Humanismo Digital
Humanismo Digital
Humanismo Digital
Área Básica
Humanismo Digital
e
PRESENTACIÓN GENERAL DEL CURSO
En el siglo XX, la educación superior tanto técnica, tecnológica como profesional, comenzó
a prescindir progresivamente de las Humanidades, bajo el imaginario de que, desde la
perspectiva de la productividad, lo que se requería era aprovechar el tiempo para
desarrollar habilidades para el trabajo y la producción. En este sentido, se creó el
imaginario de las “materias de relleno o las asignaturas inútiles” para los programas
formativos. Efectivamente, es probable que en este momento estés pensando que esta
materia es de relleno o que, para trabajar, no son muy útiles cuestiones como la filosofía o
la historia. Un ejemplo de ello, fue lo ocurrido en abril de 2019, cuando Jair Bolsonaro,
presidente de Brasil afirmó que disminuiría recursos económicos a los programas de
ciencias sociales y humanas, para invertirlo en una formación que ofreciera mayor
rentabilidad.
Esta nueva sociedad está cambiando tan rápido que los escenarios de participación
económica, social y política están ajustándose y reajustándose permanentemente,
siguiendo el ritmo de la sociedad digital. En este escenario, se ha priorizado el desarrollo de
habilidades esencialmente humanas, en la medida en que el éxito personal y colectivo en el
futuro, tanto laboral como social, depende de ciertas capacidades del llamado Humanismo
digital.
Por eso, este curso tiene como finalidad la reflexión crítica frente a las características, y las
implicaciones que la sociedad y la tecnología tiene en nuestras vidas, hoy y en el futuro
próximo, y sobre cómo podemos hacerle frente a través de estas capacidades.
Objetivo general:
Reconocer las características, implicaciones e impactos de la tecnología y la cultura digital,
en lo que define al ser humano: formas de pensar, sentir y actuar, mediante el análisis del
humanismo en diferentes momentos de la historia, los alcances en el desarrollo social, las
habilidades, los desempeños necesarios, y los enfoques en una sociedad globalizada.
Objetivos específicos:
Pregunta orientadora
Humanismo Digital
Tres humanismos de la modernidad más
La humanidad y la cultura digital
el cuarto, Humanismo Digital
Saberes Saberes
• La generación App
• Humanismos y Humanidades en la
• Redes sociales y los nuevos afectos
Educación Superior.
• La gamificación de la vida
• Los tres humanismos y su impacto en
• Cuarta Revolución Industrial, cambio
el desarrollo de las sociedades.
en las profesiones y el mercado laboral.
• Humanismo Digital, un nuevo
• El nuevo humanismo y las habilidades
renacimiento.
para el siglo XXI.
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Unidad 1
Tres humanismos de 4
la modernidad más el
cuarto, humanismo
digital
Glosario Unidad 1
INTRODUCCIÓN A LA UNIDAD 1
Por eso, el desafío de este curso, al abordar una reflexión sobre Humanismo Digital, es
ofrecer un marco comprensivo que permita generar inquietudes profundas sobre el
humanismo como tema trascendental en la educación y en el desarrollo de la sociedad,
más allá de minimalismos éticos y contenidos desconectados de la formación superior.
– Cuando se llegaba a casa, de la escuela, las mamás de mis compañeros siempre solían
saludar a sus hijos y preguntarles “¿cómo les fue?” … “¿qué aprendieron hoy?” mi mamá
era diferente. Cada vez que llegaba de la escuela, me saludaba y me preguntaba “¿qué
buenas preguntas hiciste hoy? –
De manera que la invitación para este curso es que en cada sesión dejen de pensar qué
van a aprender hoy, cuál es el tema, o qué se les va a evaluar… formúlense buenas
preguntas.
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Tema 1
Humanismos y
Humanidades en la
Educación Superior
Para hablar del Humanismo Digital o 4.0, lo clave es en primera instancia, el valor de las
humanidades en la educación superior por dos razones: la primera, el Humanismo, si bien
toca todas las esferas de la sociedad y de la cultura, necesariamente está anclado al
contexto de la formación de los sujetos, de las personas. La segunda, es porque los
integrantes de este curso estamos en una institución educativa y la formación
profesional ocupa buena parte de la cotidianidad, incluso en casa.
Así que el análisis y la reflexión será lo principal. En una primera parte, hay que tener
claras algunas concepciones del Humanismo y de las humanidades, que, si bien están
estrechamente relacionadas, tienen diferencias cuya claridad facilitará la comprensión del
curso, y el alcance de los objetivos.
Comencemos con las “Humanidades”, piensen por un momento ¿qué son para ustedes? A
su mente pudieron venir algunas ideas como: 1. Clases de ética y valores; 2. Clases de
filosofía, historia o artes; 3. Saberes o conocimientos asociados a lo trascendental del ser
humano. Si se pensó en alguna de estas respuestas o en otra similar, es comprensible
porque eso hemos aprendido desde el colegio, pero no, están equivocados. Eso no son las
humanidades.
Podríamos decir, en una primera aproximación, que las Humanidades, hacen referencia a 10
todos aquellos campos de conocimientos que desarrollan habilidades superiores de las
personas, es decir, los humanos. Pero, esta aproximación a las “habilidades superiores” ha
cambiado en el tiempo, y responden a los diferentes intereses de la cultura o la sociedad
de cada momento de la historia.
