Resumos Sfu 2012
Resumos Sfu 2012
Resumos Sfu 2012
Alejandro V. Thiry
Universidad de Buenos Aires.
Estudiante de Filosofía: Facultad de Filosofía y Letras.
E-Mail: alethiry@gmail.com
Luciano Silva
Universidad de la República, Uruguay
elpaisdelespejo@hotmail.com
Viviana Rébora
Mastrando en filosofía contemporánea. Universidad de la República,
Uruguay.
trascendentalizaciones@gmail.com
Bruno Latour ha hecho interesantes aportes a la filosofía, sociología,
historia y hasta a la ciencia misma. La llamada Guerra de las ciencias
es una reacción ante el tipo de estudio que inaugura Latour tal como
La vida en el laboratorio. Pero el autor que parece haber roto con las
dicotomías más clásicas como mente-cuerpo, naturaleza-sociedad,
humanos-no humanos, causas-efectos etc. Guarda interesantes
silencios. Más es lo que se deja ver por sus enrevesadas
ambigüedades que por sus coherentes afirmaciones. Ciencia en
acción; como seguir a los científicos e ingenieros a través de la
sociedad es un interesante libro donde en el segundo capítulo titulado
laboratorios Latour envuelve a sus lectores con su estilo e ironía
característica minando el texto de ambigüedades que reflejan que
una de las dicotomías más sólidas no pudo ser corroída por su
filosofía. A saber el clásico problema de la demarcación. Al mismo
tiempo parece negar que existan problemas de interpretación entre
los científicos, el científico es el portavoz de la naturaleza. Latour
termina el capítulo evidenciando como en las disputas científicas
aparecen dos marcadas instancias, simbolizadas con el bifronte Jano,
con su cara realista y relativista. ¿Es que la visión del neo positivismo
jamás ha muerto? ¿O resucitó acaso en quien parecía estar en las
antípodas del mismo?
Mi exposición se concentrará en los siguientes puntos:
1. Ambigüedad del comienzo del capítulo comparado con
afirmaciones del autor al correr de todo el capítulo, en
relación al actante disidente en las controversias científicas.
Aquí plantearé dos posibles interpretaciones respecto a esta
ambigüedad y la posible razón de la misma.
2. ¿Ausencia del problema de la interpretación y neutralidad
del científico? ¿Cómo entender la noción de portavoz?
3. El rol de la naturaleza y la consecuencia realista y relativista
en los diferentes momentos de la controversia científica.
Algunas consideraciones a propósito de “De la Historia de
“Ideas” a la Historia de los “Lenguajes Políticos”. Las
escuelas recientes del análisis conceptual. El panorama
latinoamericano” de Elías J. Palti
Yamandú Acosta**
**
Universidad de la República, Montevideo, Uruguay. Correo electrónico: yamacoro@adinet.com.uy
1
Elías J. Palti, “De la Historia de “Ideas” a la Historia de los “Lenguajes Políticos”. Las escuelas
recientes del análisis conceptual. El panorama latinoamericano”, Anales Nº 7-8, 2005, 63-81, 63.
2
Yamandú Acosta, “Historia de las Ideas e Identidad”, Revista de la Facultad de Derecho Nº 26, Facultad
de Derecho, Universidad de la República, Montevideo, 2007, 9-22.
El lenguaje en Heidegger.
Ricardo Nicolon.
Uruguay. IPA.
rnicolon@hotmail.com
Silvia Magnavacca
(UBA - CONICET)
Prof. Titular Regular de Filosofía Medieval de la Universidad de Buenos
Aires
silmagna@ciudad.com.ar
El pensamiento filosófico ha
constituido, y se ha constituido a sí
mismo, históricamente, como una
herramienta para la reflexión y para
estimular nuevos modos de
pensamiento y de existencia. 4
3
Profesora de Filosofía. Efectiva en los cursos de Filosofía de la Educación y Pedagogía en el
Instituto de Formación Docente de Canelones. Uruguay
4
Fundamentación de la asignatura FILOSOFÍA de la EDUCACIÓN en la currícula Propuesta Programática SNFD
Núcleo de Formación Profesional Común. Plan 2008
5
Asignatura perteneciente al Núcleo de Formación Profesional Común en el Plan 2008-
SUNFD
6
Producción a cargo del Director: Richard Lagravenese, basada en la historia real de la maestra Erin Gruwell
( protagonizada por Hillary Swank), en su primer trabajo como maestra de una preparatoria de Los Ángeles. Estados
Unidos / 2006
el educar, se plantea al situar la reflexión filosófica en el examen
crítico de los discursos y de las prácticas educativas. Indagar
filosóficamente las cuestiones educativas, nos permite aproximarnos
a la complejidad de la práctica social de educar, en tanto encrucijada
de cuestiones axiológicas-antropológicas-epistemológicas, que
obstaculizan o habilitan a los sujetos en los procesos de
humanización. Este encuentro entre el filosofar y el educar, se realiza
desde tres perspectivas de análisis: a) la filosofía a secas; b) una
filosofía de la existencia y c) una mirada hermenéutica.
La inquietud del lenguaje
La génesis del lenguaje en la Fenomenología del Espíritu de
Hegel
Christian de Ronde –
Dto. de Filosofía "Dr. A. Korn" UBA/CONICET
cderonde@gmail.com
Nahuel Sznajderhaus
Universidad de Buenos Aires
nsznaj@gmail.com
Christian de Ronde
Dto. de Filosofía "Dr. A. Korn" UBA/CONICET*
cderonde@gmail.com
Ana Fleisner
Universidad de Buenos Aires*
afleisner@gmail.com
Hector Freytes
Department of Mathematic FCEyA - UNR/CONICET
Department of Philosophy - University of Cagliari – Italia
hfreytes@gmail.com
7
CRP, A 341-342, B 399-400.
