día somos influenciados por mentalidades
colonialistas. Por ejemplo el hecho de llamar “etnohistoria” a la historia indígena, implica
una perspectiva colonialista que los pueblos indígenas “no tienen (verdadera) historia”.
Esto nos hace recordar que mucho tiempo la antropología ha jugado un papel
estratégicamente servible para el gobierno y demás funcionarios que quieren unificar y
hacer incorporarnos a nosotros los indígenas para tener un proyecto de nación. De
alguna manera el lema Porfirista de finales del siglo XIX bienestar y progreso aún hoy
en día se refleja en mis abuelos, padres y demás gente que me rodea, que esperan que
en vez de aprender mixteco aprendan inglés – fue así como mucha de mi familia dejó
de hablar el mixteco, esto como signo de progreso para adentrarse a la periferia y dejar
atrás su cultura ya que se veía como un signo de atraso.
Creo que un mayor ejemplo de esto son las palabras de Bonfil Batalla: “Agréguese, en
muchos casos, la actitud de autoridades locales “progresistas”, ansiosas de probar a
cualquier precio que aquí, en este pueblo, ya no hay indios o ya son menos: nos hemos
vuelto “gente de razón”. “La mirada del colonizador ignora la ancestral mirada profunda
del indio para ver y entender esta tierra, como ignora su experiencia y su memoria.” 374
374
Bonfil Batalla, Guillermo. México Profundo. Una civilización negada. México: Grijalbo 1984, p.
46.
Estas palabras de Bonfil Batalla las he retomado porque creo que en este conflicto no
solo la mentalidad colonialista interna es la causante de un conflicto artificial hecho por
ellos mismos. Cuando uno revisa los documentos del siglo XVIII, sobre todo el famoso
documento de Don Pedro de Velasco y Arellano, uno se encuentra con problemas de
genealogías que no coinciden y de problemas por tierras y limites entre caciques de
origen español y mixteco, que al contraer parentesco con las mujeres o viceversa pasan
a ser dueños de las tierras que le correspondían a su mujer, etc. Así es como se van
dando los casos de los municipios que son cabeceras y los que son pueblos sujetos,
siendo esta también una causa arrastrada para reavivar el conflicto en los siguientes
años. No solo se trata de Chalcatongo e Ixcatlán, sino son otros cinco pueblos que los
rodean y que alguna vez fueron parte del cacicazgo de los Velasco y Arellano. Se crea
un descontento con los demás pueblos cuando después de pertenecer a la cabecera de
Chalcatongo se dividen sin mas y deben crear sus limites cada vez las dos partes. Y
para todo este proceso eran imprescindible ir a pedir a la corona española que mandó
un sin fin de cédulas reales y títulos primordiales, dando tierras que ni siquiera en su
vida los españoles habían visto y que no sabían el problema que esto acarrearía al dar
propiedades que tal vez no correspondían de esa manera. Siendo este otro principal
detonador para que las comunidades se pelearan entre si. Y muy bien le quedó a los
burócratas españoles este método, ya que mataban dos pájaros de un tiro: por un lado
dotaban de tierras comunales a los municipios para que tributaran más a la corona y por
otro lado los dividían para dominar y que no se unieran para levantarse en armas en
contra del clero, la burocracia y el estado. Fue un muy buen trato para tenerlo así por un
buen tiempo sin saber o sin importarles lo que esto acarrearía a lo largo de los años
para las comunidades.
Antecedentes históricos
375
Véase Jansen, Maarten & Gabina Aurora Pérez Jiménez. Historia, literatura e ideología de
Ñuu Dzaui. El Códice Añute y su contexto histórico-cultural. Oaxaca: IEEPO, 2007.
las rancherías de Chalcatongo como Abasolo y Providencia, donde existieron las
mismas especies de animales que en la de Chalcatongo.
En cuanto a Santo Domingo Ixcatlán, es un pueblo pequeño (pero tal vez no siempre lo
fue) y hasta ahora no se ha identificado en algún códice. Su nombre esta en Náhuatl y
quiere decir “Lugar de Algodón”. Según la tradición oral de los vecinos de este pueblo
se nombró así por la existencia de una piedra blanca dentro de la comunidad donde se
aparecía Santo Domingo con sus borregos.
Peter Gerhard describe esta área en su gran obra Geografía Histórica de la Nueva
España, 1519- 1821 (México: UNAM, 2000: pp. 292-299) y dice:
Ubicación Geográfica
376
Compárese también Cook Sherburne F. The population of the mixteca alta 1520-1960.
University of California 1968.
animales comen todo lo que hay a su paso; me refiero a toda clase de hierbas y
pequeños arbustos.
La mayor parte de la Mixteca Alta, cae dentro de esta vasta y compleja jurisdicción situada en el
noroeste del estado de Oaxaca. El clima es en general seco y fresco, y la mayoría de los
asentamientos se encuentran a 1 800 -2 500 metros, aunque los extremos van desde 800 hasta
3 400 metros. Las montañas más altas están cubiertas de bosques, mientras que en otras partes
la erosión es severa y la vegetación escasa. Desagua hacia el noroeste por el sistema del
Balsas, hacia el sur por el rió verde y hacia el noreste por el Papaloapan.
Ixcatlán pertenecía a la cabecera de Yolotepec de donde es el famoso lienzo de Yolotepec del
cual pienso mencionar en el análisis de títulos para ver si siempre perteneció Ixcatlán a
Yolotepec o desde cuando fue sujeto.
Nueve cabeceras de esta jurisdicción (Achiutla, Atlatlauaca, Atoyac-Yutacanu, Cuicuila,
Chalcatongo, Mitla, Ocotepec, Tlatlaltepec y Yucucuy- Tlazoltepec) fueron encomendados por
cortes al conquistador francisco Maldonado. La viuda del conquistador Francisco Maldonado,
Isabel Rojas se caso en 1548 con Tristán de Luna y Arrellano quien heredo la múltiple
encomienda y fue sucedido en 1573 por un hijo, Carlos este ultimo vivía aun en 1597.
Yolotepec e Ixcatlán estuvieron encomendados a un poblador, Alonso de Castellanos, sucedió a
comienzos de la década de 1560 por un hijo del mismo nombre que todavía vivía en 1597.
En 1562 se establecieron dominicos y clérigos seculares en Chalcatongo y Yolotepec. Santa
Catarina Cuanana fue separada de Chalcatongo en 1699-1700. Santa Cruz Itundujia (secular)
fue separada de Chalcatongo en 1715.
Santa Maria (Natividad) Chalcatongo (Chalcatongo; Nuundeya; 1950: Chalcatongo de Hidalgo,
Villa) tenía afines del siglo XVI ocho estancias, la mitad de ellas cerca de la cabecera en partes
altas y la mitad al sur en tierra caliente. En 1603 todas debían ser reducidas a dos sitios, la
cabecera y Santa Cruz Itundujia; todas menos una, sin embargo sobrevivieron o resucitaros
como pueblos en el siglo XVIII. Las cercanas a la cabecera principal era Santiago Yosondua
(Mizteguaca), San Miguel el grande (Ñucano), Santa Catarina Yosonotu y San Andrés Tiza (que
no se vuelve a mencionar después de 1603).
Alrededor de Itundujia, pueblo) estaban los Reyes, Santa Lucia Nutneñu (Monteverde) y San
Andrés Doyoñana (Xácala: ¿Cabecera nueva?) hacia el sureste había otros dos lugares ambos
pueblos en 1745-1803, que aparentemente eran sujetos lejanos de Chalcatongo: Santa Catarina
Cuanana (guanana) y San Mateo Yucitindo. Yolotepec (1950): santo Domingo Yolotepec,
pueblo), tenía lo que quizás fuera una cabecera subordinada, Santo Domingo Ixcatlán, en el siglo
XVI, así como una serie de estancias. San Miguel Ixcatlán Ituyucu y Santa Cruz Tacahua
(Noditacahua) eran posiblemente sujetos.
377
Efectivamente la ley a la que me refiero es la ley Lerdo de 1856 que produjo una serie de
problemas de la tenencia de la tierra tanto de los caciques con el pueblo como el clero con el
estado y la declaración de todas sus tierras del clero que como ya eran demasiadas no podían
declarar tantas posesiones de tierra a el estado y dichas tierras fueran confiscadas por el mismo
estado. dicha ley esta mencionada en un documento que encontré en el archivo municipal de
Chalcatongo y que dice:
“Circular N3 .- Chalcatongo, Ixcatlán Santo Domingo, San Miguel, Tacahua, Yujia, Tindaco y
Tijaltepec: Propongo a las autoridades de los pueblos anotados al margen formen y remitan a
Antecedentes del conflicto
Chalcatongo ha tenido una larga tradición de conflictos entre sus colindantes. Cabe
mencionar que la mayor parte de los conflictos han sido durante el siglo XVII Y XVIII. Un
temprano conflicto por límites de tierra lo tuvieron con Achiutla en 1702, ubicado al
oeste-norte de Chalcatongo. El pleito era entre Jacinto de Guzmán, cacique de Achiutla,
y Pedro de Velasco y Arrellano, cacique de Chalcatongo, sobre la posesión de
cacicazgo de Chalcatongo. Otro conflicto fue con Santo Tomás Ocotepec, que se
encuentra ubicado hacia el noreste de Chalcatongo. Este conflicto se dio casi durante
todo el siglo XVII, según los documentos que revisé en el Archivo General de la Nación
(AGN).