Gramática Retórica
Trívium
Quadrivium Astronomía
Música
Matemática Geometría
De estas siete grandes Artes, las tres primeras, el Trívium, estaban conformadas por la
gramática, la lógica y la retórica. Las otras cuatro eran matemática, astronomía, geometría
y música.
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Estas artes fueron denominadas “Artes libelares” (de los hombres libres) en
contraposición a otras artes de los siervos. De las labores de este grupo se destacan las del
Trívium, ya que estos saberes eran los necesarios para que cada persona aprendiera a
mirar criticamente, a expresarse adecuadamente y a comunicarse en contextos “cultos”.
Así, en la antigua Europa, estos saberes eran los “superiores”. El impacto de este
conocimiento era restringido a las clases sociales más altas y pudientes.
Avanzando en la historia, se llega a la Europa del siglo XVI, donde las Artes Liberales
fueron constituidas por todos aquellos saberes que formaran el pensamiento crítico y
creativo. Así, la filosofía (lógica, gramática, retórica), la literatura y las ártes plásticas (la
pintura, la escultura, el teatro) conformaron el nuevo “corpus” de conocimiento de las
Humanidades. Es importante recordar que estos campos son de las humanidades, no
tanto por los contenidos sino por lo que permiten desarrollar en las personas. En esta
época aparece la expresión del Humanismo, como corriente de pensamiento y forma de
conocimiento. Las humanidades serán los insumos necesarios para tener una mente
creativa y crítica, capaz de transformar la realidad y la naturaleza solo por el intelecto y la
capacidad humana.
Es posible afirmar que desde el siglo XV hasta hoy, se han configurado cuatro diferentes
humanismos.
Este movimiento humanista, no es que sea ateo, pero parte del supuesto que las cosas
pueden cambiar y que el ser humano tiene el potencial para hacerlo. Los problemas
sociales de ese entonces, las enfermedades, las hambrunas, las injusticias sociales, no
eran cosas del destino que no pudieran cambiar. Por el contrario, el intelecto y la
creatividad humana serían los insumos necesarios para lograr entender el funcionamiento
del mundo y cómo cambiarlo.
Este principio dio un impulso sin precedentes a las Artes y a la ciencia, marcando el inicio
de un cambio paradigmático y revolucionario en las estructuras de pensamiento social,
pues al ubicar al ser humano como centro y motor de lo social (Antropocentrismo), se
puso en marcha una serie de eventos que marcaron el desarrollo del conocimiento
científico, el florecimiento de las artes, el cambio en las técnicas de producción y nuevas
invenciones tecnológicas. Todo esto más adelante llevaría a la ilustración, los movimientos
independentistas que se dieron como reacción en cadena, y finalmente a la primera
Revolución Industrial.
El impacto trascendental de este humanismo fue que permeó todos los estamentos
sociales de la época, gracias a los enfoques y las formas desde la educación superior, dicho
de otra manera, de la formación para el pensamiento superior. Fue precisamente la
promoción de la creatividad humana y la convicción de su potencial transformador, a
través del conocimiento y la comprensión del mundo como algo cambiante y modificable,
que el humanismo se consolida como motor de cambio de época hacia la modernidad.
Entre el siglo XIV y la Revolución Industrial en el siglo XVIII, hay toda una serie de 14
acontecimientos y cambios radicales en la historia de la humanidad. Todos ellos tienen el
hilo conductor de la capacidad de desarrollar el potencial humano.
Para reflexionar:
¿Es posible construir una línea de tiempo secuencial para conectar hechos, personajes y
cambios desde el Renacimiento hasta la Revolución Industrial?
¿Sería factible imaginar los sucesos históricos de los siglos XV al XIX, si no se hubiera
dado este movimiento renacentista del humanismo?, ¿cuáles habrían sido las
consecuencias?
El Humanismo Exótico, descubrimiento y reconocimiento de otras culturas y
mundos posibles
Con la expansión de los territorios que hacían parte de las colonias de las naciones
europeas, y el fortalecimiento del mercado internacional que conectó oriente y occidente,
Europa se había consolidado como centro de la cultura y la civilización “universales”, y se
generó un conocimiento, el científico, una racionalidad superior, la europea que se definió
heredera del pensamiento de la antigua Grecia y Roma.
El imaginario de progreso, que habían asumido las diferentes naciones que comenzaron a
independizarse estaba basado en las fórmulas de la modernidad europea, después
norteamericana. Sin embargo, en el camino de colonización, aparecen otras culturas,
sofisticadas y complejas como la China, más antigua incluso que la tradición europea
grecorromana. Otros grupos humanos con historias y formas de vida sociales, más
armonizadas con la naturaleza, fueron las culturas africanas o americanas. Pero poco a
poco, comenzó a crecer otra idea humanista: no hay una sola forma de ser humano en el
planeta, ni una única forma de conocimiento o de valores.
