1719 Ontología Lenguaje y Transformaciónv2

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Teoría de los tres mundos.

Una ontología para


la construcción de la realidad social y el
coaching transformacional

Producir cambios en cualquier aspecto de nuestra realidad requiere saber en primer lugar de
que consiste, cuáles son sus bloques de construcción esenciales y cómo están ensamblados
para actuar sobre ellos y no sobre otra cosa inútil, en otras palabras, conocer su ontología. Por
otra parte, la perspectiva del lenguaje como un género de acción que interviene sobre la
realidad social, nos permite desarrollar competencias transformacionales en diferentes
aspectos sociales, organizacionales, personales y la implementación efectiva de las buenas
ideas.

Jorge Maturana Palma, junio de 2017.


LA ONTOLOGÍA DE LA REALIDAD SOCIAL 2

Lo real de la realidad
Hablar de realidad es siempre complicado ya que siempre está involucrada la naturaleza del
observador. En verdad las cosas que vemos son como las vemos y no como podrían ser.
Nuestra percepción de la mayoría de las cosas es una construcción que en distintos grados
toma parte de nuestra biología y que por el hecho de compartirla podemos hablar de una
realidad común e interactuar organizadamente sobre ella.

Sin embargo hay cosas y hechos que creemos que existen y en cuanto nos acercamos a ellos
vemos que no existen como tales, ya sea porque son ilusiones o porque inmediatamente
descubrimos que están compuestas de otras partes.

Por ejemplo, sabes que el llamativo color rojo que nos ofrece una rosa roja es precisamente el
color que la rosa detesta. Percibimos el rojo de la rosa porque es el único color de todo el
espectro lumínico que ella rechaza y lo arroja hacia fuera. A una rosa roja le atraen todos los
otros colores ¡menos el rojo! Y además sólo lo vemos porque está dentro del rango de
longitud de onda que nuestra biología nos permite ver y que el cerebro traduce como un
determinado color. Hay muchos otros colores, sonidos que están ahí pero que no podemos
ver sin ayuda de instrumentos.

Ahora debemos tener más respeto por la rosa roja y concederle que por mucho que nos
guste su color es justo lo que a ella le molesta.

Cuando necesitamos recortar la mesa de la sala de reuniones que mandamos a confeccionar,


porque quedó muy grande, en realidad no podemos seccionar la mesa propiamente tal, sino
aquello de lo que está hecha la mesa. Cortar madera no es lo mismo que cortar fierro o vidrio.

Esto sucede con muchos otros aspectos. Si quieres cambiar un proceso no puedes modificar
el proceso –que en sí es una abstracción- sino aquello de lo que está hecho el proceso:
personas, cultura, pautas, procedimientos, tecnología y sus propósitos. Es decir, el ser y hacer
de un proceso, una mesa, un sistema, una base de datos, o cualquier otra cosa, es el ser y
hacer de los componentes primarios e irreductibles que lo conforman.

Por lo cual para influir sobre cosas del mundo y las personas dentro de él, es fundamental
saber en qué consisten, conocer aquello de lo que en último término están constituidos y
que hacen que sean como son. De otra forma estaremos manipulando inútilmente
componentes que ningún efecto tendrán sobre lo que queremos cambiar.
LA ONTOLOGÍA DE LA REALIDAD SOCIAL 3

Podemos transformar el mundo y también nos puede transformar, pero teniendo presente
que la comunicación y percepción se hallan estrechamente relacionadas.

¿Cómo discernir los objetos que son base de la consistencia de los que no lo son? De ello se
ocupa la ontología.

Qué es la ontología y para qué sirve


La ontología es una de las herramientas más poderosas para desenvolvernos en todos los
aspectos de la vida y que todos practicamos tácitamente más a menudo de lo que pensamos.

En cuanto advertimos que unas cosas consisten en otras, que no todas consisten en lo mismo,
y que hay diversas formas y modos de consistir, el estudio de estas maneras de consistir es
algo que debe hacerse y constituye una de las principales ocupaciones de la ontología.

La ontología es por lo tanto el estudio de la consistencia de los objetos en general, de las


diversas formas de consistir y de las estructuras específicas y componentes esenciales
subyacentes que soportan las cosas y a los que debemos dirigirnos si queremos producir
efectivamente algún cambio.

En particular, si deseamos producir cambios en nuestra realidad social que abarca sociedades,
organizaciones, comunidades y toda forma de agrupación y equipos humanos, deberíamos
saber cómo está hecha y de qué cosas, cuáles son sus bloques de construcción esenciales y
cómo están ensamblados para actuar sobre ellos y no sobre otra cosa inútil. En otras palabras
necesitamos comprometernos con una ontología de la realidad social.

Teoría de los tres mundos: una ontología para la


transformación social y personal
Hallar las cosas irreductibles que son base de toda realidad social no es trivial. Sin embargo,
en vez de buscar estos elementos primarios existe la alternativa de identificar aquellos que en
los cimientos son autónomos, en el sentido que están ahí y operan en forma independiente
de las opiniones y creencias particulares de cada uno de nosotros brindando algún tipo de
objetividad.

