FICHA Plan Lector - 4° de Secundaria A y B TEXTO TEATRAL

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FICHA DE LECTURA 4° DE SECUNDARIA A y B

Edipo Rey1 (Fragmento)


Edipo, rey de Tebas, se entrevista con Tiresias, famoso vidente ciego, para pedirle que le ayude a identificar al asesino del rey que era leal, el amigo desde el principio, desea expulsarme deslizándose a escondidas, tras sobornar a semejante hechicero, maquinador y
anterior, Layo, cuya muerte debe ser vengada según la exigencia del dios Febo Apolo. Solo de esta forma, se acabará con la plaga charlatán engañoso, que solo ve en las ganancias y es ciego en su arte! […] A mí es a quien tú intentas echar, creyendo
que afecta al pueblo. (Entra Tiresias con los enviados por Edipo. Un niño lo acompaña.) que estarás más cerca del trono de Creonte. Me parece que tú y el que ha urdido esto tendrán que lograr la purificación entre lamentos. Y si
CORIFEO. Pero ahí está el que lo dejará al descubierto. Estos traen ya aquí al sagrado adivino, al único de los mortales en quien no te hubieses hecho valer por ser un anciano, hubieras conocido con sufrimientos qué tipo de sabiduría tienes.
la verdad es innata. (Tiresias se aleja y Edipo entra en palacio.)
EDIPO. ¡Oh Tiresias, que todo lo manejas, lo que debe ser enseñado y lo que es secreto, los asuntos del cielo y los terrenales!
Aunque no ves, comprendes, sin embargo, de qué mal es víctima nuestra ciudad. A ti te reconocemos como único defensor y Responde las preguntas tomando en cuenta las orientaciones que brinda tu docente.
salvador de ella, señor. Porque Febo, si es que no lo has oído a los mensajeros, contestó a nuestros embajadores que la única
liberación de esta plaga nos llegaría si, después de averiguarlo correctamente, dábamos muerte a los asesinos de Layo o les 1. Según el texto, ¿por qué Edipo mandó llamar a Tiresias?
hacíamos salir desterrados del país. Tú, sin rehusar ni el sonido de las aves ni ningún otro medio de adivinación, sálvate a ti mismo a. Porque fue defensor del dios Febo, quien le encomendó hacer justicia por el crimen cometido.
y a la ciudad y sálvame a mí, y líbranos de toda impureza originada por el muerto. Estamos en tus manos. Que un hombre preste b. Porque Tiresias es un famoso vidente ciego, un hombre muy especial con el don de tener premoniciones.
servicio con los medios de que dispone y es capaz, es la más bella de las tareas. c. Porque Tiresias, a través de sus predicciones, ayudará a identificar al asesino del rey anterior.
TIRESIAS. ¡Ay, ay! ¡Qué terrible es tener clarividencia cuando no aprovecha al que la tiene! Yo lo sabía bien, pero lo he olvidado, d. Porque, a través de sus premoniciones, puede ayudar a Edipo a reinar con justicia a su pueblo.
de lo contrario no hubiera venido aquí. EDIPO. ¿Qué pasa? ¡Qué abatido te has presentado!
TIRESIAS. Déjame ir a casa. Más fácilmente soportaremos tú lo tuyo y yo lo mío si me haces caso. 2. ¿Cuál es el significado del siguiente enunciado? “[…] estás ciego de los oídos, de la mente y vista”.
EDIPO. No hablas con justicia ni con benevolencia para la ciudad que te alimentó, si la privas de tu augurio.
a. No quiere escuchar el ruego de Edipo, no analiza y no tiene el sentido de la vista.
TIRESIAS. Porque veo que tus palabras no son oportunas para ti. ¡No vaya a ser que a mí me pase lo mismo...! (Hace ademán de
b. No sabe escuchar, no analiza el problema y no puede ver lo que pasa en su contexto.
retirarse.)
c. No comprende los hechos, no entiende la súplica de Edipo y no ve el dolor del pueblo.
EDIPO. No te des la vuelta, ¡por los dioses!, si sabes algo, ya que te lo pedimos todos los que estamos aquí como suplicantes.
d. No escucha lo que le piden, no razona bien ni se da cuenta de lo que ocurre.
TIRESIAS. Todos han perdido el juicio. Yo nunca revelaré mis desgracias, por no decir las tuyas.