Este segundo humanismo de Lévi-Strauss, viene en el trascurso del siglo XIX y primera
mitad del XX, y se va integrando a la cultura global, conforme las culturas diversas del
planeta, encuentran un escenario de divulgación y defensa de sus tradiciones y formas de
vida. Si bien, la modernidad estableció que para convivir en la sociedad había que ser de
cierta manera específica, este humanismo plantea el desafío de reconocer y aceptar la
diferencia como elemento sustantivo de la realidad social. Por ello, aunque todos deben
ser iguales en derechos, hay que reconocer las diferencias en las maneras de vida,
entendimiento del mundo y movilidad en él.
Construir democracia desde el supuesto de que la igualdad, es una cosa muy distinta a la
de construirla partiendo de la diferencia, el reconocimiento de miembros de
colectividades con rasgos y derechos particulares. Este tipo de humanismo se configura en
torno a la pregunta social de hoy, en medio de la globalización y la pluralidad, cómo crear
espacios de convivencia en medio de la diferencia. De hecho, son evidentes las grandes
tensiones políticas de hoy, están basadas en dos grandes facciones, los grupos que
siguen mirando hacia atrás y consideran que hay una sola forma de ciudadanía, de
sociedad, y unas reglas dentro de un único imaginario de civilización; y otro grupo que
piensa que hay que mirar hacia adelante y desde la realidad, para la sostenibilidad del
entorno, por lo cual, hay que inventar condiciones de inclusión para que todos tengan un
espacio de posibilidad en este planeta.
Este supuesto hizo carrera hasta el punto que la educación superior dejó de ser una fuerza
transformadora de crecimiento personal y social, por la vía del fortalecimiento del acervo
cultural, para constituirse en una serie de instituciones que forman profesionales para una
sociedad productiva. Entre la segunda mitad del siglo XIX y primera del XX, se puede
rastrear cómo los programas académicos de las universidades comenzaron a reducir las
asignaturas y campos de las humanidades, para fortalecer las STEM. Las “artes liberales”,
fueron reemplazadas por “oficios liberales”
Para reflexionar:
Cuando la base de valoración del conocimiento es la utilidad laboral o productiva ¿cómo 16
volver a darle valor a las humanidades en la formación del pensamiento superior?
Desde la segunda mitad del siglo XX, diferentes pensadores de todas partes del planeta y
desde distintas áreas del conocimiento, han comenzado a señalar las consecuencias del
debilitamiento, o la pérdida de la formación humanista en la educación. Lévi-Strauss
(1956), presenta una reflexión sobre la condición humana y los aportes de las culturas a
una sociedad global, Adela Cortina (1997), propone la necesidad de formar la conciencia
de la diversidad humana y cultural, y el reto de construir ciudadanías globales incluyentes.
Amartya Sen (2000) da la perspectiva de una economía moral y la consciencia de las
ciencias humanas, como principio de democracia para el respeto real de las libertades de
la persona. Quizás una de las autoras más representativas por su impacto en los procesos
sociales es la filósofa norteamericana Martha Nussbaum (2010). Ella expone la crisis de la
educación moderna y relaciona las problemáticas sociales con este “déficit” en la
formación humanista, y propone el debate de dos enfoques de valoración: la educación
para la renta vs. educación para la democracia.
¿Qué es lo que define al ser humano con respecto a otras especies? Si bien existen 17
muchas respuestas a esta pregunta, en términos antropológicos es el resultado de la
combinación de varias adaptaciones, estrechamente relacionadas y mutuamente
enriquecedoras: caminar en dos pies con las manos libres, los pulgares oponibles, una
mayor capacidad cerebral y el desarrollo de lenguaje complejo. En el momento en que los
humanos dejaron el apoyo en las extremidades superiores, se elaboraron herramientas y
se desarrollaron tecnologías. Desde el dominio del fuego y la invención de la rueda, con el
manejo de la agricultura, hasta los viajes espaciales y el desarrollo de la robótica, estas
habilidades resultaron en mayor información para procesar, más conocimiento y procesos
mentales, más creatividad, hasta el punto en que como especie se sacrificaron casi todos
los instintos mamíferos y se transformaron en cultura.
La sociedad es hoy digital. Esto significa mucho más que el uso de aparatos electrónicos y
la internet. Es la forma en que las nuevas generaciones procesan la información, la usan y
la desechan, así como el manejo de afectos y relaciones interpersonales, el que sea más
fácil contactar y hacer “amistades” al otro lado del mundo, desconociendo al vecino, son
muestras de que ha habido un cambio profundo en la cultura y la sociedad.
Los cambios se han acelerado tanto que, prácticamente lo que la humanidad cambió en
más de 600 años, desde el Renacimiento, se ha hecho en alrededor 50 años, por lo que
una sola generación ha pasado por tres revoluciones industriales.
Milad Doueihi, a propósito de esta mirada prospectiva del humanismo, advierte sobre un
contexto nuevo y diferente sobre el cual se está reescribiendo la comprensión de lo
humano y la condición social. Según él, hay una sociedad-red que es global, que está
interconectada y mediada por las tecnologías. Los procesos de socialización de las 18
personas, se han reconfigurado y están cambiando de forma tan acelerada y profunda,
que la curva de aprendizaje social no alcanza a entrar en un punto de equilibrio. La
tecnología ha atravesado todos los niveles de la sociedad y de la cultura, desplazando el
significado y cambiando el sentido de los aspectos más esenciales del comportamiento
social y la condición humana. Las culturas, las sociedades, los estados, la economía, han
tomado consciencia de estos procesos y han volcado la mirada nuevamente sobre la
educación, esencial y fundamental para hacer sostenible la existencia humana.
