Ricardo Sandoval Lopez Derecho Comercial Tomo II
Ricardo Sandoval Lopez Derecho Comercial Tomo II
Ricardo Sandoval Lopez Derecho Comercial Tomo II
TOMO II
MANUALES JURIDICOS Nº 84
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Se terminó de imprimir esta quinta edición de 1.000 ejemplares en el mes de junio de 1999
DERECHO COMERCIAL
TEORIA GENERAL DE LOS TITULOS DE CREDITO, LETRA DE
CAMBIO, PAGARE, CHEQUE Y TITULOS ELECTRONICOS O
DESINCORPORADOS
TOMO II
5a edición actualizada
TEORIA GENERAL DE LOS TITULOS DE CREDITO, LETRA
DE CAMBIO, PAGARE, CHEQUE Y TITULOS ELECTRONICOS
O DESINCORPORADOS
1. Introducción.
La actividad mercantil es, en su esencia, actividad mediadora en el
desplazamiento de bienes, derechos o servicios de un patrimonio a otro, de un
titular a otro. Dicho de otra manera, el tráfico mercantil está destinado
siempre a la circulación de valores patrimoniales. La circulación, a su turno,
puede asumir variadas formas: se presenta cuando el titular de un bien lo
transfiere definitivamente a otra persona (cambio); cuando sólo transfiere su
goce en forma temporal (crédito), como en el supuesto de que dicho bien pase
a ser gozado conjuntamente por dos o más titulares (asociación). Como
podemos apreciar, el cambio, el crédito y la asociación son tres
manifestaciones claras del fenómeno circulatorio que caracteriza la actividad
económico-mercantil.
En la circulación destacan hoy en día dos aspectos: la cantidad y la
velocidad. Se entiende por cantidad la suma de valores que se transfieren en
un determinado tiempo. Por velocidad, la rapidez del movimiento de la
cantidad de bienes en circulación. No cabe duda de que si una misma cantidad
de bienes se moviliza más rápido, esto es, si circula con mayor velocidad,
acrecienta el rendimiento y es generadora de mayor riqueza. Siendo esto así,
la circulación, desde el punto de vista comercial, tiene actualmente
características nuevas: es masiva y permanente, vinculando en una cadena sin
fin los factores de la producción. Por ello es que en nuestros días se habla de
“tráfico”, es decir, que donde un acto termina empieza otro y así
sucesivamente, tejiéndose una inmensa red de intereses.
Corresponde al derecho comercial regular las diferentes formas que puede
revestir la circulación de los bienes o tráfico mercantil, creando las figuras,
estructuras o mecanismos jurídicos que permitan lograrlo, cautelando al
mismo tiempo los intereses en juego. Básicamente, dos son los instrumentos
jurídicos que facilitan la circulación: el contrato y los títulos de crédito. El
contrato es el primer mecanismo que aparece en el tiempo para llevar a cabo
la actividad mediadora entre un patrimonio y otro y sigue siendo uno de los
más utilizados e importantes en la actualidad. La función básica del contrato,
tanto civil como comercial, es realizar jurídicamente la circulación de los
bienes, derechos o servicios. Por esta razón, las normas reguladoras de la
Teoría General del Contrato son comunes a los contratos civiles y comerciales;
por ejemplo, en lo relativo al acuerdo de voluntades. Con todo, las
codificaciones mercantiles, al tratar en general de los contratos comerciales,
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contienen reglas especiales relativas a su forma, prueba, interpretación,
efectos, etc.
El contrato como instrumento jurídico de la circulación es una de las
instituciones más permeables a las nuevas ideas y cambios del sistema
económico. La debilitación del carácter individualista y liberal del derecho
comercial se manifiesta con mayor intensidad a propósito de los contratos.
El principio de la libertad en cuanto a la forma se ha visto afectado por el
intervencionismo estatal, que obliga a realizar un buen número de operaciones
de acuerdo a fórmulas rígidas preestablecidas, contrariando de esta suerte la
rapidez de las transacciones mercantiles, pero destinadas a proteger el interés
de terceros y del público en general. Por otra parte, el principio clásico de la
autonomía de la voluntad imperante en la materia, resulta asimismo
disminuido. La realidad demuestra que no es frecuente en la actualidad que el
contrato sea discutido por las partes en un plano de igualdad y con absoluta
libertad de contratar o no. En la mayoría de los contratos comerciales la
igualdad es meramente teórica, por ocupar una de las contratantes (el
empresario) una posición económica privilegiada que le permite imponer su
ley a los clientes. La rapidez misma del tráfico mercantil impide la discusión
minuciosa de los contratos para adecuarlos al interés específico que puedan
tener las partes contratantes, lo que les lleva a establecer contratos tipos, de
contenido rígido y predeterminado que se repite en una serie interminable de
contratos iguales, en los que la voluntad de las partes juega apenas un papel
visible. En el comercio bancario, en el bursátil, en el de seguros, en el de
transportes, por señalar algunos, los contratos se elaboran sobre bases
uniformes, cuyo contenido está determinado de antemano en cláusulas que
rara vez sufren modificaciones por exigencias de los clientes, prácticamente
obligados a contratar en esas condiciones unilaterales impuestas por el
empresario.
El título de crédito, al incorporar en su contenido una prestación que puede
exigirse al obligado a su vencimiento, constituye un vehículo privilegiado de
circulación. En efecto, el título de crédito en cuanto a su contenido puede ser:
representativo de dinero, de mercaderías o de participación social. En el título
de crédito representativo de dinero, la prestación consiste precisamente en
pagar una suma de dinero a su vencimiento. Permite, en consecuencia, realizar
actos de cambio o tráfico mercantil sin moneda, llegando así, en cierta forma,
a sustituirla. Además, como la circulación se realiza con un documento que
contiene una promesa de pago diferido, se posterga con ello la exigibilidad de
la deuda, realizándose, en esta forma, la función de crédito. A su turno, como
esta promesa de pago diferido está contenida en un documento, puede
circular, como la moneda, mediante la circulación del título que la contiene. En
fin, nada impide que el acreedor pueda cambiar el valor futuro que representa
la promesa de pago diferido por un valor presente, mediante la operación de
descuento. Así, podemos apreciar cómo un título de crédito representativo de
dinero cumple la función de reemplazar a la moneda, de realizar la circulación
con pago diferido y de servir de base al crédito en el descuento.
En el título representativo de mercaderías la prestación contenida en el
documento permite exigir al obligado la entrega de determinados bienes.
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Capítulo I
TEORIA GENERAL DE LOS TITULOS DE CREDITO
Sección I
NOCIÓN DE TÍTULO DE CRÉDITO Y ELEMENTOS CARACTERÍSTICOS
2. Noción de título de crédito.
Los títulos de crédito son una de las más significativas creaciones del
derecho comercial. Tullio Ascarelli afirma que “si nos preguntasen cuál es la
contribución del derecho comercial a la formación de la Economía moderna,
tal vez no podríamos apuntar otra que haya influido más típicamente en esa
Economía que la institución de los títulos de crédito”. Ellos se han convertido
en instrumentos de representación y movilización de la riqueza, aportando la
certeza, rapidez y seguridad que requiere el tráfico mercantil de nuestros días.
La noción de título de crédito, que corresponde a la traducción literal de la
expresión alemana Wertpapiere, evoca un documento que no sólo acredita la
existencia y contenido de un derecho, sino que lo constituye y sirve para su
transferencia. Por ello es que se dice que estos documentos incorporan o
materializan un derecho en su texto. A partir de esta idea la doctrina ha
elaborado mayoritariamente una noción esencial de título de crédito, que
consiste en un documento transferible cuya posesión es necesaria para ejercer
el derecho literal y autónomo que en él se representa. Se trata de un concepto
restringido o estricto, afirmado por la doctrina italiana y acogido por las reglas
del Código Civil italiano de 1942. La jurisprudencia del Tribunal Supremo
español se ha hecho eco de esta noción en una sentencia de 27 de diciembre
de 1987, señalando que al título-valor “conviene la definición descriptiva de
documento de un derecho literal destinado a la circulación, capaz de atribuir
de modo autónomo la titularidad del derecho a su propietario y que confiere
suficiente legitimación al poseedor para recabar el cumplimiento del derecho
que incorpora”.
Sin embargo, en la doctrina alemana ha predominado una concepción más
amplia del título de crédito, que se ha recogido en el artículo 965 del
Obligationenretch suizo de 1936, según la cual se trata de un documento que
incorpora un derecho de carácter privado de tal forma que para su ejercicio es
necesaria la posesión del documento.
La noción amplia de título de crédito alude a los documentos cuya tenencia
es necesaria para ejercer el derecho representado en el documento,
independientemente de que el documento sea o no también necesario para la
transferencia de dicho derecho.
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para ejercer los derechos que representaban. Tales exigencias han sido
satisfechas con la creación de los títulos de crédito.
El origen de la Teoría General de los Títulos de Crédito fue, sin duda, la
aplicación y desarrollo de uno de ellos; la letra de cambio, que motivó estudios
doctrinarios y elaboración de normas legales. La letra de cambio conjugaba
adecuadamente el aspecto teórico con el aspecto práctico de su
funcionamiento en el tráfico comercial y bancario. Es en realidad Vivante el
creador de la Teoría General de los Títulos de Crédito contenida en su Tratado
de Derecho Comercial, editado por primera vez en 1896. El insigne
jusmercantilista italiano siguió las siguientes pautas: a) extrajo los caracteres
esenciales de la letra de cambio, que eran comunes a todos los títulos de
crédito; b) separó los elementos constitutivos de la letra de cambio como título
de crédito de aquellos otros caracteres que le daban el rango de papel de
comercio; c) distinguió de los títulos de crédito aquellos documentos que no
contaban con los caracteres esenciales y que eran simplemente documentos
probatorios, y d) describió su forma de circulación según las diversas clases de
títulos de crédito: nominativos, a la orden o al portador.
4. Definición y elementos del título de crédito.
La doctrina de los autores define los títulos de crédito señalando que son
documentos que llevan incorporado un derecho literal y autónomo que se
puede ejercer por el portador legítimo contra el deudor a la fecha de su
vencimiento. De acuerdo con esta definición, es necesaria la concurrencia de
una serie de elementos que configuran la esencia de la noción definida.
El documento es necesario para dar origen al derecho, para su conservación
y disposición. “Sin él no es posible hacer efectivo el derecho contra el
obligado, ni transmitirlo a un tercero, ni darlo en garantía.” Por lo mismo, toda
operación relativa al derecho deberá consignarse en el título para que
produzca sus efectos.
El derecho consignado en el título de crédito, llamado “derecho
documental”, no vive por sí solo, porque desde el momento en que se produce
su consagración en el instrumento, irá ligado a él dondequiera que éste vaya,
corriendo su misma suerte, expuesto a las mismas contingencias y vicisitudes,
a tal punto que, si el documento se destruye o se pierde, desaparece también
el derecho en él incorporado, a menos que su propietario tome algunas
medidas, las que tendremos ocasión de señalar más adelante. En
consecuencia, la posesión del documento decide de modo soberano la
titularidad del derecho en él consignado. “No es un juego de palabras –ha
escrito Bolaffio– decir que la posesión del título es título de posesión.” La
fórmula es verdadera en el sentido de que la posesión del instrumento titula,
funda y legitima la posesión del derecho. “Poseo el derecho porque poseo el
documento.” Se trata, pues, de un derecho causado por la cosa (el título),
derecho propten rem. Es asimismo un derecho reinhaerens, adherido a la cosa,
inmanente en ella.