Un tercer conflicto lo tuvieron con Santa Cruz Itundujia, ubicado al sur–este de
Chalcatongo. Dicho conflicto se dio cuando Yosondua aún pertenecía o estaba sujeto a
Chalcatongo. Este pequeño conflicto se registra en los documentos encontrados en el
AGN con fecha de Octubre de 1801; donde Ventura Velasco cacique de Chalcatongo
era apoderado de Yosondua pueblo que colinda con Itundujia. Según un documento del
Ramo de Tierras (Vol.2951 Exp. 54) el cacique Ventura Velasco estaba invadiendo los
linderos de Itundujia.
El cuarto conflicto se dio con Santa Catarina Ticua, ubicado al noroeste de Chalcatongo,
el cual tuvo lugar durante el principio del siglo XIX y que al igual que el anterior fue un
conflicto por deslindes. Supongo que la principal causa fue que anteriormente Ticua
estaba dentro de los pueblos sujetos a la cabecera de Chalcatongo y que al igual que
los anteriores pueblos a la hora de la ruptura de la cabecera de Chalcatongo se dieron
los problemas por deslindes ya que no se tenía claro la línea divisoria que tal vez nunca
existió.
El quinto y último conflicto hasta ahora identificado fue con San Miguel el Grande que
duró gran parte del siglo XIX. En este caso se disputaba una gran extensión de tierra
que ahora le pertenece a Chalcatongo gracias a la posesión de los títulos de Don
Pedro de Velasco.
Quisiera también mencionar que gran culpa de estos conflictos fueron causados por la
producción masiva de “mercedes o títulos” que se expidieron por parte del rey en la
época colonial. Lo que acrecentó más aún el problema fue que el rey sin conocer las
tierras ni las colindancias expedía reales mercedes que los pobladores de dichas
comunidades utilizaban como títulos para litigar sus tierras que según ellos se las había
concedido el rey. Todo esto al final tenía un gran impacto. A la vez se produjo un
choque con los documentos que presentaban los de Chalcatongo, que eran títulos que
explicaban toda la genealogía de el cacicazgo de los Velasco y Arellano, quienes fueron
esta jefatura una noticia de los terrenos adjudicados en sus pueblos respectivos de conformidad
con la ley 25 de julio de 1856 y demás disposiciones relativas sobre la desamortización de
bienes comunales. La noticia debe contener precisamente los dotes siguientes: nombre de los
adjudicatarios o actuales poudores. Municipio a que pertenezca el terreno, nombre de la finca,
extensión de terreno en hectáreas, fecha en que se dieron las adjudicaciones, capital que se
reconoce en el terreno a favor del municipio, fecha de las reducciones que se hagan hecho,
cantidad que readeudan por réditos, que ramo se explotan, que extensión de terrenos,
municipios no ha sido reducida a propiedad particular. Con fecha 11 de marzo de 1898. el jefe
político Javier Córdoba.”
dueños de la cabecera de Chalcatongo por un largo tiempo. Sin lugar a duda fue uno de
los grandes problemas que nos heredó la colonia y la Corona española con su
producción masiva de títulos y reales mercedes sin conocer el territorio ni la forma de la
tenencia de la tierra en toda Mesoamérica.
Dichos títulos que posee Chalcatongo son contenidos en un documento “Don Pedro de
Velasco y Arrellano cacique de Chalcatongo contra don Bernardino Maldonado y don
Jacinto de Guzmán sobre propiedad de cacicazgo”. 378 Fueron elaborados por el
conflicto que empezó a agraviarse por la posesión del cacicazgo entre Pedro de
Alvarado y Jacinto de Guzmán; donde los pueblos en disputa eran en San Pedro
Molinos, Santa Catarina Ticua, San Pedro y La Magdalena.
El conflicto desde sus inicios ha tenido muchas fases, mismas que se ven reflejadas en
los documentos y en el discurso que argumentan cada uno de los pobladores de ambas
comunidades e incluso de las comunidades colindantes.
La zona en conflicto comprende en su mayor parte bosques y zonas aptas para el
cultivo. El bosque al que me refiero esta poblado por bastantes árboles como encinos,
ocotes rojos, nebros, fresnos, pinos, cedros y capulines entre otros arbustos y
magueyes.
La fauna que comprende esta zona es muy rica ya que para estas épocas de lluvia se
menciona muchas veces en los documentos que los bosques son de extensa
cuposidad y de gran extensión. Y que con el, paso del tiempo algunas partes se han ido
deteriorando y otras han ido reverdeciendo.
Esta zona en conflicto es declarada en los documentos hechos por Ixcatlán como
terrenos comunales; esta zona comprende 1, 356-93-70 hectáreas. Mismas que hoy en
día eran ocupados por la gente de Chalcatongo pero que hasta hace unos cuantos
meses fueron desalojados para internarse gente de Ixcatlán en la comunidad de
Reforma para formar una nueva colonia que se llama Los Reyes. Cabe mencionar que
estas zonas mencionadas anteriormente fueron ocupadas por la gente de Chalcatongo
desde el siglo XIX.
La existencia de una buena extensión de tierras para pastar el ganado esta presente, ya
que muchas de las veces se presentan enfrentamientos por la intromisión del ganado
en estas tierras, lo cual conlleva al enojo de cualquiera de las dos comunidades y se
registran agresiones con armas y la quema de casas. O en su lugar esto se presta al
robo del ganado lo cual causa un disgusto muy grande entre los pobladores.
Por otro lado están las referencias documentales que plasman la expedición de los
títulos a favor de la comunidad de Ixcatlán que describen mas a fondo la zona en
conflicto de acuerdo a los trabajos técnicos que se hicieron en la zona en conflicto.
Dichos titulos se refieren a una copia certificada expedida en la ciudad de Oaxaca el 8
de julio de 1861, por los licenciados Juan Nepomuceno Cerqueda, Jose Maria Castro y
Jose Guerrero ministros de la corte de Justicia del estado en relación con las diligencias
del despojo promovidas por el pueblo de Ixcatlán en contra de Chalcatongo.
Los títulos dan principio por una petición hecha en 26 de marzo de 1851 ante el juez de
primera instancia del partido de Tlaxiaco , por el alcalde del pueblo de Santo Domingo
378
Véase también Jansen, Maarten. La Gran Familia de los Reyes Mixtecos, México: Fondo de
Cultura Económica, 1994, pp. 101-116.
Ixcatlán, haciendo la manifestación de las tierras pertenecientes al poblado y que son:
por el rumbo del norte las nombradas Inichu, Miniuna, Yucutuñu e Itubindia, las cuales
formando línea recta de oriente a poniente, dividen términos del pueblo de Yujia, al
norte e Ixcatlán al sur, con excepción del primero que separa los terrenos de Tacahua al
oriente, y el cuarto o sea Yucutuñu, los de Chalcatongo por el poniente, por este mismo
viento sirven los limites de sus propied, Itunbindia, Minisaye, Yabiñiñu y Disteyuro,
linderos que corriendo de norte a sur, terminan en los terrenos de Chalcatongo, al
poniente e Ixcatlán al oriente, Yoronira al sudoeste. De manera que las dos lineas
divisorias son los dos lados de un cuadrado, cuyo ángulo se halla en Itubindia y el
vértice ve al noroeste. Que al sur de Sinichu se halla otro paraje nombrado Yutuquivi
con que anteriormente lindaba Ixcatlán por el poniente y Tacahua por el oriente y por
introducción de los de Chalcatongo linda también este al norte y poniente.
Gracias a la lectura de este documento de carácter jurídico legal, uno puede darse
cuenta de la entreverdad que pretenden adueñarse tanto la parte que reclama los
derechos de dichas propiedades como los que están dentro de la zona en disputa.
Por ultimo quisiera mencionar que los terrenos comunales libres de conflicto abarcan
1,619-72-39 hectáreas que comprenden el pueblo de Santo Domingo Ixcatlán, mismos
terrenos que se encuentran en un estado deforestado y que no son aptos para el cultivo
ni para poder utilizar madera, ya que no gozan de un bosque por que solo tiene
pequeños arbustos, y algo muy importante que a diferencia de la zona en conflicto es
que en estas hectáreas no existe ninguna señal de agua o algún rió que pase por ahí.
Hipótesis
Recuerdo haber escuchado alguna vez a mis padres y a mis abuelos platicar de sus
viajes que hacían cuando eran mas jóvenes rumbo a la Costa, pero lo que mas me
llamó la atención es que platicaban de los abuelos de mis abuelos y de gentes que
ahora ya no viven, que en su infancia iban a trabajar a tierras que estaban muy lejos de
Chalcatongo; un cerro llamado Yucucasa que ahora pertenece a Itundujia municipio que
colinda con Chalcatongo, lugar donde antes enterraban a sus muertos. Esto según
coincida con el códice Selden el cual rebautizaron Maarten Jansen y Aurora Pérez
(2007) como códice Añute que habla de Chalcatongo como el lugar de la muerte donde
los antiguos descendientes mixtecos eran enterrados.