EDIPO. ¿Qué dices? ¿Sabiéndolo no hablarás, sino que piensas traicionarnos y destruir a la ciudad?
3. ¿Cómo se muestra Edipo en un principio ante Tiresias y cómo cambia su actitud cuando el vidente se niega a señalar al asesino de Layo?
TIRESIAS. Yo no quiero afligirme a mí mismo ni a ti. ¿Por qué me interrogas inútilmente? No te enterarás por mí.
a. Primero es amable, incluso suplicante con Tiresias; luego se muestra irritable, agresivo y acusador.
EDIPO. ¡Oh el más malvado de los malvados, pues tú llegarías a irritar, incluso, a una roca! ¿No hablarás de una vez, sino que te
b. Primero está preocupado por la ceguera de Tiresias, luego se muestra furioso por la indiferencia del adivino.
vas a mostrar así de duro e inflexible? TIRESIAS. Me has reprochado mi obstinación, y no ves la que igualmente hay en ti, y me
c. Primero es pasivo y sereno con Tiresias, luego se muestra egoísta y envidioso del poder del ciego.
censuras.
d. Primero es impaciente y agresivo con Tiresias, luego se muestra tranquilo y relajado.
EDIPO. ¿Quién no se irritaría al oír razones de esta clase con las que tú estás perjudicando a nuestra ciudad?
TIRESIAS. Llegarán por sí mismas, aunque yo las proteja con el silencio.
4. ¿Consideras justificable o injustificable la actitud que tuvo Edipo al escuchar la verdad que reveló Tiresias? Sustenta.
EDIPO. Pues bien, debes manifestarme incluso lo que está por llegar.
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TIRESIAS. No puedo hablar más. Ante esto, si quieres irrítate de la manera más violenta. EDIPO. Nada de lo que estoy advirtiendo
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dejaré de decir, según estoy de encolerizado. Has de saber que parece que tú has ayudado a maquinar el crimen y lo has llevado
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a cabo en lo que no ha sido darle muerte con tus manos. Y si tuvieras vista, diría que, incluso, este acto hubiera sido obra de ti
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solo.
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TIRESIAS. ¿De verdad? Y yo te insto a que permanezcas leal al edicto que has proclamado antes y a que no nos dirijas la palabra
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ni a estos ni a mí desde el día de hoy, en la idea de que tú eres el azote impuro de esta tierra.
EDIPO. ¿Con tanta desvergüenza haces esta aseveración? ¿De qué manera crees poderte escapar a ella?
5. ¿Qué alternativa de solución crees que se podría plantear para llegar a la verdad de manera alturada? Fundamenta tu opinión.
TIRESIAS. Ya lo he hecho. Pues tengo la verdad como fuerza.
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EDIPO. ¿Por quién has sido enseñado? Pues, desde luego, de tu arte no procede.
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TIRESIAS. Por ti, porque me impulsaste a hablar en contra de mi voluntad.
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EDIPO. ¿Qué palabras? Dilo, de nuevo, para que aprenda mejor.
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TIRESIAS. ¿No has escuchado antes? ¿O es que tratas de que hable?
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EDIPO. No como para decir que me es comprensible. Dilo de nuevo.
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TIRESIAS. Afirmo que tú eres el asesino del hombre acerca del cual están investigando.
EDIPO. No dirás impunemente dos veces estos insultos.
TIRESIAS. En ese caso, ¿digo también otras cosas para que te irrites aún más?
EDIPO. Di cuanto gustes, que en vano será dicho.
TIRESIAS. Afirmo que tú has estado conviviendo muy vergonzosamente, sin advertirlo, con los que te son más queridos y que no
te das cuenta en qué punto de desgracia estás.
EDIPO. ¿Crees tú, en verdad, que vas a seguir diciendo alegremente esto?
TIRESIAS. Sí, si es que existe alguna fuerza en la verdad.
EDIPO. Existe, salvo para ti. Tú no la tienes, ya que estás ciego de los oídos, de la mente y de la vista.
TIRESIAS. Eres digno de lástima por echarme en cara cosas que a ti no habrá nadie que no te reproche pronto. […]
EDIPO. ¿Esta invención es de Creonte o tuya?
TIRESIAS. Creonte no es ningún dolor para ti, sino tú mismo.