Queda de manifiesto entonces la absoluta preponderancia que el documento
ejerce sobre el derecho contenido en él. Sin embargo, debemos dejar
constancia de que antes de plasmar el derecho en el instrumento que lo
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Sección II
CARACTERÍSTICAS DE LOS TÍTULOS DE CRÉDITO
10. Enumeración.
Es preciso distinguir las características esenciales y comunes de todos los
títulos de crédito, que son: la necesariedad, la literalidad y la autonomía; y las
características particulares de algunos títulos de crédito, que son: la
abstracción y la formalidad.
Párrafo I
Caracteres esenciales y comunes de los títulos de crédito
11. La necesariedad.
Es la característica esencial del documento, que hace imprescindible tener
el título para contar y poder disponer del derecho documental representado en
él.
El fundamento de la necesariedad radica en la especial estructura del título
de crédito. Se basa en la íntima vinculación funcional que existe entre los
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Párrafo II
Características particulares de algunos títulos de crédito
14. Títulos de crédito y relación subyacente.
Es indispensable para calificar el título de crédito de abstracto o de causal
considerar el rol que la causa juega en ellos.
Antes de dar una noción de títulos abstractos y causados, se requiere
explicar la vinculación existente entre los títulos de crédito y la relación
fundamental que les dio origen y que pertenece al derecho común. En otros
términos, se trata de precisar de qué manera nace el título de crédito, a qué
relación debe su creación y qué relaciones interdependientes se generan entre
el título y la relación fundamental.
En este orden de idea, dejamos constancia, en primer término, que el título
de crédito puede emitirse con motivo de cualquier contrato, que pasa a ser su
antecedente o relación fundamental o relación subyacente. El nacimiento del
derecho documental no significa necesariamente la extinción de la relación
fundamental, sino que ambas relaciones jurídicas (documental y subyacente)
pueden coexistir y en principio coexisten. El libramiento de un título de crédito
no origina novación de la relación que le dio origen, a menos que se convenga
expresamente (art. 12 de la Ley Nº 18.092, art. 37 de la Ley de Cuentas
Corrientes Bancarias y Cheques y art. 76 Nº 2 de la Ley Nº 18.175).
Durante esta coexistencia se produce una serie de recíprocos efectos
jurídicos. Así, en el caso en que el deudor deba hacer frente al pago de ambas
relaciones jurídicas, como debido al hecho de que el cumplimiento de una de
ellas extingue a la otra, tendría acción de repetición en contra del sujeto que
se enriqueció sin causa exigiendo el pago de ambas.
Otro tanto sucede cuando la acción cambiaria se encuentra supeditada al
cumplimiento de determinadas cargas o deberes cambiarios (protesto), que en
el evento de que el sujeto no las satisfaga pierde la posibilidad de ejercer la
acción causal.
Por último, esta coexistencia de relaciones origina la supervivencia de la
acción fundamental frente a los posibles vicios de la acción documental.
15. La causa en los títulos de crédito.
En el derecho de las obligaciones se distingue entre causa-fuente y causa-
fin. La causa-fuente es el acto por el cual una persona exterioriza su voluntad
de obligarse. Esta voluntad, elemento subjetivo, resulta fuente de obligaciones
cuando se exterioriza, aspecto objetivo. Siendo así, ante la interrogante ¿por
qué se obligó?, debemos responder: porque ese acto voluntario exteriorizado
es un hecho al cual se le atribuye por el derecho la virtud de crear el vínculo
obligacional. En cambio, en la noción de causa-fin se considera la finalidad
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Sección III
LA CLASIFICACIÓN DE LOS TÍTULOS DE CRÉDITO
23. Criterios de clasificación.
Podemos clasificar los títulos de crédito teniendo en cuenta su contenido y
la forma en la cual se han emitido. De acuerdo con el primer criterio, el
contenido normal del título de crédito lo constituyen los derechos de crédito
pecuniarios en él incorporados. Siguiendo el segundo criterio, la forma como
el título se emite determina con mayor o menor precisión la persona del
beneficiario del derecho documental, al mismo tiempo que es la base para
determinar su ley de circulación y, por ende, la forma como se legitima el
poseedor del mismo.
24. Títulos de pago, representativos de mercaderías y de participación
social.
Atendiendo al contenido del documento, o lo que es lo mismo al objeto de la
presentación, se distinguen tres grandes categorías de títulos de crédito:
–Títulos de pago o efectos de comercio;
–Títulos representativos de mercaderías, y
–Títulos de participación social o valores mobiliarios.
Si el título de crédito obliga al deudor a una presentación consistente en
pagar una suma de dinero, recibe el nombre de “título de pago” o “efecto de
comercio”. Pertenecen a esta categoría de títulos: la letra de cambio, el pagaré
a la orden, el cheque, la carta orden de crédito y la libranza.
Cuando el título de crédito incorpora el derecho de disposición sobre
determinadas cosas materiales, se denomina “título representativo de
mercaderías”. Forman parte de esta especie de títulos: los certificados o vales
de depósito en almacenes generales (warrants), las cartas de porte, los
conocimientos de embarque, las facturas, etc. La posesión del título equivale a
la posesión de las mercaderías en él especificadas y, en consecuencia,
transfiriendo el documento se transfieren también las cosas. De esta suerte, la
circulación material de las mercaderías (tradición de las mismas) se reemplaza
ventajosamente por la circulación del título, que resulta a todas luces más
rápida y más económica.
Por último, el contenido de los títulos de crédito puede no consistir en un
derecho de crédito concreto (pago de una suma de dinero) ni en el derecho a
exigir determinadas mercaderías, sino en un conjunto de derechos de diversa
naturaleza inherentes a la calidad de socio de la entidad que lo emite o a la
condición de acreedores de la misma. Estos son los títulos de participación
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social. En ellos los caracteres del título de crédito que hemos estudiado se
encuentran un tanto debilitados e incluso la denominación común de títulos de
crédito respecto de ellos no es muy adecuada, por lo que se estima preferible
denominarlos “títulos-valores” o “valores mobiliarios”, como se les llama en
nuestro medio, expresión que es más amplia y comprensiva del término
“valor”. Son valores mobiliarios los títulos emitidos por las sociedades
anónimas: las acciones, que confieren a su titular el carácter de asociado y un
conjunto de derechos inherentes a esta calidad; los bonos o debentures,
emitidos también por las sociedades anónimas, que convierten a su portador
en acreedor de la sociedad emisora; los pagarés emitidos por instituciones
públicas, como los de la Tesorería General de la República, los del Banco
Central de Chile, los de la Caja Central de Ahorros y Préstamos, etcétera. Son
instrumentos muy eficaces para la circulación de los derechos y de la riqueza
en general.
25. Títulos al portador, a la orden y nominativos.
Esta clasificación se hace atendiendo a las condiciones formales para que
los títulos circulen y cumplan la función económica correspondiente. Este
criterio de clasificación toma en cuenta los requisitos que deben considerarse
para que los portadores queden legitimados y puedan ejercer los derechos
documentales. En ella están involucrados los valores de certeza, rapidez y
seguridad frente a los valores genéricos de justicia y equidad.
26. Títulos al portador.
Son aquellos que se emiten sin mencionar en su texto al beneficiario o que
apareciendo éste se les adiciona la cláusula “al portador”. Esta clase de títulos
contribuyó a la elaboración de la teoría general de los instrumentos de crédito;
actualmente se les considera como la expresión última de la propiedad
mobiliaria.
Los títulos al portador son los que más se identifican con las cosas muebles
y respecto de la incorporación del derecho en el documento, podemos señalar
que ella aparece realizada íntegramente. Tal identificación con las cosas
muebles es el fundamento de la circulación de los títulos al portador que debe
efectuarse por la entrega del documento. Es preciso enfatizar, en esta clase de
títulos, la innegable preeminencia que existe del documento sobre el derecho.
Por tratarse de título-cosa, la simple tradición del documento es suficiente
para quedar legitimado en el ejercicio del derecho. Los requisitos de
legitimación de un título al portador son, en consecuencia:
–Posesión del título;
–Presentación al sujeto requerido de pago.
Atendidas las características ya destacadas, los títulos al portador no son
susceptibles de reivindicación. En efecto, la posibilidad de ejercer la acción
reivindicatoria se dificulta porque frente al interés del que ha perdido
involuntariamente la posesión, por hurto, robo o extravío, están los derechos
del poseedor de buena fe que lo adquirió según su ley de circulación. Además,
hay un interés indirecto representado por la seguridad y confianza que deben
informar los negocios mercantiles. Ante esta pugna de intereses se prefiere el
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Sección IV
LOS VALORES MOBILIARIOS
36. Concepto y caracteres distintivos.
Se llaman valores mobiliarios o títulos de participación social los
documentos emitidos por las personas morales, públicas o privadas que
confieren derechos de asociados o de acreedores idénticos para una serie
dada, de tal suerte que esos títulos, por lo demás negociables según los modos
previstos por el derecho comercial, son susceptibles de una venta, de una
cotización colectiva, la cotización en la bolsa.
Estos valores mobiliarios son principalmente las acciones de las sociedades,
los bonos o debentures y títulos de préstamo del Estado o de las colectividades
públicas.
Estos valores son derechos mobiliarios. De ahí su nombre. Sirven de
colocación al ahorro y son objeto de especulaciones. Permiten alcanzar estos
dos objetivos porque su forma, que facilita su negociación, hace de ellos
bienes de fácil realización.
Existen tres formas de negociación aplicables a los títulos de participación
social, según su forma de emisión: la transferencia, que se aplica a los títulos
nominativos; la tradición, que se aplica a los títulos al portador, y el endoso,
que se aplica a los títulos a la orden.
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Sección V
TÍTULOS REPRESENTATIVOS DE MERCADERÍAS
42. Ideas generales.
El contenido de la prestación representada en el título puede asimismo
consistir en el derecho a reclamar la entrega de ciertas mercaderías que se
mencionan en el documento. Pertenecen a esta categoría de títulos de crédito,
entre otros, la carta de porte, el conocimiento de embarque, conocido también
con la expresión inglesa bill of lading (BL), el certificado de depósito de
mercaderías en un almacén general, al que se le denomina certificado
warrants.
Estos títulos cumplen la importante función de movilizar las mercaderías en
ellos representadas, toda vez que al ser transferidos de acuerdo a su ley de
circulación, permiten al portador legítimo exigir la entrega de ellas. Ahora
bien, como dichos instrumentos pueden ser objeto de sucesivos traspasos, las
mercaderías circulan de un titular a otro, sin necesidad de recurrir a los
mecanismos tradicionales de mutación del dominio propios del derecho
común, esto es, título traslaticio y modo de adquirir, que sin duda harían
menos expedito el tráfico de las mismas. Trataremos por separado los
principales aspectos de estos títulos, no obstante que nos veremos obligados a
volver sobre ellos cuando analicemos los documentos propios del transporte.
43. Carta de porte. Definición legal.
En conformidad con los términos del artículo 173 del Código de Comercio,
“llámase carta de porte del documento que las partes otorgan para acreditar la
existencia y condiciones del contrato, y la entrega de las mercaderías al
porteador”.