Sobre la racionalidad de los agentes modelados en Behavioral
Economics bajo la condición de loss aversion.
Pablo S. García
Sandra B. Maceri
Universidad de Buenos Aires (UBA), Facultad de Ciencias Económicas
(FCE)
Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET)
pabloseba77@hotmail.com
smaceri@conicet.gov.ar
8
Weisman, D. (2010) “Prospect Theory: ¿Una teoría de la decisión neoclásica?” DOCUMENTOS DEL
CIECE, Análisis filosófico–epistemológico de Prospect Theory y la Neuro-Economía, 6, 27-43.
Karl Marx y la Paradoja de la Riqueza Abstracta
Hernán Borisonik
(Conicet / UBA / IIGG)
hbori2@yahoo.com
Ravena Olinda
Ravena Olinda <ravenaolinda@gmail.com
Bibliografía
Mumford, S (1998) Dispositions, New York: Oxford University
Press, 2008.
La naturaleza de las leyes puente en recientes propuestas
neo-reduccionistas y sus implicaciones ontológicas.
Mariana Córdoba
(CONICET-UBA) marianacordoba16@yahoo.com.ar
9
En adelante, “N”.
10
En adelante, “DFH”.
El mundo desdoblado: sobre el status epistemologico de la
revolucion copernicana
Diego Pelegrin
diegopelegrin@hotmail.com
Doctorando Facultad de Filosofía y Letras, Universidad de Buenos
Aires; Becario Agencia-FONCyT (PICT 2007 – 01546: “Semántica,
ontología y realismo estructural”; Directora: Dra. Nélida Gentile).
Docente Universidad de Buenos Aires y Universidad Nacional de La
Plata; Miembro del proyecto UBACyT 2010-2012: "El problema de la
causación y de las leyes en el debate realismo-antirrealismo"
(Directora: Dra. Nélida Gentile – Codirectora: Dra. Susana Lucero).
Luís Rubira
Universidade Federal de Pelotas - Brasil
luiseduardorubira@gmail.com / lrubira@usp.br
Partiendo del análisis comparado de los dos “casos” que Platón trae
en República IV para delimitar las partes del alma - el del sediento y
el de Leoncio- apuntaré que lo que tradicionalmente se entiende por
conflicto psíquico no solo incluye episodios de dramaticidad
semejante a la stasis de la polis, sino también enfrentamientos en los
moldes del Principio de los Contrarios que el sujeto resuelve sin
mayores dificultades, sometiendo dócilmente a la parte menos
prominente de sí mismo. Estos sucesos constituyen episodios tan
cotidianos que, al incorporarse al fenómeno del conflicto, parecen
hacer de él algo prácticamente ineludible. Pero si el conflicto es
ineludible, dada la relación entre armonía psíquica y eudaimonia
establecida explícitamente por Platón en República, es posible
vislumbrar cierto “pesimismo” impregnando la concepción de la
condición humana del antiguo: si la autodiscordia y la falta de unidad
son inevitables para el hombre, entonces éste no podrá jamás
alcanzar la completa felicidad que tanto ansía. Este truncamiento
parece corroborarse al considerar, además, algunas características
que Platón adjudica a las partes aisladamente, y que se muestran
como frenos para la consecución del estado mental superior. Teniendo
esto en cuenta, la presente comunicación derivará en el siguiente
cuestionamiento: ¿cómo conciliar este presunto pesimismo platónico
con la evidente confianza, que emana ciertamente del diálogo como
un todo, en la posibilidad de acceder realmente a una psique
equilibrada y saludable?
Aspectos filosóficos y políticos de la tolerancia religiosa:
Algunas reflexiones sobre el pensamiento de Jean Bodin y
Guillaume Postel
Rodrigo Laera
Investigador de la Universidad de Barcelona
rod_rocking@yahoo.es
Eduardo R. Scarano
(CIECE, FCE-UBA)
eduardo.scarano@gmail.com
investigador/docente
Solange Dejeanne
Unifra, Santa Maria/RS – Brasil
sdejeanne@gmail.com
César Meurer
Doutorando em Filosofia na Universidade do Vale do Rio dos Sinos –
UNISINOS. Contato: <cfmeurer@yahoo.com.br>
Silvia Lecueder
estudiante de la Licenciatura en
Filosofía,
silvia.lecueder@gmail.com
Quiero contar esa historia y analizar las razones por las que se
cometió el crimen: el amor de una mujer, la locura, la política, la
religión y la filosofía.
Heidegger e a psicanálise freudiana: notas sobre uma
desconstrução.
11
Professora Adjunta da Universidade Estadual de Feira de Santana (UEFS). Doutora em Filosofia pela
Universidade Estadual de Campinas (UNICAMP). Email: carolinevasconcelos@hotmail.com
Una revisión de las críticas de Karl Popper al
instrumentalismo y el subjetivismo de la interpretación de
Copenhague
(Estudiante de Grado)
Institución: Facultad de Filosofía y Letras - Universidad de Buenos
Aires
andresrusso2005@hotmail.com
Paula Fleisner
(Doctora en Filosofía por la Universidad de Buenos Aires y docente de
la materia Estética del Departamento de Filosofía de la misma
universidad)
pfleisner@gmail.com
Walter Gomide
(Universidade Federal de Mato Grosso, UFMT)
waltergomide@yahoo.com
James A. D. W. Anderson
(Reading University, UK)
j.anderson@reading.ac.uk
12
J. Rancière, El malestar en la estética, trad. M. Petracca, L. Vogelfang y M. G.
Burello, Buenos Aires, Capital Intelectual, 2011, p. 27.
13
N. Bourriaud, Estética relacional, trad. C. Beceyro y S. Delgado, Buenos Aires,
Adriana Hidalgo, 2006, p. 16.
“Una crítica a la noción ciceroniana de “res publica”, desde la
perspectiva de san Agustín.”
Joaquin A.Pegoraro.
Universidad de Buenos Aires.