EDIPO. ¡Oh riqueza, poder y saber que aventajas a cualquier otro saber en una vida llena de encontrados intereses! ¡Cuánta envidia
acecha en ustedes, si, a causa de este mando que la ciudad me confió como un don —sin que yo lo pidiera—, Creonte, el
FICHA DE LECTURA 4° DE SECUNDARIA A y B
La señorita de Tacna (Fragmento) Tampoco dejaré que me faltes cuando sea tu mujer.
El escenario está a oscuras. Se oye —desasosegada, angustiada, tumultuosa— la voz de la Mamaé. Se ilumina su cara inmemorial: JOAQUÍN
un haz de arrugas. Eres lo que más respeto en el mundo, Elvira. Mira, te respeto más que a mi uniforme. ¿Sabes lo que significa el uniforme para un militar, no?
MAMAÉ Aunque quisiera, no podría faltarte. Te hago enojar a propósito. Porque me gusta que seas así.
Los ríos se salen los ríos... El agua, la espuma, los globitos, la lluvia lo está empapando todo, se vienen las olas, se está chorreando MAMAÉ
el mundo, la inundación, se pasa el agua, se sale, se escapa. Las cataratas, las burbujas, el diluvio, los globitos, el río... ¡Ayyy! ¿Cómo soy?
BELISARIO JOAQUÍN
¿Qué vienes a hacer tú en una historia de amor, Mamaé? ¿Qué puede hacer una viejecita que se orinaba y se hacía la caca en los Una niñita de mírame y no me toques. Todo te parece malo, todo te da miedo, todo te hace ruborizar.
calzones, y a la que había que acostar, vestir, desvestir, limpiar, porque las manos y los pies ya no le obedecían, en una historia MAMAÉ
de amor, Belisario? (Bruscamente encolerizado, arroja el lápiz al suelo.) ¿Vas a escribir una historia de amor, o qué? Voy a escribir ¿No debe ser así una señorita decente?
o qué. (Se ríe de sí mismo, se deprime.) El comienzo es siempre lo peor, lo más difícil, cuando las dudas y la sensación de JOAQUÍN
impotencia son más paralizantes. (Mira a la Mamaé.) Cada vez que comienzo, me siento como tú, Mamaé: un viejo de ochenta, de Claro que sí. No puedes imaginar con qué ansia espero el domingo, Elvira. Tenerte para mí solo, sin chaperonas, saber que dependes de mí
cien años, y mi cabeza es una olla de grillos, como la tuya, cuando eras esa cosa pequeñita, complicada e inútil que daba risa, para la más pequeña cosa. Cómo voy a divertirme contigo, cuando estemos solos: te sentaré en mis rodillas, haré que me
compasión y algo de susto. (Se levanta, se acerca a la Mamaé, da vueltas en torno a ella, con el lápiz que ha recogido rasguñes en la oscuridad como una gatita. Ah y esa apuesta te la voy a ganar. Contaré tus cabellos y verás que tienes más de cinco mil.
del suelo entre los labios.) Pero tu memoria aún hervía de vida, ¿no? ¿Ya habías perdido los dientes? Claro. Y tampoco podías MAMAÉ
usar la dentadura postiza que te regalaron el tío Agustín y el tío César, porque te raspaba las encías. ¿Qué vienes a hacer aquí? ¿Los contarás la noche de bodas?
¿Quién te invitó? ¿No te das cuenta que me estorbas? (Se sonríe y vuelve a su mesa de trabajo, acicateado por una nueva idea.) JOAQUÍN
Mamaé... Mamaé... ¿Alguna vez alguien le dijo Elvira? No, ni la abuela, ni el abuelo, ni mi mamá, ni mis tíos. (Se sienta en su mesa No, la noche de bodas no. ¿Quieres saber qué haré contigo la noche de bodas?
de trabajo y comienza a hacer correr el lápiz sobre los papeles, al principio despacio, luego de manera más fluida.) La palabra MAMAÉ (Tapándose los oídos)
sonaba tan rara a la gente que no era de la familia. ¿Por qué le dicen así? ¿Qué significa, de dónde viene? Pero ellos también ¡No! ¡No quiero! (Ríen. La Mamaé está enternecida.) ¿Serás así de cariñoso, después de casarnos? Fíjate lo que me dijo Carmencita, al
terminaban diciéndole Mamaé. volver del paseo: “Te has sacado la lotería con Joaquín. Es guapo, de buenos modales, todo un caballerito”.