El concepto legal tiene la virtud de describir el origen y las funciones
propias de la carta de porte. En efecto, el documento proviene de un acuerdo
de las partes del contrato de transporte terrestre y no de la voluntad ni como
una obligación impuesta a una de ellas, lo que se confirma con el tenor del
artículo 174 del Código de Comercio, que dispone: “Convenidos los
contratantes en el otorgamiento de la carta de porte, deberán extenderla y
firmarla por duplicado”.
44. Aspecto formal de la carta de crédito.
A diferencia de lo que ocurre con la letra de cambio, el pagaré y el cheque,
la carta de porte no es un título abstracto, porque en ella se menciona la
relación subyacente, en este caso el contrato de transporte terrestre, al cual se
mantiene vinculada y ejerce influencia sobre ella. En consecuencia, no se
puede prescindir del contrato de transporte en la carta de porte, toda vez que
el documento acredita su existencia como así también sus estipulaciones o
condiciones y la entrega de las mercaderías por el cargador al porteador. Se
trata de un título causado, porque el derecho incorporado se literaliza en el
documento mismo y los alcances y el contenido de la prestación están ligados
a la relación subyacente, esto es, al contrato de transporte terrestre.
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reclamar determinadas mercaderías, en este caso, las que han sido objeto del
depósito.
La Ley Nº 18.690, de 2 de febrero de 1988, su Reglamento, contenido en el
Decreto Supremo Nº 152, del Ministerio de Agricultura, de fecha 27 de marzo
de 1989, y la Circular Nº 1 Normas para Almacenes Generales de Depósito y
sus Entidades Evaluadoras, de fecha 4 de abril de 1988, de la
Superintendencia de Bancos e Instituciones Financieras, constituyen la
normativa aplicable en esta materia.
En conformidad con lo previsto en el artículo 1º de la Ley Nº 18.690, “el
contrato de almacenajes es aquel en virtud del cual una persona llamada
depositante entrega en depósito a otra denominada almacenista mercaderías
de su propiedad de cualquier naturaleza, para su guarda o custodia, las que
pueden ser enajenadas o pignoradas mediante el endoso de los documentos
representativos de las mismas emitidos por el almacenista, esto es, del
certificado de depósito o del vale de prenda, en su caso, todo de conformidad a
las disposiciones de la presente ley”.
El contrato de almacenaje recién definido se perfecciona mediante la
entrega del certificado de depósito y del vale de prenda que el almacenista
otorga al depositante una vez recibidas las mercaderías. Los almacenistas
están obligados a inscribir estos documentos en un registro que deben llevar
al respecto.
El carácter de título de crédito del certificado de depósito, en adelante
warrants, se advierte porque el documento constituye el derecho del portador
para reclamar las mercaderías depositadas, acredita la celebración del
contrato de almacenaje al cual el título está ligado y, al mismo tiempo,
desempeña la función dispositiva, porque el traspaso de las mercaderías
depositadas se hace mediante el endoso del título. Los artículos 1º y 4º inciso
final de la Ley Nº 18.690 confirman lo señalado precedentemente en cuanto a
que las mercaderías pueden ser enajenadas o pignoradas mediante el endoso
de los documentos representativos de las mismas y, en lo relativo a que el
dominio de las especies depositadas se acreditará frente a terceros mediante
el certificado de depósito expedido por el almacenista. Por su parte el artículo
6º de la citada ley dispone que el dominio de las especies depositadas en los
almacenes se transfiere mediante el endoso del certificado de depósito.
52. Aspectos formales del warrants.
De acuerdo a lo previsto por el artículo 5º de la Ley Nº 18.690, tanto el
certificado de depósito como el vale de prenda deben emitirse con unas
mismas enunciaciones. Las menciones de esos documentos son las siguientes:
1. la designación o ubicación del almacén en que se hubiere hecho el
depósito e individualización del almacenista;
2. el número de orden y fecha del otorgamiento de los certificados;
3. el nombre, profesión y domicilio del depositante;
4. la naturaleza, calidad y cantidad de las especies depositadas;
5. el estado actual de éstas;
6. los seguros que las caucionen;
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Sección VI
TÍTULOS DE CRÉDITO INFORMÁTICOS, ELECTRÓNICOS O
TELEMÁTICOS
54. Cambio de soporte.
Aparte del problema que suscita la noción de título de crédito, los elementos
de su estructura, la vinculación existente en ellos, la imposibilidad de incluir
dentro del concepto un cierto número de títulos que se emplean en la actividad
mercantil, se ha planteado desde un tiempo a esta parte la cuestión del
elevado número de títulos de crédito que se emiten, las dificultades del manejo
de ese enorme volumen y el costo que ello implica. Los títulos valores están
siendo víctimas de su propio éxito, porque las dificultades no sólo se suscitan
respecto de los que se emiten masivamente, como las acciones, bonos y
debentures, sino que también en relación con aquellos de emisión individual,
como son las letras de cambio, cheques, pagarés, etc.
La emisión masiva de títulos de crédito hace que, en ciertos supuestos, ellos
no resulten apropiados para cumplir la función económico-jurídica que se
deseaba lograr con su empleo, en especial la de ser instrumentos de
representación y vehículos de movilización de los derechos y de la riqueza en
general. Los problemas derivados de la masificación de los títulos valores se
intenta superar con el empleo de la securitización, que permite representar en
un solo documento miles de títulos, con el uso de la contabilidad y de la
informática. Gracias al empleo de la informática se puede lograr que los títulos
de crédito emitidos cumplan su función en la circulación, esto es, el traspaso
de los derechos en ellos representados, no obstante que el título permanezca
inmovilizado o que la transferencia del derecho tenga lugar aun en el caso en
que el documento mismo se haya emitido. Esto último importa que la conexión
permanente o el consorcio indisoluble entre el sustrato material (documento) y
la declaración de contenido obligacional (derecho representado), que dan
origen al título de crédito, deja de ser relevante, toda vez que el título con el
empleo de la informática se ha desmaterializado, en cuanto a que se omite el
soporte material o documento sobre papel.
Nos parece que más que haberse desmaterializado el título de crédito, ha
cambiado el soporte de su creación. Mediante el empleo de medios
electrónicos, como por ejemplo con el uso de un computador, es posible hacer
anotaciones que sirven para crear y probar la existencia de un derecho en
favor de cierto titular y mediante otra anotación es posible registrar la
transferencia del derecho hacia otra persona. Siendo esto así, en el soporte
electrónico se pueden registrar los elementos característicos de un derecho, a
saber: el sujeto titular, el contenido, extensión y modalidades del derecho, una
referencia técnica de la operación de adquisición y de traspaso de ese
derecho. Además, el soporte electrónico facilita el registro de los datos
característicos del derecho, puede reproducirlos cuando se desee, para
entregar al titular un documento para justificar su legitimación como para
permitir la negociación de dicho derecho.
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Capítulo II
LA LETRA DE CAMBIO
Sección I
ASPECTOS GENERALES
58. Origen y evolución.
Sus antecedentes son muy remotos y no corresponde en sus caracteres a los
que tiene hoy en día. Por tal razón vale la pena estudiar las diversas etapas en
la evolución de este título de crédito.
El origen de la letra de cambio se remonta a la época en que los judíos
fueron expulsados de Francia y se vieron en la necesidad de entregar a los
viajeros que se dirigían hacia ese país ciertas cartas con el propósito de
recuperar parte de los bienes abandonados en su éxodo. En un comienzo la
letra de cambio fue una simple comunicación, una carta complementaria al
contrato de cambio, forma de documentación secundaria que sólo servía para
hacer efectivo el importe convenido con su presentación.
Asimismo se postula que la letra de cambio nació para encubrir el llamado
contrato de cambio “seco”, denominado así porque carecía de la humedad de
la justicia, en contraposición al cambio real. El cambio seco se realizaba
mediante la entrega de una letra de cambio por parte del deudor al
prestamista en contrapartida de cierta cantidad de dinero que este último
facilitaba al primero. Tras el cambio seco se encubría la usura o el préstamo a
interés combatido por el derecho canónico. El contrato de cambio “seco” se
caracteriza porque no existe un librado, sino solamente una relación directa
entre el librador y el beneficiario; el librado era ficticio.
La letra de cambio es en esta etapa un instrumento probatorio y de
ejecución del contrato de cambio.
Más tarde, las funciones que cumple la letra de cambio se jerarquizan: sigue
siendo un instrumento de prueba del contrato de cambio y el documento
indispensable para su ejecución, pero se convierte en un activo medio de
crédito, expandiendo de esta forma su uso en la actividad económica
mercantil. Para que la letra de cambio sirviera como instrumento de crédito
fue necesario incluir en ella la cláusula “a la orden”, permitiendo así la
transferencia del título sin las solemnidades del derecho común. Siendo
instrumento a la orden, circula por el endoso, facilitando al mismo tiempo la
operación de descuento, mediante la cual puede mutarse el valor futuro o
prestación que contiene la letra por un valor presente, multiplicando su
función económica de instrumento de crédito.
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En una etapa posterior se llega a la autonomía o independencia de la letra
de cambio con respecto al contrato de cambio que le dio origen. Para ello fue
necesario reestudiar los antecedentes históricos y buscar las raíces más
profundas de este tipo de instrumento. Como antecedente histórico se tiene
ahora en cuenta a la stipulatio romana, forma de obligarse que consiste en el
pronunciamiento de ciertas fórmulas sacramentales cuya omisión impide que
surja el vínculo obligacional. También se trata de explicar el origen de la letra
de cambio remontándose a los contratos literales (contratos literis del derecho
romano), entre los cuales se destaca la “nómina transcripcia”, que tiene
similitud con algunos aspectos documentales de la letra de cambio tal como
existe en la actualidad.
Pero lo más destacado son los aportes doctrinarios. Karl Einert, jurista
alemán, expuso en forma orgánica los avances científicos logrados hasta
entonces, sistematizando las ideas que rompieron con las nociones
contractualistas y causales, mantenidas hasta su época, haciendo resaltar el
carácter autónomo del instrumento. Por su parte, los juristas alemanes Liebe y
Thöl sostuvieron que la obligación nace y tiene eficacia en el ámbito de las
relaciones cambiarias por el solo acto o negocio formal y abstracto, originado
por el firmante de la letra, independientemente de las motivaciones prácticas
o económicas que pudo tener en cuenta este sujeto para suscribir el
documento. Se aprecia aquí el grado de abstracción y su corte esencialmente
racionalista que rompe con los antiguos moldes del derecho común.
El jurista Einert proclamó sus famosos cuatro principios que, gracias a su
admirable y equilibrado fundamento teórico, constituyen hoy en día la base
esencial del sistema bancario. Los principios formulados por Einert son los
siguientes:
a) La letra de cambio es la moneda de los comerciantes. Tan pronto como lo
planteara fue criticado aduciendo que la letra de cambio no tiene curso
forzoso como el dinero, que no se le atribuye poder liberatorio y que el
acreedor la recibe por la solvencia del acreedor, es decir pro solvendo y no pro
soluto. Sin embargo, se sustenta el principio distinguiendo las funciones
técnico-jurídicas de las funciones económicas que cumple la letra de cambio.