Estudiante.
pegorarojoaquin@gmail.com
Brenda Basílico
(CONICET - Universidad de Buenos Aires - Universidad de Estrasburgo)
brendavbasilico@gmail.com
A principios del siglo XVII, la naciente física del sonido acentuó las
dificultades del abordaje matemático de la música presentando una
nueva vía de investigación musicológica. En el presente trabajo
pretendemos dar cuenta de la tensión entre los enfoques, matemático
y físico, en dos estudios musicales de Marin Mersenne de los años
1625 y 1626 respectivamente: La vérité des sciences contre les
sceptiques ou les pyrrhoniens y el manuscrito Livre de la nature des
sons. En el primer escrito, de carácter apologético, Mersenne se
proponía mostrarle al escéptico las verdades matemáticas,
indiscutibles por su perfecta abstracción. El Mínimo confiaba en que
su discurso acercara al escéptico a Dios, pues el ejercicio de su
entendimiento lo desvincularía de la materia y de los sentidos, a los
que estaba tan arraigado. (VS, II, 3, p. 277). En esta obra, la música
fue presentada como una parte de la aritmética especulativa que
trata de las proporciones numéricas y es capaz de provocar en el
espíritu del escéptico un "dulce concierto", "elevarlo y fortalecerlo".
(II, 6, p. 348). Sin embargo, la investigación que revela el manuscrito
de 1626 y el intenso intercambio epistolar de su período de
producción apologética muestran la preocupación de Mersenne por
cuestiones relativas a la física del sonido, las cuales no fueron
abordadas en La vérité de sciences ni tampoco formuladas en sus
escritos sino hasta 1636, año de la publicación de la Harmonie
Universelle.
El puzzle de Kripke desde una perspectiva fregeana
Juan Saharrea
(Universidad Nacional de Córdoba)
juansaharrea@gmail.com
Por otra parte señala una diferencia: en tanto que los juicios son
“el ejercicio de capacidades conceptuales” esas mismas capacidades
son “actualizadas en la percepción”.
Bruno J. Borge
UBA
bruno_borge@yahoo.com.ar
Susana Lucero
UBA
susanalucero8@fibertel.com.ar
Eduardo Elizondo
UNR-UCEL
eduelizondo@gmail.com
Serrana Delgado
Docente grado 1 filosofía del derecho en facultad de derecho udelar
Estudiante de FHCE
serranadm@hotmail.com
Pedro Merlussi
Universidade Federal de Santa Catarina (Brasil)
Mestrando em Filosofia
p.merlussi@gmail.com
Alejandro Fielbaum.
Estudiante de magíster en
Estudios Latinoamericanos en la Universidad de Chile
afielbaums@gmail.com
Fabiana Tamizari
USP/Brasil
fabitamizari@yahoo.com.br
En casi todos los países, la crueldad de las leyes reunense contra las
mujeres a la crueldad de la naturaleza." Esta frase resume el
pensamiento de Denis Diderot (1713-1784), al evaluar la situación de
las mujeres en su texto Sobre la Mujer, 1772. Para Diderot, las
diferencias entre hombres y mujeres son esencialmente el resultado
de la constitución material de los seres y no un plan divino. En su
evaluación, las mujeres estaban en desventaja por su constitución
material, ya que se enfrentan a dificultades para disfrutar plenamente
de su sexualidad, así como las dificultades asociadas con la
maternidad menstruación y la menopausia. Esta constitución también
se refleja en la relación con los sentimientos de las mujeres que,
cuando fuera de balance, puede llegar a la histeria, la locura y el
fanatismo religioso. Además de la constitución desfavorable la mujer
en Diderot se enfrentó a una condición de represión social en el que
sus deseos son a menudo subordinados bajo la supervisión y control
de los hombres. Para el pensador francés, este impregna toda la
historia de la humanidad, desde los tiempos salvajes hasta el mundo
contemporáneo, la tarea de la mujer fue la de atender las
necesidades de los hombres, esto se ha visto reforzado en en la visión
diderotiana, por la fuerte influencia de la religión cristiana y las
normas morales. De este modo, el autor tuvo en sus visiones, por un
lado, refuerza la imposibilidad de las mujeres a transformar sus
condiciones en la medida en que condenó la "debilidad de sus
cuerpos", por su parte, vio algunas condiciones culturales
responsables de la sumisión de la mujer , argumentando que debido a
que no son naturales, pero, los edificios históricos se podría cambiar.
A Correlação entre as noções de “Vontade” e “Medida” no
diálogo De beata vita de Santo Agostinho
14
Dr. en Ciencias Humanas – Universidade Federal do Maranhão – Dirección
Postal:Calle 3100 – 480 – 505 – Centro – Balneário Camboriu – Santa Catarina -
Brasil – CEP: 88330-304 – E-mail: wellington.amorim@gmail.com
15
Dr. en Educación – Universidade Federal do Rio Grande do Sul - Dirección Postal:
Calle Blumenau, 798 – Santo André – São Leopoldo – RS – Brasil – CEP: 93044-020 –
E-mail: srgacki@hotmail.com
opportunities and knowledge is offered. Therefore the entire structural
organization in Education should place greater emphasis on quality.
Anabella Di Pego
anadipego@gmail.com
Docente/Investigadora
CONICET / IdIHCS. Facultad de Humanidades y Ciencias de la
Educación. Universidad Nacional de La Plata. República Argentina.