Sabemos que existen partes del mundo conformadas por hechos que son objetivos en virtud
de su naturaleza física dada y otros hechos mentales que sólo los conocemos por la
experiencia propia o de primera persona. Ambos son hechos autónomos. Pero, ¿existirán
LA ONTOLOGÍA DE LA REALIDAD SOCIAL 4

otros y que relación tendrían con lo social? En otras palabras ¿cuál es la naturaleza ontológica
de la realidad social?

El sociólogo y filósofo Karl Popper considera que todo el quehacer humano se desenvuelve y
realiza en la interrelación de tres aspectos o dominios autónomos de la realidad.

• El mundo de las mentes humanas


• El mundo físico o de los hechos natural
• El mundo de cultura o de los hechos culturales que contiene todo el acopio de
información descriptiva o teórica, práctica o técnica, valorativa, reglas constitutivas y
regulativas, leyes, artes, y en general todos los productos de la creación de la mente
humana

Figura: los tres dominios autónomos de la ontología de los tres mundos

Algunos hechos culturales pueden ser subjetivos, pero en cuanto son establecidos en virtud
del acuerdo de las personas -como la propiedad, las empresas, las leyes- adquieren
autonomía propia y objetividad, ya que aun cuando se levantan sobre acuerdos humanos, una
vez instituidos ya no dependen de opiniones ni sentimientos particulares.
LA ONTOLOGÍA DE LA REALIDAD SOCIAL 5

Una prueba de la autonomía del mundo 3 de la cultura –en este sentido amplio-, es pensar
que si por alguna razón desaparecieran de la faz de la tierra todas las civilizaciones,
tecnologías, edificaciones y sólo permaneciera intacto el acopio cultural, bastaría en principio
de unas cuantas personas competentes para reconstruir el mundo a partir de dicho
conocimiento e información.

¿Cómo esta ontología, puede dar cuenta de todo sistema y hecho de realidad social? ¿Y qué
hace que las personas y sus pensamientos ocupen un lugar privilegiado en esta composición
de factores?

La manera en que estos dominios dan forma estructural y articulan la dinámica de cualquier
hecho social o sistema social, organizacional, grupo o comunidad consiste de los siguientes
pasos:

1. Las personas con sus capacidades mentales crean los contenidos culturales, tales como
teorías, prácticas, estándares, políticas, procedimientos, normas, leyes, patrones
conductuales, etc. Conforman un mundo cultural con autonomía propia en el sentido que
sus contenidos no son cosa de nuestras formas particulares de pensar, sino que mantienen
una objetividad común a todas las personas, como las leyes o la propiedad.

2. A la vez, las mentes humanas son las únicas entidades con la capacidad de capturar los
contenidos culturales y transmitirlos a otras personas de diferentes generaciones y
ámbitos.

3. Las personas adecuadamente instruidas, aplican los contenidos culturales sobre el mundo
físico para producir diferentes valores como bienes, productos y servicios.

4. El mundo natural provee el soporte físico indispensable para la existencia de todos los
hechos. La existencia de cualquier hecho cultural o social está soportada por algún hecho
u objeto físico, pero no debe confundirse el hecho social con su vehículo físico.

5. La operación de toda la red, es decir, las personas que aplican los contenidos culturales en
el mundo físico, persiguen la finalidad de crear valores propios, que son los resultantes de
toda la interacción concurrente, donde parte de estos valores retroalimentan la red de
producción, sustentando su operación y permitiendo su permanencia en el tiempo.
LA ONTOLOGÍA DE LA REALIDAD SOCIAL 6

Figura: Estructura y dinámica de los hechos y sistemas sociales

Implicancias de la ontología de la autonomía


Hechos y sistemas sociales
• Para referir un hecho cualquiera necesitamos de la institución humana del lenguaje. Tanto
hechos naturales, mentales, culturales como sociales requieren del lenguaje.

• El motor de impulso de un sistema social son agrupaciones de personas vinculadas y


coordinadas mediante el lenguaje. Por otra parte las mentes humanas son las únicas
entidades con la capacidad de crear y capturar los contenidos culturales y aplicarlos sobre
el mundo físico.

• La existencia de cualquier hecho social está soportada por algún hecho u objeto físico. La
realidad social entera se concreta mediante un vehículo físico. Pero no debe confundirse el
hecho social con su vehículo físico.
LA ONTOLOGÍA DE LA REALIDAD SOCIAL 7

• El retorno al sistema de los valores resultantes, es esencial para que la sustentabilidad del
sistema social u organización. Asimismo, si otra parte de los valores resultantes no son
reincorporados al entorno ambiental, este no podrá compensar su desgaste como para
sostener adecuadamente la operación del sistema y su permanencia en el tiempo.

La persistencia de un hecho social requiere de habilitadores y


facilitadores de su actividad continuada. como es el caso de la
tecnología. El real sentido de las tecnologías es su capacidad facilitadora
de procesos que permiten prolongar su existencia en el tiempo

La creación y construcción de los hechos culturales


• Para la existencia continuada de los hechos culturales se requiere que un número
suficiente de miembros de la sociedad o comunidad implicada sigan reconociendo y
aceptando la existencia de esos hechos vía acuerdo colectivo.