Bueno, todo esto nos lleva a comenzar hablar de las relaciones personales y
territoriales. Antiguamente las relaciones de pertenencia y tributo se expresaban como
lazos con determinado personaje – rey o reina – quien, de manera similar al mayordomo
actual, recibía los tributos para redistribuirlos u ocuparlos para ceremonias y otros
eventos de la comunidad. La tierra misma no era de nadie en particular, sino más bien
pertenecía a la deidad que vivía allí, y las gentes podían disfrutar de la cosecha en la
medida en que cumplían con sus obligaciones rituales. De ahí que hablemos de “tierras
comunales”. La gente vivía dispersa y sabía a quién tuvieron que tributar o prestar
ayudas, incluso pueden haber sentido lealtades hacia diferentes centros ceremoniales y
dinastías gobernantes. Los establecimientos de un pueblo al otro eran dinámicos, ya
que antes de la colonización se manejaban las tierras por “señoríos” y una vez que se
sabia de donde a donde pertenecían a un cierto grupo de personas todos tenían
derecho esas tierras pero nadie la habitaba por que estaban consideradas como tierras
de los dioses. Incluso tenían relaciones personales de matrimonios y compadrazgos.
Otra situación que he notado en mi familia, es que la creencia en algún santo de otro
lugar no impide no creer en el por el hecho de no ser de ahí, al contrario viajaban hasta
ahí para poder llegar hasta la iglesia de ese lugar, y pedirle algún milagro o bautizar a
los hijos ahí para que sanen, una vez así tal vez hasta llegaban a mudarse o casarse
con alguien de esa comunidad vecina estableciendo relaciones personales.
Con la colonización se introdujo la noción de la tierra como territorio, como algo material
que se podía delimitar, poseer y vender. El cambio de un sistema (precolonial) a otro
(colonial) causó que se trazaran líneas divisorias que antiguamente no existían.
Entonces los españoles y el clero comienzan a pedir títulos primordiales y visitar las
tierras para poner delimitaciones entre un pueblo y otro, si los de A están dentro del
territorio de B y viceversa, todo esto se vuelve un caos porque ellos trazan en los mapas
una línea recta que sobrepasa a las tierras originales. Cuando la gente de A por
cuestiones de lengua, costumbres e incluso de creencias, que a veces varían, no
quieren pertenecer a la comunidad vecina, comienzan a crearse desacuerdos acerca de
en dónde verdaderamente están los limites.
Agregándole a esto que dentro de los limites en disputa se encuentran varios recursos
naturales como son el agua, leña y tierras de tempranera aptas para el cultivo de trigo
maíz, fríjol, y otras variedades. No hay que olvidar que la madera constituye un muy
importante recurso natural, ya que en estas dos comunidades se acostumbra hacer las
casas de madera y cocinar con leña. En este caso noté que en la comunidad de Ixcatlán
la deforestación es muy rápida y que debido a esto la gente esta optando por hacer sus
casas de material de concreto, pero alrededor del pueblo hay muchas casas que están
hechas de adobe y que no tendrán mas de 40 años de haber sido construidas. Esto
demuestra que la deforestación y la falta de madera es más temprana. Incluso me di
cuenta que las personas casi no cocinan con leña porque es muy cara y no la poseen
en grandes cantidades como en Chalcatongo. Gracias a todos estos motivos el conflicto
tiende ha fortalecerse más y no poder resolverse.379
379
Sobre la comunidad indígena y la tenencia de las tierras: Wolf Eric. Pueblos y culturas de
Mesoamerica, México: Editorial Era, 1967; Rojas Rabiela, Teresa, y William T. Sanders (edt).
Historia de la agricultura Época Prehispánica. México: INAH, 1985; García Martínez Bernardo, El
marquesado del Valle: tres siglos del régimen señorial en Nueva España, México: El Colegio de
México, 1969; Colmenares, German Cali, Terratenientes mineros y comerciantes, siglo XVIII.
Universidad del Valle 1975; López Gomara Francisco Estructura económica y social de México
en la época de la Reforma. M’exico: Siglo XXI, 1967; Reina, Leticia. Rebeliones Campesinsas en
México (1819-1906), México: Siblo XXI, 1998; Mc Cutchen Mc Bride, George. Los sistemas de
propiedad en México. Problemas agrícolas e industriales de México.; Philip, Adams Dennis.
Conflictos por tierras en el valle de Oaxaca, México: INI Colección presencias 33, 1976; Katz,
Friedich. Revuelta rebelión y revolución, la lucha rural en México del siglo XVI al XX. México:
Ediciones Era 1990; Pérez, Jiménez Gustavo. La institución del municipio libre en Oaxaca:
prontuario de legislación orgánica municipal. México: 1968. Warman, Arturo. Los campesinos:
hijos predilectos del régimen. México: Nuestro tiempo, 1972; Aguirre Beltrán, Gonzalo y Ricardo
Pozas. La política del lenguaje en México: de la colonia a la nación. México: INI 1972.
parte de los grandes terratenientes, pero no logró erradicar la estructura interna
colonialista. Por esta causa hoy en día siguen persistiendo los conflictos por tierras
entre pueblos y entre la burocracia, y seguimos teniendo luchas por esta causa, y hasta
manifestaciones en pleno Paseo de la Reforma (Ciudad de México) de gente de
Veracruz que tuvo que llegar hasta encuerarse por ser arrebatadas sus tierras por un
burócrata y nadie hace nada.
An Ethno-archaeological Perspective on a Century of Trio Movement
Preliminary report
Jimmy L. J. A. Mans
Faculty of Archaeology
Leiden University
ABSTRACT
In this article the first set of preliminary results of ethnoarchaeological fieldwork among
the Trio from West-Suriname conducted in 2007 and 2008 are presented. In this
fieldwork an archaeological unit of analysis is adopted by starting from a single site
perspective. By connecting this anthropological study with comparative anthropological
data, earlier ethnographies and expedition reports, it becomes possible to create a short-
term perspective that helps us as archaeologists to elucidate the blindspot in
archaeology that is normally considered too speculative.
Introduction
380
Drooker, P. B. “Material Culture and Perishability”. In Fleeting Identities: Perishable material
culture in archaeological research, edited by P. B. Drooker, Carbondale: Southern Illinois
University, 2001, pp.6. ; Boomert, Arie. Trinidad, Tobago and the lower Orinoco interaction
sphere: An archaeological/ethnohistorical study, Alkmaar: Cairi Publications, 2000, pp.14.
sources, the archaeological data needs to challenge these preconceptions. The interplay
between on the one hand, confirmation of the concepts projected from the present and
on the other hand, the contrast the archaeological data may form, is what shapes our
perception of the prehistoric past.
Ethnoarchaeology
381
cf. David, N. & C. Kramer, Ethnoarchaeology in action, Cambridge: Cambridge University
Press, 2001.
subsequently project contemporaneity over several sites by discussing anthropological
models that are created in an ethnographic perspective (e.g. the Kula exchange from the
Pacific). In order to further integrate disciplines, the approach would benefit from
synchronising frames and units of reference. By starting from the same archaeological
unit of analysis in an ethnoarchaeological study, such an attempt is made to integrate
perspectives. For social and cultural anthropologists this may seem ridiculous as they
emphasise the merit of comparison and never intended their research to be compatible
with archaeological research. However, these approaches do not have to compromise
each other at all. It would be beneficial to see how a single settlement perspective in
ethnoarchaeology, informed by comparative ethnographies, can lead to similar insights
while starting from a single site perspective.
As archaeologists we are first and foremost confronted with the material reflection of
past actions and events. Paradoxically, however, instead of reconstructing a certain
village life by reasoning from the archaeological data of a site, a jump is made to
generalise about the period which a particular site represents, relegating too much
confusing detail to the background. This is all done in order to serve the long narrative
archaeology constructs. This seems to contrast with the considerable effort and time that
is put into the fine detail while a site is being documented, especially when one observes
that the deeper one dives into time the higher the resolution of archaeological
documentation. Instead of only shedding light on the long term narrative and the grand
processes that seem to mark the changes between one site and the other, static images
remain of sites that are being excavated. Again it seems paradoxical: those studying
history warn that we in the present are too close to the ‘fire’ to observe these actions and
events382, while at the same time it also appears to be too speculative to discuss those
of the past. Only in historical sources in which we see glimpses of individuals and their
actions is it possible to become acquainted with these processes, but their grand
consequences remain vague. In what way does an insight into a short term cycle
contribute to archaeological understanding? The relation between the small and the big
cogs make both equally responsible for both the short term tendencies as well as the
larger ones. However, the question of how the long and the short term interrelate is an
unrealistic goal within the limits of this research project. The goal of this research is
therefore restricted to elucidating a short term of Trio history by combining linguistics,
ethnography and history. In order to render it compatible with archaeology a single site
perspective together with a focus on archaeological research themes has been chosen.
Subsequently it is contextualised by exploring other recent ethnographies and finally
historicised based on early ethnographies and historical documents.
After setting out these preconditions and pre-assumptions, it is time to introduce the
focus of this ethnoarchaeological research: the Trio of Suriname. The name Trio, who
call themselves Tarëno which literally means ‘the people here’383, stands for a native
382
Braudel, F. Ecrits sur l’histoire, Paris: Flammarion, 1969, p.45.