Vera Grienesen
UFRGS
Mestranda, ao programa de pós-graduação da Universidade Federal
do Rio Grande do Sul
veragrienesen@hotmail.de
Alejandro Chmiel
UDELAR
Uruguay
alejandro.chmiel@gmail.com
Los sistemas formales han estado ligados –de una u otra forma- a un
lenguaje formal; podemos considerar los trabajos de Frege, Hilbert,
Tarski y Gentzen en este sentido. Los lenguajes formales: (1) pueden
ser definidos esquemáticamente i.e. recursivamente (2) sus
propiedades estructurales nos dan una noción de secuencia de
formación, de fórmula y subfórmula, que nos permite construir reglas
de inferencia esquemáticas sobre dicha estructura sintáctica (como el
sistema de Gentzen) (3) las diferentes categorías -sintácticas y
semánticas- de símbolos del lenguaje nos permiten definir una noción
de sustitución en el sistema. A los sistemas formales que se soportan
en lenguajes formales se los puede llamar sentenciales. Desde el
trabajo de Barwise y Etchemendy, se ha trabajado en un nuevo
concepto de sistema formal que se soporta en un sistema de
representación diagramático -el cual sustituye al lenguaje formal-,
como son los sistemas propuestos por Sun-Joo Shin y Nathaniel Miller.
A estos sistemas formales se los puede llamar diagramáticos. En este
trabajo nos proponemos comparar ambos tipos de sistemas formales,
observando en qué medida la pérdida -en el sistema de
representación diagramático- de ciertas propiedades estructurales
que tienen los lenguajes formales –como cierto tipo de recursividad-,
afectan el sistema formal; teniendo en cuenta, especialmente, el
impacto sobre las reglas de inferencia. Finalmente se intentará
presentar un cierto modo de clasificar sistemas formales en virtud de
dos coordenadas: (1) recursividad y (2) contenido informacional del
sistema de representación; proponiendo un cierto vínculo entre
ambas.
Diagramas y cálculo en Lambert
Después del drástico rechazo, a fines del siglo XIX, al uso de recursos
que genéricamente podríamos llamar gráficos en demostraciones
matemáticas, la literatura reciente en filosofía de las ciencias
formales ha vindicado su legitimidad. Si denominamos homogéneas a
las pruebas exclusivamente lingüísticas que según la concepción
standard de demostración predominante durante el siglo XX serían
las únicas demostraciones posibles, entonces la vindicación
mencionada supone una noción heterogénea de demostración. En
particular, las demostraciones de la geometría sintética clásica –un
caso paradigmático de demostración heterogénea- han recibido una
atención creciente. Se distingue en una demostración euclidiana
entre una parte textual, que autoriza pasos de la demostración acerca
de aspectos denominados exactos y una parte gráfica –el diagrama-
que autoriza pasos acerca de aspectos denominados co-exactos. En
esta comunicación pretendo mostrar, en primer lugar, cómo la
distinción exacto / co-exacto ilumina el concepto de demostración por
reductio ad absurdum. En segundo lugar, pretendo examinar una
posible objeción a la tesis de que las figuras puedan ser consideradas
bajo la especie de muestras. ¿De qué podría ser muestra un diagrama
en una demostración por reductio si por definición el diagrama no
podría “instanciar” los conceptos involucrados?
Demostraciones como diagramas
Javier Legris
UBA / CEF-CONICET
Argentina
jlegris@retina.ar
Bruno R. Mendonça
Mestrando em Filosofia / UFSM
Brasil
bruno.ramos.mendonca@gmail.com
Guillermo Nigro
UDELAR / CSIC
Uruguay
aquiyaceguille@gmail.com
Matías Osta
UDELAR
Uruguay
matiasosta@fhuce.edu.uy
Sérgio Schultz
Pós-doutorando / PUC-Rio/FAPERJ-Capes
Brasil
sergioschultz@yahoo.com.br
José Seoane
UDELAR / ANII/ANEP
Uruguay
seoanej@hotmail.com
Denilson Cordeiro
Professor de filosofia na UNIFESP
denilsoncordeiro@yahoo.com.br
E. Marisa Muguruza
Instituto Federal de Ciência e Tecnologia – Campus Porto Seguro -
Bahia/Universidad Federal de Bahia (IFBA/UFBA)
marisa_muguruza@yahoo.com.br
John Searle considera que el supuesto básico que mantiene vivo todo
el debate entre las diferentes posiciones filosóficas que pretenden
explicar la relación entre lo mental y lo físico, es considerar “mental”
y “físico” categorías ontológicas mutuamente excluyentes. Por el
contrario, sostiene que los dos términos no son antagónico desde el
momento en que el mundo funciona de tal manera que algunos
procesos biológicos son cualitativos, subjetivos y de primera persona,
posición ésta que dio en llamarla “naturalismo biológico”. Esto
significa admitir que los fenómenos mentales subjetivos existen
objetivamente. La estrategia de Searle para defender su tesis pasa
por reformular la distinción entre subjetividad y objetividad señalando
que ambos conceptos tendrían tanto una versión epistémica cuanto
una versión ontológica, reconociendo ciertos fenómenos cuya
existencia sería la de un hecho objetivo, aunque fuesen subjetivos. El
problema surge cuando intenta resolver cómo se relaciona la
objetividad con la subjetividad, o mejor, cómo se puede obtener
conocimiento (epistémicamente) objetivo sobre fenómenos mentales
(ontológicamente) subjetivos, partiendo de una supuesta
irreductibilidad ontológica de los fenómenos subjetivos. Se pretende
en este trabajo analizar hasta qué punto la estrategia argumentativa
del filósofo es suficiente para explicar los fenómenos mentales
subjetivos en concordancia con una visión científica del mundo.
Ser “conservador” para un conservador uruguayo: Luis
Alberto de Herrera.
Pablo Langone
plangone17@gmail.com
Instituto de Historia de las Ideas, Facultad de Derecho, UDELAR, Uruguay.
Escepticismo y aprioridad contextual
Pablo Melogno
Universidad de la República
Montevideo, Uruguay
pmelogno@gmail.com
Nélida Gentile
Universidad de Buenos Aires
nellygentile@gmail.com
Carlos A. Oller
Departamento de Filosofía
Facultad de Filosofía y Letras, Universidad de Buenos Aires
Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación, Universidad
Nacional de La Plata
carlos.a.oller@gmail.com
Daniel Malvasio
Departamento de Filosofía de la Práctica, Facultad de Humanidades y
Ciencias de la Educación, Universidad de la República, Uruguay.