Este nuevo movimiento de las humanidades es lo que Doueihi, menciona como Cuarto
humanismo o Humanismo Digital. En la medida en que lo digital se ha vuelto una cultura
que ha cambiado todas las comprensiones de los objetos, las relaciones y los valores, el
enfoque, los alcances y componentes del humanismo presentan otras dinámicas. Así
como el fuego o la rueda cambió toda la historia de la humanidad nómada, y la agricultura
permitió sociedades sedentarias y el crecimiento poblacional exponencial; en la
actualidad, las tecnologías modificaron las prácticas y las formas de hacer, de pensar y de
sentir de los seres humanos.
Pero, ¿qué es lo digital del humanismo? Cualquier ser humano, no importa la edad, está
viviendo las circunstancias de un entorno mediado por lo digital. Las prácticas de esta
nueva cultura de nómadas digitales implican desafíos tanto para la producción económica,
como para la subsistencia de la humanidad. Por consiguiente, la reflexión académica, la
generación de conocimiento, el aprendizaje de ciertas habilidades y la capacidad
adaptativa para el cambio permanente y acelerado, constituyen el corpus de las
humanidades en este siglo, el cual se propone como un nuevo renacimiento.
Los cambios han sido tan grandes y en tan poco tiempo, que no ha habido oportunidad de
procesarlos y asimilarlos. Dichos cambios han tocado las formas de producción económica
que son las bases de esta sociedad contemporánea. Varios estudios recientes muestran,
cómo en términos del mercado, en los próximos cinco años, habrán desaparecido la mitad
de los trabajos que tradicionalmente se vienen desarrollando. Prácticamente toda labor y
toda profesión que se base en el desarrollo de procesos repetitivos, sistemáticos, o en la
aplicación de procedimientos con métricas específicas, va a desaparecer, reemplazado por
software y programas digitales, máquinas, robots o Inteligencia Artificial. Claro está,
aparecerán nuevos trabajos basados en otras habilidades.
Esas habilidades son aquellas que no pueden ser remplazadas por una máquina, hacen
parte de la esencia de la humanidad y están en la base del cambio social.
Pensamiento Crítico Nuevas habilidades cognitivas Este se puede visualizar y entender, como
Construcción de lo Acceso y uso de información
Social y participación Habilidades para aprender una pirámide de cuatro caras y seis
ciudadana y adaptarse permanentemente
costados. Un polígono regular
tridimensional. Cada costado tiene
algunas características, pero no se dan de
Habilidades fundamentales
forma independiente.
H4.0> Literacidad social Están indisolublemente conectadas e
y Literacidad digital
interrelacionadas.
Joseph Aoun (2017), al igual que varios académicos, ha tenido la experiencia límite de
comprender que los modelos tradicionales que orientan hoy la educación superior, están
en crisis y ha hecho una lectura muy acertada sobre las causas y las necesidades
emergentes que requieren repensar el modelo de educación superior.
En su libro, Robot-Proof (A prueba de Robots), Aoun señala que, si bien muchos expertos
advierten que aspectos como “el crecimiento exponencial del big-data, los profundos
aprendizajes en las máquinas y su capacidad de procesamiento, están haciendo de la
mente humana, una reliquia económica” (Aoun 2018, traducción propia) aclara que no es
el ser humano el que queda obsoleto; son los procesos de enseñanza y los énfasis de
aprendizajes desarrollados en el siglo pasado, los que ya no pueden dar cuenta de los
cambios acelerados de la sociedad y de la economía.
Sin embargo, hay aspectos que ni la máquina ni la tecnología podrán reemplazar. Son
todas esas “capacidades y habilidades que han hecho parte de lo esencial e
irreductiblemente humano” (Aoun, 2017, traducción propia) y estas capacidades se
forman en el ámbito de las humanidades.
En este sentido, afirma Aoun:
Cerrando esta reflexión sobre el Humanismo digital, se presentan ocho ideas centrales en
las que coinciden diferentes autores, sobre este nuevo humanismo (H4.0) y su aporte para
la educación superior:
Berridge, E. (2017). Why tech needs the humanities [Archivo de video]. Recuperado de:
https://www.ted.com/talks/eric_berridge_why_tech_needs_the_humanities#t-191558
Leberecht, T. (2016). 4 ways to build a human company in the age of machines [Archivo de
video]. Recuperado de:
https://www.ted.com/talks/tim_leberecht_4_ways_to_build_a_human_company_in_the_ag
e_of_machines#t-205763
Nussbaum, M. (2010). Sin Fines de lucro. Por qué la democracia necesita de las
humanidades. Buenos Aires: Katz Editores. (Páginas: 33 a 51 y 131 a 151). Recuperado
de: https://repensarlafilosofiaenelipn.files.wordpress.com/2015/11/martha-nussbaum-sin-
finesde-lucro.pdf
Oxford Martin School. (2018). Robot-Proof: higher education in the age of artificial
intelligence [Archivo de video]. Recuperado de:
https://www.youtube.com/watch?v=jk4XjTi1hYo&t=2210s
UNESCO. (2011). Humanismo, Una idea nueva. El correo de la Unesco, (4).Recuperado de:
https://unesdoc.unesco.org/ark:/48223/pf0000213061_spa
Aoun, J. (2017). Robot-Proof. Higher Education in the Age of Artificial Intelligence. Londres,
MIT press. EPub-Kindle Edition.