383
Carlin, Eithne B. A Grammar of Trio: A Cariban language of Suriname. Duisburg papers on
research in Language and Culture, no. 55., Frankfurt am Main: Peter Lang, 2004, p.1.
people of the south of Suriname, living on both sides of the Surinamese and Brazilian
border that speak the Trio language, a language from the Cariban family. Trio is a
generic term for several groups that have lived together and intermarried for an unknown
period of time now. These groups include Pïïtaon, Aramayana, Pïrëuyana, Pïropi,
Aramiso and Okomoyana. The Trio in Suriname are settled along the two river
boundaries of Suriname and their tributaries. In the east this is the Maroni and her
tributaries the Tapanahoni and the Palumeu rivers and in the west the Corentyne and
her tributaries the Kuruni and the Sipaliwini. After being introduced to the Trio by the
linguist Eithne Carlin from Leiden University, I came into contact with the Okomoyana
family Panekke that currently reside in a tiny village called Amotopo in the Midwest on
the Surinamese side of the Corentyne that separates Guyana from Suriname.
Amotopo
In this village in 2007 there were seven residences, three kitchen structures as well as
several drying racks and other small structures. In documenting these structures an
archaeological perspective was adopted in which the posts, hearths and ditches of the
structures were documented. In this village the 15 persons living here all form part of the
extended Okomoyana family of Kapitein Paneshi Panekke and his wife Apëpïn Mami.
The fieldwork of 2008 revealed that new structures had been constructed, others had
vanished, and that the boundaries of the village had been renegotiated. Some new
people were present and others had left. In this fieldwork period, spanning a longer
timeframe, I decided to focus more on the themes of mobility and exchange that are also
the focus in the Caribbean research group of the Faculty of Archaeology in Leiden, the
Netherlands. These themes made it necessary, alongside continuing the documentation
of the small changes in this small settlement, to focus on the human movement and the
exchanges being made. Besides keeping track of the daily mobility in the landscape by
using a GPS device to track journeys where the men go fishing and hunting and where
they have their gardens, the journeys to other villages as well as the exchanges of
products that came along with these movements were being documented. The
exchanges being made consisted of manioc, dried fish and game, peppers, hunting
dogs, resin, wood, plants, basketry, clothes, batteries, salt, animals, etc. To be able to
make sense of who exchanged what, it was also vital to start documenting the families
residing in adjacent villages along the river Corentyne. These neighbouring villages, on
an average one day’s travel by canoe, are the villages of Kuruni, Casuela, Lucie,
Wanapan and Apura. None of these villages are large villages, but all consist of a single
extended families or only a few families.
Parallel to what is observed from this Amotopo perspective, this research needs to be
complemented, contrasted and regionally contextualized by comparative ethnographies
that concern both the Trio and their neighbouring groups.384
384
Howard, Catherine V. Wrought identities: the Waiwai expeditions in search of the ‘Unseen
Tribes’ of Northern Amazonia, Chicago: University of Chicago, unpublished dissertation, 2001;
Boven, Karin. Overleven in een grensgebied: Veranderingsprocessen bij de Wayana in Suriname
en Frans-Guyana, Bronnen van de Surinamistiek, vol. 26, 2007; Grotti, Vanessa E. Nurturing the
Other: Wellbeing, Social Body &Transformability in Northeastern Amazonia, Dublin/Cambridge:
Trinity College & University of Cambridge, unpublished dissertation, 2007; Brightman, Marc.
Amerindian Leadership in Guianese Amazonia, London/Cambridge: St. John's College &
University of Cambridge, unpublished dissertation, 2007.
Fig. 2 A map of Suriname with the mentioned Trio places (adapted from Carlin
2004)
Historicising ethnographies
In the end of the 1950s and the early 1960s, Operation Grasshopper provided access to
the interior of Suriname by creating airstrips, with a view to making an inventory of the
nation’s natural resources. This also gave missionaries the opportunity to evangelise the
Trio who had not been in permanent contact with the coastal region before then. The
missionaries were the first white men to come into permanent contact with them. Since
the advent of the missionaries, the Trio have lived in villages centred around mission
posts attracted by medicine and persuaded to adopt the Christian religion. In fact, they
themselves refer to these villages as white men villages. The villages became larger in
size than was traditional for their pre-permanent contact villages as we know from
accounts of expeditions.385 In these missionary villages large populations arose, with a
peak for Kwamarasamutu numbering 800 to 900 individuals in the year 2004.386
385
Rivière, Peter. Marriage among the Trio, Oxford: Clarendon Press, 1969; de Goeje, C.H.
Verslag der Toemoekhoemak-Expeditie. Tijdschrift van het koninklijk Nederlandsch
aardrijkskundig genootschap, vol.25, 1908, pp.943-1168.; Schmidt, Lodewijk. Verslag van drie
reizen naar de bovenlandsche indianen, Paramaribo: Departement Landbouw proefstation in
Suriname, no. 58, 1942.
386
Carlin, Eithne B. A Grammar of Trio: A Cariban language of Suriname. Duisburg papers on
research in Language and Culture, no. 55, Frankfurt am Main: Peter Lang, 2004, p.2.
In the past decade, however, some families have decided to leave the large village of
Kwamarasamutu and have fissioned into new villages along the rivers to the northwest.
Amotopo is one of these new villages. Two reasons for the foundation of these new
villages are mentioned. The first reason mentioned is that the Granman asked some of
his captains to re-inhabit the ancestral lands of the Trio, those that are marked by
ceramics in the ground. For the Trio area discussed here that is the land down to
Wanapan along the Corentyne (pers. comm. Basja Jan-Jaap Reienïmpë from Wanapan,
pers. comm. Kapitein Pepu Ipajari from Lucie). A second reason that is mentioned is that
people were hungry and were becoming sick in the large village of Kwamarasamutu
(pers. comm. Atinio Panekke from Amotopo). The large population that has been living
there for more than thirty years now, seems to have depleted the resources in the
neighbourhood to such an extent that it can no longer live from traditional subsistence
practices in a comfortable way. Gardens are almost too far out of the village for the
women to harvest their crops and the hunters too sometimes need to travel for two days
to encounter game. Other possible reasons, such as personal conflict or the pull factor of
living closer to the exotic goods in the coastal urbanised area are not mentioned.
In the early sixties when two missionary villages had just been founded in the
Trio area the anthropologist Peter Rivière conducted a kinship study of the Trio. In this
lauded work he began his research by reflecting on individuals documented in villages
by an expedition led by Baas Lodewijk Schmidt in 1942. He concluded from this
document that the spatial setting of the Trio he encountered had become reorganised,
and described the kinship terminology and its practice among the Trio in their new
setting.387 The extensive kinship data recorded by Rivière in the 1960s makes it possible
to connect these with the families recorded in the present. In this way a period of more
than sixty years can be interpolated with the help of the oral history of the Trio elders.
This data, together with expedition reports by Bakhuis and de Goeje forms the basis for
the reconstruction of a hundred year history of Trio movement.388
Concluding remarks
387
Rivière, Peter. Marriage among the Trio, Oxford: Clarendon Press, 1969, pp. 35-39.
388
Bakhuis, L. De 5e wetenschappelijke expeditie naar binnenland van Suriname, Tijdschrift van
het koninklijk Nederlandsch aardrijkskundig genootschap, vol.25, 1908, pp. 94-112; de Goeje,
C.H. Verslag der Toemoekhoemak-Expeditie. Tijdschrift van het Koninklijk Nederlandsch
Aardrijkskundig Genootschap, vol.25, 1908, pp.943-1168.
389
Trigger, Bruce. Archaeology and the Image of the American Indian. American Antiquity, Vol.
45(4), 1980, pp. 662; Trigger, Bruce. History of Archaeological Thought, Cambridge: Cambridge
University Press, 2006, p.458.
archaeological perspective on the present helps to see the people with the artefacts, as
much as it helps the Trio to be seen in the present.
Acknowledgements
I would like to thank the Trio mentioned in the text for sharing their knowledge with me; without
this project would not have been possible. Thanks go out to Eithne Carlin for reflecting on the
contents of this article, and special thanks to Laura Crowley who helped me turn this article into a
readable text!
Nuevos Medios de Comunicación y Culturas Tradicionales
Un estudio sociológico en la Costa Atlántica de Nicaragua
Valentina Raffa
Facultad de Ciencias Políticas
Universidad de Messina
RESUMEN
La Costa Atlántica de Nicaragua es la parte del país más pobre y marginada. La suya es
una sociedad compleja y multiétnica donde la tradición es custodia de la cultura,
principalmente oral, de los pueblos miskitos. Durante el tiempo la sociedad miskita se ha
transformado bajo el proceso de modernización. Las nuevas tecnologías de
comunicación han producido cambios culturales importantes. La tradición de los
miskitos, ya transformada durante los siglos, sigue cambiando forma, involucrada en un
proceso de dominio técnico occidental que es el destino de todos los pueblos. El
“lenguaje técnico” va sustituyendo su “lenguaje transmitido” de manera irreversible.
Introducción
390
Castells, Manuel. Fin de Milenio (End of Millenium), La Era de la información, Volumen 3,
Alianza, 1998.
391
Para profundizar este concepto ver, entre los otros: Germani, Gino. Sociologia della
modernizzazione, Bari, Editori Laterza, 1971.
392
Rostow, Walter. The stages of Economic Growth, Cambridge, Cambridge University Press,
1960.
una necesidad, un concepto que nace en occidente y con el cual, a partir de la
Ilustración, algunos antropólogos medían, a través del método comparativo, el grado de
“civilización” de un pueblo393.