Depto. de Filosofía, Instituto de Profesores Artigas, ANEP.
dmalvas@adinet.com.uy
Ibarra, Romina
UBA-CONICET
romi_alemagno@yahoo.com.ar
Laura Alemán
Arquitecta, magister en ordenamiento territorial y desarrollo urbano
Estudiante de filosofía
Instituto de historia de la arquitectura (FARQ-UdelaR)
alemanlau@gmail.com
Agustín Brousson
Universidad de Buenos Aires
agbrousson@gmail.com
Gerardo Garay
Prof. de Filosofía
Lic. Ciencias de la Educación
Prof. Asistente Dpto. de Historia y filosofía de la educación.
gerardo.garay@gmail.com
Valentin Ferdinan
vferdinan@alumni.stanford.edu
Ricardo Viscardi
rgviscardi@gmail.com
Inst. de Filosofía
UdelaR
Rosa Belvedresi
(U. N. de La Plata –CONICET)
rosabelvedresi@gmail.com
Miguel Molina
Departamento de Lógica y Filosofía de la Lógica
(FHUCE, UdelaR)
migmolus@gmail.com
Emmanuel Romero
Estudiante de la Carrera de Ciencia Política de la Facultad de Ciencias
Sociales de la Universidad de
Buenos Aires. Integrante del Proyecto de Investigación UBACyT
20020090200392 (2010-2012) titulado
“Civilización y Barbarie: La construcción de la identidad nacional y la
configuración de la otredad en el pensar americano”, con sede en el
“Instituto de Estudios de América Latina y el Caribe” de la Facultad
de Ciencias Sociales (UBA), y dirigido por la Dra. Graciela Liliana
Ferrás. Dirección de correo electrónico:
emmanuel.romero80@yahoo.com.ar
Sigwald, Eric
(estudiante de grado, UNC)
Moreno Frias, Santiago (estudiante de grado, UNC)
misaelmf13@gmail.com
Universidad Nacional de Córdoba
ericsig@gmail.com
Los derechos sociales han tenido desde las primeras décadas del siglo
pasado un creciente reconocimiento legislativo en lo nacional y en lo
internacional, pero a la vez hay consenso en que adolecen de
debilidad en la fundamentación filosófica. Afirmamos que la razón de
esta flaqueza es relativa a que el paradigma de lo que es un derecho
se consagró con los llamados derechos de primera generación, que
generan la obligación de restricción a las intervenciones ilegítimas en
la esfera personal del individuo. Es desde esta perspectiva que a los
derechos sociales parece faltarles fundamentación moral. Creemos
que una mejor perspectiva para entender la naturaleza y el tipo de
reivindicaciones que estos derechos sostienen, se puede lograr
considerando a los derechos como metas. Esta es una forma de
comprensión más adecuada para entender a la autonomía, no como
una condición ya dada en los sujetos, sino como algo que se puede
promover alcanzando un conjunto de estados de cosas que la
posibiliten, conjunto de metas que son el objetivo de los derechos
sociales. Este es un paradigma que permite determinar más
adecuadamente el tipo de obligaciones que estos derechos generan y
el tipo de moralidad que los fundamenta, así como el vínculo interno
que tienen con las condiciones de legitimación de las actuales
democracias.
El problema de la conciencia
Saal, Aarón L.
Universidad Nacional de Córdoba, Argentina
aaronsaal@gmail.com
16
Universidad Nacional de Tres de Febrero (UNTref), Universidad Austral (AU),
Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica (ANPCyT)
17
Universidad de Buenos Aires (UBA), Consejo Nacional de Investigaciones
Científicas y Técnicas (CONICET).
Hobbes, Rousseau e a Linguagem
Hernán Miguel
Ciclo Básico Común – Universidad de Buenos Aires
Categoría: investigador/docente
ciencias@retina.ar
Eduardo Piazza
Instituto Historia de las Ideas, Fac. Derecho
Centro Estudios Interdisciplinarios Uruguayos, FHCE
e/mail: Edward@montevideo.com.uy
Telma Scherer
Universidade Federal de Santa Catarina – UFSC, Brasil.
Estudiante de doctorado - Teoria Literária. Graduada en Filosofía –
UFRGS, Rio Grande do Sul, Brasil.
telmascherer@gmail.com
Ahumada, José
joseahumada@gmail.com
Docente/investigador
Universidad Nacional de Córdoba
Rodolfo Gaeta
UBA- UNLu
rodygaeta@gmail.com
Arturo Garcé
julialuisa@adinet.com.uy
Ricardo Navia
Universidad de la República, Uruguay
naviamar@adinet.com.uy
Luis Maseda
Docente Filosofía de la Educación
Institutos Normales de Montevideo
e-mail:luisdaniel56@adinet.com.uy
Desde la caída del socialismo real, iniciada con el derrumbe del Muro
de Berlín y culminada con la disolución de la Unión Soviética, el
capitalismo se planetariza sin admitir límites.
En primer lugar, planteamos que el sistema capitalista postula el
surgimiento de una nueva realidad: la aldea global o la globalización
caracterizada por la fluidez, la transparencia informativa, la
hiperconectividad informática y la desterritorialidad.
En segundo lugar, analizamos la sustitución de la realidad a través de
imágenes y discursos de los mass media como mecanismo central de
este proceso. La globalización implica la colonización de la
conciencias, la conquista implacable de las subjetividades.
No existe posibilidad de diferenciarse, no hay posibilidad de negación.
Desde cientos de millones de pantallas y de imágenes se impone la
esclavitud de lo mismo, que se reproduce incesantemente. Al decir de
Baudrillard, “se ha cometido un crimen”.