Cortina, A. (1997). Ciudadanos del Mundo: hacia una teoría de la ciudadanía. Madrid,
Alianza Editorial.
Nussbaum, M. (2010). Sin Fines de lucro. Por qué la democracia necesita de las
humanidades. Buenos Aires: Katz Editores. Recuperado de:
https://repensarlafilosofiaenelipn.files.wordpress.com/2015/11/martha-nussbaum-sin-
finesde-lucro.pdf
Sen, A. (2000). La libertad Individual como compromiso social. Quito, Ediciones Abya-Yala.
UNESCO. (2011). Humanismo, Una idea nueva. El correo de la Unesco, (4).Recuperado de:
https://unesdoc.unesco.org/ark:/48223/pf0000213061_spa
Unidad 2 24
La humanidad y la
cultura digital
Glosario Unidad 2
INTRODUCCIÓN A LA UNIDAD 2
La primera parte del curso propuso una reflexión general frente a las miradas, enfoques,
perspectivas e impactos del Humanismo, desde el primero en el período del
Renacimiento, hasta la actualidad con el Humanismo digital. Ahora, una pregunta “y
nosotros ¿Cómo vamos ahí?” Usualmente vemos estos temas de la globalización y la
tecnología como cosas que pasan “allá”, pero en realidad ¿qué tanto estamos afectados
por estos procesos?
Por eso, hay que asumir otra ruta de reflexión, complementaria, partiendo de la forma
como esas dinámicas sociales y económicas inciden en las propias formas de pensar, sentir
y actuar de estas generaciones. También, hay que tomar conciencia e identificarlos
impactos directos y tendencias que estos procesos globales tienen o tendrán en la vida
cotidiana y laboral. Finalmente, con estas reflexiones es posible hacer un ejercicio de
“futurología” anticipando las condiciones personales y del entorno.
Tema 1 Comentado [U1]: El original no tiene título
“Cada generación es hija de su propia época”, esta frase expresión de la sabiduría popular,
refleja efectivamente que cada ser humano comparte unos rasgos comunes que son
propios de la generación en la que se nace. Independientemente, de que la formación
familiar de casa sea diferente entre unos y otros, y que las experiencias vividas, hayan
permitido la configuración de una identidad única, hay elementos comunes y diferentes.
Comunes al interior de los diferentes grupos etarios, y diferentes entre generación y
generación.
Nada de eso, lo que pasa es que con los años se tiene la percepción de que “todo tiempo
pasado fue mejor”, siguiendo con las frases coloquiales. Lo que es cierto es que las
generaciones cambian con los tiempos, como las configuraciones del contexto social. Esto
es claro en los elementos visibles y periféricos de la cultura como la música, las actividades
cotidianas, las formas de pasar el tiempo libre, pero también en los aspectos más
profundos, como las relaciones interpersonales, la comprensión de los afectos y las
emociones, o los procesos laborales de producción y uso de tecnologías.
En otras palabras, si bien las diferencias entre una generación y otra, se pueden ver en,
por ejemplo, que a unos les gusta más la salsa y el merengue, o a otros el baile en parejas
reconociendo algo de intimidad y confianza en la danza; cuando se va más a fondo
encontramos unos rasgos más existenciales, sobre las formas de comprender el mundo y
de asumirlo. Las generaciones no son mejores ni peores unas frente a otras. Simplemente
son diferentes y responden a las dinámicas de su tiempo.
En el grupo seguramente hay personas de diferente edad. Posiblemente desde los 17
años, la mayoría entre los 18 y 20, algunos sobre los 30 y otros sobre los 40, “con mayor
juventud acumulada”. En otros tiempos estaríamos hablando de dos generaciones
presentes y bien demarcadas en el grupo, pero por las dinámicas actuales, es seguro que,
de una parte, desde la persona mayor hasta la más joven, estén viviendo procesos
similares que son aparentemente ineludibles, pero por otra, tengamos tres o cuatro
perspectivas generacionales diferentes. Sobre estos rasgos nos centraremos a
continuación.
Tabla 1: cuadro comparativo de rasgos generales de cada generación de consumidores (Ramos 2018)
Hasta hace unos 25 años, la gran mayoría de la población colombiana era de carácter
rural. Muchos de nuestros padres o abuelos, seguramente son de origen campesino. Solo
el 3% de esta población, cuando era joven tuvo la oportunidad de terminar su
bachillerato, de acceder a estudios superiores (y la mayoría eran hombres). Esta población
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que hoy son abuelos, vivieron la violencia política y partidista. Tienen una visión del
mundo, marcada por sus tradiciones religiosas, aman y extrañan la libertad del campo,
recuerdan con nostalgia la vida, lenta pero dura de la agricultura, el cuidado de la casa, la
ganadería o el corral. Estas personas creen profundamente en las instituciones, son
conservadoras en sus costumbres y valoran la presencia y la autoridad del estado en
términos de fuerza armada y seguridad.