Primero el hecho de que ellos tienen raíces muy profundas en la cultura occidental;
segundo que las formas de discriminación que caracterizan su sociedad no son de
carácter étnico, sino económico-social y cultural; tercero que el recorrido de
independencia, a pesar de que no se ha concluído en muchos países y, en algunos
casos, fue acompañado por el nacimiento de nuevas dependencias, ha creado una
auténtica identidad y una creciente integración nacional en términos psicológicos,
sociales y políticos. Por último, los países “latinoamericanos” más importantes se sitúan
en una posición intermedia, en una escala mundial que indica el nivel de
"modernización" económica, política y social. Entonces no pueden ser considerados
393
Cammarota, Antonietta, Raffa, Valentina. Ragionare sullo sviluppo, Roma, Aracne, 2008.
394
Latouche, Serge. L’occidentalizzazione del mondo. Saggio sul significato, la portata e i limiti
dell’uniformazione planetaria, Torino, Bollati Boringhieri, 1992.
395
Quaranta, Giancarlo. L’era dello sviluppo, Milano, Franco Angeli, 1986, pp. 21-22. La
traducción española del texto italiano original es mía.
396
Ver, a propósito: Germani, Gino. Sociologia della modernizzazione, Bari, Editori Laterza,
1971, pp. 10-12.
397
Ver: Germani, Gino. Sociologia della modernizzazione, Bari, Editori Laterza, 1971, pp. 12-13.
“subdesarrollados”, tampoco “occidentales” en el sentido que hemos asignado
anteriormente al término.
La transición hacia la "modernización" que muchos países del centro y sur América
están conociendo es un proceso complejo. Germani lo describe como un recorrido de
“secolarización” constituido por tres fases: desarrollo económico (incluso la
disponibilidad de recursos institucionales y humanos para la creación o la aceptación de
innovaciones tecnológicas), modernización social y modernización política398.
Pensando en ellas, entre los países “latinoamericanos” Nicaragua es, por supuesto, uno
de los en que el proceso de “modernización” es muy lento.
Nicaragua, por mucho tiempo martirizado por dictaduras, guerras y revoluciones, está
dividida en dos. Una parte, la bañada por el océano Pacífico que conoció la violenta
conquista española, parece más rica y vinculada a las presiones homologantes del
mercado global; la otra, que se asoma al océano Atlántico y que fue conquistada
primero por los ingleses, es la parte del país más pobre y marginada.
Puerto Cabezas es el centro urbano principal de la Costa Atlántica norte. Es una ciudad
muy pobre, con un índice de desarrollo humano relativo al 2005 medio-bajo, igual al
0,527401. Aquí, junto a criollos y mestizos, vive un gran número de miskitos, uno del los
398
Ivi, pp. 165-167.
399
PNUD. Informe de desarrollo humano, 2005, in http://www.undp.org.ni/ [21/03/2007]. Ver
también: http://it.wikipedia.org/wiki/Lista_di_stati_per_Indice_di_sviluppo_umano.
400
Orbicom. From the Digital Divide to the Digital Opportunities, 2005, in http://www.orbicom.ca/
[13/10/2008].
401
PNUD. Informe de desarrollo humano, 2005, in http://www.undp.org.ni/ [21/03/2007], p. 67.
pueblos indígenas que habitan la región. Ellos son custodios de una cultura milenaria
principalmente oral.
Los miskitos mayores llegaron aquí en los años ‘80 para huir de la guerra entre los
sandinistas y los contras que estaba destruyendo su tierra de origen, la Moskitia402; hoy
se enfrentan con una cultura mestiza y con las fuertes influencias culturales que
proceden del mundo occidental. Éstas han contribuido, de manera importante, a la
transformación de la cultura tradicional que ha llegado a ser propia de las nuevas
generaciones.
A partir de los años ‘90 del siglo pasado, bajo las presiones por parte del proceso de
globalización y de las lógicas del mercado capitalista, la Costa Atlántica, así como toda
Nicaragua, ha sido invadida, de manera indiscriminada y sin control de nadie, por las
tecnologías de comunicación en desuso procedentes del mundo occidental. Estas
tecnologías eran excesivas respecto a las necesidades reales de las personas, las
cuales no tenían conocimientos informáticos básicos. Para la gente las computadoras
representaban un fin, un status symbol. El proceso de informatización, por lo tanto, fue
violento y homologante.
Las computadoras y Internet (igual que la TV, la radio y el teléfono) se han encontrado y
han chocado con la cultura tradicional miskita modificando su forma; una forma que ya
402
Mazzacuratti, Remo. Il Nicaragua prima di Colombo, Bologna, La Cerniera, 1992.
403
Cammarota, Antonietta, Raffa, Valentina. Ragionare sullo sviluppo. Roma, Aracne, 2008.
404
Hettne, Björn. Le teorie dello sviluppo, Roma, Asal, 1997.
405
Ver: Eisenstad, Shmuel Noah. Mutamento sociale e tradizione nei processi innovativi, Napoli,
Ed. Liguori, 1974.
había sido modificada por la escritura más de 200 años antes406. Hoy en día, por
ejemplo, forman parte de la lengua miskita palabras conectadas al pasaje de una cultura
quirográfica a una electrónica: en lengua miskita “ayapûtka” quiere decir computadora,
de “aya” que significa memoria y “pûtka” que significa centro de operación. El
nacimiento de este neologismo puede ser interpretado como la respuesta local a la
necesidad de adaptarse a un mundo que cambia, el intento de encontrar su propia
especificidad dentro de nuevos modelos culturales que tienden a imponerse de manera
homologante.
Estas nuevas tecnologías de comunicación han hecho palanca sobre las generaciones
más jóvenes que, progresivamente, se han alejado de la tradición. Hoy en Puerto
Cabezas los jóvenes y estudiantes miskitos, mestizos, criollos utilizan la computadora e
Internet como medio para comunicar, estudiar (vista la falta de libros, de material
didáctico y de información) y participar en un mundo que cambia rápidamente.
Si en los ’90 las modernas tecnologías de comunicación eran un fin, hoy en día
representan un medio de comunicación, estudio y participación.
Son en particular los jóvenes, estudiantes y no, que abarrotan los seis cybercafes de la
ciudad407. Nacidos bajo el impulso de fondos públicos o privados, y muchas veces
también de proyectos puestos en campo por O.N.G., los cybercafes ofrecen acceso a
Internet y la posibilidad de adquirir los conocimientos básicos para utilizar los
instrumentos informáticos. Además, ofrecen la posibilidad de acceder al servicio de
telefonía nacional e internacional.
Los ancianos miskitos, en cambio, tienen una actitud ambivalente hacia los nuevos
medios de comunicación: por un lado los ven como herramientas de occidentalización
que destruyen la cultura local, por otro lado están atraídos por la posibilidad que les
ofrecen de luchar contra su aislamiento y exclusión social.
406
Me refiero al pasaje de una forma de cultura tradicionalmente oral a una forma quirográfica.
Ésto pasó cuando, en 1849, la Iglesia morava obligó a los Miskitos a escribir para que
aprendieran a leer y interpretar la Biblia.
407
De los resultados de la investigación llevada a cabo en 2006 para la tesis de doctorado
anteriormente mencionada.
408
De las entrevistas a los miembros del Consejo de los Ancianos de la comunidad miskita de
Puerto Cabezas, recogidas para la tesis de doctorado anteriormente mencionada.
409
Ong, Walter. Oralità e scrittura, Bologna, Il Mulino, 1986, p. 120.
En cuanto a la segunda actitud, para las viejas generaciones miskitas la dificultad en
acceder a las nuevas tecnologías es doble: tecnológica y lingüística. Hay falta de
infraestructuras que faciliten el acceso y, en según lugar, ellas tradicionalmente utilizan
la comunicación oral hecha de códigos y rituales; por lo tanto están lejos de una
comunicación digital que utiliza el inglés como idioma principal.
En el momento en que comunico con alguien por medio de una chat mi comunicación
nunca es espontánea, siendo filtrada por la reflexión analítica que procede de la
composición de las frases mediante el teclado de la computadora.
A diferencia de las computadoras y de Internet cuyo acceso está limitado a una minoría
de miskitos y de los cuales la cultura tradicional está lejana, la radio, llegada en la Costa
Atlántica en 1954, es el medio de comunicación más difundido sobre todo entre las
comunidades indígenas más aisladas. Respecto a otros medios de comunicación, ésta
alcanza lugares muy lejanos y representa una especie de “prolongación” de la cultura
oral tradicional de las poblaciones indígenas410. La radio pone en comunicación los
distintos municipios de la Región Autónoma Atlántico Norte y de la Región Autónoma
Atlántico Sur y tiene una importante función social y política, transmitiendo información,
saludos entre las familias, discursos y programas políticos.
Una de las radios más importantes es Radio Caribe que garantiza a las ciudades de la
Costa y a los pueblos indígenas que viven en la zona de la Moskitia, en la frontera con
Honduras, una buena difusión de la información “cotidiana”.
McLuhan identifica como uno de los aspectos interesantes de la radio el hecho de que
no tiene poder de homogeneización. En las diferentes comunidades indígenas de la
Costa Atlántica, cada una con su etnia y lengua, en efecto, la comunicación por radio
ocurre en la lengua original del pueblo. Por esta razón podemos decir que la radio
fortalece la lengua tradicional y la memoria, a diferencia de los otros medios de
comunicación.
410
A este propósito ver: McLuhan, Marshall. Gli strumenti del comunicare, Milano, Net, 2002.