En tercer lugar, presentamos y comentamos algunas reflexiones de
Jean- Francois Lyotard que resultan ser paradigmáticas respecto a la
globalización.
Por último, planteamos que la globalización impacta de lleno en la
educación: los problemas de la educación actual son emergentes de
la neo realidad instalada a fines del siglo pasado. El desarrollo
capitalista pone en cuestión a la sobrevivencia del hombre como
especie, arrebata la libertad y la creatividad. La educación debe ser
un espacio de resistencia para rescatar al sujeto pensante, introducir
la alteridad y posibilitar proyectos colectivos de transformación
social. Para ello es imperativo dudar, dudar de todo; rescatar esta
postura de la tradición cartesiana.
El debate onto-teológico en la primera lectura árabe de la
Metafísica de Aristóteles. Alkindi, Alfarabi y Avicena.
Ortega postula una razón histórica que comprenda las cosas humanas
en su constitutiva historicidad. Desde esta perspectiva afirma que el
“ser” nace en Grecia para compensar el hueco dejado por la “huida”
de los dioses. Y sostiene que esta noción implica la creencia en algo
permanente más allá de la apariencia mudable de las cosas, y en que
ese algo puede captarse por el conocimiento –que estos primeros
filósofos identificaron con el pensamiento, puntualiza, aunque se trate
sólo de una de sus posibles modalidades. Partiendo de esta
interpretación, considera que la pregunta por ese ser idéntico no es
una dimensión perenne del hombre sino la respuesta de aquellos
hombres ante una exigencia vital. Tesis expresada en varios escritos
suyos, aunque algunos concluyan que es un tema no resuelto en su
filosofía. Quizá porque el filósofo madrileño, sin establecer
explícitamente la distinción, en otros escritos afirma que el hombre
intenta descubrirle un ser a las cosas cuando al hacer su vida se le
convierten en dificultades. Pero en este segundo sentido se trata del
ser entendido como “esencia”, que prefiere denominar
“consistencia”, porque responde a la necesidad del hombre de saber
en qué consisten, como paso inicial para clarificar la circunstancia
que le ha tocado vivir. Intento de desvelarles su ser que, aunque
fundamentado en ellas, sólo surge cuando las enfrenta porque le
“fallan”. Un develamiento que no acometería de no haber
experimentado la resistencia de la realidad, aunque después pueda
transformarse en objeto de interés teórico.
La revolución historiográfica en Thomas Kuhn
Bárbara Díaz
Universidad de Montevideo
bdiaz@um.edu.uy
**
Catedrático de Filosofía y Teoría del Derecho en la Universidad de la República
(Uruguay).
Intento de construccion de una teoria general de la
responsabilidad civil
Especial referencia a la responsabilidad de los auditores y
calificadores de riesgo
18
Aspirante a Profesor Adscripto de la Facultad de Derecho de la Universidad de la
República.
“Los fundamentos ideológicos del principio de obligatoriedad
de la educación nacional como primera transformación del
estado liberal”
Luis Delio
lmdelio@gmail.com
Inés Moreno
ins.moreno@gmail.com
Rafael Lagomarsino
rafaellagomarsino@333.hotmail.com
Carlos E. Caorsi
UDELAR
cecaorsi@hotmail.com
19
Russell, Bertrand “On Denoting” (1905). Cito por la versión española de Néstor Míguez y Thomas M.
Simpson, en Simpson, Thomas M., Semántica filosófica: Problemas y discusiones, Siglo XXI Edit. Bs. As.
1973, págs. 29- 48.
20
“Uber Sinn und Bedeutung” (1892). Cito por la versión española de Eduardo Rabossi y Eugenio
Bulygin, en Simpson, Thomas M., Semántica filosófica: Problemas y discusiones (1921), Siglo XXI Edit. Bs.
As. 1973, págs. 3-27.
21
Wittgenstein, Ludwig Tractatus Logico-Philosophicus, Versión española de Enrique Tierno Galván,
Alianza Editorial, Madrid, 1973.
ciertas consideraciones que me fueron sugeridas por la lectura de los
mismos.
1. En la semántica de Frege, a todo signo corresponde un
sentido y una denotación, aunque en algunos casos esta última puede
estar ausente. Lo que es claro, en todo caso, es que el sentido nunca
puede estar ausente y que parece ser parte constitutiva de un
signo.22
2. En la semántica de Russell, no hay sentidos y en algunos
casos hay denotación.
3. Las críticas de Russell a Frege, se apoyan en lo que él
considera las dificultades insalvables que se presentan en cuanto
consideramos “la relación entre el sentido23 y la denotación”. En el
desarrollo de las mismas plantea que dicha relación no debe ser “una
relación meramente lingüística a través de la frase (lo cual me parece
correcto) sino que debe hallarse implicada una relación lógica que
expresamos diciendo que “el sentido denota la denotación” (lo cual,
por cierto no es atribuible a Frege y además me parece incorrecta).
Agrega a su vez “que no podemos mantener la conexión entre el
sentido y la denotación, y al mismo tiempo impedir que sean una y la
misma cosas; y también que no podemos comprender el significado si
no es por medio de frases denotativas”. De esta última observación
considero que la primera parte “que no podemos mantener la
conexión entre sentido y denotación e impedir que sean una y la
misma cosa”, no es correcta, pese a que establece una proximidad
del sentido con la denotación que me parece iluminadora. En cuanto
a la segunda parte “que no podemos comprender el sentido si no es
por medio de frases denotativas”, me parece en lo esencial
básicamente correcta.