Sólo bajo este último aspecto se identifica la letra de cambio con el papel
moneda, lo que es cierto desde el punto de vista económico. Tampoco puede
perderse de vista que la letra de cambio funciona como instrumento de pago
impropio, cuyos efectos liberatorios o cancelatorios quedan postergados hasta
el vencimiento del mismo y a su pago efectivo.
b) El título no es un simple documento probatorio, ya que contiene una
promesa de pago. Este segundo principio pone de relieve el carácter
constitutivo de la letra de cambio. El documento es portador de una promesa
de pago y no se limita simplemente a servir de prueba de la relación
fundamental o subyacente.
c) La letra de cambio es independiente de la relación fundamental. Es una
promesa abstracta de pago. Destaca que existen dos relaciones: una
fundamental o subyacente y otra documental o cambiaria. Teniendo como base
la idea de abstracción, se dice que hay una desvinculación entre ambas
relaciones. Las obligaciones cambiarias que asume cada firmante de la letra
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Sección II
LA EMISIÓN O GIRO DE LA LETRA DE CAMBIO
62. Carácter formal.
La letra de cambio, como algunos títulos de crédito, participa del carácter
formal, esto es, debe emitirse respetando determinadas solemnidades
prescritas por la ley, bajo sanción de que si no se cumple con ellas, no vale
como tal (art. 2º de la Ley Nº 18.092). Reunidos los requisitos formales, la
letra de cambio tiene plena eficacia jurídica debido a su carácter de título
autónomo y literal.
Las enunciaciones que debe contener la letra de cambio obedeciendo a su
carácter formal están determinadas por el artículo 1º de la Ley Nº 18.092, de
14 de enero de 1982.
63. Enunciaciones de la letra de cambio.
Según el precepto legal recién citado, la letra de cambio deberá contener
las siguientes enunciaciones:
1. La indicación de ser letra de cambio, escrita en el mismo idioma
empleado en el título. Se trata de una exigencia destinada a fijar en la
literalidad del título su carácter de efecto de comercio, letra de cambio, para
que así se le distinga de otros de la misma categoría que contienen la promesa
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Sección III
LA CIRCULACIÓN DE LA LETRA DE CAMBIO: EL ENDOSO
74. Ideas generales.
La letra de cambio es un efecto de comercio que se emite a la orden,
pudiendo girarse también nominativamente. Esto significa que se concibe en
su forma esencial a nombre de una determinada persona, facultando a ésta de
modo expreso o implícito a transferir el documento sin la intervención del
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Sección IV
LA ACEPTACIÓN DE LA LETRA
90. Noción previa.
Cuando la letra de cambio se emite por el librador sólo contiene su firma, lo
que convierte a éste en el primer obligado al pago del documento. Durante la
corta vida del título se va recubriendo de otras firmas que tienen la virtud de
crear la obligación al pago: la firma del librado cuando admite pagar la
cantidad girada; la del o los avales que garantizan el pago; la del beneficiario
que la endosa transfiriendo su dominio y constituyéndose también garante del
pago; y, en fin, las de los demás endosantes, asimismo responsables. Estas
firmas generan obligaciones independientes, según lo previsto en el artículo 7º
de la Ley sobre Letra de Cambio y Pagaré. La aceptación de la letra es un acto
formal de comercio.
91. Concepto de aceptación.
Puede decirse que la aceptación no es sino el compromiso contraído por el
librado de pagar la cantidad girada en la letra. Mientras el librado no presta
su aceptación no contrae obligación de pagar la cantidad girada. Surge, en
consecuencia, el problema de determinar por qué el librado admite el encargo
y paga la letra. La doctrina clásica francesa supone una relación causal entre
el librador que emite el documento y el librado que lo acepta. La aceptación,
según esta doctrina, hace presumir que existe una provisión de fondos para
cubrir la cantidad girada.
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crédito; sólo ha llegado a ser su titular por alguna forma que legitima su
derecho. En cualquier caso, requerido el librado de la aceptación de la letra,
debe prestarla o negarla en el día en que el portador se la presente, salvo que
aquél exija que se le haga una segunda presentación al día siguiente (art. 41).
Agrega esta norma que los interesados sólo pueden alegar que tal exigencia
(la relativa al hecho de que se haga segunda presentación) ha quedado
incumplida si así consta del protesto. El librado carece de facultad para exigir
este segundo requerimiento, si el primero se efectuó en el último día del plazo
en que la letra puede ser presentada a la aceptación. Finalmente, el artículo
41 establece que el portador no está obligado a dejar la letra en poder del
librado.
Bajo la vigencia del artículo 667 del Código de Comercio se contemplaba la
posibilidad de que el portador dejara la letra en poder del librado al requerirle
su aceptación, en cuyo caso éste debía devolvérsela en el día de su
presentación. Agrega la norma citada que no devolviendo la letra en el término
indicado, el librado quedaba responsable de su pago, aun cuando no la hubiera
aceptado. La doctrina había atribuido distinto fundamento a este caso de
aceptación de la letra de cambio, que, a nuestro juicio, era una sanción por la
conducta antijurídica del librado que impedía de esta suerte al portador
protestar oportunamente el documento para conservar sus derechos contra el
librador y endosante. La nueva ley no reglamenta de manera alguna esta
situación y se limita sólo a disponer que no es obligatorio para el tenedor dejar
la letra en poder del librado al tiempo de requerir su aceptación.
94. Actitud del librado al requerírsele la aceptación.
Durante la vigencia del Código de Comercio en la materia, el librado admitía
el encargo de pagar la cantidad librada porque estaba obligado convencional o
legalmente a hacerlo. En efecto, el deber de aceptar la letra de cambio podía
tener su origen, por ejemplo, en un contrato de promesa, del cual nace una
obligación de hacer: aceptar el documento. De suerte que si el contrato de
promesa cumple los requisitos del artículo 1554 del Código Civil, en caso de
incumplimiento, el que prometió la aceptación está obligado a recubrir los
gastos de protesto y recambio si la letra se giró por cuenta del librador. Girada
la letra por orden o cuenta de un tercero, los daños y perjuicios comprendían,
a más del protesto y recambio, las sumas que el librador por cuenta hubiera
anticipado al ordenador bajo la fe de la promesa de aceptar (art. 666 del
Código de Comercio, hoy derogado). Pero en este caso se trataba de una
aceptación extracambiaria y el incumplimiento de la promesa originaba
responsabilidad contractual del que la había formulado y podía verse expuesto
a la demanda de cumplimiento forzado o de resolución, en ambos casos, con
indemnización de perjuicios.
Por otra parte, la obligación de aceptar podía tener su origen en la propia
ley; ello ocurría cuando el girador había hecho previamente la provisión de
fondos al librado para que admitiera el encargo de pagar la suma librada. El
Código reglamentaba en el artículo 649 los casos en que se entendía hecha la
provisión de fondos. Siendo esto así, el librador podía exigir del librado la
indemnización de los gastos que por la falta de aceptación o de pago había
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Sección V
LA GARANTÍA Y EL AVAL
100. Generalidades.
El crédito que emana de una letra de cambio puede ser caucionado de
diferentes formas, a saber:
– Por la solidaridad de las obligaciones cambiarias;
– Por el aval, y
– Por otras garantías extracambiarias.
101. Solidaridad cambiaria.
Se trata de una modalidad que tiene su fuente en la propia ley. En efecto, es
la ley la que contempla una responsabilidad solidaria de todos los obligados al
pago de la letra de cambio: ella afecta al librador, al aceptante y a los
endosantes. Esta solidaridad pasiva alcanza al total de la prestación cambiaria.
En efecto, según el artículo 79 de la ley vigente, todos los que firman una letra
de cambio, sea como libradores, aceptantes o endosantes, quedan
solidariamente obligados a pagar el valor de la letra, más los reajustes e
intereses, en su caso. Los endosantes pueden exonerarse de la responsabilidad
solidaria estipulándolo en forma expresa en el endoso mismo del documento.
Además, conviene recordar que sólo el endoso traslaticio de dominio genera la
responsabilidad solidaria del endosante (art. 25).
La solidaridad cambiaria es distinta de la solidaridad modalidad de los actos
jurídicos en el derecho común. En efecto, en este último la obligación solidaria
es común a los diferentes deudores, quienes sólo tienen una parte en la deuda,
aun cuando pueda exigírseles el total de ella. En la solidaridad cambiaria, los
distintos endosantes no son codeudores de la letra, sino más bien fiadores
solidarios que sólo pueden ser perseguidos en defecto del pago por el deudor
principal y que pagando la letra tienen acción de reembolso contra el deudor
principal. En nuestra legislación, el principio está contenido en el artículo 82
inciso 2º, que dice: “El endosante que paga la letra tendrá acción cambiaria de
reembolso a su elección en contra del librador, aceptante y endosante
anteriores y de sus avalistas”. Se justifica que el endosante que paga la letra
no tenga acción en contra de cualquiera de los demás endosantes sino
respecto de los endosantes anteriores, ya que de ellos derivó la transferencia
del título y éstos al hacerla garantizan al endosatario que la letra va a ser
pagada.
Respecto del librador debemos tener presente que al crear la letra garantiza
a todos que ella va a ser pagada por el librado, de suerte que cualquiera que
pague podrá dirigir acción de reembolso en su contra, menos desde luego el
aceptante. El artículo 82 de la ley, aplicable en la materia, dispone que el
librador o el aceptante que pague la letra no tendrán acción cambiaria de
reembolso entre sí, ni contra los demás firmantes de la letra.
En fin, digamos que la solidaridad del librador y de los endosantes queda
sujeta a la condición de que la letra haya sido protestada oportuna y
eficazmente por falta de pago. En caso contrario, la letra se perjudica, esto es,
caducan las acciones cambiarias que el portador puede tener contra el
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Sección VI
EL VENCIMIENTO Y PAGO DE LA LETRA
106. Forma de determinar el vencimiento.
Para saber la época de pago de una letra de cambio es preciso establecer su
vencimiento, que depende de la forma como el documento se ha girado. La ley
permite que la letra pueda girarse:
–A la vista;
–A un plazo de la vista;
–A un plazo de la fecha del giro, y
–A día fijo y determinado.
No vale como letra de cambio la girada a otros vencimientos o a
vencimientos sucesivos. El artículo 48 de la Ley 18.092, de 14 de enero de
1982, suprime la posibilidad de girar la letra a uno o muchos usos y a una feria
como se establecía en el artículo 642, hoy derogado, del Código de Comercio,
formas que correspondían a épocas pasadas y que no tenían aplicación
práctica.
La letra emitida a la vista es pagadera a su presentación. En ella la
prestación consistente en pagar la suma girada no tiene plazo; debe cumplirse
en el momento en que el portador requiere el pago presentando la letra al
cobro. La ley establece que si la letra girada a la vista no se paga dentro del
plazo de un año contado desde la fecha de su giro queda sin valor, a menos
que se proteste oportunamente por falta de pago (art. 49).-
El término de la letra girada a cierto plazo a contar de la vista, corre desde
el día de la aceptación o desde su protesto por falta de aceptación o por falta
de fecha de aceptación. Ya señalamos que cuando la letra de cambio se libra a
la vista es indispensable fechar la aceptación, con el propósito de determinar
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Sección VII
EL PROTESTO DE LA LETRA DE CAMBIO
114. Concepto.
La ley vigente en la materia no define la idea de protesto. Puede decirse que
se trata de un acto solemne por medio del cual se deja constancia fehaciente
de la falta de aceptación, de la falta de fecha de aceptación o de la falta de
pago de una letra de cambio. Se trata de un acto solemne porque la ley lo ha
revestido de una serie de formalidades: aviso, acta o constancia escrita de la
diligencia, intervención de ministro de fe pública, etc., debido a las
consecuencias o efectos jurídicos que le atribuye.