Luego, viene un grupo de personas que conoce el campo, por sus padres y familiares, pero
que migraron o se criaron en la ciudad. Esta generación más urbana, ha vivido la
experiencia de recibir, acoger y adaptarse a los grandes cambios y desarrollos
tecnológicos y sociales. Conocieron la televisión en blanco y negro, se asombraron con la
TV a color, vieron llegar el computador a sus colegios, conocieron el “beeper” antes de los
celulares y también vieron la llegada del internet y los teléfonos móviles a la vida familiar.
No vivieron la violencia partidista de sus padres, pero fueron testigos de la violencia de los
80 y 90 generada por el narcotráfico, la guerrilla, los grupos paramilitares. Tienen en su
memoria la “época de las bombas”, el sicariato y los carteles. También son la generación
de la “séptima papeleta” y de la gran reforma constitucional de 1991, que marcó el inicio
de un nuevo proyecto de Nación. Son una generación más democrática y por su
formación, es más crítica con las estructuras autoritarias.
La Generación APP
Hay un tercer grupo está conformado por las generaciones más recientes. Como la historia
de pulgarcita (Serrés, 2014), libro que ya deben haber leído a estas alturas, muchos de
estos jóvenes solo conocen las vacas y las gallinas por los textos escolares. Son
completamente urbanos, y el campo lo asocian principalmente con vacaciones familiares.
Esta generación creció en un contexto digital. Nacieron cuando ya había internet, tuvieron
computadores en su casa. Están hiperconectados, a través de sus dispositivos, son
usuarios de redes sociales y los videojuegos. De hecho, como ya lo debieron haber notado,
el nombre de “Pulgarcita”, Serrés lo emplea para reflejar simbólicamente una
característica propia de los usuarios de los dispositivos: uso recurrente de los pulgares.
A diferencia de los grupos anteriores, son una generación más globalizada, están más
identificados con los grandes problemas del planeta, son más sensibles y solidarios con las
problemáticas como el calentamiento global, la preservación ambiental o el
desplazamiento social. Sus perspectivas democráticas son más claras que las generaciones
anteriores, pero no se movilizan por ideologías o racionamientos de orden político. Están
más orientados por la relación de afinidad afectiva con esos ideales de sostenibilidad, de
cambio y de diversidad.
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Otra gran diferencia con los grupos anteriores, es que esta generación pasó menos tiempo
formativo en casa con sus padres y mucho más tiempo con las instituciones de educación
y capacitación. Son una generación muy protegida, y a pesar de que está más conectada,
también es más solitaria.
Hoy, todo ese proceso lento, arduo y lleno de tropiezos se ha saltado. Un joven en la
actualidad, tiene un perfil de Facebook o de Instagram, y crean una red de decenas,
cientos o miles de “amigos”, “postean” información, intercambian “likes”, comienzan a
buscar conseguir más y más. … es increíble ver los grupos de amigos de la universidad o
del trabajo que se reúnen para “celebrar” y se los ve en un restaurante, sentados juntos a
la mesa y todos abstraídos en su teléfono móvil. De un momento a otro alguien rompe el
silencio para comentar el último meme, se ríen en grupo, alguien dice, “compártemelo” ...
y vuelven al silencio.
Para el caso de las relaciones más íntimas, románticas o de relaciones de pareja, también
hay cualquier cantidad de plataformas. Si antes una persona tenía que aprender a saber si
alguien le gustaba o no, pensar en cómo acercarse y dialogar sobre sus sentimientos,
arriesgarse a equivocarse, lidiar con la frustración de que la respuesta sea un no, o
construir creativamente un romance, si la respuesta fue positiva; en la actualidad todo se
reduce a un “swipe left” o “swipe rigth”, deslizar a la izquierda o derecha
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Es claro que estas aplicaciones facilitan la interconexión con muchas personas y que se
rompe con la limitación del espacio y las fronteras. Son espacios de interrelación
altamente democratizados, donde cada quien expresa lo que piensa. Sin embargo, estos
canales no son en realidad espacios de socialización. Hicieron posible que interactuemos
sin la necesidad de aprender esa tediosa pero necesaria tarea de saber cómo expresarse y
acercarse a otra persona. De manera que esas habilidades tan apreciadas y necesarias de
saber acercarse y generar empatía con el otro, no se están dando.
Sygmunt Bauman, sociólogo polaco, en su obra El amor líquido hace una descripción sobre
la crisis del cambio en la perspectiva como se construyen los afectos. Las relaciones
interpersonales y la experiencia de construir lazos fuertes y duraderos de amistad y amor,
es un proceso social que requiere tiempo, interacción, empatía, habilidades de interacción
y relacionamiento interpersonal. Los procesos de consumo de esta época, han creado el
valor de la inmediatez. Todo lo queremos listo y ahora. Es más práctico ir a un almacén y
comprar comida congelada que calentamos y ya tenemos cena. Esa tarea de comprar los
ingredientes, alistarlos, sazonarlos, ponerlos a fuego lento, es algo exótico cuando
podamos y queramos perder tiempo.