4. Considero que gran parte de las críticas24 planteadas por
Russell a la semántica de Frege en “On Denoting” contienen lo que
podríamos considerar errores de apreciación de la teoría de este
último y que le atribuye muchas veces tesis que sin duda Frege no
sostiene. Un ejemplo de ello es la afirmación de que “cuando aparece
‘C’, hablamos del sentido de C. Es claro que Frege distingue entre el
uso de una expresión, la mención de una expresión, caso para el cual
ponemos la expresión entre comillas y la mención del sentido de una
expresión, que no se obtiene –como le atribuye Russell- poniendo la
22
Dice Frege: “Es natural pensar que con un signo (un nombre, una combinación de palabras, un
grafismo) está conectado, además de lo designado por él, que puede llamarse la denotación del signo, lo
que yo denominaría el sentido del signo, en el cual está contenido el modo de presentación”. ( Op. Cit.
Págs. 4-5)
23
Sin bien Russell utiliza la expresión “meaning” para referirse al “sinn” de Frege, y en las traducciones
al castellano se emplea correctamente la expresión “significado” y no “sentido” para traducir la misma,
usaré en la mayor parte del texto la expresión “sentido”, en cursivas en los lugares donde Russell utiliza
“significado”.
24
Dice Russell: “La relación entre el significado y la denotación plantea ciertas dificultades curiosas, que
parecen bastar por sí mismas para probar que la teoría que conduce a ellas debe ser errónea.
Cuando deseamos hablar del significado de una frase denotativa, como opuesto a su
denotación, el modo usual de hacerlo es usando comillas. (…) Para comenzar diremos que, cuando
aparece C hablamos acerca de la denotación; pero cuando aparece ‘C’, hablamos del significado. Pero la
relación entre el significado y la denotación no es una relación meramente lingüística a través de la
frase: debe hallarse implicada una relación lógica, que expresamos diciendo que el significado denota la
denotación. Pero la dificultad que se nos presenta es que no podemos mantener la conexión entre el
significado y la denotación y al mismo tiempo, impedir que sean una y la misma cosa; y también que no
podemos comprender el significado si no es por medio de frases denotativas”. (Op.Cit. pág. 39-40)
expresión entre comillas, sino poniendo la expresión entre comillas y
prefijándole la expresión “El sentido de …”.
Sin embargo, considero que estos errores, tantas veces
atribuidos a la interpretación de Russell, arrojan cierta luz sobre, y tal
vez se justifiquen por, cierta dificultad que – a mi modo de ver -
presenta la teoría de Frege y que se hace manifiesta en particular en
la nota al pie 2 de “Uber Sinn und Bedeutung”. 25 La dificultad está
vinculada, a mi modo de ver, con la asignación de sentido a lo que
Frege llama “nombres propios genuinos” como “Aristóteles”. Veamos
cómo se genera la dificultad:
El nombre “Aristóteles” no sólo tiene denotación, sino que
-según Frege- debe tener además sentido. Si bien Frege no es
totalmente explícito en “Uber Sinn und Bedeutung” respecto del
estatus del sentido, una de las cosas que dice acerca del mismo es
que en él está contenido el modo de presentación. Qué debe
entenderse por el modo de presentación se hace explícito
fundamentalmente a través de los ejemplos de expresiones con
distinto sentido y la misma denotación presentados por Frege. Es
claro que “el lucero matutino” y “el lucero vespertino”, son dos signos
que “presentan” una misma denotación de modo distinto; uno de
ellos presenta al planeta Venus como siendo el cuerpo celeste más
brillante en el cielo de la mañana y el otro como siendo el cuerpo
celeste más brillante en el cielo de la tarde. En ambos casos la
denotación es presentada por ciertos rasgos que la caracterizan y en
ambos los rasgos que se usan son diferentes. Pero ¿podemos decir lo
mismo del nombre “Aristóteles”? No parece que “Aristóteles”
contenga un modo de presentación de Aristóteles. Y tal es así que en
la referida nota 2 de su artículo Frege recurre a la descripción definida
“el discípulo de Platón y el maestro de Alejandro Magno” -que sí
contiene un modo de presentar a Aristóteles- para explicitar el
sentido de “Aristóteles”. Y esto último parece inclinar la balanza a
favor de la afirmación de Russell de que no podemos comprender el
sentido si no es por medio de frases denotativas.
Sin embargo me interesa detenerme en el modo en que Frege
explícita el sentido de “Aristóteles” por medio de la descripción “el
discípulo de Platón y el maestro de Alejandro Magno”, porque creo
que es en gran parte responsable del uso “inadecuado” de las
comillas en las críticas de Russell a Frege.
Frege introduce el sentido de “Aristóteles” del siguiente modo:
El sentido de “Aristóteles”: el discípulo de Platón y el maestro de
Alejandro Magno.
Pero este modo de presentar el sentido no deja de ser oscuro.
Por un lado está la cuestión de cómo debemos interpretar los dos
puntos “:”. ¿Cómo estableciendo algún tipo de identidad? Por otro
lado, la expresión de la derecha de “:” aparece sin comillas, con lo
cual parece estar siendo usada y por lo tanto denotando a
25
Dice Frege en dicha nota “En el caso de los nombres propios genuinos como “Aristóteles”, las
opiniones pueden diferir en lo que atañe al sentido. Por ejemplo podría ser aceptado como tal el
siguiente: el discípulo de Platón y el maestro de Alejandro Magno.” (Op. Cit. Pág. 5).
Aristóteles.26 Si por otra parte aceptamos, como parece ser el caso,
que la expresión del lado izquierdo de “:” denota le sentido de
“Aristóteles” parece que estamos muy cerca de la afirmación de
Russell, de que “no podemos impedir que sean una y la misma cosa”.