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El protesto por falta de pago debe hacerse al día siguiente hábil del
vencimiento de la letra. Deberá tenerse en cuenta lo que ya se ha dicho
respecto de los días que no son hábiles para requerir la aceptación y el pago
(sábados, feriados y 31 de diciembre), caso en el cual deben requerirse al día
siguiente hábil; en consecuencia, el protesto deberá practicarse, a su turno, el
día subsiguiente.
Sin embargo, no podemos perder de vista que la letra de cambio puede
protestarse antes de su vencimiento, en los casos señalados en el artículo 67
de la Ley de Quiebras, que contiene el efecto inmediato de la declaratoria
denominado exigibilidad anticipada de las deudas del fallido. Según la norma
recién citada, estos casos son los siguientes:
– Quiebra del aceptante;
– Quiebra del librador de una letra de cambio no aceptada, y
– Quiebra del suscriptor de un pagaré a la orden.
En todos estos casos la exigibilidad anticipada afecta a los demás obligados
al pago del documento, quienes pagarán inmediatamente.
Por otra parte, el artículo 73 de la Ley Nº 18.092 reglamentó una situación
en la cual el protesto puede hacerse dentro de los treinta días de vencida una
letra de cambio. Ello ocurre cuando se da en pago de una letra de cambio un
cheque cuyo pago se rehúsa por el banco librado, siempre que se hubieren
hecho constar en la misma el nombre del banco girado, la numeración del
cheque y la cuenta corriente sobre la cual se ha girado. Agrega la disposición
que el plazo de treinta días se ampliará si el banco librado que ha protestado
el cheque con el cual se pagó la letra o rehusado su pago hubiere suspendido
sus operaciones y por los días que durare la suspensión. En caso de duda ese
plazo será determinado por la Superintendencia de Bancos e Instituciones
Financieras.
En relación con la oportunidad del protesto conviene, en fin, tener presente
la norma contenida en el artículo 75 de la Ley sobre Letra de Cambio y Pagaré.
Según este precepto, en el evento de fuerza mayor o caso fortuito, el portador
de la letra deberá presentarla para su aceptación o pago, y en su defecto
requerirá el protesto, el día siguiente hábil de cesado el impedimento.
Por último, destacamos que el portador de la letra de cambio no queda
dispensado de la obligación de protestarla por la quiebra, interdicción o
muerte del librado (art. 78). Para el portador el protesto es una carga legal
que debe cumplir si pretende hacer efectiva la responsabilidad por garantía
del librador, endosante y avalistas de ambos. Si no se cumple con protestar
oportunamente la letra, caducan los derechos del portador en contra de los
deudores por garantía. No queda dispensado el portador de la carga que la ley
le impone de protestar la letra, para hacer efectivos sus derechos contra el
librador y demás obligados, por la declaración en quiebra, interdicción o por la
muerte del librado.
117. Formalidades del protesto.
La constancia auténtica de que la letra no fue aceptada, fechada su
aceptación o pagada está sujeta a una serie de formalidades que se refieren
tanto a la intervención de un ministro de fe, a las actuaciones o diligencias que
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121. El requerimiento.
El requerimiento de aceptación, de fechar la aceptación o de pago, en su
caso, se hace en el oficio del funcionario competente, al día siguiente hábil al
de la entrega del aviso (arts. 61, 66 y 69 inc. final).
Si el librado o aceptante no comparece a la citación contenida en el aviso
entregado en los lugares y oportunidades ya señaladas, se practica el protesto
de la letra sin necesidad de requerimiento.
122. Acta de protesto.
El escrito que contiene la diligencia del protesto se denomina “acta de
protesto”. La Ley Nº 18.092, sobre Letra de Cambio y Pagaré, dispone que se
estampa al dorso de la letra o en hoja adherida de prolongación de ella. El
contenido es el siguiente:
a) La constancia de haberse entregado el aviso de citación para el
requerimiento y la fecha en que tal entrega se realizó;
b) La relación de que el librado no aceptó la letra en los términos en que ella
fue girada, o que no fechó la aceptación o que no pagó íntegramente, según el
caso. En el evento de pago parcial debe expresar su monto;
c) Un resumen de lo que exprese el librado para no aceptar, no fechar la
aceptación o no pagar la letra, si comparece a la citación; o la constancia de
que el librado no compareció o nada dijo;
d) El número con que el protesto aparece en el registro de protesto que
lleva el funcionario que lo efectuó;
e) El monto de los impuestos y derechos cobrados;
f) La fecha, hora y lugar del protesto, y
g) La firma del funcionario que practica la diligencia.
123. Depósito del importe de la letra.
Aun cuando la nueva ley ha formulado mayores exigencias en orden a
precisar el lugar de pago de la letra de cambio y evitar dificultades para el
obligado en este orden de cosas, se le permite asimismo que pueda depositar
su importe en la Tesorería Comunal respectiva, cuando en ella se hubiere
señalado la comuna que corresponda al lugar del pago. Por tal razón, el
artículo 70 de la ley sobre la materia dispone que el funcionario, antes de
estampar la diligencia del proceso por falta de pago, debe verificar en la
Tesorería Comunal correspondiente si se ha efectuado algún depósito
destinado al pago del documento, siempre que en él se hubiere señalado la
comuna correspondiente al lugar del pago.
Agrega la norma recién citada que cuando el depósito fuere suficiente para
pagar la letra, intereses y reajustes, en su caso, se omite el protesto. Por el
contrario, si el depósito no fuere suficiente para pagar la letra, sus intereses,
reajustes y gastos, en su caso, el funcionario debe dejar constancia de ello y
protestar la letra por el saldo insoluto. Tratándose de letras reajustables no
necesita indicar el monto de dicho saldo insoluto.
En fin, el funcionario a cargo del protesto retira el depósito bajo recibo y
entrega la letra al depositante con la constancia del pago estampada en ella o,
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Sección VIII
ACCIONES PARA EL COBRO DE LA LETRA DE CAMBIO
131. Acciones cambiarias y extracambiarias.
La letra de cambio, como título de crédito que contiene una prestación
consistente en pagar una suma de dinero, está revestida de ciertos
mecanismos para garantizar su cumplimiento. Estos mecanismos no son otra
cosa que las acciones que pueden intentarse por el portador para hacer
efectivo el pago de la suma de dinero contenida en la letra. Estas acciones
emanan tanto de la letra de cambio como de la relación subyacente que le da
origen. En el primer caso se trata de las acciones cambiarias, que están
reguladas por la Ley Nº 18.092, y en el segundo supuesto, nos encontramos
frente a las acciones extracambiarias, regidas por el derecho común, que
pueden ser ejecutivas u ordinarias.
Las acciones cambiarias son directas, indirectas y de reembolso. La acción
directa la tiene el portador en contra del aceptante y de sus avalistas, la acción
indirecta se ejerce en contra del librador, endosantes y avalistas de ambos, y la
acción de reembolso la ejercita el endosante o el avalista que ha pagado la
letra de cambio para recuperar su dinero. Veremos por separado estas
acciones.
132. Acción cambiaria directa.
Es la que tiene el portador legítimo de la letra en contra del aceptante, de
su avalista y del avalista que otorga su garantía en términos generales y que
no requiere de protesto para ser ejercitada. El aceptante es sujeto pasivo de la
acción directa por ser el único deudor directo del título, el avalista que limita
su aval a la persona del aceptante responde como si fuera él mismo, de igual
manera que el avalista que confiere su aval en términos generales.
La acción cambiaria directa la ejerce el portador legítimo actuando por sí o
representado por el endosatario en cobro o por un mandatario general o
especial. También pueden ejercitarla el endosatario en garantía y el tercero
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Sección IX
EL EXTRAVÍO DE LA LETRA DE CAMBIO
141. Generalidades.
La letra de cambio, como título de crédito, lleva incorporada una
declaración instrumental de pagar una suma de dinero. Dicha prestación
conectada indisolublemente al título es no recepticia, incondicional, vinculante
e irrevocable. Esta última característica implica que una vez hecha la
declaración no puede revocarse, salvo hipótesis legal que autorice
“desincorporarla” del documento. El extravío de la letra es precisamente una
de ellas, que el legislador reglamenta estableciendo determinados requisitos
para que se declare judicialmente y surta efectos jurídicos.
142. Declaración de extravío.
Para que el hecho del extravío produzca consecuencias jurídicas se requiere
que sea constatado por una declaración judicial. En efecto, en virtud de la
norma prevista en el artículo 88 de la Ley sobre Letra de Cambio y Pagaré, el
portador de una letra extraviada puede solicitar que se declare el extravío de
ésta y se le autorice para ejercer los derechos que le corresponden como
portador del documento.
La solicitud para que se declare el extravío se presenta ante el juez de letras
de turno en lo civil del domicilio del peticionario, con los datos necesarios para
identificar la letra de que se trata (art. 88). Presentada la petición, se confiere
traslado por cinco días hábiles a los obligados y al librado. El tribunal decreta
asimismo que se dé noticia del extravío de la letra y de la solicitud del
portador, mediante un aviso que se publica en la edición del Diario Oficial
correspondiente a los días 1º ó 15 de cualquier mes o en la del día siguiente
hábil si no se editare en esos días, para que dentro del plazo de treinta días,
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contado desde el aviso, los demás interesados comparezcan a hacer valer sus
derechos.
Vencidos el plazo del traslado conferido y el término de treinta días desde el
aviso, sin que los obligados o el librado formulen oposición o sin que nadie
comparezca invocando la calidad de portador legítimo de la letra, el tribunal
autoriza al solicitante para requerir la aceptación o el pago.
El tribunal, al otorgar la autorización al solicitante para requerir la
aceptación o el pago, puede exigir que éste rinda garantía de resultas, cuya
calificación y duración determinará prudencialmente (art. 90 inc. 2º). Es
interesante destacar que sólo en el caso en que se venzan los plazos sin que se
deduzca oposición o sin que nadie aparezca invocando la calidad de portador
legítimo de la letra, se autoriza por el tribunal al solicitante para requerir la
aceptación o el pago de la letra extraviada, pudiendo exigirle que rinda
caución de resultas que el juez califica, como asimismo su duración.
Por el contrario, cuando se deduce oposición por los obligados, por el
librado o por quien se pretenda portador legítimo de la letra, se tramita como
incidente. En este incidente son partes el que solicita la declaración de
extravío del documento, y el o los oponentes (librado, obligados o portador
legítimo). Cuando se formula oposición, el tribunal puede ordenar de oficio los
medios probatorios que estime convenientes. Cualquiera cuestión accesoria
que se promueva en el curso del procedimiento de declaración de extravío de
una letra de cambio, se resuelve en sentencia definitiva.
En cualquier estado de la gestión de declaración de extravío, el solicitante
puede pedir al tribunal que se decrete la suspensión provisional de la
aceptación y el pago. Para acoger esta solicitud, el tribunal puede exigir la
constitución de una garantía de resultas. Con todo, puede procederse a la
aceptación o pago, previo otorgamiento de caución suficiente, por quien exige
la aceptación o requiere el pago (art. 94).
143. Resolución que se pronuncia sobre el extravío.
La ley dispone que la sentencia que se dicta para acoger la solicitud de
declaración de extravío debe contener la determinación de la letra de cambio
de que se trata. La petición del solicitante debe aportar precisamente los
antecedentes que permitan la individualización del título de crédito extraviado.