• Asimismo, al momento en que todos o casi todos los miembros de una sociedad rechazan
el reconocimiento de estos hechos dejan de existir en esa sociedad o comunidad.

• Una manera de crear hechos culturales cuando no existen, consiste simplemente en


¡actuar como si existieran! hasta que un número suficiente de miembros de la sociedad
o comunidad implicada reconocen y aceptan la existencia de esos hechos.

• Una vez instituidos, los hechos culturales se integran a un trasfondo cultural y se propagan
de generación en generación por aprendizaje individual y social, formal o informal, en el
ámbito respectivo de las personas, grupos, comunidades y sociedades.

• También se da el caso que los hechos culturales una vez internalizadas se usan en forma
inconsciente cuando quedan implícitos en una suerte de contexto colectivo.

Curiosamente una manera de crear hechos culturales cuando no existen,


consiste simplemente en ¡actuar convincentemente como si existieran!
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Las Organizaciones: una clase de Sistema Social


• Al igual que un sistema social, una organización es una red de producción de valores
acoplada estructuralmente en un entorno, que produce con sus operar los valores propios
que sustentan la operación de la propia red productiva, donde se interrelacionan personas
que interactúan sobre el mundo físico aplicando los contenidos culturales para producir
dichos valores. Toda la operación del sistema es articulada por los objetivos de valor que
conforman su razón de ser y hacer.

• Las relaciones entre las personas que integran la organización se produce por medio de
interacciones lingüísticas, donde cada persona ocupa el lugar de un rol determinado
configurando una malla de roles interrelacionados por conversaciones de cierto tipo y
formato que sostienen a cada instante y por medio de las cuales interactúan para generar
acciones orientadas a la producción de valor.

El lenguaje y la comunicación
• Los hechos deben ser comunicables. Para que funcione el sistema, los hechos antiguos o
nuevos deben ser comunicables entre las personas aunque sea de modo implícito

• La estructura ontológica de los hechos existe sólo en la medida en que es representada,


por lo cual requieren de un sistema de representación complejo para su existencia, y esos
sistemas complejos de representación son los lenguajes.

• Cómo los hechos en cuestión persisten en el tiempo independientemente de las


inclinaciones de los participantes, necesitan un medio de representación independiente de
los estados psicológicos de los participantes, y esas representaciones también son
lingüísticas.

• Un gran número de hechos puede ser creado mediante expresiones lingüísticas explícitas
como declaraciones, que son una clase de actos de habla. La ejecución exitosa de ese acto
de habla crea nuevos estados de cosas. Por ejemplo, cuando el presidente del directorio
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dice “nombro a usted gerente general de la compañía” algo cambia en el mundo, hay una
transformación importante en la estructura organizativa, hay un nuevo hecho que se suma
a la cultura de la compañía sustentado en el acuerdo explícito de los directores implicados
y en el acuerdo colectivo de los miembros de la organización a través de una aceptación
implícita sustentada en el contrato laboral.

Un gran número de hechos culturales pueden ser creados mediante


expresiones lingüísticas como declaraciones, cuya ejecución exitosa
introduce cambios en el orden de cosas del mundo

La necesidad de compromiso ontológico de un coaching


En los últimos años el término coaching ha ganado popularidad en diversos ámbitos del
quehacer humano bajo diferentes denominaciones. Por ejemplo, se habla de coaching
ejecutivo, coaching de equipos, coaching de liderazgo, coaching de vida, coaching
empresarial, coaching ontológico, entre otros sentidos. El coaching es básicamente un
entrenamiento para lograr mejores resultados y comprensión en determinados aspectos. Pero
sólo con este término no es suficiente para definir de qué se está hablando y se acompaña de
un apellido. Sin embargo con esto tampoco alcanza para precisar de qué se trata.

Independientemente de su ámbito, un programa de coaching serio no sólo requiere de


personas preparadas y formadas en la disciplina, sino que además de un compromiso
coherente con una ontología que describa con razonable precisión las bases sobre las cuales
se fundamenta y el alcance de su campo de aplicación.

La ontología de los hechos autónomos, por tratarse de una ontología general de la realidad
que entrega las bases para la construcción de los hechos y sistemas sociales contiene
componentes esenciales para cualquier forma de coaching.

Por ejemplo, el coaching ontológico hace uso de buena parte de ellos complementados con
otros aspectos y elementos propios de su línea de investigación.
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Un programa de coaching serio no sólo requiere personas formadas en la


disciplina, sino que además de un compromiso coherente con una ontología
que describa sus fundamentos y el alcance de su campo de aplicación.

Perspectiva lingüística del mundo


La importancia del uso del lenguaje y la expresión lingüística fue puesta de manifiesto con el
surgimiento de la filosofía analítica a fines del siglo IXX, impulsando una nueva línea de
pensamiento denominada “el giro lingüístico” que ha empapado buena parte de la filosofía
contemporánea.