No solucionaría la cuestión poner entre comillas la expresión del lado
derecho de “:” porque en ese caso, si bien evitaríamos la anterior
identificación, no evitaríamos es que el sentido y el signo sean la
misma cosa. Me parece que el modo más aceptable de dar el sentido
de “Aristóteles” por medio de la expresión “el discípulo de Platón y el
maestro de Alejandro Magno”, es poniendo en el lado derecho de “:”
la expresión: El sentido de “el discípulo de Platón y el maestro de
Alejandro Magno”. Con ello la expresión se limitaría a establecer una
sinonimia:
El sentido de “Aristóteles”: el sentido de “el discípulo de Platón
y el maestro de Alejandro Magno”
Pero se trataría de una sinonimia esclarecedora. Y resulta
esclarecedora en la medida en que asocia al nombre “Aristóteles” un
modo de presentación que el propio nombre no tiene. Es decir, en
tanto que el signo “Aristóteles” no presenta a Aristóteles de ningún
modo, el signo “el discípulo de Platón y el maestro de Alejandro
Magno”, lo presentan como teniendo ciertos rasgos que permiten
identificarlo.
Pero obsérvese que al establecer una sinonimia, no mostramos
el vínculo de un signo con su denotación, sino con otro signo. Decir
que el signo “A” tiene el mismo sentido que el signo “B” ¿en qué
medida aclara cual es el sentido del signo “A”? ¿En qué se diferencia
esta situación de la de dar la edad de Juan diciendo que es la misma
que la edad de Pedro, cuando no conozco la edad de Pedro? En el
caso de las edades la cuestión se solucionaría agregando, y la edad
de Pedro es, digamos, 7 años. Sin embargo no se puede hacer lo
mismo en el caso del sentido, agregando y el sentido de “B” es el
sentido de “tal y tal”, porque todo lo que puedo hacer en este caso es
apelar a otra sinonimia y este camino parece no tener fin 27. Pero es
precisamente en este punto donde creo que juegan un rol
fundamental las observaciones de Wittgenstein que mencione al
principio. Se trata de las siguientes proposiciones de su Tractatus:
(2.17) Lo que la figura debe tener en común con la realidad
para poder figurarla a su modo y manera – justa o falsamente – es su
forma de figuración.
(2.172) La figura, sin embargo, no puede figurar su forma de
figuración; la muestra.
(2.221) Lo que la figura representa es su sentido.
Considero que estas proposiciones, y en particular (2.172)
resultan esclarecedoras respecto del punto en que estamos. Un signo
como “el discípulo de Platón y el maestro de Alejandro Magno”
contienen un modo de presentación de Aristóteles y ese modo de
26
Por un desarrollo de estas observaciones véase mi “Nuevas observaciones acerca de las oscuridades
de “On Denoting” reimpreso en Caorsi, Carlos E. Observaciones Filosóficas, UDELAR/CSIC, 2009.
27
Porque en este caso se plantearía para ‘el tal y tal’ lo que observamos que se plantea para “el
discípulo de Platón y el maestro de Alejandro Magno”.
presentación debe ser tal que sea uno de los modos en que
Aristóteles se presenta. Es la adecuación entre el modo de
presentación contenido en el sentido y el modo en que la denotación
se presenta, lo que hace que ésta sea la denotación de dicho signo.
Sin embargo el signo no puede decir cuál es ese modo de
presentación, (sin caer en una cadena infinita de sinonimias) sino que
para usar una expresión de Wittgenstein, lo muestra. El sentido de “el
discípulo de Platón y el maestro de Alejandro Magno” no puede ser
esclarecido por otro signo, como no sea estableciendo una sinonimia
que nos remite a una regresión al infinito y si no se detiene en algún
punto pierde su cometido, sino que se muestra en el propio signo. Así,
“el discípulo de Platón y el maestro de Alejandro Magno” muestra algo
que el signo “Aristóteles” no muestra y por eso la sinonimia en este
caso resulta esclarecedora.
Pero si este es el caso, ¿porqué no optar, como lo hizo Stuart
Mill entre otros, por sostener que no todo signo tiene sentido y que en
particular los nombres propios genuinos no lo tienen? La respuesta
que se me ocurre es que ser competente en el uso de un nombre,
supone saber a qué objeto se aplica, e identificar ese objeto supone la
capacidad de reconocer ciertos rasgos del mismo. Pero podría decirse,
tomando la distinción russelliana entre conocimiento por familiaridad
y conocimiento por descripción, que esto sólo se aplica a aquellos
nombres que, como en el caso de “Aristóteles” hemos aprendido por
medio de frases descriptivas, pero no a nombres que hemos
aprendido en base a tener familiaridad con su portador. Sin embargo,
el conocimiento del portador de un nombre aún cuando se obtenga
por familiaridad, no se obtiene con el portador despojado de todo
rasgo. Y son esos rasgos los que nos permiten identificar el objeto en
otras ocasiones, o saber a quién se aplica el nombre. Puede que no
reconozca a Pedro, el hijo de Juan y de María a cuyo bautismo asistí
hace años y no he vuelto a ver. Sin embargo, aún en este caso, sé
que Pedro es el hijo de Juan y de María, aún cuando no pueda
reconocerlo cuando lo veo. Con ello, el modo de presentación
contenido en el sentido del signo muestra sus vínculos con la
denotación.
A modo e somera conclusión. Considero que Frege está en lo
correcto en exigir que todo signo tenga sentido y que en ese sentido
se encuentra contenido el modo de presentación. Qué gran parte de
los errores que se atribuyen a la interpretación russelliana de la
doctrina de Frege se originan en no tener en cuenta lo señalado por
Wittgenstein, que interpreto como afirmando que no puede
explicitarse el sentido de un signo, sino que eso es algo que el signo
muestra. Qué Russell parece estar en o cierto al sostener que no se
puede entender el significado si no es por medio de frases
denotativas, ya que sólo estas parecen contener un modo de
presentación de la denotación. Y qué, finalmente el modo de
presentación muestra esa doble faz que lo vincula al signo por un
lado y a la denotación por el otro. Es decir que el modo de
presentación contenido en el sentido, es tanto un modo de
presentación a través del signo como un modo de presentación desde
la denotación. Y que la fuente originaria de ese modo de presentación
parece estar más del lado de la denotación que desde el lado del
signo.
Realismo y Verdad