Hoy en día, en una sociedad como la de Puerto Cabezas, “oralidad primaria” y “oralidad
secundaria” viven, en un contexto cultural multiétnico y en fuerte contacto con el
occidente, una relación no fácil en la tentativa de encontrar un diálogo común.
¿Cuánto es “necesario” que los Miskitos accedan a estos medios? ¿ Por qué es
“necesario”? y ¿ De dónde llega esta “necesidad”?
G. Girardi escribe que los mismos pueblos nativos acusan las “maquinarias de la
economía capitalista” de haber destruido la cosmovisión indígena, pero de otro lado
quieren el derecho de utilizar los medios tecnológicos modernos, haciéndolos
compatibles con sus conocimientos tradicionales, para promover programas de
educación cultural capaces de valorar su cultura y de recuperar su relación con la
naturaleza411.
La brecha digital es una ulterior forma de exclusión social, un fenómeno que crea
diferencias entre la población de un mismo país, y que fortifica las que hay entre Norte y
Sur del mundo.
Deviene fundamental para todos, entonces, acceder a los medios que permiten la
participación para no sufrir ulterior exclusión.
La mayoría de los miskitos, igual que otros pueblos nativos, están involucrados de
manera pasiva por la imposición de una tecnología occidental. Ellos están excluidos del
consumo de esta, ya que no tienen los medios técnicos y los conocimientos informáticos
para acceder; su cultura tradicional sufre, así, una ulterior forma de colonización.
El poder de la técnica
411
Girardi, Giulio. Gli esclusi costruiranno la nuova storia?, Borla, Roma, 1996.
Τέχνη en griego, como explica Heidegger, significa entender de la producción de algo,
y entonces es un concepto que pertenece al saber y no al hacer.
Es importante aclarar este nudo principal: no somos nosotros los que dominamos la
técnica sino es la técnica que nos domina. Es fundamental hacerlo considerando que el
pensamiento occidental confía en la tecnología e ignora el papel de la técnica. En la
base de esta total confianza, este piensa que la cantidad y la calidad de la tecnología
son directamente proporcionales al nivel de desarrollo del contexto en el que opera. En
esa hipótesis, y pensando en el "desarrollo" en términos de progreso incondicional, el
pensamiento occidental considera la incorporación de la tecnología una acción para
promover “la modernización” y por consiguiente la mejora de las condiciones de vida de
un pueblo.
El problema, como dice Severino414, es que el progreso tecnológico parece movido cada
vez más por un empuje hacia el incremento de sus capacidades de manipulación, más
412
Heidegger, Martin. Linguaggio tecnico e linguaggio tramandato, a cura di Costantino Esposito,
Pisa, ETS, 1997, pp. 52-53.
413
Ivi.
414
Ver, por ejemplo: Severino, Emanuele. Il nulla e la poesia. Alla fine dell’età della tecnica,
Leopardi, Milano, 1990.
bien que responder a necesidades concretas. “La ilusión que la técnica puede resolver
todos los problemas del hombre implica un anulación de la libertad de deliberación en
los seres humanos hacia de ella”415, dice el filósofo, y sigue preguntándose si la técnica
“podrá hacer un paso atrás y dejar más espacio a la libertad de deliberación de los
individuos”.
Estas tecnologías actúan de manera no neutral. Entrando en contacto con una cultura
tradicional como la de los pueblos nativos que tiene su técnica y su tecnología, no se
concilia con ella y tiende a transformarla ejerciendo la supremacía.
Si los pueblos indígenas logran tener acceso, siguen el destino, común a todos los
pueblos y las culturas, de estar involucrados en un proceso de dominio técnico
occidental. Si, por otro lado, ellos no acceden, de toda manera sufren el poder de la
técnica que los pone en los márgenes, en una condición de exclusión de la participación
social y política local y global.
El resultado del encuentro entre los Miskitos y las nuevas tecnologías de comunicación
ha sido la transformación de la tradición. Utilizando las palabras de Heidegger podemos
decir que el lenguaje técnico va sustituyendo su lenguaje transmitido de manera
irreversible y sin posibilidad de mediación.
Al mismo tiempo, sobre todo en los Miskitos que no tienen acceso por falta de
conocimientos y herramientas, se ha exasperado el sentido de marginalidad y exclusión.
415
Severino, Emanuele. Che cos’ è la tecnica?
En: http://www.emsf.rai.it/grillo/trasmissioni.asp?d=408#Dio. [05/04/1999]. La traducción del texto
original en italiano es mía.
416
Bauman, Zygmunt. Lavoro, consumismo e nuove povertà, Troina (En), Città Aperta, 2004.
Bibliografía
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Filosofía y desarrollo económico del patrimonio natural y cultural de la Mixteca
(México), frontera cultural entre oriente y occidente
RESUMEN
Partiendo del análisis del paisaje sagrado, a lo que el autor denomina Arquitectura
Divina el artículo nos introduce en el complejo y rico mundo mesoamericano
llevándonos por un periplo que discurre entre el mito, la oralidad y la historia,
centrándose en el universo mixteco. Posteriormente examina la brutal invasión española
así como sus efectos psicológicos que aún hoy en el siglo XXI siguen repercutiendo en
las culturas originarias de México; con una profunda reflexión el autor finaliza
cuestionando la desmemoria y propone la creación de proyectos sustentables para el
desarrollo económico partiendo de la cultura.
El mundo precolonial y sus transformaciones a partir del contacto con los europeos, es
como se titula este simposio, que sirve cómo pretexto para profundizar en una reflexión
aguda en torno a un mundo, el mundo mesoamericano, que si bien aparentemente ha
sido muy estudiado, sigue siendo desconocido ya que los estudios parten en su
mayoría de la visión occidental colonizadora que ha permeado profundamente en la
memoria y el imaginario colectivo no sólo de occidente, sino también tristemente en la
autoconciencia de aquellos que hoy somos herederos de aquellas culturas generadoras
de tanto conocimiento, sabiduría, en la que la visión filosófica cósmica el mundo tiene
una espiritualidad religiosa que lo mantiene en equilibrio por medio de la sacralización
ritual de sus espacios.
Primero voy a explicar el lienzo de San Jerónimo Otla, Coixtlahuaca, Oaxaca, México,
que estamos trabajando de manera interdisciplinaria la Dra. Carmen Cordero, la
Maestra. Aurora Pérez, el Dr. Maarten Jansen, la comunidad y su servidor; a partir del
lienzo voy a explicar la grandeza espiritual y la filosofía de las culturas antiguas de
México.
417
El termino “Invasión” me parece más justo y sugiero emplearlo en sustitución del termino
“conquista”, ya que este último sigue en el uso teniendo una referencia medieval que impacta
de manera negativa en la concepción de la realidad de un proceso invasor colonizador que por
medio de España la conciencia occidental se impuso sobre la conciencia mesoamericana
reduciendo sus dioses a ídolos, sus sacrificios rituales a homicidios y sus victorias a derrotas
occidentales, como hoy lo observamos en los libros de historia de México, ejemplo: “la batalla de
la mala pelea” en la que los mayas en Champóton, Campeche, vencieron a los invasores
españoles, “El árbol de la noche triste”, donde Hernan Cortez lloró su derrota ante la heroica
defensa del Pueblo Mexica de la gran ciudad Tenochtitán. Entre otros.
En la segunda parte voy a hablar del impacto y el daño que la invasión occidental tuvo
en estas culturas y por ultimo voy a explicar lo que se está haciendo para resarcir el
daño y de qué forma estamos trabajando para que a partir de esta herencia natural y
cultural tengamos un desarrollo sustentable en beneficio de los herederos de estas
culturas que fueron atropelladas.
La leyenda cuenta que el cerro verde era muy mujeriego por lo que su novia la güera lo
celaba, el cerro verde enojado entonces le dio la espalda.
Traducida esta leyenda vemos que el cerro verde es punto de referencia y forma parte
del nudo mixteco, es el más alto; su novia la güera es hoy conocida como el pico de
Orizaba, se localiza al nororiente del cerro verde, por lo que los vientos dominantes
propician que siempre tenga mucha vegetación y árboles que son su cabello; hacía el
sur se dice que es la cara porque tiene menos vegetación y árboles. Para la cultura
mixteca que territorialmente se asienta y se desarrolla del lado sur del nudo mixteco, es
un punto de referencia para asentamientos preclásicos y clásicos como cerro Jazmín
asentamiento del reino de Chiyoyuhu, Apoala origen mítico de la cultura mixteca, Tonalá
lugar primordial de la mixteca baja, alineados con el nudo mixteco hacia el sur, oriente y
poniente.
El nudo mixteco y Otla, espacio o llamémosle de arquitectura divina como muchos
nombran a las majestuosas formaciones de la naturaleza, da pauta a un discurso que
se convierte en histórico al llegar a nuestros días con la forma de un paño multicolor en
el que convergen el tiempo y el poder humano, que se traduce en determinadas formas
de organización que limitan un territorio, al mismo tiempo que la presencia del espacio
divino sigue siendo representado alrededor de estos en un plano exterior: Cerro Verde,
Cerro de la Virgen, Dunangue, Loma del Moral y el Cerro del Catrín.
El arte sino renuncia a las exigencias de responder a las preguntas morales, si quiere
situarse por encima de las cuestiones puramente formales, no puede conformarse con
el simple signo plástico o con la simple interpretación estética de los motivos naturales.