La conexión del lenguaje con el mundo y la mente llevó a muchos filósofos a pensar que la
estructura del lenguaje no es otra cosa que un reflejo de la estructura de la realidad misma,
por lo cual, ellos apostaron a que podríamos llegar a conocer indirectamente el mundo
mediante el estudio del lenguaje con que nos referimos a las cosas del mundo. El filósofo
Wittgenstein, en algún momento propuso que las palabras de una oración están ahí por las
cosas del mundo y las relaciones entre las palabras representan las relaciones entre esas
cosas.

Asimismo, se observó que una buena parte de los problemas filosóficos como cotidianos no
eran otra cosa que confusiones del lenguaje producto de un mal uso o una inadecuada
interpretación de los términos, y que por lo tanto dichos problemas podían ser resueltos (más
bien disueltos) mediante un cuidadoso análisis lingüístico. Este modo de proceder se conoció
como análisis terapéutico, una especie de terapia filosófica basada en el lenguaje cuya
estrategia consistía en el ascenso semántico: si uno cae en perplejidades al hablar sobre las
cosas, suele servir de ayuda desplazar el foco y hablar sobre cómo hablar sobre aquellas
cosas, sobre lo que uno diría o debería decir coherentemente de algo bajo ciertas
circunstancias.
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Por otro lado, con el lenguaje no sólo nos referimos a los objetos del mundo físico sino
también a nuestros estados y procesos mentales. Se dice que con el lenguaje expresamos el
contenido intencional de nuestros estados mentales. Las oraciones o enunciados se refieren a
la forma lingüística con la que expresamos un determinado contenido de pensamiento. Esta
distinción es necesaria para comprender como podemos expresar un mismo contenido
mental bajo distintos enunciados, por ejemplo, en diferentes lenguas. Es así como los
enunciados “La casa es roja” y “The house is red” son dos oraciones diferentes pero que
expresan la misma proposición o contenido mental.

El uso del lenguaje, además de constituir un mecanismo mediante el cual podemos


referenciar diversos objetos del mundo físico y nuestros propios estados mentales, también
puede ser contemplado como un género de acción que nos ofrece una poderosa herramienta
a través de la cual podemos cambiar el estado de cosas del mundo.

Los actos de habla


Durante mucho tiempo, el estudio del lenguaje se ocupó de la función referencial y semántica
del lenguaje, es decir, de hallar el significado o referente de las palabras y de cómo las
oraciones pueden ser verdaderas o falsas cuando representan o no un estado de cosas
efectivo en el mundo.

Sin embargo, la perspectiva que ha despertado mayor interés en la actualidad ha sido la


denominada teoría de los Actos de Habla propuesta inicialmente por Austin y continuada
luego por Searle y Grice. El rasgo más elocuente de esta teoría consiste en que, a diferencia
del tradicional enfoque referencial y semántico del lenguaje, coloca el acento en la función
activa del lenguaje. Para precisar esta distinción, se introdujo una diferencia entre los diversos
tipos de acciones que puede cumplir el lenguaje al hacer una emisión:

(a) Actos locutivos o locucionarios. Consisten en construir enunciados con palabras,


donde estas se usan con sentidos particulares para hacer referencia a objetos y acciones
particulares. Es la manera en que regularmente jugamos con las palabras para emitir una
expresión con significado.
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Sin embargo, no obstante lo trivial que pueda parecer este mecanismo cognitivo, observe
cómo a ciertas personas no les resulta nada fácil construir las oraciones precisas para
comunicar plausiblemente sus opiniones, ideas e intenciones y poder actuar así sobre las
personas y cosas del mundo. Muchas veces la emisión resultante poco o nada tiene que ver
con lo que la persona deseaba comunicar. Por lo tanto, no es suficiente con tener buenas
ideas, sino que además es necesario poseer las competencias para construir las oraciones
adecuadas con que las sacamos de nuestras cabezas.

Como ilustración de lo confuso que puede resultar la mala expresión de una idea,
mostraremos como ejemplo una paradoja donde el defecto está en la falta de una puntuación
adecuada (no es poco usual que los correos electrónicos padezcan de estos defectos, sin
embargo la mayoría de estas confusiones son solucionables apelando al sentido común y el
contexto).

Supongamos que el Gerente Comercial de una tienda departamental, comunica por correo
electrónico la implementación de una agresiva promoción, mediante el siguiente texto:

“La promoción por la compra de un Notebook es siempre un kit de limpieza si cancela un


valor adicional lleva además una impresora”

Sin embargo, en esta oración, dependiendo donde el receptor del mensaje coloque la
puntuación, dará origen a interpretaciones muy diferentes del texto, que puede variar
radicalmente no sólo su sentido conceptual sino además su efecto comercial. Analicemos dos
posibles casos:

(i) Primera puntuación: “La promoción por la compra del Notebook es siempre un kit de
limpieza si cancela un valor adicional, lleva además una impresora”. Bajo esta puntuación la
promoción se interpreta como: el cliente lleva el kit de limpieza sólo si cancela un valor
adicional, y la impresora gratis.