Una copia autorizada de esta resolución reemplaza el documento perdido
para los efectos de requerir la aceptación o el pago. El título que se declara
extraviado por esta sentencia judicial queda, así, vacío de su contenido; en
otras palabras, la declaración documental queda de esta suerte
“desconectada” o “desincorporada” del documento. Sin embargo, conviene
tener presente que el reemplazo de la letra por la copia de resolución judicial,
no impide a los obligados oponer al cobro las excepciones o defensas que
habrían podido hacer valer en relación con el documento extraviado.
Una vez ejecutoriada la resolución judicial que declara el extravío de la
letra, los plazos para presentar el documento a la aceptación o al pago se
prorrogan hasta el tercer día hábil siguiente de quedar ejecutoriada la
sentencia, siempre que tales plazos vencieren durante el curso del
procedimiento.
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DERECHO COMERCIAL TOMO II
Sección X
LA PRESCRIPCIÓN DE LAS ACCIONES CAMBIARIAS
145. Acciones del portador.
Las acciones del portador contra los obligados al pago de la letra de cambio
(aceptante, librador, endosantes y avalistas de ellos) prescriben en el plazo de
un año, contado desde el día del vencimiento del documento. Así lo dispone el
artículo 98 de la Ley Nº 18.092, de 14 de enero de 1982, sobre Letra de
Cambio y Pagaré.
Como puede apreciarse, el plazo de prescripción de estas acciones se
reduce bastante en relación con el que contemplaba el Código de Comercio
(art. 761), que era de cuatro años. Aunque la nueva ley no lo dice
expresamente como lo hacía el Código de Comercio, debemos entender que la
prescripción es una forma de extinción de las acciones cambiarias que opera
sin perjuicio de la caducidad de las mismas en los casos señalados por la ley.
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ley sobre la materia pueden oponer como defensa o excepción la falsedad del
título o la de su firma y justificarla en dichos procesos.
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RICARDO SANDOVAL LOPEZ
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Capítulo III
EL PAGARE Y LA CARTA ORDEN DE CREDITO
Sección I
ASPECTOS GENERALES
149. Noción de pagaré.
El pagaré es un título de crédito que contiene una prestación consistente en
pagar una suma de dinero. Pertenece, en consecuencia, a la categoría de los
llamados efectos de comercio, dentro de la cual se encuentran la letra de
cambio, el cheque, la carta orden de crédito, la tarjeta de crédito, etc.
Este instrumento negociable permite a una persona reconocerse deudora de
otra de una cantidad determinada o determinable de dinero. Se trata de un
acto jurídico unilateral que se genera por la voluntad de una sola persona, que
confiesa adeudar la cantidad determinada o determinable de dinero. No es,
como la letra de cambio, un documento que esté sujeto a aceptación; basta la
declaración instrumental del suscriptor que confiesa adeudar y se obliga a
pagar la cantidad de dinero, los intereses y reajustes. En esencia, como título
de crédito, basta que la declaración documental contenga las exigencias de
forma y de fondo para que quede obligado el suscriptor.
La emisión, suscripción, endoso y fianza cambiaria o aval de un pagaré
constituyen acto de comercio formales, en virtud de la regla contenida en el Nº
10 del artículo 3º del Código de Comercio, en su texto actual fijado por la Ley
Nº 18.092, de 14 de enero de 1982.
150. Definición de pagaré.
El artículo 766, hoy derogado, del Código de Comercio, daba una definición
legal de pagaré en los siguientes términos: “Vale o pagaré es un escrito por el
que la persona que lo firma se confiesa deudora a otra de cierta cantidad o
valor de dinero y se obliga a pagarlo a su orden dentro de un determinado
plazo.
Cuando el pago debe hacerse en distinto lugar de la residencia del deudor,
el pagaré toma la denominación de pagaré a domicilio”.
La Ley Nº 18.092, sobre Letra de Cambio y Pagaré, no define el concepto de
pagaré, sino que se limita a señalar el contenido formal del documento en el
cual se emite, como asimismo sus requisitos de fondo.
Podemos decir que el pagaré es un documento escrito que contiene una
promesa, no sujeta a condición, de pagar una cantidad determinada o
125
determinable de dinero al beneficiario, a su orden o al portador, que obliga a
la persona que lo suscribe, a los endosantes y avales de una u otros.
151. Diferencias entre el pagaré y la letra de cambio.
Nos limitaremos a indicar las principales diferencias entre ambos títulos de
crédito.
En cuanto a su creación, el pagaré es una verdadera confesión de deuda,
aunque la ley actual no lo dice expresamente, formulada por la voluntad del
suscriptor que se manifiesta mediante la firma del documento. Por el
contrario, en la emisión de la letra de cambio deben intervenir a lo menos dos
personas, el librador o girador, que puede ser a su vez beneficiario, quien
emite la orden, y el librado, contra quien se libra o gira la cambial, que puede
convertirse en aceptante si admite pagarla.
El pagaré no es un título de crédito sujeto a aceptación, puesto que surge
por la sola voluntad del suscriptor. La letra de cambio, siendo una orden,
requiere la aceptación del librado para que resulte obligado.
Consecuencia de lo anterior es que el pagaré sólo puede protestarse por
falta de pago, en tanto que la letra de cambio puede protestarse por falta de
aceptación o de fecha de aceptación.
El pagaré admite vencimientos sucesivos, en tanto que la letra de cambio
debe tener un solo vencimiento. El no pago de una cuota puede hacer exigible
la totalidad del saldo insoluto, cuando así se establece en el documento. Esta
“cláusula de aceleración” no se puede introducir en la letra de cambio.
Sección II
LA CREACIÓN DEL PAGARÉ
152. Personas que intervienen en el pagaré.
En el acto de creación del pagaré interviene sólo la persona del suscriptor,
quien confiesa la deuda y firma el documento. El suscriptor es, pues, el
creador y primer obligado al pago del documento. Debe tratarse de una
persona capaz de obligarse y con la libre administración de sus bienes.
Además del suscriptor, el pagaré puede contener la designación de una
persona como beneficiario, quien es el acreedor de la cantidad que se promete
pagar. Basta que el beneficiario tenga capacidad para adquirir derechos.
Cuando contiene la cláusula “a la orden” puede circular mediante el endoso,
interviniendo en la vida del documento endosante y endosatarios. Asimismo,
una vez creado el documento por la sola voluntad del suscriptor, puede
garantizarse su pago por el o por los endosantes con la intervención de
avalistas de aquel o de éstos.
153. Aspectos formales de la creación del pagaré.
Del concepto de pagaré y de su carácter de título de crédito se deduce que
debe tratarse de un acto solemne, contenido en un documento escrito, cuyas
enunciaciones están determinadas expresamente por el legislador, bajo
sanción de que si el instrumento no los lleva no vale como pagaré.
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Sección III
LA CARTA ORDEN DE CRÉDITO
158. Concepto.
Mediante este documento una persona se dirige a otra para que entregue a
un tercero la cantidad que necesita o que determina. Se denomina “carta”
porque antiguamente se adoptaba la forma epistolar para redactar estos
documentos. Es una carta orden porque efectivamente contiene una orden y
de crédito porque se funda en el crédito que gozan los que intervienen en ella.
El artículo 782 del Código de Comercio señala que “las cartas órdenes de
crédito tienen por objeto realizar un contrato de cambio condicional, celebrado
entre el dador y el tomador, cuya perfección pende de que éste haga uso del
crédito que aquél le abre”. Ese título de crédito tiene la ventaja sobre la letra
de cambio y el pagaré que permite retirar dinero sobre varias plazas a la vez,
en tanto que la promesa de pago que contienen tanto la letra como el pagaré
sólo se cumple en un lugar determinado. Siendo así, se emplea por personas
que se desplazan de un lugar a otro para evitar el riesgo de llevar dinero en
efectivo, aun cuando este último objetivo se consigue con el empleo de otros
títulos, como el cheque viajero, la tarjeta de crédito, el vale vista bancario, etc.
Sin embargo, la carta orden de crédito conserva su utilidad práctica
tratándose de individuos que desean efectuar diversas operaciones
mercantiles en distintos lugares y no saben de antemano, con certeza, las
cantidades de dinero que requerirán para concluirlas. Por esta misma razón, la
carta orden de crédito, por lo general, se emite a la vista, quedando a
disposición del beneficiario determinar la época de pago dentro de un plazo
máximo fijado en el documento.
159. Naturaleza mercantil de la carta orden de crédito.
Hemos visto que la carta orden de crédito es un mecanismo jurídico para
ejecutar un contrato de cambio condicional (art. 782 del Código de Comercio).
Por su parte, el artículo 3º Nº 10 del Código de Comercio, en su texto fijado
por el artículo 108 de la Ley Nº 18.092, sobre Letra de Cambio y Pagaré,
declara formalmente comerciales “…las remesas de dinero de una plaza a otra
hechas en virtud de un contrato de cambio”. De esta suerte, la carta orden de
crédito como instrumento que realiza un contrato de cambio condicional es un
acto de comercio.
160. Personas que intervienen en ella.
En la emisión de la carta orden de crédito intervienen, básicamente, tres
personas:
1. El dador;
2. El tomador, y
3. El corresponsal o persona a quien va dirigida.
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Capítulo IV
EL CHEQUE
Sección I
NOCIONES GENERALES
164. Generalidades.
Todos los sujetos de la actividad económica mercantil que emplean el
cheque en sus negocios tienen una idea aproximada de lo que es este
documento, como asimismo las personas que ocasionalmente lo emplean para
satisfacer una necesidad de la vida cotidiana, como por ejemplo el pago del
suministro de electricidad domiciliaria.
Nadie ignora que el cheque es un documento que contiene una orden de
pago relativa a una suma fija de dinero, que se hace efectivo ante el banco que
el mismo título señala.
Interesa analizar el cheque en cuanto a la función económica que
desempeña, en lo relativo a su carácter de título de crédito y en lo
concerniente a las relaciones jurídicas que le dan origen y que están
representadas en él.
En el cheque existen, fundamentalmente, dos relaciones jurídicas:
– Una entre el girador del documento y el banco girado, y
– Otra entre el girador y el beneficiario del documento.
La relación entre el girador y el banco es una cuenta corriente bancaria, en
virtud de la cual el banco girado se obliga a cumplir las órdenes de pago que
emite el titular de la misma o comitente, hasta la concurrencia de los fondos
depositados en ella o hasta el monto del crédito convenido. La cuenta
corriente bancaria puede ser de depósito o de crédito. En la actualidad no se
utiliza la cuenta de crédito, sino que se conviene una operación paralela a la
cuenta corriente, que es la apertura de crédito, gracias a la cual se concede
crédito al acreditado por el monto y el tiempo convenidos. El cliente provee la
cuenta corriente con depósitos en dinero efectivo o en documentos
representativos de dinero girados a la vista, como cheques, vales vistas o
pagarés bancarios, o hace uso de la apertura de crédito para cubrir los montos
que excedan los valores depositados. Las órdenes de pago se emiten en
formularios especiales con número y serie proporcionados por el banco,
denominados “talonarios de cheques”.