[…] Con las últimas palabras de Belisario entra Joaquín, el oficial chileno. Viste un uniforme de principios de siglo, de colores vivos, JOAQUÍN
con entorchados. Belisario seguirá escribiendo, a lo largo de toda la próxima escena; la mayor parte del tiempo está concentrado ¿Tú también lo piensas? ¿Ya no te importa que sea chileno? ¿Ya te hiciste a la idea de ser una chilena?
en sus papeles, pero, a veces, levanta el lápiz y se lo lleva a la boca y lo mordisquea, mientras inventa o recuerda. A ratos, como MAMAÉ
distrayéndose, se vuelve a mirar a la Mamaé y a Joaquín y se interesa un momento en lo que dicen. Luego, vuelve a sus papeles Eso sí que no. Seguiré peruana hasta que me muera. Y odiando a los abusivos que nos ganaron la guerra.
y escribe o relee con expresiones cambiantes.
JOAQUÍN (Susurra, como inclinado ante una reja o balcón) Responde las preguntas tomando en cuenta las orientaciones que brinda tu docente.
Elvira. Elvira. Elvira... La Mamaé abre los ojos. Escucha; sonríe con malicia, mira a todos lados azorada. Sus movimientos y su voz 1. Según el fragmento, Joaquín era un hombre:
son ahora los de una joven. a. Respetuoso, cariñoso, guapo, de buenos modales, todo un caballerito.
MAMAÉ b. Conservador, militar, chileno, noble, enamorado y a punto de casarse.
¡Joaquín! Pero, se ha vuelto loco. ¡A estas horas! Lo van a oír mis tíos. c. Amoroso, responsable, ordenado, bueno, rígido, pero muy caballero.
JOAQUÍN d. Guapo, de buenos modales, caballeroso, enamorado y un poco loco.
Sé que estás ahí, que me estás oyendo. Asómate un segundo, Elvira. Tengo que decirte algo importante. ¿Sabes qué, no es cierto?
Que eres linda, que te quiero, que te deseo. Que cuento las horas que faltan para el domingo. […] 2. Ten en cuenta el texto, ¿qué características podemos inferir que tenía Mamaé en su juventud?
MAMAÉ a. Decente, graciosa, dulce, con identidad nacional, conservadora, anticuada, exagerada, coqueta y con una sana autoestima.
¡Cómo se te ocurre venir a estas horas, Joaquín! ¿No te ha visto nadie? Vas a arruinar mi reputación. Las paredes de Tacna tienen b. Orgullosa, hermosa, recatada, amable, cariñosa, creativa, solidaria, empática, asertiva, responsable, respetuosa y soberbia.
oídos. c. Hermosa, inteligente, refinada, delicada, decidida, orgullosa de su nacionalidad, prudente, conservadora y recatada.
JOAQUÍN (Devora a besos las manos de la Mamaé) d. Dependiente, refinada, soberbia, conservadora, puntual, expresiva, alegre, perseverante, proactiva, feliz y poco agraciada.
Ya estaba acostado, amor mío. Pero de pronto sentí como la orden de un general, aquí en el pecho: si te apuras la encontrarás
despierta, vuela a su casa. Es cierto, Elvira. Necesitaba verte. Tocarte. (La Mamaé esquiva las manos ávidas de Joaquín que tratan 3. Considerando la realidad actual y a partir de lo leído en torno al noviazgo entre Elvira y Joaquín, ¿cómo ha ido cambiando el proceso de
de cogerle la cintura.) Si no te veía, esta noche no hubiera pegado los ojos. enamoramiento?
MAMAÉ ___________________________________________________________________________________________________
¿Acaso no hemos estado juntos toda la tarde? Qué lindo paseo dimos por las huertas con mi prima, ¿no? Cuando te oí, justamente ___________________________________________________________________________________________________
estaba acordándome de los granados, de los peros, de los membrillos, de los duraznos. ¿Y el río no estaba lindo, también? Me
gustaría volver a zambullirme en el Caplina, alguna vez, como lo hacía de chiquita. 4. Según el texto y teniendo en cuenta la realidad actual, ¿qué estereotipos tenían y tienen los peruanos sobre los chilenos? Fundamenta tu
JOAQUÍN respuesta.