(ii) Segunda puntuación: “La promoción por la compra del Notebook es siempre un kit de
limpieza, si cancela un valor adicional lleva además una impresora”. Con esta otra puntuación,
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la promoción adquiere este otro significado: el cliente lleva el kit de limpieza gratis, y la
impresora sólo si cancela un valor adicional.

¿No le parece que estos casos confusos son más comunes de lo que podría esperarse?

(b) Actos ilocutivos o ilocucionarios. Consisten en el propósito concreto o acciones que


deseamos lograr al hablar. Por ejemplo, podemos aconsejar, prometer, ordenar o
simplemente efectuar una declaración. La claridad y precisión de estas acciones tiene una
importancia clave en cómo nuestro interlocutor va a recibir nuestra emisión y como lo
motivamos para que realice efectivamente y con la precisión deseada lo que pedimos de él.

Así como el significado de una oración forma parte del acto locucionario de construir
enunciados, las acciones ilocucionarias tienen como contrapartida el concepto de fuerza
ilocucionaria.

Por ejemplo, las emisiones “sugiero que vayamos al seminario” y “insisto en que vayamos al
seminario” tienen en común el mismo objeto ilocucionario pero difieren en su intensidad. Del
mismo modo, no es lo mismo decir, “sería ideal que tengas el informe de resultados para
mañana”, que decir “el informe de resultados tienes que tenerlo mañana”.

Aun cuando en ambos casos el propósito ilocucionario es el mismo, la petición de un informe,


la fuerza ilocucionaria es diferente, puesto que la ejecución de estas peticiones conllevan
distintos grados de intensidad y compromiso. Si el jefe que pide el informe con la fuerza
ilocucionaria de la primer expresión, estaría produciendo una confusión si al otro día exigiera
al empleado la entrega inmediata del informe. Una gran parte de los malos entendidos tiene
su origen en peticiones ejecutadas con fuerzas ilocucionarias inadecuadas.

(c) Actos perlocutivos o perlocucionarios. Se refieren al efecto que el enunciado


produce en el recepto en determinadas circunstancias. Por ejemplo, podría fastidiar al oyente,
convencerlo, motivarlo o comprometerlo a que lleve a cabo una determinada acción. Esto
actos tiene que ver con el resultado que finalmente logramos en el oyente, reflejado en las
acciones que el receptor realiza producto de la comunicación, ya sea adquiriendo
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responsablemente un compromiso posterior o ejecutando inmediatamente lo solicitado en


los términos requeridos.

• La distinción entre estos tres tipos de actos es teórica


• Los tres actos se realizan simultáneamente
• Su distinción es importante porque cada uno tiene propiedades diferentes
‒El acto locutivo posee significado
‒El acto ilocutivo tiene el propósito que deseamos lograr y posee fuerza
‒El acto perlocutivo logra efectos

Figura: actos de habla implicados en la comunicación de una orden o petición


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Comunicación digital versus analógica


Para reforzar aún más el concepto de fuerza ilocucionaria, resulta útil establecer una analogía
con los conceptos de comunicación analógica-digital empleada tanto en máquinas y
computadores, como en personas. Cuando nos comunicamos a través de oraciones o
expresiones lingüísticas, se dice que estamos realizando una comunicación de tipo digital, en
el sentido que hay de por medio una codificación o sintaxis preestablecida arbitrariamente
para denotar objetos y conceptos. Por ejemplo, la palabra “silla” denota inequívocamente una
silla y no otro objeto, aun cuando en esa palabra no hay nada parecido que pueda asemejarse
ni remotamente a una silla. Cuando emitimos una palabra, ya sea en forma aislada o
formando parte de una oración, todos entendemos que en su lugar hay una referencia a un
determinado objeto. Esta estipulación es completamente arbitraria como la codificación
binaria que se usa en los computadores para almacenar los datos.

Por otro lado, existen otras formas de comunicar, ya sea de modo gesticular,
pictográficamente o estableciendo analogías con alguna magnitud física, como en el caso de
un termómetro. A diferencia de la comunicación digital, en estos casos sí existe alguna
relación patente entre el gesto, el dibujo, la magnitud física y el objeto o concepto que se
quiere denotar. Por ejemplo, en vez de emitir la palabra “mesa” puedo dibujar una mesa, y si
el dibujo guarda, aunque sea mínimamente los rasgos relevantes de una mesa, por analogía
entendemos que se trata de una mesa y no de otro objeto.

También una expresión de asentimiento puede ser comunicada analógicamente mediante un


movimiento vertical de la cabeza o en forma digital emitiendo la palabra “si”. Generalmente,
ambos tipos de comunicación se utilizan complementariamente en nuestras conversaciones
diarias. Las personas cuando hablan, acompañan sus palabras con una amplia gama de
gesticulaciones que le imprimen una mayor o menor fuerza al contenido que ellas quieren
expresar, afectando muchas veces el sentido en una u otra dirección.