Tiene que crear signos concretos que, en forma de metáfora visual, aludan también a
relaciones que lo trasciendan y alcancen un valor de símbolo.
En el lienzo podemos ver la grandeza espiritual, la filosofía, la idea del saber más
elevado cualidades morales que corresponden a un determinado estado de equilibrio, a
un dominio de sí mismo que abarca desde la dignidad del porte exterior hasta la virtud
más elevada de las culturas antiguas de México que fueron atropelladas por la invasión
y colonización europea.
La invasión y colonización de Mesoamérica fue un complejo proceso en el que no solo
hubo rupturas culturales sino también y sobre todo, un gran daño psicológico. Para
explicarlo cito uno de los testimonios dado por testigos de la invasión y de las
expresiones de amor y trauma reflejados en el arte.
418
LOS ÚLTIMOS DÍAS DEL SITIO DE TENOCHTITLÁN (1528)
Y todo esto pasó con nosotros.
Nosotros lo vimos,
nosotros lo admiramos.
Con esta lamentosa y triste suerte
nos vimos angustiados.
En los caminos yacen dardos rotos,
los cabellos están esparcidos.
Destechadas están las casas, enrojecidos tienen sus muros.
Gusanos pululan por calles y plazas,
y en las paredes están salpicados los sesos.
Rojas están las aguas, están como teñidas,
y cuando las bebimos,
es como si bebiéramos agua de salitre.
Golpeábamos, en tanto, los muros de adobe,
y era nuestra herencia una red de agujeros.
Con los escudos fue su resguardo, pero
ni con escudos puede ser sostenida su soledad.
Hemos comido palos de colorín,
hemos masticado grama salitrosa,
piedras de adobe, lagartijas,
ratones, tierra en polvo, gusanos…
Comimos la carne apenas,
sobre el fuego estaba puesta.
Cuando estaba cocida la carne,
de allí la arrebataban,
en el fuego mismo la comían.
Se nos puso precio.
Precio del joven, del sacerdote,
del niño y de la doncella.
Basta: de un pobre era el precio
sólo dos puñados de maíz,
sólo diez tortas de mosco;
sólo era nuestro precio
veinte tortas de grama salitrosa
mantas ricas,
plumajes de quetzal,
todo eso que es precioso,
en nada fue estimado…
Con el paso del tiempo en tanto que la mayor parte de los libros sagrados fueron
reducidos a cenizas, algunos ancianos sobrevivientes y luego varios de sus hijos y
nietos, continuaron produciendo muchos relatos que hablan de su vida cotidiana y la
difícil coexistencia con los españoles.
418
Ver León Portilla Miguel (Compilador) Visión de los Vencidos. Relaciones indígenas de la
Conquista.Tomado de ms Anónimo de Tlatelolco,1528(Bbl Nacional de Paris), México :
Universidad Nacional Autónoma de México, 2000, pp.166-167.
Fray Bernardino de Sahagún en su libro Historia general de las cosas de Nueva
España419 dice:
“Esto a la letra ha acontecido a los indios con los españoles, pues fueron tan
atropellados y destruidos ellos y todas sus cosas, que ninguna apariencia les quedó de
lo que eran antes. Así están tenidos por bárbaros y por gente de bajísimo quilate”
419
Fray Bernardino de Sahagún , Historia general de las cosas de la Nueva España, México, ed.
Porrua
La desolación, la desdicha y el ver perdida a la nación mexicana y decir que esto es lo
que ha hecho el Dador de la vida y el maltrato que recibieron durante los trescientos
años de ocupación española los llevó a la búsqueda de sus dioses en el arte cristiano,
después de la profanación llevada a cabo por los españoles.
Hoy sabemos que el mayor daño de la invasión occidental a las culturas americanas del
México antiguo fue el daño psicológico pero… ¿qué estamos haciendo para superarlo?
¿Qué estamos haciendo para que esta gran herencia natural y cultural se convierta en
desarrollo sustentable para beneficio de los pueblos legítimos.
La situación de un país como México, donde la población es joven, donde existe un alto
grado de analfabetismo y donde se padece una enorme falta de autoestima a partir de
la invasión europea, nos llevo a diseñar un museo420 que no solamente albergue la
riqueza de la cultura universal sino además y sobre todo concientice a la población de
su participación activa en la continua transformación espiritual y económica del mundo,
desde la antigüedad hasta nuestros días.
Este museo se ubica en lo que era el palacio de gobierno del estado de Oaxaca,
fundado en 1576 sobre el antiguo asentamiento mexica.
420
La idea del Museo del Palacio Espacio de la Diversidad surge a partir de mi propia
experiencia en el trabajo de campo en diversas comunidades de México, en donde percibo la
importancia de generar espacios que reconstruyan el saber sobre nosotros mismos y nos
concienticen de la grandeza cultural de la que somos herederos; partiendo de esto surge el
concepto de un museo cuyo contenido integre dentro de la unidad de México la diversidad de
sus Culturas Originarias jugando con los paralelismos con otras grandes civilizaciones como la
china, la hindú, la mesopotámica y la egipcia, igual de antiguas que la mesoamericana con el
propósito de transformar la concepción peyorativa que en México prevalece de sus raíces más
antiguas, para esto se contrato a UNAM para la manufactura de material y equipo bajo el
concepto rector explicado arriba.
La visión que guía al proyecto museo del palacio es el conocimiento de la propia cultura
como cuna de civilización paralela a otras cosmovisiones milenarias como Egipto,
México, Mesopotámica, India y China.
El museo ofrece un dialogo entre sus visitantes y el pasado mediante un recorrido por la
diversidad desde el origen del universo, las expresiones del arte, la cosmogonía, la
mitología, la alquimia, la filosofía, el método científico y los derechos humanos entre
otros, los paralelismos existentes entre las diversas expresiones del ser humano a
través del tiempo; este proyecto busca reforzar la labor institucional educativa mediante
la difusión del conocimiento.
La ruta turística CULTURA MIXTECA ruta que siguieron los dominicos, beneficia a la
región pues propicia que el turismo tenga interés en conocerla y recorrerla generando
necesidades de servicios culturales y turísticos que la gente de las comunidades a
través de la creación de sus propias empresas tales como: renta de bicicletas, vehículos
todo terreno, guías turísticos, renta de cuatrimotos, hospedaje, renta de caballos, entre
otros generen empleo o se empleen en dichas empresas y los negocios ya establecidos
tengan una mayor venta con el turismo que los visite.
421
Ver Chanfón Olmos Carlos Fundamentos Teóricos De La Restauración, cap.3 La Identidad
pp.115-116, México, Ed. Facultad de Arquitectura Universidad Nacional de México, 1996.
Bibliografía
Sahagún, Fray Bernardino de. Historia General de las cosas de la Nueva España, México. Ed.
Porrua
Las Mujeres Indígenas, la Vida y la Tierra
RESUMEN
La relación complementaria y de reciprocidad entre los seres humanos y la Madre
Naturaleza, como concepción para los indígenas de América, está cambiando ante las
influencias y necesidades foráneas. El pueblo quechuahablante del Perú es un ejemplo
de cómo vivir y convivir con la Pachamama sirviéndose de ella sólo lo necesario para la
vida. El reto ahora es afrontar con estrategias viables y luchar con equidad y justicia por
el medio ambiente, el desarrollo sustentable, la paz y la erradicación de la pobreza.
Desde las culturas indígenas del mundo hemos sostenido que la Mujer es la generadora
de vida y símbolo de la Pacha422, de la fertilidad de la Tierra. La Pachamama423 es la
Madretierra, generadora de vida en la tierra, por lo tanto ambas son fuentes de vida en
este mundo.
La relación armónica existente entre los seres humanos y la Madre Naturaleza está
cambiando porque aquel valor que la Pachamama tiene para los más de 350 millones
que conformamos los Pueblos Indígenas en el mundo, actualmente atrae los ojos de los
interesados en usufructuarla desde su valor como recurso sólo económico, dejando de
lado la concepción de complementariedad y de relaciones de reciprocidad entre seres
humanos y naturaleza , como lo es aún para los indígenas de las Américas
específicamente.
"El indio pertenece a la tierra y no la tierra al indio" frase ampliamente conocida en los
espacios de discusión para la defensa de la tierra y el territorio de los pueblos indígenas
cobra cada vez más vigencia conforme avanzan las necesidades de proteger la vida en
el planeta. En pleno Siglo XXI la Pachamama sigue siendo la principal fuente de vida
422
Pacha: Vocablo quechua que significa tierra que tiene vida.
423
Pachamama: Madre Tierra. Entiéndase madre de todos los seres creados.
para garantizar la continuidad de la humanidad respetando las relaciones de
reciprocidad y uso racional de los recursos que nos provee.
Nuestros mayores sabían cómo tomar de la naturaleza la papa amarga o silvestre para
convertirla en alimento; cómo usar las ramas y follaje de los árboles para usarlos como
combustible, dejando el tronco y las raíces para evitar el deslizamiento de la tierra en
caso de lluvias intensas. Aprendieron ensayando y comprobando que la riqueza de las
plantas son útiles para curar enfermedades, que la comunicación espiritual con el
Apu424, Dios Montaña quien mora en el mismo corazón de la Pachamama nos envía la
lluvia para fertilizar la tierra, para tener alimentos, para el aumento de los animales,
porque esa es su voluntad.