En el verano, si estamos todavía en Tacna, te llevaré al Caplina sin que nadie nos vea. De ___________________________________________________________________________________________________
noche. Al remanso donde merendamos esta tarde. Nos quitaremos la ropa... ___________________________________________________________________________________________________
MAMAÉ
¡Cállate, Joaquín, no empieces! 5. En el fragmento, Joaquín pregunta a Mamaé: “¿Ya te hiciste a la idea de ser una chilena?”. Y ella responde: “Eso sí que no. Seguiré
JOAQUÍN peruana hasta que me muera. Y odiando a los abusivos que nos ganaron la guerra”. ¿Consideras justificable o injustificable la postura de
... y nos bañaremos desnudos. Jugaremos en el agua. Te perseguiré y cuando te atrape... Mamaé? Sustenta tu respuesta.
MAMAÉ ___________________________________________________________________________________________________
¡Por favor, Joaquín! No seas vulgar. ___________________________________________________________________________________________________
JOAQUÍN ___________________________________________________________________________________________________
Pero si vamos a casarnos el domingo.
MAMAÉ
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El de la valija (Fragmento) HOMBRE. (Intencionado). ¡Claro…! ¿Y si dentro de ella hay un descuartizado?


Una estación ferroviaria. El centro lo ocupa una banca de madera, en la cual los pasajeros aguardan la llegada y salida de los GUARDA. ¿Qué?
trenes. Es de noche y todas las ventanas están cerradas. […] Un hombre duerme, largo a largo, en la banca. Cerca se encuentra HOMBRE. (Muy natural). ¡Un descuartizado!
una valija de regular tamaño. […] Pocos instantes después entra un guardia uniformado. Se acerca al hombre, lo mira atentamente GUARDA. ¿Qué?
y luego lo despierta con estas palabras: GUARDA. (Respetuoso). ¡Eh! ¡Eh! ¡Despierte, señor! HOMBRE. (Aprovechando el desconcierto de su interlocutor). ¿Usted no sabe que los asesinos han utilizado ese sistema muchas veces?
HOMBRE. (Espabilándose). ¡Oh! ¡Qué! (Mirando con dificultad). ¡Ah! Sí, sí… Hacen trizas a sus víctimas, meten los trozos dentro de una maleta y la dejan en cualquier sitio. ¡Las dificultades policiales
GUARDA. (Con delicadeza). El último tren partió hace media hora. Exactamente a las once y media… siempre son para el ingenuo que la recoge!
HOMBRE. (Semidormido). ¡Claro! ¡A las once y media! (Bosteza). ¡Aaah!
GUARDA. (Atento). No le queda más remedio que esperar hasta mañana. En la madrugada sale el expreso… Responde las preguntas tomando en cuenta las orientaciones que brinda tu docente.
HOMBRE. ¿El expreso? (Reaccionando). A mí no me interesa… 1. Según el texto, ¿cuál es una característica principal del Guarda y del Hombre?
GUARDA. ¿No iba usted a la sierra? a. Guarda: amabilidad. Hombre: serio.
HOMBRE. (Rápidamente). No, no… Nada tengo que ver con la sierra. (Echándose nuevamente en la banca). ¡Allí hace mucho frío! b. Guarda: respetuoso. Hombre: irónico.
¡Más que acá! c. Guarda: indiferencia. Hombre: desconfiado.
GUARDA. (Sonriendo). ¡Tiene gracia! ¿No sabe que todos los trenes que pasan por acá van a la sierra? d. Guarda: curioso. Hombre: entusiasta
HOMBRE. (Sin moverse). ¡Tercera página de la Geografía Elemental para tercer año! ¡No lo olvidaré jamás!
GUARDA. (Observándolo atentamente). ¡Ha tomado usted algunas copas, señor! Podrían haberle robado la maleta… Lo mejor 2. ¿Cuál será la intención del hombre al insistir en que la maleta podría contener un descuartizado?
sería que se fuera a dormir. a. Pretende ayudar al guarda porque este le cae bien.
HOMBRE. (Irritado). ¿Y qué estoy haciendo ahora? ¡Usted me ha despertado! (Pausa). ¡Ah! Además, no he probado una gota de b. Busca asustar al guarda para burlarse de él.
alcohol, que buena falta me hace… Es peor: no he desayunado ni almorzado ni comido… ¿Contento? c. Pretende informar al guarda que ha sido testigo de un crimen.