Esta forma analógica de comunicar desempeña un rol similar al concepto de fuerza


ilocucionaria que asociábamos con estos actos de habla, mientras que la forma digital tiene
más que ver con la sintaxis de la construcción de expresiones lingüísticas que tienen lugar en
las acciones locucionarias.
LA ONTOLOGÍA DE LA REALIDAD SOCIAL 16

Si a un empleado le preguntas ¿por qué no realizó el proceso de actualización de


información?, sin acompañar esta pregunta con ninguna gesticulación en particular, con un
semblante indefinido y con un tono de voz parejo, seguramente él entenderá que le está
pidiendo, sin más, una explicación razonable de por qué no fue así. En cambio, si esa misma
pregunta es acompañada con un fruncimiento de ceño, golpeando además la mesa y con un
fuerte tono de voz, seguramente el empleado entenderá que además de una explicación, le
está expresando su gran malestar junto con reprenderlo por tal omisión. La comunicación
analógica y la fuerza ilocucionaria constituyen elementos que no son indiferentes en la
comunicación, ya que junto con enriquecer nuestra comunicación, otorgan diferentes niveles
de fuerza a nuestras expresiones, a tal grado que una misma oración puede ser recibida con
sentidos muy diferentes.

Asimismo, se dice que la comunicación analógica opera como una metacomunicación en el


sentido que coopera al entendimiento entre personas agregando indirectamente un mayor
nivel de orientación acerca de lo que estamos comunicando: la metacomunicación habla
dirigiéndose hacia aquello sobre lo que estamos hablando.

Si tú dices simplemente “los resultados del balance arrojaron cifras rojas”, puedes subir o
bajar el perfil de esta emisión, según la fuerza o refuerzo que impongas a esta emisión, dando
a entender, por ejemplo, que “hay que hacer grandes esfuerzos de coordinación en el equipo
actual de trabajo para revertir esta situación”, o bien, “que el trabajo realizado es totalmente
ineficiente y es necesario realizar cambios sustanciales y reemplazar a algunos de los
miembros del equipo”.

Clasificación de los actos de habla


Los tres criterios relevantes para la clasificación de los actos de habla son: las diferencias en el
objeto o propósito ilocucionario del acto, las diferencias en la dirección de ajuste entre las
palabras y el mundo, y las diferencias en los estados psicológicos expresados por el hablante.
LA ONTOLOGÍA DE LA REALIDAD SOCIAL 17

• El objeto o propósito ilocucionario de un acto es aquello que deseamos hacer con las
palabras cuando las pronunciamos. Por ejemplo, el objeto de una orden es que el oyente
haga algo, el de una promesa consiste en asumir un compromiso de hacer algo por el
hablante, el propósito de una descripción es decir de algo como es en verdad.

• La dirección de ajuste se refiere a la relación entre las palabras y el mundo. Algunos actos
suponen que las palabras se ajustan a los hechos, como las afirmaciones y las
descripciones. Pero otros actos persiguen y pueden cambiar el mundo cuando los hechos
del mundo se ajustan a las palabras. Por ejemplo, en las órdenes se busca que el oyente
ejecute acciones que produzcan cambios ajustados a las palabras del emisor, en las
promesas el oyente espera que las acciones posteriores del hablante produzcan
modificaciones ajustadas a sus propias palabras. Por lo tanto, existen dos direcciones de
ajuste básicas: la dirección de ajuste de palabra-a-mundo y la dirección de ajuste de
mundo-a-palabra.

• El estado psicológico expresado en el acto se refiere al estado mental implícito en las


palabras del hablante y que le dan un sentido. Por ejemplo, en el caso de una afirmación,
el estado mental del hablante es la creencia de lo que afirma, mientras que en el caso de
una orden el estado mental del hablante es el deseo que se cumpla.

Para captar las diferencias entre actos tan diversos como las peticiones, las exigencias, las y
órdenes es necesario introducir en la fuerza ilocucionaria no sólo las condiciones de
cumplimiento del fin que se propone el hablante, sino también el trasfondo de razones que el
hablante puede (o eventualmente podría) movilizar a favor de su pretensión.
LA ONTOLOGÍA DE LA REALIDAD SOCIAL 18