La voluntad de la Pachamama para con sus hijos e hijas es darnos los frutos para la
vida y a lo que nosotros en reciprocidad, agradecemos haciendo el Pagapu425 por estos
beneficios, que es regla natural del entorno que convive con hermandad, solidaridad y
complementariedad y no de utilitarismo.
“Me acuerdo que cuando tenía cinco años, íbamos a la chacra a cosechar choclo; mi
mamá y mi papá por igual trabajaban sacando choclos, mi hermanita menor y yo jugando,
jugando sacábamos unas flores amarillas, las hojas más verdes de la quinua y de las
habas, con eso mi mamá hacía picante con quesillo. Después de trabajar, todos
comíamos juntos picante con quesillo y choclo.
Antes de empezar a sacar los choclos mi mamá y mi papá nos decía: vamos a agradecer
a la Madre Tierra por darnos este maíz tan lindo, buen tamaño tiene, los loros no han
pasado por acá decían.. Luego con su chichita y su coquita hacían la Tinka a los cuatro
suyus (direcciones) dándole también a la tierra un poco de chicha y agradeciendo a las
426
Montañas que nos rodeaban". Parwasisan
Cuando reflexionamos acerca del uso de la tierra, el significado del territorio, el sentido
de pertenencia que un y una indígena tiene con su lugar de procedencia y su
afectividad con sus orígenes llegamos a la conclusión que la importancia de su terruño
no está relacionada sólo al valor económico de ese espacio físico sino además y
fundamentalmente con el valor espiritual, afectivo de su origen, de su razón de ser hija o
hijo de ese pueblo que tiene una identidad, olor, sabor, color, forma, creencias,
prácticas, es decir, saberse perteneciente y parte de esa tierra que le dio la vida.
424
Apu: Vocablo quechua, se refiere a la deidad que mora en el corazón de las montañas, son
dioses tutelares de los pueblos y siempre son en pareja.
425
Pagapu: Vocablo compuesto que significa pago a los Apus, por los favores recibidos. En
algunas zonas de Ayacucho se conoce como Apusuyu al sacerdote que sabe comunicarse con
el dios Montaña.
426
Parwasisan: Flor de maíz, mujer quechua de Ayacucho – Perú, que vive lejos de su pueblos
natal.
“Cuando salí de mi pueblo tenía 10 años y regresé 20 años después. Vi mi casa, el molle
viejo en la plaza, el puquio, los caminos. Y sólo me dije a mí misma: Cómo hemos podido
comer, dormir, almacenar alimentos y tener animalitos en este sitio que no tiene ni tres
metros? No importa, ahora cuando estoy llegando a mi pueblo y lo veo desde lejos, en la
falda de una de las montañas y cerca del cielo, siento que estoy por encima de todo y haré
lo posible para no perder el derecho de respirar aunque sea sólo su aire". Parwasisan.
La familia indígena en este contexto, con esta cosmovisión holística ha podido transmitir
esta misma filosofía y práctica de vida a las nuevas generaciones, donde cada uno de
nosotros tiene un rol que cumplir, las mujeres, los varones, los mayores y los niños y
niñas.
A pesar de los cambios e influencias foráneas, aún escuchamos decir que cuando la
mujer pone la semilla, la producción es rica porque ella tiene la mano fértil. Luego ella
es la que selecciona la semilla, se encarga de comercializar los productos, es la que
cambia (trueque) un producto por otro para diversificar los alimentos para el año. En las
comunidades indígenas la transmisión de estas prácticas y concepciones se dan de
modo muy natural, en la actividad de la vida cotidiana. Los momentos de comunión
familiar se dan en las noches, donde compartiendo los alimentos los mayores
transmiten sus saberes.
"Cuando de noche nos sentábamos a comer, mis abuelos contaban cómo habían pasado
el río para llegar a la otra orilla para traer una cabulla que ya estaba madura para cortarla
y poner en el umbral de la casa.. Esperaron cinco años , cuidando y cuidando hasta que
sea fuerte. Sabían dónde había nido de perdices y les decía a los varones que no se debe
matar a la madre, sino sólo recoger los huevos para comerlos porque podían
desaparecer. Hablando de la cosecha y la nueva siembra les decía a los hombres; que
después de cada cosecha debían entrar los animales a esas chacras donde se habían
cosechado el maíz para que los animales coman y también dejen el abono natural para la
siguiente siembra". Parwasisan
En época de sequía o cuando las lluvias tardaban, a los niños nos mandaban a una
especie de explanada, para que todos juntos, niñas y niños, roguemos a la Madre
Naturaleza mandar las lluvias para la siembra:
"Madre naturaleza; madre luna, padre sol, Dioses de la Montaña, poderosos de los cielos,
río gigante que estas en los altos, mándanos el agua, la lluvia.. Aquí, la tierra tiene sed, tus
animalitos tienen sed y hambre, tus hijos tenemos sed". Plegaria infantil colectiva pidiendo
427
lluvia.
427
Plegaria infantil de una comunidad quechua contada por Parwasisan.
Desde la llegada de Occidente y su concepción utilitaria, expansionista y explotadora
acerca del territorio y los recursos que da la tierra y la naturaleza se trastocan una serie
de valores y prácticas indígenas milenarias que podrían ser, muy útiles para conservar
una vida sana de los humanos en la tierra. Mientras que los Pueblos indígenas usamos
estos recursos con una concepción de sustentabilidad, de no expoliación ni exterminio,
surgen las demandas del mercado irracional que está poniendo en riesgo la vida misma.
Empezaron con el oro, el caucho, el petróleo, los recursos madereros, forestales y hasta
matar la vida en los ríos y mares. Actualmente, vemos la muerte no sólo de la vida de
los animales, de los peces, sino la muerte también del propio río, del propio bosque, de
la propia tierra.
El corazón de la montaña está siendo ambicionado no porque allí mora el espíritu de los
Dioses sino porque tiene oro, plata, uranio o cuanto mineral exista para hacer crecer las
arcas de las transnacionales.
El gran territorio amazónico está ambicionado por el oro negro o petróleo, el gas y los
bosques de madera que genera ingentes riquezas para las transnacionales quienes no
tienen el menor cuidado con los pueblos y seres humanos que lo cuidaron durante toda
su existencia.
“En las noches de luna, salgo de mi choza porque me gusta mirar las estrellas y escuchar
a los pájaros nocturnos pero sólo oigo llorar a los árboles. Lloran porque están heridos, les
han dejado las raíces sin alimento,, lloran porque ya no pueden alimentarse; debajo de sus
raíces sólo hay huecos, les han sacado la tierra, buscando oro dicen!!..." Mujer Yine. 428
Las empresas hidroeléctricas se apropian del agua que regaba los cultivos, los pastos
para los animales, habían peces en los ríos para la alimentación, ya no están más. Por
otro lado, el agua ahora tiene dueño, hay que pagar, su dueño es una empresa
extranjera.
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Mujer del pueblo indígena Yine de Madre de Dios de la Amazonía peruana donde hay una
gran explotación de oro y de los recursos madereros.
"El agua nos dio la Madre Naturaleza, era de todos, para la gente, para los animales, para
la tierra, para la siembra, para los mismos Dioses Montaña; ahora hay que pagar para
beberla, ya no hay para los animales, y menos para la tierra.. Hasta disminuyó el puquio
porque metieron dinamita para que salga más agua y empozarlo, se molestó y viene
poquito. Ya no tengo ni para regar mi huerta donde crecían mis hierbas (aromáticas,
medicinales y hortalizas). Qué le daré de comer a mis hijos cuando vengan?. Señor
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gobierno, piedra le daré?. Anciana quechua
“Por cada mata de planta de papa huayro, en nuestras tierras estamos sacando 10 kilos
pero la empresa minera de oro quiere expropiar nuestras tierras, nosotros no queremos
darle. Somos 200 familias que queremos que la empresa se vaya y hemos protestado. 72
personas están con orden de captura acusadas de terroristas. Hemos visto que si la mina
se queda no podemos sembrar, nuestros animales no van a tener pasto, ni agua para
tomar. No queremos dejar nuestras tierras, ¿a dónde podemos ir a quejarnos?..." Lideresa
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Quechua.
Esperanzas y retos
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Anciana quechua refiriéndose a obras del gobiernos en las comunidades indígenas.
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Liderezas indígenas de zonas afectadas por las explotaciones mineras y de cobre.
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Liderezas indígenas de zonas afectadas por las explotaciones mineras y de cobre.
fundamentales y casi nulo acceso a la información sobre la existencia de compromisos
suscritos por los gobiernos hace que estos reclamos no tengan resultados inmediatos y
contundentes.
Los Pueblos Indígenas, hombres y mujeres tenemos que afrontar retos con estrategias
viables para que se entienda que la lucha por el medio ambiente, el desarrollo
sustentable, la construcción de la paz, la erradicación de la pobreza con equidad y
justicia no sólo son palabras ni deben ser sólo papeles con letra muerta.
Con esta visión las mujeres indígenas estamos aprendiendo a salir de las comunidades
y perdiendo el miedo, denunciando actos que atentan contra la vida, no sólo individual
sino colectiva.
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Me sepultarás en mi pueblo.
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Durante la violencia política en el Perú ‘80 – 95, las ancianas se vieron obligadas a
desplazamientos forzosos fuera de sus lugares de origen.