GUARDA. (Curioso). ¿Bromea? No es bueno dormir en un sitio público cuando… d. Espera que el guarda abra la maleta quizá para apoderarse de su contenido.
HOMBRE. (Cortante). ¡Hace tres días que mi cama —sin que se entienda mal— es un sitio público! Quiero decir, un parque u otro
lugar así. 3. ¿Qué problemática social evidencia el diálogo de los personajes presentado en el fragmento? Menciona la problemática y susténtala.
GUARDA. ¿Y la maleta? “HOMBRE. (Cortante). ¡Hace tres días que mi cama —sin que se entienda mal— es un sitio
HOMBRE. ¿Maleta? ¿Qué maleta?
GUARDA. ¿No es suya esa maleta? público! Quiero decir, un parque u otro lugar así”.
HOMBRE. (Incorporándose para mirarla). Alguna vez tuve una, pero no se parecía en nada a esa… (Echándose). ¿Contento?
GUARDA. ¿Entonces de quién es? 4. ¿Qué sentimientos y opiniones suscitó en ti el siguiente fragmento?
HOMBRE. (Irónico). ¡Adivina adivinador! Con el sueño que tengo, no está mi ingenio para charadas… ___________________________________________________________________________________________________
GUARDA. (Revisando la maleta por fuera). ¡Vaya! Se la debe haber dejado olvidada algún pasajero. ___________________________________________________________________________________________________
HOMBRE. ¡Es usted prodigioso para dar soluciones acertadas! ___________________________________________________________________________________________________
GUARDA. ¡Me la llevaré! Siempre los pasajeros reclaman objetos perdidos y la empresa se jacta de entregarlos cumplidamente.
HOMBRE. Menos mal… El servicio, con perdón de usted, es bastante malo. Estas bancas son un horror. Tengo los huesos molidos 5. A partir del texto y considerando la realidad actual, ¿qué harías tú si estuvieras en el lugar del guarda y te encontraras una maleta?
y solo hace media hora que descanso… Fundamenta tu respuesta.
GUARDA. (Como dándose cuenta). ¿Y usted qué hace aquí? ___________________________________________________________________________________________________
HOMBRE. ¡Dale con las charadas! ¡Duermo! (Rectificándose, en broma). ¡No! ¡Trato de dormir, a pesar de su charla! ___________________________________________________________________________________________________
GUARDA. ¡Entonces, es usted un vagabundo! ___________________________________________________________________________________________________
HOMBRE. ¡Ya lo dije! ¡Es usted una lumbrera para despejar incógnitas! (Incorporándose). ¡Sí, vagabundo! Ayer dormí en la Plaza
Mayor, pero me arrecí de frío; anteayer en el
umbral de la Municipalidad, pero me despertaron muy temprano; el lunes… ¡Bueno, el lunes fue en la comisaría! ¡Cómodo, pero
vergonzoso!
GUARDA. ¡Aquí está prohibido pasar la noche!
HOMBRE. Ya sabía yo que algún inconveniente habría de haber… ¡Estoy harto!
GUARDA. ¡Lo siento! ¡Tendrá usted que irse!
HOMBRE. (Cínico). Más lo siento yo, como es lógico…
GUARDA. Le ruego que se retire… (Toma la maleta y se dispone a salir).
HOMBRE. (Casi suplicante). ¿No puede usted hacer nada de su parte? ¿Olvidar la disposición por esta noche? Me iré temprano
porque tengo que hacer.
GUARDA. Lo lamento. Me enorgullezco de ser el funcionario más recto de la empresa y no voy a arriesgar mi prestigio por
compasión…
HOMBRE. ¡A mí me tenía que tocar el funcionario más recto! ¡Si tendré mala estrella!
GUARDA. (Con cordialidad). No le puedo mentir… (Pausa). Usted me conmueve, pero… (El hombre se pone en pie, se arregla el
cabello y, antes de salir, se vuelve con rapidez, como ensayando el último argumento).
HOMBRE. Dígame… (Pensativo, tras una pausa). ¿Me permite una pregunta más? (Pausa). ¿Qué va a hacer con esa valija?
GUARDA. (Rápidamente). ¡Conservarla hasta que la reclamen! ¡Con muchas sucede lo mismo!
HOMBRE. (Insinuante). ¿Nunca… curiosea dentro de ellas?
GUARDA. (Digno). ¡Nunca!

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