Objetivo Dirección de Estado


Tipo de Acto Ejemplo
ilocucionario Ajuste Psicológico
Representativos Representar o decir palabra-a- Creencia AFIRMACIONES/DESCRIBIR
o Descriptivos cómo es algo, ya sea mundo • Japón es un país de Asia
en forma correcta o • Empezó a temblar en medio de
incorrecta, la ceremonia de graduación
verdadera o falsa. • Los triángulos son figuras de
tres lados
• Este fin de semana llueve
Directivos Los que intentan mundo-a- Deseo, ORDENES/PETICIONES
conseguir que el palabra orden, • ¡Pásame la sal!
receptor haga algo. aspiración • Dame el informe que te pedí
El hablante intenta • Vaya a mi oficina
impulsar al oyente a • ¡Por favor lean las
ejecutar una acción. instrucciones!
Comisivos o Los que constituyen mundo-a- Intención PROMESA/JURAMENTO
Compromisorios un compromiso de palabra • Nos juntamos mañana para
parte del emisor. El estudiar
hablante asume un • ¡Te pago el mes que viene!
compromiso u • ¡Te juro que voy mañana!
obligación de hacer • Si necesitas ayuda, llámame
algo
Declarativos Los que alteran el palabra-a- Ninguno INSTITUIR/DEMITIR
estado o las mundo y • Te multo por pasar con luz roja
características de mundo-a- • Te declaro culpable del crimen
algo. El hablante palabra • ¡Los declaro marido y mujer!
pretende cambiar el • En el nombre de Dios, se abre
estado en que se la sesión.
encuentra alguna • ¡Te bautizo como Pablo!
cosa. • Lo nombro Gerente General
Expresivos Los que constituyen Ninguno Estado EXPRESAR/MANIFESTAR
la expresión de una expresado • ¡Mil disculpas!
emoción, actitud o en el acto de • ¿De verdad me lo dices?
sentimiento del habla • ¡Hoy nada me sale bien!
emisor. El hablante • ¡No entiendo cómo pudo
expresa su estado hacerlo!
psicológico • ¡Imbécil!
Figura: Taxonomía de los actos de habla
LA ONTOLOGÍA DE LA REALIDAD SOCIAL 19

Juicios de hecho y juicios de valor


Todo el mundo sabe que el juicio es una forma de pensamiento mediante el cual se dice de
algo que es o no es. El juicio se expresa mediante un enunciado o proposición que une dos
términos afirmativa o negativamente.

El primer término, llamado sujeto, indica la cosa o persona de quién se afirma o niega algo y
el otro término, llamado predicado, expresa lo que se afirma o niega del primero. Esto nos
resulta obvio para la mayoría pero existe una diferencia radical entre dos formas de expresar
un juicio que muchas veces pasamos por alto con consecuencias dispares en nuestras
interrelaciones. Por ejemplo, consideremos los siguientes juicios:

(a) Pablo llegó 10 minutos después que comenzó la reunión


(b) Pablo no tiene ningún interés en la reunión

Los juicios de hecho son aquellos que tengan que ver con una realidad objetiva o un hecho
físico, comprobable, concreto, sin involucrar apreciaciones personales u opiniones de quien
los emite, como en el caso (a). Al fundamentarse en hechos comprobables existen criterios
racionales para ser calificados de verdaderos o falsos, y justificarlos.

Los juicios de valor son evaluaciones u opiniones acerca de algo o alguien, desde un
perspectiva personal, generalmente subjetiva, como en el caso (b). En esa medida expresan
más sobre actitudes o sentimientos de quien los emite que sobre el asunto que está siendo
evaluado. Al ser subjetivos no cabe comprobar su verdad ni justificación, por lo cual no son ni
verdaderos ni falsos, sino más bien suelen ser materia de aprobación o desaprobación, agrado
o desagrado.

Si como jefe de Pablo siente la responsabilidad de reconvenirlo, y le dice: ¡no tienes interés en
la reunión!, el efecto (perlocucionario) en Pablo será radicalmente diferente que si le dice:
¡llegaste atrasado! En el primer caso le está atribuyendo una apreciación personal que no
puede ser demostrada ni verdadera ni falsa, y por lo cual es totalmente discutible, mientras
que en el segundo caso es un juicio de hecho donde no hay nada que discutir, y donde
seguramente Pablo reaccionará positivamente al contrario que el juicio subjetivo de valor.
LA ONTOLOGÍA DE LA REALIDAD SOCIAL 20

Esto no sólo afecta la comunicación interpersonal, sino que también tiene consecuencias en
su propio desarrollo personal. Veamos el siguiente ejemplo:

María, que lleva varios años empleada en una tienda, piensa que ella nunca podrá adquirir las
competencias y aprobación para alcanzar el puesto de jefe de ventas en la compañía donde
trabaja.

Es un juicio sobre sí misma. ¿Juicio de hecho o de valor? ¡Es un juicio de valor! y como tiene
esa apreciación subjetiva sobre sus posibilidades, lo más probable es que no realice ningún
esfuerzo en capacitarse ni hablar con las personas que podrían influir para obtener dicho
puesto. Seguramente nunca lo logrará. María, desde ese juicio de valor sólo se está negando a
sí misma una posibilidad y está cerrando ella misma una puerta a su crecimiento. El hecho de
emitir juicios de valor inadvertidamente, nos condiciona a hacer y dejar de hacer
determinadas cosas, a atraer o no atraer otras más ¡sin un fundamento objetivo!

Competencias de los actos de habla


Desde la perspectiva de los actos de habla, los aspectos comunicacionales relevantes radican
en los actos verbales considerados en sus aspectos funcionales para la acción. La importancia
de estos aspectos tiene que ver directamente con la efectividad y eficiencia de las acciones
que planificamos e implementamos. Hoy existen muchas personas creativas trabajando en las
empresas, pero no muchas capaces de formular sus ideas con un clara locución, expresarlas
con la fuerza ilocucionaria adecuada y lograr el efecto perlocucionario deseado en las otras
personas.