El girador del cheque se encuentra asimismo vinculado con la persona en
cuyo favor extendió el documento, esto es, el beneficiario del mismo. Este
vínculo puede tener su origen en una relación jurídica subyacente de la cual
135
emana la obligación de pagar una suma determinada de dinero, como por
ejemplo una compraventa, en la cual el comprador tiene que pagar el precio y
en vez de cumplir esta obligación entregando dinero efectivo, gira un cheque
en favor del vendedor. Lo mismo sucede en otros actos o contratos en los que
se pague el precio, la renta, el canon, la prima, el porte o el flete sustituyendo
el dinero por este documento.
Si el banco cumple la relación que lo une con su cliente –a la cual podemos
denominar relación intrínseca–, pagando el cheque al beneficiario, se extingue
no sólo esa obligación, sino también la relación que une al girador con el
beneficiario del documento –que denominaremos la relación subyacente o
extrínseca, hasta la concurrencia del valor pagado en virtud de este título.
La extinción de las obligaciones intrínseca y extrínseca se produce en virtud
de lo dispuesto en el artículo 37, de la Ley de Cuentas Corrientes Bancarias y
Cheques, D.F.L. Nº 707, publicado en el Diario Oficial de 7 de octubre de 1982,
cuya redacción no es feliz para expresar el objeto de la norma. En el artículo
12 inciso 2º de la Ley Nº 18.092, sobre Letra de Cambio y Pagaré, aplicable al
cheque pago de obligaciones, en conformidad a lo establecido en el artículo 11
inciso 3º de la Ley de Cuentas Corrientes Bancarias y Cheques, el efecto de la
extinción está claramente establecido.
Cuando el banco contra el cual se gira el cheque rehúsa su pago, porque no
se cumple alguno de los supuestos de la relación intrínseca, como por ejemplo
que la cuenta corriente no está provista de fondos suficientes y disponibles,
tampoco resulta satisfecha la relación extrínseca. Ahora bien, la circunstancia
que no obtenga el pago del documento ante el banco librado no implica que el
cheque deje de tener eficacia respecto de su girador, quien se mantiene
obligado al pago del mismo con el beneficiario, el que ejercerá las acciones
civiles y penales que la ley concede. Lo que acabamos de indicar pone en
evidencia la naturaleza jurídica del cheque como título de crédito, que impone
al que lo suscribe el cumplimiento de la obligación cartular o relación
documental representada en él. Esta obligación cartácea adquiere las
características de necesariedad, literalidad y autonomía que son comunes a los
títulos de crédito.
165. Origen y evolución del cheque.
Aparece vinculado al negocio bancario en las ciudades medievales italianas.
Era un documento mediante el cual el depositante de fondos en un banco
podía disponer de ellos cedule di cartulario, contadi di banco. Tiempo después
tienen gran aplicación documentos similares en la práctica bancaria inglesa. A
raíz de la quiebra del banquero Goldschmith, que había girado gran cantidad
de Goldschmith-notes, con cargos a los depósitos confiados por sus clientes, se
creó el Banco de Inglaterra en 1742, con el monopolio de la emisión de los
billetes de banco bank notes. Los clientes de los otros bancos se vieron en la
necesidad de disponer de sus depósitos mediante el giro de letras de cambio a
la vista y a cargo del banquero depositario. Estos documentos fueron los
primeros cheques ingleses. El cheque tiene consagración legislativa en la Bill
of Exchange Act de 1882, habiéndose empleado en la práctica por mucho
tiempo antes. El cheque fue regulado en el continente europeo por la ley
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cuenta corriente del titular el importe de un “cheque cruzado” que sólo puede
cobrarse por un banco.
El cheque se puede extender también a la orden del propio girador, caso en
el cual se utiliza para retirar fondos de su cuenta corriente.
167. Utilidad del cheque.
El cheque resulta útil para el cuentacorrentista en la medida en que es un
sustituto del dinero. Mediante el cheque el girador dispone de dinero sin
asumir los riesgos que la tenencia del efectivo le puede ocasionar.
Además, como el cheque supone la existencia de la cuenta corriente
bancaria, el banco le presta al cliente servicio de caja, para pagar a terceros
sin necesidad de recurrir previamente al retiro de dinero. El banco
proporciona al cliente un servicio contable, porque le facilita la verificación del
cumplimiento de sus obligaciones que se han pagado mediante el uso del
cheque.
La existencia de la cuenta corriente bancaria puede determinar, en su caso,
la obtención de un interés por el dinero depositado (art. 8 DFL Nº 707 de
1982).
Para el banco la ventaja principal del cheque consiste en poder prestar un
servicio que presupone el mantenimiento de una cuenta corriente por parte
del cliente. El banco utiliza el dinero de los depósitos en las cuentas
corrientes, sabiendo que los titulares de éstos no acudirán masivamente a
retirar los fondos existentes. De esta suerte el banco realiza operaciones de
crédito activas, como por ejemplo colocar los depósitos en préstamo a otros
clientes.
Por último, para la economía nacional los cheques constituyen una ventaja,
porque la emisión de los mismos con cargo a los depósitos en las cuentas
corrientes origina el llamado dinero giral o moneda bancaria escritural. Por
cada peso depositado en los bancos, ellos pueden prestar una cantidad mayor,
de manera que con ciertas limitaciones el cheque es uno de los medios de que
se vale el Estado para cumplir con los fines de su política monetaria.
168. Definición legal de cheque.
El artículo 10 de la Ley de Cuentas Corrientes Bancarias y Cheques señala:
“El cheque es una orden escrita y girada contra un banco para que éste pague
a su presentación, el todo o parte de los fondos que el librador pueda disponer
en cuenta corriente…”.
La definición legal nos parece criticable, por cuanto sólo destaca la relación
intrínseca entre el girador y el banco librado, dejando traslucir que si alguno
de los supuestos de esta relación no concurre, el cheque deja de ser tal, lo que
no es efectivo. Como ya lo señaláramos, en el evento que no se cumpla la
relación intrínseca porque la cuenta corriente no existe, no está vigente o no
está provista de fondos suficientes, disponibles y oportunamente depositados,
el girador se mantiene ligado al beneficiario, quien mediante acciones
ejecutivas civiles y acciones penales puede obligarlo a cumplir con el pago de
la suma de dinero. De suerte que el cheque protestado por el banco conserva
su carácter de título de crédito para hacerlo efectivo contra el girador y los
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Sección II
EL GIRO DEL CHEQUE
171. Menciones del cheque.
Al igual que los otros títulos de crédito, el cheque debe emitirse cumpliendo
ciertas enunciaciones o menciones indicadas por la ley.
De conformidad con lo previsto en el artículo 13 de la Ley de Cuentas
Corrientes Bancarias y Cheques, las menciones son las siguientes:
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Sección III
LA CIRCULACIÓN DEL CHEQUE
181. Clases de cheques según su circulación.
La orden de pago contenida en el cheque puede transferirse de un titular a
otro, atendiendo a la forma como el documento se ha emitido. Es preciso
distinguir tres clases de cheques: nominativo, a la orden y al portador.
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Sección IV
EFECTOS JURÍDICOS DEL CHEQUE
185. Explicación previa.
Los efectos jurídicos del cheque son las obligaciones y derechos que se
generan tanto en la relación entre el banco y el girador como en la relación
entre este último y el beneficiario.
Analizaremos, en primer lugar, las obligaciones del beneficiario o del
portador, para referirnos posteriormente a las obligaciones del girador.
Las obligaciones del beneficiario del cheque son fundamentalmente dos, a
saber:
1ª Presentar el cheque al cobro dentro de los plazos legales, y
2ª Protestar el cheque por falta de pago.
186. Obligación de presentar el cheque al pago.
El beneficiario del cheque o quien llegue a ser su portador legítimo, tiene
derecho a que se le pague la cantidad indicada en el documento. Para ello es
esencial que cumpla con la obligación de presentar el cheque al cobro dentro
de los plazos fijados por la ley, en cualquier momento, pero dentro de tales
plazos.
De conformidad con lo previsto en el artículo 23 de la ley de Cuentas
Corrientes Bancarias y Cheques, el portador de un cheque debe presentarlo al
cobro dentro del plazo de sesenta días, contados desde su fecha, si el banco
girado estuviera en la misma plaza de su emisión, y dentro de noventa días, si
estuviera en otra plaza. Cuando se trata de los cheques girados en el
extranjero, el plazo es de tres meses, contado de la misma manera.
Se advierte que el documento debe presentarse al cobro en los plazos
indicados, so pena que el portador pierda su acción en contra de los
endosantes. El banco al cual se le presente un cheque al cobro después de
expirados los términos legales, debe negarse al pago, salvo que el girador lo
revalide, es decir, que éste indique por escrito que consiente en que se pague
fuera de plazo.
En todo caso, aunque el cheque no se presente al cobro en los plazos
legales, el girador debe responder de su pago al portador, sin que pueda
excusarse de esta obligación por el hecho de que no se cobró a tiempo. Sólo
pierde el portador su acción contra el girador si el pago se hace imposible por
hecho o culpa del librado, posteriores al vencimiento de dichos plazos.
Los plazos de presentación del cheque al cobro son de días corridos, pero se
aumentan con los días hábiles durante los cuales el banco librado hubiere
suspendido, por cualquier motivo, sus operaciones.
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Sección V
INEFICACIA DEL CHEQUE
198. Requisitos de eficacia.
Antes de examinar las situaciones en las cuales el cheque carece de eficacia,
analizaremos las exigencias que deben cumplirse para que tenga pleno valor.
Los requisitos de eficacia del cheque dependen tanto del banco librado como
del girador y del documento mismo.
En relación con el banco, el cheque será eficaz cuando se cobre ante librado
competente, esto es, el que aparece designado en el documento mismo. Es
preciso que el banco se encuentre en ejercicio de su giro, porque éste puede
haberse suspendido por decisión de la autoridad administrativa
(Superintendencia de Bancos e Instituciones Financieras), por huelga del
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Sección VI
DELITOS RELACIONADOS CON EL CHEQUE
203. Diversos delitos.
Con motivo del giro o del uso del cheque pueden cometerse varios delitos, a
saber:
– giro fraudulento de cheque;
– estafa;
– abuso de firma en blanco;
– tacha de firma auténtica;
– otras defraudaciones y engaños.