Algo similar pasa con los afectos. Por el afán de nuestros tiempos y caducidad de las cosas,
buscamos salidas rápidas. Con las redes sociales puedo acceder a crear un plan, para una
noche, una pareja momentánea sin todo el protocolo que eso implicaba. Pero la calidad y
la profundidad de esas relaciones no se consiguen instantáneamente. Es quizás que por
eso los más jóvenes han reemplazado calidad y profundidad, por intensidad; sin que eso
sea una solución del todo.
En la medida en que las relaciones en las redes sociales están configuradas por lógicas de
consumo, cada perfil tiende a mostrarse como un “buen producto” de lo que somos,
independientemente de cómo nos estemos sintiendo La tendencia es mostrar lo
asombrosa o maravillosa que es la vida de cada quien. La sensación, con el tiempo, será
que a todos los contactos de la red les va mejor que a uno, olvidando que todos los post
tienen algo o mucho de ficción. Estudios recientes muestran la estrecha relación que hay
entre el tiempo dedicado a las redes y la depresión. Las personas que dedican más tiempo
a las redes sociales, tienden a sentirse más frustradas.
Los incentivos en este nuevo escenario de relacionamiento, son los “likes”, las
recomendaciones, los seguidores, todo hace parte de un sistema de bonificaciones
simbólicas que trascienden el entorno virtual y han pasado al mundo real.
Además, las organizaciones y las instituciones están cada vez más permeadas por estas
dinámicas de juegos. La Gamificación es otro proceso que se ha fortalecido desde la
virtualidad. El comportamiento busca orientarse manteniendo un sistema de
recompensas simbólicas. Encontramos salario emocional en las empresas, o cuadros de
honor de los mejores empleados. En las instituciones educativas, además de las notas,
encontramos reconocimiento casi para todo. Recibir una mención en una institución
educativa, se ha vuelto algo tan cotidiano que ya casi no representa un elemento
diferenciador.
Hoy por hoy encontramos “gamers” “youtubers” o “influencers” que se han dedicado a
esto desde muy jóvenes y hoy perciben ingresos por su trabajo. Lo que antes pudo ser una
actividad de ocio o tiempo libre es una tendencia que genera nuevas tensiones, como
producir algo que se vuelva viral. Así, podemos encontrar personas que viven de jugar
videojuegos, o quienes hacen tutoriales de maquillaje, hasta personas que publican en
vivo una matanza.
La escala de valores sociales que rigen los comportamientos está construida a partir de la
interacción con nuestro entorno. Son en realidad, las prácticas cotidianas y la experiencia
social la que lleva a no tirar basura en las calles o saludar en las mañanas. Pero cuando la
clave son los puntos, “likes” o la tendencia viral puede pasar cualquier cosa. La pregunta
es ¿Cómo hacer para dar un sentido socialmente más constructivo a esta experiencia?
Es importante dejar claro que la intención no es satanizar las redes sociales, es hacer
consciencia de su impacto actual, y cómo darle otra orientación.
De este apartado, vale la pena analizar cómo ha sido la experiencia personal con las redes 35
sociales, cuánto inciden qué tanto nos identificamos con ello
El cambio en las dinámicas de socialización con la incursión en las redes sociales, y los
procesos de gamificación, se ha constituido en dinámicas nuevas para esta sociedad
globalizada. Además de las muchas ventajas que estas tecnologías digitales traen, también
han favorecido el empobrecimiento de habilidades necesarias en la construcción de lo
social. Tenemos nuevas generaciones más conectadas con las tendencias globales, pero
que no saben cómo participar en una reunión presencial, que no pueden hablar en público
o que no logran ser asertivos, con poco pensamiento crítico, y lenguajes más limitados.
Estas dinámicas y estos vacíos en los aprendizajes sociales básicos, cobran una mayor
relevancia cuando la sociedad se ha visto avocada a un nuevo cambio paradigmático. En
los últimos cinco años y cada vez con más fuerza, se ha venido hablando de la Cuarta
Revolución Industrial. Las tres primeras representan la irrupción de nuevas tecnologías
que cambian profundamente la producción económica de las naciones.
La primera y segunda revoluciones, las de la máquina de vapor y la de la electricidad,
crearon el imaginario de la necesidad de fortalecer y formar la fuerza de trabajo y
profesionalizar las diferentes labores en el sistema del mercado y la producción. En este
período se fortalecieron los contenidos y las disciplinas STEM y se desestimó la
importancia de la formación humanística de los estudiantes, especialmente los
universitarios.
La curva de cambio está dada de tal manera que, en esta revolución, prácticamente todo
lo que necesita literalmente “fuerza de trabajo” ha sido o será substituido por maquinas
robóticas y muchos procesos, que sean cíclicos, repetitivos o sistemáticos que realizan
ciertas profesiones, serán suplidos por software y e Inteligencia Artificial. 36
Esta revolución, es la de la robótica y la inteligencia artificial, pero de acuerdo a varios
expertos, es la del conocimiento. Esto significa que, por primera vez, en dos siglos, la
revolución de los procesos de producción cambia los modelos de aprendizaje, resignifica y
da un nuevo sentido a los saberes y las habilidades que deben ser el centro de la
formación. Pone en crisis muchos de los empleos, la manera como se conciben las
profesiones en la actualidad, y demanda un nuevo esquema educativo para crear
personas con las competencias necesarias para el mercado del siglo XXI.