Una vez que distinguimos el acto de construir enunciados, de la acción que realizamos al
pronunciarlos para obtener un determinado efecto, estamos en pie para analizar una variedad
de circunstancias por las cuales un acto puede fallar. Por ejemplo, si emitimos el enunciado
“me comprometo a aumentar tu sueldo” cuando no tenemos ninguna posibilidad de hacerlo,
estamos siendo irresponsables y desorientadores.
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Lo anterior sugiere que podemos estudiar las condiciones que deben verificarse para que un
acto de habla tenga el sentido (locucionario), la fuerza (ilocucionaria) y el efecto
(perlocucionario) que necesitamos que tenga para lograr un cometido deseado. También es
plausible establecer relaciones entre la sintaxis más apropiada para apoyar la fuerza
ilocucionaria que más efectivamente puede ayudar a conseguir el efecto perlocucionario
deseado en el receptor del mensaje. Cuando la información, el conocimiento y la
comunicación aumentan, las buenas ideas pueden ser conocidas por una gran mayoría, pero
lo que permanece como una veta poco explotada de diferenciación, es la capacidad de las
personas para llevar a cabo implementaciones exitosas, y para esto, aparte de buenas ideas,
se requiere que los ejecutivos se constituyan responsablemente en excelentes comunicadores
desarrollando las competencias de acción imbricadas en el buen manejo de los actos de
habla.

Por ejemplo, algunos teóricos de los actos de habla (Habermas) han propuesto que, para que
una persona solicite a otra que ejecute alguna acción:

1) La segunda persona o receptor debe tener la capacidad para efectuar tal tarea
2) El peticionario tiene que querer que la acción se lleve a cabo, creer que su emisión
cumplirá tal fin y tener razones para que se realice.

Otros teóricos (Grice) se han focalizado en otros rasgos de las acciones efectuadas al usar el
lenguaje, tales como el trabajo cooperativo entre las personas que participan en las
conversaciones, postulando al respecto cuatro reglas fundamentales:

1) Regla de Cantidad: Entrega tanta información como el contexto exija pero no más de esto.
2) Regla de Cualidad: Proporciona información veraz.
3) Regla de Relación: Haz que tu aporte sea relevante para el contexto en el que estás
hablando.
4) Regla de Modo: Habla tan claramente como sea posible, evita ambigüedad, di las cosas de
la manera más simple posible.
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Conclusiones
Las distinciones entregadas por estos conceptos se han convertido en materia común de
estudio en las investigaciones psicológicas sobre la comprensión del lenguaje, en los estudios
de inteligencia artificial sobre el procesamiento del lenguaje natural y como fundamento
teórico en las investigaciones sobre las organizaciones.

La ontología es una de las herramientas más poderosas para desenvolvernos en todos los
aspectos de la vida y que todos practicamos tácitamente más a menudo de lo que pensamos.

Es el estudio de la consistencia de los objetos, de las estructuras específicas y componentes


esenciales subyacentes que los sostienen. Si deseamos producir cambios en cualquier aspecto
de nuestra realidad deberíamos saber en primer lugar en que consiste, cuáles son sus bloques
de construcción esenciales y cómo están ensamblados para actuar sobre ellos y no sobre otra
cosa inútil.

Por otra parte, la perspectiva del lenguaje como un género de acción que interviene sobre la
realidad, nos permite desarrollar competencias transformacionales en diferentes aspectos
sociales, organizacionales y personales. Nos brinda nuevas perspectivas, una manera diferente
de interpretar lo interpretable y abrir posibilidades, de comprender a los seres humanos y
nosotros mismos, nuestros modos de relacionarnos, de ser y actuar, y en términos prácticos,
nos brinda herramientas para lograr mejores resultados en la ruta del cambio para la
implementación de las buenas ideas.

Otro resultado inmediato, y no menos relevante que podemos concluir, es que debemos ser
responsables por lo que decimos (y también por lo que no decimos).
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Jorge Maturana
Profesional de reconocida trayectoria y experiencia en el campo de las tecnologías y el
management. Es Vicepresidente de la Asociación de Informáticos UTE-USACH. En los últimos
20 años ocupó importantes cargos ejecutivos como Gerente de Sistemas y Operaciones de
eCommerce, Gerente de Planificación y Control, Gerente de Administración y Control
Financiero e integrante del Comité Tecnológico Corporativo, en el área de TI del Grupo
Falabella.
Docente universitario, investigador, escritor y conferencista en management, teoría
organizacional y tecnologías, es CEO fundador de la consultora Orgánica Ltda.
De profesión Ingeniero Informático USACH, es Licenciado en Ingeniería, Postitulado en
Gestión Informática PUC, Magister en Filosofía de las Ciencias USACH, Diplomado en Neuropsicología PUC, Magister(c) en
Psicología Social Aplicada, Certified CMMI, COBIT, ITIL, Thomas Personal Profile Analysis.
En 2009 fue distinguido con el Premio a la Trayectoria y Liderazgo otorgado por el Departamento de Informática de la Facultad
de Ingeniería, Universidad de Santiago de Chile.


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