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INDICE
1. Introducción................................................................................................5
Capítulo I
TEORIA GENERAL DE LOS TITULOS DE CREDITO
Sección I
NOCIÓN DE TÍTULO DE CRÉDITO Y ELEMENTOS
CARACTERÍSTICOS
2. Noción de título de crédito..............................................................................7
3. Evolución histórica...........................................................................................7
4. Definición y elementos del título de crédito....................................................8
5. Estructura del título de crédito......................................................................10
6. Vinculación de los elementos de la estructura del título...............................11
7. Autonomía conceptual de los elementos estructurales del título..................11
8. Concepto de legitimación..............................................................................11
9. Denominación................................................................................................14
Sección II
CARACTERÍSTICAS DE LOS TÍTULOS DE CRÉDITO
10. Enumeración................................................................................................14
Párrafo I
CARACTERES ESENCIALES Y COMUNES DE LOS TÍTULOS DE
CRÉDITO
11. La necesariedad...........................................................................................14
12. La literalidad................................................................................................14
159
13. Carácter autónomo de los títulos de crédito................................................15
Párrafo II
CARACTERÍSTICAS PARTICULARES DE ALGUNOS TÍTULOS DE
CRÉDITO
14. Títulos de crédito y relación subyacente.....................................................17
15. La causa en los títulos de crédito................................................................17
16. Concepto de título de crédito abstracto......................................................18
17. Abstracción y autonomía en los títulos de crédito.......................................18
18. Características de formalidad de los títulos abstractos..............................19
19. Aspecto jurídico-real del título de crédito...................................................19
20. Influencia de la relación obligacional sobre la relación real.......................19
21. Influencia de la relación real sobre la documental......................................19
22. Adquisición y extinción de los derechos sobre el título y de los derechos
emergentes del documento................................................................................20
Sección III
LA CLASIFICACIÓN DE LOS TÍTULOS DE CRÉDITO
23. Criterios de clasificación..............................................................................20
24. Títulos de pago, representativos de mercaderías y de participación social.
...........................................................................................................................20
25. Títulos al portador, a la orden y nominativos..............................................21
26. Títulos al portador........................................................................................21
27. Títulos a la orden.........................................................................................21
28. Títulos nominativos......................................................................................22
29. Títulos públicos y privados; comerciales y civiles.......................................22
30. Títulos unitarios y múltiples........................................................................23
31. Los efectos de comercio...............................................................................23
32. Diferentes efectos de comercio....................................................................24
33. Títulos causales y abstractos.......................................................................24
34. Títulos con soporte material cartáceo y títulos informáticos o de
representación electrónica................................................................................24
35. Los títulos de crédito impropios..................................................................25
Sección IV
LOS VALORES MOBILIARIOS
36. Concepto y caracteres distintivos................................................................25
37. Valores mobiliarios al portador....................................................................26
38. Valores mobiliarios nominativos. Definición................................................26
39. Grados en la forma nominativa....................................................................26
40. Valores mobiliarios a la orden......................................................................26
41. Diferentes valores mobiliarios.....................................................................26
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Sección V
TÍTULOS REPRESENTATIVOS DE MERCADERÍAS
42. Ideas generales............................................................................................27
43. Carta de porte. Definición legal...................................................................27
44. Aspecto formal de la carta de crédito..........................................................27
45. Efectos de la carta de porte.........................................................................28
46. Conocimiento de embarque.........................................................................28
47. Aspectos formales del conocimiento de embarque......................................29
48. Funciones del conocimiento de embarque..................................................29
49. Otros documentos del transporte marítimo.................................................30
50. Documentos del transporte multimodal......................................................30
51. Certificado warrants....................................................................................31
52. Aspectos formales del warrants...................................................................31
53. Transferencia del warrants..........................................................................32
Sección VI
TÍTULOS DE CRÉDITO INFORMÁTICOS, ELECTRÓNICOS O
TELEMÁTICOS
55. Consagración legal de los títulos de representación electrónica o tabular.
...........................................................................................................................33
56. Representación informática de los títulos de crédito utilizados en el
transporte..........................................................................................................35
57. La Ley Modelo de la CNUDMI sobre Comercio Electrónico.......................37
Capítulo II
LA LETRA DE CAMBIO
Sección I
ASPECTOS GENERALES
58. Origen y evolución.......................................................................................41
59. Función de la letra de cambio......................................................................42
60. Definición de la letra de cambio..................................................................43
61. Personas que intervienen en la letra de cambio..........................................43
Sección II
LA EMISIÓN O GIRO DE LA LETRA DE CAMBIO
62. Carácter formal............................................................................................43
63. Enunciaciones de la letra de cambio...........................................................44
64. Sanción por falta de requisitos esenciales...................................................46
65. Enunciaciones posteriores al giro................................................................46
66. Giro de la letra y relaciones jurídicas de origen..........................................47
67. Menciones facultativas................................................................................47
68. Adulteración de la letra...............................................................................48
161
RICARDO SANDOVAL LOPEZ - DERECHO COMERCIAL - TOMO II - INDICE
Sección III
LA CIRCULACIÓN DE LA LETRA DE CAMBIO: EL ENDOSO
74. Ideas generales............................................................................................50
75. Definición legal de endoso...........................................................................50
76. Naturaleza jurídica y función económica del endoso..................................50
77. Diferencias entre la cesión ordinaria de créditos y el endoso.....................51
78. Características del endoso...........................................................................51
79. Idea de endosatario......................................................................................52
80. Diversas clases de endoso............................................................................52
81. Endoso traslaticio de dominio......................................................................52
82. Transferencia de dominio de la letra...........................................................52
83. Legitimación activa y pasiva........................................................................53
84. Responsabilidad del endosante....................................................................53
85. El endoso traslaticio de dominio y las personas que intervienen en la letra.
...........................................................................................................................55
86. La inoponibilidad de excepciones................................................................55
87. Endoso de letra vencida...............................................................................56
88. Endoso en comisión de cobranza.................................................................56
89. Endoso en garantía......................................................................................56
Sección IV
LA ACEPTACIÓN DE LA LETRA
90. Noción previa...............................................................................................57
91. Concepto de aceptación...............................................................................57
92. Pluralidad de librados..................................................................................57
93. Presentación de la letra a la aceptación......................................................57
94. Actitud del librado al requerírsele la aceptación........................................58
95. Requisitos de forma y de fondo de la aceptación........................................59
96. Requisitos de forma de la aceptación..........................................................59
97. Requisitos de fondo de la aceptación..........................................................59
98. Retiro de la aceptación................................................................................61
99. Negativa de aceptación................................................................................61
Sección V
LA GARANTÍA Y EL AVAL
100. Generalidades............................................................................................61
101. Solidaridad cambiaria................................................................................61
102. El aval........................................................................................................62
162
RICARDO SANDOVAL LOPEZ - DERECHO COMERCIAL - TOMO II - INDICE
Sección VI
EL VENCIMIENTO Y PAGO DE LA LETRA
106. Forma de determinar el vencimiento.........................................................63
107. El pago de la letra......................................................................................64
108. Presentación de la letra al pago................................................................64
109. ¿A quién debe hacerse el pago?.................................................................65
110. Constancia del pago...................................................................................65
111. El pago parcial...........................................................................................65
112. Lugar de pago............................................................................................65
113. Prohibición del pago..................................................................................66
Sección VII
EL PROTESTO DE LA LETRA DE CAMBIO
114. Concepto....................................................................................................66
115. Clases de protesto......................................................................................66
116. Oportunidad del protesto...........................................................................67
117. Formalidades del protesto.........................................................................68
118. Notario competente para el protesto.........................................................68
119. Diligencias que verifica el notario.............................................................68
120. El aviso.......................................................................................................68
121. El requerimiento........................................................................................68
122. Acta de protesto.........................................................................................68
123. Depósito del importe de la letra................................................................69
124. El Registro de Protestos............................................................................69
125. Protesto por banco o financiera.................................................................69
126. Formalidades del protesto efectuado por bancos o financieras................69
127. Registro de Letras Protestadas..................................................................70
128. Ineficacia del protesto hecho por bancos o financieras.............................70
129. Alcance y utilidad práctica del protesto por bancos o financieras............70
130. Nulidad del protesto..................................................................................70
Sección VIII
ACCIONES PARA EL COBRO DE LA LETRA DE CAMBIO
131. Acciones cambiarias y extracambiarias.....................................................70
132. Acción cambiaria directa...........................................................................70
133. Acción indirecta, de recambio o de regreso..............................................71
134. Perjuicio de la letra....................................................................................71
135. Acciones cambiarias de reembolso............................................................72
136. Pago hecho por el endosante.....................................................................72
137. Pago hecho por avalista.............................................................................72
163
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Sección IX
EL EXTRAVÍO DE LA LETRA DE CAMBIO
141. Generalidades............................................................................................73
142. Declaración de extravío.............................................................................73
143. Resolución que se pronuncia sobre el extravío.........................................74
144. Efectos de la aceptación o pago autorizado por resolución judicial..........74
Sección X
LA PRESCRIPCIÓN DE LAS ACCIONES CAMBIARIAS
145. Acciones del portador................................................................................74
146. Acciones cambiarias de reembolso............................................................76
147. Interrupción de la prescripción.................................................................76
148. La tacha de falsedad de la firma en la letra..............................................76
BIBLIOGRAFIA...................................................................................................77
Capítulo III
EL PAGARE Y LA CARTA ORDEN DE CREDITO
Sección I
ASPECTOS GENERALES
149. Noción de pagaré.......................................................................................81
150. Definición de pagaré..................................................................................81
151. Diferencias entre el pagaré y la letra de cambio.......................................81
Sección II
LA CREACIÓN DEL PAGARÉ
152. Personas que intervienen en el pagaré......................................................82
153. Aspectos formales de la creación del pagaré............................................82
154. Enunciaciones que debe contener el pagaré.............................................82
155. Sanción por falta de enunciaciones en el pagaré......................................83
156. Aspectos de fondo del pagaré....................................................................83
157. Legislación aplicable..................................................................................83
Sección III
LA CARTA ORDEN DE CRÉDITO
158. Concepto....................................................................................................83
159. Naturaleza mercantil de la carta orden de crédito....................................84
160. Personas que intervienen en ella...............................................................84
164
RICARDO SANDOVAL LOPEZ - DERECHO COMERCIAL - TOMO II - INDICE
Capítulo IV
EL CHEQUE
Sección I
NOCIONES GENERALES
164. Generalidades............................................................................................87
165. Origen y evolución del cheque...................................................................88
166. Funciones económicas del cheque.............................................................88
167. Utilidad del cheque....................................................................................89
168. Definición legal de cheque.........................................................................89
169. Definición doctrinaria de cheque...............................................................89
170. Legislación aplicable al cheque.................................................................89
Sección II
EL GIRO DEL CHEQUE
171. Menciones del cheque...............................................................................90
172. Otras enunciaciones en el cheque.............................................................91
173. Diversas clases de cheques........................................................................91
174. Cheque mandato o comisión de cobranza.................................................91
175. Cheque pago de obligaciones....................................................................92
176. Cheque cruzado.........................................................................................92
177. Otras clases de cheques.............................................................................92
178. Cheque en garantía y cheque a fecha........................................................92
179. El cheque en garantía................................................................................92
180. Cheque a fecha..........................................................................................93
Sección III
LA CIRCULACIÓN DEL CHEQUE
181. Clases de cheques según su circulación....................................................93
182. Cheque nominativo....................................................................................93
183. Cheque a la orden......................................................................................93
184. Cheque al portador.....................................................................................94
Sección IV
EFECTOS JURÍDICOS DEL CHEQUE
185. Explicación previa......................................................................................94
186. Obligación de presentar el cheque al pago...............................................94
187. Actitud del banco.......................................................................................95
165
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Sección V
INEFICACIA DEL CHEQUE
198. Requisitos de eficacia................................................................................98
199. Causales de ineficacia del cheque.............................................................98
200. Ineficacia del cheque en relación con el banco.........................................98
201. Ineficacia respecto del girador...................................................................98
202. Ineficacia respecto del documento............................................................99
Sección VI
DELITOS RELACIONADOS CON EL CHEQUE
203. Diversos delitos........................................................................................100
204. Delito de giro fraudulento de cheque......................................................100
205. Elementos del delito.................................................................................100
206. Procedimiento para perseguir el delito...................................................100
207. Delito de estafa........................................................................................100
208. Delito de falsificación...............................................................................100
209. Abuso de firma en blanco.........................................................................101
210. Tacha de firma auténtica.........................................................................101
211. Comentario final......................................................................................101
BIBLIOGRAFIA.................................................................................................101
INDICE.............................................................................................................103
166