En esta última parte explicaremos ¿cómo es esto de los nuevos saberes? Y ¿qué papel
juega el humanismo digital en todo esto?
"…hace parte del ADN de Apple que la tecnología por sí misma no es suficiente. Es el
matrimonio entre la tecnología y artes liberales; es el matrimonio entre la tecnología y las
humanidades, lo que nos da como resultado que nuestro corazón cante." (Steve Jobs)
En los últimos años se ha puesto de moda el concepto de “habilidades blandas” (softskils)
como referencia a una serie de destrezas y aprendizajes cada vez más importantes en el
sector productivo en la Cuarta Revolución. Este nombre se definió en contraposición a las
tradicionales “habilidades duras o fuertes” que caracterizan las propias de un saber o
disciplina específica. Pero no podemos afirmar que dichas habilidades sean “blandas", por
varias razones: 1) no son fáciles de aprender, 2) son tan o más valiosas y necesarias que
las habilidades de los médicos en cirugía, o los banqueros para evaluar el riesgo, o los
físicos para dividir átomos; y 3) son concretas, definidas, identificables y aprendibles.
Por eso, es oportuno emplear otro nombre para este conjunto de habilidades, como la
denominación que Anna Moro, Decana de Ciencias Humanas de la Universidad McMaster
(2015) emplea: “habilidades esenciales" ya que, en realidad, como Moro lo afirma, en
mayor o menor grado y aunque no necesariamente, las empleemos bien o las
desarrollemos adecuadamente, todos las necesitamos de forma cotidiana. Son las 37
habilidades esenciales las que permiten aprender, vivir y trabajar productivamente en
relación con otros. Son competencias que determinan posibilidades de éxito en este siglo
XXI. son habilidades para el liderazgo en estos tiempos.
En la actualidad, y cada vez con mayor determinación, las empresas y las organizaciones
que buscan perfiles para contratación, están centrándose en estas habilidades más que en
los perfiles profesionales, personas que pueden ver el cuadro completo de los complejos
procesos sociales, y entender la estrecha relación entre el mundo digital y la condición
humana.
Como hemos visto, hasta hace poco, el desarrollo social y del mercado en el siglo XIX y XX,
se basó en la formación y fortalecimiento de las STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y
matemática) o habilidades duras.
Un estudio de una corporación canadiense, RBC Royal Bank, realizó un recorrido por
diferentes empresas multinacionales para ver cómo será el mercado laboral en los años
2020. Su informe llamado “Humans Wanted (se buscan humanos): Cómo los jóvenes
pueden prosperar en la era de la disrupción”, ofrece algunas proyecciones sugerentes. De
entrada, la primera de ellas, es la síntesis que se presenta en el título del informe:
Buscando humanos. En su conjunto, el set de habilidades que comienzan a sobrepasar los
conocimientos técnicos y disciplinares, tienen que ver con los aspectos que
eventualmente desarrollan las humanidades o las artes liberales. Sin embargo, requiere
de un enfoque humanista audaz; para una “era de la disrupción”. Este humanismo se
caracteriza, de acuerdo al informe, por: 38
1. El aumento de la demanda de habilidades esenciales, como el pensamiento crítico, el
networking o trabajo en equipo, la escucha activa, la comunicación efectiva o la resolución
de problemas complejos.
2. Se estima que, en términos de la economía global, en los próximos cuatro años, hay un
incremento de nuevas ofertas laborales basadas fundamentalmente en la combinación de
estas nuevas habilidades. Ya que muchos de los trabajos basados en procesos
disciplinares, serán remplazados por software o inteligencia artificial.
3. Competencias globales como la conciencia cultural, el desarrollo sostenible, las
habilidades del lenguaje (multilingüismo, lectura eficaz y comprensión, entre otros) y la
flexibilidad cognitiva están ahora, y para los próximos años, en demanda y se quedarán
por mucho tiempo.
4. Prácticamente en todas las ofertas de trabajo tendrán una importancia significativa la
resolución de problemas complejos, la toma de decisiones y la empatía. Más de dos
tercios valorarán la capacidad de trabajo en equipo y el liderazgo colectivo en
administración de personas y recursos.
Esto es lo que constituye el nuevo humanismo del siglo XXI; el desarrollo y despliegue
formativo de estas nuevas habilidades cognitivas, sociales, éticas y tecnológicas para dar
respuesta a los desafíos sociales, económicos, laborales y políticos de nuestros tiempos.
Es claro, que no es fácil establecer la relación directa entre los procesos formativos de las
humanidades y los impactos en las habilidades esenciales. Las formas de interacción de
estos procesos de aprendizaje no son fácilmente adaptables a los estándares tradicionales
de los contenidos y las parcelaciones habituales. Por más que se quieran tener campos o
asignaturas específicas de pensamiento crítico o ética del cuidado, no debe perderse de
vista que los logros en estos campos están dados fundamentalmente por el ambiente, la
cultura, la posibilidad real de “poner en juego” estas habilidades en un contexto
controlado y aclimatado para esto.
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